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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA

INAH SEP

CONSTRUYENDO TOLLÁN

ESTUDIO DE LAS CIMENTACIONES DEL EDIFICIO 3, EL EDIFICIO B Y LAS


PLATAFORMAS ANEXAS AL EDIFICIO B DEL RECINTO MONUMENTAL DE
TULA, HIDALGO.

T E S I S

QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:


LICENCIADA EN ARQUEOLOGÍA
P R E S E N TA:
TAMARA CRUZ Y CRUZ.

DIRECTOR DE TESIS: BIÓL. SERAFÍN SÁNCHEZ PÉREZ.


ASESOR: ARQLGO. OSVALDO J. STERPONE C.
ASESOR: DR. ALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZ.

MÉXICO, D. F. 2007
A ÁMBAR,
la luz de mi vida.
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

AGRADECIMIENTOS:

Como suele ocurrir, a la hora de elaborar este apartado aparece una larga lista

de personas a quienes agradecer, y la mía es bastante extensa, por lo que no la

desglosaré aquí, pues corro el riesgo de omitir a algunos. Así que sólo mencionaré a

los directamente involucrados en la realización de este trabajo.

A mi director de tesis, Biól. Serafín Sánchez Pérez, por la infinita paciencia y

dedicación durante el proceso de elaboración de la tesis, por su apoyo en campo y

en el laboratorio, su invaluable asesoría y, sobre todo, por su amistad.

Al Arqlgo. Osvaldo J. Sterpone Canuto, por su asesoría para la realización del

trabajo, por facilitarme las muestras y los datos de campo del Proyecto de

Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula,

Hidalgo y, principalmente, por la oportunidad de trabajar con los vestigios materiales

de la cultura tolteca.

Al Dr. J. Alejandro Villalobos Pérez, por su asesoría y su aportación en la parte

concerniente a la arquitectura prehispánica, su guía en este campo fue fundamental.

A todos los participantes en el Proyecto de Investigación y Mantenimiento

Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo, quienes recabaron las

muestras utilizadas para el análisis y la secuencia estratigráfica de los pozos

excavados.

A mis compañeras arqlgas. Martha Canchola y Maricela y a los alumnos del

grupo de Suelos y Sedimentos, quienes analizaron una parte de las muestras.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

A la Mtra. Cristina Corona Jamaica y al Biól. Alberto Villa Kamel, de la ENAH,

y al Dr. Segismundo Engelking Keeling, de la UAM-Azcapotzalco, quienes

desinteresadamente leyeron el documento en sus diversas etapas de desarrollo; sus

comentarios fueron de gran ayuda para la elaboración del documento final.

A mi familia: mis padres Nemesio Cruz Martínez e Isidra Ma. Cruz Aldana, mis

hermanos Oscar, Irina e Iván, con quienes aprendí a perseguir mis sueños.

A todos los que, de alguna u otra forma, contribuyeron a la realización no sólo

de este trabajo, sino a mi formación como arqueóloga.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CONTENIDO
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….... 3

CAPÍTULO I. El cambio en los materiales de cimentación de los edificios


durante el inicio de la conformación de Tula Grande……………………………… 9
I.1. Planteamiento del problema……………………………………………… 9
I.2. Justificación………………………………………………………………... 12
I.3. Hipótesis…………………………………………………………………..... 13
I.4. Objetivos………………………………………………………………….... 14
I.5. Metodología………………………………………………………………... 16

CAPÍTULO II. La región de Tula y el desarrollo tolteca…………………………... 17


II.1. Geografía………………………………………………………………...... 21
II.2. Antecedentes históricos………………………………………………….. 34
II.3. Antecedentes arqueológicos…………………………………………….. 46
Resumen del capítulo…………………………………………………………. 52

CAPÍTULO III. La arquitectura en Mesoamérica, aspectos generales………...... 59


III.1. Arquitectura prehispánica……………………………………………..... 59
III.1.1. Arquitectura Pública…………………………………………..... 61
III.1.2. Arquitectura Doméstica……………………………………....... 62
III.1.3. Elementos arquitectónicos…………………………................ 63
III.2. Sistemas y materiales constructivos……………………………............ 65
III.2.1 Cimentación…………………………………………………....... 66
III.2.2 Secuencia constructiva…………………………………............ 69
III.2.3 Materiales constructivos……………………………………...... 69
III.3. Arquitectura de Tula, Hidalgo………………………………………....... 71
III.3.1. Desarrollo urbano……………………………………………..... 72
III.3.2. Traza urbana…………………………………………………..... 73
III.3.3. El Recinto Monumental……………………………………....... 75
III.3.3.1. El Edificio B o Templo de Tlahuizcalpantecuhtli....... 79

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

III.3.3.2. Plataforma Anexa…………………………………… 84


III.3.3.3. El edificio 3 o Palacio Quemado…………………… 85
III.3.3.4. Sistema constructivo…………….………………….... 86
III.3.3.5. Materiales constructivos…………………… 92
Resumen del capítulo………………………………………………...... 96

CAPÍTULO IV. El suelo como materia prima....................................................... 101


IV.1. Características físicas y químicas del suelo………………………...... 103
IV.2. Comportamiento mecánico del suelo…………………………............. 121
Resumen del capítulo………………………………………………………..... 130

CAPÍTULO V. Análisis del material: la evidencia arqueológica…………............. 133


V.1. Evidencias previas……………………………………………………….. 133
V.2. El Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la
Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo………………………………… 138
V.2.1. Secuencia estratigráfica y ubicación de los pozos…………. 141
V.2.2. Temporalidad de las muestras……………………………….. 154
V.3. Metodología de análisis………………………………………………….. 155
V.4. Resultados de los análisis……………………………………………….. 159
Resumen del capítulo………………………………………………………..... 170

CAPÍTULO VI. Los sistemas de cimentación tolteca........................................... 175


VI.1.- Caracterización de los materiales constructivos analizados……….. 175
VI.2. Cimentación de Tula Grande…………………………………………... 185

CONSIDERACIONES FINALES…………………………………………………….. 195

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………… 205

ANEXO I. Secuencia estratigráfica de los pozos analizados............................... 211

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

INTRODUCCIÓN

La antigua ciudad de Tula, en el estado de Hidalgo, ha sido objeto de una gran

polémica dentro de la arqueología, así como de diversas investigaciones

arqueológicas e históricas para tratar de saber quiénes fueron los grupos humanos

que la fundaron y habitaron. Su importancia radica esencialmente en que fue la

capital del imperio tolteca, la mítica Tollan y, por tanto, la sede de Ce Acatl Topiltzin

Quetzalcóatl, además de que un buen número de fuentes coloniales indígenas inician

sus relatos con su caída; lo que la convierte en una referencia muy importante para

el estudio de las culturas prehispánicas del Posclásico.

Por lo tanto, se trata de uno de los asentamientos prehispánicos con mayor

número de estudios desde muy diversos enfoques. No obstante, son también

numerosos los aspectos que quedan por resolver para poder acercarnos a una

mayor comprensión del fenómeno tolteca.

La problemática que da pie a este estudio surgió a partir de la resolución de un

problema de mantenimiento del sitio arqueológico de Tula, en la parte que constituye

el centro ceremonial de Tula Grande, consistente en que los corredores que rodean

la Plataforma Anexa al Edificio B o Templo de Tlahuizcalpantecuhtli (ver figura 12),

sufrían de anegamiento durante la temporada de lluvia, debido a que la pendiente de

la superficie no permitía que drenaran correctamente las precipitaciones pluviales,

provocando la afectación de las estructuras aledañas, consideradas dentro de las

más importantes del sitio. Para resolver esta situación, se llevó a cabo el Proyecto de

Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula

Hidalgo, bajo la dirección del arqueólogo Osvaldo Sterpone, con el objetivo de

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

proporcionar un modo de drenaje que facilitara la salida del agua. Durante las

exploraciones arqueológicas, se descubrió la existencia de construcciones

localizadas debajo de lo que se considera el centro ceremonial, entre las cuales se

observan sistemas de cimentación, rellenos y pisos, los cuales sufrieron fracturas y

fueron reparados por los constructores. Estos problemas aparentan haber sido

causados por el asentamiento diferencial de algunos elementos de las obras de

cimentación. También se pudo advertir que el sistema constructivo no sufrió cambios

significativos durante los distintos periodos de desarrollo urbano, pese a la utilización

de diferentes materiales constructivos (Sterpone, comunicación personal).

Por ello, se decidió realizar una investigación con el objetivo de explicar las

causas de las transformaciones observadas en el registro arqueológico, las cuales

propiciaron distintas reparaciones y procesos de mantenimiento en los vestigios de

los edificios subyacentes en el sector este del Edificio B, considerando que las

diferentes manifestaciones de un pueblo, entre ellas la arquitectura, son el reflejo de

su sociedad.

Partiendo de la idea de que las características de los materiales utilizados

para la edificación de las estructuras arquitectónicas, tenían propiedades que los

hacían poco resistentes a los procesos erosivos a los que fueron sometidos –

problema que aparentemente fue enfrentado y resuelto exitosamente por los

constructores–, se hizo necesaria la realización de una serie de análisis físicos y

químicos a las muestras de sedimentos recolectadas durante las excavaciones, con

la finalidad de obtener una caracterización del material utilizado en el lugar y, con

base en ello, elaborar un diagnóstico del material que compone el sitio y su

comportamiento mecánico, esto es, cómo actúa tanto física como químicamente en

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

su entorno, incluyendo su capacidad para soportar las cargas derivadas del peso de

las estructuras superiores; además de identificar las posibles soluciones que los

constructores del sitio aplicaron para resolver estos problemas. Ello considerando

que, pese a los posibles cambios y a lo largo de la historia dentro de la sociedad de

Tula, los edificadores de esta ciudad debieron constituir un grupo que tuvo una

continuidad en el proyecto constructivo, ya que el diseño se mantuvo y fueron los

materiales los que cambiaron. Estas soluciones sólo se logran cuando el

conocimiento del grupo constructor y su tradición se transmiten y perduran,

acumulándose hasta identificar el problema y la solución.

Para el desarrollo de la investigación, el contenido de cada uno de los

capítulos está diseñado para proporcionar al lector los elementos necesarios que

permitan la comprensión del problema que es nuestro objetivo resolver.

Iniciamos con el planteamiento del problema en el Capítulo I, en el que se

describe la problemática que da inicio a este trabajo: la evidencia de asentamientos

diferenciales o hundimientos en los pisos de una ampliación hacia el Este de la

plataforma sobre la que se desplanta el Edificio B de Tula Grande, actualmente

cubierto por la estructura adosada al edificio, conocida como Plataforma Anexa al

Edificio B, además de un cambio en los materiales constructivos que podrían indicar

diversos aspectos tales como un cambio tecnológico, que además podría involucrar

factores económicos, como una relación costo-beneficio más favorable al trabajar

adobe en vez de piedra, o tal vez pudo ser originado por un difícil acceso a la piedra

y el incremento en mano de obra para hacer adobes, entre otros factores, durante la

conformación de las estructuras más tempranas del Recinto Monumental.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Para ello, partimos de la hipótesis de que en la realización de la obra

arquitectónica se plasman diversos aspectos de la sociedad que la construye, por lo

que el estudio de ésta permite acceder a la apreciación de algunos aspectos del

pueblo que la habita y que tienen relación directa con su adaptación al entorno,

misma que se verá reflejada en el manejo y utilización de los materiales empleados

en la construcción de las edificaciones.

Así, el objetivo de la investigación es caracterizar este cambio en los

materiales constructivos y generar una interpretación a partir de los mismos.

En el Capítulo II se proporciona el contexto en el que se desarrolla la ciudad

de Tollan-Xicocotitlan, partiendo de sus características ambientales, que resultan

fundamentales para comprender de qué manera los elementos del entorno influyeron

en la utilización de los materiales analizados. Enseguida se realiza una revisión de

los diversos trabajos con fines arqueológicos que se han realizado en Tula y que han

permitido acercarnos al conocimiento de los pobladores de la gran urbe y, finalmente,

se proporciona un panorama general del desarrollo de la cultura tolteca, destacando

el proceso de conformación del Recinto Monumental de Tula Grande.

En el Capítulo III se hace una descripción general de las formas más usuales

de la Arquitectura Prehispánica, caracterizando los diferentes elementos constitutivos

de las edificaciones y de los sistemas constructivos más utilizados, enfatizando lo

referente a los sistemas de cimentación prehispánicos y los materiales utilizados

para su realización, para después hacer una descripción más particular de la

arquitectura de Tula desde las diversas perspectivas en que ha sido estudiada,

considerando que los diferentes aspectos configuran una totalidad que debe ser

analizada para entender la problemática manifestada en su conjunto, y finalizar con

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

la descripción de los edificios estudiados y su sistema constructivo.

El Capítulo IV trata de las propiedades químicas y físicas del suelo, visto como

la materia prima que constituye al sitio arqueológico, consideración mencionada en el

capítulo anterior, en que se observa que los materiales empleados para la

construcción provienen de la capa superficial de la corteza terrestre que comúnmente

denominamos suelo –si bien los materiales constructivos no son exclusivamente

suelos, sino que incluyen rocas y sedimentos-; por lo que resulta fundamental

conocer sus propiedades físicas y químicas para poder caracterizar las propiedades

y el comportamiento de los materiales que se encuentran formando parte de las

estructuras estudiadas y del sitio en el que se emplazan.

En el Capítulo V se mencionan las condiciones en que fueron colectadas las

muestras y los diferentes procedimientos utilizados para analizarlas. Asimismo, se

describe y analiza la información empírica referente a los materiales y técnicas

constructivas observados en la arquitectura monumental de la antigua ciudad de

Tula, tanto los registrados durante las excavaciones del “Proyecto de Investigación y

Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo”, del que

proviene el material analizado en laboratorio, como los datos provenientes de

investigaciones previas que sirven para complementar la información sobre la

conformación arquitectónica del sitio.

En el Capítulo VI se discuten los resultados de los análisis, considerando los

diferentes factores que caracterizan tanto las propiedades de los materiales

empleados en las cimentaciones de las edificaciones, como los que pudieron

intervenir en su adopción para la realización de las mismas, desde la perspectiva de

la adaptación que la sociedad constructora hizo a su entorno mediante la aplicación

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

de técnicas de construcción y otras tecnologías.

Por último, en las Consideraciones Finales se realiza una propuesta de

interpretación de los elementos materia de este análisis –el material localizado en la

excavación-, considerando los diversos aspectos observados durante el desarrollo

de la investigación y enmarcándolos dentro del contexto histórico, para tratar de

reconstruir los procesos que ahí se sucedieron.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CAPÍTULO I. EL CAMBIO EN LOS MATERIALES DE CIMENTACIÓN DE

LOS EDIFICIOS DURANTE EL INICIO DE LA CONFORMACIÓN DE

TULA GRANDE.

I. 1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Las estructuras que conforman el Centro Ceremonial de Tula Grande, en el

Estado de Hidalgo, fueron sede del Estado Tolteca, que alcanzó su máximo

esplendor entre el 950–1150 d.C., aunque en estudios recientes se ha propuesto que

comenzaron su edificación entre el 700-800 d. C., muy probablemente asociados a la

cultura Tula Mazapa (Acosta 1956-57; Yadeun, 1975; Sterpone, 2005). Se ha

planteado que durante este periodo tuvieron lugar diversos cambios dentro de la

sociedad tolteca, entre ellos la construcción y ubicación del centro ceremonial de la

ciudad, de Tula Chico a Tula Grande.

Durante las exploraciones realizadas durante 1999-2000, en los corredores de

la Plataforma Anexa, ubicada en el costado Este del Edificio B o Templo de

Tlahuizcalpantecuhtli, Sterpone reporta que se encontraron y exploraron los

cimientos de la plataforma de desplante del edificio, ambos construidos en el

momento de la fundación del Recinto Monumental, donde se advierte, en primer

lugar, que la cimentación se realizó a partir de una serie de cajas o cajones cuyos

muros fueron construidos con piedras diversas y después rellenados con un sistema

formado de capas de piedra superpuestas en un sistema terciado (una capa de

piedra grande, una capa de piedra pequeña y una capa de barro –y así

sucesivamente hasta rellenar los cajones), y en segundo lugar, un cambio importante

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

en el tipo de materiales utilizados para las edificaciones de una aparente ampliación

de la plataforma de desplante del Edificio B hacia el Este, ya que, mientras que en

las primeras construcciones (periodo Tolteca I) se utilizó la piedra como principal

elemento constructivo, hacia el final del periodo la ampliación de las estructuras

fueron edificadas siguiendo el mismo sistema de cimentación a base de cajones,

pero en lugar de utilizar piedra se emplearon bloques de adobe para construir los

muros de cada cajón, reemplazando el sistema terciado por tierra uniforme para el

relleno.

Este cambio en los materiales aparenta haber repercutido en la estabilidad de

las estructuras, puesto que en las ampliaciones mencionadas, hay evidencias de

resquebrajamiento y hundimiento en la construcción, provocando desniveles en los

pisos. Durante las investigaciones se encontraron varios pisos que fueron

superpuestos para nivelar los hundimientos de los pisos anteriores, que en los

perfiles estratigráficos aparecen en forma de cuña. Estos pisos son parte de los

acabados de las primeras edificaciones realizadas en el entorno del Edificio B y

sobre las cuales se construyera posteriormente el llamado Palacio de Quetzalcóatl.

Pero cuando ocurrieron estas afectaciones dichos pisos estaban en funciones como

superficie de uso para el tránsito, como lo muestran las diversas nivelaciones y

reparaciones encontradas.

Además, las diversas transformaciones que se dieron después en el entorno

del Edificio B y que incluyen la construcción de la Plataforma Anexa en el lado este y,

posteriormente, la edificación del Palacio de Quetzalcóatl sobre esa parte del

Recinto, se realizaron con los mismos materiales sin que haya evidencia de

problemas estructurales. Esto es porque, de acuerdo con lo observado, estos

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

sistemas de cimentación eran muy eficaces, en tanto que rara vez se hacían

mediante la simple acumulación de materiales. Son sistemas que fueron diseñados

para distribuir las cargas de manera que no se provocaran movimientos o

deformaciones en las construcciones que se asentaran sobre ellos.

Esta situación de deterioro observada en el sector Este del Edificio B y los

hundimientos que afectaron a los edificios y acabados, no han sido materia de

investigación arqueológica en Tula, además de que han sido consideradas hasta el

momento como una característica intrínseca del registro arqueológico. En este

trabajo se consideran estas transformaciones como uno de los elementos que

pueden propiciar la reflexión sobre los procesos que intervinieron en la conformación

de aquel contexto sistémico –en su momento-, del cual ha quedado el vestigio

arqueológico, es decir, la superposición de los diferentes sistemas constructivos y

acabados arquitectónicos de la Gran Plataforma que conforma la parte norte del

Recinto Monumental de Tula Grande.

El tema central de esta investigación consiste en tratar de interpretar qué

factores se conjugaron para que los materiales utilizados en la construcción de los

edificios permitieran la ocurrencia de los asentamientos diferenciales que se reflejan

en los hundimientos y fracturas de los pisos, así como analizar la respuesta que

dieron aquellos agentes sociales para subsanarlos, puesto que sobre tales

estructuras fueron edificadas otras en épocas más tardías que no presentan los

mismos problemas estructurales.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

I. 2 JUSTIFICACIÓN.

Como queda señalado, el sitio arqueológico de Tula, Hidalgo, ha sido objeto

de distintos y numerosos estudios. No obstante, aún se desconocen diversos

aspectos sobre el desarrollo del pueblo tolteca, entre éstos, el concerniente al

desarrollo de la arquitectura desde una perspectiva no sólo estética y estilística, sino

que contemple la evolución de los sistemas constructivos empleados por los toltecas

haciendo énfasis en el conocimiento y manejo de las propiedades de los materiales

utilizados en los sistemas de cimentación; características que nos permitirían hablar

no sólo de su desarrollo tecnológico en el aspecto constructivo, sino también del

proceso de adquisición de conocimientos, adaptación, apropiación y transformación

del entorno, entre otras manifestaciones culturales.

Hay que observar también que las estructuras estudiadas funcionaron como

parte del Centro Ceremonial de la ciudad durante el periodo considerado como de

máximo florecimiento de la cultura tolteca, en el que se sabe que se modificó el

emplazamiento del centro ceremonial al sitio que hoy conocemos, lo que implica un

periodo muy dinámico dentro del desarrollo del pueblo tolteca, con lo cual el cambio

en la utilización de los materiales constructivos que se muestra en estas

edificaciones adquiere gran relevancia, pues evidentemente es el resultado de un

fenómeno social que se manifiesta en la consecución de la arquitectura, ya que como

bien afirma Cobean: “todo asentamiento es la expresión espacial de la sociedad que

la habita y producto del nivel de desarrollo socioeconómico y político de esta

sociedad, así como de sus concepciones ideológicas” (Cobean, 1990).

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

I. 3 HIPÓTESIS

1. Debido a que la arquitectura, entre otras manifestaciones culturales, es el

reflejo del desarrollo social e ideológico de la sociedad que la crea, así como

de la percepción que tiene de su entorno físico, los cambios que se generan

en ella, tanto de ingeniería como en el uso del espacio, son producto de un

cambio en sus percepciones (Steward, 1993). Por lo tanto, los cambios

constructivos observados en los edificios que forman parte del centro

ceremonial de Tula Grande: Edificio B, Plataforma Anexa y el Corredor de la

Plataforma Anexa obedecen a un cambio dentro de la sociedad tolteca que

influye en la apropiación y utilización de los materiales.

2. Las fracturas y grietas en los pisos de las estructuras construidas durante una

remodelación temprana de la parte Norte de Tula Grande evidencian un

cambio en la tecnología que los obligó a experimentar con nuevos materiales

y adaptarse a su utilización como elementos constructivos en las

construcciones posteriores, por lo que los procedimientos constructivos se

vieron afectados y esto, aunado a las cualidades de los materiales utilizados

en la cimentación y a las características del material sobre el cual se

desplantan las estructuras, derivó a su vez en la aparición de asentamientos

diferenciales en dichas estructuras. No obstante, los constructores

prehispánicos optimizaron la utilización y manejo de los materiales, logrando

resolver satisfactoriamente tales problemas, como lo evidencian

intervenciones posteriores donde los edificios mantienen su estabilidad

estructural.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

I. 4 OBJETIVOS.

Los objetivos de esta investigación se insertan dentro de los lineamientos

establecidos por el Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la

Zona Arqueológica Tula Hidalgo1, cuyo objetivo primario fue proporcionar un medio

de drenaje para resolver el problema de anegamiento que sufrían en los periodos de

lluvia los corredores ubicados a los lados de la estructura denominada Plataforma

Anexa, adosada al costado este del Edificio B.

Durante las labores realizadas en la consecución de dicho objetivo se

descubrieron nuevos vestigios arqueológicos que obligaron a modificar las metas

originalmente propuestas, dando pie a la realización de nuevas investigaciones que

facilitaran una mayor aproximación al conocimiento del fenómeno tolteca. En este

contexto, el presente proyecto plantea los siguientes objetivos:

Objetivo General:

Este trabajo tiene como objetivo caracterizar, a partir de la evidencia

arqueológica, los cambios que se dieron en la utilización de los materiales

constructivos empleados para la construcción de la cimentación de las estructuras

estudiadas: Edificio B, Palacio Quemado y Plataformas Anexas al Edificio B, durante

el periodo Tolteca I, y proponer una interpretación de algunos factores que se

conjugaron para que se llevaran a cabo dichos cambios.

1
Dirigido por Osvaldo J. Sterpone durante los años 1997-2000.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Objetivos Específicos:

 Conocer los sistemas y los materiales constructivos empleados por las

diversas sociedades prehispánicas en la Cuenca de México, que presenten

similitud con el sistema empleado en el Recinto Monumental de Tula

Grande, para obtener un panorama general de su desarrollo que permita

conocer y explicar el caso concreto de Tula.

 Caracterizar desde el punto de vista físico y químico los materiales

provenientes de la excavación, para obtener un diagnóstico sobre el origen

del material que compone cada estrato, así como del comportamiento

mecánico de los diferentes materiales que conforman las estructuras.

 Identificar los materiales de construcción utilizados en la edificación de las

estructuras para conocer si se trata de recursos locales o de importación,

para definir cómo influye el origen del material en la problemática

observada.

 Determinar los factores que originaron los hundimientos y fracturas

identificados en los pisos.

 Con base en los puntos anteriores, contribuir al conocimiento de los

factores socio-culturales en cuyo ámbito se desarrolló la problemática que

promovió el cambio en los materiales constructivos.

15
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

I.5 METODOLOGÍA

1. Revisión bibliográfica de las investigaciones efectuadas acerca de los

sistemas constructivos prehispánicos, principalmente los efectuados en la

Cuenca de México que presenten un sistema de cimentación similar al

estudiado.

2. Reconocimiento geológico del área mediante análisis cartográfico, así

como un recorrido en los diferentes lugares que representen las

formaciones geológicas representativas de la zona.

3. Identificar y tipificar los diferentes materiales constructivos por medio de

diversos análisis, para poder establecer su origen geológico.

4. Análisis físicos, químicos y mecánicos a los sedimentos provenientes de la

excavación.

5. Interpretar los resultados de los puntos anteriores para explicar las

diferentes razones del cambio en los sistemas constructivos, las fallas que

se originaron a raíz de esto y la manera en que fueron resueltas; que nos

permita proponer una aproximación al conocimiento de los factores

culturales dentro de la sociedad donde se gestaron dichos cambios.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CAPÍTULO II. LA REGIÓN DE TULA Y EL DESARROLLO TOLTECA.

En este capítulo se proporciona un panorama general de las características

del área donde se emplazó y desarrolló la ciudad de Tollan-Xicocotitlan para analizar

el contexto en el que se llevó a cabo el desarrollo urbano de la sociedad tolteca,

principalmente en lo que concierne a la disponibilidad de recursos y al tipo de

material que puede ser utilizado como elemento constructivo; así como un recuento

de los diferentes trabajos realizados sobre el sitio y un resumen del desarrollo de la

cultura tolteca.

Generalmente, el apartado sobre medio ambiente se anexa a una gran

cantidad de trabajos, sin que se aborde posteriormente en la resolución del problema

que se pretende explicar, por lo que no pasa de ser un mero “requisito” o “anexo” sin

mayor utilidad que la de proporcionar, para quien quiera consultarlo, la información

sobre las condiciones geográficas y ambientales del lugar en el que se realiza el

trabajo. Sin embargo, la información ambiental puede –y debe– proporcionar más

información que la que comúnmente se le observa. Eso es parte de lo que se

pretende realizar el presente trabajo, por lo que este apartado será no sólo

abundante en información, sino el punto de partida para iniciar la explicación del

problema que da pie a esta investigación.

Para ello, es necesario entender la importancia que tiene el medio ambiente

en el desarrollo de los grupos humanos, ya que los diversos procesos de desarrollo

cultural de un pueblo se ven directamente influidos por su entorno inmediato, puesto

que de éste saldrán los recursos que facilitarán el acomodo, apropiación y

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

modificación de su entorno. Esto a su vez ayudará a comprender cómo los

elementos con los que se cuenta en la zona y que pueden ser utilizados para el

desarrollo de la obra arquitectónica, influyen en gran medida en la resolución de las

edificaciones de Tula Grande; además de que la manera en que son empleados tales

recursos puede proporcionar información sobre el conocimiento que la población

constructora tenía sobre su propio ambiente, que incluyen el sitio en el que estaban

emplazados, el material empleado para la cimentación y edificación de las

estructuras, los factores que determinaron su ubicación y diseño y aquellos que

determinaron la traza urbana de la ciudad; y cómo el manejo de estos conocimientos

les ayudó a resolver las diversas problemáticas a las que se enfrentaron.

En este sentido, el conocimiento de la influencia de los diversos factores

ambientales es decisivo para comprender los procesos culturales que se manifiestan

en la consecución de los elementos arquitectónicos que conforman el sitio, puesto

que, como se ha señalado, la arquitectura puede verse como un reflejo de diversos

aspectos sociales y culturales, tales como el acceso a los recursos, los

conocimientos tecnológicos que a su vez derivan en técnicas constructivas, entre

otros que, aunados a los factores ambientales, condicionan de alguna manera tanto

el desarrollo como las formas de las edificaciones (Cobean, 1982; Garza, 1987).

Por otra parte, el conocimiento del material que caracteriza la región permite

entender el comportamiento de las estructuras en cuanto a su forma, sus procesos

de desarrollo, los materiales empleados para su construcción; además de otros

elementos que inciden en su estabilidad estructural, su resistencia, su durabilidad, su

mantenimiento, entre otros factores directamente relacionados con el ambiente; así

como los elementos de afectación y deterioro del sitio.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 1. Ubicación de la Zona Arqueológica de Tula.

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 2. Ubicación de Tula Grande (Modificado de Sterpone, 2006).

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

II.1. GEOGRAFÍA

La antigua ciudad de Tula o Tollan-Xicocotitlan, que abarca una superficie de

13 km2 de acuerdo con el Proyecto Missouri-INAH (1974), se localiza en el estado de

Hidalgo al noreste de la moderna ciudad de Tula de Allende, entre los ríos Tula –

tributario del Pánuco– y de las Rosas, dentro del municipio homónimo, el cual limita

al norte con el municipio de Tepetitlán, al noreste con Tezontepec de Aldama, al este

con Tlaxcoapan y Atitalaquia, al sureste con Atotonilco de Tula y al sur con Tepeji de

Ocampo (INEGI, 1992). (Figuras 1 y 2).

II.1.1 GEOLOGÍA

Dentro del estado de Hidalgo se reconocen tres provincias geológicas, la

Provincia Sierra Madre Oriental, la Provincia Eje Neovolcánico y la Provincia Llanura

Costera del Golfo Norte. Las características litológicas y estructurales de las rocas

que afloran en las provincias indican que hubo diferentes eventos geológicos de tipo

orogénico que, asociados al vulcanismo y al relleno de cuencas oceánicas, le dieron

al estado el carácter estructural que presenta (INEGI, 1992:13).

Desde el punto de vista geológico, la región pertenece a la Provincia del Eje

Neovolcánico, que cubre una gran porción del estado, principalmente en el sur. Se

constituye predominantemente por rocas volcánicas terciarias y cuaternarias

(brechas, tobas y derrames riolíticos, intermedios y basálticos) de composición y

textura variada. Este conjunto se superpone a las rocas sedimentarias mesozoicas,

de las que se encuentran algunos afloramientos que sobresalen en forma de cerros

aislados en medio del dominio de las rocas ígneas, como en las localidades de Tula

21
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

de Allende y Atotonilco de Tula, donde afloran cerros de caliza que tienen un uso

industrial (INEGI, 1992:21).

Estratigráficamente, las rocas que hay en la región son calizas, lutitas,

volcanoclásticas y basalto.

La caliza es una unidad sedimentaria de origen marino del Cretácico Inferior,

compuesta por caliza estratificada depositada en un ambiente de plataforma; es de

color gris oscuro y pertenece a la Formación “El Doctor”. Aflora al oeste y sureste de

Bomintzha y en Inthi, y presenta morfología de lomeríos suaves al sureste de Tula.

