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Vilaseca A Hermanas Josefinas
Vilaseca A Hermanas Josefinas
CORRESPONDENCIA DE
JOSÉ MARÍA VILASECA A
HERMANAS JOSEFINAS
Sa Da Cesárea Esparza.
Hágame el [testado: fabor] favor de entregar al dador 10 entregas del mes de Marzo, y el
dinero que me tenga recogido.
16 Abril de 1872.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Recado del p. Vilaseca a la Hija de María Cesárea Esparza para decirle que
Refugio asista a la asamblea de hoy.
Da Cesarita.
Recado.
Se me olvidó decir á V. que conviene que Refugio asista á las Asambleas, y que hable con
Sor Paulina aunque ésta le haya dicho algunas cosas no convenientes. Hoy tenemos la Asablea. y
no quiero que no esté; ahora, si [testado: las] la despiden, ella habrá cumplido.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 15/72.
2
5 de Diciembre de 1872.
[Destinatario]
S. Cesárea Esparza.
Recado.
Por estar muy ocupado no tendrán esta mañana la plática, pero esta tarde, á las 3 y tres
cuartos, predico en esta Igta. de la Concepción, y se vienen todas las que [puedad] puedan.
S. S. S. y P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Dbre. 5/72.
las cuentas de gastos, añade algunas noticias del motivo que los
ocasionaba. Las Superioras generales de este período aprueban las
cuentas que presenta el p. Vilaseca: Cesárea Esparza, Antonia Corral,
Manuela Ramírez y Josefa Pérez.
Libro que contiene las cuentas entre el Presbítero José María Vilaseca y las Hijas de María
Josefinas, comenzando en enero de 1873.
- Contiene este libro cuarenta y ocho hojas. Fue presentado hoy por el señor Eulogio
Guillón; se tomó razón a fojas 50 del registro No. 3. México 13, de agosto de 1878.
Manuel Mendiolez.
Enero de 1873.
- Por gastos de carpintero y albañilería en la casa de la Pulquería de Palacio, cuando por la
primera vez se trasformó en escuela, doscientos cuatro pesos. $204.25
Mayo de 1873.
- Por gastos de carpintero, cerrajería y albañilería hechos en la casa del Callejón de Veas
para que sirviese para escuelas y casa de arrepentidas, la cantidad de doscientos pesos ochenta
centavos. $200.80.
Mayo de 1875.
- Por gastos de carpintero, cerrajero y albañiles, pintor, etc. hechos en la casa de San
Cosme para que fuese casa de campo para las Josefinas, además Escuelas Josefinas, además de la
cantidad que dio el Señor Arzobispo, la cantidad de mil veinte y cinco pesos, diez centavos.
$1,025.10.
Marzo de 1876.
- Por gastos de carpinteros, cerrajeros, albañiles, etc. hechos en la casa de la Pulquería de
Palacio, al transformarse en casa de vecindad, además de las Escuelas de niños y niñas, la cantidad
de dos mil setecientos trece pesos sesenta y dos centavos. $2713.62.
Enero de 1878.
- Por gastos de carpintero, cerrajero, albañiles, materiales, pintores, etc. además de las
cantidades suministradas por el Señor Arzobispo, hechos en la casa central, la Concepción o
Colegio Clerical y Preparatorio, la cantidad de dos mil setecientos pesos, cuatro centavos. (Lo que
se gastó para el Clerical lo dio el Señor Arzobispo). $2700.04
Julio de 1878.
- Por gastos de carpintería, cerrajería, albañilería, pintor, etc. para la casa central para
arreglar algunas piezas del Clerical y del Preparatorio, la cantidad de mil setecientos setenta y
cinco pesos, sesenta y cuatro centavos (el Señor Arzobispo dio también lo que se gastó para el
Clerical y Preparatorio). $1775. 64
- - - - - -----------
- - - - - 8619.45
- Con diversas cantidades que entregué desde el diez y nueve de septiembre del año de
mil ochocientos setenta y dos, hasta el diez y nueve de julio de mil ochocientos setenta y ocho, a
saber, ocho mil seiscientos diez y nueve pesos, cuarenta y cinco centavos, se hicieron las obras
arriba indicadas, desde principios de enero de mil ochocientos setenta y tres, quedando exacto el
cargo y data. $8,619.45
- Prestado a las Hijas de María Josefinas para ayuda de sus gastos.
1872.
- Desde su fundación que fue en septiembre de 1872 hasta enero de 1875, se les prestó la
cantidad de mil doscientos pesos, diez centavos. $1,200.10
4
Marzo de 1875.
- Desde el primero de enero de 1875, hasta diez y nueve de marzo del mismo año se les
prestó la cantidad de ciento sesenta y siete pesos. $167.00
Marzo de 1876.
- Durante el mes de marzo de 1876 al mes de marzo de 1877, se les prestó la cantidad de
mil novecientos cincuenta y un pesos, setenta y cuatro centavos. $ 1,951.74.
Marzo de 1877.
- Desde el día 19 de marzo de 1877, hasta la misma fecha de 1878, incluyendo la renta de
la casa central y demás gastos extraordinarios de cerca de dos años, la cantidad de nueve mil diez
y nueve pesos y ochenta y cuatro centavos. $9,019.84.
Julio de 1878.
- Desde el diez y nueve de marzo de 1878, hasta fines de julio del propio año entregué la
cantidad de mil ciento noventa y siete pesos para hacer frente a los diversos gastos. Va incluida en
dicha cantidad lo del mes de agosto de este año. $1,197.00
Suma: - - 13,535.68
- Con diversas cantidades que se entregaron ya directamente a Cesarita, ya a otras
Josefinas que ocupaban su lugar, ya a las Superioras de otras casas y a Josefinas de fuera de
México, ya en suma por los alquileres que se pagaron de la casa central se juntaron los trece mil
quinientos treinta y cinco pesos, sesenta y ocho centavos, cantidades que yo mismo deposité a
este fin, quedando por consiguiente exacto el cargo y data: $13,535.68
- Cantidades provenientes de los gastos de albañilería, carpintería, herrería, pintor, etc.
$8,619.45.
Suma total: - $22, 155.13
José María Vilaseca.
- Desde agosto del año de 1878 hasta diciembre de 1880, hechas las deducciones de las
diversas cobranzas resulta haber entregado a Cesarita y a otras Superioras en particular, así como
por gastos de viaje la cantidad de seiscientos setenta pesos y veinte y cinco centavos. $670.25
México, 31 de diciembre de 1880.
José María Vilaseca.
Suma total: - $22,825.38
- De esta cantidad deben deducirse lo que dio el Señor Arzobispo: $2,250.88
- Resulta de la suma total: $20,574.50
México, 31 de diciembre de 1880.
José María Vilaseca.
- Desde el día 31 de diciembre de 1880 hasta el día 31 de diciembre de 1881, se ha dado a
Cesarita hechas todas las cuentas y las reducciones debidas la cantidad de mil ciento noventa y
cuatro pesos, cuya cantidad unida a la anterior asciende a la cantidad de veinte y un mil
setecientos setenta y ocho pesos, cincuenta centavos.
- Desde su fundación hasta el 31 de diciembre de 1880: $20, 574.50
- Del presente año de 1881: $1,194.00
- Suma total: $21,768.50
México, 31 de diciembre de 1881.
José María Vilaseca.
- Desde el día 1 de enero de mil ochocientos ochenta y dos hasta últimos de agosto del
mismo año, se ha entregado a Cesarita, hechas las reducciones debidas, la cantidad de dos mil
quinientos, noventa y cuatro pesos, cincuenta centavos ($2,594.50) con cuya cantidad quedó
cubierto todo el saldo de la casa central y demás casas de las Josefinas: $2,594.50.
Deuda a fines del año pasado: $21,768.50
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- - - - - - - -------
- - - - - - - 991.50
Entregado por la casa de Toluca, albañiles y
demás gastos. - - - - - - - - $5,634.39
Entregado a sor Manuela para la atargea, agua
y demás gastos hasta la fecha. - - - - - - 130.00
Entregado a sor Antonia desde el 1 de junio
hasta la fecha. - - - - - - - - 1,408.30
- - - - - - - - - - --------
- - - - - - - - - - 7,172.69
Suma la deuda general hasta el 31 de mayo. - $27,356.00
Entregado desde el 31 de mayo hasta la fecha. 7,172.69
- - - - - - - ---------
- - - - - - - 34,528.69
Recibí en diversas cantidades. - - - 991.50
- - - - - - - --------
Total del déficit. - - - - - 33,537.19
Conforme.
México, 31 de marzo de 1885.
Antonia de J. Corral.
José María Vilaseca.
- Desde el 31 de marzo de mil ochocientos ochenta y cinco hasta el día 31 de julio del año
de mil ochocientos ochenta y seis, entregué a la Superiora sor Antonia Corral y a la Superiora de la
casa de Toluca y demás gastos hechos en favor de las Josefinas, la cantidad de tres mil quinientos
veinte y cinco pesos, treinta y un centavos, con cuya suma se han hecho los gastos de las obras de
ambas casas y suplido las diversas necesidades que han ocurrido a toda la comunidad y abonando
de mi parte la cantidad de sor Dolores y de sor Guadalupe, así como la mensualidad de cuarenta
pesos por el lavado, resulta el déficit de treinta y seis mil treinta y dos pesos, ochenta centavos en
la forma siguiente.
Deuda anterior. - - - - $33,537.19
Abonado en diversas cantidades. - - - 1,029.70
- - - - - - - ---------
- - - - - - - 32,570.49
Entregado con los diez y seis
meses. - - - - - - 3,525.31
- - - - - - - ---------
- - - - - - - 36,032.80 es la suma total que he gastado para la formación de las hijas de
María Josefinas.
México, 31 de julio de 1886.
Conforme.
Antonia J. Corral.
José María Vilaseca.
- Desde el 31 de julio de 1886, hasta el día 15 de enero de 1887, entregué a la Superiora
sor Antonia Corral, a la Superiora de Toluca y a otras Josefinas, y sobre todo para los gastos de las
obras de Santa Brígida, entregué a los albañiles, plomeros, hojalateros, carpinteros la cantidad de
dos mil ochocientos cincuenta y tres pesos, setenta y ocho centavos, haciendo antes la debida
deducción de cuatrocientos sesenta pesos de Josefinas recibidos en las fechas que constan en el
diario, y proveniente de las Josefinas sor Nandín, Tabila, Gutiérrez y Dolores.
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Superiora de México y demás gastos hechos en favor de las Josefinas, he entregado, digo, la
cantidad de tres mil seiscientos sesenta y un pesos, veinte centavos, cuya suma con la deuda
anterior, asciende a la cantidad de cuarenta y dos mil, cuatrocientos veinte y ocho pesos y seis
centavos; y como de cuya cantidad debe deducirse, quinientos noventa pesos recibidos de las
hermanas Jesús Galván, Soledad Lizarriturri y de las Josefinas Garcías, así como dos abonos hechos
en favor del piano, resulta que la deuda actual que tienen las Josefinas es de cuarenta y un mil,
ochocientos treinta y ocho pesos, seis centavos.
Deuda anterior conforme las sumas
y las deducciones convenientes. - - - $38,766.86
En este año entregado en diversas
cantidades. - - - - - - 3,661.20
- - - - - - - ---------
- - - - - - - 42,428.06
Recibido en todo el año. - - - - 590.00
- - - - - - - ---------
- - - Total de la deuda. - - 41,838.06
México, 31 de diciembre de 1888.
Conforme.
Sor Manuela Ramírez.
José María Vilaseca.
- Desde el primero de enero de mil ochocientos ochenta y nueve, hasta el día treinta de
septiembre del mismo año recibí de las Josefinas provenientes del asilo, abonos del piano,
cantidades de Cesárea Lesa, niñas García, lo de la de Cuernavaca, de María Mendoza y de la
postulanta de Puebla, la cantidad de mil cuatrocientos dos pesos; y los gastos por dinero dado a
sor Josefa a la Superiora, a sor Refugio para arreglo del comedor de los niños, despensa de ellos,
capelinas y viajes, para la impresión del tomo segundo de las Meditaciones, de las Reglas de los
oficios, y por la encuadernación de los tomos que han necesitado; además por los gastos de las
obras de Santa Brígida que se componen de tres salones ya habitados, y otros cinco salones que
están muy adelantados, estando aquí metidos todos los gastos de albañilería, materiales,
carpintería, madera etc., ascienden a la cantidad de nueve mil cincuenta y un pesos noventa y
cinco centavos y hecha la debida resta de lo recibido y reunido el saldo con la deuda liquidada en
diciembre de mil ochocientos ochenta y ocho, llega su deuda a la cantidad de cuarenta y nueve mil
cuatrocientos ochenta y ocho pesos, un centavo, conforme la demostración siguiente.
Entregado para los gastos susodichos. - - - $9,051.95
Recibí del asilo bienhechores y demás
de Josefinas. - - - - - - - 1,402.00
- - - - - - - - --------
Deuda desde diciembre de 1888, hasta
diciembre de 1889. - - - - - - 7,649.95
Deuda anterior. - - - - - - 41,838.06
- - - - - - - - --------
Deuda liquidada hasta el 30 de septiembre. - - 49,488.01
México, 30 de septiembre de 1889.
Conforme.
Sor Manuela Ramírez.
José María Vilaseca.
- En esta fecha las Josefinas desde su fundación, que fue en el mes de octubre de mil
ochocientos setenta y dos, (las Josefinas comenzaron a poner sus escuelas en el mes de marzo del
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año de mil ochocientos setenta y uno, y estuvo al frente de ellas sor Guadalupe Beltrán, que
entregó la casita a nuestra venerable Madre, y después de algunos meses se enfermó, se fue a su
tierra Coyuca para restablecer su salud, allí puso una pequeña escuela, estableció la Asociación, y
se portó en su tierra con mucha edificación, y a los pocos meses murió, manifestándonos el señor
san José prácticamente, que no está la salud en irse uno a su tierra).
Hasta la fecha de 30 de septiembre de 1889 hay 85 Josefinas distribuidas así:
- Casa central de México con noviciado, asilo, clases externas e internado.
- Casa de Asilo de mendigos en México con escuelas y cuidado de enfermos.
- Casa de San Angel con asilo huérfanas, clases externas, e internado.
- Casa de Toluca con asilo, clases externas, internado y visita de enfermos y velarlos.
- Casa de Jilotepec con asilo, clases externas e internado.
- Casa de Huichapan con clases externas e internado.
- Casa de Tabasco, San Agustín, orfanatorio.
- Casa de San Agustín Tlaxco, Escuela Civil, pagada por el ayuntamiento.
- Casa de Orizaba, asilo, escuelas e internado.
- Casa de Santiago Tianguistenco, asilo y escuelas.
- Esto se ha hecho ayudando a las Josefinas con $49,488.10.
- Desde el treinta de septiembre de 1889 hasta el día de la fecha se han hecho grandes
obras en la casa de Santa Brígida quedando levantados los tres pisos, colocadas las cuarenta y
ocho columnas y los treinta y dos barandales, todo de fierro, además el salón de la entrada con los
cuatro barandales de fierro con los dos arcos; también se pusieron algunos pisos de madera y
habiendo hecho algunos gastos en la cocina y concluido el refectorio de las niñas que ya está
sirviendo; y hecho cargo de las diversas entradas que tuvieron de algunas Josefinas resultan
gastados en estas obras la cantidad de diez y siete mil trescientos sesenta y nueve pesos, cuatro
centavos, adeudando las Josefinas al Padre Vilaseca la cantidad de sesenta y seis mil ochocientos
cincuenta y siete pesos, cinco centavos.
- En este mes se abrió el día 1º el Colegio que el señor Cura de Veracruz fundó en su
propio curato; y en la cantidad susodicha van incluidas las diversas cantidades dadas para pan,
carne, ropa, viajes y otros gastos. Ojalá que pronto puedan vivir las Josefinas con sus propios
recursos.
Deuda hasta el 30 de septiembre de 1889. - - $49,488.01
Desde dicha fecha hasta el 1º de
septiembre de 1891. - - - - - - 17,369.04
- - - - - - - - ---------
- - - - - - - - 66,857.05
- Además es muy justo que notemos aquí, que las Hijas de María Josefinas desde febrero
de 1886 hasta la fecha, que es 1 de septiembre de mil ochocientos noventa, han gastado en su
casa de Santa Brígida la cantidad de veinte y seis mil setecientos cuarenta y tres pesos, treinta y un
centavos. ($26,743.31); en cuya cantidad emplearon todos sus dotes, limosnas extraordinarias, y
otros recursos que el señor san José les ha dado.
México, 1 de septiembre de 1890.
Conforme.
Manuela Ramírez.
José María Vilaseca.
- Desde el 1 de septiembre de 1890, hasta el 31 de octubre del día de la fecha no se
hicieron obras en la casa central de las Josefinas, sino que tan sólo se concluyó la cocina, las
bombas, cañerías y algunos vidrios en lo que se gastaron $330.55; además se entregó a la
Superiora de Toluca para el oratorio $110.00 y para los gastos de las tres postulantas de Zamora
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cantidades que tuve que prestarles, resulta que de las diversas cantidades que me entregaron en
casos extraordinarios, hubo en favor de ellas una cantidad de bastante consideración la que se
manifiesta en los siguientes términos:
Recibí de las Hermanas Josefinas
en diversas ocasiones según nota - - $2,241.00
Entregué a las mismas. - - - - - - $1,249.00 -
Era la deuda anterior. - - - - - - 74,288.50
- - - - - - - - - --------
- - - - - - - - - 75,537.50
Abonaron. - - - - - - - - 2,241.00
- - - - - - - - - --------
Queda reducida a - - - - - - - 73,296.50
México, 14 de enero de 1896.
José María Vilaseca.
Conforme
Josefa Pérez V.
- Durante el año de 1896 aunque no hubo trabajos en la casa central, sin embargo,
tuvimos que pagar la cantidad de mil pesos a Adela Galván, así como a la Gutiérrez ciento ochenta,
por lo que, atendidas las ayudas que hubo de darse a la casa central y al noviciado, no obstante las
entradas que recibí de postulantas y Josefinas tuvieron el déficit de trescientos treinta y seis
pesos, cuarenta y seis centavos, quedando por consiguiente el estado de la deuda en esta forma.
De los años pasados. - - - $73,296.50
Déficit de este año. - - - - 336.46
- - - - - - 73,632.96
México, 19 de febrero de 1897.
José María Vilaseca.
Conforme.
Josefa Pérez V.
- Desde el diez y nueve de febrero de este año hasta el día 30 de noviembre se hizo en la
casa central de las Hermanas Josefinas el arreglo de todos los comunes, poniéndoles el agua
conforme el consejo de salubridad, se pagaron algunas deudas de las Hermanas Josefinas y, sobre
todo, se faltó la gran deuda que tenían del pan, todo lo cual importó mil novecientos veinte y
cinco pesos, habiendo sido las entradas durante el mismo tiempo de mil ciento y trece pesos,
habiendo tenido por tanto un défict de ochocientos doce pesos, siendo por tanto su deuda total
de setenta y cuatro mil, cuatrocientos cuarenta y cuatro pesos, lo que se ve claro en la forma
siguiente:
Deuda anterior. - - - $ 73,632.00
Datos de los diez meses. - - 1,925.00
- - - - - ----------
- - - - - 75,557.00
Abonaron en dicho tiempo - 1,113.00
- - - - - ----------
Queda reducida la deuda a - 74,444.00
30 de noviembre de 1897.
José María Vilaseca.
Conforme.
Josefa Pérez V.
- Desde el 30 de noviembre de mil ochocientos noventa y siete, pasamos ahora las
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cuentas que es veinte y tres de mayo de mil ochocientos noventa y nueve y no se creyó prudente
pasarlas por estar en obras tanto de la casa central, como en el noviciado. En este tiempo se
arregló en la casa central la escalera principal, se renovó toda la capilla, se hizo el salón de actos y
otras cositas; así como se emprendieron también las obras del noviciado, levantando dos paredes
que se cayeron por el temblor, haciendo un gran salón y la atarjea general y arreglo del jardín,
para lo cual contribuí con cinco mil ochocientos veinte y un pesos; que, quitando mil quinientos
treinta pesos que recibí, y adjuntando la cantidad de setenta y cuatro mil cuatrocientos cuarenta y
cuatro pesos, importa la cantidad con la que contribuí a la marcha de las Hermanas Josefinas, a
setenta y ocho mil setecientos treinta y cinco, y queda demostrado como sigue:
Cantidad gastada. - - - - - $5,821.70
Deuda anterior. - - - - - 74,444.00
- - - - - - - --------
- - - - - - - 80,265.70
Cantidad recibida. - - - - - 1,530.00
- - - - - - - --------
Deuda actual. - - - - - 78,765.70
México, 23 de mayo de 1899.
José María Vilaseca.
Conforme.
Josefa Pérez.
- Como en este medio año, es decir, desde el veinte y tres de mayo, hasta el 20 del
corriente noviembre ha habido fuertes entradas, han tenido las Hermanas Josefinas un sobrante
de dos mil seiscientos ochenta y dos pesos, que restado de la deuda anterior resulta setenta y seis
mil cincuenta y tres pesos en la cuenta aquí expresada.
Deuda anterior. - - - $78,735.00
Sobrante de este mes. - - 2,682.00
- - - - - ---------
Deuda actual. - - - 76,053.00
México, 20 de noviembre de 1899.
José María Vilaseca.
Conforme
Josefa Pérez.
- Desde el 20 de noviembre de 1899 hasta el 8 de diciembre de 1900 las Hermanas
Josefinas tuvieron el déficit de cuatrocientos setenta y seis pesos, que junto con la deuda anterior
de setenta y seis mil, cincuenta y tres pesos, resulta una suma total de setenta y seis mil
quinientos treinta y nueve pesos, en esta forma:
Deuda del último año. - - - $476.00
Deuda anterior desde el principio. - 76,053.00
- - - - - - ---------
Deuda actual. - - - - 76,529.00
José María Vilaseca.
- En vista de mis muchos años, que son ya setenta, que cumplo el día 20 de enero de
1901, es mi voluntad que, en caso de muerte, esta deuda sea tenida por saldada, mas con el
objeto de evitar discordias entre ambas familias josefinas, los padres se contentarán con ésta mi
resolución, que fue tomada en vista de ciertas tendencias que, observadas por mí, a su tiempo
podrían producir ciertas dificultades [que] ahora no es necesario numerar.
- Las Hermanas Josefinas, representadas en el Consejo, se comprometen a ayudar al
Instituto de los Misioneros de Señor San José del modo siguiente:
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Sa Da Cesárea Esparza.
Esta tarde á las cuatro estaré en esa para acabar de confesar, y le manda el mismo recado
á Da Concepción Sanromán, diciéndole además que no iré á esa mañana á las 7 y media como le
dije esta mañana en el noviciado.
Su,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Enero/73.
15
Da Cesárea Esparza.
Fbro. 18/73.
Mando á V. veinte pesos; y hágame el favor de entregarle al dador 50 libros de Quién es
José.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
[Me parece qe apenas hay necesidad el día Consagrado á Sor. S.]
[Nota marginal: 73]
Sa Cesárea Esparza.
Cárcel de Belén, y Mayo 25/73.
Muy Señora mía:
Como ya es un hecho, tengo de salir de la República con los demás sacerdotes, por ser
considerados ciudadanos perniciosos, p[o]r esto le dirijo la presente que espero le servirá p. su
Gobierno.
1º Debe V. seguir en lo comenzado, pues tiene motivos poderosos p. creer q. ésta es la
voluntad de Dios; y debe animar á las demás, recordándoles q. el re[i]no de los cielos padece
violencia y q. necesitamos hacérnosla.
2º Que por ningún título conviene que sean religiosas ó monjas, sino q. observen las
Reglas q. V. ya ha leído y q. á su tpo. les entregará el Sr Arbº.
3º Que por ahora no han de usar ningún distintivo de hábito; y á su tpo. podrán vestirse
como el Sr les inspirare y las circunstancias permitieren.
4º Que ninguna tenga ahora votos, sino q. se contenten con hacer promesas á Dios, y V.
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misma no conviene q. quede atada sino como las demás, ó bi[en] como antes lo estaba. Cuando
hagan votos, los harán de su parte perpetuos, aunque el Sr Arzobispo, ó el Gobierno de la Congn,
podrá dispensarlos en aquellos casos en los que un individuo podría escandalizar á sus
compañeras, pero sin que se entienda por esto que después de hechos los votos, pueda una
lícitamente abandonar la compañía de las demás; pues como acabamos de decir los votos han de
ser perpetuos.
5. Además de los votos de Castidad, Pobreza y Obediencia, harán el cuarto Votos [sic],
como está explicado en las Reglas.
6. Todas las virtudes han de procurar practicarlas, porq. la práctica de ellas es lo q.
constituye una alma perfecta, pero han de procurar distinguirse en la práctica de las q. forman su
propio espíritu, como está también explicado en sus Reglas.
[Mayo 25 de 1873]
7. Unas con otras han de edificarse mutuamente, siendo una p. otra objeto de verdadera
edificación; han de profesarse verdadera caridad, soportándose mutuamente sus defectos,
acordándose que de ordinario los más defectuosos son los más insufribles.
8. Su Gobierno esterior é interior será como lo hemos establecido, poniéndose de acuerdo
con S. S. I. ó con el Sacerdote q. sea llamado su Dir[ec]tor.
En suma, amen á Dios, sufran por Dios, trabajen á honra y gloria de Dios; sean todas de
Jesús su esposo, de María su Madre y del Sr S. José su Padre; tengan presencia de Dios, guarden
silencio, sean en gran manera fidelísimas amantes de la pureza virginal; tengan á los niños y niñas
un respeto tan grande como lo tendrían á los ángeles; ámenlos en el Señor, sin permitir, sin
embargo, que les den pruebas de amor de carne, como sucedería muy pronto si los besasen ó
abrazasen; y una espo[sa] de J. C. ha de ser tan solícita sobre este punto q. todos sus besos y
abrazos han de ser p. Jesús, María y José. Mientras no tengan las Reglas, podrán leer, una vez cada
ocho días esta carta y hacer sobre sus puntos la meditación.
Esta carta la presenta á S. S. I., y una vez aprobada la guardará p. leerla como he dicho. Me
encomiendan á Dios, y disponga de su afmo. q. en Jesús, María y José es su seguro servidor y cap.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Recado del p. Vilaseca a Cesárea Esparza para decirle que Carmen Serrano
vaya con Alejandro Barroso una entrevista con el Sr. Gobernador y
comunique el resultado a Sor Antonia Calvo.
Sa Da Cesárea Esparza.
S. C., 17 Junio de 1873.
Muy Señora mía:
El dador, que es Gefe de Policía y se llama D. Alejandro Barroso, pide por Carmen Serrano,
pues dice que ha de tener una entrevista con el Sr Gobernador.
Su afmo. S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Posd.: El resultado se lo escribirá V. á Sor Antonia Calvo, que se la entregó á V. antes de
17
Sbre. /73.
S. Cesarita:
Dios espera á V. de 9 á 10 en este Colegio. S. S. S.
Vilaseca
[firma y rúbrica]
[Notas a la vuelta: V A B b a A a B Ch D d; 1; 13 ¾]
Obre. 10/73.
Sa Da Cesárea Esparza.
Espero á V. esta mañana entre 10 y once. Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Lleva consigo los recibos de todo lo que el Colegio adeuda á V. por las muchas cosas que
tienen [h]echas.
en mi lugar porque las cuida como yo deseo; procuren de su parte corresponder a este gran
beneficio procurando hacerse santas, que es lo único que nos importa. Ya tienen ustedes las
Reglas, son sencillas, pero ellas entrañan mucha perfección, y con el tiempo podrán santificarse
bien y ser fieles Hijas de María y de José. El señor Ortiz me hace la pregunta de si ¿podrán ustedes
enseñar a las niñas música y francés? Deseo saberme explicar bien sobre éste punto, pues no sé
de cierto si se lo dije a usted, aunque me parece que sí. Absolutamente no conviene que enseñen
cosa alguna de las que forman educación de lujo como idiomas, música, dibujo y otras cosas de
esta naturaleza. El buen Dios, por medio de María y de José, las pondrá en su Iglesia para que
enseñen a las pobres, y no más que a las pobres; y si alguna rica quiere disfrutar de los beneficios
de su instrucción, ha de ser recibiendo la instrucción de las pobres. Este punto se lo recomiendo
tanto más cuanto que lo considero muy esencial al plan que nos propusimos desde el principio, y
que no lo adoptamos sino después de mucha oración. Enseñen a las niñas a leer, escribir, cuentas
y los principios de la gramática castellana, para que escriban un poco correctamente, así como
todo lo que tiene relación con las cosas necesarias a una mujer como coser, bordar y demás
trabajos. Ustedes, como Hijas de María y de José, se han de distinguir en educar a las niñas
religiosamente, de manera que salgan de sus casas, escuelas o Colegios, hechas unas buenas
cristianas; si se casan, para que sean unas buenas cristianas; ya casadas, con sus virtudes
conviertan a su esposo si es malo, y lo hagan mejor si es bueno, dando a la Iglesia buenos
cristianos; si no se casan, que sean en sus casas unas buenas hijas que formen la felicidad de sus
padres; y si se consagran a Dios, tanto mejor, porque darán a la Iglesia una esposa de Jesucristo.
Quede, pues, por Regla, sin excepción, que únicamente enseñarán a las niñas y niños pobres; y si
alguno que no es pobre quiere frecuentar sus escuelas debe sujetarse a su sencilla educación. Si
por ventura hubiesen introducido alguna clase de las indicadas, quítenla.
Yo bien sé que otras personas tienen sus razones para hacer lo contrario; de mi parte, no
las condeno, únicamente digo que no es propio de las Hijas de María y de José el dar semejante
instrucción. Ruego a Dios que le haga comprender los grandes bienes que se les seguirán
haciéndolo así.
Dentro de algún tiempo (un par de meses) el Padre Ortiz les entregará uno o dos copones,
y cuando los tengan, el Señor Arzobispo espera que les concederá la licencia para tener a nuestro
Amo en el oratorio, pues diferentes veces habíamos hablado de ello, y la causa porque no nos
determinamos del todo era por faltarnos el copón.
Sobre todo, fervor en el servicio de Dios; procuren establecer bien la práctica de la
presencia de Dios, para que con su frecuencia adquieran el recogimiento interior; yo tengo por
cierto que si no adquirieran poco a poco la vida espiritual, no harían nada. Usted y la señora
Sanromán, por la gracia de Dios, ya entienden un poco la vida del espíritu, las otras no la
entienden, y menos la entienden cuando entran, aunque en el mundo parezca que son una gran
cosa. Cada tres meses hagan meditaciones sobre los novísimos, gravedad del pecado, eternidad de
las penas del infierno y otras meditaciones fuertes, para que todas pongan ante todo
conocimiento de su vida espiritual el morir primero o antes que cometer un pecado grave; el
olvido de esto es la causa de todos los males que hay en las comunidades religiosas o
congregaciones. Lo mismo con relación a la lectura, lean de vez en cuando la Confesión o
condenación en aquellos capítulos que a usted le parezca y La necesidad de la penitencia; así
como para los niños y niñas de las escuelas, que vea más formales y grandes, les podrán leer
aquellos capítulos que a ellos les convienen la obrita de la Educación de la juventud, porque allí se
explica lo que deben hacer los niños y niñas con relación a sus padres; usted y la señora Sanromán
pueden leer toda la obra y encontrarán muchos documentos para dirigir bien a los niños,
principalmente para cuando las niñas llegan a la edad que no teniendo vocación para consagrarse
a Dios quieran casarse.
20
Es mucho lo que me he extendido en esta carta, pero espero que se aprovecharán de los
documentos que ella contiene. Sigan encomendándome a Dios para que me haga un santo, que es
lo único que conviene. Cuenten con la bendición todos los días, pero será el señor san José quien
la introducirá en sus corazones con aquellas gracias que más necesitaren. Si hay pretendientas
para ser lo que ustedes son, me lo escriben, así como, cómo se portan cuando ya las hayan
recibido. Deseo una cartita de todas, no sólo para ver cómo escriben, los adelantos que han hecho
en la escritura y en las cuentas, sino principalmente para saber sus deseos sobre ser Hijas de María
y de José. Me las saluda a todas.
Soy en los sagrados corazones de Jesús, María y José su afectísimo, seguro servidor y
capellán.
José María Vilaseca.
Aumento: Ahora mismo acabo de recibir su carta del 28 de febrero, así como las de sus
hijas, y encontrado muchas cosas que me han hecho dar muchas gracias al señor san José, pues
parece que hace lo que le dije en la última plática que hice a ustedes. Procure animarlas a todas e
introducir en sus corazones un poco de amor a Jesucristo para que vean en El a su futuro esposo,
en la Virgen su madre y en el señor san José su padre. En particular diga a cada una de ellas lo que
a usted le pareciere de mi parte, procurando enmendarse de... para que a su tiempo puedan
lograr lo que tanto desean.
Cuide a Gerarda, humíllela, y aun puede exigirle en circunstancias dadas actos de virtud
bastante perfectos, sobre todo no le permita seguir con sus caprichos, ya usted sabe que al fin se
humilla y entonces es el tiempo de ganar mucho con ella; su genio es fuerte, conviene domarlo, y
si ella llega a darse a Dios bien, lo hará plenamente y de un modo muy generoso.
Carmen necesita una conducta distinta para conducirla, el camino del rigor casi nada sirve
para ella, pero sí se puede hacer mucho por el camino del divino amor; háblele, pues, del amor
que Jesucristo le tienen, de lo mucho que ha hecho por ella, lo que hace todos los días teniéndola
en su santa casa, el cariño que le profesa la Virgen, cuánto la ama san José que la ha escogido por
hija suya, y nosotros mismos cuán grandes pruebas de amor le hemos dado sufriéndola en sus
imperfecciones, dirigiéndola... pero que esperamos mucho de su generosidad... y de este modo
espero que la ganará para Jesucristo, y que su hermosura manifestará un día la belleza de su alma.
A Sixta le dice que estoy enterado de su carta, y así que siga en el nombre de Dios, para
que a su tiempo pueda hacer lo que usted hará...
A Conchita, que extraño no haber recibido carta suya, y que no sea infiel a Dios... y que
ella ya sabe el por qué...
A Rosa y a Guadalupe, así como a la aspirante, cuando vea buenas disposiciones me lo
dice, para que se puedan recibir, y las recibirá de mi parte, para que esto mismo les ayude a ser
fieles. No vayan de prisa en recibir.
Guadalupe Ruiz, no la conozco bien, pero ante todo conviene que usted les instruya en la
vida religiosa; les ha de decir que no hay cosa más dulce ni más amable para las personas que son
fieles, así como es una vida insufrible cuando se es infiel a la gracia. Después, enseñarles lo que es
practicar la virtud, el mérito que hay en cada acto, cuánto lo aprecia a Dios, cuánto siente nuestras
infidelidades, cuánto castiga a los ingratos, en suma, servirse de todos los medios para no perder
ni una sola; mas si después de todo se obstinan en no querer hacer lo que deben entonces, en el
nombre de Dios, despedirlas, pero después de haber llorado con ellas mismas su desgracia
temporal y, lo que es más, la eterna.
Sobre la colegiala de que me habla, no la tengo presente, supongo todo lo que usted me
dice y aunque tiene más virtud, pero mucho, mucho cuidado. Ojalá que se santifique y haga
penitencia de la gracia perdida, de modo que se reconcilie bien con Dios, porque para mí es una
falta muy grande la pérdida de la vocación. No la desprecie usted, pero tampoco le haga mucha
21
confianza, procure hacerla espiritual y, sobre todo, que ame como conviene a Jesucristo a quien
abandonó.
Quiten el canto, y les dice de mi parte que cuando yo venga, que espero no será muy lejos,
quiero ver en ellas otros tantos ángeles que reciban la sagrada Comunión en la Misa que les diré
en el oratorio. Hay muchas comunidades que lo enseñan; ustedes, pues, no lo aprendan, para que
de esta manera no les pase por la cabeza jamás, jamás, enseñarlo a las otras. Repito otra vez, que
el canto en sí no es malo, pero que para ustedes no conviene.
No tenga pesar por la casa, sean ustedes lo que deben ser, y no les faltarán casas, ni
establecimientos, ni escuelas, ni modos de hacer el bien; espíritu, sobre todo, fervor en el servicio
de Dios, fidelidad a la gracia, y san José hará lo demás.
Soy en el amor de Jesús, María y José su afectísimo.
José María Vilaseca.
Sa Da Cesárea Esparza.
París, Abril 18/74.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con nosotros.
Muy Señora mía:
Recibí con su carta noticias de V., de todas sus hijas, así como de la Casa. Bendito sea Dios
que todo sigue bien; y benditos María y José que con su gracia les han proporcionado los Santos
Ejerc[ici]os cabalmente en la misma época que yo pensaba habérselos dado, si la Providencia no
hubiese dispuesto lo contrario con mi expulsión. Yo espero, como V., poder volver y aunque no tan
pronto colno [sic] yo habría deseado, pues no habiendo salido para la Habana en el mes pasado, es
necesario aguardar al menos otros seis meses.
Me habla el Sr Ortiz con frecuencia de Vdes. y veo que la Providencia se lo ha dado en mi
lugar, por que las cuida como yo deseo. Procuren de su parte corresponder á este gran beneficio
procurando hacerse santas, que es lo único que nos importa. Ya tienen Vdes. las reglas, son
sencillas, pero ellas entrañan mucha perfección, y con el tpo. podrán santificarse bien y ser fieles
Hijas de María y de José. El Sr Ortiz me hace la pregunta de si podrán Vdes. enseñar á las niñas
música y francés. Deseo saberme explicar bien sobre éste punto, pues no sé de cierto si se lo dije á
V., aunque me parece que sí. Absolutamente no conviene que enseñen cosa alguna de las que
forman educación de lujo, como idiomas, música, dibujo y otras cosas de esta naturaleza. El buen
Dios, por medio de María y de José, las pondrá en su Iglesia para que enseñen á las pobres, y no
más que á las pobres; y si alguna rica quiere disfrutar de los beneficios de su instrucción, ha de ser
recibiendo la instrucción de las pobres. Este punto se lo recomiendo tanto más cuanto que lo
considero muy esencial al plan que nos propusimos desde el principio, y que no lo adoptamos sino
después de mucha oración. Enseñen á las niñas á leer, escribir, cuentas y los principios de la
22
gramática castellana, para que escriban un poco correcta[men]te, así como todo lo que tiene
relación con las cosas necesarias á una muger, como coser, bordar y demás trabajos. Vdes como
hijas de María y de José, se han de distinguir en educar á las niñas religiosamente, de manera que
salgan de sus casas, escuelas ó colegios, hechas unas buenas cristianas. Si se casan, para que sean
unas buenas cristianas, ya casadas, con sus virtudes conviertan á su esposo si es malo, y lo hagan
mejor si es bueno, dando á la Iglesia buenos cristianos. Si no se casan, que sean en sus casas unas
buenas hijas q. formen la felicidad de sus padres; y si se consagran á Dios, tanto mejor, porque
darán á la Iglesia u[na] esposa de Jesucristo. Quede, pues, por regla, sin excepción, que
únicamente enseñarán á las niñas y niños pobres; y si alguno que no es pobre quiere frecuentar
sus escuelas, debe sujetarse á su sencilla educación. Si por ventura hubiesen introducido alguna
clase de las indicadas, quítenlas.
Yo bien sé que otras personas tienen sus razones para hacer lo contrario; de mi parte no
las condeno, únicamente digo que no es propio de las hijas de María y de José el dar semejante
instrucción. Ruego á Dios que le haga comprender los grandes bienes que se les seguirán
haciéndolo así.
Dentro algún tiempo (un par de meses) el Sr Ortiz les entregará uno ó dos copones, y
cuando los tengan, el Sr Arzobispo espero que les concederá la licencia para tener á ntro. Amo en
el oratorio, pues diferentes veces habíamos hablado de ello, y la causa porque no nos
determinamos del todo era por [faltar]nos el copón.
Sobre todo, fervor en el servicio de Dios, procuren establecer bien la práctica de la
presencia de Dios, para que con su frecuencia adquieran el recogimiento interior; yo tengo por
cierto que si no adquieran poco á poco la vida espiritual, no harían nada. V. y la Sa Sanromán, por
la gracia de Dios, ya entienden un poco la vida del espíritu, las otras no la entienden y menos la
entienden cuando entran, aunque en el mundo parezca que son una gran cosa. Cada tres meses
hagan meditaciones sobre los novísimos, gravedad del pecado, eternidad de las penas del infierno
y otras meditaciones fuertes, para que todas pongan ante todo co[no]cimiento de su vida
espiritual, el morir primero antes que cometer un pecado grave; el olvido de esto es la causa de
todos los males que hay en las comunidades religiosas y Congregaciones. Lo mismo con relación á
la lectura, lean de vez en cuando la Confesión ó condenación en aquellos capítulos que á V. le
[testado: parescan] parezca y La necesidad de la penitencia; así como para los niños y niñas de las
escuelas que vea más formales y grandes, les podrán hacer leer aquellos capítulos que á ellos les
convienen, la obrita [nota interlineada: París, abril 18 de 1874] La Educación de la juventud,
porque allí se explica lo que deben hacer los niños y niñas con relación á sus padres; V. y la Sa
Sanromán pueden leer toda la obra y encontrarán muchos documentos para dirigir bien á los
niños, principalmente para cuando las niñas llegan á cierta edad que no teniendo vocación p.
consagrarse á Dios quieran casarse.
Es mucho lo que me [he] estendido en esta carta, pero espero que se aprovecharán de los
documentos que ella contiene. Sigan encom[end]ándome á Dios para que me haga un Santo, que
es lo único que conviene. Cuenten con la bendición todos los días, pero será el Sr S. José quien la
introducirá en sus corazones con aquellas gracias que más necesitaren. Si hay pretendientas para
ser lo q. Vdes. son, me lo escriben, así como, cómo se portan cuando ya las hayan recibido. Deseo
una cartita de todas, no sólo para vez [sic] cómo escriben, los adelantos que han hecho en la
escritura y en las cuentas, sino principalmente para saber sus deseos sobre ser Hijas de María y de
José. Me las saluda á todas.
Soy en los Sagrados corazones de Jesús, María y José, su af., S. S. S. y cap.,
José María Vilaseca, I. R. C. M.
[firma y rúbrica]
Amntº: Ahora mismo acabo de recibir su carta del 28 de Fbro., así como las de sus hijas, y
23
encontrado muchas cosas que me han hecho dar muchas gracias al Sr S. José, pues parece que
hace lo que le dije en la última plática que hice á Vdes.. Procure animarlas á todas é introducir en
sus corazones un poco de amor á J. C. p. q. vean en El á su futuro esposo, en la Virgen su Madre y
en el Sr S. José su Padre. En particular diga á cada [una] de ellas lo que á V. le pareciere, de mi
parte, procurando enmendarse de... para q. á su tiempo puedan lograr lo que tanto desean.
Cuide á Gerarda, humíllela, y aun puede exigirle en circunstancias dadas actos de virtud
bastante perfectos; sobre todo no le per[mi]ta seguir con sus caprichos, ya V. sabe que al fin se
humilla y entonces es el tpo. de ganar mucho con ella; su genio es fuerte, conviene domarlo, y si
ella llega á darse á Dios bien, lo hará plenamente y de un modo muy generoso.
Carmen necesita una conducta distinta p. conducirla, el camino del rigor casi nada sirve
para ella, pero sí se puede hacer mucho por el camino del divino amor; háblele, pues, del amor q.
J. C. le tiene, de lo mucho q. ha hecho por ella, lo q. hace todos los días teniendo en su santa casa
el cariño q. le profesa la Virgen, cuánto la ama Sr S. José, [qu]e la ha escogido por hija suya, y
ntros. mismos, cuán grandes pruebas de amor le [hemos] dado sufriéndola en sus imperfecciones,
dirigiéndola... pero q. esperamos mucho de su generosidad... y de este modo espero que la ganará
p. Jesucristo, y q. su hermosura manifestará un día la belleza de su alma.
A Sista le dice q. estoy enterado de su carta, y así que siga en el nombre de Dios, p. q. á su
tiempo pueda hacer lo q. V. hará...
A Conchita, q. estraño no haber recibido carta suya, y q. no sea infiel á Dios... y que ella ya
sabe el porqué...
A Rosa y á Guadalupe, así como á la aspirante, cuando vea buenas disposiciones me lo
dice, p. q. se puedan recibir, y las recibirá de mi parte, para q. esto misma [sic] les ayude á ser
fieles. No vayan aprisa en recibir.
Guadalupe Ruiz, no la conozco bien, pero ante todo conviene q. V. les instruya en la Vida
religiosa; les ha [de] decir q. no hay cosa más dulce ni más amable p. las personas que son fieles,
así como es una vida insufrible cuando se es i[nfie]l á la gracia. Después, enseñarles lo que es
practicar la virtud, el mérito q. hay en cada acto, cuánto lo aprecia á Dios, cuánto siente nuestras
infidelidades, cuánto castiga á los ingratos, en suma, servirse de todos los medios p. no perder ni
una sola; mas si después de todo se obstinan en no querer hacer lo que deben, entonces en el
nombre de Dios despedirlas, pero después de haber llorado con ellas mismas su desgracia
temporal y, lo q. es más, la eterna.
Sobre la Colegiala de que me habla, no la tengo presente, supongo todo lo q. V. me dice y
aunque tiene más virtud, pero mucho, mucho cuidado. Ojalá que se santifique y haga penitencia
de la gracia perdida, de modo q. se reconcilie bien con Dios, por q. p. mí es una falta muy grande la
pérdida de la vocación. No la desprecie V., pero tampoco le haga mucha confianza, procure
hacerla espiritual y sobre todo, q. ame como conviene á J. C. á quien abandonó.
Quiten el canto y les dice de mi parte que cuando yo venga, que espero no será muy lejos,
quiero ver en ellas otros tantos ángeles que reciban la sagrada [co]munión en la Misa q. les diré en
el oratorio. Hay muchas comunidades que lo enseñan; Vdes., pues, no lo aprendan, para que de
esta manera no les pase por la cabeza jamás, jamás, enseñarlo á las otras. Repito otra vez, q. el
canto en sí no es malo, pero que para Vdes. no conviene.
No tenga pesar por la casa, sean Vdes. lo q. deben ser, y no les faltarán casas ni
establecimientos, ni escuelas, ni modos p. hacer el bien; espíritu, sobre todo, fervor en el servicio
de Dios, fidelidad á la gracia, y S. José hará lo demás.
Soy en el amor de Jesús, María y José, su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
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Sa Da Cesárea Esparza.
París, Mayo 16/74.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con ntros.
Muy Señora mía:
Mientras le escribo la presente la supongo ocupada en la lectura de mi anterior, que fué
en cont[es]tación á su apreciada de Marzo.
¡¡Siento la muerte de Guadalupe Ruiz, pero me consuelan mucho las señales de su
predestinación, y esperamos que, rogando en el cielo por todas Vdes., les será más útil que si la
tuvieren á su lado prestándoles todos los servicios. Hagan una especie de conferencia sobre los
actos de edificación que le hayan observado, en la cual, después de haber hecho una hora de
oración, pensando en su sacrificio en dejar el mundo, en el deseo de consagrarse á Dios siendo hija
de María y de José, su paciencia, inocencia, modestia, humildad, sencillez, amor por su vocación y
[de] más actos de virtud, cada una dirá sencillamente lo que haya pensado, y después V. ú otra lo
escriben; esto mismo lo repetirán todas las veces que muriere alguna de Vdes. y, por esta vez,
pone adelante de la relación todo este párrafo. Poco puede V. pensar cuánto servirá todo esto
para la mutua edificación. Toda esta disposición la lee á sus hijas!!
Me causa mucha satisfacción la visita de Sr Tremodan y demás Hermanas con las Hijas de
María, pues han de tenerse por muy honradas de semejante visita, y espero que esto mismo
producirá un gran bien; así como la visita que les hizo el señor Torres, que como es un misionero
de celo, instrucción y piedad, no podrá menos que aprobar su obra.
Aunque, estando yo fuera, uno sólo ha de ser su Director, es decir, el Padre Ortiz, con todo
hizo V. muy bien de franquearle la casa y cuando se ofrezca ocasión podrá hablarle con estensión,
aunque spre. con la prudencia debida, es decir, del modo que lo hace con el Padre Poza, á quien
me saluda con mucho afecto, manifestándole que le estoy muy reconocido por los favores que les
dispensa.
[París, mayo de 1874]
V. haga caso de la nueva escuela, me parece bien lo dispuesto por el Sr Ortiz, pueden
darles á los niños y niñas como lo hacíamos antes, pero Vdes. con su oración, dulzura, trato
amable y la firmeza propia de una virgen consagrada á Dios, harán mucho más que los malos con
los medios humanos; por tanto, todos los días más ánimo, todos los días más observantes, para
que cuando yo vuelva, que deseo sea pronto, las encuentre más santas.
Todos los días cuenten con la bendición de S. José y por tanto, procuren todas recibirla
con el fervor que V. me dice.
Soy en los sagrados corazones de Jesús, María y José, su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
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Sa Da Cesárea Esparza.
Gentilly, Julio 3/74.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con nosotros.
Muy Señora mía:
Esta es la cuarta vez que escribo á V., y las dos últimas contesté sus apreciadas en las que
me daba cuenta del estado de sus compañeras y de la muerte de Guadalupe. Nada más he sabido
de V., ni las consecuencias de la mala escuela que han puesto delante de la de Vdes., aunque creo
que nada podrán hacer poniendo Vdes. en práctica los medios que les di en mi anterior.
He visto en Francia algunas Comunidades religiosas, me he informado de su espíritu, y
todos los días me convenzo más que algo podrán Vdes. hacer si son fieles á su vocación. Pero no
olvidemos que yo y V. hemos de ser los primeros, ¿porq. si no tenemos espíritu cómo podremos
comunicarlo á los demás? Usted ya conoce el fin que nos hemos propuesto, en las conversaciones
particulares se lo desarrollé algunas veces y en las pequeñas reglas tienen lo demás. Por tanto,
fidelidad á la gracia y constancia, pues espero poder venir pronto, á pesar de las graves
dificultades que se puedan oponer á mi regreso.
He visto algunas comunidades, me he informado de su espíritu, de sus prácticas, de sus
fines, y todo me hace concluir q. Dios nos ha conducido en lo poco que hicimos, lo cual me hace
esperar que nos conducirá del mismo modo p. todo lo demás. Procure introducir bien el
recogimiento interior, con el cual conocerán sus hijas á J. C.; conociéndole harán sacrificios para
agradarle, trabajarán en vencerse á sí mismas, se despojarán del hombre viejo y se unirán con
nuestro Señor. Espero su carta dándome cuenta de todo lo q. le dé pena, pues quiero contestarla
con toda [Julio 3/1874] estensión, ó tal vez con mi retorno, con el Señor Masnou, lo arreglaremos
todo mejor. Me dice si ha recibido las dos últimas cartas de q[ue] le hablo, pues ambas soy muy
interesantes.
Gentilly está á una legua y media de París, y como estaré en este lugar cerca de un mes,
espero aprovechar este tpo. para darme á Dios, con el objeto de alcanzar luces especiales p. Vdes..
Procure V. hacer lo mismo para que llenándonos los dos del espíritu de Dios, podamos cumplir su
divina voluntad.
Me saluda á todas y á cada una en particular, como si de hecho aquí pusiere su nombre,
pues como tengo tan poca memoria ya no me acuerdo cómo se llaman. Bendito sea Dios hasta por
esto. Les dice que dentro [de] dos meses me han de escribir otra vez, y así q. procuren adelantar
un poco en la escritura.
Me dice el estado de Gerarda, pues tengo de ella no m[u]y buenos informes. Tal vez una
poca de paciencia la salvará. Acuérdese V. que le cuesta humillarse, es verdad, pero que cuando se
26
humilla lo hace bien, y acuérdese que mientras esté dentro hay remedio, pero que una vez esté
fuera ya no lo hay. Me informa de todo, así como de su colegiala de veinte y tantos años; recuerde
bien lo que sobre ella le escribí.
Hagan una santa violencia al corazón de José, para que arregle mi retorno, que espero
será pronto. Tanto pronto como tengan noticias de la licencia que se me conceda, hagan siete
comuniones á honra de S. José, y con el objeto de honrar sus dolores y gozos; y otras siete
comuniones, seguidas, se supone, cuando salga de París p. esa, con la misma intención.
Soy en Jesús, María y José, su afmo. S. S. S. y cap.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
17) CARTA PRÓLOGO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A CESÁREA RUIZ DE ESPARZA DEL
MANUSCRITO MEDITACIONES Y CONSIDERACIONES PARA LOS SANTOS
EJERCICIOS, PARÍS, 15 DE AGOSTO DE 1874; ORIGINAL AGHJ.
cada mes, a las que añadimos un triduo de meditaciones que sirvan de preparación para los santos
ejercicios, y así todas los hagan mejor y con más facilidad.Ellas son, por decirlo así, su espíritu, de
suerte que, practicando tan santos documentos, no sólo se santificarán a sí mismas, si que
también podrán contribuir a la santificación de los demás, enseñando a los niños y niñas el modo
de amar a Dios, así como a otras personas que, conforme a su vocación, estarán en contacto con
ellas por medio de sus obras de caridad.
Recíbanlas, pues, de su parte, con el mismo deseo con el que yo se las ofrezco, hagan con
ellas su oración con el debido cuidado, para que conozcan el espíritu que el Señor les ha
comunicado, el cual no es otro que el propio de su Instituto. Además, les encargo que al fin de
cada punto, nunca se olviden de decir todas juntas, en voz alta y con el mayor fervor que les sea
dable: Amén, Jesús, María y José con intención de ser siempre más y más de Jesús, María y José,
su buen padre, su tierna madre y su divino esposo, y también para que con dicha jaculatoria
tengan la marcada intención de honrar, bendecir, alabar y glorificar a nuestro gran padre y
protector el señor san José, ya que personas que no lo conocen intentan quitarle los privilegios
que le corresponden como dignísimo esposo de María y padre virginal de Jesús. Igualmente lo
mismo procurarán hacer en particular durante el curso de la meditación, en las ocasiones en las
que su divino esposo las visitará con el fervor y principalmente en tiempos de aridez y sequedad, y
de este modo comenzarán su oración de jaculatorias que, quizás a su debido tiempo, tendremos a
grande honra poderos decir algo de ella, si acaso no nos lo impide nuestra gran miseria.
Soy en los sagrados corazones de Jesús, María y José su afectísimo y seguro servidor y
capellán.
José María Vilaseca
Indigno sacerdote de la
Congregación de la Misión.
buen Padre, su tierna Madre y su divino Esposo, práctica saludable q. además cada una podrá
repetir durante la Meditación y cuando tuviere tentaciones contra su vocación.
2. Todas las ocasiones después de haber invocado al Espíritu Santo para la lectura,
oración, &cc. dirán: Oh María concebida sin pecado, rogad por nosotros. Señor S. José, nuestro
buen Padre, rogad por nosotros; José y María, virginales [testado ilegible] padres de Jesús, rogad
por nosotros.
3. En cada Semana tendrán cada una la noche de gracia, es decir, el privilegio de poder
pasar una parte de la noche en oración, unida con su esposo J. C., con su tierna Madre, la S. S.
Virgen, y con el Sr S. José, su buen Padre; podrán hacerlo hasta las once ó doce de la noche, según
la licencia que tuvieren. Lo harán de dos en dos, añadiendo además una pretendienta. En estas
noches [d]eben llorar los pecados propios primero, después los agenos, pedir á Dios gracias,
procurar unirse con su divina Magestad mediante el recogimiento. Por ahora podrán hacer el
Viacrucis entreteniéndose en la meditación, de suerte que dure cosa de una hora; después una
mortificación de disciplina, y concluida sigue cada una en particular con oraciones vocales ó
meditaciones. Pueden, pues, comenzar estas tres prácticas, y V. modificarlas en algo si lo creyere
prudente.
Mucho muy bien lo del obrador, que no vaya atrás; será para Vdes. un manantial de
bendiciones y de grandes medios para hacer el bien, pero necesitan mucha vigilancia y me gusta q.
una de las niñas no las deje nunca. Es nece[sa]rio que con esta nueva obra no abandonen el
Colegio ni las escuelas.
Vamos á nuestras hijas. 1. Creo que de esta carta les podrá leer los números 1 y 2 hasta la
raya, y después en particular. A Refugio, Carmen y si hay alguna otra muy fervorosa, dirá á las tres
q. deseo tanto como ellas su congragación [sic] á Dios; que continúen amando á J. C. y que si lo
aman bien, en los santos ejercicios q. espero darles, harán la primera de las tres cosas necesarias
para su consagración, y q. si alguna de ellas amare á J. C. como la Magdalena, le permitiré hacer
además la segunda. 2. A las otras que yo recibí, les manifiesta la necesidad de amar á J. C. para
poder ser esposas suyas, y que deben manifestarle su amor practicando las virtudes que V. les
dirá... 3. A Rosa Ponce, q. ha sido recibida no por lo que ha hecho, sino por lo mucho que
esperamos que hará; que se anime mucho en vencerse... y que tendré una alegría muy grande el
día en que le pueda permitir sus votos. 4. A las postulantas, que me intereso mucho por todas
ellas, que procuren ser mugeres de oración, q. en la oración lo encontrarán todo, y q.
especialmente en ella aprenderán á amar á J. C. y por consiguiente, á disponerse á ser
ver[dade]ras hijas de María y de José. A todas les encarga el recogimiento interior, que es hijo de
presencia de Dios, y que empleen algunas noches de gracia para alcanzar del Señor tan importante
beneficio, examinando así bien su vocación.
¿Y V. qué es lo que ha de hacer? Abrazase con la humildad y con la oración; y esas dos
prácticas le darán cuanto necesite para hacerse santa y santificar á sus hijas. Y esté V. segura que
si V. y yo no procuramos ser santos, jamás lograremos santificarlas á ellas. Oración, pues, y el
Señor se le comunicará, le hará comprender el precio de una alma y la vigilancia q. ha de procurar
sobre los demás, así como las demás virtudes propias de una Directora y Fundadora. Y añadiendo
la práctica de la humildad á la oración, el Señor le comunicará cuanto necesite.
Siguan [sic] rogando á Dios para que pueda irme con el Sr Masnou en Sbre., ó tal vez en
Obre., pues lo deseo en gran manera para poder concluir ntras. obras.
Soy, en los sagrados corazones de Jesús, María y José, su afmo. S. S. S.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
París y Agosto 25 de 1874.
31
Sa Da Cesárea Esparza.
París, Obre. 31 de 1874.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con nosotros.
Carísima Ha en J. C.:
Acabo de leer su apreciada, y Dios mediante será la última desde ésta, pues el 18 del
próximo Nbre. saldré para es[a, d]eteniéndome en la Habana en caso de no haber recibido todavía
la licencia. Sigan haciendo una santa violencia al Señor S. José, y estén seguras de que arreglará mi
vuelta bien.
No me parece por ahora añadirles otra cosa y por tanto nada hagan del oficio, á su tiempo
veremos lo que el Señor se digne inspirarme, pues es necesario no cargar demasiado.
Siga encomendando á Dios á Luz Campa, hasta que logre con su oración la gracia de que se
reconozca. Póngala bajo el patrocinio de S. José y verá V. como todo se arregla bien. Procure
formar á la Niña de q. V. me habló, y esté segura que puede llegar á se[r u]na grande Santa; no le
diga que no puede ser hija de María, por q. esto podría ser interpretado mal por otras personas;
cuando vuelvan á hablar le dice que cuando ya llegue veremos.
Espresiones á todas sus hijas, q. se preparen bien para la fiesta de la Purísima, y me
encomiendan mucho á Dios.
Soy en Jesús, María y José, su afmo. S. S. S. y cap.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Recado del p. Vilaseca dirigido a Cesárea Esparza para decirle que desea
hablar con ella.
Sa Da Cesárea Esparza.
Acabo de ver al Señor Arzobispo, y deseo hablar con V. dentro de un rato y la espero.
Su afmo. cap.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Fbro. 7/75.
32
[Destinatario]
Sa Da Cesárea Esparza.
Entre 9 y 10 de esta [testado: mayana] mañana (17) espera á V. su afmo. S. S. S. y cap.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Mzo. 3/75.
33
Recado.
Staa Da Cesárea Esparza.
La dadora pasa á ese Colegio como le dije ayer, y darán sus Padres para la colegiatura no
más que cuatro pesos, pero con la obligación de ocuparla en el obrador como á V. le pareciere.
Su afmo.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Mzo. 3/75.
Recado del p. Vilaseca dirigido a Cesárea Esparza para decirle que por
ahora no haga nada sobre la Asociación y que guarden su lugar. Que vea
al Cura de Tacuba y le dé las gracias. También vea al arzobispo Labastida
y lo informe de todo. Que le parece mejor mandar a sus niñas a la otra
escuela.
Sa Da Cesárea Esparza.
México, y Abril 11/75.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con ntros.
Carísima Ha en J. C.:
Están en mi poder sus dos apreciadas, así como las que remitió p. sus hijas Sixta, Carmen,
Concepción y Pompos[a]. Hoy mismo las he visitado y todas ellas van bien. Entre las Niñas de S.
Andrés hubo algunas cositas, pero actualmente todo está arreglado; y aun la hija de María que
estuvo tan descontenta en Tacuba, comienza ya á contentarse, y espero que tendrá el gusto de
encontrarla santamente cambiada.
Puede V. pedir á las personas que le parezca, así como hablar á las niñas bien inclinadas y
devotas, cuando á V. le pareciere. Por el camino santifíquense bien, encomiéndanse á los Santos
ángeles custodios de las poblaciones por donde pas[ar]en, hagan frecuentes actos de presencia de
Dios, y aunque no sean monjas, procuren llevar una vida unida con Dios, mediante el Sto.
Recogimiento.
Desde el primer día de su llegada á Huajuapan se establecen Vdes. con todas sus prácticas
y reglas, de modo que al salir todo esté bien establecido. Procuren estender la devoción al Sr. S.
José por medio del Propagador y del Sacerdocio, y pórtanse en todo con la humildad propia de las
esposas de un Dios que se humilló hasta el Mayor abatimiento.
A Refugio, q. la encomendaré á Dios para que aprenda la tabla, y q. en la escritura, aunque
bastante bien, pero observé las dos faltas siguientes: 1a. Puso dos rr al principio de dicción, lo cual
nunca debe hacerse, sino escribir respetable... real; [9. Abril 11 de 1875] y 2a. que cuando
comience algún párrafo, comience con letra mayúscula. Enmendándose de ambos defectos
escribirá regular.
A la Vega le dice que apenas pude leer su carta, porque divide las sílibas [sic], y une lo que
debe separar, mas que todo esto podrá enmendarlo, 1º humillándose, creyendo que por su
soberbia Dios permite que escribe tan mal, y 2º leyendo con mucho cuidado y aplicación.
A Asunción, que no encontré la carta, sino q. supongo que se quedaría en esa, aunque vi la
de Sixta, y á mi parecer, con el tpo. podrá escribir regular; pero falta poniendo muchas letras
mayúsculas donde deben ponerse minúsculas. Cuando V. se separe de Huajuapan que todas me
escriben.
Repito á V. que Sixta se porta con mucho juicio y la pequeña casita marcha muy bien.
Soy en Jesús, María y José, su afmo. S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que recibió sus cartas
y las leyó a sus hijas y ellas también le escriben. Ojalá lo hicieran mejor.
35
Sa Da Cesárea Esparza.
México, y Abril 23/75.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con nosotros.
Carísima Ha en J. C.:
Recibimos sus apreciadas, las que fueron leídas por sus hijas, quienes escriben á V. con
tanto afecto como piedad. ¡Ojalá que escribies[en] un poco mejor! Pero dejemos obrar á la
Providencia que bien sabe lo que más les conviene.
Por ahora gracias á Dios todo va bien, tanto aquí como en Tacuba. Todas están muy
animadas, y se ve la mano de Dios que obra en ellas, principalmente en Sixta, q. no sólo ha curado,
si que también hace marchar la casa como un [testado: R] reloj.
Tal vez el Domingo próximo recibiremos á Guadalupe Mariño, pues ha seguido portándose
muy bien, y necesitaremos de ella para una nueva fundación q. me acaban de pedir. Gerarda se
muere de tristeza, reconoce su falta, atribuye sus desdichas á su orgullo, ha ido á ver á [testado
ilegible] Sixta y desengañada quiere volver con Vdes., pero es necesario que nos lo pensemos,
aunque si viene bien arrepentida se le podrá dar alguna esperanza.
No vaya aprisa en volver, déjelo de una vez bien arreglado, escríbeme lo más notable que
ocurra, y sobre todo si quedan bien aseguradas en lo espiritual y en lo temporal.
Una espresión al Sr D. Nicolás. Sobre venirse con la Sra de Puebla, si á V. le pareciere y
disponga de S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sa Da Cesárea Esparza.
México, y Abril 28 de 1875.
La gracia de N. S. J. C. sea spre. con ntros.
Carísima Ha en J. C.:
Acabo de recibir su apreciada del 24, la q. me ha llenado de mucha confianza en Dios, y sus
mismos trabajos me hacen conocer q. si somos lo que debemos, el buen Dios se servirá de
36
nuestras hijitas para grandes cosas. Antes de irse aliente mucho á Refugio y demás compañeras, y
q. tengan como cierto q. Penas y trabajos cuantos más mejor; y el otro que dice: Penas y trabajos
Dios es. Por tanto, estén muy agradecidas al Sr S. José q. tan bien las conduce, y humíllanse según
la medida de las resoluciones buenas q. formaren y de las bendiciones q. recibieren.
Mando á V. las cartas de S. Luis, así como en mi anterior dirigida á esa, le mandé las de
Sixta y demás. El Domingo quedó recibida Guadalupe Mariño; ruegue á Dios p. q. [se]a lo q. ella
promete.
El Sr D. Nicolás me pide algunas bases p. la fundación y por de pronto me ocurre lo
siguiente:
1. Que ambas partes se aten de modo q. en caso de quererse separar se avisen
mutuamente con 6 meses de anticipación, p. q. pueda buscar lo q. más conviniere;
2. Que las hijas de María y de José presentaran sus trabajos en escuelas ó Colegios en los
que sólo se comprometen enseñar la instrucción primaria y educar á la juventud en el Sto. temor
de Dios, así como las labores propias de una muger; aunque en ningún caso enseñarán ni
permitirán que se enseñe dibujo, música y demás clases de lujo.
3. Que ellas serán alimentadas y medicinadas á cargo del establecimiento, recibiendo
además 7$ para cada una, por los gastos de vestido, &cc. en cada mes.
4. Que en caso de inutilizarse alguna hija de María y de José, le será enviada otra
quedando los gastos del viaje á cargo del Establecimiento.
[Abril 28]
5. Que en caso de verificar un cambio por utilidad nuestra y no del establecimiento, en
este caso se harán los gastos á cargo de nosotros.
[Abril 28 de 75]
6. Que no obstante de ser dirigidas por el Sr Cura de esa parroquia ó de otro ecctco. q. él
dispusiere, con todo quedan dependientes de la Casa Madre, pudiendo cambiarlas en los casos en
q. se juzgare necesario, así como ir á ella para hacer los Santos ejercicios cuando se creyese
necesario.
Me parece q. en estas seis bases está lo principal; con todo, V. lo [testado: piense] piensa y
me escribe las dificultades que le ocurran.
Me saluda á Refugio, &cc., y V. disponga de su afmo. que en Jesús, María y José, es S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sa Da Cesárea Esparza.
37
y en consecuencia que se vengan con V., pues otras más agradecidas ocuparán su lugar.
4a En caso de que una de ellas se humille, ésta podrá quedarse con Refugio, á quienes
bendigo de un modo especial.
5a Apruebo en todas sus partes el que la escuela sea gratuita, aunque pueden tener niñas
de paga ó pupilas á las que podrá educar con Mayor solicitud. Apruebo el que los recursos de las
hijas de María y de José no dependan sólo del Colegio, para q. no nos dé otro resultado como el de
Tacuba. En caso de que no puedan asegurarse los fondos más necesarios para subsistir, deshagan
la fundación, y véngase V. con las tres.
Gerarda hasta ahora se porta bien, continúan las niñas de S. Andrés y las monjitas; Sor
Angela se fué con su hermano á los pocos días; hemos recibido otras niñas; la Asociación ha
recibido ya 6 aspirantes, mandaré todas sus cartas á sus títulos; el 7 voy á Tacuba con el Sr Arzb. y
tal vez se arreglará algo sobre la escuela.
De todos modos, para últimos del corriente, póngase en camino p. ésta, pues Francisca
está muy mala, y Plácida la sacramentamos y oleamos; Carmen sola está con Pepita en Tacuba, en
fin, no faltan tribulaciones. Concluyamos de todo que no somos buenos para nada, que todo lo
echamos á perder, que tenemos entre manos un negocio que no entendemos y saquemos Mayor
confianza en Dios. En otra ocasión nada me oculte del estado de sus hijas, y leídas las adjuntas se
las entrega.
