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Núm . 4.

EL DESPERTADOR AMERICANO.
C O R R E O POLITICO EC ON ÓM ICO DE G U A D A -
X
A
L A R A DEL J UEVES 3 DE E N E R O DE l 8 l l .

........................... Ergo fungar vice catis , acutum


reddere quae ferrum valet, exsors ipsa secandi,
Horat,

Á los A m erican o s q u e m ilitan baxo las B ande­

ras de los E uropeos F lon, y C allejas.

H e r m a n o s y Compatriotas. Nuestros Exercitos de


N orte, y Poniente acaban de conseguir dos señaladas v ic ­
torias, destrozando com pletamente A los G a c h u p ines nues­
tros opresores cuyos esfuerzos contra nuestra justísima
cautil no han sido m as que llamaradas de un maligno fue­
go próximo á extinguirse. Estas derrotas, en que la mano
poderosa d el Altísimo se h a manifestado de un modo oada
equívoco protectora de nuestros derechos, han proporcio­
nado á las vastas Provincias de aquellos rumbo? respirar
por la pri m era vez de la mas cruel y absoluta opresion en
que fian gemido por tres siglos. Todas han abierto los ojos,
tedas han despertado del letargo, todas han conocido que
ha llegado el momento señalado por la Providencia para
que recobremos nuestra natural libertad, é independencia,
aquella que l);os, padre común de todo» los humanos, ha
concedido á todas las Naciones de la tierra para su común
felicidad. Ninguna de ellas se ha dexado alucinar de los
artificios de los enemigos, ninguna los ha protegido ni au ­
xiliado contra los C riollo«, todas les han perseguido á fue­
go y sangre; y por lo mismo no ha durado en la inmensi*
d ad de aquellos plise? el incendio devorador de la G u e r ­
ra. Vosotros Amados Hermano?, vosotros sois lo s únicos
que perseveráis en ei torpe y ciego error d e a m p a ra r i
nuestros tiranos contra vuestros paisanos, co n tra vuestra
P atria, contra vuestro propio bien, y el de toda la posteri­
dad Americana. Vosotros, lo decimos con lágrim as y p e ­
netrados del mas justo- sentimiento, vosotros so lo s os opo ­
néis con las arm as á l a felicidad de seis millones de vues­
t r o s C o m p atrio tas, y r e t a r d a » t i momento feliz da nuestra
suspirada libertad. Acostumbrados» co m o buenos So ld ad os*
á dar á vuestros Oficiales la obedi ncia mas ciega, los b a ­
iléis ahora seguido maquinal mente,, y sin reflexionar sobre
l a injusticia a tró z de sus órdenes iniquas* ¿Q u al es el ob­
je to , qnal el fie, qual el motivo de tan extraña co n d u fía?
