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Antecedentes[editar]
Ala Izquierda29
o Auxiliares de los Andes (Aldao)
o Llaneros de La Rioja
Centro
o División de caballería de La Rioja (José Benito Villafañe)
o División de caballería de La Rioja (capitán Ángel Vicente Peñaloza,
el "Chacho")
Otras fuerzas
o División Córdoba (Bustos)
o División Catamarca (Marcos Antonio Figueroa)
o División San Luis
En Córdoba
o 800 soldados de infantería (coronel Juan de Dios Bargas)
o Artillería capturada a los unitarios.
Total: Las cifras de las Memorias Póstumas del general Paz son las más usadas
actualmente, cifran en 4200 jinetes30 y 700-800 infantes27 y 41 u 88 piezas de artillería en la
ciudad de Córdoba. Por las mismas va también Bartolomé Mitre, 1200 infantes y 4000
jinetes.31 Sin embargo, algunos sostienen actualmente que estas son una exageraciones.32
El mismo Lamadrid sostiene en sus Memorias que las Quiroga solo disponía de 3000
hombres en su caballería gaucha.33
Tras la derrota de Bustos y el llamado de auxilio de este a Quiroga de inmediato ambos
habían iniciado sus planes de reconquistar Córdoba. Siguiendo las órdenes del caudillo
riojano El Chacho empezó a reunir las milicias de la provincia, cerca de 2000 gauchos a
caballo,34 el máximo de hombres movilizadles para la provincia debido a su escasa
población, y esto junto a la necesidad de dejar una guarnición en ella indicaría que no más
de 1500 de ellos participaran de la campaña.32 Es probable que entre 12003235 y 15003637
riojanos lucharan en La Tablada.
En cuanto a las tropas de otras provincias: al llamado de Quiroga, Aldao empezó a
movilizar sus fuerzas en vista que Mendoza sería la siguiente provincia en caer en poder
unitario.34 Los mendocinos tenían la mayor población y recursos del Cuyo pero muchas de
sus fuerzas estaban concentradas en el sur para detener la incursión de los salvajes de
la pampa,38 aportaron, según Damián Hudson, con un regimiento de caballería, basados
en el tamaño promedio de una de estas unidades en esa época serían cuatro escuadrones
de dos o tres compañías de 100 hombres cada una, es decir, entre 800 y 1200 unidades.38
Los cuyanos, particularmente los mendocinos, hicieron un gran esfuerzo en sus
compromisos bélicos durante aquellos años. Desde aportar 3000 de los efectivos
del Ejército de los Andes, de los que muy pocos volvieron a sus hogares, a servir durante
década y media para las levas de Aldao. Es posible que en el período de 1817-1841 unos
4000 a 5000 mendocinos encontraran su muerte en los campos de batalla. Cifra altísima
para una provincia con unos veinte mil habitantes para la época.39
Catamarca aportó 5003740 a 60035 hombres. Se sabe que esta provincia ofreció un segundo
contingente de 500 plazas, se desconoce si lograron incorporarse o no, pero es poco
probable por la por la ruta y velocidad con la que Quiroga avanzó.38
San Juan y San Luis habían aportado inicialmente con unos 5003741 a 70042 y 80 a 120
hombres,43 respectivamente. Pero los sanjuaninos se alzaron en Las Quijadas y no
participaron y los puntanos apenas podían aportar estos pocos soldados debido a su
escasa población y necesidad permanente de defenderse de los ataques de los
indígenas.38 Quiroga también debió desprenderse de una unidad que al mando del ex-fraile
Aldao castigo duramente a los alzados.44 Aunque Aldao logró volver de San Juan y
participar en la batalla, no hay fuentes que digan que consiguió reincorporar a los
sanjuaninos y es más que probable que tuviera que dejar alguna guarnición para asegurar
la provincia. Por último estarían algunos centenares de cordobeses leales a Bustos,
sobrevivientes de San Roque, unos 200 a 300 milicianos38 aunque otras fuentes los elevan
a 800.45 Eran los restos de las milicias privadas que creó para asegurar su gobierno en
1820 y que llegaron a enrolar 2000 gauchos.46 Sin embargo, de igual modo la cifra de
cordobeses en la batalla final sigue siendo desconocida.
