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SISTEMA CIRCULATORIO

Autor: Alfredo Torres DDS • Revisor: Marcell Laguna. Última revisión: 26 de diciembre de 2022

Sistema cardiovascular
El sistema circulatorio, también llamado sistema cardiovascular, es un sistema orgánico vital que
entrega sustancias esenciales para que se puedan llevar a cabo funciones básicas en todas las
células. El sistema circulatorio está constituido por una red formada por el corazón como bomba
muscular central, vasos sanguíneos que distribuyen la sangre por el cuerpo, y la sangre, encargada
del transporte de diferentes sustancias.

El sistema circulatorio está dividido en dos circulaciones o subsistemas: La circulación pulmonar,


o circulación menor, que intercambia sangre entre el corazón y los pulmones para realizar su
oxigenación; y la circulación sistémica o circulación mayor, que distribuye la sangre a través de
todos los otros sistemas y tejidos del cuerpo. Ambos circuitos comienzan y terminan en el
corazón.

Este artículo explicará todo la anatomía del sistema circulatorio, así como sus relaciones clínicas.

Contenidos

1. Función
2. Corazón
1. Circulación pulmonar
2. Circulación sistémica
3. Circulación coronaria
4. Sistema porta hepático
3. Tipos de vasos sanguíneos
1. Arterias
2. Venas
3. Derivaciones y anastomosis
4. Sangre
1. Eritrocitos (glóbulos rojos)
2. Leucocitos (glóbulos blancos)
3. Granulocitos
4. Agranulocitos
5. Trombocitos (plaquetas)
5. Correlaciones clínicas
1. Enfermedades vasculares
2. Enfermedades cardiacas
3. Enfermedades cardíacas congénitas
4. Discrasias sanguíneas
6. Bibliografía

Función:
La función principal del sistema circulatorio (o cardiovascular) es entregar oxígeno a los tejidos
del cuerpo y simultáneamente remover el dióxido de carbono producido por el metabolismo. El
oxígeno se liga a moléculas de hemoglobina que se ubican en la superficie de los glóbulos rojos
en la sangre.

Comenzando en el corazón, la sangre desoxigenada (es decir, aquella que contiene dióxido de
carbono) retorna desde la circulación sistémica hacia el lado derecho del corazón. Esta es
bombeada entonces a través de la circulación pulmonar llegando hasta los pulmones, donde
ocurre el intercambio gaseoso. El dióxido de carbono es removido de la sangre y reemplazado
con oxígeno. La sangre entonces se encuentra oxigenada, y retorna al lado izquierdo del
corazón.

Desde aquí, la sangre es bombeada hacia la circulación sistémica, en la cual entrega su oxígeno
a los tejidos corporales, para retornar nuevamente al lado derecho del corazón. La sangre
también actúa como un excelente medio de transporte para las hormonas y nutrientes tales como
electrolitos. La sangre además transporta productos de desecho, los cuales son filtrados en
el hígado.

Revisa la siguiente unidad de estudio sobre el sistema cardiovascular para ampliar tus
conocimientos:
Corazón

El co
razó
n es
una

bomba muscular que constituye el componente central del sistema circulatorio. Está dividido en
una mitad izquierda y otra derecha mediante un septo (tabique) muscular. El componente
muscular del corazón, el miocardio, está formado por músculo cardíaco involuntario. Está
recubierto internamente por una membrana llamada endocardio, y externamente por otra
membrana denominada epicardio.

La contracción del músculo cardiaco es estimulada mediante impulsos eléctricos que son
iniciados regularmente desde los centros reguladores del corazón: el nodo sinoatrial en el techo
del atrio derecho, y el nodo atrio ventricular en el septo entre los atrios y los ventrículos. El
nodo sinoatrial es considerado el marcapasos natural del corazón.

En muchos países de habla hispana todavía se usa el término aurícula para referirse a las
cámaras de entrada del corazón. El término adecuado para estas cámaras de acuerdo a
la Terminologia Anatómica es atrio, derivado del latín atrium, reservándose el término aurícula
para un pequeño repliegue triangular que forma parte de cada uno de los atrios.

