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Álvaro José Cadavid Jiménez107

¿Tiene fuerza vinculante la jurisprudencia de la Corte Interamericana


de Derechos Humanos en el ordenamiento jurídico colombiano por
vía del control de convencionalidad?

INTRODUCCIÓN

El control de convencionalidad implica que los Estados parte deben tener en cuenta
no solamente la Convención Americana de Derechos Humanos sino también la
interpretación que ha hecho la Corte Interamericana de Derechos Humanos del
mismo, es decir, la obligación de aplicar en la resolución de los casos sus
precedentes.
En el caso colombiano la Corte Constitucional en su jurisprudencia ha hecho uso de
las sentencias proferidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos pero no
le ha otorgado el carácter de fuerza vinculante.
Dentro de este contexto el presente artículo pretende mostrar en el caso de Colombia
la tensión que se presenta entre el derecho interno y el Derecho Internacional de
protección de los Derechos Humanos en el marco del control de convencionalidad.

PALABRAS CLAVE Control de convencionalidad, jurisprudencia de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, jurisprudencia de la Corte Constitucional,
bloque de constitucionalidad

La Corte Constitucional de Colombia en jurisprudencia reiterada ha sostenido


lo siguiente frente a los pronunciamientos judiciales proferidos por instancias
internacionales ― En este mismo sentido, la Corte ha puesto de relieve que la
jurisprudencia de las instancias internacionales de derechos humanos, tal como de la

107
Abogado de la Universidad del Rosario. Profesor Titular de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario,
Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad El Bosque, Profesor del Centro de Estudios
Socio Jurídicos Latinoamericanos ( CESJUL). Candidato a Magíster en Derecho Constitucional de la Universidad de La Sabana.

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Corte Interamericana de Derechos Humanos, tiene una especial relevancia
constitucional en cuanto constituye una pauta hermeneútica para interpretar el
alcance de esos tratados, como la Convención Americana de Derechos
Humanos, y por ende de los propios derechos constitucionales.‖108 (Subrayado y
negrilla por fuera del texto original).

Sin embargo a pesar de este importante criterio jurisprudencial de nuestra


Corte, en ninguna de sus sentencias ha afirmado categóricamente por ejemplo que la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es vinculante para
todos los jueces del país. La Corte Constitucional en algunos casos tanto en sede de
control de constitucionalidad abstracto como de constitucionalidad concreto (acción de
tutela), por vía del Bloque de Constitucionalidad109, ha integrado la Constitución
Política con los instrumentos internacionales como lo es la Convención Americana de
Derechos Humanos para efectos de resolver los casos constitucionales, recordando
las dos funciones esenciales que cumple el Bloque de Constitucionalidad de servir
como criterio de interpretación y de integración de los instrumentos internacionales
de protección de los derechos humanos en el ordenamiento jurídico interno 110. Sin
embargo, lo paradójico es que en muchas ocasiones la Corte cita precedentes de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos para fundamentar sus decisiones
judiciales, pero en ningún momento afirma que son vinculantes dichos precedentes
jurisprudenciales y que deben ser aplicados de manera obligatoria.

En el año 2006 a raíz de una sentencia muy importante proferida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos 111, surgió lo que se conoce como ―Control de

108
Corte Constitucional, Sentencia C-715 del 2012. Ver, entre otras, las sentencias C-10 de 2000, T-1319 de 2001, C-228 y C-
916 de 2002.
109
El bloque de Constitucionalidad surge en Colombia a partir de la sentencia C-225 de 1995 proferida por la Corte Constitucional
en donde fijó su alcance estableciendo que: ―…está compuesto por aquellas normas y principios que, sin aparecer formalmente
en el articulado del texto constitucional, son utilizados como parámetros del control de constitucionalidad de las leyes, por cuanto
han sido normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la propia Constitución. Son pues
verdaderos principios y reglas de valor constitucional, esto es, son normas situadas en el nivel constitucional, a pesar de que
puedan a veces contener mecanismos de reforma diversos al de las normas del articulado constitucional stricto sensu.
110
La Corte Constitucional en sentencia C-067/03 citando al profesor Norberto Bobbio establece las cuatro funciones que cumple
el bloque de constitucionalidad: ―…servir de i) regla de interpretación respecto de la dudas que puedan suscitarse al momento de
su aplicación; ii) la de integrar la normatividad cuando no exista norma directamente aplicable al caso; iii) la de orientar las
funciones del operador jurídico, y iv) la de limitar la validez de las regulaciones subordinadas.‖
111
CIDH, Caso Almonacid Arellano vs Chile, Sentencia del 26 de Septiembre del 2006.

