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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad experimental Sur del Lago

“UNESUR”

LEY DE TIERRAS Y
DESARROLLO
AGRARIO

Estudiante Profesor

Alix Gomez Nelson Carrillo

Santa Bárbara de Zulia, 15-02-2024


Los objetivos de la ley de tierras y desarrollo agrario.
Conservar y proteger los recursos naturales existentes en tierras con
vocación de uso agrícola, en coordinación con los órganos competentes, con el
objeto de garantizar el desarrollo rural sustentable.

Establecer las bases del desarrollo rural integral y sustentable.

Artículo 1
La presente Ley tiene por objeto establecer las bases del desarrollo rural
integral y sustentable; entendido éste como el medio fundamental para el
desarrollo humano y crecimiento económico del sector agrario dentro de una justa
distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y
participativa, eliminando el latifundio y la tercerización como sistemas contrarios a
la justicia, la igualdad, al interés general y a la paz social en el campo, asegurando
la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria y la vigencia efectiva de los
derechos de protección ambiental y agroalimentario de la presente y futuras
generaciones.
Artículo 2
Con el objeto de establecer las bases del desarrollo rural sustentable, a los
efectos de la presente Ley, queda afectado el uso de todas las tierras públicas y
privadas con vocación de uso agrícola. Dicha afectación queda sujeta al siguiente
régimen:
1. Tierras pertenecientes al Instituto Nacional de Tierras (INTI): Serán sometidas a
un promedio de ocupación y al estudio, atendiendo a un conjunto de factores
determinantes tales como: a. Plan Nacional de Producción Agroalimentaria.
b. Capacidad de trabajo del usuario.
c. Densidad de población local apta para el trabajo agrario.
d. Condiciones agrológicas de la tierra.
e. Rubros preferenciales de producción.
f. Extensión general de tierras existentes en la zona sujeta al promedio de
ocupación.
g. Áreas de reserva y protección de recursos naturales necesarias en la zona.
h. Condiciones de infraestructura existente.
i. Riesgos previsibles en la zona.
j. Los demás parámetros técnicos para el establecimiento del promedio de
ocupación que se desarrollen en el Reglamento de la presente Ley y en otros
instrumentos normativos.
2. Tierras propiedad de la República: Quedan sujetas al mismo régimen
establecido para las tierras propiedad del Instituto Nacional de Tierras (INTI).
3. Tierras baldías: Serán objeto de planes especiales de desarrollo socio-
económico dentro de un esquema efectivo de producción, garantizando la
biodiversidad de los recursos existentes.
4. Tierras baldías en jurisdicción de los Estados y Municipios: Su administración
por parte de los entes correspondientes, queda sometida al régimen de la
presente Ley.
Corresponde a los Estados y Municipios el establecimiento de la seguridad
agroalimentaria de su respectiva jurisdicción en coordinación con los planes
nacionales.
A los efectos de planificar el uso de las tierras cuya administración les
corresponda, se tomará como base las necesidades agroalimentarias de los
centros urbanos cercanos, considerando su población actual y la necesidad
progresiva de sustento de las generaciones futuras. En la elaboración de dichos
planes, los Estados y los Municipios asegurarán la producción básica de los rubros
alimenticios fundamentales.
En caso de que las tierras rurales de un Estado o Municipio, por razones
agrológicas, carezcan de condiciones para producir los rubros básicos para la
seguridad agroalimentaria de las poblaciones que se hallen bajo su jurisdicción, se
establecerá un acuerdo de intercambio y distribución con otros Municipios o
Estados, por medio de sus órganos competentes. Cuando los estados o
municipios incumplan con el mandato previsto en este artículo, el Ejecutivo
Nacional asumirá su cumplimiento.
5. Tierras privadas: Quedan sujetas al cumplimiento de la función social de la
seguridad agroalimentaria de la Nación. En tal sentido, deben someter su actividad
a las necesidades de producción de rubros alimentarios de acuerdo con los planes
de seguridad agroalimentaria establecidos por el Ejecutivo Nacional.

