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El enlace metálico es una fuerza que se encarga de mantener unidos a los átomos en una sustancia metálica.
En la mayoría de los casos, la capa de electrones más externa de cada uno de los átomos metálicos se
superpone con una gran cantidad de átomos que se encuentran alrededor. Como consecuencia, los electrones
de valencia se mueven continuamente de un átomo a otro y no están asociados con ningún par específico de
átomos. En otras palabras, los electrones de valencia en metales, a diferencia de aquellos en sustancias unidas
covalentemente, no son localizados, son capaces de vagar de forma relativamente libre a lo largo de todo el
cristal. Los átomos que dejan los electrones se convierten en iones positivos, y la interacción entre tales iones
y electrones de valencia da lugar a la fuerza cohesiva o vinculante que mantiene unido el cristal metálico.
Los enlaces metálicos son el resultado de la atracción electrostática entre cationes metálicos y electrones
deslocalizados. La naturaleza del enlace metálico explica muchas de las propiedades físicas de los metales,
como son la conductividad y la maleabilidad.
Los enlaces metálicos son, como su nombre lo indica, un tipo de unión química que se produce únicamente
entre los átomos de un mismo elemento metálico.
En el caso de los enlaces metálicos, lo que ocurre con los electrones de valencia es que abandonan sus órbitas
alrededor del núcleo atómico cuando éste se junta con otro, y permanecen alrededor de ambos núcleos como
una especie de nube electrónica. De esta manera las cargas positivas y negativas mantienen su atracción,
sujetando firmemente al conjunto atómico y alcanzando márgenes importantes de dureza, compactación y
durabilidad, que son típicas de los metales en barra.
El enlace metálico se da entre átomos de elementos metálicos. Los átomos de los metales tienden a ceder
electrones para completar el octeto, por lo que forman cationes.
Un enlace metálico es un enlace químico que mantiene unidos los átomos (Unión entre núcleos atómicos y los
electrones de valencia, que se juntan alrededor de estos como una nube) de los metales entre sí.
Enlace metálico en el Zinc.
Un ejemplo que muestra la unión metálica. + representa cationes, - representa los electrones flotantes libres.
Estos átomos se agrupan de forma muy cercana unos a otros, lo que produce estructuras muy compactas. Se
trata de líneas tridimensionales que adquieren estructuras tales como: la típica de empaquetamiento
compacto de esferas (hexagonal compacta), cúbica centrada en las caras o la cúbica centrada en el cuerpo.
Teorías
Existen dos diferentes teorías con respecto al enlace metálico que son:
Teoría del mar de electrones: Es también llamada teoría del gas electrónico y constituye una idea simple del
enlace. Dice que la estructura metálica se encuentra conformada por cationes hechos de metal que se
encuentran sumergidos en un mar de electrones, y que son estos electrones de valencia los del átomo de un
metal y que, además, tienen la capacidad de evitar las diferentes repulsiones electrostáticas que pueden darse
entre iones de carga positiva. Explica la conductividad de los metales en la capacidad de movimiento que
tienen los electrones. El inconveniente de la teoría es que no logra explicar de forma cuantitativa las
conductividades.
Teoría de las bandas: Esta teoría nace de la aplicación de la mecánica cuántica que poseen los enlaces
metálicos. Dice que a partir de dos orbitales atómicos, que corresponden a dos átomos podemos llegar a
obtener dos diferentes orbitales moleculares. Entre mayor sea el número de órbitas moleculares menor será
la diferencia de energía que haya entre ellos.
Ejemplos de enlace metálico. –
Los enlaces metálicos son la base del mundo de los metales, por lo que cualquier elemento metálico puro es
perfecto ejemplo de ello. Es decir, cualquier fragmento puro de: plata (Ag), oro (Au), cadmio (Cd), hierro (Fe),
níquel (Ni), zinc (Zn), cobre (Cu), platino (Pt), aluminio (Al), galio (Ga), titanio (Ti), paladio (Pd), plomo (Pb),
iridio (Ir) o cobalto (Co), siempre que no se encuentre mezclado con otros metales y elementos, se mantendrá
unido mediante enlaces metálicos.
Los enlaces metálicos pueden y son utilizados en actividades de la vida diaria. Un ejemplo bastante común es
el del bronce, que es creado a partir de una aleación de estaño y cobre y es utilizado en la construcción de
campanas y estatuas. El acero, formado de carbono y de hierro, es otro ejemplo. Esta aleación hace que el
acero sea más fuerte y se puede utilizar en la producción de cocinas y congeladores, construcciones y en la
fabricación de puentes.
Los átomos unidos mediante enlaces metálicos suelen, además, organizarse en estructuras
hexagonales, cúbicas, o de forma geométrica concreta. La única excepción es la del mercurio,
que, a pesar de ser un metal, es líquido a temperatura ambiente y forma de gotas
perfectamente redondas y brillantes.
Fuente: https://concepto.de/enlace-metalico/#ixzz7Q6HkH4ek