Traducción libre de: EGIPTION LIBRARIES IN HISTORIES IN THE WESTERN
WORLD Elmer D. Johnson - New York - The Scare New Press - 1970. por Bibliotecaria Documentalista Ana Lía Iñurrieta.
Las bibliotecas conocidas en Egipto estaban conectadas con palacios y
templos. En ellos, cuartos especiales eran diseñados para la preservación de manuscritos oficiales. Indudablemente, el archivo precedió a la biblioteca, y los registros de gobierno, iglesia o negocio, eran cuidados, ordenados y organizados, fueran sobre historia, medicina, literatura o trabajos teológicos. Como en Babilonia, los archivos y las bibliotecas estaban bajo la dirección de escribas especialmente entrenados y, en tiempos tan lejanos como la Quinta Dinastía (2400 A.C.) había referencias de una “Casa de Escrituras”, la cual era, aparentemente, un archivo público. Títulos tales como “Escriba de los archivos “o, “Escriba de las Sagradas Escrituras, y “Cuidador de los Registros del Rey”, fueron encontrados en las tumbas de hombres quienes, por su condición de escribas, gozaban de gran respeto. Aparentemente, antes del 2000 A.C., únicamente unas pocas personas podían leer y escribir, y el arte practicado por el escriba era considerado rito místico y sagrado. El que un Faraón pudiera leer y escribir era considerado tan inusual que se registraba en el epitafio de su tumba. Sin embargo, luego de 2000 A.C., la literatura se hizo más común y se encuentran evidencias de archivos de negocios y de bibliotecas privadas en los hogares de mercaderes y nobles.
Aunque las bibliotecas existieron en el antiguo Egipto, la
evidencia arqueológica de la existencia de colecciones específicas, es mucho más escasa que en Babilonia. En vez de los cientos de tabletas encontradas en las ruinas mesopotamicas, tenemos solamente fragmentos de textos, ilustraciones de tumbas, e inscripciones de las paredes y monumentos sobre la historia de las bibliotecas egipcias. Existe, por ejemplo, la evidencia que Khufu (Cheops), un monarca de la Cuarta Dinastía (2600 A.C.), tenía una “Casa de Escrituras”, y que esta práctica continuaba bajo sus sucesores; que más que nada fue una colección donde se guardaron juntos diferentes títulos tales como los “Archivos de los Sucesores” o, “Sala de las Escrituras de Egipto”, y “Casa de Sagradas Escrituras". El Rey Ramsés II (1300 A.C.), también conocido como Osymandias, tuvo una biblioteca de algo más de doscientos rollos en su palacio de Tebas. Este cuarto fue llamado “El Lugar Curativo del Alma”; era aparentemente una biblioteca religiosa o filosófica más que un archivo gubernamental. Al menos uno de los bibliotecarios de Ramsés es conocido por el nombre, Amen - em - haut, cuya profesión bibliotecaria fue anotada en su tumba. Existen lugares en diferentes tiempos que son evidencia de varias “Bibliotecarios reales” que habían sido encontrados en Menphis, Tebas, Heliópolis, y otros lugares. Acerca de las bibliotecas de palacio, es muy conocida la que en Tell-el Amarna, Amenhotep IV (Akrenathon en su capital), sobre el 1350 A.C.. Aquí, lo restos de una biblioteca habían sido encontrados en un cuarto designado como el “Lugar de los Registros del Palacio del Rey”. Esta biblioteca consistía de tabletas de arcilla escritas en caracteres cuneiformes. Como ya dijimos, la escritura cuneiforme era, en ese tiempo, una escritura internacional y diplomática. Esta colección de tabletas en Tell-el-Amarna consistía principalmente de correspondencia entre el Rey Amenhotep y varios estados vasallos egipcios y gobernadores extranjeros en Asia Menor.
Aunque estas cartas eran principalmente diplomáticas, mucha
historia puede ser obtenida de ellas para este período de la Dinastía Dieciocho, y también mucha información social y económica. Por ejemplo, que los doctores egipcios eran mucho más pedidos en las cortes de Asia Menor. Es probable que otros registros de esta biblioteca fueran guardados en cuero o papiro,y por las características del material hayan desaparecido.
