Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Índice
Instancia de trabajo 2: Apoyo Pedagógico a Escuelas y el desafío de las tramas interinstitucionales ..... 13
2
Módulo 4: La función de Apoyo Pedagógico a Escuelas: desafíos y realidades
Bienvenidas y bienvenidos a esta primera instancia de trabajo del Módulo 4 de Apoyo Pedagógico a
Escuelas, en el marco de la Actualización Académica en Políticas y Gestión Institucional de los
Institutos de Formación Docente. Tal como hemos anticipado en la presentación de este Módulo, en
esta primera instancia de trabajo nos proponemos profundizar algunas de las líneas de Política
Nacional, a través del análisis del trabajo que los Institutos llevan adelante con las escuelas de nivel
en el desarrollo e implementación de proyectos de Apoyo
Pedagógico a Escuelas.
3
Si nos preguntáramos cuál es la intencionalidad que hoy, en esta etapa de post-
pandemia, nos proponen las políticas de formación docente, sin lugar a dudas,
responderemos que es la reconstrucción del sentido ético, político y cultural de la
escuela y la docencia, rediseñándolas desde la comprensión de que es la escuela
la principal presencia del estado en el territorio.
Según la Res. CFE Nº 140/11, por Acuerdo Federal, la función docente inicial y la
función de apoyo pedagógico a escuelas debe desarrollarse en todos y en cada uno
de los institutos de Formación Docente del país.
4
acciones que buscan renovar y mejorar no solo las prácticas de la enseñanza y de los aprendizajes en
las escuelas, sino también las estrategias institucionales que den respuestas a problemas
pedagógicos, en producción de propuestas interinstitucionales que trascienden ampliamente la
transferencia puntual y vertical de un saber, de unos a otros.
El apoyo pedagógico a escuelas establece una correspondencia entre el Nivel Superior y las escuelas,
reconociendo una relación de corresponsabilidad dinámica entre el mundo de la formación y el
mundo del trabajo docente, en un movimiento continuo. Por ello, será fundamental abandonar
algunos supuestos, como lo es la idea de “exterioridad”, según la cual las instituciones formadoras
“testean” desde la ajenidad lo que se hace en las escuelas. Es por eso, que cuando pensamos en APE,
no hablamos de apoyo escolar, ni de tutorías, ni de práctica docente, o actividades inconexas, sino
de asumir procesos de trabajo institucional compartidos entre los ISFD y las escuelas; no solo para
procurar la mejora de los aprendizajes de las y los educandos en el contexto de la escuela, sino
también para retroalimentar la formación inicial a partir de la construcción de saber pedagógico
entre ISFD y escuelas.
Diseñar dispositivos de apoyo pedagógico con escuelas del territorio implica planificar la elaboración
de diversas estrategias que den respuesta a las necesidades, condiciones y culturas institucionales
en las que se inscribe la tarea docente, considerando las características y situaciones de trabajo
específicas. Por esta razón, dentro de este módulo también se profundizará en el análisis de las
necesidades del territorio a partir del uso y lectura de datos para la construcción de diagnósticos
cualitativos y cuantitativos.
5
• Fortalecimiento del desarrollo curricular.
• Fortalecimiento de la gestión institucional.
• Fortalecimiento de la articulación de la formación docente con el resto del
conjunto del sistema educativo.
A continuación, los invitamos a compartir las ideas que nos propone la Directora
Ejecutiva del INFoD, Licenciada Verónica Piovani, para la construcción de
proyectos de APE:
Enlace: https://www.youtube.com/live/XVV4HMDh7BE?feature=share
6
2. Hacia la institucionalización de la función de apoyo pedagógico a las
escuelas
Desde el INFoD, se han impulsado diversas acciones para el fortalecimiento de esta función, y en el
mismo sentido, se ha decidido acompañarla, con el financiamiento a proyectos de APE a institutos
de formación docente de gestión estatal en trabajo colaborativo con escuelas. El propósito es generar
las condiciones para su institucionalización, dando centralidad al trabajo institucional,
interinstitucional y territorial entre ISFD y escuelas de los diferentes niveles y fortaleciendo los ejes
de intervención priorizados por el Ministerio de Educación de la Nación y las jurisdicciones, con foco
en problemáticas situadas.
Es a través de estos proyectos, que se habilitó un espacio de encuentro y de diálogo “entre varios”,
en torno a la búsqueda de un saber colectivo que tanto la escuela como el ISFD portan, producen,
generan, conciben y materializan en actos cotidianos.
Esto supone hacernos cargo de un oficio que se renueva permanentemente porque se halla en
constante vínculo con las transformaciones sociales que lo incluyen. De allí la complejidad de estar
atravesado por múltiples “hilos” políticos, sociales, culturales y vinculares que requieren de saberes
variados que hacen a los sujetos y las comunidades. Es importante mencionar también que estos
contextos son interpelados permanentemente en medio de diferentes conflictos, derechos que se
vulneran o los que se van reconociendo, etcétera.
