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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


ESCUELA DE ENFERMERÍA
Nombre: Doménica Dayanara Guamán G Paralelo: 001
Curso: Tercer Semestre Docente: Lic. Yolanda Viracucha

La familia es la voz del paciente en


la interacción con la enfermera

El cuidado ocupa una posición central en la disciplina de enfermería y constituye el elemento


más relevante en la conexión entre la enfermera y el paciente. Sin embargo, pueden surgir
problemas en la relación entre las enfermeras y la familia, ya que el paciente podría no recibir el
cuidado considerado necesario o esperado por el familiar. Esto, especialmente, se manifiesta de
manera negativa en el primer encuentro y en el establecimiento de una relación empática. Las
enfermeras pueden sentirse poco preparadas para abordar las necesidades de las familias,
mientras que estas últimas perciben barreras en la comunicación y relaciones jerárquicas que
complican la interacción con las enfermeras.

La familia constituye un grupo humano que evoluciona al asumir roles, responsabilidades y


funciones que resultan en una determinada estructura. En este contexto, la familia responde a
estímulos externos, siendo la enfermedad uno de ellos, lo que puede afectar a la familia y sus
miembros. Ante esto, se producen nuevas formas de reorganización en términos de roles,
actividades y responsabilidades, con el objetivo de preservar la "estabilidad vinculante". Esta
adaptación debe ser reconocida, aceptada y fomentada por la enfermera como una forma de
respaldo durante el proceso de enfrentar la crisis.
Resulta crucial reconocer a la familia como un componente esencial en el proceso de cuidado y
recuperación del paciente. A pesar de ello, en ocasiones, la familia no recibe el respaldo
necesario en sus responsabilidades de cuidado y se presta escasa atención a sus necesidades, lo
que puede llevar a sobrecargarla, elevar sus niveles de estrés y menospreciar sus esfuerzos.

Es importante reconocer el papel de la familia en el cuidado del paciente teniendo en cuenta la


voz de los familiares para que el cuidado sea individualizado gire en torno al paciente y de esta
manera se facilite la interacción y la confianza con el paciente.

SER LA VOZ DEL PACIENTE

La familia asume la representación del paciente al considerar que este no se encuentra en


condiciones de tomar decisiones, y es la familia quien articula las necesidades del enfermo. Al
estar en estrecha proximidad con el paciente, la familia posee información detallada acerca de la
enfermedad, sus problemas, deseos, preferencias, así como sus comportamientos, alteraciones y
cuidados. Este conocimiento se adquiere a través de experiencias
previas. Por lo tanto, la familia espera que la enfermera tome en
cuenta esta información y permita su participación en la toma de
decisiones. La familia espera que la enfermera cumpla con ciertas
responsabilidades mínimas hacia el paciente, como asistir, atender
y acompañar. Sin embargo, en muchas ocasiones, estas expectativas no se cumplen, llevando a
que la familia asuma la responsabilidad del cuidado del paciente.

En ocasiones, la familia busca el respaldo de la enfermera, especialmente cuando cree necesario


comunicar algún cambio en el estado del paciente. Sin embargo, los profesionales no siempre
satisfacen esa búsqueda de apoyo, sobre todo en lo que concierne a la comodidad. Además, la
familia considera que parte de su responsabilidad de cuidado implica resguardar al paciente de
posibles complicaciones, como caídas y errores. De igual manera, deben identificar riesgos
potenciales y comunicarlos al equipo de salud para prevenir daños.
Para cumplir con su papel como la voz del paciente, brindarle cuidado y proporcionarle el afecto
necesario, la familia requiere que las enfermeras les ofrezcan un respaldo mínimo relacionado
con el cuidado físico, la calidad humana y la ética.

MÍNIMOS PARA EL CUIDADO FÍSICO

Los elementos fundamentales para abordar los cuidados físicos de la familia están asociados con
la comodidad, la eliminación, el manejo de líquidos, la alimentación, los ajustes de posición y la
higiene. El objetivo es que el personal de enfermería proporcione los elementos esenciales y
ofrezca respaldo durante estas actividades. Esto permite que se pueda observar directamente y
evaluar lo que ocurre con el paciente, al mismo tiempo que se escuchan las observaciones del
familiar sobre la evolución del paciente.

a. Mínimos en calidad humana

Este concepto implica proporcionar cuidado con afecto, atención cuidadosa y empatía, ya que
esto contribuye al proceso de recuperación. La atención humanizada está intrínsecamente ligada
al compromiso y a la voluntad de realizar lo óptimo en beneficio del paciente, lo cual se
evidencia en la manera en que las enfermeras tratan a los pacientes. Cuando estos aspectos
esenciales no se cumplen, la familia percibe deficiencias en la atención y siente la necesidad de
establecer algún tipo de comunicación o acercamiento con la enfermera.

b. Mínimos Éticos

La familia espera que la enfermera, desde la ética cumpla con el respeto por la dignidad del
paciente y la de ellos que los trate como seres humanos, se les acerque, los mire, les hable, los
escuche; para ellos es una falta de ética cuando las enfermeras hacen lo contrario; además
cuando ellas llevan sus problemas personales al trabajo, son los pacientes quienes sufren las
consecuencias de ello, porque la familia asume que están jugando con la vida de las personas.

La familia plantea que una condición de dignidad es ofrecerle los mismos derechos de cuidado a
todos los pacientes, sin fijarse en el pronóstico de enfermedad, la aseguradora y menos las
influencias de personas cercanas que favorezcan los procesos. Además, se espera que la
enfermera brinde información sobre el cuidado del paciente y sobre todo que no se oculte
información por encubrir fallas en el cuidado porque esto hace dudar a la familia sobre si la
información que le brinda la enfermera en veraz y por eso la familia esta más pendiente a
cualquier falla en el compromiso de respeto a la dignidad humana del paciente y la misma
familia.

DISCUSIÓN
La función primordial de la enfermera en el entorno hospitalario consiste en cuidar al paciente y
facilitar su proceso de adaptación. Para asegurar una atención de calidad, es esencial que las
enfermeras estén sensibles a las circunstancias del paciente y su familia, brindándoles el respaldo
necesario y las herramientas para mantener el cuidado de forma constante. Asimismo, se hace
hincapié en la importancia de capacitar al paciente para preservar su autonomía y evitar que la
familia limite sus capacidades. Las dificultades en la comunicación entre la enfermera y la
familia pueden generar tensiones y obstáculos en el proceso. Además, las expectativas de ambas
partes pueden variar, destacando la necesidad de abordar estas diferencias para construir una
relación de confianza sólida.

CONCLUSIONES
La función esencial de la familia en el entorno hospitalario consiste en representar la voz del
paciente con respecto a la atención que la enfermera brinda, considerándose un derecho inherente
derivado del vínculo familiar. La atención al paciente engloba aspectos como la comodidad, la
supervisión, la protección contra posibles riesgos y la expresión de afecto. La familia asume la
responsabilidad del cuidado del paciente, respaldada por las enfermeras, en relación con ciertos
estándares mínimos de asistencia, presencia y acompañamiento. Al escuchar la perspectiva de la
familia, la enfermera obtiene una comprensión más profunda del papel que desempeña la familia
en el cuidado del paciente, facilitando así la implementación de acciones educativas y de apoyo
para asegurar la atención integral del paciente.

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