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OCT.2014 ASILO_EXILIO/

LA HABITACIÓN
Publicado en ocasión de la exposición /
Published on the occasion of the exhibition
ASILO _ EXILIO

Organizada por / Organized by


Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
10 de OCTUBRE, 2014 – 29 de MARZO, 2015 /
Santiago de Chile

director ejecutivo / executive director


Ricardo Brodsky Baudet

coordinadora general / General Coordinator


maría josé bunster baeza

Texto / Text
ODETTE MAGNET FERRERO

FotografíaS / Photos
JORGE BRANTMAYER /
MMDH

Directora de Arte / Art direction


Paz Moreno Israel

ISBN : 978-956-9144-26-4
REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL Nº 251.454

Impresión / GRAFICA FUNNY


Derechos reservados /
Ninguna parte de esta publicación
puede ser reproducida sin autorización

© 2014 Museo de la Memoria y Derechos Humanos


El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
cuenta con el financiamiento del Gobierno de Chile,
a través de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y
Museos, DIBAM
asilo.exilio
MUSEO DE LA MEMORIA Y LOS DERECHOS HUMANOS
ASILO.EXILIO

La Patria arrebatada.
Por Odette Magnet/ periodista

1.
Chile se parte en dos. Abandonar el país no estaba
en los planes de nadie. Hasta que se acusó el Gol-
pe que, desde el primer instante, se escribió con
mayúsculas. Ese fatídico 11 de septiembre de 1973
cientos de miles de chilenos perdieron la inocencia
y quedaron a la intemperie como un árbol arrancado
de cuajo, con sus raíces desnudas, patéticas. Tampo-
co estaba en los planes el andar preguntando por el
esposo, el hermano, la hija en la comisaría, la mor-
gue, el hospital, la cárcel. Sin saber qué hacer, a
tientas, en ascuas, como en una pieza oscura. Nadie
pudo prepararse ni imaginar siquiera el interroga-
torio, la tortura, el paso por la fiscalía militar,
Ritoque, Tres Alamos, Cuatro Alamos, Villa Grimaldi,
Isla Dawson, la expulsión o el asilo apresurado en
una embajada amiga, el salvoconducto, el destierro.

Chile was split in two. Leaving the country wasn’t in


anyone’s plans. Until the Coup, which was written with
a capital letter from the first instant. On that fateful
September 11, 1973, hundreds of thousands of Chileans
lost their innocence and were exposed, like a tree ripped
from the ground with naked, pathetic roots. It wasn’t in
anyone’s plans to go looking for one’s husband, brother
or daughter in the police station, the morgue, the
hospital, the prison. Not knowing what to do, stumbling,
on tenterhooks, as if in a dark room. No one could prepare
for or even imagine the interrogation, the torture, the
trip to the military court, Ritoque, Tres Alamos, Cuatro
Alamos, Villa Grimaldi, Isla Dawson, expulsion or hurried
asylum in a friendly embassy, safe passage, exile.

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Fondo Antonieta Pardo

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Fondo Roberto KozaK

Fondo FASIC

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Se fueron con lo puesto, y apenas tuvieron tiempo
para despedirse de la familia y amigos. Algunos ni
siquiera pudieron cumplir con ese rito y emprendie-
ron el largo camino del exilio, sembrado de angus-
tias y dolores. Cada uno lo hizo a su manera. Cada
cual tuvo su cuota de miel y de hiel en el intento
de lo que se suele llamar empezar de nuevo, iniciar
una nueva vida e identidad, reinventarse. Aprendie-
ron un idioma extranjero (si la lengua es otra, el
silencio es doble), se hicieron de amigos, estudia-
ron y viajaron. Intentaron adaptarse, aprender los
códigos, adoptar las costumbres. No fue fácil, nada
fue fácil. Costó dibujar o soñar la idea de un se-
gundo hogar, mucho menos de una segunda patria.
La patria. La palabra se repitió durante años como
un conjuro y en la boca quedaba siempre un sabor
entre dulce y amargo. Neruda decía que la patria es
dulce y dura.

They left with only the clothes on their backs and ba-
rely had time to say goodbye to family and friends. Some
couldn’t even complete that rite. They undertook the long
road of exile, sowed with anguish and pain. Everyone did
it their own way. Everyone had their quota of honey and
bile as they worked at what tends to be called starting
over, beginning a new life, reinventing oneself. They
learned a foreign language (if it is another language,
the silence is twice as deep). They made friends, studied
and traveled. They tried to adapt, to learn the codes,
adopt the customs. It wasn’t easy. Nothing was easy. It
was hard to sketch out or dream the idea of a second home,
let alone a second country. Country. The word was repeated
for years like a spell, always leaving a sweet and bitter
taste in the mouth. Neruda said that country is sweet and
hard.