Entonces, muchas veces nos planteamos, ¿qué condiciones necesitamos para que todo esto
ocurra?, ¿las tenemos?, ¿podemos generarlas cuando no están?
Es importante saber que las condiciones necesarias para implementar proyectos APE siempre son
parte de una construcción interinstitucional, ya sea para habilitar espacios de encuentro o para
7
organizar mesas inter-niveles y/o para hacer acuerdos con las supervisiones, y/o para planificar de
manera colectiva, y/o para tomar diferentes decisiones, etcétera.
En los casos en que no exista experiencia al respecto, sugerimos comenzar instalando la posibilidad
en el instituto, en:
Entre los proyectos que se han presentado se propone la participación de docentes de los distintos
niveles y estudiantes donde se ponen en común los interrogantes, las posibles resistencias y
experiencias realizadas, lo que implica revisar posicionamientos, tiempos y espacios escolarizados,
8
modos de enseñar, etc. En las diversas experiencias que se han presentado podemos identificar que
los ejes mayormente seleccionados de los propuestos desde el INFoD, fueron:
a) Propuestas de enseñanza que contribuyan a la renovación de las prácticas de todas las áreas
que contemplen la heterogeneidad de las y los estudiantes con especial énfasis en lengua y
matemática;
Enlace: https://www.youtube.com/live/Nt8VLEZ13hA?feature=share
9
Les proponemos analizar más experiencias de diferentes jurisdicciones de nuestro país que se
expusieron en el tramo de formación 309: APE y el desafío de las tramas interinstitucionales:
Enlace: https://www.youtube.com/live/6eZfopJT_uE?feature=share
Consideramos que estos proyectos tienen a la igualdad como principio y a los sujetos y a sus prácticas
como motor para pensar una escuela que construya igualdad y que reconozca derechos.
Seguramente ustedes podrán ampliar este recorrido por experiencias potentes ya transitadas o en
vías de serlo, convocando a escuelas con las que ya vienen trabajando o a otras, sin dejar afuera a los
diversos actores que conforman el sistema educativo y formador.
En este primer recorrido fuimos proponiendo diferentes momentos de reflexión para compartir entre
los miembros del equipo de conducción y de gestión institucional. A continuación, los y las invitamos
a realizar, también de manera colectiva, la actividad de cierre de esta primera instancia de trabajo –
que pretende recuperar esas reflexiones–, para luego compartirla en el foro:
10
Actividad
2- Para poder pensar este relato les sugerimos trabajar con el Proyecto APE,
si su instituto hubiese participado en la convocatoria, o en su defecto lo
trabajado en la tercera jornada institucional 2022 y las realizadas este
año, en lo que refiere a APE.
Bibliografía obligatoria:
Este documento es una reescritura de un material del 2015 elaborado por el INFoD y desarrolla
aportes para que tanto los ISFD como las escuelas puedan acercarse a nociones básicas para el
desarrollo de la función del apoyo pedagógico a escuelas.
11
Bibliografía complementaria:
Alliaud, A. (2002). Los residentes vuelven a la escuela. Aportes desde la biografía escolar. De
aprendices a maestros. Enseñar y aprender a enseñar, 39-78.
Frigerio, G., & amp; Diker, G. (Eds.). (2005). Educar: ese acto político (pp. 11-36). Buenos Aires: Del
Estante.
Skliar, C. (2009). Fragmentos de experiencia y alteridad. Skliar, C., & amp; Larrosa, J. (comp.),
Experiencia y Alteridad en Educación, 143-160.
Créditos
Autoras: Área Apoyo Pedagógico a Escuelas- INFoD. SUFFIA, Marisa (coord.) DARRÉ, Alejandra, NICASTRO,
Sandra.
Cómo citar este texto:
Área Apoyo Pedagógico a Escuelas- INFoD. SUFFIA, Marisa (coord.) DARRÉ, Alejandra, NICASTRO, Sandra.
(2023). Instancia de trabajo 1: ¿Qué es Apoyo Pedagógico a Escuelas? Conceptualización de la función de APE.
Actualización Académica en Políticas y Gestión Institucional de Institutos de Formación Docente. Buenos Aires:
Ministerio de Educación de la Nación.
12
Módulo 4: La función de Apoyo Pedagógico a Escuelas: desafíos y realidades
Retomando ideas de la clase anterior, desarrollaremos un conjunto de hipótesis de trabajo que nos
permitan dar cuenta de algunas cuestiones ligadas a APE, qué principios de encuadre nos animan y
se ofrecen como marco y qué criterios entendemos interesantes de interpelar a la hora de pensar
con otras y otros colegas la escuela, lo escolar y la formación.
