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INTRODUCCIÓN
(…) danza, teatro, performance suelen ser llamadas en su conjunto artes vivas, artes
escénicas, artes performáticas, arte de acción (…) Al llamarlas artes performativas
queremos acentuar, precisamente, su carácter performativo por sobre cualquier otro,
aquel que posibilita “hacer cuerpo” en un proceso sensible y susceptible a las fuerzas
del acontecimiento. Su capacidad de generar efectos y afectos, cambiar las formas o los
modos establecidos y proponer -al menos temporariamente- pequeños espacios de
libertad. (Hang, A., & Muñoz, J. 2019, p. 14-15)1
El presente trabajo busca compartir una reflexión sobre mi práctica como gestora de
Lado B y responder a la pregunta ¿qué concepciones sobre la gestión cultural hicieron posible
la articulación teórica y concreción del proyecto Lado B en la ciudad de Neuquén?
DESARROLLO
1
Hang y Muñoz (2019): “El tiempo es lo único que tenemos”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Caja
Negra.
2
Mascias, P (2023): “Cultura y territorio”. Clase 5. Módulo 2. Posgrado Gestión Cultural y Comunicación,
FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual
¿Bastará en esta situación, como parece proponer Lyotard, decir adiós a los relatos
legitimadores y sustituirlos por “millares de historias, pequeñas o no tan pequeñas, que
continúan tramando el tejido de la vida cotidiana?” (Lyotard, F., 1995, p.74)3.
¿Qué son y a qué se refieren estos relatos legitimadores? Los relatos legitimadores, o
metarrelatos, son aquellos condicionamientos que preceden a la creación y a los que se
articuló la Modernidad para establecerse como una explicación acertada de las cosas. Se
basaron en la idea de progreso, en la idea de una historia que marcha en una dirección
determinada en la que el futuro es superación del presente. Los metarrelatos, construyen
categorías, que tornan la realidad inteligible, racional y predecible. El progreso de la razón y el
autoconocimiento, la emancipación del hombre y la voluntad autónoma fueron algunas de
ellas. Además, se utilizaron para nombrar la relación a la que artista y objeto estético están
sujetos.
Las nuevas teorías desplegadas debido a los cambios de paradigmas que involucran
distintos ámbitos de la vida cotidiana (social, cultural y económico) afectaron a su vez a todos
los campos artísticos y están aparejadas con una nueva manera de intentar explicar el arte.
Arthur Danto (Michigan, Estados Unidos 1924 – Nueva York, Estados Unidos 2013) plantea en
su libro “Después del fin del arte” 6 una Historia del Arte cuyo comienzo sitúa en el s. XV. Este
momento responde a una forma particular de occidente de entender al arte como obra de un
artista cuya producción es sólo para la contemplación estética; y que finaliza a partir de la
3
Lyotard, JF (1995): “La condición posmoderna”. Buenos Aires, Argentina. Editorial R.E.I.
4
Sztajnszrajber, D (2023): “La cuestión posmoderna”. Clase 3, parte 1. Módulo 2. Posgrado Gestión
Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual
Sztajnszrajber, D (2023): “Estéticas posmodernas: la historia del agotamiento de la transgresión”. Clase 3,
parte 2. Módulo 2. Posgrado Gestión Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en
flacso.org.ar/flacso-virtual
5
Isse Moyano, M (2013): “La danza en el marco del arte moderno contemporáneo: los nuevos modelos
de producción”. Buenos Aires, Argentina.
6
Danto, A. C. (1997). “Después del fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia.” Paidós
Ibérica.
exhibición de las Brillo Boxes de Andy Warhol en 1964 7 y se cristaliza en los setenta luego de la
entropía de estilos de la década anterior.
