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EN PREVENCIÓN DE RIESGOS
LABORALES
Parte Común
MÓDULO 2. TÉCNICAS DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES:
SEGURIDAD
U.D. 2.10: Prevención de incendios
INDICE
PROFESOR RESPONSABLE
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
ESQUEMA DE LA UNIDAD
RESUMEN DE LA UNIDAD
BIBLIOGRAFÍA
PROFESOR RESPONSABLE
El fuego representa uno de los riegos que mas perdidas económicas ocasionan, tanto humanas como
materiales, y por otra parte son muchas las actividades del ser humano en la que esta presente el fuego
y materias susceptibles de incendiarse con facilidad, razón por la cual el estudio de las condiciones
del mismo es indispensable para lograr un manejo controlado.
OBJETIVOS
1.- EL FUEGO
Todos los días estamos trabajando o utilizamos el fuego, cuando usamos un mechero o calentamos
una sartén llena de aceite en la cocina. Teóricamente estamos hablando de un fuego querido o
controlado. Incendio: es un fuego no deseado ni controlado.
2. Un comburente, habitualmente oxígeno del aire. Aunque existen otras sustancias cuyo
comportamiento es similar al oxígeno del aire.
Si es líquido el combustible, a partir de cierta temperatura, emite una cantidad de vapores cuya
concentración en el aire es suficiente para que con un pequeña chispa se genere el fuego y la llama.
En el caso del combustible gaseoso no es necesario su calentamiento para que se creen vapores, lo que
sí es imprescindible es que la concentración en el aire sea tal que con un pequeño foco de calor prenda
la mezcla.
Los iones, gases o vapores anteriormente referidos se mezclan con el aire en un proceso de
"Difusión". En muchos casos, en la pirólisis, los descompuestos son portadores de la
energía suficiente para reaccionar directamente con el oxígeno en una combustión.
En el caso de los vapores procedentes de los líquidos o en los gases, es necesario una pequeña chispa
o energía para que se provoque la ignición.
En la combustión: habitualmente, el oxígeno componente del aire reacciona con el gas o ion del
combustible en una reacción química de oxi-reducción, dando lugar como productos, radicales libres
o iones y calor; estas vuelven a reaccionar con el oxígeno del aire en varias reacciones sucesivas. A
este proceso se le denomina "reacción en cadena".
Hay que aclarar que en la primera reacción química de combustión, el calor generado es pequeño, sin
embargo, en las combustiones sucesivas se desprende gran cantidad de calor al exterior.
Este calor sirve para calentar los productos finales o humos, los cuales adquieren temperaturas entre
1000 ºC a 2000 ºC. A estas temperaturas, estos gases finales emiten radiaciones caloríficas dentro de
la banda de la frecuencia de la luz visible. Por lo tanto "la llama" es la radiación visible emitida por
los gases finales calientes. Esta radiación calorífica adquiere una importancia relevante en el conjunto,
puesto que sostiene las fases de pirólisis, evaporación y reacción en cadena.
Los combustibles sólidos, cuando son calentados a una temperatura elevada reaccionan sus
superficies en contacto con el aire, con el propio oxígeno del aire. Hablamos entonces de "cuerpos
incandescentes". En este caso no existe reacción en cadena.
Desde el punto de vista humano, con el fin de abordar el problema que genera el fuego o el incendio y
poder hacerle frente, nos hemos dado cuenta de que en un incendio intervienen por regla general una
serie de factores:
1. Un combustible que debe encontrarse en estado de vapor o gaseoso por regla general o
en estado incandescente en los menos casos.
De una manera gráfica se puede representar por un tetraedro, en el que cada cara corresponda a cada
una de los factores que acabamos de señalar.
En la naturaleza nos encontramos diferente materias que responden ante el fuego de forma distinta.
Unos actuarán como comburentes y la generalidad se comportarán como combustibles.
Los materiales tienen unas propiedades intrínsecas ante el calor, para cuantificarlas se han definido
una serie de parámetros que nos van a determinar la actuación del combustible y la evaluación ante el
incendio:
Dentro de los parámetros que tenemos que considerar con relación al fuego, comenzaremos hablando
sobre:
Tanto el calor específico como la densidad son dos parámetros característicos de los materiales que
definen el calentamiento de un material ante el contacto o proximidad de una fuente de calor.
El calor específico se define como la cantidad de calor que necesita la unidad de masa de un material
para aumentar 1º C su temperatura.
Bajo el punto de la peligrosidad de un producto sólido es su factor de forma. Sabemos que un papel
suelto es mucho más fácil que comience a arder que una pieza de madera. Se ha definido "factor de
forma" a la relación entre la superficie exterior del material y el volumen que ocupa el mismo. Cuanto
mayor sea este parámetro más peligroso será el material, en cuanto a su posibilidad de ignición.