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112
Convencionalidad‖ que se fue desarrollando y fortaleciendo a lo largo de estos
años, en donde en esta sentencia se dijo que los Estados Parte de la Convención
debían ejercer una ― especie de Control de Convencionalidad‖ y con posterioridad a
los desarrollos jurisprudenciales se dijo que ya no debían ejercer una especie de
Control de Convencionalidad, sino un verdadero control, lo que trajo como
consecuencia que tanto el poder legislativo, ejecutivo y judicial deben ejercer el
control de convencionalidad, es decir, que deben tener en cuenta en todas sus
actuaciones no solamente la Convención Americana de Derechos humanos, sino
también la interpretación que la Corte le ha hecho a dicho instrumento
internacional, verificando si las normas internas incluida la Constitución Política
es compatible o no con la Convención Americana.113

Como se puede evidenciar, el Control de Convencionalidad implica que en el


derecho interno los operadores judiciales deben decidir los casos aplicando
obligatoriamente la Convención Americana de Derechos Humanos (entre otros
instrumentos internacionales), y además la interpretación que la Corte Interamericana
ha hecho a las disposiciones normativas de dicho instrumento internacional114. Esto
ha traído como consecuencia la incidencia y supremacía del derecho internacional en
el ordenamiento jurídico interno de un Estado, tanto es así por ejemplo que si una
norma o disposición de la Constitución Política es contraria a la Convención

112
Frente al Control de Convencionalidad en el caso Almonacid Arellano vs Chile dijo la Corte: ―La Corte es consciente que los
jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigent es en el
ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus juec es,
como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las
disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un
inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de ―control de convencionalidad‖
entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En
esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha
hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.‖
113
En el caso Gelman vs Uruguay dijo la Corte: ―Cuando un Estado es Parte de un tratado internacional como la Convención
Americana, todos sus órganos, incluidos sus jueces, están sometidos a aquél, lo cual les obliga a velar por que los efectos d e las
disposiciones de la Convención no se vean mermados por la aplicación de normas contrarias a su objeto y fin, por lo que los
jueces y órganos vinculados a la administración de justicia en todos los niveles están en la obligación de ejercer ex officio un
―control de convencionalidad‖ entre las normas internas y la Convención Americana, evidentemente en el marco de sus
respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes y en esta tarea, deben tener en cuenta no
solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la
Convención Americana‖ .
114
Existen dos clases de Control de Convencionalidad. El concentrado y el difuso. Frente al tema ha dicho la doctora Roselia
Bustillo en su obra Línea jurisprudencial El control de convencionalidad: La idea del bloque de constitucionalidad y su relación
con el control de constitucionalidad en materia electoral: ―Así, el control de convencionalidad se parte en dos tipos distint os, que
son llevados a cabo por dos órganos distintos: el primero es el control concentrado de convencionalidad, que realiza únicamente
la Corte Interamericana; el segundo es el control difuso de convencionalidad, que realizan los Estados, en el ámbito de sus
competencias a través de todas sus autoridades.‖.

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americana debe ser retirada del ordenamiento jurídico o inaplicada en el caso
concreto115. Esta tesis se refuerza con lo dicho por el profesor Manuel Fernando
Quinche al referirse a los fundamentos jurídicos del Control de Convencionalidad:
―…la Corte Interamericana establece entre otros, tres fundamentos jurídicos centrales:
1. El principio de derecho internacional universalmente aceptado, según el cual las
obligaciones internacionales deben cumplirse de buena fe. 2. La imposibilidad de
alegar la vigencia del derecho interno, con objeto de sustraerse del cumplimiento de
una obligación internacional y 3. El deber de adoptar disposiciones de derecho
interno y de adaptar la legislación de los Estados parte a la Convención
Americana, de conformidad con el artículo 2° de ese instrumento.‖116 (Subrayado
y negrilla por fuera del texto original).
En el caso Gelman vs Uruguay, entre otras sentencias, se encuentra todo el
desarrollo del Control de Convencionalidad, en donde la Corte Interamericana dijo:
―Cuando un Estado es Parte de un tratado internacional como la Convención
Americana, todos sus órganos, incluidos sus jueces, están sometidos a aquél, lo cual
les obliga a velar por que los efectos de las disposiciones de la Convención no se
vean mermados por la aplicación de normas contrarias a su objeto y fin, por lo que los
jueces y órganos vinculados a la administración de justicia en todos los niveles están
en la obligación de ejercer ex officio un ―control de convencionalidad‖ entre las normas
internas y la Convención Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes y en esta tarea,
deben tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del
mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención
Americana‖.
En Colombia la Corte Constitucional estudió el siguiente caso117, en donde
teniendo el deber de ejercer el Control de Convencionalidad y por ende aplicar la
regla jurisprudencial establecida en el caso López Mendoza vs Venezuela, no lo hizo.