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OCT.2014 ASILO_EXILIO/

LA PARTIDA
Robero Kozac

Fondo ANÓNIMO
Fondo FASIC
Fondo Roberto KozaK

Fondo Roberto KosaK

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Fondo Fasic

Fondo Roberto KosaK

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EXPULSIÓN Y DESARRAIGO

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Fondo Lautaro Peredo

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Durante años el exilio no fue un tema de discusión
pública. Como si nunca hubiese ocurrido. Ausente.
Invisible. Para muchos se trata de un proceso aún
inconcluso, un tema que incomoda, ignorado a ratos,
maltratado por lado y lado, con sabor a fracaso y
frustración por los que partieron, resentimiento por
quienes se quedaron. Se llegó a hablar de “los de
adentro” y “los de afuera”. El poeta y diplomáti-
co Armando Uribe dice que “hay en Chile una especie
de reticencia a remover el pasado y pesado exilio.
Muchos dicen que el asunto del exilio ya les aburre.
Pero haber estado exiliado es una situación sin am-
nesia ni amnistía. Es, en mi experiencia, una situa-
ción para siempre.”

For years, exile was not a topic of public conversation.


As if it had never happened. Absent. Invisible. For
many, it is still unfinished, a topic that makes people
uncomfortable, sometimes ignored, abused here and there,
with the taste of failure and frustration for those who
left, and resentment for those who stayed. People started
talking about “those inside” and “those outside.” Poet
and diplomat Armando Uribe says that, “In Chile, there is
a sort of reticence about stirring up the past and the
heavy topic of exile. Many say that the issue of exile
is boring at this point. But having been exiled is a
situation without amnesia or amnesty. In my experience,
it is a situation that lasts forever.”

“Era muy complicado aprender a vivir ahí y no teníamos


contacto con nadie, pero a nosotros eso no nos quebró (…)
había que sobrevivir de todas maneras”.

“It was very difficult to learn to live there and have no contact
with anyone. But that didn’t break us….You had to survive.”

maría cristina flores, (bélgica)

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DOS
El equipaje del exilio es liviano: los recuerdos, la
militancia política, la lengua materna, parte de la
familia. Unos se negaron a comprar muebles y plan-
tas, a colgar cuadros. A lo más había un par de ca-
charros de greda de Quinchamalí o Pomaire, un poncho
o unos pajaritos de mimbre de Chiloé. La vida mar-
cada por la transitoriedad. Nada de planes a largo
plazo, el futuro sólo era posible en tierra chilena.
No hacer nada que pudiera llamar a engaño, a la
idea de que se echaba el ancla y adiós regreso. Ahí
estaba la maleta hecha, cerquita de la puerta y del
alma, porque uno nunca sabe y un día cualquiera, de
repente, se acaba con la maldita “L” (significaba
en el listado) estampada en el pasaporte y nos vamos
de vuelta. Había que estar vigilante, listo, siempre
listo, dispuesto para lo que fuera necesario. Si
esto durará poco, decían los chilenos repartidos por
el mundo. Esto no es para largo, y va a caer, repe-
tían una y otra vez.

The baggage of exile is light: memories, political


affiliation, mother tongue, part of the family. Some
refused to buy furniture and plants or hang pictures. At
most they had a few clay pots from Quinchamalí or Pomaire,
a poncho or some straw birds from Chiloé. It was a life
marked by transience. There were no long-term plans; the
future was only possible on Chilean soil. Doing nothing
that could be misleading, or that suggested that one had
put down an anchor and bid farewell to the idea of return.
The suitcase was packed and left near the door and the
soul, too, because one never knows - it could happen any
day, suddenly that damned “L” passport stamp (meaning
that you were on the list) would go away, making return a
possibility. One had to be watching, ready, always ready,
willing to do what was necessary. “It’s just for a little
while,” Chileans scattered across the globe would say. “It
won’t be long. It will end.” They repeated those words
over and over again.

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Fondo Miguel Lawner

“En ninguna parte eché raíces. Yo soy una de esas exiliadas que estaba siempre con la
maleta lista para viajar a Chile. A mí me gustan mucho las flores y nunca me compré
una planta. Nunca compré un cuadro. Nunca compré nada que pudiera sentir dejar”

“I didn’t put down roots anywhere. I’m one of those exiles who always had her suitcase
packed, ready to go to Chile. I’m very fond of flowers and I never so much as bought a
plant. I never bought a picture to put on the wall. I never bought anything I wouldn’t
want to leave.”