Según Darío, en su clase “La cuestión posmoderna” del segundo módulo que
corresponde a teoría de cultura y procesos culturales 8, el arte muere porque se disuelve en un
espacio más amplio desbordándose lo estético por fuera de sus límites preestablecidos. En
otras palabras, actualmente el arte es producido en un mundo artístico no estructurado y
donde se han abolido las fronteras entre arte y vida. Luego de pasar por la era de la imitación
donde el arte era entendido como una destreza o técnica productiva, se continuó con la era de
las ideologías y vanguardias donde cada una trató de aniquilar a sus antagonistas. Aquí la
originalidad, la revolución, la transgresión, fueron las nociones de moda. Hoy se presenta una
libertad artística que resulta propia del posmodernismo o según Danto, “Poshistoria” del arte,
para referirse a la aparición de expresiones artísticas con características diferentes de las que
dominaron nuestra Historia del Arte en Occidente. Al desaparecer estos relatos legitimadores o
metarrelatos que determinen cómo debe crearse y cuál debe ser la relación entre artista y
objeto artístico, se da lugar al surgimiento de nuevos modelos de producción. Se hizo evidente
que ya no hay restricción filosófica o estética y aparecen en consecuencia consignas como
“cualquier cosa es una obra de arte” o “cualquiera es un artista”.
7
Ver anexo 1
8
Sztajnszrajber, D (2023): “La cuestión posmoderna”. Clase 3, parte 1. Módulo 2. Posgrado Gestión
Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual
Rayner (1965) expresó su rechazo a diversas formas de expresión artística instaladas hasta el
momento:
Hoy en día, el campo de las artes del movimiento se ve compuesto por varias
categorías que surgen de la aparición de conceptos, ideas y verdades propias del nuevo
pensamiento posmoderno. Uno de los grupos más emblemáticos que cuestionaron la estética
de la danza y rechazaron tanto los postulados de la Danza Clásica como de la Danza Moderna,
se llamó Judson Dance Theatre. Fue conformado por un grupo de jóvenes coreógrafos que
presentó en el verano de 1962 un concierto de trabajos producidos para las clases de
coreografía de Robert Dunn en el estudio de Merce Cunningham, entre 1960 y 1962 en Nueva
York, Estados Unidos. Con sus abordajes modificaron radicalmente el concepto de espectáculo
cambiándolo por el de performance y recibieron tanto a profesionales de la danza, entrenados
físicamente, como a personas no entrenadas en la disciplina. Cuestionaron la relación entre
danza y música y ampliaron el abanico de posibilidades en cuanto a métodos y formas de
producción. Estos iban desde procedimientos aleatorios, el uso de la improvisación, los juegos
de roles, la ejecución de tareas con movimientos cotidianos hasta el uso de multimedia,
expandiendo la noción de lo que hasta ese momento se había llamado danza.
En sus inicios académicos la Danza Clásica se desarrolló entre los siglos XVII y XVIII
sobre las nociones de simetría, gracia y proporción del cuerpo. Sus movimientos, altamente
virtuosos, se estructuraron en una técnica que se basó en estas mismas nociones respondiendo
a un ideal de belleza y soslayando la idea del peso y agotamiento físico desafiando
constantemente la gravedad. Desde el uso de zapatillas de puntas en las mujeres hasta la
ejecución de grandes saltos en los varones, la búsqueda por la perfección requería gran
disciplina y control sobre el propio cuerpo. Nacida en los salones de las cortes monárquicas,
con sus historias reflejaban valores estéticos y sociales de la aristocracia europea como la
lealtad, el deber, el honor, los amores trágicos o prohibidos y sus consecuencias. También ante
al anhelo por lo sobrenatural y metafísico, ofrecían la posibilidad de sumergirse en mundos de
fantasía con seres mágicos que además de proporcionar un refugio de la realidad invitaban a
reflexionar sobre la condición humana y la sociedad.
Con la creación del Judson Dance Theatre es que la danza consigue finalmente traer a
la escena cuestiones como inclusividad, diversidad, interdisciplinariedad, experimentación y
libertad creativa. Sally Banes, teórica norteamericana citada en Isse Moyano, detalla el
desarrollo de esta nueva forma de concebir la danza en su país en tres momentos. En primer
lugar, la década del sesenta que se caracterizó por el espíritu lúdico, la democratización de la
danza en desafío al academicismo modernista y la revaloración del cuerpo humano. Personas
no profesionales fueron bienvenidas e integradas al mundo de la danza manifestando la
disolución de los límites entre arte y vida, artista y espectador. La década del setenta, como
segundo momento, integró a la práctica los movimientos, gestos y posturas cotidianas, los
comentarios verbales contribuyendo a la búsqueda del movimiento diferenciado de la
expresión personal. Con intenciones minimalistas, se suprimió el uso de la música, efectos
especiales, vestuario y ornamentaciones. En última instancia, la década de los ochenta es la
que dio paso a la que nombramos como Danza Contemporánea. Identificada por un pluralismo
estético cultural, aparecieron narrativas basadas en la autobiografía, lo fragmentado, la
inclusión de la palabra, el uso de la cita, el trabajo sobre el pastiche y la ironía, el juego y la
referencia histórica junto al uso de música y danzas populares. Producto de la irrupción de
minorías históricamente oprimidas, otras influencias culturales y estilísticas que se sumaron al
espectro de la danza son aquellas denominadas danzas urbanas o Street Dance. Este conjunto
de prácticas refiere a una variedad de estilos, lenguajes y estéticas surgidas como expresiones
artísticas y de manifestación de culturas y subculturas de las comunidades afroamericanas y
latinas de ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago en Estados Unidos. Dentro de
estos lenguajes de movimiento desarrollados principalmente en la calle o clubes nocturnos se
encuentran el hip-hop, el breakdance, el popping, el house entre otros. La suma y combinación
de todas estas premisas, permiten definir a la danza hoy en día como movimientos corporales
independientes de sus características, particularidades y técnica.