El corazón experimenta continuamente una serie de contracciones y relajaciones. El


término sístole ventricular se refiere a la contracción simultánea de los ventrículos, mientras que
el concepto de diástole ventricular hace referencia a la relajación de los mismos. Durante la
sístole, la sangre es bombeada desde los ventrículos a los tractos de salida de su circulación
correspondiente. Los atrios se llenan de sangre al mismo tiempo. Durante la diástole ventricular,
los ventrículos están relajados y la sangre fluye desde los atrios hacia el ventrículo
correspondiente.

Circulación pulmonar
La sangre desoxigenada proveniente de la circulación sistémica retorna al atrio derecho a través
de las venas cavas superior e inferior. El seno coronario, vía de retorno de la circulación
cardiaca, también desemboca en el atrio derecho. La sangre en el atrio derecho fluye hacia el
ventrículo derecho a través de la valva atrio ventricular derecha (también llamada tricúspide)
durante la diástole. Durante la sístole, el ventrículo derecho se contrae, dirigiendo la sangre
hacia el cono arterioso, ubicado en la base del tronco pulmonar. La contracción del ventrículo
provoca el cierre de la valva tricúspide, previniendo el retorno de la sangre hacia el atrio
derecho. Entre el cono arterioso y el tronco pulmonar hay otra valva, llamada valva pulmonar.
En la diástole, esta se cierra para evitar el retorno de sangre hacia el ventrículo derecho.
El tronco pulmonar se divide en una arteria pulmonar derecha y una arteria pulmonar izquierda,
cada una de las cuales entrega sangre al pulmón respectivo, llevando la sangre desoxigenada
hasta los capilares de cada pulmón, donde es oxigenada. Esta sangre recién oxigenada es
recogida por las venas pulmonares y la devuelven al atrio izquierdo del corazón, donde finaliza
la circulación pulmonar justo antes de pasar al ventrículo izquierdo.
Circulación sistémica

La sangre oxigenada ingresa al atrio izquierdo desde la circulación pulmonar a través de las
venas pulmonares. Durante la diástole, la sangre pasa desde el atrio izquierdo al ventrículo
izquierdo a través de la valva atrioventricular izquierda (también llamada bicúspide o mitral).
En la sístole, el ventrículo izquierdo se contrae, impulsando a la sangre para que ingrese a
la aorta. La sangre pasa a través de la valva aórtica hacia la aorta ascendente.

La aorta ascendente continúa su trayecto como arco aórtico, desde el cual emergen tres grandes
ramas: el tronco braquiocefálico, la arteria carótida común izquierda y la arteria
subclavia izquierda. Estas arterias proporcionan sangre oxigenada a la cabeza, el cuello y a
las extremidades superiores.

La aorta descendente es la continuación del arco aórtico, en el tórax se denomina aorta torácica,
y proporciona numerosas ramas a los órganos y paredes de la región.
La aorta descendente atraviesa el diafragma pasando a través de un espacio llamado hiato
aórtico ubicado a nivel de T12. A partir de este nivel se le conoce como aorta abdominal. La
aorta abdominal proporciona ramas a las estructuras de la cavidad y pared abdominal, así como
a estructuras y regiones periféricas, para terminar, bifurcándose en sus ramas terminales, las dos
arterias ilíacas comunes, las cuales irrigarán la cavidad pélvica y los miembros inferiores.

Las ramas de la aorta se desprenden de ella durante su trayecto experimentando divisiones en


ramas a lo largo de su trayecto. Las ramas terminales ingresan en los tejidos a los cuales están
destinadas, continuando su división sucesiva hasta convertirse en arteriolas, las cuales llevan la
sangre hasta los lechos capilares, lugar donde ocurre intercambio de gases y nutrientes entre la
sangre y los tejidos. La sangre es posteriormente recogida por vénulas, las cuales se reúnen
progresivamente para formar las venas de la circulación sistémica. Estas venas finalmente
drenan en el atrio derecho del corazón por medio de las venas cavas superior e inferior.
Sistema circulatorio:

Arteria
coronaria derecha

El término circulación coronaria se refiere al aporte sanguíneo al corazón mismo. Es un


componente de la circulación sistémica. Las arterias coronarias izquierda y derecha nacen
directamente de la aorta ascendente, inmediatamente sobre la valva aórtica. La arteria coronaria
derecha se dirige a la derecha y proporciona dos ramas principales: La arteria marginal derecha
que recorre el margen derecho del corazón y la arteria interventricular posterior que desciende a
lo largo del surco interventricular posterior en la base del corazón.

