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07 Landa2008 Kinsey
07 Landa2008 Kinsey
Resumen
Se cumplen sesenta años de la publicación del primer Informe Kinsey (1948) y cincuenta y
dos años de la muerte del propio Alfred Kinsey. Sin embargo, el Dr. Kinsey sigue estando
de actualidad a través de su trabajo —reimpreso a finales de los noventa—, su aún activo
Instituto, los debates y controversias que todavía suscita, las biografías, películas, documen-
tales, musicales o novelas sobre su vida; además de potentes campañas orquestadas contra su
figura. Se ha escrito mucho, y desde todas las perspectivas posibles, sobre Kinsey y su obra.
Probablemente ningún otro científico —y desde luego, ningún otro sexólogo— ha sido tan
meticulosa y críticamente revisado. Se ha mirado con lupa su obra, sus muestras, sus métodos,
sus propósitos, su vida, su personalidad, sus relaciones, incluso su más estricta intimidad. Así
que, para el lector bien informado, no creo que este artículo aporte nada original que no haya
sido dicho antes por alguien en algún sitio.
Es por ello que esta entrega tiene como única pretensión ofrecer al lector del Anuario de Sexo-
logía una recopilación actualizada y en castellano sobre el “Fenómeno Kinsey”. El trabajo se
estructura en tres grandes partes. La primera, El maleficio de Kinsey, describe la persecución
que, aún hoy, recibe la figura de Kinsey. En la segunda, titulada El fenomenal Alfred, resumo el
trabajo y principales aportaciones de este autor, así como la vasta revisión que sobre su vida y
obra ha sido realizada en estas seis últimas décadas. Finalmente, en la tercera parte, La episteme
de Kinsey, hago una revisión crítica sobre su marco teórico.
Abstract
It has been sixty years since the publication of Kinsey’s Report (1948), and fifty two years since his
death. Nevertheless, he continue to generate interest, debate, and controversy. The Kinsey Institute at
the University of Indiana in Bloomington, USA, remains prominent, Kinsey’s works have been repub-
lished in English and in many other languages, and there have been biographies, movies, and even a
musical stage play about his life, not to mention the many “smear” campaigns to which his memory
and his works have been subjected. Perhaps no other scientist —and certainly no other sexologist— has
been so meticulously scrutinized; his works, samples, methods, motives, even his private personal life; all
have been examined and dissected under a microscope. So, for the well informed reader, I do not believe
that this article contributes anything original.
What is presented here to the reader of the Yearbook of Sexology is a review —in Spanish— of the
“Kinsey Phenomenon” in three parts: the first, “Kinsey's Curse”, describes the antagonism to him as a
person, and to his works, that is still very much present today; the second, “The Astonishing Alfred”,
is a summary and review of his contributions; and the third, “Kinsey's Episteme”, is a critical analysis
of his theoretical frame.
Luego no creo que produjese cambios en lo ricano, sino que ha cruzado el Atlántico y
que pasaba, sino en cómo se hablaba sobre no es difícil encontrar muestras de ello en
lo que estaba pasando. Por todo ello, este nuestro país.
hombre que fue para unos Apóstol y para
otros Apóstata, ya no es sólo un autor y una 2. El maleficio
obra. Es ya algo más que aquí llamaremos el
“fenómeno Kinsey”. Parece pesar sobre Kinsey un maleficio con
un inconfundible aroma bíblico muy del
gusto de sus combativos adversarios: “quien a
Parte uno: hierro mata, a hierro muere”. Tal maleficio le
el maleficio de Kinsey persiguió en vida y le sigue persiguiendo des-
pués de muerto. La primera consecuencia del
tal maleficio podría describirse del siguiente
1. Introducción modo: si Kinsey se atrevió a mostrar públi-
camente las vergüenzas de la sociedad norte-
La vida y obra de Kinsey han resultado siem- americana, ésta tiene derecho a airear las ver-
pre polémicas. En palabras muy comedidas güenzas del propio Kinsey. Curiosamente,
de Brancroft: “Desde su primer curso de pre- a esta exhibición pública han contribuido
paración matrimonial su trabajo fue objeto tanto las vanguardias de la progresía como
de creciente controversia (…) En los poste- las retaguardias de la conservación. Al punto
riores 50 años la controversia fue disminu- que, en ocasiones, parece que lo sustancial de
yendo hasta que, en los 10 últimos años, ha su aportación a la ciencia, al conocimiento
vuelto a emerger a través de una campaña y a la cultura resulta ser si era o no usuario
política llevada a cabo por los que deploran de pornografía, si tuvo o no tuvo relaciones
los cambios familiares y los cambios de los eróticas homosexuales, si compartió o no a su
valores sexuales que han ocurrido en este esposa, si empatizó o no con los pederastas, si
tiempo en los Estados Unidos y en otras par- se cortó o no el prepucio, etc. En fin, cuestio-
tes. Ellos ven a Kinsey como el arquitecto nes intestinas —incluso intestinales— en las
de tales cambios, atribuyéndole una enorme que aquí no entraremos excepto para afirmar
influencia sobre este proceso de cambio social rotundamente que Kinsey fue obsesivo en
que ha afectado no sólo a los Estados Unidos, preservar el anonimato y la confidencialidad
sino a todos los países industrializados. Pare- de las miles de intimidades a las que tuvo
cen creer que por desacreditar a Kinsey van acceso. Pues prevaleció en él, taxativamente,
a lograr, en algún sentido, retrasar el reloj la máxima de decir los pecados sin delatar ni
hacia lo que ellos consideran tiempos mejo- enjuiciar a los pecadores.
res.” (1995, p. a).
Pero los más fieros enemigos de Kinsey apun-
Pero lo cierto es que los detractores de Kinsey taron, desde bien pronto, contra su autoritas
no pretenden tanto “retrasar el reloj” cuanto —intelectual, científica y moral—; ya no sólo
otros objetivos más pragmáticos entre los desautorizándole, sino abiertamente, descali-
cuales destacan el estrangular económica- ficándole, calumniándole o difamándole. Así
mente al Instituto Kinsey —y a otras institu- podemos afirmar que la segunda parte del
ciones como la IPPF o el SIECUS— o lograr maleficio se ha expresado mediante la falacia
que los Programas de Educación Sexual que ad hominem cuya estructura paralógica es la
se realizan en los Estados Unidos se sustitu- siguiente: 1) A afirma B; 2) A es desautori-
yan por programas contra el aborto, por la zado por cuestiones Z —que sí se ofrecen y sí
castidad y la abstinencia prematrimonial. Y se argumentan—; 3) Luego, en tanto que A
no se trata sólo de un fenómeno norteame- queda desautorizado por las tales cuestiones
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Joserra Landarroitajauregi Garai
3.1. Viento a favor En fin, que con unas y otras cosas, a mediados
de la década de los cuarenta el país galopaba
Los Estados Unidos de América habían sobre un optimismo eufórico que podría
ganado la II Guerra Mundial. El nuevo resumirse en la siguiente frase: Nortemérica
Imperio norteamericano asentaba sus bases es todopoderosa y todo es posible en Norteamérica.
—militares, políticas, económicas, científi- Fue en los años inmediatamente posteriores
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A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
cuando esta desmedida euforia se fue tor- En 1953, el desmesurado McCarthy llegó a
nando en disparatada paranoia con motivo sospechar del mismo Eisenhower, pretendió
de la “amenaza roja” y los “valores americanos investigar a las Fuerzas Armadas y denunció
tradicionales”. al secretario de Defensa de encubrir activi-
dades de espionaje extranjeras. Evidenciadas
3.2. Viento en contra sus prácticas por determinada prensa, la tele-
visión retransmitió la audiencia del Senado
Pero no todo iba a ser bueno en una heterogé- en la que —con su estilo demagógico y bru-
nea nación que necesita enemigos exteriores tal— arremetía contra oficiales del Ejército
como fuente de cohesión interna. Quedaba por su presunta actividad comunista. En
un enemigo en pie: Stalin y el poder sovié- 1954, McCarthy fue censurado por el Senado
tico; y otro aún peor: los nacionales filoco- estadounidense por “conducta impropia de un
munistas. Así fue como la euforia fue dando Senador”. A partir de lo cual fue perdiendo
paso a la prevención, al temor, a la sospe- poder, protagonismo y salud para morir
cha, a la paranoia y a la delación, creándose finalmente a los 48 años víctima de cirrosis
el peor monstruo de todos: el fiero y ciego y hepatitis.
anticomunismo. Y resultó que fueron más
peligrosos para los grandes valores naciona-
les los cruzados anticomunistas que los temi- 4. Las cuatro falacias
dos filosoviéticos. Y a la sombra de aquel
anticomunismo germinaron las semillas del Básicamente han sido cuatro las falacias ad
belicoso e imperialista pannacionalismo y del hominem contra Kinsey, que llamaremos aquí:
fundamentalismo puritano que, con el andar a) Kinsey el Indocumentado, b) Kinsey el Revo-
del tiempo y el barniz de la posmoderni- lucionario, c) Kinsey el Pornógrafo y d) Kinsey
dad, fueron decantándose en la denominada el Filopederasta. Las tres primeras ya estuvie-
Mayoría moral, en la nueva pudibundez de ron presentes en vida de Kinsey y pertenecen
“lo políticamente correcto” y en las renovadas al espíritu de aquellos tiempos. La cuarta,
formas “neocon”. sin embargo, ha emergido recientemente y
corresponde al espíritu de estos tiempos. En
En aquel tiempo, la paranoia anticomunista palabras de Bancroft: “qué mejor manera de
encontró a su gran valedor en Joseph Ray- desacreditar a alguien en este tiempo en el
mond McCarthy (1908-1957) que, desde que, a propósito del abuso sexual infantil, la
1947, fue senador republicano por el estado ansiedad raya con la histeria y en el que el
de Wisconsin, máximo responsable del Comité acusado es considerado culpable hasta que
de Actividades Antiamericanas y promotor de demuestre su inocencia.” (1995, p. j).
la campaña de delaciones, denuncias y listas
negras gestionadas por empresas privadas, 4.1. Kinsey el Indocumentado
llevada a cabo contra personas sospechosas de
filocomunismo. Este fenómeno de persecución En orden de aparición histórica, la primera
moral y política mccarthista fue conocido falacia ad hominem descalificaba a Kinsey por:
como la “caza de brujas” con motivo de la su autoridad científica —era un neófito, un
obra teatral de Arthur Miller —“Las brujas experto inexperto—, su inadecuada forma-
de Salem” (1953)— en alegoría a los hechos ción previa —no era médico, ni tenía forma-
ocurridos en 1692 en aquella pequeña aldea ción en ciencias humanas: era biólogo—, su
de Massachusetts donde, por una mezcla de competencia investigadora —no era un cien-
luchas internas entre familias y fanatismos tífico objetivo y ecuánime sino un activista
puritanos revestidos de paranoia, fueron eje- que pretendía una revolución de los mores
cutadas sin juicio alguno 25 personas. sexuales—, su extravagante atrevimiento
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Joserra Landarroitajauregi Garai
—siendo un especialista en insectos, se atre- bajo era notablemente superior —en detalle
vió a investigar lo más complejo e íntimo y en escala— al resto de los estudios realiza-
de lo humano: su sexualidad—, su método dos en este campo (Bancroft, 1995, p. c).
científico —se puso en solfa su sistema de
obtención de informantes, su muestra, su No nos entretendremos más en esta fala-
tratamiento estadístico, etc.— y su honesti- cia, pues dedicaremos la segunda entrega,
dad investigadora —se le acusó de inventar “El fenomenal Alfred”, a documentar esta
datos, de retorcer las muestras y las entrevis- cuestión.