Eliminación de latifundio.
La reforma Agraria se buscaba romper con un sistema que venía operando hacía
por lo menos doscientos años, generando pésimas condiciones de vida para las
personas que venían desarrollando su vida al alero de dichas estructuras. A su
vez, se buscaba dinamizar la actividad agropecuaria que era considerada la más
atrasada de la estructura económica del país. La solución estaba en intervenir
dichas estructuras sociales y productivas que sostenían un modelo de
acumulación basada principalmente en la hegemonía de los recursos.
39Según la lectura clásica, la solución era la restructuración del sistema de
tenencia de la tierra, proceso sobre el cual se avanzaría y profundizaría a partir de
la ley dictada en 1967. A partir de allí, se desarrollaría un proceso de
restructuración territorial, acelerando los conflictos por el dominio y uso de los
recursos. Como estrategia de profundización de la Reforma Agraria, se
contemplaba el Asentamiento, como uso colectivo de la tierra, el primer proceso
de aprendizaje para avanzar posteriormente hacia una parcelación individual y así,
lograr las cooperativas que sostendrían el mejor funcionamiento de los sectores
agrarios.

Aseguramiento de la biodiversidad y de la seguridad


agroalimentaria
Una gran variedad de plantas cultivadas y animales domésticos constituye
la base de la biodiversidad agrícola. Sin embargo, sólo 14 especies de mamíferos
y aves componen el 90 por ciento del suministro de alimentos de origen animal
que consumen las personas. Y apenas cuatro especies -el trigo, el maíz, el arroz y
las patatas- proporcionan la mitad de la energía que obtenemos de las plantas.

También es esencial conservar, además del número de especies, la


diversidad genética en el seno de cada especie. La agricultura moderna ha
alentado a muchos agricultores a adoptar tipos uniformes de plantas o animales
de alto rendimiento. Pero cuando los productores abandonan la biodiversidad, las
variedades y las razas pueden extinguirse, y perderse así sus características
especiales. La acelerada disminución de este acervo genético es motivo de
preocupación para los expertos. Disponer de una amplia variabilidad genética
permite mejorar plantas y animales para que se adapten a condiciones
cambiantes. Esa diversidad constituye también la materia prima para que los
científicos produzcan variedades de cultivos y razas más productivas y con mayor
capacidad de adaptación.

En lugar de una única variedad agrícola que garantice un alto rendimiento,


los agricultores de los países en desarrollo necesitan una variedad de cultivos que
se den bien en climas difíciles, o animales con resistencia a las enfermedades.
Para los agricultores más pobres la biodiversidad puede ser su mejor protección
contra la inanición. Una gran variedad de plantas y animales también beneficia a
los consumidores, lo que contribuye a una alimentación nutritiva, de particular
importancia para las comunidades rurales, que tienen poco acceso a los
mercados.
Vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y
alimentaria de las presentes y futuras generaciones.

Con el referido criterio, se evidencia que “el legislador viene a reforzar la


protección jurídico-constitucional de los particulares a través de normas
garantistas de los derechos amparados por la Constitución, favoreciendo la tutela
judicial efectiva y protegiendo para el presente caso, la vigencia y efectividad del
derecho a la seguridad agroalimentaria en pro del interés general de asentar las
bases del desarrollo rural integral y sustentable, asegurando la vigencia efectiva
de los derechos de protección ambiental y agroalimentario de la presente y futuras
generaciones. Todo en el contexto de la actuación eficaz del Poder Público, donde
los órganos y entes del Estado gestionan efectivamente sus competencias,
fomentando la consolidación del principio de paz social, el bien común y la
convivencia, en un medio ambiente armónico” (Cfr. Sentencia de esta Sala N° 962
del 9 de mayo de 2006, caso: Cervecerías Polar Los Cortijos C.A. y otras).

Por tales motivos, estima esta Sala que el estricto acatamiento de los actos
procesales dentro del proceso agrario no puede estar sujeto al arbitrio del juez,
quien debe resguardar las garantías constitucionales, máxime cuando las
disposiciones y formas que lo revisten son irrenunciables, siendo su
incumplimiento causal de reposición de oficio o a instancia de parte, tal como lo
preceptúa el artículo 187 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.

El beneficiario de la ley de tierras y desarrollo agrario.

1; Medianero: Persona que va a medias con el propietario en la explotación de


tierras.

2; Ocupante: es el individuo o persona que ocupa, o suele ocupar una cosa,


pudiéndose la misma ser un vehículo, una casa, un departamento, un terreno, lote
o parcela, pudiéndose diferenciar además en bienes muebles o inmuebles.

3; Arrendatario: es el inquilino o sea el que recibe la vivienda, la parte


arrendadora es el casero o sea el que cobra el alquiler.

4; Aparceros: Comunero en una heredad o hacienda.

