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Teoría del sistema endocrino.

Como estuvimos viendo desde principio de año, una de las características de los seres vivos es
la homeostasis, la capacidad de mantener sus condiciones internas relativamente estables.
Esto requiere la coordinación de la información proveniente tanto del exterior como de las
actividades internas del organismo, para generar respuestas adecuadas en el momento
preciso. Esta comunicación se produce, fundamentalmente, a través de señales químicas que
generan una serie de reacciones, capaces de originar respuestas en las células donde actúan.
Como ya sabemos, algunos de esos mensajeros químicos se transmiten a través de las
neuronas, pero no son los únicos. Otros mensajes, “viajan” a través de la sangre. Las hormonas
son mensajeros químicos producidos en órganos llamadas glándulas endocrinas, que se
denominan así, debido a que sus secreciones son liberadas en el interior del cuerpo. Las
glándulas endocrinas están formadas por grupos de células productoras de hormonas y
rodeadas por una red de capilares sanguíneos hacia donde vuelcan su contenido, que se
distribuye a través de la sangre, por todo el organismo.

De acuerdo al producto que realicen y en donde liberen sus contenidos, las glándulas se
pueden clasificar en:

-Glándulas endocrinas: que ya describimos.

-Glándulas exocrinas: no producen hormonas y sus secreciones se liberan fuera del organismo
o en una cavidad interior. Ejemplos de estas glándulas son: glándulas sebáceas (producen y
secretan sebo, un lípido que humecta la piel), glándulas sudoríparas (producen y secretan
sudor), glándulas salivales (producen y secretan saliva) y glándulas mamarias (producen y
secretan leche), entre otras.

-Glándulas mixtas: tienen función endocrina y exocrina. Hay grupos celulares que producen y
secretan hormonas y otros grupos celulares que producen y secretan otras sustancias. El
páncreas es uno de los ejemplos más característicos: las células alfa y beta (en los islotes de
Langerhans) producen y secretan glucagón e insulina, respectivamente, ambas son hormonas
que regulan los niveles de glucosa en sangre. En otras zonas del páncreas, se produce jugo
pancreático que se libera hacia el intestino (el interior del tubo digestivo se considera “fuera”
del cuerpo)

Según su estructura química se diferencian tres tipos de hormonas:

1. Derivadas de aminoácidos. Como las hormonas tiroideas que derivan del aminoácido
tirosina.

2. Peptídicas. Son el grupo más numeroso y varían mucho en tamaño, algunas son
péptidos de muy pequeño tamaño, formadas por tan sólo 3 aminoácidos, y otras son
compuestos de carácter polipeptídico, que alcanzan varios cientos de aminoácidos.

3. Esteroides. Son las más importantes de naturaleza lipídica. Su estructura básica deriva
del colesterol (un lípido).

Nota sobre los aminoácidos: los aminoácidos (hay 20 tipos de aminoácidos) son las unidades
estructurales de las proteínas, la unión de varios aminoácidos constituye cadenas
polipeptídicas y el plegamiento de estas cadenas origina varios tipos de proteínas.

La naturaleza química determina como se sintetiza, se almacena, se secreta y es transportada


en sangre. También su vida media y su forma de establecer relación con su célula diana (la
célula en donde va a ejercer su acción) viene determinada por la estructura química de la
hormona.

En términos generales, las moléculas pequeñas y de naturaleza hidrófila (con afinidad al agua),
viajan libres en sangre, mientras que las de mayor tamaño o de carácter hidrófobo (lípidos, sin
afinidad al agua) viajan unidas proteínas plasmáticas transportadoras. Éstas últimas van
eliminándose de la circulación de modo mucho más lento, de forma que su vida media es
mayor que la de las que van libres en solución.

La unión de las hormonas a su receptor en la célula diana es condición ineludible para que
puedan ejercer sus efectos fisiológicos, las hormonas liposolubles tienen sus receptores
localizados en el citoplasma o en el núcleo de sus células diana, mientras que las hidrosolubles
tienen sus receptores ubicados en la membrana celular.

Una hormona ejerce su efecto solo en las células que tienen receptores para esa hormona. Por
lo tanto, si bien una hormona llega por la sangre a todos los tejidos, solo va a ejercer su acción
en las células de órganos específicos, llamados órganos diana o blanco, los cuales poseen el
receptor para la hormona que realizará una acción.

Se llama blanco o diana, haciendo alusión al juego de dardos. Los dardos representan las
hormonas y el círculo donde se arroja el dardo (que se llama blanco o diana) representa el
órgano donde la hormona realizará su acción.
Glándula pineal, también llamada epífisis, es una pequeña glándula endócrina que se
encuentra en el cerebro y produce melatonina, hormona que regula los biorritmos del
organismo. Su principal función a nivel fisiológico, conocida hasta el día de hoy, es la de
producción de melatonina. Esta hormona, modula nuestros patrones de vigilia y sueño (los
ritmos circadianos) y establece a su vez, nuestra entrada a la pubertad. Así es que la glándula
pineal es muy importante para nuestro funcionamiento diario (cuándo dormimos y cuándo
estamos despiertos, por ejemplo) y regula nuestro reloj biológico. Una pubertad demasiado
precoz, por ejemplo, puede estar vinculada a cierto funcionamiento anormal de esta glándula.

Hipotálamo: A través de la liberación de hormonas, el hipotálamo se encarga de la regulación


de la temperatura del cuerpo, la sed, el hambre, el estado anímico entre otras funciones.