La lutita es una unidad sedimentaria clástica de origen continental que

pertenece al Terciario Superior y se constituye de lutitas bentoníticas de color verde

olivo y pardo claro, las cuales son masivas y presentan algunas intercalaciones de

areniscas, limolitas y tobas. La unidad constituye una facie lacustre y es el miembro

más antiguo de la Formación Tarango del Plioceno Superior. Su expresión

morfológica es de lomeríos bajos y aflora al sur de Tula (INEGI, 1992:21).

La unidad volcanoclástica pertenece al Terciario Superior, es de origen

continental y se compone por alternancia de tobas, arenas y paleosuelos,

depositados en cuencas lacustres, los cuales presentan seudoestratos masivos y

delgados, algunos con estratificación cruzada. La unidad es de color crema e

intemperiza en tonos ocres. Pertenece a la Formación Tarango, sobreyace

discordantemente a calizas cretácicas y subyace de igual forma a las rocas

volcánicas terciarias. Morfológicamente constituye grandes extensiones de lomeríos

bajos. Aflora en algunas localidades, como Tula de Allende.

El basalto constituye una unidad ígnea extrusiva del Terciario Superior,

constituida por coladas basálticas de olivinos, piroxenos y andesitas, generalmente

22
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

acordonada y vesicular, de color gris claro a negro y pardo rojiza al intemperizarse.

El grado de fracturamiento e intemperismo va de moderado y somero a intenso y

profundo. Pertenece a las formaciones Atotonilco el Grande y Tarango, sobreyace en

forma discordante a las rocas clásticas terciarias. Morfológicamente está

representada por mesetas disectadas y en ocasiones coronadas por conos

cineríticos. Aflora al sureste de Tula, en las localidades de La Salitrera, Atotonilco el

Grande, Xochitlán, Mixquiahuala y otras (INEGI, 1992:22).

De acuerdo con la información cartográfica, el sitio arqueológico de Tollan-

Xicocotitlan se asienta sobre una loma compuesta de material basáltico, y está

rodeado en su totalidad por una franja de arenisca y toba, que se extienden hacia el

norte de la zona. En la ribera del río Tula, en la parte noroeste, oeste y suroeste se

encuentra sedimento aluvial, el cual se extiende hacia el sureste de la zona, en la

parte este de la actual Tula de Allende. En el suroeste del sitio, al otro lado del río,

hay una pequeña mancha de material conglomerado. Hacia el Este se encuentra el

río y del otro lado el Cerro Magoni, que forma parte de la zona arqueológica, el cual

se compone de basalto rodeado de arenisca y toba (CETENAL, 1980).

II.1.1.1. GEOLOGÍA DE TULA GRANDE

Debido a las características de algunos pisos descubiertos durante las

excavaciones del “Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la

Zona Arqueológica de Tula Hidalgo” en los que se observan fracturas producto de

hundimientos diferenciales del suelo, se consideró necesario realizar un recorrido

por la loma sobre la que se desplanta el sitio para caracterizar los materiales que la

componen; ya que aunque la cartografía indica que se desplanta sobre una capa de

23
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

basalto, es pertinente mencionar que la mayoría de los reconocimientos del sitio se

han basado en la carta elaborada por INEGI de escala 1:50 000, la cual a su vez es

producto de la interpretación de fotografía aérea de escala 1:25 000 tomada en 1969

(INEGI, 1980), en la que debido a la escala no es posible observar con detalle el

material sobre el que se desplanta el sitio arqueológico. Sumado a ello, no se ha

realizado un reconocimiento en campo puntual con este objetivo, lo que derivó en

que se generalizara el material que compone la loma como basalto; lo cual podría ser

una interpretación errónea, puesto que como ya se ha visto, este material es de gran

dureza y la aparición de fracturas en las estructuras nos habla de un material menos

resistente que pudiera permitir la ocurrencia de hundimientos por los diversos

procesos naturales a los que ha sido sometido el sitio.

Por tanto, se realizó un recorrido por el sitio, partiendo del Grupo Norte del

Recinto Monumental, abarcando la parte oeste de la loma y hacia el norte del sitio 2,

encontrándose que la loma sobre la que se asienta se compone de toba y no de

basalto, que si bien es material volcánico, tiene cualidades muy diferentes (figuras 8

y 9). Durante el trayecto se realizó un muestreo del material –toba volcánica- para

evaluar sus cualidades en laboratorio, y fue posible observar que el sitio se desplanta

sobre una capa de toba intemperizada de aproximadamente 10 m. de espesor

(figuras 3, 4, 5 y 6). Cabe mencionar que esta capa es con frecuencia confundida por

los arqueólogos que han trabajado en el sitio con la roca de tepetate, que es un

horizonte petrocálcico del suelo, por lo que con frecuencia es mencionada como

“tepetate” en sus descripciones, si bien se trata de materiales con cualidades muy

2
Esto sirvió además para corroborar en superficie el tipo de materiales con los que cuenta la zona y
contrastarlos con los materiales utilizados para la edificación de los edificios estudiados, sobre lo cual
se abundará en cuando se hable de la arquitectura de Tula.

24
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

diferentes entre sí. Por debajo de esta capa altamente intemperizada, se encuentra

otra capa de toba de mayor firmeza, que es la que se utilizó para el muestreo (figura

7).

Figs. 3 y 4. Afloramientos rocosos de toba localizados al noreste del sitio (Fig. 9, pto. 2)

Figs. 5 y 6. Otro afloramiento de toba ubicado al norte del sitio (Fig. 9, pto. 3) Nótese el alto
grado de intemperismo.

25
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Fig. 7. Corte donde se muestra el afloramiento


de toba

De este recorrido se desprende que el material que compone la loma es la

toba volcánica, de la que se encontraron diversos afloramientos, no siendo así con el

basalto, del que únicamente se observó un pequeño afloramiento que no puede

considerarse representativo, por lo que a continuación se presentan las

características de la toba volcánica.

Figura 8. En este corte se indican las características de la loma sobre la que se desplanta Tula
Grande, los puntos señalados indican parte del recorrido de reconocimiento

26
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

La toba volcánica es una roca que se forma por los materiales arrojados por

las erupciones volcánicas -ceniza, arena y lapilli-, posteriormente compactadas y

cementadas. Dependiendo de su composición, las tobas pueden ser basálticas,

andesíticas o riolíticas (Lugo, 1989). Su contenido mineralógico depende de las

características químicas de la lava. Las rocas ácidas tienen un alto contenido de

sílice y predominan en ellas el cuarzo y el feldespato. Las rocas básicas tienen un

bajo contenido de sílice y un mayor contenido de hierro y magnesio (Pearl, 1979).

Figura 9. La parte iluminada indica las capas de toba y se muestra el trayecto del recorrido
por el sitio: 1. Grupo norte, 2 y 3. Afloramientos de toba.

27
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

II.1.2 FISIOGRAFÍA

Fisiográficamente, la región está integrada por grandes sierras volcánicas y

coladas lávicas, conos dispersos o en enjambre, amplios escudo-volcanes de basalto

y depósitos de arenas y cenizas, entre otras formaciones, que se encuentran

dispersos entre llanuras (INEGI, 1992:58).

La zona corresponde a la Subprovincia de las Llanuras y Sierras de Querétaro

e Hidalgo, que se extiende desde el oeste de la ciudad de Querétaro hasta Pachuca,

Hidalgo, con una superficie dentro del estado de 7 821.33 km2. De poniente a oriente

presenta un corredor, abajo de los 2 000 msnm, de lomeríos bajos de material

volcánico y llanuras. Aparte de ciertas prominencias dentro de dicho corredor, queda

prácticamente encerrado desde todos los lados por sistemas de sierras, mesetas y

lomeríos, casi todos de origen volcánico, que exceden los 2 000 msnm; sólo el cerro

Nopala, al sur de Huichapan, tiene más de 3 000 m de altitud (INEGI, 1992:59).

II.1.3 EDAFOLOGÍA

La subprovincia sustenta un mosaico edáfico más o menos homogéneo. Sobre

las sierras dominan los suelos someros y en las llanuras son generalmente

profundos, aunque en ocasiones presentan fases dóricas y petrocálcicas y llegan a

tener menos de 50 cm, o entre 50 cm y 1 m de profundidad.

Los suelos predominantes son los Feozem, que representan el 40.23% de la

superficie total de la subprovincia y son también los más importantes de la entidad,

por su abundancia y distribución. Se clasifican en: Feozem háplicos, suelos negros o

pardo oscuros con una capa superficial rica en materia orgánica y nutrimentos;

28
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Feozem lúvicos, suelos con una capa de acumulación de arcilla; y Feozem

calcáricos, que contienen cal en todos sus horizontes.

Se encuentran al este, en el gran llano de Metepec, y al oeste en grandes

extensiones de tobas andesíticas del Terciario superior sobre lomeríos, cañadas y

sierras, los Feozem háplicos se asocian a Vertisoles pélicos y Planosoles mólicos

que se encuentran en la caldera de Huichapan, tienen una textura arcillosa y están

limitados por tepetate. Son muy fértiles, por lo que se les da un uso agrícola.

También se encuentran en los llanos de Actopan, que son amplias áreas de terrenos

planos con piso rocoso asociados a lomeríos-, con gran aportación de carbonatos

provenientes de las sierras de calizas y caliza-lutita del Cretácico Superior e Inferior

que los rodean, lo que los hace pertenecer a los suelos denominados calcáricos. Se

asocian a Rendzinas y Regosoles calcáricos, suelos que sobreyacen a material

endurecido por la cementación del carbonato de calcio y que se conoce como

caliche, fase petrocálcica (INEGI, 1992:61).

Le siguen en importancia los Vertisoles pélicos, que representan el 20 % de la

subprovincia. Son suelos de color negro o gris oscuro, muy arcillosos, lodosos y

adhesivos por contener arcilla expandible de tipo montmorilonítico. Se les localiza

principalmente en llanuras y valles. En la zona de Alfajayucan y Tecozautla se

asocian a Feozem háplico y Litosol, limitados por una fase pedregosa. Aquí se

originan a partir de rocas volcánicas como basalto, tobas andesíticas y

volcanoclásticas. También se les da un uso agrícola (INEGI, 1992:63).

El tercer lugar de dominancia lo ocupan las Rendzinas, con 10 % de la

superficie de la subprovincia y se concentran al centro de la zona en un corredor

orientado burdamente noreste-suroeste que va desde Mixquiahuala hasta Tula de

29
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Allende, y en la sierra de Tecozautla. Se caracterizan por tener una capa superficial

rica en humus y muy fértil, que descansa sobre roca caliza o sobre un material rico

en carbonato de calcio. En las partes planas se asocia a Vertisol pélico y Feozem

calcárico, limitados por fase petrocálcica, mientras que en las topoformas cerriles se

encuentra con Regosol calcárico y Litosol, limitados por caliche o roca. Soportan

vegetación de matorral crasicaule con subinerme o matorral desértico rosetófilo y en

la sierra bosque de Juniperus (INEGI, 1992:63).

La ciudad prehispánica se asentó en una zona alta que dominaba

estratégicamente los valles aledaños en las inmediaciones de los cerros Magoni, El

cielito y La Malinche. El tipo de suelo predominante en el lugar en el que se asienta

es el de los Feozem, lo que le proporcionó un área de gran fertilidad, favorable para

la agricultura –que se sigue practicando actualmente-.

El Recinto Monumental se desplanta sobre suelo tipo Feozem háplico

asociado a Litosol, con textura media, que se extiende hacia el norte y hacia el este.

Del lado oeste, hacia el río, el suelo es Feozem háplico asociado a Feozem lúvico

con textura media. Del otro lado del río, hay una franja antes del cerro con suelo tipo

Feozem háplico asociado a Litosol y textura media, que se extiende hacia el norte del

cerro. En el cerro Magoni, el suelo es de tipo Feozem háplico, con textura media,

fase dúrica. Hacia el suroeste del sitio, en Tula de Allende, el suelo es –feozem

háplico asociado a Litosol, con textura media (CETENAL, 1974).

II.1.4 HIDROLOGÍA

El estado de Hidalgo se encuentra comprendido casi en su totalidad dentro de

la región hidrológica “Río Pánuco”, con una superficie de 19 793.60 km2. Esta región

30
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

corresponde a la vertiente del Golfo de México, considerada como una de las más

importantes del país, y se divide en “Alto Pánuco” y “Bajo Pánuco”.

La zona del Alto Pánuco comprende las cuencas de los ríos Tula y San Juan

del Río, que son afluentes del río Moctezuma; y las cuencas de los ríos Metztitlán y

Amajac, que forman el Río Amajac.

La zona del Bajo Pánuco comprende las cuencas de los ríos Extóraz, Bajo

Amajac, Tempoal, Moctezuma, Tampaón y Pánuco.

La entidad abarca parte de estas dos zonas e incluye únicamente una cuenca,

la del Río Moctezuma (INEGI, 1992:29).

La cuenca hidrológica del Río Moctezuma ocupa una superficie dentro de

hidalgo de 19 793.60 km2 y tiene como corriente principal el río Moctezuma, que se

origina en el cerro La Bufa, Estado de México, a 3800 msnm. En su inicio se

denomina San Jerónimo. Sus afluentes en territorio hidalguense son: el río

Tizahuapan, que nace en la Sierra de Pachuca; el Metztitlán, que se origina en

Puebla y deposita sus aguas en la laguna del Metztitlán con el nombre de río

Tulancingo, para continuar posteriormente su curso hasta el Moctezuma, como río

Amajac. El río Tula, generado en el Edo. de México, inicia su recorrido con dirección

norte hasta la población de Ixmiquilpan, donde cambia su curso hacia el noroeste,

para después confluir con el río San Juan del Río, desde donde es denominado río

Moctezuma y funciona como límite natural entre Querétaro e Hidalgo (INEGI,

1992:29).

Los edificios arqueológicos que conforman Tula Grande se asientan sobre una

elevación de 2060 m. aproximadamente en la parte suroeste y 2070 m. en la parte

noreste, por lo que también se le conoce en la localidad como el Cerro del Tesoro.

31
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Dicha elevación está prácticamente rodeada por el Río Tula en las partes noroeste,

oeste y suroeste, el que está a una altura de 2020 m. (INEGI, 2000). Aunque también

es importante considerar la cercanía del Río de las Rosas (Ver Fig.2).

II.1.5 CLIMA

La zona de ocupación tolteca poseyó un clima y una fertilidad favorables para

el modo de vida sedentario hasta aproximadamente el Siglo XVI. El paisaje actual es

producto fundamentalmente de dos factores: la deforestación y agotamiento de la

tierra durante los siglos previos a la Conquista, y la ganadería y pastoreo que

practicaron los españoles (Noguez, 1995).

Actualmente, la región se encuentra dentro de la Zona de climas Secos y

Semisecos de la sierra Madre Oriental y eje Neovolcánico. (INEGI, 1992:9). Este

grupo climático presenta algunas variantes, que se diferencian por el régimen térmico

y el grado de humedad:

 Clima semiseco semicálido.

 Clima semiseco templado con lluvia en verano.

 Clima seco semicálido con lluvias en verano.

 Clima semifrío subhúmedo con lluvias en verano.

De manera particular, el área de Tula corresponde al grupo climático

Semicálido con lluvias en verano. Su temperatura media anual es de 18.5°C, la

máxima se presenta en junio con 24.7 °C y la mínima en enero con 8.3°C. La

32
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

precipitación total anual es de 364.6 mm; con máxima en junio de 66.3 mm y mínima

en febrero con 3.3 mm. (INEGI, 1992:12).

Todos estos factores contribuyeron a facilitar el asentamiento de los

pobladores en la zona desde épocas tempranas, lo que a su vez dio pauta a un

amplio y variado desarrollo cultural que, con el paso del tiempo, posibilitó el

surgimiento del Estado Tolteca, como se verá en el apartado siguiente.

33
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

II.2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El fenómeno que es motivo de este estudio, a saber, la existencia de

sistemas de cimentación y la utilización de ciertos materiales constructivos en los

cimientos de la Gran Plataforma sobre la que se asientan el Edificio 3, el Edificio B y

sus Plataformas Anexas, del Recinto Monumental de Tula Grande, Hidalgo, si bien

se aboca a un tiempo y un grupo cultural determinados (entre el 700-800 d. C.) no

es un hecho aislado dentro de la arquitectura, sino que forma parte no sólo de una

estructura arquitectónica, sino de toda una planeación y realización de una visión del

mundo de una sociedad en particular –la tolteca-, en la que se manifiestan, además

de la tecnología, factores sociales e ideológicos, por lo que cualquier intento de

explicación debe insertarse dentro de este contexto. Debe además tenerse presente

que las manifestaciones culturales, tales como la arquitectura, no se desarrollan de

manera aislada, sino que son producto de toda una tradición que se enriquece con

los antecedentes de las culturas que le precedieron y con las que mantiene contacto,

si bien cada población adecua estos conocimientos de acuerdo con sus propias

necesidades.

Es por ello que en este apartado se proporciona un panorama general del

proceso de desarrollo cultural de la región, que alcanza su máximo apogeo en el

posclásico, con el surgimiento de la Cultura Tolteca, partiendo, por supuesto, de ésta

última, que es el objeto de esta investigación, por lo que además se expone el

proceso de desarrollo en particular del Recinto Monumental de Tula Grande, de

acuerdo con lo propuesto por Sterpone (2005) y Equihua (2003)

34
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

II.2.1 LA CULTURA TOLTECA

Se manejan tres grupos como los que conformaron a la cultura tolteca. El

primero lo integran los tolteca-chichimecas, vinculados con los otomíes del Norte,

quienes, según se ha establecido, provenían de regiones que comprenden Jalisco,

Zacatecas, Durango, Michoacán y Querétaro; y tenían una tradición alteña. A este

respecto, se han identificados en la cultura Chalchihuites “un conjunto de elementos

que aparecen posteriormente en Tula, por lo que se ha propuesto reconocer en los

portadores de esa cultura a los tolteca-chichimecas”(Braniff y Hers, 1998:64), entre

los cuales podemos mencionar: las salas con columnas o claustros, el pórtico

antepuesto al basamento piramidal, el coatepantli, el tzompantli, el Chac Mool, la

pintura cloisoné, el uso de la turquesa y del cobre, así como algunos tipos y formas

cerámicos, lo que, a decir de las investigadoras, indican la presencia de grupos del

Bajío a partir del 600 d. C. en la región de Tula (Braniff y Hers, 1998:70).

El segundo grupo importante fue el de los nonoalcas, quienes poseían una

tradición mesoamericana más definida que los primeros y cuyo lugar de origen se

desconoce a ciencia cierta, aunque algunos investigadores, sugieren que la

migración nonoalca partió de Huehuetlapallan, entre Veracruz y Tabasco, siguiendo

una ruta por el Golfo de México y la Huasteca, hasta llegar a la región de Tula

(Noguez, 1995).

El tercer grupo es el de los huastecos, cuya presencia se percibe con

mayor claridad en la arquitectura, como lo muestra el templo edificado en El Corral,

dedicado al culto a Quetzalcóatl en su advocación de Ehécatl, Dios del viento, sin

que ello implique una inmigración y establecimiento tan importante como el de los

otros dos grupos. (López Luján, 1993:124; Noguez, 2001:206-207; Getino, 2000:30;

35
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figueroa, 2003). Todo esto confirió al estado tolteca un carácter multiétnico y

multicultural de gran complejidad que se refleja en la evidencia arqueológica, como lo

han mostrado las diversas investigaciones realizadas, pues es probable que este

carácter multiétnico propiciara “una división política desde sus orígenes, siendo

posible la existencia de una separación de poderes que en un inicio compartía el

gobierno de la ciudad, tomando en cuenta las dos acrópolis (Tula Chico y Tula

Grande), que arqueológicamente muestran evidencias de ser contemporáneas en un

inicio” (Getino, 2000; 31).

Se ha propuesto que los toltecas tuvieron un área muy amplia de influencia

que abarcaba zonas del Golfo y del Pacífico, áreas en la Teotlalpan (sur de

Querétaro, y partes de Hidalgo, como Xilotepec y Tepexic –Tepeji del Río-, y el Valle

del Mezquital), en el Bajío, Partes de Morelos (Cuernavaca y zonas adyacentes), la

Huasteca, los corredores Lerma-Santiago hacia la costa del Pacífico y Pachuca-

Tollantzinco-Cuauhchinanco hacia la costa del Golfo, el centro de Veracruz, el

Xoconochco (Soconusco), el sur de Sinaloa, los Altos de Guatemala y el norte de

Yucatán, entre otros (Noguez, 2001:217).

Hay otras áreas en donde puede detectarse la influencia tolteca, como en

Laguna de Términos, donde aparentemente grupos portadores de la cultura tolteca

se dirigieron hacia la zona altiplánica de Guatemala, y más evidentemente en

Chichén Itzá, que parece tener una relación directa con Tula, como lo evidencia la

arquitectura y la iconografía con manifestaciones muy similares, pero no hay

evidencia arqueológica o histórica que permita demostrar tal dominio (Noguez, 2001).

Respecto a la caída de Tula como centro rector, se considera la

intervención de diversos factores, como pugnas internas entre grupos antagónicos,

36
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

probablemente derivadas de las diferentes ideologías, la degradación de tierras

cultivables con el consecuente empobrecimiento, lo que propició enfrentamientos

entre las clases sociales, entre otros. También se considera la posibilidad de

invasiones por parte de grupos externos que debilitaron el poder central, desde la

destrucción del centro ceremonial aproximadamente en el año 1175, hasta la

invasión chichimeca liderada por Xólotl en 1201. Esto se refuerza por la evidencia de

incendio y destrucción de edificios del centro ceremonial, asociados a la presencia de

cerámica Azteca II, que indica el inicio del posclásico Tardío (Acosta, 1956-1957;

Yadeun, 1974:13; Getino, 2000:32)

II.2.2 CRONOLOGÍA

Los orígenes del Estado Tolteca (Yadeun, 1975) se relacionan con una

serie de procesos iniciados varios siglos antes de su apogeo, por lo que se considera

que la fundación y el crecimiento urbano propiciado por el Estado Tolteca se

adscriben a un periodo que va del 700 al 1200 dC. No obstante, la secuencia

cronológica establecida para la región de Tula abarca una ocupación continua desde

el Formativo Tardío (400-200 aC.), hasta el periodo Virreinal (siglos XVI y XVII dC.),

en una extensión de 17 a 20 km alrededor de Tula (Mastache y Crespo, 1974:71-78;

Getino, 2000:32).

Durante el Clásico se desarrollan varios sitios que coinciden con las fases

Tlamimilolpa, Xolalpan y Metepec (300 – 750 dC.), como son: Julián Villagrán, El

Tesoro, Acoculco y Chingú (Mastache y Crespo, 1974; Díaz, 1980, Getino, 2003).

La primera fase definida para el desarrollo de Tula es la Fase Prado

(700/800 dC.), que se asocia con la llegada de grupos procedentes de la región

37
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

noroccidental, según lo evidencia la cerámica muy similar a la del Bajío, que se

asientan en las laderas de los cerros. A este momento corresponden asentamientos

en las laderas de las lomas y los cerros, como El Águila, La Mesa, Atitalaquia y

Magoni. Son reconocidos por el complejo cerámico Coyotlatelco (Noguez, 2001:212;

Getino, 2000:33)

En la Fase Corral (800 - 900/950 dC) las expresiones culturales ya se

asocian con las de los valles centrales. Tula Chico es el centro rector de una

pequeña ciudad que se desarrolla entre los años 900 y 1000 dC, cuya plaza central

tiene una disposición general muy similar a la que tendrá Tula Grande. La ciudad

alcanza unos 5 o 6 km2 y se advierte ya la presencia de una organización de tipo

estatal, puesto que la evidencia arqueológica indica un gobierno centralizado que

controlaba la producción y distribución. Es aquí donde se ubica la llegada de los

toltecas-chichimecas, de los nonoalcas, pueblo de habla náhuatl que rendía culto a

Quetzalcóatl en su advocación de Tlahuizcalpantecuhtli o “Señor de la Casa de la

Aurora”, y tal vez de otros de filiación náhuatl, aparentemente con influencia de las

regiones de Querétaro, Zacatecas y Durango (Mastache y Cobean, 1990; Noguez,

2001:212-213; Getino, 2000:34.)

Durante la Fase Corral Terminal (900-950 dC.), se observa una nueva

orientación en la traza de la ciudad, y está vinculada con grupos cerámicos de la

tradición rojo sobre café y naranja sobre crema (Equihua, 2003; Getino, 2000).

La siguiente fase es la fase Tollan (950 – 1200 dC.), que se considera la

de máximo esplendor, pues la ciudad se convierte en un centro dominante y alcanza

su máxima expansión. El centro ceremonial cambia de lugar, Tula Chico es

38
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

abandonado3 y el nuevo centro se ubica en la parte que constituye el actual sitio

arqueológico, denominado Tula Grande. El núcleo urbano alcanza unos 16km2,

abarcando gran parte del valle aluvial y las laderas de los cerros Magoni, La

Malinche y El Cielito, conformando un vasto complejo urbano; se calculan unos

60,000 habitantes en total. Fue entonces cuando la ciudad de Tula se convierte en el

centro urbano de mayor importancia en el Altiplano Central (López Luján, 1993;

Noguez, 2001:213, Getino, 2000:34).

Hacia el final de esta fase, Acosta (1956-57) propone que ocurrió una

invasión chichimeca que destruyó la ciudad, debido a la evidencia arqueológica de

un gran incendio en varios de los edificios que conforman el Recinto Monumental, lo

que se considera como indicador del fin del periodo tolteca. Empero, investigaciones

recientes presentan indicios de que algunos edificios –como el Palacio Quemado y el

Edificio K, que además de ser contemporáneos presentan una composición

arquitectónica similar-, ya habían sido abandonados y algunos de sus componentes

materiales desmontados –y aún reutilizados-antes de que aconteciera el incendio, lo

que supondría que no hay una relación tan directa entre el abandono y destrucción

del edificio y la invasión chichimeca que acabó con la hegemonía tolteca (Sterpone,

2000:23-25; Getino, 2000:34).

No obstante, se observa que ocurre un periodo de abandono de la ciudad,

seguido por uno de reocupación del espacio urbano monumental, aunque de menor

magnitud que en el anterior, con asentamientos supeditados al dominio político de

3
Aparentemente, en algún momento ambos centros coexistieron, por lo que la transición de uno a
otro como centro rector de la ciudad puede haberse realizado de manera paulatina y no como
producto de un cambio repentino ya que, de acuerdo con Getino (2000) y Sterpone (2005), las
subestructuras de Tula Grande son contemporáneas de Tula Chico.

39
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

los estados nahuas de la Cuenca de México, como Tenayuca (1200-1350),

Azcapotzalco (1350-1428) y Tenochtitlan (1428-1521), distribuidos en tres fases que

sólo se mencionan para completar la información cronológica:

Fase Fuego o Azteca II (1200–1350 dC.) evidenciada por la presencia de

cerámica Azteca II.

Fase Palacio (1350-ca. 1520 dC.) hay una ocupación mayor, evidenciada

por la presencia de cerámica Azteca III.

Fase Tesoro (1520-1650 dC.), donde hay una transición entre la última

ocupación prehispánica y el periodo Virreinal. (Getino, 2000: 35).

Desde el punto de vista arquitectónico, se ha propuesto una división de la

fase Tollan en subfases que podrían indicar cambios en el proceso de desarrollo de

la cultura tolteca. El desarrollo arquitectónico indica la existencia de varios periodos

de crecimiento y modificación del Recinto monumental, pues se ha observado que

“exceptuando las dimensiones, los materiales y las técnicas de construcción de la

antigua tradición, como una cualidad de la tradición arquitectónica de la cultura

Coyotlatelco, están bien representados en la arquitectura de Tula (fase Tollan

Temprana)” (Patiño, 1994:174). Y Sterpone propone la existencia de al menos tres

periodos de desarrollo para Tula Grande (Sterpone, 2005; Equihua, 2003), en lo que

se abundará en el siguiente apartado, pues servirá de base para realizar la

interpretación.

II.2.2.1. CRONOLOGÍA PARA TULA GRANDE

Con base en lo observado durante la realización del “Proyecto de

Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula,

40
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Hidalgo”, realizado en 1997, y con los datos reportados por Acosta durante sus

excavaciones en Tula Grande; Osvaldo Sterpone y J. C. Equihua proponen que el

desarrollo de esa parte de la ciudad, que se considera la parte eminentemente

tolteca, se efectúa en al menos tres momentos que pueden observarse en la

transformación arquitectónica de los edificios del Grupo Norte del Recinto

Monumental y que se sucedieron entre el 700 y el 975 dC 4 (Sterpone, 2000 y 2005;

Equihua, 2003).

El primer momento o Tula I (circa 700/750-800 dC) inicia con la construcción

de los primeros edificios del Recinto, en el espacio que ocupa la plaza central. La

evidencia arqueológica indica que la distribución espacial de los edificios que lo

componen, adquirida entonces, ya no tendrá cambios significativos en su traza,

puesto que los trabajos posteriores serán de remodelación y ampliación de los

edificios. La plataforma que subyace a los Edificios B y 3, y el mismo Edificio B, se

construye en este periodo. Son también de este momento el Edificio 6 –ya

desaparecido-, el Juego de Pelota 3 y otros edificios que subyacen al Edificio C

(Equihua, 2003; Sterpone, 2006).

A este respecto, Acosta reporta que no encontró una ocupación anterior a la

tolteca (Acosta, 1956-57), de donde puede inferirse que los constructores de Tula,

aún en estas fases tempranas, ya eran los gestores de la cultura tolteca.

Sterpone (2000 y 2006) propone, con base en la estratigrafía del Palacio

Quemado y la Plazoleta Norte, un periodo de abandono de estos edificios,

4
Se obtuvo una fecha de radiocarbono de una muestra tomada de la Plazoleta Norte, con un intervalo
de 770-970 dC (Equihua, 2003:73)

41
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

relacionado con material cerámico del sureste, aunque no así para el resto de la

ciudad.

En el periodo Tula II (circa 800 – 975 dC) se observan nuevos procesos de

ampliación y remodelación de los edificios del Grupo Norte:, tales como una

ampliación hacia el este de la plataforma subyacente al Edificio B y cambios en la

fachada del mismo edificio, que es recubierto por un acabado de talud y tablero, el

nivel de las plazas que circundaban a la gran plataforma y el Edificio B por los lados

Norte y Este fue elevado y se edificaron las Plataformas Anexas, adosadas al Edificio

B por el lado Este, se edificó un Primer Palacio, antecedente al Palacio Quemado, y

se construyó una barda perimetral (Sterpone, 2005 y 2006).

En este periodo continúan los mismos tipos cerámicos del periodo anterior,

aunque aparecen nuevos estilos, que difieren en gran medida con los anteriores, y

que parecen estar relacionados con la Zona del Golfo y con el Área Maya, como la

cerámica Plumbate Tohil, que es la cerámica “extranjera” más común en el complejo

Tollan, y que aparece en Tula antes del Naranja a Brochazos (Cobean, 1990;

Equihua, 2003;).

También aquí hay evidencia de abandono del mantenimiento de los edificios,

ocurrido hacia el final de este periodo (Sterpone, comunicación personal).