5; Conuquero: Persona que tiene un conuco o lo cultiva.

6; Indígena: Son etnias que preservan las culturas tradicionales. Con este
alcance, se denomina indígenas a los grupos humanos que presentan
características tales como: Pertenecer a tradiciones organizativas distintas al
estado moderno.

7; pequeños y medianos productores:

Pequeño productores: es un productor que no depende estructuralmente


de la mano de obra contratada permanente y que gestiona su actividad productiva
principalmente con mano de obra familiar.

Mediano productores: En el caso del FONSA, se considera como mediano


productor a las personas dedicadas principalmente a actividades relacionadas con
la producción o comercialización del sector agropecuario, forestal, de acuicultura o
pesquero cuyos activos totales no superen los 700 SMMLV, incluidos los del Page
15 15 cónyuge.

8; Contrato Agrario: es la relación jurídica convencional que consiste en el


acuerdo de voluntad común, destinado a seguir los derechos y obligaciones de
sujetos intervinientes en la actividad agraria, con relación a cosas o servicios
agrarios".

9; Contrato Agroindustriales: Son una de las herramientas contractuales más


utilizadas para instrumentar las actuales demandas del mercado de producción
alimentaria. Diversos autores han caracterizado este contrato, clasificado sus
cláusulas más usuales, e identificado sus funciones y finalidades de acuerdo a las
prácticas contractuales y el análisis de legislación existente en países como
Estados Unidos. Argentina, sin embargo, aún no cuenta con legislación específica.

Tenencia de tierras.

La tenencia de la tierra, ésta se define como el modo o los modos de


régimen de propiedad que imperan entre quienes hacen uso de la tierra; en la
estructura agraria de la Venezuela actual se distinguen las siguientes formas de
tenencia de la tierra:

Propietarios: Son aquellas personas que poseen de manera legal el título de


propiedad de la tierra que trabajan, siendo por ello además, dueños delos bienes
inmuebles que en ella se encuentran. Los propietarios pueden ser: pequeños
propietarios, grandes propietarios (terratenientes,latifundistas).

Arrendatarios: Son aquellos productores que por no ser propietarios de la tierra


que trabajan, tienen que pagar un alquiler o canon de arrendamiento por el uso
que hacen de dicha tierra; el pago puede ser en efectivo o en especie, es decir
mediante la entrega de parte de su cosecha.
Aparceros y Medianeros: Aparceros son aquellos productores agrícolas quedan al
propietario de la tierra una parte de la cosecha por ellos producida; los medianeros
son también aparceros, sólo que tiene la obligación de entregar al propietario la
mitad de su cosecha (de ahí el nombre).

Disponibilidad y actitud de las tierras en Venezuela.

Ley de Tierras y Desarrollo Agrario de 2001, una lectura de la prensa actual


ofrece indicaciones que permiten pensar que grandes problemas relacionados con
la titulación no han sido resueltos: en particular, las invasiones de tierras la
vuelven a poner al orden del día. Esta situación se puede relacionar con varias
características del proceso histórico de titulación. Se puede observar, por ejemplo,
cuando la Gobernadora del Estado

Portuguesa declara (“El Nacional” del 6-9-1999): “El Gobierno tiene que
hacer un urgente trabajo de catastro para que se sepa a quienes pertenece la
tierra, porque no puede ser que nosotros vivamos todo el tiempo en esta anarquía
de las invasiones y de los desalojos. Un catastro nos permitiría meter el orden en
el campo.” En un país donde, como lo veremos, la Ley del 10 de abril 1848
ordenaba: “Se averiguarán y medirán todos los baldíos”, la ausencia de un
catastro completado al inicio del siglo XXI no deja de plantear una abrupta
dificultad para implementar cualquier programa de titulación. El Director del
Instituto Geográfico Simón Bolívar confirma esta situación, al declarar (en “El
Universal del 14-8-2000):

“Desde 1821, hemos tratado de inventariar las tierras agrícolas y no se ha podido


hacer un catastro definitivo de donde están las cosas.”

El presente libro se propone ofrecer elementos de reflexión en cuanto a la


titulación, que definimos como la formalización, por parte del Estado, a través del
otorgamiento del correspondiente título, de la transferencia a manos privadas de
un determinado derecho de propiedad sobre un terreno, el cual era público hasta
el momento. Se trata de la privatización de la tierra, o por lo menos de la
privatización de algún derecho de propiedad sobre ella.

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