Soy en Jesús, María y José, su afmo. S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
16. Julio 4 de 1875.
Recado del p. Vilaseca dirigido a Cesárea Esparza, para decirle que urge
vea la casa de San Cosme y después platicar para poner bien lo de las
escuelas.
Agosto 1/75.
Recado.
Deseo que V., hoy mismo ó después de los exámenes de esa, vea V. la Casa de S. Cosme, y
que luego que la haya visto me venga á ver para ponernos de acuerdo, pues urge arreglar lo de las
escuelas.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sa Da Cesárea N.
Muy Señora mía:
La dadora es una devota josefina que se interesa mucho en estender y propagar la
devoción al Sr S. José; V. la instruye sobre el modo de estenderla por medio del Propagador, y le
da los cuadernos que V. crea conveniente.
Soy en Jesús, María y José, su afmo. S. S. S. y cap.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
10 Sbre. 75.
44
Sbre. 15/75.
Recado.
Sírvase avisar á sus hijas para que mañana, después de haberlas confesado, tengamos una
conferencia sobre la confianza en Dios con los puntos acostumbrados: 1º Motivos para confiar en
Dios; 2º En qué cosas principalmente hemos de confiar; 3o. Medios para alcanzar esta confianza.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sbre. 18/75.
Recado.
Vea V. si puede recibir á la niña Encarnación Castro, de edad 14, y cuyo padre dará á V.
todos los meses 5$ y además él cuidará de darle los zapatos y ropa que necesitara.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 5/75.
Recado.
La dadora, Jesús Guadarrama, desea ser como V. Conozco á dicha niña desde las
hermanas, mas como me habla por primera vez, examínala V., y el jueves hablaremos de ella, así
como de la de S. Cosme.
45
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
nombre el Sr Covarrubias.
Me repito en Jesús, María y José, su afm.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
18. Noviembre 12 de 1875.
Nbre. 24/75.
S. Cesárea Esparza.
La gracia de N. Sr J. C. sea spre. con ntros.
Carísima H.:
Rbí. su carta ayer, no obstante de ser fechada el 19; en adelante me escribe rotulándola en
el Colegio Clerical, Plazuel[a] de la Concepn nº 10; y de este modo la recibiré en el mismo día sin
atraso. Deseo saber si V. recibió el tompeate con los libros, para que el Sr Covarrubias entregase
dichas obras al Sr Obispo de esa, pues nada he sabido, y no quisiera que se hubiesen perdido.
El jubileo podrá ganarlo haciendo en ese oratorio una [testado ilegible] visita diaria á este
fin; y lo mismo Sixta y Carmen.
He pensado que el día 20 de Dbre. den vacaciones y luego comiencen los ejercicios en el
mismo día; ó bien mejor, que los comiencen el día 19 para que con toda certidumbre comulguen
el día de Navidad.
No me fijo en que vaya á esa una ú otra Niña; pero sí me fijo en que V. ha de venirse para
los ejercicios y que ha de quedarse e[n é]sta, pues es necesario acabar de formar las vocaciones
que Dios Ntro. Señor nos ha dado; y aunque esa casa sea muy importante; pero al fin es una Casa,
y los cuidados de V. en ésta son dirigidos á toda la Asociación. En fin, deseo q. sus trabajos para
después de los ejercicios se reduzcan á establecer en ese Colegio la nueva Superiora.
Tengo en mi poder las R.; les estoy dando quizás la última mano, pero esto se entiende de
las reglas comunes; creo que será necesario formar reglas particulares sobre algunos oficios.
Veremos.
En Jesús María y José, me repito su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
47
Nbre. 25/75.
Sor Cesárea Esparza.
La gracia de N. Sr J. C. sea spre. con nosotros.
Muy amada H. en J. C.:
Comienzo mi carta spre. deseando á las personas á quienes escribo que la gracia de
Nuestro Señor Jesucristo sea spre. con nosotros; así lo hago spre. que escribo á personas
consagradas á Dios; y me parece muy buena práctica, porque la usaba el apóstol S. Pablo.
Aunque ayer escribí á V. ahora lo hago de nuevo remitiéndole las cartas que acabo de
recibir de Huajuapan. Se entera bien de ellas, y después de haber hecho un triduo al Sr S. José, me
dice lo que Dios le haya inspirado.
Por falta de inteligencia no escribe Rosa, pero pone en práctica lo que V. dice en su carta.
En Veas ya hay un nuevo pájaro, y Luz pasará á S. Cosme á los lavaderos, pues se ha portado muy
bien. Pomposa cuida de la puerta en S. Cosme y el mozo trabaja de albañil. Lo de las tortillas no
probó en S. Cosme, comen pan, &cc.
Spre. esperamos á V. para mediados de Dbre., fíjase en la que se ha de quedar en esa
durante los ejercicios, y no se olvide de encomendar á Dios á su afmo. S. S. S.
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Contesto su apreciada del 1 del corriente, y conforme á ella escribí á Huajapan. Hágame el
favor de leer las cartas para que esté al tanto; y cerrada después la que va para Refugio, las manda
todas con el mismo sobre que acompaño. Me parece que de este modo se podrá arreglar, al
menos hemos de hacer un esfuerzo para que no se pierda la primera fundación. Por tanto,
veremos lo que Dios hace, y si convendrá escribir al Sr Cura.
Rbí. una carta de S. Andrés Chalchicomula, en la que el Sr Cura, presbítero el Pbro. Pontón,
me escribe pidiendo á tres de Vdes. con el objeto de que se encarg[u]en del Colegio que tiene allí,
y que está todo arreglado con los correspondientes útiles. Le contesté admirándome que quiera
ser[virs]e de Vdes. careciendo como carecen de virtud y de instrucción, mas á fuer de agradecido
le dije que V. desde esa pasaría á dicho punto, que platicaría con el Padre lo que hubiere y que en
los ejercicios resolveríamos si podría hacerse ó no. En consecuencia, del 12 al catorce podrá V. ir á
Chalchicomula y ver el estado de las cosas. El Sr Covarrubias le facilitará el modo de hacer dicho
viaje.
Si por una parte tenemos nuevos establecimientos, por otra, el amabilísimo Jesús nos da
más vocaciones, pues desde su partida se me han presentado tres jóvenes que parecen muy
buenas. Todo va bien, gracias á Dios, y cuando nos veamos verá lo demás. Me parece bien el día
de los Ejercicios.
Reciba la bendición de su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
21. Diciembre 4 75.
Pontón mostrádonos una confianza que ciertamente no merecemos, nada más justo que
corresponder á ella. No haga V. ningún caso de Antonia Guzmán; porque Dios es el que todo lo
dirige, y no veo yo peligro si V. se contenta con hablar con el Padre, conocer el terreno y ver qué
determinación podremos tomas [sic]; mas en caso de no poder ir, por exigirlo así los negocios de
esa, no vaya contentándose con escribirle una carta escusándose, y que irá á la vuelta, Dios
mediante.
Las casas van bien, gracias á Dios, lo que me manifiesta q. Dios es quien lo hace, y que
nosotros somos en el negocio Nada. La escuela de S. Cosme sigue bien, las niñas de paga están
separadas; hoy han ido 38 niñas de silabario y 18 niños. La niña Ahumada da la clase á la escuela
de las pobres y Francisca á las Niñas de paga. A Dios gracias, marcha la Casa como un reloj.
La Casa de Veas sigue muy bien, y Josefa parece escogida para este empleo. La he puesto
en relación con algunas personas, y parece q. tiene tacto. La casa está bien amueblada, pues el
Buen Dios nos ha proporcionado una parte de las camas, sillas, roperos, mesas y demás cosas q.
servían antes, lo que nos ha dado la Sa Ester Pesado, á quien dije q. V. visitaría.
La otra casa sigue bien, la escuela de Niñas ha aumentado mucho, y Soledad se porta con
bastante juicio, pero tirándole el cordón tan recio que hace tres semanas que la tengo sin
comulgar, y sólo por gracia especial comulgó el día de la Purísima, pues una buena penitencia está
también muchas veces como un santo en un altar.
Deseo que se venga pronto, y ojalá que llegue tres ó cuatro días antes de los ejercicios, y
más pronto todavía en caso de no ir á Chalchicomula, por q. tenemos mucho que hablar, sobre el
rumbo que debe tomarse con relación á las que serán ocupadas en las escuelas, Colegios, asilos y
casas de arrepentidas. La instrucción ya está hecha, y veremos si conviene adoptarla.
Me saluda á Sixta y á Carmen; que todas las saludan, [q]ue pronto tendrán dos
compañeras más y V. reciba el corazón de quien con Jesús, María y José la bendice,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
22. Diciembre 15 1875.
Recado del p. Vilaseca a Cesárea Esparza para decirle que espera carta de
Pilar Becerra para el p. Pontón, y si hay otras se las mande.
[Destinatario: Cesarita]
Recado.
Cesarita:
Sírvase decir á Pilar Becerra que espero que su carta para el P. Pontón, pero que esté bien
escrita y como le dije. Si hubiere otras cartas me las manda también.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Enero 3/76.
51
Recado del p. Vilaseca a Cesárea Esparza para decirle que puede recibir a
las niñas Juana González e Isabel González.
Ene. 6/76.
Recado.
S. Cesarita.
Puede V. recibir á las niñas Juana González y Isabel González. Que cuando nos veamos le
explicaré lo demás. Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Recado del p. Vilaseca a Cesárea Esparza para decirle que oiga a Pilar,
pues no ha mandado la carta al p. Pontón por ocupaciones.
Recado.
S. Cesárea Esparza.
Para arreglar un poco las confesiones y no perder tiempo ni yo, ni las Niñas, ni Vdes.,
arreglaremos por ahora las confesiones del modo siguiente:
Lo[s] Jueves por la mañana, después de la Misa confesaré: 1. Hijas de María y de José.- 2.
Hijas de María. Por la tarde confesaré á las demás. Los Sábados por la mañana, las que no se
hubiesen confesado en el Jueves.
52
1. Not. Cuando el jueves ó Sábado sea día festivo me lo advierten, para señalarles mejor
otros días. 2. El jueves no confieso otras personas q. las del colegio. 3. Conviene que nunca dejen á
las niñas solas en el confesonario, sino que haya siempre una Hija de José.
Días de predicación: El Primer Domingo y el Tercero, después de Vísperas.- Para las hijas
de María, en su día de retiro, desp. de vísp. El Señor Mejía confesará á las Niñas de las escuelas
esternas de esa, de S. Cosme y de la Pulquería, los viernes á las diez de la mañana.
Ene. 9/76.
la fundación de esa, y no tener V. que separarse después, pues acá habrá por mucho tiempo un
quehacer muy fuerte pues se trata de establecer el Colegio, el Obrador, el Asilo, Escuelas p. Niñas
decentes y escuelas gratuitas p. las pobres, de un modo semejante á la manera con que lo tenían
las hermanas.
Refugio y Asunción no llegarán sino h. últimos de Marzo y Da Jacoba quiere tener el gusto
de acompañarlas.
Por acá seguimos bien, aunque Plácida está un poco mala, y tiene algunos días de hacer
cama; con todo, no se olvida de sus quehaceres.
Una que fué Hermana tiene á su cuidado la escuela de los Niños y Gerarda es como
ayudanta de la clase de niñas. Paulita parece que se nos arreglará del todo.
Soy en Jesús, María y José, su afmo. S.S.S.
J. M. Vilaseca
[firma y rúbrica]
27. Enero 25 de 1876.
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que está feliz por la
conversión de una señora que está en la casa de Beas cuidada por
josefinas. El lunes salen a Puebla Rosa Ponce, Jesús Guadarrama y tal vez
Gerarda. Una que fue hermana de la caridad tiene a su cargo la escuela
de niños. Plácida sigue enferma.
Recado del p. Vilaseca para Cesárea Esparza, que le manda dinero para un
vestido y otros gastos, y Cristos para josefinas.
SraDa Cesarita.
Recado:
Mando á V. 32$; 12$ para que sus hijas le hagan á V. un vestido; y los otros veinte para los
gastos que le ocurran. Mando además los Stos Cristos, y piense V. si convendrá dar una á cada
Niña hija de María y de José al salir de esa Casa para ir á otra Casa ó establecimiento.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
57
Fbro. 3/76.
Que procure fondos para la Casa Madre. La que fue hermana va bien con
la escuela de niños.
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que quiere que pase
a Puebla a ver a Concepción Castro y a Rosa Ponce, y que ellas le
escriban. Que Refugio Gallardo y Asunción Castillo viajen a México en
ferrocarril. Que le comunique el día fijo de su viaje a México. Jesús y
59
Plácida están mejor. La Casa central ya está desocupada y pronto pasa sus
cosas la Sra. Furlong, pero que lo de Pulquería de Palacio no se toque
hasta que llegue Esparza. La casa de Beas sigue bien Ya despidió a
Manuela. Aunque el diablo intenta acabar con las Hijas de María, la
pequeña Compañía va bien.
Da Cesarita:
Me parece muy bien; y mándame decir para qué horas quiere á Miguel; le remito la
con[te]stación q. deben mandar á la Inspección. Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Mzo. 3/76.
Carta del p. Vilaseca a Cesárea Esparza para recomendarle que reciba las
cuatro hijas de Justo Basterra en el nuevo Colegio del Patrocinio del
Señor San José.
cantidades. Deseo que si no tiene algún inconveniente, se las reciba V. sirviéndose decirle cuando
se las podrá entregar.
Me repito de V. su afmo. S. S. S. y cap.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
34. Marzo 8 de 1876.
65) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR SIXTA BUTRÓN, MÉXICO, 9 DE MARZO
DE 1876; ORIGINAL AGHJ.
66) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR SIXTA BUTRÓN, MÉXICO, 6 DE ABRIL
DE 1876; ORIGINAL AGHJ.
tampoco lo son ellas. Si se portan como se deben portar, la casa irá bien.
Espera que cambien su actitud hacia la Superiora.
18 Abril 18/76.
Sa Da Cesárea Esparza.
La Sa Rodríguez ha alcanzado la ropa de Iglesia que le entrega, sirviéndose V. darle el
correspondiente recibo, y aplicar dicha ropa para la Iglesia de esa Casa central. Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
[Nota a la vuelta: 1876]
70) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR SIXTA BUTRÓN, MÉXICO, 1 DE MAYO
DE 1876; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Recado.
65
Junio 19/76.
S. Cesárea Esparza:
Conviene que esta misma mañana presente V. misma en persona el adjunto oficio, para
arreglar convenientemente un negocio qul [sic] su S. S. I. indicará. Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
73) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR PAULA ZARZA, MÉXICO, 7 DE JULIO
DE 1876; ORIGINAL AGHJ.
7 de julio de 1876.
Recado.
Sor Paula Zarza.
Carísima hija:
66
Sírvase arreglar su clase pues a las diez de esta mañana, Dios mediante, iré para los
exámenes.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que Rosa Ponce anda
con problemas. Que conozca bien lo de Puebla y lo deje arreglarlo. Que
vea si es oportuno poner a Carmen Serrano, pues se da libertades y no
falta quien le dice que es bonita, parece mejor Romualda Clavero. Hace
tiempo que Sixta Butrón no escribe y que se porta como Rosa Ponce en
Chalchicomula. Que cuide a Concepción Castro y vea que todo quede
bien. Vilaseca quiere hablar con Esparza antes de empezar los ejercicios,
el 19 por la noche. Que espera cartas de Pepita y Paula Zarza.
Julio 22/76.
Carísima Hija:
Contesto á sus preguntas diciéndole: 1º No me parece conveniente por ahora llamar la
atención con otra monjita, pues algunos me han hec[ho] notar que no falta quien lo observa, lo
cual podría causarnos graves daños.
No pensemos más con el negocio de Sr Dolores, y contentémonos con encomendarla á
Dios.
Me parece bien lo de la niña de S. Andrés, pero se necesita mucha prudencia, no sea que
se publique lo q. spre. debe estar oculto. De un modo semejante hemos de portarnos con la niña
de Morelia.
Sírvase remitirme todos los papeles que hablan de l[a] humildad, y si no los tiene
separados, mándeme la cajita de las meditaciones, reglas, confes., &cc.
Ruegue á Dios para q. se haga santo su afm.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Supongo q. habrá entregado las cartas al S. Torres.
Julio 22/76. 38. Sr. Presbº.
recibidor del lado del callejón. Acabado el consejo tendrán la Plática en la Igta. con la cuesta y
demás cosas, y todo concluirá con la bendición y reserva del S. Sº Sacramento.
Su afmo. S. S. S. y P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Julio 29 de 76. 39.
78) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR SIXTA BUTRÓN, MÉXICO, 30 DE JULIO
DE 1876; ORIGINAL AGHJ.
hacer; como ha sucedido con estos Santos Ejercicios, pues como se hizo público que Vdes.
tomaban los ejercicios, así como que yo se los iba á dar, ha sido necesario deshacer lo que
habíamos resuelto. Por las entrañas de N. Sr, hija mía, seamos prudentes como las serpientes, y
seamos sencillos como la paloma, no sea que por nuestras indiscreciones echemos á perder la
obra de Dios. Por lo que nos ha pasado, gravemos en nuestro corazón el adagio que dice: Secreto
de dos, ni uno, ni Dios; secreto de tres, sabido es. En adelante, pues, cuando le diga una cosa, á
nadie la comunique V. sino hasta el momento mismo en que se deba verificar.
Para arreglar la falta lo mejor que podamos, haremos lo siguiente: El Domingo no tendrán
misa; todas las que hacen ejercicios vendrán á oír la misa cantada de la Concepción, yo las
confesaré, y á las once les haré la plática en el lugar del domingo.
Ruega á Dios que la haga sencilla y prudentísima, su afmo. y P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Agosto 3/76. 40.
Recado.
S. Cesárea Esparza.
Puede V. recibir á la Niña Magdalena Canales, quien viene para trabajar en el obrador ó
donde V. la colocare; y hace dos días que se murió su mamá.
Agosto 19/76.
Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Agos. 27/76.
Recado.
Carísima Hija:
73
Para solemnizar mejor su día, será bueno que después de la plática tengan su capítulo.
Dígaselo á sus hijas como una gracia que van á pedirme; y veremos si se introduce otra santa
[p]ráctica, que es pedir ser avisada pú[b]licamente de ntros. defectos.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica
Recado.
Carísima Hija Cesarita:
Le mando las adjuntas cartas de Puebla que acabo de recibir, y deseo saber el resultado de
la que se escondió ayer. Será bueno que esta tarde á las tres me la mande al confesonario, así
como á la que vino de Puebla. Temo que esas escondidas tengan no poco de ficción, y con el tpo.
podrían causar grandes males; V. se lo afea y yo haré lo demás.
La bendice en Jesús, María y José, su P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Agost. 28/76.
Sbre. 5/76.
Recado.
Puede V. mandar la persona de confianza, y si acaso necesita V. por esta noche de
[testado: Gayetano] Cayetano me lo dice y se lo remitiré. Es mejor que de una vez quede todo esto
arreglado, porque en parte va de por medio el honor del Colegio.
La bendice su P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Diciembre de 1876.
74
ó no; si se [ha] adel[anta]ndo en dicha práctica, ó bien si ha sucedido lo contrario; así también
conviene examinar las causas del adelanto en la virtud que se practica, como si de ellas han sido el
olvido, la poca aplicación, cierto abandono que spre. nos hace en algún modo culpables. Sobre
estas preguntas se ha de examinar, sobre los ejercicios de piedad, como ejercicio de la mañana, las
jaculatorias al despertarse y vestirse, la oración mental, la santa misa, el rezo del S. Sº Rosario y el
de la Coronilla, la lectura espiritual, las conferencias, capítulos, avisar á las compañeras y pedir ser
avisadas de ellas.
2. [Sobr]e las malas inclinaciones que las predominan deberán examinarse para decir qué
movimientos interiores y pasiones han padecido; como de risa, tristeza, pusilanimidad, orgullo,
odio, afecto hacia alguna persona, aversiones, tibieza, fervor, aborrecimientos, amor hacia la muy
Santa Vocación ó tentaciones contra ella, penas interiores, escrúpulos, ligerezas, espíritu de
murmurar, amistades particulares, tentaciones contra la obediencia, la pobreza, la castidad, &cc.,
y ha de procurar examinar si ha dejado llevarse de ellas ó no, por alguna especie de
consentimiento consentido, ó si todo lo rechaza.
3. Sobre la Santa vocación á las Hijas de María y de José, conviene que hagan un examen
particular sobre ella, para que puedan decirnos si la aman ó no sienten afecto hacia ella, ó ha sido
tentada de dejarla, ó si ha consentido ya dicha tentación, si ama las prácticas del Instituto, su
espíritu, sus Reglas, sus deberes, su objeto y su fin.
4. También, en cuarto lugar, convendrá que nos den cuenta [de] las gracias que hayan
recibido de Dios, las luces en alguna meditación, los buenos pensamientos, los afectos hacia
alguna virtud, la victoria de alguna pasión, la enmienda de algún vicio, sus mortificaciones
ordinarias y extraordinarias, su noche de gracia, qué esp[íritu] las anima cuando la hace, sus
progresos en la oración, &cc.
5. Finalmente, convendrá que nos den cuenta de la virtud que tienen más necesidad, del
vicio á que se sienten más inclinadas, la principal necesidad, en su salud, si padecen algún achaque
corporal, &cc.
Mas como no basta hacer las cosas sino que hemos de hacerlas b[ien], exhortará á
nuestras hijas á practicar lo siguiente:
1. Prepararse para hacer bien la comunicación, por la lectura de esta carta ó de alguna
conferencia que hayan tenido sobre esto.- 2. Hacer la oración sobre la comunicación interior, así
como algunas visitas al S. Sº Sacramento, y á Jesús, María y José.- 3. Ver en los Superiores á Dios q.
las dirige por este camino.- Y 4. Portarse ellas al descubrir su interior con toda humildad, sencillez,
devoción y deseos positivos de enmendarse y adelantar en la virtud.
Reciba, [testado: Hijas] hija mía, la bendición de afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Deseo que se encuentre aliviada como yo ya lo estoy del todo, gracias á Dios. Si acaso
pueden arreglar el retiro de modo que mañana á las seis y cuarto puedan tener la plática, me
vendrá muy bien, pues en este caso les digo la misa, y sin desayunarme les haré enseguida l[a
i]nstrucción; y por la tarde podrán, como ya le dije, asistir todas á la función que comienza á las
tres y acaba á las cinco y cuarto.
Ruegue á Dios por su afmo. S. S. S. y cap.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sa Ceárea Esparza.
Recado.
Mando á V. [testado: cuatro] seis costalitos de frijol que importan una carga y media, y
que valen catorce pesos y veinte y cinco centavos, cuya cantidad le abona el Sr cura para las niñas.
Su afmo.,
Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 8/76.
[Nota marginal: Una carga. Agosto]
Recado.
Carísima Cesarita:
Sírvase tener la cómoda de la sacristía (la que [testado ilegible] era de San Andrés)
desocupada, pues á las ocho vendrán por ella. Además, á las nueve de esta mañana, vengan las
que no hicieron la Comunicación interior, y si alguna de las de S. Cosme ha de venir como Rosalía,
éste podría venirse con [testado: Isaben] Isabel para que se confiese y al mismo tpo. yo le hablaré
de lo demás.
Rba. la bendición de su P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 24/76.
77
Recado.
Carísima Cesarita:
Sírvase decir á la Sa Da Joaquina Hernández que escriba hoy mismo al Padre Chávez y
mándame la carta hoy mismo. S. S. S.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 26/76.
Obre. 27/76.
Carísima Hija:
Como hoy Sábado voy á estar muy ocupado, he querido mejor contestarle su carta
diciéndole: que deje á Miguel donde está, pues si ahora está sin colocación, al menos está
contento, y poco á poco le entrarán las cosas del campo; y mejor me parece ver en él á un
administrador de hacienda, que no á un boticario; pues hoy día médicos y boticarios es lo más
perdido que hay.
Me parece bien que ponga á las pretendientas bajo la dirección de Rosalía, que ésta antes
me venga á hablar, y que Pilar se quede igualmente bajo su dirección. Entre tanto, esc[ri]ba V. al Sr
Cura dándole cuenta de su conducta, que tenga la bondad de escribirle para ver si se reduce, pues
si no se enmiende no podrá ser hija de José. Además, convénzese V., que faltas spre. las ha
habido, spre. las hay aun en las comunidades más observantes y que spre. las habrá. Ya V. conocía
á Pilar, es de aquellas que tarde ó casi nunca ponen juicio, que dan mucho quehacer; pero que
hemos de sufrirlas en espíritu de paciencia en satisfacción de nuestros pecados; y hemos de
sufrirlas todo el [testado: p] tiempo que Dios quiere, es decir, hasta que se enmienden, ó hasta
que hayan hecho una falta tan grave que nos obligue á echarlas. No obrar de este modo, sería
exponernos á dar cuenta á Dios de su alma, la que se perdería por no haber nosotros sufrido lo
que habíamos de sufrir.
Concluyo esta carta pidiéndoles á Jesús, María y José, que la llenen de su santa paz, así
como que le hagan conocer un poco el precio de una alma, para que viendo cuánto cuestan á
Jesucristo, no quiera echarlas al infierno de una plumada.
Reciba en Jesús, María y José, la bendición de su P.,
78
Carísima Hija:
Puede V. decir á Pilar que ha sabido toda su hipocresía y que desde este momento queda
del todo separada de Vdes. Que escriba al Sr Cura Pontón, y V. haga lo mismo, sin decir una pbra.
de mí. Entre tanto que permanezca en S. Cosme para evitar nuevos males.
Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Nbre. 6/76.
79
Carísima H.:
Rbí. sus dos apreciadas y ahora las contesto diciéndole que por el correo de hoy le remito
un paquetito con los añalejos de las monjas, así como con el Reglamento, y deseo que lo reciba á
tiempo.
Miguel llegó; al día siguiente le indiqué el gusto que tendría V. si aprovechando su llegada
tomara una especie de Ejercicios; pero me contestó que no tenía ganas, y que sólo deseaba
destinarse para vivir á sus espensas. Que Dios lo bendiga.
Todos seguimos bien y sin novedad, así como todas sus hijas; no se olvide de la escasez de
recursos en que estamos, pues al menos algo que nos den spre. será algo.
En Jesús, María y José, la bendice S. S. S. y P,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Enero 12/77. 45.
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que quiere que esté
en México el 24 de enero en la noche, con el Sr. Covarrubias y otra
persona que él sabe. Nunca ha necesitado su presencia como ahora, pues
ha llegado de París la negativa más absoluta para que siga atendiendo a
las Josefinas y no sabe cómo quedarán las cosas.
compañía del Sr Covarrubias y de otra persona que él sabe, para pasado mañana en la noche.
Nunca ha sido la presencia de V. y de esos dos Señores tan necesaria como ahora, pues habiendo
llegado de París la negativa más absoluta, no sabemos cómo quedará todo esto, y temo con
mucha razón, echarlo todo á perder con alguna de mis acostumbradas tonteras. En caso de que V.
estuviese enferma, suplíquele al P. Covarrubias que al menos se venga á ésta él con su compañero,
ó solo.
No deje de rogar á Dios por su afectísimo,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
S. Cesarita.
La Sa Margarita Navarro desea ver el Colegio y verse con la Niña Leonor Coria. Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Fbro. 1/77.
Su afectísimo.
José María Vilaseca
S. Cesárea Esparza.
Puede recibir á la niña que acompaña la [testado: Fer] Sta Fernández, y su Sr Padre dará
media pensión cada mes por sus alimentos, es decir 6 pesos.
Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Fbro. 27/77.
El p. Vilaseca recibió carta del Sr. Cura de Chalchicomula en que dice que
la hermana Josefa está muy mala, y lo participa a Cesárea Esparza para
que arregle las cosas y pueda ir a Chalchicomula. En México todos bien y
que no deje de pedir a Dios para celebrar con fruto el día de San José
Josefa, que por lo que me dice el Sr S. Cura infiero que estará muy mala; si V. juzga prudente
trasladarse á Chalchicomula, puede hacerlo, ó bien arregla las cosas desde esa, como á V. le
pareciere mejor.
Todos por ahora seguimos bien, y no se olvide de rogar á Dios para que pasemos el día del
Sr S. José con más virtud y mérito para el cielo.
Soy en Jesús, María y José, S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Marzo 15 de 1877. 47.
108) ARTÍCULO DE JOSÉ MARÍA VILASECA, QUÉ EDUCACIÓN DEBE DARSE A LAS
NIÑAS, [MÉXICO, 19 DE MARZO DE 1877], EN EL SACERDOCIO CATÓLICO 5
(1876) P. 157-159; EN EL PROPAGADOR 6 (1876).
Artículo escrito por el p. Vilaseca sobre la educación que debe darse a las
niñas, y cómo ésta la imparten las Hermanas Josefinas en el Colegio de
San Vicente de Paúl establecido en la ciudad de México.
84
atractivos, no de un traje, que por sí nada vale, sino de la virtud, del trabajo y del tacto para el
gobierno de su casa.
- Esto es lo principal que la mujer necesita saber y lo que principalmente debería
enseñarse en los Colegios. Y esto mismo es lo que se han determinado enseñar las Hijas de María,
devotísimas del señor san José, en su Colegio. He aquí el programa que publicaron hace poco más
de un año, y programa que casi en su totalidad han podido efectuarlo, merced a las fervientes
oraciones, cooperación y limosnas de los socios de la Asociación universal del señor san José.
[Sin firma]
Por tanto, cálmase, quítese todas aquellas ideas que de nada sirven, póngase buena lo
más pronto que pueda, visite á S. Andrés luego que su salud lo permi[ta], y véngase después.
Me saluda á todas mis hijas, saluda también á Pepita, que la amo tanto más cuanto que la
trato como V. dice, y reciba la bendición de quien desea verla una gran santa,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Marzo 19 de 1877. 49.
Entre tanto, reciba la bendición que en Jesús, María y José, le envía su afmo. S. S. S. y P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Marzo 22 de 1877. 50.
mejor con la tía de S. Luis, así como si ella se determinase consagrarse á Dios, estará mejor con V.
Digo todo esto, porque ya Pepa es grande y necesita determinarse. Ojalá que hiciera unos buenos
ejercicios en esa y se determinara á una ó á otra cosa. No quiero equivocarme, pero Luz Sanromán
está en peligro por causa de su Padre.
Háblale á Pepita que sea cual fuere el estado que elija, ha de obedecer; si no se casa, sino
que permanece con algún Colegio tendrá que sufrir; si se casa, tendrá que sufrir mucho más; y si
se consagra á Dios, tendrá igualmente que sufrir; por tanto que se dé á la oración, que haga sus
triduos y mejor sus ejercicios, que descubra bien lo que pasa en su corazón, y que en nombre de
Dios elija; y una vez hecha la elección, se abrace con la Cruz de su estado y con ella se haga santa.
Pregunte á Concepción lo que V. me dijo, y contesta con las adjuntas cartas. Ahora le
manifiesta á V. mucha confianza, procure ganarle la voluntad con su conducta suave y dulce, y al
mismo tpo. santamente firme. Concepción llevada así podrá servirnos mucho; lo contrario se
encapricha y en uno de sus arrebatos puede perderse.
Sixta está en S. Andrés; por ahora debe quedarse allá, y á su tpo. veremos lo que se hace
de ella.
Espresiones á Pepita y que haga de modo que de una vez se resuelva, á fin de que acierte
en su elección, yo la encomendaré mucho al Sr S. José.
En Jesús, María y José la bendice S. S. S. y P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Amto: Si después de ocho días de estar en Chalchicomula puede venirse á ésta, lo hace V.,
pues nos conviene aprovechar la casa, para que se animen á comprárnosla dentro [de] cuatro ó
cinco meses.
Marzo 24/77. 51.
S. Cesárea Esparza.
El dador de la presente entregará á V. el pan de todos los días en tortas de á libra, del
precio de 16 reales arroba y con la rebaja del veinte y dos por ciento. Todos los meses yo me
encargo de pagarles el pan. Procuren que el pan no lo coman del día, sino de un día para otro. S. S.
S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
90
Abril 21/77.
Carísima Hija:
A las doce y media espero á V. con Miguel, pues es casi seguro que podrá ir á una
Hacienda con cuyo administrador acabo de hablar.
S. S. S.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
123) 1877 AGOSTO 5, PUEBLA, PUE. INDICE DE LAS PLÁTICAS DE VILASECA JOSÉ
MARÍA A LAS HIJAS DE MARÍA Y DE JOSÉ. [AGHJ, CAJA 2, EXPEDIENTE 14]
Pue, Indice de las pláticas de Vilaseca José María a las Hijas de María y de
José
-Por N. R. Padre
Junio 24-Sobre San Juan Bautista.
-Por N. R. Padre
Julio 4-Sobre los falsos Profetas
-Por N. R. Padre
Sebre. 12-Conferencia sobre la abnegación.
-Con N. R. Padre
Sebre. 16-Conferencia sobre la confianza en Dios.
-Por N. R. Padre.
Ocbre. 3-Sobre la elección de los Apóstoles.
-Por N. R. Padre.
Octubre 17-Sobre las Santas Reglas. (Cona.)
-Con N. R. Padre.
Ocbre. 30-Sobre la Pesca milagrosa.
-Por N. R. Padre.
Nobre. 18-Conferencia sobre el fin, objeto y constitución de las hijas de M. y J.
-Con N. R. Padre.
1876-
Marzo 5-Sobre la Tansfiguración y devoción a N. P. S. S. José.
-Por N. R. Padre.
Abril 2-Sobre lo que Jesucristo preguntó a los Judíos: ¿Quién de vosotros me convencerá
de pecado?
-Por N. R. Padre.
Mayo 7-Sobre el patrocinio de N. P. S. S. José.
-Por N. R. Padre
Junio 4-Sobre la venida del Espíritu Santo.
-Por N. R. Padre.
Julio 30-Sobre la presencia de Dios.
-Por N. R. Padre.
Sebre. 8-Sobre el Nacimiento de N. Madre.
-Por N. Padre.
Octubre 1-Sobre el amor de Dios.
-Por N. Padre
Nobre. 5-Sobre los Escribas y Fariseos.
-Por N. R. Padre.
Dibre. 1-Sobre el Juicio.
-Por N. R. Padre.
1877-
Marzo 4-Sobre el Sordo mudo y la devoción a N. Padre Sor. San José.
Abril 22-Sobre el patrocinio de N. P. S. S. José.
-Por N. R. Padre.
Mayo 6-Sobre las palabras del Padre Nuestro según el Evangelio de hoy.
-Por N. R. Padre.
Nota. Estas pláticas están escritas por:
Conchita Castro y Sista B.-12
id. Paula-2
id. Pilar-2
id. la más indigna y criminal de sus Hijas-31
96
-47
El p. Vilaseca manda decir a Cesárea Esparza que a las tres y media espera
a Pepita en el confesionario de la Casa Central.
Recado.
S. Cesárea Esparza.
Carísima Hija:
A las tres y media espero á Pepita en el confesonario de la Casa central. S. S. S. y P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 11/77.
30 de octubre de 1877.
Señora doña Josefa:
Sírvase recibir a las señoras doña Gertrudis Robles con su compañera. Mañana le diré lo
demás.
Su seguro servidor y capellán
José María Vilaseca
30 de octubre de 1877.
Señorita doña Josefa.
Callejón de Veas No. 3.
Recado.
Señorita doña Josefa:
Sírvase recibir a las señoras doña Gertrudis Robles con su compañera. Mañana le diré lo
demás.
97
El p. Vilaseca dice a Cesárea Esparza que conviene que Isabel salga unos
días con su tío.
Recado.
Sa Da Cesárea Esparza.
Siempre conviene que por algunos días salga Isabel con su tío.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Nbre. 22/77.
Recado.
Sta Da Cesárea Esparza.
Podrá V. recibir las dos niñas, Josefina y Guadalupe, que entregará á V. el Sr Lic. D. José
María Mirafuentes. A ntra. vista instruiré á V.
S. S. S.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
México, 18 Dbre. de 1877.
El p. Vilaseca manda decir a Cesárea Esparza que le mande con don Pablo
la máquina de coser, y que en la tarde va a predicarles en la sala del
colegio, a colegialas, niñas de obrador y a las Josefinas.
[Sin firma]
1 de marzo de 1878.
Recado.
Sor Cesárea Esparza.
Puede usted recibir a la dadora, para lavar, planchar y demás cosas que ella sabe hacer.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
S. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Contestando sus dos cartas digo á V. que por acá todo sigue bien, y Angelita hace marchar
la casa bastante bien; ya recibieron la máquina de lavar y espero que les dará buenos resultados.
Sobre los negocios de [testado ilegible] esa, creo un deber que Panchita se humille con D.
Vicente, por q. este buen Señor tiene razones muy poderosas en su favor, y bastantes motivos de
sentimiento. Por poco que se pueda, quédanse las cosas como antes, no recibiendo enfermos, sino
á medida que tengan recursos, y sigan en un todo el dictamen del Sr Cura que parece muy juicioso.
En fin, por último resultado, es decir, si [na]da de esto se puede arreglar, admitan la proposición
de Da Teresita. Como por ahora seguimos bien, puede dilatarse el tiempo que crea prudente, y
harán su retiro aquí las niñas que recibiremos en la vigilia del Sr S. José.
De mi parte me saluda á D. Vicente, y que disimule las tonteras de nuestras hijas, y ntros.
pidamos á Dios perdón, porque con frecuencia tales son los hijos, cuales son los padres.
En Jesús, María y José le envía la bendición su afmo. P.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Marzo 14 de 1878. 54.
15 de marzo de 1878.
Recado.
Sor Cesárea Esparza.
Puede usted recibir a [la] dadora, Concepción Flores, que viene de parte del Señor
Arzobispo, para que se la instruya bien para poder hacer su primera comunión.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
7 de octubre de 1878.
Señorita Cesarita:
Puede usted recibir como colegiala a la dadora de la presente, y después hablaremos.
José María Vilaseca
que podrá usted hacer si, llena de ánimo, se acostumbra en ver en sus pequeños niños y niñas a
otros tantos ángeles.
Su clase, pues, debe ser el lugar de su fervor, procurando ver su inocencia, así como la
mucha gloria que con el tiempo podrá dar a Dios.
No se olvide de los santos ángeles que están entre sus niños, séales muy devota, encargue
a sus niños tan importante devoción y de vez en cuando haga oraciones especiales a este fin.
Entre tanto, reciba la bendición que en Jesús, María y José le envía su padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca manda decir a Cesárea Esparza que puede recibir a una niña
que pagará 6 pesos de colegiatura.
México, 11 de 1878.
Sor Cesárea.
Recado.
La dadora desea que le reciban una niña con sólo la cantidad de $6.00 por la colegiatura,
corriendo por parte de la señora de ropa, calzado, etc.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
Vénganse luego, que con los brazos abiertos les espera su tierna madre Cesarita, así como
su afectísimo seguro servidor y capellán.
José María Vilaseca
Aumento: La joven que no es josefina podrá continuar en la puerta hasta que otras
personas reciban la casa, y después podrá irse a Puebla, o donde le pareciere, porque no podemos
tenerla por más tiempo.
3 noviembre de 1878.
Señorita Cesarita.
Mando a usted otros veinte pesos, pues me parece que en este mes le he entregado ya
$110.00, y aún nada he recibido del arzobispado. Mucho le suplico que, al paso que se dé lo
necesario, se introduzcan las economías posibles, pues en esta cantidad no se incluye lo de los
sobrepellices y roquetes. Los niños se quejan mucho por la ropa, pues dicen que se les cambia, y
aún que se les pierde; creo que necesitan poner más cuidado, so pena de que se busquen otra
lavandera, como me han indicado.
Soy su afectísimo.
Vilaseca.
Recado de José María Vilaseca a Cesárea Esparza, 3 noviembre de 1878; original AGMJ,
FUN08-HJ.
El p. Vilaseca manda veinte pesos a Cesárea Esparza, pero quiere que se introduzcan
economías. Que vea lo de la lavandería porque los niños se quejan de que se les pierde la ropa.
5 de diciembre de 1878.
Recado:
Le remito las adjuntas por las que me parece que debemos ir a Puebla el próximo sábado,
pues la carta del señor Covarrubias es muy expresiva.
Después de leída, haga media hora de oración, y a las cuatro estaré en esa para que nos
resolvamos. El Padre Mejía que está en dicha ciudad podrá ayudarla mucho. Y me tiene dispuesta
la contestación para Refugio.
Su afectísimo padre.
106
Vilaseca.
Antiguo Colegio de las Vírgenes, dirigido por las Hijas de María Josefinas, calle San
Jerónimo número 1, letra A (en Puebla).
- En el año próximo pasado tuvimos la satisfacción de dar cuenta de dicho Colegio,
dirigido por las Hijas de María Josefinas, dando cuenta de sus exámenes, así como de la repartición
de premios; y este año podemos hacerlo con más acierto, porque trasladados a Puebla en aquellos
días, pudimos ser testigos de vista de los exámenes verificados el día primero del próximo pasado
enero, merced a una muy fina invitación que recibimos del que es su director, nuestro compañero
y amigo, el señor Canónigo de la santa iglesia Catedral de Puebla, presbítero don José Victoriano
Covarrubias.
- Este señor, con un celo que verdaderamente le honra, ha puesto su establecimiento de
modo que pueda ya servir con bastante desahogo y comodidad según el grande fin que se
propuso, arreglando vastos dormitorios, cómodas clases, preciosos jardines, salón de actos; a todo
lo cual ha añadido una casa de recreo en la que las educandas puedan pasar ciertos días
destinados al descanso, y con el contento que produce la novedad y el inocente bienestar. Esto
nos hace llamar la atención a los padres de familia para que reflexionen sobre dicho
establecimiento, del que decía ya un periódico de la capital de Puebla en el año pasado:
"Recomendamos a los padres de familia este benéfico plantel, acaso el único en su género, para
recibir una educación esmerada, tanto científica como católica".
[Sin firma]
107
25 de enero de 1879.
Recado
Remito a usted la cantidad de ciento y cincuenta pesos. Por lo demás, le repito de nuevo,
que no se aflija antes de tiempo, sino que sigamos trabajando mientras Dios nuestro Señor nos
muestra que ésta es su voluntad. Van, además, dos docenas de sobres.
Su afectísimo.
Vilaseca
108
Sa Da Cesárea Esparza.
El dador que es D. Anto Campos de la Vega quiere poner en sus escuelas un niño y una
niña pequeños, y espero que hará por ellos cuanto pueda, educándolos principalmente como
dicho Sr desea.
Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
En[e.] 25/79.
Carísima Hija:
Contestando su carta, aunque muy aprisa por el fuertísimo quehacer, digo á V. que eche
de una vez para siempre este temor que las cosas que V. haga me parezcan mal, porque la repito
que para esto está, para obrar según las Reglas y demás consejos que le he dado; que está
debidamente sostenida como debe estarlo y que todos esos pensamientos que la hacen sufrir no
tienen más apoyo que su imaginación, aunque siguiéndose gravísimos males para ntras. hijas.
Lo demás cuando yo venga á esa que Dios mediante será para el miércoles de ceniza.
En Jesús, María y José le envía la bendición su afmo. padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Amto: Para dentro de un [testado ilegible] mes vendrá á esa la preceptora de Yecapixtla
que está deseosa de saber, y de enseñar después consagrándose á Dios. Con relación á Refugio, la
primera desobediencia ó falta de regla la manda V. á su casa, y entregándola á la M. Luisa, de
suerte que cuando llegue yo á esa ya esté fuera, pero procure que su salida, tomándola Angelita y
llevándola con Luisa, sin darle tpo. de murmurar.
Febrero 13 de 1879. 61.
[Marzo de 1879]
Van 25 pesos que con otros tantos serán 50 pesos para su pan y carne, quedándose
siempre los 13 pesos cincuenta centavos para los gastos comunes y del diario.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca
Marzo de 1879.
Recado:
Que vengan las Josefinas Soledad Ballesteros y Rafaela.
Vilaseca.
111
Esta fórmula para hacer la primera profesión de los votos después de dos
años de noviciado es la más antigua que se conoce. Está escrita de puño
del p. Vilaseca y le puso la fecha de 19 de marzo de 1879. Se encuentran
otras fórmulas impresas posteriormente, con algunas variaciones muy
ligeras.
Nota de lo entregado á Sor [testado ilegible] Cesárea Esparza desde que se puso la
primera Escuela en la Calle de S. Ramón, así como lo entregado á las otras Superioras de las demás
Casas; y también algunos gastos para las Casas de fuera de México, que asciende á la suma de
quince mil, setenta y nueve pesos, once ces ─ 15,079$11. Empleado en las obras de la Casa cent.
desde Agost. hta. dibre. de 1878: tres mil, doscientos diez y siete ps ochenta y dos cs ─ 3,217.82. =
18,296$93.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
México, Mzo. 19/79.
112
Dios me ve
Carísima Hija:
Estoy muy ocupado. Por ahora no puedo pasar a ésta con el objeto de bendecir la casa;
veré si en la semana que viene encuentro algún rato. Pueden recibir las niñas como quiere la Sra.
Zamudio, y acerca de lo demás veremos cuál será lo más conveniente cuando nos veamos, sin
embargo puede usted seguir con el negocio de la casa, ya que la señora Pesado parece que no
toma parte positiva en el negocio.
Su afectísimo padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Mayo 29, 1879.
Recado.
Carísima Hija. Cesarita:
Vuelvo á V. las cartas, y si ahora mismo puede V. venirse se lo agradeceré, mas si ahora no
puede, mañana nos veremos.
Su afmo. S. S. S.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Julio/79.
Recado.
A la S. Cesárea Esparza.
Puede V. recibir á la hermana del joven Mejía; y cuando nos veamos arreglaremos lo
demás.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
México, Julio 17/79.
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que no quiere que las
josefinas se confiesen con quien gusten, y le recomienda que tenga
cuidado en esto. Que Luisita haga oración para calmar sus penas. Que el
p. Palazuelos es hombre de virtud y entendido. Que Isabel no tenga
comunicación entre los dos colegios. Que se necesita vigilancia para
conservar a las josefinas. Le pide oraciones para sacar fruto de los
ejercicios.
por medio de Isabel se podrá introducir? Vigilancia, hija mía, vigilancia, pues sólo conservaremos
nuestras hijas separándolas de toda ocasión.
Rueguen mucho á Dios para que en estos Santos ejercicios aprenda á ser fiel á tantas
gracias [testado: recibidad] recibidas.
Rba. la bendición de su afmo. P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Julio 22 de 1879. 64.
8 de octubre de 1879.
Sor Cesárea Esparza.
La niña dadora de la presente es la misma de la que le hablé ayer, por tanto, la reciben y
después arreglamos lo demás.
José María Vilaseca.
prepare bien las niñas con las respectivas clases para los exámenes que serán á mi vuelta.
Rcban. la bendición q. en Jesús, María y José le envía su afmo. P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Nobre. 13 de /79. 65.
Paso á contestar su carta del 6, y deseándole mejor salud pues me escribieron que había
estado algo mala; yo gracias á Dios estoy como spre. de bueno, aunque los demás no han dejado
de tener algunas indisposiciones, pero ahora vamos bien.
Ya le dije en mi anterior que por ahora bastaban dos Josefinas, Sor Antonia, y Sor Trinidad
(la de Tultitlán), porque unas señoritas de Huichapan desean ser Josefinas, y si el diablo no mete
su cola tal vez V. misma las recibirá. Ya V. habrá recibido los 30$ para el viaje de las tres, así como
que Torner habrá comprado los útiles para las escuelas, como le escribí que lo hiciese. Por
consiguiente, véngase V. con las dos Josefinas arriba indicadas lo más pronto posible, para que
esté unos días con ellas en Huichapan, y el siete ú ocho puede irse con nosotros, que Dios
mediante tomaremos en dicho día la diligencia p. esa. Necesito saber con tiempo el día fijo de su
salida p. El Destello, para que en dicho punto unas buenas señoras las conduzcan á Vdes. á caballo
hasta Huichapan. Bien me parece lo de las hijas de María, me saluda á todas las niñas y á las
Josefinas, y reciban todas la bendición que les envía su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Dibre. 10 de /79. 67.
1880
Señorita doña Cesárea Esparza
Recado.
Carísima hija:
Ayer, según me dijeron, el negocio de esa se está poniendo tan mal que, si Dios no lo
remedia por medio del señor san José, se verán ustedes obligadas quizás desde el próximo mes a
abandonar esa casa, y ver como se colocan y reparten en las otras casas, pues ya no puedo seguir
pagando el alquiler y por ahora no hay esperanza.
Piense usted el modo de arreglarlo así como se lo suplica su seguro servidor y capellán.
José María Vilaseca.
170) 1880. VILASECA JOSÉ MARÍA A RUIZ DE ESPARZA CESÁREA [AGHJ, CAJA 4,
EXPEDIENTE 15]
Ayer según me dijeron, el negocio de esa se está poniendo tan mal, que si Dios no lo
remedia por medio del Sr S. José, se verán VV. obligadas quizás desde el próximo mes á abandonar
esa Casa, y ver como se colocan y reparten en las otras casas, pues ya no puedo seguir pagando el
alquiler y por ahora no hay esperanzas.
Piense V. el modo de arreglarlo así como se lo suplica S. S. S. y Cap.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
15 de enero de 1880.
Recado.
Señorita Cesarita.
Le envío a la niña María Eduviges Mendoza, para que la dedique usted desde hoy al ramo
de los ornamentos, para que aprenda.
Por de pronto recíbala usted hoy mismo, aunque va sin cama, y su padre le entregará hoy
seis pesos. Mañana hablará lo demás su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca
15 de febrero de 1880.
A San Cosme.
Recado.
El viernes van a confesarse; me parece bien la colocación de las niñas, así como la carta
que mandaré hoy mismo. He visto las cuentas, y aunque no veo gastos inútiles, con todo, las
salidas son mucho más que las entradas; con todo, le remito $20.00, y con esta cantidad, y lo que
les entregará el Padre Davis espero que tendrán suficiente para todo el mes, y aunque tal vez les
sobrará. ¡Ojalá que así sea! Le devuelvo su misma carta un poco corregida para que poco a poco
vayan quitando las faltas de ortografía.
Reciba la bendición de su seguro servidor.
Vilaseca.
para Rafaelita, y que pertenecerán a esa casa; además le mando las planas que usted venderá a
cuartilla cada una, y me debe mucho dinero de otras cositas que le mando y que espero que todo
le aprovechará muy bien.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. México] 1 de Agosto de 1880.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea siempre con nosotros.
Carísima Hija:
Queda V. facultada plenamente con Pepita para arreglarlo todo como le parezca, y á
últimos de Agosto haremos examen del resultado de su plan; advirtiendo á V. que estuve muy
lejos de querer colocar á Sor Antonia al frente de la clase, y que lo hice porque Vdes. me lo
dijeron. Vaya, pues, otra prueba, porque no estamos en tiempo de esclamar, sino de obrar. Rba.
para su acierto la bendición que le envía su P.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Agosto 1 de 1880. 69.
Recado.
Sta Cesarita.
Puede V. recibir á la joven que entregará á V. la Sa Da María de los A. M. de Echave, para
que se eduque, pagando seis pesos cada mes. Lo demás se lo dirá á V. cuando nos veamos su
afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sbre. /80.
6 de septiembre de 1880.
Cesarita:
122
Puede usted recibir a la niña Teresa Raigoso para que se ocupe uno de los lugares del
Señor Arzobispo. En esta tarde nos hablaremos.
José María Vilaseca.
19 de septiembre de 1880.
Recado
1. Que las niñas pagan sus baños. 6.
2. Quiten lo de la asamblea. 4.
3. Que no haya el pago del sueldo. 4.25.
4. Comprar más barato los efectos como García.
5. Examinar los productos de los ornamentos.
6. No recibir niñas sino pagando la respectiva colegiatura.
Con esto le sobrarán a usted por lo menos unos cincuenta pesos cada mes, y así me
aliviarán en los gastos.
Mañana hablaremos sobre cada uno de estos puntos.
José María Vilaseca.
etc., ciento ochenta pesos ($180.00) que nos hacen mucha falta, pues yo he tenido que ponerlo,
hasta el grado de [no] poderme mover para esa a fin de asistir a los exámenes si no me mandan
con qué hacer el viaje. Salúdeme a todas mis hijas: Trinidad, Encarnación, Rafaelita y demás niñas
Hijas de María, y reciban todas la bendición que en Jesús, María y José les manda su afectísimo
padre.
José María Vilaseca.
Recado.
S. Cesarita:
La Sa Da Demetria López entregará á V. su hija, Gregoria Guerrero, para que acabe de
educarse, á fin de poderse pasar de maestra dentro de algunos meses, lo demás se lo diré cuando
nos veamos.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
México, Obre. 12/80.
125
[Laparriturri]
[Re]cado.
Sor Cesarita.
La dadora Da Manuela Gamboa entregará á V. una niña para q. se eduque concluyendo su
instrucción, para lo cual le dará á V. para la colegiatura ocho pesos al mes.
Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Obre. 18/80.
126
[R]ecado.
Sta Cesarita:
La dadora Da Agustina Martínez y Barros, presenta á V. una niña que pagará por la
colegiatura seis pesos, dando su familia todo lo necesario.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Méjico, Obre. 18/80.
El p. Vilaseca escribe a Cesárea Esparza para decirle que ve cómo San José
quiere valerse de sus hijos e hijas para ganar almas a Dios, por los frutos
que ve en los colegios de Huichapan, que en estos días dan sus exámenes
con mucho fruto. Le dice que anime a Pepita para que prepare bien sus
niñas. Que va a dar una tanda de ejercicios a las Hijas de María, del 12 al
21 y, al terminar, se reciben más, que mande 15 manuales, 15 medallas y
la cinta correspondiente.
El p. Vilaseca recibió una primera carta amorosa de sor Josefa Pérez, una
Hermana Josefina muy joven, y al calce de la misma escribió esta nota
para prevenir a los Misioneros Josefinos sobre la familiaridad con las
Hermanas Josefinas.
Mucho, pero mucho conviene que los misioneros vigilemos con relación a las Josefinas;
porque no obstante de ser Josefinas son mujeres y el diablo puede perder a unos y a otros. Por
tanto, mucha vigilancia, y huyamos siempre de la ocasión. Por tanto, los superiores debemos
vigilar porque tras de la confianza esta el amor, del amor a la manifestación, de ésta a la
familiaridad y de ahí...vigilancia, superiores vigilancia.
[Sin firma]
Enero de 1881.
Recado.
Señora doña Cesárea Esparza.
Puede usted recibir a la niña María de la Luz Paredes, acerca de cuyas condiciones le diré a
usted cuando la vea.
Su afectísimo seguro servidor y capellán.
José María Vilaseca.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. México] 25 de enero de 1881.
Sr D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Doy gracias á Dios por el beneficio que le ha dispensado por no haberse enfermado.
Confíe en el Sr S. José, y como ntra. obra es la suya, donde ntros. no lleguemos, él llegará,
haciendo lo que no podamos hacer.
Arregle con el Sr Cura las cosas bien; ya preguntando, ya diciendo, ya suplicando, procure
que ntras. hijas queden lo menos mal posible. Un Sr Cura me pide tres josefinas p. su curato,
veremos cuándo podrá hacer. Entre t[an]to, démonos á Dios y hagámonos Santos.
Por ahora todas las Casas van bien, y podrá quedarse en esa todo el tpo. necesario.
Ruegue mucho á Dios para que se haga un Santo su afmo. Padre que de corazón la
bendice,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Enero 25 de 1881. 72.
130
El p. Vilaseca escribe a sor Antonia Corral para decirle que le escribió por
conducto del p. Pineda, pero ahora lo hace de nuevo para comunicarle
que Cesárea Esparza está en san Agustín Tlaxco con dos Josefinas para
una nueva fundación.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. México] 2 de Fbro. de 1881.
Sr D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea siempre con nosotros.
Carísima Hija:
Rbí. sus dos cartas y paso á contestarlas diciéndole que puede ir á Puebla, y que los
negocios que tanta pena me dieron están arreglados. Quiera Dios que sigan bien, y que todo sea á
honra y gloria de Dios.
Hoy establecimos la clase de catecismo y se tendrá, Dios mediante, todos los miércoles de
cuatro á cinco, en la que asistirán todas las Josefinas, todas las internas, todas las esternas y hta.
los niños y niñas del Asilo. El ejercicio se compondrá de la corona de los dolores y gozos del Sr S.
José, una [in]strucción sobre algún punto del catecismo, [c]on un cántico al Sr S. José antes y
después de la plática. Y todos los domingos, de diez á à [sic] diez y media, plática p. las Josefinas,
con lo cual espero que se nos irán formando como se necesita.
131
Siga V. tratando con el Sr Cura las cosas de la casa y fundación, que tengan las Josefinas lo
necesario, y si es bueno ofrecerse para una clase esterna, es igualmte. muy prudente no insistir en
tenerla, dejando obrar á Dios, que todo lo hace muy bien, y á su tiempo.
Sobre Luisita, déjala bien adiestrada, y con mucho amor á Dios, y cuando las cosas se le
olviden, el Sr S. José se las dirá para que su casa marche bien y sus hijas sean favorecidas con los
auxilios de la divina gracia.
Hija mía, hagámonos santos que es lo que más nos interesa, y ruegue mucho á Dios por su
afmo. P. que de corazón la bendice,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Febrero 2 de 1881. 73.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. México] 16 de Febrero de 1881.
Sr D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea siempre con nosotros.
Carísima Hija:
Ya recibimos sus cartas y todas le escriben á V., con lo cual quedará al tanto de las cosas
de la casa, que por ahora todo ha seguido bien. Quédase V. en Puebla ocho días, de modo que la
esperamos el día 23, por el tren de [la] noche, sirviéndose V. decirnos si ya tiene quién la
acompañe para economizar los gastos en caso de que alguna hubiese de salir de ésta el lunes ó
martes por V., á fin de que se venga acompañada. Rba. la bendición de su afmo. padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Febrero 16 de 1881. 74.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] 20 de Febrero de 1881.
Sr D. Cesárea Esparza.
132
Antonia Corral.
¡La gracia de Jesús María y José se siempre con nosotros!
Carísima hija:
Recibí sus cartas, y tanto por ellas como por las niñas que me las entregaron he sabido de
lo mucho enfermas que todas han estado; por tanto, siendo según el parecer del señor Doctor la
causa de las enfermedades la casa donde están, pueden trasladar: en la casa de doña Trinidad,
pues muy justo que procuren un lugar sano para que ustedes puedan trabajar, y sus alumnas
disfruten también buena salud, y las niñas grandes puedan concluir su instrucción y educación. De
mi parte le da las más expresivas gracias a doña Trinidad, y procuren desde el principio arreglar
bien las clases, su habitación, una pequeña capillita donde hagan sus rezos, y demás cosas que
usted debe.
Como el P. Pineda estará tan ocupado por ahora no la podrá confesar, sin embargo, una
vez cada tres meses, y aun el día de retiro de cada mes en caso de que lo ameriten, podrán
hablarle en el confesonario, quedando por tanto su confesor ordinario el mismo señor Cura. Como
lo demás se lo dirá el P. Pineda, reciba la bendición que le envía su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
133
El p. Vilaseca escribe a sor Trinidad Vélez y le dice que se aflige por sus
enfermedades, pero que coma bien y haga ejercicio. Que se puede
acostar más temprano para que se levante a tiempo a hacer su oración.
27 de abril de 1881.
Recado.
Cesarita:
El Padre don José María Alva y Germán, dador de la presente, quiere poner una niña a este
Colegio, y pagará por colegiatura diez pesos cada mes; mas cuando aprenda música, etc., entonces
dará toda la colegiatura de $12.00. Tiene sus encargos que hacerle con relación a las personas que
deberán visitarla y para que pueda pasarse de profesora.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
135
El p. Vilaseca escribe a sor Antonia Corral para pedirle que viaje a México,
porque son los meses en que Cesárea Esparza se pone mal por los
ataques. En su lugar va sor Carmen. Que desde Tula ponga un telegrama
para que Angelita la vaya a recibir.
136
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] 31 de Agosto de 1881.
Sr. D. Cesárea Esparza.
¡La gracia de Jesús, María y José, sea siempre con nosotros!
Carísima Hija:
Sólo le escribo para remitirle la adjunta, y para que V. escriba al Sr Cura diciéndole el día
que V. irá allá, y que V. misma se llevará á sus hijas, en caso de no poderse arreglar de otro modo;
advirtiendo á V. para su consuelo que está facultada, para arreglar con el Sr C[u]ra del modo que
crea más prudente y conforme con la gloria de Dios.
Rba. la bendición de su afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Ato.: Tome consejo con el señor Covarrubias para que acierte mejor.
Agosto 31 de 1881. 76.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] 4 de Sbre. de 1881.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Rbí. su carta y no sé si contestarla á Tlaxco ó más bien á Puebla; mas para no perder tpo. la
dirijo á ese último lugar, diciéndole que queda V. facultada para que, de acuerdo con el P.
Covarrubias, se queden en esa las Josefinas que crean ser más á propósito, pues lo acontecido con
Vicentita ha de servirnos de esperiencia para no perder á Soledad. Por ahora parece que todo
marcha bien, y puede por tanto permanecer en esa todo el tpo. que sea necesario, aunque
cuidando que los gastos de esas casas no sean superiores á sus fuerzas. Puede llevarse consigo las
que le paresca serán á propósito para Josefinas.
Rba. la bendición de su afmo. P.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sebre. 4 de /867.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] 6 de Sbre. de 1881.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Ya contesté su carta que la dirigí á Puebla, y ahora le repito lo que en ella le decía,
autorizándola de nuevo para que todo lo siga arreglando conforme me dice V. en su carta. Me
parece bien que esa buena señora se ponga al frente de [testado ilegible] esa casa p. promover los
recursos y de este modo podría lograrse mejor su estabilidad, pues por mucha que [se]a la buena
voluntad del Sr Cura, si lo dejan solo, es claro que nada podrá hacer.
Siga, pues con mucho ánimo, y pídale al Sr S. José que arregle las cosas de modo, que se
sirva de sus nuevas hijas para la educación de la juventud, y de este modo logremos la salvación de
las almas.
Rba. en Jesús, María y José la bendición de su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sebre. 6 de/81. 78.
138
11 de septiembre de 1881.
Recado a Sor Antonia:
Esta tarde a las dos me esperan para predicar, y si falta alguna para reconciliarse que me
aguarde en el confesionario, pues antes de las tres tengo que partir. Zoila que vea a Isabel por
cinco minutos, porque no puede volver.
Su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
15 de septiembre de 1881.
Señora doña Cesárea Esparza:
Esta mañana espera a usted su afectísimo.
José María Vilaseca.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] 16 de Sbre. de 1881.
Sr D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Contesto su carta diciéndole que á últimos del corriente saldremos para la Santa Misión de
139
Tecualoya, Malinaltenango y Mineral de Zacualpan, la que nos ocupará hasta Navidad, y tal vez á
mediados de Enero saldremos de nuevo para otras misiones hta. la Semana Santa. Ruegue V.
mucho á Dios para que nos bendiga en esa obra tan importa[nte] de Ntro. Instito y que tanta
honra ha de dar á N. B. Dios.
Les promete V. á esas buenas gentes que si cumplen bien de modo que haya modo de
hacer marchar la casita, á principios del año nuevo les enviaremos otra Superiora; y que debiera
procurarse poner escuela de niñas, para que pudiesen ser tres Josefinas, y así la casa marchará
bien, pues ahora que las Josefinas estudian bien, y Paula estudia mejor, no me parece
suspenderlo, aunque en dicho tiempo ya Paula se habrá examinado, y le habremos dado el título
correspondiente, y quedándose en casa del todo autorizada, podrá mandarse á Sor Antonia para
esa.
Con relación á Soledad, creo que es mejor que se quede en Puebla, y que, ofreciéndose á
J. C. en sacrificio, se dedique [á] los estudios y [testado: qun] que cuando los haya concluido
pensaremos en ella para que vuelva por un poco de tpo. en la casa madre.
Le [testado: debía] devuelvo su carta corregida, para que poniendo mucho cuidado en la
lectura, escriba con ortografía.
Rba., junto con todas ntras. hijas, la bendición de Jesús, María y José por medio de su
afmo. Padre.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Sebre. 16 de 81. 79.
mortificación, de paciencia y de mucha unión con Dios. Así se lo desea su afmo. Padre que la
bendice,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Ocbre. 12 de /81. 80.
Me parece muy bien todo lo que V. ha resuelto sobre Tlaxco y Huichapan; mas con
relación á Puebla temo que suceda á nuestras hijas lo que ha sucedido á nosotros. Por tanto, en
vista de lo que pasó antes con Paulita, que la calumniaron del modo más feo, y de lo que nos ha
hecho con ntros., creo que conviene que V. vaya á Puebla y se lleve á las josefinas, á no ser que se
haga un contrato en toda forma, obligándose á avisarse mutuamente medio año antes de verificar
la separación y de dar á las josefinas un tanto para vestirse. No haciéndolo así, [testado ilegible]
temo que después de los exámenes se las manden.
Con todo, la deja en libertad para hacerlo ó no hacerlo, su afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Amt: Siempre conviene que vaya V. á Puebla, que presente la adjunta al Sr Obispo y se
venga V. con sus hijas, á no ser que el Sr Obispo se oponga; y no más tratos con Covarrubias.
Nobre. 12 de 81. [Testado: 82] 83.
[rúbrica]
Nobre. 20 de /81.84.
[El mozo sale mañana. Nbre. 23/881.
D. Castillo]
[firma y rúbrica]
que presentarán sus exámenes, principalmente á las más adelantadas; porque si no se humillan
más y más, á medida que el Señor les dé mayores conocimientos, caerán las infelices de más alto
como Álvarez ha caído, por que spre. será verdad [q]ue el que se ensalza será humillado, pues que
es verdad que nos ha enseñado el mismo Jesucristo.
Nobre. 24 de 81. 85.
DOCUMENTO 698
1881-1883. Cuenta de ingresos y egresos de la Casa Central. [AGHJ, caja 3, expediente 7]
Dios me ve
1881 Gasto Entrada 1881 De casa Salida
Enero 1 Ntro. Padre $91 Enero 1 Pulquería de Palacio $20
“ “ Pensiones de las niñas “195.38 “ “ Pan, Carne y manteca “110
“ “ Bienhechores “34 “ “ Carbón y despensa “28.07
“ “ Propagador y Sacerdocio “4 “ “ Gasto de casa “86.15
“ “ Obrador “19.37 “ “ Médico, botica y pabel[l]ones “13.25
“ “ De Jesús Mejía y Concha G. “10 “ “ Sueldos, calzado y papel “19.75
“ “ Dio Juan Hernández “23 “ “ Obrador y Oratorio “9.40
“ “ De los Ejercicios “11 “ “ Anillos 8, abono de pan 40 “48
“ “ Trabajo de Isabel “2.81 $390.56 “ “ Libros y paseo á la Villa “29.44
Febrero 1 Ntro. Padre “216 “ “ Abono en el Liverpo[o]l y en el Peano “26.50 390.56
“ “ Pensiones de las niñas “180 Febrero 1° Pulquería de Palacio “20
“ “ Bienhechores “11.75 “ “ Gasto de casa “140
“ “ Propagador y Sacerdocio “4 “ “ id. de camino “11.62
“ “ Obrador “16 “ “ A el Sor. González y en el oratorio “14.63
“ “ Jesús Mejía “6 “ “ Sueldos y en los pabellones “16
“ “ De los Pabellones “10 “ “ Pagado de pan “193
“ “ Dio el Padre Gaitán para Marta “7 “ “ Carbón y leche “62.50 457.75
“ “ De la Clase “7 457.75848.31 848.31
1881 Gasto Entrada 1881 De Casa Salida
Marzo 1° Suma de la vuelta $848.31 Marzo 1° Suma de la vuelta $848.31
“ “ Ntro. Padre $73 “ “ Pulquería de Palacio $25
“ “ Pensiones de las niñas “236 “ “ Carne y manteca “73
“ “ Bienhechores “40.75 “ “ Despensa y carbón “37.75
“ “ Propagador y Sacerdocio “4.25 “ “ Gasto para 64 personas “155
“ “ De Jesús M. “6 “ “ Sor. González sueldos y calzado “33.25
“ “ Obrador “8.63 “ “ Oratorio, asamblea, Médico y bo. “16.13
“ “ De los Pabellones “10 “ “ Abono de la casulla “30
Abril 1° Ntro. Padre “95 378.63 “ “ Dos rebozos, [h]ilo y estambre “8.50 378.63
“ “ Pensiones de las niñas “214.50 Abril 1° Pulquería de Palacio “20
“ “ Bienhechores “27.38 “ “ Carne, manetca y leche “94
“ “ Obrador “8.44 “ “ Carbón y despensa “34
“ “ Clases “6.62 “ “ Gasto para 66 personas 5 días “150
“ “ Ntro. Padre dio para que las niñas fuesen á la Villa “15 “ “ Sueldos y calzado “15.75
“ “ “ “ Sor. González, oratorio y asamblea “19.50
144
Dios me vé
Cantidades gastadas en las Casas de las hijas del Sor. San José, en diez años, del 19 de
Setiembre de 1872 a [testado: 31] 30 de Setiembre de 1882.
