Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Antes de entrar a trabajar, el texto que hemos leído, quisiera que a modo de
introducción
Analizáramos brevemente Eph 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo,
El apóstol inicia su disertación con esta explosión de alabanza a Dios por todas las
bendiciones que nos ha dado.
- "Nos bendijo". Observemos que este verbo está en tiempo pasado. La Palabra
de Dios declara, que Él ya nos bendijo con toda bendición en Cristo.
Esto significa que la totalidad de las bendiciones de Dios para nosotros se
encuentra en Cristo. Cuando fuimos hechos uno con Cristo, todas sus
bendiciones llegaron a ser nuestras.
- "En los lugares celestiales". En el universo existen dos realidades: el mundo
material o físico, el cual percibimos por medio de los cinco sentidos, y el mundo
espiritual o celestial, el cual sólo se puede percibir por el espíritu.
La naturaleza, (el árbol, el agua, los animales, las estrellas, etc.)
pertenecen a la primera realidad
Dios, los ángeles, Satanás, los demonios, pertenecen a la segunda
realidad. El hombre pertenece a ambas realidades, ya que tiene cuerpo y
espíritu.
En el griego la expresión traducida "lugares celestiales" significa "lo que está
más
Allá del cielo visible", y se refiere al mundo invisible, al mundo espiritual. Las
bendiciones son espirituales.
Dios, al adoptarnos como hijos suyos en Cristo, nos hizo partícipes de todo lo
que le pertenece a Cristo. Todas las bendiciones de Cristo ahora son nuestras.
No necesitamos más bendiciones, sino revelación para conocer las bendiciones
que Dios ya nos ha dado en Cristo.
Por esta razón quisiera que miráramos en más detalle esta oración.