¿ P o r qué peleáis al lado de los E u ro p eo s? ¿os mueve a c a s o
la defenea d e la Religión, la defensa de nuestra F é S a cro ­
sa n ta ? Pero esta misma es puntualmente nuestra causa, en
este punto nue tro sentir e s el -mismoque e i vuestro, tía
m a s diferencia, que vosotros prolongando esta g u e rra in­
sensata á injusta os expooeis í que todos seam os atacado s
p o r !o s V a sallas de j o s c f N apoleon, qiie destruirían e l C r i *
tianismo entre nosotros, co m o lo han destruido en E sp a ñ a,
ú confesión de los mismos G achupines que s i a cesar nos ío
han e i a d o vociferando en esto* tres u ti nos años. S e r v f
nequam de ore tuo te judie.o: todo quanto los U ltram arinos
han dicho contra loa Franceses, nbza c o n tr a ellos a h o ra
que han reconocido por R ey a l abominado Josef*
¿Peleáis movidos de la Exccmur.ion que los Inqui­
sidores Europeos lian fulminado contra, nuesiro G tfe . y lo s
Com pañeros todos-de su valor y de su g lc iia ? Pero Sen­
cillos! Inocentes! ¿co m o pedéis haber sido ví& im as d e
vuestra credulidad, de vuestro candor y de vuestra buena
feé? T o d a I* Nación, sin exceptuar á ningún A m ericano d e
la plebe ruda é ignorante, conoció desde el principio que
ese Edicto expedido en un momento de desgracia, co M ra
todo el órden del d erteh o, contra todas las reglas de l a s a ­
na Política no era. mas que un a r d i d , una s u p tr < h ir ía , una
astucia d¿ lo* G achupines, Desde el i n s u l t é en que su'pie-
roa el principio de nuestra revolución, quedaron, y ertos
d e pavor. E ilo s vieron que eran un pufiado contra millo-
re», vieron que les era imposible recibir mnguu socorro
de \a afrancesada E sp a ñ a, viero n ‘que las Potencias M a r í­
timas de rodo el Mundo sostendrían nuestra independen­
c ia , c-omoinieresadas en co m erciar dire&am eníe con n o ­
s o t r o s tin tc.*er que p a g a r crecidos derechos á los reven­
dedores Gachupines. F o tal conflicto, en ta l angustia, que
fae para t i l o s una verdadera agonía, les sugirió su debili­
dad el arbitrio de trata r de H ereges á los Autores á e 13
e m p r e sa ¡ m s gloriosa que pudo caber en pecho Icdiar.o.
E s te artíncio íes pareció u n t o m as seguro, quanto estaban
m a s sati.fechos de la feé, piedad, religión, y devocioo a c e n ­
d ra d a que caracterizan, y distinguen s i Arr.ericano de ios
¿cro as habitantes de i a tierra. E llo s cixeron: E l común do
los Averíennos no es capaz de conocer á fondo todas la s
ventajas que les acarrea J a independencia, los Criollos ins­
truidos en ¡a Teología son muy pocos, y por consiguiente ¡os
que sepan Jo que es beregia: ¿echemos pues mane de este
arbitrio* -que mientras que los Crhilos doftes se ocupan en
'desengañar- e l puello ignorante, la mayor parte, asustada
con el solo nombre Je beregfa, los abandonará luego a l pun­
to, se unirá con nosotros, y temará la espada en nuestro
fav o r cc.itra sus mismos padres , contra sus madres, contra
sus hermanos, contra sus parientes , contra sus amigos, y
contra todos sus paisanos . Llenos de esta idea, ocufren á
los Inquisidores, que por nuestra desgracia son todos C a ­
chupines, estos corno interesados en la suerte de sus p aisa­
nos E u .o peos, r.o temiendo hacerse jueces en causa p ro ­
pia, e x p id e s co n una precipitación indigna de negocio
d e wnta importancia, e l fulminante E d i& o con que creen
arriunar á Hidalgo y sus sequaces, cito es i todos los C r io ­
llos: vierten en él la s expresiones m as sucias é indecentes,
expresiones mas propias p a ra escandalizar, que para edifi­
c a r ; lo forjan con tal ceguedad, que no advierten h s enor­
mes contradicciones de que ¿o llenan, contradicciones tan
p a tín tes, que Jas han percibido hasta Ies niños, y tan
monstruosas que no las conciiiaxá Jam a s el G achupin m as
t r r e B a d ^ r y caviloso L o circulat», no por c o n d u j o de los
jueces E c le s iá s tic a s sino por mi dio de Com erciantes y
yubdHegados. Lo circulan sin eí Sello del Sa n t o Ofu io,
c o r r o e * de estilo, y sin las rúbricas de ios Inquicidorts.