tas para obtener los datos que él previamente
pretendía—. 4.2. Kinsey, el Revolucionario
Lo cierto es que a Kinsey no le preocupó tanto La segunda falacia guarda relación con un
su respetabilidad moral como su respetabili- largo listado de descalificaciones que giran
dad científica. Él estaba muy seguro de su en torno a la “norma” —política, moral,
competencia como investigador y metodó- nacional, etc.—, a su supuesto incumpli-
logo, así que defendió las particularidades de miento y a la supuesta pretensión transgre-
su trabajo frente a todos sus críticos, sin por sora de Kinsey. En virtud de ello, ha sido
ello dejar de mostrarse abierto y colaborador tratado como: revolucionario, hetedoroxo,
a que su trabajo fuese revisado. De hecho, en provocador, extravagante, activista, comu-
1950, el Consejo Nacional de Investigación nistoide, antiamericano, anti-familia, inmo-
—mecenas fundamental de su investiga- ral o depravado. Esta falacia podría haberse
ción— solicitó a la Asociación Americana de titulado “Kinsey el anormal” —en relación a
Estadística que evaluara la metodología de la norma sexual— o “Kinsey el inmoral” —en
la investigación de Kinsey. Con este motivo relación a los mores sexuales—, pero final-
se constituyó un comité de revisión formado mente me he decantado por esta acepción
por siete expertos que, —después de un largo —más política y más propia de los modos de
período de evaluación y muchas reuniones la descalificación de aquellos tiempos—. En
con Kinsey y su equipo investigador— dio palabras de Bancroft:
finalmente un “non obstat” a su trabajo, aun-
que éste no fue unánime. “Kinsey ha sido descrito por algunos como
un hombre con una «misión»: cambiar el
La Comisión reconoció las dificultades que modelo de comportamiento sexual en los
Kinsey había afrontado y concluyó que estaba USA, causar «una revolución» en los valores
del todo justificada la no utilización del sexuales, incluso minar la estructura social
muestreo aleatorio en las etapas más tempra- de los USA para promover el comunismo
nas del proyecto —aunque consideraban que —Kinsey no era decididamente un comu-
éste debería ser el procedimiento futuro—. nista—. (…) La «misión» de Kinsey en el
Además expresaba un juicio crítico sobre la Volumen Masculino no era cambiar el modo
que consideró una escasa precaución en la del comportamiento sexual de los hombres,
interpretación de las conclusiones y fue espe- cuanto tratar de incrementar el entendi-
cialmente crítica con el empleo incorrecto de miento de por qué estos se comportaban
determinadas técnicas estadísticas —en con- como lo hacían, así como tratar de disminuir
creto el procedimiento compensatorio para los efectos lesivos de la estigmatización cau-
producir las Correcciones estadounidenses—. Sin sada por los códigos morales. En este sen-
embargo, aplaudieron su diligencia, conclu- tido, él claramente vio que la mayor parte
yendo que su trabajo era “un esfuerzo monu- del comportamiento sexual socialmente
mental” y, tras cuidadosa comparación con la considerado inmoral era intrínsecamente
investigación anterior, estimaron que su tra- inofensivo y no tenía repercusión negativa
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A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
latencia” del que había hablado Freud; luego, matrimonio, la familia y la santidad de la
que los niños y las niñas tenían, desde su vida humana en la política nacional (…) se
nacimiento y sin discontinuidad alguna, esfuerza por asegurar que los atributos úni-
respuestas manifiestamente sexuales que cos de la familia sean reconocidos y respeta-
incluían excitación y orgasmo. dos por legisladores y magistrados.” Su líder,
George A. Rekers, fue Profesor Emérito de
5.2. Los Ángeles de la Guarda Ciencias del comportamiento en la Facultad
de Medicina de la Universidad de Caro-
Los activistas del fundamentalismo puritano lina del Sur. Bajo la presidencia de George
—sobre todo protestantes, pero también Bush fue nombrado asesor de la Casa Blanca,
católicos y judíos en ecuménica coalición de además de miembro de diferentes comités de
odios e intereses— han hecho de esta falacia asesoramiento del Senado y de la Cámara de
ad hominem un potente ariete contra Kinsey. Representantes, así como de organismos ofi-
Con frecuencia se justifican en la admonición ciales como el Departamento de Salud y Serv-
del Nazareno: “al que escandalice a uno de icios Sociales —fue el experto que defendió
estos pequeños que creen en mí, más le vale con éxito la ley que prohíbe la adopción
que le cuelguen al cuello una de esas piedras para parejas homosexuales en el Estado de
de molino y le hundan en lo más profundo Florida—. Entre sus muchas publicaciones
del mar” (Mateo, 18:6). Así que, con este destaca su Manual de problemas sexuales infan-
parapeto bíblico, se han arrogado el derecho tiles y adolescentes (1995); además es el autor
de colgar del cuello de Kinsey las muelas de del Programa de Tratamiento de Inversión de la
la difamación para lanzar su vida y su obra a Identidad de Género —haciéndola coincidente
las profundidades de la ignominia. con la anatomía del niño— que le valió el
premio “Sidmund Freud Award” de la homó-
Lo más preocupante de esta campaña inter- foba National Association for Research and
nacional es que un importante número de Therapy of Homosexuality.
organizaciones en Defensa de los Menores
y en Defensa de la Mujer —religiosas, pero En el otoño de 1995, el Senador por Texas,
también laicas— se han unido —o han con- Rep Steve Stockman, hizo suya la denuncia
fraternizado— con esta nueva “caza de bru- del FRC y solicitó apoyo en el Senado para
jas” que con sarcasmo denomino el “látigo del presentar un proyecto de ley —que nunca
ático”. Este azote flagelante es blandido con salió adelante— para investigar las fuentes
mucha infamia y ninguna compasión por los de información de Kinsey. Stockman alegó
que a sí mismos se tienen por Ángeles de la que la investigación de Kinsey estuvo finan-
Guarda. ciada por fondos federales y que en ella se
contenían actos de acoso sexual a niños —los
Entre los más activos difamadores de la vida llamados “niños de la Tabla 34“ de Judith
y el trabajo de Kinsey podemos encontrar Reisman—. Logró al menos que el Senado
a las organizaciones norteamericanas Fam- abriese una investigación y que se interro-
ily Research Council (FRC) y Concerned gase al personal del Instituto y de la Univer-
Women for American (CWFA), apoyadas sidad de Indiana.
siempre en las denuncias de Judith Reis-
man1 y en la belicosidad de algunos sena- El CWFA es un lobby cristiano constituido
dores republicanos. en 1979, con sede central en Washington
DC y redes por toda Norteamérica. Actual-
El FRC es —según su página Web— un mente, es la organización política femenina
lobby cristiano fundado en 1983 como una más grande de los USA. Pretende que todos
“organización dedicada a la promoción del los niveles de la política pública se rijan en
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Joserra Landarroitajauregi Garai
Y en su última entrega, Kinsey’s Attic: The Considero que no puede ser éste el tratami-
Shocking Story of How One Man’s Sexual Pathol- ento, la imagen, los argumentos, las con-
ogy Changed the World —El ático de Kinsey: la clusiones y las críticas que ofrecemos a los
espantosa historia de cómo la Patología Sexual habitantes del siglo XXI sobre Kinsey, su
de un hombre cambió el mundo— (2006), tras trabajo y su obra. Sirva este documento para
el “descubrimiento” de que fue en el ático ofrecer otra perspectiva. También crítica,
de la casa particular de Kinsey donde se pero no por ello mendaz ni descalificadora.
realizaron aquellas filmaciones secretas de
voluntarios realizando actividades sexuales,
trata de demostrar que en aquel mismo Parte dos: el fenomenal Alfred
lugar también se llevaron a cabo espanto-
sas investigaciones con niños promovidas 1. Introducción
por el propio Kinsey; que éste era un per-
vertido sexual que cambió la moral sexual Afortunadamente, y al margen de las utiliza-
occidental “engañando” a científicos, legis- ciones políticas de sus detractores, el Kinsey
ladores y educadores, haciéndoles creer que que ha pasado a la historia de la Sexología no
sus investigaciones eran científicas —cuando es el Kinsey de las cuatro categorías falaces
realmente sólo escondían ideología perversa, que se han explicado en la primera parte de
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Joserra Landarroitajauregi Garai
este trabajo, sino este quinto del cual daré Quiero detenerme un momento en este
alguna cuenta en estas segunda y tercera par- asunto de fechas y localizaciones: Aunque
tes. Se trata de Kinsey el Recolector, que nos Skinner hizo casi toda su carrera en Harvard
trajo a los sexólogos “mucho fruto y poco cesto” —allí se graduó y doctoró en 1931, allí fue
(Landarroitajauregi, 1996; 2000, p. 17 y investigador hasta 1936 y allí regresó de
ss.). Analizaremos algo de sus muchos frutos nuevo como profesor en 1948 para ejercer
sexuales en esta entrega y dejaremos su limi- el resto de su vida—, durante unos años fue
tado cesto epistémico para la tercera. Pero antes también profesor en la Universidad de Min-
de entrar en ello, comenzaremos presentando nesota y —precisamente en los mismos años
el contexto intelectual y científico de aque- que Kinsey investigaba el comportamiento
llos años cuarenta y cincuenta en los USA. sexual masculino—, fue también profesor en
la misma Universidad de Indiana donde Kin-
sey ya era catedrático. No me consta ninguna
2. Contexto intelectual y científico relación entre ellos, ni personal, ni intelec-
de los tiempos de Kinsey en USA tual, pero no tengo ninguna duda de que las
teorías conductistas de Skinner encontraron
2.1. Conductismo algún lugar en la estructura mental de Kin-
sey. Volveré a ello en La episteme de Kinsey.
Aunque el Conductismo nace a principios
del S. XX con J. B. Watson (1878-1858), En 1953, —y de nuevo coincidiendo con la
se desarrolla a mediados del siglo bajo el publicación del Volumen Femenino— Skin-
impulso de B.F. Skinner (1904-1990). En ner publicó su “Science and human behavior”
1913, Watson publicaba su artículo “La y, en 1957, publicó su “Verbal behavior”, del
psicología desde el punto de vista conductista”, cual Noam Chomsky escribió, en 1959, una
considerado el artículo fundacional del revisión muy crítica que supuso el inicio de
Conductismo, en el que pone el énfasis un cambio paradigmático conocido como
sobre la conducta observable y las relacio- “revolución cognitiva”.
nes que se producen entre el estímulo y la
respuesta, los cuales serían, por su objeti- 2.2. La Cibernética y la
vación, los temas de estudio de una Psico- Teoría General de Sistemas
logía científica. Pero es Skinner quien dará
un empuje a toda la psicología Conduc- En el año 1942, se celebró en la Fundación
tista, considerando la conducta —animal y Josiah Macy Jr. de Nueva York la primera
humana— como el resultado de la función de las que luego serán conocidas como las
de los refuerzos —positivos o negativos— Conferencias Macy —un total de diez— que
ambientales que operarían mediante los se programaron primero semestralmente y
principios convencionales del aprendizaje. luego anualmente entre 1946 y 1953 y en
Es este autor quien describirá el condicio- las cuales participó la flor y nata del pensa-
namiento operante —en oposición al condi- miento científico norteamericano —desde
cionamiento clásico— que ha resultado ser luego, se trataba de un grupo sumamente
uno de los baluartes de la Modificación de innovador, creativo e interdisciplinar—.
Conducta. En 1948, —precisamente el año Entre otros, allí estuvieron los matemáticos
de la publicación del Volumen Masculino John von Neumann, Norbert Wiener y Wal-
y recién llegado Skinner de la Universidad ter Pitts; los neurofisiólogos Warren McCu-
de Indiana—, se publica “Walden Dos”, obra lloch, Arturo Rosenblueth y Walter Cannon,
novelada en la que se describe una comu- los antropólogos Margaret Mead y Gregory
nidad utópica estructurada mediante una Bateson, el psicólogo Lawrence Franck y el
ingeniería social conductista. hipnoterapeuta Milton H. Erickson.