Entendemos que una primera cuestión a tener en cuenta son los criterios que apuntalan el desarrollo
del apoyo pedagógico a las escuelas y afinar, revisar, volver a definir, a partir de las experiencias
desarrolladas, sus puntos centrales. Es decir que el mismo proceso de institucionalización de la
función se irá transformando en un insumo para desarrollos futuros.
13
En este proceso es importante reconocer que se presentan múltiples tensiones que son
propias y esperables a partir del encuentro entre diferentes contextos y lógicas y que se
reconocen como condiciones de desarrollo de este tipo de proyectos. Por ejemplo:
● Cada nivel para el cual se forma y las instituciones educativas que lo conforman
En esta línea, APE promueve y sostiene y, a su vez, se sostiene en las relaciones que se entablan entre
estos diferentes contextos y lógicas, reconociendo que los procesos de apropiación, redefinición,
ajuste que esas relaciones implican son parte del mismo proyecto. Es desde aquí que entendemos
que este tipo de proyecto puede operar como un dispositivo que permite visibilizar algunos matices,
detalles y vicisitudes en esas relaciones y entramados que, de otra forma, pueden no advertirse.
Decíamos en la instancia de trabajo anterior que pensar en acciones de APE es definirnos en un tipo
de acompañamiento pedagógico situado y contextualizado, haciendo foco en las particularidades de
cada escuela y/o instituto. En este punto, reconocemos que cada institución educativa tiene unas
modalidades particulares de trabajar, enseñar, pensar y pensarse, promover las relaciones con el
conocimiento, con las y los otros, con las normas y los marcos, con la comunidad y las otras
organizaciones, etcétera.
Esto supone tomar posición sobre un modo de pensar la escuela y lo escolar que discute cualquier
versión genérica o universal que omita la versión idiosincrática de la que hablamos cuando nos
referimos a “la escuela con la cual participamos del proyecto”, o la experiencia escolar que
identificamos cuando estamos hablando de “la vida cotidiana de esta escuela con la que venimos
14
trabajando como instituto”, y a qué significados y procesos apelamos cuando queremos entender
“dinámicas y resultados que se producen en la o las escuelas con las cuales cada instituto se relaciona
a través de APE”.
De lo anterior se deduce que un principio que orienta las acciones de apoyo y acompañamiento a las
escuelas tiene que ver con entrar en diálogo con las producciones particulares de estas instituciones
y no formular acciones a ciegas. Si como nos invitó a pensar Cornu, el acompañamiento está ligado a
un “caminar en compañía”, para ello hace falta reflexionar y definir algunas condiciones
institucionales, reconocer dinámicas y procesos de un modo situado y, por supuesto, definir un
proyecto que se sostenga en un encuadre en el cual estas conjeturas tengan lugar.
Compartimos el primer encuentro del tramo de formación N.º 309: APE y el desafío de las tramas
institucionales, donde la Licenciada Sandra Nicastro propone algunas ideas para pensar y reflexionar
sobre ese entramado:
https://www.youtube.com/live/LZw1-4KHtLw?si=mNiRzT0rGP36yOBm
15
Algunas ideas acerca de lo que implica una acción de apoyo en tanto
acompañamiento pedagógico
A partir de resonar con este modo de pensar el acompañamiento que Cornu presenta, reconocemos
como agenda organizadora de esta acción:
● Llevar adelante un proceso de escritura que nunca es definitivo, por lo cual la revisión de los
objetivos, las actividades, los cronogramas abre un espacio de ajuste que se puede ir
realizando a medida que el proyecto avanza. Esa reescritura en sí misma va recuperando
resultados, afinando diagnósticos y reconociendo condiciones de desarrollo.
● Reconocer que múltiples saberes entran en juego y pueden entenderse, tal como lo señala
Cornu, como saberes sobre la acción y en este sentido:
Hay saberes de la acción. No solamente formas de hacer, sino inteligencias del actuar;
no solamente técnicas sino ángulos o perspectivas, ingeniosidades y decisiones, un
sentido del momento oportuno, una inteligencia astuta (2018, p. 111).
A partir de lo dicho hasta aquí entendemos que quienes se encuentren en el marco de un proyecto
de APE inauguran un espacio nuevo que no pertenece a una institución u a otra, ya que solo puede
pensarse en la relación y asociación entre los y las que allí se encuentren convocados y convocadas.