Según Darío, el pastiche desjerarquiza la cultura al difuminar los límites entre la cultura
popular y la de élite, así como entre géneros, registros y formatos, lo que sugiere una posible
democratización cultural. Esto se relaciona con la sensación de ironía y transgresión constante
promovida por la posmodernidad9. Esta nueva forma particular de vivir y sentir el mundo,
influenciada por la multiplicación de las comunicaciones, un nuevo tipo de consumo que
acerca el arte a la vida cotidiana y la creciente aparición de subculturas que toman la palabra,
nos sumerge en un presente que trasciende las categorías del “bien” y del “mal”, lo
“verdadero” y lo “falso”. Ante una sociedad hegemonizada por la imagen, donde junto con la
apariencia adquieren una importancia central, cada elección que hacemos se convierte en una
expresión de nuestra identidad estética. Si todo es imagen, la estetización de la existencia le
quita sentido a la pregunta por la representación, sumergiendo aún más a los individuos en un
constante juego estético entrelazando realidad y ficción. Borys Groys es uno de los autores que
fundamenta la responsabilidad ética, estética y política que cada ciudadano del mundo
contemporáneo tiene que asumir hoy por el diseño de sí. 10 Esta dinámica, representa una
extensión y expansión del proyecto del diseño moderno de objetos materiales hacia el diseño
del sujeto mismo. Hoy ya no podemos delegar las decisiones a un otre por lo que cada
9
Sztajnszrajber, D (2023): “Estéticas posmodernas: la historia del agotamiento de la transgresión”. Clase
3, parte 2. Módulo 2. Posgrado Gestión Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en
flacso.org.ar/flacso-virtual
10
Groys, B (2023): “Devenir obra de arte”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Caja Negra.
Groys, B (2021): “Volverse público”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Caja Negra.
individuo se convierte en un artista que se presentan como obras de arte autoproducidas,
adquiriendo la manifestación del yo una importancia vital en la esfera pública.
Pero pensar la idea de “retorno del cuerpo”, ¿supone que alguna vez ese cuerpo no fue
nuestro? ¿O que todo este tiempo hemos estado por fuera de él? Respondo a estos
interrogantes con un aporte que viene siendo transversal a todos mis años de estudio, práctica
y experiencia como bailarina, docente y recientemente como gestora cultural. Silvia Federici en
su texto “En alabanza al cuerpo danzante” (2016) piensa a la danza no sólo como exploración
de relaciones con el entorno, con cada une y con les demás; sino que también la considera
fundamental en esta búsqueda de reapropiación de nuestros cuerpos:
Concebí a Lado B junto a Noelia Martínez, bailarina y docente de Danza Clásica recibida
del Instituto Universitario Patagónico de las Artes; Flaaw Muñoz, bailarín y docente de Hip Hop
y Popping proveniente del Street Dance; y Agustina Rivas, bailarina y docente de Danza
Contemporánea recibida de la Escuela Experimental de Danza Contemporánea de Neuquén.
Un proyecto cultural autogestivo por artistas independientes y respaldado por Galpón del
Medio con el fin de crear espacios de aprendizaje, reflexión y transformación.
