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LA AGRICULTURA Y EL USO DE LOS BOSQUES EN EL I MILENIO DE NUESTRA ERA DESDE ELPUNTO DE VISTA DE LOS MACRORRESTOS VEGETALES 239

Kobie Serie Paleoantropología, nº 34: 239-252


Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia
Bilbao - 2015
ISSN 0214-7971
Web http://www.bizkaia.eus/kobie

LA AGRICULTURA Y EL USO DE LOS BOSQUES EN


EL I MILENIO DE NUESTRA ERA DESDE EL PUNTO
DE VISTA DE LOS MACRORRESTOS VEGETALES

Agriculture and forests use in the first millennium of


our era from the point of view of vegetable macrorrests
Mónica Ruiz Alonso1

Recibido: 10-II-2016
Aceptado: 20-III-2016

Palabras clave: Arqueobotánica, madera, semillas, Edad Media, Época Romana.


Key words: Archaeobotany, wood, seeds, Middle Age, Roman Age.
Hitz gakoak: Arkeobotanika, egurra, haziak, Erdi Aroa, Erromatarren Garaia.

RESUMEN
En este trabajo se presenta una síntesis basada en los estudios arqueobotanicos, y de forma más concreta, sobre los estudios de macro-
rrestos vegetales (semillas, frutos y madera) de cronologías históricas documentados en el País Vasco. A partir de ellos, se ofrecerá un estado
de la cuestión sobre problemáticas de enorme interés histórico como es la agricultura y el uso de los bosques, centrándose en el primer
milenio de nuestra era. Se realiza una breve descripción sobre las fuentes con las que se cuenta para aportar datos y reflexiones a las dife-
rentes problemáticas históricas, de forma particular en su desarrollo en el ámbito geográfico escogido. Además se expondrán diferentes
análisis sobre macrorrestos botánicos concretos, que suponen una aproximación a las últimas investigaciones en estos ámbitos.

SUMMARY

This paper presents a synthesis based on the archaeobotanical studies, and more specifically, on studies of plant macroremains (seeds,
fruits and wood) related to historical chronologies from the Basque Country. We present a state of the art on issues of great historical inte-
rest, such as agriculture and forest management, focusing in the first millennium AD. We provide a brief description of the available sources
that provide data and insights to the different historical issues, particularly about its development in the chosen geographical area. In addi-
tion, we present different archaeobotanical analysis; representing an approximation of the latest research in these areas.

1 Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Grupo Investigación Arqueobiología,
Instituto de Historia, Centro de Ciencias Humanas y Sociales-CSIC. monica.ruiz@cchs.csic.es
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LABURPENA

Lan honetan azterketa arkeobotanikoetan oinarritutako laburpena aurkeztu da eta zehazki landareen makrohondakinen (haziak, fruituak
eta egurra) lanei buruzkoa, Euskal Herrian dokumentatutako kronologia historikoetakoak. Horietatik abiatuz, interes historiko handikoak
diren arazoei buruzko egoeraren berri emango da, besteak beste nekazaritza eta basoen erabilera, gure aroko lehenengo milurtekoan zen-
tratuz. Arazo historiko ezberdinei datuak eta hausnarketak emateko dauden iturri nagusien deskribapen laburra egin da, bere garapeneko
modu partikularrean aukeratutako eremu geografikoan. Gainera, makrohondakin botaniko zehatzei buruzko analisi ezberdinak erakutsiko
dira, alor horretan egindako azken ikerketetara hurbiltzen direnak alegia.
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1. PRIMEROS APUNTES. LA ARQUEOBOTÁNICA realizadas, que no todos los restos llegan hasta nosotros, por lo
que diseñar una adecuada estrategia de muestreo es una parte
Este trabajo presenta un estado de la cuestión acerca del uso esencial del trabajo (ver Buxó y Piqué (dir) 2003; Zapata y Peña
de los bosques y del desarrollo de la agricultura a través de la Chocarro 2013). Para obtener una representación óptima se han de
información obtenida de los estudios arqueobotánicos, centrados contemplar cuestiones básicas desde el punto de vista metodológi-
de forma concreta sobre macrorrestos vegetales de cronologías co, como la conservación y el tipo de recuperación. En lo que se
históricas en el ámbito vasco. refiere a la conservación, hay que señalar que la carbonización es
En primer lugar se ha de describir que es la Arqueobotánica. el medio más habitual en el que los restos quedan preservados en
Dentro de la Arqueología, la rama directamente relacionada con el el sedimento. Otros modos de conservación, menos habituales, son
aprovechamiento de los recursos vegetales por el ser humano se por ejemplo la conservación en medios anaeróbicos (representada
conoce como la Arqueobotánica, definida como la ciencia que aquí por el yacimiento de la calle Santiago de Irún) o la mineraliza-
estudia los restos vegetales preservados en asociación con depósi- ción (conservación de algunas semillas en el caso de la Catedral de
tos arqueológicos, y que se dedica al estudio de la flora del pasado Santa María de Vitoria). En lo que se refiere a la recuperación de
(Hastorf y Popper 1988). La Arqueobotánica está integrada por los restos, se pueden utilizar diferentes métodos, como la criba en
diferentes disciplinas, dividida en dos grandes grupo: los macro- seco, criba con agua, la recuperación puntual a mano realizada
rrestos y los microrrestos. Dentro de los microrrestos se enmarcan durante el proceso de excavación, etc. Pero la forma de recupera-
el estudio de los fitolitos, de los granos de almidón, de los pólenes ción más completa e integral de los macrorrestos botánicos carbo-
y esporas o los microfósiles no polínicos, entre otros. Dentro del nizados es mediante la flotación del sedimento (Zapata y Peña
grupo de los macrorrestos, aquellos que en teoría pueden ser Chocarro 2013).
observados por el ojo humano, sin necesidad de microscopía, se Los estudios arqueobotánicos más empleados en las investiga-
encuentran las maderas, semillas, frutos y otros restos como hojas ciones arqueológicas en el País Vasco son principalmente los pali-
o fibras (Lowe y Walker 1997). nológicos, antracológicos y carpológicos, aunque en los últimos
En el caso de los macrorrestos vegetales, tema central de este años se están desarrollando otros como el estudio de los fitolitos.
texto, se ha de tener en cuenta en las diferentes interpretaciones En este territorio la historia de los estudios arqueobotanicos se