24
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
Estas Conferencias Macy, de las cuales sur- tuvo influencia teórica alguna en Kinsey,
girá posteriormente la Cibernética, se finan- excepto en cuestiones puramente pragmáti-
ciaron en parte con presupuestos militares. cas y tecnológicas —por ejemplo, la incor-
La inversión fue tan rentable según el excén- poración del ordenador para los tratamientos
trico y genial Gregory Bateson, que llegó a estadísticos de sus datos—. Sin embargo,
afirmar que “la cibernética constituye el avance aquella euforia por la importancia de los
intelectual más importante y fundamental de los nuevos descubrimientos científicos sí influyó
últimos dos mil años” (Brockman, 1977, p. en él porque de hecho fue uno de los auto-
13). De aquellos lodos surgieron barros cua- res de aquel fértil diálogo entre la ciencia
les fueron: en la reunión de 1945, John von de primer nivel y la cultura coetánea. Pro-
Neumann describió la arquitectura de lo que bablemente, si Kinsey hubiese vivido más
después serán los ordenadores; en la reunión tiempo, hubiese tenido más apetito teórico
de 1946, —celebrada bajo el título “Mecanis- y hubiese estado más cerca de aquel neo-
mos teleológicos y sistemas causales circulares”—, nato paradigma, habría dado con las claves
Claude Shannon desarrolló, en el marco de del sexo como sistema —luego de los sexos
una Teoría de la Información, el concepto de como integrantes del Sistema sexual—; de
“incertidumbre”, que después von Neumann las relaciones como interacciones; de la cau-
llamará “entropía”. Posteriormente, en 1948, salidad circular de los encuentros eróticos;
Norbert Wiener publicaría “Cibernetic” y, en de la homeostasis diádica; y seguramente
1952, IBM comercializaría su ordenador de habría incorporado el “doble vínculo” a las
primera generación. relaciones sexuales e incluso habría dado con
la Sinergia sexual. Pero nada de todo esto
En 1950, Ludwig von Bertalanffy desarro- ocurrió. Y la Sexología ha tardado más de
lla la Teoría General de los Sistemas como una cincuenta años en dialogar con aquel para-
metateoría que, partiendo del muy abstracto digma que nacía en los cuarenta.
concepto de Sistema, busca reglas de valor
general aplicables a cualquier nivel de la 2.3. Investigación farmacológica
realidad. Ese mismo año Bateson emprende
la tarea de introducir la Cibernética en las Algunos cambios venían ocurriendo en las
ciencias sociales. Pretendía elaborar una Teo- alcobas norteamericanas antes de que Kin-
ría General de la Comunicación, así que con sey diera con ellos. Y no me refiero sólo a
fondos de la Fundación Macy, organizó los efectos de la guerra y a la euforia de la
un grupo integrado por John Weakland, Jay victoria, que siempre relajan las restriccio-
Haley, Virginia Satir, Jules Riskin, William nes morales, sino a la influencia de los nue-
Fry y Paul Watzlawick, al que luego se unirá vos fármacos contra las infecciones vené-
Don Jackson. Con estos mimbres surgirá su reas. Parecía que, por fin, la Ciencia derro-
artículo "Hacia una teoría de la esquizofrenia” taba a los gérmenes que habían psicotizado
(1956) en el que desarrolla la “Teoría del doble los amores decimonónicos. De hecho, en
vínculo”. Unos años después, en 1959, Jac- tiempos de Kinsey, las sulfamidas estaban
kson funda el Mental Research Institute. El siendo bastante eficaces contra la gonorrea
grupo, que se conocerá internacionalmente y la penicilina resultaría eficaz contra la sífi-
como Palo Alto, estará integrado por: Jules lis. Desde comienzos de siglo, destacados
Riskin, Virginia Satir, Paul Watzlawick, investigadores como Paul Ehrlich, Gerhard
John Weakland, Jay Haley, Richard Fisch y Domagk, Alexander Fleming, Howard Flo-
Arthur Bodin. rey o Ernest Chain todos ellos Premios
Nobel llevaron a cabo hallazgos revolu-
Hasta donde puedo atisbar, el desarrollo del cionarios arsfenamina, sulmanilamida,
nuevo paradigma cibernético-sistémico no penicilina en la lucha contra diversas
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Joserra Landarroitajauregi Garai
En 1938, Herman B. Wells, que entonces En 1939, Kinsey diseñó y dirigió un proyecto
tenía 35 años y que sería su más constante de investigación sobre el comportamiento
valedor, fue nombrado Rector de la Uni- sexual humano que contó con la financia-
versidad de Indiana. Recién estrenado en ción de la Fundación Rockefeller a través del
su cargo, la Asociación de mujeres estudiantes prestigioso Consejo Nacional de Investiga-
de la Universidad de Indiana le solicitó un ción. Ello le permitió recopilar datos sobre el
curso de preparación matrimonial para los comportamiento sexual más allá de las aulas
alumnos ya casados o para aquellos a punto universitarias de Indiana y, sobre todo, le
de hacerlo. Wells accedió y Kinsey comenzó permitió ir construyendo el que finalmente
a impartir clases y a coordinar el curso de fue su modelo de entrevista personal con su
Formación Matrimonial desde su primera particular sistema de categorización de las
edición. respuestas. En junio de 1939 hizo un corto
viaje a Chicago para realizar decenas de estas
El curso era impartido por docentes —todos entrevistas y en esas mismas fechas empezó
varones— de los departamentos de Derecho, a compilar historias sexuales de presos y
Economía, Sociología, Filosofía, Medicina y familiares de estos de la Explotación agro-
Biología. Y fue en este nuevo marco docente pecuaria penal del Estado de Indiana.
donde comenzó el interés científico de Kin-
sey por el comportamiento sexual humano, En 1940, y para conseguir más financiación
pues, con motivo de la preparación de sus para su proyecto de investigación, Kinsey
clases, el compulsivo y sistemático recolector acudió al Committee for Research in Pro-
de datos que ya era Kinsey, empezó a recabar blems of Sex (CRPS) presidido por Yerkes. El
información entre sus propios estudiantes comité ya había financiado la investigación de
en relación a su actividad sexual —edad de Adolf Meyer sobre comportamientos y acti-
la primera relación sexual, actividad sexual tudes sexuales de los estudiantes de Medi-
prematrimonial, frecuencia de actividad cina de la Johns Hopkins, pero tales datos no
sexual, número de parejas a lo largo de su llegaban a formalizarse en un informe final.
vida, frecuencia masturbatoria, uso de servi- Así que los miembros del CRPS buscaban un
cios de prostitución, etc.—. investigador solvente: científico respetado y
establecido, esposo y padre ejemplar, con un
Pese a que contaba con la confianza del Rec- sólido curriculum como investigador y una
tor y el respeto de sus alumnos, las clases de historia de proyectos llevados a cabo hasta el
Kinsey fueron llenándose de controversias. final. El doctor George Washington Corner,
En 1940, el rector Herman B. Wells, pre- ginecólogo y miembro del CRPS, que pos-
sionado por las crecientes reacciones adversas teriormente dirigiría a William Masters en
al proceder docente de Kinsey y tratando de una investigación sobre reproducción animal
hallar una salomónica solución le convino y humana, escribió sobre él:
a que eligiese entre continuar con el curso
matrimonial o con su proyecto de investiga- “Fue un profesor íntegro, casado y con hijos
ción. Kinsey no tuvo ninguna duda y aban- adolescentes. Mientras continuaba sus res-
donó el curso para dedicarse enteramente a ponsabilidades didácticas en el Departamento
la investigación sobre la conducta sexual de de Zoología trabajó cada hora disponible, día
los norteamericanos. No obstante, mantuvo y noche, viajando a cualquier parte donde las
su actividad docente en el departamento de personas le concediesen entrevistas. Estaba
Biología y nunca perdió el contacto con los adiestrando a una pareja de hombres jóvenes
jóvenes universitarios. en su método de entrevistar. El propio Dr.
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Joserra Landarroitajauregi Garai
Yerkes y yo mismo nos sometimos por sepa- sidad de Indiana que trabajó en su equipo,
rado a su técnica de recopilación de datos. Me el psicólogo Wardell Baxter Pomeroy; y, en
asombró su habilidad para lograr los detalles 1946, al antropólogo de la Universidad de
más íntimos de la historia sexual del sujeto, Harvard, Paul Gebhard. Uno y otro fueron
introduciendo las preguntas gradualmente y personalmente entrenados por Kinsey para
transmitiendo una completa seguridad sobre realizar entrevistas. El primero realizó unas
la confidencialidad de las respuestas que eran 8.000; y el segundo, unas 2.000.
registradas en hojas especiales impresas con
una rejilla en las que se apuntaba la infor- Había razones, no sólo económicas, para que
mación obtenida mediante signos ininteli- el equipo investigador fuese reducido, el exi-
gibles. Me explicó que el código nunca se gente método de entrevista y el alambicado
había apuntado en lugar alguno y que sólo sistema de codificación in situ de la informa-
sus dos colegas, Wardell B. Pomeroy y Clyde ción obtenida requerían meses de entrena-
E. Martin, podrían leerlos. Sus preguntas miento y memorización para lograr todos los
incluían trucos sutiles para detectar infor- exigentes criterios de Kinsey. Finalmente,
mación deliberadamente incorrecta.” (citado fruto de este trabajo, se publicaron, en 1948
en Bullough, 1994, p. 125) y 1953, los afamados “Informes Kinsey”. El
primero de ellos, que aquí llamaremos el
En un principio, tal como ya había hecho con Volumen Masculino, fue “Sexual behavior in
las avispas, Kinsey pretendió realizar perso- the human male” y el segundo, que llamare-
nalmente todo el trabajo, pero pronto com- mos Volumen Femenino, fue “Sexual beha-
prendió que el proyecto era demasiado vasto vior in the human female”.
para una sola persona. Se había propuesto
recopilar 100.000 historias y cada entrevista 3.4. Los hombres de Kinsey
—sin contar desplazamientos— le ocupaba
un mínimo de una hora y media. Esta carga Clyde Martin, Wardell Pomeroy y Paul
le hubiera supuesto unos setenta años de Gebhard —todos ellos varones— fueron
dedicación exclusiva, lo cual resultaba ina- los constituyentes del equipo investigador
barcable. Con todo, él personalmente, rea- contratado por Kinsey. Sin embargo, en la
lizó 7.985 entrevistas. página Web del Instituto se subraya que,
aunque no figuraron como autoras, varias
En aquel tiempo, en la primavera de 1939, el mujeres del personal del Instituto contri-
joven estudiante de Economía Clyde E. Mar- buyeron también a las investigaciones. En
tin, —que había sido alumno de Kinsey en concreto, Jean Brown, Cornelia Christenson,
aquel primer curso de 1938 y uno de los pri- Dorothy Collins, Hedwig Leser y Eleanor
meros voluntarios entrevistados—, comenzó Roehr, son citadas y reconocidas en las por-
a colaborar en la tabulación de las primeras tadas como colaboradoras. Además, estaba la
entrevistas. Posteriormente, cuando en 1941 abogada Alice Field que no sólo colaboraba
ya hubo suficiente financiación, Martin fue en la investigación sexual sino que, además,
contratado como investigador y acabó reali- asesoraba sobre temas legales. A continua-
zando unas 2.000 entrevistas. ción, ofrezco algunos datos de “los hombres
de Kinsey” en su orden de aparición en el
En los años posteriores, Kinsey fue reno- Instituto.
vando la financiación para su proyecto, al
punto que, en el curso 1946-1947, recibió la 3.4.1. Clyde E. Martin
mitad del presupuesto total del CRPS. Esta
continuidad económica le permitió contra- Nacido el 2 de enero de 1918, comenzó sus
tar en 1943, al único graduado de la Univer- estudios de Economía en la Universidad de
28
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
Indiana en 1937 y fue alumno de Kinsey en la que Kinsey confió para realizar entre-
en aquel primer curso de 1938, siendo la vistas. Muerto Kinsey fue designado director
suya una de las primeras “historias sexuales” del Área de Investigación —que no Direc-
que Kinsey recogió. A partir de la prima- tor Ejecutivo, puesto que ocupó Gebhard—.
vera de 1939 se convirtió en asistente per- Permaneció en este puesto hasta que pre-
sonal de Kinsey —le cuidaba el jardín— y sentó su renuncia en 1963, para trasladarse
colaborador voluntario —le ayudaba en la a Nueva York e iniciar la práctica privada de
tabulación de sus primeras entrevistas—. terapia sexual. En los años posteriores conci-
Cuando, en 1941, hubo suficiente financia- lió su actividad clínica con una prolija acti-
ción para el proyecto, fue contratado como vidad como autor. Además de una docena de
primer investigador aún sin haber finalizado artículos, escribió tres libros de divulgación
unos estudios que abandonaría a partir de ese sobre educación y sexualidad adolescente
momento para dedicarse a tiempo completo (Boys and sex, 1968; Girls and sex, 1970; Your
a la informática —de la cual fue responsa- child and sex: A Guide for parents, 1974), así
ble— y al análisis estadístico de los datos de como un libro sobre Kinsey y su Instituto
las entrevistas. Firmó como tercer y último que citaremos con frecuencia en este tra-
autor en los dos Informes y posteriormente, bajo (Kinsey and the Institute for sex research,
tras la muerte de Kinsey, volvió a ser tercer 1974).
autor —la cuarta era Cornelia Christenson—
en “Embarazo, Nacimiento y Aborto” (1958) Durante el bienio 1966-1968, fue Presidente
con Gebhard y Pomeroy antecediéndole. de la Society for the Scientific Study of Sexuality
(SSSS). En 1976 fue nombrado Decano del
Muerto su benefactor, en el año 1960, aban- recién creado Institute of Advanced Study of
donó el Instituto para finalizar sus estudios y Human Sexuality de San Francisco y también
obtener su grado doctoral, que logró en 1966 profesor adjunto de la Facultad de Medicina
—a sus 48 años— en la Universidad Johns de la Universidad del Estado de California.
