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Hermanos y hermanas mías, cuán radiante se encuentra nuestra mañana del 8 de

marzo, donde con orgullo les digo que soy mujer. Prestad atención, que os lo repetiré
cuantas veces mi Dios quiera, porque soy mujer: pensada desde el cielo, concebida
desde el hombre y formada por los divinos dedos.
Soy mujer, frágil tal vez, como me hizo el señor, pero con muchas funciones a la vez.
Mujer ejemplar, ¿dónde te hallarás? Eres más valiosa que las piedras preciosas. Y son
enaltecidas todas las niñas, con función de sonreír, de jugar, para cantar y el mundo
alegrar, porque la niña es jovial y altamente capaz. Porque perdura inocencia que
compartes con la gente.
Soy mujer, pubescente y joven, con función de caminar hacia el desarrollo, para
guardarme y del mundo cuidarme; para hacer un futuro firme, sin huellas de fracaso
y con excelencia erguida. Soy mujer porque mantengo elocuencia y estoy arraigada a
las expectativas. Y mi adolescencia debo cuidar para que no broten las lágrimas en mi
porvenir, porque son gigantes los fantasmas que buscan arruinarme.
Soy mujer, una niña inocente, una adolescente, una dama, una hermana y soy
esposa, mas no soy esclava. Porque yo resueno siendo instrumento de Dios, que vino
al mundo con una misión: la humana vida conservar y ser ejemplo en valores para
que el mundo viva tiempos mejores.
No olvides que soy madre, soy mujer y soy más que una simple costilla. Soy
progenitora de virtudes, de hazañas y de reflexiones. Soy madre que abriga a
multitudes en épocas invernales, una madre que protege y debes proteger cuan
delicada flor. Porque soy mujer, y mas sin embargo, en el señor, ni la mujer existe
aparte del hombre ni el hombre aparte de la mujer. Porque así como la mujer
proviene del hombre, también el hombre nace de la mujer; pero todo proviene de
Dios, y gracias a Dios soy mujer.
Soy mujer, hija imperfecta que aun así resplandece como una estrella, un cometa que
rebota de ideas, de principios y de fortaleza. Soy mujer, y a todas las mujeres les
pregunto ¿quién eres? Porque yo soy mujer, merezco ser valorada, y, ante todo,
respetada.

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