En el tercer momento, Tula III (circa 975 dC-1200 dC), se observan

nuevamente evidencias de actividades de ampliación y remodelación de los edificios

del lado norte de la plaza central. Durante este periodo se observa un nuevo

proyecto constructivo y es probable que algunos de los edificios actualmente

42
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

expuestos se asocien con él. También se observa un crecimiento poblacional

distribuido en la periferia del Centro Ceremonial, asociado con un aumento sustancial

de algunos tipos de la vieja tradición cerámica del Periodo I.

Hay un fechamiento de radiocarbono del Proyecto Tula 1999, obtenido de una

ofrenda constructiva registrada en una plataforma de adobe localizada en el costado

este del Edificio B, que la sitúa entre 897-1021 d. C. (Equihua, 2003:75).

Este periodo se propone como la parte final del crecimiento urbano de Tula. La

construcción del Palacio Quemado, el Palacio de Quetzalcóatl, el Coatepantli, el

Vestíbulo antepuesto al Edificio B, las Salas con columnas, entre otros, forman parte

de la proyección arquitectónica del Centro Ceremonial de Tula Grande. También se

observa la aparición de la cerámica del tipo Naranja a Brochazos o Jara, así como su

variante, el Ira Anaranjado Sellado, señalado como el “mejor marcador” de la Fase

Tollan (Cobean, 1990; Equihua, 2003:75). Aunque también permanecen la mayoría

de los tipos cerámicos del Periodo I.

43
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Cronología para Tula, según Robert Cobean (1990)

Ocupación Complejo
Fase Temporalidad Tipos cerámicos
principal cultural
Prado Cerro Magoni Coyotlatelco Coyotlatelco
700 – 800 dC.
Corral Tula Chico Coyotlatelco
800 - 900 dC.
Corral
900 – 950 dC. Tula Chico Mazapa
Terminal
Plumbate, Jara, Anaranjado
Tollan Tula Grande Tolteca
950 – 1200 dC. Sellado
Reocupación del
Fuego 1200 – 1350 dC. Presencia azteca Azteca II
sitio
1350 – ca. 1520 Reocupación del
Palacio Presencia azteca Azteca III
dC. sitio

Cronología para Tula Grande, según Sterpone (2005 y 2006)

Ocupación Filiación
Periodo Temporalidad Tipos cerámicos
principal cultural
Blanco levantado, Mazapa,
Tula I 700 – 800 dC. Tula Grande Mazapa Suárez, Alicia Calado,
Abra, Soltura, Macana,

Tula II 800 – 975 dC. Tula Grande Plumbate Tohil

Tula III 975 – 1200 dC Tula Grande Tollan Naranja a brochazos, Ira,

Figura 10. Cuadros comparativos de la cronología de Tula.

44
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

II.2.2.1.1. CRONOLOGÍA DE LOS EDIFICIOS ESTUDIADOS

De acuerdo con la estratigrafía obtenida durante las excavaciones de 1997-

2000, las muestras colectadas provienen de una de las primeras remodelaciones de

los edificios del lado Este del Edificio B. Considerando los diversos periodos de

desarrollo de la cultura tolteca y las diferentes etapas de crecimiento de la ciudad de

Tula previamente descritos, así como los datos obtenidos por el Proyecto de

Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula,

Hidalgo, que indican que los edificios estudiados, que conforman la parte norte del

recinto Monumental de Tula Grande –el Edificio B con su Plataforma Anexa y la Gran

Plataforma sobre la que se desplantan tanto el Edificio B como el Palacio Quemado–

iniciaron su construcción entre el 700/750 – 800 d. C.; podemos ubicar las

ampliaciones y remodelaciones en las que se manifiestan los cambios observados en

la utilización de los materiales constructivos dentro del primer periodo de crecimiento

de Tula Grande, o Tula I, que cronológicamente se sitúa dentro de las primeras

etapas de desarrollo consideradas para Tula, por lo que son contemporáneas a la

Fase Prado, lo que refuerza la idea de que Tula Chico y Tula Grande coexistieron

como centros rectores durante algún tiempo, además de que puede contemplarse

una fecha más temprana para la fundación de la mítica Tollan, capital de los toltecas,

con lo cual podemos también ampliar el periodo en el que se gestó y consolidó el

poderío tolteca hasta llegar a convertirse en la metrópoli más importante del centro

de México durante el Posclásico Temprano.

Dentro de los periodos culturales establecidos para Mesoamérica, la fundación

45
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

de Tula Grande corresponde al Epiclásico5 (600-900 dC) y se mantiene y consolida

como centro rector durante el Posclásico Temprano (900-1200dC. aprox.)

II.3. ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS

Debido a que la ciudad arqueológica de Tollan-Xicocotitlan ha sido identificada

como la mítica Tollan referida en las fuentes históricas y, por tanto, sede de Ce Acatl

Topilzin-Quetzalcóatl, desde su descubrimiento ha sido objeto de diversas

investigaciones arqueológicas e históricas para tratar de saber quienes fueron los

grupos humanos que la fundaron y habitaron. Por ello, en este apartado se revisan

las diversas intervenciones en la zona –principalmente las efectuadas en Tula

Grande-, mismas que han contribuido a dar forma a lo que conocemos sobre Tula y

los toltecas.

Las primeras noticias que se tienen del área las proporciona Antonio García

Cubas en 1873, quien les atribuye una filiación tolteca (Paredes, 1990).

El primer plano del sitio se debe a Desiré Charnay quien explora la plaza del

recinto principal y sus zonas aledañas, descubriendo el “Palacio Tolteca” al suroeste

de Tula Grande y la “Casa Tolteca”, en lo que hoy se conoce como “Plaza Charnay”

en 1885 (Paredes, 1990, Getino, 2000:35).

Pero es hasta 1938 que se inician las investigaciones propiamente

arqueológicas en el sitio, cuando una comisión integrada por Jiménez Moreno,

Alfonso Caso, Ignacio Marquina, Paul Kirchhoff y Mario Mariscal efectúa un

reconocimiento de la zona arqueológica para probar que se trata de la mítica Tollan:

5
Se denomina Epiclásico al periodo que siguió a la caída de Teotihuacan como centro de poder en el
Centro de México, y se considera como un periodo de transición entre el Clásico (200 aC – 600 dC) y
el Posclásico (900 – 1520 dC).

46
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

lo que se determina en 1941, gracias al análisis toponímico de Wigberto Jiménez

Moreno, apoyado por datos recabados por Acosta.

Con ese objetivo, a partir de 1940 y hasta 1960 Jorge Acosta dirige las

exploraciones del área. En ese tiempo, se exploraron, consolidaron y reconstruyeron

la mayoría de los edificios principales, incluidos los que conforman el recinto

monumental de Tula Grande, y se realizaron una secuencia cerámica y la asociación

entre los datos arqueológicos y las fuentes. Además del Recinto monumental, Acosta

explora otro tipo de estructuras a las que denomina “palacios”, y realiza cerca de

treinta pozos de sondeo estratigráfico para ampliar la información sobre la secuencia

cronológica del sitio, mediante el análisis de aproximadamente 80 mil tiestos

cerámicos (Paredes, 1990:20, Getino, 2000:36-37)

Después de Acosta, se han realizado diversas investigaciones arqueológicas,

de entre las que destacan el “Proyecto Tula”, del Departamento de Monumentos

Prehispánicos del INAH entre 1968 y 1972, bajo la coordinación de Eduardo Matos

Moctezuma. Este proyecto plantea el estudio del área contemplando tres etapas -

Prehispánica, Colonial y Moderna- de una manera integral, incluyendo desde el

medio ambiente como elemento condicionante, hasta las manifestaciones culturales

en cada una de las etapas, siguiendo su proceso de desarrollo, tomando como base

la economía y las relaciones que de ella se derivan. Entre sus objetivos se persigue

delimitar la ciudad prehispánica (microárea), proponiendo una extensión de 11 km2,

la filiación cultural de los grupos que se asentaron en ella, la localización de

asentamientos relacionados con Tula (macroárea), sus características y cronología,

desde la época prehispánica hasta la época actual. (Matos, 1974 y 1976). Los

resultados de las investigaciones evidencian una ocupación humana en la región

47
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

desde el periodo Formativo, asentamientos del Clásico en el valle aluvial, del

Epiclásico en las elevaciones circundantes, sitios del Posclásico Temprano

contemporáneos a la ciudad de Tula y ocupaciones del Posclásico Tardío, y han

dado origen a varias publicaciones.

Paralelamente se ejecuta el “Proyecto Arqueológico Tula”, dirigido por Richard

Diehl con apoyo de por la Universidad de Missouri, con el objetivo de clarificar la

cronología interna de Tula, estudiar sus relaciones con otras sociedades

mesoamericanas contemporáneas, delimitar la ciudad, para la que proponen una

extensión de 14 km2 y estiman una población máxima de 65 000 habitantes

(Stoutamire, 1974: 11-15), localizar áreas de actividades especiales, estudiar su

economía, su organización social, política y religiosa. Como parte de ello, reconocen

otros sitios aledaños con ocupación prehispánica, como el cerro Magoni,

Tlahuelilpan, Tepatepec, Ixmiquilan, Ajacuba y Tepeji del Río (Diehl, 1974).

También se elaboró la tipología cerámica, a cargo de Robert Cobean, que

sirvió como base para la definición de la secuencia cultural y cronológica del sitio,

además de ser un referente para el estudio de otros sitios afines en el Altiplano

(Cobean, 1990).

Con la creación del Centro Regional del INAH en Hidalgo en 1977, se realizan

trabajos de consolidación y mantenimiento del Recinto Monumental (Paredes, 1990).

En 1980 la Universidad de Tulane de Nueva Orléans realiza nuevos trabajos

arqueológicos, dirigidos por el Doctor Dan M. Healan, en la periferia de sitio, con

base en los cuales plantea la existencia de por lo menos tres tipos de unidades

habitacionales en Tula, que define como palacios, grupos de casas y conjuntos de

apartamentos, y propone que la unidad básica de estructuración del espacio urbano

48
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

lo constituían conjuntos de diversos tipos que agrupaban varias familias (Healan,

1974; Paredes, 1990:25; Cobean y Mastache, 1999:42).

En el mismo año se realiza el Proyecto de Salvamento y Rescate en el área

de Tula, Hidalgo, a cargo Rafael Abascal Macías -que se prolongan hasta 1982-, con

motivo del trazo de la vía férrea del Tren Bala. Como parte de este proyecto se

realizan trabajos de salvamento y rescate en las zonas que serían afectadas, que

incluían también tareas de investigación. Los resultados de este proyecto se exponen

en gran medida en el trabajo de Blanca Luz Paredes Gudiño, sobre unidades

habitacionales en Tula (Paredes, 1990).

Posteriormente, entre 1984 y 1985 se realizan trabajos de rescate y

consolidación en Tula Grande por parte del Centro INAH-Hidalgo, por Roberto

Gallegos y Carlos Hernández Reyes, destacando la intervención en el Edificio D, y el

hallazgo de una columna con un bajorrelieve de Tezcatlipoca al pie de la fachada

norte del Edificio B (Paredes, 1990; Getino, 2000:42).

También entre 1984 y 1985 se realiza el proyecto “Tula y su Área Directa de

Interacción”, auspiciado por la Dirección de Monumentos Prehispánicos del INAH,

dirigido por Guadalupe Mastache y Robert H. Cobean, entre cuyos objetivos se

encuentra investigar el desarrollo de Tollan Xicocotitlan y de su funcionamiento como

Estado desde una perspectiva regional, mediante la definición de su estructura

social, política y económica, para lo cual se planteó el estudio del centro urbano y del

núcleo principal de su área de sostenimiento, desde el periodo Coyotlatelco, en el

que se gesta lo que será el Estado tolteca, hasta la fase Tollan, en la que encuentra

su apogeo. Como parte del proyecto se trabaja en los sitios La Mesa, Magoni, Tula

Chico, Atitlalaquia y Tepetitlán (Cobean y Mastache, 1999). De este estudio se

49
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

derivan diversas publicaciones que exponen los resultados obtenidos, como los

análisis de arquitectura y de áreas de actividad en La Mesa efectuados por Héctor

Patiño en 1994 y Alicia Bonfil en 1998.

En 1994 se lleva a cabo el “Proyecto: Mantenimiento, Conservación y Estudio

de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo”, bajo la dirección de Robert H. Cobean, en

el que se realizan trabajos de conservación y excavación en los edificios principales

del Recinto Monumental y en El Corral. Como parte de ellos se descubrieron dos

ofrendas en el Palacio Quemado, de entre 900 y 1000 d. C., que contenían, entre

otras cosas, un disco con mosaicos de turquesa y concha, y un chaleco elaborado

con más de 1600 placas de concha, ambas prendas similares a las prendas

esculpidas en los Atlantes (Cobean y Estrada, 1994; Getino, 2000). También se

realizaron los primeros trabajos de excavación en el Edificio K, donde se descubrió

parte de la estructura de la Fase Tollan, que presenta gran similitud con el Palacio

Quemado, y las subestructuras que la conforman. Además, se exploraron estructuras

habitacionales del Posclásico Tardío construidas sobre las ruinas del edificio tolteca.

Los resultados de la excavación y análisis del Edificio K se discuten en el trabajo de

tesis realizado por Fernando Getino en 2000.

En 1996 la Dirección de Salvamento Arqueológico realiza un proyecto

coordinado por Ma. Antonieta Moguel Cos, debido a la construcción de la carretera

Pachuca-Tula-Jilotepec, que incluyó la parte norte de la zona urbana y los valles al

oeste de Tula, siguiendo el cauce del Río Rosas. Como parte del mismo se

efectuaron sondeos parciales en estructuras habitacionales del Posclásico Tardío

fuera de Tula y la excavación de un edificio monumental perteneciente a la Fase

50
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Tollan, en La Mora, con arquitectura y contextos de destrucción similares a los

hallados en el Palacio Quemado y el Edificio K (Getino, 2000: 42).

En 1997 se efectúan trabajos de salvamento por parte del Centro INAH-

Hidalgo, coordinados por Osvaldo Sterpone, en la remodelación de la carretera Tula-

Tlahuelilpan, con los proyectos “Boulevard Tula-Iturbe” y “Boulevard Tula-Iturbe

Norte”, descubriéndose estructuras habitacionales.

También entre 1997 - 2000 se realiza el “Proyecto de Investigación y

Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula Hidalgo”, dirigido por

Osvaldo Sterpone. Como parte de las investigaciones realizadas, se excavaron unos

pozos en diversos puntos del Centro Ceremonial, de los cuales se tomaron

numerosas muestras de materiales para realizar diversos análisis, como el cerámico,

fechamiento por radiocarbono, estratigráfico, entre otros.

La perspectiva y los planteamientos derivados de estas investigaciones se han

expresado en algunos artículos donde se evalúa la evidencia arqueológica obtenida

(Sterpone, 2000 y 2005) y, más ampliamente, en el trabajo de tesis elaborado por

Juan Carlos Equihua, en el que lleva a cabo una revisión de la clasificación cerámica

y de la periodificación derivada de ésta, basándose en el registro estratigráfico y

planteando que hay etapas de ocupación subyacentes al Centro Ceremonial que no

han sido documentadas (Equihua, 2003).

51
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

RESUMEN DEL CAPÍTULO

Como se ha descrito, la zona donde se edificó y desarrolló la antigua Tollan,

es una zona rica en materiales muy variados que pudieron servir como materia prima

para las construcciones arquitectónicas.

Dentro del material geológico, se encuentran rocas como basalto, arenisca,

toba, material conglomerado, sedimentos fluviales y suelos con horizontes

endurecidos por CaCO3 (carbonato de calcio).

En particular, el sitio arqueológico se asienta sobre una capa de toba

volcánica, material muy abundante y que fue ampliamente utilizado como materia

prima, principalmente en los revestimientos de la estructura (las lajas superpuestas

lisas) y en los acabados (bajorrelieves).

El material conglomerado, compuesto por cantos rodados de tamaño y

litología diversos (gravas y guijarros), así como los cantos provenientes del Río Tula

pueden ser la fuente principal del material constructivo utilizado como relleno en el

núcleo de la estructura y en los cajones de cimentación, tanto para los muros como

para el relleno.

Se observa también un uso predominante de sedimentos aluviales, como

materia prima, principalmente para la elaboración de adobe. El adobe tiene en Tula

una gran utilización como elemento constructivo, según se ha reportado en

numerosas descripciones. En este sentido, los sedimentos aluviales y los suelos que

se desarrollan a partir de ellos constituyen una fuente prácticamente interminable de

estratos ricos en partículas finas, necesarias para los adobes, por lo que este

52
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

material se convierte en un recurso inagotable, siempre disponible y que

seguramente por ello fue muy utilizado.

Entre los diferentes tipos de suelo que hay en la zona, sobresalen los Feozem,

que son ricos en CaCO3 -que sirve como cementante-, por lo que son muy

adecuados para formar los bloques de adobe con los que se construyen los muros o

bien pueden utilizarse como cementantes para la construcción, puesto que se ha

observado que los cajones se rellenaban con un sistema terciado de piedra grande,

piedra chica y tierra. También se utilizó el horizonte petrocálcico de estos suelos para

formar lajas utilizadas en la edificación de muros, como puede observarse en los

muros expuestos en la zona o en las columnas –esta capa petrocálcica es

comúnmente denominada piedra de tepetate, abundante como material constructivo

en el sitio–. Sobresalen también las rendzinas, pues son ricas en materia orgánica, al

igual que los Feozem.

Asimismo, dentro de la región existen depósitos de calizas y lutitas –cerros y

afloramientos– lo que también permitió contar con materia prima cercana para

obtener la cal necesaria para la elaboración del adobe y del estuco para los

acabados de las edificaciones.

Esto a su vez permite inferir que los pobladores prehispánicos de Tula tuvieron

un gran conocimiento de su entorno, puesto que pudieron identificar las

características de los suelos y de los diferentes materiales, lo que facilitó su

utilización dentro de la construcción de los edificios, adecuando su construcción a las

cualidades del ambiente. Otro factor importante en el desarrollo de la población es la

disponibilidad de agua, por lo que el sitio se construyó en una loma inmediata al Río

Tula, con lo que se aseguraba su disponibilidad y control.

53
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Las características de los suelos, aunadas a la cercanía del Río Tula y a un

clima con mayor precipitación que el actual –como se piensa que era el clima en la

región, de acuerdo con Noguez (1995), son muy propicias para practicar la

agricultura, tanto intensiva como extensiva, lo que a su vez permite sustentar una

gran cantidad de población con los recursos del entorno, lo que tal vez permita

entender el uso predominante de recursos locales en la construcción, pues no era

necesario recurrir a agentes externos al entorno ya que sus necesidades de sustento

estaban satisfechas.

Se ha visto que el surgimiento y desarrollo de la cultura tolteca tiene sus

antecedentes en los poblados establecidos en la región desde épocas tempranas,

con una tradición cultural variada -tanto de las culturas que se desarrollaron en la

Cuenca de México, como externas, entre las que destacan las tradiciones del Bajío,

del Noreste y del Sureste de Mesoamérica- las que, aunadas a las características

locales del sitio donde se asentaron y desarrollaron, dieron origen a lo tolteca.

Como hemos visto, para explicar el desarrollo cultural de Tula se maneja el

inicio del desarrollo tolteca a partir del 900 d. C., sin embargo, los inicios de la

conformación arquitectónica del Recinto Monumental de Tula Grande se han situado

recientemente a partir del 700 d. C., lo que nos obliga a considerar una fecha más

temprana para el surgimiento de lo tolteca, al mismo tiempo que plantea nuevas

interrogantes sobre su desarrollo, dentro de lo que enmarcamos lo concerniente a la

arquitectura.

Dentro de este contexto, el periodo en el que se dieron los cambios en el

material utilizado para construir los sistemas de cimentación de la gran plataforma

corresponde al periodo de formación de lo que más adelante será el Recinto

54
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Monumental de Tula Grande, sede del estado tolteca; en concreto, a la adecuación

del espacio para edificar las construcciones más tempranas del lugar,

aproximadamente entre el 700 – 800 d. C., el cual corresponde a una etapa más

temprana que la propuesta anteriormente para el inicio del proceso de urbanización

en Tula Grande, pero es ahí donde se observan las primeras manifestaciones

cerámicas de grupos del bajío.

Con respecto a las cronologías propuestas para Tula, hay que resaltar que

presentan algunas discrepancias, ya que la propuesta cronológica desarrollada por

Cobean sitúa la fundación y funcionamiento del Centro Ceremonial de Tula Grande

dentro del periodo considerado eminentemente Tolteca –fase Tollan-, en una fecha

posterior al auge del Centro Ceremonial denominado Tula Chico, identificado como el

centro rector del periodo de tradición Coyotlatelco.

Contrario a esto, la cronología de desarrollo de Tula Grande propuesta por

Sterpone y Equihua nos indica que la fundación del Recinto Monumental se produjo

en fechas más tempranas a la fase Tollan, ya que las primeras estructuras edificadas

de las que conforman el Recinto se sitúan dentro del periodo considerado

tradicionalmente como Coyotlatelco, con lo cual se refuerza la hipótesis de que

ambos centros rectores coexistieron como tales durante algún tiempo y que hubo

una transición paulatina como centro rector de la ciudad entre uno y otro, más que un

cambio abrupto en el que repentinamente se abandona un centro y se erige otro,

como se ha considerado hasta ahora, por lo que también el cambio de una tradición

cultural a otra debió efectuarse de forma más compleja que la sustitución de una por

otra; es por ello que al inicio del apartado correspondiente se hace énfasis en que el

desarrollo del estado Tolteca se debe a una serie de procesos que inician mucho

55
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

antes del 900 d. C. y que se ven enriquecidos con las constantes migraciones de

grupos humanos con tradiciones culturales diversas, que se integran y originan la

tradición cultural tolteca, con todas y cada una de sus características particulares.

A su vez, esto permite situar la fundación del estado tolteca en fechas más

tempranas de las hasta ahora consideradas –si consideramos que el Recinto

Monumental de Tula Grande es la evidencia material de la cultura tolteca y que el

Edificio B, el más temprano, es la estructura arquitectónica más representativa de “lo

tolteca”-, lo cual no hace mas que permitirnos ahondar un poco más en la

complejidad de los diversos procesos que se sucedieron durante el Epiclásico en el

Altiplano Central.

Por supuesto, ambas cronologías no son necesariamente excluyentes, ya que

son el resultado de momentos diferentes de estudio y análisis 6, por lo que los

diversos datos que manejan pueden no sólo contrastarse, sino complementarse para

aumentar el conocimiento que tenemos sobre el desarrollo de un pueblo que es el

referente para las culturas del Posclásico.

Con respecto a las investigaciones realizadas en Tula, son realmente pocas

las que se han efectuado en el Recinto Monumental, de las que la labor de Acosta

durante veinte años sigue siendo la más importante.

Y relativo a la arquitectura, los estudios han partido de las observaciones

sobre su planeación y estructuración interna, sobresaliendo los estudios sobre traza

urbana y arquitectura doméstica, además de los que la abordan desde una

perspectiva estética y estilística. Respecto a la arquitectura monumental, sólo

6
Con todo lo que ello implica: enfoques, objetivos y metodologías diversas, que corresponden a
diferentes momentos dentro del desarrollo de la investigación arqueológica.

56
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

pueden mencionarse los trabajos de Acosta y el realizado por Héctor Patiño (1994)

que es prácticamente el único que habla sobre los procesos de desarrollo

arquitectónico del sitio, si bien se enfoca en el estudio de Tula Chico.

Entonces, las excavaciones realizadas en 1997 precisamente en el Recinto

Monumental, dan la oportunidad de efectuar un análisis de los sistemas de

cimentación de las estructuras que, a lo largo del tiempo, conformaron el centro

ceremonial de Tula Grande; y proporcionar una panorama del proceso de desarrollo

de la parte norte del centro urbano, a partir del desarrollo de las estructuras donde se

inicio ese proceso de urbanización.

El desarrollo arquitectónico de Tula Grande y los principios arquitectónicos

referentes a este análisis se revisarán en el capítulo siguiente.

57
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

58
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CAPÍTULO III. LA ARQUITECTURA EN MESOAMÉRICA, ASPECTOS

GENERALES

En este capítulo se propone una descripción general de la arquitectura de los

pueblos prehispánicos, principalmente de la Cuenca de México, para proporcionar un

marco de referencia que permita entender las diferentes manifestaciones

arquitectónicas que tienen lugar en Tula Grande, que van desde la ubicación,

planeación y edificación de las diversas estructuras, a partir de los diversos factores

que confluyen para conformar y desarrollar una metrópoli como lo fue la capital

tolteca.

Para realizar el análisis pertinente a este trabajo, se parte de la explicación de

los elementos que conforman la arquitectura prehispánica, incluyendo diversas

formas de las edificaciones, los sistemas de construcción y los materiales utilizados

para este propósito, hasta llegar a la descripción y análisis de la arquitectura de Tula

y, de manera particular, al desarrollo arquitectónico del Grupo Norte del Recinto

Monumental y de los materiales empleados en las estructuras estudiadas.

III.1. ARQUITECTURA PREHISPÁNICA

Como ha sido señalado por diversos autores, en la arquitectura de un pueblo

pueden encontrarse reflejadas las interrelaciones existentes entre los diferentes

aspectos de su cultura, tales como los medios de subsistencia, la tecnología, la

organización social, la religión, el arte y la guerra, entre otros (Cobean, 1982), los

que aunados a los organismos vivos y al hábitat, actúan condicionando las formas y

el desarrollo de las estructuras arquitectónicas (Garza, 1987:9). Es por ello que a

59
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

partir del análisis de la arquitectura pueden estudiarse las relaciones que se

establecen entre estos distintos factores y, por ende, entre sus diversos procesos de

desarrollo, puesto que cualquier cambio en alguno de los factores dentro de la

estructura de la sociedad, tendrá repercusiones notorias en la concepción y

construcción de las distintas estructuras (Messmacher, s/f, en: Garza, 1987:9).

Pero la arquitectura monumental es, ante todo, el reflejo de la identidad

cultural de sus pobladores, ya que en ella se encuentra simbolizada su ideología “y

las inherentes prácticas rituales que se infieren del uso y función de los espacios

arquitectónicos, generados dentro de una composición que intercala los grandes

volúmenes de sus edificios con áreas abiertas, formando una unidad” (Getino y Cid,

2000:89).

Con base en ello, puede decirse que la distribución de los espacios juega un

papel muy importante, y principalmente el espacio exterior, puesto que los cuerpos

construidos se agrupan generalmente alrededor de una plaza, y aún dentro de las

unidades habitacionales, las viviendas y sus componentes se construyen siguiendo

el mismo patrón, es decir, alrededor de un patio, con sus entradas viendo hacia éste.

De acuerdo con lo que se ha estudiado de la tradición cultural en

Mesoamérica, las ciudades se planeaban y edificaban siguiendo una traza urbana

regida en gran medida por factores ideológicos, y en este sentido, que la influencia

del conocimiento de algunos astros como el Sol, Venus y la Estrella Polar es notoria,

constituyendo un factor de importancia que debe considerarse al estudiar los

procesos de desarrollo de los asentamientos urbanos prehispánicos, ya que “la

observación de los astros y la consecuente generación de sistemas calendáricos

60
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

tuvo un papel fundamental en la organización espacial de los asentamientos”.

(Getino y Cid, 2000:91)

Entre los estudios que se han realizado sobre la conformación de la

arquitectura en Mesoamérica destacan los realizados en Teotihuacan, pues en esta

urbe se encuentran varios elementos que después se verán reproducidos en distintas

partes de Mesoamérica, como la traza urbana con una orientación de 17º al este del

norte astronómico, que ha servido a los estudiosos del tema para definir “la familia de

los 17º” (Aveni, 2000; en: Getino y Cid, 2000:91); o el del diseño e implementación

del sistema de cimentación a base de cajones que ha sido observado en un gran

número de ciudades prehispánicas -como en Tula, Hidalgo-, por Noel Morelos al

estudiar los procesos de producción de espacios y estructuras en Teotihuacan,

abordando la manera en que la ideología, la organización social, los modos de

producción y la disposición de recursos determina la conformación del espacio

urbano (Morelos, 1993).

Para facilitar su estudio, la arquitectura mesoamericana se ha dividido en

pública y doméstica, con base en el uso que se les daba a las construcciones y a la

función que tenían dentro la estructura social.

III.1.1. ARQUITECTURA PÚBLICA

La arquitectura monumental se considera de carácter público por el uso y la

función que debe desempeñar dentro de la sociedad. Se inicia con la formalización

de los espacios constructivos, ya que cumple con fines específicos dentro de la

comunidad que la habita, puesto que es ahí donde se llevan a cabo los procesos que

involucran el funcionamiento y desarrollo de la sociedad (Covarrubias, 2003:15).

61
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Estas construcciones se realizan generalmente con materiales duraderos,

como la piedra y el barro –sedimentos y suelos-, por lo que se requiere la

participación organizada de un sector importante de la comunidad. Esto implica, a su

vez, que la comunidad cuenta con recursos económicos, fuerza de trabajo y un

cúmulo de concepciones preestablecidas en cuanto al funcionamiento y la forma

arquitectónica, y de conocimientos específicos sobre las características de los

materiales que constituyen su medio entorno, y la forma en que pueden ser utilizados

para la construcción.

En consecuencia, la arquitectura que encontramos dentro de los sitios

arqueológicos, generalmente sitios ceremoniales, es arquitectura pública, como en el

caso que nos ocupa.

III.1.2.- ARQUITECTURA DOMÉSTICA

Debido a que la arquitectura pública es el objeto de este estudio, no se

abundará en la arquitectura doméstica, por lo que únicamente mencionaremos que

está constituida por las construcciones en las que se realizan las actividades

cotidianas, como dormir, cocinar, entre otras, incluyendo actividades productivas

artesanales o de otra índole, es decir, las casas-habitación, los talleres, entre otros

(Manzanilla, 1986). Generalmente se realiza con materiales perecederos, aunque no

en todos los casos, como es el caso de las unidades habitacionales teotihuacanas,

que se hicieron con materiales duraderos.

62
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

III.1.3.- ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS

En la arquitectura mesoamericana, se considera como “elemento básico” al

basamento (Marquina, 1999:14), mismo que generalmente se supone se origina

imitando las formas naturales del paisaje y que, si bien al principio tiene

posiblemente un carácter funcional constructivo, como protección contra

inundaciones o para reducir los efectos de la humedad ascendente, con el tiempo se

transforma en un elemento jerarquizante (puesto que indica un uso determinado del

espacio); que “evoluciona hacia una organización y estructuración como forma

arquitectónica en razón de una voluntad continuada y perseguida conscientemente

de masa y monumentalidad” (Robina, 1959: 617).

Los basamentos tienen su antecedente en las plataformas mediante las cuales

se nivela la superficie del terreno y se levanta su nivel para evitar inundaciones; pero

conforme aumentan en importancia y altura, se hace necesario también aumentar su

capacidad para soportar el peso de la construcción que recibirá en su coronamiento,

por lo que generalmente se le proporciona a la construcción una inclinación cercana

al ángulo de deslizamiento del material con que se construye, para lograr una mayor

estabilidad. Con el tiempo, se incrementa la complejidad de los diversos sistemas de

refuerzo de los basamentos, todos con la tendencia a evitar el desplazamiento de los

taludes por los empujes laterales generados por los rellenos, a los que hay que

agregar la acción de su propio peso y el de las edificaciones que sostienen.