Un espacio nuevo, que lejos de simplificarse bajo la idea de articulación, se propone reflexionar
acerca de algunas situaciones que ocurren en las escuelas, de algunos temas y problemas que allí se
16
presentan, para desde allí repensar las prácticas y discursos ligados a la formación en el instituto. De
este modo, un movimiento de diálogo y retroalimentación constante se hace lugar y, las
conversaciones que este tipo de proyecto promueve y las experiencias que produce, son la base de
un tipo de producción pedagógica de gran valor que puede inaugurar otras experiencias a futuro. En
ellas, no solo las relaciones establecidas se recrean, sino que al interior de cada espacio formativo se
revisan y ajustan temas y problemas de enseñanza, marcos referenciales y teóricos, dispositivos de
trabajo, prácticas, etcétera.
En este sentido cuando una acción de apoyo y acompañamiento tiene lugar una serie de operaciones
se despliegan de cara a los propósitos organizadores de estos proyectos. Por ejemplo, entre ellas:
● Revisar los preconceptos que circulan acerca de las concepciones, algunas conjeturas,
determinados fenómenos relativos tanto a lo escolar como a la formación. De este modo,
algunos prejuicios que se repiten una y otra vez, que clausuran el análisis y simplifican lo que
implica enseñar y formar, se ponen en discusión.
● Reconocer que los marcos teóricos pueden operar como analizadores de las situaciones que
se intentan problematizar y, desde allí, una mirada situada permite leer desde diferentes
teorías, posiciones metodológicas y epistemológicas los fenómenos recortados como
situaciones problemáticas a atender.
● Advertir que algunas condiciones institucionales tales como los espacios, los tiempos, los
recursos, los dispositivos, la distribución de roles y funciones, tienen que revisarse, definirse,
ajustarse cada vez en relación con cada proyecto particular. En este sentido no se da por
supuesto que estas condiciones están dadas de antemano, ni que pueden apuntalar
naturalmente el trabajo que el proyecto implica, sin revisiones, modificaciones o
adaptaciones singulares.
● Estar atentos y atentas a las diferentes negociaciones que es necesario realizar una y otra vez
dado, como decíamos anteriormente, los diferentes contextos, lógicas y procesos que en ese
encuentro se traman. Estas negociaciones van desde las tradiciones de las culturas
profesionales, las historias institucionales, las modalidades habituales de nombrar, hacer,
pensar, mirar, escuchar de cada entorno institucional.
17
Algunos criterios de encuadre
Entendemos que en el marco de un proyecto de APE, en tanto espacio de encuentro entre colegas e
instituciones educativas, pueden visibilizarse, escucharse, advertirse fenómenos y procesos
institucionales de diferente tipo que no necesariamente se hayan anticipado. Por ejemplo, comentan
en un instituto:
“Nos propusimos un trabajo al interior de las cátedras y apareció con evidencia una vez
más, las coincidencias entre algunos y algunas colegas para revisar lo que venimos
enseñando y las distancias con otros y otras. A veces damos por sentado que se puede
llevar adelante un trabajo horizontal tanto en el instituto como en las escuelas y no
necesariamente es algo que se da naturalmente”.
“En una de las escuelas, a medida que planificamos APE, fuimos entendiendo el tipo de
relación de la directora con las maestras, no era un dato que manejábamos con
anterioridad y fue importante para decidir algunas acciones”.
Desde aquí decimos que en cada caso reconocer la propia implicación no es un mero formulismo,
sino un modo de entender las relaciones entre colegas, con el trabajo y con las instituciones como
relaciones con efecto configurante. Estamos afectadas y afectados y es desde esa afectación con
respecto a nuestro trabajo y nuestras concepciones que vamos al encuentro con otras y otros. Un
ejemplo ilustrará lo que venimos diciendo:
18
“Algunos temas provocan tensiones, nos pasó con ESI. El marco teórico político del
proyecto estaba claro para quienes lo coordinábamos conjuntamente desde el instituto y
las escuelas, sin embargo, cuando avanzamos en el diseño de algunas actividades para
realizar con las y los estudiantes aparecieron desencuentros. Entendimos que era
necesario hablar de nuestros recorridos, de nuestras dudas y por qué no de nuestros
miedos con respecto a un tema que a pesar que es ley hace muchos años, nos sigue
generando preguntas e inquietudes”.
19
✔ Los propósitos que se persiguen comprometen íntimamente a cada una de las instituciones
que participan y a profesoras y profesores, maestras, maestros, directivos, estudiantes. Por
todo esto aludimos a la idea de intimidad, porque implica hacer foco sobre el trabajo no solo
como una cuestión individual sino como una producción institucional y política.
Desde aquí otro propósito clave está ligado a los modos de socialización y apropiación de los
resultados que se producen sabiendo que harán foco en nuestras concepciones y nuestras
prácticas, en nuestros modos de pensar la escuela, lo escolar y la formación inicial.