Hopkins de Baltimore. Hasta su retirada, en En 1983, y debido al creciente deterioro de
1989, fue investigador contratado del “Fran- su salud neurológica, se jubiló para morir
cis Scott Key Medical Center” en esa misma demenciado 18 años después. A su muerte,
ciudad, donde se dedicó al estudio de temas fue Gebhard el encargado de escribir su obi-
relacionados con la gerontología y la socio- tuario. Sobre éste último, el tercero de los
logía. A partir de ahí prácticamente perdió colaboradores de Kinsey, daremos alguna
todo contacto con la investigación sexual, cuenta en el epígrafe “Los directores del
aunque, en 1981, publicó un breve artículo Instituto”.
sobre la sexualidad de las personas mayores
en los Archives of Sexual Behavior.
4. Kinsey en constante revisión
3.4.2. Wardell B. Pomeroy
4.1. La revisión de su obra
Nació en Kalamazoo (Michigan) el 6 de
diciembre de 1913 y murió en Bloomington En vida de Kinsey fueron varias las evaluacio-
(Indiana) el 6 de septiembre de 2001. Se gra- nes externas sobre su trabajo. La primera de
duó en la Universidad de Indiana y obtuvo ellas, de carácter estadístico, se produjo tras
el doctorado en Psicología en la Universidad la publicación del Volumen Masculino. La
de Columbia en 1954. Conoció a Kinsey tra- muestra que Kinsey había logrado para sus
bajando como psicólogo del hospital South investigaciones era la que era: muy grande,
Bend y, en 1943, se incorporó al proyecto de pero ni aleatoria, ni estratificada. Además,
investigación sexual. Fue la primera persona según informa Pomeroy (1972, p. 138 y
29
Joserra Landarroitajauregi Garai
464) contenía demasiada gente del Oeste y publicación y analizando los resultados con
poca del Este y, en ella, los indios, los presos nuevas técnicas estadísticas e informáticas.
y los homosexuales estaban excesivamente Fruto de este trabajo se constituyó lo que se
representados respecto a la población nor- ha dado en llamar la “Muestra básica” y se
teamericana de aquel tiempo. Kinsey había publicó lo que aquí citaremos como “Kin-
tratado de controlar estos sesgos mediante sey Data”. En esta obra (Gebhard y John-
clusterización —obtención de submuestras al son, 1998, p. 25-26) se describe el método
100%; esto es, grupos naturales en los que y se da cuenta de cómo fue diseñado en el
todos sus miembros aceptaban ser entrevis- procedimiento científico que Kinsey había
tados—. Así que se las ingenió para lograr desarrollado cuando estudió la variabilidad
unidades sociales no surgidas por un interés de las avispas. En aquella ocasión, una vasta
sexual común: usuarios de una residencia, muestra con una gran cantidad de insectos le
estudiantes de un curso, socios de un club permitió realizar promedios al margen de las
social, etc. La cuarta parte de su muestra pro- tendencias y sesgos. Y eso mismo esperaba
cedía de tales clusters. Después, comparó estas hacer con sus entrevistas.
submuestras con el resto de historias resul-
tando que las diferencias eran mínimas y La “Muestra básica” de Gebhard y Johnson
muy poco significativas (Volumen Masculino estaba constituida exclusivamente por per-
en adelante VM, p. 93-102 y Volumen sonas que nunca fueron condenadas —ni
Femenino VF, p. 30). Con estos controles, siquiera por infracciones de las normas de
la muestra superaba su control de calidad. Sin circulación— y cuya inclusión no suponía
embargo recibió un buen número de críti- ninguna fuente de sesgo en cuanto a com-
cas provenientes de expertos estadísticos. Lo portamiento sexual —i.e. participación en
cual condujo a que un comité especial de la organizaciones homosexuales—. De este
Asociación Americana de Estadística inves- modo, la muestra masculina quedó final-
tigase su metodología. mente formada por 4.694 hombres blancos
escolarizados, 177 hombres negros escola-
Fruto de la tal investigación, en 1954 se rizados y 766 hombres blancos sin escola-
publicaron dos revisiones críticas del trabajo rización. Y la muestra femenina, por 4.358
de Kinsey: la de Cochran, Mosteller, Tukey mujeres blancas escolarizadas, 223 negras
y Jenkins Problemas estadísticos del Informe escolarizadas y 1.028 blancas sin escolari-
Kinsey sobre comportamiento sexual del hombre; y zación. Luego la muestra sin escolarización
la de Geddes: Análisis de los Informes Kinsey. era –tanto para hombres, como para muje-
No obstante, y pese a las repetidas críticas res- exclusivamente constituida por personas
sobre sus muestras sesgadas y constituidas blancas. Así que en ella resultaban dos sesgos
por voluntarios, Kinsey se mantuvo siempre muestrales evidentes: gente culta —blancos
firme en su fórmula, que defendió y justificó y negros— y gente blanca —escolarizados y
repetidamente (VM, p. 17-21 y 93); aunque sin escolarizar—; resultando pues una mues-
en el Volumen Femenino, efectivamente se tra más WASP.
excluyeron las mujeres presas y no se realiza-
ron las “correcciones estadounidenses”. Curiosamente, aunque la muestra había
variado sustancialmente, los resultados fue-
Precisamente por la reiteración de estas y ron relativamente similares. Al punto que
otras críticas sobre aspectos metodológicos Gebhard y Johnson (1998, p. 9) afirmaron que
y muestrales, en 1979 Gebhard y Johnson “las conclusiones principales de los trabajos
reanalizaron los datos de las entrevistas originales en cuanto a la edad, el género, el
“completando” y “limpiando” las muestras, estado civil y la clase socioeconómica perma-
añadiendo nuevas entrevistas posteriores a la necen intactos. Los añadidos y la limpieza de
30
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
las muestras han aumentado notablemente Reisman. Éstos sirvieron para alimentar las
su valor, pero no producen cambios signifi- campañas “antikinsey” que posteriormente
cativos que impliquen que nos retractemos han ido dirimiéndose a veces en medios
de ninguna afirmación importante”. Motivo científicos, pero sobre todo en los medios de
por el cual la mayor parte de los investigado- comunicación e incluso, como se explicó en
res actuales siguen utilizando los datos origi- la primera parte, en los tribunales.
nales de los dos primeros volúmenes.
Tras tales campañas, Vern Bullough ofreció
Sin embargo, una cuestión que sí resultó una nueva revisión rehabilitadora en su obra
algo diferente fue la incidencia de conducta de 1994, Science in the bedroom: A history of sex
homosexual. Mientras que las cifras para research y en dos artículos de 1998 y 2004
hombres escolarizados no cambiaron, las de —Alfred Kinsey and the Kinsey Report: Histori-
hombres sin escolarización una vez exclui- cal overview and lasting contributions y Sex will
dos los registros con criminales resultaron never be the same: The contributions of Alfred C.
ser notablemente inferiores. Esto pudo tener Kinsey—.
relación con el hecho de que en aquel tiempo
la escolarización no era mixta y la mayor
parte de las experiencias homosexuales se 5. El mediático “Dr. Sexo”
producían en la adolescencia y con com-
pañeros de clase. Así pues, la submuestra Efectivamente, la vida y obra de Kinsey han
“sin escolarización” una vez excluidos los resultado ser un fenómeno mediático que ha
reos— no habría tenido convivencia alguna llegado al gran público a través de biografías,
en ambientes unisexuales. literatura, cine, prensa escrita, música pop,
radio y televisión. Basándome fundamental-
Con anterioridad a este trabajo de Gebhard mente en la información ofrecida en la Web
y Johnson, pero en esta misma década de los del hoy llamado Kinsey Institute for Research
setenta, fueron varios los trabajos de revi- in Sex, Gender and Reproduction, llevaré a cabo
sión y crítica que se publicaron sobre la obra una breve exposición de estos aspectos.
de Kinsey. El primero fue el de su estrecho
colaborador Wardel Pomeroy que, estando 5.1. El éxito editorial
ya fuera del Instituto, explicó muy diversas
cuestiones relacionadas con la dinámica de Kinsey se convirtió en un fenómeno de
la investigación en su obra Dr. Kinsey and the masas a través de un sistema muy simple
Institute for sex research. El siguiente fue Paul pero efectivo: el increíble éxito editorial de
Robinson que hizo una lectura bastante más sus dos volúmenes. Especialmente, el Volu-
crítica en su articulo de 1972, El Dr Kinsey y men Masculino que —aunque se trataba de
el Instituto de investigación sexual, y en su obra un libro de tapas duras, caro, sin precedente
La modernización del sexo (1976), que comen- mediático alguno y publicado en una editorial
taré detenidamente más adelante. Final- médica—, estuvo 43 semanas en la lista del
mente, en ese mismo año, fue Weinberg, The New York Times best-seller. De este primer
desde el propio Instituto, quien recopiló el volumen se vendieron más de doscientos mil
trabajo de Kinsey y su Instituto en su obra ejemplares y del segundo otros cien mil.
Investigación sexual: Los estudios del Instituto Uno y otro fueron traducidos a once idiomas.