En general, estos sistemas consistían en formar un núcleo 7, tan comprimido

como fuera posible, de barro fuertemente compactado, o de piedra aglutinada con

barro; y para evitar el deslizamiento se utilizaban grandes piedras, algunas de las


7
El núcleo es la parte central, el relleno interior de un basamento artificial (Gendrop, 2001:148).

63
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

cuales podían estar empotradas en el suelo, o troncos de árbol dentro del núcleo,

que transmitían la carga de los edificios al relleno que servía de cimentación, y en

algunos casos por muros transversales de barro, cocido en el mismo lugar, mismos

que servían también para reforzar la estructura del mismo basamento, que al final se

revestía con piedra labrada y mortero de cal. (Marquina, 1999:15).

Así, la función constructiva de un basamento es, en general, la de soportar un

templo o conjunto que a veces se reduce a un recinto abierto, limitado por muros de

poca altura y, por debajo del basamento, se localizan los cajones de cimentación que

soportan el peso de la estructura –lo referente a la cimentación se abordará en el

apartado siguiente-.

En otro sentido, los basamentos prehispánicos tienen además una fuerte

connotación simbólica, pues sintetizan los principios cosmogónicos fundamentales

“ya que representan el vínculo entre los planos cosmogónicos y el lugar central

donde confluyen los cuatro rumbos horizontales (López Austin, 1995).

Las escaleras de acceso se forman, en los basamentos más antiguos, con

grandes piedras y tierra apisonada, o se extienden en forma de rampas;

posteriormente se emplea piedra labrada asentada sobre una cama de mortero de

cal-arena. Generalmente sobresalen del basamento. (Marquina, 1999:15)

Los templos o construcciones que ocupan la parte superior de los basamentos

se asientan sobre una plataforma de poca altura con su correspondiente escalinata,

dejando al frente una explanada para la celebración de ceremonias. Se componen

esencialmente de un aposento que funge como adoratorio, con acceso a través de

un vestíbulo que se comunica con el exterior. También puede estar rodeado por un

corredor o una serie de cámaras. (Marquina, 1999)

64
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Los muros generalmente son de barro, con un grueso aplanado de hormigón

formado de pequeñas piedras y cal, aplanados con estuco y pintados de brillantes

colores. La ornamentación de piedra y de estuco ofrece una gran variedad de formas

y se extiende sobre los muros y en frisos a la altura de los techos. (Marquina, 1999).

Para los techos se utilizaban vigas de madera apoyadas directamente en los

muros, sobre las que se colocaban transversalmente morillos, que a su vez se

cubrían con esteras tejidas y un grueso aplanado de hormigón, semejante al de los

pisos, con la pendiente necesaria para el escurrimiento del agua. Cuando el espacio

era más amplio, se utilizaban pilares o columnas de mampostería con núcleo de

madera o de piedra labrada, sobre los que corría un arquitrabe de madera para

soportar el techo. (Marquina, 1999).

III.2. SISTEMAS Y MATERIALES CONSTRUCTIVOS

Podemos entender como un sistema constructivo al conjunto de normas,

técnicas y procedimientos implicados en la consecución de una estructura

arquitectónica (Villalobos, 1986-a: 41); que van desde la construcción de los

cimientos, hasta el acabado final de la edificación; por lo que en este apartado nos

referiremos a la manera en que se construyeron los edificios estudiados, incluyendo

las técnicas empleadas y los materiales utilizados.

Desde el punto de vista estructural, pueden distinguirse dos partes principales

en una edificación: la superestructura y la subestructura. La primera sería el edificio

en sí, y la segunda la constituirían los cimientos.

Los elementos arquitectónicos que conforman una edificación pública

prehispánica se describieron en el apartado anterior, por lo que ahora se verán los

65
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

elementos subestructurales.

III.2.1 CIMENTACIÓN

Puede decirse que el sistema de cimentación es el conjunto de procedimientos

para cimentar un edificio. Las características del cimiento serán las que, en gran

medida, proporcionarán estabilidad y durabilidad a la estructura, por lo que su

realización fué uno de los mayores problemas a los que se enfrentaron los

constructores prehispánicos, sobre todo en la arquitectura monumental. Es por ello

que nos interesa estudiar de qué manera fue resuelta esta problemática en el caso

concreto del Recinto Monumental de Tula, Hidalgo.

Por cimiento se entiende a la base artificial, sólida e inmóvil, generalmente

bajo tierra, que sirve para sustentar un edificio y repartir sus cargas o empujes al

terreno, con la finalidad de sustentar las estructuras garantizando la estabilidad y

evitando daños a los materiales estructurales y no estructurales.

De acuerdo a la manera en que transmite la carga, los cimientos pueden ser

superficiales, cuando transmiten la carga al suelo por presión bajo su base sin

rozamientos laterales de ningún tipo y su anchura es igual o mayor que su

profundidad, y profundos, cuando transmiten la carga al suelo por presión bajo su

base, pero pueden contar, además, con rozamiento en el fuste. Pero en un sentido

más completo, la cimentación también incluye al suelo y a la roca sobre los que se

construye (Gendrop, 2001:53; Flamand, 1995:279).

Una cimentación debe tener una profundidad adecuada para prevenir los

efectos ambientales (heladas, humedad, los cambios volumétricos estacionales, la

erosión del suelo por corrientes de agua y/o viento); asimismo, deben resolver el

66
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

problema de asentamientos diferenciales, para evitar deformaciones e inclinaciones

de la superestructura; y deben ofrecer seguridad contra las fallas y fracturas en la

misma (que pueden ser la falla estructural de la cimentación y/o la falla por

capacidad del suelo de apoyo). En conjuntos de construcción intensiva, deben

considerarse también las estructuras adyacentes para minimizar el posible daño por

las operaciones de construcción en éstas, o por la transmisión de cargas adicionales

al terreno (Flamand, 1995: 281-282).

Con base en diversos estudios, los tipos de cimentación prehispánicos pueden

clasificarse básicamente en:

1.- Consolidación del terreno por apisonado: Consiste en compactar lo más

posible el terreno por apisonado, para desplantar, sin más, las estructuras. Este

sistema se utilizaba para construcciones de poca altura, como adoratorios sencillos,

plataformas de un solo cuerpo, altares, bases para sostener algún elemento

importante y otras construcciones similares (Gussinyer, 1974:36).

2.- Plataforma de cimentación: Se trata de plataformas construidas para

soportar una estructura, que además servían para elevar el nivel del terreno y

adecuarlo a las características necesarias para el desplante de la o las estructuras.

El procedimiento general consiste en formar una superficie elevada, plana y lisa, con

el núcleo tan comprimido como sea posible; ya sea de barro mezclado con agua y

fuertemente apisonado, o de piedra aglutinada con el mismo material, que tiene la

función de soportar, como extensa base de apoyo, el peso provocado por la

construcción superior (Gendrop, 2001:161; Marquina, 1999:15 y Gussinyer, 1974).

3.- Cimentación por pilotes o estacas: Este sistema se utiliza en terrenos

poco estables, como los de Tenochtitlan; se trata de clavar en el suelo una gran

67
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

cantidad de troncos para consolidar el terreno. El espacio entre estaca y estaca varía

de acuerdo con el peso a soportar (Ídem).

4.- Cajones.- Actualmente, cuando se requieren cimentaciones de mayor

sección, se utilizan cilindros o cajones de cimentación. Los cilindros son, como su

nombre lo indica, cimientos construidos en forma de cilindro, que posteriormente se

rellena. Los cajones de cimentación son en forma de paralepípedo, con anchos que

van de los 3 a 6 m., o aún mayores. Este tipo de cimentación es utilizada cuando se

necesita reducir los asentamientos diferenciales a un nivel mínimo. Los cajones se

construyen adyacentes unos a otros, abarcando toda el área de cimentación, y

conformando en conjunto una especie de retícula 8. Hay evidencias de que en la

época prehispánica se utilizó un sistema de cimentación realizado con cajones,

similar al antes descrito, en sitios como Teotihuacan y Tula (Morelos, 1993; Flamand,

1995, Sterpone, 1997-2000).

Figura 11. Tipos de cimentaciones profundas (Flamand, 1995:284).

8
Retícula: Conjunto de hilos o líneas que conforman pequeños cuadros y que se ponen en un
instrumento óptico para precisar la visual.

68
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

III.2.2 SECUENCIA CONSTRUCTIVA

Entendemos como secuencia constructiva el orden en el que fueron

depositados los materiales para conformar la estructura arquitectónica. Es decir, la

secuencia constructiva iniciaría con la adecuación del terreno sobre el que se realiza

la construcción, la hechura de la cimentación, la edificación de la estructura

arquitectónica y las distintas superposiciones a la estructura que se dan a lo largo del

tiempo, hasta conformar el conjunto final estudiado.

En el caso de los edificios estudiados en Tula, se han encontrado

subestructuras producto de edificaciones anteriores al conjunto de la Fase Tollan,

que no han sido exploradas; parte de ellas son las que constituyen nuestro objeto de

estudio.

III.2.3 MATERIALES CONSTRUCTIVOS.

En una construcción pueden utilizarse diversos materiales, dependiendo del

tipo de estructura a edificar, del sitio en el que se vaya a desplantar, de los recursos

materiales y de la fuerza de trabajo con los que se cuente, así como de elementos

culturales como la ideología, complejidad social, entre muchos otros; por lo que la

elección de los materiales constructivos de una estructura determinada puede

proporcionar información valiosa sobre la sociedad que la crea, pues es el reflejo de

los aspectos ya mencionados que intervienen en su creación y ejecución.

Los materiales utilizados por los constructores prehispánicos se constituyen

por diversos tipos de rocas, sedimentos, madera, y las diferentes mezclas y formas

que de ellos se derivan. Como aglutinante se usó el barro y en ocasiones el estuco;

para la ornamentación, la piedra tallada y el estuco, conformando superficies lisas y

69
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

bajorrelieves; era frecuente la aplicación de pintura (tierras y pigmentos) sobre el:

estuco, sobre la piedra y sobre los aplanados (Soto 1992).

Otro material ampliamente utilizado para la construcción fue el adobe. Se

designa como adobe a un bloque constructivo hecho de sedimentos de arcilla, limo y

arena mezclado con materia orgánica, moldeado y secado al sol. El sedimento es

rico en arcilla -silicatos de aluminio, feldespato, cuarzo y mica- por lo que es fraguado

químicamente al mezclarse con agua (Gendrop, 2001:11; Villalobos, 2006:30).

La utilización del adobe como elemento constructivo tiene una gran tradición

desde épocas tempranas del desarrollo de la humanidad y se encuentran ejemplos

de su utilización por prácticamente todo el mundo en diferentes épocas y culturas,

por lo que es un elemento que cuenta con una tradición histórica de más de 6000

años9.

En México, la técnica de elaboración prehispánica descrita por Sahagún en la

Historia general de las cosas de la nueva España, se ha mantenido hasta la

actualidad sin grandes cambios, por lo que aún es posible observarla en algunas

poblaciones rurales (Moya, 1982:34).

El proceso de fabricación del adobe se inicia con la elección y extracción de la

tierra (suelos y/o sedimentos), a la que se despoja minuciosamente de todo tipo de

impurezas. En seguida se hace una mezcla de tierra, agua y materia orgánica –

generalmente paja, aunque a veces su agrega estiércol-, la cual facilita la cohesión y

consistencia, y frena la tendencia a resquebrajarse por retracción, mejorando sus

9
Información disponible en:
http://www.la_almenara.com/agenda/cultura_popular/7_cultura_popular/7_cultura
_popular.htm y http://www.valladolid_es.info/adobe.htm

70
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

cualidades. La mezcla se vacía sobre un molde de madera (gradilla) humedecido

previamente para evitar que la mezcla se pegue a él, se reparte y se alisa, retirando

el exceso, se deja fraguar y, ya sin el molde, se seca al sol durante varios días. Esta

mezcla se moldea con facilidad mientras está húmedo, pero cuando se seca es

prácticamente indeformable (Jose, 2002; Rivera y Muñoz, 2005; Villalobos, 2006:30)

III.3. ARQUITECTURA DE TULA, HIDALGO

La arquitectura de Tula presenta cambios esenciales en su secuencia y

sistemas constructivos, que son indicativos de los diversos periodos de desarrollo

que experimentó el centro urbano, y que a su vez puede asociarse a cambios o

movilidad de alguno o varios factores dentro de la estructura social, que podrían

abarcar diversas esferas de la sociedad.

En este caso, se sabe que el periodo en el que se gesta y desarrolla el Estado

Tolteca es un periodo de gran movilidad cultural, ya que se efectúan grandes

movimientos de reacomodo poblacional, que incluyen la llegada de grupos

provenientes del Bajío, con una cultura “norteña”, de la Costa del Golfo; de filiación o

influencia huasteca, así como procedentes del sureste, entre muchos otros; que se

asientan y fusionan con la población ya establecida, dando origen a nuevas

características culturales que posteriormente conforman lo que conocemos como

tolteca.

Entre los elementos que proporcionan las características propias de la

arquitectura tolteca, podemos mencionar las salas con columnas –como en el Edificio

3 y el Edificio K-, el uso de pórticos antepuestos a un basamento piramidal -como el

Edifico B-, el Coatepantli o Muro de Serpientes, el Tzompantli, el Chac Mool,

71
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

elementos de los que se han encontrado antecedentes más tempranos en el Bajío,

dentro de la cultura Chalchihuites (Hers, 1989; Braniff y Hers, 1998); pero que

también están presentes en Chichén Itzá, en el área maya.

Pueden también identificarse otros elementos “toltecas” con una clara

influencia de otras regiones, como la existencia de un templo dedicado a Ehécatl de

planta circular en El Corral, similar a los de la Huasteca (Figueroa Silva, 2003).

No obstante, todos estos elementos se conjugan en tiempo y espacio para

originar la mítica Tollan Xicocotitlan, con características que le son propias y que

después serán retomadas por diversos grupos en el posclásico.

III.3.1 DESARROLLO URBANO

Los trabajos de Mastache y Crespo indican que la traza urbana de Tula se

transformó siguiendo distintas orientaciones, que indicarían los periodos de

crecimiento y desarrollo de la ciudad: Coyotlatelco, Tolteca A y Tolteca B (Mastache

y Crespo, 1982)

El asentamiento de Tula Chico, en la época Coyotlatelco, seguía una

orientación norte-sur. La arquitectura de este periodo deriva directamente de la

arquitectura Coyotlatelco y representa una fase temprana del desarrollo

arquitectónico que se observa durante los periodos siguientes (entre el 700 – 950 d.

C.) (Mastache y Crespo, 1982; Patiño, 1994).

En el periodo Tolteca A es cuando se establece el patrón de 17 o de desviación

al este en la construcción de los edificios que conforman el Recinto Monumental de

Tula Grande, que determinó la traza general de la ciudad desde la Fase Corral

Terminal (900-950d. C.) Esta fase se identifica como una fase Tollan temprana,

72
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

donde la arquitectura Coyotlatelco “pudo sobrevivir como la arquitectura de Tula”

(Rodríguez, 1994:174), pues, exceptuando las dimensiones, los materiales y las

técnicas de construcción de la tradición arquitectónica de la cultura Coyotlatelco,

están bien representados en la arquitectura de Tula (fase Tollan Temprana), como lo

evidencia el Edificio B (Mastache y Crespo, 1982; Patiño, 1994).

Durante Periodo Tolteca B, en que se da la máxima extensión de la ciudad y

corresponde a la Fase Tollan (950-1150/1200 d. C), la desviación cambia

significativamente, pues es de 18o al oeste. También se observa un cambio

significativo en los materiales y técnicas utilizadas en las estructuras arquitectónicas,

por lo que se identifica como una subfase Tollan tardía (Mastache y Crespo, 1982;

Getino y Cid, 2000; Patiño, 1994).

III.3.2. TRAZA URBANA

Como se ha visto, en Mesoamérica el trazo de las ciudades estaba

íntimamente ligado con la ideología de la población, por lo que “obedece a patrones

establecidos que toman en cuenta las direcciones por donde aparecen y

desaparecen los astros, determinando así la orientación de sus edificios principales,

(la cual) se ve complementada con la referencia hacia los cerros distintivos que se

levantan en el propio lugar donde se construyeron los centro urbanos” (Aveni, 2000;

en: Getino y Cid, 2000)

Por lo anterior, la orientación de los edificios principales está determinada por

la posición de ciertos astros rectores en el firmamento, tomando como referencia a

las montañas o cerros del entorno; y es ésta orientación la que se utiliza para

determinar el trazo principal de las ciudades (Broda, 1991; en: Getino y Cid, 2000).

73
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Esto ha originado la propuesta de agrupar varias ciudades prehispánicas del

Altiplano Central cuyo eje de orientación oscila entre los 15 o y 20 o al este del norte

en la “familia de orientaciones de los 17o “, que sería una tradición que existe desde

el Clásico en Teotihuacan y se continúa hasta el Posclásico, incluyendo Tula (Ídem).

El patrón de orientación de los edificios B y C del Recinto Monumental de

Tula, Hidalgo, presenta una desviación de 17 o al este del norte astronómico, por lo

que algunos autores la incluyen dentro de la “Familia de los 17o “ y proponen que su

planeación y edificación se realizó siguiendo una tradición establecida por

Teotihuacan, ya que “la alineación de los edificios principales de Tula Grande sigue

un patrón similar al que se implantó en Teotihuacan, siguiendo un eje de trazo que

une sus puntos centrales con respecto a la estrella Polaris, que señala en norte

astronómico” (Getino y Cid, 2000:99)

De acuerdo con estudios al respecto realizados por Getino y Cid, para el caso

de Tula, el Edificio B fue el eje rector para el trazo original del Recinto, siendo

probablemente la estrella Polaris y Venus los astros rectores que determinaron la

edificación del Recinto Monumental de Tula Grande; esto indicaría que el Edificio B

fue el primero en edificarse dentro del Recinto, regido por Venus y la Estrella Polaris.

Cabe recordar que el Edificio B se ha relacionado con el culto a

Tlahuizcalpantecuhtli, cuyo símbolo es precisamente Venus, la estrella matutina y

vespertina. Esto permite proponer que la urbe se construyó siguiendo una tradición

constructiva que ya se observa en Teotihuacan y se mantiene vigente en el

Posclásico en Tula (Getino y Cid, 2000:102).

74
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

III.3.3. EL RECINTO MONUMENTAL

Figura 12. Plano de Tula Grande con los nombres de las estructuras arquitectónicas

señaladas (Cortesía de Sterpone)

75
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Como ha sido señalado por diversos investigadores, como Cobean y

Mastache, entre otros, la plaza principal de Tula Grande se compone de dos

conjuntos de edificios distribuidos alrededor de la plaza de tal manera que forman

dos escuadras, una en la parte noreste y otra en la parte suroeste de la misma,

quedando los accesos en las esquinas noroeste y sureste, respectivamente, como se

muestra en la siguiente figura (Fig. 13):

Figura 13. Croquis de Tula Grande con las dos secciones en escuadra señaladas. Modificado
de: Juárez, Malena, Arqueología Mexicana No. 7, Vol. II, abril-mayo 1994, p. 22.

76
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

En la parte noreste y sobre una misma plataforma se localizan el Edificio 3 o

Palacio Quemado y el Edificio B o Templo de Tlahuizcalpantecuhtli con sus

plataformas Anexas. En la esquina de la escuadra se hallaba el Edificio 1 o Palacio

de Quetzalcóatl, y yendo hacia el sur los Edificios 4, C y J. En la parte suroeste de la

plaza, se localiza el Juego de Pelota 2 y el Edificio K.

La evidencia obtenida en las excavaciones de 1997-2000 permite decir que la

Gran Plataforma sobre la que se asientan los tres primeros edificios (Fig. 14), se

construyó mediante el sistema de cimentación de cajones, con muros de piedra y el

relleno de piedra y tierra, en etapas tempranas, y con muros de adobe y el relleno de

piedra y tierra en algunas ampliaciones posteriores (Sterpone, 1999; Equihua, 2003);

se abundará con mayor amplitud al respecto cuando se aborde el sistema

constructivo en la parte norte del Recinto.

Figura 14. Panorámica del Grupo Norte. Se aprecia la Gran Plataforma sobre la que se
desplantan el Palacio Quemado y el Edificio B. Tomado de: Calderwood, Michael, Arqueología
Mexicana No. 72, Vol. XII, marzo-abril 2005, p. 80.

77
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 15. Esquema del Grupo Norte del Recinto Monumental, donde se resalta la ubicación
de la Gran Plataforma.

Hacia el norte de la plaza, los Edificios B y 3 acotan, junto con el Juego de

Pelota 1, la Plazoleta Norte. Todos los edificios del lado norte conforman el Grupo

Norte.

Los edificios considerados para este estudio son el Edificio B, el Edificio 3, las

Plataformas Anexas al Edificio B y la Gran Plataforma sobre la que se desplantan,

cuyas características veremos a continuación (Fig. 15).

78
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

III.3.3.1 El Edificio B o Templo de Tlahuizcalpantecuhtli

Se acepta que la estructura conocida como Edificio B fue erigida en honor a

Quetzalcóatl, en sus advocaciones como Tlahuizcalpantecuhtli, Señor del Lugar de la

Casa de Venus como Estrella Matutina, y como Ehécatl, Señor del Viento y la

fertilidad agrícola (Noguez, 2001).

Figura 16. Edificio B, lado sureste.

Figura 17. Edificio B, lado noroeste.

79
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Se trata de un basamento escalonado de cinco cuerpos en talud poco

inclinado, con base cuadrada de aproximadamente 36 m. de lado el primer cuerpo,

33 m. el segundo, 31 m. el tercero, 29 m. el cuarto y 25 x 26 m. el último; cada uno

de ellos con una altura de 1.9 m, lo que le da al edifico una altura total de 9.5 m

(Figs. 16 y 17).

La escalinata se coloca en el lado sur10, de cara a la plaza principal. La parte

superior de la estructura fue totalmente destruida y no se conservan huellas del

edificio que se levantaba sobre ella, pero se infiere una gran similitud con el Templo

de los Guerreros en Chichén Itzá, Yucatán (Marquina, 1999:155; López, 1993:124).

Frente al edificio, hacia el sur, se extiende un gran pórtico del que sólo se conservan

las huellas de los pilares de planta cuadrada en el piso de estuco, formando tres filas

de catorce pilares cada una, y que en su extremo este se extienden hacia el sur,

dándole la forma de “L”, o escuadra que lo conecta con el Edificio C. (Marquina,

1999).

Los datos obtenidos por el Proyecto de Investigación y Mantenimiento

Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo en 1997, han permitido

observar el proceso de desarrollo que tuvieron los edificios del Grupo Norte,

principalmente los Edificios 3 y B, encontrándose al menos tres etapas de desarrollo:

La primera etapa o Etapa I (circa 700/750-800 dC) se inicia con la

construcción de la gran plataforma sobre la que se desplanta el Edificio B, y el

edificio mismo. El edificio de esa primera etapa es el que se encuentra expuesto

10
La escalinata del edificio fue reconstruida por Acosta durante sus intervenciones, ya que el Edificio
B estaba destruido en gran parte y presentaba un pozo de saqueo muy extenso que prácticamente lo
dividía en dos (Acosta, 1956-57).

80
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

actualmente, pues las etapas posteriores de crecimiento no se conservaron 11. De

acuerdo con las excavaciones de 1997, hacia el lado Este del Edificio B, el piso se

extendía por aproximadamente 20m y terminaba en un talud que descendía más de

2 m de altura hacia una explanada o plaza (Sterpone, 2005 y comunicación personal;

Equihua, 2003). Más adelante, se levantó el piso de esa plaza hasta alcanzar el nivel

del talud, rellenándose todo ese espacio para formar una nueva plaza12.

En la Etapa II (circa 800-975 dC) se observa una remodelación en el Edificio

B, que es recubierto con un revestimiento de talud y tablero, aumentando su

volumen. Hacia el lado Este, el piso es rellenado hasta alcanzar el nivel del Edificio

B, al que se le adosan una serie de Plataformas Anexas, y es entonces que se

decora el edificio con las conocidas lápidas en bajorrelieve con águilas, zopilotes,

jaguares y coyotes. Justamente, lo que actualmente se observa en el sitio es el

resultado de la exposición de las diferentes estructuras sobrepuestas.

Durante la Etapa III (circa 975 dC) se observa una nueva ampliación y

remodelación de las estructuras, se rellenan las Plataformas Anexas y el Edificio B

se rodea con un muro perimetral de adobe, que servirá de base para una nueva

estructura monumental. Durante este periodo, se cierran los muros de adobe y se

rellena todo con el mismo material, cubriendo todas las estructuras anteriores y

transformándose en un edificio de mayores dimensiones que probablemente estuvo

asociado al Palacio de Quetzalcóatl, que se construyó sobre el relleno de las

11
Posteriormente, esta construcción sirve de núcleo para otras dos etapas constructivas en las que se
observan una serie de ampliaciones y modificaciones, hasta convertirse en el Edificio tolteca descrito
por Acosta, con gran similitud con el Templo de los Guerreros de Chichén Itzá. La evidencia de esas
superposiciones la constituyen las lajas lisas y con bajorrelieves que se conservan en una parte de la
estructura (Acosta, 1956-1957; Sterpone, 2005).
12
Es precisamente de este relleno del que proceden las muestras utilizadas para este trabajo.

81
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Plataformas (Sterpone, comunicación personal); también se construye el Vestíbulo

con forma de L adosado al lado sur del Edificio, integrando como un solo conjunto

arquitectónico a los Edificios B y 3. Este edificio fue totalmente destruido por los

diversos factores erosivos, pero aún se aprecian los muros de adobe rodeando al

Edificio B y las Plataformas Anexas. Tampoco se conserva el Palacio de

Quetzalcóatl, que se encontraba justo sobre las Plataformas Anexas que presentan

la decoración de bajorrelieves (Acosta, 1956-57, Sterpone, comunicación personal).

Figura 18. Esquema que muestra las etapas de desarrollo del Edificio B. Corte E-W

82
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 19. Esquema de una vista panorámica de la Gran Plataforma y el Edificio B durante la
Etapa I. (Cortesía de Sterpone)

83
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

II.3.3.2 Plataforma Anexa

Figura 20. Plataforma Anexa, lado norte.

La Plataforma Anexa es una estructura adosada al Edificio B. Se construye

como parte de una ampliación hacia el Este de dicho edificio, en una etapa posterior

a su edificación (Etapa II). La estructura presenta, en su lado norte, dos momentos

claramente diferenciados, el primero está acabado con un recubrimiento a base de

lajas de piedra lisas –sin adornos, que son las que hoy se exhiben en el Sitio (Fig.

20) –, y el siguiente momento correspondería a la ampliación del Edificio B en el cual

se agrega el recubrimiento con bajorrelieves.

Esta estructura también sirvió, en épocas más tardías, como parte de la

cimentación sobre la cual se edificó el Palacio de Quetzalcóatl, hoy desaparecido

(Acosta, 1956-57, Sterpone, comunicación personal).

84
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

III.3.3.3 El Edificio 3 o Palacio Quemado.

Figura 21. Palacio Quemado, visto desde el Edificio B.

La construcción de este edificio es posterior a la edificación de la Gran

Plataforma y el Edificio B, pero se consideró para este estudio porque se desplanta

sobre la Gran Plataforma y durante las excavaciones del Proyecto de Investigación y

Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo, se

encontraron evidencias de un edificio subyacente, con la misma distribución espacial

de las tres salas, pero de menores dimensiones y sin evidencia de columnas, que

sería el antecedente inmediato del Palacio Quemado, que se considera un Primer

Palacio y que podría estar asociado a alguna de las ampliaciones y remodelaciones

que sufrió el edificio B (Stepone, 2000 y comunicación personal; Equihua; 2003).

Se trata de un edificio de planta rectangular, localizado en la parte superior de

la gran plataforma que conforma, junto con el edificio B, el límite norte de la plaza

principal de Tula Grande (Fig. 21).

85
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

La estructura que lo forma consta de tres salas amplias de planta

cuadrangular con un techo sostenido por columnas y vigas, cada una de las cuales

tiene en la parte central un patio hundido sin techar, a manera de impluvium13.

Adosados al muro norte de las salas se construyeron varios cuartos, y alrededor del

conjunto se edificó un vestíbulo con columnas (Sterpone, 2000:13).

De acuerdo con los informes de Acosta sobre las excavaciones realizadas en

Tula, “el Coatepantli, el Palacio Quemado y el Palacio de Quetzalcóatl fueron

construidos sobre los vestigios de numerosos edificios y obras arquitectónicas

subyacentes al gran piso construido para habilitar y cambiar la imagen de este

sector urbano” (Sterpone, 2005), por lo que para edificar el Palacio Quemado se

utilizaron como cimientos las estructuras anteriores que fueron rellenadas para

conformar una nueva plataforma sobre la que se desplanta el edificio.

III.3.3.4 SISTEMA CONSTRUCTIVO

En la descripción de las excavaciones efectuadas en la Plazoleta Norte,

Sterpone (2005) menciona que “se encontraron tres estratos verticales de los muros

este, sur y oeste de un sistema de cimentación de retícula construidos con lodo y

grandes trozos de tepetate” mismos que identifica como el de cajones o cajas, pero

que prefiere llamar cimentación de retícula 14. Los muros tienen 60 cm de ancho, y el

espacio interno entre los muros es de 2.20 m (de E a W) x 2.60 m (de N a S)

(Sterpone, 2005; Equihua, 2003:57).

13
Impluvium: Espacio descubierto en medio del atrio de las casas romanas, por donde entraban las
aguas de la lluvia, las cuales eran recogidas en un pequeño depósito que había al centro. Ciertos
vestíbulos o patios de unidades habitacionales teotihuacanas, toltecas, etc., que presentan soluciones
similares (Gendrop, 2001:111).
14
Puesto que se trata de cajones adyacentes, que en conjunto semejan una retícula.

86
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Más adelante registra el hallazgo de otra cimentación similar, subyacente a la

anterior, con muros de adobe de 60 cm de ancho, formando un compartimiento de

2.8 por 2.1 m. Los bloques de adobe medían 39 cm de ancho, 40 cm de largo y 12

cm de alto. También se encontró este tipo de cimentación en la estratigrafía de la

Plataforma Anexa al Edificio B (Sterpone, 2005; Equihua, 2003:58) (Figs. 22 y 23).

Figura 22. Muros de adobe de un cajón de Figura 23. Muro do adobe de un cajón de
cimentación de la Plazoleta Norte. cimentación de la Plazoleta Norte.

Asimismo, las excavaciones de 1997-2000 mostraron que la Gran Plataforma

sobre la que se desplantan los edificios B y 3 tienen el mismo sistema de

cimentación, sólo que los muros que forman los cajones son de piedra y el relleno de

piedra y tierra, como se muestra en las Figs. 24, 25 y 26. Los muros encontrados en

las excavaciones del Edificio 3 son de 60 cm de ancho (Equihua, 2003:40)

87
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 24. Cajones de piedra del sistema Figura 25. Muros de un cajón de
constructivo. cimentación, sin el relleno.

