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Carlos Rojas Sifuentes

ESTACIÓN /
DIVIDIDA

Poemas
Carlos Rojas Sifuentes

ESTACIÓN /
DIVIDIDA

Poemas
Estación / Dividida

Autor - Editor
Carlos Rojas Sifuentes

Primera edición: diciembre 2021

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Portada: Tour Eiffel, agosto 2018


ESTACIÓN POÉTICA

Después de escribir un poema haces otro, desechas los dos y lo inten-


tas de nuevo, y la noche languidece sobre tus ojos, pero quieres seguir
intentándolo, hasta que llega un verso mágico, como una llave que abre
las puertas del ingenio, y brotan todos los demás, en tropel, como una
incontenible avalancha de palabras.

Sientes que la sangre se enciende, sientes que debes apresurarte antes


que las ideas fuguen, sientes que no puedes controlarlo y escribes sin
detenerte, con profusión.

Entonces lo lees, una y otra vez; te satisface el primer verso, los otros no
llegan a complacerte; corriges, tratas de corregir, pero no puedes; dejas de
pensar un momento en el poema, lo vuelves a leer, y tu oído em- pieza
a acostumbrarse. De tanto repetirlo, haces que se escuche bien, de
tanto decírtelo ya empieza a parecerte un poema… pero te engañas,
estás escuchando tu propia voz, no la voz de los versos.

Piensas que solo si lo leen otros lo sabrás, pero sabes que ni aun así podrás
descubrirlo, porque desconfías de los demás. Ellos no son poetas como tú,
y aunque te guste escuchar halagos, recibir aprobaciones, leer comentarios
que derrochan admiración y creerte un elegido, sabes que nada es seguro.

Lo único verdadero es que no eres poeta antes de haber concluido un


poema. Uno que deja de ser tuyo.

El día resurge en cada palabra. Sigues escribiendo y publicando con


dedicación, hasta que alguien, desde unas líneas generosas te cuestiona,
diciéndote que no eres poeta porque escribes para los demás, te dicen
que eres más bien un complaciente escribidor, o un pergeñador de
frases intrascendentes.

5
Y en verdad, tú eres poeta cuando lo que expresas es honesto y puedes
arroparlo de sorpresa, de belleza y de misterio, aunque no lo quieras
compartir, porque la poesía se hizo para que cada quien pueda descu-
brir la hondura humana, la propia y la de los demás… ya es de cada
quien tratar de conectarla con el resto de la humanidad. Algo que a
veces se logra y se hace la luz sobre el poeta, pero, en ocasiones, todo
no es más que apariencia que el tiempo se encarga de cubrir de olvido
o vacuidad. Y también hay ocasiones en que el poeta puede morir antes
de nacer… cuando el silencio se traga la palabra.

Así pues, aunque toda la poesía es una misma voz continua, que se nu-
tre de la existencia y fluye de la figuración a la palabra, aunque, también
hay poesía singular, que, como ocurre en el universo, surge de vez en
cuando con un intenso resplandor, rescatándonos de la complacencia y
deshaciendo el caos. Y también, está aquella que no llega a ser realidad,
pues se queda en los bordes de la palabra o se hunde en el silencio,
donde no puede encontrar su voz, y el poeta muere sin saberlo.

Y es que la poesía no puede sobrevivir en el mutismo, pues la poesía es


una fuerza del universo, a la que puede dar forma un delicado susurro
o un exaltado fragor.

Larga y frágil es la palabra que no dice nada, como un tembloroso beso


a la ilusión o una exhalación que no acaba.

No es un poema el que no canta, ni el que ríe sin sentido en la pena o


llora porque no hace falta reír. Poema es un momento de silencio antes
de la exaltación desenfrenada pues el ansia que empuja a los versos dice
muchas cosas, aunque pareciera que no está diciendo nada.

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Como la vida:
Un remanso de sueños,
una larga travesía,
aposentos sin dueños,
la estación dividida.

7
ESENCIA POÉTICA

Todo lo que viví:


El tiempo perdido,
las horas ganadas,
los días transcurridos,
la vida dejada de vivir,
la plenitud de mi ser
derramando su esencia.
Todo… o casi todo
ha quedado plasmado
en unos cuantos poemas
que me repiten y proyectan
cada cuando adquieren voz
en un pedazo de existencia.

9
UNA HOJA VACÍA

Puedo ser una hoja en blanco,


dispuesta para delinear las palabras,
sin marcas ni sombras dispersas,
cual un palimpsesto inmaculado,
borrado por un soplo del tiempo, e
impregnado de la verdad desaprendida.
Una hoja desnuda yo puedo ser,
dejada sobre el rectángulo mágico,
donde imprime sus sueños la poesía,
limpia como una mañana lluviosa,
ante los ojos inciertos del poeta.

Y puedo tragarme el horror al vacío,


y volver a escribir todas las horas
que se quedaron quietas en el reloj,
sin detenerme en los gerundios,
ni en la cansina voz de los adverbios.
Decir lo que me viene del silencio,
sin callar el grito aglomerado,
inundando los bordes del pliego,
hasta llegar a dibujar mi vida toda,
con garabatos mil sin coherencia,
que son laberintos superpuestos
para evitar que un día puedan
descubrir quién soy yo en esencia.

10
DE UN HOMBRE SENSATO

Cada mañana,
empezar a vestirme
es siempre la misma mierda.
La cortina que no atrapa el día,
el sueño pegado a mi espalda,
la sábana que me abraza, y la casa
encima, distrayéndome los minutos.
Salgo con un beso y el desayuno en la palabra,
busco la tierra, su rumbo, sus posibilidades,
y me entrego al sufrimiento de las distancias,
para llegar al lugar donde fabricaré necesidades,
sueños para el mediodía y jubilación anticipada.
Donde, si acaso puedo acumular excedentes,
me compraré esos brillantes libros
que tan bien lucirán entre mis parietales.

Empleado de tiempo ajeno,


propietario de una ilusión,
dependiente de la miseria,
beneficiario de una remuneración.
Autor de proyectos inconclusos,
y en ese trance alienado,
el reloj me dará con sus horas el viernes,
sin haber podido llegar al jueves
con los bolsillos bien alimentados.

11
Pero, en cada hora rendida,
voy proyectando mi propio tiempo,
como una estrofa de la lluvia,
bañándome de larga espera,
para intentar ser otra vez el hijo, el padre,
el esposo que ama inmenso,
y el gran imbécil que la gente aleja
y las calles proscriben,
porque quiero subvertirla toda
únicamente con poesía.

