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CAZADOR: LA VENGANZA

Muchos se enfrentarán a distintas luchas en


sus vidas, pero pocas son tan patentes, tan
existenciales, como la lucha entre monstruos
e inocencia.

Vengadores, Inocentes, Redentores

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C a p í t u lo Uno : Una V enganza en C i erne s

E
n Iglesias, pagodas, mezquitas y templos se reúnen los

FIELES
Cazadores de fe. Se unen para resistir frente a cosas
sólo insinuadas en sus respectivos textos sagrados. Al-
gunos tienen una fe inquebrantable que puede ser un pode-
roso activo contra los monstruos que acechan en la noche.
Pocos arden con una rectitud tan poderosa como los Fieles,
que ellos pueden usar como arma espiritual u otra herra-
mienta de la Caza.

Para el Cazador Fiel, la creencia en alguna clase de poder superior moldea su perspectiva
sobre liberar el mundo de monstruos. Las criaturas sobrenaturales podrían representar
nociones de pecado mortal, estar enviadas para seducir o victimizar, o podrían ser miem-
bros de huestes impías contrarias a la propia existencia del mundo. Los Cazadores Fieles
también podrían suscribirse a visiones del mundo dualistas, y verse como agentes de la
Luz espiritual en un inmemorial conflicto contra las mareas de la Oscuridad.
Los Cazadores Fieles podrían esperar reprender a un proveedor de tentación ultra-
mundana en su obscena guarida, contrarrestar las impías maldiciones de un murmu-
rante hierofante, fortalecer a otros Cazadores de su célula con su propio celo, repeler a la
degenerada simiente de un instigador no-muerto y purgar su ciudad de mal sobrenatural
con forma mundana.

Personalidad
El estereotipo del Fiel es un fanático que habla del azufre y el fuego eterno, que ha lle-
gado a caracterizar la reputación del Credo. En realidad, el Credo de los Fieles es mucho
más amplio y no tan violentamente intratable por necesidad. Un Fiel podría ser el monje
de un templo que sale del claustro y busca restaurar la armonía al orden natural que
algún demonio de la sangre ha contaminado. De nuevo, puede ser un supuesto «misio-
nero» que impone sus creencias a nativos que no le han invitado.
Los Cazadores Fieles incluyen a aquéllos que son silenciosamente implacables en su
oposición a lo sobrenatural o aquéllos que se ven como el escudo de la rectitud en lugar
de su espada, y protegen a quienes confían en ellos en lugar de construir una conflagra-
ción de lo impuro. El resultado final puede ser el mismo, pero en ocupaciones en las que
horrores que abrasan el alma y el coste de la victoria por igual podrían abandonarlo a
uno a una perdición viviente, un corazón puro y buenas intenciones marcan la diferen-
cia. Desde el sacerdote exorcista en su sotana al explorador de tumbas esotérico, los Fieles
buscan lo que está mal, para su perspectiva espiritual del mundo, y lo corrigen.
Además, no toda fe ni Cazador Fiel se suscribe a la perspectiva más santa que tú
atribuida a sus miembros más autoritarios. Muchos Cazadores Fieles son mundanos,
pragmáticos y caritativos (y cualquier otra característica adicional ligada a los ejemplos
de su fe). Un trabajador de administración de desastres que busca ayudar a una comu-
nidad afectada por un tornado a reconstruirse podría ser un Fiel, o incluso un ejecutivo
traicionero con una convicción especialmente fuerte. De igual manera, muchos se ven
empatizando con las más patéticas de sus presas al saber que cada monstruo se ha conver-
tido en uno por una razón, y que no siempre tiene la culpa de ello.

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Tácticas
es por lo demás inquebrantable. Tal puede ser el resulta-
do de un dogma intransigente o incluso una inclinación
para justificar la propia Determinación tras una mitolo-
Más que los demás tipos de organización, los Fieles buscan gía personal o un bien mayor.
emplear tanto Fe Verdadera como una serie de poderosas
reliquias (en forma de Dotes; ver pág. 97). Sin embargo,
la Fe Verdadera y la fe son cosas muy distintas. De hecho,
algunos miembros de este Credo no tienen ni Fe Verdade-
ra ni acceso a reliquias; son parte de las bases del movi-
FACULTADES SUGERIDAS
Biblioteca, cualquier Dote.
miento del Credo para oponerse a lo oculto, no obstante,

DETERMINACIONES
y algunos son lo bastante afortunados para descubrir
reliquias que han caído en manos de criaturas perniciosas.
Con este fin, buena parte del tiempo del Cazador Fiel se

