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10 Madres de la Biblia que dejaron huella

Hay madres de las que se habla en la Biblia y que dejaron una huella
importante. Hoy hablaremos de las diez madres que fueron ejemplo. Hay pocas
referencias, pero definitivamente marcaron la diferencia al traer al mundo a un
ser especial y destacaron por sus maneras y lo que hicieron.

1. María, la madre de Jesús


Comencemos por la que ha sido más valorada como madre en la Biblia, pues
le tocó nada menos que ser la madre humana de nuestro Salvador, Jesús.
María dejó huella como madre desde que aceptó la voluntad de Dios en su vida
sin cuestionar nada. Nunca dudó de su hijo, y gozó del favor de Dios. Ella es un
ejemplo de obediencia a Dios
María respondió:
—Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de
mí.
Lucas 1:38 (NTV)

2. Elisabeth, la madre de Juan el Bautista


Ella fue otra de las mujeres que dejaron huella como madre y quedaron
embarazadas ya mayores y por milagro de Dios. Ella y su marido Zacarías
llamaron a su hijo Juan, como les pidió el ángel que Dios les envió. Entregaron
su hijo a Dios y Juan el Bautista cumplió con la misión que tenía de anunciar al
Salvador venidero. Fue un gran profeta.
Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su vejez! Antes la
gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y ya está en su
sexto mes de embarazo.
Lucas 1:36 (NTV)

3. Betsabé, la madre de Salomón


Más reconocida como la esposa de David, y quien fue objeto de su adulterio.
David falló con ella, y Dios les llevó su primer hijo, pero ella permaneció fiel a
David y tuvo su segundo hijo, Salomón, que fue amado por Dios y creció hasta
convertirse en el mayor rey de Israel. Betsabé dejó huella como madre de un
rey sensible que prefirió pedir a Dios sabiduría en lugar de riquezas.
Luego David consoló a Betsabé, su esposa, y se acostó con ella.
Entonces ella quedó embarazada y dio a luz un hijo, y David lo llamó
Salomón.
2 Samuel 12:24 (NTV)

4. Sara, la madre de los israelitas


En Sara encontramos una de las mujeres más importantes de la Biblia, porque
fue la esposa de Abraham y aunque era estéril, Dios la escogió para ser la
madre de la gran nación de Israel. Ella dejó huella como madre y fue una
buena esposa, ayudaba mucho a Abraham. Aunque sabemos que dudó por un
momento, es un ejemplo para aprender a esperar en Dios.
A partir de ahora, se llamará Sara. Y yo la bendeciré, ¡y te daré un hijo
varón por medio de ella! Sí, la bendeciré en abundancia, y llegará a ser la
madre de muchas naciones. Entre sus descendientes, habrá reyes de
naciones.
Génesis 17:15-16 (NTV)

5. Rebeca, la madre de Esaú y Jacob


Otra de las mujeres de la Biblia que tuvo que enfrentar el hecho de ser infértil
en un tiempo donde eso era mal visto. Pero Dios la compensó y ella fue una
madre entregada a sus hijos, aunque sabemos que tuvo cierta preferencia por
uno de ellos. Un ejemplo de servir a Dios por encima de todo y en ella vemos la
gran recompensa que le fue dada por eso.
Isaac rogó al Señor a favor de su esposa, porque ella no podía tener
hijos. El Señor contestó la oración de Isaac, y Rebeca quedó embarazada
de mellizos. Pero los dos niños luchaban entre sí dentro de su vientre.
Génesis 25:21-22 (NTV)

6. Jocabed, la madre de Moisés


Es quizá una de las madres menos mencionada en la Biblia, pero ella demostró
una gran fe en Dios al dejar que su hijo fuera a la deriva en el río Nilo por la
ejecución masiva de niños hebreos que se presentó. Ella dejó huella como
madre porque confió en Dios esperando que alguien lo recogiera del río y lo
criara, y así fue. Lo encontró nada menos que la hija del Faraón. Y Jocabed se
las ingenió para ser la niñera de su propio hijo. Es una historia extraordinaria.
«Toma a este niño y dale el pecho por mí—le dijo la princesa a la madre
del niño—. Te pagaré por tu ayuda». Así que la mujer se fue con el bebé a
su casa y lo amamantó.
Éxodo 2:9 (NTV)

7. Agar, la madre de Ismael


Siendo la sirvienta de Sara y Abraham, es la primera mujer a la que Dios le
promete ser madre de un gran pueblo. Fue la mujer a la que Sara le ofreció a
Abraham cuando dudó de quedar ella embarazada. Vimos en ella la humildad
al irse al desierto con su hijo, y luego la gran fe en Dios. Ella es otra madre de
la Biblia que dejó huella.
Pero Dios escuchó llorar al muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar
desde el cielo: «Agar, ¿qué pasa? ¡No tengas miedo! Dios ha oído llorar al
muchacho, allí tendido en el suelo. Ve a consolarlo, porque yo haré de su
descendencia una gran nación».
Génesis 21:17-18 (NTV)