12
HABITAT

Vive mi espíritu en un cuarto sin ventanas


donde escribo las palabras que añado
a las palabras que soy yo en materia.

Desde este cuarto veo madurar a los libros


y veo morir de sabiduría a las polillas,
tengo una lámpara y un aire de mármol
y tengo cuatro rincones que nada esperan.

Todos los días subo a verme en ese cuarto


desde una casa hecha al azar debajo suyo.
Entonces su espíritu me traga y puedo ser
un-hombre-que-lee-y-trabaja-en-su-cuarto-de-estudio.

Desde siempre soy un cuarto que adormecido espera


frente a una hoja en blanco que me incita
a volcar palabras que en el silencio asoman.

Su soledad es el refugio de mis sueños,


las hojas que extiende son palabras en espera,
y la vida en sus libros es llegar a ser uno
que llene los silencios con ruidosas presencias.

Las tardes abren ventanas a mi espíritu


y yo alzo vuelo desesperado
buscando un Dios que haya sido malo
para que mueva mi mano
y quiera vivir en mi hombro
por el tiempo que dure la poesía.

13
HECHURA

Estamos hechos de azul noche,


de Luna en invierno y frío gélido del mar.
Somos destellos de blanco sobre las olas
y pálidos restos de arena, de una playa
que hace tiempo se tragó la sal.
Estamos hechos de briza fresca,
de brillos lejanos en el techo del mundo,
del silencio cansino que brota de la ciudad.
Encuadrados entre dos estrellas,
al sur de la esperanza, al norte de la ilusión.
Y en medio, la certeza de la vida,
que se rehace cada vez que llueven
nuestros deseos de humanidad
sobre la rígida faz de la tierra, ahí
donde los humanos se agolpan para morir.

14
Atardecer limeño
DONDE CABE TODO EL AMOR

Más grande que el amor:


tus ojos, que desnudan mis ansias;
tus labios, que encienden mi pasión;
tu piel, que me somete a tus deseos;
tus palabras, que me definen por entero.

Y yo, perdido en ti,


alimentándome de tu esencia:
donde cabe todo el amor.

16
AVE NOCTURNA

Lista está la mañana


para recibir al sol,
mas no para verte
deambular las sombras,
ave nocturna.
Emplumada de oscuridad,
vuelve a tu refugio azul
antes que la luz te impregne
de blancas mentiras.
Aquí te queremos
helada y silente, misteriosa.
Porque la noche se duerme
si no la estás golpeando
con tus alas suntuosas,
ave nocturna.

17
LA CANCIÓN DE LA LUNA

Es de noche ya
y asoma la Luna
entre la bruma gris,
dejando ver su ajena luz
que hace apenas palidecer
a la tierra y a sus criaturas.

Es de noche ya
y la canción de la Luna
reboza de melancolía
en tu rostro encendido,
bañando tus ojos
de dulce candor.

Es de noche ya
y la Luna perlada
me lanza un guiño
y me invita complaciente
a robarte una sonrisa
con mis versos de amor.

18
AUTOSUPRESIÓN

Ya no sé dónde está mi casa,


mis recuerdos, mis ideas,
mis sentimientos cabales,
mi ausencia pertinente.

Adolezco de la vida inconclusa,


disruptiva, sin razón aparente.
Vivo enfadado con la nostalgia
de no poder mirar atrás,
porque se hace falaz el futuro.
El hambre aprieta estas sienes
y baja por todas partes,
consumiéndome de a pocos.
No es un hambre presente,
es la inexistencia de vida.
Vivir sin haber vivido y no ser,
pero, poder seguir siendo.

Me asumo como un yo ajeno


y cada palabra expresa ausencia.
La poesía aturde como una yaga
profunda en la inconsistencia.
La pérdida de inocencia no es
mi mal ausente ni mi presencia.

19
Busco ligar el futuro con mi yo,
que abunda en el pasado vacío.
Ya no sé dónde está mi cama
ni lo que se hace al anochecer.

Turbia es la existencia para quien


se acerca permanentemente
a su propia extinción.

20
DEJAR DE SER

Esa noche dejé de ser


un recipiente de esperanzas.

Mi cuerpo ya se ha cansado,
yace dormida mi alma,
no tiene fuerzas mi razón
y ya no hay sentidos en mi piel.
Porque, sin despertarme
abandonaste mis sueños,
huyendo sobre una nube
que resplandecía para ti,
pero, puso sombras sobre mí.

El olvido se parece a tu nombre


del que ya no me acuerdo más.

21
Serenidad
ESPERA

Ya no caen las tardes de estío sobre tu piel


y mi mano ya no toca el bronce bruñido
del que afloraba ternura y sal.

Llevas muchos días en el olvido


y aún no puedo borrar tu aroma
ni la impresión que dejaste en mi ser.

Aquí espero como siempre, frente al mar,


soñando que surges de la espuma blanca
como un prodigioso milagro de amor.

Sembraré mi anhelo y brotaré en la playa,


como una palmera inclinada hacia el sol,
con un ruego en cada amanecer, para verte llegar.

Ese soy yo:


esas hojas, ese tronco flexible que sigue al viento,
que se inclina al sol, que espera que vuelva el estío.

Ese que desespera cada tarde y retoña al salir el sol,


tratando de recordar por qué sigue aquí,
a pesar de no haber visto nunca un distinto amanecer.

23
RESIGNACIÓN

Mejor mañana
que tarde o nunca,
salir deste sueño,
desta tonta vanidad
de lograr tu amor,
siendo globo yo
y estando tú espinada.

Mirada inalcanzable,
cuerpo inasible.
Más tarde que nunca
la lluvia borra
tu nombre en la arena
y mis pies toman
el regreso a casa.

24
OLVIDO

Mi memoria está destinada al olvido,


como mis pantuflas desgajadas,
como ese cuerpo tendido en el camino,
y yo, a punto de ser liberado del pasado
que adormece mi destino,
que retorna cada día cual inasible hora
y se me planta como centinela
en medio de una improbable senda
que no sé siquiera si es la mía.

Adolezco de mi memoria
porque no me sirve cuando revive
y por eso la envío hoy al pasado
para que se quede en algún recodo
que antes no haya vivido.

25
POR CREER

He creído que algún hombre, con la desesperada mentira


cayendo de sus labios, como hilos de sabia embustera,
llegaría un día para tragarse mi lucidez con dos dientes,
cubierto con gabán negro, botines de piel y una mochila vieja.
Así como viene la noche a buscar un asiento en el bus.