COMUNES
emplea investigando, observando o reclamando reliquias
y, después de eso, en contemplación y estudio de rúbricas
sagradas o las demás edificaciones de la santidad.
Expiación, Juramento, Venganza.
En la Caza, los Fieles suelen actuar de forma conser-
vadora, «siguiendo las reglas» de cualquier práctica que
suponga su fe personal. Por supuesto, existen los Fieles
inconformistas, probablemente protegidos por catequis-
CAMPOS DE DADOS DE
DESESPERACIÓN
mos que actúan como fortaleza contra la tentación y
otros vicios esgrimidos por el maligno.
Sin embargo, todo esto varía ampliamente, en
función de los valores y el trasfondo de la fe en cuestión. Cualquier conflicto directo (físico, social o
Un Fiel bien podría luchar en el organizado modismo mental) con lo sobrenatural durante la Caza.
de beatos monjes guerreros mientras que otro practica

Arquetipos Fieles
tácticas prohibidas de guerrilla nacidas de décadas de
persecución por culturas opresoras.

Peligros Absolvedor
El ritual es el arma más poderosa en el arsenal de un
A veces un Cazador Fiel podría buscar ejecutar los objeti- Cazador. Una vez que la víctima sabe que es la víctima
vos de una religión o incluso de una Organización basada (antes o después de su muerte), el absolvedor le concede
en la fe. Ésta es una situación especialmente peligrosa, ya absolución de cualquier fallo (real o imaginario) que
que demasiado a menudo las estructuras que pretenden re- hiciera que llamase la atención de lo oculto sobre ella y
presentar a poderes superiores tienen poco en común con luego jura hacer responsable al monstruo. El absolvedor
las perspectivas profesadas por esos poderes superiores. En ha visto numerosas víctimas y ha perseguido a nume-
casos extremos, el principal objetivo de los Cazadores Fieles rosas presas: su rito de absolución ha funcionado casi
es mantener el poder organizativo o el dominio cultural; de una docena de veces ya, y cada subsiguiente Caza hace el
forma no muy diferente a una Organización. ¿«Ama a tu ritual cada vez más preciso.
vecino»? Más bien «persigue al desviado». Aun así, esto
no es cierto en todas las fes y es más peligroso entre religio-
nes que son las fes predominantes en sus culturas y que son
especialmente agresivas, culturalmente hablando.
Converso al borde de la muerte
Una crisis de fe es un concepto que sobrepasa Credos, Es un mundo moderno, y el converso al borde de la muer-
pero también puede socavar a un Cazador cuya resolución te no veía mucho uso a la religión. Demasiadas realidades

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prácticas, demasiados conflictos entre las realidades


observables y demasiados fanáticos de mierda que esgri-
mían la religión como arma. Pero aquel año, cuando el
mundo avanzaba hacia el invierno y las noches se volvían
más largas, el converso se sentía acechado, acosado, per-
seguido. Y luego, en un terrible momento de simultánea
revelación e inmenso peligro personal, suplicó perdón
por su descarriada vida… y funcionó. Desde entonces, ha
honrado la promesa que hizo en aquel funesto momen-
to y ha emprendido la cruzada contra los peones del
Adversario.

Espécimen físico
El espécimen físico, que practica una rigurosa forma de
ritual, busca la perfección del cuerpo en emulación de lo
divino. Hace años, se entregó a una comunidad religiosa
remota con la esperanza de encontrar equilibrio per-
sonal y disciplina tras una turbulenta juventud.
Sin embargo, el templo no era lo que parecía
inicialmente y una noche el espécimen físico se
encontró derrotando a la cosa que pretendía
ser uno de ellos y ocultarse entre ellos. Desde
entonces, el espécimen físico ha obtenido una
perspectiva distinta de la fe. Otros pueden decir que les
están poniendo a prueba, pero él sabe que su devoción
para mejorar su agudeza física tiene un objetivo superior.

Apóstata
En sus muchísimos años en la Caza, el apóstata ha visto y
oído muchas cosas extrañas. No siendo la menor de ellas
este paradójico acertijo que los chupasangres a veces se
dicen a sí mismos (Un monstruo soy para en monstruo
no convertirme). Algo raro para empezar, y el Diablo
cuenta muchas mentiras, pero conforme el apóstata
envejecía, vio sabiduría en ella, permitiéndose ser una
pizca de lo que significa ser la cosa que pasa sus noches
acechando. Al menos, es honesto consigo mismo: está
enganchado a la Sangre vampírica, pero si Dios quiere
que mate vampiros, el apóstata necesita Sangre vampíri-
ca para continuar.

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