Cuando un material comienza a arder, genera calor. El poder calorífico es la cantidad de calor
generada por cada kilogramo de material combustible. La carga térmica sería la cantidad de calor
desarrollada por todo el material si se quemase totalmente.
En términos vulgares podríamos definirla como la velocidad con que se transmite el calor a través de
la masa del material.
Para explicar como se comportan los líquidos combustibles ante el calor, parece oportuno realizar con
carácter previo algunas aclaraciones importantes.
Punto de Inflamación: Se denomina a la temperatura del líquido combustible a partir del cual éste
comienza a emitir vapores, cuya concentración en el aire, es el límite inferior de inflamabilidad.
Existe una temperatura tal que el líquido genera una concentración de vapores en las inmediaciones
de la superficie del líquido que ante una pequeña fuente de calor origina una velocidad de
propagación de las llamas tan rápida que supera la velocidad del sonido, se produce entonces una
"detonación". La concentración a la que ocurre este fenómeno se la denomina "Punto
Estequiométrico".
B. Dilatación de un líquido.
Al calentar un líquido y elevarse su temperatura, la fase líquida aumenta su volumen y habrá muchas
más moléculas que adquieran la energía suficiente para pasar al estado de vapor. Si aportamos el calor
suficiente para que el líquido alcance la temperatura de ebullición, inmediatamente después de haber
absorbido el calor latente de evaporación, se transforma directamente en gas. El volumen de la masa
de gas es muchísimo más grande que la misma masa correspondiente al líquido. En el caso concreto
del agua, es 1700 veces mayor. A la temperatura de ebullición los vapores emanados por el líquido
ejercen una presión sobre las paredes del recipiente de 1 atmósfera, un ejemplo de ello es el agua
cuando adquiere la temperatura de 100º en una hoya a presión que ejerce 1 atmósfera una atmósfera
de presión sobre las paredes interiores de la hoya; si aumenta la temperatura del líquido la presión
ejercida por los vapores será superior que la presión atmosférica.
C. Poder calorífico.
Es la cantidad de calor que se cede al exterior cuando entra en combustión. Se expresa en Kca/Kg o
en Kcal/m3. Se suele hablar de poder calorífico superior: cuando el combustible no tiene agua y no
hay pérdidas por la evaporación del agua.
El Poder calorífico Inferior: cuando parte del calor es absorbido por el agua del combustible para su
evaporación.
Antes de realizar una clasificación de los gases, previamente estudiaremos con más detenimiento su
comportamiento en función de sus variables de estado: presión, volumen y temperatura.
Temperatura crítica de un gas: Se define como la temperatura por encima de la cual ya no puede
licuarse un gas. La temperatura crítica del etileno es, por ejemplo, 9 ºC.
Presión crítica: Es la presión necesaria, a la temperatura crítica, que se debe comprimir el gas para
licuarlo. En el caso concreto del etileno sería 52,4 Kg/cm2.
Sigamos disminuyendo la temperatura del gas, observamos que necesitamos menos presión para que
se encuentre en estado líquido.
Si enfiramos el gas hasta llegar a una temperatura de enfriamiento tal que a la presión atmosférica se
mantiene en estado líquido; a esta temperatura se denomina temperatura de ebullición del gas o
temperatura de saturación a la presión atmosférica.
Si en una gráfica, con unos ejes de coordenadas que representan en las abscias las temperaturas y en
las ordenadas la presiones, situamos los distintos puntos concretos temperatura presión,
correspondientes al comportamiento del gas licuado, obtenemos una curva denominada "Curva de
Saturación del gas licuado". El punto superior representa el punto crítico y el inferior el punto de
ebullición del gas.
A cada presión y temperatura, la fase líquida del gas ocupa un volumen; cuanto mayor sea la
temperatura mayor será el volumen que ocupe la fase líquida porque se habrá dilatado.
2º Gases Licuados: Son los que están en el interior del recipiente a una presión superior
a la atmosférica, en estado líquido y vapor. La temperatura crítica es superior a - 10ºC.
4º Gases Disueltos a Presión: Existen ciertos gases que se disuelven muy bien dentro de
un líquido, por ejemplo, el amoniaco disuelto en agua; acetileno disuelto en acetona.
Las razones por las que se disuelven ciertos gases en determinados líquidos es
consecuencia de sus propiedades físico-químicas. En el caso del acetileno, es un gas muy
inestable, es decir, tiende a polimerixarse con gran facilidad; por otro lado, el amoniaco
es un gas corrosivo que ataca a aleaciones de zinc y cobre.
