Está en la página 1de 10

REZO

A LA

SEÑOR
DE
LAS
TRES
TRIDUO AL SEÑOR DE LAS TRES CAÍDAS
UNAS PALABRAS PARA ACOMPAÑARTE EN EL CAMINO
"Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay
amor más grande que dar la vida por sus amigos, Y son ustedes mis amigos, si
cumplen lo que les mando. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo
que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que
aprendí de mi Padre." Evangelio según San Juan, 15,12-15.
C/. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
TODOS: Amén

ACTO DE CONTRICIÓN
Ten piedad de mí, oh señor, según tu grande misericordia; y por la multitud de sus
bondades, borra mis pecados. Lávame plenamente mi iniquidad y purifícame de mi
pecado, porque reconozco mi maldad y mi pecado esta siempre delante de mí. Si, he
pecado contra ti y he hecho el mal en tu presencia riégame con el hisopo y seré
purificado lávame y seré más blanco que la nieve. Aparta tu rostro de mis pecados y
borra todas mis iniquidades. Crea en mí, oh señor un corazón puro y renueva todo mi
ser, el espíritu de justicia. No me arrojes de tu presencia; no retires de mi tu espíritu
santificado. Devuélveme el gozo de tu socorro y fortaléceme, por la gracia soberana de
tu divino espíritu. Oh dios, tu no rechazas un corazón contrito y humillado. Señor, trata
mi pobre alma “que ha sido desolada como Sión”, según tu grande misericordia; y que
Jerusalén vea levantadas sus murallas. Amén.

PRIMER DIA

Oh divino maestro; tu nos mandas orar y velar y yo quiero hacer tu voluntad; y para velar y
hacerlo asiduamente, luchare contra la somnolencia y languidez del alma y la embriaguez
de los sentidos. Para conseguirlo, pensaré en ti, oh buen Jesús, en este mundo, vigilante
intrépido que has velado nosotros; allá en el cielo, vigilante eterno que sigues velando sobre
nosotros. Yo también quiero orar y velar. En mis pruebas, en mis angustias, en mis
aflicciones podre decir como Tú: “padre, si es posible, aparte de mí este cáliz”; pero no
dejare nunca de añadir: “que se haga tu voluntad no la mía”. Lo diré en la vida, lo diré a la
hora de la muerte: tu santa, tu adorable voluntad, solo tu voluntad, entera siempre, sobre
todo, y todas partes.

2
Al salir de la gruta después de la agonía, dijiste a tus apóstoles: “basta”. Tu nos dices que
reposemos en tu corazón, oh señor; y allí es donde quiero tomar reposo; allí pondré mi
morada. ¿Quién me separará del amor a mi Dios, que vive en el corazón agonizante de
Jesús? Ni en la tierra, ni en el cielo, ni en el tiempo, ni en la eternidad habrá quien me
separe de la dulce compañía de mi amable. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


V. Adorémoste cristo y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la primera caída de Jesucristo debajo de la cruz; con ella ha querido expiar
nuestras caídas y enseñamos a levantar por medio de la penitencia.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh buen Jesús, más que el peso de la cruz son mis pecados los que te hicieron sufrir
tantas penas; por los méritos de esta primera caída líbrame de caer en el pecado mortal.
Amén.

V. Adorémoste cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la segunda caída de Jesús; con ella nos enseña que, al recaer en el pecado, no
hay que perder la confianza sino esperarlo toda su misericordia; ni en las aflicciones y
penas de la vida caer en el desaliento, sino esperarlo todo de su bondad.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh Jesús, nuestra fuerza, preservarnos de toda recaída y no permitas que tengamos la
desgracia de perderte y hacer inútiles tantas fatigas y penas que sufriste para librarnos
de la muerte eterna. Amén.

V. Adorémoste cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la tercera caída de Jesús, su debilidad excesiva y la crueldad de sus verdugos;


el pensamiento de nuestras caídas sinfín y la inutilidad de su sangre para gran número
de pecadores, hace que sus fuerzas vengan a faltarle y vuelva a caer en tierra.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh Jesús, víctima de amor, he aquí que vas a ser inmolado por la salvación de los
hombres, dígnate aplicarnos los méritos de tu sacrificio en este mundo, a fin de que
podamos ofrecerte nuestras alabanzas durante toda la eternidad. Amén.
Se rezan dos salves.