Es probable que el tamaño real del ejército de federales fuera del orden de los 4000
hombres.8 Debido a los desprendimientos que tuvo que realizar a su hueste, dicha cifra es
la más realista para numerar el verdadero tamaño de su tropa.42 Sin embargo, no dejaba
de ser la mayor fuerza desplegada en la zona desde el famoso Ejército de los Andes de
San Martín, como intendente de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis) logró movilizar a
fines de 1815 a 6000 veteranos y milicianos medianamente armados, más 17 cañones.47
La tropa de Quiroga es descrita como un ejército bastante disciplinado y con muchos de
sus milicianos usando un característico uniforme colorado.42
Batalla de La Tablada[editar]
Primer día[editar]
La batalla comenzó cuando el ala izquierda de los federales, comandada por el fraile
Aldao, y la derecha de los unitarios bajo el mando de Lamadrid, se lanzaron al ataque en
sendas cargas de caballería. El objetivo de Quiroga era envolver el flanco derecho de sus
enemigos, pues un ataque al centro de Paz no parecía rentable, mientras que el ala
izquierda de este último tenía su flanco protegido por el cauce del Río Primero
(actualmente llamado río Suquía).
Lamadrid (según cuenta en sus Memorias), al verse superado en número, solicitó
refuerzos, pero entretanto sus fuerzas se vieron empujadas contra el centro de los
unitarios por las vigorosas cargas de la caballería de Aldao, unos 1000 jinetes, los mejores
de los llanos.48 Algunos federales llegaron a enlazar varios cañones de la División de
Deheza,49 pero este frustró la maniobra con descargas de fusilería y porque Paz ordenó
amarrar entre sí a los cañones.48
Pero mientras el esfuerzo principal de Quiroga se hacía contra el flanco derecho de Paz
con 1500 jinetes,50 en el resto del campo de batalla también se combatía, realizando los
federales cargas de caballería temerarias pero ineficaces para quebrar la línea de los
unitarios. Paz comprometió parte de su reserva (50 coraceros del 2.º de Caballería al
mando de Pringles) para restablecer la situación en su ala derecha, donde se sucedieron
cargas y contracargas de caballería. Tomando la iniciativa, Paz, realizó ataques de tanteo
en diferentes puntos de la línea federal, forzando retiradas parciales. Quiroga se vio
obligado a acudir cada vez a los sectores amenazados de la línea para reagrupar a sus
hombres, pero mientras lo hacía, los unitarios ganaban terreno en otros sectores. De este
modo los unitarios lograron hacer retroceder del campo principal de combate a los
federales.
El ala izquierda de los federales, pese a ser empujada hacia atrás, todavía era superior en
número a sus rivales. Allí se encontraban los Llaneros de La Rioja y los Auxiliares de los
Andes, las unidades más organizadas con que contaba Quiroga. Estas tropas continuaban
luchando y Paz se vio obligado a empeñar nuevas reservas contra ellos, en este caso el
Batallón 5 de Infantería (coronel Larrava)51 y dos piezas de artillería de tren volante. La
acometida de estas tropas finalmente derrotó a la izquierda federal, la cual retrocedió
precipitadamente a buscar refugio en un bosque cercano al campo de batalla. Esto marcó
el fin de la batalla, pues el centro y la derecha de los federales también abandonaron el
campo, que quedó en poder del ejército unitario.
El general Paz recorrió el campo de batalla, donde se apilaban los cadáveres de los
combatientes federales. Allí ascendió a coronel al puntano Pringles, en reconocimiento a
su mérito en la batalla.
Los unitarios no persiguieron al enemigo sino que establecieron un campamento provisorio
y encendieron fogatas para combatir el frío del recién llegado invierno. Allí los soldados
comieron por primera vez desde que iniciaron la persecución de Quiroga. Casi a la
medianoche, Paz movió su ejército a un campo vecino, donde permitió a sus soldados
descansar de las fatigas de la campaña; considerando a Quiroga vencido y en fuga,
planeó para el día siguiente el ataque a la infantería federal que había quedado de
guarnición en Córdoba. Según Lamadrid, Paz cometió un error al no destacar partidas de
exploración para averiguar la dirección y el paradero de Quiroga.
Segundo día[editar]
Paz mandó que su caballería, formada en el bajo, se preparara para atacar; mientras tanto
Lamadrid logró reunir a varios dispersos y se mandó a la carga con ellos. A su vez el jefe
unitario mandó al ataque al Batallón 5 (Larrava) y al Batallón 2 (Videla Castillo), los cuales
ascendieron las barrancas de regreso a La Tablada e intercambiaron fuego de fusilería con
la infantería federal. Finalmente los infantes unitarios cargaron a la bayoneta y deshicieron
a los federales, ayudados por las cargas de caballería de Lamadrid y Pringles.
