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El miembro o extremidad inferior y su cintura se estudian en cuatro partes: 1) el pie; 2) la pierna, 3) el muslo, y 4) la

cadera. Los huesos están compuestos, conformados y situados de forma que puedan trasladar el cuerpo en posición
de bipedestación y transmitir el peso al suelo con una cantidad de estrés mínima sobre las partes individuales.

o HUESOS DEL MIEMBRO INFERIOR.


 FÉMUR
 RÓTULA
 TIBIA
 PERONÉ
 HUESOS SESAMOIDEOS
 METATARSIANOS
 HUESOS DEL TARSO
 FALANGES

o ARTICULACIONES DEL MIEMBRO INFERIOR:


 FEMOROTIBIAL
 FEMOROPATELAR
 TIBIOPERONEA
 ARTICULACIÓN DE LA RODILLA
 MORTAJA DEL TOBILLO
 INTERCUNEAL
 CUNEOCUBOIDEA
 SUBASTRAGALINA
 INTERTARSIANAS
 TARSOMETATARSIANAS
 INTERMETATARSIANAS
 METATARSOFALÁNGICAS
 INTERFALÁNGICAS

PIE.
El pie consta de 26 huesos

 14 falanges (huesos de los dedos).


 5 metatarsianos (huesos del antepié).
 7 huesos del tarso (huesos del tobillo).

Los huesos del pie son similares a los de la mano. Diferencias estructurales permiten, sin embargo, caminar y el
soporte del peso corporal. Confines descriptivos se divide en ocasiones al pie en: antepié, pie medio y retropié. El
antepié incluye los metatarsianos y los dedos. El pie medio incluye cinco huesos del tarso: las cuñas, el escafoides y
el cuboides. El retropié incluye el astrágalo y el calcáneo. Los huesos del pie están conformados y articulados entre
sí para formar una serie de arcos longitudinal y transversal. El arco longitudinal funciona absorbiendo los impactos
con el fi n de distribuir el peso del cuerpo en todas las direcciones, lo que permite un caminar suave. El arco
transversal discurre de lado a lado y ayuda a mantener el arco longitudinal. La superficie superior del pie se
denomina dorso o superficie dorsal, mientras que a la zona inferior o posterior del pie se la llama superficie plantar.
FALANGES:
Cada pie incluye 14 falanges, dos en el dedo gordo y tres en cada uno de los otros dedos. Las falanges del dedo
gordo se denominan distal y proximal. Las de los otros dedos se conocen como falanges proximal, media y distal.
Cada falange consta de un cuerpo y de dos extremos
articulares expandidos, la base proximal y la cabeza distal.

METATARSIANOS.
Los cinco metatarsianos se numeran del uno al cinco comenzando por el lado medial o del dedo gordo del pie. Los
metatarsianos constan de un cuerpo y de dos extremos articulares. A la zona proximal expandida se la denomina
base, mientras que al extremo peque ñ o y redondeado distal se le conoce como cabeza. Las cinco cabezas forman la
«zona esférica» del pie. El primer metatarsiano es el m á s corto y grueso. El segundo es el m á s largo. La base del
quinto metatarsiano contiene una tuberosidad prominente que es un sitio frecuente de fracturas.

HUESOS DEL TARSO.


La zona proximal del pie contiene los siete huesos del tarso:

 Calcáneo.
 Astrágalo.
 Escafoides o navicular.
 Cuboides.
 Cuña medial.
 Cuña intermedia.
 Cuña lateral.

Comenzando por el lado medial del pie se describen las cuñas como medial, intermedia y lateral. El calcáneo es el
mayor y más fuerte hueso del tarso. Se proyecta en sentido posterior y medial como la parte distal del pie. El eje
longitudinal del calcáneo se dirige en sentido inferior y forma un ángulo de aproximadamente 30°. Las zonas
posterior e inferior del calcáneo contienen la tuberosidad posterior para la inserción del tendón de Aquiles. En la
parte superior, tres facetas articulares se articulan con el astrágalo. Se las denomina facetas articulares anterior,
media y posterior. Entre las facetas articulares astragalinas media y posterior hay un surco, el surco calcáneo, que se
corresponde con un surco similar en la superficie inferior del astrágalo. En conjunto, estos surcos forman el seno del
tarso. La parte medial del calcáneo se extiende en sentido externo como un saliente que cuelga y es conocida como
sustentaculum tali. La superficie lateral del calcáneo contiene la tróclea.