Figura 26. Relleno de piedra grande, piedra chica y tierra.

También reporta un gran número de subestructuras, que a su tiempo fueron

rellenadas para conformar nuevos sistemas de cimentación, como los ya descritos,

para nuevas edificaciones, hasta lograr la conformación del espacio y de los

volúmenes que se aprecian en lo que hoy denominamos Tula Grande (Sterpone,

1999).

88
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

De acuerdo con Mohedano y Soto15, el sistema constructivo de Tula se

constituye de la siguiente manera:

Se rellenaron las depresiones del terreno con piedra suelta, para conformar

una plataforma16, sobre la cual se construyó un “deleznable” piso de estuco, sobre el

que se edificó la estructura o basamento. Los basamentos piramidales fueron

construidos a partir de uno o dos cuerpos escalonados por sus cuatro costados, a

manera de armazón, cuyo relleno seguía un sistema de módulos17 dispuestos así:

una cama de piedras grandes, otra de piedras pequeñas, una de tierra, y así

sucesivamente hasta alcanzar el volumen deseado. El núcleo de la estructura se

realizó con cantos rodados amarrados con lodo. El sistema de adentro hacia afuera

se constituyó mediante un relleno de piedras y tierra formado por capas más o

menos regulares, una capa de piedras irregulares pero amarradas con lodo, una

capa de piedras irregulares pero bien acomodadas y unidas entre sí con lodo y, entre

espacio y espacio, piedras más largas que emergen del plano exterior para amarrar

el revestimiento. Los muros se construyeron mediante la edificación de un arranque

en talud y después en sentido vertical hasta alcanzar la altura deseada –similar al

sistema talud-tablero teotihuacano-. El recubrimiento del muro se hacía con piedras

irregulares cortadas y una capa de piedras blancas amarradas con lodo o bien

cubiertas de losas rectangulares, talladas y estucadas. (Soto, 1992:2-3).

15
Soto (1992) retoma la descripción efectuada por Hugo Mohedano, quien trabajó con Acosta en
Tula.
16
Aunque en investigaciones recientes –y como se describe anteriormente-, al menos en la parte
norte del Recinto, las plataformas se constituyeron a base de cajones de cimentación.
17
Acosta (1956-1957) describe este sistema de relleno como un sistema terciado de piedra grande,
piedra chica y tierra.

89
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

La técnica constructiva tolteca se ha considerado “defectuosa y deleznable”

porque los materiales genéricos empleados fueron: el adobe, la piedra y el ladrillo;

como mortero se usó el barro y en ocasiones el estuco; para la decoración y

ornamentación se utilizaron piedra tallada (Figs. 27 y 28), estuco, aplanados de lodo

y pintura (Soto 1992:3).

Figura 27. Revestimiento de lajas lisas. Figura 28. Revestimiento con bajorrelieve.

De igual manera, Héctor Patiño (1994) realiza una descripción de la manera

en que está conformado el Edificio B, el cual dice que constituye “un complejo

sistema de núcleo, apisonados de amarre, lozas (sic) y marcos de piedra cortada

para la fachada” (Op. Cit., p.137).

Sobre el núcleo del edificio va “un relleno de piedra y lodo compactado (arcilla

al 90% batida sin vegetal), eventualmente la piedra se va terciando, es decir, en los

primeros 50 cm. (aprox.) se colocan piedras de mayores dimensiones, encima de

90
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

éstas (otros 50 cm. aprox.) se coloca piedra grande y mediana, con ocasionales

piedras chicas, posteriormente se colocan medianas y chicas en los últimos 50 cm.

(aprox.) y finalmente, se le coloca un apisonado de lodo (encima del cual debió

colocarse un piso de estuco para entrecalle) logrando un alzado de 1.60 m. (aprox.) –

en una primera apreciación el material pétreo consiste de piedra irregular sin

modificación aparente, en tepetate, cantera y caliche, piedra de río, piedra braza y

lajas de basalto, con los tres tamaños antes mencionados: grande, mediana y chica.

En general, el sistema tablero/talud se apoya sobre su respectivo relleno, el cual a su

vez, se coloca sobre el muro seco para núcleo del edificio B. Sobre el relleno y

amarradas con lodo (muy compactado) se colocaron las lozas (sic) y lápidas

enmarcadas en piedras cortadas, actuando estas últimas como marco para la

fachada exterior” (Ídem), cuyo sistema de elaboración consiste en “montar las lozas

(sic) de abajo para arriba en un paramento en talud (unos 80 cm. de alto y 40 cm. de

ancho) apoyado sobre el relleno (al parecer sobre una banqueta) y penetrando un

apisonado que a su vez se apoya en un piso/apisonado de estuco, hacia arriba de

este paramento se colocaron, para formar el tablero, una serie de canteras cortadas

completando y emparejando la parte alta de las lozas (sic) del paramento, encima de

la cual se coloca la parte inferior del marco para las lápidas; línea de piedras

cortadas (aproximadamente 10 cm. de ancho y largos variables: más o menos 12-24

cm.) a lo largo de la fachada, este marco inferior es horizontal y sirve de apoyo tanto

a las lozas (sic) como a sus marcos verticales, sobre la parte superior de las lozas

(sic) se tiende otro marco horizontal con las mismas características del anterior,

sobre este marco horizontal intermedio se colocan las lozas (sic) y sus respectivos

marcos verticales, en la parte superior se cierra una cornisa de piedras cortadas

91
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

acostadas, a manera de marco horizontal superior (alcanza a entrar en la entrecalle

unos 30 cm.), la cual es una entrecalle horizontal (1.24 m. de ancho), en donde

comienza otro paramento en talud y tablero” (Ibídem, pp.137-138).

III.3.3.5 MATERIALES CONSTRUCTIVOS

Durante el recorrido que se realizó para caracterizar el material geológico del

sitio, se realizó también la caracterización de los materiales utilizados para la

edificación de los edificios estudiados, mismos que se describen a continuación.

En el Edificio B se observan cantos rodados de gran tamaño de basalto,

andesita y riolita, principalmente. Las lajas del revestimiento son de riolita, basalto,

andesita y toba. Los bajorrelieves de los tableros están tallados en toba y aún

conservan partículas de estuco del recubrimiento (Figuras 29 y 30).

Figuras 29 y 30. Edificio B. Se observa el núcleo en la parte superior y las lajas del
revestimiento con bajorrelieves.

En la parte expuesta de la plataforma que desplantó al Edificio 1, misma que

limita al Corredor de la Plataforma Anexa por el norte, se observa el sistema

92
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

constructivo basado en lajas de roca de tepetate (material petrocálcico), y hacia el

fondo, en la parte Norte y Este del Corredor se observan cantos rodados y

fragmentos de roca de composición diversa, consolidados para permitir la visita del

sitio (Figs. 31 y 32).

Figura 31. Corredor de la Plataforma Anexa. Se observan cantos y fragmentos de roca de


composición diversa.

Figura 32. Otra vista del Corredor de la Plataforma Anexa. Se observan cantos
rodados y a la derecha lajas de tepetate.

93
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

En el corredor que separa la Plataforma Anexa del Edificio 1, es posible

observar la utilización en gran medida de lajas de tepetate (Figs. 33 y 34).

Figura 34. Fragmentos de tepetate

Figura 33. Lajas de tepetate.

La Plataforma Anexa también muestra ese sistema constructivo y los mismos

materiales (Fig. 35).

Figura 35. Lado norte de la Plataforma Anexa, se aprecia el núcleo y parte de revestimiento.

94
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figuras 36 y 37. Lajas del revestimiento de la Plataforma Anexa y Edificio B de diversa


composición.

De tal manera que se observa que el material constructivo utilizado en las

edificaciones de Tula Grande se compone de cantos de río de origen volcánico y

fragmentos de rocas ígneas extrusivas, así como tepetate y tierra.

Otro elemento importante lo constituye el adobe, también ampliamente

utilizado para la construcción de edificios, tanto para los muros de los edificios como

para los que constituyen los cajones de cimentación. Un ejemplo de ello se muestra

en las figuras 38 y 39, que muestran un fragmento de un muro de adobe de grandes

dimensiones, dado su grosor, que se desplantó en el lado sur del Edificio B.

Como se describió en el apartado que trata sobre los materiales constructivos

prehispánicos, el adobe se compone de sedimentos ricos en arcillas, limos y arenas,

mezclados con materia orgánica, utilizados para fabricar bloques de diversos

tamaños que son empleados para la construcción de las estructuras arquitectónicas.

95
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figuras. 38 y 39. Fragmento de un muro de adobe en el lado sur de la Plataforma Anexa, se


aprecian las hiladas de adobes.

RESUMEN DEL CAPÍTULO

Como se indicó al principio del capítulo, el estudio y comprensión de la

arquitectura es de suma importancia para el análisis de una sociedad, por los

diversos factores de la misma que intervienen en su concepción, mismos que se ven

reflejados en las estructuras. En este sentido, el conocimiento, tanto de los

elementos que conforman la arquitectura prehispánica, de los sistemas de

construcción y de los materiales utilizados, adquiere relevancia, puesto que de ellos

dependerá, en gran medida, la conformación y permanencia de las estructuras

arquitectónicas.

Entre los elementos arquitectónicos que constituyen el Recinto Monumental de

Tula Grande, destacan la Gran Plataforma, construida a base de cajones de

cimentación, sobre la que se edificaron los Edificios 3, B y sus Plataformas Anexas.

Otro elemento relevante es el basamento que constituye el Edificio B y los diversos

sistemas de plataformas utilizados durante las diferentes ampliaciones y

96
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

remodelaciones que sufrió el espacio urbano para conformar la gran capital tolteca.

Estos elementos permitirán un acercamiento a la comprensión de los diversos

procesos de desarrollo cultural de los pobladores que construyeron y habitaron la

antigua urbe de Tula y que quedaron plasmados en la consecución y desarrollo

arquitectónico de la misma.

El desarrollo arquitectónico del Recinto Monumental de Tula Grande muestra

una continuidad arquitectónica durante las épocas tempranas de construcción y las

posteriores, puesto que la conformación de la Plaza no presenta cambios

sustanciales en cuanto a la distribución espacial de las estructuras, principalmente de

las que componen la parte norte, puesto que mantienen la misma orientación y

aparentemente el mismo sistema constructivo. El cambio más perceptible es el

mencionado en los materiales utilizados para la construcción de las ampliaciones

mencionadas.

La Gran Plataforma sobre la que se desplantan los edificios analizados en

este trabajo se edifica en épocas tempranas y posteriormente únicamente sufre

algunas ampliaciones y modificaciones que no cambian su conformación dentro del

espacio que ocupa en la plaza. Asimismo, los edificios que se sustentan sobre la

plataforma se edifican con un patrón determinado y tampoco presentan cambios

sustánciales en su traza y orientación. El Edificio B es el más temprano de los que

conforman el Recinto Monumental y es el que sirve de patrón para la traza de la

cuidad, por lo que tampoco hay cambios en su orientación, aunque en el transcurso

del desarrollo de la ciudad presenta ampliaciones hacia el lado Este, mismas que

conforman las Plataformas Anexas. A este respecto, también se ha visto que el

Edificio B inició su construcción en fechas más tempranas a las que se consideran

97
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

para el inicio del periodo tolteca, ya que la edificación del la Gran Plataforma y del

Edificio B se establecen entre el 700/750 dC y las ampliaciones y remodelaciones

que dan lugar a las Plataformas Anexas ocurren entre el 800-975 dC, con lajas en

bajorrelieve, además de un muro perimetral de adobe que posteriormente será la

base de una nueva remodelación para aumentar las dimensiones del edificio,

probablemente asociado al palacio de Quetzalcóatl –Edificio 1-, esto último cerca del

final de la fase de ocupación tolteca.

Respecto al sistema constructivo, cabe mencionar que, de acuerdo con las

excavaciones del “Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la

Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo”, en Tula Grande, la gran plataforma sobre la

que se desplantan tanto el Edificio B con su Plataforma Anexa, como el Palacio

Quemado, no se limita a la fabricación de un simple apisonado, sino que fue

realizada mediante un complejo sistema de cimentación a base de cajones, formados

por muros de piedra y rellenados con capas de piedra superpuestas en un sistema

terciado de piedra grande, piedra chica y tierra. Asimismo, la ampliación hacia el Este

de dicha plataforma sobre la que se construyó posteriormente la Plataforma Anexa

que va adosada al Edificio B, se construyó siguiendo el mismo sistema de cajones,

sólo que los muros se hicieron con adobe y el relleno con tierra compactada –tal y

como se describe en el planteamiento del problema-.

En la descripción de la conformación del Edificio B realizada por Patiño (1994)

no se describe su sistema constructivo, dicha descripción prácticamente se

circunscribe a la manera en que está puesto el revestimiento de la estructura, sin

abordar la manera en que está conformado su núcleo, al que sólo se refiere como

“complejo” sin proporcionar una mayor descripción. Esto seguramente se debe a

98
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

que, dada la importancia que tiene dicho edificio dentro del sitio arqueológico, no ha

sido explorado al interior, y las intervenciones que ha tenido han sido con objetivos

de consolidación, restauración y preservación, principalmente, por lo que no se ha

realizado ninguna excavación sobre el núcleo que permitiera aportar datos concretos

sobre su sistema constructivo. Asimismo, no se hace ninguna mención de la gran

Plataforma sobre la que se desplanta el edificio.

No obstante, y con base en la información obtenida, puede decirse que el

sistema constructivo del Edificio B debe ser complejo que la mera acumulación de

materiales -como puede percibirse de las descripciones anteriores-, ya que la

resistencia y durabilidad de la estructura es una muestra de que el sistema utilizado

era realmente efectivo y con una planeación y metodología producto de un verdadero

conocimiento de la problemática que presentan las cargas y los empujes horizontales

en este tipo de edificaciones, las formas de construcción arquitectónica y la

utilización de los materiales de construcción. Seguramente a la percepción simplista

y superficial de los problemas y de las soluciones dadas, se deben las numerosas

descripciones del sistema constructivo tolteca como “deleznable” 18 observadas en

publicaciones especializadas entre las que se incluye la cédula explicativa del museo

de sitio de Tula.

En cuanto a los materiales utilizados, se observa que fueron aprovechados los

provenientes del entorno inmediato. Se utilizaron cantos rodados del río Tula,

compuestos principalmente por fragmentos de rocas volcánicas como riolita, andesita

18
Deleznable: que se rompe, disgrega o deshace fácilmente (Gendrop, 2001:71). Poco durable,
inconsistente, de poca resistencia. Despreciable, de poco valor (Encarta, 1993-2004). La aplicación de
este término generalizando con él a toda la arquitectura tolteca, provoca una apreciación poco grata
de la misma, evitando que se valore en su justa dimensión.

99
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

y basalto, entre otras; el horizonte petrocálcico del suelo del entorno conocido como

roca de tepetate y la capa de toba que compone la loma sobre la que se desplanta el

sitio. También se aprovecharon las diversas capas de sedimentos como relleno o

como materia prima para la fabricación de adobes, muy utilizados para la

construcción, tanto de los cimientos, como de los edificios.

Las rocas y el material suelto denominado suelo y sedimento que está sobre

ellas, constituyen los elementos constructivos básicos, por lo que en el capítulo

siguiente se verá a profundidad la conformación y propiedades (físicas, químicas y

mecánicas) de los diversos materiales que se conocieron y utilizaron para la

construcción de los diversos edificios realizados por los pobladores prehispánicos de

los actuales sitios arqueológicos, entre los que se incluye, desde luego, la antigua

Tollan-Xicocotitlan; para comprender cómo estas propiedades se manejan y adecuan

a las diferentes necesidades de las construcciones y cómo inciden en todas las

características que presentan, tanto el sitio donde se emplazaron las estructuras

arquitectónicas, como las mismas estructuras, tales como funcionalidad, estabilidad

estructural y durabilidad, así como los diversos factores de afectación que pudieran

ser importantes para explicar el problema que da pie a esta investigación y que tiene

que ver estrechamente, no sólo con los procesos sociales que generaron las

diversas obras de ampliación y remodelación de las estructuras estudiadas, sino

también con los proceso naturales que de alguna manera propiciaron los

asentamientos diferenciales en los pisos de la construcción que subyace a la

Plataformas Anexa al Edificio B, que se observaron durante las excavaciones.

100
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CAPÍTULO IV. EL SUELO COMO MATERIA PRIMA.

Como se ha mencionado, los materiales utilizados en las construcciones

mesoamericanas provienen de la corteza terrestre, por lo que puede definirse a la

roca y al suelo como las materias primas con las que están edificados los sitios

arqueológicos. Entonces, resulta fundamental conocer las propiedades físicas y

químicas del suelo para poder caracterizar las propiedades de los materiales que se

encuentran formando parte de las estructuras, así como el comportamiento mecánico

del mismo, que permitirá además una mayor comprensión del comportamiento del

sitio sobre el cual se asientan dichas estructuras y, considerando a estas últimas

como un continuum del suelo, obtener una idea general del comportamiento de todo

el sitio.

Existen varias formas de entender al suelo, dependiendo de las cualidades de

éste que constituyan nuestro ámbito de estudio. Así, resaltando el valor de los

nutrimentos que contiene –fundamental para la agricultura-, lo que incluye tanto los

productos de la descomposición de los vegetales como los elementos contenidos en

las rocas y que las plantas extraen, se define como la capa superficial de la corteza

terrestre que contiene minerales, materia orgánica, aire, agua y los nutrimentos

necesarios para sostener y permitir el desarrollo de las plantas (FitzPatrick, 1985).

Para la Geología, el suelo es el material no consolidado de la corteza terrestre,

constituido por una combinación de fragmentos de roca intemperizados por los

agentes naturales y el material biológico. Se forma fundamentalmente a partir de las

rocas del subsuelo y los detritos procedentes de otros sitios, a veces muy remotos

101
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

(Busbey et. al., 1997:56).

Edafológicamente, el suelo es la parte superficial de la corteza terrestre, en

contacto con la atmósfera y sometida a la acción de la erosión (mecánica y química)

de los animales y de las plantas, lo que produce alteración y disgregación de las

rocas.

Desde el punto de vista de la Ingeniería, se considera suelo a “cualquier

material no consolidado compuesto de partículas sólidas, incluyendo líquidos y

gases, abarcando todos los depósitos sueltos o moderadamente cohesivos (gravas,

arenas, limos y arcillas) hasta areniscas parcialmente cementadas y lutitas suaves”

(Flamand, 1995:15).

Para los efectos de este estudio, se considera al suelo como la capa

superficial de la corteza terrestre que contiene minerales, materia orgánica, aire,

agua y los nutrientes necesarios para dar sostén y desarrollo a las plantas

superiores, en contacto con la atmósfera y sometida a la acción de la erosión

(mecánica y química) de los animales de las plantas, lo que produce la alteración y

disgregación de las rocas. Se constituye por material no consolidado, que incluye

partículas sólidas, líquidos y gases, abarcando todos los depósitos sueltos o

moderadamente cohesivos, tales como gravas, arenas, limos y arcillas, hasta

areniscas parcialmente cementadas y lutitas suaves.

Los componentes inorgánicos del suelo son las rocas superficiales,

desintegradas y descompuestas por una serie de factores naturales.

Las rocas a su vez se componen de varios minerales, y según su composición

y origen, se clasifican en ígneas, sedimentarias y metamórficas. Estas rocas son

degradadas por el intemperismo, lo que origina que se forme en su superficie una

102
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

capa que, aunque ha sido alterada por los diversos agentes naturales, conserva en

gran medida sus características de composición, conocida como corteza de

intemperismo, la que se disgrega por acción de agua y viento originando partículas

sueltas, a las que denominamos sedimentos. Los sedimentos que se producen

sufren diversos procesos que dan origen a la formación del suelo.

El término sedimento, del latín sedimentum: asentado, se refiere a un material

en suspensión, ya sea en el aire o en el agua, o recientemente decantado de una

suspensión; en este sentido, el sedimento tiene un significado dinámico pues

significa movilidad (Corrales, et. al. 1977, en Córdova, 1992).

La sedimentación es el proceso por el cual el sedimento o partícula se

deposita en cierto lugar. Este proceso también engloba, además de la decantación

física, la precipitación química y orgánica (Córdova, 1992: 13).

IV.1. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y QUÍMICAS DEL SUELO.

IV.1.1.- COLOR

Comúnmente, el color del suelo es determinado por la cantidad y el estado del

hierro y/o de la materia orgánica. El color rojo de muchos suelos desarrollados en

condiciones fuertemente aeróbicas de zonas tropicales y subtropicales es producido

por la hematita (Fe2O3). Esta sustancia normalmente se presenta en partículas muy

pequeñas y bastan cantidades reducidas de la misma para producir un color intenso.

En suelos aeróbicos la mayor parte de la coloración inorgánica es producida por la

geothita (FeO-OH), que tiene un color que va del pardo rojizo al amarillo, a medida

que aumenta su hidratación. Las formas altamente hidratadas amarillas y pardo-

amarillentas son a veces conocidas como limonitas.

103
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

En suelos de situaciones parcial o completamente anaeróbicas se presentan

muchos colores grises, olivo y azul, que se originan por la presencia de hierro en el

estado reducido o ferroso. En esas condiciones a veces se pueden formar sustancias

de color azul como la vivanita, contribuyendo así a la coloración.

Generalmente, el color de los horizontes superiores cambia de pardo a pardo

oscuro y a negro a medida que aumenta el contenido de materia orgánica y ésta

tiende a tomar un color más oscuro al aumentar la humificación. También el pH y el

contenido de cationes pueden ejercer, ya que los horizontes ácidos pobres en calcio

y materia orgánica a menudo son de color claro, mientras que en presencia de

grandes cantidades de calcio o de sodio, se forman más colores oscuros, aún con

cantidades pequeñas de materia orgánica. Los colores oscuros son producidos

también por la presencia de bióxido de manganeso o la de carbón elemental después

de la quema.

Los colores gris claro y blanco se originan por la falta de alteración de

materiales maternos de color gris o blanco, depósitos de carbonato de calcio,

eflorescencia de sales o como resultado de la remoción de hierro, dejando

cantidades significativas de minerales de colores claros, como cuarzo, feldespatos y

caolinita. De ordinario, cada horizonte presenta su propio rango de colores específico

y bastante estrecho. Más aún, la mayoría de los horizontes muestran cierta

variabilidad de color dentro de la misma unidad pedológica, pero cuando es pequeña

por lo general se pasa por alto. Por otra parte, en algunos horizontes las

combinaciones marcadas de colores son características distintivas (FitzPatrick, 1985)

104
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Para determinar el color del suelo se utiliza la notación de Munsell, la cual es

una designación sistemática con letras y números de cada una de las tres diferentes

propiedades del color: intensidad, valor y matiz. (Millar, 1981).

Dentro de la actividad arqueológica, la identificación de la coloración del suelo

se ha abocado principalmente a estudiar los diversos tipos de actividad humana

(determinación de áreas de actividad).

En este sentido, la coloración negra puede deberse a la presencia de carbón,

como resultado de las actividades relacionadas con la combustión. Los colores

rojizos pueden ser originados por el calor relacionado también con lugares de

combustión, o por la acumulación de óxidos de hierro, el cual puede ser redistribuido

como consecuencia de la afectación que producen determinados restos

arqueológicos sobre las condiciones oxidantes-reductoras del suelo. También puede

indicar el uso de pigmentos o la presencia de hematita. La coloración gris puede ser

el resultado de inundaciones intensas o la eluviación de hierro. Una coloración

blanca del suelo puede indicar la presencia de materiales como el carbonato y el

sulfato de calcio (calcita y yeso), conchas de moluscos y huesos triturados. La

presencia de carbonato de calcio puede indicar material constructivo a base de cal y

también de concha, mientras que los fosfatos indican la presencia de hueso triturado.

La coloración verde del suelo puede indicar la presencia de compuestos de

hierro reducido, en condiciones intensamente anaeróbicas; mientras que el color azul

verdoso en sitios de ocupación humana puede producirse por la descomposición de

objetos de cobre y bronce (Barba, 1991).

En el presente trabajo, el análisis del color del suelo se enfoca en la

determinación de la composición mineralógica del material utilizado para la

105
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

edificación de los diversos componentes del edificio y su influencia dentro de las

cualidades constructivas del material.

IV.1.2.- TEXTURA

El tamaño relativo de las partículas del suelo se expresa mediante el término

textura, el cual se refiere al grado de finura o al grosor. Las partículas se dividen en

grupos, basándose exclusivamente en su tamaño, denominados separados del

suelo. Estos separados se denominan, de acuerdo a su tamaño, como arenas, limos

y arcillas. Es decir, la textura se refiere a la proporción relativa de arena, limo y

arcilla.

Las partículas de arena son las más grandes, por lo que exponen una

superficie pequeña comparada con la expuesta por un peso igual de partículas de

arcilla o de limo; debido a lo cual la función que tienen en las actividades físicas y

químicas de un suelo es casi insignificante. Su función principal en el suelo es servir

como una estructura alrededor de la cual está asociada la parte más activa del suelo.

Las arenas aumentan el tamaño de los espacios de los poros entre las partículas,

facilitando el movimiento del aire y del agua de drenaje.

El limo tiene, por gramo, un área superficial mayor, una velocidad de

intemperización más rápida y una liberación de nutrimentos solubles para el

crecimiento vegetal mayor que la arena. Sus partículas se sienten suaves,

semejantes a un polvo y tienen poca tendencia a reunirse o adherirse a otras

partículas.

La fracción de arcilla, en la mayoría de los suelos, se compone de minerales

que difieren mucho en composición y propiedades en comparación con la arena y el

106
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

limo. La cantidad de arcilla en un suelo tiene una gran influencia sobre su capacidad

total de retención de agua. Además, ciertos nutrimentos disponibles están retenidos

en la superficie de las partículas de arcilla.

Un suelo nunca está compuesto solamente de un separado, sino que contiene

cantidades variables de éstos, por lo que para clasificarlos texturalmente se agrupan

con base en la proporción de los diferentes separados presentes. Estos grupos se

designan como clases de suelos, los que se denominan de acuerdo con el separado

o separados que más contribuye a sus características.

Generalmente, se necesita una cantidad muy grande de partículas gruesas

para ejercer mucha influencia sobre las propiedades del suelo como la que ejerce

una cantidad relativamente pequeña de arcilla. La arcilla es el separado más potente

impartiendo sus propiedades a una mezcla de separados, por lo que el adjetivo

arcilloso -o sus derivados- se encuentra en el nombre de muchas clases de suelos

que contienen un mayor porcentaje de otros separados que de arcilla.

Las proporciones de los separados en cada clase usada comúnmente en la

descripción de suelos están dados en el triángulo de texturas (fig. 40).

La suma de los porcentajes de arena, limo y arcilla en cualquier punto del

triángulo es 100. Las diferentes clases de suelos se separan una de otra por líneas

de división bien definidas en la figura, pero sus propiedades no cambian

abruptamente en estas líneas divisorias, sino que una clase varía dentro de las

clases vecinas de textura más gruesa o más fina.

Debe considerarse que el nombre de la clase describe únicamente la

distribución de partículas por tamaño. La plasticidad, la rigidez, la permeabilidad, la

sequedad, la fertilidad y la productividad pueden estar relacionadas con las clases de

107
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

texturas en una región geográfica determinada; pero debido a la gran variación que

puede existir en la naturaleza mineralógica de los separados, no pueden hacerse

generalizaciones amplias de todos los suelos.

Figura 40. Triángulo de las Texturas (Foth, 1997:40).

La proporción y magnitud de muchas reacciones físicas y químicas de los

suelos dependen de la textura, ya que ésta determina el tamaño de la superficie

sobre la que ocurren las reacciones. La determinación de la cantidad de las

diferentes partículas presentes en el suelo se denomina análisis mecánico o análisis

del tamaño de las partículas.

Las propiedades físicas de un suelo, principalmente la textura, tienen mucho

que ver con la capacidad que tienen para muchos usos a los que el hombre los

108
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

sujeta. La rigidez y la fuerza de sostenimiento, en condiciones húmedas y secas, la

capacidad de drenaje y de almacenamiento del agua, la plasticidad, entre otros,

están íntimamente relacionados con la condición física del suelo. Por ello, es

necesario conocer hasta qué punto y por qué medios pueden alterarse esas

propiedades.

Para este análisis, la determinación de la clase textural a la que pertenece el

material analizado nos permitirá conocer cuál es la fracción de partículas dominante

y la que determina sus propiedades físicas y químicas, lo que a su vez servirá para

evaluar algunas de sus cualidades como material constructivo –plasticidad,

permeabilidad, resistencia, durabilidad, estabilidad estructural, entre otras- y al

mismo tiempo observar si dicho material procede del entorno inmediato y las

modificaciones que sufrió.

IV.1.3.- DENSIDAD APARENTE

La densidad aparente del suelo es el peso por unidad de volumen del mismo,

secado en estufa. Incluye las partículas sólidas del suelo y el espacio poroso.

Comúnmente se expresa en gramos por centímetro cúbico. La densidad aparente de

los suelos superficiales de textura fina comúnmente se expresa entre los límites 1.0

al 1.3. Los suelos superficiales de textura gruesa estarán entre los límites de 1.3 a

1.8. El mayor desarrollo de la estructura en los suelos de superficie de textura fina se

considera para su densidad más baja al compararla con suelos más arenosos (Millar,

1981; Sánchez, 2005).

Los suelos orgánicos tienen muy baja densidad aparente en comparación con

los suelos minerales. Existe una considerable variación, dependiendo de la

109
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

naturaleza de la materia orgánica y el contenido de humedad en el momento del

muestreo para determinar la densidad aparente. Son comunes valores entre 0.2 a

0.6 g/cm3 (Millar, 1981).

La compactación reduce el espacio poroso total y aumenta la densidad

aparente. Las labores agrícolas aumentan el espacio poroso y disminuyen la

densidad aparente.

IV.1.4.- DENSIDAD REAL

La densidad real del suelo es la masa de una unidad de volumen de partículas

del suelo (sin considerar el espacio poroso).

Aunque la densidad individual de los minerales del suelo presenta variaciones,

la densidad de partículas en suelos minerales -cuarzo, feldespatos y silicatos

coloidales- es casi constante y varía de 2.60 a 2.75 g/ml.

Si hay presencia de minerales pesados poco frecuentes -magnetita, zirconio,

turmalina y hornablenda-, la densidad de las partículas del suelo puede ser mayor de

2.75.

El tamaño y arreglo de las partículas del suelo no afectan la densidad de

partículas, pero la materia orgánica que pesa mucho menos de un volumen igual de

sólidos minerales si influye en la densidad real.

Algunos suelos superficiales de alto contenido orgánico y mineral, pueden

decrecer en su densidad de partículas hasta 2.4 g/ ml. Los suelos superficiales

normalmente poseen densidades de partículas menores que los subsuelos. Los

suelos orgánicos podrían tener densidades de partículas extremadamente bajas

(Ortiz-Villanueva, 1977).