N ulidades tan palpables, d* saciertos tan garrafales hicie­
ren creer fi los Criollas piadosos é ilustrados que papelón
trn r re rs r t r s o no pod«a ser parto legítimo de 1?, Inqui­
sición, sino prodjccion de algún patan Montañéz: y así !o
creeríamos aun hasta ahora, sino supiésemos hasta que
punto se ciegan ios hombres, quando uná vez ha llegado
a p o d e r a r e de elios el espíritu de partido, y la ráb*a de
dominar i los demás. Para que veáis qüar. de buena feé 03
hablam os, A. H. Jupo^gam os por un instante, a unq ue en
la realidad no es así, que nuestro Héroe L i b e r t a d o r huviese
caído en algún m o r ccn tra la fié ¿. perjudicaría esto do
algún m od o á la justicia que nos asiste p a r a a s n i r a r á U
independencia, y s e p a r a r n o s d é l a E s p a ñ a uc. r.inada per
fcn Rey de C o p a ? , é inundada de los hor ror es de !.i I m p i e ­
d a d ? ¿ p o r ventura, perjudica á l a j ust ic ia de la a l i a nz a
.que los G achupines aju taron con los Ingleses, el que c a í *
teda aquella N a c i ó n esté separada de la Rel igión C a tó li­
ca, y llena i:o solo de h e u g e s , sino ha>ta ¿ e Deistas, y
aun Atheistas? Ücsen?añao , toda la supue-ta hr regía, todc
el crina n d«.l Nuevo YVa«hiñthon, consi>te en h a be r l e v a n ­
tado J a voz de la Libertad de nuestra Pa t r i a , en ha b er
descubierto las intrigas de los G a c h u p i n e s pa r a e n t r e f o r ­
r o s á Josef, y en oponerse 6. la execucion de tan c ri mi nal
y execrable (k si m. i o* l i s to lo han pat en ti zado ya ha:.ta \ l
última evidenc ia nuestros T e ó l o g o s naci onales, y nosotros
os lo demostraremos con todo el rigor g e om é t r i c o . F-1 S a n ­
to Onoio de la InquMcion est ab le ci do en M é x i c o , ést-a T r i ­
bunal respetabl , que con arreglo al obj 'to de su e rec ci ón
&clo d i b i a velar « ó b r e l a coosvrvacion de la Feé C a t ó l i c a ,
ha d íg 'n e r a c o a b ie r t a m e n t e en estos úl t imo* tiempos, c o a
virtiéndole en una Junta de Poli ía, en un C lub s a n g u i n a ­
rio que se ha m ezclado en negocios puramente políticos, y
civiles, ágenos de su primitivo instituto. Los mismos Ga*,
c h u p i n e s I n q u i s i d o r e s l o h a n c o o f e s a d o a sí f r a n c a m e n t e
TT.
en todos los Edi.^os que han expedido de«df» el princ*pio
de la irrupción francesa en la Monarquía. Le^d singular­
mente el primero que p rm u 'ga ro n despues de aquel a épo*
c a d e sg r a n a d a : en el veréis que 11 van el d e p a r o y la t i ­
ranía hasta privarnos de la confianza que d tb rm o s tener
en los Sacram ento*, mandando á los Peqit ntes delaten á
sus Confesores que le* ablen tn la confesión de intereses
contrarios 4 la E spaña, es decir contrarios á ios G a c h u p i­
nes. O h ! dolor, O lí! opresión, O h ! despotismo inaudito y
sin exem p lar!
¿Peleáis acaso. H erm anos nuestros m uy am ados,
per *:\ i» f í irr.o Rey de la M o n a r q u í a empeñóla, p o r t i d ts-
g r a c i a i o y caut vo F trn an d o ? ¿Pero no advertís que los
G a c l . i J i ir.ts ya ni se acuerdan de este M onarca infelice?
