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El Derecho y la Religión.

La libertad de culto es uno de los derechos fundamentales en la mayorı́a de sociedades actuales, mientras, las
que no lo permiten, son sociedades caracterizadas por grandes violaciones a derechos humanos, a distintas
costumbres opresoras de minorı́as y altamente extremistas en sus religiones impuestas.
Anteriormente, lo que ahora se conoce como ley de culto, se conocı́a como ley de la Iglesia, pero a partir del
siglo XIX se cambió esta definición, ya no solamente considerando la normativa de la iglesia sino incluyendo
también la del Estado.
Se entiende entonces que el derecho de culto es el conjunto de normas de ordenamiento, tanto jurı́dico como
estatal, encargadas de regular la religión y sus eventos como un hecho social, ahora entendiéndose como el
derecho de una persona de decidir el creer o no, con libertad y sin reproche, su religión o de no elegir ninguna,
de creer o no en algún tipo de deidad.
Uno de los mayores temas en discusión de los últimos tiempos es qué tanto papel o influencia deberı́a tener la
religión sobre el Estado y la sociedad, de ahı́ la introducción del término “Estado Laico”, definiéndose como
aquel Estado que actúa de manera independiente de cualquier corriente u organización religiosa.
Gran parte de las poblaciones de estos estados se ven a favor de este funcionamiento estatal, mientras que
muchas otras alegan que sus respectivas religiones serı́an la manera óptima de regir y dirigir las sociedades,
pero, ¿es esto realmente ası́?. Es innegable que la mayorı́a de religiones, entre sus costumbres y reglamentos se
encuentran normas y roles de conducta que, de cumplirse a cabalidad, normarı́an los comportamientos de las
personas evitando muchos conflictos actuales. Como es previsible, esto no es ası́ en todas las religiones, siendo
algunas extremistas en cuanto a sus normas, especialmente en su trato a otras religiones que no comparten su
misma ideologı́a.
Considerando todo esto, nace la pregunta si la religión deberı́a ser parte o no del accionar de la sociedad, si
esta deberı́a ser considerada en sus decisiones, y cuál deberı́a ser el papel de ésta en la actualidad. Para esto
existen múltiples puntos de vista, opiniones y argumentos, y se considerarán cuáles son los pros y los contras
del accionar de la religión en la actualidad.
Como se mencionó anteriormente, cada una de las religiones, en mayor o menor medida, poseen normas y
regulaciones para el comportamiento de cada uno de sus miembros, asignándoles roles según su género y
posición social, la mayorı́a de estas fomenta y basa su estructura en la idea de una familia común (Es decir,
padre, madre e hijos) partiendo de esta estructura fundamental en todos las consiguientes asignaciones de
tareas. Esto, desde un punto de vista imparcial, es incluso una de los orı́genes de las actuales normativas de las
sociedades, que, de la misma manera, asignan roles y tareas a las personas en función de su condición, edad,
género y posición socio-económica.
Incluso, algunas religiones muestran normativas referentes a otros aspectos de la sociedad como lo son los
procesos económicos, avalando el comercio justo y la eliminación de prácticas de estafa, agrı́colas, estipulando
tiempos de utilización de tierras para la agricultura, y diplomáticos con otras sociedades, incluso si estas no
comparten la misma ideologı́a.
Esto podrı́a dar la perspectiva de que la religión juega un papel fundamental en la sociedad, y en un paı́s como
El Salvador, y dicho de paso de buena parte de Latinoamérica, lo es, buena parte de las sociedades latinas
están altamente influenciadas por la religión, sus culturas están fuertemente ligadas a prácticas y costumbres
religiosas que se han compartidos desde épocas de la Colonia.

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