110
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

IV.1.5.- ESPACIO POROSO

Es la porción del suelo no ocupada por partículas sólidas, se ocupan de aire y

agua. El arreglo de las partículas sólidas del suelo determina la cantidad de espacio

poroso. Los suelos arenosos superficiales varían del 35 al 50% de espacio poroso

total, mientras que en los suelos de textura más fina tienen del 40 al 60%. Por tanto,

los suelos limosos y arcillosos tienen un mayor porcentaje de espacio poroso que los

suelos arenosos. Los subsuelos compactos pueden decrecer hasta un 25 a 30% del

espacio poroso total.

Para ese trabajo, la determinación de la densidad del suelo y el espacio

poroso permitirá conocer las características texturales del mismo, lo que a su vez –y

como ya se mencionó- permitirá evaluar las cualidades constructivas del material

estudiado, principalmente en lo concerniente a la estabilidad del material frente a los

diversos procesos tanto naturales como culturales a los que ha sido sometido.

La densidad y el espacio poroso también pueden indicar el tipo de drenaje del

material, el cual influye en sus diversas propiedades. Un mal drenaje provoca la

retención de humedad, con la consecuente afectación del agua a la estabilidad de la

estructura y a las cualidades del material constructivo; un buen drenaje evita la

retención de humedad, lo que ayuda a la lixiviación de las sales, ocasionando que las

partículas que componen las capas de sedimentos sean desbastadas por la acción

del agua, lo que genera un espacio poroso mayor y un reordenamiento de las

partículas, lo que a la larga puede devenir en la aparición de hundimientos y

fracturas.

111
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

IV.1.6.- pH

El pH particular medido en un suelo se debe a un conjunto determinado de

condiciones químicas. Por lo general, los suelos de las regiones húmedas son ácidos

y los de las regiones áridas son alcalinos. En los suelos ácidos, la solución del suelo

contiene más iones hidrógeno (H+) que oxhidrilos (OH-) y en suelos alcalinos, la

solución del suelo contiene más OH- que H+.

El pH se mide en una escala de 1 al 14, los primeros números (1 a 7) miden la

acidez, y los siguientes (7 a 14) miden la alcalinidad. El valor de 7 indica la

neutralidad, ya que este es el valor de pH del agua pura (Millar, 1981).

En condiciones naturales el pH del suelo varía de 4 a 10. Un suelo orgánico,

con alta concentración de ácidos húmicos, tiene el valor más ácido (de 4 a 7),

mientras que un suelo con altos contenido de sales como sulfatos y carbonatos se

acerca a 9. La acidez puede incrementarse debido a la segregación de raíces o por

la acción microbiana, y la alcalinidad cuando predominan ciertas sales de calcio,

magnesio, sodio, etc.

Entre las aplicaciones de la determinación del pH en el estudio arqueológico

está la localización de sitios donde hubo combustiones, como hogueras, anafres,

etc., por lo que los valores altos de pH son indicadores de lugares de preparación de

alimento y de otras actividades relacionadas con el fuego, aún cuando no se

aprecien variaciones de color en el piso. También ayuda a determinar el estado de

conservación del material arqueológico, pues los diferentes materiales se ven

afectados por el grado de acidez o alcalinidad del contexto donde se encuentren

(Barba, 1991).

112
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

En este caso, la determinación del pH del material se enfoca principalmente

en la identificación de materiales geológicos de carácter básico o ácido, ya que

cuando los materiales geológicos básicos entran en contacto con el agua, se

decomponen liberando elementos como Ca, Mg, Na y K, que en presencia de agua

reaccionan fácilmente sufriendo procesos como hidratación, solución e hidrólisis y

general pH básicos; por el contrario, los materiales ácidos liberan estos elementos de

forma escasa, generando pH preferentemente ácidos. Esto permite identificar las

cualidades mineralógicas de los materiales geológicos que sustentan las

construcciones.

IV.1.7.- MATERIA ORGÁNICA

En la naturaleza, la materia orgánica presente en el suelo se origina por los

procesos de descomposición de residuos vegetales y por la síntesis de muchos

compuestos por los microorganismos del suelo. Esta materia orgánica también se

conoce como humus.

En la formación de humus a partir de los residuos vegetales hay una rápida

reducción de los constituyentes solubles en agua, de las celulosas y de las

hemicelulosas, un aumento relativo en el porcentaje de lignina y complejos de

lignina; y un incremento en el contenido de proteínas.

El elevado contenido de lignina y proteína en la materia orgánica es de

particular importancia, pues se ha visto que los suelos con un alto contenido de

arcilla tienden a tener un alto contenido de materia orgánica.

113
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

El humus incluye la masa de residuos vegetales bajo descomposición, junto

con la sustancia celular sintetizada y ciertos productos intermedios y finales

formados. Este está cambiando en su composición constantemente.

Durante la formación del humus algunos constituyentes vegetales se

descomponen totalmente, otros se modifican mayor o menormente y otros sólo

ligeramente. Estos procesos se acompañan por la síntesis de nuevos complejos

(grasas, carbohidratos y proteínas) por los microorganismos.

Generalmente, a medida que se aumenta la cantidad de residuos orgánicos

agregados al suelo anualmente, hay un aumento en el contenido total de materia

orgánica, por lo que puede esperarse que los suelos de los desiertos contengan muy

poca materia orgánica, debido a que las adiciones anuales de ésta, derivadas del

crecimiento de las plantas, son muy pequeñas. Hay un aumento del contenido de

materia orgánica de los suelos a medida en que aumenta le precipitación, lo cual se

acompaña del incremento en la producción anual de materia orgánica (Millar, 1981).

Se ha observado una correlación entre el contenido de arcilla del suelo y el

contenido de materia orgánica. Mientras mayor es el suministro combinado de agua y

nutrimentos se favorece la producción y acumulación de más materia orgánica en los

suelos de textura más fina. La arcilla también absorbe las enzimas de

descomposición que se inactivan. Las moléculas orgánicas absorbidas en las arcillas

están parcialmente protegidas de la descomposición por microorganismos. A medida

que aumenta el contenido de materia orgánica en los suelos, aumenta el contenido

de nitrógeno y de fósforo, ya que son constituyentes importantes de la misma.

Bajo condiciones anaerobias, los residuos orgánicos se acumulan, más que

descomponerse, como se aprecia en el agua superficial de lagos y estanques, lo cual

114
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

es de importancia para la arqueología, ya que algunos pantanos poseen una notable

capacidad de preservación que permite identificar fácilmente los tejidos vegetales y

los granos de polen - por ejemplo -. También se han encontrado cuerpos humanos

bastante conservados de 3000 años de antigüedad en pantanos de turba

(FitzPatrick, 1985).

Un alto contenido de materia orgánica en los sedimentos utilizados para la

edificación de estructuras puede indicar el tipo de material utilizado y la capacidad

tecnológica de los constructores, ya que se adiciona materia orgánica a los

sedimentos para lograr las cualidades plásticas necesarias para la utilización óptima

de los materiales, además de actuar como cementante, como es el caso de los

adobes, que son ampliamente utilizados en Tula.

IV.1.8.- SALINIDAD

La salinidad de un suelo se refiere a su contenido de sales solubles, las cuales

consisten principalmente en varias proporciones de los cationes sodio, calcio y

magnesio, y de los aniones cloruro y sulfato; otros compuestos como el potasio, los

carbonatos, bicarbonatos y nitratos generalmente se encuentran en cantidades

menores.

La fuente más directa de sales solubles son los minerales primarios del suelo,

los cuales son liberados por procesos de intemperismo químico, adquiriendo mayor

solubilidad.

En condiciones de humedad, las sales solubles originalmente presentes en el

suelo y las formadas por la intemperización de minerales, generalmente son

arrastradas a las capas inferiores y finalmente transportadas a los océanos, por lo

115
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

que en regiones de clima húmedo prácticamente no existen suelos salinos,

exceptuando los que han sido expuestos al agua de mar.

En las regiones áridas el lavado es de naturaleza local, ya que la precipitación

pluvial es baja y la evaporación elevada, por lo que las sales no pueden ser

transportadas muy lejos. En consecuencia, los suelos salinos se encuentran

principalmente en zonas de clima árido o semiárido.

Un factor que contribuye frecuentemente a la salinización de los suelos es el

drenaje restringido, el cual puede acompañarse por la presencia de una capa freática

poco profunda o una baja permeabilidad del suelo. Ésta puede deberse a texturas o

estructuras desfavorables o a la presencia de capas endurecida que pueden estar

constituidas por arcilla compacta, por caliche o una capa silícica dura.

Las características químicas de los suelos salinos quedan determinadas

principalmente por el tipo y cantidad de sales presentes.

Se considera que un suelo es salino si la solución extraída de una pasta

saturada del suelo tiene una conductividad eléctrica de 4 mmhos/cm o mayor, a

25°C, con un porcentaje de sodio intercambiable menor de 15; generalmente el pH

es menor de 8.5 (Richards, 1980).

Los suelos cuya conductividad eléctrica es mayor de 4 mmhos/cm, a 25°C y

con un porcentaje de sodio intercambiable mayor de 15 se denominan suelos sódico-

salinos. Este tipo de suelos se forma como resultado de procesos combinados de

salinización y acumulación de sodio. Si el exceso de sales solubles es lavado sus

propiedades pueden cambiar notablemente, llegando a ser idénticas a las de los

suelos sódicos no salinos. A medida que disminuye la concentración de sales, parte

116
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

del sodio intercambiable se hidroliza para formar hidróxido de sodio, que a su vez

puede cambiar a carbonato de sodio (Richards, 1980).

Los suelos sódicos no salinos son los que tienen una conductividad eléctrica

menor de 4 mmhos/cm, a 25°C y con un porcentaje de sodio intercambiable mayor

de 15. Su pH varía entre 8.5 y 10 (Richards, 1980).

Desde el punto de vista arqueológico, determinar la salinidad de los suelos y

sedimentos nos proporciona información sobre los diversos procesos a los que se ha

visto expuesto el sitio, pues como se mencionó, en un clima cálido –como en el que

nos ocupa- con baja precipitación, las sales del suelo sufren lixiviación, por lo que se

depositan en la superficie del suelo y, por ende, del material arqueológico, formando

una capa que puede ser altamente adversa para la conservación del material.

Por supuesto, el contenido de sales solubles del material también afecta sus

cualidades constructivas, pues cuando hay un aumento en la precipitación pluvial,

éstas son arrastradas, con el consecuente aumento del espacio poroso, lo que a su

vez deviene en el reacomodo de partículas y, a la larga, influye también en la

estabilidad y conservación del material y de las estructuras arquitectónicas.

V.1.9.- CARBONATOS

En la naturaleza, los iones bicarbonato se forman como consecuencia de la

solución del CO2 en agua (éste puede ser de origen atmosférico o biológico) y el

agua que contiene CO2 es un agente químico intemperizante muy activo que libera

cantidades apreciables de cationes en forma de bicarbonatos. Los iones carbonato y

bicarbonato están relacionados entre sí, y la cantidad que hay de cada uno es una

117
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

función del pH de la solución. Mayores cantidades de iones carbonato, sólo pueden

presentarse para valores de pH de 9.5 o más altos (Richards, 1980).

Dentro del campo arqueológico, la determinación de carbonatos ayuda a

detectar elementos de origen antrópico, fundamentalmente en la determinación de

áreas de actividad dentro de unidades habitacionales, como lo muestran los trabajos

Barba y Manzanilla en Teotihuacan (Manzanilla, 1993) -entre otros-. Una cantidad

elevada de carbonatos en el suelo puede indicar que se trata de una zona de

preparación de materiales empleados en la construcción -a base de cal y/o concha-,

o de una zona de preparación de alimentos -como el nixtamal-, o de una zona de

talla de concha, por ejemplo.

La determinación de carbonatos para el estudio de las áreas de actividad en

unidades habitacionales puede complementarse con la determinación de color y la

fotografía aérea de baja altura.

En este caso, la evaluación del contenido de carbonatos del material que

compone las estructuras arquitectónicas se relaciona más bien con sus propiedades

estructurales, ya que los carbonatos son poco resistentes a la compresión y su

abundancia genera un pH básico, por lo que un alto contenido puede proporcionar

cualidades poco favorables para la resistencia y durabilidad de los edificios.

IV.1.10.- FOSFATOS

La importancia de la determinación de fosfatos, desde el punto de vista

arqueológico, radica en que el fósforo proviene de tejidos, como tejido óseo, heces

fecales, orina, desechos de carne y piel, etc., por lo que se acumula en las áreas de

ocupación humana, y debido a que, en forma de fosfatos, es un compuesto

118
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

químicamente muy estable, permanece durante mucho tiempo en el sitio en el que se

depositó, lo que permite localizar o delimitar sitios donde hubo asentamientos

humanos. Esto sucede gracias a que el radical fosfato (PO4-3) se fija a las partículas

del suelo muy fácilmente y permanece estable mucho tiempo.

El método de determinación de fosfatos se basa en la extracción del fosfato de

la muestra de suelo mediante la reacción de éste con ácido, formando ácido

fosfórico, el que a su vez se hace reaccionar con algún molibdato, formando

fosfomolibdato, para finalmente producir una reducción de este último y formar así

azul de molibdeno, que es lo que se evalúa en el papel (Barba, 1991).

IV.1.11.- CAPACIDAD DE INTERCAMBIO CATIÓNICO (CIC)

Se denomina intercambio de cationes a la adsorción de un catión por un

núcleo o micela coloidal y la liberación acompañante de uno o más iones retenidos

por la micela. La eficiencia con que un ion reemplaza a otro está determinada por

factores como la concentración relativa o número de iones, el número de cargas de

los iones y la velocidad de movimiento o actividad de los diferentes iones (Foth,

1997).

La fracción coloidal lleva tanto una carga positiva como una negativa, pero en

la mayoría de los suelos la carga negativa tiene una importancia mayor. La CIC es

una expresión del número de sitios de adsorción de cationes por unidad de peso del

suelo. Se define como la suma total de cationes intercambiables adsorbidos,

expresados en miliquivalentes por 100 gr de suelo secado en horno. Un peso

equivalente es la cantidad que químicamente es igual a 1 g de hidrógeno.

Esto se relaciona directamente con la cantidad de coloides presentes en el

119
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

suelo. Todas las partículas menores de 0.1 micrón tienen propiedades coloidales. La

arcilla constituye la fracción más fina del suelo y está en el rango de los coloides.

Las arcillas son partículas cristalinas cuya estructura se compone de capas de

distinta composición y que tienden a la forma laminar, sus elementos principales son

silicio, aluminio, oxígeno e hidrógeno. De acuerdo con la disposición y combinación

de los estratos, se clasifican en tres grupos:(Flamand, 1995:45-46).

Las montmorilonitas, que tienen cristales formados por grupos de estratos

con ligaduras muy fuertes, aunque las ligaduras entre grupos de estratos son débiles,

por lo que los cristales pueden hincharse por la admisión de moléculas de H2O entre

los grupos de estratos, lo que las hace mucho más activas que las de los otros

grupos; las caolinitas, con una estratificación de capas continuas y apretadas a base

de silicio y aluminio que las hace menos activas; y las ilitas, caracterizadas por

contener potasio, con actividad intermedia entre los grupos anteriores.

Químicamente, las arcillas poseen carga negativa, por lo que si en el medio

que rodea la partícula se encuentran cationes, éstos pueden quedar fijados. Este

fenómeno recibe el nombre de adsorción. La adsorción tiene mayor importancia

cuanto más arcilloso es el suelo. La adsorción se manifiesta entre los grupos de

capas de las montmorilonitas e ilitas, lo que las hace muy expansivas (Flamand,

1995: 47).

Cuando la arcilla se expone al agua, que es un líquido polar, los iones de las

capas externas de los cristales se hidratan, provocando un aumento de volumen.

Esta reacción es más acentuada en la montmorilonita, ya que además se hidratan los

cationes que están entre los grupos de capas de cristales, por lo que al ser

sumergida se expande. La película de agua lubrica la superficie de las partículas,

120
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

aumentando su plasticidad y maleabilidad. El espesor de la película depende de los

cationes que contenga la arcilla; el Na proporciona una película muy gruesa, el H una

menor y el Ca una más pequeña, por lo que las arcillas sódicas son plásticas,

viscosas e impermeables, ya que al expandirse se rellenan los poros del suelo,

ocasionando mal drenaje y difícil consolidación (Flamand; 1995:49-50).

Otra propiedad importante de las arcillas es la tixotropía, que es el fenómeno

que permite que la arcilla recupere su antigua resistencia al corte después de ser

moldeada. Al moldearse, las ligaduras fisicoquímicas se rompen momentáneamente

y tendrá menor resistencia al esfuerzo cortante, pero al reposar se restablece la

cohesión y presenta mayor resistencia al esfuerzo cortante (Flamand, 1995: 50)

IV.2. COMPORTAMIENTO MECÁNICO DEL SUELO

En este apartado se proporcionará un panorama general sobre el

comportamiento mecánico del suelo, para entender como los materiales, los

sistemas constructivos y el lugar sobre el que se desplanta una edificación influyen

en su estabilidad estructural, en su funcionalidad y en su conservación.

La Mecánica de Suelos estudia e investiga las interrelaciones en el efecto de

fuerzas en la forma y equilibrio entre una masa de suelo o tierra y las estructuras

erigidas o que tienen relación con el propio suelo, ya sea que constituya la

cimentación de una estructura o que se emplee como material de construcción

(Flamand, 1995:13).

Para poder realizar un análisis del comportamiento mecánico del suelo, deben

conocerse sus propiedades mecánicas, además de las físicas y químicas.

121
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

IV.2.1 PROPIEDADES MECÁNICAS DE LOS SUELOS

IV.2.1.1. ESTRUCTURA

La estructura de partícula es la cualidad que tienen las partículas para

agruparse de alguna forma, dependiendo de sus propiedades y las características de

su origen y formación. En mecánica de suelos se clasifica según la importancia que

tengan los esfuerzos entre los granos del suelo en:

Granular: es una acumulación de partículas sin atracción entre ellas. Se

observa en materiales no cohesivos como arenas y gravas, debido a la gravedad.

Apanalada: Se da en los suelos con cohesión19. Si la cohesión es mayor que

la gravitación, las partículas formarán una estructura parecida a un panal.

Floculenta: Es una estructura tipo panal secundario, que forma agrupaciones

pequeñas o flóculos (Flamand, 1995:52-53).

IV.2.1.2 CONSISTENCIA

La consistencia es la cualidad que tiene la materia de no romperse ni

deformarse con facilidad. (Gendrop, 2001:61)

De acuerdo con el nivel de humedad, una masa de suelo puede presentar

varios estados, por lo que existe una estrecha relación entre la consistencia y la

humedad del suelo.

Si el contenido de agua es muy elevado, se habla de una suspensión muy

concentrada, sin resistencia estática al esfuerzo cortante. Si el agua disminuye, la

resistencia aumenta, hasta alcanzar un estado plástico en el que el material es

fácilmente moldeable. Si continúa secándose, el suelo llega a adquirir las


19
La cohesión es la fuerza de atracción que mantiene unidas a las moléculas (Gendrop, 2001:56)

122
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

características de un sólido, pudiendo resistir esfuerzos de compresión y tensión 20

considerables. (Flamand, 1995:54).

IV.2.1.3 HIDRATACIÓN

Para la mecánica de suelos, es fundamental considerar el efecto que tiene las

aguas en las propiedades del suelo. Dependiendo del estado en el que se encuentre

el agua en el suelo, se denomina:

Composición. Es la que forma parte de los compuestos químicos (por

ejemplo, en el yeso hidratado).

Higroscópica. Es la que se encuentra adherida eléctricamente a las

partículas del suelo.

Capilar. Es la que se encuentra llenando los poros del suelo. La capilaridad

consiste en el ascenso del agua por tubos de pequeño diámetro sobre la superficie

libre del líquido, debido a la acción de la adherencia y la cohesión entre las

moléculas del sólido y el líquido (Flamand, 1995:97-98).

De gravedad. Es la que escurre hacia abajo por la acción de la gravedad.

Fluye dentro del suelo.

20
Esfuerzo es la relación de una fuerza aplicada entre el área sobre la que actúa . Cuando una fuerza
actúa sobre un objeto, existen tres casos:
“1. El esfuerzo de tensión, cuando fuerzas iguales y opuestas tienden a alejarse entre sí, como los
cables de un puente colgante.
2. El esfuerzo de compresión, cuando fuerzas iguales y opuestas se dirigen una hacia la otra, como el
caso de los pilares que sostiene un puente.
3. El esfuerzo cortante, cuando fuerzas iguales y opuestas no tiene la misma línea de acción, como
entre los elementos de un puente bajo la acción del viento.” (Tippens, Paul. Fisica. Conceptos y
aplicaciones. Ed. McGraw-Hill, México, 1985, pp.154)

123
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Debido a la atracción eléctrica de las moléculas, la superficie de un líquido se

encuentra en un estado de tensión permanente, a lo que se conoce como tensión

superficial.

El agua circula dentro del espacio poroso del suelo a una velocidad

extremadamente variable. En general, se consideran dos tipos de flujo

completamente diferentes, el laminar, donde cada partícula se mueve en forma

suave y ordenada sobre una trayectoria definida en la dirección del flujo, la cual

nunca se cruza con el camino de otra partícula; y el turbulento, caracterizado por un

movimiento caótico e irregular de las partículas del fluido (Flamand, 1995:101).

Las trayectorias de las partículas del agua a través del suelo se llaman líneas

de filtración.

IV.2.1.4. PERMEABILIDAD

Se refiere a la propiedad que tiene el suelo de permitir el paso del agua por

sus poros. Esto es muy importante, ya que sirve para calcular el gasto de filtración a

través o por debajo de una presa o dique y el agua que fluye hacia un pozo; para

determinar las fuerzas de filtración y subpresión bajo las estructuras hidráulicas y

aplicarlas, por ejemplo, en análisis de estabilidad de taludes; así como proporcionar

el control de las velocidades de filtración y para estudiar la velocidad de

asentamiento del suelo debido a una sobrecarga (Flamand, 1995: 105-106).

Entre los factores que afectan la permeabilidad, debe considerarse la inclusión

de aire en el espacio poroso, ya que pueden formarse burbujas que impidan el paso

del agua como si fueran partículas sólidas.

124
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

IV.2.1.5. COMPACTACIÓN

Se denomina compactación al proceso de acción dinámica que aumenta la

densidad de un suelo, al mismo tiempo que disminuye su compresibilidad.

La compactación de un suelo es un factor muy importante a considerar dentro

del trabajo arquitectónico, por lo que debe conocerse el nivel de compactación del

suelo y de los materiales estructurales de las construcciones, ya que toda edificación

debe tener la densidad y consistencia suficientes para resistir las fuerzas de empuje,

el intemperismo y la erosión (Ídem).

Existen varios métodos para compactar un suelo, de acuerdo con sus

características.

IV.2.1.6. RESISTENCIA A LA COMPACTACIÓN

La resistencia a la compactación de un suelo puede determinarse por sus

propiedades físicas y químicas, principalmente por la textura, donde los elementos

importantes a considerar son la arcilla y la arena.

Cuando hay mucha arcilla, el material puede ser o no resistente a la

compactación, dependiendo de las condiciones de humedad, ya que cuando la

cantidad de humedad es constante, el material es resistente. Pero cuando hay

variaciones en el contenido de humedad, el material es poco resistente.

Normalmente la arcilla aparece en el suelo como paquetes laminares, los

cuales se comportan como una sola partícula. Como son muy pequeños, generan

mucho espacio poroso, por lo que es capaz de absorber grandes cantidades de

agua, la cual retiene debido a sus cargas negativas. Al salir el agua, el espacio

125
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

poroso que ocupaba queda vacío y las partículas se compactan, generándose

grandes huecos.

Las arcillas como la montmorilonita son capaces de absorber agua entre cada

paquete laminar, por lo que la desestabilización es mayor y más rápida.

La arena influye en la compactación o a la resistencia a la carga cuando las

partículas son muy grandes y generan gran cantidad de espacio poroso, por lo que

entre más grande sea la arena, mayor es el espacio poroso.

Al soportar cargas, el espacio poroso disminuye y se desestabiliza el

sedimento. Las arenas que se compactan más rápidamente son las de partículas

planas y las que tardan más son las redondas, las intermedias son las angulosas.

La Densidad proporciona un promedio del contenido de minerales del

sedimento; si los minerales dominantes son cuarzo y feldespato, que son sumamente

duros, existe una mayor resistencia a la carga que con minerales más suaves, como

el carbonato de calcio.

El contenido Materia Orgánica también influye en la compactación, ya que

mientras sea mayor la cantidad, el material tendrá menor resistencia a la compresión,

por lo que se compacta más rápidamente.

IV.2.1.7. CONSOLIDACIÓN

Se denomina consolidación al proceso gradual mediante el cual el exceso de

presión hidrostática del suelo se convierte en esfuerzos intergranulares, a

consecuencia del escape de fluidos de los poros del suelo provocado por un

incremento de carga.

126
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

La deformación21 que sufre un suelo parcialmente saturado bajo el efecto de

una fuerza puede deberse a la deformación de las partículas, la deformación del

agua y los gases, o el reacomodo de las partículas por deslizamiento de unas sobre

otras (Flamand, 1995:155). De estas, las más importantes son el reacomodo de

partículas y la expulsión de fluidos

La deformación del suelo no es inmediata a la aplicación del esfuerzo, ya que

la parte principal de la deformación se debe al reacomodo de las partículas, lo que

provoca la disminución del volumen de espacio poroso y expulsa parte de los fluidos

del suelo. Cuando éstos se constituyen principalmente por agua, su expulsión

depende de la masa del suelo y de su permeabilidad.

Si un suelo saturado sufre un incremento de carga, el agua lo soporta. El

aumento de presión debido a una carga, recibe el nombre de exceso de presión

hidrostática. (Flamand, 1995:156).

La deformación o asentamiento de un suelo se debe a la disminución del

volumen de vacíos.

La compresión del suelo se divide en tres clases: consolidación inicial, debida

a la disminución de volumen de las pequeñas cantidades de gas de los poros que se

encuentra en suspensión en el agua; consolidación primaria, por la disminución de

volumen debido a la expulsión de agua de los poros; y consolidación secundaria,

debida a una deformación plástica de las partículas (Flamand, 1995:170).

21
Se entiende como deformación al cambio relativo de las dimensiones o forma de un cuerpo como
resultado de la aplicación de un esfuerzo (Tippens, Op. Cit. pp. 156)

127
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

IV.2.1.8. RESISTENCIA AL ESFUERZO CORTANTE

Se entiende la resistencia al esfuerzo cortante de un suelo como “la oposición

máxima que presentan sus partículas a un desplazamiento relativo, bajo ciertas

condiciones dadas, principalmente de drenaje” (Flamand, 1995:177).

Evaluar esta resistencia es importante para conocer la estabilidad de masas

de suelo y diseñar estructuras, ya que permite proporcionar taludes adecuados para

terraplenes o excavaciones, determinar la carga que un suelo puede soportar,

determinar la capacidad de carga de un suelo que soporta zapatas corridas o losas

de cimentación, o determinar la resistencia al esfuerzo cortante desarrollado entre el

suelo y los pilotes o cajones de cimentación, entre otras cosas (Ídem)

IV.2.1.9. EMPUJE

Se llama empuje de tierras a la presión ejercida por una masa de suelo contra

una estructura de retención. Esta propiedad depende del material de la estructura de

retención, de las cargas aplicadas, de las condiciones del agua subterránea y de la

magnitud de la deformación que se produce en la estructura.

Dependiendo de la deformación, la presión lateral de una masa de tierra se

divide en tres clases:

Empuje en reposo. Para que exista es necesario que el suelo no sufra

ninguna deformación. Su magnitud depende de cómo se haya depositado el suelo y

de sus propiedades físicas o químicas.

Empuje activo. Se presenta en un suelo expandido lateralmente, implica que

el muro de contención se haya corrido lateralmente o bien que haya sufrido un

pequeño giro, suficiente para que entre en juego la resistencia al esfuerzo cortante.

128
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

La magnitud de la deformación depende del tipo de suelo, de cómo se haya

depositado y de las características de la deformación.

Empuje pasivo. Este ocurre cuando una masa de suelo se comprime

lateralmente debido al movimiento lateral de una estructura o por un giro. La

magnitud de la presión lateral es mayor que en los otros tipos y depende de las

propiedades físicas del suelo (Flamand, 1995:236-237).

IV.2.1.10. CAPACIDAD DE CARGA

La capacidad de carga de un suelo es la capacidad que tiene de soportar las

cargas derivadas del peso de una estructura manteniendo su estabilidad.

“La capacidad de carga de un suelo bajo una cimentación depende

principalmente de su resistencia al esfuerzo cortante (…) Una estructura transmite

las cargas al suelo por medio de tipos de bases de cimentación. La estructura, la

cimentación y la masa de tierra que la soporta actúan en conjunto” (Flamand, 1995:

260).

En arenas, la capacidad de carga depende de su compacidad relativa, de la

posición del nivel freático con respecto al nivel de la cimentación, de la presión de

confinamiento lateral y de las dimensiones de la cimentación; tanto la forma de las

partículas como la granulometría son secundarias (Flamand, 1995: 266).

En las arcillas, la capacidad de carga admisible puede verse limitada por

requerimientos de un factor de seguridad adecuado con respecto a la resistencia al

corte o por consideraciones de asentamiento. La resistencia al corte aumenta una

vez que se produce la consolidación (Flamand, 1995: 269).

129
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

RESUMEN DEL CAPÍTULO

Como se señaló al iniciar el capítulo, resulta fundamental conocer las

propiedades físicas, químicas y mecánicas de los suelos y sedimentos donde se

asienta el sitio arqueológico, principalmente los elementos que se utilizan como

materia prima para construir las estructuras arquitectónicas del mismo, ya que la

caracterización de las propiedades de los materiales que se encuentran formando

parte de las estructuras, incluido el comportamiento mecánico, será lo que permitirá

lograr un mejor acercamiento a la comprensión del comportamiento del sitio en

conjunto, desde el sitio donde se asienta hasta la conformación de las estructuras

estudiadas y los diversos procesos de formación y desarrollo del mismo.

La revisión de todas y cada una de las propiedades del material con el que se

trabaja es en gran medida lo que proporcionará un marco de referencia que a su vez

permitirá realizar las inferencias que posteriormente serán aplicadas al entorno social

y cultural de los constructores y pobladores del sitio.

Como se ha visto, estas propiedades estudiadas en conjunto pueden

proporcionar gran cantidad de información sobre las cualidades de los materiales

Dentro de la actividad arqueológica, el color del suelo es un indicador de fenómenos

tanto naturales como sociales, incluyendo algún tipo de actividad antrópica que ahí

haya tenido lugar.

Las propiedades de un suelo están estrechamente relacionadas con la

capacidad que tienen para ser utilizada y aprovechada por las sociedades que en él

se asientan y nos son de gran utilidad para discernir hasta qué punto y por qué

medios el hombre puede alterar esas propiedades, dependiendo del uso que se le

dé, desde su empleo para la agricultura; hasta su utilización como material

130
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

estructural para diversos proyectos arquitectónicos, ya que esto a su vez nos permite

entender la manera en que los materiales, los sistemas constructivos y el lugar sobre

el que se desplanta una edificación influyen en su estabilidad estructural, en su

funcionalidad y en su conservación.