El astrágalo, de forma irregular y que ocupa la parte más elevada del pie, es el segundo hueso en tamaño de los del
tarso. El astrágalo se articula con cuatro huesos: la tibia, el peroné, el calcáneo y el escafoides. Su superficie
superior, la superficie troclear, se articula con la tibia, conectando el pie y la pierna. La cabeza del astrágalo se dirige
en sentido anterior y tiene superficies articulares que se unen a los huesos escafoides y calcáneo. En la superficie
inferior hay un surco, el surco astragalino, el cual forma el techo del seno del tarso. La superficie inferior también
contiene tres facetas que se alinean con las facetas de la superficie superior del calcáneo.

El hueso cuboides está situado en la parte lateral del pie entre el calcáneo y los metatarsianos cuarto y quinto. El
escafoides se halla en la parte medial del pie entre el astrágalo y las tres cuñas.

Las cuñas se sitúan en la parte central y medial del pie entre el escafoides y los metatarsianos primero, segundo y
tercero. La cuña media es el mayor de los tres huesos cuneiformes, mientras que la intermedia es el más pequeño.

HUESOS SESAMOIDEOS.
Debajo de la cabeza del primer metatarsiano hay dos pequeños huesos llamados sesamoideos. Están separados del
pie e incluidos dentro de dos tendones. Estos huesos se ven en la mayoría de las radiografías del pie de personas
adultas. Son un lugar frecuente de fracturas, por lo que deben demostrarse radiológicamente.
PIERNA.
La pierna tiene dos huesos: la tibia y el peroné.

La tibia, el segundo hueso más grande del cuerpo, está situada en la parte medial de la pierna y es un hueso de
carga. Ligeramente posterior a la tibia, en la parte lateral de la pierna se encuentra el peroné. El peroné no soporta
el peso corporal.

TIBIA
La tibia es el mayor de los dos huesos de la pierna y consta de un cuerpo o diáfisis y de dos extremos expandidos. El
extremo proximal de la tibia presenta dos apófisis prominentes: los cóndilos medial y lateral. Las superficies
superiores de los cóndilos presentan facetas lisas para la articulación con los cóndilos del fémur. A estas dos
superficies superiores aplanadas se las conoce como los platillos tibiales, y se angulan en sentido posterior entre 10
y 20°. Entre las dos superficies articulares hay una prominencia ósea
afilada, la eminencia intercondílea, la cual termina en dos apófisis en
forma de pico denominadas tubérculos (espinas) intercondíleos medial y
lateral. El cóndilo lateral presenta una cara articular en su superficie
posterior más distal para la articulación con la cabeza del peroné. En la
superficie anterior de la tibia, inmediatamente por debajo de los cóndilos
hay una apófisis prominente llamada tuberosidad anterior, en la que se
inserta el ligamento rotuliano. Extendiéndose a lo largo de la superficie
anterior de la diáfisis tibial, comenzando en la tuberosidad, hay una cresta
afilada llamada cresta anterior. El extremo distal de la tibia es ancho y su
superficie medial se prolonga en forma de una gran apófisis llamada
maléolo medial. Su superficie anterolateral contiene el tubérculo anterior,
que cubre al peroné. La superficie lateral está aplanada y contiene una
escotadura peronea triangular para la articulación con el peroné. La
superficie inferior de la tibia distal es lisa y su forma se adapta para la
articulación con el astrágalo.
PERONÉ.
El peroné es fino en relación a su longitud y consta de un cuerpo (diáfisis) y de dos extremidades articulares. El
extremo proximal del peroné se expande en forma de una cabeza, la cual se articula con el cóndilo lateral de la tibia.
En la parte posterolateral de la cabeza hay una proyección cónica llamada ápex. El extremo distal agrandado del
peroné es el maléolo lateral. El maléolo lateral es piramidal y está marcado por varias depresiones en sus superficies
inferior y posterior. En una vista axial, el maléolo lateral está angulado aproximada mente entre 15 y 20° más
posterior que el maléolo medial.

