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INTRODUCCIÓN

José de San Martín es mucho más que un Padre de la Patria, fue también un hombre que con
su vida demostró que el Evangelio puede ser abrazado en todo momento.

Era un hombre dedicado a la oración y reconocía en ella un baluarte indiscutible para


enfrentar cada misión bélica.

Por eso hoy, después de muchos años entendemos lo importante de su legado como hombre
de fe, entregado a su Patria en la lucha por su Pueblo.

Hoy sus compañeros nos ayudarán a reflexionar acerca de aquellos consejos que el General le
dio a su hija. Si bien fueron redactados, pensados en un momento histórico, social y cultural
muy diferente al de hoy, no dejan de sonarnos cercanos. La mirada que el General le ofrece a
su hija ante la vida es una mirada de misericordia hacia los demás, una mirada de amor para
crecer desde lo personal, en cuerpo y alma.

Por eso también reflexionaremos como escuela en las obras de misericordia que tanto hemos
escuchado pero que no distan de estas Máximas que el General San Martín nos deja como
legado. VIAJAREMOS EN EL TIEMPOY VEREMOS QUE SIN SAN MARTIN VIVIERA ENTRE
NOSOTROS QUIZÁS NO DEJARÍA ESAS MÁXIMAS PERO SI NOS AYUDARIA A PENSAR CON LAS
OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES Y CORPORALES.

ACTO 1

SAN MARTIN Y SU HIJA MERCEDES

SAN MARTIN LE LEE LAS MÁXIMAS A SU HIJA. APARECEN LOS CARTELES.


SAN MARTIN ACTUAL Y MERCEDES ACTUAL. SE SALUDAN.

FINAL

Como Iglesia debemos reconocer los signos de los tiempos. Saber ver el Evangelio que se hace
presente en queda rincón de la sociedad y clama a gritos por los hijos de Dios. El Papa
Francisco nos habla de una Iglesia en salida que da lugar a todos, a todos aquellos que desean
recibir ese gratuito y perfecto del Padre, que crece cuando se comparte y trasforma el mundo.
Esto es lo que general buscaba para su Puebla una tierra mejor donde habitar como
verdaderos hermanos.

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