He creído que pronto vendrían a indagar por mi nombre


gargantas a las que nunca retuvo una palabra sólida,
mucha gente adormecida a la que debo más de un domingo.
Y he vivido dando vueltas en la licuadora, ruidosamente.
Allí donde se preparaba jugo de temor e ignorancia.
Vagando por los largos pasadizos de la incertidumbre.

Desde que soy humano y tengo el pecho arado de desconfianza,


dibujo las líneas de mis zapatos en las costas de los semáforos
y espero en cada puerta diariamente como un visitante aterido.
Soy la gota de frío y desde entonces el corazón se me escarcha.
A nadie busco, parado junto a mi sombra juego a huirme.

26
AGONÍA

Esta noche
tengo el alma extendida
sobre mi cuerpo enfermo,
en vigilia,
cubriéndolo del frío
y del dolor,
vaciada sobre el molde
de mi existencia,
como una fervorosa frazada,
como ese inevitable cielo gris,
que cubre a la tierra,
y a pesar, desnudo, inerte,
esperando al borde
para huir a los infiernos
de la imaginación.

27
Luces de Venecia
LLUVIA NÚBIDA

De noche mi calle es gris


como la espera que recojo de tu ausencia.
Se miran todas las penas,
se sienten todos los gritos.
De noche la lluvia que lava mi tristeza
se parece a tu recuerdo,
ahogado en medio del mórbido bullicio
que arrojó tu vida a un vacío inasible.
Sentado en medio de la pista,
invariablemente, espero a diario
que me recoja tu sangre aún fresca
y que me lleve contigo a ese lugar
a donde van todos los atropellados.
Voy como el polvo pegado al sudor
que en medio de la nada se desprende.
Y ya no soy uno, ni soy de nadie.

29
PURGENCIA

Purgo mi ser en tu sangre, diminuto,


como aliento de mariposa nocturna.
Hurgo en silencio tu tierra húmeda,
después de la lluvia efímera.
Obro tardíamente tu cuerpo, sembrando
memorias desentendidas, abriendo
el largo destierro a casa.
Inerte como una roca viva.
Desnudo, otra vez avergonzado.
Muerto, otra vez perdido.
Pago y me incorporo del absurdo.
Vuelvo a dejar que me agobie la vereda.
Huyo al mí mismo y sin protesta.
Ahogo el aire en palabras huecas.
Yo soy otra vez yo mismo, eterno,
hombre desmujerado y anodino.
Humano en búsqueda de humanidad,
que desanda el sendero de pétalos
y coge la lluvia entre sus ojos.
Nadie en casa va a esperar.
Nadie, y él tampoco es alguno.

30
ABISMO

Me gustaría
sentarme
un día
en el borde
de mi tiempo
para contemplar
el abismo
que circunda
mi existencia
y en un punto
fijar mi origen.
Una palabra,
un sueño,
una estancia
eterna.

31
REVISIÓN

Tengo que guardar en el fondo de mi encierro


las horas muertas y las dejadas de vivir.
Los sueños rotos, las yagas del corazón.
El día que se fue mi ausencia de compromiso.
Cuando la inocencia dio paso a la desilusión.
Cuando las ideas dejaron de ser mías
y las palabras me fueron a pertenecer.
Yo aquí no soy laboriosa abeja
ni polilla que se suicida en la luz.
Una vez más tengo que revisar mi agenda
y preguntarme: de dónde vengo… a dónde voy

32
NOSTALGIA

Como una nube dispersa


que corre hacia el viento,
que llueve levemente
sin tocar el suelo,
y cae como una roca
desde el borde
del universo,
tu ausencia
es inmensa,
sin límites,
y cubre de nostalgia el día.

33
La Tour

34
DESAPRENSIÓN

Ya las mañanas no me saben a gloria,


porque al poner un pie en el día
el aire frío me pesa en los pulmones,
el agua hiere mis sienes como una daga
y el sol parece haberse quedado dormido,
perdido en la tristeza gris del cielo,
sin llegar a colarse por mi ventana.
Ya las mañanas dejaron de ser mías,
porque los árboles no me saludan,
las flores abandonaron sus colores
y la tierra huele a un animal herido.
Ya ni siquiera tengo interés por la comida.
El olor del desayuno es como una piedra
que no penetra mis sentidos
ni alegra más mi paladar.
Vivo enfermo, acumulando males,
y de a pocos me voy ausentando
de esta miserable vida terrenal.
Pronto dejaré de ser yo, pero
ya ni siquiera abrigo esperanzas
que la muerte pueda salvarme
y entregarme a la eternidad.

35
ERES TÚ

No hay un Dios que me susurre al oído.


Es la voz de mi padre que susurra fuerte.
No hay una palabra santa que me apacigüe.
Es mi madre, que me acaricia con sus palabras.
No hay sonido que venga del cielo y ponga voz en mis palabras.
Es mi propia voz que me libera o me atrapa.
No hay un soplo divino que haga latir mi corazón.
Eres tú, mujer, eternamente tú.

36
UN VERBO QUE TE PRONUNCIE

Filología de la vida.
Buscando un verbo
que te pronuncie,
sin pasado ni futuro,
como un yo creado
a partir de los dos.
Sin vernos diferentes.
Sin ser uno mismo.
Aquí y ahora:
los dos.

37
VERDAD

Todo debiera ser escrito,


pero no todo se hará verdad.
Solo las flores y tus besos,
tu insondable belleza,
y frente a tus tiernos ojos,
mi rendida humanidad.

38
DESTINO

Yo no estoy diciéndole a la gente qué hacer,


para que no me digan lo que no tengo que ser.
Y pasa el mundo por todos lados, tan raudo,
o tan lento como me agobio en mi recaudo.
Sin palabras que me aplasten o me atraviesen
y aunque todos los que pasan me dijesen
que tengo que tomar la senda del destino
y forjar a fuerza de trabajo mi camino,
yo prefiero que pasen los años sin disgusto,
que por mucho que me reclamen no me asusto
de no saber qué acontecerá en el invierno,
porque si algo sé, es que jamás seré eterno,
aunque deje mi nombre por ahí regado
y en todas partes se fructifique mi legado,
pues, ese ya no seré yo, sino aquel humano
que disfrutó de cada mañana de verano
con el cielo en sus ojos y el sol en su sonrisa
y que fue tan efímero como la brisa.
Uno que no quieren que le digan que fue bueno
porque ya nada le resulta propio ni le es ajeno.

Esta estancia terrena es solo un tiento de vida,


que acaba cuando los sueños están agotados,
y aunque siempre es una apuesta perdida,
nos queda el gusto de haber lanzado los dados.