Kinsey (1976). Los dos informes tuvieron gran impacto
público y produjeron respuestas sumamente
Pero ninguno de estos trabajos sobre la obra emocionales y contrapuestas en la opinión
de Kinsey levantó tanta polvareda como los pública —y en la opinión publicada— esta-
tendenciosos trabajos ya citados de Judith dounidense. Fueron motivo de admiración
31
Joserra Landarroitajauregi Garai
ormente, ya en el año 2000, fue Jonathan Sex and the scientist es un documental de 90
Gathorne-Hardy quien escribió la biografía, minutos realizado en 1989 y dirigido por
digamos oficial, de Kinsey que llevaba por Diane Ward para WTIU documental.
título Sex, the measure of all things: A life of
Alfred Kinsey y que fue también publicada Reputations: Alfred Kinsey. Es un documental
por la Universidad de Indiana. En todas realizado en 1996 por Clare Beavan para la
estas biografías encontramos al hombre BBC.
sumamente trabajador, tenaz, curioso, hero-
ico, meticuloso, obsesivo, sutil, ingenioso, The children of table 34 es un documental de
contradictorio y sumamente empático que 30 minutos producido por Snake Ranch Stu-
luego Bill Condon llevó a la gran pantalla dios para “Family Research Council”. El guión
en el año 2004. y dirección es de Robert Knight y presenta
las denuncias de la Dra. Reisman contra
5.4. Kinsey y las Artes Kinsey. Se distribuye a través de la red inter-
nacional de asociaciones pro-abstinencia y
Excepto en lo que quedase en círculos pro-vida.
musicales —Oh, Dr Kinsey, de la cantante
y cómica Martha Raye, vendió medio mil- Kinsey’s paedophiles es un documental produc-
lón de copias; la canción Too Darn Hot de ido en 1998 por Tim Tate para la cadena tel-
Cole Porter, originalmente escrita para el evisiva Yorkshire. El documental fue pública-
musical Kiss me, Kate, fue cantada de nuevo mente respondido por el Instituto Kinsey.
por Ella Fitzgerald en los años cincuenta—
, el gran público norteamericano de los Social science in America’s bedroom: Alfred Kin-
setenta, ochenta y noventa había olvidado sey measures sexual behavior es un documen-
a Alfred Kinsey. Pero el cambio de milenio tal de 16 minutos de duración hecho en el
reverdeció su figura pública a través de las año 2000. Son entrevistados el anciano Paul
artes. En el año 2003 se estrenó en Chicago Gebhard y John Brancoft.
el musical Dr. Sex —ganador de siete Jeff
Awards—. La obra versaba sobre el trián- Mr. Sex, realizado por Steve Coombes, fue un
gulo amoroso entre Kinsey, su esposa y su documental radiofónico que recibió el Rich-
colaborador Martin. Al año siguiente, y ard Imison Memorial Award 2005.
casi al unísono, se estrenó una película y se
publicó una novela sobre la vida de Kinsey. Kinsey es un documental recopilatorio reali-
Bill Condon fue el guionista y director de zado en cooperación con el Kinsey Institute y
la película, titulada Kinsey, en la que se da la Universidad de Indiana.
cuenta de la vida de Alfred Kinsey —inter-
pretado con credibilidad y pericia por Liam El 2/10/96 el informativo Documentos TV
Neeson. La novela es de T. C. Boyle y de La 2 de TVE emitió un reportaje en cas-
lleva por título The Inner Circle —El círculo tellano títulado Alfred Kinsey, el hombre que
íntimo—. En ella se recrean los primeros inventó el sexo.
años de Kinsey en Bloominton a través del
relato de un ficticio ayudante.
6. La Entrevista Kinsey
5.5. Documentales sobre Kinsey
El modo básico de obtención de información
En el tiempo de los audiovisuales no podían que usó Kinsey fue la entrevista personal
faltar los documentales. Sin ánimo de ser individual realizada en ambiente íntimo
exhaustivo traigo cuenta de los siguientes: a personas voluntarias. Había además dos
33
Joserra Landarroitajauregi Garai
tancia sexual tradicionalmente concedida En primer lugar conviene aclarar que Kinsey
a las tres primeros factores —matrimonio, define clase social en relación a la instruc-
fe y generación—, mientras que subrayó ción formal y al nivel de estudios alcanzado
la importancia sexual de los dos últimos —escuela elemental, secundaria y universi-
—edad y clase social—. Así pues, afirmará dad— y no a la disponibilidad económica.
que las dos influencias más importantes en De suerte que él mismo sería de clase alta,
la sexualidad del hombre son: el factor bio- aunque procediese de una familia de origen
lógico de la edad y el factor cultural de la humilde. Yo, con sus mismos datos, hubiese
clase social. La primera determinando la fre- dicho —y he dicho aquí— las clases más
cuencia y la segunda el tipo de conducta. Por formadas, o instruidas, y las menos forma-
el contrario, no encontraría tan importantes das. En cualquier caso, en términos acadé-
diferencias entre los hombres religiosos y los micos, esta cuestión desafiaba la validez de
no creyentes o entre los hombres de unas u la mayoría de los estudios previos que se
otras generaciones. habían basado exclusivamente en muestras
universitarias. Y, según Robinson, interpe-
Sin embargo, sigue Robinson, en el Volumen laba a la supuestamente interclasista socie-
Femenino las conclusiones son radicalmente dad norteamericana porque “las diferencias
diferentes: “los factores de mayor influencia de clase llegarían hasta el dormitorio y a
en la conducta sexual del hombre resultan los más íntimos detalles de la vida erótica.”
ser lo menos significativos en las mujeres, (1976, p. 115).
mientras que los que apenas afectaban a los
hombres tienen un efecto mucho más mar- Tales diferencias mostraron una mayor ten-
cado sobre las mujeres” (1976, p. 124). De dencia de la clase alta para experimentar con
tal suerte que en el Volumen Femenino los la masturbación, el petting premarital, el
factores más importantes sean: el religioso coito en diferentes posiciones y el sexo oral;
—por ejemplo, las mujeres piadosas tienen así como para tener más tipos de juegos pre-
mucha mayor dificultad para obtener orgas- liminares y tomarse más tiempo en ellos. Por
mos— y, en menor medida, el factor gene- el contrario, las clases más bajas tendrían
racional —las mujeres nacidas después de relaciones coitales más directas, en la con-
1900 tienen mayor incidencia en todas las vencional postura del misionero y con menos
formas de descarga excepto en la actividad y más breves juegos preliminares —aunque
homosexual: el doble de relaciones prema- no con menos orgasmos femeninos—. O,
trimoniales y significativos mayores por- dicho con palabras de Robinson:
centajes de masturbación y de relaciones
extramatrimoniales; también habría menos “Las diferencias principales se refieren al tipo
esposas frígidas entre las más jóvenes—. de descarga y al estilo de la ejecución (...)
Sin embargo “en términos de frecuencia, Dicho groseramente el pobre copula y el rico
las hijas no tenían más actividad que sus se masturba (…) el pobre difiere del rico en
madres.” (Robinson, 1976, p. 126). Esto es, su adicción a las relaciones prematrimonia-
distribuían sus descargas en más tipos, pero les, a la prostitución y a la homosexualidad
mantenían un similar “total sexual outlet”. (…) Entre los 16 y 20 años los chicos con
educación elemental tenían siete veces más
El otro de los aspectos más novedosos y relaciones prematrimoniales que los univer-
sobresalientes de la investigación de Kinsey sitarios y una variedad mucho más amplia
gira en torno a las importantes diferencias de compañeras (…) acudían tres veces más
sexuales entre las clases sociales, afirmando a prostitutas y tenían cuatro o cinco veces
que tendrían modelos de comportamiento más experiencias homosexuales (…) y, una
sexual del todo diferentes. vez casados, eran más promiscuos en los
36
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
En cuanto a la técnica de los juegos previos el orgasmo casi cada vez que tenían coito
al coito, y en orden decreciente, el Volumen (VF, p. 377 y 383), mientras que el 10% de
femenino (p. 361) presenta los siguientes mujeres de su muestra nunca había llegado al
porcentajes: besos labiales (99,4%); estimu- orgasmo en el coito (VF, p. 408). Alrededor
lación manual de los senos femeninos (98%); del 50% de las mujeres había experimentado
estimulación manual de los genitales feme- el orgasmo antes de los 20 años y alrededor
ninos (95%); estimulación oral de los senos del 90% lo había experimentado por vez pri-
femeninos (93%); estimulación manual de mera a los 35 años (VF, p. 513). El 14% de
los genitales masculinos (91%); besos pro- sus mujeres tenían orgasmos múltiples (VF,
fundos (87%); estimulación oral de los geni- p. 375).
tales femeninos (54%); estimulación oral de
los genitales masculinos (49%). Respecto a la multiorgasmia masculina, el
Volumen Masculino (p. 233) informaba que
Y en cuanto a la duración de los tales juegos entre un 15-20% de los hombres eran capa-
los Kinsey Data (Gebhard y Johnson, 1998, ces de repetir el orgasmo en un período de
p. 364) informan que el 18,5% de varones tiempo limitado en su adolescencia y pri-
y el 20,7% de mujeres informaron que tales mera juventud, si bien la mayoría de ellos
preludios se prolongarían entre 3-7 minu- había perdido esta capacidad hacia los 30
tos; el 19,5% de hombres y el 21,2 % de años.
mujeres, entre 8-12 minutos; el 19,1% de
varones y el 13,8% de mujeres entre de 13- En relación a los sueños eróticos y los orgas-
17 minutos. mos nocturnos, el Volumen Femenino (p.
196) informa que el 37% de las mujeres
Según reflexiona Kinsey en el Volumen había experimentado orgasmos durante sue-
Femenino (p. 687), los hombres serían más ños de contenido erótico. En el Volumen
sensibles a la estimulación visual e imagina- Masculino, Kinsey ya había informado que
tiva y más dados a prácticas sexuales como el 83% de los hombres habían tenido emisio-
relaciones extramatrimoniales, sadomaso- nes nocturnas acompañadas o no por sueños
quismo, fetichismo y travestismo. Por otro eróticos (p. 518 y 199). Según se afirma en
lado las mujeres se distraerían más frecuen- el Volumen Femenino (p. 200), la frecuencia
temente perdiendo la excitación. de los orgasmos femeninos nocturnos habían
permanecido bastante constante para las
7.3. Orgasmo mujeres casadas de todas las edades: desde la
adolescencia hasta los 50 años, mientras que,
En su Volumen Femenino, Kinsey informó en el caso de los hombres, la frecuencia más
de la enorme diversidad femenina en relación alta, 70%, se produjo en la adolescencia, dis-
a la frecuencia orgásmica. Así, desde mujeres minuyendo en la treintena.
casadas que nunca habían experimentado el
orgasmo, hasta mujeres que habían tenido Los datos ofrecidos en el Volumen Mascu-
uno o dos orgasmos durante toda su vida, lino (p. 190) sobre las fuentes de la primera
pasando por mujeres que sólo lo alcanzaron eyaculación masculina indican que en el
después de veinte años de matrimonio, muje- 68,2% de las veces ocurrieron por mastur-
res que dejaron de tener orgasmos después bación solitaria, el 13,11% por emisión
de muchos años de relación matrimonial o nocturna involuntaria, el 12,53% por coito
también mujeres que podían tener orgasmos heterosexual y el 4,33% por alguna forma
múltiples —una docena o más—. Según los de contacto homosexual. En torno a esta
datos de este trabajo, entre el 40-50% de su misma cuestión de las fuentes del primer
muestra de mujeres decían que alcanzaban orgasmo femenino, el Volumen Femenino
38
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
(p. 545) ofrece los siguientes datos: 40% la “mujer anteriormente”. Kinsey estimaba
masturbación, 27% coito, 24% petting que un 70% de la población masculina uti-
prematrimonial, 5% sueños nocturnos, 3% lizaba exclusivamente la posición coital del
contactos homosexuales, 1% otras fuentes. “hombre encima” (p. 578), aunque en la
En los varones la media máxima de orgas- submuestras de varones escolarizados encon-
mos se produciría entre los 16 y 20 años tró un 35% de “mujer encima” (p. 372). En
(VM, p. 226), así que, con seguridad, el la muestra de mujeres (VF, p. 400), encon-
pico máximo de actividad orgásmica mas- tró que: el 100% habían practicado el coito
culina se produciría antes de la convivencia con el “hombre encima”, el 45% con la “mujer
matrimonial. encima”, el 31% en posiciones laterales, el
15% con inserción posterior, el 9% con la
7.4. Coito mujer sentada y el 4% con la mujer de pie. Y
en esta misma obra (p. 665) informó que el
Según se indica en los Kinsey Data (Gebhard 40% de los varones y el 19% de mujeres pre-
y Johnson, 1998, p. 267), la edad del primer ferían que el encuentro erótico se celebrase
coito masculino era: 20,9%, a los 16 años; con algo de luz.