Cuando fue visible la derrota, Quiroga abandonó el campo de batalla junto con algunos
jinetes que pudieron seguirle. Hubo de sufrir la persecución encarnizada de Lamadrid
“hasta las faldas de los cerros que hay al poniente de Córdoba”, según relata este último.
En el camino Quiroga debió dejar atrás a dos de sus caballos favoritos, demasiado
fatigados para utilizarlos en la huida.52 Esos caballos fueron capturados por Lamadrid, pero
Quiroga y unos cuantos jinetes federales consiguieron escapar.
Epílogo: Paz recupera Córdoba[editar]
Repuesto del sorpresivo ataque de Quiroga, Paz decidió retomar la ciudad de Córdoba.
Para ello envió en misión de exploración a uno de sus oficiales ayudantes, el capitán
Rafael Correa. Este oficial se aproximó demasiado a la ciudad y fue abatido por los
federales apostados en la misma. Ante este suceso Paz decidió enviar una comitiva
para parlamentar con los defensores y persuadirlos de rendirse. Encabezaba este
parlamento el capitán Dionisio Tejedor, de Buenos Aires y amigo del general Paz. Pero
cuando la comitiva se aproximaba a la ciudad portando bandera blanca, Tejedor fue
muerto por disparos de mosquetería hechos desde una azotea.
Este hecho decidió a Paz a atacar la ciudad cuando a su vez llegó a su campamento un
parlamentario de los federales, el teniente coronel José Argüello. Este aseguró a Paz que
el asesinato de Tejedor había sido un error, y que quienes lo habían cometido ya habían
sido apresados por los propios federales y esperaban su castigo por el hecho.
Aceptada esta explicación, el jefe unitario hizo entrar a su ejército en la ciudad y tomó el
control de ella, rindiéndose los escasos soldados de infantería que Quiroga había dejado
allí; recordemos que la artillería con que contaban había sido sacada por Quiroga para
llevarla a La Tablada.
Seguidamente se produjo el fusilamiento de varios oficiales federales prisioneros y también
de los cinco soldados acusados de la muerte de Tejedor.53 El general Paz en sus
Memorias atribuye la responsabilidad al coronel Deheza (jefe del Estado Mayor), el cual
obró sin su consentimiento.
Al anochecer regresó a la ciudad el coronel Lamadrid, habiendo dado fin a la persecución
contra Quiroga. Allí terminó la campaña del caudillo riojano en la provincia de Córdoba el
año de 1829.
Resultado y consecuencias[editar]
Después de dos días de batalla los federales se retiraron completamente derrotados;
sufrieron aproximadamente 1000 muertos y dejaron al menos 500 prisioneros54 (Sarmiento
eleva la cifra a 3000 federales muertos).14 El resto de las fuerzas federales se retiró
penosamente en varias direcciones: el ejército de Quiroga había dejado de existir y el
caudillo riojano tuvo que retirarse con los 2000 hombres que aún le quedaban a Mendoza
y luego a San Juan donde empezó a planear su próximo movimiento.55 Bustos, herido y
perseguido por partidas enemigas, logró ponerse a salvo en la Provincia de Santa Fe,
donde fue acogido por el gobernador López. Sin embargo, falleció en septiembre de 1830
a consecuencia de las heridas recibidas en La Tablada. Aldao, también herido en la
batalla, consiguió retirarse a la provincia de San Luis, y Quiroga llegó finalmente a La
Rioja, donde comenzó a trabajar para poner en pie un nuevo ejército.
El ejército unitario sufrió una cantidad mínima de bajas: aproximadamente 80 entre
muertos y heridos.56 Pero Paz no podía considerar segura su posición en Córdoba, ya que
en varios puntos de la provincia persistía la amenaza de “montoneras” opuestas al
gobierno unitario. Fue necesario destacar algunas tropas para asegurar la zona de
las sierras, cercana a La Rioja, y también el sureste, próximo a Santa Fe.