APE advierte, a través de su implementación y de los variados diseños de trabajo que pone
en marcha, que aquello que acontece es un insumo que problematiza, interpela, abre diálogos
inéditos entre instituciones, en la misma institución y quienes allí trabajan o comparten un
campo específico y un grupo de instancias curriculares. Esos variados diseños intentan hacer
lugar a la reflexión y el análisis sostenido sobre aquello que se haya recortado como situación
problemática. Una vez más un ejemplo puede ilustrar estas ideas:
“Cuando nos reunimos y luego de una larga charla vimos cuántas cosas teníamos en
común aunque los niveles eran diferentes y cuántas cosas teníamos diferentes no solo
por los niveles, sino por cómo nos veíamos trabajando en las escuelas y en el instituto.
Hablar de lo que nos pasaba en las aulas, nos acercó mucho y dijimos de entrada que eso
no era contar anécdotas, como a veces se cree, sino que tenía que ver con que APE
tomaría como eje nuestra experiencia enseñando algunas cosas. Sentimos que nos
acercamos de otro modo y algunas distancias y prejuicios quizás se empiezan a
distender”.
✔ Otro criterio tiene que ver con la precisión, profundidad y disponibilidad de los marcos
teóricos, epistemológicos, metodológicos en juego. APE promueve un espacio en el cual se
20
propicia la actualización, la problematización, la reflexión situada, la puesta en valor de los
diseños curriculares de cada nivel, los avances de la investigación didáctica y disciplinar, etc.
Ahora bien, esto ocurre desde propuestas que combinan actividades de diferente tipo en las
cuales se hace foco en la discusión y análisis de casos, en la producción de situaciones y
materiales, en la observación y seguimiento de experiencias que se ensayan. Su organización
sostiene un diálogo constante entre las experiencias de docentes y estudiantes, instituto y
escuelas, cátedras y roles específicos.
En más de un caso la potencialidad del análisis y la reflexión que se alcanza operan como
marcos para volver a mirar proyectos institucionales, planificaciones de clases, programas de
las materias, secuencias y/o materiales didácticos, etc. El ejemplo que sigue ilustra este
criterio:
“El tema que apareció para focalizar tenía que ver con la enseñanza de las Ciencias
Sociales porque se circunscribía en muchos casos, según algunos comentarios, a la
planificación y el desarrollo de las efemérides. En las prácticas de nuestras y nuestros
estudiantes lo habíamos advertido pero una y otra vez alguna propuesta de otro tipo no
prosperaba. Decidimos en el marco de APE reconstruir la enseñanza de las ciencias
sociales en esa escuela y a partir de allí buscar los supuestos en los que se apoyaba. Para
ello surgieron algunas preguntas que nos fuimos haciendo colectivamente: ¿por qué
enseñamos como enseñamos algunos temas?, ¿es por la historia de la escuela?, ¿tiene
que ver con nuestra formación o a veces es animarse? La conversación fue un disparador
para el proyecto y para empezar a conocernos desde otro lugar e intercambiar algunas
ideas que queríamos plasmar allí”.
Al hablar de experiencia colectiva reconocemos que se trata de un proyecto que implica pensar con
otras y otros, a otras y otros, promoviendo relaciones de colaboración y co-pensamiento.
21
Como lo muestran diferentes experiencias, construir relaciones de este tipo requiere de espacios,
marcos, recursos, es decir, de condiciones institucionales y organizacionales de diferente tipo. Sobre
todo, vale advertir lo que requiere en términos de tiempo. Tiempo para conocerse e intercambiar,
tiempo de diseño y desarrollo, tiempo de seguimiento y evaluación. Tiempo de volver a mirar y
rectificar y pensar colectivamente entre todas y todos.
Si recogemos algunas experiencias podemos reconocer algunas características que las atraviesan.
Entre ellas advertimos que el trabajo de pensar con otros y otras y a otros y a otras implica un espacio
en el cual:
22
Por último, señalamos que los proyectos de APE abren espacios que una vez inaugurados, habilitan
la posibilidad de establecer relaciones, realizar preguntas, interpelar ideas y por qué no disputar
algunos sentidos en torno a las relaciones entre los ámbitos de la formación y los ámbitos del trabajo,
los diferentes campos de la formación y sus alcances, incumbencias y atravesamientos, los
estamentos y posiciones institucionales dentro del sistema y los modos de intervención específicos,
los sistemas normativos y su cualidad de encuadre. Por todo esto, contar con la participación de
estudiantes, especialmente los más avanzados, invitar a las escuelas que no forman parte del circuito
de las prácticas y a otras organizaciones de la comunidad, convocar a supervisores, entre otras, son
algunas de las propuestas que hacen de este proyecto una oportunidad para territorializar la
experiencia formativa de cada institución.
Actividades
Para seguir pensando en La función de apoyo pedagógico a escuelas, les proponemos que:
A partir del video que compartimos del Instituto Superior de Formación Docente Continua de
Islas del Ibicuy, de Villa Paranacito, de la Provincia de Entre Ríos, analizar e inferir con los
integrantes del equipo directivo cuáles son las acciones que tuvieron que habilitarse para dar
respuestas al problema pedagógico vinculado con APE.