Habitualmente se someten a los gases al efecto del calor, en estas condiciones es muy importante
saber responder a la pregunta: ¿Qué ocurre cuando se calienta o aumenta la temperatura del gas?
Si el gas está comprimido sigue la Ley de Gay-Lussac: Al crecer la temperatura, como el volumen del
recipiente sigue siendo el mismo, aumenta la presión en la misma proporción. El peligro existe
cuando el recipiente no aguanta la presión del gas. Para prevenir esta circunstancia, se ha diseñado la
válvula de seguridad como sistema de alivio de presión.
Si el gas está licuado, incluyendo los gases criogénicos, el proceso es más complejo:
Como consecuencia de todo ello, con un incremento pequeño de temperatura se produce un aumento
enorme de presión.
Por una parte, el recipiente contenedor estará diseñado para soportar una determinada presión:
Presión de prueba. Llevará una válvula de seguridad, cuya presión de tarado puede ser regulada y
ajustada, un valor específico: Presión de disparo de la válvula de seguridad ; a esa presión se
producirá la apertura de la válvula permitiendo la salida al exterior de la fase gaseosa del gas.
Por otro lado, queremos almacenar un contenido que, habitualmente, será un gas que se encontrará en
el interior del recipiente en forma de: Gas licuado, comprimido, disuelto a presión o criogenizado. La
cuestión a resolver es la cantidad de gas que debemos introducir: Grado de llenado; y en qué
condiciones de presión y temperatura: Presión y temperatura de servicio.
Grado de llenado: Es la cantidad de gas almacenada, expresada en Kg. por litro de capacidad de
recipiente.
Es habitual que una fábrica utilice distintos tipos de energía: de presión, eléctrica, mecánica, química,
etc. Bajo el punto de vista del fuego, el problema surge cuando existe una transformación de esas
clases de energía en calorífica, y esa fuente de calor incide sobre un combustible cercano.
En un funcionamiento normal del proceso estos tipos de energía quedan controlados dentro de unos
límites establecidos. Pero ante una disfunción o fallo del sistema se corre el riesgo de una
transformación en calor o liberación de energía.
Las estadísticas nos indican que los incendios son ocasionados por:
1 CONDUCCIÓN:
Se transmite a través de un cuerpo sólido cuando existe variación de temperatura entre distintos
puntos del mismo, cuanto mayor sea la diferencia de temperatura más calor se transmitirá.
Cuando hervimos agua para preparar café, en un cazo de acero, nos damos cuenta que todo el
recipiente se calienta a la vez y, además, calienta el líquido contenedor. Igualmente, si el extremo de
una barra de hierro lo aproximamos a la lumbre, en breves instantes, el otro extremo comenzará a
calentarse. Esto ocurre con materiales que conducen muy bien el calor, como son los metales. A estos
materiales se les denomina conductores.
Sin embargo, existen otros materiales como la madera, el hormigón, la cerámica, etc., que presentan
un comportamiento totalmente distinto. Si observamos una sartén puesta en el fuego con mango
aislante , dicho mango no se calienta debido a que transmite muy mal el calor.
Se ha comprobado que cuanto mayor es el espesor de un cuerpo más lentamente transmite el calor y
cuanto más delgado es el mismo ocurre todo lo contrario.
Los buenos conductores del calor tienden a desprenderse del mismo. Es muy frecuente en edificios,
encontrarnos con estructuras de acero; si un pilar de acero adquiere la temperatura de 500º C, pierde
sus propiedades mecánicas, no aguanta el peso que tiene que soportar y la estructura se derrumba. Por
ello, las estructuras de acero se suelen proteger con materiales aislantes.
La madera transmite muy mal el calor. Cuando se prende un tronco de madera se suele quemar
superficialmente. Si a ese tronco lo impregno de agua, será muy difícil que arda. Sucederá lo mismo si
empapo de agua un material textil.
2 CONVECCIÓN:
Imaginemos, en una noche de invierno, que el salón de nuestra casa se encuentra caldeado por una
estufa y dos módulos calefactores, sin embargo, en el pasillo que nos permite acceder al mismo está a
una temperatura próxima al exterior. Hagamos la siguiente experiencia: coloquemos un mechero
encendido en la parte superior de la puerta de entrada al salón y observemos que la llama del mechero
se inclina hacia el pasillo. Sin embargo, en la parte inferior de la puerta de entrada, la llama del
mechero se inclina hacia el interior del salón. Esto nos indica que el aire caliente procedente de la
habitación sale hacia pasillo por la parte superior; simultáneamente, el aire más frío procedente del
pasillo se introduce en el salón por la parte inferior.