La arteria coronaria izquierda se dirige hacia la izquierda, y proporciona las arterias circunfleja
e interventricular anterior, esta última desciende por el surco interventricular anterior para
anastomosarse con la arteria interventricular posterior en el vértice del corazón.

El drenaje venoso del corazón está dado principalmente por el seno coronario, al que drenan las
principales venas del corazón:

 La gran vena cardiaca (vena cardiaca magna),


 La vena cardiaca media, y

 La vena cardiaca menor, que drena directamente en el atrio derecho.

Sistema porta hepático

El sistema porta hepático es un sistema de venas que drena la sangre proveniente de


los intestinos y la transporta hacia el hígado para ser filtrada. Las venas mesentéricas superior e
inferior, drenando desde el yeyuno hasta la parte superior del recto, junto con la vena esplénica
que drena el bazo, páncreas y estómago, se unen para formar la vena porta hepática, la cual
desemboca vertiendo su sangre en el hígado.

Las toxinas son filtradas en el hígado y la sangre filtrada es devuelta a la vena cava inferior a
través de las venas hepáticas.

Tipos de vasos sanguíneos

Arterias

Arteria elástica
Las arterias transportan sangre alejándose del corazón. Poseen paredes gruesas y
un lumen estrecho, lo cual les permite resistir la alta presión de la contracción que ejerce el
corazón para expulsarla. En la medida de que se acercan hacia los tejidos más periféricos,
comienzan un proceso de ramificación progresiva, disminuyendo en diámetro y espesor de su
pared con cada división. Los principales troncos arteriales del cuerpo son la aorta (circulación
sistémica) y el tronco pulmonar (circulación pulmonar). Las arterias coronarias son las arterias
que proporcionan sangre oxigenada a los tejidos propios del corazón.

Las arterias se dividen normalmente en tres tipos:


 Arterias de conducción, son aquellas que se desprenden directamente del corazón y sus
ramas principales, cuyas paredes poseen un alto grado de elasticidad;

 Arterias de distribución, que transportan sangre a sistemas orgánicos específicos, con un


alto componente muscular en su pared;

 Las pequeñas y musculares arteriolas, llamadas también vasos de resistencia.

La presión en estas arterias disminuye de forma progresiva desde el nivel más alto en las
arterias de conducción hasta el más bajo en las arteriolas. Las paredes de las arterias están
conformadas por 3 capas: la túnica íntima (interna), la túnica media y la túnica externa.

Para propósito descriptivo, es más fácil describir los tipos de vasos sanguíneos según su
secuencia de aparición a lo largo de su trayecto desde el corazón hacia los tejidos periféricos, y
viceversa.

Tipos de arterias
Arterias elásticas: Son las arterias de conducción de las cuales algunos ejemplos incluyen a la
aorta y sus ramas principales, como el tronco braquiocefálico, la carótida común izquierda, la
arteria subclavia izquierda y sus terminales, las arterias iliacas comunes. Estas arterias
transportan sangre desde el corazón hasta las arterias de conducción. La presión en estas arterias
se encuentra dentro de los niveles más altos en el sistema circulatorio. En estas, la túnica íntima
está formada por endotelio y la túnica media posee un gran componente elástico.

Arterias musculares: Son las arterias de distribución y contienen una gran proporción
de músculo liso en su túnica media. Están recubiertas internamente por endotelio. La túnica
externa está compuesta de tejido conectivo fibromuscular, con una proporción mayor de fibras
elásticas que de colágeno, lo cual contribuye a la elasticidad de esta capa en este tipo de arteria.

Arteriolas: Son los vasos que conectan las arterias musculares con los lechos capilares en los
distintos órganos del cuerpo. Poseen pequeñas células endoteliales con núcleos que se proyectan
hacia el lumen (cavidad interna) de la arteria, una delgada capa muscular de alrededor de dos
células de espesor, y una túnica externa. Controlan el flujo de sangre hacia los capilares
mediante contracción del músculo liso en la túnica media, la cual actúa como un esfínter.

Los capilares son los vasos más directamente conectados con los órganos. Sus paredes tienen el
espesor de una célula endotelial grande y son la única barrera entre la sangre y el fluido
intersticial de los tejidos. Poseen un estrecho lumen el cual tiene las dimensiones exactas para el
paso de las células sanguíneas más grandes. La permeabilidad de los capilares varía
dependiendo de los tejidos que los rodean y el tipo de unión entre las células endoteliales que
forman su pared.
Venas

Tipos de venas

Vénulas: Cuando dos o más capilares convergen, se forman las vénulas postcapilares. Estas
poseen un recubrimiento interno endotelial y una delgada túnica externa. El componente
muscular aparece en la medida de que el lumen incrementa su tamaño por la convergencia de
vénulas postcapilares entre sí, generando así las denominadas vénulas musculares.

