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Los apocalípticos:
‘‘Cultura’’ aristocrático, cultivo celoso, asiduo y solitario de una interioridad refinada
que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre
‘‘Cultura de masas’’ compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos y
elaborada a medida de todos.
La anticultura.
Nace cuando la presencia de las masas en la vida social se convierte en el fenómeno más
evidente de un contexto histórico.
Llega a constituir el signo de una caída irrecuperable.
Sobreviven elaborando teorías sobre la decadencia
Una obsesión del dissenter.
Surge de la lectura de textos sobre la cultura de masas
Consuela al lector: sobre la catástrofe, existen los "superhombres" capaces de elevarse,
mediante el rechazo, por encima de la banalidad media.
Plantea una comunidad reducida del que escribe y el que lee.
Sitúa el mal en la invención de la imprenta;
Ve las ideologías del igualitarismo y de la soberanía popular como peligrosas.
Enfrentado a una investigación que no le permite reacciones humorales ni indulgencias
neuróticas.
Deberá enfrentarse a los objetos y a sus consumidores como si se aprestase a descubrir algo
inédito.
Hace burla de la pretensión de que los medios de masa sean instrumentos, y como tales
instrumentalizables
Superhombre del apocalíptico:
Opone el rechazo y el silencio a la banalidad imperante
Desconfianza en cualquier acción que pueda modificar el orden de las cosas.
Una invitación a la pasividad.
Este mundo no es para el superhombre.
Nace con el acceso de las clases subalternas al disfrute de los bienes culturales y su
producción mediante procedimientos industriales
Los integrados:
Reacción optimista.
Los medios masivos ponen los bienes culturales a disposición de todos
Facilitan la absorción de nociones y la recepción de información
Ampliación del campo cultural.
La circulación de un arte y una cultura "popular".
No teorizan: actúan, producen, emiten sus mensajes a todos los niveles.
La realidad concreta de los que no disienten.
Emerge de la lectura de textos de la cultura de masas
No cuestiona que surja de lo bajo o sea confeccionada desde arriba para indefensos.
El "superhombre":
De origen nietzscheano
Se individualiza en los héroes de la novela ochocentista de folletín.
Típico de la cultura de masas: la posibilidad de que pueda florecer un día, de nosotros, un
héroe.
Se ocupa de una infinidad de problemas, conserva el orden fundamental de las cosas.
Superhombre de la cultura de masas actual: Superman: superdotado, emplea sus poderes
para realizar un ideal de absoluta pasividad, se convierte en ejemplo de una honrada
conciencia ética, desprovista de toda dimensión política.
La industria cultural
a. Surge con Gutenberg y con la invención de la imprenta de tipos móviles, o incluso antes.
b. Concepto fetiche Nada tan dispar a la idea de cultura como la de industria. Implica la
incapacidad de aceptar los acontecimientos históricos.
c. El factor externo (capacidad de difusión y precio) influye también sobre la naturaleza del
producto, que se adaptará a la comprensión de un público más vasto, pero menos ilustrado.
d. Condición de adecuación del gusto, y del lenguaje, a la capacidad receptiva media.
e. Un sistema de condicionamientos con los que todo operador de cultura deberá contar, si
quiere comunicarse con sus semejantes
Características de los productos de la cultura de masas:
Efímeros.
Ofrecen sentimientos y pasiones, presentados en función del efecto que deben producir.
Contienen su dosis de publicidad y el enjuiciamiento explícito sobre el hecho preanunciado:
el consejo casi de cómo disfrutar de ellos.
Reproducción en serie
Aumento del número de clientes, ampliados en cuanto a rango social
Particular sentido de lo trágico, de lo heroico, de lo moral, de lo sagrado, del ridículo,
adecuados al gusto y al ethos de un "consumidor medio", medio entre los bajos.
Difunden entre el pueblo las normas de una moral oficial
Obra de pacificación y de control
Favoreció la aparición del humor
Procuró un material de evasión.
Sostuvo la existencia de una categoría popular de "literatos"
Contribuyó a la alfabetización de su público.
Libro un objeto de serie que debe uniformar el propio lenguaje a las posibilidades
receptivas de un público alfabetizado que es más vasto que el del manuscrito. Produce
lectores que, a su vez, van a condicionarlo.
Los mensajes:
- Análisis estructural de la forma y cómo es determinada por las condiciones objetivas de la
emisión.
- Dirigidos a una totalidad de consumidores no reducibles a un modelo unitario
- Diferentes modalidades de recepción según la circunstancia y las diferenciaciones del
público.
- En qué medida la saturación de los varios mensajes puede colaborar a imponer un modelo
de hombre-masa.
