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La escultura de Ariadna dormida esconde tras de sí una historia muy curiosa.

Desde que
fue adquirida por un Papa en el siglo XVI, estuvo en constante movimiento. En algún
punto de su vieje, se la empezó a confundir con Cleopatra. ¿Por qué? Si veis su brazo
izquierdo, tiene un brazalete con forma de serpiente, uno de los símbolos de Cleopatra,
pues se suicido al hacer que una serpiente la moridera. Esta confusión también se vio
favorecida porque, en el siglo XVIII, un autor decidió decorar el nicho con motivos
egipcios, que fueron tapados con cal roja.
Esta escultura no es la original, se trata de una réplica romana. La original fue una
producción helenística de la escuela de Pérgamo, hacia el siglo II a.C., y representa a
una mujer de la mitología griega: Ariadna, del mito de Teseo y el Minotauro.
Este mito se ambienta en las ciudades de Atenas y Cretas. Atenas tenia que dar a Creta a
modo de tributo una vez al año 14 jóvenes, 7 de cada sexo. Estos jóvenes servirían de
alimento al Minotauro, un ser mitad humano mitad toro que vivía encerrado en el
Laberinto, una de las construcciones de Dédalo. En este contexto, Teseo, hijo del rey de
Atenas, se presenta como voluntario para ir a Creta como tributo con la intención de
matar al Minotauro.
Cuando llega a Creta, se enamora perdidamente de Ariadna, la hija del rey de Creta. La
joven, habiéndose enamorado también del muchacho, decide ayudarle para que consiga
salir con vida del Laberinto y así puedan estar juntos. De esta forma, nuestra
protagonista idea la artimaña de usar un hilo para marcar el camino de regreso, y así su
amado pueda salir del Laberinto. Allí, Teseo logra vencer al Minotauro y, siguiendo el
hilo que le proporcionó su amada, logra salir del Laberinto. Tras esto, emprende el viaje
de vuelta, llevándose consigo a Ariadna. Durante el viaje de vuelta, paran en una
pequeña isla a descansar, donde Ariadna es abandonada. ¿Por qué? Hay distintas
versiones de esto. Unas dicen que se quedó dormida en la playa y, por despiste,
partieron sin ella. Otras dicen que Teseo se había enamorado de otra mujer durante lo
que llevaban de trayecto y la abandonó allí para deshacerse de ella.
Pero la historia no acaba mal para nuestra protagonista. El caso es que, poco después de
ser abandonada por su amado, con el corazón roto, se encontró con el dios Dioniso, que
“casualmente” pasaba por esa isla. “Casualmente” porque algunas tradiciones nos
cuentan que él fue el que hizo que se olvidaran a la pobre muchacha. Siguiendo con el
relato, al final Dioniso y Ariadna se acaban enamorando profundamente, y poco
después, el dios decide tomarla como esposa, y tras esto, Ariadna fue divinizada, y gozó
de una eternidad feliz.
Y para finalizar, una curiosidad. Su nombre divino romano es Libera, y es la diosa de la
fertilidad. Además, forma parte de una triada de culto junto a Ceres (Deméter para los
griegos, la diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad) y Liber (el dios de la
fertilidad, la viticultura, el vino y la libertad).

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