La primera edición que materializamos se inspiró en las batallas callejeras del ámbito
del Street Dance. Atravesada por las nociones de interculturalidad y en la producción de
sinceridad, ironizaba sobre la era contemporánea, su incertidumbre, su multidireccionalidad y
sobre la responsabilidad estética implicada en el diseño personal. Se realizó en Galpón del
Medio ubicado en la zona oeste de la ciudad en el mes de septiembre y recibimos como
invitada a Ayelén Ramírez desde San Martín de los Andes, Neuquén. La bailarina, coreógrafa y
docente fue pensada por su versatilidad y experiencia con prácticas performativas tanto en
Danzas Urbanas como en Danza Contemporánea para brindar una clase de “Herramientas para
la improvisación”. Luego, les participantes provenientes de la Danza Contemporánea, Danzas
Urbanas y Teatro se presentaron individualmente a través del movimiento, jugando con la
duda, la toma de decisiones y la incertidumbre que influyen en su identidad presente. Al igual
que en el formato original de batallas, se conformó un jurado ecléctico que premió bajo
consideraciones personales a tres artistas con una beca de clases para Galpón del Medio, una
remera de Lado B y el libro “Improvisación en la vida y en el arte” de Stephen Nachmanovitch.
A diferencia de las batallas tradicionales donde el premio es la suma de dinero recaudada por
la organización, elegimos estos premios con el deseo de seguir impulsando el proyecto desde
los planos mencionados anteriormente. Además, contamos con la participación de
Andrómeda, directora del proyecto de danza y música Estilo Terrenal y Dj local, que musicalizó
el evento; de Porys, un bailarín y referente de la cultura del Street Dance de Neuquén que se
sumó ese día colaborando como parte del staff; y de Keila Guevara y Agustín Rolo quienes
respaldaron el encuentro con registro audiovisual.
El segundo evento que compartimos fue co creado para con el proyecto Estilo Terrenal
y la escritora Florencia Quesada. Lo hicimos en octubre y se llevó a cabo en Spazio Morrigan en
el centro de Neuquén. Siendo un lugar caracterizado por su versatilidad, ofrece y aloja de
forma regular hace más de siete años propuestas diversas y a distintos grupos culturales de la
zona y de otras provincias. Desde radio en vivo, bandas de distintos géneros, ferias de
emprendimientos, exposiciones de fotografía, Jam’s de danza, noches de música electrónica de
DJ’s locales, entre otros. Cuenta con un servicio rico y variado de comida y bebida, un espacio
donde bailar y un escenario donde se ubican las bandas o cabina del DJ. Con la intención de
seguir haciendo de este lugar público un espacio para la expresión artística y de
autocelebración de las comunidades transitorias, durante el momento de la cena contamos
con una instancia de micrófono abierto donde se leyó poesía. Participaron escritores,
bailarines, teatristas, turistas, cantantes, emprendedores, hasta las empleadas del bar leyendo
poesía de su propia autoría por primera vez. A partir de la medianoche, se habilitó la cabina
abierta donde de forma voluntaria distintos DJ’s a musicalizaron para bailar hasta el cierre. Las
paredes del bar, estaban cubiertas por afiches con preguntas y consignas disparadoras para
intervenirlos y también contamos con el respaldo de Victoria Guerrero que fotografió el
evento.
En conocimiento de ser parte de una era digital atravesada por las tecnologías de
comunicación, nuestro primer paso consistió en contratar el servicio de diseño gráfico, diseñar
un logo identitario y desarrollar flyers publicitarios para generar difusión en redes sociales
sobre los encuentros y espíritu del proyecto. 11 El valor monetario asignado al primer encuentro
fue establecido con el fin de recuperar el dinero invertido en el diseño gráfico, los viáticos de
Ayelén Ramírez, sus honorarios y los premios entregados. Generamos una alianza con
Andrómeda y su proyecto Estilo Terrenal que resultó en el intercambio de trabajo no
remunerado para las primeras dos fechas compartidas. También tuvimos el apoyo y
colaboración de Galpón del Medio que prestó el espacio, de Porys que se ofreció a participar
como miembro del staff y de Keila y Agustín quienes se encargaron del registro audiovisual y
nos brindaron el material a modo de regalo. Spazio Morrigan fue otro de los lugares que nos
ofreció el lugar sin costo alguno. En esta ocasión, cobramos una entrada a la gorra con el fin de
cubrir los gastos que incluían la compra de afiches, elaboración de flyers publicitarios y el
sistema de sonido alquilado. Victoria Guerrero se ofreció a realizar registro fotográfico a
cambio de hacer uso del material para difundir su trabajo. La asociación del teatro Ámbito
Histrión que alojó la tercera edición, nos brindó la dinámica del borderó donde el dinero
recaudado por la venta de entradas se distribuyó de forma proporcional entre el teatro y Lado
B. Con el valor de las entradas vendidas, estipulado entre las partes mencionadas previamente,
y dos funciones a sala llena, pudimos costear los honorarios del técnico de luces y sonido,
retribuir significativamente a la sala, a los elencos que participaron, cubrir el gasto de
producción de remeras de Lado B y los separadores que entregamos con un QR para acceder al
11
Ver Anexo 2
programa digital12, el registro audiovisual y sorpresivamente quedarnos con una pequeña
ganancia como producción y organización del proyecto.