23
https://drive.google.com/drive/folders/1seq6LsNGcOdNr4iwXPxMxEvywbm4WStj?usp=driv
e_link
● Cumplimiento de la consigna.
Bibliografía obligatoria
● Abad, S. y Cantarelli, M. (2010). “Habitar el Estado. Pensamiento estatal en tiempos a-
estatales”. Editorial Hydra:Buenos Aires. Disponible en:
https://www.upcndigital.org/files/publicaciones/1/307-HABITARELESTADO.pdf
Bibliografía complementaria
24
● Cornu, L. (2017). Acompañar el oficio de hacer humanidad, en Frigerio,G.,
Korinfeld,D.,Rodríguez,C. (Coord.) Trabajar en instituciones: los oficios del lazo. Buenos
Aires:Noveduc.
● Cornu, L. (2018). Acerca de los oficios de los posibles. Aportes para una epistemología de la
acción, en Frigerio,G., Korinfeld,D., Rodríguez,C. (coord.) Saberes de los Umbrales. Los oficios
del lazo. Buenos Aires: Noveduc.
● Instituto Nacional de Formación Docente (2015). La organización de la función de apoyo
pedagógico a escuelas. Documento de trabajo. CEDOC.
● Nicastro, S. (2006). Revisitar la mirada sobre la escuela. Rosario: Homo Sapiens.
Créditos
Autoras: Área Apoyo Pedagógico a Escuelas- INFoD. SUFFIA, Marisa (coord.) DARRÉ, Alejandra, NICASTRO,
Sandra.
25
Módulo 4: La función de Apoyo Pedagógico a Escuelas: desafíos y realidades
26
La problematización como posibilidad de construir preguntas y caminos compartidos.
Para construir un problema necesitamos multiplicar las voces, escuchar a diferentes sectores del
instituto: los y las profesores/as, los y las estudiantes, los y las directivos, la comunidad, las escuelas
asociadas y las no asociadas, etc.; tratando de no permanecer en supuestos fijos, no cuestionados,
autocentrados o históricamente definidos y que han quedado sin revisar. Para ello, será fundamental
que estos actores puedan estar disponibles para preguntarse sobre el devenir habitual y generar
movimientos, además de poder ampliar las explicaciones a otros actores que antes no habían sido
convocados.
27
encuadrar unas y otras cuestiones en un marco microsocial que tiene que ver con
reconocer a la organización como un contexto de acción, con un espacio y un tiempo
particulares. Desde allí se avanza en un tipo de interrogación que, a partir de hacer foco
en esas cuestiones, se pregunte por sus significados, por lo que se piensa sobre ellas, por
el lugar que ocupan, etc. En este sentido, la problematización tiene como propósito
promover otra mirada, hacer otras preguntas, establecer otras relaciones desde
preguntarnos por las prácticas, los discursos y las tramas relacionales de las que
formamos parte más allá o más acá de los formatos escolares habituales hasta por los
modelos de asesoramiento a los que adscribimos”.
El primer paso es historizar el problema, preguntarnos: ¿qué se hizo antes en torno a este tema?,
¿cómo fue su devenir? ¿Qué respuestas y soluciones se fueron tejiendo? ¿Qué actores intervinieron?
¿Qué dispositivos se construyeron? ¿Cómo se fue repensando y modificando? y para esto
necesitamos narrar, en forma siempre situada en las características de la localidad y del contexto. El
segundo paso será componer o recomponer y ver qué posibilidades de creación y acción aparecen a
partir de lo que está presente, siempre considerando los niveles para los que formamos. Esto implica
un trabajo colaborativo para poder hacer el anclaje en los diferentes entramados.
Es necesario también proponernos la definición de un objeto de trabajo, recortarlo para poder operar
sobre él; podremos, por ejemplo, desagregarlo en diferentes objetos recortados con mayor nivel de
especificidad y que serán tomados en momentos diferentes o secuencialmente, según la estrategia
pensada.
Este recorte y esta definición del problema a atender, además de constituir una explicación con cierto
grado de consenso debe conducir a algún tipo de intervención. El problema es una situación que se
construye, a partir de elementos antes mencionados, y que invita a accionar sobre esa realidad
educativa en busca de un cambio, de una transformación para la mejora de dicha situación.
28
resistencias y dificultades”.