En el libro anterior está apuntado desde el 22 de Sebre. de 1872. hasta el 31 de Dibre. de
1880.
Con el V°B° y firma de Ntro. Santo Fundador y Director el Sor. Prbro. Don José M. Vilaseca.
Para alimentos, para alimentos [sic], vestido, rentas y composturas de las casas, y gastos de los
viajes de las Josefinas, 45,248 pesos 13 centavos, a más el Ilustrísimo Sor. Arzobispo Doc. Don
Antonio P. Labastida y Dávalos, para gastos de alquileres cuatro mil dos[c]ientos ochenta y siete
pesos veinte y cinco centavos, que con la otra cantidad forma la suma total de cuarenta y nueve
mil quinientos treinta y cinco pesos treinta y ocho centavos.--$49,535.38
Del 1 de Enero de 1881 hasta el 31 de Dibre. del mismo año.--4,763.75
Desde el 1° de Enero de 1882 hasta el 30 de Sebre. del mismo año--4,383.58
En viajes y otros gastos--184.06
Para poner un pequeño giro de Ornamentos--933
Suma--59,799.77
Esta cantidad de 59,799 pesos 77 centavos gastados en diez [testado: amos] años, se
formó del modo siguiente:--
Ntro. Padre desde el 19 de Sebre. de 1872 hasta el 31 de Deibre. de 1880-$20,574.50 c.-
Del 1 de Enero, al 31 de Dibre [testado: 1880] 1881-“1,194-
Del 1 de Enero al 19 de Sebre. de 1882-“2,724.50-
Suma las cantidades de N. Padre--$24,493
El I. Sor. Arzobispo--“4,287.25
Del Propagador y Sacerdocio--“1,573.13
Pensiones de las niñas--“17,539.38
Dotes de las Josefinas--“2,260.25
Bienhechores--“2,720.88
Bordado, labores, costura y lavado--“6,922.88
Suma total--59,799.77
Cesárea Esparza
[firma y rúbrica]
I. H. de M. y de J.
V°B° José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Febrero 1 Ntro. Padre $130 “ 31 [Testado: Pado] Pagado de carne “48.75 $378.62
“ “ Pensiones de las niñas “225.56 Febrero 1° San Cosme y la P. de Palacio “35
“ “ Bienhechores “5 “ “ Pan y carne “132.50
“ “ Sacerdocio “1.25 “ “ Gasto 4 pesos diarios “118
“ “ De Juana Perea “10 “ “ Despensa y carbón $54.75 “75.41
“ “ De la Clase “3.50 “ “ Gastos del Oratorio “4
“ “ De los Ornamentos “11.82 “ “ Médico y botica “30
“ “ Del Obrador “1.25 “ “ Botines y sueldos “18.75
“ “ Una Corona y unos manuales $2.62 “ “ Ropa para las Josefinas “21.34
“ 28 Pagó el Sor. Michel “50 $441 “ “ En el Obrador, papel y correo “6 $441
Suma 2,169.12 Suma 2,169.12
1883 Gasto Entrada 1883 De la Casa Salida
Marzo 1° Suma de la vuelta $2,169.12 Marzo 1° Suma de la vuelta $2,169.12
“ “ Ntro. Padre $130 “ “ San Cosme y la P. de Palacio $35
“ “ Pensiones de las niñas “254 “ “ Gasto de la Casa Central “124
“ “ Sacerdocio “1.37 “ “ Pan y carne de Febrero “134.68
“ “ Bienhechores “5 “ “ Despensa y un tápalo 3 “40.69
“ “ De Juana Perea “10 “ “ Sueldos y calzado “30.65
“ “ De la Clase “4.87 “ “ Médico y botica “21
“ “ De tres coronas para las Romay “[testado: 3.37] 3.38 “ “ En el Oratorio “5.50
“ “ De la costura “1.25 “ “ Carbón “19.50
“ 31 De Camila “10 $419.87 “ 31 Para el Obrador y carpintero “8.75 $419.87
Abril 1° Ntro. Padre “130 Abril 1° San Cosme y la P. de Palacio “37
“ “ Pensiones de las niñas “240 “ “ Pan y la impresión de los recibos “[testado: 55.50]
57.50
“ “ Sacerdocio “1.37 “ “ Carne de Marzo “42.50
“ “ Bienhechores “5 “ “ Gasto de la C.C. “120
“ “ De Juana Perea “10 “ “ Despensa 33, carpintero y Herrero “45
“ “ De la Clase “2 “ “ Sueldos y botines “24.75
“ 30 Un amito “3 $391.37 “ “ Médico y botica y canutillo 3-1 “22.30
“ “ Oratorio, cera, aceite y vino “7.57
“ “ Anteojos y una bandeja “4.25
“ “ Un tostador 7.50 y calico[t] “9.50 $391.37
Suma 2,980.36 “ 30 Percal y carbón “21
Suma 2,980.36
1883 Gasto Entrada 1883 De Casa Salida
Mayo 1° Suma de la vuelta $2,980.36 Mayo 1 San Cosme y P. de Palacio “40
“ “ Ntro. Padre $135 “ “ Suma de la vuelta “ $2,980.36
“ “ Pensiones de las niñas “317.37 “ “ Gasto de la casa Central 64 p. $124
“ “ Sacerdocio “3.94 “ “ Pan y carne “199.84
“ “ Bienhechores “5 “ “ Despensa y chocolate “[testado: 42.24] 42.20
“ “ De Juana Perea “10 “ “ Sueldos y calzado “23.50
“ “ De la Clase “3 “ “ Médico y Botica “47.06
“ “ De tres coronas para [testado ilegible] las niñas “3.37 “ “ Obrador y Oratorio “13.88
“ “ De lavado 9 y labores 13 “22 “ “ Escobas, papel y lavandera “9.66
“ “ De los ornamentos “28 “ 31 En ropa para las Josefinas “30 $530.18
“ 31 Dió Camila 2.50 $530.18 Junio 1 Manzanares y San Cosme “[testado: 35] 40
Junio 1° Ntro. Padre “135 “ “ Gasto de la Casa Central “120
151
“ “ Pensiones de las niñas “[testado: 353.36] 320.36 “ “ Pan y carne “[testado: 222.50]
212.50
“ “ Sacerdocio “1.25 “ “ Despensa y chocolate “33.50
“ “ Bienhechores “40 “ “ Sueldo y calzado “27.50
“ “ De Juana Perea “10 “ “ Médico y Botica “12.30
“ “ De la Clase “3 “ “ [Testado ilegible] Obrador y Oratorio “16.25
“ 30 De lavado “6 $518.61 “ “ Escobas, afinador y cargadores “3.50
“ “ Mapa [testado: y], un libro y cuadernos “5.56
Suma “ 30 A Sista 7, en ropa y trastes [testado ilegible] 47.50 “ $518.61
“ 4,029.15 Suma 4,029.15
1883 Gasto Entrada [testado: 1884] 1883 De la Casa Salida
Julio 1° Suma de la vuelta $4,029.15 Julio 1° Suma de la vuelta $4,029.15
“ “ Ntro. Padre $[testado: 100] 110 “ “ San Cosme y Manzanares $40
“ “ Pensiones de las Niñas “224 “ “ Gasto de la casa Central 67 peras “124
“ “ Bienhechores “5.25 “ “ Pan y carne “108.25
“ “ Juana Perea “10 “ “ Despensa y chocolate “30.50
“ “ De la Clase “3 “ “ En el Obrador y Oratorio “11.50
“ “ De labores ó Obrador de lavado “21.50 “ “ Sueldos y calzado “15
“ “ Sacerdocio y un rosario “3.06 “ “ Médico y Botica “8.56
“ “ De Pachita “2 $378.81 “ “ Dos alfombras y 2 p. manta y trastes “30
“ 31 “ 31 Pagado por el peano [sic] y dos piezas de música “11 $378.81
Agosto 1° Ntro. Padre $100 Agosto 1° S. Cosme y Manzanares “35
“ “ Pensiones de las niñas “230 “ “ Gasto de la C. Central 67 persoas “124
“ “ Bienhechores Sa Canto de J. y J. “15.25 “ “ Pan y carne “48
“ “ Juana Perea “10 “ “ Despensa y chocolate “39.88
“ “ De la Clase “4.50 “ “ Obrador y Oratorio “18.50
“ “ Sacerdocio “1.25 “ “ Sueldos, calzado y cargadores “18.37
“ “ De Cera “4.25 “ “ Médico y Botica “17
“ “ Dos coronas “2.25 “ “ Vestidos para 15 Josefinas “36
“ 31 Del Obrador $2.50 370 “ “ id. para 7 niñas que trabajan “15.25
Suma 4,777.96 “ 31 Pagado a el S. Soto Mayor y a el S. Prado “18 370
Suma 4,777.96
1883 Gasto Entrada 1883 De la Casa Salida
Sebre. 1° Sumas de la vuelta $4,777.96 Sebre. 1° Suma de la vuelta $4,777.96
“ “ Ntro. Padre “ $100 “ “ San Cosme y Manzanares $35
“ “ De las Josefinas Paula [testado: s] Z. y Marta “129 “ “ Gasto de la C. Central 66 persoas
120
“ “ id. de Franci[s]ca Legarreta 1 máquina “40 “ “ Carne y pan “246.62
“ “ id. “ id. “ en efectivo “1 “ “ Carbón, chocolate y despensa “59.82
“ “ De id., Juana Perea y de Amada “23.50 “ “ En el Obrador y Oratorio “18.56
“ “ id. id. de Pomposa “2.12 “ “ Médico, Botica y carpintero “16.80
“ “ Pensiones de las Niñas “292.38 “ “ En las flores y alumbrado “27.50
“ “ Clase esterna “2.62 “ “ Un retrato de Ntro. S. Padre “8
“ “ Bienhechores y Sacerdocio “7.44 “ “ Una máquina, calico[t] y Herrero “37.38
“ 31 Obrador, unas pantuflas y pañuelos “11.50 “618.56 “ “ Sueldos, calzado y abono del
peano [sic] “40.88
Octubre 1° Ntro. Padre “130 “ 30 Para el beaje [sic] de C. M. á Huichapan “8 “618.56
“ “ Pensiones de las Niñas “241.22 Ocbre. 1° San Cosme y Manzanares “45
152
““ “
“ “ “ “ 29 “
[1882]
- El Colegio de San Vicente de Paúl para niñas, puesto bajo el patrocinio del señor san
José, sito en el edificio que fue casa central de las Hermanas de la Caridad, se halla dirigido por la
señorita doña Cesárea Esparza.
- Tiene por colaboradoras a las señoritas: Doña Paula Zarza, doña Josefa Vega, doña
Refugio Gallardo y doña Mariana Hidalgo.
- Estas señoritas tienen sus ayudantas, y educan en sus escuelas a doscientas cuatro niñas.
- Guadalupe Noguerón tiene a su cargo un obrador cuyas niñas se ocupan en lavar, coser
y planchar, y son veinte.
- Dirige las clases superiores del establecimiento el distinguido profesor don Carlos Villar,
y tiene catorce niñas.
[Sin firma]
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José] [Testado: Méjico] Ha de Cruces, 14 de
Marzo de 1882.
Sr D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Ya en esta Hacienda, y en dirección á Calvillo donde Dios mediante, pasaré el día del Sr S.
José en compañía del P. Almeraz, escribo á V. para darle ligeras noticias de S. Luis, en donde vi á
sus hermanas, les entregué sus cartas y arreglamos con Justita el negocio de los ornamentos, así
como de una mina...
Por lo demás, seguimos bien, y al parecer han quedado bien arreglados los negocios que
me hicieron emprender el largo viaje de todo un mes. Por tanto, á últimos del corriente llegaré á
esa. ¿Y cómo estarán mis hijas? ¿cómo estarán en virtud? ¿cómo han hecho sus ejercicios de
piedad y religión? ¿cómo han cumplido las Santas reglas? y principalmente ¿cómo están las
clases? ¿qué adelantos han hecho las profesoras? ¿cómo siguen de escritura, de cuentas y de
gramática?
Para que las encuentre unas santas muy modestas, muy solícitas, muy edificantes, muy
fervorosas y muy devotas, reciba la bendición que le envía su afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Marzo 14 de 1882. 86.
El p. Vilaseca manda decir a Cesárea Esparza que el p. Gaitán irá con ellas
a Puebla para arreglar las cosas
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] 11 de Abril de 1882.
Sr D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
El P. Gaitán, que les dice la Santa Misa, irá con Vdes. á Puebla para el mejor arreglo de las
cosas. Su afmo.,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
156
15 de mayo de 1882.
Sor Cesarita Esparza.
157
Sírvase enseñar el Colegio a la dadora, señora doña Rosa Leite, que es la celadora más
antigua de la Asociación.
Su afectísimo.
José María Vilaseca
Septiembre de 1882.
Señora Cesárea Esparza.
Sírvase examinar a las dadoras, que son madre e hija, y esta tarde hablaremos.
158
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
17 de octubre de 1882.
A Cesarita.
Carísima hija:
A las once espero a usted con las Josefinas sor Antonia y sor Rosario.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
mis hijas.
A bordo de la Reina Mercedes, Octubre 25 de 1882. 89.
[Membrete testado: Colegio Clerical del Señor San José. Méjico] [testado: 89] [90] 2
Vigo, 25 de Nbre. de 1882.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Hoy, anclados en ésta, con dirección á la Coruña, Santander, Burdeos y Roma, donde Dios
mediante llegaremos del cuatro al seis del próximo Dbre., bueno, sano y robusto, y á mi parecer,
ya dispuesto para tratar en la Santa Ciudad los graves negocios que nos han conducido á ella; y
despué[s] de haber saltado á tierra y haber rezado un Te Deum con grande emoción por pisar por
primera vez, después de treinta años, menos un mes, mi patria, voy á escribirle para entablar
nuestra correspondencia; pues como le dije debe [testado: escribimos] escribirme el 14 y el 29 de
cada mes, así como aquellas de mis hijas que lo necesiten; y entregar sus cartas á ntro. secretario
general el P. Castillo.
Espero encontrar en Roma su primera carta en la que me dé cuenta de los negocios, de
sus hijas, y sobre todo de su espíritu, porque si los padres no somos santos, esté segura que no
comunicaremos á nuestros hijos la santidad que les es debida. Nada me diga sobre su espíritu de
mortificación, pues lo conozco bien; pero sí sobre su vigilancia, la visita á las clases, á las casas, á
las niñas y á las josefinas, principalmente cuando alguna de ellas sufra alguna tribulación. También
me escribe sobre sus trabajos acerca de la Nada, porque sin este cabal desprendimiento nunca
haremos gran cosa; y sobre todo me escribe sobre el Voto de hacer spre. y en todo lo mejor.
Y Pepa ¿qué sucede con ella? ¡Pobre Pepita! Díle de una vez que Jesús quiere su corazón; y
que por amar á su hermano con tanta ternura, Dios se lo quitó; así como que por haberse
apasionado de un miserable hombre, entregándole un corazón que Jesús quería, por esto le quitó
la salud. Aconséjale de mi parte que haga una confesión especial en la que llore no sólo sus faltas,
sino principalmte. su obstinación en no quererle dar á su Dios su pobre corazón, y después de todo
esto que me escriba, y si no quiere ser Josefina, como debe serlo, le facilitemos el modo de
ingresar en otra Comunidad.
Rba. con todas mis hijas la bendición de su afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
161
El p. Vilaseca consuela a sor Sixta Butrón del dolor que le produjo el que
le quitaran a sor Antonia Mendoza. Quisiera que las alumnas aumentaran,
aunque se agrandara la casa. Espera que la Madre Cesárea Esparza haya
arreglado las cosas bien.
madre habrá arreglado las cosas bien, con todo me escribe para tener conocimiento del estado de
la casa y de las alumnas que tiene.
Reciba la bendición que en Jesús, María y José le manda su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
239) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR ANTONIA CORRAL, ROMA DEL 26
DE DICIEMBRE DE 1882; ORIGINAL AGHJ.
241) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A RAFAELA TAPIA SOBRE LAS HERMANAS
JOSEFINAS, [1883], EN CRÓNICA DE LA CONGREGACIÓN DE LAS HIJAS DE
MARÍA INMACULADA DE GUADALUPE, TOMO I, 1867-1898, P. 195-196.
[1883]
Rafaela Tapia:
Muy señora mía:
No sé cómo explicarle el sentimiento que me ha causado la no unión que ha resultado;
mas hemos de tomar todo como una permisión de Dios y que todo redunde en su honor y gloria.
Yo estoy muy agradecido a sus buenos oficios en favor de las dos Josefinas; y esto será para mí un
nuevo motivo de gratitud.
243) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS GARCÍA, ROMA,
13 DE ENERO DE 1883; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca escribe desde Roma a sor María de Jesús García para que
aprenda a ser humilde después del fracaso de Aculco. Que estudie y
ayude a Paula Zarza para que el colegio esté bien.
asunto creen que va por buen camino. Que cuide a Isabel y cumpla bien
en todo. Que no cobren nada al Lic. Mirafuentes, en gratitud, y a lo mejor
Josefina se hace josefina. Que el P Gaitán siga de director. Que las
Josefinas vayan con cuidado y no pierdan sus prácticas. Que a lo mejor
regresa antes de lo previsto.
llegar á esa mucho antes de lo que habíamos pensado, y entretanto [qu]e continúe de Director el
P. Gaitán y que las josefinas vayan con tanto cuidado, que no pierdan las comuniones y, por
consiguiente, el agradar á nuestro buen Dios en cada uno de sus actos.
Rba. V. y todas mis hijas la bendición que les envía desde la ciudad Santa su afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Enero 13 de 1883. 93. 5.
Prólogo.
Roma, 20 de enero de 1883.
A sor Cesárea Esparza, Fundadora [y] Superiora General de las Hijas de María del Señor
San José, y a todas las demás Hijas de María Josefinas que componen nuestro Instituto.
¡La gracia de Jesús, María y José sea siempre con nosotros!
Carísimas hijas:
En esta santa ciudad de Roma, consultando por una parte la mayor honra y gloria de Dios
y por otra nuestros deseos con relación a vosotras, hemos pensado aprovechar ciertos ratos de
tiempo para disponeros algunos puntos de meditación, en los que pondremos para vuestra
oración diaria cuanto nos pareciere conveniente, a fin de que seáis lo que debéis ser con relación a
Dios, a vosotras mismas como miembros del Instituto, a vuestras compañeras y hermanas en la
vocación y a los cargos de instrucción civil, educación religiosa y caridad cristiana para con los
pobres, niñez desvalida y juventud; todo lo cual habéis de desempeñarlo conforme la gracia que
Dios nuestro Señor ha colocado en vuestra santa vocación, la que os encerró dichosamente en el
santo Instituto Josefino para siempre.
En este día, pues, con la gracia de Dios y la protección especialísima del señor san José,
vamos a comenzarlos a escribir; y como estamos convencidos que haciendo bien la oración mental
sobre las siguientes Meditaciones, cumpliréis con el tiempo todos vuestros deberes, seréis felices
en este mundo y labraréis también la corona inmarcesible de la gloria para vosotras, y para una
multitud innumerable que estará en vuestro contacto; por esto os suplicamos que recibáis este
libro de vuestras Meditaciones con el mismo santo afecto con que os lo ofrece vuestro afectísimo
padre que de corazón os bendice.
José María Vilaseca.
167
Aunq. sin tener el gusto de contestar sus cartas, pues á pesar de mis recomendaciones y
del ejemplo de las josefinas de Jacona, q. nos escriben dos veces al mes, Vdes., que lo podrán
hacer mejor, sobre todo V. ó Paulita en caso de enfermedad, han tomado la manía de no escribir,
siéndole á V. tan fácil como lo es por medio de su hermano. Le pediremos á Santa Paciencia q.
ruegue por nosotros, aunq. tarde ó temprano no dejarán de sentir las consecuencias de esa
maldita pereza, dejadez, poco cuidado, abandono, tanto se me da ó no sé cómo llamar tan
[testado ilegible] necia conducta de no escri[bi]r por lo menos V. dos veces al mes.
El frío nos ha hecho hacer cama, yo estuve cuatro días sin decir Misa, el P. Plancarte ya
tiene quince días; y ojalá que pueda celebrar el Domingo. Aprovecho los ratos haciéndoles las
meditaciones diarias; creo que servirán mucho á nuestras hijas, principalmente si le piden á Dios q.
ilumine á su afmo. Padre,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
Febrero 15 de 1883. 94. 6.
Mayo de 1883.
A Cesarita:
Reciba a la niña María de Jesús Ontiveros, que le presenta su mismo padre, para que
ocupe uno de los lugares de los que hablara a usted.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
15 de mayo de 1883.
Recado a Cesarita:
Que vengan luego sor Jesús, Concha y Mirafuentes.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
como merece ser amado. Ojalá que sepa servirse de su enfermedad como lo hizo santa Teresa y
de este modo de una vez sea la amante de Jesús.
Le devuelvo su carta, y escribimos a Puebla, para ver si su hermana quiere venirse mas
entre tanto, que se venga su papá por el tren, yo lo ayudaré en lo que necesitare, y él mismo
podrá traerla de Puebla. ¡Ah! cuanto deseo que vuelva a Jesús de quien es!.
Mucho le encargo que consuele a sus compañeras, pues las veo afligidas. Introdúzcanse
todas en el corazón de José, para que las establezca en la paz, como se lo desea su afectísimo.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Antonia Corral para hacerle saber que ya están
en su poder los encargos, como dijo el p. Castillo. Parece que Concha
peligra en Puebla y hay problemas entre el Sr. Covarrubias y Cesárea
Esparza.
[Membrete: Colegio Clerical del Sr. San José. México,] Julio 25 de 1883.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea siempre con nosotros.
174
Carísima Hija:
No es mi intención despedir á Concha, sino salvarla; pero supuesto que V. indica otro
camino, sígalo V. y obre como le pareciere mejor; y pórtanse de modo para con ella que esté
contenta, animada, fervorosa, y no acontezca lo mismo de cuando estaba yo en Europa.
Dará el día de retiro el Padre que esté en esa el Domingo; y con relación al frijol pídaselo
V. al P. Gaitán.
Escriba á Paulita y le dice, que lo que me escribió en su carta no tiene realidad; que no le
escribo por estar ocupado en un trabajo de mucha importancia p. el Instituto y q. reciba la
bendición q. junto con V. les envía su afmo. Pad[r]e.
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. México,] Julio 29 de 1883.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Aunque mañana, Dios mediante, llegaré á esa para confesarlas y arreglar los negocios que
hayan ocurrido, por de pronto, entrégale á Mondragón, que es el dador de la presente: 3 camisas,
3 camisas interiores, 3 calzoncillos; y dile á la josefina que está encargada de la Ropa, que en
adelante sea un poco más puntual en hacerla, pues hace más de un mes que la recomandé [sic] y
aun nada me entregaron.
Su afmo. Padre q. la bendice,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
El p. Vilaseca escribe a sor Antonia Corral para decirle que le parece bien
lo que dispone el p. Mondragón, en el sentido que Concha parta para
Huichapan. Está deprisa saliendo para san Joaquín en donde está todo el
Colegio Clerical.
Carísima hija:
Me parece muy bien lo que dispone el padre Mondragón, y hacemos las diligencias para
que la niña pueda partir para esa; con cuya media ustedes estarán bien, y nosotros lograremos
que Concha concluya sus estudios.
Que todas se conserven buenas, pues ya no tengo tiempo para más, pues salgo para San
Joaquín donde está todo el Colegio.
Reciba la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca desea ver a las niñas que dan su clase con el maestro.
8 de agosto de 1883.
Recado a Cesarita:
Mándeme enseguida las niñas que dan su clase con el maestro.
Su afectísimo;
José María Vilaseca.
25 de septiembre de 1883.
Sor Cesarita.
Hágame el favor de mandarme los ejemplares del Sacerdocio católico, porque vamos a
juntar las obras. Mañana martes las iré a confesar en vez del miércoles.
Su afectísimo.
Vilaseca.
[Membrete: Colegio Clerical del Señor San José. México,] Obre. 22 de 1883.
Sr. D. Cesárea Esparza.
La gracia de Jesús, María y José, sea spre. con nosotros.
Carísima Hija:
Leída su carta digo á V.: 1. Que siga con sus cuatro horas de meditación, y una media hora
de lectura espiritual; 2. Que no aspire á más contemplación que la que se desprende de la
presencia de Dios, y oración de jaculatorias, procurando que salgan éstas de un corazón fervoroso
y devoto; 3. Que pida la contemplación con positivos actos de humildad, pero humildad tan
177
práctica que le haga creer, que nada ha hecho hasta ahora por Dios y que ni siquiera ha
comenzado á [obe]decer; 4. Que el tiempo que le sobre estando buena, lo emplee en enseñar á las
niñas más pequeñas el modo de amar á Dios, instruyéndolas por medio del catecismo, y hacerlo
todo con espíritu de humildad.
Su afmo. Pad[r]e,
José María Vilaseca
[firma y rúbrica]
1884
Ultimas resoluciones de nuestra venerable Madre para prepararse a morir bien y que
comenzó desde octubre de 1883.
Pocos días antes de morir, acabó de escribir estas resoluciones por mandato de su
confesor y director.
José María Vilaseca
1884
Últimos ejercicios de nuestra venerable Madre para prepararse a morir bien.
Pocos días antes de su muerte, acabó de escribir tan santos ejercicios que por mucho
tiempo había practicado por mandato de su confesor.
José María Vilaseca
noviciado. Quería que las observaran con mucha fidelidad porque les iban
a servir toda la vida. Antonia de José Corral, quien fungía como Vicaria,
por la grave enfermedad de Cesárea Esparza, hace la presentación.
Máximas y prácticas con las que deben ser formadas las Hijas de María del Sr. San José.
México, Marzo 19 de 1884.-La gracia de Jesús, María y José sea siempre con nosotras.
Mis muy amadas hijas:
Como en marzo del 76 y en abril del 77 nuestro muy honorable Padre se sirvió de nuestra
respetable madre para hacer llegar a nosotras el librito de la Instrucción para la enseñanza de la
juventud y el Librito de la humildad, que con tanta razón llamamos nuestro Libro de oro; así ahora
se sirve de mi medio para formalizar más y más nuestro Instituto, enviándonos un conjunto de
Máximas y prácticas, que tienen por objeto formar nuestro espíritu como es debido, conforme
nuestra vocación. Yo no puedo menos que encargaros con todo afecto el ponerlas todas en
práctica, para que así correspondamos de algún modo a tan tierna solicitud.
Soy de Jesús, María y José mis muy amadas hijas, vuestra humilde servidora.
ANTONIA DE JOSÉ CORRAL.
El fin especial de cada Instituto, así como los deberes y las funciones particulares que
deben distinguirlo, suponen en cada persona, durante el tiempo de su probación, la observancia
de ciertas máximas y prácticas con las que consiga su propio fin y logre, por este medio, la propia
perfección de sus miembros, la salvación de las almas, y la honra y gloria de Dios.
Por tanto, las hijas de María del Señor San José deben guardar las suyas para que por su
medio alcancen los fines gloriosos que se han propuesto: y deben guardarlas porque son máximas
y prácticas de toda la vida; porque ésta es la voluntad de Dios; porque en la observancia de ellas
encontrarán su santificación; porque en esta observancia está la fidelidad hacia su vocación; está
de un modo especial el goce de la paz y tranquilidad de espíritu, y está sobre todo el feliz resultado
de las ulteriores funciones que la obediencia confiará a cada una en particular, y a todo el Instituto
en general.
Por otra parte, no hacer caso de las siguientes máximas y prácticas, es ser infiel a la santa
vocación; es ser motivo de escándalo a las demás; es hacerse reo ante Dios de innumerables
gracias recibidas en vano, y es echarlo todo a perder en el tiempo y en la eternidad; porque la
infidelidad a la gracia de la vocación hasta perderla completamente es siempre legítima
consecuencia de no haber guardado los reglamentos.
¡Oh Salvador! tú que eres el Fundador de las hijas de María del Señor San José, por las
eficaces gracias que nos comunicaste por medio de tus divinos y virginales padres María Santísima
y el Señor San José, infunde en el corazón de todas mis hijas presentes y por venir un amor todos
los días más y más acendrado hacia estas máximas y prácticas que deben grabarse en el corazón y
guardarse siempre, para que en todos sus actos que tienen por objeto la salvación de los
pecadores y la perfección de ellas mismas, no hagan otra cosa que la santísima voluntad de Dios,
logrando por este medio el dar siempre gusto a nuestro Padre celestial, que vive y reina con su
Unigénito Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.
De este modo habremos logrado que el fin propuesto y nuestro trabajo en declararlo, tan
solo sirva:
A la mayor honra y gloria de Dios,
De la Inmaculada y divina María
Y de su virginal Esposo el Señor San José.
México, Marzo 19 de 1884.
Capítulo I.
179
cuanto pensemos, callando con prudencia lo que pueda perjudicar a nosotros mismos, al prójimo,
a la Santa Iglesia o a la honra y gloria de Dios. En fuerza de la sencillez jamás hemos de decir cosa
alguna contraria a lo que pensamos, ni descubrir lo que descubrirse no debe.
La humildad es una virtud que nos hace conocer nuestros propios defectos, nos inspira el
desprecio de nosotras mismas, nos hace sufrir el que otros nos olviden y nos desprecien. Ella tiene
por vicios que se le oponen, el orgullo, la vanidad, la presunción, el amor propio y la estimación
desarreglada de nosotros mismos. Practicaremos la humildad cuando suframos de buena gana los
desprecios, toleremos las injurias, gustemos de emplearnos en ejercicios humildes, seamos dóciles
y sumisas a los superiores, y estemos prontos a ceder en todo lo que no se oponga a nuestras
santas reglas; así como por humildad hemos de ser constantes en el bien comenzado.
La caridad que hemos de tener no solo ha de ser pura, efectiva, universal, libre de
predilecciones, afable, revestida de firmeza, de severidad, de prudencia, de vigilancia y de piedad,
cuando la apliquemos a la enseñanza sino que también ha se ser fervorosa, modesta, respetuosa,
dulce, cordial y compasiva, cuando la apliquemos a la salvación de las almas mediante su ejercicio
en favor de los pobres. La caridad tiene por vicio todo pecado contra Dios, todo escándalo contra
el prójimo, toda falta contra nosotras mismas, y la caridad se aumentará en nosotros mismos
mediante la práctica del celo de la salud de las almas.
[...]
Capítulo XVII.
DE LOS SANTOS VOTOS.
Dichosa y muy dichosa es aquella que recibe de Dios la gracia de hacer los santos votos,
porque todas sus acciones se revisten del mérito especialísimo de una obra consagrada a Dios, y
de ahí, ¿quién podrá barruntar siquiera la corona de la gloria que el Señor tiene preparada a las
Hijas de María Josefinas?
1. De ordinario, después del primer año, se harán los propósitos; después del segundo
año, los votos; después de seis años de estar en comunidad, se hará el cuarto voto; y un año
después al renovar el cuarto voto y todos los demás, quedará uno apta para los diversos oficios del
Instituto.
2. Los dos primeros años pueden acortarse más o menos, pudiendo hacerse los primeros
votos, tan pronto como el súbdito y los superiores estén del todo convencidos: y estos votos son
dispensables por ambas partes.
3. Los votos que pueden hacerse después de los cuatro años, son dispensables por parte
de la comunidad, pero por parte de la votante ya no, y ésta al hacerlos ratifica los primeros que
hizo antes.
4. Los votos que podrán permitirse un año después de hecho el cuarto voto; una vez
hechos, tanto la votante que los hace como la religión que las recibe, entienden según toda su
extensión el por todo el tiempo de mi vida; siendo estos votos considerados además, como
solemne ratificación de los votos anteriores.
5. Para el desprendimiento de las cosas de la tierra, y aun de las del cielo, así como para
hacer el voto de hacer siempre y en todo lo mejor, se pondrá cada una de acuerdo con su Director,
para que con toda fidelidad entre á su debido tiempo por esta vía de tanta perfección y santidad.
Obrando de esta manera cada una de los miembros, podemos esperar en el Señor que el Instituto
de las Hijas de María Josefinas será en el Iglesia de Dios un objeto en algún modo digno de su
honor y gloria.
Capítulo XVIII.
OBSERVANCIA DE LAS REGLAS.
Como no es el hábito el que hace el monje, sino la práctica de sus reglas; así no es el
hábito la que hará Josefina, sino la exacta y fiel observancia de sus reglas. Es por tanto sumamente
183
importante el observarlas:
1° Por ser esta la voluntad de Dios - porque nuestra única obligación es el que seamos
observantes - porque en todas las cosas hemos de proponernos la observancia de las reglas -
porque ser hijas de María y de José supone el ser observantes - porque la observancia de las reglas
es para cada una, y en cada ocasión la expresión manifiesta de la voluntad de Dios; - porque la
observancia de las reglas es el medio eficaz de no perder la vocación - porque observando las
reglas marcharemos a pasos de gigante por el camino de la más encumbrada perfección, y porque
nosotras hemos de dar ejemplo de observancia a las que vendrán después.
2° La fiel, exacta, edificante y meritoria observancia de las reglas consiste: en guardarlas
todas sin excepción - guardar no sólo las más importantes, sino aun las más pequeñas - en
observarlas con tanta puntualidad que se deje la letra comenzada al toque de la campana - en
observarlas para el bien de las almas, para la propia perfección, para la mayor honra y gloria de
Dios - en observarlas sin murmurar, con alegría y con manifiesto deseo de obedecer; y en
observarlas con obediencia ciega, tanto en la calle como en las casas; tanto delante de los
Superiores, como a solas; tanto en los colegios de niñas, como en las escuelas; tanto en el tiempo
de aprender, como en el de enseñar.
3° Lograremos la observancia de las Reglas, haciendo mucho caso de ellas - leyéndolas a
menudo - examinando cuáles son aquellas en las que faltamos - pidiendo una penitencia a la
Superiora cuando notemos alguna falta voluntaria - atendiendo a las verdaderamente
observantes, para procurar el imitarlas - haciendo con cuidado el examen particular sobre los
puntos principales de las reglas - tomando firmes resoluciones en la oración para cada día -
mostrándonos agradecidas a Dios por la observancia adquirida - guardando bien las prácticas para
adquirir la observancia, como la de acusarse en el Capítulo, la de pedir ser avisada, la de hacer las
humillaciones con este fin - la de callarse cuando a una la acusaren de una cosa no verdadera,
rezando al señor san José con toda fidelidad y fervor las Preces cuotidianas que se hallan al fin de
este librito; y acostumbrarse prácticamente en ver siempre en los superiores a Dios y a Dios en los
superiores. La que así guardare las reglas, el Señor le dará la eterna recompensa de la gloria.
[...]
los documentos que le pedían estaba incluida una relación histórica del
Instituto. El p. Vilaseca comprendió que solamente en México podía
obtener todos los documentos que se necesitaban y así fue como
emprendió el regreso. El 20 de abril de 1883, estando en París, ya
próximo a embarcarse, empezó a escribir esta Pequeña historia. Cuando
llegó a México la siguió escribiendo y en agosto ya tenía un segundo
borrador más completo. Sin embargo, se presentaron tantas dificultades
en el desarrollo del Instituto, que el p. Vilaseca creyó más conveniente
suspender la tramitación de la aprobación pontificia por el momento y
dejarla para más tarde. Así fue como, en marzo de 1884, escribió esta
nota en los apuntes de Cesárea Esparza
19 de marzo de 1884.
Hemos subrayado muchas cosas, porque se entresacaron para ponerlas a la historia que la
Santa Sede nos pidió para comenzar la petición que debe hacerse en Roma de la aprobación de
nuestro santo Instituto; pero, por ahora, mejor es que duerma todo, para que, dejándonos un
poco nuestros enemigos, podamos consolidar un poco más nuestro santo Instituto, que mis
tonteras, mi falta de virtud, de prudencia y de los tamaños que se necesitan para llevar a cabo las
obras emprendidas, y mis buenos, fervorosos y amantísimos hijos hagan lo que dicen las santas
Reglas y lo alcancen todo. Amén, amén, amén. Así será para mí la confusión merecida y para Dios
todo el honor y toda la gloria que se le debe.
José María Vilaseca
Rúbrica
Las faltas que aquí lamenta es la de las malditas y abominables amistades particulares.
[Sin firma]
Resultado de los exámenes anuales de los Colegios de las Hijas de María Josefinas, que
tuvieron lugar en el mes de diciembre de 1884.
- Muchas veces lo hemos pensado, y algunas también lo hemos dicho en los exámenes
públicos que hemos presidido, que entre los grandes bienes que pueden hacerse en nuestros días,
uno de los más meritorios y aun más importantes es contribuir a la instrucción y educación de la
juventud, ya por medio de consejos que se comuniquen a este fin, ya por recursos que se reparten
para ser aplicados a tan santo objeto, ya mediante un conjunto de personas que tengan por objeto
ocuparse asiduamente y según Dios en la instrucción y educación de la niñez.
- Las Hijas de María Josefinas, convencidas plenamente de la necesidad que tiene la actual
sociedad de la educación religiosa, han abierto sus escuelas y Colegios mediante la cooperación de
muchas personas, que llenas de piedad y de religión han contribuido de un modo especial a tan
importante objeto, debiendo entre todas notar de una manera muy singular, la muy decidida del
Ilustrísimo Señor Arzobispo, Doctor don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, que ha empleado
sus consejos, sus influencias y fuertes cantidades a tan importante fin.
- Vamos a hacernos cargo, aunque en pocas palabras, de los exámenes anuales y
distribución de premios de los Colegios de San Cosme, de Huichapan, de San Angel, Toluca y casa
central de México, cuyos establecimientos están a cargo de las Hijas de María Josefinas,
reservándonos para otra ocasión el dar cuenta del resultado que tuviere en sus exámenes el
orfanatorio que dirigen en San Agustín Tlaxco las mismas Josefinas.
- El Colegio y Escuelas de San Cosme se halla dirigido por cuatro Josefinas, tiene doce
niñas internas, y en su externado han concurrido por término medio unas cuarenta niñas.
Presentaron en sus exámenes las clases de catecismo del padre Ripalda, religión, lectura en prosa
y verso, ortología, gramática castellana, aritmética, urbanidad y música, las alumnas María
Amezaga, Isidora Aburto, Carmen Briseño, Adelaida de Haro, Josefina Gudiño, Juana Rodríguez,
Brígida Soriano y María de Haro, las que recibieron muy honoríficas calificaciones, habiendo
además presentado todas, sus costuras, bordados, tejidos y demás labores propias de su sexo, a
fin de que a su debido tiempo hayan recibido una educación e instrucción eminentemente
cristiana y toda llena de utilidad en su porvenir.
- En Huichapan, tres Josefinas dirigen el Colegio y escuelas que fundó el señor presbítero
don Faustino Chávez el 19 de diciembre de 1879. Tienen en su internado ocho niñas, y como
término medio han concurrido en sus escuelas, externas, unas sesenta niñas. Tuvieron lugar los
exámenes en los días 17 y 18 del corriente y en su repartición de premios merecieron menciones
muy honoríficas en el catecismo y religión, lectura en prosa y verso, urbanidad, ortología y
gramática, en aritmética, geometría, geografía y pedagogía, las alumnas Josefa Alcántara,
Guadalupe Alcántara, María Sánchez, Magdalena García, Luisa Trejo, Rosa Lugo, Victoria Alcántara,
Luz Alcántara, Silveria Anaya, María Leal, Amparo Lugo, Ana Trejo, Agripina Rojas, Antonia
Sánchez, María Reyo, Soledad Suárez y Merced Sánchez. El actual señor Cura, presbítero don
Cesáreo de Jesús Mondragón, ha contribuido con sus consejos, solicitud y recursos a la marcha de
ese establecimiento en el año que acaba de pasar; y de nuestra parte le damos las más expresivas
gracias, así como a las otras personas que tanto se han interesado con el mismo fin, en favor de un
establecimiento de tanta importancia. Ojalá que todos los católicos se vayan convenciendo de lo
mucho que importa la instrucción y educación de la mujer, y que ésta sea bajo todos los puntos de
vista eminentemente católica.
-
189
- En San Ángel, tres Josefinas tienen a su cargo la escuela católica fundada por el señor
don Jesús Urquiaga. Hay cuatro niñas internas, veinte medio pupilas y sesenta y dos externas, y en
los exámenes que tuvieron lugar el día diez y siete del próximo pasado diciembre, presentaron
muchas de las alumnas todo el catecismo del padre Ripalda, y fueron además examinadas de
religión, lectura, urbanidad, ortología, gramática castellana, aritmética y principios de geometría,
habiendo obtenido menciones muy honoríficas en muchos de dichos ramos y en la escritura las
alumnas Delfina de la Peña, Narcisa Lecuona, Catalina Bolaños, Florencia Rodríguez, Ángela y
Josefina Castillejos, Nemesia López, Margarita y Joaquina García, Loreto Villaseñor, Dolores
Álvarez, Luisa Serrano, Nicolasa Núñez y Elena Celaya. Mucho sería de desear que los hombres de
piedad, de posibilidades y de amor positivo a la patria, y sobre todo al catolicismo, emplearan una
parte de su tiempo, de sus recursos y de su influencia para obras de esta naturaleza, como lo hace
el fundador de ésta, don Jesús Urquiaga.
- Siete Hijas de María Josefinas establecieron a principios de septiembre del próximo
pasado año, en la ciudad de Toluca, un Colegio, las escuelas para niñas externas y el asilo para
niñas y niños pequeños, y al verificar un reconocimiento del estado de sus clases en los días 18 y
19 del presente mes, presentaron a este fin cuatro niñas internas, doscientas externas y ciento
cincuenta niños y niñas menores de seis años, que reciben su educación en la clase asilo. Este
brillante resultado obtenido en cuatro meses, manifiesta cuánta era la necesidad que de un
Colegio y escuelas eminentemente católicas tenía la ciudad de Toluca y cuánto es el bien que
podrán hacer dichas Josefinas por medio de esa nueva fundación, lo indica claramente el número
extraordinario de trescientas cincuenta alumnas que instruyen y educan conforme el siguiente
prospecto:
- Colegio de las Hijas de María Josefinas, establecido en la ciudad de Toluca.
- La directora y demás señoritas que la ayudan en la dirección del Colegio tienen la honra
de participar a usted que en el próximo septiembre abrirá sus clases para niñas y señoritas.
-
- El fin que se proponen es la instrucción y educación de la mujer, para que se forme en
un todo, según las acertadas reglas del catolicismo, con lo cual se logrará, sin duda, introducir en el
seno de las familias la sólida instrucción de las creencias cristianas, los consuelos y las esperanzas
que la religión comunica, así como la verdadera felicidad aun en medio de las penas y angustias de
la vida.
- Las niñas internas cursarán las clases siguientes: Doctrina cristiana, lectura, escritura,
urbanidad, gramática castellana, ortología, aritmética, sistema métrico-decimal, geografía,
caligrafía, historia sagrada, historia de México, bordados, labores, música y otras clases de adorno.
- Tanto el asilo como las escuelas gratuitas para las niñas pobres, se abrirán en la misma
fecha, proporcionando a todos una educación eminentemente religiosa y según su clase. Manuela
de J. Ramírez.
- La casa central de las Hijas de María Josefinas tiene en, concurren en sus clases externas
unas doscientas y las niñas o niños que menores de seis años reciben su educación en su clase
asilo son más de ciento cincuenta.
- Las clases externas que presentaron doctrina cristiana, religión, lectura, escritura y
principios de gramática y aritmética en los exámenes que tuvieron a mediados de diciembre,
merecieron particular mención de aprovechamiento las niñas: Guadalupe Lizardi, Rafaela
González, María Sánchez, Guadalupe Benicio, Guadalupe Vega, Brígida Delgado, María Hernández,
Dolores Aranda, Isabel Orián, Nieves Juárez y Refugio Ramírez; se les repartieron algunos premios
y se les concedió quince días de vacaciones, para abrir de nuevo las clases el día 3 de enero. De
desear fuera que los padres de familia vigilaran mucho a sus hijas para que no falten a las clases y
asistan a ellas diariamente con la debida puntualidad, exactitud y deseos positivos de
190
aprovecharse, a fin de que a su debido tiempo formen con ella su bienestar, su dicha y su corona.
- Las clases internas tuvieron sus exámenes en los días 22 y 23 del próximo pasado
diciembre y fueron muy satisfactorios en casi todas las niñas, ya porque habían sido
convenientemente preparadas para dicho acto, ya por el cuidado, solicitud e instrucción de sus
profesoras.
- He aquí el convite que circuló, así como algunas de las piezas que se dijeron en los días
destinados a la repartición de premios, los que tuvieron lugar en los días y horas señalados en
cada uno de los Colegios Josefinos antes citados.
- Colegio Josefino de las Hijas de María.
-
- La directora y profesoras de este Colegio suplican a usted se digne honrar con su
asistencia los exámenes que tendrán lugar en los días 22 y 23 del presente, de ocho a doce de la
mañana y de tres a seis de la tarde. También suplican a usted, encarecidamente, se sirva asistir a la
distribución de premios, presidida por el señor Arzobispo, Doctor don Pelagio Antonio de
Labastida y Dávalos, que se verificará el 6 de enero, de cuatro a seis de la tarde, en el que estarán
expuestas algunas de las labores que han hecho las niñas educandas, quedando, por todo,
debidamente agradecidas.
- México, 16 de diciembre de 1884.
María Antonia Corral.
Directora.
[Sin firma]
Nota del p. Vilaseca sobre los gastos hechos en la casa de las Hermanas
Josefinas de Toluca.
[9 de febrero de 1885]
Cuenta con las Josefinas sobre la casa de Toluca.
Julio 19 de Alejandrita Salgado. - - - - - - 25"
- del Padre Vilaseca. - - - - - - - 130"
- de Tlacotepec, Presbítero Teodoro Díaz. - - - - 16"
Septiembre 25 de Alejandro Salgado - - - - - 32"65"
Octubre 7 Padre Vilaseca. - - - - - - - 250"
Noviembre 3 Padre Vilaseca. - - - - - - 54"75"
Noviembre 3 Padre Vilaseca. a Secundino del Pozo - - - 40"
Noviembre 8 Padre Vilaseca. - - - - - - 350"
Enero 5 1885 Padre Vilaseca. - - - - - - 62"
Febrero 9 Padre Vilaseca (50 en plata y 50 a cobrar - - - 100"
- de la Asociación)
Febrero 9 Saldo a Froilán García (el valor
- de la casa fue de $3500.00) - - - - - - 2400"
Febrero 9 Padre Vilaseca a don Bernardino saldo
- hasta diciembre. - - - - - - - 16"55"
Dado en diversas partidas al señor Trebilla
191
28 de febrero de 1885.
Estado de maestras de Escuela, Hijas de María del Señor San José.
Sor Antonia Corral, Superiora general
Sor Guadalupe Hidalgo, Maestra de novicias
Sor Jesús García, Profesora general
Sor Josefa Pérez, Secretaria
Sor Magdalena Ballesteros, Vice-Maestra de novicias
Sor Carmen Castillo, Superiora de Jilotepec
Sor Paula Zarza, Superiora de San Agustín Tlaxco
Sor Francisca Legarreta, Superiora de San Angel
Sor Manuela Ramírez, Superiora de Toluca
Sor Jesús Jaramillo, Superiora de Huichapan
Sor Teresa Velez, Superiora de San Cosme
Sor Juana Perea
Sor Luisa Hernández
Sor Guadalupe Fernández
Sor Rosa Castro
Sor Trinidad Vallejo
Sor Macaria Estrada
Sor Porfiria Beléndez
Sor Dolores González
Sor María Serrano
Sor Luz Alcántara
Sor Concepción Baz
Sor Isabel Salcedo
192
277) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR CARMEN CASTILLO DEL
25 DE MAYO DE 1885; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
279) BORRADOR DE JOSÉ MARÍA VILASECA SOBRE BENDICIÓN DEL ANILLO QUE
SE ENTREGA A LAS HIJAS DE MARÍA JOSEFINAS [8 DE JULIO DE 1885];
ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
[8 de julio de 1885]
Bendición del anillo que se entrega a las Hijas de María Josefinas cuando hacen sus santos
votos.
Ad jutorium nostrum in nomine Domini.
Qui fecit coelum et terram.
-Domine exaudi orationem meam.
Et clamor meus ad te veniat.
-Dominus vobiscum.
Et cum spiritu tuo.
Oremus.
Jesus, Maria et Joseph emittote benedictionem + vestram super hos annulos, ut quae eos
gestaverint, coeleste virtute munitae, fidelitatem sinceram suo Sponso Jesu Christo teneant, sicut
Maria et Joseph illam sibi servaverunt, in nomine Patris, et Filii et Spiritus Sancti. Amen.
[Sin firma]
194
30 de agosto de 1885.
Recepción de las Josefinas
Juntas las Josefinas señaladas, con las que deben ser recibidas, el Superior dirá a éstas:
Hijas mías, ¿qué es lo que queréis?
Dirá cada una: Le pido por amor de Dios el vestido de nuestro padre el señor san José,
para mejor servir a Dios, dedicándome a la instrucción de la juventud y demás actos de caridad, y
de este modo asegurar la salvación de mi alma.
Contesta el Superior por medio de una plática exhortándolas al bien obrar cuanto
pudieren y anunciándoles los trabajos del nuevo estado, así como sus gracias y beneficios.
Hecha la instrucción, se bendice el vestido, el cíngulo y el cordón. Y el Superior se retira a
la sacristía, y luego que estén vestidas, sale con capa pluvial, y en acción de gracias entona el
himno a san José.
Ave Domus Stella.
Ora pro nobis, potentissime Joseph.
Ut digni efficiamur promissionibus Christi.
Oremus.
Deus qui inefabili providentia...
Bendición del vestido de las Hijas de María y del Señor San José.
V. Adjutorium...
R. Qui fecit...
V. Domine, exaudi...
R. Et clamor...
V. Dominus...
R. Et cum spiritu...
196
Oremus.
Domine Jesuchriste, qui existens in forma Dei, formam servi accipere dignatus es, te
supplices exoramus, ut istum nostri Instituti vestimentum pro tuae passionis memoriale
dispositum, benedicere + digneris, ut sponsa tua N., quae pro poenitentiali sui corporis indumento
ipsum induit, te per saluberrimam imitationem tuam induat, sicut Maria et Joseph usque ad omnis
perfetionis exemplum. Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen.
Luego rocía con agua bendita el vestido, y al entregárselo, dice:
Accipe hoc vestimentum in honorem sancti Josephi dispositum, atque ut sit tibi in
augmentum fidei, spei et charitatis. In nomine Jesu, Maria et Joseph. Amen.
Oremus.
Domine Jesuchriste, qui es via sine qua nemo vadit ad Patrem, quaesumus clementiam
tuam ut hanc tuam sponsam a carnalibus desideriis abstractam, per merita Mariae et Josephi ad
disciplinae regularis culmen perfectissime deducas. Qui cum Patre et Spiritu Sancto vivit et regnat
in..
Bendición de los cíngulos que usan las Hijas de María y del Señor San José.
V. Adjutorium...
R. Qui fecit...
V. Dominus...
R. Et cum...
Oremus.
Domine Jesuchriste, qui virginitatis consilium et amorem ingeris atque castitatem
proecipis, oramus clementiam tuam, ut hae cingula castitatis tesseram bene+dicere et
sancti+ficare digneris, ut quicumque pro castitate servanda illis proecincti fuerint, intercedente
beato patre nostro Josepho sanctissimo, Genitricis tuae sponso, gratam tibi continentiam, concilia
atque mandatorum tuorum obedientiam servent, ac venian peccatorum suorum obtineant, et
sanitatem mentis et corporis percipiant, vitamque consequantur aeternam. Qui vivis et regnas
cum Deo...
Rociados con agua bendita, y mientras se lo ciñe, dice:
Accipe cingulum patris nostri Josephi super lumbos tuos, ut revertaris fidelis in custodia
tuae castitatis et temperantiae. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.
Oremus.
Deus, innocentia restitutor et amator, quaesumus, ut sponso tuo qui hac cingula
adhibuerint, intercedente beato patre nostro Josepho, sanctissimo Genitricis tuae sponso, in
lumbis suis sint semper praecineti, et lucernas ardentes gestent in mamibus suis; ac similes sint
hominibus exspectantibus dominun suum quando revertatur a nuptiis, ut cum venerit et
pulsaverit, confestim aperiant ei et in aeterna gaudia recipi mereantur. Qui vivis et regnas in...
Bendición de la capelina de las Hijas de María y del Señor San José.
V. Adjutorium...
R. Qui fecit...
V. Dominus...
R. Et cum...
Oremus.
Benedic +, quaesumus, omnipotens Deus, velamen istud famulo tuo capiti imponendum,
ut in ea, benedictio + tuae benignitatis descendat, et sit in ea sanitas, sanctitas, castitas, virtus,
victoria, sanctimonia, humilitas, bonitas et mansuetudo, legis plenitudo et obedientia Dei, et per
Jesus, Mariam et Josephum, Patris, et Filii, et Spiritus Sancti adsit benedictio. Amen.
Se rocía con agua bendita, y mientras la pretendienta se la pone en la cabeza, se dice:
Accipe istud velamen super caput tuum, in signum obedientiae, castitatis et paupertatis. In
197
[Sin firma]
20 de noviembre de 1885.
- 1. Jesús Mejía, tiene 45 años de edad, es natural de Celaya, entró a la comunidad el 8 de
agosto de 1878, hizo los votos el 9 de enero de 1881, va a hacer los últimos votos el 26 de
noviembre de 1885. Se quiere llamar Clara. Esta Josefina siempre se ha portado con mucha
edificación y desempeñaba los cargos con mucha exactitud.
- 2. Antonia Mendoza, tiene 21 años de edad, es natural de Guadalajara, entró a la
comunidad el 19 de junio de 1879, hizo los votos el 19 de julio de 1881, va a hacer los últimos
votos el 26 de noviembre de 1885. Quiere llamarse Elena. Es de talento, de fuertes pasiones, útil
para muchos cargos, decidida para grandes cosas; pero es necesario dominarla con la bondad, con
la mansedumbre, con el ejemplo de los grandes santos, y nunca por el rigor, porque por este
camino se encapricha y todo se hecha a perder.
- 3. Juana Perea, tiene 45 años de edad, es natural de México, entró a la comunidad el 19
de julio de 1881, hizo los votos el 6 de agosto de 1883, va a hacer los últimos votos el 26 de
noviembre de 1885. Quiere llamarse Refugio. Es muy sencilla, muy obediente, muy amante de su
vocación, y muy decidida al servicio de Dios.
- 4. Macaria Estrada, tiene 44 años de edad, es natural de Guadalajara, entró a la
comunidad el 22 de mayo de 1884 hizo los votos el 26 de noviembre del mismo año, va a hacer los
últimos votos el 26 de noviembre de 1885. Quiere llamarse Catalina de Siena. Es muy amante de
su vocación y muy útil para la cocina.
- 5. Felicitas Calderón, tiene 44 años de edad es natural de Puebla entró a la comunidad el
4 de julio de 1885. Va a hacer los últimos votos el 26 de noviembre de 1885. Quiere llamarse
Refugio y fue una de las Josefinas más ilustres ya por su familia que estaba emparentada con
personas muy ricas, y aun con los ministros del actual gobierno cuyo Presidente es el general don
Porfirio Díaz, ya por su virtud y experiencia pues se la admitió a los últimos votos a los cuatro
meses y medio, y en todas ocasiones se vio una verdadera imagen de la mujer fuerte y de una
verdadera josefina, modelo exacto de sencillez, de humildad, de mansedumbre, de mortificación y
198
26 de diciembre de 1885.
Lista de las Josefinas
26 de diciembre de 1885.
Profesas
1. Antonia de Jesús Corral
2. Jesús García
3. Magdalena Ballesteros
4. Josefa Pérez
5. Guadalupe Hidalgo
6. Manuela Ramírez
7. Margarita Saucedo
8. Teresa Velez
9. Rosa Castro
10. Clara Mejía
11. Elena Mendoza
12. Jesús Jaramillo
13. Guadalupe Fernández
14. Juana Perea
15. Catalina Estrada
16. Trinidad Vallejo
17. Paz Beléndez
18. Genoveva Avilez
19. Jesús Castro
20. María de los Angeles Rojas
21. Consuelo García
22. Concepción Castillo
Novicias
1. Dolores González
2. María Inés Mendoza
3. Mariana Coria
4. Guadalupe Perdomo
5. Luz Alcántara
6. Herminia Flores
7. Luisa Arzate
199
8. Juana Gutiérrez
9. Agustina Ortiz
10. Isabel Gonce
11. Zoila Licea
12. Carmen Fuentes
13. Concepción Ferriz
14. Concepción Méndez
15. Paz Martínez
Suma: - - - - - 37
y las que hay en las casas: - - 16
Suma total: - - - - 53
En ejercicios que concluyeron el 4 de enero de 1886.
José María Vilaseca.
285) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR CARMEN CASTILLO DEL
8 DE FEBRERO DE 1886; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
[8 de febrero de 1886]
Sólo con mucha paciencia las cosas se van arreglando poco a poco.
[Sin firma]
288) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR CARMEN CASTILLO DEL
12 DE MARZO DE 1886; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
289) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR PATROCINIO LICEA, DEL
14 DE ABRIL DE 1886; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
14 de abril de 1886.
Así son las mujeres y desgraciadamente, no una que otra, sino muchas más de las que
puede uno pensar sino tiene la experiencia que se necesita y si una gracia de Dios, pero una gracia
muy grande, una gracia que obre con mucha eficacia, nada es más fácil que caer en estas
ocasiones. Roguemos a Dios, roguémosle de corazón, roguémosle con todas nuestras fuerzas para
que nos conservemos todos los misioneros con la pureza que reclama nuestro santo estado. Para
que el señor nos bendiga, y con una bendición tan poderosa, que nos conservemos del todo
limpios y castos, pongamos en práctica los medios que nos dan nuestras santas reglas, y esto
hemos de hacerlo no sólo cuando somos jóvenes sino aún a la mitad de los años, aún a la edad
madura, y aún en la vejez, porque el hombre siempre es hombre y la mujer siempre es mujer y
esto aún tratándose de las Josefinas; y tratándose de las Josefinas aún mucho más. Que el Señor
san José nos conserve amén, amén, amén, amén, Jesús, María y José.
[Sin firma]
201
15 de agosto de 1886.
Josefinas
Sor Antonia de Jesús Corral
Sor Magdalena Ballesteros
Sor Jesús García
Sor Josefa Pérez
Sor Sixta Butrón
Sor Teresa Legarreta
Sor María del Refugio
Sor Carmen Serrano
Sor Dolores Cataño
Sor Luisa Hernández
Sor Josefina M.
Sor Amada Riovalle
Sor Soledad L.
Sor María de los Angeles
Sor Catalina E.
Sor María Serrano
Sor Luisa Arzate
Sor Eduviges R.
Sor Dolores González
Sor Aurelia Serrano
Sor Patrocinio Licea
Sor Vicenta Martínez
Sor Virginia N.
Sor Jesús Velásquez
Sor María M.
Sor Genoveva Avilez
Sor Rosario G.
Sor Guadalupe P.
Sor Adelaida Galván
Sor María Argüello
Sor Irene Figueroa
Sor Lucia Gómez
Sor Nazaria Gasca
Sor Isabel Flores
- Están en ejercicios.
Suma: 34
- Se quedaron en la casa:
Sor Jesús Castro
202
Sor Consuelo G.
Sor Clara Mejía
Sor Juana P.
Sor María de la Paz Beléndez.
Sor Trinidad V.
Sor Concepción M.
Sor Isabel Gonce.
Sor Luz Alcántara
Sor Concepción Ferriz.
Suma: 44
Están cuidando la casa central diez Josefinas.
San Angel 3
San Cosme 4
Jilotepec 2
Huichapan 1
Tlaxco 1
Toluca 5
Total 60
[Sin firma]
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que tuvieron la junta
de las Hijas de María con mal éxito. El 12 será la recepción de las Hijas de
María. También le pide la lista de las socias de san José.
En medio de sus defectos tenga más confianza y su confianza sea tanto mayor, cuanto sea
usted más defectuosa, y más pobre de virtud, creyendo que con la santa humildad, alcanzará todo
lo que le falta para que sus hijas; le digan su madre, su buena madre, su santa madre, y se lo digan
con toda verdad.
En fin, hija mía, ya ve usted cuán pronto se han cumplido sus ardientes deseos, así como
los de su afectísimo padre que la bendice, y espera la carta en la que le diga que día se vendrá y la
carta para Sor Adelaida.
José María Vilaseca.
26 de diciembre de 1886.
Profesas
1. María Antonia Corral
2. María Magdalena Ballesteros
3. María Teresa Legarreta
4. María Paula Zarza
5. María Manuela Ramírez
6. María Josefa Velasco
7. María de Jesús García
8. María Josefa Pérez
9. María Clara Mejía
10. María Antonia Mendoza
11. María de la Piedad
12. María Guadalupe Fernández
13. María Rosa Castro
14. María del Tránsito
15. María de los Angeles
16. María de la Paz
17. María Trinidad Vallejo
18. María del Consuelo
19. María del Refugio
20. María de la Asunción
21. María Patrocinio
22. María Catalina Velázquez
Novicias
1. Genoveva Avilez
2. María Mendoza
3. Jesús Uribe
205
4. Aurelia Serrano
5. Isabel Gonsen
6. Concepción Méndez
7. Virginia Nandín
8. Agustina Ortiz
9. Adelaida Galván
10. María Argüello
11. Irene Figueroa
12. Nazaria Gasca
13. Lucía Gómez
14. Herminia Flores
15. Juana Gutiérrez
16. Crescenciana Acosta
17. Isabel Guzmán
18. María Rosales
19. Agustina Santamaría
20. Josefa Fabila
21. Guadalupe Salinas
22. Agustina Ríos
23. Juana Fernández
24. Juana Ruiz
25. Refugio
26. María
- Son 46 las que entraron en los ejercicios espirituales del mes de diciembre de 1886,
debiendo de salir el día 4 de enero de 1887, en cuyo día recibirán la sagrada Comunión de mano
del Señor Arzobispo, el que ha quedado muy edificado de las bendiciones que el señor san José
derrama sobre nuestras hijas Josefinas.
[Sin firma]
- Por haber cometido graves faltas se le retiraron los estudios el día 20 de julio de 1886.
- Habiéndose enmendado se le volvió a conceder que los siguiera el día 20 de octubre de
1886.
- El día 9 de octubre de 1887 volvió a quedar separada de sus estudios por su pésima
conducta.
- Adelantó en sus estudios el día 3 de enero de 1888.
- Y el día 13 de septiembre de 1889 se volvió a separar, y cuatro meses después entró de
nuevo, y comienza a portarse bien.
- Su padre en diversas ocasiones pagó la cantidad de cuatrocientos pesos.
Soledad Lizarriturri
Toluca
- Entró al Colegio el día 15 de agosto de 1884, de 20 años de edad.
- Adelantó en sus estudio el día 26 de noviembre de 1885.
- Su padre, que ya murió, hizo el pago durante seis años a razón de diez pesos cada mes.
Porfiria Belendez
México
- Entró al Colegio el día 25 de noviembre de 1883, de 14 años de edad.
- Adelantó en los estudios el día 15 de abril de 1884.
- Hizo mayores progresos el día 26 de noviembre de 1885.
- Se examinó el día. de diciembre de 1887.
- El día 15 de agosto de 1888 hicieron su último exámen Carmen Serrano y Pomposa
Cataño.
- Durante seis años su papá pagó a razón de ocho pesos cada mes.
Merced García
Mazatlán
- Entró al Colegio el día 27 de agosto de 1884, de edad de 17 años.
- Hizo progresos el día 3 de enero de 1885.
- Hizo su primer exámen el día 26 de noviembre de 1885.
- El día 12 de julio de 1887 se separó del Colegio.
- R.I.P.
Genoveva Avilés
Tulancingo
- Entró al Colegio el día 25 de noviembre de 1883, de 24 años de edad.
- Hizo progresos en los estudios el día 26 de noviembre de 1885.
- Se examinó el día 25 de noviembre de 1886.
- Estuvo castigada 7 meses, y habiendo dado pruebas de verdadera enmienda, volvió a
seguir sus estudios el día 3 de enero de 1887.
- Hizo su último exámen el día 14 de agosto de 1889.
- Pagó trescientos treinta y tres pesos que se le abonaron a razón de $150 mensuales.
296) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR PAULA ZARZA DEL 4 DE
FEBRERO DE [1887]; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca recibió una carta de sor Paula Zarza en que le dice que le
remuerde la conciencia porque teme que por su descuido se pierdan
207
algunos bienes que tiene en San Luis Potosí. El p. Vilaseca puso esta nota
en la carta.
[4 de febrero de 1887]
Hay temor de que todo se pierda por el abandono.
[Sin firma]
297) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR JOSEFA PÉREZ DEL 18
DE MARZO DE 1887, ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca recibió una segunda carta amorosa de sor Josefa Pérez, una
Hermana Josefina muy joven, y al calce de la misma escribió esta nota
para prevenir a los Misioneros Josefinos sobre la familiaridad con las
Hermanas Josefinas.
299) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DEL REFUGIO CALDERÓN,
MÉXICO, 22 DE MARZO DE 1887; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca dice a sor María del Refugio Calderón, que pasaron muy
contentos la fiesta de San José y quiere que también ellas lo amen mucho
y tengan mucha caridad con las niñas. Que el Sr. Cura mande la adjunta
para Jilotepec. Mañana sale de nuevo a la misión de Salamanca. Que esta
carta sirva también para sor Encarnación y sor Luz.
El p. Vilaseca aconseja a sor Herminia Flores que puede entrar con las
Capuchinas.
Herminia Flores.
¡La gracia de Jesús, María y José sea siempre con nosotros!
Contestando su carta digo a usted que me parece muy bien que se pase con las Madres
Capuchinas; y deseándole toda clase de bendiciones, me repito su afectísimo.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca contesta carta a sor Luz Alcántara y las otras que antes le
había escrito. Está contento con su modo de obrar y su devoción y
cuidado en favor de las niñas. La anima a seguir fervorosa, trabajar con
sus niñas, no perder el tiempo, sino perfeccionarse en todo para ser digna
esposa de Jesús.
Tercer día:
1. Sobre la muerte.
2. Sobre el juicio.
3. Sobre el infierno.
Cuarto día:
1. Sobre la gloria del cielo.
2. Sobre el examen, dolor y propósito.
3. Sobre la confesión y satisfacción.
Quinto día:
1. Sobre la sagrada comunión.
2. Sobre la imitación de Jesucristo.
3. Sobre la santa humildad.
Sexto día:
1. Sobre la mortificación.
2. Sobre las acciones ordinarias.
3. Sobre la confianza en Dios.
Séptimo día:
1. Sobre la santa pobreza.
2. Sobre la virtud angélica de la castidad.
3. Sobre la obediencia.
Octavo día:
1. Sobre la renovación de los santos votos.
2. Sobre la observancia de las santas Reglas.
3. Sobre la devoción a la santísima Virgen y el señor san José.
Ultimo día:
Sobre la santa perseverancia.
Entraron a estos ejercicios 26 Profesas
17 novicias
22 se quedaron en las casas de fuera y Casa madre.
Siendo el total de las Josefinas 65.
En estos santos ejercicios se dispuso, que Sor Josefina Mirafuentes, escribiera en
taquigrafía todas las instrucciones que yo les di y lo hizo muy bien y con bastante exactitud.
[Sin firma]
Van sus hermanas muy fervorosas, muy devotas, muy santas, y espero que procurará
imitarlas, principalmente en la obediencia, en la humildad y en el trabajo en favor de sus niñas,
que dentro de dos semanas o de un mes han de haberse multiplicado.
Que se haga una santa, son los deseos de su afectísimo.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca pide a sor Manuela Ramírez que entre los libros para la
misión al p. García.
11 de octubre de 1887.
Sor Manuela:
Haga el favor de entregarle al Padre García los dos cajones para la misión; uno de libritos
de misión, y el otro de Confesión o condenación, patentes, alabanzas, triduos etc.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
213
Nota escrita por el p. Vilaseca en una carta que recibió de sor Antonia
Mendoza.
7 de noviembre de 1887
Le escribo que vaya a Huichapan con usted para que mejor se acompañen.