Gladys Díaz, (Alemania)


Fondo Lautaro Peredo Fondo Juan Beltrán

Fondo Juan Beltrán Fondo Lautaro Peredo

Fondo Miguel Lawner Fondo Luz Mariela Ferreira

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Vivían obsesionados por lo que sucedía en Chile bajo la tensión de
las noticias y los rumores cotidianos. Se inventaban excusas para
reunirse en peñas, exposiciones, fiestas solidarias, cumpleaños.
Por un rato, se intentaba obviar las diferencias políticas, par-
tidarias, de edad, procedencia o de lo que fuera, y se apelaba a
la unidad porque, decían, la unión hace la fuerza. Aparecían las
empanadas, el vino tinto y el blanco, se improvisaban discursos,
juegos de loterías y partidos de fútbol. Las mujeres se ataban el
delantal a la cintura y en un par de horas desfilaban ollas con
cazuela, charquicán, carbonada y porotos. Incluso en el trópico,
los exiliados celebraban un buen día con mate o sopaipillas.

They lived obsessed with what was happening in Chile under the tension
of the news and daily rumors. They invented excuses to get together for
musical events, exhibits, solidarity parties, birthdays. For a while,
there was an attempt to ignore differences of politics, party, age,
origin or whatever else, and there were calls for unity because, they
said, union makes strength. The meat pies appeared, the red and white
wine, improvised speeches, lottery and soccer games. The women tied
aprons around their waists and emerged from the kitchen a few hours later
with a parade of cazuela, charquicán, carbonada and porotos. Even in the
tropics, exiles celebrated a good day with mate or sopaipillas.

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El número de asistentes crecía para las fechas es-
peciales: Navidad, Año Nuevo y, claro, las Fiestas
Patrias. Septiembre no era un mes cualquiera. Cómo
no recordar la primavera chilena, ese cielo azul
intenso, los volantines en pleno vuelo, los cabros
jugando una pichanga, el olor inconfundible del
asado sobre la parrilla, el organillero del barrio,
la cueca bien zapateada, ¡viva Chile, mierda!. La
fiesta se iba armando y a una cuadra de distancia
se escuchaban las voces de Isabel, Angel y Violeta
Parra, Los Inti-Illimani, Quilapayún, Mercedes Sosa,
Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat
y tantos otros. La añoranza en cada canción que se
anidaba en la garganta y hacia el final de cada en-
cuentro no eran pocos los que, vencidos por la tris-
teza y la derrota, dejaban que las lágrimas brotaran
de una buena vez. Cómo no recordar en ese mismo mes,
el 11 negro, en que la pesadilla arrancó, el martes
con una mañana de sol, como una locomotora furiosa,
sin rumbo fijo, imparable. Septiembre, el mes en que
tantos chilenos llevaron luto.

The number of guests increased on special days: Christmas,


New Year’s Eve, and, of course, national holidays.
September wasn’t just any month. How could one not
remember the Chilean spring, that intense blue sky, the
kites flying, kids playing a pick-up game of soccer, the
unmistakable smell of meat on the grill, the music of the
local organ grinder, dancing a lively cueca. Viva Chile,
mierda! Long live Chile! The party would get going and
the voices of Isabel, Angel and Violeta Parra, Inti-
Illimani, Quilapayún, Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez,
Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat and so many others
could be heard a block away. There was a longing in every
song that tightened one’s throat and by the end of every
get-together more than a few had a good cry, overcome by
sadness and defeat. How could one not remember that same
month, the black 11th, in which the nightmare took flight,
the sunny Tuesday morning like a furious locomotive, with
no set destination, unstoppable. September, the month in
which Chileans mourned.

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Fondo Mariela Luz ferreira

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EL DESFACE
TRES
“El exilio y la tristeza van siempre de la mano”, decía
Julio Cortázar. En un artículo publicado en 1980 en la
legendaria revista chilena del exilio Araucaria, el es-
critor llama a transformar la negatividad del destie-
rro en una nueva toma de la realidad, invirtiendo el
programa del adversario y enfrentándolo de un modo que
éste no es capaz de imaginar. Es decir, invita a apro-
vechar a fondo la experiencia en términos de lucha y de
indagación, devolviendo así el golpe propinado.

“Exile and sadness always go hand in hand,” Julio Cortázar


wrote. In an article published in 1980 in the legendary
Chilean journal of exile Araucaria, the writer calls on us
to transform the negativity of exile into a new take on
reality, inverting our adversary’s plan and confronting him
in a way that he isn’t capable of even imagining. In other
words, Cortázar invites us to make the most of the experience
in terms of struggle and exploration, returning the blow in
that way.