Ante esta complejidad a la hora de construir un problema, podemos revisar si en el instituto y en las
escuelas, ¿se leen los datos y hechos?, ¿desde qué perspectivas se los lee?, ¿quién o quiénes los leen?,
etc. Sin duda, estas preguntas no se responden de una vez y para siempre. Sus aproximaciones de
respuesta nos irán ayudando a poner foco en un objeto. El trabajo con ese objeto tendrá efectos
pensados e impensados. Haremos lugar a lo que va ocurriendo solo atendiendo con agudeza a la
emergencia de esos efectos. Su evaluación nos llevará a acotarlo o ampliarlo, a incluir otros recursos,
a torcer el rumbo o reformular propósitos.
Para orientarnos en la elaboración del dispositivo que tomará nuestro objeto de trabajo, tendremos
claro qué se intenta modificar a través de este, por lo que las condiciones y las relaciones
institucionales también estarán identificadas. Nos interesa profundizar la idea de dispositivo en el
marco de la interrelación entre los ISFD y las escuelas porque los dispositivos justamente disponen y
ponen a disposición un conjunto de elementos diversos para que se inicien procesos. Son artificios
creados para producir algo, para generar movimiento en los sujetos, para disponer relaciones y
espacios, tiempos y tareas de modo de crear y motivar transformaciones.
Es importante considerar que muchas veces generar un dispositivo no supone crear de la nada todo
de nuevo, muchas veces implica disponer de otro modo: espacios, tiempos, formatos curriculares,
posiciones, es decir, inventar otra manera de entramarlos, ponerlos en relación y potenciarlos. Se
trata de disponer, preparar con una intencionalidad, para que algo ocurra. Es por esto que en la
creación de un dispositivo y su puesta en funcionamiento hay un cierto ejercicio de la autoridad (un
lugar que no se delega o renuncia) donde se juegan relaciones de poder.
Avanzamos un poco más y analizaremos cuáles son los efectos que la situación planteada genera en
el instituto, las escuelas y sus actores. Por ejemplo: si se trata de crear un dispositivo que atienda el
aprendizaje de las matemáticas, será conveniente recortar objetos en función del problema de
intervención a ser analizado al interior de lo que llamamos “aprendizaje de las matemáticas” por
ejemplo, tendremos que analizar los enfoques, los criterios de enseñanza y de evaluación de las y los
profesores que dictan esa disciplina, cómo se construyeron los criterios, los tiempos, los recursos, las
estrategias didácticas, los exámenes, los instrumentos, etcétera.
29
Para pensar en la elaboración del dispositivo debemos tener claro qué ruptura intenta generar, cuáles
son las condiciones que permitirán habilitar el espacio para poder dar respuesta al propósito que
guía la intervención. Teniendo en claro que el problema de intervención se inscribe en la trama
institucional decimos que estos no son los sujetos en sí mismos sino el modo en que éstos se van
implicando en la trama.
Repasemos entonces:
30
✔ Ampliar y diversificar los datos que tenemos de la situación inicial nos permitirá
contar con un parámetro comparativo que posibilitará afirmar, al cabo de un
tiempo, qué cambió, de qué manera y en qué medida. Por ello, es de suma
importancia este mapa inicial para los diferentes momentos de la evaluación.
Para orientar sobre la construcción de diversas hipótesis que surgen a partir de la problematización,
proponemos algunos interrogantes:
31
Seguramente surgirán varias hipótesis que expliquen el por qué ocurre lo que ocurre. Será
interesante poder ampliar las explicaciones que resultan habituales, por eso tendremos que
complejizar y dar lugar a otros/as actores.
✔ Las hipótesis que surgen, ¿en qué sujetos están centradas? ¿Qué dimensiones
incluyen? ¿Desde qué encuadre teórico construimos los problemas y las
explicaciones? ¿En qué medida analizamos estos supuestos de partida?, ¿qué otros
elementos podrían complejizar el análisis?
La Secretaría de Evaluación e Información Educativa (SEIE) puede suministrar datos relevantes como
los del operativo Aprender. Estos son de gran utilidad para la elaboración de proyectos APE. Aprender
es una evaluación sistémica que busca producir un diagnóstico del conjunto de nuestro sistema
educativo. En sus últimas ediciones alcanzó a 623.558 chicos y chicas en la educación primaria (2021),
y llegó a más de 500 mil adolescentes de la educación secundaria (2022). Ese alcance hace que este
procesamiento de datos sea el más efectivo para obtener información en torno a los saberes que
fueron acordados de forma federal como los prioritarios para la finalización del nivel. La información
sobre hasta qué punto y en qué medida todas las y los estudiantes del sistema educativo nacional
han logrado adquirir estos conocimientos supone información necesaria –aunque no suficiente– para
el desarrollo de políticas que contribuyan a garantizar el derecho a la educación. Además, al
contextualizar los resultados con otras variables (por ejemplo, sector de gestión, ámbito de las
escuelas, y zona geográfica del país), habilita la posibilidad de diseñar intervenciones diferenciadas.
A su vez, este dispositivo permite la construcción de una mirada comparada para monitorear los
avances y el impacto de las intervenciones de política educativa.