39
Viena reflejada

40
AL ATARDECER

Vea usted:
No tengo algo de qué hablar sino de todo,
porque nunca llevé un máster en nada.
Era la vida misma mi escuela y mi enseñanza
y de ahí saque lo poco que guardo en la canasta.
Me acostumbre a los días sin sosiego,
haciendo de todo lo que no tuviera importancia.
Amigos iban y venían entre la noche y el día
y no hay quien pueda decir que me conoce,
aunque fuera un libro abierto para las palabras.
Amores tuve, pero ninguno pudo ver bajo mi piel
y mi piel cambió en más de una estación,
pero no la sangre que corría debajo de ella.
En cuestiones de andanzas caminé mucho,
y sigo caminando, buscando al que perdí,
porque en algún recodo del camino se quedó
el que venía siendo y no pudo llegar aquí.
Ahora no me abruman los días sin mañana,
me sigue gustando vivir sin calendarios, aunque
se me amontonan los proyectos inacabados
que nunca pude llegar a concretar,
como estos dichos mismos que ya están
dejando de ser lo que quieren ser,
y ya se va la tarde con mis devaneos,
buscando con quien compartir un café
y hablar de poesía o de lo que disponga usted…

41
ALEGONÍA

Tus versos son


como una cascada
de dulces secretos,
tan enigmáticos
como el sol en invierno,
tan prístinos como
el cielo serrano,
tan llenos de ti
y de todas las cosas.

No hay simpleza
en tu palabra viva,
porque tú eres confusa
como el mediodía,
y, sin embargo,
tu palabra elegida
es un constante
descubrimiento
de estrellas.

42
CASA DIBUJADA

Una ventana vacía, sin cristal, sin cortinas.


Alrededor, la casa, perfectamente cuadrada.
Una puerta debajo, pintada de tenue marrón,
como en los dibujos que hacemos del hogar
cada cuanto queremos delinear la ilusión.
Un camino que viene de alguna parte, y el cielo
azul, detrás del techo cubierto de tejas coloradas
que aún no han sido bañadas por la lluvia.
Se suponen voces, que se presumen felices,
y afuera corren los perros y mueve el viento
a los árboles, mientras el río se deja escuchar
desde algún lugar no tan lejano del paisaje.
Pero hay tres errores en el primoroso dibujo,
que debemos descubrir paseando por sus formas:
1. Cuando tocamos la puerta nadie sale a recibirnos.
2. Cuando miramos por la ventana nadie se molesta.
3. Cuando saludamos solo nos escuchamos saludar.

Después de borronear colores, puedo concluir que


sin duda se trata del hogar que yo quería, pero,
es una casa vacía, porque le faltan dibujos de ti.

43
FUGACIDAD

Si ya me voy, que no entierren mi voz.


Que mi palabra me sobreviva en humilde papel
y que las hojas marcadas por mi experiencia
se desplieguen por el orbe como persistente brisa
para llegar a refrescar los sentidos
de quien quiera oírme dibujar sueños en la piel.
Y vertido en la letra, embebido en la creación,
dejar partículas de mi existencia en cada ser,
para que un día ya no tenga que nacer otra vez.
Dejar de morir en esta envoltura desechable,
rodearme de sueños con olor a permanencia
y despojarme de los retazos de vida
que protegen mal mi pertenencia eterna.

El oficio del hombre no es la muerte,


sino la existencia perenne que dejamos
en aquellos que extienden nuestros caminos
y prolongan nuestra fugaz humanidad.

44
POR EJEMPLO, TÚ

Goza mustia flor de los sueños que te quedan


que alguno llegará para dejarte probar su miel,
tan dulce como el roce del amor en los labios,
tan feliz como la palabra que desnuda un poeta.

Vive con la esperanza del tiempo sin manecillas.


Eterno, como el día de una flor del desierto.
Eterno, como las gotas del tembloroso rocío
que duermen sin haber visto morir al sol.

Búscate en ese minuto de ausencia,


tal vez puedas hallar a la que dejaste ir
y tomar su mano para que te lleve a donde
puedas llegar a ser la que tú siempre quisiste ser.

Y en un pedazo de cielo atado a la tierra,


puedas afincar tus posesiones más valiosas.
Tu cuerpo, por ejemplo, que madura los veranos
y los blancos inviernos que abrigan tus deseos.

45
Paseo madrileño

46
EL SILENCIO DE LAS HORAS

Se me fueron las horas


en decir sin palabras
lo que abunda en mi ser.
¿A dónde van nuestras sonrisas
si no sale el sol por la mañana?

Ahora ya no caben silencios, pero,


no hay palabras que decir.
La mueca triste del día asoma,
tan gris como las cenizas
del amor no correspondido.

Cuando me vaya de tu mundo,


ya no veré mis ojos en los tuyos,
y tu mirada no me cantará alegrías,
como hacen la lluvia sobre las hojas
y la briza de verano sobre la piel.

47
NAVEGARÉ LA ESPERA

Ya no sé cómo vivir.
Tal vez sembrarme en la tierra
para esperar la lluvia
y desear que mis sueños florezcan
bebiendo rayos de sol.
Tal vez ir a buscar una antorcha
en lo alto de la montaña
para quemar mi casa
con todos mis sueños adentro.

Seguramente dormiré bajo la Luna


esta noche tibia y soñaré
que mis manos se las lleva el río,
mis pies vuelan sobre las nubes,
mis ojos navegan en el mar
y en mi pecho brotan girasoles,
mientras mis palabras hacen una fiesta
a orillas del viento, en un pedazo de cielo,
pintadas de un nuevo color.

48
GOTA SIN LUZ

Soy la gota que ha colmado el vaso


y voy por ahí, empujando un río, con
que rebasar los límites de la paciencia.
Vivo de noche para no volverme nube
y ando turbia de tanta oscuridad.
No soy el agua que te dará vida,
ni seré simiente de tu felicidad.
Solo una gota pintada de cielo negro,
triste como una célula de dolor
cayendo de tus ojos, sin consuelo.
Regando la tierra que te acoge
de tu inconmensurable humanidad.

49
POR EJEMPLO, NOSOTROS

Por ejemplo, tú tienes la voz azulada


como el espacio que rodea mis anhelos
y ocupas cada noche mis desvelos
cuando lleno mis ojos con tu mirada.

Por ejemplo, yo tengo sed en la piel


y en el deseo horizontes pequeños,
donde concluyen todos mis sueños
y mi sangre bulle por probar tu miel.

Por ejemplo, nosotros la noche inventamos


para bañarnos de luz al amanecer,
morir un poco en los pliegues del placer
y recordar que alguna vez nos amamos.