Además de las bibliotecas en los templos egipcios, existieron las
colecciones en los palacios, aunque parece que en las primeras dinastías, el templo y los palacios estaban a menudo en el mismo edificio, ya que el rey era también un dios. La biblioteca del templo aparentemente empezó como una colección de manuscritos sagrados. EL LIBRO DE THOTH, atribuido al dios egipcio de la enseñanza, era posiblemente el núcleo alrededor del cual tal colección comenzaba. Los libros sobre otros dioses egipcios fueron añadidos, con escrituras de exposición y comentarios sobre ellos . En suma , existían libros de ritual con instrucciones de ciertos ritos religiosos y cómo debían ser ejecutados, junto con himnos y encantamientos. Existían también dramas sagrados, tales como el DRAMA DE OSIRIS, desde cerca de 1800 A.C.; del cual solamente una fracción ha sido descubierta. Gradualmente las bibliotecas del templo incluían mucha literatura secular o relacionada con lo terrestre, especialmente ciencia, medicina o astronomía, perfectamente conectadas con la religión egipcia. Así la biblioteca del templo egipcio era mucho más que un archivo de la iglesia: se convirtió en una biblioteca en el completo sentido de la palabra. Algunos templos tales como el de Abu Simbel sobre el Nilo superior, tenían comunidades sacerdotales y un gran número de personal: sacerdotes, el templo comunitario incluía granjeros, vendedores, artesanos y una minoría de oficiales y empleados, todos conectados con el mantenimiento del templo y sus tierras y propiedades.
Para mantener toda esta actividad comunitaria, un número de
escribas cuidaban los registros, enseñaban en las escuelas, y servían como “guardadores de libros” en las bibliotecas que contenían, no sólo trabajos teológicos sino también escrituras tecnológicas, literatura, anales históricos, y textos prácticos en muchos campos. En algunos de los templos existían, aparentemente, dos bibliotecas; una biblioteca general para el uso de aquellos que podían leer, y otra interna de trabajos teológicos, para el uso exclusivo de un selecto círculo de sacerdotes. En un templo llamado Casa de la Vida, existía un grupo especial de sacerdotes y estudiantes cuyos deberes eran preservar las tradiciones religiosas, compilar los anales de los reyes y templos, y registrar descubrimientos importantes y avances tecnológicos. Este tenía su propia biblioteca, una clase de colección literaria de textos auténticos y religiosos guardados separadamente para garantizar su validez y autenticidad.
El templo era la sede de escuelas para el entrenamiento de
escribas. En realidad, mucha educación, o educación primaria en la escritura y las artes literarias, eran llevadas a cabo sobre todo en los templos. Los escribas tenían que aprender, como mucho, setecientos diferentes caracteres jeroglíficos para escribir, y, muchos de estos caracteres tenían dos o más significados, mientras muchas palabras podían estar escritas en dos o mas formas. En suma, a los textos y gramáticas, diccionarios y formatos de notas de negocios, estas "escuelas bibliotecas' también contenían obras sobre historia y literatura, así como libros sobre ética y vida moral de los estudiantes,. Algunos de los templos egipcios eran particularmente conocidos como centros de salud, y sus salas para bibliotecas contenían colecciones que se consideraban como bibliotecas médicas. En el "Vestíbulo de los Rollos'’ en Heliópolis, fueron encontrados extensos trabajos con listas de enfermedades y sus curas. En el templo de Ptah, en Memphis, se descubrieron obras con prescripciones médicas. A los guardadores de estos libros médicos les eran dados títulos tales como “El Escriba de la Doble Casa de la Vida” y “Hombres inteligentes de la Biblioteca Mágica”.
Uno de los más grandes rollos de papiro encontrados en medicina,
es el Papiro Ebers. Consiste en 110 páginas de información médica y prescripciones, y se piensa que fue escrito hacia el 1550 A.C.- Otro ejemplo: el Papiro Edwin Smith. (los Papiros egipcios son llamados a menudo por los nombres de los descubridores o de sus actuales propietarios). Ambos eran de medicina interna y cirugía, y cubrían diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Una de las más grandes colecciones (de papiros descubiertos) es la del Templo de Thoth, en Hermópolis donde seis obras intactas fueron encontradas con fragmentos de otros. El sacerdote-escriba era el “Cuidador de los Libros Sagrados". En este templo había un asistente, una mujer bibliotecaria con el título de "Dama de los Escritos, Señora de la Casa de los Libros”. Existía también una escuela de medicina conectada con este templo. En suma, al templo y las bibliotecas de palacio, se suman, en los varios miles de años de la cultura egipcia, colecciones privadas de libros, iniciadas con unos pocos rollos hasta convertirse en bibliotecas en los hogares de los mercaderes u hombres nobles.