Si por cualquier circunstancia se incendia un mueble del salón, los humos calientes se evacuarían al
pasillo por el hueco superior de la puerta, y el aire fresco se introduciría en el salón por el hueco
inferior de la misma.
En esta situación cualquier persona que camine por el pasillo, ante el incendio, corre el riesgo de
asfixiarse, al inhalar el humo. Sin embargo, si gatea es menos probable que esto ocurra, pues el aire de
las capas inferiores del pasillo contiene mayor cantidad de oxígeno.
Si se incendia un piso de una planta, el humo tiende a canalizarse y ascender por el hueco de las
escaleras hacia las plantas superiores propagando el incendio hacia las mismas.
Los humos transportan calor, dificultan la visibilidad en la evacuación y a demás contienen gases
tóxicos y asfixiantes.
3 RADIACIÓN:
El calor se transmite sin ningún medio o soporte material a través de ondas electromagnéticas en el
espacio que transportan paquetes de energía térmica.
En un día de verano, con un sol radiante, si colocamos una lupa junto a un cigarrillo, podemos
conseguir que se prenda. También en un día soleado pero con viento frío, quién no ha comprobado, al
introducirse en su coche que su interior está bastante caliente, en contraste con el exterior.
Todo esto es debido a la radiación térmica que es la transmisión de calor sin soporte material por
ondas procedentes del sol. Cuando un fuego adquiere serias proporciones, las llamas emiten
radiaciones a las superficies colindantes, consiguiendo que comiencen a arder. Este es el motivo de
que el día de San José, en Valencia, antes de quemar una "falla" rocíen de agua los edificios
colindantes. La cantidad de calor transmitido por radicación a un cuerpo disminuye al aumentar la
distancia de alejamiento.
Los cuerpos opacos absorben las radiaciones y transmiten muy mal la radiación térmica. A los
cuerpos transparentes les ocurre todo lo contrario. Cualquier superficie brillante, como los espejos
reflejan la radiación calorífica.
Existe una cuarta forma de transmisión del calor, por desplazamiento de partículas incandescentes; es
frecuente que al calentarse o quemarse las partículas de un combustibles sólido o líquido desprendan
o salten partículas sólidas o líquidas incandescentes, como consecuencia de tensiones o
sobrepresiones internas.
CAPÍTULO 3: PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS
1 PROTECCIÓN PASIVA
1.1 INTRODUCCIÓN
A.. Estructura:
Es el esqueleto del edificio, tiene como misión la de sustentación y apoyo de las demás partes del
mismo.
Es un conjunto constituido por vigas, pilares y forjados, cerchas, celosías y muros de carga.
La característica principal que se le exige es que sea capaz de soportar el peso del resto del edificio,
así como las solicitaciones procedentes del exterior.
Ante un fuego, la estructura no debe perder su función y sus características durante un periodo de
tiempo razonable para que se puedan evacuar a los ocupantes al exterior, y puedan intervenir
adecuadamente los Servicios de Extinción de Incendios.
B. Cerramientos:
Su misión principal es la de separación de unas zonas con respecto a otras o del edificio con relación
al exterior.
Denominamos cerramientos a las paredes, puertas, ventanas, techos, falsos techos, sellados,
compuertas, tapas y cubiertas. Tenemos que distinguir las que tienen , además, una función de soporte
de cargas, con respecto al resto.
C. Acabados:
Cuando hablamos de acabados nos referimos a los solados, alicatados, enlucidos y pintados de
paredes y a otra clase de revestimientos de las mismas, así como elementos decorativos de
recubrimientos de techos y suelos.
Bajo el punto de vista preventivo y de protección contra un incendio, se pretende que tales elementos
no favorezcan el desarrollo del incendio incrementando su carga térmica y los gases tóxicos, o
actuando de forma propagadora transmitiendo las llamas y el calor a lugares alejados y a otros
combustibles.
b) Su impedimento al paso de las llamas o gases calientes a través del propio elemento
constructivo, durante un lapso de tiempo concreto.
De acuerdo con las características anteriores los materiales se clasifican de acuerdo con su:
• Parallamas (PF).
La Norma UNE 23.026-80 proporciona las definiciones de los anteriores conceptos, y que a
continuación se resumen:
Aptitud del elemento constructivo, portante o no, de permanecer inalterado en su función mecánica
bajo la acción del fuego por un determinado periodo de tiempo.
Estanqueidad al fuego:
Aptitud de un elemento de construcción de impedir el paso de las llamas o gases calientes a través de
él, por un determinado período de tiempo.