¿n o veis que la E spaña ha reconocido po* su Rey á un
Intruso, y que todos los juram entos, y fanfarronadas de
Jos G achupines han venido á pa rar en que se postren ante
el ídolo detestado, ante, aquel J'jsepcy aquel Pepe Botellas,
aquel R ey de C opas, que es ahora para e l'c s el Rey SSbio,
el Rey Filósofo, el Regenerador de las E spañ as? ¿C om o
puede decirse que peleáis por Fernando, quando habéis
hecho causa c o m ú n c o n los Europeos que se han vuelto sus
m as crueles y decididos adversarios?
¿Peleáis por vuestra P atria? Pero ¡ A y ! que vuestra
Patria, la América, la M adre legítima que os concibió en
su seno, y os alimenta con su substan cii, no tiene h ai ta
ahora mas, que motivos de quexa contra vosotros, á quie­
nes mira com o hijos desnaturalizados y rebeldes que han
tornado L s arm as contra ella. ¿ N o estáis asociados con los
tiranos que por espacio de trescientos años han saqueado,
dev.«;.tado y amqui ado i la Améric >, con los déspotas que
hao tm iú o á vue ría Nación sier.pre exá ista, siempre exán
giie, en la mas deplorable e-caséz, en la m is absoluta m ist-
i ia2 ¿Q ue otra rosa es la historia de la dom inacioa española
en tre nosotros, sino la historia de las mas inauditas cru e ld a ­
des? ¿que otra cosa nos manifiesta esta historia, que una
lucha cennáz y constante entre Dios, que se ha esm erado en
enriquecer nuestro suelo, d erram ando en el con profuiion
c».B.
las fuentes todas de la prosperidad; y entre los G achupines
siempre encarnizados contra nosotros, siempre obstinados
en no d ex am os gozar los dones de nuestro C riado r? Tended
la vista por toda la estensioo de este vasto Continente, dad
una oj**3da á la opulenta región en que habéis nacido. ¿ G o *
za¡* vosotros de su abundancia, gU3tan de sus dulzuras los
hijos de la Patria? A y ! que al paso que el tirano a i venedizo
nada entre delicias, al ham briento y andrajoso Indiano falta
todo. ¿Quienes son dueños de las minas mas ricas, de las
Betas mas abundantes y d e mejor le y ? los Gachupines.
¿Quienes poseen las haciendas d e c a m p o mas estensas, mas
feraces, m as abastecidas ,de toda clase d e gan ad o s? los G a ­
chupines. ¿Quienes se casan con las Americanas mas h e r­
mosas, y mejor d o ta d a s? ¿Quienes ocupan ios primeros
puestos de la M agistratu ra, los Virreynatos, la s Intenden­
cias, las plazas de Regentes, y O y d o res, las dignidades mas
eminentes, las rentas mas pingües de nuestras Iglesias? los
G achupines. Si una ú otra vez guiados de su maquiavelismo
confían alguno de los altos puestos al patricio, son solam en­
te aquellos empleos que exigen un trabajo recio, escogen
Criollos viejos que apenas pueden con la c a r g a de la edad,
ó bien prefieren á los mas ineptos é ignorantes, para insul­
ta r despues con el oprobrio de incapaci Jad á la Nación
entera. ¿Q ue manos son 4as dueñas del C om ercio, quienes
lo lian aprisionado en un solo y detestable Puerto, quienes
lo han recargad o de impuestos onerosos, manteniendo el
feroz monopolio, y ganando en el valor de un centenar,
quinientos pesos? ¿Quienes h3n impedido, y estorvado t o ­
da clase de manufacturas Americanas con el -falso pretexto
de no perjudicar á las Fábricas de E spaña, co m o sino se su*
píese que cas; todo quanto se nos revende, sale de talleres
e x tra n je ro s? ¿Quienes han estancado la Sal, el T a b a c o , el
Azogue, la Nieve, el Tequexquite, los Colores, el vino M e f
c(ily la Pólvora, en una palabra los ram os todos de la in ­
dustria, sin dexar en que trabajar al C riollo honrado, ni
con que proporcionarse una mediana subsistencia2 ¡Y que
estos bárbaros, añadiendo el insulto á la injusticia, nos
echen en c a ra nuestra ociosidad, y noa traten de h o g a z a *
nes! ¿Quienes recogen anualmente en esta sola América
veinte millones de pesos de todas las gavela?, y exácciones
que lian c a rg a d o sobre e1 Pueblo miserable 2 ¿q lienes han
llevado la barbarie basta d o b b r el tributo de infamia ai
casad o A m ericano? Lo menos doloroso es, que el infeliz
se prive de lo necesario á su precisa subsistencia* para s a ­
tisfacer tanta c a rg a . Á sus mismos hijos, tu r n o s servidores
del estad o, les qnita ei pan de la boca, para p a g a r 4 un
S;:bd. legad o á un Ten ir. ote, que con la autoridad de su « f i ­
ci > va anunciando la desolación de ios Pueblos. N o hay
año estériL nf esoaréz de m iiz?s, ni calam id ad , por grande
que n a , que le exrr>a de p3gar. Entre tanto, redobla el
pobre C riollo su trabajo* r i'g a la tierra con su sudor, y no
pocas con su sangre, acor t i m as y m as el alimento á su
fam ilia, y n o s i e n J o e s t o bastante, se ve precisado á in v o ­
c a r la muerte, co m o único fin de su miseria. ¿Q u e Pueblo,
que Nací»*n del universo gim e baxo el y u go de condicioa
m as d u ra y ho rroro sa? Lo que asom bra m as* lo qut» i m s
irrita es eí espíritu d e rap acid ad de que se ha manifestado
postido el Gobierno E spañol er. estos últim os tiempos ¿ No
se nos ha: aumentado en una quinta p a r ts el valor de las
Bulaa de la Santa C r u z a d a ? ¿no se ha relaxado l a o b s e r ­
vancia quadragesim al enxre nosotros con una nueva Bula
a rran c ad a a l Sum o Pontífice con los mas frívolos pretex-
ros, com o lo han manifestado algunos d e los mismos O b is ­
pos de E ^ p a ñ i? N o se han puesto, en pública almoneda
hasta los bienes de las C ofradías, los fondos de Li gados,
C a p e lla n ía s y O bras P ias d e todo género, para remitir su
im parte á la M étíó p o jt? ¿ N o se han d e sp o jid o de sos a l ­
h ajas nuestras Iglesias p a ia no v o l v e r á ve rías j a m a s ? ¿ N o
se ha d e x a d o e l Reyno enteramente exhausto, y extenuado
con todas-csas v erd a d era s extorsiones llam adas Donativos?
¿ N o s e nos a c a b a de nmenazar con un impuesto de veinte
millones, cantidad imposible de rejuntarse ni en veinte
años? En fin. A tan espantoso cúm ulo d e m ales * no han
añadido últimamente ios Gachupines-Ka m as exccsiv j c a re s ­
tía^ la mas absoluta escasé-z de los géneros d e p fk n e ra é
indíspvnií.blc iitcearíüaü? E f u n d o libres* lo s M ares d esd e el
ajuste de la A lía rz s con !a G ran Bretaña, estando atenta­
dos de efe ¿ios los Almacenes de los Comerciantes ing !<;«<*,
¿que causa ha habido par3 que el com ercio de Arr.é.ic.: se
h a y a paralizado, aun m a sq u e en tiempo de guerra con et
Ingles? N o ha habido otra, q u ? la crueldad de los f~ae!¡tr
pines, que han spguido con rigor su antigua m a x i m a de
destruir p3ra dominar, de mantenernos en la miseria, para
quitarnos las fuerzas de levantarnos contra la tiranía, de
hacernos luchar contra tas necesidades mas imperiosas, pa
ra que ocupada nu.stra atención en ellas, no tengamos la
bastarte para reflexionar sobre ti p?<o de n u e s t r a ' cadenas.