8. Lea, la madre de Rubén y de muchos más


Muchos la ven como la segundona por el hecho de haber sido dada por engaño
a Jacob por el padre de esta, tío de Jacob. Pero lo cierto es que ella obedeció a
su padre. No tuvo participación en el engaño. Y fue usada por su padre y luego
menospreciada; pero tuvo más hijos y Raquel su hermana no podía concebir.
Dios le dio a Lea esa bendición de darle hijos a Jacob. Leemos que Lea fue fiel
a Dios y lo vemos en los nombres que puso a sus hijos.
Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos,
pero Raquel no podía concebir. Así que Lea quedó embarazada y dio a luz
un hijo, a quien llamó Rubén
Génesis 29:31-32 (NTV)

9. Ana, la madre de Samuel


Fue otra mujer en la Biblia que sufrió infertilidad. Sin embargo, dejó huella
como madre porque aceptó la promesa de Dios de darle hijos con fe
inquebrantable. Al concebir a Samuel, lo dedicó al Señor y lo dejó en el templo
para servir a Dios por todos los días de su vida. Tuvo cinco hijos más después
de Samuel.
Le pedí al Señor que me diera este niño, y él concedió mi petición. Ahora
se lo entrego al Señor, y le pertenecerá a él toda su vida».
1 Samuel 1:27-28 (NTV)

10. Noemí, madre de Mahlón y Quelión


Su vida fue difícil y encontramos su historia en el libro de Rut. Debido a la
situación de escasez, Elimelec —su esposo— decidió irse a un país pagano.
Noemí era una mujer de fe, de Dios. Obedeció a su esposo y luego quedó
viuda con dos hijos, por ello dejó huella como madre. Sus hijos luego se
casaron, pero más adelante sus hijos también mueren. Dios tuvo misericordia
de ella y le puso a Rut a su lado. Su manera y su fe le ganó el amor
y respeto de su nuera.
Pero unos diez años después murieron tanto Mahlón como Quelión.
Entonces, Noemí quedó sola, sin sus dos hijos y sin su esposo.

Finalmente
Amiga, como puedes ver, no es fácil ser madre. Siempre va a haber
algunos errores en el proceso de criar a los hijos. Podemos notar las
diferencias entre estas 10 madres especiales de la Biblia

Aún suponiendo que no cometiéramos errores, los hijos crecen y


toman sus propias decisiones y eso no tiene que ver con lo que las
madre hicimos o dejamos de hacer.
Aquí lo que importa es que permanezcamos cerca de Dios a través de
Jesucristo. Que aprovechemos la gracia que Él extiende hacia nosotras,
pidamos perdón y misericordia para nosotras y nuestros hijos.
Recuerda siempre que entre los aciertos y los errores, siempre
estaremos en el plan perfecto de Dios, así como las madres de la Biblia.

Una oración constante que yo hago es:

“Señor, cumple tu propósito en mi vida y en la de mis hijos. No te fijes


en mis fallas, perdóname cada una de ellas; pero por favor úsame para
tu gloria. Lléname de paz mientras tanto que paso por los procesos
para llegar a ser la madre que tú quieres que yo sea”.
No importa cómo seas o cómo sean tus hijos, acércate a Dios, Él no
dejará tus oraciones sin contestar ni te abandonará jamás.

8 Oye, hijo mío, la ainstrucción de tu padre,y no bdesprecies la


enseñanza de tu madre

Efesios 6 1 2

1 Hijos, aobedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto


es justo. 2 aHonra a tu padre y a tu madre, que es el primer
mandamiento con promesa, 3 para que te vaya bien, y seas de
larga vida sobre la tierra.

Exodo 20-12

Con todo, el quinto mandamiento viene con una promesa, “para que tus
días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da” (Éx 20:12).
De alguna manera, honrar a padre y madre en estas formas concretas
tiene el beneficio práctico de darnos una vida más larga (tal vez en el
sentido de que es más gratificante) en el reino de Dios. No se nos explica
cómo va a ocurrir esto, pero se nos dice que debemos esperar que suceda,
y para eso debemos confiar en Dios (ver el primer mandamiento).

Marcos 12: 30,31 – Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas; Este es el primer
mandamiento.

Y el segundo, similar a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No


hay otro mandamiento mayor que estos.

El primer mandamiento descrito en Marcos 12:30 es realmente


impresionante, ya que vemos al Señor Jesús enseñándonos cómo amar a
Dios.

Hay cuatro elementos que Jesús destaca, porque debemos amar a Dios con
nuestro corazón, con nuestra alma, con nuestra mente y con todas nuestras
fuerzas.

Jesús nos enseña que amar a Dios sobre todas las cosas requiere una
actitud de corazón, donde valoramos y estimamos a Dios, y realmente
deseamos tener comunión con Él, así como esforzarnos por estar siempre
en obediencia y sinceridad, es decir, nos preocupamos por tu voluntad,
honor y gloria aquí en la tierra.

Todo cristiano debe tener presente que aquellos que verdaderamente aman
a Dios también están dispuestos a compartir el sufrimiento por Su causa, y
deben vivir para la obra de Dios, cumpliendo las normas de justicia en la
tierra y promoviendo el reino de los cielos.

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