Parallamas (PF):
Cuando un material arde o se calienta, se consume, es decir, se produce una pérdida de masa del
material, y por otro lado, genera calor favoreciendo el desarrollo del incendio o provocando su
propagación al calentar otros materiales combustibles.
Los materiales se han clasificado, de acuerdo con la norma UNE 23 727 - 80 en las siguientes
categorías según su Grado de Reacción al fuego:
M0 Incombustible.
M1 Combustible, No Inflamable
M2 Poco Inflamable
M3 Moderadamente Inflamable
M4 Medianamente Inflamable,
Material no Clasificable.
La propia norma UNE referida nos indica los criterios de clasificación de los matariales, conforme a
una serie de ensayo, en los que se valoran el tiempo hasta el inicio de la ignición, el tiempo de
persistencia y altura de la llama y su velocidad de propagación.
Todos los materiales tendrán que ser probados con los ensayos correspondientes a la clasificación a
M1. Si las muestras de los materiales hubieran superado los mismo, serán ensayados para ser
clasificado como M0, según el ensayo de No Combustibilidad recogido en la Norma UNE 23102 - 90.
2. SISTEMAS ACTIVOS
Antes de que ocurra ese posible y en un principio desconocido suceso, tenemos que ser previsores y
adelantarnos a los acontecimientos. Estudiaremos los posibles orígenes del incendio, los lugares
donde puede provocar las pérdidas mayores si el fuego estuviera allí presente o su propagación, o
donde las consecuencias para las personas serían lamentables. Por ello, examinaremos los distintos
fenómenos que se pueden producir previo o durante el desarrollo del siniestro, y escogeremos los
dispositivos más adecuados para que nos permitan avisarnos de su presencia, para actuar en
consecuencia.
La legislación española al respecto, mediante dos reglamentaciones como son : La Norma Básica de
Edificación CPI - 96, y el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios, obliga a que
los Sistemas de Detección y Alarma cumplan con una serie de especificaciones recogidas en la Norma
UNE 23007, y así mismo, de acuerdo con el uso del local donde van a estar instalados, especifica el
tipo de dispostivos y elementos que deben estar constituidos.
Antes de describir los distintos dispositivos que componen un sistema de detección y alarma, es
necesario, definir una serie de conceptos que nos van a permitir explicar mejor el funcionamiento del
sistema.
La DETECCIÓN: es la "Técnica que nos indica la existencia del Incendio". En términos vulgares, la
Detección permite darnos cuenta del inicio del fuego.
La ALARMA: es la "Técnica de aviso posterior a los distintos ocupantes del lugar o edificio, donde
se ha producido el incendio, para su posible evacuación o intervención para extinguirlo".
Entendemos por técnica al procedimiento utilizado en la percepción del fuego así como su aviso
posterior.
Por otro lado, consideramos como señal a un fenómeno sensible e identificable para una persona o
para un dispositivo o mecanismo, al que se asocia una información sobre un fenómeno propio de un
fuego.
◦ Central de Recepción.
◦ Dispositivos de Alarma.
◦ Aparatos de accionamiento de los Sistemas de Control y de Protección contra Incendios.
2.1.3 Detección
Detección Humana.
Es el propio ocupante del recinto donde se produce el siniestro quien observa su presencia y transmite
el aviso posterior a una central de recepción o al resto de los ocupantes del lugar donde se ha
producido. Los medios específicos utilizados, frecuentemente, son los pulsadores manuales.
• Pulsadores de Alarma:
Según criterios de Norma UNE 23007/14 estarán situados en un lugar de forma que ninguna
persona necesite desplazarse a más de 30 m para alcanzar el pulsador de alarma. En aquellos
locales, donde los posibles usuarios puedan ser disminuidos físicos, deberá reducirse la
distancia a recorrer.
Ante el accionamiento del pulsador se activará una señal óptica y acústica que podrá ser
transmitida al Centro de Recepción de Alarmas, a través del Equipo de Control y Señalización o
directamente pondrá en funcionamiento un avisador acústico en su lugar de emplazamiento.
El nivel sonoro de una alarma de incendios será como mínimo de 65 dB(A) o bien de 5 dB(A)
por encima de cualquier otro posible ruido que pueda durar más de 30 s.
Si la alarma tiene por objeto despertar a personas que estén durmiendo, el nivel sonoro mínimo
será de 75 dB(A).
Los niveles sonoros mínimos deberán alcanzarse en todos y cada uno de los puntos en que se
requiera escuchar la alarma.
El nivel sonoro no deberá exceder de 120 dB(A) en ningún punto situado a más de 1 m del
dispositivo de la señal acústica
Detección automática.