3
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS DOLORES
Acuérdate, oh maría, que has sido constituida madre de los hombres al pie de la cruz; allí
en donde nos diste a la luz, en medio de los más crueles dolores y en tanto que tu divino
hijo daba su vida por nosotros. Allí oh dulcísima madre, comenzaste a manifestar tu ternura
maternal para los justos y para los pecadores, para el apóstol juan y para el ladrón
crucificado: aceptaste a juan por hijo según el deseo de Jesús, y obtuviste para el ladrón un
corazón contracto y el perdón de sus crímenes.

Recíbeme, pues, bajo tu protección; muestra en todas circunstancias que eres mi madre;
pero, sobre todo, muéstrame en loa hora terrible que marque el fin de mi vida, entonces,
sobre todo, tendré necesidad de tu protección maternal poderosa. Alcánzame la gracia que
pido a tu divino hijo, si es para su mayor gloria y provecho de mi alma; alcánzame un
corazón contrito y humillado; el perdón de mis pacados y un amor ardiente a Jesús y a ti;
consígueme morir santamente pronunciando tu bendito nombre y el de tu divino hijo; esto
ser para mí la prenda de salvación. Oh María, madre de dios y madre mía, ruga por mi
ahora y en la hora de mi muerte. Amén.

SEGUNDO DIA

Oh buen Jesús, recuerda que has prometido atraer todos los corazones cuando fueras
calvado en la cruz; aquí está mi corazón enternecido a la vista de tu muerte, no quiere
resistir más, atráelo todo entero a tu amor; tú has muerto por mí, yo no quiero vivir si no
para ti. Oh padre eterno, mira a tu hijo expirando; por sus méritos infinitos, ten misericordia
de mí. Oh buen Jesús, puesto que para perdóname hoy tan afectuosamente como me miraste
cuando estabas agonizando en la cruz; perdóname especialmente la ingratitud de que me ha
hecho culpable, pensando tan poco en tu dolorosa pasión y en el amor que principalmente
entonces me manifestaste.
Te doy gracias por haberme enseñado, a través de tus llagas y de tus miembros desgarrados,
el tierno amor afecto que conservas para mi en el fondo de tu corazón.
Desgraciado de mí, si, después de tal favor, dejo de amarte y si amo alguna cosa que sea
indigna de ti. Permíteme que te diga como uno de tus amantes dolores: “que muera por
amor de tu amor, oh tú que has dignado morir por amor del mío”. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

4
V. Adorémoste cristo y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la primera caída de Jesucristo debajo de la cruz; con ella ha querido expiar
nuestras caídas y enseñamos a levantar por medio de la penitencia.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh buen Jesús, más que el peso de la cruz son mis pecados los que te hicieron sufrir tantas
penas; por los méritos de esta primera caída líbrame de caer en el pecado mortal. Amén.

V. Adorémoste cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la segunda caída de Jesús; con ella nos enseña que, al recaer en el pecado, no hay
que perder la confianza sino esperarlo toda su misericordia; ni en las aflicciones y penas de
la vida caer en el desaliento, sino esperarlo todo de su bondad.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh Jesús, nuestra fuerza, preservarnos de toda recaída y no permitas que tengamos la
desgracia de perderte y hacer inútiles tantas fatigas y penas que sufriste para librarnos de la
muerte eterna. Amén.

V. Adorémoste cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la tercera caída de Jesús, su debilidad excesiva y la crueldad de sus verdugos; el


pensamiento de nuestras caídas sinfín y la inutilidad de su sangre para gran número de
pecadores, hace que sus fuerzas vengan a faltarle y vuelva a caer en tierra.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh Jesús, víctima de amor, he aquí que vas a ser inmolado por la salvación de los hombres,
dígnate aplicarnos los méritos de tu sacrificio en este mundo, a fin de que podamos
ofrecerte nuestras alabanzas durante toda la eternidad. Amén.
Se rezan dos salves.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS DOLORES


Acuérdate, oh maría, que has sido constituida madre de los hombres al pie de la cruz; allí
en donde nos diste a la luz, en medio de los más crueles dolores y en tanto que tu divino
hijo daba su vida por nosotros. Allí oh dulcísima madre, comenzaste a manifestar tu ternura
maternal para los justos y para los pecadores, para el apóstol juan y para el ladrón
crucificado: aceptaste a juan por hijo según el deseo de Jesús, y obtuviste para el ladrón un
corazón contracto y el perdón de sus crímenes.
Recíbeme, pues, bajo tu protección; muestra en todas circunstancias que eres mi madre;
pero, sobre todo, muéstrame en loa hora terrible que marque el fin de mi vida, entonces,

