Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mat 20:20 Entonces se llegó á él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándo le, y
pidiéndole algo.
21 Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Di que se sienten estos dos hijos míos, el uno á tu mano
derecha, y el otro á tu izquierda, en tu reino.
22 Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís: ¿podéis beber el vaso que yo he de
beber, y ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado? Y ellos le dicen: Podemos.
23 Y él les dice: A la verdad mi vaso beberéis, y del bautismo de que yo soy bautizado, seréis bautizados;
mas el sentaros á mi mano derecha y á mi izquierda, no es mío dar lo, sino á aquellos para quienes está
aparejado de mi Padre.
La mamá de Juan y de Santiago sabía que sus dos hijos formaban parte de el circulo selecto de los
apóstoles, que también incluía a Pedro… pero acababa de escuchar la parábola de los obreros
contratados en la mañana, a mediodía y en la tarde… y a todos se les prometió el mismo sueldo… yo
creo que ella pensó… ¿entonces mis hijos no van a tener ninguna autoridad en el reino de Dios? Y por
eso… cuando tuvo la oportunidad… vino a Jesucristo pidiéndole: “Di que estos dos hijos míos se sienten
el uno a la derecha y el otro a la izquierda en tu reino”
Ahora que es día de las madres voy a hablar de la madre de Juan y de Santiago…
I. ORÓ QUE SUS HIJOS PUDIERAN TENER PARTE EN EL REINO DE DIOS
II. ORÓ QUE SUS HIJOS ESTUVIERAN INVOLUCRADOS EN EL TRABAJO DEL REINO DE DIOS.
III. TENÍA GRANDES EXPECTACIONES PARA SUS HIJOS
I. ORÓ QUE SUS HIJOS PUDIERAN TENER PARTE EN EL REINO DE CRISTO.
¡Lo más importante que una madre puede pedir a Dios es esto! Que sus hijos tengan parte en el reino de
Cristo… yo sé que muchas mamás que están aquí oran por sus hijos… cuando están enfermos… cuando
andan en peligro de malas compañías… cuando andan en el riesgo de caer en las garras del alcohol…
pero… miren esta mamá… oró por lo más importante… que sus hijos tengan parte en el reino de Cristo…
Salmos 22:9-10
INTRODUCCION
Cuando se habla de el amor de una madre, de inmediato nos damos cuenta, que ese amor es
incomparable, lo único que lo supera es el grande amor de Dios hacia nosotros.
Dios ha sido tan amoroso con la humanidad, que deposito sobre una madre, un amor, que permite que
ella haga hasta lo más imposible por un hijo, y esto es algo que nunca debemos de dejar por
desapercibido.
Cuántos de nosotros, los que ahora somos adultos, desearíamos volver a vivir, o al menos a recrear
aquellos bellos y sublimes momentos, cuando nos nuestras madres nos llevaban en sus brazos, nos
ensenaban a caminar, nos daban de comer, nos arrullaban, nos cantaban cada noche para que
durmiéramos, nos llevaron ese primer día a la escuela, nos preparaban el refrigerio que disfrutaríamos
cada descanso en nuestra escuelita, luego, como recordar y querer vivir nuevamente, las veces que nos
llevaban al parque,…y porque no decirlo, cuantas veces nos defendían cuando alguien nos quería hacer
algún daño.
Por todo esto y mucho mas, DIOS BENDIGA NUESTRAS AMADAS MADRECITAS!
b) El amor que tuvo la madre de Samuel por él. (1 Samuel 2:19) Y le hacía su madre una túnica
pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado.
c) El amor de la madre en el tiempo de Salomón. (1 Reyes 3:26) Entonces la mujer de quien era el
hijo vivo, habló al rey(porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a
ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. [1]
d) El amor de la madre cananea. (San Mateo 15: 22) Y he aquí una mujer cananea que había salido
de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es
gravemente atormentada por un demonio. (Esta madre buscaba un alivio en el Señor Jesús…ella no
podía ver a su hija endemoniada)
e) El valor que tuvo la madre de Jesús para poder soportar los padecimientos de su hijo. (San Juan
19: 25)
Ante todo esto, …nosotros ¿Qué actitud deberíamos tener hacia una madre?
III. Deberes de los hijos.
a) Honrar a nuestra madre. (Éxodo 20: 12) H onra a tu padre y a tu madre, g para que tus días se
alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
b) Temer en actitud de respeto a nuestra madre. (Levíticos 19: 3) Cada uno temerá a su madre y a su
padre,b y mis días de reposo* guardaréis.c Yo Jehová vuestro Dios.
c) No deshonrarla. (Deuteronomio 27: 16) Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. e Y dirá
todo el pueblo: Amén
d) No menospreciar la enseñanza de nuestra madre. (Proverbios 30: 17) El ojo que escarnece a su
padre Y menosprecia la enseñanza de la madre,
Los cuervos de la cañada lo saquen,
Y lo devoren los hijos del águila.
e) Obedecerle. (Efesios 6:2) Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
La mamá de Juan y de Santiago sabía que sus dos hijos formaban parte de el circulo selecto de los
apóstoles, que también incluía a Pedro… pero acababa de escuchar la parábola de los obreros
contratados en la mañana, a mediodía y en la tarde… y a todos se les prometió el mismo sueldo… yo
creo que ella pensó… ¿entonces mis hijos no van a tener ninguna autoridad en el reino de Dios? Y por
eso… cuando tuvo la oportunidad… vino a Jesucristo pidiéndole: “Di que estos dos hijos míos se sienten
el uno a la derecha y el otro a la izquierda en tu reino”
Ahora que es día de las madres voy a hablar de la madre de Juan y de Santiago…
I. ORÓ QUE SUS HIJOS PUDIERAN TENER PARTE EN EL REINO DE DIOS
II. ORÓ QUE SUS HIJOS ESTUVIERAN INVOLUCRADOS EN EL TRABAJO DEL REINO DE DIOS.
III. TENÍA GRANDES EXPECTACIONES PARA SUS HIJOS
I. ORÓ QUE SUS HIJOS PUDIERAN TENER PARTE EN EL REINO DE CRISTO.
¡Lo más importante que una madre puede pedir a Dios es esto! Que sus hijos tengan parte en el reino de
Cristo… yo sé que muchas mamás que están aquí oran por sus hijos… cuando están enfermos… cuando
andan en peligro de malas compañías… cuando andan en el riesgo de caer en las garras del alcohol…
pero… miren esta mamá… oró por lo más importante… que sus hijos tengan parte en el reino de Cristo…
CONCLUSION
Sin duda la madre es un regalo de Dios, su amor hacia nosotros es muy grande por lo cual debemos
honrarla no solo en un día especial, sino cada día de su existencia, para que de esta manera podamos
agradar a Dios.