10,7% a los 17 años; 11,5% a los 18 años;
10,8% a los 19 años. Todo ello implica que 7.5. Relaciones amatrimoniales
el 46,1% restante tuvo su primer coito con
20 o más años. Y el primer coito femenino: En cuanto a las relaciones sexuales prematri-
6% a los 16 años; 4,9% a los 17 años; 9,1% a moniales —y dependiendo del nivel econó-
los 18 años; 11,2% a los 19 años, con lo que mico—, en el Volumen Masculino (p. 550)
el 68,8% restante tuvo su primer coito con se informaba que entre el 67 y el 98% de
20 o más años. los hombres las había tenido. Incluso que un
68% de los varones ya había experimentado
En su Volumen Masculino (p. 580), Kinsey el coito prematrimonial a los 18 años. En
estimaba que tres cuartas partes de los hom- cuanto a las mujeres, el Volumen Femenino
bres eyaculaban 2 minutos después de iniciar (p. 333) informa que aproximadamente el
el coito, lo cual suponía una frecuente fuente 50% de las mujeres norteamericanas habían
de conflictos conyugales. Sin embargo, en tenido relaciones sexuales coitales antes del
los Kinsey Data (p. 373) resultaba que sólo el matrimonio. Kinsey estimó que el hombre
17,6% de los hombres —que eran un 22,8% medio norteamericano había tenido unos
según las mujeres— eyaculaba en menos de 1.500 orgasmos antes del matrimonio mien-
2 minutos después de la intromisión, mien- tras que la mujer media habría tenido unos
tras que el 22,9% —19% según las muje- 250 (VF, p. 526).
res— lo hacían en 10 o más minutos. Si bien
el 47,6%, —o el 52,6% según las mujeres— Además, según estimaciones de Kinsey pre-
había eyaculado en menos de cinco minutos sentadas en ambos Informes (VM, p. 587;
en su primer coito. Por otro lado, según los VF, p. 416), el 50% de los hombres y el 26%
datos ofrecidos en el Volumen Femenino de las mujeres casadas tenían alguna expe-
(p. 351), la frecuencia de coito marital era riencia extramarital en algún momento de
de 2,8 veces a la semana —veintena—; 2,2 su vida matrimonial. Volviendo sobre este
veces a la semana —treintena—; y 1,0 veces mismo asunto extramatrimonial, los Kinsey
a la semana —cincuentena—. Data (Gebhard y Johnson, 1998, p. 400)
informaban que el número de parejas sexua-
En cuanto a las posturas coitales referidas en les extramaritales, sin contar los servicios
el primer volumen, la más frecuente era el obtenidos mediante prostitución, durante el
“hombre encima” y la variante más común primer matrimonio fue para los varones: el
39
Joserra Landarroitajauregi Garai
sus bases fundacionales eran: “... promover directora June Reinisch, el Instituto mudó
y continuar la investigación sobre compor- su ubicación trasladándose a Morrison Hall
tamiento sexual humano; aceptar, mantener, y cambió de nuevo el nombre para conver-
administrar y gestionar los diversos materia- tirse en el actual “Kinsey Institute for Research
les de investigación, la biblioteca, las histo- in Sex, Gender and Reproduction”, con el obje-
rias de casos y otros materiales diversos rela- tivo explícito de ampliar y reflejar mejor su
cionados con el proyecto”. campo de investigación.
En este tiempo se publicaron obras como Puede decirse que a lo largo de sus 61 años
Pregnancy, birth and abortion (Gebhard et al., de existencia, el Kinsey Institute ha sido la
1958), Sex offenders: An analysis of types (Geb- mayor y la mejor herencia del fenome-
hard et al. 1965), Sexual deviance (Gagnon y nal Alfred Kinsey. Sin ninguna duda esta
Simon, 1967), The sexuality of women (Geb- institución ha preservado su legado en
hard et al., 1970). Todos ellos pretendieron lo mejor y en lo peor que Kinsey ofreció,
ser científicamente excelentes, pero dirigidos continuando con la recolección de más y
al público general. mejores “frutos sexuales”, pero negándose
a la confección de un “cesto” disciplinar
Tras la jubilación de Gebhard el puesto fue sexológico.
ocupado por la psicóloga June M. Reinisch,
que había investigado la influencia prenatal
de drogas y hormonas en la diferenciación Parte tres:
sexual y el desarrollo psicosexual. Introdujo La episteme de Kinsey
la investigación psicobiológica al Instituto
y apostó decididamente por la interdiscipli-
nariedad —obviando la disciplinariedad—, 1. Introducción
la salud sexual, el género y la reproducción.
Asímismo, cambió la política mediática de Como se ha repetido a lo largo de todo este
Gebhard y volvió a poner al Instituto en la trabajo, Kinsey estaba en lo más alto de
lógica de los media; incluso con una columna su reputación científica cuando comenzó
semanal con consultorio sexológico en un con la investigación sexual; se sentía muy
periódico. Dejó su cargo en 1993, con lo que seguro de sí mismo como investigador y
su subdirectora, Stephanie A. Sanders, fue como estadístico, tenía prestigio como
nombrada Directora interina hasta que en docente y era autor de varias publicaciones,
1995 se designó a John Bancroft. pero no era ni quiso ser un teórico. Al
respecto Robinson afirma: “Alfred Kinsey
En el siguiente periodo de nueve años, entre apenas es tomado en serio como pensador.
1995 y 2004, el Instituto fue dirigido por En contraste con Havellock Ellis y Sid-
el psiquiatra John Bancroft, cuya política ha mund Freud, que disfrutan de una buena
sido básicamente continuista de la de Rei- reputación como teóricos, Kinsey general-
nisch —especialmente en lo interdiscipli- mente es relegado a la categoría de atrevido
nario— excepto en lo que hace relación al empirista (…) [desde luego] no demanda
público en general y a su educación, pues nuestra atención por la profundidad o la
Bancroft consideró que la misión del Insti- elegancia de su pensamiento.” (1976, p.
tuto debía centrase en la comunidad cientí- 59). De ahí que pueda considerarse un atre-
fica y académica, además de promover que vimiento, incluso una provocación, hablar
políticos y legisladores faciliten el estudio de la episteme de Kinsey dada su condición
científico de la sexualidad y del género. Ban- ateórica y anepistémica. Desde luego no fue
croft ha resultado ser el director más intere- un hombre de ideas y teorías, sino un hom-
sado por los aspectos teóricos y conceptuales bre de investigación de campo, de datos y
del estudio del sexo. de estadística. Ahora bien, no es posible
ser anepistémico, aunque se pretenda. Cono-
Finalmente, desde el año 2004 y hasta la cida o no, consciente o no, elaborada o no,
actualidad, el Instituto está dirigido por la siempre hay una episteme. Aunque sea la
Dra en Psicología Clínica Julia Heiman, elemental episteme de lo cotidiano o una epis-
que es también Profesora del Departamento teme pragmática y antiteórica, cual fue su
de Psicología de la Universidad de Indiana. caso.
43
Joserra Landarroitajauregi Garai
tico, era un neófito en materia de sexuali- sobre la relación entre conducta sexual y la
dad humana. Hasta aquel curso del 38 ni salud mental no tenían validez alguna. En
siquiera había manifestado especial interés este sentido, intuyó perfectamente que la
por el tema, así que su formación sexológica conexión sexo/salud producía una construc-
autodidacta comenzó cuando tenía 44 años y ción teórica en la cual las conductas sexuales
un cerebro ya amueblado y formateado. Ahora efectivamente realizadas en la intimidad de
bien, con el mismo ímpetu y avidez con el la alcoba no tenían cabida alguna. De hecho
que recababa y compilaba información sobre Kinsey entendió que el “sexo real” caminaba
comportamiento sexual humano, fue hacién- por sendas diferentes de las dictadas por la
dose con la mejor biblioteca sobre temática moral y la salud. En este sentido, en el Volu-
sexual que en aquellos tiempos era posible, men Masculino afirma: “no se puede insistir
y recabando la mayor masa de información en que cualquier alejamiento de las costum-
sexual de la que fue capaz. Pues tesón, curio- bres sexuales tradicionales o cualquier par-
sidad, sacrificio y entrega fueron valores que ticipación en actividades socialmente tabúes
nunca le abandonaron. supongan neurosis o psicosis. Los casos estu-
diados demuestran que la mayoría de los
Sin embargo, adoleció del prejuicio del individuos que participan en estas activida-
adanismo, suponiendo que, en el mejor de des están perfectamente integrados social-
los casos, el conocimiento científico del mente.” (VM, p. 201).
sexo habría comenzado unas décadas antes
con Krafft-Ebing, Mantegazza o Forel. De Respecto de Freud y el psicoanálisis, se asom-
hecho, despreció todo conocimiento anterior braba de cómo —en coherencia con Krafft-
al siglo XIX y fue bastante escéptico y crí- Ebing y con el orden moral imperante— se
tico con el trabajo de la mayoría de sus ante- obstinaban en considerar la masturbación
cesores en la investigación sexual. Especial- como una enfermedad, una inmadurez o un
mente desdeñó la catalogación paracientífica sustituto en contradicción con los datos a los
y prejuiciada de Krafft-Ebing al que consi- que él estaba teniendo acceso. Así que, en
deraba el pionero en esta materia. Conoció contra de la opinión psicoanalista que con-
la obra de Freud, aunque la consideró bien sideraban la masturbación adulta como un
poco y la criticó mucho; procedente de una indicio de inmadurez psíquica y una fijación
tradición científica empirista, desconfiaba narcisista de la libido, Kinsey fue un tenaz
de las impresiones subjetivas y no probadas defensor del autoerotismo y afirmó rotunda-
del psicoanálisis. De hecho, mantuvo con- mente que la masturbación era totalmente
troversias públicas con los primeros psicoa- inocua con independencia de la frecuencia,
nalistas y muy especialmente con Stekel. Su condición o edad a la que se realizase; incluso
obra contribuyó sobremanera a desmontar que, especialmente la femenina, sería bené-
la denominada Teoría hidráulica de Freud fica pues “la chica que no se haya mastur-
—demostrando que era incierto que la exce- bado se halla en posición de seria desventaja
siva actividad sexual juvenil produjese dis- sexual.”(VF, p. 172). Más aún, indicó que
minución de la vida sexual adulta o que la la masturbación sólo es patógena cuando se
masturbación decrementase el coito— así reprime, señalando que había visto daños psí-
como la doctrina de la sublimación, según quicos tremendos precisamente en personas
la cual la represión sexual generaría cultura, que habían intentado, en vano, abandonarla.
creatividad, genio, etc. Una idea ésta recurrente en su obra (VM, p.
503-506 y 513-514; VF, p. 167-170).