Venas: Se forman mediante la unión de las vénulas musculares. En comparación con las
arterias, las venas poseen una pared relativamente delgada y un lumen mayor. La estructura de
las paredes es similar a la de las arterias, pero con una cantidad considerablemente menor de
músculo en su túnica media. Las venas son vasos de resistencia, lo que significa que poseen una
pared distensible que puede acomodar grandes cantidades de sangre.

La mayoría de las venas periféricas poseen estructuras llamadas válvulas, las cuales son
proyecciones de la túnica interna hacia el interior del lumen. Las válvulas previenen el retorno
de sangre (reflujo) a través de las venas, cerrándose pasivamente si es que el flujo sanguíneo se
invierte. Las venas de tórax y abdomen no poseen válvulas.

La jerarquía y secuencia general de los vasos sanguíneos sigue este orden: Arterias→
arteriolas→ capilares→ vénulas→ venas.

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Derivaciones y anastomosis

Las arterias forman conexiones entre sí llamadas anastomosis, las cuales crean un aporte
continuo de sangre a través de diferentes áreas. En el caso de que ocurra una oclusión de una
arteria hacia un área específica, el flujo sanguíneo a esa región puede mantenerse por medio de
la anastomosis con la arteria de una región adyacente.

Una anastomosis directa ocurre cuando dos arterias se unen entre sí por sus extremos, como las
arterias radial y ulnar por medio de los arcos palmares. Las anastomosis de convergencia
ocurren cuando dos arterias se unen para formar una sola, como cuando las arterias vertebrales
se unen para formar la arteria basilar. Una anastomosis transversa o transversal se genera
cuando una pequeña arteria conecta dos arterias de mayor tamaño, como por ejemplo la arteria
comunicante anterior que conecta a ambas arterias cerebrales anteriores.

En todo el cuerpo existen conexiones entre el sistema arterial y venoso. Por ejemplo, en
el mesenterio, las metarteriolas conectan arteriolas y vénulas, y la sangre puede fluir a través del
lecho capilar o evitarlo. El flujo por una u otra vía depende de la demanda de los tejidos
nutridos por dicho lecho capilar.

Las anastomosis arteriovenosas son una conexión directa entre pequeñas arterias y venas.
Ocurren en regiones como la piel de la nariz, labios y orejas, en la mucosa del tubo digestivo, y
en las cavidades nasal y oral.

Una anastomosis porto-cava o portosistémica ocurre cuando existe una conexión directa (sin
pasar por el hígado) entre la circulación sistémica y el sistema porta hepático. Estas anastomosis
ocurren a nivel de plexos venosos como los que existen alrededor del esófago, el ombligo, y el
recto.

Sangre

La sangre es el componente móvil del sistema circulatorio. La sangre es de color rojo brillante
cuando está oxigenada y de color rojo oscuro violáceo cuando se encuentra desoxigenada. La
sangre consta de un componente celular suspendido en un medio líquido llamado plasma.
El plasma es un fluido traslúcido que conforma aproximadamente el 55% del volumen total de
la sangre, y está compuesto por más de un 90% de agua. El plasma contiene una gran
concentración de electrolitos como sodio, potasio y calcio. Además se encuentran proteínas
disueltas en el plasma, llamadas proteínas plasmáticas. Estas incluyen factores de coagulación
(principalmente protrombina), inmunoglobulinas, polipéptidos, hormonas y otras.

Eritrocitos (glóbulos rojos)

Los eritrocitos son las células sanguíneas más abundantes, representando aproximadamente
99% de todas las células sanguíneas. Poseen forma de discos bicóncavos que carecen de núcleo.
En su superficie, los eritrocitos poseen una proteína globular llamada hemoglobina a la cual se
fija el oxígeno. El porcentaje de eritrocitos con respecto al plasma es llamado hematocrito, el
cual es usado como punto de referencia para medir la capacidad de transporte de oxígeno de una
persona; cuando existe un porcentaje mayor de glóbulos rojos, hay más hemoglobina disponible
para el transporte de oxígeno.