[Sin firma]
[9 de febrero de 1888]
El voto de la Superiora de Jilotepec en favor de Sor Manuela.
[Sin firma]
310) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR PAULA ZARZA DEL 11
DE FEBRERO DE 1888; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Casa de Tlaxco
Abril 26 de 1888
R.I.P.
[sólo existe la carátula]
El p. Vilaseca da consejos a sor Luz Alcántara para ser más fervorosa, que
aún del sueño se sirva, pero que cada día ame más a Jesús y le pida
muchas niñas para que por su medio se salven.
capellán
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Antonia Corral para que arregle bien las
cuentas que debe la niña Polo, para que se las pasen a su hermano Juan
Polo, quien ya se ordenó sacerdote y ya no es Josefino.
[1889]
Sobre el señor san José y las Hijas de María Josefinas, como su Sociedad es permitida por
la ley.
[Sin firma]
217
Los padres de sor Juana Flores, por 1889, no quieren que su hija siga con
las Josefinas y exigen al p. Vilaseca que se la entregue. El p. Vilaseca
anotó en la carta de Marciano Flores, su padre:
[1889]
Como no tenemos ninguna aprobación apostólica, y las leyes del gobierno están tan
terribles, se le dijo que se la lleven inmediatamente; pero la josefina, llena de fervor, y amante de
su vocación, no quiso salirse, y continúa en el Instituto Josefino.
[Sin firma
[4 de abril de 1889]
Contesto su carta diciendo a usted que en fuerza del voto de pobreza, como le explicará su
señor padre, usted no tiene derecho a nada, y no podía llevarse ninguna de las cosas que se llevó,
porque todo era de la casa de san Ángel y nada de usted: la misa con los libros de que me habla...
con todo mande usted por ellos; para que le sirvan... me complazco que no quiera ser
desagradecida, pero separándose... cometió la mas negra ingratitud, para con nosotras que la
hicimos lo que es... y para con Dios que lo ha dejado como puede un esclavo abandonar a su
amo... No culpe a nuestro Padre por lo que hizo a Lola según usted: porque usted misma es la que
lo hizo, pues constatándonos las conversaciones que usted tenía con las niñas, y lo que es peor
con las Josefinas, creímos un deber nuestro, quitar con usted toda relación ya que se portaba de
una manera tan indigna, y tan poco conforme con la educación que usted recibió. Además separé
a su hermana porque usted ahora ya que gana mucho dinero, y no hay necesidad... Además si
nuestro Padre por tantos años hizo lo que hizo en favor de usted; de su hermana Lupe y hasta
ahora de Lola ¿cómo quiere usted imponernos que continuemos con esta obligación? Además la
Superiora de san Ángel ofrecía a usted recursos para su papá mientras estaba enfermo. Nuestro
Padre le hizo la misma oferta, y aún mas generosa pues creo que mas no podría haber hecho...
pero usted tuvo la culpa que sin tener vocación la teníamos a fuerza... que usted no conocía el
mundo... En fin de mi parte nada tengo contra usted, y deseando que en todo le vaya bien me
despido...
[Sin firma]
La que estaba escrita se me manchó y por no poder escribir otra se la mando así, aunque
con mortificación. Disimúleme.
218
Cuanto, cuanto, hemos de vigilar y de orar para que el diablo no se nos meta.
[Sin firma]
Nota sobre los gastos que se hicieron en el Asilo de mendigos por los
ejercicios de un grupo de Hermanas Josefinas.
Piloncillo 45 mancuernas.
Manteca 4 libras y media.
Café 2 libras y media.
Leche 4 Jarras.
Pan $ 15.00 diarios.
Azúcar 2 libras.
Diversos gastos1"30"
270 personas.
9 Josefinas$ 60.00
6"66
600"
66"
Para cada josefina.
Gastos del Asilo particular de Mendigos después de los ejercicios de agosto de 1889. El
domingo saldrán para la fundación de Orizaba.
José María Vilaseca.
nuestra madre Antonia viene al arreglo de sus negocios, y entre tanto comience usted a pensar en
las personas que sean más útiles para esa fundación, así como el número que deberemos enviar,
para que todo marche bien, y sea conforme con los recursos. Siempre esperamos para el sábado a
Sor Antonia, para que con tiempo se arreglen las cosas, y llenas de ánimo sigan amando más y más
a Dios, y le manifiesten su amor salvando a las almas conforme los deseos de su afectísimo seguro
servidor y capellán.
[Sin firma]
amor de Dios, para que su corazón sea del todo suyo y procure acostumbrarse a cuidar bien de sus
niñas, tanto en la instrucción como en la educación, siendo necesario, por tanto, que cumpla bien
todos sus deberes con relación a su nueva Superiora.
Le repito de nuevo que haga todo esfuerzo porque tratamos de quitar esa fundación; y
¿qué responsabilidad delante de Dios si por su culpa se acabara la casa?.
Por esto le pide con todo su afecto que se porte lo mejor que pueda y que obedezca en un
todo a su Superiora según lo desea su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
[3 de septiembre de 1889]
Así están las vocaciones, y uno necesita mucha prudencia, y sobre todo mucha paciencia, y
mucho amor a Dios, para llevarlo todo a su honra y gloria.
[Sin firma]
Tales son las tristes consecuencias de la dureza con que algunas Superioras tratan a sus
compañeras en determinados casos.
[Sin firma]
223
Tengan por cierto que cada fundación, cuando es de Dios, cuesta ésta mucho, y sufren los
fundadores los pesares, dolores y aflicciones de una grave enfermedad.
Amén, amén, amén.
[Sin firma]
Esto quiere decir que después de gravísimas dificultades se han arreglado las dos
fundaciones de Orizaba, una para los pobres siendo el fundador don Ángel Vivanco Estévez, y la
otra para la gente decente tomando a su cargo el Colegio para internado principalmente; y siendo
los fundadores el señor Cura don Manuel Darío Hernández Orihuela, y la señora doña N. Sosa de
González; téngase presente que cada fundación ha de causar los dolores y trabajos de una
enfermedad, porque así son las obras de Dios.
[Sin firma]
Tomemos, pues, la oración vocal como una dádiva de Jesucristo y amémosla con todo
nuestro corazón, de un modo semejante con que la amó una de las primeras josefinas que se
llamó sor Guadalupe Beltrán.
En efecto, sor Guadalupe Beltrán, que estuvo por muchos años con las Hermanas de la
Caridad, que era una mujer muy sencilla, inocente, de una instrucción no más que mediana, pero
muy amante de la oración vocal, habiendo sido siempre por su fervor una niña muy eficiente entre
las Hijas de María, y después fue mucho más edificante por su oración fervorosa que dirigía a la
santísima virgen María, ella fue la primera josefina, la primera que reunió a otras dos amigas para
que la ayudasen en las escuelas. Y en aquellos días no tenían más prácticas que las de las Hijas de
María, y ella se distinguía por su fervor en la oración vocal. Mucho fue lo que padeció, y en poco
tiempo abrió tres escuelas con sus amigas, y luego se volvían a cerrar porque sus compañeras se le
separaban, porque el gobierno las perseguía, porque no tenían qué comer y por otra multitud de
circunstancias que sería muy largo de referir. Pero con su oración vocal, con el rezo del santísimo
Rosario, con las prácticas devotas a la santísima Virgen, ella conservó aquella pequeña casita que
fue en la calle de San Ramón, donde nuestra venerable Madre se recibió de ella, y entonces, con
los mismo peligros y con más trabajos todavía, dio principio y de un modo ordenado, el Instituto
de las Hijas de María del Señor San José, quedando nuestra venerable Madre al frente de todo.
Tomemos, pues, la oración vocal como una dádiva de Jesucristo y amémosla con todo
nuestro corazón, de un modo semejante con que la amó una de las primeras josefinas que se
llamó sor Guadalupe Beltrán.
En efecto, sor Guadalupe Beltrán, que estuvo por muchos años con las Hermanas de la
Caridad, que era una mujer muy sencilla, inocente, de una instrucción no más que mediana, pero
muy amante de la oración vocal, habiendo sido siempre por su fervor una niña muy eficiente entre
las Hijas de María, y después fue mucho más edificante por su oración fervorosa que dirigía a la
santísima virgen María, ella fue la primera josefina, la primera que reunió a otras dos amigas para
que la ayudasen en las escuelas. Y en aquellos días no tenían más prácticas que las de las Hijas de
227
María, y ella se distinguía por su fervor en la oración vocal. Mucho fue lo que padeció, y en poco
tiempo abrió tres escuelas con sus amigas, y luego se volvían a cerrar porque sus compañeras se le
separaban, porque el gobierno las perseguía, porque no tenían qué comer y por otra multitud de
circunstancias que sería muy largo de referir. Pero con su oración vocal, con el rezo del santísimo
Rosario, con las prácticas devotas a la santísima Virgen, ella conservó aquella pequeña casita que
fue en la calle de San Ramón, donde nuestra venerable Madre se recibió de ella, y entonces, con
los mismo peligros y con más trabajos todavía, dio principio y de un modo ordenado, el Instituto
de las Hijas de María del Señor San José, quedando nuestra venerable Madre al frente de todo.
341) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR JOSEFA PÉREZ, [1890],
ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca recibió una carta de sor Josefa Pérez en la que le dice que le
cuesta mucho cumplir sus obligaciones. El p. Vilaseca puso al calce esta
nota.
Por contestación una buena regañada, para que se acostumbren a obedecer, ya que a
veces abusan de la mansedumbre y bondad.
342) NOTAS DE JOSÉ MARÍA VILASECA SOBRE SOR CESÁREA RUIZ DE ESPARZA,
EN TRATADO SOBRE LA ORACIÓN, IMPRENTA RELIGIOSA, C. M. TRIGUEROS Y
HERMANO, MÉXICO, 1890, N.42.
Tomemos, pues, la oración vocal como una dádiva de Jesucristo y amémosla con todo
nuestro corazón, de un modo semejante con que la amó una de las primeras josefinas que se
llamó sor Guadalupe Beltrán.
En efecto, sor Guadalupe Beltrán, que estuvo por muchos años con las Hermanas de la
Caridad, que era una mujer muy sencilla, inocente, de una instrucción no más que mediana, pero
muy amante de la oración vocal, habiendo sido siempre por su fervor una niña muy eficiente entre
las Hijas de María, y después fue mucho más edificante por su oración fervorosa que dirigía a la
santísima virgen María, ella fue la primera josefina, la primera que reunió a otras dos amigas para
que la ayudasen en las escuelas. Y en aquellos días no tenían más prácticas que las de las Hijas de
María, y ella se distinguía por su fervor en la oración vocal. Mucho fue lo que padeció, y en poco
tiempo abrió tres escuelas con sus amigas, y luego se volvían a cerrar porque sus compañeras se le
separaban, porque el gobierno las perseguía, porque no tenían qué comer y por otra multitud de
circunstancias que sería muy largo de referir. Pero con su oración vocal, con el rezo del santísimo
Rosario, con las prácticas devotas a la santísima Virgen, ella conservó aquella pequeña casita que
fue en la calle de San Ramón, donde nuestra venerable Madre se recibió de ella, y entonces, con
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los mismo peligros y con más trabajos todavía, dio principio y de un modo ordenado, el Instituto
de las Hijas de María del Señor San José, quedando nuestra venerable Madre al frente de todo.
343) NOTAS DE JOSÉ MARÍA VILASECA SOBRE SOR CESÁREA RUIZ DE ESPARZA,
EN TRATADO SOBRE LA ORACIÓN, IMPRENTA RELIGIOSA, C. M. TRIGUEROS Y
HERMANO, MÉXICO, 1890, N.42.
Tomemos, pues, la oración vocal como una dádiva de Jesucristo y amémosla con todo
nuestro corazón, de un modo semejante con que la amó una de las primeras josefinas que se
llamó sor Guadalupe Beltrán.
En efecto, sor Guadalupe Beltrán, que estuvo por muchos años con las Hermanas de la
Caridad, que era una mujer muy sencilla, inocente, de una instrucción no más que mediana, pero
muy amante de la oración vocal, habiendo sido siempre por su fervor una niña muy eficiente entre
las Hijas de María, y después fue mucho más edificante por su oración fervorosa que dirigía a la
santísima virgen María, ella fue la primera josefina, la primera que reunió a otras dos amigas para
que la ayudasen en las escuelas. Y en aquellos días no tenían más prácticas que las de las Hijas de
María, y ella se distinguía por su fervor en la oración vocal. Mucho fue lo que padeció, y en poco
tiempo abrió tres escuelas con sus amigas, y luego se volvían a cerrar porque sus compañeras se le
separaban, porque el gobierno las perseguía, porque no tenían qué comer y por otra multitud de
circunstancias que sería muy largo de referir. Pero con su oración vocal, con el rezo del santísimo
Rosario, con las prácticas devotas a la santísima Virgen, ella conservó aquella pequeña casita que
fue en la calle de San Ramón, donde nuestra venerable Madre se recibió de ella, y entonces, con
los mismo peligros y con más trabajos todavía, dio principio y de un modo ordenado, el Instituto
de las Hijas de María del Señor San José, quedando nuestra venerable Madre al frente de todo.
Vaya desde luego, por vía de muestra, lo sucedido a nuestra edificante josefina sor
Guadalupe Ruiz: Sus virtudes brotaban de su oración y sobre todo su paciencia que la acompañaba
siempre aun en medio de sus enfermedades, tenía por origen su fervorosa oración. Un día fueron
todas las josefinas a visitar a María en la Villa de Guadalupe, y después de haber comido fueron a
despedirse de la santísima Virgen; mas como en fuerza de su oración su corazón ardía en el amor
de Dios, postrose a los pies de un crucifijo y dijo a su compañera: ¿No ve usted cómo está nuestro
229
Señor? Ámelo usted mucho. Después de un rato de oración tan fervorosa, la compañera le indicó
que era ora de volverse, pero ella estaba tan ensimismada con Dios que nada oía. Por sus
continuos achaques y enfermedades las más dolorosas, creyó que no tendría vocación y que Dios
quería que volviera al mundo, mas en aquella oración tan fervorosa, que se cree, sufrió un éxtasis,
conoció que el Señor la quería en la Comunidad, que profesaría y que el señor san José le
premiaría sus sufrimientos, por medio de una santa muerte, la que, según el aviso que tuvo ella
misma, se verificó en octubre del mismo año de 1874. Así mueren los amantes de la oración.
Oremos, pues, oremos siempre, oremos con el mayor cuidado y devoción.
El p. Vilaseca recuerda a sor Guadalupe Ruiz que tubo una santa muerte
por su oración fervorosa.
Vaya desde luego, por vía de muestra, lo sucedido a nuestra edificante josefina sor
Guadalupe Ruiz: Sus virtudes brotaban de su oración y sobre todo su paciencia que la acompañaba
siempre aun en medio de sus enfermedades, tenía por origen su fervorosa oración. Un día fueron
todas las josefinas a visitar a María en la Villa de Guadalupe, y después de haber comido fueron a
despedirse de la santísima Virgen; mas como en fuerza de su oración su corazón ardía en el amor
de Dios, postróse a los pies de un crucifijo y dijo a su compañera: ¿No ve usted cómo está nuestro
Señor? Ámelo usted mucho. Después de un rato de oración tan fervorosa, la compañera le indicó
que era ora de volverse, pero ella estaba tan ensimismada con Dios que nada oía. Por sus
continuos achaques y enfermedades las más dolorosas, creyó que no tendría vocación y que Dios
quería que volviera al mundo, mas en aquella oración tan fervorosa, que se cree, sufrió un éxtasis,
conoció que el Señor la quería en la Comunidad, que profesaría y que el señor san José le
premiaría sus sufrimientos, por medio de una santa muerte, la que, según el aviso que tuvo ella
misma, se verificó en octubre del mismo año de 1874. Así mueren los amantes de la oración.
Oremos, pues, oremos siempre, oremos con el mayor cuidado y devoción.
El p. Vilaseca contesta carta a sor Josefa Legorreta para decirle que nada
supo de su papá y sus hermanas. Le manda el Tratado de la oración para
que lo lea y sea una buena Josefina.
él.
Ya les mando el tratado de la oración que han de leerlo muy bien, y esa lectura le
enseñará como debe conducirse para ser una buena josefina según los deseos de su afectísimo
padre que la bendice.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca ordena a sor Josefa Pérez que tome las riendas de Superiora
o como enviada especial del Consejo, pero que lo arregle todo. Espera
siga bien.
Sor Adelaida Galván escribe al p. Vilaseca para decirle que está sentida
con él porque la regañó. El p. Vilaseca puso en la carta esta nota.
349) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR PAULA ZARZA DEL 28
DE MAYO DE 1890; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
351) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR LUISA ARZATE DEL 19
DE JUNIO DE 1890; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca recibió una carta de sor Luisa Arzate, Superiora del colegio
de las Hermanas Josefinas en Veracruz. En ella le habla de los problemas
que tiene en la comunidad. El p. Vilaseca escribió esta nota y envió la
carta a la Secretaria general, sor Josefa Pérez para que atendiera el
asunto.
Me devuelve la carta.
Aumento: Infórmese de esta carta, y verá como Sor Luisa ya va a hacer lo que yo tanto
temía y se lo dije a usted; aunque le pareció lo contrario: escríbale usted inmediatamente,
¿porque qué tiene que ver una cosa con otra? esto sí que sería el mayor de los escándalos.
[Sin firma]
352) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR ADELAIDA GALVÁN DEL
20 DE JUNIO DE 1890; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Que nadie comunique al señor Cura de las faltas de sus compañeras, ni con el título de que
se hagan santas.
[Sin firma]
353) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR JOSEFA PÉREZ DEL 26
DE JUNIO DE 1890; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca recibió una tercera carta amorosa de sor Josefa Pérez, una
Hermana Josefina muy joven, y al calce de la misma escribió esta nota
para prevenir a los Misioneros Josefinos sobre el trato con las Hermanas
Josefinas.
El p. Vilaseca escribe a sor Adelaida Galván que venga a ejercicios con sor
Luz; que las personas interesadas les den para los gastos. Que si están tan
pobres que no se pueden mantener, cierra la casa. Que hable de esto al
Sr. Cura a ver qué resuelve.
lo despide usted, y tan pronto como lo haya hecho, y se hayan roto todas las relaciones, aún de
lavarle la ropa, etc. se lo avisa a su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Contesto su apreciada diciéndole que doy muchas gracias a Dios que se haya hecho la
apertura del Colegio, y esperemos que todo se irá arreglando como se debe.
El jueves pasado sufrió su examen sor Flores y quedó perfectamente bien, y se hizo
acreedora al título de profesora de asilo, por tanto, el jueves, Dios mediante, saldrá para Orizaba
esperando las órdenes de usted de modo que si usted dispone que sirva para Veracruz, bien; o
bien la Lugando, según usted lo crea más prudente. Sor Flores la acompañará, sor Magdalena y sor
Clara, ésta para la puerta de Orizaba y aquélla para que aprenda el asilo, y estará en dicho lugar
hasta que pueda pasarse de profesora de asilo.
Sor Isabel, según me dice el señor Cura, sigue mejor, por tanto, que continúe en esa, y lo
hará muy bien; y a sor Asunción Rayado tal vez será difícil la cosa, porque tiene que presentar sus
exámenes, con todo, puede usted escribir a sor Jesús, que la informe del estado de la clase de
música, y veremos lo que puede hacerse.
Tan pronto como la casa marche podrá venirse, y en Orizaba arreglar quienes podrán ir a
ayudar a las josefinas de Veracruz, a cuyo fin el jueves saldrán para Orizaba las referidas sor Clara,
sor Magdalena y sor Flores que, repito a usted, quedó perfectamente bien.
Cuando esté en Orizaba, no se olvide de presentir a la nueva Superiora al señor Cura,
saludándolo de mi parte, y que no tuve el gusto de encontrarle cuando fui para visitarlo, y
ponernos de acuerdo para los negocios del Colegio que nuestros padres, Dios mediante, abrirán el
día 19 del corriente.
Por lo demás, todo marcha bien, por tanto, aunque podría quedarse, sin embargo, procure
que sor Luisa lo arregle todo para que pronto pueda bendecirla su afectísimo, seguro servidor y
Capellán.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que sor Imelda
Nandín sale para Veracruz. Que vivan en Orizaba mientras se arregla la
casa de Veracruz. Que establezcan bien la Asociación de san José y que
todas las niñas decentes reciban El Propagador. Que sor Luisa mande los
dos pesos para las Josefinas.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que le parece bien
que las Josefinas se aclimaten en Orizaba antes de pasar a Veracruz. Que
arregle bien todo y que ponga una cuota para la Casa central. Que hagan
bien las anotaciones sobre el pago de colegiaturas y le encargue esto a
sor Luisa Arzate. Sobre los Josefinos todavía no quiere el obispo que se
establezcan hasta ver cómo quedan las Josefinas.
El p. Vilaseca anima a sor Josefa Pérez a que ponga en orden las casas de
Orizaba y Veracruz y regrese a la ciudad de México.
su padre que continúe en el Colegio; mas en caso de que ese Gobierno insistiera en que se le
presentara la referida niña, tendrá el gusto de llamarla de Orizaba su afectísimo...
[Sin firma]
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que entregue a sor Patrocinio sus
cosas, pues sale hoy para Toluca.
28 de octubre de 1890
Sor Josefa:
Hágame el favor de entregarle a Patrocinio sus cosas, y conviene hacerlo ahora mismo,
porque sale esta tarde para Toluca.
Su afectísimo
José María Vilaseca
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que las cantoras preparen la misa
del lunes en sufragio de sor Cesárea Esparza y demás Josefina difuntas.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que llegaron bien a
Orizaba y en la tarde sale para Veracruz, para arreglar los colegios de
ambas familias. Le recomienda que arregle todo para los ejercicios.
para arreglar los Colegios de ambas familias; y a la vuelta, tendremos los exámenes el día 18, 19 y
20.
Le recomiendo que sigan todas con mucha paz, y arreglen todo lo necesario para los
santos ejercicios; y usted haga todo lo que le dije; hágalo con toda exactitud, y hágalo con santa
resolución que todo quede arreglado.
Reciban la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que acaba de llegar a
Orizaba y encontró sus cartas. Se alegra que todo vaya bien y con fervor.
Le mandan saludos las Josefinas de Veracruz. Van a comenzar los
exámenes en Orizaba.
1891
Esta pobrecita se salió para curarse y las enfermedades se le aumentaron. Así castiga
señor san José a sus ingratas hijas que lo abandonan.
241
[Sin firma]
México, 19 de 1891
Sor Refugio:
Sírvase entregar a don Gil las cosas que pide Sor Rosa, que constan en el adjunto papel,
para enviárselas mañana por conducto de Sor Magdalena.
José María Vilaseca.
Lista
1. Herminia - 40
Aurea - 20
2. Larracochea 16
Arteaga - 10
3. Aveño - 14
4. Chaparro - 15
Vega - 14
Aranda - 14
5. Palacios - 14
6. Andapia - 13
Estabilla - 17
7. Rodríguez - 13
Doll - 12
Avelina - 16
Laguerre - 12
González - 12
Sánchez - 12
8. Iturbide - 12
9. Iturbide - 12
10. Zea - 12
Briseño - 10
López - 10
Arias - 10
Iniestra - 10
242
-----------------
- 346
Suma anterior 346
Robleda - 10
Robleda - 10
Robleda - 10
Luz González 10
Flores - 10
Nussi - 8
11. Gracia - 8
12. Mier y Terán 8
13. Hernández - 6
Mirafuentes 6
Catalina López 6
14. Langrave - 14
15. Dolores Hernández 14
-----------------------
466
Villademoros - 12
Pérez de León - 8 no
Robles - 9 no
Robles - 9 ent.
Ogarrio - 12 ent.
Elisa de la B.12 ent.
Belmon - 4
Dolores Belmon 4
Inibura
Sánchez
Revilla
Segura - 16 ent.
Ramón - 14 nov.
Ocejo
Velázquez
[1891]
Lista de las pensionistas.
243
7. Concepción Sánchez
Niñas coadjutoras:
8. Tiburcia Segura
9. Francisca Pineda
10. Jovita Ruiz
11. Cesárea N.
12. Lorenza N.
13. Clementina Luría
Niñas Josefinas:
1. Antonia Corral
2. Magdalena Ballesteros
3. Patrocinio Licea
4. Carmen Serrano
5. Dolores Cataño
6. Paz Beléndez
7. Dolores González
8. Cruz Avilez
9. Angela Rojas
10. Juana Perea
11. María Serrano
12. Amada Nandín
13. Imelda Nandín
14. Refugio Mejía
15. Julia Manríquez
16. Angela Garduño
17. María Rosales
18. Beatriz Meneses
19. Cristina Acosta
20. Eulalia Gasca
21. Sacramento Martínez
22. Margarita Tovar
23. Jesús Uribe
24. Refugio Perdomo
25. Josefa Pérez
Niñas nuevas:
26. Carlota Martínez
27. Magdalena Magaña
28. Petra Carmona
29. Elisa Argudín
30. Epifania Quinto
Para quehacer extraordinario:
Guadalupe Mariño
Agustina Aguilera
Josefinas pensionistas:
Juana Perea - - - - - pagó - - - 10
Carlota Martínez - - - - pagó - - - 6
Margarita Tovar - - - - pagó - - - 8
Magdalena Magaña
245
México, 19 de 1891.
Sor Refugio:
Sírvase entregar a S. Gil las cosas que pide Sor Rosa que constan en el adjunto papel, para
enviárselas mañana por conducto de Sor Magdalena.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que sor Meneses
salga con otra compañera y su sobrino José María Covarrubias a ver a su
hermana que está muriendo.
246
El p. Vilaseca está en Orizaba y escribe a sor Josefa Pérez para decirle que
pronto le manda dos postulantes, y que se ponga de acuerdo con la
maestra de novicias para que corten otras diez o doce docenas de
capelinas, pero que hagan como sor Luisa.
El p. Vilaseca está en Orizaba y escribe a sor Josefa Pérez para decirle que
acaba de visitar las casas de Veracruz y Orizaba y mañana sale para Jalapa
a ver al obispo.
6. Que se conozca bien si es el señor cura o con las señoras la que pagan...
3a. edición: Vida de la Fundadora de las Hijas de María del Señor San
José, Sor Cesárea de Esparza y Dávalos, que murió en México, el día 24 de
abril del año de 1884, Imprenta Religiosa, Manuel Trigueros, Esquina de
la Concepción, México, 1892.
9 de abril de 1891.
Prólogo.
Mucho hay que decir sobre la vida de la fundadora de las Hijas de María Josefinas, Sor
Cesárea Esparza y Dávalos, y algo de este mucho que se comenzó a recoger luego después de su
muerte, al ver que era tanto y en determinados casos de tanta virtud, hemos creído prudente por
el bien de sus hijas, que nos lo han suplicado con mucha instancia, publicarlo poco a poco en la
sección del Sacerdocio católico de nuestro Propagador del Señor San José, bien persuadidos que
servirá mucho para que las hijas de tan venerable Madre se inflamen más y más en el amor hacia
su santa vocación, y fervorosas, devotas, amantes del trabajo, sencillas y prudentes, amantísimas
de la juventud que el cielo les confiare, y más y más amantísimas si cabe del vehementísimo deseo
de servir a Jesucristo Señor nuestro en la persona de sus miembros enfermos en los hospitales, en
los hospicios y en los asilos, acudan prontamente al socorro de toda necesidad y al alivio de toda
miseria.
Está claro que una vida así tan edificante, será también muy del agrado de nuestros
252
devotos josefinos que podrán ver en ella una pequeña parte del fruto de sus trabajos y de los
merecimientos que allegan para el cielo, trabajando como lo hacen, para extender la devoción
hacia el santísimo Patriarca, mediante la Asociación universal josefina, que a este fin se sirve del
Propagador de la devoción del señor san José. Para consuelo de tan dichosas hijas y edificación de
nuestros colaboradores para extender la devoción hacia nuestro santísimo Patriarca, hoy a 9 de
abril de 1891, día en que celebró la santa Iglesia el Patrocinio del señor san José, lo envía a la
imprenta su afectísimo servidor y capellán.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que ya le mandó las
circulares para que todas pidan a Dios por la aprobación pontificia del
Instituto Josefino y darle indicaciones sobre el cambio de muchas
Hermanas.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para que ponga en orden la casa
de Orizaba, como quedó en Veracruz. Le habla de los cambios en la Casa
central y la observancia de las Reglas para alcanzar la aprobación
pontificia. Espera una carta de las cosas que pertenecieron a sor Cesárea
Esparza, porque va a imprimir su vida en mayo y en junio sale la primera
entrega. El obispo de Veracruz está contentísimo con las Josefinas.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para saludarla y decirle que todo
sigue bien, pero que rueguen pro sor Guadalupe que está con tifo.
8 de mayo de 1891.
Recado a sor Josefa:
Espera a usted entre tres y cuatro de esta tarde su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
[1 de junio de 1891]
Es una alma muy de Dios y de muy buen espíritu. Ojalá que sean muchas y se nos
conserven.
255
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciban a María Ocampo para
josefina, que le ayude a sor Paula, y den constancia a su tío Merced, de
que queda a sus cuidados.
6 de septiembre de 1891.
Sor Josefa.
Sírvase examinar a la niña Soledad Flores, que presentará a usted el señor licenciado don
257
El p. Vilaseca manda decir a sor Josefa Pérez que llega Guadalupe Piñera
para que se quede en el obrador con sor Paula.
29 de septiembre de 1891.
Señor Trigueros.
Vale por 50 libritos de misión.
Sor Josefa.
Vale por 6 oficios de los nuevos.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que le da gusto que
todo le ha salido bien. Que está arreglado lo de san Pablo y la espera el
16. También le escribe sor Patrocinio y le contará todo.
26 de diciembre de 1891.
Lista de las que entraron a los santos ejercicios de diciembre de 1891.
1. Dolores Cataño
2. Paula Zarza
259
3. Rosa Castro
4. Teresa Velez
5. Rosario Gómez
6. Jesús Uribe
7. Aurelia Serrano
8. Refugio Perdomo
9. Teresa Gutiérrez
10. Catalina Velázquez
11. Irene Figueroa
12. María Rosales
13. Josefa Fabila
14. Cristina Acosta
15. Refugio Mejía
16. Julia Manríquez
17. Beatriz Meneses
18. Consuelo García
19. Irma García
20. Petra Carmona
21. Josefa Legarreta
22. Margarita Tovar
23. Francisca Pineda
24. Juana Flores
25. Soledad Madariaga
26. Gertrudis Sánchez
27. Josefa Pérez
28. Eulalia Segura
29. Filomena Garduño
30. Margarita Cadena
31. Francisca Pérez
32. Sofía Morner
33. Margarita Hernández
34. Cayetana Moncada
35. María Ruiz
36. Soledad Vega
37. Flora Rodríguez
38. Jovita Ruiz
39. Dolores Amezcua
40. María Vallejo
41. Isabel López
42. Mauricia Rivero
43. Dolores Fonseca
44. Dolores Mondragón
45. Enriqueta Hinojosa
46. Catalina Bautista
47. María Bernal
48. Manuela
49. Luisa Raso
50. Tulante
260
51. Carmen
[Sin firma]
Convenio y bases con las que las Hermanas Josefinas podrán hacerse cargo de.
- De acuerdo con los fundadores.
- I. Las Josefinas observarán los reglamentos que son particulares de su Instituto, sin que
se les pueda obligar en ningún tiempo a variarlos ni modificarlos.
- II. Es atribución exclusiva del Superior de las Hijas de María Josefinas el nombramiento
de Superiora y demás Josefinas que deben componer la comunidad, así como la mudanza y
traslación de las mismas.
- III. En los hospitales, asilos, Colegios, escuelas y clases, las Hijas de María Josefinas
observarán exactamente los reglamentos, prácticas y costumbres de su Instituto, sin menoscabo
de los deberes peculiares que hubieren contraído en la fundación.
- IV. Con respecto al régimen espiritual, las Hijas de María Josefinas estarán en un todo a
lo que previenen sus reglamentos y las disposiciones de sus Superiores.
- V. La Superiora distribuirá entre sus compañeras los diversos cargos, oficios y clases, de
su establecimiento.
- VI. A la Superiora deberán dirigirse los fundadores en los arreglos que crean a propósito
para el feliz éxito del Colegio, escuelas, clases, hospitales y asilos, mas en caso de que hubiese
alguna dificultad en convenirse, la comunicarán a los Superiores mayores para ponerse de
acuerdo.
- VII. Si por algún defecto fuere preciso avisar a alguna de las profesoras o encargadas de
los diversos quehaceres del hospital, Colegio, clases o asilos, se lo comunicarán por medio de la
Superiora.
- VIII. Los fundadores, para atender a las obligaciones del establecimiento, ceden a la
Comunidad de las Hijas de María Josefinas el uso y goce de la casa en donde las establezcan.
- IX. Las Josefinas se comprometen a servir a los enfermos pobres y necesitados de los
hospitales, asilos de mendigos, cunas y orfanatorios, y a tener escuelas y asilos para las niñas
pobres, recibiendo a este fin para sus gastos particulares de los fundadores la cantidad de diez
pesos mensuales por cada una de las Josefinas que hubiere en la fundación.
- X. Los fundadores permitirán que las jóvenes que desean pertenecer al Instituto Josefino
estén de prueba en el mismo hospital o asilo por el tiempo necesario para asegurarse de la
legitimidad de su vocación.
- XI. Las Josefinas se comprometen a tener en el Colegio niñas internas, medio pupilas y
externas distinguidas, con la colegiatura convencional que se estipule con los padres de las niñas
educandas, y cuyos productos serán de las Josefinas.
- XII. Las Josefinas suplican a los fundadores que pongan en el establecimiento el padre
capellán, para que se encargue de los enfermos y asilados conforme su divino ministerio,
diciéndoles, además, la santa misa diariamente en la hora señalada por el reglamento.
261
- XIII. En circunstancias dadas, podrán las Josefinas ocupar el lugar del administrador, así
como desempeñar el despacho de la botica.
- XIV. Los viajes hechos en favor del establecimiento, se harán a expensas del mismo.
- XV. Como verdadera Josefina, la Superiora estará en su derecho para establecer la
Asociación universal del señor san José, sirviéndose de El Propagador y demás medios que le
dictare su celo, para que el santísimo Patriarca sea todos los días más y más honrado de los fieles.
- XVI. Este convenio comenzará a regir desde., y se procurará antes la aprobación del
dignísimo Obispo de la Diócesis.
- XVII. En caso de haber entre las partes contratantes tales dificultades que no pudieren
avenirse, en este caso las partes contratantes quedan tan libres como antes de este contrato,
siendo suficiente el mutuo aviso de dos meses de anticipación para que cada parte contratante se
prevenga según crea conveniente.
- México,.
- Firma de los fundadores.
- Firma del Superior.
401) BORRADOR DE JOSÉ MARÍA VILASECA PARA CARTA DE SOR JOSEFA PÉREZ
Y CONSEJO A SOR MANUELA RAMÍREZ, SUPERIORA GENERAL, MÉXICO, 4 DE
ENERO DE 1892; ORIGINAL AGMJ FUN08-HJ.
públicas, nuestras comunicaciones con la Santa Sede, así como las virtudes que la han
acompañado en su tan importante cargo, así como los aumentos de casas que ha tenido nuestro
caro Instituto en el tiempo de su gobierno, el Consejo considerando la regla 3ra. destinada a
constituir el gobierno del Instituto, así como las cualidades que adornan a usted e interpretando
también el sentimiento de todas nuestras Hermanas Superioras y demás con voto activo para el
caso, hemos determinado, y de hecho determinamos de acuerdo con nuestro Superior general, no
admitirle la renuncia, y por tanto, confirmar su gobierno por otros tres años como de hecho lo
confirmamos según la facultad que nos concede la misma regla tercera.
Ahora que las circunstancias han cambiado un poco, notificaremos a usted la frecuencia
de nuestros consejos, así como los asuntos que se tratarán en ellos para el mejor arreglo de los
negocios, y la feliz marcha de la familia josefina que la bondad de Dios nos ha dado.
De nuestra parte le pediremos al señor san José para que la ilumine de un modo especial
con su gracia, y a nosotras nos comunique todas las virtudes convenientes para que podamos
ayudarla en el gobierno, conforme la voluntad de las sagradas personas de Jesús, María y José.
Quedamos todas, nuestra muy Reverenda madre, sus afectísimas hijas que le piden su
maternal bendición.
[Sin firma]
[Nota: En la copia aparecen las firmas de Josefa Pérez, Magdalena Ballesteros, Patrocinio
Licea]
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciba a la hija de María Ortiz.
30 de enero de 1892.
Sor Josefa:
La dadora, madre de María Ortiz, entregará a usted su niña para que aprenda bien la
Instrucción primaria, y pagará por su Colegiatura doce pesos ($12.00) cada mes y llevará consigo
las cosas del Colegio, y quiere entrar hoy mismo para aprovecharse de los dos días de ejercicios
que aún faltan.
263
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
[7 de febrero de 1892].
Dirigida a cada Superiora.
Habiendo nuestra Madre presentado en mes de enero próximo pasado la renuncia de su
cargo al Consejo superior, según lo prescriben nuestras santas Reglas, dio por resultado que éste,
atendiendo a las diversas circunstancias tanto civiles como eclesiásticas en que actualmente nos
encontramos, así como al mayor bien de nuestro Instituto, usando de la facultad que le concede la
regla 3ª de nuestro gobierno, creyó de su deber no admitir la renuncia y, de hecho, no se la
admitió sino que antes bien la confirmó por otros tres años, según lo dice la ya citada regla. Y para
llevar mejor a cabo la obra de Dios, ha dispuesto el Consejo que, mientras lo permitan las
circunstancias, tengamos de nuevo el acostumbrado consejo cada ocho días, presidido por nuestro
muy honorable Padre. El consejo lo formarán los mismos miembros, con nuestra Madre. También,
para su inteligencia y gobierno, debo decirle que queda a cargo de la maestra de las seminaristas,
Sor Magdalena Ballesteros, el arreglar lo que han de dar cada mes cada una de las casas para la
formación de las jóvenes, debiendo las Superioras particulares entenderse con ella sobre esto.
Con el objeto de que todo marche perfectamente bien, creo de mi deber encargarles
desde ahora la más exacta observancia de todo aquello que el Consejo dispusiere.
Nuestra Madre pide también las oraciones especiales de todas sus hijas, y concede a todas
un triduo de comuniones para el feliz éxito de su nuevo gobierno. Espero que, por mi medio o
directamente, le escribirán en su nombre y en el de todas sus hermanas, dándole las más
expresivas gracias por haber admitido de nuevo el gobierno de nuestro caro Instituto. De mi parte,
como Vicaria, les encargo encarecidamente la más exacta observancia de nuestras Reglas,
teniendo especial cuidado en manifestar cada mes la marcha de cada una sobre este particular.
Soy de usted, mi carísima hermana, su afectísima servidora.
Josefita Pérez Vilasecana
407) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR LUISA ARZATE DEL 8 DE
ABRIL DE 1892; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca recibió una carta de sor Luisa Arzate, Superiora del colegio
de las Hermanas Josefinas en Veracruz. En ella le pregunta sobre el
destino de dos hermanas que llegaron de Tabasco. El p. Vilaseca escribió
esta nota en la carta.
[8 de abril de 1892]
[Sor Luisa Arzate]
A las que se vinieron de Tabasco sin licencia, se dispuso que una se volviera y la otra que
se quedara en Veracruz hasta nueva orden.
[Sin firma]
26 de abril de 1892.
Sor Josefa.
Pongan a la dadora Guadalupe Barragán al Asilo con Sor María y después veremos.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
409) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR TERESA GUTIÉRREZ DEL
10 DE JULIO DE 1892; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca recibió una carta de María Izquierdo en que le dice que sus
padres se oponen a su vocación. El p. Vilaseca escribió esta nota en la
carta.
El p. Vilaseca dice a sor Josefa Pérez que Cipriano García pasa a recoger a
su hija.
19 de julio de 1892.
Sor Josefa Pérez.
El señor Cipriano García pasa a esa para recoger a su hija y el dinero que le haya quedado.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
19 de julio de 1892.
¡La gracia de Jesús, María y José sea siempre con nosotros!
Carísimas Hermanas:
Después de muchas oraciones, de muchas súplicas y de muchos trabajos, hemos podido
alcanzar que tres Ilustrísimos señores Obispos se hayan unido a nuestras súplicas dirigidas a la
Santa Sede pidiendo nuestra primera aprobación, las suyas: y lo hacen también, y con tanto afecto
manifestado en favor de ambas familias Josefinas, que verdaderamente nos dan sus alabanzas
grandes motivos para humillarnos en la presencia de Dios, mas como estas recomendaciones nada
obrarían ante la Santa Sede si nosotras careciéramos del debido espíritu; por esto hemos
determinado por medio del Consejo, el pedírselo a nuestro gran padre el señor san José, por
medio de María y de Jesús; y a fin de que de nuestra parte trabajemos todos en el mismo sentido,
267
Verdaderamente comienza a haber virtud entre las Josefinas ya que así saben resistir a los
halagos del mundo demonio y carne.
José María Vilaseca.
268
415) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR LUISA ARZATE DEL 6
DE AGOSTO DE 1892; ORIGINAL AGHJ.
Siga cuidando mucho de las niñas procure que la clase se le aumente, que las niñas se
multipliquen, que todos los días aprendan mejor el modo de amar a Dios, y aumenten las
recompensas para el cielo.
Deseando que el señor Obispo las siga protegiendo, le envía la bendición su afectísimo
padre.
José María Vilaseca.
26 de agosto de 1892
Nota del Padre Vilaseca.
Todo son dificultades y trabajos y persecuciones; y esto mismo indica que ésta obra es de
Dios porque lleva consigo el mejor sello.
270
El p. Vilaseca envía a sor Josefa Pérez cortinas y cosas para adorno del
Corpus.
420) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
10 DE NOVIEMBRE DE 1892; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor María de Jesús Pérez para decirle que vuelvan
las Hermanas a México, de acuerdo con el p. Escamilla.
En nuestros días en los que por razones que no queremos recordar, México se encuentra
sin tener para sus enfermos a las Hermanas de la Caridad, ese Dios compasivo nos ha socorrido
con la Congregación de las Hijas de María Josefinas, que por su institución y obras parece que han
sido establecidas en México, como para ocupar en algunas ocasiones tan honroso lugar, llenando
por lo menos algunas de las lagunas que aquellas nos dejaron; tal fue el gran pensamiento del
Ilustrísimo Señor Arzobispo de México, Doctor don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, que
tanto contribuyó para dicha fundación.
Por esta razón las Hijas de María Josefinas en estos días en los que reina el azote del tifo,
diezmando a una gran parte de los habitantes de esta ciudad, han dado mayor extensión al
cumplimiento de una de sus reglas más importantes, practicando la caridad para con el prójimo,
mediante la asistencia de los enfermos, sin exceptuar a los que padecen enfermedades
contagiosas; caridad que es utilísima al prójimo, muy edificante para los fieles, muy gloriosa para
la Iglesia católica, cuyas máximas dan a luz almas tan generosas, y que al mismo tiempo, por
pegárseles a ellas mismas dicha enfermedad, resulta que hagan entonces un acto de caridad
heroico, verificándose el que dan la vida por su hermano, como le ha sucedido a la Hija de María
Josefina Sor María de la Luz Alcántara.
Las circunstancias que la acompañaron fueron tantas y tales, que dieron lugar a la
publicación de las siguientes líneas, que reproducimos en El Propagador, para que este hecho sirva
de grande aliciente a los celadores principales de la Asociación Josefina, así como a los celadores
mayores, a los menores y aun a todos los socios.
El suelto a qué nos referimos, publicado en la Voz de México, dice así:
La caridad.- No pueden verse con indiferencia los sublimes esfuerzos que la caridad inspira
a ciertas almas consagradas al bien de sus semejantes; esa abnegación heroica que todo lo
arrastra, esa dulzura que conmueve hasta hacer derramar lágrimas, ese santo y desinteresado
amor que se eleva a lo increíble, es grande por demás y sólo puede ser inspirado por la religión
cristiana.
Estas reflexiones asaltan la mente, cuando se mira a esos ángeles de la caridad en forma
de mujeres que recorren las calles de esta ciudad en busca de enfermos a quien curar sus
dolencias. Yo he visto con mis propios ojos y he seguido con interés sumo los trabajos de las
Hermanas Magdalena del Corazón de Jesús y Luz del Santísimo Sacramento, que solícitas han
acompañado en toda su enfermedad a Gerardo Robles, atacado del terrible tifo, que en la
actualidad diezma nuestras poblaciones.
Todo elogio es inferior, todo agradecimiento es corto para pagar de alguna manera los
beneficios derramados por las santas hermanas que he nombrado; por eso para mostrarles mi
agradecimiento y en nombre del beneficiado hago una pública manifestación de los sentimientos
que me animan.
Dios bendiga a estas buenas hermanas y derrame sobre ellas y sobre su santa institución
todo género de bienes. Estos son mis ardientes deseos.- Ricardo Ramírez.
Dicha Hermana Josefina que se llamaba Sor María de la Luz Alcántara, entró a la
Comunidad de las Hijas de María Josefinas el día 3 de enero de 1885, siendo entonces tan sólo de
quince años de edad cumplidos; en los próximos ejercicios que tomó con todas las seminaristas
hizo los santos propósitos, con la resolución firme y expresa de consagrarse a Dios luego que los
Superiores se lo permitieron, que fue el día 14 de agosto de 1886; y tres días después sufrió el
examen de Profesora, acto que presidió el que es hoy día nuestro Ilustrísimo Prelado, Doctor don
Próspero María Alarcón, habiendo sido las profesoras del Instituto Josefino que formaron la mesa
del examen, las Hermanas Sor Merced García, Sor María de Jesús García, Sor Josefina Mirafuentes
y Sor Patrocinio del señor san José. El acta que se levantó con este objeto dice así: "A la Señorita
Sor María de la Luz Alcántara, muy recomendable por su educación y virtud, y haber hecho los
272
2 de diciembre de 1892.
Recado a Sor Josefa.
Espero a las tres de esta tarde a usted y a nuestra Madre Manuelita para que arreglemos
lo de Tabasco.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
Nota del p. Vilaseca en una carta que recibió de sor Concepción Méndez.
[1893]
- Es necesario que las Josefinas se porten bien con los enfermos, de lo contrario no las
quieren.
273
[Sin firma]
4 de marzo de 1893.
Sor Guadalupe Ruiz
Sor Angela Torner
Nuestra venerable Madre
Sor Concepción Castillo
Sor Catalina Estrada
Sor Jesús Castro
Sor Luisa Razo
Sor Juanita Perea
Sor Dolores González
Sor Luz Alcántara de 22 años, 4 de marzo de 1893, 7 de vocación.
[Sin firma]
26 de marzo de 1893.
Sor Julia Asistente general.
Muy Reverenda Madre:
Contesto su carta del 13 del corriente (marzo) y digo a usted que estoy enterado de su
contestación que me ha complacido en gran manera; así como no puedo menos de reconocer tan
nobles sentimientos en nuestro favor; pero la dificultad de nuestras Josefinas es la siguiente:
Como al paso que se dedican a la instrucción y educación de la juventud y a la práctica de
la caridad para con los pobres asistiéndolos en los Asilos y Hospitales, sea también en las casas
particulares, asistiendo a los pobres enfermos, nuestras Hermanas Josefinas tienen en su regla el
dedicarse, luego que les sea dable, a la conversión de los indios bárbaros y hay tantos todavía en
nuestras Diócesis; y para esto creen que encontrarán un poderoso auxilio, en nosotros los
Misioneros Josefinos que tienen la misma Regla que las Josefinas de dedicarse a la conversión de
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los indios bárbaros luego que se les ofrezca ocasión par ello.
Ya nuestras Hermanas Josefinas tienen dos casas en Chiapas y hay allí unas tribus de indios
bárbaros principalmente los Lacandones, y están preparando sus trabajos para poderlo efectuar;
pero no teniendo padres Josefinos no lo podrían hacer porque la escasez del Clero es tanta que ni
siquiera tienen lo más indispensable para la administración. Por tanto aquí, atendido el plan
propuesto y las circunstancias, se ha creído por ahora que ambas familias no pueden separarse
porque deben obrar de un modo semejante a las dos familias de san Vicente, las Hermanas de la
Caridad y los Misioneros Lazaristas o Vicentinos que en todo las rigen y gobiernan.
Por lo demás, tanto las Josefinos como los misioneros, tienen su Gobierno dividido en
Provincias y una Superiora general que reside en México con sus consejeras; así como los padres
tienen también su Superior general con su Consejo; y además el Superior general de los padres es
el que preside al de las Hijas de María Josefinas.
Por lo demás sentimos en el alma que al no tener ustedes padres Josefinos nos impida
ésta unión de la que esperaba tantos y mayores bienes cuanto las partes estaban mejor dispuestas
para efectuarla; pero tengamos al menos la unión espiritual ayudándonos con las oraciones
nuestras de unos y otros, lo verificará con el mayor afecto su afectísimo seguro servidor y capellán.
José María Vilaseca.
15 de abril de 1893.
Recado a Sor Josefa y Sor Carmen:
La dadora Concepción Ruiz, es la joven de la que les hablé esta mañana para que la
examinen en su vocación.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
432) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA Y SOR CARMEN, MÉXICO,
24 DE ABRIL DE 1893; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Nota del p. Vilaseca sobre sor Josefa Pérez y muerte de sor Manuela
Ramírez. Aunque pone la fecha del 30 de abril de 1893, debió ser escrita
después, porque la elección de sor Josefa como Superiora general fue el
24 de junio de 1893.
30 de abril de 1893.
La muerte de la Superiora general de las Josefinas nos llenó de mucho dolor y angustia, así
la muerte de tres Josefinas víctimas de la caridad para con el prójimo, lo que nos atrae tanto las
bendiciones del cielo que nos hemos visto del todo consolados, por la marcha dignísima de todo el
Instituto, en la elección de la nueva Superiora general, la que cayó en sor Josefa Pérez, josefina de
grandes prendas, profesora, mujer de gobierno y tan amante del Instituto que no tiene más
voluntad que la del Superior general y la del Consejo, con cuya obediencia y práctica de la
humildad le auguramos un largo y muy feliz gobierno.
Carta circular de la Hermana Sor Josefa Pérez, Superiora general de las Hijas de María
Josefinas, dirigida a sus Hermanas.
México, 29 de junio de 1893.
¡La gracia de Jesús, María y José sea siempre con nosotros!
Mis muy amadas hijas:
Nuestra Hermana, Hija de María Josefina, Sor Manuela Ramírez, viuda de Ángel Gudiño,
que por el espacio de más de cinco años fungió como Superiora general de nuestro Instituto, a mí,
como a su indigna predecesora, me estará dando todos los días de mi vida, los más brillantes y
poderosos motivos de virtud y perfección; así como los medios más eficaces para alcanzarlas.
En los años que ha estado entre nosotras fue verdaderamente para todas sus compañeras
un modelo en la observancia de la Regla; y lo ha sido especialmente siendo un modelo de
Superioras; habiéndonos enseñado, por tanto, a todas nosotras teórica y prácticamente, cómo
habíamos de conducirnos con Dios nuestro Señor; cómo con nuestros Superiores, con los
enfermos y necesitados; con la niñez, con la juventud y con nuestros bienhechores; y sobre todo,
nos enseñó cómo hemos de portarnos unas con otras, consideradas como miembros del santo
Instituto Josefino ya que por deber hemos de obrar todas de una manera especial, según las
Reglas de la verdadera caridad que profesamos.
I. Cómo se portó con Dios nuestro Señor.
Como Superiora general que era, mis muy amadas hijas, conoció desde el principio de su
gobierno cómo había de portarse con relación a Dios; y procuraba de hecho la unión con Dios
nuestro Señor para honrarlo y venerarlo, considerado como manantial y modelo de todo poder, y
de toda caridad y sirviéndole corporal y espiritualmente en la persona de los pobres, de los
enfermos, de los asilados en las casas de caridad y de la niñez y juventud en las Escuelas Josefinas
y Colegios que el señor san José se dignó confiarnos. Así logró trabajar en favor del prójimo sin
perder su unión con Dios.
Ella procuró a este fin vivir santamente según las Reglas; trabajar con todo cuidado en
adquirir su propia perfección; reunir todos los ejercicios de la vida espiritual a los empleos
exteriores de la caridad cristiana; y como verdadera Superiora, que tenía a su cargo una
281
comunidad tan numerosa, procuraba con su solicitud maternal extender estos modos santos de
obrar en favor de todas y de cada una de sus compañeras; porque siempre creyó que así debía de
obrar, ya que todas las Hermanas Josefinas la llamaban nuestra Madre, y obraba siempre así en su
favor con la mayor ternura, para corresponder a tanta confianza.
Ella procuró también para sí y para todas sus hijas una vida tan virtuosa, como si fueran
verdaderas religiosas; y obraba y deseaba que todas obrasen como la religiosa más perfecta en el
retiro de su monasterio; y de hecho así se portaba en su recogimiento, en su pureza de alma y
cuerpo, en el desacimiento de las criaturas, en la edificación que esparcía en cuantos la trataban, y
de un modo singular en el seno de sus Hermanas, cuyas virtudes brillaban entonces con más
intensidad por haber deseado siempre que fuesen sus establecimientos fieles copias de la Casa de
Nazaret.
Ella, en fuerza de su unión con Dios, apreciaba más la salvación de su alma que todos los
bienes de la tierra; huía del pecado mortal como del demonio y de la muerte; hacía todo lo posible
para no cometer faltas veniales con propósito deliberado; se aplicaba con grande conato a adquirir
las virtudes cristianas que constan en nuestras Reglas; y tenía por máxima inviolable, practicar
todos los ejercicios corporales y espirituales con espíritu de sencillez, de humildad y de caridad
verdadera, y practicarlos todos en unión de los ejercicios que practicó en este mundo el señor san
José con Jesús y María; y practicarlos con todas sus hijas en cuanto le era dable, para que siendo
todas las Hermanas Josefinas con toda verdad sencillas, humildes y caritativas, pudieran poco a
poco transformar sus casas en una copia fidelísima de la Casa de Nazaret según la gráfica
expresión de la Regla que profesamos.
II. Cómo se portó con los Superiores.
Nuestra difunta Madre, no obstante de ser la Superiora general, estaba muy lejos de
fijarse en el lugar altísimo que ocupaba en el Instituto, para subirse a mayores, como decirse suele,
sino que se servía de su dignidad para estar pronta a obedecer ante todo al Romano Pontífice, a
los señores Obispos en cuyas Diócesis tenía la grata satisfacción de ver que por su bondad y sus
poderosas bendiciones sus hijas se habían establecido, al Superior general de los Misioneros
Josefinos, a quien respetaba y honraba tanto más, cuanto que era su Superior inmediato, y era el
que, junto con el Consejo, formaba el Gobierno de todo el Instituto. Además, ella se acostumbró a
obedecer al señor san José en el Superior general, y al Superior general en el señor san José; por
esto profesó siempre a los superiores con una obediencia puntual, sumisión de juicio, con
verdadera voluntad; extendiéndola también por su fe para con sus Superiores al sonido de la
campana y aún al conocimiento de sus deseos.
Procuraba, además, como Superiora, que ésta su obediencia fuese la de todas sus hijas;
enseñándolas, además, que cada una obedeciera a su propia Superiora, a las oficialas de la casa, a
sus confesores y directores; y como cuidadosa directora de todas sus hijas procuraba que todo
esto se hiciera con la perfección marcada en nuestras santas Reglas; recordándoles además la
obediencia debida a los administradores y demás personas encargadas de los establecimientos
que el señor san José les había confiado.
III. Cómo se portó con los enfermos y necesitados.
Además de las virtudes que acabamos de referiros, mis muy amadas hijas, nuestra difunta
Superiora general estaba del todo persuadida que el servicio de los pobres era para las Hermanas
Josefinas una de las obligaciones más principales del Instituto, así como una fuente de los mayores
méritos para el cielo; por tanto, procuraba desempeñarlo con todo el cuidado y afecto que le era
posible, pues estaba muy bien persuadida que tan heroica ocupación es lo más agradable a Dios,
lo más útil al prójimo y lo más honroso para ella misma; y al mismo tiempo que era igualmente lo
más meritorio, porque todas podían aspirar a morir mártires de la caridad. Por esto, prácticamente
consideraba que había de servirlos como si sirviera al mismo Jesucristo; y como si de hecho
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sirviera a tan divina y sagrada persona, les llevaba la comida, les aplicaba los remedios, y los
trataba con dulzura, con compasión, con cordialidad, con respeto y con devoción; y esto aunque
los pobrecitos fueran enfadosos, o les sintiere repugnancia, o menos inclinación, o se viese de
ellos maltratada. Esto hacía que amara el servicio de los hospitales, que amara todas las
ocupaciones que ellos contienen, que haciéndole los diversos oficios de caridad, les diera palabras
de edificación, les exhortara a la paciencia, los dispusiera para una buena confesión, los preparara
para morir bien, o para vivir mejor, si el señor se dignaba conservarles la vida; y, además, según el
modo prescrito en sus Reglas, procuraba ganarlos a todos para Dios, habiendo hecho esto a veces
con tantas bendiciones del cielo, que a algunos logró que comenzaran a vivir muy cristianamente,
y aún que otros, dejando al mundo, tratarán de servir a un nuevo amo que les fuera más fiel que
éste mundo falaz y engañador a quien hasta entonces habían adorado.
IV. Cómo se portó con la niñez y juventud.
Aunque el fuerte principal de nuestra Madre era la más ardiente caridad para con los
pobres enfermos, sin embargo, resplandeció, no menos, la estrella de su caridad cuando la
obediencia, colocándola al frente de las escuelas y Colegios Josefinos, vivía entregada a la
instrucción y educación de la niñez y juventud. Ella decía muchas veces, y creía que debía ser como
axioma de nuestro santo Instituto, que instruir y educar a la niñez y a la juventud era otra de las
obligaciones más principales de las Hermanas Josefinas y que si los Superiores tuviesen ángeles en
el Instituto a estos debían ocupar para tan santa obra. Por consiguiente, colocada por la
obediencia en nuestra casa de Toluca desempeñó estos cargos perfectamente bien; y llena de
caridad al ver tanta niñez desvalida que concurría al asilo, les procuró todos los socorros que pudo,
vistiéndolos y aún dándoles de comer y a veces hasta el desayuno, lo que hizo que la señora
Javiera Pliego de Cortina se afiliara a sus deseos y comenzara desde entonces a dar mensualmente
la cantidad necesaria para la continuación de tan santa obra. Notaremos aquí que estos actos de
caridad se los bendecía Dios nuestro Señor con tanta abundancia, que la casa se puso desde
entonces en el estado más consolador, teniendo en aquella época un personal en el asilo de ciento
cuarenta niños, en las dos clases de las niñas pobres sesenta cada una y en el Colegio llegaron a
ser treinta y cinco las niñas del internado.
También notaremos aquí, como de paso, que a tan grande caridad que el señor san José
bendecía, en favor de la niñez desvalida, supo juntar con su prudencia, buen criterio y verdadera
caridad la instrucción y educación de la niñez y juventud de las niñas decentes, las que le
merecieron siempre cuidados muy especiales, que se los prodigaba con tanto acierto como fijeza.
Y obraba de ésta manera de un modo muy especial, porque se acordaba que nuestro santo
Instituto, ya desde el principio, si tiene a su cargo Escuelas Josefinas para los asilos y niños pobres,
tiene también los Colegios para las niñas decentes y de proporciones.
V. Cómo se portó con los protectores.
Nuestra Madre Superiora general, mis muy amadas hijas, jamás olvidó que el bienestar de
los pobres, la instrucción y educación de la niñez y juventud así como la prosperidad de cada casa
en particular, y aún de todo el Instituto en general dependían mucho de la prudencia que tienen
las Superioras en sus relaciones con los protectores. Por esto aconsejaba a sus hijas la admirable
práctica del mayor grado de sencillez y de humildad en todos los asuntos; porque ambas virtudes
ganan los corazones de todos; y si una Superiora comienza en una casa a experimentar muchas
dificultades para hacer el bien proviene de ordinario de que no tiene respecto de ellos una
conducta conforme a nuestras santas Reglas. Por esto las instrucciones sobre éste punto por
medio de cartas o ya de viva voz siempre que se le ofrecía favorable ocasión; y de este modo logró
formarse buenas Superioras que la secundaran en sus disposiciones; así como asegurar mejor la
paz y tranquilidad de los superiores, el bienestar de los pobres, los bienes indispensables para la
marcha feliz de toda la familia josefina, el bienestar de los pobres, y el aumento conveniente en la
283
instrucción y educación de la niñez y Juventud que el señor san José se digna enviar a nuestros
asilos, escuelas y Colegios.
VI. Cómo se portó con sus hijas y compañeras.
Tal vez en ninguna cosa brilló tanto su virtud, mis muy amadas hijas, como en la práctica
admirable de su caridad fraterna para con sus hijas y compañeras, verificándose, con toda verdad,
que ella cumplía con toda la ley, según lo expresan los libros santos, en favor de los que practican
la caridad fraterna. Ella, por tanto, amaba a todas sus hijas como hermanas unidas por nuestro
Señor para su servicio; ella hacía todo lo posible para conservar en todas la unión perfecta; echaba
con prontitud de su corazón todo movimiento de aversión o de envidia contra sus hermanas; se
guardaba bien de prorrumpir en palabra alguna desabrida u ofensiva; trataba a todas con
mansedumbre y respetuosa cordialidad, disimulaba gustosa las imperfecciones de sus
compañeras; se acomodaba cuanto podía a su dictamen y genio; y tenía particular cuidado en
manifestar mucha caridad a aquellas cuyo porte tenía menos simpatía con el suyo, porque con
esta condescendencia acompañada del sufrimiento ganó la voluntad de todas, hizo reinar la
verdadera caridad fraterna entre todas y dio por feliz resultado que todas comenzaran a amar más
y más nuestro santo Instituto, que amaran de un modo especialísimo la Casa central, y
continuando en su santa conducta, ha tenido el gran consuelo de ver en la hora de su muerte
aumentos muy extraordinarios en los establecimientos que tiene el Instituto, así como duplicado
el número de sus compañeras.
También como mujer de mucho carácter, de mucho gobierno, de mucha firmeza y de
mucha solicitud procuraba añadir la práctica de la más profunda humildad; por esto, si alguna vez
daba motivo de sentimiento a sus súbditas, luego se humillaba delante de Dios y lloraba su falta en
el tribunal de la penitencia; mas si alguna vez su falta se exteriorizaba, luego pedía perdón a la que
había ofendido; y si su falta, según su parecer, se había revestido con algún velo de gravedad o de
escándalo luego se ponía de rodillas; y además, en cumplimiento de su deber como Superiora de
todas, no se olvidaba de introducir entre sus hijas la práctica tan saludable de pedirse perdón de
las mutuas faltas que podían haberse inferido aun en ocasiones imprevistas para que reinara de
este modo entre todas la práctica de la verdadera caridad.
Ella, en suma, como Superiora general tuvo siempre un cuidado muy especial de las
Josefinas que estaban enfermas y encargaba en gran manera a las enfermeras que las cuidaran lo
mejor posible; y de su parte lo hacía tanto más cuanto que por efecto de su caridad las
consideraba como siervas venturosas de los pobres enfermos, como hijas de un mismo Padre que
es Dios, como hermanas propias de una misma madre que es el Instituto, como esposas de
Jesucristo Señor nuestro y como sus miembros enfermos; por esto, llena de la más ardiente
caridad les proporcionaba todos los socorros que estaban en su mano y de un modo muy especial
los espirituales, para que con la práctica de la caridad adquiriera la unión con Dios.
Hay todavía muchas otras cosas que podríamos decir de nuestra difunta Madre,
ejemplificando con sus hechos lo que tan sólo hemos anunciado; pero esto podremos hacerlo tan
sólo después que hayamos recibido las noticias que nos enviarán las hermanas de cada casa,
conforme nuestra Regla.
También debemos narrar los aumentos que tuvo el Instituto Josefino en los cinco años y
catorce días que lo gobernó; pues al comenzar ella su maternal gobierno, además de la Casa
central, tan sólo teníamos las casas de Huichapan, Jilotepec, San Agustín Tlaxco y San Ángel, las
que estaban servidas por setenta hermanas; pero ahora, con un personal de más de ciento
cuarenta Josefinas, tenemos los hospitales de la Beneficencia Española, el de San Andrés
Chalchicomula, y el de San Pedro Tlaquepaque en Guadalajara; tenemos las Escuelas Josefinas y
Colegios de Orizaba, Veracruz, Tabasco, San Cristóbal las Casas y Comitán; así como las de Toluca,
Santiago Tianguistenco y San Agustín del Palmar; y en esta capital tenemos también el muy
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acompañar todas nuestras operaciones, para que sean dignas de vida, de vida eterna; por la
segunda, le pedimos que nos libre del amor malo que se deriva de la concupiscencia de la carne,
de la concupiscencia de los ojos y de la soberbia de la vida y que nos llene del purísimo amor de
Jesús, María y José, y hace que intentemos amar a la Sagrada Familia con todo nuestro corazón,
con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.
Por medio del rezo fervoroso de éstas coronillas pedimos al señor san José los siete dones
del Espíritu Santo, para que las Josefinas entren poco a poco en posesión del santo temor de Dios,
del espíritu de piedad y de ciencia, del espíritu de fortaleza y de santo consejo y del espíritu de
entendimiento y de sabiduría.
A todo esto deben añadirse los Padre nuestros, Ave Marías y Señor san José gloriados, que
rezamos también, y la pequeña letanía del santo, todo lo que nos hace entrever que siendo una
devoción tan apropiada a nuestras necesidades hemos de tomar la firme resolución de rezarla
diariamente; y os encomendamos que no sólo la recéis como la reza la Casa madre, sino aún en las
mismas horas en que nosotras la rezamos. De ésta manera nos atraeremos de un modo muy
especial las bendiciones de nuestro gran padre el señor san José en favor de nuestro santo
Instituto y bendiciones que hemos de pedirlas de un modo muy especial en favor de nuestro gran
protector, el Ilustrísimo Señor Doctor don Próspero María Alarcón, dignísimo Arzobispo de México,
para que correspondamos de algún modo a los beneficios que nos dispensa.
En fin, padre mío, señor san José, desde tu trono glorioso bendice a nuestro padre
fundador, a todos tus hijos e hijas, a todas tus casas Josefinas, a todas tus obras, a todas las niñas y
pequeñitos del asilo y haz que te amen y te glorifiquen por toda la eternidad, para que después de
haber cumplido con nuestros deberes, vayamos a verte allá en el cielo, donde jamás te
perderemos, por los siglos de los siglos. Amén.
Soy, mis muy amadas hijas en el amor de Jesús, María y José, vuestra humilde servidora.
Josefa Pérez.
Superiora general.
El p. Vilaseca ordena a sor Josefa Pérez que mande a sor Aurelia Serrano
a la botica de la Beneficencia Española.
El p. Vilaseca comunica a sor Josefa Pérez que hoy van a ver el hospital de
Regina para recibirlo el miércoles 19 de julio de 1893.
hecho, he creído conveniente determinar la santa Visita; ya porque como comenzamos a ser, es
necesario establecer la observancia no sólo lo menos mal posible, sino de la manera que sea más
conveniente y acertada; así también porque nuestra pequeña Compañía comienza a crecer de la
manera más consoladora y es necesario comunicarle, el espíritu que le es propio. Además de la
observancia regular, que por ésta vez nos fijaremos principalmente en el orden del día según está
marcado en nuestras Reglas; pondremos además muy particular atención al uso de los intereses
que maneja cada casa, establecimiento o Colegio, sea en cuanto son ellos bienes de los pobres, los
cuales como no son nuestros, hemos de manejarlos de modo que no sólo no minoren en lo más
mínimo, y no haya en su manejo el menor desperdicio; sino que antes bien ellos aumenten y se
multipliquen, y se empleen según la voluntad de los fundadores o donantes, sobre los que nos
hablan de una manera muy instructiva las santas Reglas que nos dicen:
" No podrán prestar o pedir prestado; dar o recibir, o empeñar cosa alguna sin licencia;
porque esto seria usar de alguna cosa como propia, lo cual es contra la pobreza que profesamos; y
ésta prohibición se extiende aun a cosas pequeñas, como rosarios, medallas, estampas y demás
cosas semejantes.
"Nadie podrá servirse de sus bienes para comprar alguna cosa o para dar limosna, o para
hacer alguna obra buena, sin la correspondiente licencia. Nadie tendrá cosa alguna como propia
en su poder; nadie podrá conservar cosa alguna en poder de otros, sin la voluntad de la Superiora;
nadie podrá usar de cosas superfluas, y ni siquiera tenerlas en su poder o en el de otras; y todas
procurarán despegar su corazón aun de las cosas necesarias.