32
Cada equipo directivo puede acceder a diferentes reportes como lo son “Mirar a la escuela desde los
datos” – informe estadístico y “Mirar a la escuela desde los aprendizajes” – informe pedagógico) a
través del siguiente enlace:
https://aprenderenlaescuela.educacion.gob.ar/
Estos reportes pedagógicos ofrecen, a partir de los logros y desafíos de cada institución educativa,
una serie de orientaciones para leer y analizar la información que ofrecen los resultados de Aprender.
Con estas orientaciones se busca que, las y los colegas de cada área cuenten con información
descriptiva y cualitativa sobre lo que las y los estudiantes de la escuela resuelven correctamente al
concluir el nivel educativo.
Los reportes nacionales sobre las trayectorias escolares de las y las y los estudiantes de nivel primario
de la evaluación censal de Aprender del año 2021 pueden encontrarse en el siguiente enlace:
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_aprender_trayectorias_vf24-
01_1.pdf
33
Los informes a nivel nacional y jurisdiccional permiten identificar desafíos de envergadura para
desarrollar Proyectos de APE.
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_aprender_2021_1.pdf
Es necesario que cada institución pueda realizar un procesamiento de los diferentes resultados de la
implementación de los proyectos APE a fin de sistematizar el desarrollo de los procesos que se
pusieron en acción y cuáles son los resultados que se obtuvieron.
Este registro cualitativo pone foco en los criterios y los componentes centrales en los que será
necesario contar con la opinión de los actores intervinientes y la argumentación que justifique y
explique cuáles son las decisiones que han tomado los diferentes actores.
En esta sistematización se vuelve a poner acento en el trabajo colectivo con todos los actores
participantes y en la reflexión en lo que refiere a la recuperación de esas experiencias transitadas
donde se pueda visibilizar no solo el logro de lo específicamente planificado sino también sobre los
imprevistos atravesados.
Es importante contar también con el análisis que puedan hacer diferentes actores que, si bien no
formaron parte del proyecto, se vieron alcanzados por sus resultados.
34
Actividad
ENTREGA: a través del buzón de entrega de las actividades. Cada integrante del equipo
de conducción deberá entregar el trabajo para que quede registro individual más allá de
que la producción será colectiva.
35
Bibliografía obligatoria:
GELBER, Gabriela y MERCADO, Belén (2023). Clase Nro.2: El equipo de conducción y la gestión político
institucional. Actualización Académica en Políticas y Gestión Institucional de Institutos de Formación
Docente. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
Área Fortalecimiento Institucional Infod. Dente, Liliana y Varela, Paula (coord.) Bustamante Rocco,
María Sol; Britez, Claudia; Durán, Lucía; Fernández Tobal, Claudia; Fischbach, Francisca, Lofeudo,
Silvina; Malacrida, María Gabriela; Ostolaza, Silvia; Rodriguez, Florencia; Senatore, Ana; Suárez,
Paula; Zyssholtz, Florencia (2023). Instancia de trabajo 3: La sistematización y producción de saber
pedagógico en la formación docente inicial. Actualización Académica en Políticas y Gestión
Institucional de Institutos de Formación Docente. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
Bibliografía complementaria:
Agamben, G. (2011). ¿Qué es un dispositivo? Sociológica (México), 26(73), 249-264.
Alliaud, A. (2002). Los residentes vuelven a la escuela. Aportes desde la biografía escolar. De
aprendices a maestros. Enseñar y aprender a enseñar, 39-78.
Ardoino, J. (1987) “¿Imaginario del cambio o cambio de lo imaginario?”, en Guattari, Félix et al., La
intervención institucional, México, Plaza y Janés.
Frigerio, G., & amp.; Diker, G. (Eds.). (2005). Educar: ese acto político (pp. 11-36). Buenos Aires: del
Estante.
36
Nancy, J. L. (2007). La comunidad enfrentada, trad. JM Garrido, Buenos Aires: La Cebra.
Skliar, C. (2009). Fragmentos de experiencia y alteridad. Skliar, C., & amp.; Larrosa, J.(comp.),
Experiencia y Alteridad en Educación, 143-160.
Enlaces útiles
Secretaría de Evaluación e Información Educativa. Documento con enlaces útiles (el del SICDIE, los
accesos a los reportes y plataformas asociadas a Aprender, entre otros):
o Simulador de evaluaciones
o Reporte estadístico para las escuelas_Mirar la escuela desde los datos_Aprender 2019
37
o Reporte pedagógico para las escuelas_ Mirar a la escuela desde los aprendizajes ejemplo
Créditos
Autoras: Área Apoyo Pedagógico a Escuelas- INFoD. SUFFIA, Marisa (coord.) DARRÉ, Alejandra, NICASTRO,
Sandra.
38