5
sobre todo, tendré necesidad de tu protección maternal poderosa. Alcánzame la gracia que
pido a tu divino hijo, si es para su mayor gloria y provecho de mi alma; alcánzame un
corazón contrito y humillado; el perdón de mis pacados y un amor ardiente a Jesús y a ti;
consígueme morir santamente pronunciando tu bendito nombre y el de tu divino hijo; esto
ser para mí la prenda de salvación. Oh María, madre de dios y madre mía, ruga por mi
ahora y en la hora de mi muerte. Amén.

TERCER DIA

Amabilísimo Jesús, deseo, con todo el afecto de mi corazón que todas las criaturas te
honren y glorifiquen eternamente por la llaga sagrada que fue abierta en tu divino costado.
Yo encierro y oculto, en esta abertura, mi corazón y todos sus afectos, mis pensamientos,
mis deseos, mis intenciones, y todas las potencias de mi alma; te suplico por la preciosa
sangre y por el agua santa que salieron de tu divino costado, que tomes entera posesión de
mí; que conduzcas en todas mis cosas y me consumas en el fuego ardentísimo de tu divino
amor.
Oh padre eterno, te ofrecemos en satisfacción de todos mis pecados y los de todo el mundo,
y en reparación de mi pereza, de mi negligencia y de tu amor desordenado, esta llaga
sagrada de tu amor divino hijo, la sangre y agua que de allí salieron y el amor infinito con
el cual te ha amado. Te suplico que, de esta llaga, viertas en mi corazón en mi corazón un
amor purísimo, ardentísimo y eterno con el cual te ame y te bendiga sobre todas las cosas;
que no desee más que a ti; que solo a ti te busque y que emplee todas las potencias de mi
cuerpo y de mi alma en amarte y glorificarte. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


V. Adorémoste cristo y te bendecimos.
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la primera caída de Jesucristo debajo de la cruz; con ella ha querido expiar
nuestras caídas y enseñamos a levantar por medio de la penitencia.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh buen Jesús, más que el peso de la cruz son mis pecados los que te hicieron sufrir tantas
penas; por los méritos de esta primera caída líbrame de caer en el pecado mortal. Amén.

V. Adorémoste cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

6
Considera la segunda caída de Jesús; con ella nos enseña que, al recaer en el pecado, no hay
que perder la confianza sino esperarlo toda su misericordia; ni en las aflicciones y penas de
la vida caer en el desaliento, sino esperarlo todo de su bondad.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh Jesús, nuestra fuerza, preservarnos de toda recaída y no permitas que tengamos la
desgracia de perderte y hacer inútiles tantas fatigas y penas que sufriste para librarnos de la
muerte eterna. Amén.

V. Adorémoste cristo y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador

Considera la tercera caída de Jesús, su debilidad excesiva y la crueldad de sus verdugos; el


pensamiento de nuestras caídas sinfín y la inutilidad de su sangre para gran número de
pecadores, hace que sus fuerzas vengan a faltarle y vuelva a caer en tierra.
Padre nuestro, Ave maría, Gloria.
Oh Jesús, víctima de amor, he aquí que vas a ser inmolado por la salvación de los hombres,
dígnate aplicarnos los méritos de tu sacrificio en este mundo, a fin de que podamos
ofrecerte nuestras alabanzas durante toda la eternidad. Amén.
Se rezan dos salves.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS DOLORES


Acuérdate, oh maría, que has sido constituida madre de los hombres al pie de la cruz; allí
en donde nos diste a la luz, en medio de los más crueles dolores y en tanto que tu divino
hijo daba su vida por nosotros. Allí oh dulcísima madre, comenzaste a manifestar tu ternura
maternal para los justos y para los pecadores, para el apóstol juan y para el ladrón
crucificado: aceptaste a juan por hijo según el deseo de Jesús, y obtuviste para el ladrón un
corazón contracto y el perdón de sus crímenes.
Recíbeme, pues, bajo tu protección; muestra en todas circunstancias que eres mi madre;
pero, sobre todo, muéstrame en loa hora terrible que marque el fin de mi vida, entonces,
sobre todo, tendré necesidad de tu protección maternal poderosa. Alcánzame la gracia que
pido a tu divino hijo, si es para su mayor gloria y provecho de mi alma; alcánzame un
corazón contrito y humillado; el perdón de mis pacados y un amor ardiente a Jesús y a ti;
consígueme morir santamente pronunciando tu bendito nombre y el de tu divino hijo; esto
ser para mí la prenda de salvación. Oh María, madre de dios y madre mía, ruga por mi
ahora y en la hora de mi muerte. Amén.