"Además, tratando más en particular sobre los señores administradores, las Reglas nos
dicen: la Hermana Superiora no debe olvidar que el bienestar de los pobres, la instrucción y
educación de la niñez y de la juventud, así como la prosperidad de la Casa, depende mucho,
mucho de la prudencia que ella tendrá en las relaciones con los Administradores.
"La experiencia prueba que la mayor parte de las dificultades que una Superiora puede
experimentar por su parte para hacer el bien, proviene de que no tiene respecto a ellos, una
conducta conforme a las santas Reglas y a las recomendaciones que hemos dado ya de viva voz, ya
por medio de cartas, ya en diversas ocasiones cuando os hemos predicado; por esto vamos a
recordarlo de nuevo, para asegurar mejor la paz y tranquilidad de los Superiores, el bienestar de
los pobres; y la verdadera enseñanza y educación que debemos a la niñez y a la juventud que el
señor san José se digna enviar a nuestros Hospitales, Asilos, Escuelas y Colegios.
"Para evitar siempre todo rompimiento con los Administradores, se acordará que les debe
plena obediencia en lo que pertenece a la instrucción y educación de la juventud y al servicio de
los pobres; porque ella en su Casa ocupa el lugar de los Administradores, y es el instrumento que
ejecuta su voluntad y sus decisiones; debe, por tanto, hacerse gran cargo de conciencia al
apartarse de ellas. Si encuentra dificultades debe manifestárselas con toda sencillez y sujetarse a
las resoluciones que ellos juzgaren prudente tomar. Con la sumisión y obediencia se obtiene de
Dios el que desaparezcan, y la pena que se ha experimentado se convierte en un tesoro de méritos
preciosos para el cielo. Además como la virtud ejerce un grande imperio sobre los espíritus y
corazones, siendo una Superiora virtuosa y paciente, acabará siempre por ganar el aprecio de los
Administradores, y este aprecio hará desaparecer poco a poco los obstáculos que se opongan al
bien. Evitará el quejarse de su conducta y cuidará de que sus compañeras hagan lo propio; porque
de una queja que llegase a sus oídos, podría resultar el agriarse más las dificultades que se
presentan a su disposición, y podrían de queja en queja acabar con el bien que se hace.
"La condición esencial para ganar la confianza de los Administradores no solo es la gratitud
en las relaciones de la Superiora para con ellos, si que también el espíritu de verdadera sencillez;
porque ambas virtudes tienen tal atractivo, que nadie puede resistirlas; y como el mundo está
acostumbrado a la doblez no puede menos de admirar una conducta contraria y concederle su
288
simpatía. Por otra parte las personas del mundo descubren muy pronto los rodeos que se usan con
ellos, y una vez descubiertos es casi imposible obtener su confianza. Si una Superiora no tiene
sinceridad con los Administradores, no se tardará en sospechar de ella; y esta sospecha sola, dará
lugar a una desconfianza que será el origen de mil dificultades que se presentarán continuamente;
y si se alega que alguna vez hay graves inconvenientes para decírselo todo, debe confesarse que
las hay mucho mayores para ocultar algo; y Dios no puede bendecir a una Superiora que olvida el
carácter distintivo de su vocación, que es la práctica de la sencillez no solo para con Dios, sí que
también para con las personas. Después de haber pasado algún tiempo obrando con doblez, una
circunstancia imprevista, un cambio en el personal de la administración, una indiscreción de una
persona con cuya prudencia se contaba, dan lugar a que una cosa oculta se descubra, y toda una
casa, a menudo también todo el Instituto mismo, se encuentra comprometido en su honor y
delicadeza. Dios permite esto para manifestar y confundir a la disimulación y a la doblez; y para
impedir que se propaguen en un Instituto que debe atraer toda su prosperidad y consideración de
la virtud de la sencillez y de la verdad. En fin, la humildad de la Superiora, no es menos propia que
la sencillez, para conseguir grandes ventajas en favor del bien de los pobres y de la juventud; por
tanto, para hacer frecuentes actos de esta virtud para con los Administradores, renunciará a sus
propias ideas, aceptará sin resistirse y aun con reconocimiento, sus observaciones; confesará
francamente sus equivocaciones y aun las de sus compañeras; soportará sin quejarse sus
reprensiones aunque para ellas no hubiese dado motivos; y si bien es verdad que todo esto cuesta,
sin duda a la naturaleza; pero es muy apropósito para adquirir estimación y confianza; y aun se
puede decir que sin ella es casi imposible obtenerlas. Si este modo de obrar lo resiste el orgullo y
el amor propio; no es menos cierto que la humildad hace que se dobleguen los genios más
difíciles; y así como los santos han vencido muchas dificultades con el ejercicio de esta virtud, y se
puede decir que, si hicieron cosas tan grandes, fue porque fueron profundamente humildes; así
también una Hermana Josefina Superiora que sepa servirse de la humildad, obtendrá los mismos
buenos sucesos, y pronto vera desaparecer los obstáculos que encuentra en la práctica del bien;
porque siempre será cierto, que no solo el hombre más altivo no puede resistir a la humildad; sino
que aun el mismo Dios concede su gracia a los humildes y los exalta con la victoria. Debe por
tanto, una Hermana Superiora, obrar siempre con humildad respecto a los Administradores: y no
debe vacilar en pedirles perdón, aunque inocentemente los haya contristado, ni debe poner
menor cuidado en que todas sus relaciones con ellos manifiesten la deferencia, el respeto y la
sumisión que les tiene. Obrando así, obtendrá las bendiciones del cielo y hará prosperar su Casa; al
paso que obrando lo contrario, puede desgraciar las empresas mejor concertadas, y comprometer
el bienestar de los pobres y de la importante juventud que se le haya confiado. En fin, en el caso
que los Administradores o personas caritativas le propusiesen emprender nuevas obras o
aumentarlas añadiendo algo a las que ya existen, pedirá tiempo para pensarlo; e informará en
seguida a los Superiores mayores, cuya contestación esperará para dar la suya. Igualmente evitará
emprender alguna obra sin haberles manifestado sus proyectos y recibido su contestación
afirmativa, y con ella la bendición del señor san José: y si esta ha de ser su conducta con los
Administradores, está claro que esta misma conducta y mucho más ha de ser con los Fundadores".
Por esto mismo desde el principio de las Reglas de su oficio se le inculca lo mismo
diciéndoles: "Ella dirigirá el gasto de cada Casa según sus Reglas, recibiendo los fondos que
hubiere, así como haciendo los correspondientes pagos, y llevando con exactitud el
correspondiente libro del diario, en el que constarán las entradas y salidas, cerrando las cuentas al
fin de cada mes.
La otra clase de bienes son los que podemos llamar bienes nuestros; bienes particulares
que nos pertenezcan por herencia, por donación o por cualquier otro motivo; y bienes generales
que son dados al Instituto, por las cantidades que nos tienen señaladas los fundadores o
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directores de las Casas, Hospitales, Asilos y Orfanatorios; y hemos de saber que tanto unos bienes
como otros, no pertenecen a ningún particular, y ni siquiera a la Superiora de la casa que los
tuviere; sino que ésta ha de obrar en un todo acerca de ellos, conforme el voto de pobreza, al paso
que disponer de ellos la Superiora de otra manera, sería lo mismo que gravar su conciencia, y esto
sería más o menos grave según la cantidad de que se tratare, y el uso que se hiciere de ellos; y si
entre nosotros no hay lo que acerca de otras comunidades se llaman ciertos bienes, bienes de
manos muertas, porque nuestros bienes reconocen un dueño individual; así también acerca del
uso de dichos bienes nos obliga el voto de pobreza según la Regla.
Afortunadamente no tenemos que inventar cosa alguna, sino que cada Superiora
particular encuentra su conducta trazada en las Reglas propias de su oficio, por esto les
recomendamos de un modo especial en los números siguientes. Tendrá una gran celo para
procurar el bienestar de los pobres, de las clases y de la niñez que ellas educan, instruyen y cuidan
y ella procurará con todas sus fuerzas el desarrollo de todas la buenas obras de su
Establecimiento. Para este efecto, no escaseará, ni pasos ni diligencia, para con los
administradores y almas caritativas, con el fin de obtener recursos para hacer el bien. Se hará toda
para todos, para animarlos a ejercer la caridad e interesarlos en favor de los pobres y de la
juventud, y como encargada de sus intereses tiene la misión de solicitar por ellos y defenderlos; y
se impondrá el deber de practicar con empeño y de sacrificar su descanso, su tranquilidad y sus
repugnancias, a fin de relacionarse con las personas caritativas que le procuren los medios para
hacer el bien.
Dios mediante, unos días después de los santos ejercicios de agosto, comenzaremos la
santa visita por el Asilo de Mendigos, Beneficencia Española, San Ángel y Hospital de Regina: y
recomendamos de un modo especial a todas las Superioras que tengan bien arreglados los libros
de las cuentas de los bienes de los pobres, y en otro las cuentas de las cantidades recibidas cada
mes; así como las empleadas en sus compañeras, y las remitidas a la Casa central para la marcha
del seminario, la alimentación y estudio de las que estudian, y demás gastos que debe erogar en
favor de las obras josefinas; notando también el sobrante que existe en caja; así la Superiora
quedará tranquila en su conciencia, por haber obrado en un todo conforme el voto de pobreza
que hemos profesado.
Concluimos mis carísimas Hermanas, recordándoos el modo de recibir la santa visita, el
que está marcado en la Regla que dice: Cuando los Superiores mayores juzgaren necesario enviar
al visitador o una de sus oficialas a su Casa, para tratar de algún negocio, o para ver si está todo en
orden, recibirá con agrado a cualquiera que haya de desempeñar esta misión. Se conducirá con
entera confianza y sumisión filial, como lo haría con los Superiores mayores, dándole fielmente,
cuenta de todo, respondiendo con entera sencillez a sus preguntas, enseñándole sus libros de
cuentas, y dándole todas las noticias que le será útil saber. No solamente evitará el dar a entender
a sus compañeras que teme el informe que pueden darle, sino que al contrario, las exhortará a
que le digan todo lo que su conciencia les inspire deber de decir para el mayor bien de la Casa;
dejándolas por tanto, en entera libertad de hacer su comunicación con ellos, cuantas veces lo
desearen. Si lo hiciera de otro modo y se condujera distinto de lo que esta Regla le manda, se
expondría a que la visita no tuviese el buen resultado debido, haría nulas y sin fruto las gracias que
le acompañan, y sería culpable delante de Dios de haber impedido el bien que de ella habría
podido resultar. También queremos recordar que según la Regla pecaría contra las intenciones de
sus Superiores, contra el espíritu de su estado y contra el voto de obediencia. Si después de la
visita recibe avisos de sus Superiores, los oirá con respeto y reconocimiento, aplicándose en
ponerlos en práctica: si debe quitar algunos abusos que hubiera consentido o tolerado antes, no
tema por esto quedar menos respetada de sus compañeras; al contrario, se edificarán de su
obediencia y Dios bendecirá el buen ejemplo que les dará inspirándoles hacia ella una mayor
290
[Agosto de 1893]
- Es necesario trabajar con toda fuerza de voluntad para quitar todas las deudas de las
casas, porque éstas, tarde o temprano, después de dar ninguna utilidad, causan no pocos
quebraderos de cabeza.
[Sin firma]
El p. Vilaseca paga a sor Josefa Pérez 40 entregas del libro Fin del hombre
y la mujer.
11 de noviembre de 1893.
Vale por cuarenta entregas de la
Entrega, 1a. del Fin del hombre y de la mujer.
José María Vilaseca.
Fatal resultado de las jóvenes hermosas, por esto conviene encargarlas de un modo muy
especial, que sean modestísimas, ojalá que así suceda con todas las Josefinas. Amén.
[Sin firma]
El p. Vilaseca redacta una circular que debe mandar sor Josefa Pérez a
todas las Hermanas Josefinas para comunicarles que ha nombrado a sor
Patrocinio Licea como Ecónoma general.
Consejo las debidas cuentas en el tiempo oportuno; y de este modo la Casa central pueda cubrir
sus compromisos y facilitar nuevos aumentos a nuestro santo Instituto.
Que Jesús, María y José sea siempre con nosotros, son los deseos de su afectísima
hermana que la bendice.
[Sin firma]
Nota del p. Vilaseca en carta de Dolores Sánchez que desea entrar con las
Josefinas.
Junio de 1894.
Personal de las Hijas de María y José y las casas que dirigen hasta el mes de junio de 1894.
Casa central
Fundada en 1872
Educandas, niñas de oficio y externado: 328.
1. Superiora general, Josefa Pérez
2. Patrocinio Licea
3. Carmen Castillo
4. Josefa Legorreta
5. Dolores Cataño
6. Paula Zarza
7. Jesús Jaramillo
8. Rosario Gómez
9. Cruz Avilez
10. Concepción Cadena
11. Angela Rojas
12. Asunción Rayado
13. Julia Manríquez
14. Natalia Mejía
15. Beatriz Flores
16. Teresa Quinto
17. Margarita Hernández
18. Virginia Ruiz
19. Luisa Mier y Terán
20. Ana Gómez
21. Asunción Fabila
22. Magdalena Magaña
23. Teresa Ruiz
24. Josefina Domínguez
25. Jesús Marroquín
26. Luisa Vallejo
27. Dolores Fonseca
28. Matilde Segura
29. Eulalia Segura
30. Josefa Sandoval
Seminaristas:
1. Ramona Iturbe
2. Luisa Río de la Loza
3. Leonor Coria
4. Dolores García
5. Dolores Hernández
6. Josefa Guerra
7. María Armendarez
8. Paula García
299
9. Guadalupe Mata
10. Teodora Tello
11. Isabel Albores
12. Clotilde Gutiérrez
13. Delfina Díaz
14. Concepción Valdez
15. María Pérez
16. Esperanza López
17. Angela Osorio
18. Refugio Ramírez
19. Genoveva Ruiz
20. Maura Carrillo
21. Carmen Hernández
22. Juana Gutiérrez
23. Josefa Zamudio
24. Merced Martínez
25. Luz Sánchez
Huichapan
Fundada el 15 de diciembre de 1878
Niñas externas 80.
1. Superiora: Antonia Mendoza
2. Magdalena Figueroa
San Angel
Fundada el 22 de abril de 1884
Internas, externas y asilo: 160
1. Superiora: Jesús Uribe
2. Carmen Serrano
3. Flora Rodríguez
4. Amparo López
5. Josefina Alva
Toluca
Fundada el 19 de mayo de 1884
Internado, externado y asilo: 287
1. Superiora: Teresa Gutiérrez
2. Catalina Ch. Valenzuela
3. María Amézaga
4. Paula Villegas
5. Genoveva Ramírez
6. María Reza
7. Mauricia Rivero
Jilotepec Abasolo
Fundada el 19 de febrero de 1885
Internado, externado y Asilo: 122
1. Superiora: Jesús García
2. María Argüello
3. Dolores Mondragón
Asilo de Mendigos
Fundado el 5 de agosto de 1885
300
2. Josefina Argudín
3. Ester Coutiño
4. Margarita Solano
San Juan Bautista, Tabasco
Fundada el 29 de julio de 1891
Externado y asilo: 113
1. Superiora: Agustina Santamaría
2. Pilar Rivas
3. Concepción Durán
Cunduacán
Fundada el 29 de julio de 1991
Externas: 42
1. Superiora: Jesús Galván
2. Gertrudis Sánchez
San Cristóbal las Casas
Fundada el 25 de agosto de 1892
Internado, externado y asilo: 219
1. Superiora: Magdalena Ballesteros
2. Catalina Velázquez
3. María Rosales
4. Feliciana Corona
5. Trinidad Llamas
6. Teresa Rocha
7. Genoveva Gálvez
Comitán
Fundada el 25 de agosto de 1892
Externado, internado y asilo: 100
1. Superiora: Imelda Nandín
2. Encarnación Lugando
3. Irene Figueroa
4. Dolores Amezcua
5. Guadalupe Carmona
6. Luz Nava
San Andrés Chalchicomula
Hospital fundado el 1 de enero de 1893
Enfermos: 25, escuelas: 80
1. Superiora: Teresa Vélez
2. Francisca Ruiz
3. Magdalena Ruiz
4. Patrocinio Rodríguez
5. Margarita Coutiño
Guadalajara
Hospital fundado el 8 de abril de 1893
Enfermos: 40
1. Superiora: María Serrano
2. Aurelia Serrano
3. María Bernal
4. Cayetana Moncada
302
5. Francisca Pineda
6. Catalina Hernández
Hospital Concepción Beistegui
Fundado el 19 de julio de 1893
Enfermos: 60
1. Superiora: Eulalia Tapia
2. Soledad Lizarriturri
3. Margarita Tovar
4. Martina Orozco
5. Amalia Pantoja
6. Rosario Ramírez
7. Virginia Flores
8. Victoria Lomelí
9. Juliana Ramírez
10. Margarita González
Tecamachalco
Fundada el 19 de febrero de 1894
Externas: 106
1. Superiora: Antonia Corral
2. Concepción Monterrubio
3. Soledad Vega
Batopilas
Fundada el 19 de marzo de 1894
Escuelas: No sabemos el personal
1. Superiora: Rafaela Enríquez
2. Jesús Pérez
3. Luz Hernández
4. Ester Velázquez
5. Clara Ramírez
6. María Rivero
San Agustín del Palmar
Fundada el 1 de mayo de 1894
Externados: 56
1. Superiora: Isabel López
2. Margarita Cadena
3. Cecilia Alvaro
Azcapotzalco
Fundada el 1 de mayo de 1894
Externado: 25
1. Superiora: Angela Garduño
2. Carmen Morante
3. Rosalía Vázquez
El número total de casas: 21.
El número total de Hermanas: 164.
Coadjutoras: 2.
- Conforme:
- José María Vilaseca.
Ita esse bono animo et gratulantes testamur Mexici, die octava Augusti, anni 1894.
303
[1 de agosto de 1894]
305
[1895]
Promotor:
El libro 1º de los recibos provisionales se nos perdió en la persecución que sufrieron con
las Josefinas en los días de Sor Sara; y por esto no lo puedo remitir pero Promotor, creo que por el
2º libro de dichos recibos provisionales le constará a usted la verdad de los hechos y que como en
mala hora se nos condenó a pagar, lo que en verdad no se adeuda:
1. Porque las Hermanas Josefinas no son monjas.
2. Porque ellas no reciben dotes.
3. Porque no ponen a rédito ninguna cantidad, sino que todo lo que entregan las
Postulantes, todo se consume en ropa, alimentos y demás gastos.
4. Porque así se hace el contrato con todas las que se reciben; pues se consume a razón de
$150.00 anuales.
5. Porque la misma Iglesia ha determinado además que no haya semejantes dotes en las
nuevas Congregaciones.
Por todo esto, apelé de la resolución del señor Secretario, que me pareció altamente
injusta obligándome a pagar lo que no existe, sino que la que quejosa se lo comió; y apelé también
porque existe una resolución de la sagrada Congregación resolviendo que no ha lugar a resolución
alguna.
Siento que mis palabras lo hayan molestado como lo veo por su carta pero le suplico que
me disimule, porque mi fin no fue otro, que obrar según los disposiciones de la Sagrada Mitra.
[Sin firma]
[1895]
1. Además, considerando que existe un contrato con ella misma de que el dinero habría de
consumirse por mensualidades y lo compensa con la diferencia de que el dinero según nosotros
debía consumirse a razón de 150$ anuales, y ella dice que 120.
312
2. Que en esta inteligencia pasó todo el tiempo de prueba, y aún estuvo en la misma
inteligencia, al entregar dicha cantidad hallándose ella enteramente persuadida de ella.
3. Que la cantidad no llegaba a formar dote, y por tanto, debía emplearse para los usos
comunes como se empleo.
Que la Institución fue aprobada: 1º de hecho dando el señor Arzobispo una casa...
bendiciendo el oratorio su Señoría, y haciendo la erección de él el mismo señor Arzobispo en
persona...
4. Que además de esta prueba de hecho existe un documento firmado por el señor
Arzobispo y su secretario, en el que no solo aprueba de nuevo dicha Institución sino que por su
puño y firma la aprueba de nuevo, la alaba por sus trabajos, y la recomienda a la Santa Sede, para
que le dé su sanción apostólica...
5. Que en fuerza de dicho documento, que la Santa Sede recibió se dio al fundador el título
de su superior general...
6. Que de hecho comenzaron los trabajos en Roma, y dos veces se ha contestado
oficialmente a sus fundador por la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares.
7. Que finalmente hay esperanzas positivas de que en este mismo año venga la aprobación
apostólica.. De todo lo que se concluye que nada...
[Sin firma]
Informe del p. Vilaseca sobre el dinero que dice Rosa María Gutiérrez que
él le debe.
[1895]
CONSIDERANDO:
1. Que ni conozco siquiera a la persona, ni por mí, ni por conducto de otra le pedí cosa
alguna.
2. Que su hermana obraba como Superiora, que hizo las obras y que a mi me quedo
debiendo muy cerca de $600.00.
3. Que jamás ordené que se internara.
4. Que los libros que presenta nada dicen de que yo deba.
5. Que aún diciéndolo, nada probarían, porque no son los libros que ella llevaba, sino que
unos días antes de irse su hermano los arregló como quiso.
6. Que me reservo los derechos de pedir a la testamentaria cuanto me pertenece que ella
me prometió devolverme dentro de tres o cuatro meses.
[Sin firma]
[1895]
Orden de la procesión para el día de Corpus.
1. La música que irá adelante.
2. Don Pablo con el estandarte, seguido de todas sus socias de la Asociación.
3. El estandarte de los niños.- los niños y niñas del asilo -y el niño Jesús en andas.
4. Los niños y niñas del Asilo de mendigos.
5. Estandarte de las Hijas de María con las niñas con flores.
6. Los siete arcángeles con la santísima Virgen María.
7. Niñas con los velos prendidos y sus velas.
8. El estandarte de las Josefinas -las novicias- y el resto de las Hermanas Josefinas, la
Superiora general con los miembros del Consejo.
9. La cruz, ciriales y niños del Colegio -los de sotana- y todos los misioneros- todos éstos
con velas -los maestros de ceremonias-incensarios- y el palio con el Santísimo. El resto de la gente
irá detrás.
[Sin firma]
25 de enero de 1895.
La Congregación de las Hermanas, Hijas de María y del Señor San José, se propone los
fines siguientes:
1º. La perfección de sus individuos, trabajando como María y José en conservar a Jesús en
nosotras mismas, dándoles posesión entera de nuestro corazón.
2º. Procurar la salvación de las almas por medio de la oración, mortificaciones, asilos,
hospitales, escuelas, clases nocturnas, clases dominicales, Colegios y demás medios aprobados por
nuestros Superiores.
3º. Asistir en sus casa propias a los enfermos de toda clase de enfermedad, aunque sean
enfermedades contagiosas.
4º. Dar ejercicios espirituales en sus casas a las mujeres pobres y más abandonadas de la
sociedad.
5º. Ayudar, por medio de nuestros establecimientos, a la conversión de los indios
bárbaros.
6º. En las tandas de ejercicios se han casado... primeras comuniones.
7º. Asistiendo a los enfermos de tifo se han contagiado y han fallecido Sor Catalina
Estrada, Sor Luz Alcántara, Sor Carmen Hernández, Sor Felicitas Ramírez, Juana Perea, Sor
Francisca Reyes, Sor Luisa Razo.
8º. En casos necesarios podemos hacernos cargo de las mujeres arrepentidas, como
314
siempre lo hemos hecho, aunque en muy pequeña escala por razón de las circunstancias que
atravesamos por parte de los gobiernos y demás enemigos de la religión que de tantos modos
persiguen a las comunidades religiosas.
De todo lo que, como Superiora General, doy fe, el día 25 de enero de 1895.
Josefa Pérez
Superiora General
467) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR REFUGIO MEJÍA, SOR TERESA Y
SOR EULALIA, MÉXICO, 8 DE FEBRERO DE 1895; ORIGINAL AGHJ.
18 de febrero de 1895.
Sor Josefa
Pueden ustedes entregar al dador de la presente Antonio Reyes, las dos niñas de Huatulco
de las que habla el Señor Cura Sabino Chávez. [Álvarez]
Su afectísimo
José María Vilaseca.
316
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que llegó bien a
México. Que ya llegaron las medallas propias para las Josefinas y se las
repartirá en la fiesta de San José. Que ayude a la Casa central y a él para
el Colegio Preparatorio. Que ganen vocaciones con su ejemplo, como las
que han llegado de Ahualulco, Chiapas y Comitán.
El p. Vilaseca desea ver con urgencia a sor Josefa Pérez y sor Patrocinio
Licea.
1 de marzo de 1895.
Sor Josefa Pérez.
Véngase lo más pronto que pueda con Sor Patrocinio para el arreglo del negocio que usted
sabe y el de los estudios.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
317
[Abril de 1895]
319
pobres, y la debida instrucción y educación, que tanto necesitamos para cumplir con nuestras
santas Reglas; acudimos a vos, oh amantísimo José, esposo verdadero de la gran Madre de Dios y
padre virginal de Jesús; para que mirándonos con ojos de misericordia, nos protejáis con el manto
de vuestro patrocinio.
Dignaos, oh gran santo, conceder a vuestras hijas las gracias que os hemos pedido, y que
en adelante este Instituto os pertenezca del todo, y que todas seamos perfectamente vuestras,
cual corresponde a hijas predilectas de vuestro bondadosísimo corazón, para que obremos en un
todo según vuestras inspiraciones, y de esta manera hagamos siempre la santísima voluntad de
Dios.
Acordaos de todas nosotras, oh bondadosísimo padre nuestro san José, y con el poder de
vuestro patrocinio y protección, interceded ante vuestro divino Hijo, y vuestra purísima esposa la
santísima Virgen María, para que este Instituto sea todo vuestro y agrade además en todas sus
obras a María y a Jesús que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén, Jesús, María y José.
Este acto de consagración que ha arreglado para nosotras nuestro muy honorable Padre y
Fundador, tiene el gusto de remitirlo impreso a todas las casas del Instituto, para que todas las
Josefinas nos aprovechemos de él.
Sor Josefa Pérez V.
Superiora general.
477) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO 12 DE MAYO
DE 1895; ORIGINAL AGHJ
478) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 12 DE MAYOR
DE 1895; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que la felicita por
sus trabajos y la anima a progresar en la virtud como Cesárea Esparza.
Acaba de dar ejercicios a 60 Josefinas, que por vez primera los hicieron
en el noviciado.
22 de agosto de 1895
Escriba lo ocurrido, en caso urgente avise cura Ordoñes.
[Sin firma]
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que le tenga preparadas las cosas de
iglesia para Chihuahua porque sale el 10 del corriente.
7 de septiembre de 1895.
Sor Josefa.
Que la Sacristana me tenga preparadas las cosas de iglesia para Chihuahua, porque
saldremos lo más tardar el día 10 del corriente.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciba a Jesús Maldonado para
Josefina.
29 de octubre de 1895.
Sor Josefa Pérez.
Sírvase recibir a Jesús Maldonado que acompañada de su hermano, quien dejó ochenta
pesos, cincuenta para gastos y los treinta para los meses de noviembre, diciembre y enero, pasa a
esa Casa central de las Hermanas Josefinas, para ingresar en el Instituto.
Su afectísimo
José María Vilaseca
324
2 de noviembre de 1895.
A Sor Josefa Pérez.
Por ser sábado no puedo pasar a esa, pero dígame si la postulante de Querétaro se ha ido,
porque en este caso tengo que devolver los ochenta pesos.
Su afectísimo
José María Vilaseca
Josefinas, y todo en vista del grande bien que hacen en sus respectivas Diócesis.
Personal y casas del Instituto de las
Hermanas Hijas de María y de José (O Josefinas)
I. Casa central, fundada el 22 de septiembre de 1872.
1. Superiora general, Sor Josefa Pérez - - - - 1
2. Sor Patrocinio Licea. - - - - - - 2
3. Sor Josefa Legorreta. - - - - - - 3
4. Sor Dolores Cataño. - - - - - - 4
5. Sor Jesús Jaramillo. - - - - - - 5
6. Sor Rosario Gómez. - - - - - - 6
7. Sor Cruz Avilez. - - - - - - - 7
8. Sor Angela Rojas. - - - - - - 8
9. Sor Natalia Mejía. - - - - - - 9
10. Sor Teresa Quinto. - - - - - - 10
11. Sor Margarita Cadena. - - - - - - 11
12. Sor Eulalia Segura. - - - - - - 12
13. Sor Margarita Hernández. - - - - - 13
14. Sor Gertrudis Sánchez - - - - - - 14
15. Sor Virginia Ruiz. - - - - - - 15
16. Sor Enriqueta Hinojosa. - - - - - 16
17. Sor Josefa Alvarado. - - - - - - 17
18. Sor María Bernal. - - - - - - 18
19. Sor Luz García. - - - - - - - 19
20. Sor Genoveva Ramírez - - - - - - 20
21. Sor Ramona Iturbe. - - - - - - 21
22. Sor María Amézaga - - - - - - 22
23. Sor Margarita Solano - - - - - - 23
24. Sor Martina Orozco. - - - - - - 24
25. Sor Rosario Ramírez. - - - - - - 25
26. Sor Concepción Ruiz. - - - - - - 26
27. Sor Jesús Marroquín. - - - - - - 27
28. Sor María Armendarez. - - - - - 28
29. Sor Clotilde Gutiérrez. - - - - - - 29
30. Sor Esperanza López. - - - - - - 30
31. Sor Angela Osorio. - - - - - - 31
32. - Sor María Pérez. - - - - - - 32
33. Sor Leonor Coria. - - - - - - 33
34. Sor Carmen Hernández. - - - - - 34
35. Sor Guadalupe Carrillo. - - - - - 35
36. Sor Manuela Iturbe. - - - - - - 36
37. Sor Dolores Arteaga. - - - - - - 37
38. Sor Isabel Vázquez. - - - - - - 38
39. Sor Jesús Ponce. - - - - - - - 39
II. Seminario y Casa Asilo de San José del Buen Consejo, en México, fundado el 19 de
marzo de 1895.
1. Superiora Sor Carmen Castillo - - - - - 40
2. Sor Sacramento Martínez. - - - - - 41
3. Sor Luisa Río de la Loza. - - - - - 42
326
Ejemplo. La muy edificante sor Luz Alcántara, que murió en la flor de su edad, víctima de la
caridad fraterna, por haber muerto contagiada del tifo, después de haber salvado con los cuidados
más solícitos y con su vocación más fervorosa al tifoideo, que por mandato con otra de sus
Hermanas Josefinas, fue a asistirlo por obediencia. Ingresó en la comunidad, hizo su noviciado con
mucha aplicación, muy dada a la lectura, a la oración y a instruirse lo más posible, para po der ser
útil a los pobres niños y niñas que la obediencia le encomendara. Concluido su noviciado y hechos
sus santos votos, se dedicó a los estudios, y los hizo con tanto empeño, solicitud y prudencia, que
sufrió su examen de instrucción primaria, y el resultado de sus exámenes se inscribió en el libro de
las profesoras josefinas. Desde luego comenzó a ser útil a la comunidad, ya como ayudante de
alguna clase, ya puesta al frente de la escuela, ya confiándole en otro cargo y ocupaciones en favor
de la caridad de la niñez y juventud; y en este tiempo determinó el Consejo del Instituto
concederle la gracia de hacer los últimos votos, y desde entonces quedó en la comunidad como
una de las columnas destinadas a toda clase de trabajos y aun a marchar a Roma, para el bien del
Instituto, cuando los superiores lo creían conveniente. ¡Oh, cuán distintos son los juicios de Dios
de los juicios de los hombres! Pues en este caso y con relación hizo Dios que los superiores
determinasen consagrarla al servicio de los pobres enfermos de enfermedad contagiosa; porque
en vista de sus pocos años, de los modales finos y respetuosos, cierta belleza encantadora y un no
sé qué de angelical inocencia que se veía en ella con solo verla, los superiores habían determinado
guardarla en los colegios y escuelas hasta que hubiese llegado a mayor edad; pero las necesidades
de una especie de epidemia de tifoideos, las muchas Hermanas Josefinas que ya estaban con los
enfermos y las súplicas de sor Luz Alcántara hicieron a los superiores mudar de parecer. El primer
enfermo se le murió; el segundo, tercero y cuarto se le murieron también; y desconsolada gemía
diciendo: que no era buena ni para salvar a un enfermo. Se hizo cargo del quinto enfermo, llega a
la Casa Central diciendo que el tifoso estaba ya salvo; y a los dos días cae en cama de un tifo tan
maligno, que recibe los santos sacramentos con una devoción angelical, renueva sus últimos votos
y muere alegre y contenta la muerte de los justos. Amén Jesús, María y José.
331
Ejemplo. La muy edificante hermana josefina, sor Concepción Castillo, entre sus muchas
virtudes bien podemos creer que allá en el cielo, recibió una gloria especial por su mansedumbre,
que siempre iba acompañada de la paz, dulzura, suavidad y de una sencillez tan columbina, que
parecía un niño. Ella fue aprendiendo diversos ramos, aun de la instrucción secundaria, y había
hecho grandes adelantos en la pintura y dibujo; y sobre todo se distinguía por su modo admirable
con que dirigía una escuela y esto sin quejas contra las niñas, sin lamentos por sus travesuras y sin
aquel espíritu de rigor que ciertas maestras quieren que sea como la parte dominante de la
escuela, sino que seguía un camino diametralmente opuesto; y ello es cierto que con su
extraordinaria mansedumbre todo lo dominaba, y las niñas aumentaban en sus clases, las tenía del
todo contentas, reinaba en su escuela la alegría angelical, que junto con las clases de lectura,
escritura, cuentas y demás ramos, aprendían también de ella la admirable mansedumbre; y
podemos decir que sus alumnas, ya grandecitas, se distinguieron de un modo especialísimo por su
virtud, modestia y mansedumbre; y así como da mucho que pensar sobre una pobre maestra que
en el ejercicio de su profesorado saca niñas quejosas, gritonas, chismosas, peleoneras y aun
amantes de armar motines en las vecindades, porque a todo esto mucho contribuye el genio ruin y
quejumbroso de su profesora, así llena de ánimo, de gusto, de contento y de satisfacción al ver
niñas que llenas de mansedumbre parece que están destinadas a ser otros tantos ángeles en el
cielo, lo que aprendieron de su buena maestra. No, no es extraño que al morirse en Jilotepec de
Abasolo la hermana sor Concepción Castillo, todo el vecindario la hubiese distinguido honrándola
en gran manera como a una santa. Amén Jesús, María y José.
332
Ejemplo. Siempre creímos que nuestra edificante hermana sor Jesús Castro, sería una
mujer de grandes obras en la comunidad, y por su admirable y acertada dirección, creímos que en
el porvenir el señor san José nos la habría dado para establecer todas las obras josefinas entre los
bárbaros; y decimos todas las obras, ya que la caridad de las Hermanas Josefinas, al celebrar las
bodas de plata por su existencia de veinticinco años en México, se ha creído que en algún modo
les conviene el glorioso dictado de Hermanas de la Caridad mexicanas. Nuestra buena hermana
sor Jesús Castro en 1893, pasó su noviciado unida con el Señor y haciendo grande acopio de
paciencia, de humildad, de sencillez, de mortificación y de santo celo para la salvación de las
almas, desde entonces habría deseado practicar su celo de ardiente caridad en favor de los
bárbaros. Ella era tan animosa que jamás decía que no; era tan aseada, que sus escuelas, sus
pasadizos, sus salas, sus roperías, parecían un espejo; era tan trabajadora, que no se contentaba
con hacer lo suyo, sino que dispuesta siempre en ayudar a los demás, con frecuencia concluía lo
que las demás hermanas no habían podido hacer; ella era tan devota, que apreciaba más el mérito
de una Ave María, que cuanto podrían ofrecerle de las cosas materiales de este mundo; por esto
exclamaba: Si, si, todo lo puedo con aquel que me conforta. En suma, deseando hacer los últimos
votos para poder ser un día una de las admirables columnas de la Iglesia, se la concedió gracia tan
extraordinaria; y cuando se le iba a cumplir lo que tanto había deseado, enviándola en las misiones
de los bárbaros, el Señor dispuso de ella, y asistida y fortificada con los santos Sacramentos
entregó su alma al Señor, y, como lo esperamos, recibió la eterna recompensa de la gloria. Amén
Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina sor Catalina Estrada, de unos cincuenta años de edad, de
más de seis años de vocación, pues había hecho ya sus últimos votos, dedicada a todos los
quehaceres domésticos, y de un modo especial al servicio de los pobres enfermos, brilló
especialmente en la práctica de la virtud de la obediencia. Ella no tenía voluntad propia, y siempre
se dejaba conducir por la práctica de la virtud de la obediencia, la que grababa en todas sus
acciones, una parte muy admirable de aquella perfección que acompaña a las personas religiosas,
que desnudas de su propia voluntad, han aprendido a hacer en un todo la santísima voluntad de
Dios, por buscar por máxima inviolable obrar, ni porque quiso o no quiso, sino sugerida siempre
por la práctica de la virtud de la obediencia; y en algún modo bien podríamos decir de ella, que fue
obediente hasta la muerte, porque de hecho murió mártir de la obediencia, pues conducida por
los superiores voló a cuidar a los enfermos allá en Toluca, en una especie de epidemia, habiendo
sido ella una de las muchas mártires de la caridad cristiana. En aquella ciudad cuidó a los enfermos
tifoideos, y al último de ellos lo curó de una manera tan rápida como casi milagrosa, por haberle
alcanzado la curación, más con su oración y fervor, que con las medicinas que con tanto acierto los
médicos habían dispuesto. A los tres días de haber llegado a la casa de Toluca, conoció que estaba
contagiada del tifo; desea morir en la Casa Madre; se le concede la licencia; al día siguiente de su
llegada se la administran los santos sacramentos, y contenta, alegre, gozosa, llena de virtud y de
confianza, recuerda los santos votos y muere la hermana josefina mártir de la caridad. Amén Jesús,
María y José.
333
[1896]
Tengo el gusto de decir a vuestra Señoría que la cantidad para cubrir el recibo está hace
tiempo a disposición de Adelaida, y que no se le ha entregado porque no vino a recogerla;
asegurando de una vez que para todo octubre quedará saldada su cuenta. Mas con relación a lo
que pide de nuevo, no ha lugar a ello por estar comprendido en el arreglo convenido.
Su afectísimo.
[Sin firma]
Ejemplo. Hace un mes poco más o menos, que ha muerto aquí sor Dolores García en
opinión de santa. Hermana josefina que merece ponerse por modelo a todas sus cohermanas en
todas las virtudes. Yo, como director suyo, digo: Que esa santa hermana, no perdió la gracia del
bautismo; una niña de tres años creo tenía más malicia que ella. Jamás el pecado mortal tomó
posesión de su alma, y en diez meses que le confesé, nunca le encontré materia de confesión. Una
mortificación poco común, ya en los sentidos, ya en el comer y en las frecuentes maceraciones que
de continuo se aplicaba con disciplinas y cilicios. Observantísima en sus reglas y santos votos;
jamás se le vio enojada. En fin, querido Padre, cuando tenga el gusto de hablar personalmente con
usted, seré más extenso en un asunto tan edificante. Orizaba, Noviembre 14 de 1897.- Juan G.
Bustillo, misionero apostólico.
Ejemplo. La hermana josefina sor Dolores González, de últimos votos que a su amor
extraordinarios a su vocación que le hizo sufrir las pruebas más terribles, alcanzando de san José
que se le permitiera la vuelta a la Casa Central, de donde había sido violentamente sacada por uno
de nuestros principales perseguidores, que nos hizo tantas y tales cosas, que fue llamado el Judas
del Instituto, y renovó en 1893 en esta Casa Madre, fue de un modo especialísimo el modelo más
perfecto de espíritu de amor al trabajo, dedicándose a la instrucción de la niñez y de la juventud.
Al ver lo que pasaba en sus clases, el orden tan admirable que reinaba en ellas, al aumento
siempre creciente de las niñas, el afecto especialísimo que le profesaban sus educandas, nos
hacen afirmar, que su trabajo en favor de la niñez y juventud era el más estimado, el más rudo, el
más solicito, y trabajo que hacía exclamar que allí en sus clases estaba el espíritu de Dios, que le
infundía sin cesar un amor más y más afectuoso al espíritu de trabajo en la enseñanza de la niñez y
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de la juventud. Pero no era esto lo más admirable; lo que si nos llamaba la atención, era que dicha
hermana josefina enseñaba sin saber; y muchas veces al hacer el examen de sus clases, las
encontrábamos tan bien, tan ordenadas en sus diversos quehaceres, y tan adelantadas en las
materias que formaban su examen, que todos quedábamos admirados y concluíamos otra vez que
allí en su clase estaba el dedo de Dios, y que san José enseñaba por medio de ella; y no es extraño
que así la bendijera el santísimo Patriarca, ya que ella le manifestó un amor tan grande cuando la
arrebataron del Instituto, que pasó cerca de dos meses llorando; y no dejó de llorar sino hasta que
la devolvieron a su santo Instituto; pues no deseaba otra cosa que vivir y morir como verdadera
hermana josefina. Creemos que san José que tanto la había honrado en vida, le pagó sus buenos
oficios con la eterna recompensa de la gloria. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. A. G. ha sido una hermana josefina que el señor san José en su bondad y
misericordia le concedió la gracia de la vocación, y la unió entre sus hijas queridísimas por el buen
espíritu de confesarse en la santa misión que dieron los Padres Misioneros Josefinos. Fue de las
primeras en oír la voz de Dios, hizo su confesión general, siguió frecuentando los santos
sacramentos, y su vocación se revistió de tantas y tales cualidades, que los superiores la recibieron
en el santo noviciado, y cumplió todas las reglas tan bien, que se vio en ella una verdadera
hermana josefina, y de hecho hizo los santos votos con la aprobación de todos. Sus virtudes fueron
subiendo más y más hasta presentarse con ciertos tintes, que hacían entrever a los superiores, que
a su tiempo bien podría hacer los últimos votos y tener en ella no sólo un miembro más, sino una
columna del Instituto; no es extraño tan bello proceder, porque ella era puntualísima en la
confesión cada ocho días; en la confesión mensual al hacer su día de retiro, y su confesión anual la
hacía tan bien, que bien podría haberse afirmado, que si en tan glorioso estado hubiese muerto,
habría recibido la eterna recompensa de la gloria. Más este estado tan dichoso pronto
desapareció, por el abandono en la frecuencia de la confesión, y pronto quedó sin ninguna virtud,
como queda perdida la cosecha después de terrible tempestad que ha tronchado todo de raíz. Fue
dejando la confesión, la fue dilatando no obstante el buen ejemplo de sus fervorosas compañeras,
la gracia fuese separando de su corazón, el lugar de la gracia ocupóle el pecado; pero el pecado de
la soberbia, del orgullo, de la vanidad, de la queja, cayendo además en una chismografía, que
pronto se conoció que Dios no estaba en su corazón y en cierto día, en medio del más horroroso
arrebato, se escapó como si fuera una criminal. Que siempre frecuentemos los sacramentos.
Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. A. Q. fue una hermana josefina que desde su más tierna edad educada en un
colegio eminentemente católico, se la vio brillar cual estrella de primera magnitud en la práctica
de la mortificación interior, y entonces fue conducida por Dios a virtud tan extraordinaria que,
dejando el mundo, logró consagrarse a Dios. Privada desde sus más tiernos años, de la ternura
maternal, aprendió a ser generosa, y fue pasando una tras otra por las diversas épocas de una vida
de trabajos sirviéndose de la tristeza, del temor y del pavor para conocer más y más las tonterías
de este mundo falaz y engañador, y volar presurosa hacia las alturas admirables de la más
encumbrada perfección. El mundo le fue muy engañoso y aun hostil, y determinó abandonarlo del
todo, huir de su compañía y encerrarse en el Instituto de las Hermanas Josefinas; y de hecho,
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después de las pruebas propias del postulado, abrazada con la divina tristeza del que dijo «mi alma
está triste hasta la muerte,» vislumbrando el tedio que en determinadas épocas se consagra a Dios
con entera alegría, entró de hecho en el noviciado; portóse con generosidad, llevó a cabo toda
clase de sacrificios, se abrazó con las angustias de Jesús allá en el huerto de Getsemaní, y
deseando ser una misma cosa con él, se abrazó con su cruz y con los santos votos coronó la obra
de Dios. Ya esposa de Jesucristo el diablo la tentó con su modo especial, y la tristeza la sumía en
aflicción; el temor la consumía y un tedio cruel le presentaba el estado religioso como una cruz
insoportable, haciendo que las alegrías mundanas se le presentasen; y luego mediante
conversaciones con gentes del mundo, oía al diablo que le decía en su corazón: «todo te lo daré si
postrada me adorares, abandonando a Jesús, y entregándote al mundo que te espera para hacerte
feliz.» La desgraciada ocultó su turbación, cayó en ella y determinó volverse al mundo. ¡Infeliz! El
mundo la desechó: nada pudo alcanzar de cuanto aun hoy día el enemigo le había presentado, y se
ve obligada a comer el pan con el sudor de su rostro, y anda triste, temerosa y con tanto tedio que
no se aguanta siempre. Líbrenos Dios de esto. Amén, Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina A. S., bien habría podido ser una muy buena hermana y
dedicada a la observancia religiosa habría podido cuidar a las niñas; tuvo una clase y aun dirigía
una escuela; pero nunca hizo nada, por su espíritu de zozobra, de duda, de temor, de miedo, y a
veces iba acompañado de tanta tristeza, que bien se veía que jamás hacía nada bueno en la casa
de Dios; por cuya causa, después de algunos meses de noviciado, salió del Instituto, no tan bien
que digamos, sino de una manera tan soberbia, orgullosa y exigente, que indicaba que su espíritu
de intranquilidad no provenía de la humildad. Convenimos que la humildad de corazón da a veces
en su conciencia lo que no hay; que verdaderos humildes se encuentran que son capaces de
mucho, y a su parecer no son buenas para nada; pero éstas almas que tienen la humildad de
corazón por base oyen lo que se les dice, practican lo que se les aconseja, llevan a cabo lo que se
insinúa, y después de haber confesado que no son buenas para nada, acaban con decir todo lo
puedo en aquel que me conforta. Por esto la zozobra de la hermana que decimos no era provenida
de Dios, sino de cierta orgullosa soberbia que mezclaba en sus pensamientos, palabras y obras,
dando por resultado que se abrazara terriblemente de las buenas acciones de la caridad cristiana,
que habiendo hecho en su favor, considerando tanto más, cuanto que por razón de las
circunstancias, era por aquel entonces más inútil. En suma, los superiores la despidieron, viendo
no ser a propósito para el fin del Instituto y cual perro rabioso que muerde la piedra que le
echaron, así mordió la multitud innumerable de beneficios que había recibido. Que el santísimo
patriarca señor san José nos llene de la paz verdadera. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina C. C. M., fue la hermana fatal que por su espíritu de libertad
individual abusó de tal suerte de la gracia de Dios, que fue rechazada del Instituto, y la infeliz anda
todavía ahora que escribimos estas páginas, de una manera ciertamente no buena. ¡Pobre
hermana josefina! Era de votos, y era además de últimos votos; pero apenas vino el tiempo de las
pruebas, cuando luego comenzó a manifestar que Dios no ocupaba su lugar, sino que una gran
serie de pasiones la tenían presa, y muy pronto de falta en falta, comenzó a manifestar que sin un
milagro de la gracia, muy pronto vería perdida su vocación dejando de ser esposa de Jesucristo y
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aspiraría a todos los deseos del mundo, demonio y carne. La infeliz, por el amor a si misma, dejó a
Dios, y por el amor a si misma, comenzó a fastidiarse de todo lo que en algún modo la mortificaba;
intentó darse a la buena vida, a no levantarse cuando debía hacerlo, y dejaba la oración, pronto
dejó la frecuencia de los sacramentos, pronto dejó el oficio divino, más pronto abandonó todas las
prácticas de piedad, dejó el espíritu del santo Instituto, no hizo caso de los santos votos, y siempre
más y más amante de la libertad individual, comenzó a entregarse a ciertas lecturas que
concluyeron la perdición de su alma. Finalmente, en este estado de cosas no podía continuar, se
concluyeron con las advertencias todas de la caridad cristiana, y se le indicó que sino quería seguir
conforme los buenos ejemplos de la comunidad, a la que ella estaba obligada como todas las
otras... pero la infeliz se echó por la calle de en medio, dio no poco que decir a los mismos
seglares, y quedó en manos del mundo, del demonio y de la carne. Obremos, y obremos siempre
según el espíritu del justo que es el espíritu de la fe. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. C. M. fue una hermana josefina con su amor a la vocación que le vimos practicar
no sólo una vida común y religiosa que la declarara que llevaba vida en verdad religiosa, sino que
también la vimos practicando un acto tan heroico de virtud, que es de aquellos que acompañan a
la vida de los santos; pero esta misma alma con el abandono y el desprecio a la vocación, la vimos
caer del empíreo de la virtud al abismo más insondable del vicio. ¡Cuán cierto es que un abismo
llama a otro abismo! Por su vocación fue su noviciado acompañado de un amor tan extraordinario
a su santa vocación, que se hizo útil para todo y así no había oficio que no pudiese desempeñar; y
lo hacía tan bien, con tanto gusto, con tanto afecto y con una alegría tan evidente, que no
podíamos menos que decir, que en ella estaba la bendición de Dios. Una alma así fiel y fervorosa y
devota, no podía el maligno espíritu dejar de tentarla, y se sirvió de todos los artificios del infierno,
pero ella siempre generosa y pronta, y obediente, y sencilla, y observantísima de su regla, la vimos
haciendo un acto tan heroico de virtud, que aun hoy día lo veneramos, y no podemos menos que
bendecir la mano de Dios, que así ensalza y glorifica a los suyos. Tras tanta bendición, vino una
ráfaga del infernal dragón, fue dejando su vida fervorosa, puso un candado en sus labios no
descubriendo sus peligros, y después de haber escuchado una conversación de uno de esos
malvados que echan contra los frailes y las monjas, y contra toda alma consagrada a Dios, la infeliz
engañada como otra Eva, se le puso un tupido velo que le ocultó las excelencias de la santa
virginidad y se puso en peligro de pecar, cayó la infeliz hasta el abismo de lo malo, y fue necesario
hacerle conocer la inmensa caída que iba a dar, y la dio desgraciadamente, perdiendo su virtud, su
devoción, su fidelidad a la regla, hasta que cayendo hasta lo más hondo, perdió su santa vocación,
y con ella su buen nombre, su buena reputación, su todo; y dio mucho, pero mucho más que decir
en el mundo con su vida no buena. Que san José nos ayude. Amén Jesús, María y José.
porque preveían el fatal resultado que había de tener, si de hecho no se enmendaba, de obrar
conforme su propio espíritu, hasta que por fin creyeron los superiores que era llegado el tiempo
de enseñarle a obrar conforme el santo voto de obediencia que había, sin descuidar las reglas de
la prudencia cristiana. ¡Pobrecita! ¡Recorrió diversas casas y siempre voluntariosa! Se encargó de
diversos oficios, y éstos no los hacía sino en cuanto podía hacer su propia voluntad. En fin, le
buscaron los superiores una buena y muy experimentada superiora y siempre en vano, hasta que
un día, la que fue una criminal ante Dios por sus continuas faltas contra la santa obediencia, quiso
serlo también ante los hombres y como si fuera una mujer abandonada de Dios se escapó de la
casa. ¡Infeliz! Pronto nos llegaron noticias de su perdición y pasa a escandalizar al mundo con su
voluntad depravada, la misma que en la religión escandalizaba a sus hermanas por su espíritu de
desobediencia. Que todos cumplamos el voto de obediencia. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. C. G. fue una hermana josefina que desde el noviciado se dejó arrastrar de la
pereza, de ésta a la pérdida del tiempo, de ésta a no cumplir con los deberes que la obediencia le
confiara, de esta falta ocasionada por la pérdida del tiempo, le vino la pérdida de la vocación y de
un cúmulo inmenso de desgracias. Dicha hermana josefina era de inteligencia regular, sus estudios
de instrucción primaria los hacía tan adelantados, que puede decirse los había concluido, por lo
que no solo era útil para ser ayudante de una clase, sino aun de dirigirla; pero todas sus buenas
cualidades eran inútiles por su maldita pereza que le hacía perder el tiempo. Por su falta de
diligencia, casi todo cuanto se le confiaba le salía mal, por no comenzar la obra cuando debía
comenzarla, por no continuarla según debía, y sobre todo por no concluirla, por lo que se puede
afirmar que sus obras no tenían los quilates de perfección que Dios le exigía, y como su alma no
disfrutaba de las delicias del venturoso justo a quien Dios mismo le dice que bien, fastidiada de
servir a Dios, pensó en abandonar su vocación. ¡Infeliz! Sus obras no la satisfacían; y en vez de
quitar la causa de esas imperfecciones que eran producidas por su dejadez, por su apatía, por su
pereza y por su pérdida de tiempo, acusaba a la religión y aun echaba la culpa a las niñas, a los
útiles de las escuelas, a las diversas clases que había desempeñado, hasta que por fin, cediendo a
la tentación, se fue con el demonio que la había tentado y ella culpablemente había cedido. Desde
aquel día todo fueron trabajos en el mundo; se vio obligada a trabajar como a dos, como a cuatro
y como a seis, y la vida que hoy lleva manifiesta su desgracia. Qué san José nos defienda. Amén
Jesús, María y José.
indigna que permaneciera en el Instituto; y no pocos afirmaban que algo tendría, supuesto que se
había escapado de un modo tan feo; y aun algunos que todo lo echan a la peor parte, afirmaban
que alguna muy gorda habría hecho, y por esto se huyó a fuer de un verdadero criminal. Ya se
comprenderá, que ejercitaba su rigor con todos los niños y niñas, que al poco tiempo no la querían
de maestra; puesta con las niñas internas, éstas, quejándose con las familias, ya no querían volver
al colegio; con los pobres enfermos empleada, nos suplicaban que no se la enviase otra vez; en
suma, viendo los superiores un genio tan contrario a la mansedumbre y que todo lo echaba a
perder, la aplicaron un justo correctivo, hasta que un día se escapó. Librémonos de semejante
pecado. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina I. O., brilló para todo lo malo de cuanto es capaz de producir
el más detestable egoísmo; porque si éste siempre es malo, es mucho más detestable y de más
fatales consecuencias, cuando se trata de una alma consagrada a Dios en una comunidad, que
tiene por objeto la práctica de la caridad para con los pobres. Sus principios en el mundo no fueron
del todo buenos, pero tuvo modo de engañar a un respetable personaje, se recibió en el postulado
y fue recibida en el noviciado vistiendo el santo hábito de hermana josefina. La infeliz pronto
manifestó quién era, porque en casi todos sus actos se veía siempre el egoísmo; por tanto, no
obraba para los demás, no pensaba en la caridad fraterna, sino siempre se la veía personificada en
su propia utilidad y su conveniencia. Para no obrar precipitadamente, creyeron los superiores
sujetarla a pruebas rigurosas, y las soportó muy bien; lo que hizo que la maestra de novicias
creyera que bien se le podrían conceder los santos votos; y de hecho se los concedieron. Pero la
falta de caridad pronto hizo sus efectos; no sabía mortificarse en servicio del prójimo; no se
animaba a emprender un trabajo para auxiliarlo; la mudaron de oficios, se le pusieron en otras
casas; sin embargo, sin esperanza de mejor éxito, no fijándose sino en su propia utilidad, en su
conveniencia en tener las cosas como ella las deseaba, y dejada a un lado la caridad de Jesucristo,
vino a hacerse inútil para la práctica de la caridad. ¡Oh, cuánto sufrieron los superiores! ¡Con
cuánta caridad la trataron! ¡Cómo le recordaban las doctrinas que había aprendido en el santo
noviciado! Pero la infeliz, haciéndose sorda a todo, pronto el santísimo José la arrojó del Instituto y
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Ejemplo. I. S. fue una hermana josefina a la que vimos el espíritu perfecto que la hacía
desear perfeccionarse lo más posible; así como la vimos también perdiendo el primer espíritu, y de
imperfección en imperfección, de falta en falta, de pecado en pecado, de escándalo en escándalo,
echarse por decirlo así, por la calle del medio. La vimos de novicia recibiendo las primeras
lecciones de la venerable fundadora, quien la distinguió con mucho aprecio, por parecerle que
siguiendo de aquel modo, estaba destinada a ser una de las columnas del Instituto; la vimos
concluir el santo noviciado y con deseos vehementes de consagrarse enteramente a Dios; la vimos
haciendo los santos votos y haberlos pronunciado con tanto fervor y devoción, que fue un gran
consuelo para todo el Instituto: la vimos por su afecto, buen ejemplo y amor al Instituto pidiendo
hacer los últimos votos; y la vimos haciéndolos, comunicándonos a todos un gran consuelo por san
José que a todos nos llenaba de ferviente entusiasmo; y la vimos como siempre la habíamos visto,
siempre ocupada, siempre hacendosa, siempre aplicada, siempre constante y dando las clases con
tanta bendición de Dios que no sabíamos que admirar más si la multitud tan extraordinaria de
niñas que tenía, o los notables adelantos que ellas presentaban en sus exámenes o la poca solidez
e instrucción de la hermana josefina que, por ser de las primeras del Instituto, no teníamos en
aquella época quien enseñara a nuestras profesoras. Pero, ¡oh miseria humana! ¡Oh, y cuán
grande eres aun entre personas consagradas a Dios! La infeliz josefina de que hablamos perdió su
fervor; perdió luego su devoción; no siguió devota de María santísima; echó a un lado la devoción
a señor san José y la infeliz, sin el auxilio poderoso de José y de María, pronto perdió a Jesús por el
pecado, y pronto salió de su boca el malhadado me voy. ¿A dónde, a donde irás desgraciada?
Vomitada por el corazón de Jesús, separada de su tierna madre María, cayó en una falta tan
notable, que los superiores le dijeron que no podía continuar en el Instituto. Ya salió, y san José,
todo amor para con sus buenas hijas, hace uso de su vara para las ingratas, y toda clase de
desgracias cayeron sobre ella. Que san José nos defienda y nos proteja. Amén, Jesús, María y José.
superiores viendo tanta dejadez y abandono, se veían obligados a poner otra que ocupara su clase,
haciéndole la importante advertencia, que aquella tenacidad en no querer vivir útilmente
ocupada, tarde o temprano la conduciría a lo malo el espíritu maligno que se sirve de todo para
perder a las almas consagradas a Dios. Entonces el diablo le hizo creer que Dios la llamaba para la
vida contemplativa, y como allí no tendría que trabajar, estaría perfectamente bien. De hecho salió
del Instituto, intentó entrar de carmelita, de capuchina, pero todo en vano. Entonces determinó
hacerla entrar en su propia casa para hacer en un todo su voluntad y vivir tan libre de todo
trabajo, que no quería ni levantar un popote. La desgraciada ni al fin de sus días reconoció el
engaño de Satanás, pues cuando menos se pensaba le vino un corren corren y ni los santos
sacramentos recibió. Amemos estar siempre útilmente ocupados. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. J. M. Fue una hermana josefina que, habiendo entrado en el Instituto desde muy
joven, pudo verse siempre en ella una alma amante de la gracia de Dios, logrando ser por muchos
años un glorioso objeto de edificación entre todas; y si para las personas de fuera veían en ella a
una esposa de Jesucristo, para las de dentro pudieron contemplar una fidelísima esposa del
inmaculado Cordero que tiene sus delicias en vivir entre las almas vírgenes. Ella desde muy niña
supo arrebatar los corazones de todos, y daba gusto verla sencilla, humilde, mortificada, llena de
dulzura y suavidad y con tanto celo desde jovencita, que echó a un lado el espíritu del mundo, del
demonio y de la carne, y no pensó en otra cosa que en darse a Dios y consagrarse del todo a él.
Fue recibida por el Consejo; se portó muy bien en el noviciado; dijo sus propósitos con un acento
de tanta caridad, que todos quedaron contentísimos y al venir el día de su consagración a Dios,
llenó de consuelo al Consejo y aun a toda la comunidad; porque todos vieron en ella desde
entonces a la virgen prudente que en sus dichos y obras manifestaba la sabiduría del Altísimo; se
veía en ella a la virgen sabia que el Señor encontró vigilante; y a la virgen cristiana que no había de
ser infiel al Señor. Así hizo los santos votos; así duró muchos años en la comunidad; así aprendió
muy bien toda la instrucción primaria y recibióse de profesora, y así continuo hasta que en un
momento fatal se perdió ¡Infeliz! No frecuentó como antes, fue dejando poco a poco aquellas
comuniones tan frecuentes que forman la alegría de los justos, hasta que un día... ¡ay, y mil veces
ay! la infeliz se perdió. Ella cerró su corazón a los superiores; lo cerró a sus amigas, lo mantuvo
cerrado aun a aquellas de sus compañeras con quienes estaba más unida. Nadie supo nada de su
familia; a nadie lo quiso descubrir; por esto nadie la pudo remediar; y echada del todo en el
maldito me voy, fue preparando sus cosas y se salió de la comunidad cargando los santos votos.
¡Pobrecita! El diablo que todo lo descubre y quiere acabar de perder en el mundo a la misma que
arrebató de la religión patentizó su ignominia, e hizo no pocos esfuerzos para arrojarla del todo en
el inmundo cieno de todas las pasiones. Huyamos, huyamos siempre del pecado y amemos tanto
al Instituto y a la gracia, que siempre los conservemos. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina L. H., fue una de aquellas almas que, merced a la educación
recibida, a cierta malicia de su corazón, a lecturas algo peligrosas o quizás del todo no buenas,
parece que son incapaces de este sublime acto de caridad, y que para que sea más y más
fervorosa y meritoria, el mismo Salvador nos dijo: "Rogad al Señor de la mies para que envíe
operarios a su viña". Dicha hermana en el postulado y aun en el noviciado nos hizo creer que sus
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conocimientos eran propios para vivir vida religiosa, y pronunció los santos votos de pobreza,
castidad y obediencia. ¡Ay, mil veces ay! Porque temamos, y en gran manera temamos que así
como los santos votos de pobreza, castidad y obediencia son tres preciosas cadenas del más
finísimo oro que adornan allá en el cielo a las almas consagradas a Dios, así también, atendido el
espíritu malo que la infeliz a poco tiempo manifestó, vimos que sería la mayor calamidad que
podría caer en el Instituto, y que sería un peligro continuo de corrupción para las almas inocentes
que el Señor, en su bondad y misericordia, ha establecido entre las Hermanas Josefinas. La infeliz
no sólo no tenía celo de salvar almas sino que, sentada en el abandono más absoluto de la
religión, hizo que sospecháramos algo de su fe. ¡Infeliz, obraba más bien como protestante, y aun
como joven mundana, y cuya corrupción estaba en camino de contagiar a innumerables almas!
Nada, nada de celo de salvar almas, y ni siquiera de salvar la propia; lo que nos hizo arreglar las
cosas de modo que hubiese el menor escándalo posible, y bajo el carácter de que estaba algo
mala, se determinó que se fuera a su casa, y de nuestra parte le damos a san José las mayores
gracias por habernos librado de tanta calamidad. Desgraciadas josefinas si hubiesen seguido
teniendo en su casa a semejante mujer; porque así como la picadura de un animal ponzoñoso
causa la muerte, así la infeliz mujer con la ponzoña de sus malos pensamientos, de sus malas
palabras y de sus malas obras habría podido corromper a las infelices que la hubiesen oído. Que
señor san José nos libre siempre de tantas y tales mujeres. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. L. S. fue una hermana josefina que san José le dio gracias muy especiales para
que fuese una instruida y cabal instructora de la niñez. Entró en el Instituto con mucho fervor,
práctico la virtud conforme sus reglas; desde el principio se vio en ella un talento regular, supo
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cultivarlo con la aplicación y los profesores que le fueron dados, concluyó el noviciado con mucho
éxito, se le permitieron los santos votos, y mediante la continuación de sus estudios se creyó que
podría presentarse a examen ante el jurado del Instituto, y fue aprobada; más por sus pocos años
se la dedica al asilo, en cuyo oficio dio muestras de sencillez admirable, haciéndose niña con los
niños; la dio de mucha destreza, pues se hacía entender de los más pequeños; la dio de grande
energía teniendo siempre en la clase aquel orden que distingue a las mejores profesoras; la dio de
mucha constancia, pues para ella era la clase su mejor ocupación, y formaba su vida llena de aquel
contento celestial que tienen aun en este mundo aquellas personas que con pureza de intención
se dedican a la instrucción y educación de la niñez. Así vivió muchos años ganando mucho para el
cielo, hasta que ocupada después al cuidado de los enfermos se le presentó un nuevo modo de
ganar para el cielo, y a pesar de sus pocos años trataba a todos con tanta caridad, que bien podría
afirmarse que era un ángel del cielo el que los cuidaba. Finalmente, como brillante espiga que
creció en el misterioso campo del Padre de familias bien podemos asegurar, que previo su última
hora, pues murió mártir de la caridad salvando al enfermo y muriendo ella en la práctica de la
verdadera caridad. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. N. L. fue una hermana josefina que por algún tiempo estuvo perfectamente bien;
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y tan fervorosa y tan devota, que al parecer se hallaba destinada a ser un día una columna del
Instituto, por cuya causa se le permitió hacer sus últimos votos; pero pronto todo se echó a perder
merced a ciertas conversaciones que con personas peligrosas tuvo contra la santa obediencia, y
éstas le inocularon desgraciadamente el espíritu de error. ¡Oh cuántos males! ¡Cuántas falsedades
tenía como cosas ciertas! ¡En cuántos errores las defendía como verdad clara y cierta! Si; con
dichas conversaciones tenidas con personas peligrosas, el padre de la mentira le infundió todo lo
malo en materias religiosas, todo lo malo sobre las comunidades religiosas, todo lo falso acerca de
los santos votos, y cuando menos se pensaba, la infeliz tenía inoculado el espíritu de error, y no
fue posible curarla. Los superiores se compadecieron de ella, en buenas y caritativas
conversaciones le comunicaban la verdad de las cosas y cuando ya perdieron la esperanza y vieron
con mucho sentimiento que los medios dulces, suaves y amorosos no servían, determinaron
aplicar el cáustico del rigor. Pero todo fue en vano, porque la infeliz estaba tan pegada a sus
errores que hasta los más suaves avisos interpretaba a mal. Finalmente, cuando testigos de una
falta grave, y del número de aquellas que los pobres superiores no pueden callarse a pesar de que
le doraron la píldora lo más posible; sin embargo, apenas vio descubierta su maldad, cuando tomó
su mantilla, se escapó como pudiera haberlo hecho el más grande criminal, y pronto supimos que
por esas calles de Dios siguió escandalizando. Que el espíritu de verdad nos acompañe siempre.
Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. Mucho brilló en la gran virtud del aprecio del tiempo una de las primeras
Hermanas Josefinas, que siendo de unos treinta años de edad, natal de México, hija de padres
pobres, aunque muy ricos en virtud, pasó su noviciado del todo dada al trabajo, aprovechando tan
bien el tiempo, que parece aspiraba a poder un día imitar al Doctor de la Iglesia, san Alfonso María
de Ligorio, quien hizo voto de no perder jamás un momento de tiempo; hizo sus santos votos poco
antes de morir, y dejó tales recuerdos de santidad, que aun hoy día una de sus venturosas
compañeras, cree que el Señor le dio la eterna recompensa de la gloria; tales habían sido las
virtudes que siempre le habían observado; pero el Señor que de la cama quería llevarla al cielo,
quiso que fuese su vida un verdadero aprovechar el tiempo, aun de la manera más heroica. El
Señor permitió que las reumas se apoderaran de su cuerpo, y sin tenerlas fijas en ningún lugar, la
mortificaban de muchos modos y en toda ocasión. Aun así enferma fue de las ocho primeras y
únicas hermanas que había en la casa y formaban toda la comunidad josefina, con todo se
levantaba a las cuatro de la mañana, y con tanta diligencia y solicitud, que a pesar de sus reumas
no perdía un momento de tiempo y así seguía todos sus actos de piedad señalados por la Iglesia; y
puesta en la maquita, seguía trabajando, poniendo a veces sus manos en tal aptitud, que parecía
increíble que pudiese coser; y con todo concluía su trabajo y lo hacía tan bien, que se veía que la
mano de Dios la estaba protegiendo tanto más, cuanto buena o enferma siempre se le veía
útilmente ocupada. Así murió la hermana josefina sor Guadalupe Ruiz, en la ciudad de México.
Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina R. G., que aun vive mientras esto escribimos, todo lo echó a
perder (y ojalá que al fin no pierda su alma) por el maldito amor propio. Fue una de las primera
josefinas, de un talento regular, de disposiciones no despreciables, de instrucción bastante; pero
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desgraciadamente tenía un amor propio tan refinado, que comenzó quitándole todo lo bueno y
concluyó precipitándola a todo lo malo, hasta el grado de que san José la arrojó de su comunidad,
y pronto experimentó la infeliz los terribles varazos de san José. Ojalá que éstos le sirvan para que
entrando dentro de sí misma, llore su pecado y se salve. Por su amor propio comenzó a quererse a
si misma de un modo especial y quiso que se le distinguiese sobre todas las demás; por su amor
propio entró en el ánimo de las quejas y de nadie estaba contenta; por su amor propio comenzó a
considerar a las demás como inferiores a ella, y pavoneándose de aquella mentida superioridad,
que para perderla el diablo le infundió, comenzó a desaprobar el gobierno de la compañía, a tener
en menos a las más antiguas, y pronto puso sus ojos contra la misma fundadora, y de un modo
semejante al ángel caído, dijo en su corazón y luego con las obras: No, no me sujeto a su
obediencia. Pronto el amor propio dio otro paso en su corazón, haciéndole ver innumerables faltas
que de hecho no había; le pareció que en otra religión estaría mejor, y diciendo y haciendo
abandonó su vocación, y abandonando los votos que había hecho, pronto comenzó a sentir los
varazos de san José, castigando su negra ingratitud. En la calle habló mal de todos y a todos
desacreditó; pronto fue desengañada de que no podría consagrarse a Dios; pronto fue dejando la
frecuencia de los santos sacramentos; pronto se echó en los brazos del mundo; abandonó su
estado de castidad y la pobrecita... oremos, oremos por ella. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. Era, desgraciadamente, S. C., hermana josefina, cuyo nombre por vivir todavía no
creemos conveniente dar a conocer; pasó por el Instituto josefino como uno de esos astros que,
según antiguas creencias, llevaban el conjunto de los mayores males entre los pueblos, y todo por
su doblez. La doblez fue su distintivo en tiempo del noviciado, y antes de que pudiera ser
perfectamente conocida, con sus dichos, ficciones, calumnias, chismes y suposiciones, causó en la
comunidad males inmensos; arrebató de sus compañeras la tranquilidad del espíritu; sembraba
entre ellas discordias, y todo iba prendiendo en el noviciado y aun en toda la comunidad un fuego
tan infernal que al parecer iba a devorar todas las obras buenas que se hacían; y lo que es más,
preparaba la perdición de muchos individuos y aun de todo el Instituto josefino. Para lograr mejor
su infernal conducta se servía de la doblez, y tenía un talento diabólico muy particular para
aparecer como una víctima, que algunos le tramaban a este fin toda clase de males; y al mismo
tiempo su corazón, revestido de toda la doblez diabólica, trataba con las personas A. B. C. para que
destruyera el edificio que el mismo san José había levantado. Pero el Señor, que se complace con
los sencillos de corazón, comunicó a los superiores lo que debían hacer para destruir y aniquilar
tanta doblez que, conducida por la malicia diabólica, había de perder al Instituto josefino y con él a
todas las Hermanas Josefinas que lo componían. Un año fue necesario para cicatrizar las
innumerables heridas que causó al Instituto; pero con la amable sencillez las Hermanas Josefinas
volvieron a alcanzar lo mucho que habían perdido; y desde entonces quedó como una de las
principales máximas del noviciado, atacar lo mejor posible al espíritu de sencillez, para que entre
las Hermanas Josefinas reine siempre la sencillez columbina. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. S. M. es el nombre de una hermana josefina, que siendo muy fervorosa con la
sagrada comunión, apenas la dejó acabó con perder su vocación, como fatal resultado de haber
abandonado la sagrada comunión. La vimos niña de pocos años haciendo su primera comunión, y
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para hacerla cual corresponde, se había preparado como un ángel, y bien podemos afirmar que en
estado de la inocencia y acompañada de muchas virtudes hizo su primera comunión. ¡Con cuánto
afecto conservó las gracias de su primera comunión! ¡Cómo crecía viviendo fiel delante de Dios y
de los hombres! ¡Cómo los años que iban desarrollando su cuerpo manifestaban los aumentos de
instrucción y educación! ¡Cómo crecía en devoción y fervor hacia María Santísima! Pronto la divina
madre la enriqueció con la devoción a su divino esposo José. Desde entonces sólo aspiraba al
servicio de Dios, a hacerse una mujer útil, había aprendido las labores de su sexo, su instrucción
era tan singular, que se vio en ella una muy buena ayudante de profesora. En aquella época se le
desarrolló su vocación, ingresó en el noviciado, hizo a su tiempo los santos votos, y fue de hecho
una digna esposa de Jesús. Pero el diablo, padre de la mentira la tentó en dejar la comunión y la
pobre en vez de descubrir su grave enfermedad al que podía curarla, cerró sus labios, y de paso en
paso cayó miserablemente. Pero ¡oh qué desgracia! Dejó su confesión, dejó la sagrada comunión,
hizo una comunión sacrílega y entonces vivía en la comunidad como si fuera no religiosa, y cuando
menos se pensaba hizo lo malo en la presencia del Señor y se escapó de la comunidad sin que
hubiesen podido detenerla ni las súplicas de sus amigas que en su abandono de la sagrada
comunión preveían lo muy malo que había de sucederle. Que Dios la haya perdonado; pero
aprendamos a ser devotos de la sagrada comunión. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. T. G. fue el nombre de una utilísima hermana josefina, mientras fue observante
de la santa regla, al paso que al faltarle la observancia se quedó como el pájaro sin las alas, y en
vez de volar como antes hacia el monte de la perfección, se quedó como vil gusano que rastrea
por el suelo, se vio pisada por el dragón infernal y arrastrada por él hasta morir fuera de la
comunidad según algunas de sus compañeras. Ella, observante de la regla estaba contenta, crecía
en virtud entre sus compañeras, éstas la veneraban no tanto porque rayaba a los cuarenta años,
cuanto por la sólida virtud que le indicaba un porvenir el más lisonjero en la comunidad. Ella,
observante, fue admitida a los propósitos, hizo a su tiempo los santos votos, y se veía en ella tanta
devoción y fervor, tanta regularidad y sencillez, tanta fidelidad a la gracia, y una correspondencia
tan grande a todo lo bueno y santo, que creyéndola digna de ser un día una de las columnas de la
Iglesia, se le concedió la gracia de hacer los últimos votos, y de hecho los hizo en el día que el
consejo del Instituto le señaló. Ella, observante de su regla, llegó a ser superiora y rigió la casa muy
bien, mientras fue observante de su regla. ¡Ah! Temamos al maligno espíritu, quien, no pudiendo
vencerla en la salud, la venció en la enfermedad, en el deseo de curarse, de ponerse buena, y por
no querer sufrir la mano de Dios en sus pequeñas enfermedades, cayó en lo más horrible de la
inobservancia religiosa, y dejado a un lado el espíritu del Instituto que es espíritu de sencillez y de
humildad, de mansedumbre, de mortificación y de celo, cayó en las miserias de la doblez, de la
soberbia, de la ira, de la inmortificación y esta misma inmortificación le hizo creer que sólo en su
casa podía curarse; y no obstante de no ser voluntad de los superiores su salida, pero las
circunstancias... y desde aquel día todos los días se puso más mala y a poco murió. ¡Ojalá que
hubiese muerto en la comunidad! Amén Jesús, María y José.
miembros que lo componen, bien podemos afirmar que fue espíritu de las fundadoras del Instituto
de las Hijas de María y de José, porque ellas comenzaron, como decía santa Teresa, sin tener
blanca, dispuestas a dedicarse al trabajo para comer, y desprendiéndose tan bien, que no había
entre ellas ni mío ni tuyo, sino que todo lo que recibían era entregado a la Superiora, y ésta lo
repartía entregando a cada una lo que necesitaba conforme ella lo determinaba. Dichas siete
Hermanas Josefinas, como consta en la historia, no sólo tenían el espíritu de pobreza, sino que
sufrieron los efectos de la escasez, habiendo pasado días casi sin desayunarse y no haber podido
adquirir más que dos reales, y entonces, mientras cada josefina estaba dando sus clases, salía a las
once de la mañana por tortillas y lo más indispensable para comer algo caliente a medio día, y a
pesar de todo, no salió de aquellas sus heroicas hijas, ni una palabra de queja. Así comenzó el
Instituto de las Hermanas Josefinas, y andaban todas tan contentas, tan alegres y con tan buena
salud, que verdaderamente puede decirse que san José hacía el gasto. Este espíritu ha continuado
todavía, así como san José ha permitido que algunas veces las Hermanas Josefinas se han
encontrado en tales apuros que no han tenido para mudarse. Bendito sea san José, que así ha
querido que fuesen sus hijas imitando prácticamente a san José, que muchas veces después de
haber hecho toda diligencia con su divina esposa María, no tenían un pedazo de pan para darle a
su hijo Jesús. Que así seamos amantes de la pobreza. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. La muy edificante hermana josefina, sor Carmen o Fausta Hernández, que entró
en el noviciado en julio de 1892, hizo los santos votos un año después, y entregó a poco su alma al
Criador; había vivido con entrañas de la más encarecida caridad a favor de los asilos entre
nuestros indios, para lo cual se estaba preparando de una manera a la verdad admirable. Ella
procuró ante todo, la observancia de la santa regla, porque veía en sus disposiciones cuanto Dios
pide a las almas consagradas a él; porque así como a los simples fieles para ir al cielo es necesaria
la observancia de los mandamientos según la instrucción que nos ha dado nuestro divino Maestro;
así a las almas consagradas a Dios les es indispensable la observancia de las reglas, conforme el
dicho de Jesucristo para con todos aquellos que son miembros de las comunidades religiosas.
Partiendo de este principio era muy consolador ver la puntualidad y exactitud con que procuraba
la observancia de la regla, y sobre todo manifestaba no poca solicitud a favor de los asilos, porque
estos tienen por objeto la práctica de la caridad en toda su extensión, pues en ellos se practica la
caridad con la niñez, la juventud, los ancianos y aún en favor de todo necesitado. ¡Oh, cuánto
deseaba que estas obras de caridad se extendieran en nuestro Instituto! Y más lo deseaba en favor
de los indios que acabándose de convertir, los actos de caridad concluyen la obra de Dios,
salvándose por este medio innumerables almas. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. Sor Clara Mejía, que entró en el Instituto de las Hermanas Josefinas, siendo de
edad algo avanzada, y desde novicia, hechos sus propósitos, hechos sus votos, y aun haber
pronunciado los últimos votos se portó siempre tan bien que las compañeras que aun viven, no
pueden menos que edificarse con sólo recordar su edificante conducta en todo. Ella estuvo en
cinco casas y siempre se portó lo mismo, no obstante la diversidad de superioras, de compañeras y
aun de empleos: ella por sus años, que no eran pocos, habría podido admitir ciertas dispensas,
pero no quiso ponerlas, aguardando por descanso el eterno descanso de la otra vida; por esto
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siempre se levantaba a las cuatro de la mañana, aun estando enferma, y seguía siempre exacta en
el cumplimiento de sus deberes, solicita en el cuidado de las niñas; aplicadísima enseñándoles las
primeras letras, y fue tan obediente, tan silenciosa, tan alegre y tan edificante, que no había más
que desear; pero toda esta virtud aumenta de una manera extraordinaria y brilla con nuevos
fulgores, y aparecía a veces con ciertos puntos de heroicidad, cuando uno reflexiona que todo esto
lo hacía en medio de la más completa sequedad de espíritu. De ahí el que ella obraba no porque
sintiere, no porque deseare, ni por único sentimiento sensible, sino porque sus operaciones
llevaban consigo el espíritu de fe, siendo de uno modo especial semejante al venturoso justo que
vive de la fe. Sequedad para levantarse a las cuatro de la mañana, y lo hacía siempre y con la
mayor puntualidad; sequedad para ir a la oración, y sin embargo, se la veía llegar la primera a ella;
sequedad mientras oraba, y se fortalecía pensando que acompañaba a Jesús en la oración del
huerto; sequedad para confesarse, y venciendo todas las repugnancias, no dejaba de hacerlo cada
ocho días; sequedad que la acompañaba en sus pensamientos, palabras y obras; y sequedad feliz
que le facilitó llegar a altos y muy encumbrados actos de virtud. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. La hermana josefina sor Juana Perea, una de las primeras josefinas que tuvo el
Instituto después de nuestra vuelta de Roma, por haber sido recibida a principios del año de 1876,
fue al mismo tiempo una de las que más nos edificó, por haber muerto después de haber cumplido
dieciséis años. Había hecho los últimos votos, los renovó en su última enfermedad después de
haber recibido los santos sacramentos; y podemos piadosamente creer que fue tanto más
gloriosamente en el cielo, cuanto en la tierra fue ella más humilde. Por humildad quiso alistarse
bajo las banderas de nuestro pobre Instituto que acababa de nacer, y la que por las personas que
la protegían podía aspirar a dar su dote en aquellas comunidades que guardan cierta grandeza en
sus actos; por humildad abrazó el humilde oficio de portera, con una devoción admirable, viendo
en los hombres a Jesucristo nuestro Señor y en las mujeres a la Santísima Virgen María. Ella, que
por el espacio de ocho años estuvo casi siempre con la venerable fundadora, recibió con sumo
aprecio el libro de la santa humildad, y lo constituyó su libro de oro, leyéndolo con frecuencia, y
procurando poner en práctica aquellos tan santos documentos sobre la santa humildad, para salir
copia exacta de la humildad de Jesús; ella, en suma, la practicó en los últimos años de su vida,
pues habiendo perdido casi del todo la vista, se quedó en un estado que inspiraba compasión;
pero ella, sencilla, mortificada, llena de mansedumbre y de celo de la salvación de las almas, vivía
por su humildad, siempre contenta, siempre callada, siempre sufrida, siempre mortificada y
siempre digna de la alta alcurnia de donde venía. Amén Jesús, María y José-
Personal y casas del Instituto de las Hermanas Hijas de María y de José (O Josefinas)
I. Casa central, fundada el 22 de septiembre de 1872.
1. Superiora general, Sor Josefa Pérez - - -
2. Sor Patrocinio Licea. - - - -
3. Sor Josefa Legorreta. - - - -
4. Sor Dolores Cataño. - - - - -
5. Sor Jesús Jaramillo. - - - - -
6. Sor Rosario Gómez. - - - - -
7. Sor Cruz Avilez. - - - - -
8. Sor Angela Rojas. - - - - -
9. Sor Josefa Velazco. - - - - -
10. Sor Carlota Martínez - - - - -
11. Sor Margarita Cadena. - - - -
12. Sor Eulalia Segura. - - - - -
13. Sor Margarita Hernández. - - - -
14. Sor María Reza. - - - - - - -
15. Sor Virginia Ruiz. - - - - - -
16. Sor Enriqueta Hinojosa. - - - - -
17. Sor Soledad Madariaga. - - - - -
18. Sor María Bernal. - - - - - -
19. Sor Luz García. - - - - - - -
20. Sor Genoveva Ramírez - - - - - -
21. Sor Ramona Iturbe. - - - - - -
22. Sor María Amézaga - - - - - -
23. Sor Margarita Solano - - - - - -
24. Sor Martina Orozco. - - - - - -
25. Sor Rosario Ramírez. - - - - - -
26. Sor Dolores Hernández. - - - - -
27. Sor Jesús Marroquín. - - - - - -
28. Sor María Armendarez. - - - - -
29. Sor Ana Gómez. - - - - - - -
30. Sor Josefina Domínguez. - - - - -
31. Sor Angela Osorio. - - - - - -
32. Sor Carmen Valdez. - - - - - -
33. Sor Leonor Coria. - - - - - -
34. Sor Carmen Hernández. - - - - -
35. Sor Carmen Mejía. - - - - - -
36. Sor Manuela Iturbe. - - - - - -
37. Sor Dolores Arteaga. - - - - - -
38. Sor Isabel Vázquez. - - - - - -
39. Sor Jesús Ponce. - - - - - -
40. Sor Julia Ogario.
41. Sor Luz Hernández.
42. Sor Sacramento Martínez.
43 Sor Isabel Albores.
44. Sor Guadalupe Bustos.
Ester Velázquez.
Clara Ramírez.
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II. Seminario y Casa Asilo de San José del Buen Consejo, en México, fundado el 19 de
marzo de 1895.
(Noviciado)
1. Superiora Sor Carmen Castillo - - - -
2. Sor Rafaela Enríquez - - - - -
3. Sor Luisa Río de la Loza. - - - - -
4. Sor Sebastiana Vázquez. - - - - -
5. Sor Catalina Valdez - - - - - -
6. Sor Carlota Sánchez. - - - - - -
7. Sor Elvira Ayanequi. - - - - - -
8. Sor Angela Barrón. - - - - - -
9. Sor Micaela Ramírez. - - - - - -
10. Sor Refugio Molina. - - - - - -
11. Sor María Ruiz. - - - - - - -
12. Sor María Briseño. - - - - - -
13. Sor Margarita Becerril. - - - - -
14. Sor Luz Castrillo. - - - - - -
15.
16. Sor Cayetana Huhanti. - - - - -
17.
18. Sor Teresa Córdoba. - - - - - -
19. Sor María Guillé. - - - - - -
20. Sor Margarita Michel. - - - - -
21. Sor Asunción Quevedo. - - - - -
22. Sor Mariana Lozano. - - - - - -
23. Sor Gertrudis Toscano. - - - - -
24. Sor Dolores Lozano
25. Sor Josefina Garfias
26. Sor Concepción Ibarra.
27. Sor Rosa Castañón
28. Sor Asunción Silva
29. Sor Dionisia Arellano
Felisa Ruiz
María Velázquez
Carlota Sánchez
III. Escuelas y Colegios, en Huichapan (Hidalgo),. Casa fundada en diciembre 15 de 1878.
1. Superiora: Sor Victoria Flores - - - -
2. Sor Albina Lorenzana - - - - - -
3. Sor Francisca Pérez - - - - - -
IV. Colegio, Escuelas y Orfanatorio, en San Angel (D.F.),. Casa fundada en abril 22 de 1884.
1. Superiora: Sor Jesús Uribe.
2. Sor Filomena Garduño.
3. Sor Flora Rodríguez. - - - - - -
4. Sor Soledad Lizarriturri. - - - - -
5. Sor Josefina Alva. - - - - - -
6. Sor Vicenta Castro.
V. Colegio y Escuelas, en Toluca (México),. Casa fundada en mayo 19 de 1884.
1. Superiora: Sor Isabel López. - - - -
350
Ejemplo. Espíritu de verdad lo poseyó en gran manera la Superiora general sor Manuela
Ramírez, que murió en 1893, después de haber recibido los santos Sacramentos y renovado sus
últimos votos, muriendo la muerte de los justos; pagándole Dios sobre abundantísimamente la
práctica de la verdadera caridad en favor de los pobres enfermos que siempre había considerado
como a sus señores. Ella, durante su vida, había padecido mucho y por mucho tiempo, y a costa de
padecimientos se le facilitó la entrada en el Instituto de san José, y brilló de un modo especialísimo
en el espíritu de verdad que la acompañaba en todos sus actos y mediante ella pudo acabar de
organizar en ciertas cosas del Instituto, que no habría podido hacerse de otro modo sin muchas
dificultades que ella con su espíritu de verdad pudo concluirlo. Ella arregló definitivamente el
tocado de las Hermanas Josefinas, y su capelina quedó tan sencilla, cómoda y airosa que ella fue
muy aprobada en Roma y el Eminentísimo Cardenal Granniello manifestó que le era muy
agradable, y que la veía muy conforme a los sagrados cánones y muy conveniente a la modestia
religiosa, así como muy conforme atendido el fin de las Hermanas Josefinas, cuya caridad se
extiende a todos los casos, y no tiene otros límites que no ser conveniente a la mujer. Ella acabó,
con su espíritu de verdad, de ilustrar algunas dudas que se tenían sobre las reglas de los oficios;
mediante sus acertados y verídicos consejos se les dio la última mano, y hoy día posee el Instituto
un verdadero tesoro que acompaña a las hermanas en las diversas obras de caridad. Ella en suma,
concluyó el feliz arreglo de la visita de las Hermanas Josefinas a domicilio, y les dio tales reglas, y
dirigidas con tanto acierto, que desde entonces hasta ahora, todo marcha perfectamente bien.
Amén Jesús, María y José.
354
Ejemplo. Fue nuestra difunta hermana sor Manuela Ramírez, que murió siendo Superiora
general del Instituto de las Hermanas Josefinas, la que dio la última mano en los hospitales;
porque ella con el celo que le fue dable y que supo extenderlo en favor de todas las Hermanas
Josefinas, se puso al frente del primer hospital que san José dio al Instituto, y allí aprendieron sus
compañeras no sólo el modo de cuidar a los pobres enfermos vigilándolos, dándoles los alimentos
y las medicinas, sino también a hacer ciertas curaciones que son de suma importancia, y de
hacerlas con el cuidado y solicitud que piden los señores médicos para el buen éxito de sus
enfermos; sino que también aprendieron a hacerlas con la modestia cristiana que debe acompañar
siempre a las personas consagradas a Dios, sin que se lastimara en lo más mínimo el pudor que
debe ser siempre la salvaguardia de la mujer eminentemente cristiana. Ella supo darles ciertas
reglas para todos los cargos y oficios que hay en un hospital; y aun supo hacer las distinciones
convenientes entre un hospital de pobres necesitados y un hospital de beneficencia en favor de
ciertos enfermos que deben ser cuidados con más especial solicitud. Ella, en suma, como mujer
instruida, supo hacerse cargo de lo que es un hospital entre los recién convertidos, como los
tienen en muchas partes las hermanas de la caridad y una gran parte de mujeres consagradas a
Dios y que son, con toda verdad, aplicadas al cuidado de los enfermos, al socorro de toda
necesidad y al asilo de toda miseria; y toda esta caridad supo aplicarla admirablemente a los
hospitales que tendrán nuestras Hermanas Josefinas entre los bárbaros recién convertidos. Honor,
gloria y bendición a tan buena hermana josefina que así supo fundar una obra tan benéfica, para
que el Instituto josefino se consagrara a Dios con tan admirable obra. Amén, Jesús, María y José.
Ejemplo. Sor Luisa Razo, hermana josefina, de virtud y virtud muy heroica por sus grandes
deseos que desde el principio quiso llevar a cabo, y sólo la virtud de la obediencia la detenía,
mostró siempre una gran constancia en nuestras obras en favor de los bárbaros que viven
alrededor de la parte aun más civilizada de México. Esa buena hermana se distinguió por su
sencillez y humildad, y los superiores vieron en ella una futura hija de José, que podría ser capaz
de grandes cosas; porque si por su sencillez se dirigía directamente a Dios, y el Señor le abría
bondadoso el tesoro de sus gracias, por su humildad tenía siempre la puerta abierta para
recibirlas, y vieron los superiores en ella una heroína capaz de dedicarse a la instrucción de la
niñez y juventud; y más capaz todavía de la práctica de la verdadera caridad y merecer ser un día
una mártir de la caridad, mediante sus obras en favor de los bárbaros. Los superiores permitieron
en vista de sus excelentes disposiciones, que desde novicia se le enviara a nuestro colegio de
Toluca, y allí se hizo cargo de una clase que desempeñó perfectamente bien. Pero Dios que
dispone de sus criaturas como le place, y que no sólo da recompensa por nuestras obras, sino que
lleno de bondad y misericordia nos premia aun nuestros deseos, se conocía que quiso obrar de
este modo con nuestra edificante hermana sor Luisa Razo. De lo que resultó que novicia todavía le
vino su última enfermedad, y como había sido siempre tan edificante, había dado tantas pruebas
de amor a la congregación josefina, y habiendo pedido la gracia de ser del Instituto, después de
haberle administrado los últimos sacramentos hizo los santos votos, y con la alegría de los justos,
al día siguiente espiró dejándonos a todos testimonios los más edificantes de su virtud. Amén
Jesús, María y José.
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Ejemplo. Nuestra edificante hermana josefina, sor Francisca Reyes, desde su llegada a la
Casa Central, causaba una santa envidia, viendo el espíritu de paz y tranquilidad de espíritu. Fue
recibida, no obstante de pasar de los cuarenta años, y por una serie de circunstancias y bendición
especial de Dios llegó con las mejores recomendaciones, y luego fue recibida en el santo
noviciado. Parece que el señor san José nos la trajo para que se preparara a morir bien; porque
nada hubo en ella de dificultades, sino que como si hubiese sido una joven acostumbrada a todo
entró valientemente en la práctica de todas las santas reglas, y como no dejaba ni una sola que
cumplir, por esto, en pago de tanta fidelidad, el Señor le comunicó el espíritu de contento, de
satisfacción y de aquella paz admirable que supera a todo sentido. A pesar de tan buenas y aun
tan óptimas disposiciones, de vez en cuando tenían lo que llamarse podría sus faltillas, porque no
lograba estar siempre tan dentro de si misma que dejase de tener sus faltas de observancia.
Entonces, cuando a ella se lo indicaban, o bien la maestra de novicias se lo reprendía, entonces
poníase triste por la ofensa hecha a Dios; más la superiora le enseñaba que le faltaba una de las
principales cualidades que deben acompañar a toda obra que era la voluntad de hacerla; que
aquella falta era del número de aquellas que comete aun el justo, y entonces con la confesión,
cuando era día de hacerla, o con un pequé de corazón, quedaba del todo tranquila. Aunque era ya
de bastante edad, y casi recién entrada, pero se formó una idea tan grande del Instituto de las
Hermanas Josefinas, que lo amó de corazón e hizo prácticamente en su favor obras que lo
indicaban muy bien. Finalmente, después de haber manifestado su amor extraordinario a los
pobres enfermos y en gran manera deseosa de ser aplicada a ella, le sobrevino una pequeña
indisposición que pronto los médicos la diagnosticaron de gravedad; por cuya causa se le
administraron los santos sacramentos, e hizo sus santos votos, para dar las gracias más expresivas
a san José, de quién era devotísima, y con la tranquilidad del justo murió. Amén Jesús, María y
José.
Ejemplo. Nuestra venerable fundadora sor Cesárea de José Esparza, viose siempre
conducida por el espíritu de pureza, y viose en todos los días de su vida que jamás había ajado en
lo más mínimo el lirio precioso de su pureza virginal. Como una de aquellas personas que,
escogidas por Dios, reciben desde el principio gracias espacialísimas, bien pudiéramos afirmar que
poseyó esta virtud con perfección admirable, no solo porque su casa era gobernada por personas
muy cristianas, y por tanto libre de aquellos defectos que echan a la juventud al abismo de la
perdición, si que también como alma escogida, el Señor la llevaba tan admirablemente protegida
que el inmundo espíritu, según se cree, no había logrado que tiznara el blanquísimo ropaje de su
pureza virginal. Por muchos años ni conoció esa terrible concupiscencia de la carne, y cuando en la
edad madura el Señor le permitió que el diablo Asmodeo así la tentara, quedó siempre vencido, y
deseaba más y más redondear sus negocios para que lo más pronto posible se encerrara en la casa
de Dios. En los últimos años de su vida la tentación impura fue la más terrible, la más continua y
siempre tan admirablemente rechazada que emprendió un trabajo ímprobo, porque había oído
decir que el modo de vencer la tentación impura, el medio de los medios, era el continuo trabajo;
pero cuando sus ocupaciones no se lo permitían, y menos sus enfermedades, entonces ocurrió a
las jaculatorias; y da mucha admiración el fervor con que las recitaba, y mucho más su frecuencia,
con lo que llegó al último de sus días a una casi continua presencia de Dios. Honremos a nuestra
madre que poseyó tan bien el espíritu de pureza, que en alguno se le puede aplicar la admirable
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alabanza que la santa Iglesia tributa a las vírgenes, diciendo: Ésta es la virgen sabia, y una de las
vírgenes prudentes, ésta es la virgen sabia que el Señor la encontró que estaba vigilando. Amén
Jesús, María y José.
Ejemplo. Sor Guadalupe Ruiz, hermana josefina, como muy dada a la presencia de Dios, y
deseosa de honrarlo y glorificarlo, está claro que ardía en los deseos más vehementes de la
salvación de las almas; y deseos que eran tanto mayores y tanto más vehementes, cuanto los
conocimientos que tenía del valor de una alma y de la suma bondad de Dios, la obligaban a obrar
con mayor perfección. Ella no pudo salvar almas aplicada a la instrucción y educación de la
juventud, ni colocada al servicio al cuidado de los pobres, ni entregada a la curación de los
enfermos, y ni siquiera en los múltiples quehaceres en los que se aplican las Hermanas Josefinas
encargadas del bien y caridad para con los pobres; pero se dedicaba a salvar almas con sus buenos
consejos, con sus exquisitas maneras, con sus modos propios del que ama a Dios y, sobre todo,
con su oración. ¡Oh, cómo oraba! ¡Con qué frecuencia se ponía a orar! ¡cómo su oración era
objeto de las más fervientes súplicas en favor de las almas, creyendo que el Señor oía su oración y
le cumplía el «pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá, buscad y hallaréis;» por esto sucede con
frecuencia que la conversión de un gran pecador, el buen éxito de una tanda de ejercicios
espirituales y los grandes resultados de una misión no tanto son efecto de los grandes
predicadores, sino de una de aquellas almas fervorosas a quienes oye el Señor; y dicha hermana
josefina soportaba grandes trabajos que sufría por amor de Dios, en favor de nuestro pobre
Instituto que en aquellos tiempos era más bien un aborto; pero ella veía sus futuros trabajos, las
grandes obras que había de llevar a cabo, lo mucho que debían extenderse ambas familias
josefinas y por esto le alcanzó de Dios gracias poderosísimas: de hecho pudimos llevar a cabo algo
de lo mucho que a tan santa hermana le había revelado el Señor aprobándonos en este mismo
año la Santa Sede el Decretum Laudis. Oremos; oremos todos para la conversión de los pobres
pecadores, para que aumentemos más y más el número de las almas salvadas. Amén Jesús, María
y José.
Ejemplo. Sor Ángela Torner fue devotísima de la santísima Virgen María, y devotísima
también de san José, y casi sin saber como, en fuerza de tan santa devoción, trabajaba con
empeño para honrar a tan divino matrimonio, de los que había recibido a su divino esposo Jesús.
Ella no sólo los amaba como súbdita, si que también como superiora que fue de la casa de Santa
María de la Ribera, en donde las Hermanas Josefinas pusieron una escuela de niñas pobres,
procurando, además, el internado, que llegaron a tener tantas niñas que las bastaba para
satisfacer sus gastos. La hermana Torner es esa casa procuró infundir a sus súbditas la verdadera
devoción hacia la Santísima Virgen María nuestra Señora y buena madre, arregló la casa poniendo
algunas imágenes de María Santísima, hizo que diariamente se le rezara el santísimo Rosario, que
los sábados fuesen días consagrados a tan soberana Señora y procuró también que el templo
fuese renovado, arreglándolo con donativos que le proporcionó su buen padre don Miguel Torner
y algunas otras personas piadosas; y así quedó el presbiterio bien adornado, así como la imagen de
la Santísima Virgen María, que le sirvió en el mes de Mayo, para celebrarlo con todo fervor y
devoción como verdadera hermana josefina. Dicha hermana comprendió felizmente que como
358
verdadera josefina, había de ser del todo de María, su más tierna madre, así como del todo de
Jesús, a quien reverenció siempre como a su divino esposo. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. Sor Ángela Torner fue una de las primeras Hermanas Josefinas, hija de D. Miguel
Torner, en gran manera unido con nuestro Padre Fundador por se el impresor que por tantos años
sirvió al Instituto, que tuvo mucho gusto cuando determinó ser josefina, y de hecho fue admitida
en la comunidad. Entre las grandes virtudes que brillaron en ella fue una de las más claras y
manifiestas la confesión que hacía cada ocho días, porque en aquellos primeros tiempos del
Instituto, no siempre estaban los confesores en disposición de asistirnos en el tribunal de la
penitencia: y sí por una parte no perdía una sola de las ocasiones, cumpliendo con toda exactitud
la observancia de la regla, porque así como se dice que la vida de un buen cristiano es confesarse
cada mes, así la vida de una buena religiosa es confesarse cada ocho días. Además, mostró
también esta fidelidad en su confesión de cada ocho días en su última enfermedad, viéndose
obligada a irse a curar a su casa, ya por las circunstancias de los tiempos, ya porque el Instituto
estaba en sus principios y no pudo hacerlo de otro modo, con todo, aun entonces procuró cumplir
con esta regla de confesarse cada ocho días; y cuando por alguna circunstancia no podía hacerlo
con nuestro Padre Fundador, suplicaba humildemente que se le enviara a otro sacerdote para no
perder las bendiciones que lleva consigo la confesión de cada ocho días. Amén Jesús, María y José.
Ejemplo. Nuestra edificante hermana josefina, sor Felicitas Valdés, fue una de aquellas
venturosas de quienes dice el Espíritu Santo que el Señor las saca de este mundo para que éste no
las pervierta, y para que pueda premiarlas más pronto con la recompensa de la gloria; tantos y
tales eran sus vehementes deseos de dedicarse en cuerpo y alma a la conversión de nuestros
infieles. México, no obstante de estar en la conclusión del siglo XIX, tiene sin embargo
innumerables infieles en muchos lugares de la República mexicana, porque de hecho les faltaron
los misioneros españoles que no llegaron a convertir a muchos de los que estaban internados en la
espesura de los bosques, en las altas cordilleras de las montañas y en los profundos abismos de las
más intrincadas barrancas. Sor Felicitas Valdés bien podríamos decir que fue una verdadera
felicidad, ora por el buen ejemplo que derramaba por todas partes con el buen olor de su virtud;
ora por aquella paz interior que gozaba, aun en medio de las grandes dificultades que lleva
siempre consigo la vida religiosa; porque siempre tenía en el centro de su corazón un altar donde
ofrecía sus buenas obras a san José, para la conversión de los infieles en nuestras misiones de los
indios. Su noviciado fue justo, fervoroso, ejemplar y tan dispuesta a todo, que se creyó que llegaría
a ser un día útil para todo, y de un modo especialísimo que se consagraría a nuestras misiones. Ella
hizo sus votos; y desde este tiempo fue mejor; y fue ocupada en todos los oficios y en cada uno se
le reconocía aquella gracia especial del cielo que la confirmaba, asegurando prácticamente que los
había desempeñado bien. Pero san José que quiso premiar a una de sus más distinguidas hijas,
conforme sus virtudes, le envió una pena tras otra pena; una aflicción tras otra aflicción y una
enfermedad tras otra enfermedad, hasta que llegó su último momento y fortificada con los santos
Sacramentos se durmió en el Señor. Amén Jesús, María y José.
359
El p. Vilaseca felicita a sor Juliana Ramírez por los buenos exámenes, cuya
fama llegó hasta Peñón Blanco, de donde les piden una fundación. El 4 del
corriente terminaron ejercicios 97 Josefinas.
536) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
11 DE ENERO DE 1896; ORIGINAL AGHJ.
25 de enero de 1896.
[Sor Josefa Pérez.]
Examine a la dadora Petra Barrol que desea ser josefina; y el Padre Jesús Rodríguez le dará
cada mes doce pesos.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor María Pérez y le manda libros para las niñas y
Hermanas Josefinas que van a dedicarse al estudio.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para animarla por su conducta y sus
clases. Que tome consejos de San José del Buen Consejo, cuya estampa y
oración adjunta. La Madre General prepara los ejercicios de marzo para
las hermanas Profesoras.
Carísima hija:
Veo por la carta de su buena Superiora que su conducta es excelente y que su clase va
poniéndose todos los días mejor.
En adelante todos sus consejos los toma de san José del Buen Consejo, cuya estampa le
envío y cuya oración le recomiendo.
Todos la saludan y nuestra Madre está muy ocupada preparando los santo ejercicios que
en marzo hacen todas las profesoras.
Deseando que todos los días ame más y más a Jesús su único y verdadero Esposo son los
deseos de su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca
542) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
21 DE MARZO DE 1896; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciba a Caya como colegiala y a
Pilar Ruiz para josefina.
110 Educandas
44 Párvulos pobres
XVI. Hospital y Escuelas en San Andrés Chalchicomula (Puebla)
6 Hermanas profesas
40 Enfermos
125 Educandas en las escuelas
XVII. Hospital y farmacia en San Pedro Tlaquepaque (Guadalajara)
6 Hermanas profesas
30 Enfermos
XVIII. Hospital Concepción Béistegui (México)
10 Hermanas profesas
70 Enfermos
XIX. Colegio y escuelas en Tecamachalco (Puebla)
4 Hermanas profesas
125 Educandas
XX. Colegio y escuelas en Yoquivo (Chihuahua)
4 Hermanas profesas
40 Educandas
XXI. Colegio y Escuelas en Urique (Chihuahua)
2 Hermanas profesas
40 Educandas
XXII. Colegio y escuelas en Azcapotzalco (México)
3 Hermanas profesas
40 Educandas
XXIII. Colegio y escuelas en Ciudad Lerdo (Durango)
3 Hermanas profesas
126 Educandas
XXIV. Escuelas en Orizaba (Veracruz)
8 Hermanas profesas
315 Educandas
214 Párvulos pobres
XXV. Hospital y escuelas en Teocuitatlán (Guadalajara)
3 Hermanas profesas
10 Enfermos
112 Educandas
XXVI. Escuela y farmacia en Buenavista (Jalisco)
4 Hermanas profesas
226 Educandas
215 Párvulos pobres
XXVII. Colegio y escuelas en Comalcalco (Tabasco)
3 Hermanas profesas
80 Educandas
XXVIII. Hospital en Orizaba (Veracruz)
3 Hermanas profesas
12 Enfermas ancianas
XXIX. Casa Colegio y Escuelas en Huatusco (Veracruz)
4 Hermanas profesas
250 Educandas
367
El p. Vilaseca escribe a sor María Ugarte para decirle que recibe a la joven
que le presenta; que venga y se hospede en el colegio de Veracruz con las
Josefinas cuya Superiora es sor Luisa Arzate. Les manda catálogo de las
obras Josefinas.
religioso que no tiene mas objeto que extender la devoción del señor san José, que las Hermanas
están encargadas de él en todas partes y que sentiría usted mucha pena y mucha mortificación, no
poder hacer usted en su casa lo que sus compañeras hacen en todas las otras, sigan pues con
mucha devoción y confianza que tiene en sus manos.
Su afectísimo padre que las bendice.
José María Vilaseca.
Colegio de Yuquivo
5 de octubre de 1896
R.I.P.
[Solamente está la caratula]
26 de diciembre de 1896.
Lista de las Hermanas Josefinas que entraron a ejercicios el 26 de diciembre de 1896 y
salieron el 4 de enero de 1897.
1. Jesús Saldaña
2. Laura Islas
3. Natalia Flores
4. Engracia Rodríguez
5. Guadalupe Zamora
6. Catalina Ramos
7. Concepción Zamora
8. Angela Briseño
9. Teresa de la Garza
10. Paz Arellano
11. Luz Castillo
12. Pilar Ruiz
13. Luz Zaragoza
14. Dolores Lozano
15. María Zapial
16. Alejandra Rangel
17. Victoria Ortega
18. Gracia Rangel
19. Adelina Gómez
20. Asunción Quevedo
370
[1897]
- No es bastante para la fundación de las Hermanas Josefinas.
[Sin firma]
372
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que extraña no tener
noticias suyas. En México todo bien. En tabasco tienen problemas de
dinero, como le escribe sor Trinidad, pero que informe al obispo Perfecto
Amézquita para que disponga.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que revise el trabajo en los comunes
y el baño, porque piden pago los obreros.
11 de septiembre de 1897.
Sor Josefa.
Hágame el favor de examinar bien cómo han quedado los comunes todos, que me parece
son 17 y el baño de regadera, porque en esta tarde quieren se les salden las cuentas.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
Instituto de las Hermanas Josefinas en el aniversario de su fundación, o sea, sus bodas de plata
celebradas en el oratorio de la casa central, el 1 de octubre de 1897.
[Sin firma]
[Enero de 1898]
El gran milagro de la Virgen, o la vuelta de las Hermanas Josefinas a Puebla.
- Era a principios del pasado mes de mayo, cuando el Ilustrísimo Señor Deán de la
Catedral de Puebla, Doctor don José Victoriano Covarrubias, creyó que había llegado la hora de
asegurar la existencia de sus dos importantes Colegios: El Colegio Mayor de San Vicente de Paúl,
transformado con habilidad admirable en Escuela Normal para dar a la iglesia metropolitana las
profesoras más indispensables para las escuelas parroquiales de niñas, y el Colegio Menor de San
José de Gracia para niñas, situado en la calle de San Jerónimo no. 1, suplicó a las hijas de María
que durante el mes de mayo le hicieran fervorosos ruegos a María santísima para que se hicieran
cargo de la dirección de dichos Colegios las Hermanas Josefinas.
- Para lograrlo era necesario vencer muchas dificultades y superar los mayores obstáculos,
sin embargo, a fines del mes de mayo todo quedó perfectamente arreglado; y habiendo pasado a
Puebla la Superiora general de las Hermanas Josefinas y su Secretaria se ultimaron algunas
adiciones a las bases; y el 4 de junio recibieron ambos Colegios las 5 Josefinas que por ahora los
dirigen.
- No podemos menos que referir algo de la patética y paternal exhortación que el señor
Covarrubias hizo a las niñas de ambos Colegios.
[Sin firma]
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciba a Petra Miranda para
Josefina, la entrega su padre Francisco quien firma de conformidad.
Francisco Miranda
casa en particular, ha de hacer que ella marche con el santo desahogo propio de una comunidad
religiosa y procurar que todas tengan lo necesario, conforme las Reglas. Este cargo de Procuradora
general de tanta importancia ha sido confiado a nuestra muy amada Hermana Sor Luisa Arzáte,
Hermana que a la antigüedad de su vocación puede añadir el haberse portado siempre conforme
las Reglas de las Superioras particulares que nuestro muy honorable Padre fundador nos dio el
día...
Para llevar esto a cabo, dicha Hermana hará las visitas correspondientes a cada casa todas
las veces que sean necesarias, y examinará:
1º El libro de entradas y salidas.
2º Las niñas de paga y las de gracia para apreciar bien sus productos.
3º Dará los medios convenientes, para que, cumplidos todos los gastos, pueda entregarse
mensualmente a la Casa central las cantidades que le fueren señaladas: y cantidades que deberá
haber entregado, así como las anotará también al remitir, según la Regla, la renuncia del cargo de
Superiora de la casa que el Consejo le hubiere confiado.
Soy en los sagrados corazones de Jesús, María y José, mis muy amadas Hermanas, vuestra
humilde servidora.
Sor Josefa Pérez
Superiora general
El p. Vilaseca está muy contento por los trabajos de Sor Albina Lorenzana
y por ellos ve cuanto los bendice San José, pero que sea muy fiel a su
vocación y muy observante. Que se dedique a estudiar dos horas diarias
de inglés y francés.
El p. Vilaseca escribe a sor Paula Zarza para felicitarla por ser tan
agradecida con San José, pero que se alegre también cuando le vengan
penas y angustias. Que espera le ayuden con recursos.
con nosotros para México, no era resolución nuestra, sino efecto de la presión que nos hizo el
señor Cura; mas habiéndonos hecho cargo de la voluntad de doña Sebastiana, y del deber de
conservar su fundación, determinamos la separación completa del señor Cura en un todo del
Colegio, para que ustedes enseñen, no como él quiere, y con el método de don Mariano, que es
muy defectuoso, y aún muy malo, sino como se acostumbra en nuestra Casa central.
Por tanto que el señor Cura ponga su Colegio y ustedes el suyo, sin que hayan de
comunicarle cosa alguna que tenga relación con él, mas al mismo tiempo, deben profesarle todo el
honor y respeto que les marcan sus reglas, acordándose que por su medio frecuentan los santos
Sacramentos.
Tendrían en su casa la repartición de premios, y no tendrán en ella la de los niños de don
Mariano por no ser compatible con el silencio de una casa religiosa, y como nunca se permite en la
Casa central.
Aunque el señor Cura no ha querido encargarse del Seminario, a pesar de lo que nos había
dicho; con todo las mismas postulantes estarán a cargo de Sor Encarnación Luyando, sirviéndole
para instruirse de todas las prácticas de la comunidad para que al ir a México no encuentren
dificultad alguna.
He sabido que le pidieron al señor Cura cincuenta pesos, que se los devolverán lo más
pronto posible para lo cual podrá aumentar las mesadas de las niñas, si fuese necesario, dándonos
cuenta luego que haya saldado sus deudas.
Para que usted esté mejor, encargará de un modo especial a la misma Sor Luyando la
Asociación del señor san José, los Propagadores, los coros, las visitas y que nos escriba el número
de Propagadores que necesita, así como enviarnos por medio del telégrafo un giro que podrá ser
aún de doscientos cincuenta pesos, o menos, según lo que tuviere.
En suma, nunca como ahora necesita usted de tanta virtud, de tan buen modo, de tanto
celo, de tanto cuidado, de tanta solicitud, de tan buen modo para la gente, y de tan buenas
maneras para las niñas, como se lo pide al señor san José que lo alcance su afectísimo padre que la
bendice.
José María Vilaseca.
569) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR ROSA ROMÁN, SAN CRISTÓBAL
LAS CASAS, 5 DE MAYO DE 1898; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
también indiqué al señor Cura y al señor Obispo que la casa era mía y que no permitiría yo, que se
hiciera una cosa contraria a lo dispuesto por doña Sebastiana.
Por de pronto perderemos a muchas niñas sin embargo, todos los adictos a doña
Sebastiana y a las Josefinas, busquen nuevas niñas, manifestando la verdad del antiguo método
que es el que se usa en todas partes, principalmente en la dirección general de estudios de toda la
República Mexicana.
En suma, confiemos en Dios y en el señor san José que nos ha librado de tantas
persecuciones, nos librará también de ésta como se lo suplica ardientemente su afectísimo seguro
servidor y capellán.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez y alaba a San José por el éxito
del colegio de Puebla, pero que esté de acuerdo con el Sr. Covarrubias y
el obispo, para conocer la voluntad que tienen con las Josefinas. Que sor
Rosa se cure. Que el Sr. Covarrubias les dé del colegio lo que necesiten,
los otros centavos son para ellas y para la Casa central.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que quiere que
las Josefinas estudien, pero que no dejen sus actos de piedad, para que
sean verdaderas religiosas josefinas.
El p. Vilaseca escribe a sor Paula Zarza para decirle que se alegra porque
ya está bien de la enfermedad y la anima a ser más de Dios y que toda su
vida la debe al instituto. Que el colegio sea un gran colegio y se aprenda
como es debido el modo de amar a Dios.
de usted para grandes cosas, sin embargo, para su consuelo le permito cuanto usted me pide
sobre las misas.
Con relación al ofrecimiento al señor Gobernador nos basta la buena intención que
tuvimos; y para que se anime más sepa usted que de seiscientas Hermanas de la Caridad que
fueron a Cuba, ciento y pico murieron por las balas y enfermedades epidémicas; por tanto, ánimo
y más ánimo, y me escriben cómo les va a las demás Josefinas, y no se olviden de las velas a José.
Reciban la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
Aumento: Van más entregas
El p. Vilaseca hace una sentida plática sobre la muerte de sor Paula Zarza.
porque está escrito, irán al fondo de los infiernos por los siglos de los siglos; pero las personas que
pueden llamarse justas, aun en medio de las miserias de esta vida, tienen su esperanza en Dios,
tienen su esperanza en Dios, tienen su esperanza en sus propias buenas obras purificadas con la
sangre de Jesucristo y la tienen de un modo especial cuando mueren mártires de la caridad, como
ha sucedido a nuestra venturosa hermana, que se le pegó la fiebre amarilla asistiendo a una
enferma que también murió de ella.
El justo vive de la fe y ese justo que vive según el espíritu de fe vivirá eternamente.
Ved ahí, hijas mías, lo que podría decirse de nuestra hermana Sor Paula Zarza que murió
ayer, una de las hermanas más antiguas del Instituto, una de las que conocieron a la venerable
Madre Fundadora antes que todas vosotras, por haberla conocido antes de ser josefina cuando
vivía en San Luis Potosí.
En aquella ciudad, muerta la madre de Sor Paula, quedó ella sola y con algunos intereses,
pero les hizo tan poco caso que desde aquel momento sólo pensó en consagrarse a Dios, y
teniendo noticias que una de sus amigas y a quien ella respetaba, encontrábase al frente de la
comunidad de las Hermanas Josefinas, resolvió venirse con ella, y de hecho lo verificó.
Ella era joven bastante instruida, y de maneras muy amables, y conducida por la
obediencia, fue la primera que hizo todos sus estudios de la instrucción primaria, dedicándose
tanto y con tanto acierto que le fue dado el título de profesora, que por unanimidad se lo
concedieron los profesores del Gobierno.
Todavía lo recuerdo yo, cuando la Hermana Josefina al sufrir su examen profesional, hizo
lo que ninguna josefina ha hecho hasta hoy, se revistió de luto riguroso, porque en aquella época
no se conocía el vestido de las josefinas, y ni siquiera la capelina, y apareció vestida de este modo
ante el jurado del gobierno que la había de examinar, y después de un examen de más de dos
horas se le concedió la aprobación por unanimidad. Desde este día comenzó a trabajar de muchos
modos con grande acierto y, como era mujer de cabeza y de mucho juicio, pronto se la puso
también de Superiora de las casas.
Para que conozcáis mejor su virtud, habéis de saber que el Instituto no era lo que es
ahora, sino que estaba con muchos y muy grandes trabajos para vivir y así llegaba el fin del mes y
no había con qué pagar lo que habían comido, y esa buena hermana amante en gran manera del
Instituto, vendió su casa que tenía en San Luis, y así como antes entregaba a la Comunidad todas
las rentas que recibía, así después vendido todo, le entregó el capital, lo cual fue entonces tanto
más meritorio, cuanto que en aquella época ni siquiera se conocían los santos votos, y ella fue una
de las primeras que los pronunciaron con toda fidelidad y de la manera más cabal y más completa.
Desde aquel momento de su consagración a Dios fue siempre un modelo de observancia
religiosa, y así, estando allá en Puebla, en el Colegio de San Vicente, donde están ahora nuestras
Hermanas, el fundador no sabía cómo ensalzar las grandes virtudes de Sor Paula y los grandes
servicios que le prestó, cuánto sufrió, cuántas escaseces padeció, y era de sentirse tanto más
cuanto que estando en su casa tuvo siempre lo necesario para vivir holgadamente.
Después vio muchas veces a sus hijas en otras fundaciones, casi en la miseria, y aun
escasas de lo más indispensable, y ella siempre en medio de sus grandes necesidades crecía todos
los días más y más en virtud, y esas necesidades no producían ninguna mella en su vocación, al
contrario, se desprendía más del mundo, conocía perfectamente el engaño y la falsedad de las
gentes del mundo, se unía mucho mejor con Dios. ¡Oh, cuánto, cuánto amó siempre la pobreza y
cuan útil fue siempre a su espíritu!
Su vocación le fue siempre tan querida que la creía como lo principal de una hermana
josefina, siendo máxima suya exclamar en sus tribulaciones: “Piérdase todo mientras no se pierda
la vocación”. Por esto cuando por una de tantas circunstancias perdiose la casa de Puebla, que
ahora por la bondad de su digno fundador el señor Covarrubias, ella fue el más fuerte sostén de
388
todas sus compañeras. Por el aprecio que tenía a su santa vocación no consistió, a pesar de los
muchos ofrecimientos que se le hicieron, abandonarla ni por un momento, por esto jamás quiso
separarse del lado de la fundadora. Desde entonces comenzó de nuevo, siendo Superiora de otras
casas, a cumplir sus deberes de hermana josefina, y muchas se acuerdan de que ella fue muy
buena, que es una de aquellas que pueden servir de modelo, de distintos modos y ha dado
ejemplo hasta el fin de su vida muriendo, por decirlo así, mártir de la caridad de Jesucristo
consagrando su existencia a cuidar los apestados.
Yo no puedo menos que admirar el espíritu de esas hermanas de Ciudad Victoria que ya
llegaron a esta Casa madre, y si dicho Colegio nos cuenta ya tres Hermanas Josefinas, y las tres de
mucha virtud, y de muchos conocimientos en la instrucción primaria, al mismo tiempo ha sido
para nosotros de gran consuelo que mueran haciendo el bien auxiliando a los apestados, porque
habéis de saber que en la peste que ha habido en dicha ciudad se enfermó la madre del señor
Obispo, y Sor Paula, llena de caridad, se puso a su cabecera, la trató con aquella caridad de las
almas llenas de fe, las cuales no ven en los enfermos sino las imágenes de Jesucristo.
Ella misma la asistió, y cuánto sufrió en aquel tiempo, yo podría decirlo, refiriendo ciertas
cartas recibidas, y aun algo podríamos añadir de una carta que ella misma me escribió hace como
unos seis días donde me refirió el terrible efecto que había producido en la madre del señor
Obispo la enfermedad de la fiebre amarilla o vómito negro. Finalmente, estando dicha señora
sumamente grave, echó una bocanada de sangre, pero tan negra como el carbón, e
inmediatamente murió en el Señor, una vida que fue de las más edificantes de una madre de
familia.
Apenas se supo que había espirado, los de la casa se fueron de miedo de que aquel vómito
negro los cogiera también, pero ella no se separó del lado de su cama, sino hasta que la hubo
vestido, aseado y arreglado de modo que fue metida en su caja. ¿Quién le había de decir a nuestra
muy sentida hermana que la misma enfermedad sería para ella la última?
En efecto le causó la muerte, y fue sepultada. Yo siento que se me desgarra el corazón
considerando su muerte, pero en medio de mi dolor siento un gran consuelo considerando que su
muerte, como mártir de la caridad, ha hecho que su gloriosa alma volara al cielo, y que desde
aquel lugar del eterno descanso nos ayudará más que aquí en la tierra, que siempre será llena de
lágrimas.
Por consiguiente, hemos de procurar vivir bien porque no nos fiemos, cuando menos una
piensa viene el corre, corre, y se muere uno, y así cuando es buena la vida, es buena la muerte.
No, no olvidemos las palabras que acabo de leer lo que más nos debe hacer temblar en la
sequencia de la tierra: “Liber scriptus proferetur, in quo totum continetur unde mundus judicetur.
Se presentará un libro, en el cual está escrito todo lo que hemos hecho y conforme él seremos
juzgados”.
Por consiguiente, tomemos la santa resolución de obrar bien y tanto más cuanto que de
un modo juzgamos nosotros en el mundo y de otro se juzga en la justicia de Dios. Él encuentra
faltas aun en la misma inocencia de los niños y es una verdad de fe que el cielo es un lugar tan
puro, un lugar tan santo que no podrá entrar en él ninguna cosa manchada, y así de esa escoria del
alma va uno a purificarse en el Purgatorio, y por esto se ha dispuesto en el Instituto de las
Hermanas Josefinas, que cuando una se muere se le apliquen los sufragios señalados, que a la
verdad son muchos y, sobre todo, cierto número de misas para que pronto salga de las penas del
Purgatorio. Así se las aplicaremos con el mayor fervor para que pronto pueda ir a gozar de la
eterna gloria que a todas deseo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
389
A últimos del corriente saldré para ésa para asistir a los exámenes y repartición de
premios, para poder comenzar los santos ejercicios en el mismo día del año pasado, y salir el día
de ellos el día 12.
Entre tanto vayan arreglando las cosas, para que puedan hacer los ejercicios con el debido
fruto, como lo desea su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
Aumento: Lean las adjuntas entregas sobre la humildad, y me escribe el fruto que de ellas
saque.
El P. Vilaseca escribe desde Orizaba a sor Josefa Pérez y le dice que los
ejercicios están acabando bien. Que sor Josefina Argudín se vaya a
México con ella. Mañana 10 sale para México con el Coadjutor.
El p. Vilaseca escribe a sor Teresa Vélez y le dice que estará muy alegre
con la ida a esa de la Madre general. Que le entregue lo de la Asociación,
lo de la Casa central y lo de los atrasos.
El p. Vilaseca comunica a sor Antonia Corral que arregle sus cosas y pase
a Tlaxcala para hacerse cargo del colegio, pero que se despida de todos y
les de las gracias. La espera en México dentro de tres o cuatro días.
Veo en su carta el estado de su alma y me hace bendecir a Dios, procurando servirse de los
versos de la Nada, en donde verá cuál debe ser su conducta, experimentando las Ansias ardientes
de las que me habla en su carta, y desde su cuartito, fíjese en la ventana que da a la iglesia y desde
allí por ahora satisface su devoción.
Ahora todo su cuidado ha de ser arreglar las cosas de modo que el colegio aumente; que
se acredite de hecho y verdaderamente y no paren hasta que tenga unas treinta o cuarenta
internas, y entonces a pesar de los díceres de las personas que no las quieren, espero que su
Señoría Ilustrísima concederá la gracia de oratorio público a ese colegio.
Entre tanto sírvase de todas las Hermanas Josefinas que el señor san José le ha dado, y
sobre todo de Sor Jesús Uribe a quien escribo, y cuya carta le entregará suplicándole que me la
conteste.
Va la entrega 4a. sobre la humildad y reciban todas la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
22 de abril de 1899
Humilde recuerdo del acto de la bendición del oratorio de la Casa central de Hermanas
Josefinas, que se verificó el 22 de abril de 1899, por el Excelentísimo Monseñor Nicolás Averardi,
Arzobispo de Tarso, y Visitador Apostólico; el que fue apadrinado por la excelentísima señora
Carmen Romero Rubio de Díaz y la señora María C. de Limantour.
[Sin firma]
El p. Vilaseca escribe a sor María Pérez para que permita a la Sra. Luz
Villada que salga para ver al Gobernador de Toluca.
598) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
4 DE MAYO DE 1899; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que se alegra que
esté bien de su caída, gracias a San José. Todo va bien en México, puede
quedarse en Puebla. Ya invitó a Mons. Averardi para la fiesta del Corpus,
ellos la celebran el día de la fiesta y ellas el domingo infraoctava.
El p. Vilaseca avisa a sor Josefa Pérez que manda al p. Luis Beltrán para
revisar los gastos de luz en el mes de mayo.
30 de junio de 1899.
[Josefa Pérez]
Recado:
Mando al padre Beltrán para que vean el gasto que han hecho ustedes en el mes de mayo:
de modo que han gastado en dicho mes, cincuenta y dos pesos más que nosotros: va el padre
Beltrán para que les explique la cuestión, o bien se quita la luz.
José María Vilaseca.
hacerlo sería cerrar esa casa que tanto le costó a usted y al Instituto.
Que se conserve más y más animosa son los deseos de su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que ha sabido por
sor Josefa Pérez y sor Patrocinio Licea que el colegio de Puebla va bien.
Que en todo haga lo que disponga Sr. Covarrubias. Que anime a las niñas
Silvia, Orea, Reyes y Covarrubias, que quieren ser josefinas, y se
encomienden a San José del Buen Consejo.
demás.
Dentro de un mes poco más o menos pasaremos por ésa acompañando los jóvenes que
van a Roma, y entonces hablaremos sobre la Custodia.
Pronto le enviará reliquias su afectísimo padre que la bendice,
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca pide a sor Asunción Rayado que den gracias a Dios por tener
oratorio. Que se dediquen a formar bien el corazón de los niños.
Los cuatro primeros pertenecen al nombramiento, que según la Regla, hizo el Consejo
general el 24 de junio de 1893 y se cumplió el 24 de junio de 1897. En esta fecha el Consejo
particular de la Casa madre del Instituto, valiéndose de la autorización que le da la misma regla,
hizo el nuevo nombramiento por tres años (de cuya determinación se dio a vuestra reverencia
oportuno aviso) y que se cumplen en el presente año de 1900.
Ahora este mismo Consejo, obrando según las atribuciones que le son propias, y que
constan en las Reglas de los Oficios, ha determinado que todas las electoras estén en esta Casa-
Madre el día 10 del próximo mes de Marzo, a fin de que el día 18 del mismo, a las nueve de la
mañana, las Hermanas Josefinas electoras, constituidas en Gran Consejo, verifiquen la elección de
la que ha de ser Superiora general del Instituto, y pueda tomar desde dicho día las riendas del
Gobierno de dicho Instituto, de acuerdo con sus consultoras.
Según las Reglas serán electoras:
Los miembros de este Consejo:
1 Sor Josefa Pérez (actual Superiora general).
2 Sor Patrocinio Licea (Secretaria y Maestra de las Profesoras).
3 Sor Carmen Castillo (Maestra de novicias).
4 Sor Josefa Legorreta (Admonitora).
5 Sor Carmen Serrano (Consultora).
6 Sor Refugio Perdomo (Superiora de la Casa de Hermosillo y Visitadora de la Provincia de
Sonora).
Las 6 Superioras más antiguas:
7 Sor Antonia Corral.
8 Sor Rosa Castro.
9 Sor Teresa Vélez.
10 Sor Teresa Legorreta.
11 Sor Refugio Calderón.
12 Sor Luisa Arzate.
Las profesoras de últimos votos:
13 Sor Jesús Uribe.
14 Sor Josefina Argudín.
15 Sor Catalina Velázquez.
16 Sor Cristina Acosta.
17 Sor Teresa Quinto.
18 Sor Guadalupe Carmona.
19 Sor Pilar Rivas.
20 Sor Natalia Mejía.
21 Sor María Argüello.
22 Sor Inés Mendoza.
23 Sor Antonia Mendoza.
24 Sor Amparo Zamudio.
25 Sor Esperanza López.
26 Sor Concepción Monterrubio.
27 Sor Margarita Cadena.
28 Sor Dolores Arteaga.
29 Sor Jesús Pérez.
30 Sor Gertrudis Toscano.
31 Sor Ester Velázquez.
32 Sor Ana María Rodríguez.
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33 Sor Dolores Cataño, como una gracia especial por ser ella la única de las 7 fundadoras
que aún existe.
Todas las sobre dichas Hermanas Josefinas tienen derecho a ser electoras, mas si alguna
de ellas por enfermedad o por razón de la distancia en que esté de la Casa madre, no pudiese
venir para formar el Gran Consejo, en este caso, supuesta la aprobación del Consejo particular,
mandará cada una su voto en favor de la que ella escogiera para Superiora general, de la terna que
el Consejo particular remite y que es la siguiente:
Sor Carmen Castillo (Maestra de Novicias)
Sor Luisa Arzate (actual Superiora de la Casa-Colegio de Veracruz).
Sor Josefa Pérez.
Queda el Consejo en espera de su contestación, para la conclusión de todos los negocios
en tiempo oportuno, y así pueda hacerse la elección en el día señalado.
Finalmente, para quitar toda duda a esta Circular la firman los miembros del Consejo
particular de esta Casa madre presididos por el Superior general de los Misioneros Josefinos.
José María Vilaseca.
Superior general.
Sor Josefa Pérez.
Superiora general.
Sor Patrocinio Licea.
Secretaria y Maestra de las Profesoras.
Sor Carmen Castillo.
Maestra de novicias.
Sor Josefa Legorreta.
1ra. Admonitora.
Sor Carmen Serrano.
Consultora.
Sor Ernestina, y que la paz ha entrado en su corazón. ¡Que así sea!, amén.
A Margarita que se encomiende a san José del Buen Consejo, y ruegue por su afectísimo
padre que la bendice.
José María Vilaseca.
perfectamente bien; ayer salieron las Josefinas para el hospital de Morelia, así como otras
Hermanas para un Colegio en la ciudad de Monclova.
A la niña Soto que ya está recibida, y se podrá venir con usted pues la esperamos el día 9
para que con sus compañeras se prepare con la debida diligencia para hacer la elección de la
Superiora general; mil gracias por los $30.00 por lo tanto entregue la adjunta a su título y reciba la
bendición de su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
622) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR AMPARO ZAMUDIO DEL
16 DE FEBRERO DE 1900; ORIGINAL AGHJ.
En una carta que recibió el p. Vilaseca de sor Amparo Zamudio con el voto
para sor Josefa Pérez como Superiora general, anotó que también las
Hermanas Ana María Rodríguez, Concepción Monterrubio, Natalia Mejía y
Carmen Castillo dieron su voto por la misma.
623) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA ESTER VELÁZQUEZ; DEL 21
DE FEBRERO DE 1900; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca espera a sor Ester Velázquez con las dos postulantes y que
ella misma se encargue de recoger el pago.
Contesto su carta diciéndole que se paguen los $50.00 y la Casa quede bien.
Aquí tanto las Josefinas como las niñas siguen bien. El mes de mayo con mucho fervor; el
cambio de vigas del dormitorio de las niñas es obra de un mes y costará unos cuatrocientos pesos;
el harmonio que han comprado es muy bueno y ha costado $200.00. Todas las niñas comulgarán
el jueves, y el viernes por la mañana espera llegar a esa su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
bien.
A Sor Petra Miranda que mi viaje ha sido más feliz que nunca, pues exceptuando unas
pequeñas indisposiciones siempre he estado tan bueno que me han permitido escribir las
meditaciones de los meses de enero, febrero, marzo y abril meditaciones que han de servir para
que las pobres mujeres del Asilo de la regeneración de la mujer, piensen un cuarto de ahora en la
oración sobre su vida. Ojalá que las Hermanas Josefinas se hayan hecho ya cargo de él.
A Sor Carmen Valdez que siga con perseverancia en las prácticas de que habla en su carta;
y sea todo con tanta fidelidad, y tantas sean las niñas y tantos los niños del asilo que a mi vuelta
vaya un día a examinarlos y repartirles tantos más confites, cuantos sean mejores sus exámenes;
le escribiré anunciándole el día de nuestra partida para esa.
A Sor Guadalupe Salgado, que las cosas del Instituto de las Hermanas Josefinas van tan
bien que nuestra madre, como Superiora general ha recibido una carta que es de las más
honoríficas, y carta que es del Excelentísimo Cardenal Vives protector del Instituto a nuestra
siempre querida Comunidad Josefina.
A Sor Leonor Coria que prepare bien sus coros, que sus niñas adelanten bien, y que tenga
tanta calma que no esté tan flaca, para que no sea llamada Sor Espina.
A Sor Luz García, que la Santa Sede aprecia tanto nuestro pobre Instituto, que a pesar de
ser de ayer, nos dijo el Cardenal Protector tales cosas en su alabanza que he quedado
avergonzado, viendo lo mucho que san José hace en nuestro favor, y que debe obligarnos a
servirlo mejor.
A Sor Magdalena Ruiz que siga rogando mucho para alcanzar, para alcanzar bendiciones
especialísimas de nuestro gran padre señor san José.
A Sor Ángela Briscón que acepto sus buenos deseos, aunque en este viaje he padecido
nada, pues ni siquiera el mareo: por tanto, no tenga mas voluntad que la santísima voluntad de
Dios, y será feliz.
A Sor Josefina Argudín, que se acuerde que Santa Teresa le dice: De penas y trabajos
cuantos mas mejor; porque ellos nos recuerdan la muerte y la gloria que nos manda después de
ella, que ciertamente no está lejos.
A Sor María Osorio, que su carta había de ir al tompeate, y aunque en otras Josefinas
puede pasar, pero en una maestra no; no se lo diré a su profesora la madre Patro.
A Sor Victoria Ortega que su carta está bien escrita, que no tiene disparates, y que me
huele a Roma, pues ayer mismo me hablaron de una fundación en esta santa ciudad; prepárese
por tanto, por si la obediencia lo dispusiere.
A Sor María Ibarra, que señor san José ya nos ha dado ahora mucho mas de lo que había
deseado; por tanto, oración y mas oración, y duplicada conciencia.
A Sor Ernestina que haga bien todos los apuntes con Sor Virginia, para que a la vuelta
determinemos.
A Sor Dolores Cataño que dentro de dos meses estaremos arreglando nuestro viaje, y nos
veremos.
Me saluda a todas las demás Hermanas, a las niñas que sigan frecuentando bien los santos
sacramentos y reciban todas la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca
Para Sor Josefa Legorreta y demás Hermanas Josefinas.
420
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Legorreta para decirle que hoy llegó a
Barcelona, procedente de Roma, y espera tomar el tren para México el
once de octubre. Ya están aprobadas las Hermanas Josefinas y en
noviembre dan el decreto, como les dijo el Cardenal protector Vives y
Tuto. Piensa celebrar el año nuevo con la aprobación. Sor Patrocinio se
siente muy mal, que pidan por ella.
CASA MANSO.
Canuda, 45 y 47.
Hospedaje para Reverendos sacerdotes
y demás personas católicas.
Barcelona, 27 de septiembre de 1900.
Sor Josefa Legorreta.
Carísima hija:
Escribo a usted para decirle que hoy llegamos de Roma y vamos a arreglar las cosas para
que el once de octubre tomemos el tren para esa, y nuestra fortuna y la gracia especialísima de
san José, la aprobación de las Hermanas Josefinas ya está dada, y en noviembre que se juntan las
sagradas Congregaciones entonces se firmará el Decreto, y como nos ha asegurado nuestro
Cardenal protector Fray José de Calasanz Vives y Tuto celebraremos las fiestas del año nuevo con
la aprobación.