A medida que fue culminando este primer ciclo, el proyecto Lado B demostró su
capacidad para abarcar una amplia gama de ámbitos laborales. Desde el diseño gráfico, la
docencia, la venta de entradas, el circuito que corresponde a bares y restaurantes, registro
audiovisual, notas periodísticas13, notas en la radio, turismo, producción de indumentaria,
entre otros. Incluso, a pesar de no haber perseguido fines económicos, también se fue
visibilizando la dimensión y relevancia que como propuesta cultural podíamos tener en la
economía local. Al mismo tiempo, a través de devoluciones y testimonios recibimos altos
niveles de satisfacción y agradecimiento, tanto de participantes como de co productores,
evidenciando que el proyecto no solo conformó un sector económico con dinámicas propias,
sino que también interactuó con otros sectores productivos y aportó valor simbólico a la
comunidad. Sin embargo, no podemos pasar por alto que, a pesar de todo el circuito generado,
de las pequeñas o grandes ganancias que recibieron las distintas partes, el proyecto no hubiera
sido posible sin la colaboración y apañe de personas, grupos y espacios independientes. Es aquí
donde me detengo, con la convicción que, en este primer ciclo de Lado B, esta es la mayor y
mejor ganancia que pudimos obtener de todo lo que llevamos a cabo, haber generado redes
de sostén. No estoy segura de contar con la fundamentación teórica y el tiempo necesario para
hablar de esta condición, solo me surgen preguntas y mucha gratitud. Lado B es un proyecto
donde convergen distintos campos y cómo nutrir el proyecto con los aprendizajes de la
experiencia, cómo ponerle valor a lo intangible, cómo reivindicar el trabajo artístico y circuitos
económicos vinculados a la cultura son algunos de los interrogantes que nos quedan. Observar
a partir de su realización, entre otras cosas, la proliferación de propuestas locales, la llegada de
nuevas personas interesadas, la conformación de nuevos vínculos entre espacios y personas
nos impulsan a querer seguir extendiendo la propuesta para que su incidencia tanto en los
ámbitos sociales, culturales y económicos pueda sea cada vez más significativa. La demanda
cultural existe y apelo a lo que comparte Fernando Arias 14 para emprender la búsqueda a las
respuestas de esas preguntas:
Sobre esta línea considerar también utilizar el proyecto como argumento ante las
entidades públicas locales para promover apertura hacia nuevas propuestas y enfoques. Esto
podría implicar desde pequeños aportes en caso que no se contara con fondos suficientes,
como por ejemplo otorgando espacios donde llevar a cabo las instancias para seguir moviendo
el proyecto hacia otros centros culturales o barriales de la ciudad; hasta con el desarrollo de
más políticas públicas que apoyen estas iniciativas culturales independientes.
12
Ver Anexo 3
13
Ver Anexo 4
14
Arias, F (2023): “Industrias culturales: las relaciones entre cultura y economía en diferentes contextos
históricos y los avances en Latinoamérica en la medición de la economía cultural”. Clase 2. Módulo 6.
Posgrado Gestión Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual
Hasta que algo de eso suceda, la única certeza con la que contamos es que, para
hacerlo funcionar, tenemos que salir a buscar y en palabras de Pancho Machiaro desarrollar
propuestas que acompañen la agenda glocal, vivir la ciudad y su cultura de forma crítica e
intensa15. Es paradójico pensar que, a pesar de no contar con las condiciones ideales en un
principio, pudimos concretar nuestro primer objetivo construyendo el camino a partir de la
elaboración de propuestas previas. Es así que llego a resonar, adherir, compartir, corroborar y
manifestarme a favor de la noción del gestor cultural como mediador propuesta por Pancho.