50
MI VIDA POR UN LIBRO

Mi vida por un libro, y no muerte apenas, sino existencia total hasta el infinito.
El que leo, el que escribo, el que quiero ser desde que aprendí a vivir
entre líneas.
Mi absurda existencia de temeroso creador de dioses, impregnada en
las hojas.
Clamando por ser autor de una comedia de flagelos morales hasta el
hastío.
No una novela ni un pasaje de la creación de la humanidad, sino ape-
nas un epitafio.
Para todos los malditos poetas que murieron bien siendo unos desgraciados.
Un libro para devolver del suicidio a los que dejaron su obra inconclusa.
Y en él, yo, provocando a las palabras cada salto de línea, cada vuelta
de página.
Mi vida entre dos tapas, reuniendo las horas dejadas en cada sorbo de café.
Mirando una y otra vez los atardeceres colorados que pintaron mi cielo
de cristal.
Rodeado de ajadas voces que me pedían que publique para ocupar su lugar.
Uno y no muchos libros reunidos todos en él, resumiendo la totalidad
de las cosas.

Y yo aquí, esperando con mi pulmón en un sobre, a que el editor me


llame.
Mi vida por un libro y no uno apenas, sino muchos más, que pagaré
con mil faenas.
Esos libros que se han dormido de tanta espera y los que esperan ilu-
minación terrena.

51
Tras la horas

52
BIENCOMER

La hora del almuerzo es siempre una fiesta


de animales muertos y plantas mutiladas
que el duodeno disfruta absorbiendo
para llenar el día de alegrías mil.
Pero nada es lo que parece:
Sabores que el paladar no puede mezclar,
masas informes imposibles de digerir.
Y el gen antiguo que sufre y se desboca,
dejando sin defensa a nuestra humanidad,
que durante la noche se ofrece como aposento
de males cientos que procrean a discreción
y tienen tanto derecho a nuestro cuerpo
como el glóbulo azucarado que desarma
la neurona fallida que no conecta con la realidad,
o la destructiva bilis del misántropo.
Tú, yo, él, ella…
Si hoy vas a buscar comida, que ella no te coma,
ni te posea, sino te ayude a vivir más.

53
SEMILLA

Me concentro en la semilla
y en su posibilidad.
Me pregunto si me mira,
si escucha mis palabras,
si hace caso a mis ruegos,
si le gusta mi cantar.

Me concentro en la semilla
y en su posibilidad.
Me pregunto si está muerta,
si acaso renacerá,
si la lluvia vendrá,
si este año se cosechará.

Me pregunto si se ha hinchado,
si ha reventado de felicidad,
si ha echado raíces,
si busca la humedad,

Me oigo decir que


la lluvia siempre podrá
despertar los sentidos
que descansan bajo tierra,
en el corazón de la semilla.

Me pregunto cuándo brotará.


Cuándo buscará el cielo.
Cuándo se hará planta.

54
Cuándo lloverán de su tallo
las reverdecidas hojas.

Por eso la rodeo con sigilo,


le digo secretos de vida,
le canto a su epispermo,
le hablo a su cotiledón,
le ruego a su radícula,
y cuando surge el primer brote
es una fiesta en el corazón.

Cuando se empina el frágil verde


bullendo de vida en el campo
me aposto ante las tiernas yemas
para vigilar su crecimiento.
Por las noches busco a la Luna
para que no la inquiete
y la deje dormir.

En el día le pido al sol


que le de mucha luz,
pero que no la sofoque.
A la lluvia le pido que calme su sed,
al trueno que no la asuste,
a la nube, que de vez en cuando
le proporcione sombra.

Al frío le pido
que no la congele.
A las aves amenazo
con gritos.

55
A los insectos
no quiero ver
rondando sus verdes.

Y a los hombres
les pido que me enseñen
de aquella vez primera
en que cuidaron bien
a una semilla
y ella los hizo feliz
regalándoles su fruto.

No sé si la semilla me sirve
o yo sirvo a la semilla,
pero nos encontramos
cada estación previa
para repetir la siembra,
para repetir la espera,
para compartir la vida.

56
AQUÍ

Aquí, sobre esta loma, habitan cuervos, envueltos de brumas


que discurren gota a gota
y graznan, desparramando sombras,
hundiendo la noche en la oscuridad.
Una lluvia de cielos vacíos sobre las sucias copas
que se ofrecieron al verano,
libando dellas propias,
con éxtasis de notoriedad.
Por la mañana despierta el ala dormida y duerme,
vuela el sueño entre las horas,
desplegando la nube sobre la tierra,
cubriendo el agua de humedad.
Es aquí donde se agolpan los ruidos del miedo,
como truenos que agotan el sueño,
en una noche tibia de primavera,
despiertos los verdes de la ciudad.

57
UN NOMBRE NUEVO

Yo sé un nombre nuevo,
lleno de sabiduría,
que me abarca.
Lo llevo dormido
desde esta mañana.
Yo sé que despertará
cuando el sol madure
y acaricie con su luz
las tiernas semillas;
cuando la lluvia
se reparta por igual
sobre la tierra sedienta,
y las manos recojan
solo aquello
que nos da vida.
Llevo dormido
un nombre nuevo
en mi palabra,
y una voz
que necesita
mirar adentro
y poner el suelo
bajo los pies
para empezar a caminar.

58
REUNIÓN

Te reúno en mi palabra
porque me sabes a fruta tierna,
a pan recién horneado,
a lluvia en medio de la sequía.
Y te celebro entre recuerdos
de amores que no fueron,
de amores que perdí,
y de amores sin olvido
que me hicieron sucumbir.

Te reúno en mi palabra
porque desnudas mi silencio
y arrojas mi edad cansina
a los abismos de la pasión.
Pero no puedo pronunciarte entera
porque tu nombre rebasa a gritos
mi escasa voz susurrante.

Te reúno en mi palabra
porque tu nombre se me asemeja,
pero las cosas que hay en ti,
por creación o por experiencia,
las hay en mi invertidas,

59
pues, aunque llegamos
al mismo punto equidistante
en el que se encuentran
la noche con el día,
divergieron nuestras miradas,
porque,
mientras tú bajabas sonriendo
yo entre lágrimas subía.

