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Sinopsis
La Escritura ha sido dada por Dios para guiar al pueblo a la fe a la salvación. A través de la
Escritura, los creyentes son nutridos en la fe y llevados a la madurez espiritual.
2 Ti 3:14–15
2 Timoteo 3:14–15 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 14 Por tu parte,
permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste. Sabes quiénes fueron tus
maestros, 15 y que desde la cuna te han sido familiares las sagradas Escrituras
como fuente de sabiduría en orden a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
Salmo 19:7–11 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 8 La ley del Señor es
perfecta, reconforta al ser humano; el mandato del Señor es firme, al sencillo lo
hace sabio; 9 los decretos del Señor son rectos, alegran el corazón; el
mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz; 10 venerar al Señor
comunica santidad, es algo que permanece para siempre; los juicios del Señor son
verdad, todos ellos son justos. 11 Son más cautivadores que el oro, más que
abundante oro fino, más dulces que la miel, que la miel virgen del panal. 12 Tu
siervo está atento a ellos; grande es el premio si se respetan.
Juan 20:30–31 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 30 Jesús hizo en
presencia de sus discípulos otros muchos milagros que no han sido recogidos en
este libro. 31 Estos han sido narrados para que ustedes crean que Jesús es el
Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida por medio de él.
Romanos 10:8 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 8 Lo que dice la
Escritura es esto: La palabra está muy cerca de ti. Está en tus labios y en tu propio
corazón. Y se trata de la palabra de fe que nosotros proclamamos.
Para su enseñanza
2 Ti 3:16
Ver también Dt 6:6–9; Sal 19:7–8; Sal 119:9; Sal 119:130; Col 3:16
Salmo 19:7–8 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 8 La ley del Señor
es perfecta, reconforta al ser humano; el mandato del Señor es firme, al
sencillo lo hace sabio; 9 los decretos del Señor son rectos, alegran el corazón;
el mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz;
Salmo 119:9 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 9 ¿Cómo podrá un
joven portarse rectamente? Viviendo de acuerdo a tu palabra.
Salmo 119:130 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 130 Explicar tu
palabra es fuente de luz, hace que aprendan los sencillos.
2 Ti 3:16
Para su iluminación
Salmo 119:105 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 105 Tu palabra
es antorcha de mis pasos, es la luz en mi sendero.
Salmo 119:130 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 130 Explicar tu
palabra es fuente de luz, hace que aprendan los sencillos.
1 Juan 2:8 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 8 Y, sin embargo, se
trata de un mandamiento nuevo, en cuanto que se realiza en Cristo y en
ustedes; porque las tinieblas van pasando y ya alumbra la luz verdadera.
Ro 15:4; 1 Jn 5:13
Romanos 15:4 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 4 Y lo que dice la
Escritura se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que, uniendo nuestra
constancia al consuelo que proporcionan las Escrituras, mantengamos la
esperanza.
1 Juan 5:13 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 13 A ustedes, los
que creen en el Hijo de Dios, les he escrito todo esto para hacerles saber que
poseen la vida eterna.
Salmo 19:8–9 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 9 los decretos del
Señor son rectos, alegran el corazón; el mandamiento del Señor es nítido,
llena los ojos de luz; 10 venerar al Señor comunica santidad, es algo que
permanece para siempre; los juicios del Señor son verdad, todos ellos son
justos.
Salmo 119:76 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 76 Que sea tu
amor mi consuelo, según la promesa hecha a tu siervo.
Hebreos 12:5–6 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 5 pero sí han
olvidado la exhortación paternal que les dirige la Escritura: Hijo mío, no
desprecies la corrección del Señor ni pierdas el ánimo cuando él te reprenda,
6 pues el Señor corrige a quien ama y castiga a quien reconoce como hijo.
1º Reyes 8:56 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 56 — Bendito sea
el Señor que ha concedido el descanso a su pueblo Israel, tal como había
prometido. No ha fallado ni una sola de todas las promesas que hizo por
medio de su siervo Moisés.
Salmo 119:140 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 140 Tu promesa
es genuina, por eso la ama tu siervo.