Para poder percibir un fuego en un lugar poco frecuentado por personas o en el interior de un equipo
de trabajo, será necesario instalar dispositivos destinados a tal fin, denominados detectores
automáticos.
Para seleccionar el detector automático más adecuado e instalarlo en un recinto concreto, previamente
deberá estudiarse con detenimiento diversos aspectos entre los cuales destacamos:
El fenómeno físico:
Es decir, cuales son las posibles características del tipo de fuego que puede presentarse, y qué
evolución en el tiempo puede desencadenarse.
Existen fuegos de desarrollo lento y otro, por el contrario, de carácter rápido. Nos podemos encontrar
con fuegos con emisión de grandes llamas, pero también existen otras clases que pueden generar gran
cantidad de humos.
Si se analiza un fuego tipo, al comienzo se van a desprender iones o radicales libres, como
consecuencia de la "pirólisis" del combustible. En una posterior etapa, podrá emitirse humos.
Seguidamente, se generarán las llamas Por último y en su desarrollo final,. se incrementará la
temperatura de los humos.
Entonces cada tipo de detector es sensible a las diferentes etapas de un posible fuego, captando un
determinado fenómeno que ocurre habitualmente en la evolución previsible del mismo. Por ello
podemos calificar los detectores en:
• D. Calor: Sensibles al aumento de temperatura.
Hasta ahora hemos estudiado los distintos componentes del Sistema de Detección y Alarma, pero no
hemos estudiado todo el sistema en su conjunto.
Como resumen de lo anterior, un Sistema de Detección y Alarma está constituido por los siguientes
componentes:
• Detectores Automáticos.
• Pulsadores Manuales.
• Central de Recepción.
El interior de un edificio que se desea proteger deberá estar fraccionado en zonas claramente
delimitadas; en cada una de ellas los detectores individuales están conectados eléctricamente,
formando en un circuito eléctrico en paralelo denominado "lazo" o "bucle". Ante un disparo de
cualquier detector ubicado en la zona, quedará reflejada una señal en la Central de Control y
Señalización; la información que proporciona dicha señal indica la existencia de una alarma en esa
zona en concreto a los efectos de la actuación correspondiente.
Este sistema tiene el inconveniente que no permite, desde la Central, la identificación del detector
concreto que se ha disparado. De acuerdo con la Norma UNE 23007 /14, la distancia máxima a
recorrer dentro de una zona para identificar el lugar de procedencia de la señal tiene que ser inferior a
30 m, y el area máxima de un zona deberá ser inferior
a 2000 m2.
Se han estudiado las distintas señales que puede aportar un determinado tipo de detector en un
determinado ámbito temporal, habiéndose identificados entre las mismas, las que verdaderamente
corresponden a un incendio, poseen un formar a priori determinada.
Al sistema anterior se le incorpora un filtro con memoria, ubicado entre la Central de Control y
Señalización y el circuito eléctrico de detección. En el momento de dispararse un determinado
detector y llegar la señal correspondiente al filtro, éste la identifica y la contrasta, comprobando si
verdaderamente corresponde a un incendio, o bien, se trata de una falsa alarma . Posteriormente
transmitirá la señal a la Central, en el caso de haberla identificado positivamente como tal incendio.
El propio sistema monitoriza -revisa- los distintos detectores individuales, emitiendo señales para
comprobar su estado de situación (limpieza, suciedad, avería, etc..).
Denominado también sistema "precoz". Se trata de un sistema de detección de muy alta sensibilidad.
Su funcionamiento se basa en la aspiración de micropartículas y radicales, procedentes de la primera
fase del fuego. Dichos elementos son contrastados mediante una aparato electrónico de alta precisión
y sensibilidad, que funciona con radiación tipo "xenón", "láser", etc, que es emitida por un emisor
que, de forma simultánea, se comporta como receptor, por lo que compara los parámetros de entrada y
salida de dicha radiación, determinando, en consecuencia, la existencia o no de un futuro incendio.
Este sistema posee un margen de sensibilidad mayor de hasta seis veces de los sistemas
convencionales, por lo que permite, en su caso, actuar de forma precoz ante un eventual incendio
disminuyendo en cualquier caso sus drásticas consecuencias.
Partiendo de la base que los factores que intervienen en la generación del fuego son:
• COMBUSTIBLE
• REACCIÓN EN CADENA
Si eliminamos uno o varios de los factores conseguiríamos apagar o extinguir el fuego. Por
consiguiente, las distintas formas de extinción son las siguientes:
Se denomina "Agente Extintor", a toda sustancia que elimina el incendio de las formas que se han
expuesto anteriormente.
1.- AGUA.