FÉMUR.
El fémur es el hueso más grande, fuerte y pesado de todo el cuerpo. Este hueso consta de un cuerpo y de dos
extremidades articulares. El cuerpo es cilíndrico, ligeramente convexo en sentido anterior y está inclinado entre 5 y
15° en sentido medial. El grado de inclinación medial depende de la anchura de la cintura pelviana. Cuando el fémur
se encuentra vertical, el cóndilo medial está más bajo que el cóndilo lateral. Hay una diferencia de entre 5 y 7 ° entre
ambos cóndilos. Debido a esta diferencia, en las radiografías laterales de la rodilla se angula el rayo central entre 5 y
7° en sentido cefálico con el fin de «abrir» el espacio articular de la rodilla. La parte superior del fémur se articula
con el acetábulo de la articulación de la cadera.
El extremo distal del fémur está ensanchado y presenta dos grandes prominencias: el cóndilo medial más grande y el
cóndilo lateral más pequeño. En sentido anterior, los cóndilos están separados por la superficie rotuliana, una
depresión triangular poco profunda. En sentido posterior, los cóndilos están separados por una depresión profunda
llamada fosa intercondílea. Una ligera prominencia por encima y dentro de la curvatura de cada cóndilo origina los
epicóndilos medial y lateral. El cóndilo medial contiene el tubérculo aductor, que se localiza en la parte
posterolateral. El tubérculo es un área ósea elevada en la que se inserta el tendón del músculo aductor. Es
importante identificar este tubérculo en las radiografías laterales de la rodilla porque ayuda a identificar una
rotación excesiva o insuficiente. El área triangular superior a la fosa intercondílea en la parte posterior del fémur es
la superficie poplítea, sobre la cual pasan los vasos y nervios poplíteos.

El área posterior de la rodilla entre los cóndilos contiene un hueso sesamoideo en el 3 al 5% de las personas. A este
sesamoideo se le llama fabela y sólo se ve en la proyección lateral de la rodilla.

RÓTULA.
La rótula o patela es el hueso sesamoideo más grande y constante del cuerpo. La rótula es un hueso triangular plano
situado sobre la superficie anterior distal del fémur. La rótula se desarrolla en el tendón del músculo cuádriceps
femoral entre las edades de 3 y 5 a ñ os. El ápex o vértice se dirige en sentido inferior, está situado 1,3 cm por
encima del espacio articular de la rodilla y está unido a la tuberosidad de la tibia por el ligamento rotuliano. Como
dato interesante, al borde superior de la rótula se le llama base.

La articulación de la rodilla es una de las más complejas del cuerpo humano. El


fémur, la tibia, el peroné y la rótula se mantienen unidos por un grupo complejo
de ligamentos. Estos ligamentos trabajan conjuntamente para proporcionar
estabilidad a la articulación de la rodilla.

Ligamentos importantes de la rodilla.

 Ligamento cruzado posterior


 Ligamento cruzado anterior
 Ligamento colateral tibial (ligamento lateral interno)
 Ligamento colateral peroneo (ligamento lateral externo).
La articulación de la rodilla contiene dos discos de fibrocartílago llamados meniscos externo e interno. Los meniscos
semicirculares se apoyan sobre los platillos tibiales. Son gruesos en el borde más externo de la articulación y se
afilan hacia el centro del platillo tibial. El centro del platillo tibial contiene cartílago que se articula directamente con
los cóndilos de la rodilla. Los meniscos proporcionan estabilidad a la rodilla y también actúan absorbiendo impactos.
Los meniscos se laceran con frecuencia durante un traumatismo. Hay que realizar una artrografía o bien una
resonancia magnética (RM) para visualizar una rotura meniscal.

