La fragilidad en los talones, grieta, surcos en la piel…se hace difícil seguir
con dolor. Los tendones, como los de Aquiles, deformación natural de nacimiento, más cortos, era algo que debía ejercitar... Soy soldado, guerrero que se ve obligado a practicar siempre bajo cierta lentitud y severidad mental. Ello me doblaba, me sometía a andar de puntillas, para no despertar a nadie, un andar con cuidado y a la vez pie animal, pie equino… siento al guerrero, al caballo con su voluptuosidad, su fiereza, su rostro amante, su descarnada furia bestial y la vez su debilidad, ese tendón… esa sujeción a lo que nos dicta el corazón. Desarraigado de su propia tierra por amor es obligado a pelear una lucha que no le es propia. Desconoce su forma, poder y razón. Es sometimiento esclavo por amor.