Los eritrocitos envejecidos son ingeridos por macrófagos en el hígado y en el bazo. El hierro
liberado durante la digestión fagocitaria de los eritrocitos es usado para sintetizar nuevos
eritrocitos, o es almacenado en el hígado como ferritina.

Grupos sanguíneos
En la superficie de los eritrocitos existen antígenos que pueden reaccionar con anticuerpos
causando su aglutinación. Esta es la base del sistema de grupos sanguíneos AB0. Los individuos
heredan dos alelos, uno de cada progenitor, que codifica para un grupo sanguíneo específico.
Los grupos sanguíneos pueden ser homocigóticos cuando los alelos son iguales, o
heterocigóticos cuando los alelos son diferentes.

Existen grupos sanguíneos que son sensibles a los alelos ausentes en sus eritrocitos. Por
ejemplo, el grupo sanguíneo A llevará el antígeno A y los anticuerpos anti-B.
Leucocitos (glóbulos blancos)

Los leucocitos se dividen en 5 grupos: monocitos, linfocitos, neutrófilos, basófilos y eosinófilos.


Estos grupos son distinguibles entre sí mediante su tamaño, forma nuclear y la composición
del citoplasma. Estos 5 grupos pueden a su vez subdividirse en 2: granulocitos y agranulocitos.
Esta última clasificación se basa en la presencia o ausencia de gránulos en el citoplasma. En
conjunto, los glóbulos blancos forman parte del mecanismo de la respuesta inmune.
Granulocitos

Esta clasificación incluye a los neutrófilos, eosinófilos y basófilos, los cuales son incluidos en
este grupo debido a la presencia de vesículas llamadas gránulos en su citoplasma. Estos
cumplen un rol preponderante en la respuestas inflamatoria y alérgica.

Neutrófilo
Neutrófilos: Son los glóbulos blancos más abundantes, representando alrededor del 40 al 75%
de todos los leucocitos. El número de neutrófilos es variable, y se incrementa en respuesta a
infecciones bacterianas agudas. Poseen un núcleo irregular y segmentado. Se desempeñan
principalmente en la defensa del cuerpo contra microorganismos, y pueden ingerir sustancias
extrañas mediante fagocitosis. Están también involucrados en la respuesta inflamatoria. Los
neutrófilos tienen una corta vida de 4 a 7 horas en circulación y unos pocos días en tejido
conectivo.

Eosinófilos: Son similares a los neutrófilos, pero son mucho menos numerosos. Su núcleo es
generalmente bilobulado, y los gránulos en el citoplasma son voluminosos. Su motricidad es
similar a la de los otros leucocitos, y migran desde la circulación hacia los tejidos. Aumentan en
número en reacciones alérgicas y juegan un importante rol en la defensa contra parásitos.
Manifiestan muy poca fagocitosis, estando más involucrados en la degradación de partículas de
gran tamaño que por lo mismo no pueden ser fagocitadas. Circulan por alrededor de 10 horas, y
duran unos pocos días en los tejidos.
Basófilos: son los granulocitos más pequeños. Son además poco numerosos, representando
alrededor de 0.5-1% de todos los leucocitos. Se distinguen por los grandes gránulos, claramente
visibles en su citoplasma. Su núcleo posee forma irregular y a veces bilobulada, pero a menudo
está oculto por la presencia de los gránulos. Los gránulos son vesículas rodeadas de membrana
que contienen variados agentes inflamatorios. Estas vesículas se hernian, vertiendo sus
contenidos y disparando reacciones de hipersensibilidad alérgica inmediatas, como las
observables en la fiebre del heno. La liberación de estos agentes también desencadena la
migración de otros granulocitos hacia el área.
Agranulocitos

Los monocitos y linfocitos entran en esta categoría debido a la ausencia de gránulos en su


citoplasma. También son denominados leucocitos mononucleares, haciendo referencia a su
núcleo monolobulado.

Monocitos: Son los leucocitos de mayor tamaño. Representan alrededor del 2-8% de todos los
leucocitos. Típicamente poseen grandes núcleos monolobulados con una hendidura
característica en un lado. Los monocitos son células fagocíticas. Los monocitos circulantes se
convierten en macrófagos cuando migran hacia los tejidos.

