Evaluación Integral: Realiza una evaluación exhaustiva para comprender las
circunstancias individuales de cada niño o adolescente, incluyendo su historia familiar, entorno social, experiencias traumáticas, y nivel de consumo de SPA. 2. Apoyo Psicológico: Brinda terapia individual y grupal para ayudar a los jóvenes a entender y manejar sus emociones, desarrollar habilidades de afrontamiento y mejorar su autoestima. 3. Educación sobre Drogas: Proporciona información clara y objetiva sobre los riesgos y consecuencias del consumo de SPA, así como estrategias para resistir la presión de grupo y tomar decisiones saludables. 4. Desarrollo de Habilidades Sociales: Ofrece talleres y actividades que promuevan el desarrollo de habilidades sociales, comunicativas y de resolución de conflictos, para ayudar a los jóvenes a construir relaciones positivas y mejorar su integración social. 5. Actividades Recreativas y Culturales: Organiza actividades recreativas, deportivas y culturales que brinden alternativas saludables de ocio y entretenimiento, fomentando el desarrollo de intereses y habilidades positivas. 6. Apoyo Familiar: Involucra a las familias en el proceso de intervención, ofreciendo orientación y apoyo para fortalecer las relaciones familiares, mejorar la comunicación y promover un ambiente familiar seguro y estable. 7. Red de Apoyo Comunitario: Establece alianzas con organizaciones comunitarias, centros educativos y servicios de salud para ofrecer un enfoque integral y coordinado de atención a los jóvenes en riesgo. 8. Seguimiento Continuo: Realiza un seguimiento regular del progreso de cada joven, adaptando el plan de intervención según sus necesidades y brindando apoyo a largo plazo para prevenir recaídas.
Es importante que estas estrategias se implementen de manera flexible y
adaptativa, teniendo en cuenta las particularidades de cada caso y trabajando en colaboración con un equipo interdisciplinario de profesionales especializados en el abordaje de las adicciones y la atención integral de la población adolescente.