Figura 1. M
 apa de localización de los yacimientos con macrorrestos botánicos presentados en el texto.
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remonta a los años 50 del siglo XX, aunque su generalización se País Vasco (fig. 1). Con ello se pretende ver directamente cuales
da en las últimas décadas del mismo siglo (años 80/90). Esos pri- son los datos que puede ofrecer la Arqueobotánica y como con su
meros estudios de mediados de siglo eran referentes básicamente interpretación nos acercamos más a las gentes que vivían en nues-
a la Palinología, que continúan desarrollándose con numerosos tros pueblos durante el I milenio de nuestra era.
estudios a lo largo del siglo XX (Iriarte y Zapata 2004). La Los diferentes paisajes que se observan en la actualidad son el
Antracología y Carpología tienen un recorrido relativamente corto, resultado tanto de continuos cambios ambientales como del peso
produciéndose su despegue a partir de los años 90 con la realiza- de la utilización humana del territorio (Pérez Díaz 2012). A lo largo
ción de diferentes tesis doctorales, principalmente la de Lydia de los siglos se han desarrollado una gran variedad de actividades,
Zapata (Zapata 2002). pero serán las que se relacionan con la producción de alimentos las
que tendrán una mayor repercusión en las condiciones de vida de
las diferentes poblaciones. Desde el final de la Edad del Bronce y la
2. L A AGRICULTURA Y EL USO DE LOS primera Edad del Hierro, la economía estará inmersa en un proceso
BOSQUES DURANTE EL I MILENIO DE de desarrollo que posteriormente, ya en la Segunda Edad del Hierro
NUESTRA ERA. adquirirá un importante crecimiento. Desde entonces la agricultura
es una actividad generalizada y básica para la supervivencia de las
El estudio del País Vasco en Época Histórica cuenta con 2 tipos gentes, constituyendo una de las principales bases de la alimenta-
de evidencias fundamentales: las fuentes documentales y el regis- ción humana a lo largo de varios milenios (Peñalver 2008). Los
tro arqueológico. Se tiende a pensar que la existencia de fuentes estudios paleoambientales reflejan como principal característica
escritas es suficiente para acercarnos al conocimiento de estas una intensa antropización del entorno vegetal. Prácticamente
épocas, y más especialmente en lo que se refiere al medio ambien- todos los depósitos arqueológicos estudiados representan defores-
te y recursos vegetales (Peña Chocarro y Zapata 1997). Hay que tación. Se modifican amplias extensiones para la obtención de
apuntar en este sentido que la información que se recoge en textos superficies para pastos, cultivos, además de madera. Junto a la
clásicos, manuscritos medievales u obras de arte, expone, aunque agricultura la recolección sigue estando presente. Se localizan
de forma general, especies que están presentes en un momento productos no cultivados, como bellotas y avellanas, para el comple-
determinado u otras cuestiones como pueden ser tipos de cultivos, mento de la dieta tanto humana como animal (Iriarte 1994; Zapata
cosechas, etc. (Bakels 2005 en López Sáez y Peña Chocarro 2008). 2002; Pérez Díaz 2012; Ruiz Alonso 2014).
En Época Romana, por ejemplo, los texto clásicos son una fuente
de información importante para conocer el aprovechamiento de los 2.1.1. Cronología romana
recursos vegetales y la agricultura hispana, pero para el entorno
aquí presentado, el País Vasco, las referencias escritas sobre este Según los estudios palinológicos publicados hasta el momento
tema son particularmente escasas (Peña Chocarro y Zapata 1997). para los siglos de dominación romana (ca. 200 cal BC-500 cal BC)
En los estudios arqueobotánicos referentes a cronologías his- y durante la Tardoantigüedad (siglos VI y VII cal AD) en el País Vasco
tóricas, lo primero que se ha de mencionar es la escasez de aque- se aprecia una diferente intensidad en la antropización de los
llos realizados sobre macrorrestos. Apuntar que, así como para fondos de los valles, donde se concentran los lugares de habita-
épocas prehistóricas los estudios arqueobotánicos se han venido ción, y los entornos montañosos, con una menor densidad de
realizando de manera más o menos generalizada desde hace años, poblamiento. Se ha de tener en cuenta que los datos disponibles
los estudios de yacimientos con cronologías más “modernas” no se son fragmentarios como para poder precisar más esta cuestión. En
han estudiado de manera general. Únicamente, en aquellos yaci- los primeros, los fondos de valle, el paisaje vegetal circundante a
mientos de cronologías prehistóricas, en los que sus primeros los núcleos de habitación se presenta relativamente deforestado,
niveles contenían restos de otras épocas, formando parte de una predominando vegetación asociada a las actividades económicas:
estratigrafía más amplia, se estudiaban sus restos botánicos. Con praderas de uso ganadero y cultivos. Este escenario se ve observa
esto, se dejaban de lado cuestiones valiosas como, la introducción en los yacimientos de Atxa (Iriarte 1995), Buradón (Pérez Díaz
o abandono de diferentes especies, procesado de cereales (siega, 2012), Santa María la Real de Zarautz (Iriarte 2009), Kosnoaga,
trilla, aventado, cribado), época de siembra, aprovechamiento del Berreaga (Iriarte 1994) o Amalda (Dupré 1988, 1990). Por el con-
entorno forestal, etc., que pueden estudiarse a través de la trario, en los ámbitos montañosos la dinámica vegetal evidencia
Arqueobótanica (López Sáez y Peña Chocarro 2008). En la actuali- una menor presión antrópica, derivada de un uso residual del
dad existe un renovado interés que le ha dado valor a estos datos, medio, existiendo una notable cobertura arbórea. Estos lugares se
realizando numerosos estudios que hacen que tanto en cronolo- dedican fundamentalmente a la ganadería y en menor medida a la
gías romanas como medievales se empiecen ya a recoger y estudiar agricultura. Este paisaje menos antropizado se observa en las tur-
muestras de forma sistemática. beras de Prados de Randulanda (Pérez Díaz 2012), Atxuri (Peñalba
1989, Pérez Díaz et al. 2015b) o Quinto Real (Galop et al. 2001;
2.1. Casos concretos Monna et al. 2004).
En el caso de los macrorrestos vegetales, como ya se ha
Una vez presentado un breve estado de la cuestión sobre el comentado anteriormente, algunos de los estudios realizados para
desarrollo de los estudios arqueobotánicos en el País Vasco, este esta cronología provienen de trabajos de excavación que no se
apartado se centrará en aquellos ejemplos concretos más represen- centran en localizar vestigios de estas épocas, si no más bien, son
tativos, sobre los que se ha estado trabajando en el territorio del las capas superiores de yacimientos con estratigrafías amplias y
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completas. Se presentan así como ejemplo los yacimientos de Los tancia del poblamiento humano en ese ámbito montañoso desde
Husos I y II. Ambos se localizan al pie de la Sierra de Cantabria, sus primeras manifestaciones culturales hasta la actualidad. Estos