OCT. 2014 ASILO_EXILIO/ CONMUTACIÓN DE PENA

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Algunos lo lograron, otros no. Repartidos por el mundo con la pro-
hibición del regreso, enfrentaron la larga espera con dolor, temor
y esperanza. La cifra total de desterrados entre 1973 y 1990 es
incierta, los expertos en el tema no se ponen de acuerdo en los
números. Se ha dicho que en un momento hubo un millón de chilenos
exiliados en 90 países. Según estudios efectuados por la Vicaría
de la Solidaridad, habrían salido del país 408 mil personas. Sus
principales destinos: Argentina (50,78%), Estados Unidos (7,8%),
Venezuela 6,18), Canadá (3,85), Francia (3,68%), Italia (2,38%),
Suecia (2,38%) y Australia (2,21%). (En 1989 se calculaba que sólo
en Suecia vivían 29 mil chilenos, incluidos aquellos de la segunda
generación).

Some achieved this, others did not. Scattered throughout the world and
prohibited from returning, they faced the long wait with pain, fear
and hope. The total number of Chileans exiled between 1973 and 1990 is
uncertain. The experts on the subject do not agree on the numbers. It
has been said that at one point there were one million Chileans exiled in
90 countries. According to studies by the Vicariate of Solidarity, some
408,000 people left the country. Their main destinations were Argentina
(50.78%), the United States (7.8%), Venezuela (6.18%), Canada (3.85%),
France (3.68%), Italy (2.38%), Sweden (2.38%) and Australia (2.21%). (In
1989, it was calculated that there were 29,000 Chileans living in Sweden
alone, including members of the second generation.)

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Fondo FASIC

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OCT. 2014 ASILO_EXILIO/

ACTIVISMO Y CONDENA
El asilo (en su gran mayoría de carácter político) antecedió,
naturalmente, al exilio. O fue solicitado en las embajadas en San-
tiago o, una vez en tierra extranjera, el chileno pedía refugio
por motivos políticos y, algunos, económicos. En ambos casos, el
paso siguiente era, inevitablemente, el exilio, de duración inde-
finida. Unos se “autoexiliaron”, saliendo del país de manera legal
o clandestina, por sus propios medios y sin ayuda de embajadas,
ACNUR u otro organismo oficial de apoyo de refugiados políticos.

A diez días del Golpe comenzó a funcionar el Comité Nacional de


Ayuda a los Refugiados (CONAR), presidido por el obispo luterano
Helmut Frenz, con representantes de iglesias protestantes, evan-
gélicas, católica ortodoxa y la católica romana. El 6 de octubre
nació el Comité de Cooperación para la Paz en Chile, conocido como
el Comité Pro-Paz, que debió cerrar sus puertas por imposición de
la dictadura a fines de 1975.

Asylum (the great majority of it political) naturally preceded exile. It


was requested at the embassies in Santiago, or Chileans asked for refuge
for political or, some, economic reasons once abroad. In both cases, the
next step was inevitably indefinite exile. Some “self-exiled,” leaving
the country legally or clandestinely on their own and without assistance
from embassies, the UN High Commission for Refugees or another official
agency that supported political refugees.

The National Refugee Assistance Committee (CONAR) began to operate ten


days after the Coup. It was presided over by Lutheran bishop Helmut Frenz
with representatives from Protestant, evangelical, Orthodox Catholic
and Roman Catholic churches. The Committee of Cooperation for Peace in
Chile known as the Pro-Peace Committee was founded on October 6. The
dictatorship forced it to close its doors in late 1975.

OCT. 2014 ASILO_EXILIO/ EXPULSIÓN Y DESARRAIGO

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Pero los esfuerzos no murieron ahí. El 5 de enero de 1976 el ar-
zobispo Raúl Silva Henríquez creaba la Vicaría de la Solidaridad,
entidad clave en la defensa y protección de los derechos humanos
en el país. Con el transcurso del tiempo se fundarían numerosas
organizaciones cuyo quehacer se ubicaba en el mismo ámbito.

La Liga Chilena de los Derechos del Hombre sostiene que 400 mil
chilenos dejaron Chile por razones políticas. Según las cifras
en 1990 de la Oficina Nacional de Retorno (ONR), el Servicio
Universitario Mundial (SUM, WUS es la sigla en inglés), el ACNUR
y el CIME, los exiliados políticos eran aproximadamente 200 mil
personas dispersas en los cinco continentes. El número oficial de
ACNUR es de 44 países que acogieron a chilenos exiliados, pero la
cifra es, probablemente, más alta en cuanto no todos se acogieron
por vía de ese organismo. La Vicaría de la Solidaridad calcula la
cifra en 260 mil personas. Codepu estima que al menos un millón
de chilenos vivió en el destierro. El director del CIME (Comité
Intergubernamental para las Migraciones Europeas) Roberto Kozak
dice que su organización sacó del país a mil 825 personas, más los
familiares directos de los mismos, y que el total de desterrados
fue de 200 mil.