Linfocitos: son los segundos leucocitos más abundantes, representando alrededor del 20 al 30%
del total. Son la única célula blanca que puede reingresar a la circulación después de haber
migrado hacia los tejidos. Son variables en tamaño y periodo vital: algunos solamente viven
días, otros viven mucho más y están involucrados en la memoria inmunológica. Se dividen en
dos tipos: Linfocitos T y linfocitos B.

Los linfocitos B sintetizan y secretan anticuerpos específicos para moléculas externas. Además
estimulan la fagocitosis en otros leucocitos no linfocíticos. Los linfocitos B están involucrados
en la inmunidad adaptativa, y producen células B de memoria que se mantienen en el cuerpo y
son activadas en respuesta a un antígeno específico.

Los linfocitos T se desarrollan y maduran en el timo, luego migran y se alojan en órganos


linfáticos secundarios. Están involucrados en la inmunidad celular continua y no únicamente
dependiente de la respuesta a un antígeno. Se dividen en tres subgrupos. Los linfocitos T
citotóxicos apuntan directamente a células infectadas, los linfocitos T colaboradores (helper en
inglés) dirigen la eliminación del patógeno mediante el reclutamiento de otras células inmunes,
y los linfocitos T reguladores están involucrados en el desarrollo de tolerancia hacia un
antígeno.
Trombocitos (plaquetas)
Trombocito
Las plaquetas son pequeñas células irregulares que carecen de núcleo. Están presentes en
grandes cantidades y poseen alta adhesividad. Las plaquetas son muy importantes en la
hemostasia. Se activan frente al daño de un vaso sanguíneo. Se acumulan en el sitio de la lesión
donde básicamente taponan la herida. Posteriormente a su adhesión en el sitio de la injuria, las
plaquetas y los tejidos adyacentes liberan factores que desencadenan una compleja secuencia de
eventos.Primeramente, se forma un coágulo para cerrar la herida, dicho coágulo posteriormente
se retrae y los bordes de la herida se aproximan para cerrarla y reparar el vaso.
Las plaquetas circulan en la sangre por aproximadamente 10 días antes de que sean retiradas de
la sangre por los macrófagos.
Correlaciones clínicas

Las enfermedades que afectan al sistema circulatorio se denominan colectivamente


enfermedades cardiovasculares. Las enfermedades vasculares se relacionan con los vasos
sanguíneos, mientras que las enfermedades cardíacas afectan al corazón. Las enfermedades
hematológicas son aquellas que afectan a la sangre. Las enfermedades del sistema circulatorio
pueden ser congénitas (presentes desde el nacimiento) o adquiridas (relacionadas con la dieta,
edad, estilo de vida o predisposición).

Enfermedades vasculares

La arteriosclerosis es el engrosamiento de las paredes arteriales, lo que reduce su función.


La aterosclerosis es una forma específica de arteriosclerosis donde se acumula una placa (placa
ateromatosa) en el endotelio de las arterias, causando su estrechamiento y reduciendo el
aporte de oxígeno a los tejidos.
La arteriosclerosis es el engrosamiento de las paredes arteriales, lo que reduce su función. La
aterosclerosis (no confundir con la arteriosclerosis) es una forma específica de arteriosclerosis
donde se acumula una placa (placa ateromatosa) en el endotelio de las arterias, causando su
estrechamiento y reduciendo el aporte de oxígeno a los tejidos.

La enfermedad arterial coronaria ocurre en las arterias que nutren al corazón, produciéndose
estrechamiento de las arterias, lo cual genera una reducción del aporte de oxígeno al tejido
cardíaco . Esto puede resultar en una condición denominada angina, la cual es en esencia un
espasmo de las arterias coronarias debido a la disminución del flujo sanguíneo.

El infarto de miocardio (ataque al corazón) también es causado por el estrechamiento de las


arterias coronarias a causa de aterosclerosis. Un infarto al miocardio ocurre cuando la arteria
se ocluye completamente debido a una placa ateromatosa desprendida o al desarrollo de un
trombo (coágulo sanguíneo).

La enfermedad cerebrovascular (accidente cerebrovascular, ACV o ictus) afecta a las arterias


que irrigan al cerebro. Una de las presentaciones más comunes es el accidente cerebrovascular
isquémico, el cual también es causado por aterosclerosis. El ACV isquémico genera una
reducción del aporte sanguíneo hacia alguna región del cerebro, afectando la función cerebral.
Puede ser causado por el desarrollo de un trombo o por el paso de un émbolo (agente
obstructor en circulación, por ejemplo un trombo que se ha desprendido) proveniente de otra
región del cuerpo.