perteneciente al término municipal de Elvillar (Álava), separados estudios, a lo largo de los años, han permitido identificar un amplio
ambos por escasos 80 metros (Fernández Eraso 2000, 2001, 2002, repertorio de evidencias, restos materiales y estructuras de distinta
2004, 2005, 2006, 2007). Sus estudios son muy interesantes pre- tipología y cronología (Mujika 2011; Mujika et al. 2013). De este
sentando una evolución en la captación de los recursos vegetales modo se ha realizado un trabajo intensivo en el que se han llevado
del entorno de los mismos. En el caso de Los Husos I (Fernández a cabo numerosos sondeos, catas y excavaciones en los que siem-
Eraso 2000, 2001, 2002) después de la preferencia de la madera pre se han recogido los macrorrestos vegetales para su identifica-
de Quercus caducifolios desde el Neolítico hasta la Edad del Hierro, ción. En este caso se estudian los primeros indicios pastoriles al
en cronologías romanas (1550 ± 50 BP-410-609 cal AD y 1600 ± aire libre de Época Romana en la zona, concretamente dos cabañas
40 BP-383-560 cal AD) se reduce la variabilidad de la muestra con Argarbi I (1680±35 BP-254-425 cal AD y 1640±40 BP-266-537
respecto a los momentos anteriores y es la madera de haya la que cal AD) y Argarbi Ib (1760±70 BP-87-416 cal AD). El estudio pali-
tiene ahora una representatividad mayor (Ruiz Alonso 2014). En nológico señala que los espacios abiertos, desprovistos de vegeta-
Los Husos II (Fernández Eraso 2004, 2005, 2006, 2007) a partir de ción arbórea, eran importantes en este sector de la Sierra de Aralar,
los niveles de cronología romana se produce un gran cambio. En el aunque se apunta la presencia en las cercanías de un bosque de
primer nivel de cronología romana (Nivel II: 1370 ± 40 BP-599- tipo caducifolio, en el que los robles compartían espacio con hayas,
767 cal AD y 1770 ± 50 BP-131-386 cal AD) se ha producido una abedules y avellanos. También se documentan otras especies liga-
transformación en la utilización del yacimiento, y directamente se das a la presencia cercana de un curso de agua. Además se han
observa un cambio también en el aprovisionamiento de las made- identificado pólenes de algunas coníferas (pino albar y tejo). En
ras. Aumenta notablemente la importancia de la madera de roble cuanto a las maderas recolectadas predomina claramente el uso de
junto con la de chopo. En este momento además aumentan ligera- la madera de haya en las dos cabañas. En la cabaña de Argarbi I la
mente los porcentajes de madera de haya. En el nivel más reciente mayoría de la madera identificada se corresponde con haya, tanto
(Nivel I: 1610 ± 40 BP-349-547 cal AD y 1570 ± 40 BP-409-575 en el hogar localizado, como en los carbones dispersos en el sedi-
cal AD) la tendencia vuelve a cambiar, y todos reducen sus porcen- mento. Junto a esta se localiza la cabaña de Argarbi Ib la madera
tajes en favor de la madera de haya, que sufre una gran evolución de haya es la más importante, siendo el resto de los taxones mera-
en este nivel, con una total preponderancia. Además para esta mente testimoniales. Entre los macrorrestos botánicos identificados
cronología se recuperaron un total de 17 tablones identificados en Argarbi I se documentan fragmentos de avellanas (Mujika et al.
con los restos de una cabaña que se construyo en Época Romana 2013).
en el interior del abrigo. Los “tablones” son de madera de haya, Otro estudio realizado sobre restos de esta cronología se
chopo, roble y endrino (Ruiz Alonso 2014). localiza en la mina romana de Arditurri 3 (Oyarzun, Guipúzcoa),
La intervención en el siguiente lugar presentado, Haltzerreka, datada en el siglo I-II cal AD (Urteaga y Ugalde 1986; Urteaga
es el resultado de las prospecciones y sondeos previos a los traba- 2008). Aquí se han podido estudiar, no solo fragmentos utilizados
jos de construcción de la autovía a su paso por el alto de como combustible para fragmentar las rocas dentro de la mina,
Etxegarate en Guipúzcoa (Mujika y Peñalver 2002; Mujika el al. sino también elementos o utensilios con evidencias de haber sido
2009). La gran concentración de monumentos funerarios en el trabajados. Así se han identificado elementos con marcas de corte
entorno, sugería que aquí pudieran existir asentamientos contem- realizados sobre madera de arce, avellano, haya, fresno y roble. En
poráneos, por lo que se consideró necesario el control de los lo que se refiere al carbón la diversidad aumenta considerable-
posibles yacimientos al aire libre relacionables con los menciona- mente, aunque la madera mejor representada es la de haya y los
dos dólmenes y así su estudio arqueobotánico, continuando con el robles junto con la madera de acebo y de arce (Moreno Larrazabal
gran esfuerzo que se está realizando con respecto a este tema en et al. 2011).
la zona. A lo largo de su estudio se identificaron dos niveles El yacimiento de Aloria tiene una cronología de Época Romana
arqueológicos, un Nivel I correspondiente a la Época Romana tanto bajoimperial, como altoimperial (Cepeda 2001). Se sitúa en
(1930 ± 40 BP, 39 cal BC-209 cal AD) y un Nivel II a la Edad del la localidad de Arrastaria (Vizcaya). Aunque se trata de un estudio
Bronce (3790 ± 80 BP-2467-1984 cal BC y 3760 ± 60 BP-2435- antracológico modesto, en lo que a número de fragmentos se
1979 cal BC) (Mujika et al. 2009). El análisis antracológico realiza- refiere, los resultados obtenidos nos muestran como domina el
do apoya la presencia de dos niveles diferenciados. El nivel más roble frente al resto, con una presencia importante de avellanos y
antiguo se corresponde con un establecimiento de habitación rosáceas. En lo que se refiere al posible uso de la madera que
fabricado a base de materiales perecederos, donde la madera más hicieron los habitantes de Aloria, se señalan actividades como la
usada es la de Quercus caducifolio. En el nivel de cronología roma- construcción, su uso como combustible para hogares domésticos o
na, no se han recuperado materiales arqueológicos, pero sí se ha para hornos artesanales, la alimentación humana o del ganado con
identificado de manera clara varias manchas de arcilla intensamen- las ramas y frutos de ciertas especies (Euba Rementeria 2005).
te enrojecida, relacionadas con hogueras amplias en las que se Debido a la instalación de nuevos colectores de aguas residua-
localizan los carbones, donde el taxón mayoritario es el haya (Ruiz les en Irún (Guipúzcoa) se llevaron a cabo unos sondeos en el casco
Alonso 2009, 2014). urbano que pusieron al descubierto varios elementos de la zona
Cercanos al yacimiento anterior, en la Sierra de Aralar portuaria del Irún romano, un muelle para uso de las embarcacio-
(Guipúzcoa), durante las últimas décadas se vienen desarrollando nes y restos de edificios situados a la orilla del estuario (Urteaga y
una serie de trabajos con el objetivo principal de valorar la impor- López 1994; Urteaga 1995). Este trabajo sobre macrorrestos sería
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Figura 2. D
 iagrama antracológico de la Parroquia de Santa María la Real.