• Extinción por dilución: Existen ciertas sustancias que son hidrosolubles, como el
alcohol etílico que vertiendo agua podemos apagar el fuego. Si el fuego se ha
originado en un recipiente se corre el riesgo de un rebosamiento del mismo y la
propagación del fuego.
Por ello se suele utilizar en recipientes pequeños. Quizás, sea el agente extintor
menos indicado para apagar fuegos de la clase B de combustibles líquidos,
precisamente por su posibilidad de rebosamiento y esparcimiento del combustible.
Sin embargo si se utiliza agua pulverizada se mantienen las gotas de agua en
suspensión , consiguiendo extinguir un fuego de la Clase B.
• Si tuviésemos que extinguir un fuego con agua; a ser posible utilizaríamos "Agua
Niebla" en lugar de "Agua a chorro" porque en este segundo caso sólo se
aprovecha la superficie lateral del cordón de agua, que es lo que entra directamente
en contacto con el fuego. Sin embargo, si vertiésemos agua en forma de niebla
aumentaríamos la superficie de contacto del agua con el fuego al máximo y
necesitaríamos menos cantidad de agente extintor.
En incendios forestales nos interesa un agua que adhiera muy bien a la superficie del
combustible, en este caso una masa forestal. Para ello, como aditivo, se le añade un
"Espesante" que aumenta la viscosidad del agua: (Carboximetilcelulosa de sodio) CMC y
"Gelgard", producto comercializado por DOW CHEMICAL, S.A. También se utiliza
fosfato amónico y sulfato amónico.
No se debe aplicar directamente el agua sobre materiales que reaccionen con la misma,
tales como el sodio, carburo cálcico y en general los metales alcalinos o alcalinoterreos
que producen reacciones violentas, o sobre productos que aumenten el riesgo, como
consecuencia de emisión de gases calientes, ni sobre gases licuados a temperaturas muy
bajas.
2.- ESPUMA.
Para evitar este problema utilizamos espuma. La espuma se comporta como si fuera una
colchoneta siendo su constitución burbujas de agua que en su interior contienen aire o
dióxido de carbono.
Una ventaja importante de la espuma es que necesita muy poca cantidad de agua para
conseguir mucho volumen de espuma y de esta manera evitar que el combustible entre en
contacto con el oxígeno del aire.
Clases de espuma:
Espuma química:
Espuma física:
Las espumas de baja expansión son más consistentes que las de alta expansión. Las
primeras se utilizan para fuegos en contenedores de líquidos combustibles. Las de alta
expansión se usan para la extinción de fuegos en locales cerrados, tales como hangares de
aviones y sótanos, etc.
La espuma se fabrica con agua a la que se añade un detergente llamado espumógeno, que
es un líquido viscoso fabricado de material proteínico o flúor proteínico o en ciertos casos
de un espumógeno especial que confecciona un tipo de espuma para líquidos muy
higroscópicos, tales como el alcohol, llamada espuma "antialcohol". Esta contiene un tipo
de detergente compuesto de estearato de zinc o aluminio.
Bicarbonato sódico.
Bicarbonato potásico Super K.
Clorato potásico.
Bicarbonato urea-potasio Purple K.
Fosfato monoamónico.
potásico Super K
sódico
G - I: Cada partícula de polvo está compuesta por fosfato orgánico con una película de
grafito procedente de carbón-coke fundido.
Met - L - X: Es una mezcla de cloruro sódico con fosfato tricálcico. Las características de
suspensión en el aire. Utilización para piezas verticales por su capacidad de adherencia.
Uso en fuegos de magnesio, sodio y potasio y aleaciones sodio-potasio.
C + CO2 = 2 CO + Calor.
Concentración extintora:
Toxicidad:
• Los agentes inertes: Suelen ser mezcla de gases constitutivos del aire
tales como: nitrógeno, argón, anhídrido carbónico. Lo que se pretende
conseguir con esta clase de gases, al utilizarlos como agentes
extintores, es disminuir la concentración del oxígeno del aire a una
proporción inferior al 12 %, del lugar que se ha producido el fuego, al
objeto de extinguir el mismo por sofocación.
INERGEN.
ARGON - NITE.
FM - 200:
FE - 13:
◦ Extintor Portatil.
◦ Carro extintor
• Extintor portatil.
Extintores portátiles.
A.- Definición.
Es un aparato autónomo de uso manual que contiene un agente extintor, el cual puede ser
proyectado y dirigido sobre el fuego por la acción de una presión interna. Esta presión
interna puede obtenerse por una presurización permanente de un gas auxiliar, o por la
liberación de un gas auxiliar sin encontrarse el agente extintor permanentemente
presurizado.