La enfermedad arterial periférica es la reducción del flujo sanguíneo a los miembros debido a
aterosclerosis.

Un aneurisma es un debilitamiento localizado de la pared de un vaso sanguíneo que puede


resultar en el abultamiento de la zona afectada. Puede estar asociado a la formación de
trombos o émbolos. Los aneurismas pueden romperse, llevando a una pérdida significativa de
sangre dependiendo del lugar en que ocurran. Algunos sitios especialmente letales de
formación de aneurismas son la aorta abdominal, el círculo arterial de la base del cerebro
(polígono de Willis), y los vasos renales.

Las várices se producen cuando las venas se dilatan debido al acúmulo de sangre. Pueden
ocurrir en múltiples sitios del cuerpo. Uno de los sitios más frecuentes de várices es en las
venas superficiales de las piernas, denominadas venas varicosas. Otros sitios comunes son las
anastomosis portocavas, como las várices esofágicas, várices umbilicales (“cabeza de
medusa”), y várices anorrectales (hemorroides).

Enfermedades cardiacas
Las enfermedades cardiovasculares también pueden afectar únicamente al corazón. Las
cardiomiopatías son un conjunto de enfermedades que afectan al músculo cardiaco. El
músculo puede volverse grande (hipertrofia) y rígido, causando disminución de la función,
arritmias (latido cardiaco irregular), y a veces incluso insuficiencia cardiaca.

Las válvulas cardíacas también pueden verse afectadas por enfermedades. Hay dos tipos
principales: Incompetencia valvular, en la cual la valva es incapaz de funcionar correctamente;
y estenosis valvar, en la cual el foramen valvular se estrecha y la valva es incapaz de dilatarse
completamente. La enfermedad valvar mitral afecta a la valva mitral, ubicada entre el atrio y el
ventrículo izquierdo. Es causada normalmente por una combinación de incompetencia y
estenosis valvar. La enfermedad valvar aórtica afecta a la valva aórtica y es principalmente
causada por estenosis de la valva, causando reflujo (retorno) de la sangre hacia el ventrículo
izquierdo.

También puede producirse inflamación de los tejidos cardíacos. Incluye la inflamación de la


túnica cardíaca interna o endocardio (endocarditis), y la túnica media o miocardio
(miocarditis). La pericarditis es la inflamación del pericardio, la cual incluye la inflamación de la
túnica externa del corazón y el saco pericárdico, el cual contiene al corazón en la cavidad
torácica.

Enfermedades cardíacas congénitas

Las enfermedades cardiacas congénitas son aquellas que están presentes desde el nacimiento.
Se presentan principalmente como comunicaciones entre el lado izquierdo y derecho del
corazón, donde la sangre migra desde áreas de mayor presión a áreas de menor presión.

La sangre oxigenada se devuelve hacia el lado derecho del corazón y se mezcla con sangre
desoxigenada. Estas comunicaciones pueden pasar desapercibidas en algunos pacientes,
mientras que en otros pueden requerir intervención quirúrgica.

Un defecto septal atrial ocurre cuando la sangre se mueve desde el atrio izquierdo (zona de
mayor presión) al atrio derecho (menor presión) a través de una abertura en el septo (tabique)
interatrial. Esta comunicación a menudo resulta de la falla en el cierre de una comunicación
fetal llamada foramen oval. Este defecto es denominado foramen oval permeable, o foramen
oval persistente. Un defecto ventrículoseptal (ventricular septal, o comunicación
interventricular) ocurre cuando existe una comunicación en el septo interventricular que
permite el paso de sangre desde el ventrículo izquierdo al ventrículo derecho.
Otra comunicación embriológica existe cerca del corazón en el embrión, donde la sangre pasa
desde el tronco pulmonar hacia la aorta. Esta comunicación se denomina conducto arterioso
(ductus arteriosus), el cual se cierra dos a tres días después del nacimiento debido a cambios
de presión. Un conducto arterioso persistente ocurre cuando esta comunicación no se cierra
tras el nacimiento, y produce flujo sanguíneo desde el arco aórtico (mayor presión) al tronco
pulmonar (menor presión).

Discrasias sanguíneas

Las discrasias o enfermedades sanguíneas son desórdenes que afectan cualitativa o


cuantitativamente los componentes de la sangre. Pueden ser divididos dependiendo de qué
célula sanguínea afecten.