Cifras más, cifras menos, el exilio también significó tomar deci-


siones dolorosas. La cineasta Carmen Castillo, ex militante del
MIR, que hoy vive en París, dijo en una entrevista al Museo de la
Memoria: “En el instante que te mueres resumes, sintetizas algo de
tu vida en la que estás en paz. Eso lo busqué mucho en el exilio
después. Y es algo muy auto destructor porque después es una cari-
catura de aquello, pero en ese instante es el misterio de la vida,
de los resistentes franceses, en fin, la literatura habla muy bien
de ese misterio, pero no había… pueden ser hoy día considerado ha-
ber sido intransigente con el MIR no se asila. Por lo demás, cuan-
do se conocían por qué los compañeros se asilaban, al menos en la
dirección interior, nunca había juicio. Entre morirse y asilarse
era mejor que se asilaran, por supuesto.”

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But the work did not end there. On January 5, 1976, Archbishop Raúl
Silva Henríquez created the Vicariate of Solidarity, a key entity in
the defense and protection of human rights in Chile. Numerous other
organizations that engaged in this work were founded in the years that
followed.

The Chilean League of the Rights of Man claims that 400,000 Chileans left
the country for political reasons. According to statistics from 1990 from
the National Office of Return (NOR), the World University Services (WUS),
the UN High Commission on Refugees and the Inter-governmental Committee
for European Migration (CIME), political exiles numbered approximately
200,000 and were scattered over all five continents. The official UN
High Commission for Refugees statistics state that 44 countries took in
Chilean exiles, but the number is probably higher because not all of them
went through that agency.

The Vicariate of Solidarity calculated the number at 260,000. The


Corporation for the Promotion and Defense of People’s Rights (Codepu)
estimates that at least one million Chileans experienced exile. The
Director of CIME, Roberto Kozak, says that his organization helped 1,825
people leave the country along with their direct family members, and that
the total number of exiles was 200,000.

Higher numbers, lower numbers. Exile also meant making painful decisions.
Filmmaker Carmen Castillo, a former member of the Revolutionary Left
Movement (known as the MIR for its name in Spanish) who now lives in
Paris, said during an interview with the Museum of Memory, “When you
die, you summarize, you paraphrase something of your life with which
you are at peace. I looked for that a lot in exile. And it is something
very self-destructive because later it is a caricature of that, but in
that instant it is the mystery of life, of the French resistance. At any
rate, literature speaks very well to that mystery, but there was none.…
Today it could seem that one was being intransigent with the MIR to not
seek asylum. When one discovered why comrades sought asylum, at least in
the interior leadership, there was never any judgment. Between dying and
seeking asylum, it was better for them to seek asylum, of course.”

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LA CULTURA
No sólo chilenos. Según el CIME, doce mil 200 refugiados oficial-
mente reconocidos en Chile provenían de Brasil, Uruguay, Bolivia y
Argentina. Muchos, vinculados a movimientos de izquierda, esca-
paban de dictaduras en sus países. El proceso de “reubicar” a los
refugiados implicaba encontrar un tercer país de destino para los
refugiados que no podían regresar a su país de origen.

En el exterior pasarían a tener el rango de refugiados y con ello


accederían a ciertos beneficios otorgados por los países de acogi-
da, como pasajes, pasaportes, permisos de residencia y permiso para
postular a un trabajo.

En 1975, ante la envergadura del exilio como problema social,


ACNUR, el CIME, la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cris-
tianas (FASIC), entidad ecuménica surgida por iniciativa del obispo
Helmut Frenz, en conjunto con representantes de las iglesias me-
todista, metodista pentecostal, ortodoxa y católica, comenzaron a
brindar atención médica sicológica, orientación y apoyo social a
los involucrados en forma directa, así como a sus grupos familiares.

It wasn’t just Chileans. According to CIME, 12,200 refugees officially


recognized in Chile were from Brazil, Uruguay, Bolivia and Argentina.
Many of them were linked to leftist movements and had escaped
dictatorships in their own countries. The process of “relocating” the
refugees involved finding a third country for those who could not return
to their country of origin.

Outside of Chile, they would be considered refugees and access certain


benefits granted by their host countries, such as plane tickets,
passports, residency permits and permission to apply for a job.

In 1975, given the size of exile as a social problem, the UN High


Commission for Refugees, CIME and the Christian Churches Foundation for
Social Assistance (FASIC), the ecumenical entity that was created by
Bishop Helmut Frenz (see sidebar) in collaboration with representatives
of Methodist, Pentecostal, Orthodox and Catholic churches, began to
provide psychological and medical care, guidance and social support to
those involved directly and to their family groups.