Además, las diferentes características de los materiales permiten realizar otro

tipo de inferencias desde el punto de vista arqueológico. Por ejemplo, un gran

contenido la materia orgánica encontrada en los materiales constructivos puede

indicar diversas acciones producidas por el hombre, como la adición intencional

durante la fabricación de adobes o bien, dependiendo del contexto y de la

interpretación de las demás cualidades del material, la formación de un suelo en un

estrato, lo que a su vez indica que el estrato sobre el que se formó el suelo en algún

momento se vio expuesto al intemperismo por un tiempo suficientemente largo para

permitir la evolución natural del sedimento hasta formar un suelo.

La caracterización e interpretación de las cualidades de los materiales

utilizados como elementos constructivos para la construcción de los edificios

permitirán inferir su comportamiento estructural y los diferentes factores relacionados

con dichas cualidades que intervinieron en los asentamientos diferenciales que se

observan y de qué manera esta problemática fue resuelta por los constructores de

esta parte del Recinto Monumental, por lo que en el siguiente capítulo se abordarán

los materiales arqueológicos y los análisis realizados.

131
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

132
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CAPÍTULO V. ANÁLISIS DEL MATERIAL: LA EVIDENCIA

ARQUEOLÓGICA

En este capítulo se describirá y analizará la información empírica referente a

los materiales y técnicas constructivas observados en la arquitectura monumental de

la antigua ciudad de Tula, tanto los registrados durante las excavaciones del

“Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica

de Tula, Hidalgo”, del que provienen las muestras de material analizadas en

laboratorio, como los datos provenientes de investigaciones previas que servirán

para complementar la información sobre la conformación arquitectónica del sitio. A

este respecto, resultan fundamentales las descripciones de los diversos materiales

encontrados durante las diversas excavaciones realizadas en Tula Grande.

Asimismo, se mencionarán las condiciones en que fueron colectadas las

muestras y los diferentes procedimientos utilizados para analizarlas

V.1 EVIDENCIAS PREVIAS

Como se observa en el Capítulo II, son pocos los estudios enfocados al

análisis del desarrollo de las estructuras arquitectónicas de Tula, de entre lo que

destaca el realizado por Héctor Patiño (1994) en Tula Chico, por lo que es el

referente obligado para complementar la información respecto a los sistemas

constructivos y de cimentación observados.

A este respecto, Patiño encuentra que los rellenos de la Plataforma I de Tula

Chico son similares a los de la plataforma general de Tula Grande en la primera

etapa de su desarrollo (Tollan Temprana); de la cual dice al referirse al relleno que

133
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

“al ser un relleno para elaborar y ampliar la plataforma general del gran centro

ceremonial debió hacerse durante la etapa de crecimiento del sitio, en este sentido,

las etapas de fundación de Tula (fase Tollan) están adentro de cualquier parte de la

plataforma y pueden corresponder a las fases de ocupación Coyotlatelco.”(Patiño,

1994: 177-178).

Cabe mencionarse que actualmente existe una discrepancia entre esta

hipótesis de una ocupación Coyotlatelco en Tula Grande expresada por varios

investigadores (Patiño, Cobean, Mastache, entre otros) y la hipótesis de una

ocupación temprana denominada Tula-Mazapa por Acosta (1956-57) y retomada por

Sterpone (2005 y 2006), que no necesariamente corresponde a la cultura

Coyotlatelco.

De cualquier manera, lo que aquí interesa resaltar es la similitud en la

elaboración de los rellenos de las plataformas de desplante de las estructuras y que

ambas parecen tener los mismos antecedentes y, muy probablemente, una

temporalidad similar, pues se menciona que la primera etapa de fundación de Tula

Grande debe estar debajo de la plataforma expuesta -lo que aparentemente así

ocurre, como se verá más adelante- y que podría corresponder a la misma

ocupación.

Patiño también menciona un basamento regular de dos cuerpos frente al

Edificio B, ahora sepultado por la gran plataforma del conjunto del Palacio Quemado

(Vestíbulo 1), con “la técnica de construcción descrita para La Mesa”, que consiste

en “lajitas de basalto colocadas en enlajados para los muros de las estructuras, (…)

ésta técnica y sus materiales son idénticas en ambos sitios” (Patiño, 1994: 177-178).

134
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Este basamento de dos cuerpos parece ser parte de la Gran Plataforma que

subyace a ambos edificios y que corresponde al momento de la fundación del

Recinto, reportada por Sterpone (2000 y 2005) y Equihua (2003)

En el Juego de Pelota 2 encuentra evidencia de por lo menos dos grandes

estructuras que se sobreponen. La primera es “una estructura original de Tula

(posible fase Corral-Terminal y de fase Tollan subfase temprana), que se desplanta

directamente sobre el estrato natural y “consiste en elementos verticales: muros de

cimentación, banquetas y gradas (…) y de elementos horizontales: dos rellenos y

apisonado” (Patiño, 1994: 138) y propone que esta primer estructura funciona como

relleno y cimiento a la estructura superior y se compone por “una serie de cimientos

de piedra grande de basalto, un par de gradas como galerías, una banqueta para

cancha del juego de pelota, sus rellenos y apisonados correspondientes. Los

cimientos son alineamientos de grandes piedras de basalto (tal vez careado), se

localizan en la esquina SE del cabezal sur del juego de pelota y en el extremo norte

de la escalinata oeste, sepultados y al nivel del piso de la plaza” (Op. Cit. pp. 139-

140). Ambas estructuras difieren en materiales, técnicas y diseños de construcción,

ya que para la primer estructura “se ajustan a la tradición arquitectónica de fase

Tollan (subfase temprana)”, mientras que para la estructura superior se observan

“materiales, técnicas y diseños constructivos “típicos” de la fase Tollan (subfase

tardía)” que se asocian con la arquitectura del posclásico presente en los juegos de

pelota de Chichén Itzá y Xochicalco (Ídem).

Esto nos habla de momentos de ocupación diferentes, en uno de los cuales la

primera estructura se edificó y funcionó durante un tiempo, pero posteriormente se

reutilizó para conformar nuevos cimientos que soportaran una nueva estructura –el

135
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Juego de Pelota 2-, lo que nuevamente nos lleva a resaltar la construcción de

cimientos para realizar sobre ellos el edificio.

Respecto al Edificio B, menciona que aparentemente se encuentra rodeado y

en parte cubierto por un relleno y un muro que se apoyan en una parte del vestíbulo

del Palacio Quemado y por el lado este lo cubre el Edificio 1, ambos

correspondientes a las ampliaciones posteriores a su fundación, y sobre el núcleo se

observan cubrimientos de losas de tepetate cortado a la medida para formar la

fachada en tablero-talud de la pirámide, que más tarde también fueron modificados al

remodelar el edifico en una fase tardía y, de acuerdo con Patiño (1994:180) los

materiales y técnicas utilizados para las fases tempranas de creación del edificio

“divergen por mucho de los empleados en la subfase tardía”

Por lo ya visto, puede decirse que, en general, la arquitectura de la fase Prado

(700-800 d.C.), Corral (800-900/950 d.C.) y Corral Terminal (900-950 d.C.) presenta

pocas diferencias en cuanto a materiales y técnicas de construcción con respecto a

la arquitectura de la fase Tollan en su fase inicial, puesto que exceptuando las

dimensiones, las técnicas y materiales son similares para la ocupación de las fases

Prado-Corral y Corral Terminal (circa. 700 – 900/950) que para la fase Tollan

Temprana (circa 950), por lo que ambas pueden ser producto de un mismo origen y

proceso (Patiño, 1994:173)

Respecto a la técnica constructiva observada en estas fases tempranas,

menciona que consiste en “complejos de piso/apisonados/rellenos, muros y cajones

constructivos, en donde el tepetate triturado, los apisonados de barro (muy

compactos y espesos) y los rellenos de piedra chica, terciada y grande (de río), los

muros de material careado, cortado y sin modificación, amarrados con lodo (bastante

136
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

burdos en el conjunto inferior, gruesos y con material cortado en el conjunto

superior). Los montículos se hacen con basalto y tepetate de grandes dimensiones,

amarrados con lodo batido a base de arcilla y materia vegetal, y el recubrimiento es

de tepetate y lajas de caliche aunque “sus materiales cortados son similares a los

observados en Tula (fase Tollan)” (Patiño, 1994).

Si bien Patiño no hace explícita la existencia de cimientos en sus

descripciones del sistema constructivo, de la descripción anterior se desprende que

la primera parte, a excepción de los pisos, podría referirse a la cimentación, ya que

menciona cajones constructivos, rellenos terciados de piedra y muros realizados con

bloques de piedra sin mayores modificaciones y muy burdos en la parte inferior,

estableciendo una clara diferencia entre la parte superior e inferior, que bien podría

indicar que en la parte inferior de la estructura descrita se refiere a los cimientos,

puesto que como estos muros van debajo de la estructura, no requieren mayores

modificaciones ni acabados, pues su función es soportar a la estructura superior.

La información que se tiene respecto a la arquitectura de las fases tempranas

en Tula Chico es importante debido a que el fechamiento obtenido para los inicios de

la conformación del espacio arquitectónico que ocupa Tula Grande, y en concreto

con la construcción de la Gran Plataforma y del Edificio B y las ampliaciones que nos

ocupan, las sitúa dentro de la misma temporalidad, puesto que se sabe que las

muestras proceden de una modificación del Edificio B durante su primera etapa de

crecimiento, aproximadamente entre el 700 y el 750 d. C, como veremos en el

apartado siguiente.

137
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

V.2 EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN Y MANTENIMIENTO ARQUEOLÓGICO

DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE TULA, HIDALGO.

Este proyecto22, tenía entre sus objetivos resolver los graves deterioros que se

provocaban en las estructuras del Recinto Monumental debido al anegamiento, para

lo cual se buscó habilitar unos drenajes que permitieran el paso del agua al subsuelo.

Como parte de estos trabajos, se realizaron excavaciones entre los años 1997

y 2000 en diversos sectores del Recinto, como en el Palacio Quemado, la Plazoleta

Norte y los corredores de la Plataforma Anexa al Edificio B.

La metodología de la excavación se diseñó siguiendo los principios de la

estratigrafía arqueológica propuesta por Harris (1991), que considera la secuencia

estratigráfica como una parte esencial del registro arqueológico. Esta secuencia se

resume en una Matriz, que registra cada una de las unidades estratigráficas

identificadas durante la excavación y las relaciones observadas entre ellas (Equihua,

2003).

La estratigrafía arqueológica clasifica a las unidades estratigráficas (UE) en

estratos verticales (EV) y horizontales (EH), y elementos interfaciales verticales (EIV)

y horizontales (EIH). Considera tres tipos de relaciones estratigráficas: 1) las

unidades no tienen relación estratigráfica directa; 2) las unidades se superponen; y 3)

las unidades están separadas, pero se interrelacionan porque formaron parte de un

mismo estrato que se separó (Harris, 1991).

22
El Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula,
Hidalgo estuvo dirigido por Osvaldo J. Sterpone Canuto y en la excavación de los edificios que nos
ocupan colaboraron Juan Carlos Equihua, Adriana Tirado B., Mariana Guzmán, M. E. Suárez., M. G.
S., M. G. C. y M. Guevara,

138
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

De esta manera, se registra meticulosamente el proceso de remoción de los

estratos, que se realiza en orden inverso a su deposición, y se describe cada uno de

ellos en una secuencia estratigráfica para cada uno de los pozos excavados, lo que

permite reconstruir dicho proceso para análisis posteriores.

En el Palacio Quemado se realizaron excavaciones para buscar y rehabilitar

los drenajes prehispánicos del edificio. Se exploraron las tres salas, iniciándose los

trabajos en el receptáculo de agua localizado en el impluvium de la Sala 1, y se

continuaron en las Salas 2 y 3 de la misma forma, siguiendo el trazo de los drenajes

hasta la parte exterior del edificio, en el Vestíbulo Norte (Equihua, 2003; Sterpone,

2005).

Gracias a estas excavaciones, se descubrieron evidencias de un edificio

anterior al Palacio Quemado denominado primer Palacio, y en el Vestíbulo Norte se

localizó un basamento integrado por dos cuerpos en talud revestido con lajas de roca

y acabado de estuco (Figuras 41 y 42). También pudo apreciarse el sistema de

cimentación de cajas con muros de piedra y relleno de piedra y lodo, por ejemplo, en

el Vestíbulo Norte se halló un muro de basalto y argamasa de tierra de 1.8 m de

largo y 60 cm de ancho ((Equihua, 2003:40), parte del sistema de cimentación.

139
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figuras 41 y 42. Plataforma escalonada subyacente al Palacio Quemado, pertenece a la


primera etapa de construcción.

Con la misma finalidad de localizar los drenajes, se exploró el sector noroeste

de la Plazoleta Norte, encontrándose una serie de pisos que evidencian varios

momentos de ocupación y “un sistema de cimentación de cajas distinto a la

construcción de cajas de piedra excavados en los otros contextos” (Ídem, pp.55), ya

que los muros son de adobe y los rellenos de tierra. Los adobes que conformaban el

muro medían 39 cm de ancho, 40 cm de largo y 12 cm de altura. Los muros

registrados presentaron un ancho de 50-60 cm aprox. (Op. Cit., pp, 58)

También se realizaron varios pozos en los pasillos de la Plataforma Anexa al

Edificio B23, encontrándose que “los cinco escalonamientos de la fachada este de la

primera pirámide descendían hacia un amplio terraplén que se extendía por espacio

de veinte metros, para culminar en un talud que tenía más de dos metros de altura.

Esto indicaría que el diseño de la esquina de la escuadra del Grupo Norte en aquella

23
Las fotografías de las excavaciones (figuras 22-26, 41-42 y 52-65) provienen del Proyecto de
Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo.

140
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

época no habría rematado en forma de vértice, sino más bien en un amplio

escalonamiento y siguiendo la silueta compuesta de la planta general de la

plataforma” (Sterpone, 2005). Este talud puede apreciarse en el perfil del Pz9906 (fig.

47). Además, se encontró el mismo sistema de cimentación con muros de adobe y

relleno de tierra observado en la plazoleta Norte.

V.2.1. SECUENCIA ESTRATIGRÁFICA Y UBICACIÓN DE LOS POZOS

Las secuencias estratigráficas utilizadas para la interpretación de los análisis y

la ubicación de las muestras se elaboraron durante las excavaciones del Proyecto de

Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula,

Hidalgo en el Recinto Monumental, y fueron elaboradas por Juan Carlos Equihua,

Adriana Tirado B., Mariana Guzmán, M. E. Suárez., M. G. S., M. G. C. y M. Guevara.

(Anexo I).

Las unidades de excavación 1 (9906-140) y 2 (9905-13) se realizaron en el

Pasillo Posterior al Edificio 1 del Recinto Monumental de Tula Grande y las unidades

3 (9902-10), 4 (9902-13), 5 (9901-02) y 6 (9901-00)24 se realizaron en el Corredor

de la Plataforma Anexa del Recinto Monumental (Ver figuras 43 y 44).

24
La numeración de los pozos (1-6) aquí presentada se realizó de acuerdo al orden en el que fueron
numeradas y analizadas las muestras en el laboratorio, por lo que no corresponde con el orden en que
se excavaron en campo. Los números entre paréntesis corresponden a la denominación del Proyecto
de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona arqueológica de Tula, Hidalgo.

141
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 43. Esquema donde se muestra la ubicación de las Unidades de Excavación. El


cuadro resaltado indica la ubicación de las unidades utilizadas en este trabajo.

Figura 44. Esquema de la ubicación de los pozos, aparecen numerados los que se utilizaron
para este estudio. Redibujado del Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico
de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo.

142
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 45. Esquema de los perfiles de los pozos 9905 y 9906 y su ubicación con respecto al
Edificio B (Corte E-W).

Figura 46. Perfil del pozo 1. Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la


Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo.

143
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 1 (Pz9905-13)
En el pozo 1 (Fig. 46) se identificaron pisos en las UE 25 04, 09, 15, 19, con

rellenos intermedios de tierra (UE 06, 12, 17 y 21), debajo de los cuales se hallaron

los rellenos del sistema constructivo terciado de piedra (UE 22, 23 y 24, y 28, 29, 30

y 31, parte del relleno de los cajones constructivos de cimentación, además de tres

muros de una caja de cimentación (UE 25, 26 y 27), y por debajo de ellos, otros pisos

(UE 33, 37 y 40) con rellenos intermedios a base de piedra y tierra (UE 35, 44, 4 y

46). Las UE 25 y 26 tienen orientación N-S y 40 cm de ancho, se constituyen de lajas

de tepetate y basalto de entre 20 y 40 cm de diámetro y argamasa de lodo. La UE 27

se forma por bloques de tepetate de 20 a 40 cm de diámetro y argamasa de lodo,

tiene orientación E-W y es perpendicular a las UE 25 y 26, en conjunto forman 3

paredes de una caja.

25
Unidades Estratigráficas.

144
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 47. Perfil del pozo 2. Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la


Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo.

POZO 2 (Pz 9906-140)


En el pozo 2 (Fig. 47) se identificaron pisos en las UE 04, 09, 16, 25 y 36 con

rellenos intermedios de tierra y adobe UE 06, 12, 14 y 28 (excepto el último piso, que

está por debajo de los rellenos de piedra), debajo de los cuales se hallaron los

rellenos del sistema constructivo terciado de piedra UE 30, 31, 32, 33 y 34 parte del

relleno de los cajones constructivos de la cimentación. Las UE 30 y 31 se conforman

de basalto el primero y de tepetate el segundo, que miden entre 20 y 40 cm,

cementados con tierra. La UE 34 se construyó con tepetate de entre 15 y 50 cm,

145
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

unido con tierra y mide aprox. 1 m de espesor. Además, en esta parte se localizó un

muro en talud (UE 46) estucado y con pintura roja (UE 20, 21 y 22) de 1.4 m de alto,

parte de un escalonamiento que desciende hacia el Este y que forma parte de la

Gran Plataforma.

Figura 48. Esquema que muestra los perfiles de los pozos 9901 y 9902 y su ubicación con
respecto al Edificio B. (Corte E-W).

146
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 49. Esquema del perfil norte de los Pozos 3 y 4, donde se aprecia el talud de piedra
donde termina la Gran Plataforma, y los muros de adobe que forman los cajones de la
cimentación de la ampliación hacia el Este, sobre los cuales se construyeron una serie de pisos
que quedaron desplantados sobre ambos tipos de cimientos: el construido a base de piedra y
la ampliación a base de adobe. Sobre ellos se aprecian los pisos deformados que dieron pie a
este trabajo. Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona
Arqueológica de Tula, Hidalgo.

147
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 50. Esquema del perfil sur del Pozo 3, donde se observa el talud de la Gran Plataforma
de piedra y los diferentes estratos del relleno de tierra de los cajones de adobe cuyos muros se
observan en la figura anterior. También es visible la deformación de los pisos superpuestos.
Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula,
Hidalgo.

POZO 3 (Pz 9902-10)


En el pozo 3 (Figs. 49 y 50) se localizó un talud de piedra (UE 44), parte de la

orilla de la Gran Plataforma, y es aquí donde comienza la ampliación con adobe. Se

encontraron los muros que conformaban los cajones de cimentación hechos con

adobes (UE 14 y 32 –estos muros tenían aproximadamente 50 cm de ancho), y parte

del relleno, a base de tierra compactada UE 35, 36, 37 y 38. El adobe se utilizó para

nivelar el terreno hasta la altura de la Gran Plataforma, y sobre ésta y la nivelación

de adobe se tendieron una serie de pisos estucados (UE 04, 09, 17 y 26) mismos

que presentan un claro desnivel con pendiente hacia el Este y agrietamientos (UE

148
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

08, 16 y 26), además de evidencia de rellenos para nivelar la pendiente, lo que

ocasiona que varios de ellos terminen en chaflán justo donde se unen el adobe y el

talud de piedra (Figs. 62 y 63). Sobre esos pisos se encontró un muro de adobe y

rellenos de tierra cubiertos por otros pisos de ocupaciones posteriores.

POZO 4 (Pz 9902-13)


En el pozo 4 (Fig. 49) se observó que toda esa parte se edificó con adobes

para conformar los muros de los cimientos (UE 17) y los rellenos se hicieron a partir

de tierra compactada (UE 11, 15, 16, 33, 42, 47, 48,52, 53, 55 y 58). Los adobes que

conformaban el muro medían 48 cm x 22 cm. Este sistema se utilizó para elevar el

nivel del terreno y homologarlo con el de la Gran Plataforma. Sobre ese nivel se

edificaron varios pisos (UE 09, 13, 21, 24, 27, 30, 31, 36 y 37) que estuvieron

expuestos y fueron utilizados durante el tiempo suficiente para necesitar ser

reparados en varias ocasiones, como evidencias las grietas (Fig. 56) y los resanes

localizados en la excavación (UE 18, 19, 20, 21, 23 y 35). También se hallaron

evidencias de una ocupación más temprana en esa parte del Recinto, antes de que

se elevara el nivel del terreno, probablemente del momento de la fundación (UE 65,

66, 67, 68, 69 y 70).

POZO 5 (Pz9901-02)
En el pozo 5 se identificaron pisos en las UE 06, 11, 16, 20 y 31, con rellenos

intermedios de tierra y adobe (UE 08, 09, 13, 18 y 22 –excepto el último, que está por

abajo del relleno de piedra–), debajo de los cuales se hallaron los rellenos del

sistema constructivo terciado de piedra UE 23, 24, 25, 26 y 27), parte del relleno de

149
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

los cajones de cimentación, además de parte del muro de los mismos cajones (UE

28 -46-60 cm de ancho y 70 cm de altura, piedras irregulares de basalto y tepetate-).

Los rellenos de piedra son de bloques grandes y medianos de basalto y tepetate, con

tamaño variable: 48 x 42 cm, 54 x 34 cm, 44 x 30 cm, 34 x 22 cm, 32 x 22 cm, 15 x

15 cm, 15 x 13 cm, 14 x 10 cm, 15 x 7 cm y 9 x 6 cm, con grosor de entre 14 y 20

cm.

Figura 51. Perfil del pozo 9901. Proyecto de Investigación y Mantenimiento Arqueológico de
la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo.

150
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 6 (PZ9901-00)
Finalmente, en el pozo 6 (Fig. 51) se identificaron pisos en las UE 03, 08, 13 y

18, con rellenos intermedios de tierra y adobe (UE 06, 10, 15, 21 y 25), debajo de los

cuales se hallaron rellenos de piedra (UE 26, 29 y 31), parte del relleno de cajones

constructivos de piedra, así como parte de sus muros (UE 28 y 30). Las piedras de

relleno se componen de bloques de basalto y tepetate de diversos tamaños, como 57

x 33 cm, 32 x 25 cm, 68 x 20 cm, 46 x 36 cm, 32 x 21 cm y 34 x 20 cm , con

aproximadamente 20 cm de grosor; 36 x 18 cm, 32 x 24 cm y 26 x 20 cm, con entre

11 y 14 cm de grosor y 60 x 36 cm, 47 x 39 cm, 50 x 41 cm y 44 x 36 cm, y de 15 a

30 cm de grosor, entre otros. Los muros se realizaron también con tepetate y basalto.

Figura 53. Pozo 9901. Se observa un piso estucado

Figura 52. Excavaciones en el Pasillo de la .


Plataforma Anexa. Pozos 9901 al fondo y 9902 al
frente.

151
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 54. Pozo 9901. Se observa el relleno de Figura 55. Pozo 9901. Piso estucado. En el corte se
tierra y otro piso estucado. aprecia una serie de pisos sobre el que se muestra
en la imagen.

Figura 56. Pozo 9902. Piso de estuco fracturado. Figura 57. Pozo 9902. Debajo del piso se encontró
un talud de piedra correspondiente a la
plataforma sobre la que se desplata el Edificio B.

Figura 58. Pozo 9902. Parte un muro de adobe Figura 59. Pozo 9902. Se aprecia mejor el muro de
apoyado en la plataforma. Se observa el relleno adobe, parte del sistema de cimentación.
de tierra y a los lados el corte de los pisos.

152
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 60. Detalle del muro de adobe, Pozo 9902 Figura 61. . Muro de adobe (detalle).

Figura 62. Pozo 9902. Puede observarse la serie de Figura 63. Detalle de los pisos. Se observa la
pisos sobre la plataforma de piedra. Es evidente terminación en cuña hacia la izquierda, evidencia
su inclinación de que fue rellenado para nivelar en varias
ocasiones.

Figura 64. Hacia la izquierda del talud puede Figura 65. Material de relleno debajo de la serie de
verse el piso y, sobre él, un fragmento del muro pisos.
de adobe de una construcción posterior.

153
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

V.2.2. TEMPORALIDAD DE LAS MUESTRAS

Las muestras utilizadas para el análisis provienen de las subestructuras

encontradas en el lado este del Edificio B, y corresponden a una ampliación hacia el

Este de la plataforma sobre la que se desplanta la primer estructura que ahora

conocemos como Edificio B, que forma parte de las edificaciones más antiguas de

las que conforman el Recinto Monumental de Tula Grande y la que proporcionó la

traza del resto del conjunto (Mastache y Crespo, 1982; Getino y Cid, 2000). La

edificación de dicho recinto ocurrió, según se ha evidenciado, entre el 700 y el 750 d.

C., y la evidencia arqueológica indica que es entonces cuando se conforma su traza

arquitectónica, ya que posteriormente sólo se suceden remodelaciones y

ampliaciones de los edificios, pero sin que haya un cambio significativo en su

distribución espacial (Sterpone, comunicación personal).

De tal forma que las muestras recolectadas tienen una ubicación temporal de

entre el 700 y el 800 d. C., de acuerdo con las fechas obtenidas por el proyecto,

correspondientes al periodo Tolteca I (Sterpone, en prensa; Equihua, 2003), y

evidencian un momento de cambio significativo en la consecución del proyecto

arquitectónico que da origen a Tula Grande, ya que se muestra un cambio en la

utilización de los materiales empleados para la construcción, consistente en que los

cajones de cimentación, en esta sección y durante este periodo, se construyen con

adobes en lugar de piedras. Este cambio se ha observado en otras partes del

Recinto, como en la Plazoleta Norte.

También se halló evidencia de fallas estructurales en una serie de pisos,

localizados en el Corredor de la Plataforma Anexa y construidos en una etapa

anterior a la edificación de la misma, ocasionadas por los asentamientos

154
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

diferenciales del terreno, que les ocasionaron hundimientos y grietas, mismos que

fueron rellenados para nivelarlos en más de una ocasión. Asimismo, se observa que,

de alguna manera, esta problemática fue solucionada, puesto que se prosiguió con el

proyecto constructivo. Pero esta evidencia nos lleva a considerar el conjunto de

procesos dentro de la sociedad ahí asentada que puedo haber originado un cambio

significativo en la utilización de los materiales empleados para la construcción.

V.3. METODOLOGÍA DE ANÁLISIS.

Las muestras utilizadas para este trabajo se obtuvieron durante las

excavaciones antes descritas, incluyendo el registro y toma de muestra de cada una

de las unidades estratigráficas que fueron identificadas.

De entre ellas, se seleccionaron para evaluar sus propiedades físicas y

químicas las muestras de los materiales de relleno y de adobe, provenientes de las

estructuras subyacentes al Edificio B localizadas durante las excavaciones de los

pozos realizados en los corredores que flanquean a la Plataforma Anexa, que

corresponderían a una de las primeras ampliaciones del recinto, cercanas al

momento de la fundación de Tula Grande.

Las muestras elegidas para analizar sus propiedades físicas y químicas son

las que provienen del material de relleno de las estructuras y las muestras de adobe

de los muros de cimentación, puesto que son estas las que nos proporcionarán un

diagnóstico del comportamiento de los materiales constructivos y, por ende, de las

estructuras estudiadas.

155
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

V.3.1.- PREPARACIÓN DE LA MUESTRA.

Para poder realizar las diferentes técnicas de análisis, la muestra debe estar

libre de humedad, por lo que se seca en la estufa a 65°C.

Una vez seca, se rompen los agregados o terrones que forman la estructura

del suelo o de los sedimentos en un mortero para separar las partículas.

Posteriormente se tamiza con un tamiz de abertura de malla de 2 mm, para

eliminar las partículas mayores (gravas), pues los análisis se aplican a las partículas

menores a éstas (arenas, limos y arcillas).

V.3.2.- TÉCNICAS DE ANÁLISIS.

A continuación se mencionan las diversas técnicas de análisis utilizadas para el

estudio, proporcionando una breve descripción.

COLOR DEL SUELO: El color del suelo se determina por comparación con las

tablas de color Munsell, en seco y en húmedo.

TEXTURA: El análisis de Textura se refiere a la determinación de las diferentes

proporciones de partículas que se pueden encontrar en las muestras de suelo y

sedimentos, es decir, a las proporciones de arcilla, limo y arena que contienen. Se

utilizó el método de Bouyuocos, modificado por Villegas en 1978. Se expresa en

porcentaje de Arcilla, Limo y Arena, para obtener la Clase Textural.

DENSIDAD APARENTE: Es la densidad de la partícula más el espacio poroso

que hay entre cada partícula.

La densidad se expresa como la relación entre el peso de la materia dividido

entre el volumen que ocupa (gr/cm3). Indica qué tan compactas son las partículas del

suelo. Se determinó mediante el Método de la Probeta, descrito por Johnson (1979).

156
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

DENSIDAD REAL: La densidad real determina la densidad de la partícula, sin

tomar en cuenta el espacio poroso. Ayuda a identificar componentes dominantes del

suelo. En este caso se utilizó el Método del Picnómetro, descrito por Gavande

(1979).

DETERMINACIÓN DEL ESPACIO POROSO: El espacio poroso es la porción

del suelo no ocupada por partículas sólidas. El porcentaje del espacio poroso en un

suelo puede calcularse a partir de la densidad aparente y la densidad de las

partículas, si ambas están expresadas en las mismas unidades, mediante la fórmula

siguiente (Sánchez, 2005):

% EP = 100(1- DA )
DR

Donde: DA = densidad aparente

DR = densidad real

DETERMINACIÓN DEL pH (relación 1:2.5): Se determinó el pH utilizando un

potenciómetro (Sánchez, 2005).

DETERMINACIÓN DE MATERIA ORGÁNICA: La determinación de materia

orgánica se realizó empleando el método de Walkley y Black (Sánchez, 2005). Se

expresa en porcentaje.

DETERMINACIÓN DE LA SALINIDAD DEL SUELO POR MEDIO DE LA

CONDUCTIVIDAD DE SU EXTRACTO DE SATURACIÓN: Se determinó la

conductividad eléctrica mediante el puente de conductividad, que cuantifica las sales

en una muestra saturada, de acuerdo con la metodología de Richards (1980). Se

expresa en mmhos/cm.

157
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

DETERMINACIÓN DE CARBONATOS (CO3): Se cuantificaron los carbonatos

induciendo una reacción química entre HCl con los carbonatos presentes en la

muestra. Se evalúa, según su reacción, en una escala del 0 al 5 (Sánchez, 2005,

mod. de Barba, 1991, sobre la propuesta por Richards en 1980).