60
Las manos de la Gioconda

61
S

R
Y

O
S

E
R

Ser no te hace ser, sino, ser y hacer


porejemploporejemploporejemplo
ser mujer no te hace más sensible
ser naturista no te hace más sano
ser hombre no te hace más fuerte
ser gay no te hace más tolerante
ser mayor no te hace más sabio
ser deísta no te hace más justo
ser amante no es saber amar
SER
Sin
saber
sin sentir
sin compartir
no te hace humano

62
MORIR DE A POCOS

Esta noche tengo una pena


que me asesina lentamente,
desde algún lugar del silencio.
Tiene la forma de un sueño roto,
como un ideal no cumplido.
Pero, no me deja morir enseguida,
me sumerge en lenta agonía.
Viene y se va como la nube
que oculta el cielo azul.
Esta noche la Luna llena
está perdiendo su redondez,
porque la perfección dura apenas
unos giros en el espacio,
y el costo es morir de a pocos.

63
TU NOMBRE BAJO LA LLUVIA

Cómo dibujar tu nombre bajo la lluvia


si la tinta se diluye bajo mis dedos
y el papel se humedece
hasta fundirse con el agua
y hundirse bajo mis pies.

Cómo dibujar tu nombre bajo la lluvia


si las gotas que caen
brotan de mis sentidos
y rasgan con su dolorosa sal
mi temblorosa letra.

Cómo dibujar tu nombre bajo la lluvia


si mis ojos son una turbia esfera
que se funde con la tristeza
y envuelve tu recuerdo en una nube
que precipita mi esencia.

Cómo dibujar tu nombre bajo la lluvia


si con las horas el día pierde su color
y me arroja sobre un mar de dudas
pensando que tal vez ya me olvidaste
mientras yo trato de recordar tu nombre.

64
HUMANIDAD
(“Versos de Acogida”. Barcelona 2018)

Llegas a mí con tu bolsa de sufrimientos,


desde aquel lugar que alguna vez
albergó tus mejores sueños,
y era tuyo.

Llegas sin haber contado tus pasos,


sin bolsa de viaje y pasaje de retorno,
sin itinerario de museos,
sin visa schengen.

Llegas, como se llega a emergencias,


con una larga pesadilla a cuestas,
un niño perdido en la niebla
y tus manos asiendo la nada.

Y yo no me animo a mirarte,
a levantar las manos para tocarte,
a entregarte una sonrisa siquiera.
Y sigues de largo, a otro país,
a otra espera de nunca acabar.

65
Mientras mi humanidad se regocija
de no andar sobre tus calzas,
sin apenas darme cuenta que
no podría disfrutar de este día
si no hubiese amanecido
sobre tu ausencia,
sobre tu hijo muerto,
sobre tu país destruido.

Si alguna vez te hablan


de la humanidad,
diles que es un lugar
donde se esfuman los temores
y una mano amiga se extiende
para entregarte su protección.

66
LAMENTO

En tu silencio de nube dormida


reposa el sonido de mi desdicha.
Un callado sueño de alma muerta,
un horizonte sumergido en la nada.

Regados sobre una piedra gris,


los sueños que tejí contigo se diluyen
como un manto de humanidad perdida.

Allá estás, solitaria con tu desdén,


sobre una montaña de frío abrigo.
Del otro lado de la Luna será,
que me están esperando sus besos.

67
La espera

68
1975

Junio, luz de lumbre


agónica,
mecida por el aliento
del crepúsculo,
y un café que enciende
lo que queda de la tarde,
mientras Eric Carmen
grita
en el fondo de mi oído
a Rajmáninov:
All by myself anymore,
rompiendo el tiempo
que me aleja
de aquella tarde
del penúltimo día
de 1975.

Con las últimas luces


el tedio me abandona
y vuelvo a tomar las letras
para escribir sobre ti
y lo que somos
hoy… ahora.

69
ME RÍO

Yo ya no me río de la vida,
si cuando miro la mía
sin la careta feliz
que le puso el miedo,
ya no me puedo reconocer
en la que he vivido.

Yo ya no me río de la vida,
si tengo el alma dormida
en un sueño fugaz
del que despertaré agotado.

Yo ya no me río de la vida,
si me faltan dientes
para asirme a los años
que me quedan por morir.

Yo ya no me río de la vida,
busco un rincón
para intentar llorar,
tras mi máscara de sonrisas

70
UBICUIDAD

Un lunes en la mano
para llevarlo hasta el domingo
y así pasar el tiempo rodando
sobre las palabras
que llenan el espacio
de complaciente silencio.
Yo ya me caigo del bolso
sin mucho preámbulo
y me voy a remendar las ganas
de servirme del tiempo
para anochecer días incompletos,
que es una obligación
cubrirse de las penas
cuando se tiene tan pocas reservas
y el frío sube hasta el esternón.
Una banca me espera en el parque,
allá donde ocurren todas las cosas,
para dialogar con mi tiempo
y dejar ordenados mis asuntos
desde la noche al atardecer,
que uno no se parece a nadie
cuando se ha encontrado finalmente.

71
YA PARA QUÉ

Ya para qué, si no le salen cuerdas a mi guitarra,


ni el sillón de la sala me arrulla en sus brazos.
Buscar entre las hojas mis recuerdos olvidados
es inútil ahora que ya declina mi línea de vida.
Otro martes quizás hubiese empezado la semana
después de digerir el lunes bajo mis párpados,
pero ahora los días son como un frío domingo,
perdido entre las gotas de una pertinaz niebla.
Una descolorida barca hecha de agua mansa,
que hunde sus horas en la triste monotonía.
Un camino de la nada a la ausencia total.
Un yo ser sin vestigios de yo haber sido.
La repetición de frases y gestos, en el silencio
que hacen mis oídos, cansados ya de escuchar
aquello que no llega, pero espero sin apurar,
mientras el mundo gira sus horas completas
y le llueven estrellas en todos sus hemisferios,
me pregunto, sentado en el borde de mi tiempo,
ya para qué, si no me calzan las botas, he de andar
fijándome, a dónde este camino me llevará.

72
UNICORNIOS SEDIENTOS

En el camino
los cíclopes cuidan
el reposo
de la Luna,
sobre los charcos
efímeros
que los unicornios
absorben,
con su infinita sed
de acontecimientos.
Y aquí, el jueves,
colgado del calendario,
entre el goce,
el tedio
y el hastío,
roza el cansancio
al que se abandonan
los huesos,
en su semana
sin fines,
y deja caer gotas
de utopías pasadas,
almacenadas
en el olvido.

73
La ilusión del progreso

74
LA INCLEMENCIA DEL TIEMPO
(Jesús María, antes de la pandemia)

Lima mía, en medio de ti.


Desierto arado por el sueño.
Sembrío de fierro y cemento.
Espejismo de su añorada decadencia
Urbe que solo mira sombras en el cielo.
Nación que olvidó a las montañas.
Ciudad que vive de espaldas al mar.
Y a pesar… el lugar de mis desvelos.

