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"Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean
hechas con amor."
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Manténganse siempre en estado de alerta, pero confiando en Cristo. Sean fuertes y
valientes, 14 y todo lo que hagan, háganlo con amor.
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Manténganse alerta y firmes en la fe; pórtense con valentía, sean modelo de
fortaleza. 14 Todo lo que hagan, háganlo con amor.
Introducción
En estos momentos, la exhortación del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto resuena con
renovado vigor: "Velad, estad firmes en la fe" (1 Corintios 16:13). Este llamado no es solo
un consejo, sino una necesidad urgente para cada uno de nosotros en nuestra jornada
espiritual.
1. Vigilancia Espiritual.
- Mateo 26:41 (RVR1960): "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la
verdad está dispuesto, pero la carne es débil."
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No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes están
dispuestos a hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.»
La vigilancia espiritual implica estar alerta a las artimañas del enemigo y ser diligentes en
nuestra vida de oración y comunión con Dios.
Como soldados del Señor, debemos estar preparados para resistir las tentaciones y
mantenernos firmes en la fe, confiando en el poder y la fortaleza que provienen de Él.
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Tu palabra es una lámpara, que alumbra mi camino.
3. Perseverancia en la Fe.
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Sigamos confiando en que Dios nos salvará. No lo dudemos ni un instante, porque él
cumplirá lo que prometió
Recordemos que nuestro Dios es fiel y que en su tiempo perfecto, cumplirá todas sus
promesas en nuestras vidas.
4. Amor como Fundamento:
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el
amor."
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Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá
sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor.
El amor es el sello distintivo del discípulo de Cristo. Nosotros, como creyentes, estamos
llamados a amarnos unos a otros como Cristo nos ha amado.
Que nuestro caminar en la fe esté marcado por un amor genuino que refleje la gracia y la
compasión de nuestro Señor.
Conclusión
Recordemos las palabras de Jesús en Juan 15:5 (RVR1960): "Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de
mí nada podéis hacer."
(Romanos 8:37). Que, en medio de las pruebas y tribulaciones, recordemos que somos más
que vencedores en Cristo Jesús
(Jeremías 17:7-8). 7¡Pero benditos sean aquellos que sólo confían en mí! 8 Son como árboles
plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la corriente, el calor no les causa
ningún daño, sus hojas siempre están verdes y todo el año dan fruto.
Y que en todo momento, nuestro testimonio y nuestro caminar reflejen la gloria y el amor
de nuestro Salvador. Amen.