NOTA:
Después de la oración de todos los días se reza los misterios del santo rosario
correspondientes al día de la semana.
Se omite la letanía lauretana y se reza la letanía propuesta en la pág. 8

7
LETANÍA DE LA PRECIOSA SANGRE
Para pedir a dios nuestro señor la firmeza y maduración en nuestra fe

Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial. TEN PIEDAD DE NOSOTROS
Dios Hijo, Redentor del mundo.
Dios Espíritu Santo.
Santísima Trinidad, que sois un solo Dios
Sangre de Cristo, el unigénito del Padre Eterno SÁLVANOS
Sangre de Cristo, Verbo de Dios encarnado
Sangre de Cristo, del testamento nuevo y eterno
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra en la agonía
Sangre de Cristo, vertida copiosamente en la flagelación
Sangre de Cristo, brotada en la coronación de espinas
Sangre de Cristo, derramada en la cruz
Sangre de Cristo, prenda de nuestra salvación
Sangre de Cristo, precisa para el perdón
Sangre de Cristo, bebida eucarística y refrigerio de las almas
Sangre de Cristo, manantial de misericordia
Sangre de Cristo, vencedora de los espíritus malignos
Sangre de Cristo, que das valor a los mártires
Sangre de Cristo, fortaleza de los confesores
Sangre de Cristo, inspiración de las vírgenes
Sangre de Cristo, socorro en el peligro
Sangre de Cristo, alivio de los afligidos
Sangre de Cristo, solaz en las penas
Sangre de Cristo, esperanza del penitente
Sangre de Cristo, consuelo del moribundo
Sangre de Cristo, paz y ternura para los corazones
Sangre de Cristo, promesa de vida eterna
Sangre de Cristo, que libras a las almas del purgatorio
Sangre de Cristo, acreedora de todo honor y gloria
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Escúchanos
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten piedad de nosotros

8
V. ¡Oh Señor!, nos has redimido en tu sangre.
R. Y nos hiciste reino de nuestro Dios.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


(Y para cuando no se reza el triduo)

ORACIÓN AL SEÑOR DE LAS TRES CAÍDAS


Oh Jesús, que, a través de tu Venerable Imagen, que te representa en las TRES
CAIDAS que sufriste en tu Pasión santísima, has querido favorecer tanto a los
hijos de esta Parroquia y a cuantos te invocan en todas sus necesidades, vengo a
adorarte, porque eres mi Dios; a pedirte perdón porque te he ofendido; vengo a
darte gracias porque has sido mi divino bienhechor y a pedirte mercedes porque
estoy necesitado.
Al verte, oh Jesús, cubierto de ignominia por mi salvación comprendo que todo
lo puedo esperar de ti, pues que tanto me has amado. Todos los hijos de este
suelo así lo han comprendido, por eso en sus enfermedades buscan en Ti su
salud; en sus problemas, socorro; cuando las lluvias faltan, el agua del cielo; en
los peligros, protección.
Oh Jesús, nos has mostrado tu PROVIDENCIA DIVINA en esta parroquia; la
viuda se pone bajo tu protección; el que viaja lejos de su familia recibe de Ti tus
bendiciones y la seguridad de que cuidaras de él y de los suyos.
En las calamidades públicas has dejado ver tus cuidados por nosotros, en la
guerra nos defendiste, en la peste nos cuidaste y en el hambre nos alimentaste.
Por tanto, seguro, oh Jesús, de tu bondad para conmigo vengo a pedirte remedio a
mis necesidades, especialmente… (se hace una petición personal)
…Y a suplicarte me concedas todas las gracias, que sabes mejor que yo necesito,
siendo la mayor, QUE MUERA EN TU GRACIA, y así todos los míos.
Para asegurar el éxito favorable de mis peticiones te suplico me oigas por amor a
tu Sma. Madre, que lo es también mía, por gracia tuya, la Sma. Virgen María de
los Dolores. Amén.
Se reza una Salve a Ntra. Señora de los Dolores.

9
PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA

APASEO EL GRANDE, GTO.,


MEX

También podría gustarte