Mientras esto sucedía, el gobernador santafesino López inició contactos con Paz para
poner fin a la guerra. Se sucedieron propuestas de paz y movimientos militares
estratégicos en las provincias del centro y noroeste. No obstante, Quiroga se preparó para
un nuevo combate: dio prioridad a la organización de un nuevo ejército por sobre cualquier
otro asunto. Recorrió las provincias bajo su influencia imponiendo y ordenando levas,
reclutamientos, contribuciones forzosas y contratando empréstitos, con lo que consiguió
organizar una de las huestes más numerosas y mejor pertrechadas vistas hasta entonces
en las guerras civiles argentinas.57 Con cerca de tres o cinco mil hombres, cuatro mil
caballos, seiscientos bueyes de tiro y otros tanto de consumo, cien carretas y un numeroso
parque de artillería, lanzas, fusiles, marmitas y fogones Quiroga inició su segunda
campaña contra Paz,58 la cual conduciría a la batalla de Oncativo o Laguna Larga.
Notas[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c La Gazeta. La batalla de La Tablada (22 de junio de 1829). Las
fuerzas de Facundo Quiroga se componían
de riojanos, catamarqueños, puntanos, mendocinos y cordobeses exiliados.
Los sanjuaninos se habían alzado y desertado, por lo que Quiroga envió al
coronel José Félix Aldao a castigar su insurrección.
2. ↑ Saltar a:a b Revista de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza. Tomo III y IV.
Mendoza: Best hermanos, 1936, pp. 84
3. ↑ Suárez, Martín (1974). Atlas histórico-militar argentino. Buenos Aires: Círculo
Militar, pp. 182. Parte de la infantería iba montada.
4. ↑ Best, Félix (1960). Historia de las guerras argentinas. Tomo II. Buenos Aires:
Peuser, pp. 378. Además estaba el destacamento del teniente coronel Agustín
Díaz Colodrero de 230 soldados, principalmente milicianos, a cargo de guarnecer
Córdoba.
5. ↑ Adolfo Saldías (1951). Historia de la Confederación Argentina: Rozas y su época.
Tomo I. Buenos Aires: El Ateneo Editorial, pp. 285.
6. ↑ Suárez, 1974: 182. La infantería marchaba montada, el ejército de Quiroga era
una fuerza muy veloz.
7. ↑ Rodolfo de Ferrari Rueda (1943). Córdoba histórica. Córdoba: Talleres Gráficos
Biffignandi, pp. 128.
8. ↑ Saltar a:a b c David Marley (2008). Wars of the Americas: a chronology of armed
conflict in the Western Hemisphere, 1492 to the present. Tomo I. Santa Bárbara:
ABC-CLIO, pp. 711. ISBN 978-1-59884-100-8.
9. ↑ Saltar a:a b c d Sergio Toyos. Acontecimientos acaecidos entre 1828 y
1835. Biblioteca de Armas. 26 de abril de 2004. Consultado el 14 de octubre de
2011.
10. ↑ Eduardo F. Sánchez Zinny (1941). Manuelita de Rosas y Ezcurra, verdad y
leyenda de su vida. Buenos Aires: Imprenta López, pp. 78.
11. ↑ Más exactamente, donde hoy se encuentra el Parque Autóctono Municipal de la
Ciudad de Córdoba. Hasta inicios de siglo XX la zona del campo de batalla era
llamada "La Tablada" dado que se encontraba cercada - con "tablas" - para reunir
y comercializar el ganado.
12. ↑ Véase Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas Militares Argentinas, tomo 1, pág.467,
Emecé Editores, Bs. As., 2005. Allí se afirma que Bustos no aprobó esta decisión
de Quiroga
13. ↑ Lamadrid en Observaciones a las Memorias del general Paz dice que el ejército
unitario se encontraba en los barrancos del Pucará (actual Bajada Pucará, en el
parque Sarmiento), a pocos kilómetros del centro de la ciudad cuando inició el
retroceso para reconsiderar los próximos movimientos. Según su testimonio, las
fuerzas federales de Vargas no realizaron ninguna acción contra ellos.
14. ↑ Saltar a:a b c Domingo Faustino Sarmiento (2011). El general fray Félix
Aldao Archivado el 9 de noviembre de 2013 en Wayback Machine.. Barcelona:
Linkgua digital, pp. 26. ISBN 978-84-9816-466-4.
15. ↑ Saltar a:a b Rodolfo de Ferrari Rueda (1943). Córdoba histórica. Córdoba: Talleres
Gráficos Biffignandi, pp. 128
16. ↑ Marley, 2008: pp. 711.
17. ↑ Nicanor Larraín & Pedro P. Calderón (1906). El país del Cuyo. Buenos Aires: J.
A. Alsina, pp. 157
18. ↑ Yaben, 1938: 868
19. ↑ Jacinto R. Yaben (1938). Biografías argentinas y sudamericanas: C - CH - D - E -
F - G. Buenos Aires: Editorial "Metrópolis", pp. 838.