hasta la fecha, el más completo para Época Romana. Se identifican únicamente representativos para Época Romana, donde se observa
2 fases. La 1ª fase de fundación de las instalaciones portuarias, se un paisaje vegetal del entorno del yacimiento muy deforestado,
corresponde con la construcción del muelle en el siglo I y la 2ª fase estando presente en las cercanías una aliseda, así como otros
de ampliación, marcada por la construcción de una escollera de caducifolios (avellano, abedul, quercíneas caducifolias, castaños),
piedra a finales del II o principios del III d.C. El relleno de las estruc- junto a pinares y encinares. La vegetación herbácea, dominadora
turas se realizo mediante la acumulación intencional de residuos del paisaje, estaba compuesta por pastizales de gramíneas junto a
procedentes de desechos urbanos. El medio húmedo en el que se elementos nitrófilos y antropozoógenos, claros indicios de la modi-
encontraba, a tres metros de profundidad y cubierto por una capa ficación del paisaje por parte del ser humano. Sin embargo, no se
de limo permitió unas condiciones excelentes de conservación en han detectado evidencias de cultivos (Iriarte 2009).
un medio anaeróbico con abundante material orgánico. Los resul- En el caso de la Carpología, se observa como el estudio reali-
tados de Irún son los primeros datos que se obtienen de primera zado permite constatar que durante la Época Romana en el entor-
mano sobre la utilización e importación de materiales de Época no de Zarautz existe una importante diversidad de cultivos cerea-
Romana en la cornisa cantábrica. La procedencia de los restos listas. Remiten a una agricultura compleja, con cereales que exigen
parece tener un variado origen, por un lado están las que se corres- prácticas agrarias diversas y usos múltiples. Destaca la presencia
ponden con la vegetación de las inmediaciones del yacimiento y del panizo (Setaria italica) tanto en las muestras romanas, como en
por el otro deshechos de diverso origen (fecal, alimentos, combus- las medievales. Entre los trigos vestidos, en varias muestras, funda-
tible, camas de animales, etc), acompañadas por especies relacio- mentalmente romanas, se ha identificado ezkandia (Triticum dicoc-
nadas con medios alterados. Destacaba una estructura de madera cum) y espelta (Triticum spelta). Los trigos desnudos (Triticum aes-
y también se recuperaron objetos de cuero. Además se localizó un tivum o Triticum durum) también están presentes en Época
amplio espectro de semillas que se pueden dividir en base a su uso Romana. Con respecto a los frutos identificados y que han podido
potencial en diferentes grupos, como las plantas de importancia ser recolectados en el entorno de Zarautz se han localizado avella-
económica, cultivadas y recolectadas (trigo, vid, mora, endrino, nas y bellotas (Ruiz Alonso y Zapata 2009).
ciruelo, guindo, higuera, nogal, avellanas, madroño, olivo, meloco- El estudio antracológico ha revelado una alta diversidad de
tón), plantas que potencialmente han podido utilizarse para ali- taxones arbóreos y arbustivos (fig. 2). La madera de roble es la
mentación o uso humano y que también pueden encontrarse en el dominante en ambos grupos de muestras seguida por la de aliso.
entorno de forma natural (varias especies de verduras como col, El resto de los taxones ofrecen porcentajes bajos. La presencia de
nabo, rábano silvestre, col marina, ortigas, etc..) y otras plantas que haya en casi todas las muestras puede responder al hecho de que
reflejan el medio natural que rodeaba el yacimiento y proporcionan en algunas zonas de Guipúzcoa este árbol crece incluso en zonas
información de tipo ecológico (Peña Chocarro y Zapata 1996, muy bajas. Parece poco probable que la madera carbonizada
1997, 2005). proceda de zonas alejadas. La comparación con el estudio palino-
Por último, y como enlace con la época siguiente, se exponen lógico refuerza la idea de la utilización de un entorno cercano
los resultados de la Parroquia de Santa María la Real (Zarautz, debido a que aparece entre la madera carbonizada similares
Guipúzcoa). En 1997 se inicia un proyecto de investigación arqueo- taxones que están presentes en el paisaje que muestra el análisis
lógica y se plantea la recogida sistemática de macrorrestos botáni- palinológico, al menos durante Época Romana, aunque se obser-
cos para su estudio. Este trabajo supone una aportación desde la van claramente las preferencias por una madera de una mejor
Arqueobotánica al conocimiento sobre la agricultura y los bosques calidad, como el roble, frente a otras, que aunque más presentes
en el entorno de Zarautz en los primeros siglos de nuestra era (S. en el entorno tienen capacidades caloríficas menores (Ruiz Alonso
III-X) (Ibáñez 2009). Los resultados del estudio palinológico son y Zapata 2009).
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2.1.2. Cronología medieval común, cebada vestida, mijo y panizo, siendo el trigo común pre-
dominante. Otro hecho interesante es que durante el periodo
Diferentes trabajos muestran como desde el siglo VIII cal AD se comprendido entre los siglos XI-XII no se ha identificado trigo. Sin
crea una densa red de aldeas altomedievales, en un contexto carac- embargo, sí se documenta el cultivo de cebada vestida. Por último,
terizado por un crecimiento demográfico, una expansión del área resulta significativa la gran cantidad de fragmentos de cereal exis-
cultivada (y posiblemente la modificación de los sistemas de cultivo), tente en las muestras, particularmente en la cabaña. Son restos que