115
Ver por ejemplo el caso ―La Última Tentación de Cristo vs Chile‖ donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos le
ordenó al Estado modificar su Constitución Políticas para hacerla compatible con la Convención Americana de Derechos
Humanos.
116
Quinche Ramírez, Manuel Fernando: El Control de Convencionalidad, Editorial Temis, 2014. Pág. 165.
117
Corte Constitucional, Sentencia SU-712 del 2013. Magistrado Ponente: Dr. Jorge Iván Palacio.

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1. Hechos

a) El Procurador General de la Nación destituyó e inhabilitó a la senadora Piedad


Córdoba en el ejercicio de cargos púbicos por un periodo de 18 años.
b) Contra la anterior decisión de única instancia la señora Piedad Córdoba
interpuso recurso de reposición el cual confirmó el fallo.
c) La señora Piedad Córdoba presentó acción de tutela contra el fallo proferido
por el señor Procurador General de la Nación al considerar que sus derechos
fundamentales al debido proceso (art. 29 CP), acceso y desempeño de
funciones públicas (art. 40 CP), así como a elegir y ser elegida (art.183 CP), se
habían vulnerado porque el señor Procurador General no tenía la competencia
para inhabilitarla y destituirla de su cargo.

2. Problema jurídico a resolver


En este caso le correspondió a la Corte Constitucional resolver el problema jurídico de
si el señor Procurador General de la Nación tiene la competencia legal y
constitucional para investigar y sancionar disciplinariamente a los Congresistas de la
República.

3. Tesis de la corte constitucional

Para la mayoría de la Corte el señor Procurador General de la Nación si tenía


competencia para investigar y sancionar disciplinariamente a los congresistas como lo
fue el caso de la senadora Piedad Córdoba con fundamento en el artículo 277
Numeral 6 que dicen respectivamente lo siguiente:

―ARTICULO 277. El Procurador General de la Nación, por sí o por medio de sus


delegados y agentes, tendrá las siguientes funciones:

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(…)
6. Ejercer vigilancia superior de la conducta oficial de quienes desempeñen funciones
públicas, inclusive las de elección popular; ejercer preferentemente el poder
disciplinario; adelantar las investigaciones correspondientes, e imponer las
respectivas sanciones conforme a la ley‖. (Resaltado fuera de texto).
Para la mayoría de la Corte al interpretar estas disposiciones constitucionales se
infiere claramente que el Procurador si es competente para inhabilitar y destituir por
faltas disciplinarias a los Congresistas. Dijo la Corte: ―…la Constitución sí otorgó al
Procurador General de la Nación competencia para ejercer la vigilancia superior de
las funciones desempeñadas por los Congresistas de la República, en su calidad de
servidores públicos y miembros de una corporación pública de elección popular, para
lo cual puede adelantar las investigaciones e imponer las sanciones definidas en la
ley. Corresponde a una competencia del jefe del Ministerio Público que emana
directamente de la Constitución Política y cuya delimitación corresponde al
Legislador.‖

Por último la Corte Constitucional estableció que dicha competencia del señor
Procurador General de la Nación para investigar y sancionar disciplinariamente a
quienes desempeñen funciones públicas es compatible con la Convención
Americana de Derechos Humanos. La corte citó y aplicó el precedente sentado en
la sentencia C-028 de 2006 en donde dijo: ― En este orden de ideas, la Corte
considera que el artículo 23 del Pacto de San José de Costa Rica, en lo que
concierne a la imposición de restricciones legales al ejercicio del derecho de acceder
a cargos públicos por la imposición de condenas penales, siendo interpretado
sistemáticamente con otros instrumentos internacionales universales y regionales de
reciente adopción en materia de lucha contra la corrupción, no se opone a que los
Estados Partes en aquél adopten otras medidas, igualmente sancionatorias aunque
no privativas de la libertad, encaminadas a proteger el erario público, y en últimas, a
combatir un fenómeno que atenta gravemente contra el disfrute de los derechos
económicos, sociales y culturales, consagrados en el Protocolo de San Salvador‖.
(Resaltado fuera de texto)