Estoy muy resentido con las niñas porque ellas no han orado en favor de Sor Patrocinio,
durante el viaje; pues la pobrecita en realidad apenas ha tenido un día bueno, y en las noches
padece mucho y se ahoga; ahora mismo está en cama; por tanto, que le hagan un septenario a san
José con todo fervor, y lo acompañen con tres días de Comunión y reciban todas la bendición de
su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
421
Por lo demás ánimo y más ánimo y como supongo que ya leyó la circular, y que se habrá
fijado en el noviciado de Roma, así como en el noviciado de España, supongo que comenzará a
pensar en la persona que podrá darnos cien pesos oro, cada año para mantener en Roma o en
España un novicio.
Le adjunto una entrega de la Sencillez para que leyéndola bien y meditándola mejor sean
tan sencillas de corazón como lo desea su afectísimo padre de la bendice.
José María Vilaseca.
lo que a sus dos hermanas, Josefa y María, que también fueron Josefinas
y ya están fuera.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que supone que
recibieron a sor Clementina y a la Hermana para el hospital. Espera que
429
estén seguras, y no haya quién las moleste, si alguien las molesta que
avisen a él y a la Madre General. Que no olviden la ayuda para mantener
un novicio, en Roma. Que entre las niñas y conocidas aumenten las
suscripciones al Propagador.
pasaremos a esa con nuestra Madre, porque queremos conocer la casa de Huejotzingo y el
hospital de esa.
Un saludo muy especial al señor Covarrubias que con tanto quehacer se le han de hacer
pesados los años como a mi; y reciba con todas las Hermanas la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Elena Suárez para decirle que admite a las tres
aspirantes para Josefinas, si ella las ve que tienen vocación.
A Sor Ester que se aproveche de lo dicho a las demás; y sobre todo que coma bien en la
mañana, medio día y noche; y que procure hacerse fuerte y robusta, y muy buena para el trabajo.
Le encargo que celebren el día 22 del corriente ya que hace 29 años que su venerable Madre
fundó su santo Instituto, y se fue a vivir en una pequeñísima vivienda de al 3ra. calle de san
Ramón.
Reciban todas la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Carlota Sánchez para que diga a sor María
Frías y a sor María Casas que el Consejo les concede los votos. Que le
junte recursos, tanto para el templo de la Sagrada Familia, como para El
Propagador.
no vienen ustedes a nuestra ayuda con las limosnas que nos hayan reunido.
Procure ir juntando lo más posible para que nos lo remita por conducto de las Hermanas
en los días de los santos ejercicios. Así lo espera de su amor a san José su afectísimo padre que la
bendice.
José María Vilaseca.
De nuevo le adjunto otro fotograbado de los cimientos del templo, y como usted verá por
su explicación son una obra regia; por tanto, siga trabajando con las familias que la conocen,
aprovechándose de su conversación en favor de una obra tan preciosa, y cuando vengan para los
ejercicios que cada postulante venga con lo que haya reunido, y cuando usted venga para los
ejercicios quizás verá las futuras tribunas destinadas para las Hermanas Josefinas, y las niñas. Va
un ejemplar para el señor Covarrubias.
Reciban todas la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
menos que usted se encargue de enviárnoslo lo más pronto posible. ¿Cómo está de recursos?
¿Qué cantidades recibe cada mes? ¿Qué cantidad envía a nuestra madre? ¿Cuánto es lo que usted
reúne para El Propagador? ¿Cuánto me va juntando para el templo? y para Roma ¿Qué reúne
usted?
Esperando la contestación de lo dicho, la bendice su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que recibió los
documentos y dé gracias al obispo. Cree que el Sr. Covarrubias no se
opondrá a la salida de las postulantes.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que las tres
postulantes y las Josefinas llegaron bien. Se recibieron siete. Que no va a
haber cambio de Hermanas en esa casa.
introdujimos la devoción a santa Teresa de Jesús, porque habéis de saber, hermanos míos, que
esta santa era muy instruida muy sabia y que por su experiencia e inspiración celestial andaba
instruyendo a sus monjas y les decía: "A mí no me gusta la gente tonta e ignorante"
Persuadida Patrito, como vosotras la llamábais, de la necesidad de dedicarse a la
instrucción de la niñez y de la juventud, pronto conoció su claro talento que convenía en gran
manera al bien del Instituto formar profesoras a algunas de sus compañeras y supo hacerlo tan
bien, que conducida por la obediencia, estableció las clases del profesorado con tan buen éxito
que las profesoras que tiene el Instituto en las escuelas y Colegios casi todas la reconocen por su
maestra. Y no es extraño porque el empeño y la solicitud que tuvo esta buena Hermana fue muy
consolador, e instruía con todo el ardor de una alma que sólo anhelaba por el bien de la niñez y
juventud a cuantas Josefinas se le confiaban, así procuró instruir a sus Hermanas y a las niñas; y así
lo publica el grande y precioso libro en el que están inscritos los nombres de las que sufrieron el
examen que las constituía Profesoras del Instituto.
Siendo estos sus méritos ¿podremos afirmar que está en el cielo? Para constestaros, de
modo que me entendáis, debéis fijaros en aquel Dios que dijo: "Yo juzgaré a los mismos actos de
justicia" Convengo que lo que dijimos de ella son elogios grandes, pero no bastan para ir de la
cama al cielo.
Habéis de saber que nosotros siempre pensamos según nuestro parecer y conforme
entendemos las cosas; nosotros hablamos como queremos, y según lo dicta nuestro modo de ser,
o bien según nuestra miserable materia; pero Dios no es así. El juzga como Dios justo que es, y
nosotros juzgamos por nuestra pasión, por nuestro capricho, o casi siempre dirigidos por el amor
propio; pero Dios obra de diferente modo; nosotros muchas veces decimos cuando muere alguna
persona: Ha muerto muy buena, y tal vez añadimos que de la cama se fue al cielo, pero esto es
muy difícil.
Es cierto que una religiosa tiene mucho andado para ir al cielo porque en fuerza de su
profesión se abraza con la práctica de la pobreza, castidad y obediencia, pero Dios es el que ha de
juzgar la justicia de estos mismos actos de virtudes tan heroicas.
A los seglares para salvarse les basta sólo cumplir los mandamientos y las obligaciones
propias del estado; pero a una alma religiosa no le basta, sino que a esto ha de añadir el
cumplimiento de sus Reglas. ¡Oh, cuan difícil es ir de la cama al cielo!
Convengo que Dios dijo: Guardad los mandamientos y las obligaciones propias del estado
que abrazáreis, y os salvaréis, porque habéis trabajado con temor y temblor; pero también habéis
de convenir en las otras que dijo: Yo juzgaré a ti según tus obras sean buenas o malas.
¡Ah hermanos míos! ¡Que terrible y espantosa es la justicia de Dios! Para que una alma
volara de la cama al cielo se necesita que sea una Teresa de Jesús, es decir, que tenga una virtud
heroica, y por tanto, no sólo haber guardado los mandamientos de la ley de Dios, y los preceptos
de la Iglesia nuestra madre, sino haber practicado la virtud en grado heroico; y por tanto, actos
heroicos de fe, actos heroicos de esperanza, actos heroicos de caridad; para ir de la cama al cielo
el alma al separarse del cuerpo debería llevar consigo actos heroicos de prudencia, actos heroicos
de justicia, actos heroicos de fortaleza, actos heroicos de templanza; debería presentarse ante
Dios adornada con la sencillez y humildad heroica con la mansedumbre, mortificación y celo en
grado también heroico; así debiera estar su alma para pasar de la cama al cielo.
No niego los padecimientos de vuestra maestra y que cuando la veía sufrir tanto daba
gracias a Dios; gracias, Dios mío, gracias, que así hacéis sufrir a esta pobre Hermana disminuyendo
de este modo las penas del purgatorio; y no lo extrañéis porque lo que se sufre allí es la gran pena
de daño y las terribles penas del sentido; que un momento de ellas supera a todos los trabajos o
padecimientos de esta vida.
El cumplimiento de los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia, con las obligaciones
443
propias del estado, no basta para ir de la cama al cielo, sino que es necesario obrar con una fe viva
que hace obrar a la criatura con la perfección del justo, obrar con esperanza y confianza en Dios,
que le dará lo que le tiene prometido; esperando en circunstancias dadas, aun contra la misma
esperanza. Ha de obrar con caridad tal, que como Abraham, ame a Dios con todo su corazón.
Baste lo dicho para que conozcáis que la que fue Sor Patrocinio Licea necesita de vosotros;
necesita de muchos sufragios; sufragios vuestros que apliquéis por su alma, y tales sufragios que la
libren de las terribles penas del Purgatorio.
Aplicad, por tanto, vuestros trabajos, vuestros sufrimientos, vuestros dolores por el eterno
descanso de su alma; vosotras las que decís que la queréis tanto, ahora es cuando habéis de
obsequiarla, ya que de hecho lo necesita, porque obras son amores y no buenas razones. Así, para
aliviar las penas que estará sufriendo allá en el purgatorio su pobrecita alma, (que para sí misma
no merece ni puede merecer) necesita vuestras misas que mandéis decir, o por lo menos vuestras
misas oídas.
¡Oh, Dios mío! Tu que eres el Dios tres veces santo, y en tus manos están todos los bienes;
ten compasión de la que fue Sor Patrocinio y derrama un raudal de gracias a esa pobrecita alma
que se encuentra necesitada de todo socorro espiritual. Y tú, José, santísimo José, que has hechos
tantos milagros de primer orden tanto al Instituto de hombres como al de mujeres y has mostrado
tu poder en nuestro favor en tantas ocasiones, ten compasión del alma de Sor Patrocinio
alcanzándole de la beatísima Trinidad el que acaben sus penas del purgatorio lo más pronto
posible. ¡Mira que amó tu Instituto! ¡llévala pronto a la mansión de los bienaventurados a donde
gozará, y será feliz y verá a Dios cara a cara por toda una eternidad que a todas deseo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que ella y sor Ana
María obren siempre de acuerdo con el Sr. Covarrubias y no decidan
antes de tiempo. Que hagan oración a san José porque va a pedir a Roma
una gracia muy grande. Le manda entrega de las Instrucciones ascéticas
sobre San José, y le dice que es su última obra, y como su testamento.
Que comience su postulantado Carmen Rojas
Le adjunto una entrega sobre san José y creo que será mi última, y por tanto, como el
testamento de mis obras josefinas; y obra que no se la debiera enviar por lo mal que trataron al
santo no procurándole suscriptores.
Ojalá que antes de poco tiempo se verifique un cambio tan grande en sus corazones que
de hecho lo amen heroica y prácticamente como espera su afectísimo padre que las bendice.
José María Vilaseca.
Aumento: En el nombre de Dios que comience su postulado Carmen Rojas.
El p. Vilaseca contesta carta a sor Ester y le dice que queda enterado del
mucho trabajo pero que no puede mandar una novicia, hasta que profese.
Que en México también están con mucho trabajo por la muerte de sor
Patrocinio Licea que era el eje del colegio.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que da gracias a Dios
por las noticias que le da de Monterrey y Saltillo y que san José la
acompañe a Parras y los otros lugares que va a visitar. La alienta en la
pena que tiene por sor Patrocinio Licea y que pidan mucho por ella para
que pronto salga del purgatorio.
El p. Vilaseca remite a sor Ester Velázquez una carta que recibió de una
aspirante y le dice que la tenga en casa para ver si es apta, porque
entradas al noviciado ya no pueden salir, sino hasta que hayan profesado.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que le puede que
el Sr. Covarrubias sea desconsiderado en materia de dinero. Que sor Ana
Rodríguez pase a México.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que las tres
novicias de Puebla están muy anémicas, sobre todo la Covarrubias y sor
Anita; le encomienda investigue bien y vea cómo están todas las
hermanas. Todas reconocen los favores del Sr. Covarrubias, pero si es por
falta de alimento, se puede arreglar, porque una estudiante anémica
pronto pasa a la tisis.
anemia, que nos dará mucho que temer: la Covarrubias ha dicho el médico que la tiene muy
adelantada; y hacemos lo que dispone el médico para que no pase adelante; Sor Anita dice que le
han salido en el cuello tres bolas, que indican la existencia de la anemia; y la otra se nos pone algo
jorobada, y dice el médico que es efecto de la anemia.
Sin que una lo supiera de la otra procure informarme de la causa de su enfermedad. Todas
convienen en el agradecimiento que le tienen al señor Covarrubias por los beneficios que de él
han recibido; pero todas convienen también que debe atribuirse a la falta de alimentos, ya porque
no tenían.. Si la culpa esta en usted remediarla; y si es cosa que sólo el señor Covarrubias lo pueda
remediar a él se lo dice; porque sería una cosa muy triste que por falta de salud se pierdan tan
buenas profesoras, que tanto bien pueden hacer en la santa Iglesia.
Será bueno que examine usted también cómo siguen las profesoras de esa, así como las
que están estudiando en los últimos años; y observando más cosas y otras pueda usted concluir la
verdadera causa de la anemia, porque en una joven de estudios, de la anemia a la tisis no hay más
que un paso.
Su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca repite a sor Ester Velázquez que sor Covarrubias está muy
anémica; Que vea con el Sr. Covarrubias cómo arregla para que coman
bien. Nada sabe de la Anita de la que le habla. Que obró contra la
pobreza en la compra de tela de lino, como sor Rosa. Manda la segunda
entrega de las Meditaciones de la tarde.
No entiendo lo que dice en su carta, porque le escribí, que Sor Covarrubias tiene una
anemia muy fuerte, y las otras dos una tiene las bolas en el cuello, y la otra esta mala de la espina,
y se ha puesto un aparato para impedir el que se ponga jorobada, y a las tres las asisten de un
modo especial; y según noticias la anemia es producida por el poco comer durante los estudios. En
vista de esto decía a usted que lo remediara, y que si usted no pudiera se lo comunicara al señor
Covarrubias, por no ser justo convertir en anémicas las futuras profesoras de un plantel de tanta
importancia en toda la República Mexicana, y nada me dice sobre esto; de modo que ninguna de
las tres estudia, contentándonos que por vía de recreo tengan unas clases de taquigrafía. Por lo
demás nada sé de la Anita de que me habla.
Con relación a su compra de la tela de lino es un solemne disparate, un pecado muy grave
contra el voto de pobreza, y un exponerse a no poder pagar en las fechas señaladas. ¿Cómo no se
acordó que una falta en algo semejante la cometió Sor Rosa, y que nos dio tan fatales resultados?.
Pídale a Dios que se lo perdone como lo desea su afectísimo padre que lo bendice.
José María Vilaseca.
Aumento: Van las meditaciones de la tarde de la entrega 2ª.
podemos negarlo, que es gracia especialísima que nos concede san José, ya que nuestro Instituto
tiene en su seno innumerables Josefinas que lo aman de corazón y trabajan con todas sus fuerzas
para que toda criatura bendiga, alabe y glorifique a san José.
Para alcanzar lo más pronto posible nuestra tan deseada aprobación hemos creído ser un
deber nuestro hacerle una santa violencia a san José introduciendo en nuestras casas una práctica
destinada a su honor y gloria.
A éste fin hemos escogido entre las devociones del santísimo Patriarca la llamada de los
Siete Domingos, ya por ser ella muy propia para alcanzar la dicha de vernos aprobadas; ya por ser
una devoción muy extendida y propia de las venturosas almas que se honran en ser llamadas
Hermanas Josefinas; ya en suma, para que las casas del Instituto, tengan una vez cada ocho días
una hora de oración pública para alcanzar la gracia que tanto deseamos.
Esta hora la tendremos todos los domingos de cuatro a cinco de la tarde en lugar de las
preces acostumbradas hasta ahora, a fin de que no les carguemos con nuevas prácticas.
Recomendamos a las Superioras particulares tan santa devoción.
Ya comprenderéis que la muerte de la Secretaria general ha angustiado muchas veces
nuestro corazón; por esto os pedimos también vuestras oraciones, para hacer a su debido tiempo
el nombramiento a favor de la Hermana que la deberá sustituir en cargo de tanta importancia a
favor del Instituto.
Es en Jesús, María y José vuestra humilde servidora.
Sor Josefa Pérez.
Superiora general.
De nuestra parte añadiemos que en otras ocasiones hiimos una ferviente invitación a
todos los josefinos para que en todos los puntos donde se halla establecida nuestra Asociación, se
practicase este devoto ejercicio en alguna iglesia, asistiendo a ella cuantos pudiesen, y los que
tuviesen algún obstáculo, lo practicasen en particular, a fin de detener el brazo airado de la divina
justicia preparado para castigar las blasfemias y demás maldades que cometen los hombres, cojn
mayor motivo repetimos ahor ala invitación porque, en vez de disminuir, el mal aumenta, y como
la oración en común tiene mayor mérito y fuerza, le ssuplicamos empiecen dicha devoción el día
de sus gloriosos desposorios con la santísima Virgen María y de esta manera serán muchas las
oraciones que subirán a la vez al trono del Excelso, pidiendo misericordia. Ya saben nuestros
queridos hermanos que es la devoción más agradable a nuestro bondadoso Patriarca, y a la que
concede mayor número de gracias.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que salió ayer de
ejercicios, por eso no le había escrito, pero no tiene nada contra ella, y
que ame mucho a San José; para eso le manda el primer tomito de las
Instrucciones ascéticas sobre San José. El p. Troncoso llegó a Roma ayer
17.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que tenga paciencia y
calma, que después de la tempestad viene la calma y mucha oración a San
José.
2 de noviembre de 1902.
Las que suscribimos, habiendo hecho la detenida lectura de la primera parte de las
Constituciones para nosotras las Hermanas Josefinas, la Superiora General, con su Consejo, las
aprobó en un todo, pero al mismo tiempo observó que debiera haber unas pequeñas excepciones,
para las que nos servimos de nuestro muy reverendo Padre fundador, suplicándole que las pusiera
en orden para remitirlas a su Reverencia, como ya lo ha hecho.
Y para que conste, firmamos la presente el dos de noviembre de 1902.
Sello: Congregación de las Hermanas Josefinas. Superiora General.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que la deja encargada de
la casa, en lugar de sor Asunción Rayado, quien necesita cambiar clima
Colegio de Monclova
Diciembre 19 de 1902
[Solamente está la caratula]
459
El p. Vilaseca escribe a sor Elena Suárez para decirle que admite al joven
Alberto para Josefino.
706) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 15 DE ENERO
DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para enviarle una fotografía del
templo Sagrada Familia y se anime a juntar recursos para la obra. Que
pida a doña Guillermina y demás josefinas.
El p. Vilaseca escribe a sor Carlota Sánchez para decirle que cada dos
meses le mande recursos para el templo de la Sagrada Familia.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que trabaje por
las vocaciones y convenza al Sr. Covarrubias que deje libertad a las
profesoras para elegir estado como a sor Anita. Que puede venirse la
postulante Esperanza.
711) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO 2 DE MARZO
DE 1903; ORIGINAL AGHJ
712) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 2 DE MARZO
DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para agradecerle que recibió a los
Josefinos que llegaron de Roma, todos quedaron muy contentos. Que
estando enfermas quedan dispensadas del ayuno y abstinencia. Espera
recursos para el templo.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que sintió que no
hubiera venido a los ejercicios con las Superioras, éstas se portaron como
santas y mañana salen.
714) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 2 DE ABRIL
DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que lamenta lo que le
pasa con N. N., y le aconseja que nunca los vea sola. Que pronto llegará la
aprobación de Roma.
El p. Vilaseca dice a sor María Montserrat que contesta su carta para que
le sirva de recuerdo de la aprobación del Instituto, reglas y
constituciones, al mismo tiempo que dé gracias a Dios por tan gran
beneficio.
Después que haya leído la adjunta carta la entrega a su título, y que comprenda la
necesidad de defender los bienes de Jesucristo como lo desea su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Aumento: A todas las demás Hermanas me las saluda; y la pretendiente María Orea que
haga en esa su postulado, y procure arreglar todo lo demás.
719) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 24 DE MAYO
DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para felicitarla porque todo marcha
bien y que en los ejercicios de julio verá de mandarle una compañera.
Que está muy apurado de dinero para el templo de la Sagrada Familia y
necesita dinero de los ricotes veracruzanos
720) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 1 DE JULIO
DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para que se informe y reciba bultos
que le llegan de Barcelona y Génova. Que se los mande por tren y ponga
gastos a su cuenta.
721) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 8 DE JULIO
DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para que recoja caja con estampas,
que viene de Barcelona, en el Vapor austriaco Margarita, y las tres cajas
que mandó el p. José Troncoso, de Roma.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que se alegra por
los ejercicios de la Concordia, pero se duele de Heliodora, que quiso ser
josefina y ahora vive en mal estado. Pide a sor Ester dinero de
Propagadores y que diga a sor María Landín que se ocupe de san José y
deje a personas de fuera la Fuente del Consuelo. Que informe de la dote
de Clementina Peralta. Que no conviene admitir a los votos antes de que
entreguen la dote.
se consagra a Dios o se casa. Pobre Heliodora, tanto como hizo para ser josefina, y el diablo nos la
arrebató, siendo lo peor vivir en mal estado; ¡tenga presente este horrible y doloroso suceso!.
¿Que sucede con los Propagadores de san José? ¿que cantidades nos van reuniendo?
siempre será mejor que la madre Landín se ocupe de san José, y deje a personas de fuera lo de la
Fuente del consuelo.
¿Qué sucede con los negocios de Clementina Peralta?
Esto nos hace ver de no admitir a los santos votos a las Josefinas que no hayan entregado
entes el dote, con las demás cositas..
Su afectísimo padre que a todas las bendice.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para agradecerle haya mandado caja
de cromos y tres de libros.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez que puede venirse con las
ejercitantes y traiga las postulantes. Que le dará gusto reciban a la Madre
Rafaela Enríquez.
Llegamos todos ayer buenos y sanos, sólo en espera del padre Troncoso, que son las dos y
cuarto de la tarde del 2o día de ejercicios y aún no llega, temiendo en gran manera que tanto
negocio le impida llegar a ésta.
Le adjunto la carta de la Madre Sor Eulalia Tapia, y démosle gracias a Dios, porque pronto
tendremos otras mártires de la caridad
Por lo demás nada nos falta, vivimos del todo dados a los ejercicios, y admirando las obras
de san José, que como le pedimos vocaciones por las gracias de su purísima concepción, nos ha
enviado otras dos vocaciones a su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Contesto sus apreciadas lo más corto posible por estar en el 4º día de los santos ejercicios.
1º. sobre la de Comitán, que el Instituto retire las hermanas porque no tienen lo necesario
para sus gastos, al Ilustrísimo Señor Obispo, y lo demás lo resuelva como mejor le parezca.
2º. Van las cartas de Toluca para que las conteste y compre lo que la Superiora le indica,
cuyo costo le devolverá a vuestra reverencia.
3º Hágase cargo de la carta de San Pedro Tlaquepaque y vea vuestra reverencia como la
contesta.
4º Estamos en ejercicios los 6 sacerdotes, 3 profesos, 10 novicios, 7 postulantes, 7 familias
apostólicas: 33. Dios mediante, espero poder ir a decir la misa para el arreglo de los negocios su
afectísimo padre que lo bendice.
José María Vilaseca.
731) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA ESTER VELÁZQUEZ, SAN
JERÓNIMO, 30 DE OCTUBRE DE 1903; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Pilar Rivas, muy afligido por las Hermanas
enfermas, especialmente por sor Rosa.
735) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR TERESA VÉLEZ DEL 23
DE DICIEMBRE DE 1903; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Sor Teresa Vélez hace algunos encargos al p. Vilaseca y él puso esta nota
en la carta.
5. María Barquera
6. María Delgado
7. Carmen Domínguez
8. Carmen Cárdenas
9. Herlinda Portillo
10. Elena Barrios
11. Dolores Saldívar
Novicias
12. Sor Guadalupe Zamora
13. Sor Francisca Narro
14. Sor María Méndez
15. Sor Francisca Esparza
16. Sor Guadalupe Martínez
17. Sor María de la Luz Acuña
18. Sor Consuelo Pool
19. Sor María Romo
20. Sor Ana María Madariaga
21. Sor Elena Ballarta
22. Sor Catalina León
23. Sor Virginia Islas
24. Sor Soledad Quiñones
25. Sor Delfina Franco
26. Sor Agustina de la Garza
27. Sor Isabel Díaz
28. Sor Esperanza Garzón
29. Sor Guadalupe Barragán
30. Sor María Caudillo
31. Sor María del Tránsito Alva
32. Sor Josefa Cortés
33. Sor Magdalena Delgado
34. Sor Luz López
35. Sor Natalia Sosa
36. Sor Rosario Luna
37. Sor Emilia Pavón
38. Sor Felisa Hernández
39. Sor Margarita Chávez
40. Sor Virginia Rojas
41. Sor Concepción Hernández
42. Sor Concepción Aguilar
43. Sor Guadalupe Garza
44. Sor Refugio Acuña
45. Sor María de Jesús Garza
Profesas
46. Sor Guadalupe Taboada
47. Sor Luz Vázquez
48. Sor Victoria Valdés
49. Sor Ana María Gil
50. Sor Margarita Covarrubias
479
737) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
18 DE ENERO DE 1904; ORIGINAL AGHJ.
738) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 22 DE ENERO
DE 1904; ORIGINAL AGHJ.
Lea esta carta a sus compañeras para que todas se animen a trabajar tanto que nos
ayuden conforme nuestras necesidades y los deseos vehementes de su afectísimo padre que las
bendice.
José María Vilaseca.
bendice.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que aprueba que
la Srita. Dolores haga postulantado en Puebla. Aprueba la resolución de la
hermana de sor Clementina sobre los bienes; piensa utilizarlos en las
obras del templo de la Sagrada Familia. Que nadie le ha hablado de
fundar un colegio en Huitzuco.
Mil gracia por los tres pesos que cobramos mediante El Propagador; siga dándolo a
conocer para que se coloque uno en cada casa, y logre por éste medio introducir la devoción a san
José. En adelante recibirá los 20 Propagadores que pide para cada mes.
Queda en espera de la contestación de mi última su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Aumento: No se olvide que ese pueblo recibió muchos escándalos, y san José lo convertirá
muy bien.
744) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
18 DE FEBRERO DE 1904; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca da fe, como notario, que los padres José María Troncoso,
Andrés Novales y Cirilo Negrete examinaron a las Josefinas que podías dar
algún testimonio sobre las supuestas apariciones de sor Patrocinio Licea
751) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 17 DE ABRIL
DE 1904; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para agradecer el cuidado que tuvo
con las hermanas.
A la muerte del Sr. Covarrubias el Sr. González se hizo cargo del Colegio
Josefino de Puebla. El p. Vilaseca recomienda a la Superiora, sor Ester
Velázquez, que se atenga a sus indicaciones. Que sor Anita puede ser
secretaria.
755) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 24 DE MAYO
DE 1904; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que san José arregló lo
de doña Guillermina.
Carísima hija:
A su carta le contesto diciéndole que, Dios mediante, el 25 llegaremos con nuestra madre
a esa por la mañana. Que estén bien dispuestas y preparadas con un Triduo las postulantas; que la
señora de la escritura lo arregle de modo que el día mismo de mi llegada pueda firmarla por tener
que volvernos el día siguiente.
Desea hablar con el señor González su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
759) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR MARÍA ISABEL ALBORES
DEL 19 DE JULIO DE 1904; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Sor María Isabel Albores escribe al p. Vilaseca para darle los informes que
le había pedido sobre la fundación de Culiacán. El p. Vilaseca puso esta
nota en la carta.
761) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 28 DE JULIO
DE 1904; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que entregue la adjunta
al Sr. de Asco y le diga si ya llegó p. Cerna. Que no admita en casa al
sacerdote de que habla.
El p. Vilaseca comunica a sor Ester Velázquez que las novicias Ester Unda
y Guadalupe Zamora están muy contentas. Sor Ibarra muy bien. Que ame
mucho a san José y lo obtendrá todo. La Madre Chonita con su devoción a
San José casi mantiene los Josefinos de Roma. Que extienda El
Propagador.
El p. Vilaseca anima a sor Asunción Rayado por su amor a San José, y que
en cada casa de las niñas se bendiga a San José. Que no se olvide de
buscar recursos para las obras de Dios: los Josefinos de Roma y el templo
de la Sagrada Familia.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que está apenado por lo
sucedido con el padre que les dijo misa, pero que le cuente todo para su
gobierno.
El p. Vilaseca pide a sor Ester Velázquez que mande a sor María Soriano,
quien debe firmar un documento y se regresa al día siguiente.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez desde San Jerónimo y le dice que
no les llegó el temblor. La espera con sor Carmen el lunes por la mañana.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez desde San Jerónimo y le dice que
está mejor de la tos. Que guarde su salud para el viaje a Monterrey.
Mañana sale para san Ángel a pie y ya le cuesta. Son 40 ejercitantes.
27 de octubre de 1904.
Sor Josefa:
Por la gracia del señor san José estoy mejor y la señora doña [tos] espero que me va a
dejar, porque le escribo en mangas de camisa y con el fresco espero que no llegará.
Usted no se venga porque está no tan buena que digamos, y guarde la salud para
emprender el viaje a Monterrey, porque las hermanas necesitan de usted según cartas.
Mañana a media tarde saldré para San Ángel a fin de decirles la misa el sábado, y antes de
medio día llegará a esa su afectísimo padre que siente su viaje a pie de ésta a san Ángel, y la
bendice para que en todo le vaya bien su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
Aumento: Va la estampa que doy a los profesos, ejercitantes, los demás son novicios,
pretendientes y niños de la escuela apostólica, todos juntos 40.
deja muy abatido a veces y el burrito se cansa de andar. Ojalá que pronto vaya a gozar de Dios en
el Cielo su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
- Tomada esta resolución partieron juntas para París y otros puntos que les señaló la
obediencia; partida fatal para México que dejó vacíos tantos establecimientos de caridad que
tenían a su cargo.
- En este estado las cosas, el dignísimo Arzobispo de México, que era entonces el Señor
Doctor Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, determinó proteger en el país a un conjunto de
jóvenes que pudieran a su debido tiempo llenar las inmensas lagunas que quedaron vacías por la
partida de las sentidísimas Hermanas de la Caridad; y por medio de la nueva Comunidad que él
vislumbraba, creyó que bien pudieran sus miembros con el tiempo ser las Hermanas de la Caridad
Mexicanas.
- Así, hecho el arreglo, determinó proteger a dichas jóvenes que bajo el cuidado del muy
respetable Padre Vilaseca se habían ya establecido en esta ciudad de México, y dirigidas ellas por
la que llamaron su maestra y su madre la señorita Cesárea Esparza y Dávalos, fueron poco a poco
formando a dichas jóvenes hasta el grado de poderlas ir ocupando en los lugares y diversos
quehaceres que las Hermanas de la Caridad dejaron abandonados.
- Entonces fue cuando el dignísimo Prelado fue protegiéndolas en gran manera, les dio
algunos recursos, les facilitó ornamentos y vasos sagrados, les entregó nueva casa y poco tiempo
después, observando que el personal de las Josefinas crecía de una manera tan consoladora, trató
de establecerlas en un lugar más grande que pudiese contener no sólo la casa central si que
también el Seminario interno donde pudiesen formarse las Hermanas Josefinas en el espíritu que
es propio a su santa vocación; y al paso que las estableciera conforme a las leyes emanadas del
supremo Gobierno, al mismo tiempo como distinguido canonista, las colocó en la santa Iglesia de
un modo del todo conforme con los sagrados cánones y demás leyes emanadas por la Santa Sede.
- Durante esta época de 32 años las Hermanas Josefinas han tenido un desarrollo tan
consolador, que ha permitido extenderse en 59 establecimientos.
- Tan admirable desarrollo es el que hemos querido poner ante las personas que tanto las
han protegido lo cual les constará por medio del siguiente catálogo:
Lista del personal existente de Hermanas Josefinas y de los establecimientos que tienen a
su cargo.
Arquidiócesis de México.
I. Casa central. Fundada el 22 de septiembre de 1872 bajo la protección del Ilustrísimo y
Reverendísimo Doctor Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, quien les protegió con tanta
generosidad que les facilitó las casas donde pudieron establecerse.
1. Sor Josefa Pérez, Superiora general.
2. Sor Jesús Uribe.
3. Sor Teresa Quinto.
4. Sor Dolores Cataño.
5. Sor Antonia Mendoza.
6. Sor Soledad Madariaga.
7. Sor Margarita Hernández.
8. Sor María Rosales.
9. Sor Teresa Rangel.
10. Sor Enriqueta Hinojosa.
11. Sor Jesús Pérez.
12. Sor Carlota Martínez.
13. Sor Leonor Coria.
14. Sor Josefina Domínguez.
15. Sor Cruz Avilez.
16. Sor María Pérez.
501
V. Mendigos.
- Asilo fundado el 5 de agosto de 1889 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor
Doctor Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos.
96. Sor Matilde Martí.
97. Sor Ana María Rodríguez.
98. Sor Esperanza Vallejo.
99. Sor Consuelo García.
100. Sor Luisa Terán.
101. Sor María Salamanca.
102. Sor Pilar Ruiz.
103. Sor Luisa Hernández.
104. Sor Rosario Juárez.
105. Sor Manuela Lomelí.
106. Sor Josefina Alba.
107. Sor Josefina Cuesta.
108. Sor Concepción Ruiz.
Diócesis de Veracruz.
VI. Orizaba.
- Colegio fundado el 18 de agosto de 1889 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Ignacio Suárez Peredo.
109. Sor Refugio Perdomo.
110. Sor Inés Mendoza.
111. Sor Irene Figueroa.
112. Sor Teresa Romero.
113. Sor Elena Barrios.
Diócesis de Veracruz.
VII. Veracruz.
- Colegio fundado el 14 de agosto de 1892 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Ignacio Suárez Peredo.
114. Sor Luz Nava.
115. Sor Josefa de la O.
116. Sor Carmen Tool.
Coadjutora.
117. Sor Felipa Varela.
Arquidiócesis de Puebla.
VIII. San Andrés Chalchicomula.
- Hospital fundado el 7 de enero de 1893 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Francisco M. Vargas.
118. Sor Antonia Corral.
119. Sor Angela Zabala.
Coadjutora.
120. Crescencia Avila.
Arquidiócesis de Guadalajara.
IX. Tlaquepaque.
- Hospital fundado el 7 de enero de 1893 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Pedro de la Loza.
121. Sor Refugio Mejía.
122. Sor Jesús Marroquín.
504
XXIX. México.
- Casa de regeneración fundada el 5 de octubre de 1900 con licencia del Ilustrísimo y
Reverendísimo Señor Doctor Próspero María Alarcón.
228. Sor Rosa Castañón.
229. Sor Ana María Gómez.
230. Sor Pilar Rivas.
Diócesis de Veracruz.
XXX. Coatepec.
- Colegio fundado el 14 de enero de 1900 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Arcadio Pagaza.
231. Sor Asunción Rayado.
232. Sor Patrocinio Rodríguez.
233. Sor Virginia Islas.
234. Sor Luz Acuña.
Arquidiócesis de Durango.
XXXI. Durango.
- Asilo fundado el 19 de enero de 1901 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor
Doctor Santiago Subiría.
235. Sor Angela Garduño.
236. Sor María Abrego.
237. Sor Jesús Garza.
238. Sor Concepción Hernández.
239. Sor Concepción de la Maza.
240. Sor Soledad Quiñones.
Arquidiócesis de México.
XXXII. Monte Alto.
- Escuela fundada el 28 de febrero de 1901 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Próspero María Alarcón.
241. Sor Agustina Santa María.
242. Sor Altagracia Reyes.
243. Sor Dolores Mondragón.
Coadjutora.
244. Juana Vargas.
Arquidiócesis de Puebla.
XXXIII. Puebla.
- Hospital fundado el 25 de marzo de 1901 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Perfecto Amézquita.
246. Sor Laura Islas.
247. Sor Victoria Flores.
248. Sor Ignacia Rivero.
249. Sor Consuelo Tool.
250. Sor Pilar Navarro.
Arquidiócesis de Puebla.
XXXIV. Huejotzingo.
- Colegio fundado el 29 de abril de 1901 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor
Doctor Perfecto Amézquita.
251. Sor Victoria Ortega.
252. Sor Concepción Prado.
509
Coadjutora.
327. Victoria Morales.
Diócesis de Yucatán.
LI. Maxcanu.
- Colegio fundado el 12 de enero de 1905 con licencia del ilutrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Martín Trischler.
328. Sor Guadalupe Flores.
329. Sor Catalina Fuentes.
330. Sor Isabel Macías.
331. Sor Josefina Corona.
Coadjutora.
332. Sor Magdalena Martínez.
Arquidiócesis de Puebla
LII. Acatlán.
- Colegio y Hospital fundado el 19 de enero de 1905 con licencia del Ilustrísimo y
Reverendísimo Señor Doctor Rafael Amador.
333. Sor Micaela Ramírez.
334. Sor Carmen Rodríguez.
335. Sor Catalina León.
336. Sor María López.
Arquidiócesis de Puebla
LIII. Tetela del Oro.
- Colegio fundado el 21 de julio de 1905 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor
Doctor y Maestro Ramón Ibarra.
337. Sor Elvira Ayanegui.
338. Sor Rosa Abundis.
339. Sor María Ruiz.
Coadjutora.
340. Donaciana Araujo.
Arquidiócesis de Michoacán.
LIV. Pátzcuaro.
- Asilo fundado el 23 de julio de 1905 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor
Doctor Atenógenes Silva.
341. Sor Teresa Rocha.
342. Sor Rosalía Vázquez.
343. Sor Guadalupe García.
Diócesis de León.
LV. Irapuato.
- Hospital fundado el 11 de agosto de 1905 con licencia del Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Doctor Leopoldo Ruiz.
344. Sor Paz Díaz.
345. Sor María Frías.
346. Sor Luisa Hernández.
347. Sor Jesús Barrera.
Coadjutora.
348. Josefa Sains.
Arquidiócesis de México
LVI. México, La Colmena.
513
Puebla.
IX. Tlaquepaque. Hospital, 7 de enero de 1893, Pedro de la Loza, Arzobispo de
Guadalajara.
X. México. Hospital Béistegui, 19 de julio de 1894, Próspero María Alarcón, Arzobispo de
México.
XI. Ciudad Lerdo. Colegio, 12 de agosto de 1894, Santiago Subiría, Arzobispo de Durango.
XII. Orizaba. Escuela, 19 de agosto de 1894, Joaquín Arcadio Pagaza, Obispo de Veracruz.
XIII. Hacienda de Buenavista. Escuela y Farmacia, 10 de diciembre de 1895, Ignacio Arciga,
Arzobispo de Michoacán.
XIV. Comalcalco. Colegio, 26 de abril de 1896, Perfecto Amézquita, Obispo de Tabasco.
XV. Zamora. Hospicio de pobres, 19 de septiembre de 1896, José María Cázares, Obispo de
Zamora.
XVI. Ciudad Lerdo. Hospital, 19 de septiembre de 1896. Santiago Subiría, Arzobispo de
Durango.
XVII. Culiacán. Hospital, 19 de mayo de 1898, Homobono Anaya, Obispo de Sinaloa.
XVIII. Orizaba. Hospital infantil, 19 de marzo de 1898, Joaquín Arcadio Pagaza, Obispo de
Veracruz.
XIX. Puebla. Escuela Normal, 5 de junio de 1889, José Victoriano Covarrubias, Vicario
Capitular.
XX. Atzcapotzaltongo. Colegio, 14 de agosto de 1898, Próspero María Alarcón, Arzobispo
de México.
XXI. Tepic. Hospital, 3 de octubre de 1893, Ignacio Díaz Macedo, Obispo de Tepic.
XXII. Guadalupe Hidalgo. Casa de peregrinos, 26 de noviembre de 1899, Próspero María
Alarcón, Arzobispo de México.
XXIII. Hacienda de la Torre. Escuelas, 22 de marzo de 1899, Rafael Camacho, Obispo de
Querétaro.
XXIV. Morelia. Hospital, 12 de febrero de 1890, por el Ilustrísimo y Reverendísimo señor
Obispo, Gregorio Burgos, Vicario Capitular.
XXV. Monclova. Colegio, 12 de febrero de 1890, José María de J. Portugal, Obispo de
Saltillo.
XXVI. Ciudad Victoria. Colegio, 19 de julio de 1900, Filemón Fierro, Obispo de Tamaulipas.
XXVII. Orizaba. Escuelas, 26 de julio de 1900, Joaquín Arcadio Pagaza, Obispo de Veracruz.
XXVIII. Chalchicomula. Escuelas, 26 de julio de 1900, Perfecto Amézquita, Obispo de
Puebla.
XXIX. México. Casa de regeneración, 5 de octubre de 1900, Próspero María Alarcón,
Arzobispo de México.
XXX. Coatepec. Colegio, 14 de enero de 1900, Joaquín Arcadio Pagaza, Obispo de Veracruz.
XXXI. Durango. Asilo, 19 de enero de 1901, Santiago Subiría, Arzobispo de Durango.
XXXII. Monte Alto. Escuelas, 28 de febrero de 1901, Próspero María Alarcón, Arzobispo de
México.
XXXIII. Puebla. Hospital, 25 de marzo de 1901, Perfecto Amézquita, Obispo de Puebla.
XXXIV. Huejotzingo. Colegio, 29 de abril de 1901, Perfecto Amézquita, Obispo de Puebla.
XXXV. San Pedro de las Colonias. Hospital, 11 de junio de 1901, José de J. Portugal, Obispo
de Saltillo.
XXXVI. Mixcoac. Casa de salud, 17 de julio de 1901, Próspero María Alarcón, Arzobispo de
México.
XXXVII. Monterrey. Hospital, 19 de enero de 1902, Santiago Garza Zambrano, Arzobispo de
Linares.
515
XXXVIII. Hacienda del Rosario. Asilo, 1º. de agosto de 1902, Santiago Garza Zambrano,
Arzobispo de Linares.
XXXIX. México, Casa de salud, 25 de agoto de 1902, Próspero María Alarcón, Arzobispo de
México.
XL. Villa del Carbón. Colegio, 19 de enero de 1903, Próspero María Alarcón, Arzobispo de
México.
XLI. Hacienda de la Gavia. Escuela, 19 de enero de 1903, Próspero María Alarcón,
Arzobispo de México.
XLII. Naolinco. Colegio, 4 de febrero de 1903, Joaquín Arcadio Pagaza, Obispo de Veracruz.
XLIII. Puebla. Casa de salud Beneficencia Española, 25 de abril de 1903, Ramón Ibarra,
Arzobispo de Puebla.
XLIV. Monterrey. Asilo de la Luz, 22 de abril de 1903, Santiago Garza Zambrano, Arzobispo
de Linares.
XLV. Acayucan. Colegio, 19 de marzo de 1903, José de J. Mejía, Obispo de Tehuantepec.
XLVI. Monterrey. Hospital, 22 de julio de 1903, Santiago Garza Zambrano, Arzobispo de
Linares.
XLVII. Monterrey. Colegio, 15 de octubre de 1903, Santiago Garza Zambrano, Arzobispo de
Linares.
XLVIII. Chilapa. Colegio, 7 de enero de 1904, Homobono Anaya, Obispo de Guerrero.
XLIX. Coatepec. Hospital, 26 de julio de 1904, Joaquín Arcadio Pagaza, Obispo de Veracruz.
L. México. Hospital homeopático, 26 de julio de 1904, Próspero María Alarcón, Arzobispo
de México.
LI. Maxcanú. Colegio, 12 de enero de 1905, Martín Trischler, Obispo de Yucatán.
LII. Acatlán. Colegio y Hospital, 19 de enero de 1905, Rafael Amador, Obispo de la Mixteca.
LIII. Tetela del Oro. Colegio, 21 de julio de 1905, Ramón Ibarra, Arzobispo de Puebla.
LIV. Pátzcuaro. Asilo, 23 de julio de 1905, Atenógenes Silva, Arzobispo de Michoacán.
LV. Irapuato. Hospital, 11 de agosto de 1905, Leopoldo Ruiz, Obispo de León.
LVI. Fábrica "La Colmena", Escuelas, 19 de agosto de 1905, Próspero María Alarcón,
Arzobispo de México.
LVII. Maravatío. Hospital, 19 de octubre de 1905, Atenógenes Silva, Arzobispo de
Michoacán.
LVIII. Durango. Hospital, 19 de octubre de 1905, Santiago Subiría, Arzobispo de Durango.
LIX. Hacienda Puroagua. Escuelas, 19 de noviembre de 1905, Atenógenes Silva, Arzobispo
de Michoacán.
Lista de las Hermanas Josefinas difuntas, muchas de las cuales murieron asistiendo a
enfermos.
Como el Instituto de las Hermanas Josefinas se ha establecido en la Iglesia de Dios
516
abrazando la obras de caridad y el espíritu de los apóstoles, fundando, según las necesidades de
cada lugar, Escuelas para niños y jóvenes, Casas de beneficencia, Asilos para huérfanos, aceptando
la asistencia de los enfermos de los hospitales, etc., todo esto ejercitándolo de una manera
especial entre las numerosas tribus salvajes de que está poblada la América Latina, comenzando
por los de la nación mexicana, hemos querido anotar el número de las hermanas que desde su
fundación han muerto en el ósculo del Señor.
1. Sor Cesárea Esparza
2. Sor Guadalupe Ruiz
3. Sor Ángela Torner
4. Sor Concepción Castillo
5. Sor Catalina Estrada
6. Sor Clara Mejía
7. Sor Jesús Castro
8. Sor Dolores González
9. Sor María Aranda
10. Sor Luz Alcántara
11. Sor Fausta Hernández
12. Sor Felicitas Valdez
13. Sor Francisca Reyes
14. Sor Feliciana Corona
15. Sor Teresa Guillén
16. Sor Juana Perea
17. Sor Luisa Raso
18. Sor Luisa Hernández
19. Sor Dolores García
20. Sor Paula Zarza
21. Sor Jesús García
22. Sor Albina Lorenzana
23. Sor Manuela Ramírez
24. Sor Genoveva Ramírez
25. Sor Manuela Gutiérrez
26. Sor Francisca Pineda
27. Sor Jesús Jaramillo
28. Sor Loreto Juárez
29. Sor Vicenta Ortiz
30. Sor Maura Carrillo
31. Sor Carmen Hernández
32. Sor Teresa Legarreta
33. Sor Patrocinio Licea
34. Sor Refugio Calderón
35. Sor Cayetana Huentí
36. Sor María Bentacourt
37. Sor Natalia Valdez
38. Sor Guadalupe Languerene
39. Sor Ana M. Lozano
40. Sor Rosario Ramírez
41. Sor Carmen Serrano
42. Sor Virginia Ruiz
517
produzcan, tanto a la casa de Roma como a la casa residencia de San Jerónimo en partes iguales,
pero que en caso de un rompimiento por causa de los padres, entonces las Hermanas Josefinas
quitarán este beneficio, quedándose ellas, por consiguiente, no sólo con el capital que les
pertenece, si que también con el rédito que produzca.
3º Las josefinas tendrán su Director y Subdirector, recibiendo el primero que dirá la misa a
la Casa central la cantidad de noventa pesos ($90.00) cada mes, y el segundo que dirá la misa en la
casa noviciado, la cantidad de setenta pesos ($70.00) cada mes diciendo las misas a intención de la
Superiora General.
4º Queda a cargo de la Superiora General con su Consejo pedir la licencia respectiva al
dignísimo Arzobispo de México para que pueda asistir espiritualmente a las Hermanas Josefinas
tanto en tiempos normales como en ejercicios espirituales, pidiendo además al Señor Arzobispo
confesores extraordinarios, para que todo siga conforme con los sagrados cánones.
5º Las hermanas deseosas de seguir prestando a los padres los beneficios que pudieren se
encargarán como hasta ahora del lavado de ropa blanca.
6º Como por la gracia de Dios tenemos nosotros abundancia de misas, celebran mejor
tanto el Director como el Subdirector a intención de su Superior; y por tanto, sólo recibirán de las
Hermanas entre los dos la cantidad de cien pesos mensuales.
José María Vilaseca.
Superior general
Sor Josefa Pérez.
Superiora general
Sor Carmen Valdés.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que va Martínez para
que les haga un tenebrario.
781) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, PUEBLA, 15 DE MAYOR
DE 1905; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle cómo van las obras del
templo de la Sagrada Familia y que le mande dinero ella, sor Patrocinio lo
de los Propagadores y María de lo de su mamá.
tanto ha trabajado usted para que sea de nuestro Instituto, nada me ha enviado de los recursos
que le supliqué pidiera a su buen padre para que con dicha limosna el señor san José lo curara de
sus graves enfermedades o por lo menos, le diera algún alivio. Tampoco he recibido nada de sus
ahorros de la cantidad que su buen padre le da para sus gastos particulares, ni tampoco he
recibido nada de la Reverenda madre Superiora de esa casa a pesar de ser Superiora de la casa
que tenemos en la heroica Veracruz y nada he recibido de Sor Patrocinio que está encargada de
extender El Propagador y recoger las limosnas. En vista de todo esto he querido escribirle para
recordarle la gran necesidad que tenemos de auxilios para poder hacer frente a los 200 pesos
semanarios que nos importa la raya.
Aunque le escribo desde ésta, sin embargo, puede dirigir su contestación a México donde
espero llegar el próximo miércoles.
Sírvase también saludarme a Doña N.N.N. mamacita de María para que nos envíe una
buena limosna para que le sirva en favor de su esposo. Ojalá que dichos auxilios nos lleguen
pronto como los necesita y los desea su afectísimo padre que las bendice.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca felicita a sor Ester Velázquez por los ejercicios de las niñas.
Le recomienda la devoción a San José y que sor Clementina mande
recursos.
784) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, SAN JERÓNIMO, 22 DE
AGOSTO DE 1905; ORIGINAL; AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava desde san Jerónimo y le platica sobre
la casa y sus planes de formación, pero tiene muchos gastos y quiere que
le ayude. La compadece por el calor que tienen en Veracruz. Que en tres
meses han muerto seis josefinas. Se duele por la muerte de la prima de
María, pero que le diga que le ayude con sus recursos y piense en la vida
eterna.
"Asilo de Huérfanos"
San Jerónimo, 22 de agosto de 1905.
Muy Reverenda Madre Sor Luz Nava.
Veracruz.
Carísima hija:
Escribo a usted desde el "Asilo de huérfanos", que como usted sabe es el precioso lugar de
nuestro santo noviciado, y en el que, hechos ya los santos votos, estudiarán nuestros jóvenes la
gramática latina; y, ya concluida ésta, harán sus estudios de Filosofía con sus matemáticas y física
correspondiente, para pasar después a la Casa central, donde estudiarán Sagrada Teología y
Cánones, con los que podremos esperar que tendremos a su debido tiempo, instruidos y santos
sacerdotes según el corazón de Dios. Mas para esto, ¡qué gasto tan grande!, es como si dijéramos
mantener a un joven durante diez años. Infiera de allí, cuántos serán nuestros gastos y cuánto
523
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que piensan cambiar a
sor Patrocinio. Pregunta por el asilo y pide ayuda de los ricos de Veracruz
para la casa de San Jerónimo. Que María le pida a su papá.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que sor Elvira
Ayanegui llegó bien y va a Tetela del Oro. La felicita por la fiesta que
hicieron al obispo Ibarra. La autoriza para tomar diariamente una copita
de vino. Que escriba si necesita a las Hermanas María Galindo y María
Merino. Que esa sea una normal católica y dé tiempo a las Hermanas para
que estudien.
Puebla.
La Hermana Sor Elvira Ayanegui, llegó buena y sana ayer, y pronto será enviada a Tetela
del Oro donde la esperan sus hermanas.
La felicito por la Velada que hicieron para honrar convenientemente los días de Monseñor
Ibarra, y es muy justo que los superiores eclesiásticos, reciban siempre de nuestra parte todas las
manifestaciones que les son debidas como nuestros padres que son.
Le prolongo con mucho gozo la licencia de que tome diariamente su copita de vino,
advirtiendo que no debe olvidarse de la necesidad que tiene de buenos platos de frijoles.
Por el mes de noviembre escríbanos sobre la necesidad que tiene de Sor María Galindo y
Sor María Merino, porque a Dios gracias se portan muy bien en el santo noviciado, espero que
harán sus votos y después de ellos podrán pasar a ese Colegio para que sea verdaderamente
Escuela Normal Católica. Por poco que pueda procure que las Josefinas tengan tiempo para
refrescar sus estudios, porque a pesar de la enseñanza continua que tienen se ofrecen dificultades,
y necesitan las pobres ciertas consultas que hacer.
Reciba la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
788) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, SAN JERÓNIMO, 4
DE OCTUBRE DE 1905; ORIGINAL AGHJ.
está también él. Que la manda a las Hermanas Galindo y Merino. Que sor
Clementina Peralta siga con el inglés y francés. Le pregunta por las
vocaciones.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que Mons. Ridolfi les
concede oratorio semipúblico, para que aprovechen las niñas de Veracruz
y contornos. Que trabajen por extender la devoción a San José. Que María
prepare los exámenes de las niñas.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciba a Carmen González para
Josefina.
José María Vilaseca, Superior General de los Padres Misioneros de San José.
Colegio Preparatorio
San José.
2ª Calle de Santa María de la Ribera.
México.
Saluda a la Madre Superiora Josefita Pérez y recomienda a la dadora, Carmen González,
que es profesora y tiene muchos años de enseñanza, según dice, para enero tendrá todo arreglado
para comenzar su postulado en el Colegio donde la colocare.
Su capellán
[Sin firma]
794) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JULIANA RAMÍREZ, VERACRUZ, [20
DE DICIEMBRE] DE 1905; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que recibió el dinero
par las Hermanas que van al asilo Trinidad N. Maas, de Saltillo. Que ya
arregló la continuación de la fachada del templo de la Sagrada Familia.
deseado.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
20 de abril de 1906.
Muy Reverenda madre Sor Ester Velázquez.
San Ángel 21.
Carísima hija:
Le escribo a usted desde esta donde estoy bastante aliviado, de suerte que mañana mismo
espero poder predicar del señor san José. Ayúdeme a dar gracias a Dios por el milagro que me ha
hecho devolviéndome una gran parte de mi salud.
Con relación al legado de 600 pesos que le pertenece, somos de parecer nuestra madre,
que se aplique la cantidad referida en favor del templo a fin de que con esta nueva ayuda
podamos concluir más pronto el templo consagrado a Jesús, María y José, y tenga el consuelo de
tener parte en una obra tan meritoria, y bajo este punto de vista podrá usted obrar sobre el poder
de que me habla.
Mucho rogaremos a Dios por su difunta madre y sus buenas hermanas.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Posdata: Sírvase entregar la adjunta a su título.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez, quien anda visitando las casas
Josefinas por Tonila, Jal., y recuerda cuando recorrió aquellos lugares. Se
están preparando las cinco Josefinas que van a Saltillo. Acaba de llegar
sor Carmen muy contrariada.
barrancas de Ateniquique y del Platanar, pues recuerdo también muy bien cuando me quedé a
dormir en el seno de la barranca, o en medio de ella, en la barranca del Platanar, donde hay una
capilla dedicada a san Juan Bautista y recuerdo muy bien cuando prediqué en ella. ¡Oh quién
pudiera ocupara su lugar!, por lo demás todos estamos muy buenos y en este momento se están
reuniendo las cinco Hermanas para salir a Saltillo, advirtiendo que cada una de ellas carga un
mundo entero.
Acaba de llegar Sor Carmen muy enojona porque mientras ella llegaba aquí su carta se fue
para allá, a pesar de las muchas preguntas que se le hacen nada contesta, solo agacha la cabeza.
Le adjunto copia de la fachada del templo, así como lo que decimos a cada uno de los
socios.
Reciba cariñosos recuerdos de todas las Hermanas y en particular de la que escribe.
Le advierto que nos regalaron un cajón de castañas y una parte de ellas se las comieron en
san Ángel.
Su afectísimo y seguro servidor.
José María Vilaseca.
14 de mayo de 1906.
¡La gracia de Jesús, María y José reine en nosotros!
Muy Reverenda madre Sor Ester Velázquez.
Puebla.
Carísima hija:
Afortunadamente puedo decirle que estoy mucho mejor, y que si sigo de esta manera,
tengo positivas esperanzas de poder alcanzar la época de mis bodas de oro, y como mis hijas e
hijos lo desean con tanto afecto y hacen tantas oraciones para esto, su tan glorioso fin, espero que
podremos lograrlo.
Por tanto sólo falta que nos vayan viniendo recursos que nos faciliten la conclusión de la
obra.
Le adjunto un nuevo modelo de la fachada haber si encuentran algunas personas que nos
ayuden para los gastos, entre tanto reciban la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
Posdata: Nuestro padre estará ocupadísimo hasta concluir el mes en curso; dice que
después del mes de mayo espera ir por allá
803) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, SAN JERÓNIMO, 16
DE JULIO DE 1906; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que tiene grandes
molestias con la tos y no se siente bien de la cabeza. Son las diez de la
mañana y está tomando su alimento, para después irse a la cama a
reponerse.
Con relación al otro negocio no tengo dificultad en asistir para responder a las preguntas
que usted dice que me quieren hacer; sin embargo,; como mi cabeza no está muy fija, quien sabe
cómo podré obrar. En este momento, que son las diez de la mañana, estoy tomando mi alimento y
después me voy a a costar un poco para ver si me arreglo un poco.
Puede que siempre sea mejor tener preparados los documentos del médico todo lo cual lo
dejo a cargo de usted.
Que se conserve bien son los deseos de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
804) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, AGOSTO DE 1906;
ORIGINAL AGHJ
El p. Vilaseca manda un recado a sor Luz Nava para pedirle que reciba y
hospede a los misioneros que llegan de Roma, Mónico Ruiz, Jesús
Villanueva y Rafael Garibay.
José María Vilaseca, Presbítero, saluda afectuosamente a Sor Luz Nava y le suplica que por
esta noche hospede en su casa a los jóvenes misioneros Ruiz, Villanueva y Garibay, y que el día
siguiente los embarque en el ferrocarril y nos telegrafíe enseguida.
805) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, AGOSTO DE 1906;
ORIGINAL AGHJ
El p. Vilaseca manda un recado a sor Luz Nava para pedirle que reciba y
hospede a los misioneros que llegan de Roma, Mónico Ruiz, Jesús
Villanueva y Rafael Garibay.
José María Vilaseca, Presbítero, saluda afectuosamente a Sor Luz Nava y le suplica que por
esta noche hospede en su casa a los jóvenes misioneros Ruiz, Villanueva y Garibay, y que el día
siguiente los embarque en el ferrocarril y nos telegrafíe enseguida.
806) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 6 DE AGOSTO
DE 1906; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para encargarle que reciba a los
Josefinos que llegan de Roma: Ruiz, Villanueva y Garibay, en Vapor
Antonio López, y al día siguiente los ponga en el ferrocarril.
Ha llegado ya el tiempo de que nos haga usted un gran servicio recibiendo en esa a los tres
jóvenes Ruiz, Villanueva y Garibay yendo por ellos al vapor "Antonio López" para recibirlos porque
salieron de Génova con dicho vapor el 21 del próximo pasado junio sirviéndose ponerlos en el
ferrocarril al día siguiente en segunda clase y telegrafiándonos inmediatamente a su llegada para
que los nuestros vayan a recibirlos a la estación el día que lleguen.
Es necesario que usted se informe en la casa, agencia de la Compañía Trasatlántica,
porque a veces cambia el vapor, y será bueno que usted pregunte el día que ha de llegar a esa el
vapor que salió de Génova el 21 del pasado julio, llamado "Antonio López". Pero debe preguntar
también si dicho vapor trasatlántico traspasará pasajeros en la Habana o en algún otro punto.
Rueguen a Dios para que tengan un feliz viaje.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Mil gracias por el dinero que nos ha sido remitido, pues ha llegado todo perfectamente
bien y espero que lo mismo sucederá con el legado de su señora Madre, pues como usted sabe,
estamos en grandes trabajos por las obras del templo.
Ya se lo dije a Sor Clementina que ella, su reverencia y otras tres o cuatro Hermanas
nombradas por usted que se preparen para asistir al estreno del templo, y a las funciones de las
bodas de oro. Pónganse de acuerdo con nuestra Madre para el arreglo definitivo de las que han de
venir.
Entre tanto, reciba una bendición muy especial para que en los próximos exámenes, todas
queden perfectamente bien.
Su afectísimo padre que las bendice.
José María Vilaseca.
815) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, SAN ÁNGEL, 26 DE
JUNIO DE 1907; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para tratar sobre sor María.
816) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, SAN ÁNGEL, 27 DE
JUNIO DE 1907; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para tratar sobre los ejercicios
espirituales de las Josefinas.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para encargarle que ella arregle
las fundaciones con los obispos de San Luis Potosí y Chihuahua.
El p. Vilaseca escribe a sor Ester Velázquez para decirle que teme que con
la llegada de sor María Landín al colegio de Puebla se repitan las tonteras
de antes, dejando a un lado a San José. Que ya ha ocasionado mucho
daño al p. Troncoso. Pide a sor Ester le prohíba escribirle para que
termine todo pues también la Madre general está preocupada por esto.
después de haber dicho cien y cien veces que no, sale en la práctica con un nuevo sí lo cual ha
producido ahora un nuevo trastorno. ¡Pobrecita de la Landín! Que se acuerde de una vez que Dios
la ha llamado para ser josefina y no para pertenecer a..
En vista de esto, usted comprenderá cuanta es la aflicción de nuestra madre y la mía.
Su afectísimo padre que de nuevo le recomienda todo lo dicho y que la bendice.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que Sor Carmen llegó a
tomar los ejercicios, pero se ve muy mala. Que al terminar los ejercicios
de las Josefinas, él piensa hacerlos este mes de octubre y, si ya no hace
mucho calor en Veracruz, piensa pasar a reponerse un poco. Que lo
esperen las niñas de la primera comunión.
A Dios gracias puedo escribirle, diciéndole que estoy en gran manera aliviado, después de
que esta mañana, pude hacer de nuevo una pequeña platiquita a mis caros hijos.
Todos estamos muy bien, y a Dios gracias marchan los ejercicios perfectamente bien, y le
incluyo unas cartas de Sor Concepción Rayado, para que le conteste según su prudencia; ojalá que
todas ustedes sigan lo mismo, rogando a Dios por su afectísimo padre que las bendice.
José María Vilaseca.
821) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, SAN JERÓNIMO, 27
DE OCTUBRE DE 1907; ORIGINAL AGHJ.
822) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR PETRA [MIRANDA], SOR MARÍA Y
SOR ESPERANZA, VERACRUZ, 27 DE NOVIEMBRE DE 1907; ORIGINAL AGHJ.
823) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR PETRA MIRANDA Y MARÍA PÉREZ,
VERACRUZ, 6 DE DICIEMBRE DE 1907; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Petra Miranda y a sor María Pérez. Las felicita
porque van bien y por sus trabajos. Que pidan a Dios para que se mejore
y pueda ir a dar los ejercicios que comenzarán el 26 de diciembre.
leyes del Gobierno nos permitieran obrar conforme los sagrados cánones.
Sobre Sor Rosa obró perfectamente bien lo cual no puede menos que alabarla su
afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
Puebla.
Carísima hija:
Veo por su carta el estado de su casa, y lo bien que está usted con las personas que están
a su cargo, lo cual me hace darle muchas gracias a Dios, porque para una casa, primero es la paz y
la tranquilidad del espíritu para todo, porque estoy seguro que cuando hay esto todo marcha bien.
Dele muchas gracias a Dios nuestro Señor por ese estado tan brillante, pídale que nuestra
madre las encuentre a todas de modo que no tenga necesidad de su parte de hacer nuevos
cambios.
Me complazco en gran manera, que sepa nuestra madre la cantidad mensual que le dan
cada mes, porque se aflige mucho cuando ve hechos los gastos de casa, sale usted con el gasto
extraordinario de ciento y tantos pesos gastados en medicina y médicos; ojalá, que usted pueda
arreglar con el señor González que de hecho estos gastos de las enfermedades de las Josefinas
vayan a cuenta de la casa.
Me escribe el resultado de esto.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
muy bien, y quedo del todo enterado de los diversos caminos que a habido entre el Delegado y el
Arzobispo.
Su afectísimo padre que la bendice de un modo especial.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca manda que las Hermanas Josefinas den gracias a Dios por la
aprobación pontificia de la Congregación.
Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que se den gracias a Dios
y hagan fiesta por la aprobación pontificia de las Constituciones de las
Hermanas Josefinas. Que sor Rosa pase a Chilapa. Que necesita 1000.00
pesos para las obras de Orizaba y Veracruz en donde la costea María
Pérez, le puede dejar 600.00 a sor Refugio Perdomo. Que se encuentra
fatigado, pero se va reponiendo. Que las Autoridades eclesiásticas no
sepan nada de la aprobación hasta que reciban el documento oficial.
[Josefa Pérez]
Carísima hija:
Contesto su apreciada diciéndole: que aquí estamos llenos del más puro y santo gozo, que
hemos mandado telegramas a casi todas las Hermanas dándoles noticias de la aprobación de las
constituciones, y que debían celebrar esta fiesta con un solemne Te Deum, así como con el plato
extraordinario de mole, creo que así lo habrán hecho, y por tanto, todos alegres en el Señor,
unámonos para bendecir, glorificar y alabar a las sagradas personas de Jesús, María y José tan
dignas personas.
Usted de su parte puede mandarles las circulares, anunciándoles beneficio tan
extraordinario, pero esto debe ser no más que para nuestras hijas, hasta que lo sepamos todos de
una manera oficial, y entonces veremos el modo más sencillo de bendecir, alabar y glorificar a
nuestro gran padre señor san José.
Hoy y ayer, hemos tenido nosotros un plato extra con vino antes y después de la comida,
lo cual nos ha hecho alabar a Dios de corazón y de alma.
Queda autorizada para que vengan las profesoras que desea, juntamente con María
Velázquez que me lo acaba de pedir como una gracia especial, y la Carmona puede comenzar su
retiro para que de hecho yo la reciba, ojalá que al fin y al cabo, podamos reunir de nuevo a esa
alma perdida por tanto, tiempo.
Sor Rosa en el nombre de Dios que pase a Chilapa después de haber hablado con el
Delegado, y esperemos que todo le servirá convenientemente para que no vuelva a hacer tonteras
de muchachas. Acabo de mandar por el cajoncito, y espero que Arnulfo volverá con él.
Se necesitan unos $1000.00 mil pesos, y espero que usted los traerá consigo, ya para la
obra de Orizaba, ya para ayudar en algo al arreglo de los salones que están arreglando en esta casa
de Veracruz, cuya obra está a cargo de María Pérez, pudiendo usted dejar unos $600.00 seis
cientos pesos, en poder de Sor Refugio Perdomo a la pasada para ésta, anotándolo todo como es
debido.
Puede usted continuar arreglando bien las cosas, porque si es cierto que me encuentro a
veces muy fatigado, también lo es que poco a poco me voy reponiendo. Reciban todas las
bendiciones de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
Nota: Mucho le encargo, hija mía, que las autoridades eclesiásticas sepan nada de la
aprobación hasta que llegue el oficio de Roma.
necesario haber colocado en Orizaba los $600.00 seiscientos pesos de los cuales le hablé en la otra
carta, viniendo Su reverencia a ésta con los $400.00 para el pago de la madera.
Su afectísimo padre que la bendice.
José María Vilaseca.
trabajan a honra y gloria suya. Animo y más ánimo y coman bien para que puedan dar bien sus
clases pues de lo contrario ya tendrán el trabajo de enterrarlas.
Reciban todas la bendición especial que me piden para que el señor san José les dé su
gracia para poder llevar a cabo su grande obra.
Su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
P.D. Concluyo dándoles un medio muy poderoso y eficaz para que el Santísimo Patriarca
las bendiga en un todo y con una bendición que se extienda a todas sus niñas y es la observancia
de sus reglas y de este modo, llegarán a adquirir las 50 que cuando las tuviere le prometí a Sor
Leonor un gran premio; pero mientras no tenga los 50 pares, no habrá premio.
El p. Vilaseca escribe a sor María Pérez y a sor Petra Miranda y las felicita
por el aumento de niños en el internado de la Casa central. Pregunta por
la salud de sor Victoria y si está dispuesta para empezar los ejercicios.
836) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 8 DE ABRIL
DE 1908; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que las acompaña en sus
tribulaciones y las anima a seguir adelante con la confianza puesta en San
José, pues están dentro de la ley.
Carísima hija:
Las acompaño en sus tribulaciones; pero como están dentro de la ley, no hay nada que
temer, por consiguiente y con su vela verde espérenlo todo del gran patrocinio de señor san José.