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OCT. 2014 ASILO_EXILIO/

LA COMUNICACIÓN

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Fondo Norma hidalgo
Fondo juan Quierolo

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Fondo Jorge Coulon
Fondo Paz Moreno Israel
Fondo Archivos Vicaría de la Solidaridad
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Fondo Helga Campos
53
4.
El derecho a vivir en la patria, garantizado en la
Constitución, fue violado desde el inicio de la dic-
tadura militar. El 21 de septiembre de 1973 la junta
militar emitió el bando número 40, el cual expresaba
que se había comprobado el robo de elementos para
fabricar pasaportes, cédulas, impuestos de viaje y
otros “que elementos extremistas, tanto extranjeros
como nacionales, ya identificados pretenden evadir
la acción de la justicia militar del país, haciendo
uso de documentos falsificados.” Lo anterior llevó a
que se instruyera a las compañías aéreas y marí-
timas, agencias de viaje y empresas de transporte
terrestre, nacionales y extranjeras, a entregar las
listas con los datos de las personas que solicitaran
información relativa a viajes fuera de Chile.

The right to live in one’s country, which is guaranteed in


the Constitution, was violated from the beginning of the
military dictatorship. On September 21, 1973, the military
junta issued Proclamation No. 40, which stated that the
theft of elements for manufacturing passports, identity
cards and travel taxes had been discovered and that ‘both
foreign and national extremist elements that have already
been identified seek to evade the action of military
justice in the country using falsified documents.’ As a
result, air and maritime travel companies, travel agencies
and land transport companies, both foreign and domestic,
were instructed to provide lists containing the personal
information of anyone who requested information about
traveling outside of Chile.

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A muchos chilenos el Golpe los sorprendió en el extranjero y de-
bieran esperar años para que se les autorizara entrar al país.

La persecución de los servicios de seguridad del gobierno, unida


a la represión generalizada, llevó a muchos a acogerse al asilo,
si bien no había documentos que acreditara la expulsión del país.
El 76.15 por ciento de los exiliados titulares fueron acompaña-
dos por sus familias. El 66.82 eran hombres, el 33.18, mujeres.
Conjuntamente, se advirtió a todas las empresas relacionadas con
viajes al exterior que prestaran atención a los nombres y apelli-
dos, nacionalidad, dirección y teléfono de sus clientes “debido
a la gran cantidad de extranjeros rentados para traer al país el
caos y la destrucción interna, e ingresados a nuestro territo-
rio nacional, amparados por traidores anti-chilenos que deben ser
detenidos.”

El decreto ley No. 81, promulgado en noviembre de 1973, facultaba


al gobierno a expulsar a nacionales o extranjeros que, según su
criterio, afectaran la seguridad interna y externa del país. La
pena sólo podía ser derogada previa autorización del Ministerio
del Interior.

En el artículo 41, número 2, se establece que “por la declara-


ción de Estado de Sitio el Presidente de la República podrá tras-
ladar a las personas de un punto a otro del territorio nacional,
arrestarlas en sus propias casas o en lugares que no sean cár-
celes ni otros que estén destinados a la detención o prisión de
reos comunes, y expulsarlas del territorio nacional. Podrá además
restringir la libertad de locomoción y prohibir a determinadas
personas la entrada y salida del territorio.”

Suma y sigue. La Constitución Política de 1980 dispone, por ‘ra-


zones de seguridad del estado’ que el Presidente de la República
puede expulsar del país o prohibir el ingreso a él a las personas
que sean contrarias al régimen. Más adelante se indica que ‘’las
medidas que se adopten en virtud de esta disposición no serán
susceptibles de recurso alguno, salvo el de reconsideración ante
la autoridad que las dispuso.” Bajo esta normativa fueron expul-
sados, en agosto de 1981, Jaime Castillo Velasco, Orlando Cantua-
rias, Carlos Briones, Alberto Jerez, y Eugenio Velasco, acusados
de infringir el receso político.

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Many Chileans were abroad at the time of the coup and had to wait years
for permission to enter the country.

Persecution by the government’s security forces and generalized


repression led many to seek asylum even though there were no documents to
accredit their expulsion from the country. Of named exiles, 76.15% were
accompanied by their families; 66.82% were men and 33.18% were women.
In addition, all companies related to travel abroad were told to pay
attention to the first and last names, nationality, address and telephone
number of their clients ‘due to the large number of foreigners paid to
bring chaos and internal destruction to the country and who have entered
our national territory with the support of anti-Chilean traitors who must
be stopped.’