Tal apasionado convencimiento es debido a que esta interpretación me resulta oportuna para
entender a esta tarea también como una práctica de danza. Particular y específicamente, como
una práctica de Danza Contemporánea. Ésta trae a la escena cuerpos humanos, cuerpos en
relación afectados por la fuerza de la gravedad, cuerpos que sienten y están vivos. Invita al
espectador a involucrarse con su sentir e imaginación, se desarrolla a partir de la organicidad
de los movimientos y la respiración. Se adapta al suelo, a otros cuerpos y contextos. Promueve
cuerpos disponibles y flexibles haciéndole lugar a los archivos físicos alojados en cada historia
celebrando la diversidad y señalando la realidad invitándonos a reflexionar. Mas allá que
nuestra condición de bailarines haya sido el núcleo sobre el cual se construyeron las
propuestas de Lado B, consideramos primordial difundir que es a través de esta noción de la
danza y el cuerpo que debemos abordar nuestra condición posmoderna. Principalmente
porque creemos en el poder de expansión de sus potencias individuales y colectivas capaces de
hacer de este mundo sin verdades, como propone Darío, “un mundo menos violento y
autoritario” (Sztajnszrajber, 2023, p. 22).
Dado que el poder de ser afectado y afectar, de ser movido y moverse, una capacidad
que es indestructible, agotada sólo con la muerte, es constitutivo del cuerpo, hay una
política inmanente residiendo en él: la capacidad de transformarse a sí mismo, otros, y
cambiar el mundo. (Federici, 2016: s/n)
CONCLUSIÓN
15
Marchiaro, P (2023): “El gestor como mediador cultural”. Clase 4. Módulo 3. Posgrado Gestión Cultural
y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual
De la danza aprendemos que la materia no es estúpida, no es ciega, no es mecánica,
sino que tiene ritmos, tiene lenguaje, y es auto-activada y auto-organizante. Nuestros
cuerpos tienen razones que necesitamos aprender, redescubrir, reinventar.
Necesitamos escuchar su lenguaje como sendero a nuestra salud y sanación, así como
necesitamos escuchar el lenguaje y los ritmos del mundo natural como sendero a la
salud y sanación de la tierra. (s/n)
ANEXOS
Anexo 1: foto de la obra “Brillo Boxes” de Andy Warhol, presentada en 1964.
file:///D:/Galpon%20del%20medio/Lado%20B/2023/Edici%C3%B3n%20teatro/Programa
%20Lado%20B.pdf
https://www.descubritudestino.com/post/lado-b-un-espacio-de-creaci%C3%B3n-y-diversidad-
art%C3%ADstica-en-neuqu%C3%A9n
https://www.instagram.com/lado.be_/
Bibliografía de referencia:
Arias, F (2023): “Industrias culturales: las relaciones entre cultura y economía en diferentes
contextos históricos y los avances en Latinoamérica en la medición de la economía cultural”.
Clase 2. Módulo 6. Posgrado Gestión Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en
flacso.org.ar/flacso-virtual
Danto, A. C. (1997). “Después del fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia.”
Paidós Ibérica.
Federici, S. (2016). In Praise of the Dancing Body. (J. Verde, Trad.). Gods and Radicals, s/n (22 de
agosto de 2016). Recuperado el 19 de julio de 2017, de
https://brujeriasalvaje.blogspot.com/2017/06/en-alabanza-del-cuerpo-danzante-por.html
Groys, B (2023): “Devenir obra de arte”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Caja Negra.
Groys, B (2021): “Volverse público”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Caja Negra.
Hang y Muñoz (2019): “El tiempo es lo único que tenemos”. Buenos Aires, Argentina. Editorial
Caja Negra.
Isse Moyano, M (2013): “La danza en el marco del arte moderno contemporáneo: los nuevos
modelos de producción”. Buenos Aires, Argentina.
Lyotard, JF (1995): “La condición posmoderna”. Buenos Aires, Argentina. Editorial R.E.I.
Marchiaro, P (2023): “El gestor como mediador cultural”. Clase 4. Módulo 3. Posgrado Gestión
Cultural y Comunicación, FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual