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Esta norma tiene el objetivo de establecer los criterios a seguir por parte del personal de salud, los

cuales tienen como obligación aportar la información necesaria para asegurar el bienestar de las
familias, en este caso, de la persona gestante o en edad reproductiva y de su descendencia,
empezando no solamente cuando la mujer se encuentre ya embarazada, sino que se busca
proporcionar información entendible para su salud desde tiempo antes (consultas
preconcepcionales).

De esta manera, podemos llegar a prevenir complicaciones tanto en la integridad física como
emocional de la madre; llevando a cabo como protocolo un seguimiento de las etapas del embarazo
para asegurar un parto exitoso y posteriormente una vez tenido a la persona recién nacida, vigilar
que tenga un correcto crecimiento y desarrollo.

Lo primero que se indica es la evaluación de la salud de la mujer y dar medidas preventivas a partir
de la anamnesis, es decir, identificar los posibles riesgos que pueda llegar a tener la mujer ya sea
para concebir o para llevar un embarazo a término.

Estos son los puntos importantes para tomar en cuenta:

• Realizar una anamnesis donde se recopilen todos los datos personales de la madre (si es
multípara, si ha tenido abortos, si padeció de DG, etc.) así como de la familia como
antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión.

• Exploración física completa (signos vitales maternos como fetales, etc.)


• Mandar a realizar los exámenes de laboratorios necesarios para detectar el factor Rh de la
madre, glucosa en sangre, pruebas que nos ayuden a detectar sífilis o VIH en la embaraza.
• Iniciar chequeos al menos tres meses antes de intentar un embarazo.
• Realizar al menos un chequeo por cada trimestre para valorar la evolución y bienestar de
ambos.

• Tener un periodo intergenésico (entre un embarazo y otro) mínimo de dos años para poder
reducir los riesgos.

• La importancia de iniciar suplementación durante el embarazo como lo es con el ácido


fólico para evitar defectos del tubo neural. Teniendo como recomendación administrar 0.4
mg de ácido fólico y micronutrientes 3 meses antes de la concepción.
• Evitar el consumo de productos tóxicos (bebidas alcohólicas, tabaco, entre otros) y sobre
todo indicarle el peligro de la automedicación, ya que hay ciertos medicamentos comunes
que son abortivos.

• Observar indicios de depresión o algún trastorno respecto a la salud mental por parte de la
madre durante el embarazo, parto y puerperio.
(Kuri Morales, 2017)

A parte de asegurar la integridad de la madre como del bebé, tenemos que preparar a los padres o
la madre para recibir al recién nacido y asegurar su bienestar, estos son acerca de:

• Los cuidados del recién nacido.


• Las vacunas necesarias según cada etapa de vida.
• El llevar una estimulación temprana para el correcto desarrollo motriz y neurológico del
bebé.
• La importancia de la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y
sus alternativas como lo es la fórmula en dado caso la madre no pueda aportarla.
• Y dar la información para la prevención de enfermedades diarreicas y respiratorias las
cuales son bastante comunes en los infantes.

(Kuri Morales, 2017)

Atención al parto.

Las pautas para seguir para el procedimiento de un trabajo de parto exitoso también velan por la
seguridad emocional de la madre. En mujeres primigestas se recomienda el parto fisiológico no
medicalizada siempre que no haya una contraindicación médica u obstétrica, teniendo en cuenta
el derecho de la mujer, el reducir el índice de cesáreas, morbimortalidad y el riesgo de
complicaciones a largo plazo.

Además de la vigilancia estrecha de signos vitales de la madre como del bebé, también se deben
seguir muchísimas otras indicaciones para asegurar el bienestar de ambas vidas, como el preguntar
a la madre sobre la percepción de contracciones uterinas dolorosas, su intensidad y frecuencia,
observar si hay expulsión de mucosidad, líquido o sangre a través de los genitales, presentación
fetal, dilatación, etc.

Como dato importante está que si la madre elige recostarse deberá recomendarse la posición
decúbito lateral izquierdo para prevenir hipotensión y riesgo de hipoxia fetal.

Las contracciones uterinas se deben monitorear cada 30 a 60 minutos por periodos de 10 minutos
con la mano extendida sobre el abdomen materno, sin presionar. La frecuencia cardiaca fetal debe
auscultarse antes, durante y después de las contracciones y se sugiere un control cada 30 a 45
minutos. La basal se tomará entre contracciones, son valores normales 120 a 160 latidos por
minuto. Valores entre 100 a 119 latidos por minuto señalan bradicardia y valores por arriba de 160
latidos por minuto indican taquicardia, ambos signos de hipoxia leve.

Por supuesto se debe registrar todo el procedimiento como el tipo y atención del parto, fecha y
hora de nacimiento y las condiciones de la persona recién nacida (valoración de Silverman
Anderson, Apgar, sexo, edad gestacional, examen antropométrico, estado de salud, pronóstico y
por supuesto, anotar si existen anomalías congénitas, enfermedades o lesiones, siendo estas
correspondientes a la atención a la persona recién nacida).

Atención del puerperio.

Revisar a la paciente cada 15 minutos, vigilando el comportamiento de la frecuencia cardiaca,


frecuencia respiratoria, presión arterial, temperatura, llenado capilar, hemorragia transvaginal, el
tono y altura del útero y el reinicio de la micción espontánea. Posteriormente, se revisará cada 30
minutos hasta completar las 2 primeras horas del puerperio y luego entre 4 y 8 horas de acuerdo
con su evolución hasta su egreso.

Atención inmediata al recién nacido.

El pinzamiento y corte del cordón umbilical se debe realizar de 30 a 60 segundos después del
nacimiento, aún siendo prematuros, manteniendo al recién nacido por debajo del nivel de la
placenta, esto con la finalidad de que, por gravedad, la placenta pase todos los nutrientes posibles.
Ah este procedimiento se le denomina pinzamiento tardío.
• A excepción de casos como sufrimiento fetal, madre Rh negativo, no inmunizada, problemas
con el cordón umbilical, el pinzamiento debe ser inmediato.

De igual forma debe iniciar con lactancia materna si es posible y vigilando el estado mental de la
madre como ya se ha mencionado anteriormente. El egreso de la paciente puede ser tras las 24
horas transcurridas si no hubo incidentes, recordándole la importancia de asistir nuevamente para
su evaluación y las consultas asignadas para la persona recién nacida.

Bibliografía

Kuri Morales, P. (07 de Abril de 2017). Secretaría de Salud. Obtenido de NOM-007-SSA2-2016,


Para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién
nacida: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/512098/NOM-007-
SSA22016.pdf

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