E r a n d o pues, unidos como estáis, Amados Hermanos, co a
Tiranos tan odiosos, con los Autores de opresión tan a b s o ­
luta, como injusta, ¿con que descaro, con q u e avilantez
p o d iis decir que peleáis por la Patria, á menos que no os
c i g u e u n a grosera y estúpida ignorancia de que apenas
parece c a p a z humano entendimiento?
P o r últim o . ¿ P e le á i s lle v a d o s d e terror ai po der e s p a ñ o l? ¿ P e ­
r o n o a d v e i t i s q u e e s te p o d e r e n o t r o , t i e m p o f o r m i d a b l e , y a n i q u i l a d o
a h o r a e n su r a í z p o r lus f r a n c e s e s , n o es y a , p o r ju s t a d i s p o s i c i ó n d e l a
P r o v i d e n c i a , n 'a s q u e u n e s p a n t a j o , u n a f a n t a s a u v a n n ? ¿ N o v e i s q u e
v u e s t r a b r a v o s s o n el ú l t i m o r e c u r s o á q u e h u í a.pelad o p a r a p r o l c n -
f ¡ r p o r a l g u n o s i n i t a n t e s !.<s c o r \ u ls io n e s d e su d e s p o t i s m o r .t o r i b u o *
d . j ? ¿ K s po sib le q u e os 2 c o b a i d e l a p r e s e n c i a d e e s a g a v i l l a d e s p i e r t a *
b ¡ e d e K u r o p e o s , q u e o s c u s t o d a e n v u e s t r a r e t a g u a r d i a , s in e x p o n e r -
ee j a m a s a n u e s t r o f u e g o ? A m e r i c a n o s , u n t o t e m o r n o d e b e c a b e r
e n p e c h o s v a r o n i l e s , es p r o p i o d e e s c l a v o s b a x o s y m u y v il e s . Ka.
a .o r d a o s qu e sois A m e ric a n o s , v o l v e d lu e g o la s b a y o n e t a s c o n tra
es o s p é r fi d o s , y v o l a d á n u e s t r o s c a m p a m e n t o s . S i v u e s t r a s a l m a s se
a b r e n f;.c l m e r i e á la s i m p r e s i o n e s d e l m i e d o , s . b i d q u e c o r r e m e n o s
p e l i g r o v u e s t r a v i d a e n t . . m a r es ta r t s o l u c i o n t a n f á c i l , c o m o h o n -
r< sa, s u p u e s t o q u e io>s ¿ ; e z mil c o n t r a o c h o c i e n t o s , q u e e x p o n e r o s á
s e i v i é h : n a s d e n u e s t r o ju sto r e s e n t i m i e n t o . K s i r r a c i o n a l , es b s ensato,
e l p r o j e i t o d e o p o n e r e a l í m p e t u d e ti.d a u n a N a c i ó n l e v a n t a d a p o r
s u i n d i p e n d e n c i a , n o es p o s : b . e d e s c o n c e r t a r lo s p l a n e s d e nu eacro
F a d i e y L i b e r t a d o r , c o n c e b i d o s c«>n la m.i$ p i o f u n d a s a b i d u r í a , q u e
h a n p u e s t o y a e n c o m b u s t i ó n á t o d a s la s P r o v i n c i a s p o r s u l i b e r t a d .
T o d o s m u s t i o s e n e m i g o s v a n a ser i c d i c i d o s á p' I v o p o r el o . t r é p i d o
A l í e d e , e h i j o f a v o r i t o de M a r t e , n u e s t r o C a p i t a n » n v i £ l o , e i c u y o
e l e v a d o y g e n e r o s o e s p í r i t u b r i l l a n t o d a s la s p r e r d a s m i l i t a r e s qu«/
la K u r o p a ü d n v r a e n e l C o r s o , sin la a m b i c i ó n a s u l a d o r a q u e e b s c u -
ssce lis virtu de s de aq u e l M o n s tru o .

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