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“UNESUR”
LEY DE TIERRAS Y
DESARROLLO
AGRARIO
Estudiante Profesor
Artículo 1
La presente Ley tiene por objeto establecer las bases del desarrollo rural
integral y sustentable; entendido éste como el medio fundamental para el
desarrollo humano y crecimiento económico del sector agrario dentro de una justa
distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y
participativa, eliminando el latifundio y la tercerización como sistemas contrarios a
la justicia, la igualdad, al interés general y a la paz social en el campo, asegurando
la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria y la vigencia efectiva de los
derechos de protección ambiental y agroalimentario de la presente y futuras
generaciones.
Artículo 2
Con el objeto de establecer las bases del desarrollo rural sustentable, a los
efectos de la presente Ley, queda afectado el uso de todas las tierras públicas y
privadas con vocación de uso agrícola. Dicha afectación queda sujeta al siguiente
régimen:
1. Tierras pertenecientes al Instituto Nacional de Tierras (INTI): Serán sometidas a
un promedio de ocupación y al estudio, atendiendo a un conjunto de factores
determinantes tales como: a. Plan Nacional de Producción Agroalimentaria.
b. Capacidad de trabajo del usuario.
c. Densidad de población local apta para el trabajo agrario.
d. Condiciones agrológicas de la tierra.
e. Rubros preferenciales de producción.
f. Extensión general de tierras existentes en la zona sujeta al promedio de
ocupación.
g. Áreas de reserva y protección de recursos naturales necesarias en la zona.
h. Condiciones de infraestructura existente.
i. Riesgos previsibles en la zona.
j. Los demás parámetros técnicos para el establecimiento del promedio de
ocupación que se desarrollen en el Reglamento de la presente Ley y en otros
instrumentos normativos.
2. Tierras propiedad de la República: Quedan sujetas al mismo régimen
establecido para las tierras propiedad del Instituto Nacional de Tierras (INTI).
3. Tierras baldías: Serán objeto de planes especiales de desarrollo socio-
económico dentro de un esquema efectivo de producción, garantizando la
biodiversidad de los recursos existentes.
4. Tierras baldías en jurisdicción de los Estados y Municipios: Su administración
por parte de los entes correspondientes, queda sometida al régimen de la
presente Ley.
Corresponde a los Estados y Municipios el establecimiento de la seguridad
agroalimentaria de su respectiva jurisdicción en coordinación con los planes
nacionales.
A los efectos de planificar el uso de las tierras cuya administración les
corresponda, se tomará como base las necesidades agroalimentarias de los
centros urbanos cercanos, considerando su población actual y la necesidad
progresiva de sustento de las generaciones futuras. En la elaboración de dichos
planes, los Estados y los Municipios asegurarán la producción básica de los rubros
alimenticios fundamentales.
En caso de que las tierras rurales de un Estado o Municipio, por razones
agrológicas, carezcan de condiciones para producir los rubros básicos para la
seguridad agroalimentaria de las poblaciones que se hallen bajo su jurisdicción, se
establecerá un acuerdo de intercambio y distribución con otros Municipios o
Estados, por medio de sus órganos competentes. Cuando los estados o
municipios incumplan con el mandato previsto en este artículo, el Ejecutivo
Nacional asumirá su cumplimiento.
5. Tierras privadas: Quedan sujetas al cumplimiento de la función social de la
seguridad agroalimentaria de la Nación. En tal sentido, deben someter su actividad
a las necesidades de producción de rubros alimentarios de acuerdo con los planes
de seguridad agroalimentaria establecidos por el Ejecutivo Nacional.
Eliminación de latifundio.
La reforma Agraria se buscaba romper con un sistema que venía operando hacía
por lo menos doscientos años, generando pésimas condiciones de vida para las
personas que venían desarrollando su vida al alero de dichas estructuras. A su
vez, se buscaba dinamizar la actividad agropecuaria que era considerada la más
atrasada de la estructura económica del país. La solución estaba en intervenir
dichas estructuras sociales y productivas que sostenían un modelo de
acumulación basada principalmente en la hegemonía de los recursos.
39Según la lectura clásica, la solución era la restructuración del sistema de
tenencia de la tierra, proceso sobre el cual se avanzaría y profundizaría a partir de
la ley dictada en 1967. A partir de allí, se desarrollaría un proceso de
restructuración territorial, acelerando los conflictos por el dominio y uso de los
recursos. Como estrategia de profundización de la Reforma Agraria, se
contemplaba el Asentamiento, como uso colectivo de la tierra, el primer proceso
de aprendizaje para avanzar posteriormente hacia una parcelación individual y así,
lograr las cooperativas que sostendrían el mejor funcionamiento de los sectores
agrarios.
Por tales motivos, estima esta Sala que el estricto acatamiento de los actos
procesales dentro del proceso agrario no puede estar sujeto al arbitrio del juez,
quien debe resguardar las garantías constitucionales, máxime cuando las
disposiciones y formas que lo revisten son irrenunciables, siendo su
incumplimiento causal de reposición de oficio o a instancia de parte, tal como lo
preceptúa el artículo 187 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
6; Indígena: Son etnias que preservan las culturas tradicionales. Con este
alcance, se denomina indígenas a los grupos humanos que presentan
características tales como: Pertenecer a tradiciones organizativas distintas al
estado moderno.
Tenencia de tierras.
Portuguesa declara (“El Nacional” del 6-9-1999): “El Gobierno tiene que
hacer un urgente trabajo de catastro para que se sepa a quienes pertenece la
tierra, porque no puede ser que nosotros vivamos todo el tiempo en esta anarquía
de las invasiones y de los desalojos. Un catastro nos permitiría meter el orden en
el campo.” En un país donde, como lo veremos, la Ley del 10 de abril 1848
ordenaba: “Se averiguarán y medirán todos los baldíos”, la ausencia de un
catastro completado al inicio del siglo XXI no deja de plantear una abrupta
dificultad para implementar cualquier programa de titulación. El Director del
Instituto Geográfico Simón Bolívar confirma esta situación, al declarar (en “El
Universal del 14-8-2000):