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La maestra Beatriz. 3
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muy travieso llevó un trombón al salón
y no terminó su trabajo. 33
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quienes trajeron la tarea, también le dio
un trofeo a Petra porque trazó muy bien 54
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sus letras. La maestra trabaja
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hasta las tres. Ella va a su casa en tren
porque en la ciudad hay mucho tráfico. 77
2º Primaria
LA LIEBRE Y L ATORTUGA. 5
EL CAMINO AL CIELO 4
Había una vez un niño caminando por el campo, cuando por entre las 16
nubes vio un angelito cantando una bella canción, que enseguida 26
desapareció. El niño pensó que por allí debían estar las puertas del 38
cielo, y que sería divertido ver que había. Así que comenzó a construir 51
una gran torre de madera para llegar a las nubes, pero cuando 63
fue muy alta, se derrumbó. Lo intentó también con adobe, con ladrillos 75
y acero, pero su torre siempre se derrumbaba. 83
Cuando iba a abandonar, volvió a ver al angelito, rodeado de más 95
ángeles, y al atender a la canción escuchó que su mensaje era que 108
allí sólo se podía llegar si se quería con el corazón. La curiosidad 121
desapareció, y deseó con todas sus fuerzas subir con ellos al cielo, 133
pero no pudo, y vencido por la impotencia y la pena, se sentó a llorar. 148
Lloró, lloró y lloró tanto que al salir el sol apareció en aquel lugar un 163
magnífico arcoíris, que precisamente fue a parar a la nube, donde se 175
abrieron las puertas del cielo. Y el niño recorrió aquel camino sobre el 188
arcoíris lleno de alegría, pues comprendió que solo con verdaderos 198
deseos del corazón se puede abrir el camino del cielo. 208
5º Primaria
LOS DI N OSAURIOS
Amanecer.
A las ocho de la mañana nos despertó un rayo de sol. Las facetas de las 23
lavas en las paredes lo recogieron y devolvieron convertido en una lluvia de 36
chispitas. 38
- ¿Qué me dices, Alex? – preguntó mi tío - ¿Has pasado en tu vida 54
alguna noche tan tranquila? No hay ruidos ni grito… 64
- El lugar es muy tranquilo, en efecto – repliqué -. Pero esta misma 77
calma tiene algo trágico. 82
- No te apresures. Recién hemos bajado al nivel del mar. Puedes 95
comprobarlo consultando el barómetro. Yo estoy deseando poder usar el 106
manómetro. 108
- ¿No nos resultará perjudicial la presión? 116
- No, iremos bajando lentamente y nuestros pulmones se irán acos- 126
tumbrando a respirar en una atmósfera más comprimida. Pero dejémonos 137
ya de charla y busquemos el paquete que arrojé. 147
Hans miró atentamente a su alrededor con su buena vista de cazador y 160
lo descubrió en una saliente, unos treinta metros encima de nosotros. 173
Poco después almorzamos frugalmente y regamos la comida con algu- 182
nos tragos de ginebra. Mi tío anotó algunos datos en su cuadernillo de 196
viaje y, señalándome solemnemente una galería oscura, anunció: 207
- Ahora, Alex, vamos hacia el centro de la tierra. Considera que en es- 221
te momento comienza nuestro viaje. 227
Enseguida preparó lo necesario para procurarnos luz. Las galerías se 238
iluminaron y cada cual se colocó su mochila. Alcé la cabeza y dirigí por úl- 253
tima vez mis ojos hacia el inmenso tubo en el que se dibujaba el cielo de 269
Islandia, temiendo no volver a verlo. 277
En la última erupción la lava se había abierto paso a través del túnel 291
que atravesábamos. El interior estaba alfombrado por un barniz espeso 303
ybrillante que centuplicaba la intensidad de nuestra luz. 312
La marcha no era demasiado difícil. El único cuidado que teníamos que 325
tener era el de no deslizarnos por la pendiente. Pero, por suerte, algunas 341
hinchazones en la erosión formaban peldaños. 348
En las paredes, la lava porosa tomaba formas de ampollitas redondea- 359
das y a nuestro paso cristales de cuarzo opaco suspendidos de la bóveda 372
se encendían. 375