así como un incremento de los intercambios (García Camino 2004; no se han podido identificar por estar excesivamente fragmenta-
Pastor 2004; Quirós Castillo 2009, 2010a, 2010b). El crecimiento dos. A pesar de no poder identificarlos el volumen por sí mismo
económico en las sociedades preindustriales tiene un carácter exten- puede ser indicador de cuestiones deposicionales y/o formas de
sivo, normalmente en terrenos poco propicios para ello (Fernández uso (Sopelana y Zapata 2009).
de Pinedo 1974; Díaz de Durana 1986; García Fernández 2003). Esta En el seguimiento de una obra pública, en este caso la instala-
situación parece tener cierto reflejo en la dinámica vegetal del terri- ción de un colector en Abanto-Zierbena (Vizcaya), se detectaron
torio. A través de la Arqueobotánica se puede definir y valorar este unos materiales cerámicos y constructivos de aspecto medieval en
crecimiento observando indicadores como una apertura en el paisaje, el entorno de la ermita de Santa Juliana de Abanto. El yacimiento
presencia de incendios, agricultura de rozas, cultivos indicadores de se ha podido fechar el primer nivel de terraza entre el siglo VI y el
intensificación o “crecimiento”, hambrunas, jerarquización social o la primer tercio del VII (1510±30 BP-430-623 cal AD), y el siguiente
presencia masiva de estructuras de almacenamiento (Zapata 2008). horizonte entre el primer tercio del siglo XI y el primer cuarto del
Según los diferentes trabajos palinológicos publicados hasta la fecha, siglo XIII (900±30 BP-1039-1210 cal AD). El paisaje vegetal seña-
en la Alta Edad Media, todos los depósitos analizados parecen afec- la la escasez de bosques. Los árboles del entorno eran avellanos y
tados, de una manera más o menos intensa, por una serie de trans- enebros/sabinas, junto con algunos robles, encinas, pinos, castaños,
formaciones que deben ponerse en relación con el trasfondo históri- chopos y tilos y el predominio de los espacios abiertos ocupados
co, político y social dominante. En los estudios palinológicos se por praderas de gramíneas. La humedad ambiental es elevada, por
observa el incremento de las superficies ocupadas por praderas y la presencia de esporas de helechos. Se han documentado tanto
pastizales de uso ganadero. De igual modo, el polen de gramíneas actividades agrícolas (presencia de polen de cereal) como ganade-
cultivadas refleja un incremento en sus valores. Esto podría indicar ras (presencia de microfósiles no polínicos). Tanto el estudio antra-
cierta colonización de entornos que no parecen los más adecuados cológico como carpológico son muy pobres, los resultados solo
para labores agrícolas. Esto se ve reflejado en las turberas de Prados pueden hablar de presencia de elementos, debido a su reducido
de Randulanda, y en menor medida en Fuente del Vaquero (Pérez número es difícil obtener otros tipo de conclusiones al respecto. Así
Díaz 2012), turbera de Saldropo (Peñalba 1989), o en algunos depó- se observa cómo entre la madera aparecen taxones como el haya,
sitos de la Sierra de Aralar, como los túmulos de Txoritegi, Arrubi y roble o un posible fragmento de madera de arce. Los dos restos
Esnaurreta (Iriarte 1999a, 2003/2007). De ahí que esta puesta en carpológicos se han identificados como posible Poaceae y posible
cultivo de ciertos terrenos marginales, se pueda relacionar con la Leguminosae (Varón Hernández et al. 2012).
necesidad de nuevos terrenos, debido al mencionado crecimiento Continuando con el laborioso trabajo mencionado para la
demográfico (Díaz de Durana 1986, 2003). La Baja Edad Media Sierra de Aralar, se realizan los estudios en los fondos de cabaña
sigue los mismos parámetros que épocas anteriores en materia de pastoriles de Arrubi y Esnaurreta (Agirre García et al. 2004,
paleovegetación, es decir una intensa antropización en el entorno de 2003/2007). Arrubi es un túmulo que se localiza en la
los núcleos habitados y un menor uso de los espacios montanos, Mancomunidad Enirio-Aralar, en el sector central de la Sierra de
predominando la presencia de pastizales, como en los casos de la Aralar (Guipúzcoa). Las dataciones disponibles lo sitúan en la Alta
Catedral de Santa maría de Vitoria y las turberas de Fuente del Edad Media (1440±100 BP-389- 775 Cal AD y 1100±50 BP-777-
Vaquero y Prados de Randulanda (Pérez Díaz 2012, Pérez Díaz et al. 1022 cal AD). El estudio palinológico ha proporcionado tan sólo
2015a). una muestra fértil, en la que se aprecia un paisaje intensamente
En el caso de los macrorrestos vegetales, al igual que en la antropizado, con absoluto predominio de espacios abiertos. Entre
época anterior muchos de los estudios son reducidos, parciales o los componentes del escaso estrato arbóreo el principal represen-
presenta unas resultados poco representativos, con la excepción de tante es el pino, mientras que entre las herbáceas predominan los
grandes proyectos de investigación, como el de la Catedral de pastos antropozoógenos de gramíneas. Es interesante la aparición
Santa María de Vitoria, buen ejemplo de las actuaciones que se de vegetación asociada a la presencia de cursos de agua (Iriarte
debería de estar desarrollando en todos los yacimientos arqueoló- 2003/2007). El estudio antracológico del único nivel estratigráfico
gicos, tanto históricos, como prehistóricos. detectado, refleja un uso de taxones caducifolios, como fresno y en
En el estudio carpológico inicial del despoblado de Zornoztegi, menor medida haya. Es interesante destacar que estos elementos