Las articulaciones interfalángicas (IF) entre las falanges son articulaciones bisagra que sólo permiten la flexión y la
extensión. Las articulaciones entre las falanges distales y medias son las interfalángicas distales (IFD). Las
articulaciones entre las falanges medias y proximales son las interfalángicas proximales (IFP). Con sólo dos falanges
en el dedo gordo, a su articulación se la conoce simplemente como la articulación interfalángica.
Las cabezas distales de los metatarsianos se articulan con los extremos proximales de las falanges en las
articulaciones metatarsofalángicas (MTF) para formar articulaciones elipsoides, en las que se realizan movimientos
de flexión, extensión y abducción y aducción ligeras. Las bases proximales de los metatarsianos se articulan entre sí
(articulaciones intermetatarsianas) y con los huesos del tarso (articulaciones tarsometatarsianas: TMT) para formar
articulaciones sinoviales deslizantes, las cuales permiten movimientos de flexión, extensión, aducción y abducción.

Las articulaciones intertarsianas permiten únicamente ligeros movimientos de deslizamiento entre los huesos y se
clasifican como articulaciones sinoviales deslizantes o sinoviales de esfera dentro de una cuenca. Los espacios
articulares son estrechos y están situados en oblicuo. Cuando se están valorando las superficies articulares de estos
huesos, resulta necesario angular el tubo de rayos X o ajustar el pie para colocar los espacios articulares en paralelo
con el rayo central. El calcáneo soporta el astrágalo y se articula con él a través de una superficie articular
trifacetaria de forma irregular, constituyendo la articulación subastragalina. Esta articulación se clasifica como
sinovial deslizante. En sentido anterior el calcáneo se articula con el cuboides en la articulación calcaneocuboidea.
Esta articulación es de tipo sinovial deslizante.

El astrágalo se apoya sobre la parte superior del calcáneo. Se articula en sentido anterior con el escafoides, soporta
la tibia que se encuentra encima y se articula con los maléolos de la tibia y el peroné a los lados. Cada una de las tres
partes de la articulación subastragalina está constituida por facetas de morfología complementaria entre la
superficie inferior del astrágalo y la superior del calcáneo.

Las articulaciones intertarsianas son las siguientes:

 Calcaneocuboidea.
 Cuneocuboidea.
 Intercuneal (2).
 Cuboidoescafoidea.
 Escafocuneal.
 Astragalocalcánea.
 Astragalocalcaneoescafoidea.

A la articulación del tobillo se la conoce habitualmente como la mortaja


del tobillo o articulación de la mortaja. Está formada por las articulaciones
entre el maléolo peroneo lateral y la superficie inferior y medial del
maléolo tibial. A la articulación de la mortaja se la divide específicamente
en las articulaciones astragaloperonea y tibioperonea. Estas conforman
una estructura tipo cuenca que se articula con la parte superior del
astrágalo. El astrágalo encaja dentro de la mortaja. La articulación es de
tipo sinovial bisagra. La acción primaria de la articulación del tobillo es la
dorsiflexión (flexión) y la flexión plantar (extensión); sin embargo, en
flexión plantar completa se permite un pequeño grado de rotación y de
abducción-aducción. La articulación de la mortaja también permite la
inversión y eversión del pie. Otros movimientos del tobillo dependen en
gran medida de los movimientos de deslizamiento de las articulaciones
intertarsianas, en particular de aquella entre el astrágalo y el calcáneo.

El peroné se articula con la tibia en sus extremos tanto proximal como


distal. La articulación tibioperonea distal es una sindesmosis fibrosa que
permite movimientos ligeros. La cabeza del peroné se articula con la
superficie posteroinferior del cóndilo lateral de la tibia, formando la
articulación tibioperonea proximal, la cual es sinovial deslizante.
La rótula se articula con la superficie rotuliana del fémur y
protege la zona frontal de la articulación de la rodilla. A esta
articulación se la llama femoropatelar; cuando la rodilla está
extendida y relajada, la rótula se mueve libremente sobre la
superficie rotuliana del fémur. Cuando la rodilla está flexionada, lo
cual es también una articulación sinovial deslizante, la rótula
queda fija en su posición por delante de la superficie rotuliana. La
articulación de la rodilla o femorotibial es la mayor del cuerpo. Se
la considera una articulación sinovial tipo bisagra modificada.
Además de la flexión y la extensión, la articulación de la rodilla
permite una rotación medial y lateral ligeras en posición de
flexión. La articulación queda englobada en una cápsula articular y
se mantiene unida gracias a numerosos ligamentos.

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