20. ↑ Gregorio Aráoz de la Madrid, Adolfo P. Carranza & Marcelino de La Rosa
(1895). Memorias del general Gregorio Aráoz de La Madrid. San Miguel de
Tucumán: Establecimiento de impresiones de G. Kraft, pp. 425
21. ↑ Gustavo Gabriel Levene (1975). Para una antología del odio argentino. Buenos
Aires: Plus Ultra, pp. 111. Las deserciones en dichas unidades fueron frecuentes
previamente a la batalla. Una sola unidad vio en una noche desertar a 120 de sus
hombres, quedando solo 30 que se incorporaron a la tropa de Paz al día siguiente.
22. ↑ Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas. Números 6-7, 1946-
1947, pp. 175 (pp. 188 en la versión PDF). Cifras de 1853 respecto del estado de
entonces de las milicias cordobesas.
23. ↑ Diego Abad de Santillán (1965). Historia argentina. Tomo II. Buenos Aires: Tip.
Editora Argentina, pp. 238.
24. ↑ José María Paz & Ireneo Rebollo (1924). Memorias póstumas del general José
María Paz. Buenos Aires: Impr. "La Discusión", pp. 219
25. ↑ Juan Bautista Alberdi (1840). Obras completas de J. B. Alberdi. Tomo II. Buenos
Aires: Imprenta de "La Tribuna nacional", pp. 142-143.
26. ↑ Alberdi, 1840: 144
27. ↑ Saltar a:a b Félix Best (1960). Historia de las guerras argentinas, de la
independencia, internationales, civiles y con el indio: t. Las guerras civiles
(continuación) Las guerras internationales. Guerra con el indio; conquista del
desierto, 1810-1917. Tomo II. Buenos Aires: Ediciones Peuser, pp. 378
28. ↑ Comisión Nacional del Monumento al Capitán General Justo José de Urquiza &
José María Sarobe (1941). El general Urquiza (1843-1852). Tomo III. Buenos
Aires: Guillermo Kraft ltda., pp. 307
29. ↑ La falta de fuentes no ha permitido establecer con detalle la formación del ejército
federal, por lo cual la presente información es incompleta. Consultando a
Lamadrid, y comparándo con la obra de Ruiz Moreno, se ha reconstruido
parcialmente el orden de batalla de Quiroga en La Tablada.
30. ↑ La guía 2000. Las Batallas de La Tablada y Oncativo - La guía de Historia
31. ↑ Bartolomé Mitre & Jorge Adolfo Mitre (1911). Archivo del general Mitre. Tomo VIII.
Buenos Aires: Biblioteca de "La Nación", pp. 212
32. ↑ Saltar a:a b c Javier Mirande (10 de febrero de 2012). "Oficial del Regimiento n°1
de Caballería de la provincia de La Rioja, 1829." (Tercera parte). Archivado el 20
de julio de 2014 en Wayback Machine. Ejércitos Olvidados. Consultado el 4 de
julio de 2012
33. ↑ Gregorio Aráoz de la Madrid, Adolfo P. Carranza & Marcelino de La Rosa
(1895). Memorias del general Gregorio Aráoz de La Madrid. San Miguel de
Tucumán: Establecimiento de impresiones de G. Kraft, pp. 423.
34. ↑ Saltar a:a b Eduardo Gutierrez (2011). El Chacho. Barcelona: Linkgua digital, pp.
192. ISBN 978-84-9816-577-7.
35. ↑ Saltar a:a b Carta de Quiroga a Estanislao López del 5 de junio de 1829.
36. ↑ Aurora Rosa Caminos de Artola (1962). La acción del general Paz en el interior,
1829-1831. Buenos Aires: Dirección General de Publicidad, pp. 25
37. ↑ Saltar a:a b c Ignacio Garzón (1901). Crónica de Córdoba. Tomo II. Córdoba: A.
Aveta, pp. 166.
Además, por una declaración judicial del mayor Ángel Pino, se supo que
después de los pactos, que Bustos no quiso firmar, reunió éste á sus jefes y les
declaró, que estaba pesaroso de lo que había acordado verbalmente con Paz,
porque acababa de anunciársele por notas oficiales, que San Juan y San Luis
enviaban 500 hombres, Catamarca otros 500 y la Rioja 1500, al mando del
general Quiroga.