(Salvatierra, Álava), se hallaron una serie de unidades domésticas no parecen ser una parte demasiado importante del paisaje vegetal
en cuya proximidad aparecieron un número importante de silos de circundante, a tenor de los resultados palinológicos, ya que el haya
entre los siglos VIII y XII. Son estructuras de almacenamiento de no aparece en el diagrama polínico y el fresno solo tiene una pre-
cereal, que por el volumen, son silos de carácter familiar asociados sencia testimonial, reflejando la selección humana de estos com-
a viviendas con una economía agrícola. Se pueden distinguir en él bustibles. El resto de taxones tienen una representación mucho
tanto especies cultivadas como algunas especies silvestres. menor. En las muestras analizadas de Arrubi aparecen diferentes
Centrado en el análisis de los cereales, se destacan algunos datos fragmentos de avellana y un fragmento de cotiledón de bellota
de interés, como que durante los siglos VIII y X se cultiva trigo (Ruiz Alonso 2003/2007).
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El fondo de cabaña tumular de Esnaurreta se localiza en la abierto en el que las gramíneas eran la comunidad vegetal más
ladera Noreste de la Sierra de Aralar (Guipúzcoa). Dispone de dos extendida. Aquí, se han documentado valores muy reducidos
dataciones que corresponden a un periodo histórico, la Alta Edad (<1%) de polen de cereal. En la segunda mitad del siglo XI-primera
Media (1080±40 BP-887-1023 cal AD y BP 1340±40-635-769 cal del XII d.C. se mantienen las tendencias antes apuntadas. Destaca
AD). En este caso los resultados del estudio palinológico son total- el incremento notable de los valores de polen de cereal, entre los
mente deficientes debido a la ausencia de palinomorfos, por lo que que destaca la aparición de centeno (López Sáez et al. 2013; Pérez
no se puede extraer ninguna conclusión válida sobre la vegetación Díaz et al. 2015a).
del entorno del depósito o sobre el desarrollo de prácticas agrope- En el estudio carpológico los cultivos documentados a lo largo
cuarias (Iriarte 2003/2007). El estudio antracológico refleja el pre- de la secuencia analizada en Gasteiz son relativamente constantes
dominio del haya, seguido de aliso y avellano. El resto de taxones a lo largo del tiempo con modificaciones que afectan sobre todo a
identificados aparecen en porcentajes mucho menores. Las mues- la disminución y eventual desaparición de diferentes cultivos
tras analizadas incluían diferentes restos carpológicos que corres- (fig. 3). Según los datos carpológicos, la agricultura de todo el
ponden a avellanas (Ruiz Alonso 2003/2007). periodo aquí analizado está basada en la combinación de trigo
El estudio realizado en la Catedral de Santa María de Vitoria común desnudo, cebada vestida, panizo y mijo. Además, las legum-
(Álava) es un ejemplo de trabajo interdisciplinar. Se corresponden bres debieron jugar un papel importante en la alimentación huma-
con una primera fase de entre los siglos VIII-XII, un periodo para el na y animal. Destaca el aumento progresivo del trigo común a la
que la documentación escrita sobre el territorio alavés es particu- vez que disminuye la cebada vestida. La importancia del grupo de
larmente escasa (López Sáez et al. 2013; Zapata y Ruiz Alonso los cereales de ciclo corto, panizo y mijo, se mantiene estable y las
2013; Pérez Díaz et al. 2015a). El diagrama palinológico documen- leguminosas forman siempre parte del conjunto de plantas cultiva-
ta desde los inicios de la secuencia (entre los siglos VIII-X), una das. El centeno arranca en la secuencia de Gasteiz desde la segun-
escasa presencia de árboles en el entorno. Las herbáceas constitu- da mitad del siglo X. Además, parece que el cultivo del lino dismi-
yen el grupo mayoritario predominando las gramíneas junto con nuye a lo largo del siglo X y ya no se documenta en los siglos XI y
otros indicadores de medios humanizados. También alcanzan XII (Zapata y Ruiz Alonso 2013; Pérez Díaz et al. 2015a).
valores importantes las leguminosas y el polen de cereal. En la En la composición taxonómica de las muestras de madera se
primera mitad del siglo X d.C. los espacios abiertos siguen siendo pueden observar diferencias claras. Se ve como en los primeros
los dominadores del paisaje, en el que se documenta de nuevos siglos estudiados (VIII-IX-X) los taxones más importantes son los
valores elevados de leguminosas y cereales y escasa presencia robles caducifolios, seguidos de las rosáceas y el haya. Los robleda-
arbórea. En la segunda mitad del siglo X d.C. se observa cierta les están presentes en el entorno en ese momento, lo que sugiere
recuperación del bosque, sobre todo del robledal y de los pinares, la explotación de formaciones inmediatas al yacimiento. El haya
en paralelo al retroceso de otros caducifolios (Betula, Alnus, pasa a ser el taxón predominante en la segunda mitad del siglo XI
Corylus). De nuevo es importante destacar la importancia de las y en el siglo XII lo que remite a la explotación de zonas más aleja-
herbáceas, sobre todo las gramíneas, junto con la presencia de das, en las laderas de las montañas próximas. El origen de la
polen de cereal y la desaparición de las leguminosas. Las muestras madera altomedieval analizado en Gasteiz y el motivo de su carbo-
correspondientes a la primera mitad del siglo XI d.C. manifiestan nización responde a causas diversas como niveles constructivos,
las mismas tendencias apuntadas con anterioridad con un espacio trabajos domésticos y actividades artesanales que necesitan del