Decree Law No. 81, which was passed in November 1973, allowed the
government to expel Chilean nationals or foreigners deemed to threaten
the country’s internal and external security. The sentence could only be
vacated with the authorization of the Ministry of the Interior.

Article 41, number 2 of the Constitution states that, “By virtue of


the declaration of state of siege, the President of the Republic may
transfer persons from one place to another within the national territory,
arrest people in their own homes or in places that are neither jails nor
those used for detention or imprisonment of common criminals, and expel
them from the national territory. In addition, he may restrict freedom
of movement and prohibit certain persons from entering or leaving the
territory.”

And the list goes on. The Political Constitution of 1980 states that,
for ‘reasons of national security,’ the President of the Republic
could expel from the country or prohibit entry to individuals who were
against the regime. Further down it states that, “the measures adopted
pursuant to this provision shall not be subject to any remedy save that
of reconsideration by the authority that ordered them.” Under this
regulation, Jaime Castillo Velasco, Orlando Cantuarias, Carlos Briones,
Alberto Jerez and Eugenio Velasco were expelled in August 1981, accused
of violating the political recess.

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Fondo PIDEE
Fondo PIDEE
El gobierno implementa una nueva política respecto del exilio me-
diante la publicación de listas periódicas de personas autoriza-
das a regresar al país. En octubre de 1982 se creó una comisión
integrada por la ministro de Justicia Mónica Madariaga, el minis-
tro del Interior y dos abogados, destinada a elaborar un informe
sobre el retorno de los exiliados. Es la primera señal del go-
bierno de apertura hacia el exilio. Al año siguiente, la comisión
fue disuelta, creando gran frustración entre los exiliados.

Desde el 25 de diciembre de 1982 hasta diciembre de 1983 se había


autorizado a través de las listas el regreso al país de 3.562
chilenos, desconociéndose los criterios de selección y elabora-
ción de estas listas. En ellas se incluían personas fallecidas,
otros que no habían abandonado el país, menores de edad, dete-
nidos-desaparecidos, nombres y apellidos intercambiados, entre
otras irregularidades.

El 5 de septiembre de 1984 aparece la primera lista oficial con


los nombres de chilenos con prohibición de ingreso al país. Hubo
tres listas en 1984 y cuatro en 1985 y en septiembre de 1986 se
publicó la novena y última lista de personas (3.703 personas) con
prohibición de ingreso. A partir de octubre de 1986 y hasta mayo
de 1988 el régimen militar dio a conocer 21 listas autorizando el
ingreso al país de 3,137 chilenos. En agosto de 1988 se promul-
garon dos decretos que levantaron el Estado de Emergencia y el
Estado de Peligro de Perturbación de la Paz Interior. Finalmente
el 1 de septiembre de ese año (un mes antes del plebiscito), la
dictadura puso fin al exilio en virtud de las atribuciones conte-
nidas en el artículo 41 número 4 de la Constitución Política.

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The government implemented a new policy on exile through the periodic
publication of lists of people authorized to return to the country.
In October 1982, a commission composed of Minister of Justice Mónica
Madariaga, the Minister of the Interior and two attorneys was created
in order to draft a report on the return of exiles. This was the first
signal of openness regarding exile on the part of the government.
However, the commission was dissolved the following year, which
generated a great deal of frustration among exiles.

The return of 3,562 Chileans was authorized between December 25, 1982
and December 1983. The selection criteria and means by which the lists
were generated are unknown. The lists contained the names of deceased
individuals, people who had not left the country, minors, detained-
disappeared, entries with the first and last names inverted, and other
irregularities.

The first official list of names of Chileans who were prohibited


from entering the country appeared on September 5, 1984. Three more
lists were issued in 1984 and four in 1985. The ninth and final list
was published in September 1986. It contained 3,703 names. Between
October 1986 and May 1988, the military government published 21 lists
authorizing 3,137 Chileans to enter the country. In August 1988, two
decrees were issued that lifted the State of Emergency and State of
Disruption of Internal Peace. Finally, on September 1 of that year (one
month before the plebiscite), the dictatorship ended exile by virtue of
Article 41, number 4 of the Political Constitution.

63
64
Fondo ARCHIVOS VICARIA DE LA SOLIDARIDAD
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“Fueron víctimas solamente por ser hijos de gente que estuvo
vinculada con la Unidad Popular. Nunca nadie les preguntó nada o sea
tuvieron que vivir una vida como si fueran una maleta más, un paquete
más porque nadie les preguntó nada, tuvieron que salir porque los
papás salieron y después volvieron porque los papás volvieron”.

“They were victimized just because they were the children of people who
were linked to the Popular Unity government. No one ever asked them what
they wanted. They were forced to live a life as if they were just another
suitcase, another package, because no one asked them anything. They had
to leave because their parents left and later they returned because their
parents did.”