En el caso del polvo químico, la impulsión del polvo es conseguida por la liberación de
un gas propelente inerte tal como nitrógeno o CO2 contenido en una cápsula o cartucho
ante la abertura del mismo.
Recipiente: contenedor del agente extintor fabricado de acero soldado o sin soldar, acero
inoxidable o de aleación de aluminio construido según códigos reconocidos o de acuerdo
con Normas UNE 62.080 y 081.
Deberá estar diseñado para soportar una presión de prueba 1,35 Ps. Siendo Ps la presión
de servicio considerando que se encontrase la botella a una temperatura de 60º C.
Botellín o cartucho contenedor del agente o gas propelente: La presión de prueba que
debería soportar la cápsula sería de 225 Kg/cm2.
Horquilla de precinto.
Agente extintor.
Gas propelente.
Manómetro :.Dispositivo para medir la presión del gas impulsor del agente
extintor.
C.- Etiquetado y timbrado:
Un extintor portátil llevará incorporada en su recipiente una etiqueta tal como la descrita
en figura adjunta. Esto significa que el extintor está conforme a Norma UNE 23110, en
su fabricación, y que ha sido verificado por un organismo de control, en este caso
AENOR. Así mismo, siguiendo las prescripciones de la IT C`s AP-005 y AP-007,
reglamentaciones recogidas en el RAP (libro de reglamentaciones de aparatos a presión
editados por el Ministerio de Industria y Energía ) sobre cada extintor portátil, tanto en su
recipiente contenedor como en el botellín del gas impulsor se deberán someterse cada
cinco años a una prueba de presión hidráulica, denominada presión de diseño, con el fín
de garantizar la resistencia de los recipientes ante condiciones adversas. La referencia de
estas pruebas qqueda recogida en una placa de timbrado, donde vienen indicadas las
distintas fechas de realización de las pruebas, así como, la presión de las pruebas
Ante un fuego, la persona que va a usarlo lo sostendrá con un brazo mientras que con el
otro quitará el precinto y la horquilla. Después accionará la válvula de salida del gas
impulsor. Y por último, abrirá la llave de salida de la manguera, vertiendo el agente
extintor a la base del fuego.
E.-.Eficacia de un extintor portátil:
Los extintores portátiles son probados para reconocer si son capaces de apagar un fuego
de un hogar-tipo normalizado: En el caso de combustibles sólidos se utiliza el fuego
originado de una pila compuesta de listones de madera de sección cuadrada y de longitud
variable. La dimensión de la longitud de los listones determina la eficacia del extintor;
por ejemplo un extintor de eficacia 21 A significa que el extintor ha sido capaz de apagar
un fuego de una pila compuesta de listones de longitud de 210 cm; la letra A indica que el
extintor es apropiado para extinguir fuegos de la clase A.También se prueban los
extintores con fuegos de combustibles líquidos, para ello, es utiliza una balsa de un aceite
inflamable derivado del petroleo de forma cilíndrica cuyo diámetro es variable que
determina la eficacia del extintor.
En locales de garajes:
En uso Hospitalario, en zonas de Riesgo Alto contarán con 1 extintor de C02 o polvo a
razón de 1 extintor / 250 m2 o fracción.
• BIE.
B.- Funcionamiento.
C.- Emplazamiento.
Deberán estar situadas próximas a las salidas del sector de incendio a una distancia
máxima de 5 m. En un espacio diáfano, el número de BIE's será tal que que en un sector
o compartimento que la superficie del mismo esté totalmente protegida considerando que
cualquier punto pueda ser alcanzado por la misma añadiendo a la longitud de la manguera
5 m. La distancia máxima entre dos BIE's será de 50 metros. Siempre se mantendrá un
espacio libre de obstáculos al rededor de cada BIE.
La distancia desde cualquier punto del local protegido hasta la BIE, más próxima, no
excederá de 25 metros.
D. Abastacimiento:
A efectos del abastecimiento mínimo de agua, deberá poderse cumplir que, al menos, dos
BIE's funcionen simultáneamete durante un periodo mínimo de una hora.
3º Por otro lado tenemos que ser precavidos , para ello instalaremos un Sistema de
Detección y Alarma para que perciba la presencia del fuego y nos avise a continuación.
En la percepción del suceso, en función del uso del local estableceremos una Detección
Humana que es la propia persona quien transmite una señal mediante pulsadores; y
Detección automática se realiza a través de detectores automáticos que son los
elementos encargados de enviar la señal. Existen diferentes clases de sistemas: S. D. y A.
Convencional, S. D. y A. Analógico, S. D. y A. Inteligente, S. D. y A. Precoz.