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LA ABUNDANTE GRACIA DE DIOS

Lección 5

Permaneciendo en la gracia

Juan 1:16 dice: “De su plenitud todos hemos recibido gracia


sobre gracia”.

La gracia de Dios es infinita y él desea que permanezcamos en ella.

¿Cómo podemos permanecer en la gracia de Dios?

I.- Permaneciendo en el amor de Dios.

En Judas 1:21 el Señor nos exhorta a “mantenernos en el amor


de Dios”. Nuestra responsabilidad es permanecer en su amor sin
cuestionamientos ni dudas porque nada nos puede separar de él.

Romanos 8:38 dice: “Y estoy convencido de que nada podrá


jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni
ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras
preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno
pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las
alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la
creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está
revelado en Cristo Jesús nuestro Señor”.

Dios nos ha amado con amor eterno. Siempre nos ha amado y nunca
dejará de hacerlo. Podemos estar seguros de que su amor es
perfecto y desea que permanezcamos en él buscando su presencia,
leyendo su palabra y hablando con él todos los días.

II.- Fortaleciéndonos en el Señor-


Efesios 6:10 dice: “Fortalécete en el Señor y en el poder de su
fuerza”

*Fortalecer en su origen significa agarrarse o aferrarse de algo.

En la vida vamos a enfrentar adversidades y situaciones difíciles,


pero aferrados a Dios vamos a ser fortalecidos para vencer toda
asechanza.

Isaias 41:10 dice: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no


te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra”.

Isaías 40:31 “Pero los que confían en el Señor renovarán sus


fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán”.

Salmos 73:26 “Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero


Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna”.

Isaías 40:29 “Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del


débil”.

1 Crónicas 16:11 “¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza,


busquen siempre su presencia”.

Jesús es nuestra roca eterna y su palabra nuestra ancla firme. El


Espíritu Santo mora en nosotros y somos fortalecidos en el poder de
su fuerza.

“Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor, y en el


poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para
que puedan estar firmes contra las asechanzas del diablo”.
Efesios 6:10-11.
Debemos vestirnos de a armadura de Dios para permanecer firmes
en su gracia. Esta armadura nos equipa para vencer las
adversidades. ¿Cuál es esta armadura?

1.- El cinturón de la verdad ”Por tanto manténganse firmes y


fajados con el cinturón de la verdad”(Ef. 6:14)

El cinturón de la verdad comprende dos áreas de nuestra vida:


nuestro corazón y nuestra mente. La palabra dice en Romanos 12:2
que “no debemos conformarnos a vivir como vive el mundo,
(apartados de Dios), sino que seamos transformados y renovemos
nuestra mente para conocer cuál es la voluntad de Dios para
nuestras vidas. Nuestra mente es renovada y transformada a través
de la palabra de Dios. Conocer su palabra es conocer la verdad. Esta
verdad nos mantiene firmes y hace que las demás piezas de la
armadura funcionen.

Salmo 86:11 “Enséñame, Señor, tu camino para que camine yo


en tu verdad”.

2.- La coraza de justicia: "Revestíos con la coraza de justicia”


(Ef. 6:14)

La coraza de justicia es la nueva posición que Cristo nos ha dado a


través de su sacrificio en la cruz. Romanos 5:1 dice que “hemos
sido justificados, por la fe en la obra de Cristo, y ahora podemos
tener paz para con Dios”. El enemigo esta constantemente
bombardeándonos con mentiras y acusaciones, recordándonos
nuestros pecados pasados. Sin la coraza de justicia éstos
traspasarán hasta llegar a nuestro corazón. Tenemos que estar
seguros de nuestra nueva identidad en Cristo Jesús y con esta nueva
identidad en Cristo pelear la buena batalla de la fe.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.
2 Corintios 5:21.
3.- El calzado de la paz: “Y calzados con la disposición de
proclamar el evangelio de la paz” (Efesios 6:15)

El calzado de la paz nos permite avanzar en los propósitos de Dios


con libertad, sin temor. Es caminar en esa paz que Cristo ganó por
nosotros y estando dispuestos a proclamar el evangelio que salva,
justifica y redime a todo aquel que cree en Jesús como el Hijo de
Dios.

4.- El escudo de la fe: “Además de todo esto, tomen el escudo de la


fe, con el que pueden apagar todas las flechas encendidas del
maligno” (Efesios 6:16)

El escudo nos protege fisicamente, mientras que la fe puede


salvaguardar nuestras vidas espirituales. Debemos aferrarnos al
escudo de la fe, reconociendo que el poder de Dios es mas fuerte y
poderoso que cualquier adversidad que podamos enfrentar.

“Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo


que no se ve” Hebreos 11:1

Cuando enfrentemos problemas, podemos tener la certeza de que


Dios es bueno y su fidelidad es grande. Él cuida de nosotros y en él
podemos estar confiados. No debemos dar lugar a la duda, sino
mantener nuestros ojos en Cristo, el autor y consumador de la fe.
(Hebreos 12:2)

5.- El casco de salvación “Tomen el casco de salvación” (Efesios


6:17)

El objetivo del enemigo es llenar tu mente de duda y temor a través


de la mentira y el engaño. Quiere hacerte dudar de Dios y su
salvación. El casco protege nuestras mentes para que no dudemos
de la verdad de Dios.
“Nosotros que somos del día, estemos siempre en nuestro sano
juicio, protegidos por la coraza de la fe y el amor, y por el casco
de la esperanza de salvación” (1 Tesalonicenses 5:8)

6.- La espada del Espíritu “Tomen la espada del Espíritu, que es la


palabra de Dios”. (Efesios 6:17)

La espada es la única arma de ataque en toda la armadura, pero


también es un arma de defensa. Con la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios, tenemos todo lo necesario para enfrentar cualquier
ataque del enemigo. Necesitamos confiar en la verdad de la palabra
de Dios. Tener confianza en el poder de su palabra y llenarnos
constantemente de ella: meditar y vivir conforme a ella.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que


toda espada de dos filos” Hebreos 4:12-13.

La vida en Cristo es una carrera de fe y Jesús nos ha provisto de


todo lo necesario para llegar a la meta. Nos ha salvado, redimido y
justificado. Nos ha dado su abundante gracia que nos capacita para
vivir en sus propósitos. Y nos ha llenado con el poder de su Espíritu
Santo para vivir en santidad, honrando y exaltando su nombre en
todo tiempo.

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