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Con base en lo anteriormente expuesto se puede evidenciar que la Corte
Constitucional teniendo el deber de ejercer control de convencionalidad en el presente
caso no lo hizo porque no aplicó el precedente sentado en el caso López Mendoza vs
Venezuela proferido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En este caso, la Corte Interamericana al interpretar el alcance del artículo 23 de
la Convención Americana de Derechos Humanos estableció que los órganos
administrativos como es el caso de la Contraloría no pueden destituir a funcionarios
de elección popular. Dijo la Corte: ―El artículo 23.1 de la Convención establece que
todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades, los
cuales deben ser garantizados por el Estado en condiciones de igualdad: i) a la
participación en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por
representantes libremente elegidos; ii) a votar y a ser elegido en elecciones periódicas
auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la
libre expresión de los electores, y iii) a acceder a las funciones públicas de su país
209. 107. El artículo 23.2 de la Convención determina cuáles son las causales que
permiten restringir los derechos reconocidos en el artículo 23.1, así como, en su caso,
los requisitos que deben cumplirse para que proceda tal restricción.
En el presente caso, que se refiere a una restricción impuesta por vía de
sanción, debería tratarse de una ―condena, por juez competente, en proceso penal‖.
Ninguno de esos requisitos se ha cumplido, pues el órgano que impuso dichas
sanciones no era un ―juez competente‖, no hubo ―condena‖ y las sanciones no se
aplicaron como resultado de un ―proceso penal‖, en el que tendrían que haberse
respetado las garantías judiciales consagradas en el artículo 8 de la Convención
Americana.‖

Salvamento de voto del magistrado Luis Ernesto Vargas Silva a la sentencia SU-
712 del 2013
Entre otras cosas el magistrado Vargas Silva salvó el voto porque la Corte no
aplicó el precedente judicial establecido en el caso López Mendoza Vs Venezuela, lo
que trajo como consecuencia la omisión de la Corte de ejercer el ―Control de

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Convencionalidad. Dijo el magistrado: ―Brevemente: la sentencia López Mendoza no
es un pronunciamiento internacional con valor puramente doctrinario para la Corte
Constitucional. Es un precedente vinculante y una pauta imprescindible para
interpretar adecuadamente una norma del bloque de constitucionalidad.
Solo una vez se establece la naturaleza de la ―decisión internacional‖ que podría
resultar incompatible con la posición que la Corte asumió sobre el alcance del artículo
277.6 es posible enfrentar seriamente la compleja contradicción normativa en que se
ubican los precedentes de esta Corporación y la Corte IDH: mientras la Corte
Constitucional considera permitido por el artículo 277.6 de la Constitución Política que
una autoridad administrativa separe del cargo a un funcionarios de elección popular, a
través de un procedimiento disciplinario, la Corte IDH sostiene que el artículo 23 de la
CADH (norma incorporada al orden interno con jerarquía constitucional) prohíbe que
ello ocurra y, en cambio, ordena que una decisión de esa naturaleza sea adoptada
por un juez penal competente. ― 118
Como diría el ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Sergio
García Ramírez: ―Destacamos ya que las sentencias de la Corte IDH deben ser
119
acatados por la jurisdicción Interna.” (Subrayado y negrilla por fuera del texto
original)

BIBLIOGRAFIA

Corte Constitucional, Sentencia C-715 de 2012. Magistrado ponente: Dr. Luis Ernesto
Vargas Silva.
Corte Constitucional, Sentencia C-225 de 1995. Magistrado ponente: Dr. Alejandro
Martínez Caballero.
Corte Constitucional, Sentencia C-067 de 2013. Magistrado ponente: Dr. Marco
Gerardo Monroy Cabra.

Corte Constitucional, Sentencia SU-712 de 2013. Magistrado Ponente: Dr. Jorge Iván
Palacio.

118
Corte Constitucional, Sentencia SU-712 del 2013, Salvamento de voto del magistrado Dr. Luis Ernesto Vargas Silva.
119
García Ramírez, Sergio: Los Derechos Humanos y la jurisdicción interamericana, UNAM, México, 2001, p. 156.

77
Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso ―Almonacid Arellano vs Chile‖

Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso ―Gelman vs Uruguay‖

Bustillo Marín, Roselia: Línea jurisprudencial El control de convencionalidad: La idea


del bloque de constitucionalidad y su relación con el control de constitucionalidad en
materia electoral

García Ramírez, Sergio: Los Derechos Humanos y la jurisdicción interamericana,


UNAM, México, 2001

Quinche Ramírez, Manuel Fernando: El Control de Convencionalidad, Editorial Temis,


2014

Corte Constitucional, Sentencia SU-712 del 2013. Magistrado Ponente: Dr. Jorge Iván
Palacio

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