Además, en coherencia absoluta con las
ideas de la primera generación de sexólo- Kinsey atribuyó la aversión freudiana a la
gos, consideró que las afirmaciones de Freud masturbación a sus reminiscencias talmúdi-
45
Joserra Landarroitajauregi Garai
cas advirtiendo que “muchas de las actitudes últimos años de su vida, sí conoció la inter-
sexuales actuales son cuestiones establecidas sexualidad y los estados intersexuales a través
por la filosofía religiosa de los autores del de la obra de Gregorio Marañón —a quien
Antiguo Testamento.” (VM, p. 415). Final- llegó a visitar personalmente en Madrid—.
mente, también en contra de las tesis freu-
dianas, afirmó que “las paredes vaginales Finalmente también conoció la obra de la
carecen de terminaciones nerviosas por lo incipiente Antropología cultural, mostrando
que no existe razón para creer que la pene- abiertas discrepancias con Malinowski y
tración es lo más importante para la satis- Margaret Mead con la que discutió públi-
facción femenina”, así que rechazaba rotun- camente. Según relata Bullough, Mead le
damente la teoría freudiana de la inmadu- acusó de hablar sólo del sexo y de no abordar
rez del orgasmo clitórico y denunciaba la temas como el amor o la maternidad. Kinsey
“imposibilidad biológica” de la transferencia con su reactiva rotundidad le contestó que
evolutiva del clítoris a la vagina (VF, p. 162, él pretendía estudiar el sexo y no el amor
580-584, 592 y 632). Vistas las cosas desde (Bulloug, 1994. p. 168).
hoy, puede afirmarse que en esta pugna entre
el teórico Freud y el empírico Kinsey, el empi-
rismo ganó por goleada. 4. Reactividad epistémica
En cuanto a los sexólogos, conoció y estimó La reactividad no fue en Kinsey sólo una
la obra de Moll y de Bloch, y también característica biográfica, sino también una
conoció la obra de Havellock Ellis, del cual referencia intelectual. De ahí que sea tan
recelaba por lo que consideraba excesiva fácil encontrar en su trabajo muestras de
pudibundez ya que no realizaba entrevistas animadversión hacia el marco epistémico
personales “cara a cara”, mientras que sí se del puritanismo protestante y victoriano en
documentaba epistolarmente. Sin embargo el que había sido rígidamente educado. Los
no es difícil reconocer a Havellock Ellis referentes axiomáticos del tal marco fueron,
en muchas cuestiones centrales del pensa- sustancialmente, los siguientes: a) una con-
miento de Kinsey: el no enjuiciamiento, la cepción epistémica antisexualista, proce-
tolerancia, la empatía, la comprensividad, dente de la tradición hebrea y luego Patrís-
el desprecio de las pocas miserias frente a la tica, que conocemos como tesis antiséptica
consideración de las muchas riquezas sexua- según la cual Sexus es igual a sepsis —con-
les, su decidida apuesta por sacar el sexo de taminación, suciedad, vileza, bajeza, inmo-
las garras de la Moral, la Ley y la Salud, la ralidad—; b) una concepción paradigmática
idea de que las cosas adquieren otra dimen- del binomio Amor/Sexo por el cual ambos
sión tras ser comprendidas, el concepto de conceptos son antagónicos y están unidos
continuum, etc. por el que denomino vínculo detergente, de
suerte que las gracias del primero limpian
Asimismo, en consonancia con Freud y Moll, las indignidades del segundo; c) una exalta-
y pese a su reconocido y coherente talante ción del arquetipo amoroso ágape que, aun-
hemofílico3, mostró manifiesto desdén por la que es en origen griego, una vez latinizado y
declarada y militante condición homosexual cristianizado como caritas, se torna en amor
de Hirschfeld que, a su juicio, le impedía ser sacrificial, entregado, empático, incondicio-
un científico objetivo. Si se hubiese dejado nal, desapasionado, casto y altruista; siendo
influir por este genial homosexual, habría nombrado por sus valedores como Amor
dado con el concepto de intersexualidad que le Verdadero; y d) una concepción axiomática
hubiese supuesto un alimento epistémico del del Matrimonio en tanto que Sacramento del
que estaba necesitado. De hecho, y ya en los Amor y la Progenie.
46
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
Con más o menos combatividad, Kinsey reac- sexológica previa, no tirase nunca del hilo
cionó contra estos cuatro referentes epistémi- erótico; hilo que podríamos considerar pla-
cos. Pero fue especialmente combativo con las tónico y aristofánico del diosecillo griego
derivaciones de la tesis séptica, afirmando taxa- de las flechas. Esto resulta especialmente
tivamente que el sexo no es sucio, ni malo, llamativo respecto de su patoso manejo de
ni bajo, ni nocivo, ni indigno, ni animal; y la cuestión del binomio Amor/Sexo. Res-
afirmando que tanto su realización como pecto a él, Kinsey quiso ser reactivo; pero,
su investigación, son actividades humanas queriéndolo negar, quedó atrapado en él. Por
sumamente dignas. Incluso excelsas. razones metodológicas pretendió investigar
un sexo —conducta objetiva— despojado de
Parecería, así lo afirman sus detractores, que amor —emoción subjetiva—; y por razones
Kinsey se adscribiría a la tesis sexual hedó- ideológicas quiso dar dignidad a un sexo que
nica según la cual el Sexo es sustancialmente: no necesitaba de la acción detergente del amor.
hedonia, ludus, climax, libídine, sensuali- Pero se enredó tanto en esta madeja bino-
dad, voluptuosidad; o, en términos reactivos: mial que, reactivamente a quienes necesita-
lujuria, lascivia, concupiscencia, impudicia, ban cubrir de amor al sexo para limpiar lo que
desenfreno, liviandad o incontinencia. Pero, aquel ensuciaba, acabó desnudando al sexo de
definitivamente, Kinsey nunca se adscribió, todo rasgo amoroso y amatorio. Y tanto se des-
de ningún modo, a la tesis hedónica. O, a orientó sobre este asunto que acabó por dese-
lo sumo, sería un hedonista de perfil muy rotizar la misma conducta erótica que estaba
bajo. Pues si bien fue un decidido orgasmi- investigando. Seguramente porque consi-
cista, la hedonia de su orgasmo se resuelve deró agápica y puritana cualquier mención
siempre en términos pragmáticos de des- al amor, acabó perdiendo el hilo de eros y se
carga, alivio o relajo; y en su discurso nunca enmadejó en las redes del tramposo binomio.
hubo cabida para la exaltación de los gozos Algunas de sus polémicas, por ejemplo con
sensuales de la carne, de las exquisiteces de Margared Mead, giraron sobre esta cuestión.
la libertina transgresión o la afirmación del Y, aunque Kinsey nunca lo entendió, Mead
libre albedrío y la caprichosa voluntad. Muy y otros no le estaban hablando de ágape, sino
al contrario, el hilo de su discurso está tru- de eros.
fado del referente conceptual de la Necesidad
que aunque se disfrace de un oblicuo outlet, Llegados a este punto, conviene detenernos
se presenta como exigencia, obligación o para presentar las cuatro formas del amor
menester; como apetito natural; y apunta griego perfectamente distinguidas en la
a las condiciones previas de ahogo, apuro o época clásica mediante cuatro términos con
aprieto. De ahí que su visión del climax sea, una doble formulación sustantiva y verbal
sobre todo, resolutiva, casi en términos de —una para el amor sustantivo como noción
excreción, evacuación, o deposición de la tal intelectual y otra para el amar verbal como
picazón o comezón previas. Respecto de esto acción emocional—. Así la Grecia Clásica
no estuvo demasiado lejos de aquel esquema distinguió los sustantivos y verbos: phi-
“tumefacción/detumefacción” que con abso- lia —y philein—, eros —y eran—, ágape
luto desprecio y lejanía de la hedonia usa- —y agapan— y storgé —y stregein—. Los
ron los sexólogos de la primera generación. cuales, respectivamente, significarían: el
Como afirma Robinson , “nadie ha asociado amor de la amistad, el respeto, el aprecio, la
de manera más evidente la experiencia sexual atracción y la consideración que era philia;
con el desapasionamiento.” (1976, p. 145). el amor ardiente, romántico, apasionado y
carnal nacido del deseo que era eros; el amor
En cualquier caso, sorprende que el prosexua- entregado, abnegado e incondicional que era
lista Kinsey, en contradicción con la tradición ágape; y el amor afectivo, tierno y familiar
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Joserra Landarroitajauregi Garai
que era storgé. Con posterioridad el cupidi- res le acusan de socavar la matrimonialidad,
tas latino se correspondería con aquel eros lo distorsionan indisimuladamente, pues
griego; y el caritas latino, con aquel ágape diciendo “matrimonio” se refieren a “sacra-
griego. Todas las formas de ortodoxia reli- mento”. Aquí sí que encontramos severas
giosa cristiana han tirado del hilo de ágape diferencias entre el pensamiento de Kinsey
—o mejor, de caritas— para hablar del amor y la tradición puritana cristiana, pues es del
divino. Y para el cristianismo ágape ya no es todo cierto que Kinsey mostró abierta sim-
tanto una emoción, cuanto una voluntad, un patía por las relaciones prematrimoniales y
principio, un valor y un mandato. En su pro- aversión a la prescriptividad de la virginidad
pia episteme: un Mandamiento. matrimonial; asímismo fue condescendiente
con las relaciones extramatrimoniales.
Me temo que Kinsey no indagó demasiado
sobre este asunto. Pero curiosamente la Kinsey defendía las relaciones sexuales pre-
forma del amor griego que se deja entrever matrimoniales, con petting y mutua mastur-
en el pensamiento de Kinsey no es ni una ni bación; alegando que “contribuían al éxito
otra: es storgé. Puede afirmarse que la formu- sexual matrimonial” (VF, p. 328). Asimismo,
lación del amor que le resulta cercana y ama- consideraba la abstinencia prematrimonial
ble, con la que Kinsey operaba, es el amor como algo anormal y del todo ajeno a la
afectivo, práctico, controlado, tierno, cola- naturaleza humana —antinatural—, subra-
borador, desapasionado y amistoso que trae yando que casi todas las culturas sin tradi-
storgé. Al este respecto observa Robinson: ción judeocristiana consentían o fomentaban
“Entendía el matrimonio en término prag- tales relaciones. Del mismo modo conside-
máticos (...) como un acuerdo conveniente raba que, en ocasiones, las relaciones extra-
para la satisfacción regular del deseo sexual. matrimoniales, si no había gran implicación
«Conveniencia» es la palabra que más uti- afectiva, podían servir para mejorar el “ajuste
liza para describir las ventajas del matrimo- sexual matrimonial”. Además, Kinsey consi-
nio.” (1976, p. 101). Todo lo cual nos lleva deraba que tal ajuste era determinante para la
al cuarto punto de su reactividad: la cuestión estabilidad matrimonial y, viceversa, estando
matrimonial y los referentes sacramental el desajuste sexual entre las causas de ruptu-
y progenitor de la formulación cristiana. ras y sufrimientos matrimoniales.
son la norma; d) por estudiar explícitamente adjetiva y no sustantiva; y era una cuestión
las diferencias sexuales a propósito del com- de método y no de episteme.
portamiento erótico y de la percepción del
mismo; y e) por contribuir sobremanera a la Quizás por ello, Kinsey nunca conectó con
dignificación y al conocimiento del estudio la que fue clave nuclear de aquella naciente
científico del sexo. Sexología del otro lado del Atlántico: los
estados intersexuales y la intersexualidad.
Ahora bien, esta misma comunidad sexo- Luego tampoco siguió de cerca lo que des-
lógica que le estima y le elogia, también se pués se conocería como proceso de sexuación
muestra crítica con él por cuatro motivos: a) o de diferenciación sexual, que se encontraba
su reduccionismo que contribuyó a constre- en sus albores con lo que, entonces, llama-
ñir el sexo —lo sexual— al comportamiento ban quimismo sexual. En los tiempos en los
erótico; la conducta erótica al logro orgás- que él investigaba se estaban poniendo los
mico; y el encuentro amatorio a su expresión cimientos de la posterior Sexología endo-
genital; b) por su empirismo conductista crinológica, pero Kinsey desconfiaba de la
que sólo consideró el “sexo que se hace” en importancia que empezaba a concedérsele a
detrimento del “sexo que se tiene” —caracte- las gónadas y a sus producciones hormona-
res sexuales, afectos, simbolismo subjetivo, les en relación a la sexualidad, pues consi-
etc.— y el “sexo que se es” —sexuación, iden- deraba que la conexión gónada-sexo era sólo
tidad, etc.—; c) por su anepistemia y su des- de “proximidad local”; así que, sobre esta
interés teórico en general; y d) por su nulo cuestión, su proverbial visión anticipatoria
compromiso sexológico por la constitución no estuvo muy fina. Sin embargo, en el Volu-
de una Ciencia de los Sexos. men Femenino (p. 711) predijo diferencias
sexuales neuronales y encefálicas, al punto
Curiosamente, Kinsey, el más insigne inves- que llegó a suponer, usando una fórmula que
tigador sexual de su tiempo y paladín del luego ha tenido mucho éxito, un “cerebro
estudio científico del sexo, nunca estuvo femenino”.
muy interesado por la Sexología a la que
apenas mencionó y nunca consideró. De Otro aspecto en el que se adelantó a su
hecho, su fórmula de relacionar sexo y cien- tiempo fue el concepto de “desajuste” o
cia era inequívocamente la de “investigación “incompatibilidad” que después retomarían
sexual”. Este extremo no es casual. Él era y se y desarrollarían Masters y Johnson en aque-
tenía por investigador, siendo su referente la lla “inadecuación” que abriría su nuevo ars
investigación. Lo sexual era para él una cues- amandi terapéutico. De hecho, el interés cen-
tión del todo adjetiva. Así que se interesó tral del Volumen Femenino reside precisa-
mucho por estudiar el sexo científicamente, mente en conocer y ofrecer material sobre las
pero no mostró interés alguno por contri- diferencias de la sexualidad de los hombres y
buir o constituir una Ciencia que estudiase las mujeres, así como de los malentendidos,
el sexo. De hecho, aunque no fue ese su pro- conflictos y tensiones interpersonales que de
pósito consciente, alimentó lo que Amezúa tales diferencias y desajustes se derivan.