La biblioteca privada, cómo indicaban los fragmentos encontrados
y en pocos casos, donde restos de una colección entera había sido encontrada, variaban según el gusto del coleccionista. El coleccionista debía tener un escriba para copiar el libro para él, o debía comprarlos de escribas públicos y copistas. Su biblioteca, era ubicada en un salón pequeño separado o equipado con muebles especiales para los rollos de papiros. En otros hogares con menos poder económico, debían ser guardados en estantes en unas pocas jarras, y las mismas jarras guardadas sobre estanterías o los rollos debían ser guardados en cajas de cuero. Ambos, cajas y jarras, estaban a menudo altamente ornamentadas. El lugar del El-Lahum, excavado por Flanders Petrie, revelaba muchos; hogares privados de una clase alta y resto de rollos de papiros fueron encontrados en cada uno de ellos, indicando un alto grado de intereses literarios en este grupo social. No solamente eran archivos de negocios, correspondencia familiar, papeles legales, sino que también existían muchos ejemplos de literatura, historia, teología y aún trabajos médicos y veterinarios. La suerte, que a veces juega extraños trucos a los arqueólogos, les permitió ubicar allí, un rollo de papiro casi completo y en buena condición, que al ser descifrado, se vio que era el equivalente a una lista de verdulería para un período de doce días.
Aunque es generalmente aceptado que únicamente las clases altas
podían leer y escribir con facilidad es interesante notar los resultados de una excavación de unos trabajadores del período de Ramsés II (1299 - 1232 A.C.) cuando la aldea de Der El-Medina era construida para trabajadores que preparaban un monumento para el rey. Los hogares de estos trabajadores revelaban gran número de papiros y aún más OSTRAKAS, que son fragmentos de piedra caliza, potiches rotos para escrituras menos importantes. En estos raros trozos de registros de escritura fueron encontrados registros de viajes, de contratos, leyes, informes de trabajos, cartas, memorias de todos los reyes y muchas escrituras literarias y religiosas. Aunque tales colecciones podían "no ser consideradas como evidencias de las bibliotecas privadas, ellas indican gente trabajando entre la literatura y también provee una pintura maravillosa de la vida social y económica de este período. Los relatos que encierran las bibliotecas egipcias eran similares a aquéllas del área vecina de Palestina. Por largos períodos de tiempo, la combinación de historia, literatura y mitología fue preservada a través de la memoria y repetida oralmente. Sin embargo, existe evidencia en la Biblia de la existencia de colecciones de escrituras santas, similares a las escrituras de los templos egipcios.
Aunque los papiros fueron ampliamente usados en un largo
período de tiempo, otros materiales también fueron usados para la escritura en el antiguo Egipto. Las tabletas de arcilla han sido ya mencionadas, pero el cuero y otras formas de pieles de animales fueron usadas antes que el papiro fuera desarrollado, y continuaban siendo usados para escrituras importantes. Las tabletas de cera o simplemente hojas de madera con cera, fueron usadas para escrituras temporarias tales como lecciones , cartas y relatos. Inscripciones incisas sobre los monumentos de piedra y paredes están entre las más durables escrituras egipcias, pero las paredes fueron también ampliamente usadas para escrituras en tinta y colores. En realidad, .algunas que virtualmente podían tomar tinta, como la de los cantos rodados, piezas rotas de porcelana (ostraka), y aún madera, eran usadas para propósitos de escritura ordinaria. Los bibliotecarios del antiguo Egipto eran personas importantes y muy educadas, si nosotros asumimos el título para los muchos “guardador de los libros” y "maestros de los rollos”, cuyos nombres han sido encontrados. Tenían a menudo una alta posición política o eran entrenados en otras profesiones aparte de la de escriba. Conocemos de algunos de estos escribas desde la “literatura funeraria”, las bibliografías laudatorias que eran frecuentemente enterradas con el egipcio muerto. Los varios títulos del muerto y los relatos de sus actividades indican que el escriba- bibliotecario no sólo era un editor, sino también un autor. Él corregía, traducía, enumeraba y criticaba el material que pasaba a través de sus manos y probablemente lo censuraban también. Entre los títulos dados en la literatura funeraria de los escribes egipcios, eran designados con títulos tales como “Escriba y Juez”, “Escriba y Sacerdote”, "Inspector de Escribas”, “guardador de los Documentos del Rey” o “Rey Escriba”. Por supuesto, no todos los escribas podían ser considerados bibliotecarios, pero un buen número de ellos eran llamados “guardadores de registros”, lo que garantizaba los cargos en los cuales muchos de ellos podían estar designados. Cualquiera de los títulos en los bibliotecarios egipcios era un crédito en su profesión si era aún de mediana importancia como su biografía funeraria lo registraba. Aunque no en relación directa con la historia de la biblioteca, existen otros tipos de información gráfica que han llegado a nosotros del antiguo Egipto que merecen mención como parte de la herencia que dejó la cultura egipcia.