CARMEN PINTO, (FRANCIA)

66
FONDO PIDEE
Fondo JOSÉ ANTONIO Viera Gallo
Fondo Matilde Chonchol
Fondo JOSÉ ANTONIO Viera Gallo
76
FONDO FAMILIA ROJAS DEL CANTO
MUSEO DE LA MEMORIA Y LOS DERECHOS HUMANOS

DIRECTORIO FUNDACIÓN Educación y Audiencias


María Luisa Sepúlveda Edwards, Presidenta Linda Jo Siemon, Jefa del Área
María Eugenia Rojas Baeza, Secretaria Rosita Palma Sepúlveda, Coordinadora Pedagógica
Arturo Fontaine Talavera, Tesorero Claudia Videla Sotomayor, Coordinadora de
Álvaro Ahumada San Martín, Director Contenidos Educativos
Michelle Bachelet Jeria, Directora Rodrigo Cabello Zárate, Coordinador de Audiencias
Claudia Cárdenas Aravena, Directora Camila Pimentel Reyes, Asistente Coordinación de
Javier Luis Egaña Baraona, Director Audiencias
Gastón Gómez Bernales, Director Francisco San Martín Sepúlveda, Guía
Milan Ivelic Kusanovic, Director Rogelio González Avilés, Guía
Fernando Montes Matte, Director Jordi Huguet Maroto, Guía
Carlos Peña Gonzáles, Director Juan Francisco Retamal Retamal, Guía
Daniel Platovsky Turek, Director Patricia Pérez Valdés, Guía
Marcia Scantlebury Elizalde, Directora Jessica Maripangui Urbina, Guía
Agustín Squella Narducci, Director Adolfo Ramirez Sobarzo, Guía
Carolina Tohá Morales, Directora Marco Grandón Santander, Recepcionista
Carolina Bello Macías, Recepcionista
DIRECTOR EJECUTIVO Alejandra Tapia Wende, Secretaria de Recepción
Ricardo Brodsky Baudet Miguel Angel Montalva Menares, Recepcionista

COORDINADORA GENERAL Comunicaciones


María José Bunster Baeza Marcela Sandoval Osorio, Jefa del Área
Catalina Schneider Errázuriz, Encargada de prensa
Museografía y Diseño Roberto Torres Mandiola, Encargado de
María José Bunster Baeza, Jefa del Área Comunicación Digital
Jimena Bravo Moreno, Museógrafa
Máximo Pincheira Sepúlveda, Museógrafo extensión y producción
Elías Fuentes Peñaloza, Diseñador Alejandra Ibarra Arriagada, Jefa del Área
Damián Palma Correa, Diseñador Camilo Parada Ortiz, Encargado de producción
Paz Moreno Israel, Directora de Arte Paula Pavez Hoces De La Guardia, Asistente de
Rodrigo Castro Arredondo, Diseñador Gráfico Producción
Belén Newman Ortiz, Diseñadora Gráfica Rodrigo Sepúlveda Parada, técnico auditorio
Juan Pablo Varela Cartagena, Asistente de Iván González Salinas, Técnico
Conservación
Tecnologías de la InformACIÓN
Colecciones e Investigación Carlos Álvarez Pérez, Jefe del Área
María Luisa Ortiz Rojas, Jefa del Área Jorge Albornoz Muñoz, Encargado Mantención y
Soledad Díaz de los Reyes, Encargada de Sistemas Soporte
de Registro y Difusión Felix Lagos Parra, Encargado de Soporte
José Manuel Rodríguez Leal, Encargado de Archivo Pablo Orellana Acuña, Desarrollador WEB
Audiovisual
Verónica Sánchez Ulloa, Encargada de Administración y Finanzas
Conservación y Restauración Fanny Santander Muñoz, Jefa del Área
Soledad Aguirre Evangelista, Asistente de Paz González Fuentes, Contadora
Conservación Elita Figueroa López, Secretaria
Walter Roblero Villalón, Investigador Archivista Elisa Valencia Hormazabal, Secretaria
Daniela Fuentealba Rubio, Investigadora Hernán Lagunas Alfaro, Asistente Administrativo
Archivista Eric Valencia Weber, Jefe de Mantención y Montaje
Juan Carlos Vega Briones, Encargado de CEDOC Héctor Arancibia Carrasco, Técnico de Mantención
Miguel Angel Carrasco Tapia, Encargado de CEDAV y Montaje
Rodolfo Ibarra Soto, Asistente de Documentación Julio Meléndez Toro, Técnico de Mantención y
Vilma Ruiz Ortiz, Asistente de Documentación Montaje
Paulina Vera Puz, Asistente Audiovisual

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