Hipófisis o pituitaria: podemos diferenciar dos partes anatómicas de esta glándula: hipófisis
anterior o adenohipófisis e hipófisis posterior o neurohipófisis.

La adenohipófisis, produce y secreta las siguientes hormonas:

-Somatotrofina: estimula el crecimiento.

-Tirotrofina: estimula la tiroides.

-Gonadotrofinas: estimulan las gónadas.

-Adrenocorticotrofina: estimula la corteza suprarrenal.

-Prolactina: estimula la secreción de leche.

La neurohipófisis, almacena y secreta las siguientes hormonas (producidas en el hipotálamo)

-Oxitocina: estimula las contracciones del útero.

-Antidiurética: reabsorción de agua en los riñones, para favorecer su retención en el


organismo.

Tiroides: produce y secreta las siguientes hormonas:

-Tiroxina: aumenta el metabolismo celular.

-Calcitonina: disminuye la concentración de calcio en sangre.

Paratiroides: produce y secreta parathormona, aumenta la concentración de calcio en sangre.

Páncreas: produce y secreta las siguientes hormonas:

-Insulina: disminuye la concentración de glucosa en sangre.

-Glucagón: aumenta la concentración de glucosa en sangre.

Suprarrenales: en esta glándula, se diferencian dos zonas: corteza y médula.

-Corteza: produce y secreta glucocorticoides (formación de glucosa a partir de lípidos y


proteínas) y mineralocorticoides (reabsorción de minerales)

-Médula: produce y secreta adrenalina y noradrenalina, ambas participan en respuestas ante


situaciones de estrés.
Ovarios: son las gónadas femeninas, donde se originan las gametas femeninas (óvulos) y se
produce y secreta estrógeno y progesterona, responsables de los caracteres sexuales
secundarios y del engrosamiento del endometrio (capa interna del útero)

Testículos: son las gónadas masculinas, donde se originan las gametas masculinas
(espermatozoides) y se produce y secreta la testosterona, responsable de los caracteres
sexuales secundarios y la producción de esperma.

La retroalimentación o feedback.

Por efecto de la insulina, la concentración de glucosa se reduce en la sangre a medida que


aumenta en las células, ¿cuándo deja de actuar la insulina? La disminución de la glucemia es
detectada por el páncreas, que deja de producir insulina, y como consecuencia, al poco tiempo
aumenta el nivel de glucosa en sangre y se restablece el equilibrio. Cuando se llega a un cierto
nivel de glucemia, se activa nuevamente la producción de insulina en el páncreas y su
secreción hace descender el nivel de glucosa. Y así sucesivamente. Este tipo de control,
mediante el cual se regula la propia producción y liberación de una hormona, se denomina
retroalimentación o feedback. En este caso, la retroalimentación es negativa, ya que la acción
de la insulina, interrumpe su producción por parte del páncreas.

¿Qué pasa si disminuye mucho la glucemia? Si bien no habrá secreción de insulina, eso no
basta para aumentar el nivel de glucosa en sangre. El páncreas entra nuevamente en acción,
pero esta vez, se produce glucagón. Esta hormona, estimula la degradación de grasas y
proteínas, que se utilizan como fuente de energía. Al obtener energía de fuentes alternativas,
las células utilizan menos cantidad de glucosa. Además, el glucagón estimula en el hígado la
conversión de glucógeno en glucosa, que pasa a la sangre. En conjunto, estos efectos
colaboran para que aumente la glucemia, por eso se dice que el glucagón es una hormona
hiperglucemiante.

Eje hipotálamo-hipofisiario:

La hipófisis produce y libera una gran cantidad de hormonas. Algunas de ellas, estimulan a
otras glándulas, que a su vez, producen sus propias hormonas y controlan una gran variedad
de funciones. Así, directa o indirectamente, la hipófisis, tiene influencia sobre la mayoría de las
actividades del organismo, es por ello que se la conoce como glándula “maestra o rectora”.

Las secreciones de la hipófisis están controladas, a su vez, por el hipotálamo, un importante


centro de control de la homeostasis. El hipotálamo está constituido por células
neurosecretoras, grupos de neuronas especializadas que producen diversas hormonas, las
almacena y las libera cuando recibe un estímulo. Las secreciones del hipotálamo se dirigen
hacia la adenohipófisis, donde estimula o inhibe la secreción de las hormonas hipofisiarias.

Esta relación entre ambas glándulas, es llamada eje hipotálamo-hipofisiario.

Veamos un ejemplo. Un grupo importante de hormonas controla las reacciones metabólicas


del cuerpo, como la tiroxina (T4), producida por la glándula tiroides. Esta hormona tiene varias
funciones, estimula el crecimiento de los tejidos, es imprescindible para el desarrollo del
sistema nervioso y regula la temperatura corporal. Vamos a analizar la función del último caso.

Cuando el hipotálamo recibe de los termorreceptores información sobre el descenso de la


temperatura, comienza a producir y secretar el factor liberador de tirotrofina (TRH) Esta
hormona llega por los capilares sanguíneos a la adenohipófisis y estimula la producción y
liberación de tirotrofina (TSH), que es secretada al torrente sanguíneo y produce su efecto en
la tiroides, la cual comienza a secretar tiroxina. La tiroxina, actúa en todas las células y provoca
un aumento en el ritmo metabólico, lo que produce energía en forma de calor.

El aumento de la temperatura corporal inhibe la secreción de tiroxina por parte de la tiroides.


También actúa sobre la hipófisis, que deja de producir TSH y sobre el hipotálamo, frenando la
liberación de TRH. Hay una retroalimentación negativa, que regula su propia producción a
distintos niveles.

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