(2003) ha llamado “el sexo sin Sexología”, que
en su caso sería el sexo científico sin Ciencia
del Sexo. Evidentemente no es lo mismo el 6. El objeto epistémico de Kinsey:
“estudio científico del sexo” que la “Ciencia que los “frutos sexuales” científicamente
estudia el Sexo”. El sexo en los dos casos es estudiados
estudiado científicamente, pero en uno con
Episteme y en el otro sin ella. Sin embargo, El objeto de estudio de Kinsey fue siempre
para Kinsey lo científico era una cuestión el “sexo que se hace”, al cual, con atrevido des-
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Joserra Landarroitajauregi Garai
repetidamente afirmó que la emisión de jui- “...el lector puede observar posturas morales
cios morales no era tarea del científico. Los oblicuas que van desde la indignación sobre
ejemplos son muchos: “La conveniencia la represión de minorías sexuales a la iró-
moral de eliminar la masturbación es una nica condescendencia para desengañar a su
cuestión que los científicos no están cua- público sobre la supuesta rareza de prácticas
lificados para juzgar” (VM, p. 513); “Si el tomadas por inmorales o ilegales (…) [Sin
petting premarital es bueno o malo es una embargo] la tendencia fundamental de la
cuestión moral que un científico no tiene ideología de Kinsey es la tolerancia. Repeti-
ninguna capacidad para juzgar (…) pero si el damente subraya la necesidad de la compren-
petting premarital puede servir a un mejor siva aceptación de la gente tal y como es y la
ajuste matrimonial sí es una materia que el necesidad de reconocer los límites de la capa-
científico puede medir” (VM, p. 546); “... cidad del hombre de modificar su conducta
como científicos hemos renunciado a nuestro sexual (...) Parece no habérsele ocurrido que
derecho de hacer evaluaciones [morales] (...) tal insistencia en la tolerancia es ya un juicio
cuando uno hace un estudio científico de una moral. Para él moral implicaba invariable-
población humana no le queda otro camino mente condena.” (Robinson, 1976, p.67)
que abstenerse de la discusión de todas las
cuestiones socialmente polémicas”(VM, p. Luego puede afirmarse que, aunque no hizo
57). Pero finalmente resultó que no se abs- juicios morales, sí tuvo juicio moral. No
tuvo y, contrariamente a lo afirmado, sí dis- enjuició, pero tuvo juicio. Tanto que, como
cutió y emitió juicios morales sobre muchas sus detractores críticamente subrayan, con
cuestiones socialmente polémicas. sus claros y sus oscuros, fue un precursor, un
pionero o un visionario de la actual moral
Sin embargo, y seguramente por razones bio- sexual científica, laica y democrática, que ya
gráficas bien entendibles, Kinsey sentía cierta es mayoritaria en los países occidentales.
aversión al juicio moral religioso. Tanto que
llegó a confundir el juicio moral con el com-
bativo enjuiciamiento —y la consecuente 9. Legislación y política sexual
condena— del furibundo moralismo. Como
él se negaba explícitamente a toda forma Una de estas cuestiones polémicas en las que
de condena moral, tendía a considerar que Kinsey no iba a entrar, pero en la que repe-
no emitía “juicios morales”. Sin embargo, tidamente entró, fue el asunto del sexo y las
su obra está llena de moral. Por lo tanto la leyes norteamericanas. Seguramente porque,
supuesta inmoralidad o amoralidad de Kin- en su tiempo, prácticamente todas las formas
sey es otra quimera de sus detractores. de sexualidad no matrimonial eran ilegales
en los USA, y algunas, como la felación o el
Ahora bien, la moral de Kinsey no era de coito anal, lo eran, al menos en algunos esta-
condena, sino de aceptación, de empatía y de dos, incluso dentro del matrimonio.
comprensión; no era religiosa, sino laica; no se
basaba en la Religión —Verdad revelada—, Kinsey informó en su Volumen Masculino
sino en la Ciencia —Verdad descubierta—; que menos de la mitad de los orgasmos
y desde luego era una moral filosexual —de alcanzados por los hombres estadouniden-
respeto y consideración hacia lo sexual— y ses se producían en el coito matrimonial con
no misosexual —de aversión y odio hacia lo sus esposas, luego que más de la mitad de
sexual—. Pero, aunque él lo negase, era una tales eyaculaciones ocurrían por fuentes y
moral. Y además, una moral sexual. Más medios “socialmente reprobables e incluso
aún, la moral sexual que décadas después ha penalmente penados” (VM, p. 568). Al res-
prevalecido. Respecto a esto dice Robinson : pecto de esta cuestión afirmó en el Volumen
52
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe
Masculino que “Sobre un cálculo de nues- grado.” (1976, p. 72). Así que, para Kinsey
tros datos, puede asegurarse que al menos el “normal” y “anormal” no eran conceptos úti-
85 % de la población masculina más joven les aunque luego los usó, e incluso se
podría ser condenada por delitos sexuales si preguntó si tenían alguna cabida en el voca-
los funcionarios policiales fueran lo eficien- bulario científico. Él tenía una muy firme
tes que quisiéramos que fuesen.” (VM, p. idea de continuum por la cual afirmaba q
224). E, insistiendo sobre esa misma idea, ue “Ningún individuo tiene una frecuencia
señalaría que “... sólo alguna vez se detiene, sexual que se diferencie más que en un grado
se procesa o se condena a una diminuta frac- muy leve de las frecuencias de aquellos colo-
ción del porcentaje de las personas que están cados antes y después sobre la curva” (VM,
implicadas en comportamientos sexuales p. 199). Así pues consideraba que no había
contrarios a la ley (…) los culpables de algún categorías discretas en la Naturaleza y que
delito sexual que es banal e inocuo, a menudo no era posible definir las fronteras de tales
sufren consecuencias absolutamente despro- términos, salvo en claves de una moralidad
porcionadas en relación al daño causado por inhumana y falta de toda comprensividad.
su «crimen».” (VF, p. 18). De todo lo cual
concluye que “las leyes sexuales son inapli- Sin embargo, sí usó profusamente el término
cables porque están completamente fuera “natural”, en oposición a “antinatural” o “con-
de la realidad del comportamiento sexual tra natura” que usaban los moralistas, y que
humano” (VF, p. 20) y además “hay cuestio- es también una categoría discreta. La natura-
nes tan inconsistentes como la imposibilidad lidad dependía para Kinsey de si el compor-
de que un marido pueda ser acusado de vio- tamiento estaba o no presente en otras espe-
lar a su esposa, mientras que un matrimonio cies no humanas. En palabras de Robinson:
cometería un crimen por realizar sexo oral “el naturalismo de Kinsey era muy profundo
consensuado.” (VF, p. 322). (…) Nada era más característico en él que
su afición a los argumentos «de animalibus»
Así que formuló repetidamente un exhorto (…) las prácticas prohibidas eran naturales
en relación a la falta de coherencia y realismo porque estaban presentes entre los mamí-
entre unas leyes que supuestamente emana- feros (…) Kinsey rechazaba conceder al ser
ban del pueblo norteamericano, frente a los humano un lugar privilegiado en el orden de
usos y costumbres íntimos de este mismo los seres vivos.” (1976, p. 73-74). Creo que
pueblo. Como indica Robinson, Kinsey cuando Robinson dice profundo quiere decir
profesaba una especie de liberalismo sexual arraigado, porque el Naturalismo de Kinsey
basado en la máxima de que “la mejor polí- no era en absoluto profundo, si no más bien
tica sexual es la desaparición de toda política superficial e ingenuo.
sexual [pues] el índice de conducta sexual es
tan diverso, que cualquier intento de esta- Desde Aristóteles, el Naturalismo sexual
blecer niveles uniformes de actividad sexual es reproductivista, porque acaba por ver
es impracticable e injusto.” (1976, p. 69). la cópula, lo genital, la progenie, la espe-
cie o el gen egoísta como lo natural de la
naturaleza del sexo. Así que el Sexus, tras
10. Normalidad y naturalidad pasar por el filtro epistémico Naturalista,
se torna Genus. Sin embargo, el natura-
Como afirma Robinson, “El principal objeto lismo de Kinsey no fue reproductivo, sino
de su crítica fue la distinción entre sexuali- más bien hedónico. Si bien, como el otro,
dad normal y anormal. Por encima de cual- genitalista y centrado en la eyaculación o el
quier otra cosa —como Ellis— estableció orgasmo, atenuado por aséptico término de
que las diferencias sexuales eran cuestión de outlet, en alusión a desahogo, alivio o des-
53
Joserra Landarroitajauregi Garai
los mores sexuales actuales, ni de la Investi- mos otro mejor, sencillamente, porque nadie
gación Sexual, ni de la Sexología. Por no ser, ha vuelto a embarcarse —ni ha encontrado
ni siquiera fue el primer investigador sexual. financiación para hacerlo— en otra aventura
Todo lo más, fue uno de los primeros inves- investigadora tan vasta, ni con una metodo-
tigadores de la conducta erótica que, con logía de obtención de información tan certera
sus errores y limitaciones, con sus aciertos y y adecuada. Actualmente, sólo los clínicos
competencias, trató de ser todo lo riguroso acceden a este tipo de información íntima,
y veraz que pudo. Ofreció lo que ofreció; y pero sus muestras son mucho más pequeñas
precisamente porque lo hizo, y como lo hizo, y sesgadas. El resto de investigaciones están
podemos todavía hoy hablar de su trabajo casi siempre determinadas por sus propias
y de las reales o fingidas repercusiones del metodologías de obtención de datos —nor-
mismo. Kinsey trató, lo mejor que supo, y malmente encuestas, incluso telefónicas—.
según sus propias palabras, de “llenar el vacío
científico” en materia sexual. Probablemente Con toda seguridad, los datos Kinsey ya no
el vacío aún subsista. son actuales porque la sociedad norteame-
ricana que él investigó ya no existe. Aun-
Con todo, sesenta años después, los sexólogos que, en la intimidad de las sábanas, quizás
seguimos usando como referencia sus datos; los cambios no hayan sido ni tantos, ni tan
aunque, mucho menos, sus explicaciones. Y espectaculares. De ahí que sus datos nos
nos ocurre esto, no porque su trabajo fuese sigan sirviendo no ya para explicar aquel
inmejorable, sino porque, en su segmento, tiempo pasado, sino para seguir explicando
sigue siendo lo mejor que tenemos. Y no tene- nuestro tiempo presente.
Notas al texto
[1] La campaña que la Dra. Reisman está llevando a cabo contra Kinsey se llama RSVP America (Res-
toring Social Virtue & Purity to America). Su Página Web es: www.rsvpamerica.org.
[2] La traducción de outlet es complicada. Su primera acepción sería “salida”, pero en este contexto
podría traducirse como descarga, alivio o desahogo; incluso como orgasmo o eyaculación. En la
versión castellana del Volumen Masculino, se tradujo como “acto”. En La modernización del sexo,
de Robinson, se usó “descarga” que es la que uso. Al respecto de este término Robinson afirma “es
un concepto cuantitativo, moralmente indiferente y sin color” (Robinson, 1976, p. 145)
[3] Uso inadecuadamente este término como una concesión. Homofilia quiere decir “consideración
hacia lo propio” —que no “consideración hacia lo homosexual”—. Así mismo homofobia quiere
decir “desprecio o desconsideración hacia lo ajeno o extraño” —que no hacia lo homosexual—.
Gracias a estas concesiones y colonizaciones acabamos idiotizándonos.
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