Además, se trata de una práctica establecida en toda la República y cada uno es libre para
retirarse por unos días para hacer los santos ejercicios sin que nadie tenga que ver cosa alguna
acerca de esa práctica religiosa.
Ustedes por nada se quiten su tocado. Su afectísimo padre que las bendice.
José María Vilaseca.
837) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 11 DE ABRIL
DE 1908; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para preguntarle cómo están. Que
arregle cuentas con María y le manden lo que les prestó. Se siente regular
de salud, pero no se anima todavía a hacer las funciones de semana
santa.
838) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 3 DE JUNIO
DE 1908; ORIGINAL AGHJ.
Doy gracias a Dios por su carta y espero en nuestro Señor que se cumplirá lo que usted
dice en ella y por tanto, que esa casa después de tantos trabajos y tantas penas y mayores
angustias por parte de usted espero que lograrán arreglar las cosas perfectamente bien.
Nada mas, le digo por ahora, pero sí que tendré mucho gusto y me causará un solaz
completo, cuando usted me escriba, que todas esas cosas se han verificado ya.
Por lo demás, veo que nadie tendrá que ver lo que tristemente habíamos pensado;
porque, para una alma religiosa el tener actos religiosos como es debido, es una condición
indispensable, por esto, yo no puedo menos que bendecir a Dios y bendecirle de la manera mas
completa.
Sigan por tanto, trabajando con todo empeño para llevar a cabo la obra de Dios estando
persuadida, que trabajaremos con empeño para ese fin y de nuestra parte, pero mucho, mucho,
mucho, estaremos completamente agradecidos.
No se olvide por tanto, de darle tan gratas noticias a su afectísimo padre que de corazón la
bendice.
José María Vilaseca.
839) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 18 DE JUNIO
DE 1908; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para pedirle informes sobre las
hermanas que van a hacer votos, especialmente sor Teresa Hernández,
quien hace los últimos, para que la Madre general y Consejo estén bien
informadas.
Vilaseca escribe a la Srita. María Herrera, que queda admitida con las
Josefinas y se puede venir en diciembre, que entretanto concluya el curso
que está estudiando.
842) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, SAN JERÓNIMO, 23
DE OCTUBRE DE 1908; ORIGINAL AGHJ.
sabían, pero enseñaban, dormían y comían bien, ¡Dónde vamos a parar!, estoy muy enojado, y así
se les dice a todas las profesoras.
Nuestrita no le escribo hoy porque ya es tarde, para estar escribiendo.
Ya pasó el norte tan terrible como el pasado, pero por la gracia de Dios ya pasó, y no
esperé que me dañara como el anterior.
Si como lo espero de la bondad del señor san José sigo bien, entonces será mi salida el
próximo lunes, pero si desgraciadamente me pusiere malo entonces no saldré, ya ve usted cómo
se cuidarme, cuánto conviene que sepa conservar toda la calma conveniente para no enfermarse
sino al contrario, y para que la carta no quede trunca reciba la bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
Carísima hija:
Hasta ahora voy a contestar sus dos apreciadas cartas, y espero encontrarla muy bien y
con grandes deseos de ser todos los días más y más de nuestro buen Dios.
Estoy muy contento con lo que me dice del señor Valverde, y a mi modo de ver, no habrá
ninguna dificultad en el arreglo del negocio, sobre todo portándose usted como yo con el señor
Delegado, habiéndole dicho y afirmado que la casa de santa Brígida no constaba en los bienes de
la sagrada Mitra porque son bienes particulares y cuya escritura primaria yo la tengo.
De todo esto se sigue que a pesar de mis deseos de que pronto se venga usted, sin
embargo, primero es la obligación que la devoción, procure entre tanto el arreglo de las cosas, y
no se olvide, si así lo piden las circunstancias yo entregué a los padres Jesuitas la parte del edificio
que me corresponde.
Sobre las fundaciones, estese usted en el modo de obrar como hasta ahora y poner en
práctica lo mejor posible el nihil petendi et nihil recusandi; así estaremos seguros de hacer en todo
la santísima voluntad de Dios.
El 2 de marzo, Dios Mediante espero llegar a esa. Expresiones a todas y usted reciba una
bendición de su afectísimo padre.
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Teresa Quinto para decirle que sigue mejor y
espera verla pronto en los ejercicios.
855) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR LUZ NAVA, MÉXICO, 26 DE MARZO
DE 1909; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Luz Nava para decirle que se alegra por la
devoción de las Josefinas a San José. Pregunta por María y su familia, si
sigue animada. Que sor Josefa de la O siga reuniendo fondos para la
fiesta de la elección de la nueva Superiora general. Vilaseca recuerda cuál
fue su conducta con sus padres.
satisfacción viendo que la familia de María comienza a entregarse del todo al servicio de san José,
sigamos pues con mucha confianza y esperemos debidamente que san José nos concederá todo
cuanto le pidamos, y ya que nuestras peticiones no tienen más que la honra y gloria del santísimo
Patriarca.
También veo con singular predilección que María está acabando de arreglar la capilla y
que el señor Cura con tanta benevolencia y afecto sigue encomendándolas a Dios y prácticamente
facilitándoles todo.
Mucho le encargo que le hable a Sor Josefa de la O que siga reuniendo todos los fondos
que pueda para la gran fiesta de la elección de la nueva Superiora general.
Y el negocio de María ¿cómo sigue? ¿su señora Madre cederá por fin? ¿y María se
mantendrá con la firmeza conveniente? Si usted la viera muy afligida, no olvide de decirle cuál fue
mi conducta con relación a mis padres.
Su afectísimo padre que de corazón la bendice.
José María Vilaseca.
podré decir algo por la mañana, aunque dejando con todas sus fuerzas a los padres a quienes
piensan encargarles los ejercicios el padre Beltrán.
Me saluda todas las Hermanas, y reciba el afecto que su afectísimo padre tiene el gusto de
bendecirla y bendecirlas a todas.
José María Vilaseca.
857) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR MARÍA DE JESÚS PÉREZ, MÉXICO,
22 DE OCTUBRE DE 18; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor María de Jesús Pérez para felicitarla por los
trabajos en favor de los indios. Promete mandarles ropa y objetos
religiosos.
Veracruz o México
565
progresos de la [humanidad], tienen a su lado a a una de esas santas mujeres, a uno de esos
ángeles de forma humana vestidos, que los ayudan en sus movimientos, que los asean, que los
consuelan, que les hablan de resignación, de esperanza y de fe. Hizo bien la junta en procurarse
esas sacerdotisas de la caridad que hacían falta dentro del templo alzado a la caridad misma.
Así se expresó el dicho cuaderno el ex-gobernador de México y actual Presidente del
Ayuntamiento acerca de las Hermanas Josefinas; y podemos asegurar a tan íntegro funcionario
que no se equivocó en tan altas apreciaciones y le aseguramos también que toda la sociedad le
está tanto mas agradecida, cuanto que dichas Hermanas Josefinas no tienen otro empeño que
hacer el bien en favor de todos los pobres y necesitados; y bien que reciben de parte de una
Asociación que es también eminentemente mexicana.
[Sin firma]
- Teniendo presente el estado de la casa y las comunicaciones que nos han hecho ciertas
personas, habiéndolo encomendado a Dios, dirigidos por el señor san José, se resolvió lo siguiente,
que las Hermanas deben practicar:
- 1. Las cuatro Hermanas Josefinas de ésta recibirán clase del señor don Mariano el día y la
hora que dicho señor señalare, para que ellas pongan en práctica los deseos del señor Cura,
enseñando a las niñas ese nuevo método de enseñanza, advirtiendo que sólo ellas podrán dar
dichas clases a las niñas del Colegio, sin permitir a dicho señor que las dé.
- 2. Deberán sujetarse en todo lo externo con el señor Cura, por ser él el que pidió a las
Hermanas por medio del Padre Zetino, pero en lo interno sólo a la Superiora le tocará disponer el
orden de las cosas, conforme sus Reglas.
- 3. Deberán confesarse el día señalado, para que comulguen todos los días de regla,
permitiéndoles por el espacio de tres meses la comunión diaria, debiendo acudir a los Superiores
mayores para conservar dicha gracia.
- 4. Procurarán no salir fuera de casa en hora no conveniente.
- 5. Toda clase de paseos los harán en la misma ciudad y nunca fuera y mucho menos
quedarse a dormir en algún punto. No admitirán en el Colegio a ninguna persona extraña, mas en
caso de una necesidad gravísima, se sujetarán a la voluntad del señor Cura, a no ser que sean
personas propias para el Colegio o Instituto.
- 6. Procurarán volver a establecer las clases tanto nocturnas como dominical.
- 7. Todas las niñas que estén en el asilo cuando pasen de 8 años ya deberán ponerlas en
clase.
- 8. Los niños no podrán recibir mayores de 6 años, para impedir ciertas faltas y disgustos
de las mamás que tienen niñas en el asilo. El asilo se deberá hacer tal como se hace en la central,
añadiendo algo del nuevo método, en caso de que se pueda aplicar a él.
- 9. Queda establecido que la Superiora se pondrá al frente de la clase principal, teniendo
de ayudante a Sor Guadalupe Flores, Sor Encarnación quedará al frente del asilo y Sor Micaela se
hará cargo de la clase de niñas pobres.
567
- 10. En caso de que venga otra Hermana Josefina, Sor Encarnación quedará libre para
dedicarse a la formación de las jóvenes seminaristas, advirtiendo que nunca deberán decir a nadie
que esto es noviciado, porque de hecho no lo es tal, como lo tiene prohibido el gobierno, sino que
es un Seminario donde deben aprender lo que se ha de enseñar y practicar.
- 11. A imitación de las Damas del Sagrado Corazón sólo podrán consagrarse a Dios en la
casa madre de México.
- 12. Cada tres meses la maestra del Seminario dará cuenta del estado de sus
seminaristas, y la Superiora lo hará cada mes por lo menos conforme su Regla.
[Sin firma]
[Sin firma]
861) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR CRUZ AVILEZ; ORIGINAL
AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca puso esta nota en una carta que recibió de sor Cruz Avilez
en que le habla de unas acusaciones contra ella.
Esta tiene ciertos arranques como de locura, que dan mucho que merecer para el cielo.
[Sin firma]
El p. Vilaseca puso esta nota en una carta que recibió de sor Magdalena
Ballesteros en que le habla del desaliento que siente para seguir con el
canto y la música.
Con mucho celo, mucha caridad, mucho fervor y mucha vida ejemplar estas almas se
ganan. Animo y siempre más y más ánimo.
[Sin firma]
41. Hospital de Ciudad Victoria, fundado por su Señoría Ilustrísima el Obispo Doctor don
Filemón Fierro.
42. Escuelas Católicas de Orizaba, fundadas por el padre Misionero Apostólico Juan
Bustillos.
43. Orfanatorio para niñas, fundado en San Andrés Chalchicomula por el señor Palacios.
44. Asilo para la regeneración de la mujer, fundado por uno de los del Gobierno en la
misma Ciudad de México.
[Sin firma]
569
[Colegio de Batopilas].
570
1. Todo.
2. Todo.
3. En los Colegios, escuelas y clases,.
4. Todo.
5. Todo.
6. Se quita: hospitales y asilos.
7. Se quita: encargadas de las salas.
8. Los fundadores, para atender a las obligaciones del establecimiento, ceden a las
Josefinas los cien pesos que juntan, siendo cargo de éstas pagar la casa y reponer los útiles del
Colegio; mas pueden los fundadores darles casa, reponer los útiles del Colegio, cuando fuere
necesario, y pasar a cada Josefina para sus gastos particulares diez pesos mensuales.
9. Las Josefinas se comprometen a tener las niñas pobres que les presentare la Sociedad
católica por medio de su presidenta y secretaria.
10. Las Josefinas recibirán para sus alimentos los productos de las niñas que tuvieren de
paga en sus escuelas, ya que se comprometen a darles una instrucción y educación esmeradas
conforme su rango, y tal como se ha hecho hasta ahora.
11. Firmadas estas bases, se procurará la aprobación del Ilustrísimo Señor Obispo de la
Diócesis, suplicando al señor Cura párroco, que como representante de Su Señoría Ilustrísima
procure que estas bases tengan el debido cumplimiento.
12. En caso de haber entre las partes contratantes tales dificultades que no puedan
avenirse, en este caso ambas partes quedan tan libres como antes de este contrato, siendo
indispensable el mutuo aviso de dos meses de anticipación.
8. Los fundadores se comprometen a dar casa útil para la fundación del Colegio de niñas;
siendo cargo de ellos mismos facilitarles los útiles para el Colegio.
9. Las Josefinas se comprometen a tener niñas pobres en sus escuelas, siempre que tengan
departamento separado en donde ponerlas y reciban de los fundadores diez pesos por cada
Josefina del establecimiento.
10. Las Josefinas se comprometen a dar a las niñas de paga una instrucción y educación
esmeradas, conforme su rango.
11. Firmadas estas bases, se procurará la aprobación del Ilustrísimo Señor Obispo de la
Diócesis, para que el contrato tenga la debida solidez.
12. En caso.
La Josefinas recibirán las entradas de las niñas de paga, y se ofrecen a darles una
instrucción y educación esmerada y eminentemente religiosa.
[Sin firma]
Nota del p. Vilaseca sobre el colegio que las Hermanas Josefinas atienden
en Cunduacán. Tabasco.
[Sin firma]
Condiciones con las cuales las Hermanas Josefinas podrán admitir a las personas que
deseen ingresar a su Instituto.
1º Las Hermanas Josefinas podrán recibir personas desde la edad de 16 hasta 30 años.
2º Deberán ser hijas de legítimo matrimonio, y para esto presentarán la fe de Bautismo.
3º Deberán presentar un certificado sobre su conducta, del Ilustrísimo Señor Obispo, o del
señor Cura, o bien de su Padre confesor.
4º No se admitirán sin el pleno consentimiento de sus padres o tutores.
5º No se admitirán personas que hayan sido domésticas.
6º Tampoco podrán admitirse personas que padezcan alguna enfermedad crónica o
tuvieren algún defecto físico.
7º No podrán admitirse personas que de alguna manera tengan compromisos.
8º Una vez admitidas, entregarán la cantidad de ($500) quinientos pesos; los que irán
descontándose a razón de ($ 30) treinta pesos mensuales para devolverles el resto en caso de que
fueren despedidas; además los útiles que van a continuación, o bien ($100) cien pesos,
encargándose en este caso la Superiora de proporcionarles todo lo que necesitaren. Para las
Coadjutoras serán sólo ($100) cien pesos, fuera de todos los útiles.
9º Sólo serán visitadas por sus familias cada 3 meses.
Utiles que deben traer:
Un catre de fierro.
Un colchón
Dos almohadas
Dos cobertores
Seis sábanas
Seis fundas
Una petaca de camino
Una petaca chica
Un lavamanos con su jarra
Seis platos de peltre.
Una taza, un vaso y un cubierto.
Media docena de cada una de las piezas de ropa blanca interior.
Dos colchas blancas.
Veintiún metros de merino negro, doble ancho.
Seis metros de género de lino.
Tres metros de cambray de algodón.
[Sin firma]
572
868) CONDICIONES DE JOSÉ MARÍA VILASECA PARA QUE LAS JOSEFINAS CUIDEN
ENFERMOS A DOMICILIO, [SIN FECHA]; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Condiciones indispensables para que las Hermanas Hijas de María Josefinas puedan cuidar
a domicilio a los enfermos y aun velarlos de noche.
1ª Las personas que deseen Josefinas para cuidar algún enfermo vendrán por ellas los
mismos interesados.
2ª Dejarán escrito su nombre y la casa donde reside el enfermo.
3ª Dejarán a las Josefinas en absoluta libertad para que observen las disposiciones del
médico que asista al enfermo, de lo contrario se retirarán en seguida.
4ª Usarán el traje de Josefinas mientras estuvieren encargadas de la asistencia del
enfermo.
5ª Se encargarán las Josefinas de que se les administren los auxilios espirituales, tan
pronto como el médico declare su gravedad.
6ª En el acto de que se alivie o muera el enfermo, serán traídas por los mismos
interesados a la Casa de Josefinas a que pertenezcan, sin detenerlas por más tiempo, a no ser que
hubiesen alcanzado la respectiva licencia de la Superiora.
7ª A los señores no los curarán en parte alguna contrario a la decencia.
8ª Las Josefinas siempre que la enfermedad lo permita irán a la Iglesia a cumplir sus
deberes religiosos.
9ª No pueden asistir enfermos de enfermedades vergonzosas ni enfermas de parto.
10ª Si el cuidado del enfermo lo permitiere irán dos veces por semana a la Casa central; y
si alguna vez las dos juntas no pudieren salir, irá una sola con una persona de la casa del enfermo.
11ª No irán a los hoteles, ni a otros lugares públicos, ni aun en casa de vecindad a no ser
que tengan departamento aparte con su portón independiente.
12ª Ninguna josefina puede ir sola a cuidar a un enfermo.
13ª Deberán los interesados darles lo necesario para su subsistencia durante el tiempo
que estén en la casa del enfermo.
14ª Se suplica a las personas que hayan ocupado a las Hermanas Josefinas para el cuidado
de sus enfermos, que si les dictare su gratitud darles algún donativo, este lo entreguen a la
Superiora de la Casa de donde salieron las Josefinas.
[Sin firma]
En una carta que certifica el precio del edificio de Santa Brígida, en donde
las Hermanas Josefinas tienen un colegio, el p. Vilaseca escribió esta
nota.
870) BORRADOR DE JOSÉ MARÍA VILASECA SOBRE SARA COUTO, [SIN FECHA];
ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Por la presente declaro que es mi voluntad dar a los votos hechos, o que hiciere, o que
renovare, la misma fuerza que tienen ante Dios y ante los hombres los votos solemnes de las
religiones; y, además, es mi voluntad no admitir ninguna escusa o falta que sobre ellos se
presentare como verdadera y por [ilegible] de mis votos tengan siempre todo el poder que según
lo dicho desee comunicarles y de hecho les comunica mi Superior. Y para que conste mi voluntad,
firmo la presente declaración.
872) PROGRAMA DE JOSÉ MARÍA VILASECA PARA LOS EJERCICIOS DE LAS NIÑAS
DE UN COLEGIO, [SIN FECHA]; ORIGINAL AGHJ.
3. Preparación.
4. Importancia de la salvación. Creación. Muerte.
574
¡Ay de los Superiores! si por sus malos modos y peores tratos son causa de la ida de sus
súbditos.
[Sin firma]
Los fundadores N.N. y el Superior de las Hijas de María Josefinas han convenido en los
puntos siguientes para que la fundación sea estable y contribuya a la honra y gloria de Dios, bien
de la juventud educanda y de los pobres enfermos y asilados.
1. Las Josefinas observarán las Reglas comunes y particulares de su Instituto, sin que se les
pueda obligar en ningún tiempo a variarlas ni a modificarlas.
2. Es atribución exclusiva del Superior de las Hijas de María Josefinas el nombramiento de
Superiora y demás Josefinas que deben componer la comunidad, así como la mudanza y traslación
de las mismas.
3. En las escuelas y clases, las Hijas de María Josefinas observarán exactamente los
reglamentos, prácticas y costumbres de su Instituto.
4. Con respecto al régimen espiritual, las Hijas de María Josefinas estarán en un todo a lo
que previenen sus Reglas y las disposiciones de sus Superiores.
5. La Superiora distribuirá entre sus compañeras los diversos cargos, oficios y clases, de su
establecimiento.
6. A la Superiora deberán dirigirse los fundadores para los arreglos que crean a propósito
para el feliz éxito del Colegio, escuelas y clases, mas en caso de que hubiese alguna dificultad en
575
convenirse, la comunicarán a los Superiores mayores para ponerse de acuerdo y se remedien las
cosas como es debido.
7. Si por algún defecto fuese preciso avisar a alguna de las profesoras, se lo comunicarán
por medio de la Superiora.
8. Los fundadores, para atender a las obligaciones del establecimiento, ceden a las
Josefinas los cien pesos que juntan, siendo cargo de éstas pagar la casa y reponer los útiles del
Colegio, mas pueden los fundadores darles casa, reponer los útiles del Colegio cuando fuere
necesario y pasar a cada Josefina para sus gastos particulares diez pesos mensuales.
9. Las Josefinas se comprometen a tener las niñas pobres que les presentare la Sociedad
católica por medio de su presidenta y secretaria.
10. Las Josefinas recibirán para sus alimentos los productos de las niñas que tuvieren de
paga en sus escuelas, ya que se comprometen a darles una instrucción y educación esmeradas
conforme su rango, y tal como se ha hecho hasta ahora.
11. Firmadas estas bases, se procurará la aprobación del Ilustrísimo Señor Obispo de la
Diócesis, suplicando al Señor Cura Párroco que, como representante de su Señoría Ilustrísima,
procure que estas bases tengan el debido cumplimiento.
12. En caso de haber entre las partes contratantes tales dificultades que no pudieren
avenirse, en este caso ambas partes contratantes quedan tan libres como antes de este contrato,
siendo indispensable el mutuo aviso de dos meses de anticipación.
Los fundadores N.N. y el Superior del Instituto de las Hijas de María Josefinas han
convenido en los puntos siguientes para que la fundación sea estable y contribuya a la honra y
gloria de Dios, bien de la juventud educanda y de los pobres enfermos y asilados.
1. Las Josefinas observarán las Reglas comunes y particulares de su Instituto, sin que se les
pueda obligar en ningún tiempo a variarlas ni modificarlas.
2. Es atribución exclusiva del Superior de las Hijas de María Josefinas el nombramiento de
Superiora y demás Josefinas que deben componer la comunidad, así como la mudanza y traslación
de las mismas.
3. En los hospitales, asilos, Colegios, escuelas y clases, las Hijas de María Josefinas
observarán exactamente los reglamentos, prácticas y costumbres de su Instituto.
4. Con respecto al régimen espiritual, las Hijas de María Josefinas estarán en un todo a lo
que previenen sus Reglas y las disposiciones de sus Superiores.
5. La Superiora distribuirá entre sus compañeras los diversos cargos, oficios y clases, de su
establecimiento.
6. A la Superiora deberán dirigirse los fundadores para los arreglos que crean a propósito
para el feliz éxito del Colegio, escuelas, clases, hospitales y asilos, mas en caso de que hubiese
alguna dificultad en convenirse, la comunicarán a los Superiores mayores para ponerse de
acuerdo.
7. Si por algún defecto fuere preciso avisar a alguna de las profesoras o encargada de las
576
876) BORRADOR DE JOSÉ MARÍA VILASECA SOBRE ADELA GALVÁN, [SIN FECHA];
ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
[1895]
Considerando:
1. Que por su edad de 40 años no pudo ser engañada.
2. Que voluntariamente ella misma pagó su viaje y fue acompañada de su hermano hasta
llegar a México, y entregó cantidades que
3. Que antes estuvo contenta como pueden certificarlo sus compañeras
4. Que ella misma pidió pertenecer a la Institución e hizo las súplicas correspondientes a
quien debía hacerlas...
5. Que de hecho se comprometió hacer, como las hizo las promesas que son de
costumbre.
6. Que ella perteneciendo del todo a la Institución determinó entregarle lo que le
pertenecía, que según ella dice fueron todos.
7. Que ella no malbarató sus bienes sino que uno de sus hermanos se quedó con ellos...
8. Que dichos mil pesos no los entregó del todo, sino que la tercera parte le fue entregada
con la que ella misma compro mucha ropa interior y exterior; y además entregó todavía a cierta
577
El p. Vilaseca recibió una carta de una mujer y al calce puso esta nota
para aconsejar a los sacerdotes la prudencia que deben tener siempre en
el trato con mujeres, para no ofender a Dios ni escandalizar a los
prójimos.
Sequens notula invenitur ad calcem epistolae a quadam muliere, cuius nomen non
apparet, scriptae et ad P. Josephum Mariam Vilaseca directae; quae notula, licet subscriptione
careat, attamen comparatione facta cum aliis scripturis constat scriptam fuisse a Servo Dei:
Esta, carta y otras que en circunstancias dadas he recibido, me hace ver cuan difícil cosa es
vivir con mujeres, tratar con mujeres, y cuan grande es el peligro en que estamos todos los
sacerdotes, y de un modo más especial los pobres curas, y todo sacerdote que vive con mujer; sin
embargo, los misioneros tenemos grandes peligros; y peligros en los que caeríamos ciertamente, si
no nos sirviéramos de los medios que nos ha dado Dios nuestro Señor en la santa Regla. Los
tenemos en las misiones, por esto suplicamos muy encarecidamente, que nos conceda la gracia de
cumplir el reglamento de las misiones donde están evitados todos los peligros; los tenemos fuera
de las misiones, porque el hombre siempre será hombre, y la mujer siempre será mujer, por más
que las mujeres y los hombres estén bajo la sotana de misioneros, bajo el sayal de la religiosa, y
bajo el santo hábito de la Hija de María josefina. Por tanto, mucha, pero mucha oración; acudamos
al confesor con entera confianza, y manifestemos a nuestros Superiores el peligro en que estamos,
para que de este modo, con un santo cambio, nos veamos libres de la tentación, y nuestro buen
Dios no sea ofendido, ni el prójimo escandalizado.
[Sin firma]
Pónganse las Hermanas Josefinas a disposición del Gobernador para asistir a los enfermos.
Avisando Obispo o Cura ofrézcanse Gobernador para cuidar los apestados.
[Sin firma]
Reglamento u orden del día puesto por el p. Vilaseca para las casas de
regeneración atendidas por las Hermanas Josefinas.
22. - - - 4 - - - - - - 170
23. - - - 4 - - - 1 - - - 105
24. - - - 3 - - - 1 - - - 100
25. - - - 2 - - - 1 - - - 100
26. - - - 11 - - - 1 - - - 500
Hospitales.
27. - - - 13 - - - 7 - con botica, admistración, etc.
28. - - - 6 - - - 25 - y escuelas
29. - - - 7 - - - 25 - con botica, admistración.
30. - - - 13 - - - 82 - botica, administración.
31. - - - 3 - - - 10 - y niñas.
32. - - - 4 - - - 40 - botica.
33. - - - 4 - - - 2 - 30 botica.
34. - - - 4 - - - 15 - botica.
35. - - - 4 - - - 25 - botica, ejercicios.
36. - - - 4 - - - 1 - botica.
Peregrinos.
37. - - - 3 - - - 1 - 100 - niños y peregrinos.
38. - - - 4 - - - 1 - 60 - niños y peregrinos.
39. - - - 5 - - - 1 - 100 - niños y peregrinos.
40. - - - 7 - - - 200 - niños y peregrinos.
Hermanas - - 272.
Coadjutoras - - 20.
Niños y niñas - 4600.
Hospitales - - 347.
[Sin firma]
Reglamento u orden del día puesto por el p. Vilaseca para las casas de las
Hermanas Josefinas que se dedican al estudio.
1. Se les exhorta que nunca dejen sus clases, sino en un caso de grave necesidad.
2. Deben acostumbrarse a meditar un poco sobre las diversas materias que estudien, para
salir de sus dudas.
3. Una vez al día tendrán clase de dictado, para poseer bien la ortografía.
4. Procurarán perfeccionarse muy bien en la escritura.
5. La profesora nos escribirá cada quince días sobre los adelantos de sus discípulas.
Ciudad Victoria:
Superiora Elena Suárez
Gertrudis Toscano
Concepción Prado
Josefina Durán
Pilar Ruiz.
Torín
Agustina Santa María
Josefina Argudín
Teresa Rangel
Vicenta Castro.
Vican
Refugio Ponce
Natalia Flores.
Potán
Natalia Valdez
Altagracia Reyes
Francisca Guillén
Refugio Mendoza
Bacum
Catarina Ramos
Juliana Ramírez
Carmen Hernández
Dolores Gallegos
Cocorit
Rafaela Enríquez
Isabel Vázquez
Chihuahua
Sor Carmen, Profesora
Tabasco
Sor Agustina
Sor Josefina
Sor Gertrudis
584
Sor Galván
Comitán
Imelda
Isabel
Lola
Trinidad
Batopilas
Guadalupe Barragán
Ramona Iturbe
Ruperta Alvaro
Luz Nava
Fausta Hernández
Concepción Durán
Genoveva Galvez
San Juan Bautista
Sor Jesús Pérez
Sor Eulalia Tapia
Sor Angela Garduño
Sor Jovita Ruiz
[Sin firma]
Guadalupe Arias.
Aurea Gutiérrez.
María Robles.
Dolores Arteaga.
Concepción Monterrubio.
Carmen López.
Rosa Velina.
Julia Oganio.
Concha Samorano.
Una externa.
Consejo de las Hijas de María
Sofía Morner, Presidenta.
Carmen Ramírez, Vicepresidenta.
María Robelo, Tesorera.
Ana Robledo, Secretaria.
Consuelo Marroquín, Consejera y Sacristana.
Elías de la Barreda, Consejera.
Consejo de San José.
Margarita Cadena, Presidenta.
Josefina Sánchez, Consejera.
Concha Robledo, Tesorera.
María Aranda, Sacristana.
[Sin firma]
[Mayo de 1894]
[Convenio de José María Vilaseca sobre el Hospital de Batopilas].
Sobre la fundación de Batopilas.
Se arregló en mayo para Batopilas.
1. Todos los gastos de ida y vuelta, y cuando sea necesario hacer algún cambio por
enfermedad o bien por otros graves motivos, serán a cuenta de la Compañía.
2. Las Josefinas, sanas o enfermas, serán asistidas con los fondos del establecimiento en el
que tendrán su habitación.
3. Las Josefinas se comprometen a la curación de los enfermos, así como a velarlos cuando
estén graves, conforme las disposiciones u orden a las de los médicos, y podrán encargarse
también de las escuelas y Colegios.
4. Tendrán derecho al cumplimiento de sus deberes religiosos, tanto para sí como para los
enfermos.
5. Las Josefinas podrán ser también administradoras del hospital y depender directamente
de la Compañía.
587
6. Las Josefinas para sus gastos particulares recibirán una gratificación de parte de la
misma Compañía todos los meses.
7. Podrán ir uno o dos Misioneros Josefinos para la dirección de las Josefinas que fueren,
confesión de los pobres enfermos y moralización de los demás, y, en este caso, sírvase notar la
Compañía la gratificación mensual que les determine.
8. En caso de no convenirse en los mutuos servicios se avisarán mutuamente con dos
meses de anticipación, para que cada una de las partes se arregle según le conviniere.
[Sin firma]
890) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR PATROCINIO LICEA, [SIN FECHA];
ORIGINAL AGHJ.
Sor Patrocinio:
Que la madre cuando esté aliviada se informe de esta carta que acaba de recibir su
afectísimo padre, que la bendice.
José María Vilaseca.
891) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA EN CARTA DE SOR IMELDA NANDÍN, [SIN
FECHA]; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Sor Imelda Nandín escribió a sor Josefa Pérez, Superiora general de las
Hermanas Josefinas, sobre el trato que las hermanas tienen en Comitán
con varios sacerdotes. La carta llegó a manos del p. Vilaseca y en ella
puso esta nota.
Mucho, mucho cuidado han de poner los Superiores y las Superioras para evitar la
correspondencia con personas de otro sexo.
[Sin firma]
892) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SIN LUGAR], [SIN
FECHA]; ORIGINAL AGHJ.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para decirle que nada tiene
contra ella, pero sí le preocupa la actitud de sor Patrocinio Licea que ya
no cumple con los actos de comunidad ni con las prácticas de piedad.
Sor Josefa:
Carísima hija:
Nada, absolutamente nada, tengo contra usted y, por tanto, no hay para que afligirse, lo
588
que sí siento, y mucho, son los dichos y hechos de sor Patrocinio, pues ahora sí que temo lo que
nunca hasta ahora había temido; pues todas notan que no asiste a los actos de comunidad, ni reza,
ni comulga y a veces ni misa oye, y a todo responde: Tengo sueño, estoy mala, me fastidia la
enseñanza y otras cosas por el estilo.
Oremos, y oremos mucho, como se lo pide su afectísimo padre que lo bendice.
José María Vilaseca.
Aumento: En este momento voy a confesar a las novicias, y como estoy sólo, vuelvo a ésta
a cumplir con mi deber despachando lo que ocurra.
893) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SIN LUGAR],
[SIN FECHA]; ORIGINAL AGHJ.
Recado:
Sírvase entregar al correo de Santiago la carta para sor Antonia.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
894) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, MÉXICO, [SIN
FECHA]; ORIGINAL AGHJ.
897) JOSÉ MARÍA VILASECA, REGLAMENTO QUE DEBERÁN OBSERVAR LAS NIÑAS
DE LOS COLEGIOS DIRIGIDOS POR LAS HIJAS DE MARÍA JOSEFINAS, [SIN
FECHA]; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Reglamento que deberán observar las niñas de los Colegios dirigidos por las Hijas de María
Josefinas.
- 1. A la voz de: Viva Jesús, María y José, responderán todas: Para siempre en nuestros
corazones. En seguida, se bajarán de la cama, pues no se vestirán dentro de ella para evitar la
pereza,y se persignarán con devoción, porque la señal de la cruz nos libra de los enemigos
infernales que nos rodean en esta hora, y seguirán con el rosario de la santísima Virgen María.
- 2. Se vestirán prontamente y con grande modestia, procurando entre tanto levantar su
espíritu a Dios con esta súplica: Dios mío, libradme de pecar en este día, a lo que podrán añadir
otras jaculatorias.
- 3. Después de levantadas, harán bien su cama y poniéndose de rodillas, con las manos
juntas, darán gracias a nuestro Señor por haberlas librado del peligro de la noche.
- 4. En seguida se encaminarán con gran silencio a la iglesia para hacer su meditación,
oirán su santa misa, harán el ejercicio de la mañana, como está en el Librito de misiones, y, en
seguida, se irán con gran silencio al peinador o sala de aseo.
590
y a las cuatro rezarán todas la corona del señor san José, con la letanía cantada, cantando también
una alabanza en cada uno de los misterios.
- 20. A las cinco, las niñas de cada clase que estén encargadas de guardar las labores, las
recogerán; y cada una se irá al quehacer que le hubieren señalado.
- 21. A las siete irán formadas a cenar, y guardarán el mismo orden y silencio que se ha
dicho para el tiempo de comer.
- 22. En seguida se formará para cantar la letanía, en la que irá cada una con su
compañera.
- 23. Acostumbrarán en sus recreaciones unirse para cantar algunos cánticos piadosos, a
fin de que los aprendan las niñas nuevas; se recrearán hasta que toquen la campana; cuando la
oigan, callarán todas y cada una con su compañera irá a la iglesia para hacer su rezo. Después de
su primera oración, harán el examen de las faltas cometidas en el día, y si conoce haber dado mal
ejemplo, les pedirá perdón, pero si la falta hubiese sido con alguna en particular, no se acostará sin
pedirle perdón.
- 24. Después irán a acostarse; cuando estén en los dormitorios, se les prohibe que se
acerque una a la cama de la otra, pues si algo les ocurre, avisarán a la Superiora que las cuida.
Antes de dormirse se arrodillarán y con las manos juntas rezarán tres ave Marías a la pureza de la
Virgen. Se acostarán con la mayor modestia, poniendo las manos juntas sobre la almohada y
mirando todas hacia el cuadro del santo titular del dormitorio, al que se encomendarán.
- 25. Durante la noche si se les ofrece algo, no despertarán a otras niñas y sólo avisarán a
la Superiora que duerme en el mismo dormitorio.
- 26. Tendrán cuidado, tanto al vestirse como al desnudarse, de no ponerse dos en un
mismo lado de la cama.
Obligaciones de las niñas mayores con las pequeñas.
- 1. Por la mañana, después que hagan su cama, sin detenerse en otra cosa, irán las niñas
grandes a buscar a las pequeñas y procurarán acostumbrarlas a que hagan con mucha devoción lo
prescrito en esta hora, a no ser que hubiere otra persona destinada para ello.
- 2. Después las llevarán al peinador, cuidando de que salgan bien vestidas y aseadas, a no
ser que fuesen luego a la capilla.
- 3. En la misa, si no hubiese una celadora especial para las pequeñas, las grandes las
tendrán a su lado, enseñándoles con mucha caridad el modo de asistir al santo sacrificio.
- 4. Procurarán instruirlas en las obligaciones de buenas cristianas, urbanidad y buena
crianza. Cuando observen alguna falta en su conducta las aconsejarán, pero si fuesen
incorregibles, avisarán a sus maestras, pues ellas nunca se tomarán la libertad de castigarlas.
- 5. Las cuidarán en la mesa, enseñándolas a comer con aseo.
- 6. Por la noche no se retirarán de su cama hasta que las dejen acostadas enseñándoles a
cumplir con las obligaciones prescritas en esta hora, a no ser que hubiese una celadora especial.
- 7. Pondrán el mayor esmero en que anden cosidas y aseadas, enseñándoles a cumplir
con las obligaciones de la educación y limpieza; y tan luego como les falte algo de ropa sea de
cama o vestido, avisarán a la Superiora.
- 8. Harán las mayores mucha estimación de su cargo, desempeñándolo con mucha
pureza de intención, para que no pierdan el mérito de las buenas obras que pueden practicar con
él, acordándose que las niñas grandes vienen a ser como el ángel de su guarda para las pequeñas.
- 9. Así mismo se les recomienda a las niñas pequeñas el respeto hacia las mayores que
tienen la bondad de cuidarlas, tanto por tener más edad como por el agradecimiento a los
beneficios que de ellas reciben.
Obligaciones de las celadoras.
- 1. Por la mañana no saldrán de su dormitorio hasta que toquen la campana para el rezo,
592
cuidando de que salgan todas las niñas luego que la oigan y de que se guarde orden y silencio, y
serán las últimas en salir hasta que quede la puerta cerrada.
- 2. Por la noche asistirá cada celadora a su dormitorio y darán algunas vueltas hasta que
cada niña se coloque en su cama. Si notaren que falta alguna niña lo avisarán a la Superiora,
también darán aviso si faltan al silencio y de cualquier desorden que adviertan en los dormitorios.
- 3. Las mismas niñas nombradas para celadoras, cuidarán del silencio en las formaciones,
dando aviso de quiénes son las que faltan, pues con esto hacen un acto de obediencia,
contribuyen al buen orden, conservan la inocencia de la niñez e impedirán innumerables pecados.
Avisos generales.
- 1. No entrarán en los dormitorios, en la cocina, ni en la despensa, ni en el comedor sin
permiso.
- 2. No se harán regalos unas a otras de las cosas que hubiesen recibido de sus familias sin
pedir permiso.
- 3. No mandarán comprar nada fuera del Colegio sin permiso.
- 4. Cuando reciban algún regalo de su familia o de otras personas o bien alguna carta, la
presentarán inmediatamente a la Superiora; y si es dinero, le dirán en qué quieren emplearlo; y si
no lo hicieran así, el Colegio no es responsable de lo que ocurra.
- 5. En los días de visita se portarán con mucha moderación y prudencia, hablarán en voz
clara de modo que puedan ser entendidas por la Superiora que asista al recibidor. Ninguna niña
llamará a otra para que salude a sus visitas sin permiso de la misma Superiora. Cuando haya
pasado la media hora y hagan señal con la campanilla, las niñas serán las primeras en pararse para
despedirse y hacer entender que es hora de retirarse. Ninguna convidará ni hará entrar persona
alguna en el Colegio sin permiso. Cuando se despidan o las saluden, no darán la mano a los
hombres, solamente a sus padres para besárselas.
- 6. Ninguna niña saldrá de la puerta del Colegio sin licencia, y cuando salgan para la
estación o para ir a la calle, no se separará ninguna de la formación para hablar a las personas que
estuvieren y todas procurarán guardar modestia y silencio. Se les recomienda el mismo silencio
durante el desempeño de sus oficios y siempre que anden de una parte a otra fuera de las horas
de recreación, especialmente cuando van y vuelven de confesarse.
- 7. En los días en que les conceden recrearse en la mesa lo harán con moderación,
platicando con las mismas que estén cerca, sin llamar a las de otra mesa, ni pararse para ir a
hablarles. No se darán unas a otras cosa alguna de su comida.
- 8. Se tratarán mutuamente de usted, respetándose unas a otras de un modo particular y
obedeciendo con humildad a la encargada de los oficios.
- 9. En el tiempo de la recreación las niñas grandes podrán ocuparse en alguna labor u
otro trabajo para huir la ociosidad.
- 10. Todos los sábados habrá revista de aseo de las niñas tanto en su persona como en su
ropa, cama y demás cosas de uso. Se presentarán con cara y manos bien lavadas, las uñas
cortadas, la cabeza limpia. Todas harán mucho aprecio del modo de vestirse teniendo sus vestidos
bien arreglados y el peinado propio del Colegio, procurando en todo la mayor igualdad,
conservando con este fin en buen uso tanto el traje negro para los exámenes y visitas, como el
traje blanco para la iglesia.
- 11. Aunque oigan tocar la campanilla de la portería, no saldrá ninguna colegiala sin
permiso para ver quién llama, o recibir recados.
- 12. Cuando salen de casa procurarán desagraviar a nuestro Señor por los pecados que se
cometen por las calles, con la compostura y modestia que guardarán en ellas.
- 13. En los días de confesión irán a la iglesia de dos en dos y cada una se pondrá de un
lado del confesionario; mientras se esperan para confesarse, estarán con gran modestia,
593
compostura y recogimiento, considerando que tienen por testigo a Jesús sacramentado, que las
está mirando desde el sagrario, y se acercarán a confesarse primero las que hace más tiempo que
están en la iglesia. Después de haber cumplido la penitencia, saldrán del mismo modo, de dos en
dos, y avisarán inmediatamente para que vayan otras dos; en estas ocasiones una de las
Superioras estará siempre presente para que todo se haga bien, como está ordenado.
- 14. Para comulgar irán de dos en dos con las manos juntas, la vista baja, dando la
derecha a la niña mayor, haciendo las genuflexiones en la primera grada del altar, del modo
acostumbrado, y volverán al mismo lugar de donde se levantaron.
- 15. Cuando estén en la iglesia y les avisen para salir, podrán ponerse en pie todas a un
tiempo, procurando hacerlo todo sin que hagan ruido, y traten la capilla con la reverencia propia
de la casa de Dios.
- 16. Se les recomienda en particular a las mayores que avisen en secreto a la Superiora,
de cualquier falta grave que vean cometer a las otras niñas.
- 17. En los días de retiro y ejercicios anuales serán muy obedientes en guardar el silencio
y orden prescrito, siendo las mayores las primeras en animar a las otras con su buen ejemplo para
que de este modo se hagan todas dignas de las gracias y bendiciones del cielo.
- 18. Se aconseja a todas con especialidad, una particular devoción a la pureza de la
santísima Virgen, su protectora y Madre, y al señor san José, su purisímo y dignísimo esposo para
que les alcancen de nuestro Señor que no entre el pecado en el Colegio, y para merecerlo los
obsequiarán observando fielmente este reglamento a honra y gloria de Dios nuestro Señor.
Casos de exclusión.
- 1. Toda conversación deshonesta que pueda empañar la preciosa joya de la inocencia,
porque si por alguna de estas conversaciones pierden otras su inocencia, tendrán que dar cuenta
muy estrecha a Dios.
- 2. Tomarse las cosas ajenas, por sencillas que sean, porque esto no sólo es una
deshonra, sino una falta contra uno de los mandamientos de la ley de Dios, que nos prohibe el
hurtar, y también lo será el calumniar a una persona.
- 3. Toda falta de respeto a los Superiores, porque ellos son dignos de toda nuestra
atención, puesto que son los representantes de Dios y los instrumentos de que se ha servido para
dirigirnos por la senda de la instrucción y la virtud.
- 4. Las amistades particulares que dañan no sólo a la que tiene la desgracia de
contraerlas, sino que también es causa de la destrucción de Colegios y comunidades enteras.
- 5. Quedarse a dormir fuera de casa sin la respectiva licencia de la Superiora del
establecimiento.
[Sin firma]
Sor Cesárea Esparza y Dávalos, de edad 54 años, murió el día 24 de abril de 1884 de
pulmonía, se le hicieron los sufragios de misa de cuerpo presente a las nueve y una oración
fúnebre sobre las virtudes y las obras de caridad que había llevado a cabo.
Recibo del entierro: En el Panteón de Dolores: Ha enterado C. Gayoso diez pesos por
inhumación del cadáver de Cesárea Esparza, en 4ª clase y por diez años. México, 24 de abril de
1884. Olaquiel - fosa número 2175.
Presidió el señor don Crescencio García.
Lo que está tachado se puso en la vida que escribí sobre nuestra venerable Madre; aunque
por flojera, por falta de tiempo y, sobre todo, por falta de espíritu, nada escribí de la segunda
parte que debiera tratar de las virtudes que practicó nuestra venerable Madre, trabajo que
dejamos a nuestros hijos, por ser muy justo que nos edifiquemos con sus virtudes, que algunas de
ellas fueron al parecer en grado heroico, aunque nuestra poca virtud no siempre lo sabía apreciar.
[Sin firma]
2. Diga la señorita doña Cesárea Esparza si sabe y le consta que don Justo Basterra, por
conducto del interrogante, puso en el establecimiento de educación que está bajo su dirección a
sus cuatro hijas. Sí.
3. Diga si sabe y le consta que la pensión estipulada fue la de veinte pesos mensuales, cuya
primera pensión exhibió Basterra al ingreso de sus hijas al establecimiento. Sí.
4. Diga si sabe y le consta que estando Basterra sin recursos abonó con varios objetos que
se especificaran parte de las pensiones adeudadas. Sí.
5. Diga si sabe y le consta que entre los objetos que destinó para el pago fue un cuadro de
san Francisco de Asís, que dejó en poder del interrogante, para que lo vendiera en el mejor precio
posible. Sí.
6. Diga la señorita Esparza si sabe y le consta, que en efecto le entregó el interrogante
cuarenta pesos en que fue vendido el expresado cuadro de san Francisco. Sí.
7. Digan de público y notorio, y cuanto más sepan sobre el particular esperando la razón
de su dicho. Nada más.
595
Carta escrita por el p. Vilaseca para que una joven pida a su madre el
permiso de entrar al noviciado.
Mi buena madre, te doy las más expresivas gracias, pues yo estoy del todo de acuerdo
contigo, y sólo deseo para el día del señor san José, comenzar estos dos años de que me hablas,
después de los cuales me consagraré al señor, mediante la formación de la mujer según Jesucristo.
Te repito, que ahora no quiero profesar, sino que esto será dentro de dos años, quiero tan
sólo comenzar esos dos años en el día del señor san José; pero para que esto sea así es necesario
que le escribas a nuestro padre, el cual ciertamente no me meterá en el noviciado sin tu licencia
especial, y por escrito, ya sabes cuánto te ama y te respeta.
[Sin firma]
Extracto de unas bases para que las Hermanas Josefinas se hagan cargo
de un colegio con internado.
- VI. Mientras dure este contrato las Josefinas tendrán el uso de la casa donde se
establezca el Colegio y el de los útiles indispensables.
Pero cuando el internado les proporcione lo suficiente, tan solo recibirán dicha cantidad
las que estén empleadas en el externado que será del todo gratuito.
Este contrato estará vigente con las aclaraciones siguientes:
IV. Para la distribución de los cargos y oficios de las clases gratuitas le bastará a la
Superiora dar cuenta de ella al señor cura y fundadores.
VII. A la Superiora y a cada profesora se les darán diez y seis pesos mensuales, pero
cuando el internado y demás clases de paga proporcionen a la Superiora lo suficiente para cubrir
sus gastos, entonces tan solo recibirán dicha cantidad las que estén empleadas en las clases
gratuitas.
VIII. Para la admisión de las alumnas que recibirán la instrucción gratuita deberá la
Superiora exigir una boleta firmada y sellada por el Párroco y la Presidenta de las Hijas de María.
Nota: Los.
El p. Vilaseca redacta una carta para que una Hermana Josefina proponga
a su familia el establecimiento de una escuela en su Hacienda.
596
Me ocurre un plan que quiero proponerte, que a mi modo de ver te servirá a ti y a toda tu
familia en este mundo y principalmente en el otro. Pues se trata de poner en la Hacienda un
Colegio de niñas; así como la escuela para los niños de la hacienda; vosotros podríais oír la santa
misa, y demás actos de piedad propios de los verdaderos católicos. Además esto sería para
nosotras las Josefinas de mucha utilidad, y para nuestros padres sería de un grande recurso, pues
como ya son tantos, necesitan dividirse y yo creo que podría arreglarse muy bien en la Hacienda.
Cuando vengas platicaremos éste negocio, y si te parece, hablaremos con nuestro padre.
[Sin firma]
903) NOTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A MARÍA VÁZQUEZ Y CONCHA TELLO, [SIN
FECHA]; ORIGINAL AGMJ, FUN08-HJ.
Recado del p. Vilaseca a las niñas María Vázquez y Concha Tello sobre su
protectora Carmen Carres de Azuelo.
amigas mías se encontraron con la señorita Sara Couto; y dijo como decirse suele, maravillas. Dijo
que estuvo con el señor gobernador; que todo el día lo pasó en casa del señor gobernador; que su
tía la sacó de noche después de habérsele prohibido que hablase con persona alguna sobre ciertos
negocios. Mas como este negocio, a mi modo de ver, ya puede darse por terminado, ya por las
razones que asisten a nuestros gobernantes, ya también por la cordura y religioso silencio de una
parte de la prensa ya en fin porque la cuestión Sara Couto y las Josefinas es como ya dijimos una
tempestad en vaso de agua. Y para aclarar mejor la cuestión suplico a usted me de algunas noticias
sobre los puntos que voy a indicarle.
Padre: ya usted sabe que estoy en las mejores disposiciones de servir a usted.
I. Ocupación diaria de las Josefinas.
Reportero: Necesito saber de usted lo relativo a la ocupación diaria de las Josefinas, ya
porque sobre esto han versado los dichos de la señorita Sara Couto, ya porque sobre esto mismo
han sido interrogadas las Josefinas; y si como usted bien conoce con frecuencia no sabe lo que se
dice una mujer delante del tribunal que la interroga; figurase usted lo que habrá pasado con las
Josefinas siendo que muchas de ellas apenas acaban de cumplir diez y nueve años; por tanto,
señor padre, espero su declaración.
Padre: Las Josefinas después de siete u ocho horas de descanso se levantan, se asean, van
al oratorio y los días que tienen misa la oyen con sus eduncadas, comulgan en ciertos días y
procuran dar gracias especialísimas a Dios nuestro Señor por los beneficios recibidos de su mano
liberal. Concluidos sus rezos van al desayuno, y todas se dedican al aseo de sus personas de su
habitación hasta que viene la hora de las clases. A las ocho toca la campana y cada una va a su
respectiva ocupación; unas estudian, otras se preparan para dar las clases, muchas vigilan en los
diversos cargos que les han confiado, y desde esta hora comienzan también a llegar las niñas
externas; y una hora después cada josefina da principio a las clases que tiene a su cargo.
Las Josefinas son siempre objeto de muy singular predilección ya, porque están destinadas
para ser las Profesoras de la Sociedad Josefina ya porque ingresaron en la Sociedad con este fin; ya
por ser ésta la voluntad claramente expresada de sus padres, o tutores.
Por tanto, a ellas de un modo especial se les enseña todos los quehaceres domésticos, así
como la costura, bordados, dibujo, música y algunas veces idiomas también, y no pocas aprenden
taquigrafía. Ya usted comprenderá que como profesoras no sólo del catolicismo en general, si que
también de los consejos evangélicos en particular, la instrucción religiosa ocupa entre ellas un
lugar especialísimo, por ser ella la verdadera base del bienestar social. Porque si ellas no lo
supieren ¿cómo habían de enseñar a sus educadas a ser hijas obedientes, buenas cristianas,
mujeres útiles a la religión y al estado? e irlas preparando para que a su debido tiempo sean
buenas esposas, solicitas madres de familia, y el ángel custodio que comunicar debe al hogar
doméstico la verdadera felicidad.
Reportero: Muy bien señor padre; felicito a usted por tan importante instrucción, porque
así queda más y más destruída la fatal idea que quiere convertir los Colegios de la Sociedad
Josefina en conventículos prohibidos por la ley. Pero ¿en la tarde que hacen?
Padre: Las Josefinas después de una modesta comida, de una cena frugal y del
acostumbrado desayuno de café con leche, tienen sus recreos, los cuales durante el día son por el
espacio de tres horas; sin contar con recreos extraordinarios, que tienen en determinados días; y
por la tarde siguen sus ocupaciones, lo mismo que por la mañana; advirtiendo a usted que dos
profesoras cuidan de un modo especial de las jóvenes Josefinas; de suerte que entre las profesoras
Magdalena Ballesteros y Patrocinio Licea forman a las jóvenes; a muchas de ellas les enseñan
taquigrafía, y acaban entregándolas profesoras recibidas a la Superiora para que ésta las ocupe
según se necesitare.
II. Vestido de las Josefinas.
598
Reportero: Basta de ocupaciones diarias y pasemos a lo que se llama hábito religioso que
dicen tienen las Josefinas.
Padre: En las comunidades religiosas que usan hábito, todos lo tienen de la misma estofa,
y del mismo corte; pero las Josefinas unas usan vestidos sencillos, otras batas, y algunas lo usan de
dos piezas; advirtiendo a usted, que unas van vestidas de percal, otras de reps, muchas de merino,
y no pocas paño de damas; por tanto, ya ve usted, señor mío, que no hay entre las Josefinas lo que
se llama en las comunidades religiosas el santo hábito. A lo que por vía de ampliación tan sólo
tengo que añadir, que las Josefinas tienen dos trajes: Traje de casa que se compone de vestido con
capelo para mayor decencia, así como de la capelina, que hace unos dos años que fue sacada de la
moda elegante, tan lejos está esto del hábito religioso; y su traje para salir, que es el mismo
vestido, y en lugar de la capelina se ponen su tápalo o mantilla según las proporciones de cada
josefina.
III. Promesas y votos.
Reportero: Quedo plenamente convencido de que no hay entre las Josefinas hábito
religioso; y espero de usted una explicación tan clara, como sencilla, exacta y verídica sobre las
promesas y votos.
Padre: Tanto la promesa como el voto es en nuestro caso un acto interno por el que la
criatura ofrece a su Creador lo que ella quiere. ¿Y quién podrá oponerse a este acto? ¿Quién podrá
penetrar hasta el santuario de la conciencia para decirle hasta aquí? Nadie, ciertamente que
nadie. Y así como nuestras Instituciones que nos rigen, jamás han castigado, ni querido castigar, ni
han intentado siquiera el castigo de los actos internos; ¿Cómo podrá castigarse esto mismo en los
miembros que forman la Sociedad de las Hijas de María Josefinas? no se puede.
Reportero: Pero según díceres, lo que se quiere castigar es la violencia que hacen sus
votos a la libertad humana, que la ley civil nos concede.
Padre: Examinemos la verdad de las cosas:
1. En fuerza del voto, las personas que los hacen adquieren ciertos méritos delante de
Dios, lo que no es del resorte de la ley civil, y por esto lo hacen las Josefinas.
2. En fuerza del voto puede uno atarse interiormente delante de Dios, como la votante
quiere, y eso tampoco es del resorte de la ley civil; por esto una o más Josefinas lo hacen también.
3. En fuerza del voto puede uno atarse exteriormente para siempre, por cierto número de
años, o por más o menos tiempo, y esta sujeción externa, que obliga externamente, y que podrá
hacer los males que la ley civil previene, esto es lo que la misma ley civil prohíbe, porque supone
que se hace violencia a la libertad humana; y esto es lo que las Josefinas no tienen.
4. El hacer sus promesas o votos es gracia especialísima ante Dios y ante los hombres; por
tanto, no todas las Josefinas la tienen y las que lo hacen viven de modo y de tal suerte los tienen
que si quieren estar en la Sociedad toda su vida, estarán allí toda su vida; si tan sólo cierto número
de años, tan sólo estarán cierto número de años; si únicamente un año, un año tan sólo estarán; y
si la Josefina, ya hechos sus votos, a los seis meses, al mes o al día siguiente de haberlos hecho
quiere irse a su casa, así podrá hacerlo; y nadie le hará ninguna fuerza para que continúe. Siendo
esto así, se sigue con toda verdad, que las promesas o los votos hechos por las Josefinas, no están
prohibidos por la ley; y que disfrutan las Josefinas toda la libertad que la ley civil concede a todos
los mexicanos.
Reportero: Pero ¿cómo es, padre, que la Sociedad Josefina se ha constituido de un modo
tan admirable, quedando con toda verdad dentro de la ley, y conforme la ley, y patrocinada por la
ley?
Padre: El origen está en las magníficas y excelentes disposiciones de nuestros Superiores,
que iluminados del cielo plantearon los reglamentos de la Sociedad Josefina como convenía
calcándolos por decirlo así, sobre las mismas garantías que concede a la libertad humana la ley
599
civil; queda pues demostrada una vez más que las promesas o votos que hicieren alguna o más
Josefinas no pugnan en lo más mínimo, con las disposiciones de nuestras leyes.
IV. Sus mortificaciones.
Reportero: ¿No podría usted decirme algo sobre las penitencias y mortificaciones de las
Josefinas?
Padre: A la verdad, señor mío, es usted muy preguntón, y casi me atrevo a decir que
quiere meterse usted en camisa de once varas; pero vamos al caso: Siendo la lay de Jesucristo ley
de gracia y de perdón, es igualmente ley de penitencia, y es de tal suerte esto una verdad
evangélica, que aquel que no hiciere penitencia perecerá. Por tanto, si las Josefinas tienen sus
mortificaciones y hacen sus penitencias, en este caso no hacen otra cosa que cumplir con las
reglas del catolicismo; y las leyes civiles no se meten en semejantes cosas. Las Josefinas, pues, y
todos los católicos, comerán lo que quieran, ayunarán cuando quieran, dormirán de la manera que
quieran, se mortificarán como quieran y harán todas las penitencias que quieran; y harán todo
esto sin contravenir en lo más mínimo la ley civil, ya que ninguno de estos actos es de su resorte.
VI. Comparación de la Sociedad Josefina, con otras Sociedades ya aprobadas por la ley.
Reportero: En conclusión, señor mío, aunque la manifestación de la verdad campea en
todas sus declaraciones; pero yo desearía que usted comparare la Sociedad de Hijas de María
Josefinas, con otras Sociedades ya recibidas y aprobadas por la ley.
Padre: Mucho me place hacerlo como me lo indica usted; y fijándome en la Sociedad de
las Hijas de las Obreras discurro así:
1. La Sociedad de las Obreras fue fundada por la muy distinguida señora doña Carmen
Romero Rubio de Díaz, y la Sociedad de las maestras de escuela Hijas de María del Señor San José,
ha sido fundada por la difunta Cesárea Esparza y Dávalos, hermana del grande escritor mexicano
sobre la guerra de la independencia, Dávalos.
2. La Sociedad de las Obreras tiene por objeto la instrucción y educación de sus hijas,
contribuyendo su egregia fundadora con grandes donativos, y sirviéndose de su posición
especialísima para su mayor bien; y la Josefina lo tiene de instruir y educar a la niñez, a la
juventud, y aun de distribuir en fervor de los pobres todos los alivios de la caridad cristiana.
3. El Asilo de las Obreras necesita dar sus clases y por tanto, diversas personas que
desempeñan sus diversas ocupaciones; y los asilos, clases y Colegios de las Josefinas tienen
también las suyas, que cumplen con su deber.
4. En el asilo de las Obreras se les da entre otras clases la clase de religión; y esta misma
clase, y con la extensión correspondiente, reciben las Josefinas, para poderla dar después a sus
educandas.
5. El asilo se mantiene de los recursos, que muchas veces han expresado los periódicos; la
Josefina no cuenta más que con su propio trabajo, los recursos que les suministra nuestro digno
Prelado el Ilustrísimo Señor Arzobispo, y los que les dispensan personas amantísimas de la
Sociedad Josefina.
6. Para concluir diré a usted que así como las obreras que componen dicha Sociedad
cumplen con sus deberes religiosos, así los miembros todos de la Sociedad Josefina, cumplen
también con los suyos.
7. Por último diré a usted que así como los miembros componentes de la Sociedad de las
Obreras se separan el año que quieren, el mes que quieren y aún el día que quieren; así de un
modo semejante los miembros de la Sociedad Josefina, a pesar de sus promesas, de sus votos, o
de todo cuanto quiere decirse, afirmarse y asegurarse, sin embargo, pueden separarse de dicha
Sociedad el año que quieran, el mes que quieran, la semana que quieran, el día que quieran y aun
a la hora que quieran. Tan cierto es que así como la Sociedad de las Obreras es una Sociedad
admitida y aprobada por la ley; así la Sociedad Josefina es igualmente una Sociedad admitida y
600
905) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/01] ORIGINAL
AGHJ.
A Sor Josefa:
Haga el favor de avisar a Sor Concepción Méndez para que se vea con su Padre.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
Le remito veinte y dos manuales para que los encuaderne lo más pronto posible.
Sor Josefa: Vale por los Cordones y las coronillas del señor san José.
Vilaseca.
909) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/06] ORIGINAL
AGHJ.
910) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/07] ORIGINAL
AGHJ.
911) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/08] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa
La dadora desea ver el Colegio pues quiere conocer a las Josefinas por los deseos que
tiene de consagrarse a Dios; más como hay todavía graves dificultades que vencer, no se le puede
asegurar que será recibida por el consejo.
Su padre que la bendice:
José María Vilaseca
913) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/10] ORIGINAL
AGHJ.
914) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/11] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa:
Infórmese de la adjunta, y no conteste lo de Monclova, en la tarde nos pondremos de
acuerdo.
603
915) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/12] ORIGINAL
AGHJ.
916) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/13] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa:
Remito para el recreo las uvas y los cocos.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
He sabido con mucha pena que las Josefinas van con las niñas a las funciones del mes de
mayo cantando con ellas, y como según noticias está prohibido el canto de las mujeres en la Iglesia
por los tres señores Obispos que ha tenido esta diócesis, temo que llegue esto a oídos del
Ilustrísimo Señor Obispo, y por tanto, que le causemos un desagrado que creo de mi deber evitar.
Por tanto espero de su bondad que no les permitirá tal cosa, así como yo les escribo
prohibiéndoselo absolutamente.
[Sin firma]
604
918) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/15] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa:
Sírvase entregar a don Pablo 40 hojas de calificación de los exámenes, de las que tiene Sor
Patrocinio; mañana a las cuatro y media ya comenzarán a llegar.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
919) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/16] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa:
Siempre vuelve a esa la niña de Mazapil; cuando nos veamos explicará lo demás su
afectísimo.
José María Vilaseca.
920) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/17] ORIGINAL
AGHJ.
[1895]
Sor Josefa:
Sírvase entregar al dador de la presente el libro de las cuentas del Colegio de Toluca, no el
que tengo yo, sino el mismo que llevaba Sor Teresa en el que consta el dinero que yo entregué a
ella.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
921) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/18] ORIGINAL
AGHJ.
922) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/19] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca manda tres libros a sor Josefa Pérez para que escriban sus
pláticas: para sor Cristina Acosta, sor Magdalena Ballesteros y sor
Patrocinio Licea.
[1887]
Sor Josefa:
Le remito tres libros, uno para Sor Cristina para que apunte las platicas, otro para Sor
Magdalena para que apunte las que andan dispersas, y otra para Sor Patrocinio para las que vaya
sacando; y disponga que esta última se venga para pedirme el discurso pues la pobrecita está...
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
923) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/20] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez vino del que él usa en misa.
Sor Josefa.
Vale por dos botellas de vino del que yo uso en la misa.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
924) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/21] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa.
La dadora, Delfina Hernández, pasa a ese Colegio de postulante, y la dedican al cuidado de
las niñas y en el bordado. En la tarde dirá lo demás a Sor Patrocinio su afectísimo.
José María Vilaseca.
606
925) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/22] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciban a la niña que admitió
sor Patrocinio para Josefina.
926) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/23] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que sor Patrocinio le lleve la ropa.
Sor Josefa:
Que Sor Patrocinio, si a usted le parece, me traiga la ropa, para que acabemos de
arreglarnos.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
927) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/24] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que reciba a la hija de don Santiago.
929) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/26] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa.
Sírvase hospedar aunque sea en las escuelas a María Díaz de Silva, celadora de
Tenancingo, y que mañana saldrá para su tierra; y le dan de comer.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
Aumento: Esta tarde arreglaremos lo demás.
930) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/27] ORIGINAL
AGHJ.
931) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/28] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa.
Avise a Patro que a las cuatro y media llegaré a esa.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
608
932) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/29] ORIGINAL
AGHJ.
933) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/30] ORIGINAL
AGHJ.
934) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/31] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca pide a sor Josefa Pérez que conceda Hermanas para atender
un enfermo de Félix Cuevas.
935) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/32] ORIGINAL
AGHJ.
Sor Josefa:
Vea cómo san José nos bendice; y vea por tanto, el modo de arreglar esa fundación como
se lo suplica su afectísimo padre que la bendice.
609
936) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/33] ORIGINAL
AGHJ.
El p. Vilaseca dice a sor Josefa Pérez que urge tratar asunto grave en el
Consejo.
A las dos y media estaré en esa, para un negocio muy urgente del consejo.
Su afectísimo
José María Vilaseca.
937) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/34] ORIGINAL
AGMJ, FUN08-HJ.
938) RECADO DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/35] ORIGINAL
AGMJ, FUN08-HJ.
El p. Vilaseca dice a sor Josefa Pérez que junten algunas cosas para
mandar a Chihuahua con el p. Delgado.
939) BORRADOR DE JOSÉ MARÍA VILASECA PARA SOR JOSEFA PÉREZ, PARA
NOMBRAMIENTO DE SUPERIORA, [SIN FECHA], [SF/36], ORIGINAL AGHJ.
[1902]
Muy Reverenda Madre Sor...
Por la presente, en vista de las virtudes de las que ha dado pruebas tan claras y
manifiestas, el Consejo ha determinado nombrarla, y de hecho la nombra Superiora de... por el
tiempo señalado en las santas Reglas; lo que comunicará a sus compañeras para su inteligencia y
gobierno.
Y para que conste firmo la presente en México... a los... días del mes de... de 190...
Sor Josefa Pérez
Superiora general.
El p. Vilaseca dice a sor Josefa Pérez que reciba a las dos hijas de Pilar
Méndez.
Sor Josefa:
Vea si puede recibir a las dos niñas que le presenta su madre Pilar Méndez, para que
entren en la clase de abajo, y coman con los niños y niñas del asilo; y esta tarde o mañana nos
veremos.
Su afectísimo.
José María Vilaseca.
Podrán las Josefinas tener confesor extraordinario pasando a ésta Casa central en las
épocas señaladas para que se aprovechen de sus consejos. Si alguna tuviese una necesidad muy
urgente que no pudiese esperar dicho tiempo, me lo escribirá.
[Sin firma]
611
Como según su carta la Madre Sor Merced ya no tiene clase especial, tal vez podría usted
prescindir de ella; y si así fuese, de acuerdo con el señor Covarrubias me la podrían enviar, y yo les
estaría muy agradecido.
[Sin firma]
943) CARTA DE JOSÉ MARÍA VILASECA A SOR JOSEFA PÉREZ, [SF/40] ORIGINAL
AGHJ.
Carísima hija..
Mucho he sentido su desgracia, porque nada pudo usted hacer peor que lo que hizo; por
tanto, vuélvase usted a su lugar de San Andrés, y pronto procurará consolarla su afectísima Madre.
Sor..
[Sin firma]
Sor:
Con el fin de que se cumplan bien los Reglamentos de ese Asilo, he nombrado su segunda
a la Hermana Sor... para que todos los actos se hagan a la hora señalada, presidiendo ella dichos
actos.
Dentro de ocho días dará cuenta de la marcha de la casa a su afectísima.
[Sin firma]
Recado.
Le remito los $40.00 para el viaje de las dos Josefinas y mude luego a Sor Concepción Ruiz
que dijo estar malísima, y hábleme de ella esta tarde para ver como se arreglan sus alimentos pues
está... su afectísimo padre
José María Vilaseca.
El p. Vilaseca escribe a sor Josefa Pérez para tratar asuntos del colegio de
Veracruz en donde está el p. Luis Beltrán. Sor Imelda dice que usa el agua
fresca como medicina.
Ya escribí al Padre Beltrán que podríamos permitir que la señora con la niña entrase por
ahora en la casa de Veracruz; fíjese en lo que nos dijo Sor Imelda, y en lo que ahora nos dice: Mi
medicina es el agua fresca, y es un médico tan bueno que ya puedo andar un poco aunque no
hincarme; y hasta ahora nada de inflamación por la gracia de Dios.
Queda enterado de las cartas que le devuelve su afectísimo.
613
Superiora general
Sor Patrocinio Licea, Secretaria y maestra de las profesoras
Sor Carmen Castillo, maestra de novicias
y será suplente Sor Sacramento Martínez
Sor Josefa Legorreta, admonitora
Sor Carmen Serrano, consultora