Figura 3. D
 iagrama con los datos porcentuales de los diferentes cultivos anuales de la Catedral de Santa María de Vitoria (Zapata y Ruiz Alonso 2013)
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LA AGRICULTURA Y EL USO DE LOS BOSQUES EN EL I MILENIO DE NUESTRA ERA DESDE ELPUNTO DE VISTA DE LOS MACRORRESTOS VEGETALES 247

uso de combustible. Los resultados antracológicos de este trabajo


registran una mayor diversidad de taxones en los primeros siglos.
A primera vista esto sugiere una explotación diversificada, quizá
oportunista, de la madera disponible en el entorno hasta la segun-
da mitad del siglo XI. En ese momento el patrón general cambia
hacia una explotación centrada de forma casi exclusiva en las for-
maciones de roble y haya. Estos resultados sugieren la existencia a
partir de la segunda mitad del siglo XI y durante el siglo XII de un
uso reglamentado y gestionado de robledales y hayedos. Las uni-
dades estratigráficas relacionadas con instalaciones siderometalúr-
gicas altomedievales (siglos VIII-IX) muestran una diferente compo-
sición antracológica posiblemente vinculada a la selección antrópi-
ca. El aspecto más destacable, es que las rosáceas constituyen el
conjunto más importante, algo que rompe la dinámica general de
las muestras. La selección de madera de rosácea en Gasteiz debe
responder tanto al buen resultado de este combustible en los hor-
Figura 4. S ección transversal de una madera de Fagus sylvatica (haya). Se
nos de reducción como a la disponibilidad de este tipo de leña en observan poros de difusos a semianulares, agrupados en la temprana,
la aldea. y radios uniseriados y multiseriados
Además de los trabajos realizados sobre yacimientos arqueoló-
gicos en lugares de habitación, se han ejecutado otro tipo de
estudios, como aquellos sobre actividades industriales o protoin-
dustriales. Se trata del trabajo en las ferrerías, actividad que desta- la secuencia. Se observa cómo se produce una sobre explotación
ca históricamente en el ámbito vasco. El bosque no ha sido una sobre los hayas, en relación con la actividad ferrona, como muestra
fuente básica de materia prima solamente para el uso doméstico o la preferencia sobre su madera en el análisis antracológico, llegan-
constructivo, sino también para este tipo de actividades industria- do incluso a desaparecer como nos muestra el polen.
les. Estas demandan combustible en forma de madera o carbón Oiola IV (Trapagarán, Vizcaya) se encuadra en el marco de una
vegetal, algo que podemos analizar a través de los macrorrestos serie de intervenciones relacionadas con la metalurgia prehidraúli-
(Zapata 2008). En el entorno estudiado destaca la industria ferro- ca en Vizcaya. Se trata de un establecimiento destinado a la explo-
na. La cantidad de madera necesaria para desarrollar este tipo de tación de mineral de hierro, que parece que perduró entre los siglos
actividades era muy elevada (mínimo 20 toneladas de leña por 1 X-XIII d.C (Pereda 1992/1993). El estudio antracológico de los
tonelada de mineral de hierro bruto, según López Quintana 1994 restos de madera carbonizada, utilizada como combustible en el
en Zapata 2008). Esta actividad no ha de traducirse necesariamen- proceso productivo de la ferrería, muestra cómo los taxones prefe-
te en deforestación ya que pueden realizarse labores de gestión ridos son roble, haya, aliso y avellano. El resto de los taxones tienen
forestal para evitarla y garantizar madera sin modificar la extensión una presencia reducida. Los contextos analizados (hornos de tosta-
del bosque (Aragón 2001; Zapata y Peña Chocarro 2003; Loidi ción, hornos de reducción, zonas de forja, agujeros de poste, car-
2005 entre otros), algo que contemplan las legislaciones forales boneras y depósitos) muestran una gran diversidad, en lo que se
(Gogeascoechea 1996). Los estudios realizados hasta el momento refiere al uso de la madera, ninguna actividad se asocia con un
sobre estos temas son muy escasos, a pesar de la importancia de combustible determinado. La diversidad sugiere que se está apro-
la metalurgia del hierro en la historia del País Vasco (Zapata 2008). vechando toda la leña disponible, sin demasiada selección de las
Ilso Betaio es una haizeola de los siglos X-XI, situada en terre- maderas, reflejando de este modo las diferentes formaciones vege-
no correspondiente a los municipios de Sopuerta y Arcenales tales que estaban presentes en el entorno de Oiola (Zapata 1997).
(Vizcaya). Consta con varias estructuras relacionadas con el proce- En los últimos años se han realizado otras incursiones en estos
so de reducción del mineral de hierro (Gorrotxategi et al. 1999). El temas, aunque siempre de reducido tamaño, con muestras puntua-
estudio palinologico muestra un descenso de todas las especies les u objetos singulares. Todos estos trabajos se encuentran inédi-
arbóreas, siendo el avellano las más presente en el entorno, segui- tos hasta el momento. Como ejemplo se muestran los datos de una
da de otras como los roble caducifolios o haya, que incluso llegan ferrería y una carbonera. En la ferrería del siglo XV (Baja Edad
a desaparecen al final de la secuencia estudiada. Frente a esto las Media, en Agirre Mauleon y Agirre 2003, 2004) de Igartza en
especies arbustivas aumentan su importancia. No se detecta en Beasain (Guipúzcoa) se recuperaron 3 fragmentos grandes de
este momento cultivo de cereal, aunque sí otros elementos de madera (uno de ellos sin carbonizar). Dos de ellos se correspondían
origen antrópico (Plantago, Chenopodiaceae) (Iriarte 1999b). El con madera de aliso y uno de haya (Ruiz Alonso 2014). La carbo-
análisis antracológico ha permitido señalar las especies vegetales nera, también del siglo XV, de Jorrios (Encartaciones, Vizcaya) se
empleadas en los procesos industriales para los que sirvieron estas inserta en una zona explotada desde la Antigüedad por sus recur-
instalaciones excavadas. Refleja en este caso un uso mayoritario sos mineros. Los afloramientos de hierro y los restos de la actividad
del haya, con presencia ocasional del roble y del acebo (Zapata minera son muy abundantes en el entorno. Es la madera de haya
1993, 1999, 2002). la mejor representada con ca. un 80 %, junto a la madera de aliso
La comparación entre ambos estudios permite observar que la y de Quercus caducifolio. Además se localizaron una gran cantidad
acción antrópica sobre el medio vegetal es creciente a lo largo de de cortezas (Ruiz Alonso y Zapata inédito).
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248 M. RUIZ ALONSO