Las comunicaciones de masa nuestro universo. Las condiciones objetivas de las
comunicaciones son aquellas aportadas por la existencia de los medios masivos. Nadie escapa a
estas condiciones, ni el virtuoso que transmite su propia protesta a través de los canales de la
comunicación de masa. Los hombres son semejantes entre sí y el difusor de cultura ha dejado de
ser el funcionario de un destinatario para convertirse en "funcionario de la humanidad". El
operador cultural debe ocupar una posición dialéctica, activa y cómplice, respecto a los
condicionamientos de la industria cultural.
Civilización del periódico = civilización democrática, nacimiento de la igualdad política y civil.
La visión «massmediática»:
a. Visión pesimista del hombre: lanzado a definiciones negativas. Una profecía chica y grande
al mismo tiempo, pues no sabe escoger entre el proclamado amor hacia las masas
amenazadas por la catástrofe y el secreto amor por la propia catástrofe.
b. La industria cultural es aceptada correctamente como un sistema de condicionamientos
ligados a los fenómenos antes citados. El sistema de la industria cultural extiende una red tal
de condicionamientos recíprocos, que incluso la idea de cultura se ve afectada: exige una
reelaboración y una reformulación. "Cultura de masas" se convierte en una definición para
indicar un contexto histórico preciso en el que todos los fenómenos de comunicación
aparecen dialécticamente ligados. Se ha preguntado en qué circunstancia la relación del
hombre con el ciclo productivo reduce el hombre al sistema, y hasta qué punto es preciso
elaborar una nueva imagen del hombre en relación al sistema de condicionamientos.
Las categorías fetiche de "masa" y "hombre masa":
Asociados a la lucidez del intelectual y la torpeza del hombre masa.
"El peor testimonio en favor de una obra es el entusiasmo con que la masa la recibe’’.
La crítica
No constituye ningún partido: se distancia de todo, cualquier nexo es para ella una cadena. Está
por encima de los afectos y los sentimientos. Es imposible pretender de ella que aniquile a la
censura, y que procure a la prensa la libertad que le pertenece.
Según Marx las masas, en cuanto adquieran conciencia de clase, pueden tomar sobre sí la
dirección de la historia y colocarse como única y real alternativa a vuestro "Espíritu’’.
Según la industria de la cultura de masas la masa, superadas las diferencias de clase, es ya la
protagonista de la historia y por tanto su cultura, la cultura producida por ella y por ella
consumida, es un hecho positivo.
Tanto el integrado como el apocalíptico tienen ideologías falsas porque asumen con máxima
desenvoltura el concepto fetiche de "masa": produce para la masa, proyecta una educación de
masa y colabora a la reducción de los auténticos temas de masa.
La existencia de operadores culturales masivos que utilizan a las masas para fines de propio
lucro en lugar de ofrecerles realizaciones de experiencia crítica es un hecho evidente.
Lo que se reprocha al apocalíptico
No estudia en concreto los productos y las formas en que verdaderamente son consumidos.
Reduce los consumidores al fetiche de hombre masa y al producto mismo. El mismo
colabora en la creación del fetiche.
En lugar de analizarlo, lo niega en bloque.
Manifiesta un complejo no resuelto de amor-odio: la víctima primera del producto de masas
es el propio crítico.
La crítica apocalíptica la exhibición neurótica de una sensualidad reprimida. El deseo del
crítico es tan intenso, que es apagado por medio de una condena de aquél, atenuada
mediante un elogio del arte, una especie de morbosa atracción. Cuando lo critica tan
emotivamente, lo que describe es el efecto que produce en él mismo.
Al crítico no le interesa el contenido, ni las modalidades estructurales, ni las condiciones
fruitivas del mensaje: lo que emerge es una forma de atracción morbosa. No nos ayuda a
sustraernos a la fascinación, sino a sucumbir aún más ante ella.
San Bernardo crítica contra un típico productor de "cultura de masas’’. En un contexto
histórico en el que la única posibilidad de educar a las masas era la traducción en imágenes de
los contenidos oficiales de la cultura. La catedral debía ser una especie de libro de piedra en el
que comunicasen a los fieles la historia. En su crítica, San Bernardo se traiciona y manifiesta la
turbación de quien ha sido oprimido y seducido por aquellas imágenes.
Organización de la cultura medieval:
Una clase producía una cultura elaborada a su propia medida y la comunicaba a las clases
subalternas
A los inferiores no les competía la elaboración de la cultura ni la responsabilidad de las
cuestiones públicas.
Cultura de masas
Cuando las masas entran como protagonistas en la vida social y participan en las cuestiones
públicas.
La cultura burguesa (‘‘superior’’) identifica en la masa una "subcultura" con la que nada la
une. La tentativa es unificar en un solo modelo cultural a la clase dominante y la clase
subyugada.
Reacciones de la población al estímulo de tipo activo y crítico: ante la revelación de un
mundo posible, nace un movimiento de rebelión. La interpretación del mensaje es según un
código distinto de quien lo comunica. Toda definición del fenómeno en términos generales corre
el riesgo de ser una nueva contribución a aquel carácter genérico típico del mensaje de masa.