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Tabla de contenidos
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1 Características
2 Órdenes de la arquitectura romana
3 Tipologías arquitectónicas en Roma
4 Véase también
Características [editar]
Los romanos emplearon profusamente el arco y la bóveda. Ésta no se forma con dovelas
de piedra aparejada (salvo en algunas construcciones asiáticas), como se disponía en la
bóveda etrusca, sino de una masa confeccionada con puzolana y cascajo. Las bóvedas
solían tener gruesos arcos de ladrillo, ya paralelos, ya diagonales pero embebidos en la
bóveda misma, que servían como sujeción provisional y como refuerzo interior de la
bóveda. Un ejemplo soberbio es la cúpula del Panteón de Agripa en Roma.
Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos. Puentes
y acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y palacios son lujosos y
monumentales, con un claro fin representativo. Las edificaciones más nobles se
revestían de piedra formando órdenes, que no reflejaban la estructura interior real. Se
decoraban los muros de los edificios suntuosos con pinturas y los pavimentos con
mosaicos.
Templo en Palmira
En las colonias romanas se usaron también los mismos órdenes pero, generalmente, con
menor perfección y con más alteraciones que en el de la metrópoli. Son muy celebrados
entre otros edificios:
A ellos, hay que añadir los mucho más numerosos monumentos presentes en la
Península Ibérica.
Los romanos recibieron diferentes tipologías que modificaron o adaptaron a sus gustos
o necesidades, desarrollando algunas gracias a nuevas técnicas. Entre estas posemos
señalar la domus, el templo, el teatro y los monumentos funerarios. Además
desarrollaron otras nuevas como:
Basílicas
Termas
Anfiteatros
Circos
puentes y acueductos