Anemia

La anemia es un desorden sanguíneo que afecta a los glóbulos rojos. Los pacientes que sufren
anemia poseen una capacidad reducida de transporte de oxígeno debida a una disminución de
la cantidad de glóbulos rojos o a una cantidad baja de hemoglobina en la sangre. Existen
múltiples tipos de anemia, algunos de los cuales son:

Anemia ferropénica: es la forma más común de anemia. Es el resultado de la ingesta


insuficiente de hierro, un aumento en la excreción de hierro o de su absorción inadecuada. Las
mujeres tienen más probabilidad de ser afectadas por esta forma de anemia debido a la
menstruación y a las mayores demandas de hierro durante el embarazo.

Anemia megaloblástica es causada por la disminución en la ingesta o en la absorción de la


vitamina B12 o ácido fólico. Esto resulta en la producción de glóbulos rojos voluminosos,
inmaduros y poco funcionales.

La anemia perniciosa es el resultado de hematopoyesis (producción de glóbulos rojos)


insuficiente en la médula ósea roja.

La anemia hemorrágica es causada por pérdida de glóbulos rojos debido a sangrado excesivo.

La anemia aplástica se debe a la destrucción de la médula ósea roja, lo cual genera una
reducción en la producción de glóbulos rojos.

La anemia de células falciformes es una condición en la cual los glóbulos rojos adquieren una
forma de hoz (falciforme) Estas células experimentan problemas al pasar por los capilares y
tienden a apiñarse, bloqueando el vaso sanguíneo. También son propensos a romperse, lo cual
resulta en una degradación rápida que reduce la capacidad de transporte de oxígeno.
Leucemia

El término leucemia se refiere a un grupo de cánceres que afectan a la médula ósea roja. Estos
cánceres provocan la reproducción descontrolada de glóbulos blancos anormales, lo cual
interfiere con la producción de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas normales. Esto
resulta en una disminución de la capacidad de transporte de oxígeno, susceptibilidad a las
infecciones y coagulación anormal.
La leucemia se expande fácilmente desde la médula ósea a los linfonodos o ganglios linfáticos,
hígado y bazo, provocando un aumento de tamaño en estos órganos. La sintomatología de la
enfermedad es causada principalmente por los problemas en la producción de las otras células
sanguíneas, e incluyen fatiga, piel pálida e intolerancia al frío, lo cual es usualmente observado
en la anemia.

Existen dos métodos de clasificación de la leucemia. El primero se basa en la presentación de


la enfermedad. La leucemia aguda es aquella que se desarrolla rápidamente, mientras que la
leucemia crónica se desarrolla a lo largo de un periodo prolongado de tiempo. La segunda
clasificación se basa en el tipo de célula afectada: La leucemia linfoblástica afecta a las células
madre linfocíticas o linfoblastos. La anemia mielógena (mieloide) afecta a los mieloblastos. La
combinación de estos métodos genera entonces cuatro tipos de leucemia:

La leucemia linfoblástica aguda es la forma más común de la enfermedad en niños, a pesar de


que también puede afectar a adultos.

La leucemia mielógena (mieloide) aguda se encuentra tanto en adultos como en niños.

La leucemia linfoblástica crónica se presenta usualmente en adultos, especialmente sobre los


55 años.

La leucemia mielógena (mieloide) crónica usualmente solo afecta a adultos.

El tratamiento de la leucemia incluye métodos como la quimioterapia, radioterapia, trasplante


de células madre, transfusión de sangre y otros.

Trombocitopenia

La trombocitopenia es un trastorno de los trombocitos o plaquetas, resultando en un bajo


número de plaquetas en la sangre. Los pacientes con este trastorno son propensos a
sangramiento excesivo y pueden experimentar con frecuencia epistaxis (sangrado nasal) y
sangramiento de encías, así como también equimosis (moretones) en exceso.

Hemofilia
La hemofilia es un trastorno hereditario de la sangre que causa sangramiento espontáneo o
sangramiento en zonas donde solo ha ocurrido un trauma menor. Es causada por deficiencias
en variados factores de la coagulación y por esto mismo puede variar significativamente en
severidad.

Bibliografía

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actualizada. Kenhub no entrega asesoramiento médico. Puedes aprender más sobre nuestro
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Referencias:

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