Es medianoche ya,
y desde mi ventana me busco
hurgando entre la niebla,
que cubre la calle con su manto húmedo
y apenas deja ver atisbos de luz,
coronando los faroles que asoman
sobre la masa gris que envuelve a la ciudad.
El sueño se cierne inevitable sobre mis ideas
y se agotan ya las razones para seguir escribiendo.
La noche discurre lenta, en medio del estío,
pero un extraño frío de otoño se extiende,
vaciando las calles de perros y de gente sin dueño.

75
Me resisto a dejar en el abandono a mi cuerpo,
en medio de una batalla entre razón y sentimientos,
que quiere darles forma y reunión a las palabras;
pero, resulta ineludible tener que poner fin al día,
aunque una taza de café pretenda disipar la niebla
que a estas horas turba mis pensamientos.

Tendré que postergar este encuentro con mis letras.


El tiempo discurre inclemente y no abundan las ideas.
Mañana iré a caminar por los bordes de mi existencia,
tentando una vez más a la vida.

76
SERÁ MAÑANA

Me voy mañana a recorrer el mundo


con una bolsa de panes en la mochila
y unas cuantas monedas para el camino.
Antes de irme, sacaré mi pasado a la calle,
cerraré la puerta y arrojaré la llave,
para emprender una marcha sin retorno
a ningún lugar que pueda recordar.

Al partir no habrá quien asome a la ventana


para despedirme, ni yo miraré atrás,
y todos los recuerdos quedarán perdidos
en las esquinas de aquel cuarto vacío
que la verdad nunca me cobijó bien.

A partir de mañana empezaré a recorrer


los caminos a los que mi padre no me llevó.
Pero, lo llevaré a él conmigo en la mochila,
en un cuaderno en el que escribo poemas
que le dedico a su ausencia.

A partir de mañana yo seré mi única familia,


y el mundo que recorran mis pasos
será en cada descanso mi nuevo hogar.

No tendré memoria para los lugares


que pisaré sin mayor preocupación
y seguiré rodando por el mundo
como una nube que no espera al sol.

77
Me voy mañana a recorrer la senda
que mis pasos aún no han descubierto.
No estoy seguro de llegar a ningún lugar,
pero quizás haga caso a lo que mi madre dijo
antes de volverse un altar en mi corazón:

“La tierra se acerca al cielo cuando caminas


con rumbo fijo y sin mirar atrás”.

No sé aún si haré la ruta de los vientos,


el sendero de los trashumantes,
o el largo viaje del incansable migrador.
Solo sé que recorreré la tierra,
hasta donde me lleve mi inagotable deseo
de ser uno con toda la gente
que no sabe que pasará mañana,
ni quiere saberlo… aún.

78
OCHO DÍAS PERFECTOS

Lunes:
Asoma una flor de cactus
sobre las espinas secas.
Martes:
Caen gotas sobre la piel
y refrescan los deseos.
Miércoles:
Un pedacito de cielo se posa
sobre tus ojos cansados.
Jueves:
En el aleteo de la mariposa
vibra la risa de un niño.
Viernes:
La música del corazón
alegra nuestros sentidos.
Sábado:
Un sueño de amor se va
y otro está tocando la puerta.
Domingo:
Descansan los sentidos
y duerme la razón.
Hoy:
La Luna descubre
el camino de regreso a casa.

79
ORBE POÉTICO

A media noche
un guiño de la Luna
me recuerda que aquí
también hacemos poesía,
de aquella que susurra al oído
o esa que estalla ante los ojos,
sobre las cosas nuevas que nosotros
no dejamos de agotar, de tanto decirlas.

¿Vienes aquí?
Esta es la tierra de los sueños,
el lugar donde se reúne la palabra.
No te esperaremos sentados en un café,
las calles te acogerán en cualquier lugar
y los caminos te llevarán a cualquier parte.
Te mirarán serenas las montañas.
El mar te arropará de misterios, y la gente
te dirá cosas que siempre quisiste escuchar.

No te vayas a buscar la poesía al pie de un recuerdo.


Los versos han cruzado todos los océanos.
Ella se construirá aquí, mira estos luceros impasibles
que ya pronto te sonreirán, acuéstate sobre un sueño.
La luz del día será la ocasión para verte absorto.

80
Y no podrás irte de una tierra en la que se vierte
el silencio y la voz contenida, el aura de un siglo
que tendrá a este orbe perennemente encendido.

Quizás no lo veas ahora, pero ya se llena la Luna,


ya sale el Sol, ya los poetas cantan.
La tierra entera es una gran fragua de palabras vivas.

81
Le ciel de Paris
LA SIESTA DE UN SUEÑO

A veces es bueno dejar dormir un sueño,


y en ocasiones no despertar de la ensoñación.
Impregnar las horas de segundos felices,
colmar algunos minutos de falsa ilusión,
perderse el resto del día en burbujas de tedio,
poner, lo que puede ser rescatado, en la mochila,
y al final del camino, puede que nos espere un niño
que le diga a todo el que pase por el lugar, que,
después de tanto, ha valido la pena haber vivido.

83
DECLARACIÓN

No me llamen si no están seguros de saber mi nombre,


el tamaño de mis sueños, el ancho de mi almohada.
No me digan que me quieren invitar a su casa,
si no saben que, cuando vaya, iré a desbaratarla toda,
llenándola de preguntas, dudas y desprecio por la verdad.
No esperen que acuda con el traje de un señor normal
y que lleve sobre los hombros la sonrisa puesta,
los pies callados y las manos llenas de felicidad.
No me cuenten lo que no quiero saber de la vida,
que me queda muy poca memoria para guardar.
Y si después de haber leído mi silencio, quieren oírme hablar,
no me pidan que me apropie del tiempo y llegue puntual,
que mis pasos no siguen al Sol ni descansan bajo la Luna.
Si miran una nube, es probable que me encuentren allí… o allá.
Espérenme, que tarde o temprano mi palabra los alcanzará.

84
DECÍA EL POETA:

Yo no escribo de noche
para no llenar la Luna de Sol.
Y se compró un gran sombrero
y un barco pescadero, y salió
para llenar sus redes
de gotas de mar.

Se fue a recorrer las playas del mundo


y a buscar los balcones de la tierra
para sentarse despreocupado
sobre su inconclusa travesía.
Abrazó los días de amable calor.
Por las tardes llenó de coplas su aire
y se aventuró a conocer las quimeras.

Aprendió a cantar como la naturaleza


y dejó de escribir acerca de la gente.
Hasta dejar de ser una huella hiriente
para convertirse en una tibia briza,
cada mañana, como una taza de café
que se despierta dormida
al anochecer.