Lucas 24:44 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 44 Luego les dijo: —
Cuando aún estaba con ustedes, ya les advertí que tenía que cumplirse todo
lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los libros de los
profetas y en los salmos.
Por su confiabilidad
1 Re 17:24; Sal 19:7–11
1º Reyes 17:24 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 24 La mujer dijo
a Elías: — Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que Dios habla de
verdad por medio de ti.
Salmo 19:7–11 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 8 La ley del Señor
es perfecta, reconforta al ser humano; el mandato del Señor es firme, al
sencillo lo hace sabio; 9 los decretos del Señor son rectos, alegran el corazón;
el mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz; 10 venerar al Señor
comunica santidad, es algo que permanece para siempre; los juicios del
Señor son verdad, todos ellos son justos. 11 Son más cautivadores que el oro,
más que abundante oro fino, más dulces que la miel, que la miel virgen del
panal. 12 Tu siervo está atento a ellos; grande es el premio si se respetan.
Salmo 119:151 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 151 Pero tú,
Señor, estás cerca, todos tus mandatos son verdad.
Salmo 119:160 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 160 Esencia de tu
palabra es la verdad, son eternos tus justos decretos.
Juan 21:24 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 24 Este discípulo es
el mismo que da testimonio de todas estas cosas y las ha escrito. Y nosotros
sabemos que dice la verdad.
Apocalipsis 21:5 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 5 El que estaba
sentado en el trono anunció: — Voy a hacer nuevas todas las cosas. Y añadió:
— Palabras verdaderas y dignas de crédito son estas. ¡Escríbelas!
Sal 1:1–3
Salmo 1:1–3 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 1 Dichoso quien no sigue
el consejo de los malvados, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en
compañía de los necios se sienta, 2 sino que se complace en la ley del Señor sobre
la que reflexiona día y noche. 3 Es como un árbol plantado junto al arroyo: da
fruto a su tiempo y no se secan sus hojas; consigue todo cuanto emprende.
Mateo 4:4 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 4 Jesús le contestó: — Las
Escrituras dicen: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra
pronunciada por Dios.
Juan 15:5–8 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 5 Yo soy la vid; ustedes,
los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce
mucho fruto, porque separados de mí ustedes nada pueden hacer. 6 El que no
permanece unido a mí, es arrojado fuera, como se hace con el sarmiento
improductivo que se seca; luego, estos sarmientos se amontonan y son arrojados
al fuego para que ardan. 7 Si permanecen unidos a mí y mi mensaje permanece en
ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. 8 La gloria de mi Padre se manifiesta
en que ustedes produzcan fruto en abundancia y se hagan discípulos míos.
Juan 17:17 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 17 Haz que se consagren a
ti por medio de la verdad; tu mensaje es la verdad.
Efesios 6:10–17 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 10 Sólo me resta
desear que ustedes se mantengan fuertes, apoyados en el poder irresistible del
Señor. 11 Utilicen todas las armas que Dios les proporciona, y así harán frente con
éxito a las estratagemas del diablo. 12 Porque no estamos luchando contra
enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en
este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un
mundo supraterreno. 13 Por eso es preciso que empuñen las armas que Dios les
proporciona, a fin de que puedan mantenerse firmes en el momento crítico y
superar todas las dificultades sin ceder un palmo de terreno. 14 Estén, pues, listos
para el combate: ceñida con la verdad la cintura, protegido el pecho con la coraza
de la rectitud 15 y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz.
16 Tengan siempre embrazado el escudo de la fe, para que en él se apaguen todas
las flechas incendiarias del maligno. 17 Como casco, usen el de la salvación, y
como espada, la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios.
2 Timoteo 3:14–17 (La Palabra: El Mensaje de Dios para mí) — 14 Por tu parte,
permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste. Sabes quiénes fueron tus
maestros, 15 y que desde la cuna te han sido familiares las sagradas Escrituras
como fuente de sabiduría en orden a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
16 Toda Escritura está inspirada por Dios y es provechosa para enseñar, para
argumentar, para corregir y para educar en la rectitud, 17 a fin de que el creyente
esté perfectamente equipado para hacer toda clase de bien.