Tanto estos ejemplo, como otros contextos expuestos a lo largo 4. BIBLIOGRAFÍA


del texto, ponen de manifiesto que el aprovechamiento del haya
(Fagus sylvatica - fig. 4). Este es un caso singular en nuestro entor- Agirre García, J.; Moraza, A.; Mujika, J. A.; Reparaz, X.;
no. Ahora entre los bosques vascos se ven grandes extensiones de Telleria, E.
hayedos, pero este panorama no ha sido siempre así, hace 3000
2003/2007 “Primeros vestigios de un modelo económico de gana-
años apenas tenían presencia. Sintetizando el gran volumen de
dería estacional especializada. Los fondos de cabaña
datos recopilados, se puede apuntar que la presencia de haya se
tumulares de Arrubi y Esnaurreta (Aralar)”, Kobie (Serie
documenta en fechas muy antiguas en el territorio estudiado, aun-
Paleoantropología) 27, 105-129.
que de forma general, reflejan apariciones puntuales y discontinuas
desde el punto de vista cronológico. En las cronologías más avan- Agirre García, J.; Flores, Mª.; Moraza, A.; Mujika, J. A.;
zadas, en Época Romana y posterior, en cronologías medievales, el Reparaz, X.; Telleria, E.
haya pasa a ser uno de los taxones arbóreos mejor representados 2004 “Sierra de Aralar (Ataun, Mancomunidad de Enirio-Aralar),
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no estudiado. Esta dinámica continúa prácticamente hasta la Agirre Mauleon, J.; Agirre, A.
actualidad (Ruiz Alonso 2014). 2003 “Ferreria de igartza (Beasain) I campaña”. Arkeoikuska
2002, 485-488.
2004 “Ferreria de igartza (Beasain)”. Arkeoikuska 2003, 376-
3. CONCLUSIONES
378.
Como conclusión reiterar la idea sobre que los estudios Aragón Ruano, A.
arqueobotánicos son una herramienta indispensable para la inves- 2001 El bosque guipuzcoano en la Edad Moderna: aprovecha-
tigación histórica y prehistórica, ya que aportan nuevos e intere- miento, ordenamiento legal y conflictividad, Sociedad de
santes datos sobre temas como el uso de los bosques y el desarro- Ciencia Aranzadi, San Sebastián.
llo de la agricultura en cronologías históricas. Pese a tratarse Buxó, R.; Piqué, R. (Dir.)
momentos en los que ya se cuenta con documentación escrita, no
2003 La recogida de muestras en arqueobotánica: objetivos y
pueden desecharse los datos arqueológicos y más concretamente
propuestas metodológicas. La gestión de los recursos
los arqueobotánicos como fuente directa de información, debiendo
vegetales y la transformación del paleopaisaje en el
incluirse de forma general en todos los estudios arqueológicos
Mediterráneo occidental. Museu d’Arqueologia de
realizados.
Catalunya, Barcelona.
Así, gracias a los datos arqueobotánicos, en el País Vasco
observamos un paisaje muy antropizado, ya desde la Edad del Cepeda, J.J.
Hierro. A partir de Época Romana este hecho se intensifica, mani- 2001 La romanización en los valles cantábricos alaveses. El yaci-
festándose en prácticamente todos los depósitos documentados, miento arqueológico de Aloria, Diputación Foral de Álava,
con grandes extensiones dedicadas a pastizales de uso ganadero y Departamento de Cultura, Vitoria-Gasteiz.
cultivos, con ligeros matices entre las zonas montañosas y los Díaz de Durana, J.R.
fondos de valle. La explotación de los bosques se ve de forma clara
1986 Álava en la baja Edad Media. Crisis, recuperación y trans-
en la preferencia por determinadas especies como pueden ser los
formaciones socioeconómicas (c. 1250-1525), Diputación
robles y posteriormente los hayedos. En lo que se refiere a la agri-
Foral de Álava, Vitoria-Gasteiz.
cultura, está claramente desarrollada con la implantación de nue-
vas especies a lo largo de los diferentes siglos. 2003 Capitulo 6. Crisis y cambios al final de la Edad Media: 155-
Agradecimientos 184. En A. Rivera (dir) Historia de Álava, Ed. Nerea, San
Mónica Ruiz Alonso es contratada del Proyecto MEMOLA Sebastián.
(Mediterranean Mountainous Landscapes): an historical approach to Dupré, M.
cultural heritage based on traditional agrosystems (Proposal Nº 1988 Palinología y paleoambiente. Nuevos datos españoles.
613265) financiado en el marco del programa euro- Referencias. Series de Trabajos Varios 84, Servicio de
peo “Cooperation” del Séptimo Programa Marco de Investigación Investigación Prehistórica, Diputación Provincial de
(FP7-SSH-2013-2). Este trabajo forma parte del Ciclo de Conferencias Valencia, Valencia.
sobre Investigaciones Arqueológicas, para descubrir nuestro pasado,
1990 Análisis polínico de la cueva de Amalda. En Altuna, J.;
dedicadas de manera especial a la memoria de Lydia Zapata. Quiero
Baldeon, A. & Mariezkurrena, K. (eds.): La cueva de Amalda
agradecer al Museo de Arqueología de Bizkaia y a su Director, Iñaki
(Zestoa, País Vasco). Ocupaciones paleolíticas y post-pa-
García Camino, su invitación a este ciclo.
leolíticas, 49-51, Sociedad de Estudios Vascos, Serie B, San
Sebastián.
kobie

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