85
Otros hay que todavía salen
a dejar bolsas repletas de poesía
los jueves por la noche,
que es el día del reciclaje
de manos desechas,
estrujadas sienes
y ojos de cartón.

86
SERÁ

Se me cayó del habla la palabra


y ya no me queda voz que dibujar
en ninguno de mis silencios.
Dormida yace ahora mi esencia
en alguno de los ensueños
que olvide ayer en mi almohada.
Pero, la espera no será eterna.
Será de noche cuando me encuentre,
será septiembre, lejos del frío.
Anudando las cuerdas de mi guitarra,
tragándome a bocanadas las horas
y mirando de reojo al amanecer,
con ganas de no volver a dormir.

87
LA ESPERA

Aquí está la espera,


larga como el desvelo,
ausente de presencias,
colmada de ansiedad.
Llegó puntual
a tocar mi puerta,
pero yo no estoy listo,
y ella no sabe esperar.

88
En camino

89
BURBUJA

Una burbuja
que sube, sube, se eleva.
Viaja lejos,
hasta que no la ves más.
Se trepa a las nubes
y cabalga sobre ellas,
siguiendo las corrientes
que cruzan el cielo.
Le llueve,
la remueve el viento,
la estremece la electricidad.
Se infla, se angosta,
el sol la hace brillar
y la Luna también.
Pero,
cuando llega la noche oscura,
sin luceros en lo alto,
La burbuja
se queda quieta de temor.
Va de estación en estación,
dándole vueltas
a las horas del día.

90
Sube y también baja,
en ocasiones pasa
sobre la cabeza de la gente
y la felicidad de los niños.
Y es cuando la ve uno
y con emoción la llama,
y la burbuja enternecida
recibe una emocionada caricia
que la deja sin aliento,
y como ocurre
todas las tardes de feria
en el pueblo,
una burbuja
muchas burbujas
caen al suelo
disueltas de goce
y mojan el piso con detergente
que los viandantes
llevan a casa impregnado
en la suela de su zapato.
Una burbuja lleva y trae
felicidad.

91
Y AL FINAL

Un camino,
un puente muy lejano,
unos árboles y un río.
Frío, viento, neblina
y en el aire la lluvia,
rebotando impredecible,
como transcurre la vida.

Un sendero,
un pasaje de la ausencia,
sin destino conocido.
Una ruta que se extienda
más allá de lo previsible,
donde se cansen los pasos,
tan lejos como sea posible.

Y al final,
una puerta sin llave,
sin ruido cuando se cierre,
y detrás de ella, pocas cosas:
Tres ventanas pequeñas,
un techo robusto,
una mesa y dos sillas,
una cocina despierta

92
y una cama a un costado,
con frazadas extendidas,
para dormir caliente
bajo el cielo azul de otoño,
con un sol que no queme
y un frío que no duela.

Solo una cosa más:


Tiempo y promesas
hechas a mis días por venir,
para encontrarme al fin
sobre una hoja blanca,
que dirá mucho más de mí
que de las palabras mismas.

Abril será y no me esperen,


que las gotas dormidas en mis ojos
cubrirán de ríos los caminos.

93
94
INDICE:

Estación poética 5

Poemas:
1. Esencia poética 9
2. Una hoja vacía 10
3. De un hombre sensato 11
4. Habitat 13
5. Hechura 14
6. Donde cabe todo el amor 16
7. Ave nocturna 17
8. La canción de la luna 18
9. Autosupresión 19
10. Dejar de ser 21
11. Espera 23
12. Resignación 24
13. Olvido 25
14. Por creer 26
15. Agonía 27
16. Lluvia núbida 29
17. Purgencia 30
18. Abismo 31
19. Revisión 32
20. Nostalgia 33
21. Desaprensión 35
22. Eres tú 36
23. Un verbo que te pronuncie 37
24. Verdad 38
25. Destino 39
26. Al atardecer 41
27. Alegonía 42
28. Casa dibujada 43
95
29. Fugacidad 44
30. Por ejemplo, tú 45
31. El silencio de las horas 47
32. Navegaré la espera 48
33. Gota sin luz 49
34. Por ejemplo, nosotros 50
35. Mi vida por un libro 51
36. Biencomer 53
37. Semilla 54
38. Aquí 57
39. Un nombre nuevo 58
40. Reunión 59
41. Serynoser 62
42. Morir de a pocos 63
43. Tu nombre bajo la lluvia 64
44. Humanidad (el rastro del migrante) 65
45. Lamento 67
46. 1975 69
47. Me río 70
48. Ubicuidad 71
49. Ya para qué 72
50. Unicornios sedientos 73
51. La inclemencia del tiempo 75
52. Será mañana 77
53. Ocho días perfectos 79
54. Orbe poético 80
55. La siesta de un sueño 83
56. Declaración 84
57. Decía el poeta 85
58. Será 87
59. La espera 88
60. Burbuja 90
61. Y al final 92

96
El autor:

Nací en Lima, en la Navidad de 1960. Soy abogado, profesor universitario y


escribidor de oficio.

El año 1992 publiqué mi primer libro de relatos: Crónica de Híbridos,


alejándome luego de los círculos literarios, más no de la creación.

He publicado artículos académicos y libros de derecho.

Desde el 2018 vengo difundiendo de manera permanente mi obra literaria


en textos impresos y revistas y páginas digitales.

La asociación española Poémame y BarcelonaActúa, publicaron un poema


en el libro “Versos de Acogida” y un relato en el compendio de relatos:
¿“Estat Civil? Voluntari@”. Luego, la editorial La Esfera Cultural, de
España, y las revistas Cuenta Artes, de Perú, y Virtual Quimera, de Costa
Rica, compartieron mis cuentos, así como la misma revista Cuenta Artes y la
revista Apofénicos de México, publicaron dos de mis poemas.

Se encuentran en preparación nuevas publicaciones, en poesía y narrativa,


que daremos a conocer en los próximos meses.
por primera vez, sufriendo el temora la existencia, y en la
que probablemente terminen reposando mis huesos, solo
hay dos estaciones, o una gran estación dividida: entre la
luz y la sombra, entre el calor pegajoso y el frío penetrante,
entre la tierra y el mar. Pero, nada que no pueda
soportarse.

Esta tierra no es de grandes contrastes, sin embargo,


nos la inventamos todos los días y hacemos de ella un
espacio para el conflicto: entre el odio y el amor, entre
la cordura y el desenfreno, entre la placidez y el tedio.

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