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UNIVERSIDAD PRIVADA

DOMINGO SAVIO

POTOSI-BOLIVIA
Oppenheirmer, trata de la historia del científico J. Rober Oppenheirmer, él físico más
importante del siglo XX y del desarrollo de la primera bomba atómica (Proyecto
Manhattan). Christopher Nolan, es el director de la película y los escritores Kai Bird y
Martin Sherwin.

Oppenheimer, se siente con un peso encima al debatirse entre la pasión por la física y a
la vez por las consecuencias éticas de crear la bomba.

Al darse cuenta que al crear la bomba atómica había aportado a la destrucción de una
parte de la humanidad exactamente 200 mil de personas en la segunda guerra mundial
por eso sentía remordimiento y culpa.

Por otro lado, se enfrenta entre servir a su país o negarse por razones morales.

Las precisiones históricas de sus diálogos hacen que la película tarde mucho,
especialmente durante la primera mitad. La película se vuelve algo aburrida y un poco
más ágil una vez que las bombas atómicas son reveladas al mundo, y el espíritu del
protagonista es confrontado por las atrocidades de su invento. «¡Tengo sangre en las
manos!», confiesa Oppenheimer al entonces presidente de los Estados Unidos Harry
Truman, le da un pañuelo como al decir “lávate las manos” la cual esta escena nos
muestra como a los políticos no les interesaba las muertes sino como le dice Alberth
Eistein a Oppenheimer que al final ellos solo buscan colgarse de reconocimientos y
quedar bien ante la gente.

Sin embargo, lo más sorprendente de Oppenheimer es que, ochenta años más tarde,
muchas de las problemáticas mundiales que desgraciadamente enfrentamos hoy en día
son el resultado directo de aquellas decisiones realizadas a puerta cerrada donde el ego
se impuso a la razón, ambicionando legados que hoy yacen manchados por la sangre de
miles de personas.

Estudiante: Rodriguez Lugo Mariheli Jhandira


Por un lado, todas las escenas en blanco y negro son estrictamente históricas, están
relacionadas con los eventos comprobados de lo ocurrido. También son una forma de
comprender la época y la década que provocó, e
incluso hizo inevitables, algunas de las decisiones más
controvertidas que plasma el guion.

Por supuesto, el estallido de la bomba atómica es una


imagen que resulta fundamental para analizar el valor
cinematográfico de Oppenheimer.

Tal y como lo había anunciado, Christopher Nolan


creó un evento inmersivo que combina sonido, edición
y efectos prácticos para mostrar la potencia del
artefacto. Pero también lo convierte en una experiencia
terrorífica que no disimula que la película es, en forma
y fondo, un duro manifiesto antibelicista.

En resumen, Oppenheirmer nos guía a tomar buenas decisiones: Que las cosas no se
hacen por hacer, porque todo tiene una consecuencia ya que con la vida no se juega y
más al contrario debemos de trabajar por el bien común de la humanidad.

Estudiante: Rodriguez Lugo Mariheli Jhandira

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