38. ↑ Saltar a:a b c d e Javier Mirande (10 de febrero de 2012). "Oficial del Regimiento
n°1 de Caballería de la provincia de La Rioja, 1829." (Cuarta parte). Archivado el 7
de junio de 2014 en Wayback Machine. Ejércitos Olvidados. Consultado el 4 de
julio de 2012
39. ↑ Lacoste, Pablo. "Viticultura y política internacional : el intento de reincorporar a
Mendoza y San Juan a Chile (1820-1835)". Revista Historia. Instituto de Historia
de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Núm. 38, Vol. I, enero-junio 2005,
pp. 155-176 (véase pp. 165). ISSN 0073-2435.
40. ↑ Abad de Santillán, Diego (1965). Historia argentina. Tomo I. Buenos Aires: Tip.
Editora Argentina, pp. 238.
41. ↑ Julio B. Lafont (1935). Historia de la constitución argentina. Tomo II. Buenos
Aires: "El Ateneo", pp. 128.
Al fin consintió Lavalle en esa expedición a Córdoba y en el acto partió Paz con
una fuerza de 970 hombres, entre los cuales llevaba su antiguo Regimiento N.º
2 de Caballería, un batallón de cazadores al mando de José Videla, una fuerza
de caballería al mando de Lamadrid y una batería de cuatro cañones al mando
del coronel Juan Esteban Pedernera. El gobernador Bustos se retiró al oeste de
la ciudad con 1600 hombres de las tres armas situándose en la hacienda de
San Roque. Quiroga penetró en mayo en territorio de Córdoba dispuesto al
ataque y en Sierra Grande, por el camino de Pocho, esperó refuerzos de Cuyo.
En total reunió unos 5000 hombres y avanzó por la frontera de Río Cuarto. Paz
salió el 7 de junio de Córdoba para enfrentar al enemigo con 2320 hombres y
dos baterías de artillería ligera (del total 720 eran infantes). Bustos se agregó a
las fuerzas federales con 800 hombres. El 20 de junio llegó Quiroga ante la (...)
El 22 y 23 de junio de 1 829 se libró la batalla de La Tablada donde Paz derrotó
completamente a Quiroga que dejó en el campo 1016 muertos y 500
prisioneros.
46. ↑ Roca, José Luis (2007). Ni con Lima ni con Buenos Aires: la formación de un
estado nacional en Charcas. La Paz: Plural Editores, pp. 461. ISBN 978-99954-1-
076-6.
47. ↑ Mitre, Bartolomé (1890). Historia de San Martín y de la emancipación sud-
americana. Buenos Aires: Félix Lajouane, pp. 533 (capítulo XII: "El ejército de
Cuyo").
48. ↑ Saltar a:a b Batalla de La Tablada. Revisionistas.
49. ↑ El Chacho Peñaloza fue uno de los que ejecutaron esta temeraria hazaña [1].
50. ↑ Batalla de La Tablada. Granaderos.
51. ↑ Lamadrid dice que Paz en persona venía al frente del Batallón 5.
52. ↑ Uno de estos caballos era "el Moro", animal del que se decía que aconsejaba a
Quiroga sobre tácticas militares [2]. Más allá de la leyenda, Quiroga lamentó
mucho la pérdida del animal, y cuando el santafesino Lopez lo capturó y lo retuvo
para sí, Quiroga enfureció muchsísimo.
53. ↑ Véase Perez Amuchastegui, A.J.; et al, Crónica Argentina, tomo III, pág. 67,
Codex SA, Bs As. 1972. Allí se dice que los fusilados fueron "más de 20";
Sarmiento, en su obra Facundo dice que eran sólo nueve oficiales; Ruiz Moreno
en su obra no da la cifra pero menciona el hecho.
54. ↑ En esta cifra coinciden todas las fuentes consultadas.
55. ↑ Burke, Edmund (1831). The Annual register of world events: a review of the year
1830. Londres: Imprenta de Baldwin & Cradock, pp. 309.
56. ↑ La fuente es el servicio de Historia Militar del Ejército, en su sitio web [3]
57. ↑ Gutiérrez, Miguel Ángel (1996). Achiras histórica. Río Cuarto: Universidad
Nacional de Río Cuarto, pp. 261. ISBN 978-950-665-028-5.
58. ↑ Gutiérrez, 1996: 261-262. Según informes de la época, tres mil soldados
federales ingresaron a la provincia de Córdoba por Achiras. El coronel Luis
Videla —comisionado por el general Paz para vigilar los movimientos de Quiroga
en San Luis— comunicó desde La Punilla que eran cinco mil.
Bibliografía