Al lado de las inscripciones funerarias y la ostraka ya mencionadas,
existían escrituras grabadas sobre paredes, monumentos y ESTELAS. Estas últimas son inscripciones sobre piedra, grandes tabletas de arcilla o aún placas de bronce, y eran numerosas, a menudo extensas e informativas. Eran relatos de batallas, campañas militares, decretos reales, biografías laudatorias. algunas veces eran cronologías o listas de reyes con genealogías de varias generaciones, y como tales, muy importantes para establecer fechas de períodos de la historia egipcia. Otra forma menor de información gráfica es el sello. Ambos, el tipo cilindro y el escarabajo (una forma peculiar egipcia de sello personal) han sido hallados en gran número, y contienen trazos valiosos de información concernientes al nombre, religión u ocupación del dueño. Otras fuentes interesantes de valioso contenido histórico aparecen en las tumbas egipcias: al lado de papiro o libro funerario ya visto, era a menudo colocada una copia del llamado “Papiro de la Muerte”. Esta obra era una obra guía para el muerto, destinado a llevarlo a salvo a la otra vida después de la muerte. Aunque los propósitos y los temas eran los mismos en cada copia, los textos variaban en longitud y ornamentación de forma, acorde a la importancia del individuo. Himnos a los dioses, plegarias y fórmulas mágicas eran a veces añadidas al documento para acrecentarlo en su valor y efectividad. A veces las obras literarias eran también encontradas en las tumbas, aparentemente libros favoritos del muerto, incluidos para su uso en el más allá. La tercera forma en la cual el papiro ha sido encontrado en las tumbas fue estrictamente utilitario: los rollos de los papiros eran usados como almohadas para la cabeza del cadáver, hojas de papiro eran usadas como vendas para el cuerpo, y los restantes papiros eran aún usados. para evicerar las momias. Pero desde el punto de vista de la egiptología, mucha información puede ser recogida de tales fuentes, y ocasionalmente "hallazgos” genuinos de valor histórico o literario, han sido descubiertos, en esta forma. Otra forma de preservación accidental la constituyen papiros encontrados en pilas alrededor de las ciudades egipcias, donde el papiro fue cubierto de arena seca y separados su materia orgánica, en fragmentos o malamente doblados. Un ejemplo de tales remanentes, es el hallazgo del papiro Oxyrhynchus, descubierto en 1897 a cien millas al sur de El Cairo.
En cualquiera de sus formas, el material escrito que ha llegado a
nosotros desde el antiguo Egipto, es solamente una parte ínfima de la literatura que floreció en aquel país antes del 500 (A.C.). Por más de 2000 años la civilización de Egipto permaneció relativamente constante, usando muchas de las mismas características, formas sociales, políticas y religiosas. Usaron las mismas formas de escritura y materiales escriptóreos, y esta consistencia en el arte de la comunicación indudablemente ayudaba a la permanencia de la sociedad. Desórdenes internos y aún luchas con muchos pueblos primitivos, tales como los Hyksos (Siglo XVII A.C.), no trajeron cambios permanentes en los bien establecidos sistemas políticos y sociales. Pero la lucha final y el fin del Antiguo Egipto llegaría con una conquista militar con los guerreros rivales más avanzados como los Asirlos, los Persas, y los Griegos. Primero llegaron los asirios, quienes saquearon a Tebas sobre 661 A.C. y gobernaron Egipto por un siglo. Luego los egipcios fueron dominados por los persas, por otro siglo. Finalmente, bajo Alejandro el Grande, en el 332 A.C., los egipcios fueron conquistados por los griegos, y su cultura fue más helénica que egipcia por varios centenares de años. El resultado de estas invasiones: palacios, templos, aún tumbas, fueron saqueados y arrasados. Las escrituras jeroglíficas, hierática y demótica fueron olvidadas y reemplazadas por el griego, el latín y finalmente el árabe. Pero, por los restos arqueológicos, de la historia del Antiguo Egipto, pudo ser escrita su historia, y si nosotros conocemos sólo un poco de las bibliotecas de esa época magnífica de la historia, sabemos al menos que jugaron un rol importante en producir, prolongar y preservar la cultura que ha sido llamada “cuna de la civilización occidental”.
Tito 2 Versículo 3 Al 5 Las Ancianas Asimismo Sean Reverentes en Su Porte No Calumniadora No Esclavas Del Vino Maestras Del Bien Que Enseñen A Las Mujeres Jóvenes Amar A Sus Maridos y A Sus Hijos