DETERMINACIÓN DE FOSFATOS (FO4): Se determinaron los fosfatos

mediante una extracción con ácido clorhídrico – molibdato de amonio y desarrollando

color con ácido cítrico, siguiendo el método de Eidt en 1973 (Sánchez, 2005). Se

evalúa, según sus características de coloración, en una escala del 0 al 5.

CAPACIDAD DE INTERCAMBIO CATIÓNICO. Es la capacidad que tienen las

partículas de los suelos y sedimentos de retener cationes y liberarlos. Se expresa en

meq/100 gr. Se utilizó la técnica reportada por Jackson en 1970 (Sánchez, 2005).

158
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

V.4. RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS

Se analizaron muestras de los seis pozos que se excavaron en los pasillos

que rodean las Plataformas Anexas al Este del Edificio B.

Los resultados de los análisis realizados a las muestras se presentan a

continuación:

V.4.1. TABLAS DE RESULTADOS.

TABLA 1. Descripción de las muestras.

No. Profundidad Observaciones de


Muestra Localización Coordenadas U. E. (metros) Material campo
POZO 1
(9905-13)
Pasillo Posterior
1 del Edificio 1 0,0/0,11 6 1.12 Suelo Relleno de nivelación
Pasillo Posterior
2 del Edificio 1 0,0/0,11 11 1,42 Suelo Relleno de adobe
Pasillo Posterior
3 del Edificio 1 0,0/0,11 12 1.57 Suelo Relleno
Pasillo Posterior
4 del Edificio 1 0,0/0,11 17 2,15 Suelo Relleno compacto
Pasillo Posterior
5 del Edificio 1 0,0/0,11 21 2,2 Suelo Relleno compacto
Pasillo Posterior
6 del Edificio 1 0,0/0,11 24 2,61 Suelo Relleno

POZO 2
(9906-140)
Pasillo Posterior
7 del Edificio 1 0,0/0,3 4 0,71 Estuco Piso de estuco
Pasillo Posterior
8 del Edificio 1 0,0/0,3 6 0,75 Suelo Primer relleno de tierra
Pasillo Posterior
9 del Edificio 1 0,0/0,3 7 0,83 Adobe Apisonado de adobe
Pasillo Posterior Piso de estuco
10 del Edificio 1 0,0/0,3 9 0,88 Estuco asociado al talud
Pasillo Posterior
11 del Edificio 1 0,0/0,3 27 1,84 Suelo Lentícula de arenilla
Pasillo Posterior
12 del Edificio 1 0,0/0,3 40 3,88 Suelo Estrato limoso

POZO 3
(9902-10)

Corredor Piso y
13 Plataforma 0,0/0.50,10 5 1,13 relleno Alta compactación
Anexa

159
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No. Profundidad Observaciones de


Muestra Localización Coordenadas U. E. en metros Material campo
Corredor
Plataforma
14 Anexa 0,0/0.50,10 7 1,17 Suelo Tierra compacta
Corredor
Plataforma
15 Anexa 0,0/0.50,10 12 1,34 Suelo Tierra compacta
Corredor
Plataforma
16 Anexa 0,0/0.50,10 29 2,58 Suelo Tierra compacta
Corredor
Plataforma
17 Anexa 0,0/0.50,10 36 3,25 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
18 Anexa 0,0/0.50,10 35 2,65 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
19 Anexa 0,0/0.50,10 37 2,65 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
20 Anexa 0,0/0.50,10 38 3,4 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
21 Anexa 0,0/0.50,10 76 4,74 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
22 Anexa 0,0/0.50,10 77 4,75 Suelo Relleno
POZO 4
(99002-13)
Corredor
Plataforma
23 Anexa 0,0/0.50,13 11 1,43 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
24 Anexa 0,0/0.50,13 14 1,64 Suelo Firme de piso
Corredor
Plataforma
25 Anexa 0,0/0.50,13 15 1,65 Suelo Relleno

Corredor
Plataforma Firme de piso
26 Anexa 0,0/0.50,13 22 2,51 Suelo
Corredor
Plataforma
27 Anexa 0,0/0.50,13 28 2,47 Suelo Firme de piso
Corredor
Plataforma
28 Anexa 0,0/0.50,13 32 2,58 Suelo Firme de piso
Corredor
Plataforma
29 Anexa 0,0/0.50,13 33 2,61 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
30 Anexa 0,0/0.50,13 38 2,65 Suelo Firme de piso
Corredor
Plataforma
31 Anexa 0,0/0.50,13 39 Suelo Apisonado

160
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No. Profundidad Observaciones de


Muestra Localización Coordenadas U. E. en metros Material campo
Corredor
Plataforma
32 Anexa 0,0/0.50,13 46 2,78 Suelo Firme de piso
Corredor
Plataforma
33 Anexa 0,0/0.50,13 47 2,81 Adobe Relleno de adobe
Corredor
Plataforma
34 Anexa 0,0/0.50,13 48 2,8 Adobe Relleno de adobe
Corredor
Plataforma
35 Anexa 0,0/0.50,13 52 3,23 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
36 Anexa 0,0/0.50,13 53 3,38 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma
37 Anexa 0,0/0.50,13 56 2,53 Suelo Tepetate
Corredor
Plataforma
38 Anexa 0,0/0.50,13 58 4,24 Arena Relleno de arena
Corredor
Plataforma
39 Anexa 0,0/0.50,13 60 Adobe Relleno de adobe
Corredor
Plataforma
40 Anexa 0,0/0.50,13 61 Adobe Relleno de adobe
Corredor
Plataforma
41 Anexa 0,0/0.50,13 59 4,28 Adobe Relleno de adobe
Corredor
Plataforma
42 Anexa 0,0/0.50,13 64 4,22 Suelo Relleno de piedras
Corredor
Plataforma
43 Anexa 0,0/0.50,13 71 4,52 Suelo Apisonado

Corredor
Plataforma
44 Anexa 0,0/0.50,13 75 4,52 Adobe Relleno de adobe
Corredor
Plataforma Cubría la parte
45 Anexa 0,0/0.50,13 76 4,63 Suelo destruida del piso
Corredor
Plataforma
46 Anexa 0,0/0.50,13 76 4,63 Suelo Relleno sobre el piso
Corredor
Plataforma
47 Anexa 0,0/0.50,13 77 4,61 Suelo Estrato natural
Corredor
Plataforma
48 Anexa 0,0/0.50,13 74 4,57 Suelo Deposición natural

POZO 5
(9901-02)

Corredor Relleno de suelo


Plataforma areno-limoso con
49 Anexa 0,0/0,2 2 0,95 Suelo fragmentos de adobe

161
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No. Profundidad Observaciones de


Muestra Localización Coordenadas U. E. en metros Material campo
Corredor Relleno de suelo
Plataforma areno-limoso con
50 Anexa 0,0/0,2 4 0,97 Suelo fragmentos de adobe
Corredor Relleno de suelo
Plataforma areno-limoso con
51 Anexa 0,0/0,2 2 1 Suelo fragmentos de adobe
Corredor Relleno de suelo
Plataforma areno-limoso color
52 Anexa 0,0/0,2 13 1,92 Suelo café oscuro
Corredor
Plataforma Tepetate molido con
53 Anexa 0,0/0,2 14 1,95 Suelo cal
Corredor
Plataforma Relleno de suelo
54 Anexa 0,0/0,2 18 2,1 Suelo arcilloso

POZO 6
(9901-00)
Apisonado de adobe
Pasillo Posterior debajo del 2° piso de
55 del Edificio 1 0,0/0,0 10 1,17 Adobe estuco
Pasillo Posterior Firme del exterior del
56 del Edificio 1 0,0/0,0 9 1,15 Suelo talud
Apisonado de adobe
Pasillo Posterior debajo del 2° piso de
57 del Edificio 1 0,0/0,0 10 1,17 Relleno estuco
Pasillo Posterior Relleno de tierra con
58 del Edificio 1 0,0/0,0 14 1,91 Suelo fragmentos de adobe
Relleno
Corredor arcillo/areno/limoso
Plataforma con fragmentos de
59 Anexa 0,0/0,0 10 1,17 Suelo adobe
Corredor
Plataforma
60 Anexa 0,0/0,0 15 1,95 Suelo Relleno
Corredor
Plataforma Tepetate molido con
61 Anexa 0,0/0,0 16 2 Tepetate cal
Corredor
Plataforma
62 Anexa 0,0/0,0 21 2,11 Suelo Relleno arcilloso

162
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

TABLA 2. Características físicas.


No. Muestra Color en seco Color en húmedo Arcilla % Limo % Arena % Clase Textural

POZO1
(9905-13)
7.5YR 4/2 7.5YR 3/2 dark Migajón
1 brown brown 7 20 73 Arenosa
7.5YR 4/2 7.5YR 3/2 dark Migajón
2 brown brown 4 27 69 Arenosa
7.5YR 5/2 7.5YR 3/2 dark Migajón
3 brown brown 7 21 72 Arenosa
10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón
4 grayish brown brown 7 23 70 Arenosa
10YR 2/2 very 10YR 2/2 Very dark Migajón
5 dark brown brown 10 19 71 Arenosa
10YR 5/2 10YR 3/2 very dark Migajón
6 grayish brown grayish brown 5 23 72 Arenosa

POZO 2
(9906-140)
10YR 6/2 light 10YR 4/2 dark Migajón
7 brownish gray grayish brown 6,5 26,5 67 Arenosa
10YR 4/2 dark 10YR 2/2 very dark Migajón
8 grayish brown brown 7 26,5 66,5 Arenosa

10YR 4/1 dark Migajón


9 gray 10YR 2/1 black 7,5 28,5 64 Arenosa

7.5YR 6/2 Arena


10 pinkish gray 7.5YR brown 3 21 76 Migajonosa
10YR 5/2 10YR 3/2 very dark Arena
11 grayish brown grayish brown 0,5 7 92,5 Migajonosa
10YR 4/2 dark 10YR 2/2 very dark
12 grayish brown brown 10 39 51 Franco

POZO 3
(9902-10)

10YR 7/2 light Arena


13 gray 10YR 5/3 brown 7 18 75 Migajonosa
7.5YR 4/2 7.5YR 2.5/2 very
14 brown dark brown 13 35 52 Franco

7.5YR 5/2 7.5YR 3/1 very dark Migajón


15 brown gray 5 27 68 Arenosa

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón


16 grayish brown brown 9 23 68 Arenosa
Migajón
17 2.5YR 4/2 2.5YR 3/1 5 20 75 Arenosa
Migajón
18 2.5YR 5/2 2.5YR 3/1 4 23 73 Arenosa
Migajón
19 2.5YR 4/2 2.5YR 3/1 4 26 70 Arenosa
Migajón
20 2.5YR 5/2 2.5YR 3/1 8 19 73 Arenosa

163
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No. Muestra Color en seco Color en húmedo Arcilla % Limo % Arena % Clase Textural

7.5YR 4/2
brown Arena
21 7.5YR 2.5/1 5 14 81 Migajonosa

10YR 7/2 light Migajón


22 gray 10YR 5/2 brown 8 17 75 Arenosa

POZO 4
(99002-13)

10YR 4/1 dark 10YR 2/2 very dark Migajón


23 gray brown 7 30 63 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 2/2 very dark Migajón


24 gray brown 4,5 28 67,5 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 2/2 very dark Migajón


25 gray brown 9 29,5 61,5 Arenosa

10YR 7/2 light Arena


26 gray 10YR 6/3 pale brown 2 22,5 75,5 Migajonosa

10YR 7/2 light Arena


27 gray 10YR 6/3 pale brown 2 21 77 Migajonosa
10R 5/3 weak Arena
28 red 10R 3/6 dark red 2 21 77 Migajonosa
10YR 3/2 very dark Migajón
29 10YR 5/1 gray grayish 8 25 67 Arenosa
10R 5/3 weak
30 red 10R 3/6 dark red 0,5 7 92,5 Arena

10YR 5/2 10YR 3/1 very dark Migajón


31 grayish brown gray 4,5 28 67,5 Arenosa

10YR 5/2 10YR 3/1 very dark Migajón


32 grayish brown gray 5,5 26 68,5 Arenosa

10YR 5/2 10YR 3/1 very dark Migajón


33 grayish brown gray 4 36 60 Arenosa

10YR 5/2 10YR 3/1 very dark Migajón


34 grayish brown gray 9,5 32,5 58 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón


35 gray gray 6,5 28 65,5 Arenosa
10YR 5/2 10YR 4/2 dark Migajón
36 grayish brown grayish brown 9 25,5 65,5 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón


37 gray gray 8,5 22,5 69 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón


38 gray gray 7 25 68 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón


39 gray gray 7,5 32,5 60 Arenosa

164
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No. Muestra Color en seco Color en húmedo Arcilla % Limo % Arena % Clase Textural
10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón
40 gray gray 4,5 32,5 58 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón


41 gray gray 5,5 36,5 58 Arenosa

10YR 4/1 dark 10YR 3/1 very dark Migajón


42 gray gray 7 27,5 65,5 Arenosa

10YR 5/2 10YR 3/1 very dark Migajón


43 grayish brown gray 7 31,5 61,5 Arenosa

10YR 5/2 10YR 3/1 very dark Migajón


44 grayish brown gray 6 32,5 61,5 Arenosa
10YR 3/2 very dark
45 7.5YR 6/1 gray grayish brown
7.5YR 3/1 very dark
46 7.5YR 5/1 gray gray

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark


47 grayish brown brown

7.5YR 4/2 7.5YR 3/2 dark


48 brown brown

POZO 5
(9901-02)

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón


49 grayish brown brown 9 27 64 Arenosa

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón


50 grayish brown brown 6 32 62 Arenosa

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón


51 grayish brown brown 9 28 63 Arenosa
7.5 YR 5/2 7.5YR 3/2 dark
52 brown brown

10YR 7/2 light 10YR 5/2 grayish Arena


53 brown brown 7 17 77 Migajonosa

54 7.5 YR 6/2 7.5 YR 3/2 dark Migajón


pinkish gray brown 7 22 71 Arenosa

POZO 6
(9901-00)
10YR 4/2 dark 10YR 2/2 very dark Migajón
55 grayish brown brown 6,5 26,5 67 Arenosa
10YR 7/2 light 10YR 4/2 dark Arena
56 gray grayish brown 3 21 76 Migajonosa

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón


57 grayish brown brown 5,5 27 67,5 Arenosa

10YR 5/2 10YR 2/2 very dark Migajón


58 grayish brown brown 6,7 29,3 64 Arenosa

165
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No. Muestra Color en seco Color en húmedo Arcilla % Limo % Arena % Clase Textural
7.5 YR 5/2 Migajón
59 brown 7.5 YR 2.5/1 black 5 25 70 Arenosa
Migajón
60 7.5 YR 6/1 gray 7.5 YR 2.5/1 black 1 34 65 Arenosa

7.5 YR 7/1 light Arena


61 gray 10 YR 2/1 black 4,5 20 75,5 Migajonosa
Migajón
62 7.5 YR 5/1 gray 7.5 YR 2.5/1 black 3 25 72 Arenosa

166
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

TABLA 3. Características físicas y químicas.

C. E.
D. A. D. R. M. O. mmhos/ C. I. C. T.
No. Muestra g/cm3 g/cm3 E. P. % pH 1:2.5 % CO3 PO4 cm meq/100gr

POZO 1
(9905-13)

1 1,25 2,38 47,6 0,966 0,324

2 1,16 2,307 49,8 1,725 0,375

3 1,22 2,335 47,8 0,552 0,339

4 1,22 2,375 48,7 1,104 0,399

5 1,2 2,448 51 0,69 0,33

6 1,25 2,355 47 0 0,346

POZO 2
(9906-140)

7 1,27 2,58 50,7 6,9 0,138 4 3 0,416

8 1,22 2,333 47,6 6,95 0 2 4 0,34

9 1,36 2,17 37,4 6,9 6,9 1 5 0,284

10 1,33 2,31 42,6 6,91 0,69 3 3 0,657

11 1,5 2,7 44,44 6,14 0,75 1 5 0,46

12 1,09 2,27 51,98 6,06 3,24 1 3 1,1

POZO 3
(9902-10)

13 1,28 2,48 48,6 0,414 0,361

14 1,18 2,37 50,3 0 0,301

15 1,26 2,58 51,3 0 0,279

16 1,25 2,41 48,3 3,105 0,291

17 1,23 3,85 68,05 7,03 1,79 0,729 22

18 1,26 2,08 39,42 6,98 1,38 0,722 20

19 1,27 2 36,5 6,9 2,21 0,927 23

20 1,26 2,08 39,42 7,11 1,38 0,699 24,4

21 1,35 2,45 45,1 0,345 0,256

167
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

C. E.
D. A. D. R. M. O. mmhos/ C. I. C. T.
No. Muestra g/cm3 g/cm3 E. P. % pH 1:2.5 % CO3 PO4 cm meq/100gr

22 1,11 2,42 54,2 0,552 0,299


POZO 4
(99002-13)

23 1,23 2,47 50,32 6,2 3,45 3 3 33,6

24 1,22 2,63 53,62 7,05 0 5 3 31,2

25 1,19 2,63 54,77 6,65 1,035 2 3 31,2

26 1,2 2,5 52 6,66 0,55 5 3 23,2

27 1,15 2,5 54 6,75 0 5 4 28

28 1,16 2,5 53,6 6,98 0,13 5 5 28

29 1,11 2,5 55,6 7,2 2,07 4 4 29,6

30 1,29 2,63 50,96 6,94 0,69 3 5 18,4

31 1,23 2,42 49,34 6,9 2,41 2 3 32

32 1,16 2,5 53,6 6,96 2,41 3 4 28

33 1,14 2,5 54,4 6,99 2,07 1 3 31,2

34 1,15 2,5 54 6,45 2,07 1 3 30,4

35 1,19 2,5 52,4 6,81 0 1 3 32

36 1,17 2,63 55,53 6,84 2,34 1 3 31,2

37 1,2 2,63 54,38 6,97 1,72 3 5 23,2

38 1,23 2,5 50,8 6,81 3,1 1 4 29,6

39 1,16 2,42 52,22 6,96 1,72 2 3 30,4

40 1,11 2,45 54,69 6,86 2,41 0 2 28

41 1,16 2,38 51,26 6,85 1,035 0 2 31,2

42 1,24 2,38 47,89 6,98 1,38 3 4 27,2

43 1,1 2,38 53,78 7,1 0 4 3 25,6

44 1,17 2,5 53,2 7,02 0,65 2 3 26,4

45 1,23 2,17 43,32 7,41 0

46 1,24 2,5 50,4 5,9 0

168
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

C. E.
D. A. D. R. M. O. mmhos/ C. I. C. T.
No. Muestra g/cm3 g/cm3 E. P. % pH 1:2.5 % CO3 PO4 cm meq/100gr

47 1,29 2,5 48,4 5,94 0

48 1,3 2,38 45,38 6,12 0

POZO 5
(9901-02)

49 1,25 2,27 45 7,2 1,17 1,14 24,2

50 1,24 2,5 50,4 7,35 0 0,861 32,4

51 1,23 2,38 48,34 7,18 0 2,37 25,8

52 1,19 2,5 52,4 7 0 2,28 59,1

53 1,24 2,27 45,44 7,08 0,755 1,64 18,6

54 1,24 2,5 50,4 6,88 0 0,593 6,8

POZO 6
(9901-00)

55 1,27 2,57 50,7 6,9 1,725 2 4 0,416

56
1,24 2,21 44 6,92 0,69 4 4 0,379

57 1,15 2,27 49,3 6,43 1,38 2 3 0,268

58 1,21 2,38 49,1 6,58 0 2 4 0,297

59 1,27 2,5 49,2 7,21 0 1,453 3,28

60 1,1 2,17 49,31 7,09 0 1,902 4,8

61 1,26 2,38 47,06 7,16 0 1,548 3,68

62 1,22 2,27 46,26 6,92 0 0,847 3,52

169
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

RESUMEN DEL CAPÍTULO

Como se ha señalado, existe una gran similitud en cuanto a los materiales y

las técnicas constructivas de las edificaciones que conforman Tula Chico y las

primeras edificaciones que se realizan en Tula Grande, con lo que podría decirse que

la tradición constructiva de ambas tiene antecedentes similares, derivados de una

tradición constructiva utilizada desde el Clásico en el Altiplano, como ya se ha visto.

Tanto el trabajo de Patiño como el realizado por Sterpone reportan la

existencia de una estructura de dos cuerpos subyacente al Palacio Quemado, y que

de acuerdo con Sterpone y Equihua, sería la Gran Plataforma sobre la que se

construyó el Edificio B, y correspondería a la etapa de fundación del Recinto

Monumental de Tula Grande. También, ambas investigaciones mencionan la

existencia de cajones de cimentación como parte del sistema constructivo de los

edificios.

De los pozos excavados en la parte Este del Recinto, a un lado del Edificio B,

cuyas secuencias estratigráficas y materiales se utilizaron para este trabajo, cuatro

de ellos se hicieron sobre el área de la Gran Plataforma: 9901-00, 9901-02, 9905-13

y 9906-140; y dos en la parte de la ampliación de adobe: 9902-10 y 9902-13.

Con la revisión de la secuencia estratigráfica de cada uno de los pozos se

hace evidente que debajo de la estructura que hoy conocemos como Plataforma

Anexa y los corredores adyacentes a ella, la conformación del Recinto Monumental

durante las primeras ocupaciones cercanas a su fundación difería mucho de la

actual. Entre otras cosas, en los pozos excavados sobre la Gran Plataforma se

localizaron evidencias de su sistema constructivo, mismo que se reporta como de

cajas de cimentación conformadas por muros de piedra rellenas por un sistema

170
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

terciado de piedra grande, piedra chica y tierra. Asimismo, se encontró que la Gran

Plataforma presenta un escalonamiento hacia el lado Este del Edificio B, que

desciende hacia la orilla, la cual se encuentra uno metros adelante, terminada en

talud. También se localizó que ese espacio fue ampliado posteriormente mediante la

elevación y nivelación del terreno, realizada con una serie de cajones de cimentación

manufacturados con muros de adobe y rellenados con tierra compactada, hasta

conformar una gran superficie adyacente al Edificio B, sobre la cual se construyeron

una serie de pisos que fueron reparados en varias ocasiones debido a la aparición de

grietas y desniveles. Estas obras estructurales se edificaron y utilizaron durante la

ocupación tolteca, lo que evidencia la ocurrencia de diversos momentos en el

desarrollo de la conformación del Recinto Monumental de Tula Grande. También se

hizo evidente la existencia de una cimentación a base de cajones, tanto en la Gran

Plataforma, donde se realizaron utilizando como material de construcción diversos

tipos de piedras, como en las posteriores ampliaciones y elevaciones del terreno,

donde el adobe sustituye a la piedra como principal elemento constructivo. Es

necesario mencionar que estos adobes son de diversos tamaños, por lo que no hay

una uniformidad en su manufactura, que probablemente se realizó a mano o con

moldes diversos.

De acuerdo con lo descrito en este capítulo, hay evidencias de que durante la

realización de algunas ampliaciones y adecuaciones de los edificios que conforman

la parte norte del Recinto Monumental ocurrió un cambio significativo en el uso de los

materiales utilizados para la construcción de los edificios, pues se observa que en

algunas construcciones de las primeras etapas de la conformación del Recinto se

utilizó adobe para la construcción de los muros de los cajones de cimentación de las

171
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

estructuras y para el relleno se utilizó tierra (sedimentos), en lugar de hacer los

muros a base de piedra y con el relleno terciado de piedra grande, piedra chica y

tierra, como se había realizado en las primeras construcciones. Este sistema se

observó en la Plazoleta Norte y en los pasillos que circundan la Plataforma Anexa.

Ambas remodelaciones ocurrieron en épocas cercanas, aproximadamente entre el

700 - 750 d.C.

Estas evidencias de trabajos realizados con el mismo sistema constructivo a

base de adobe tanto en la Plazoleta Norte como en la parte noreste de la plataforma

del Edificio B, podría ser indicativo de que se llevó a cabo una remodelación de

grandes dimensiones en la conformación de la plaza, que involucró al menos a la

parte norte del Centro Ceremonial de Tula Grande.

Y es durante este periodo que ocurre el cambio de materiales constructivos

donde además se hallan evidencias de la ocurrencia de asentamientos

(compactación) diferenciales durante el tiempo que estuvieron en uso dichas

remodelaciones en las estructuras de la parte noreste de la Gran Plataforma sobre la

que se desplanta el Edificio B, evidenciadas en la aparición grietas en los pisos,

producto de hundimientos por la falta de estabilidad del material. Durante las

excavaciones pudo apreciarse además que muchas de las grietas y hundimientos del

piso fueron rellenadas y nuevamente utilizada la superficie.

Posteriormente, sucedieron cambios en la conformación de las estructuras

estudiadas y sobre los pisos mencionados se construyen nuevas edificaciones que

constituyen las diferentes plataformas anexas al Edificio B y, en épocas más tardías,

estas plataformas sirvieron a su vez como cimientos para la edificación del Edificio 1

o Palacio de Quetzalcóatl.

172
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

No obstante, podemos hablar de una tradición constructiva que tiene

antecedentes en tradiciones anteriores, como la Teotihuacana y/o la Coyotlatelco, y

que a su vez evoluciona hacia la arquitectura propia de la Fase Tollan, puesto que el

sistema constructivo se constituye de la misma manera: las plataformas de

cimentación para desplantar las estructuras son realizadas a base de cajones

constructivos con su respectivo relleno; y la traza y orientación de el Centro

Ceremonial se mantiene, desde sus inicios en etapas tempranas (circa 700 dC.),

hasta la manifestación más clara del estado tolteca (900 – 1200 dC.). Esta evolución

de la tradición arquitectónica es seguramente enriquecida por las diversas

tradiciones culturales que convergen en el asentamiento como producto de las

diferentes migraciones que se sucedieron en Mesoamérica durante el Epiclásico, y

que ya han sido documentadas.

En cuanto a los análisis realizados a los materiales recabados, las diferentes

técnicas mencionadas son de fácil realización y los resultados obtenidos permitirán

obtener un diagnóstico general del comportamiento de las estructuras estudiadas y

un primer acercamiento a la comprensión de su interacción con los diversos factores

que influyen en su comportamiento –sociales y ambientales-, su resolución y también

en su edificación, por lo que en el siguiente capítulo se revisan y discuten tales

resultados.

173
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

174
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CAPÍTULO VI. LOS SISTEMAS DE CIMENTACIÓN TOLTECA.

Dentro del estudio de las sociedades pasadas a través de su cultura material,

no tan solo es difícil acceder a elaborar un discurso que vincule la evidencia material

con la que se cuenta con la sociedad a la que perteneció, sino que siempre es

factible encontrar nuevas evidencias que permitan enriquecer lo que ya se conoce

acerca de una cultura, como sucede en este caso con el sitio arqueológico de Tula.

Asimismo, al utilizar diversas técnicas, como la aplicación de análisis físicos y

químicos para caracterizar el material que constituye el objeto de estudio, también se

dificulta elaborar un discurso que ligue los resultados obtenidos con el problema que

se pretende explicar. En este caso, el primer paso es elaborar una explicación

preliminar basada en los resultados de los análisis aplicados a los materiales

constructivos, para obtener una caracterización de ellos que permita realizar un

análisis considerando los demás elementos enumerados dentro del desarrollo de la

investigación. Por ello, a continuación se presenta la interpretación de los resultados

obtenidos.

VI.1. CARACTERIZACIÓN DE LOS MATERIALES CONSTRUCTIVOS

ANALIZADOS.

VI.1.1. Materiales de relleno.

Los materiales constructivos seleccionados para evaluar sus características

físicas y químicas forman parte del material utilizado para rellenar las estructuras

arquitectónicas; es decir, el material que se encontró formando parte del relleno de

175
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

los pisos y de la cimentación a base de cajones de adobe. Este material se compone

principalmente de sedimentos utilizados como material de construcción por los

edificadores del Recinto Monumental.

En general, las muestras analizadas presentan coloraciones en las que

predominan los cafés rojizos, que indican la abundancia de óxidos de hierro

hidratados debido a la existencia de un drenaje rápido, lo cual va asociado a texturas

de intermedias a gruesas; aunque en algunas muestras del pozo 3 -que es donde se

localizaron el talud de la primer plataforma y los pisos fracturados motivo de este

análisis- se observaron coloraciones características de sitios en los que existen

problemas de drenaje. Esto puede ser producto del anegamiento que sufría esa parte

del sitio debido a la falta de salidas de agua provocadas por su conformación actual,

ya que los pasillos de la Plataforma Anexa actuaban como microcuencas de

acumulación del agua en las temporadas de lluvia (Ver figura 57), lo que motivó la

intervención original por parte del “Proyecto de Investigación y Mantenimiento

Arqueológico de la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo”.

176
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Figura 66.- Vista del Corredor de la Plataforma Anexa donde se aprecia que no hay
salidas de agua.

El análisis de la textura indica que, en la mayoría de los niveles estratigráficos

analizados, las partículas dominantes son las arenas y, en menor medida, los limos.

Esta abundancia de arenas le confiere al área en estudio espacios porosos grandes,

donde el drenaje es rápido, acentuando los procesos de lixiviación. En los niveles

donde los limos aumentan en proporción, pueden ocasionarse problemas de drenaje,

debido a que los limos son fácilmente puestos en suspensión bloqueando los

espacios porosos generados por las arenas y las arcillas.

La densidad aparente es ligeramente menor a los valores esperados para

estas texturas, que deberían estar entre 1.5 – 1.8 gr/cm3, lo que indica que el

material es poco compacto. La densidad real también es, en general, menor que los

valores promedio (2.6 – 2.75 gr/cm3), indicativo de que las partículas se componen

de minerales suaves. El espacio poroso del material indica que la mayoría de las

177
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

capas estratigráficas tienen texturas gruesas, por lo que la fracción predominante, y

la que determina en gran medida las propiedades físicas y químicas, es la arena.

Como se menciona en el capítulo IV, el alto contenido de arena en el material

incide directamente en su capacidad de soportar adecuadamente la presión ejercida

por el peso de los diversos componentes de la estructura (capacidad de carga),

principalmente cuando las partículas que la componen son de gran tamaño, ya que

originan macroporos, por lo que al soportar las cargas originadas por el peso de la

estructura, el sedimento se compacta disminuyendo su espesor considerablemente,

con la consiguiente pérdida de estabilidad debida al reacomodo de partículas. Esto

puede acentuarse más debido a que los componentes de la arena y del limo, como

se aprecia en la densidad real, están conformados por minerales diferentes al cuarzo

y al feldespato, como pueden ser anfíboles, piroxenos, olivinos y micas, incluso

carbonato de calcio, que son menos resistentes a la compresión y al intemperismo

químico; por lo que al penetrar el agua, reacciona químicamente con estos minerales

poniéndolos en solución y lixiviándolos, generando así nuevos espacios porosos. En

el material analizado el porcentaje de espacio poroso es alto, de lo que se desprende

que los sedimentos que conforman las estructuras tienden a compactarse al soportar

pesos considerables y ello podría provocar desestabilización en la edificación de la

que forman parte.

La evaluación de la determinación de salinidad (C.E. normal), carbonatos

(contenido de medio a alto) y fosfatos (altos) indica que el material es abundante en

sales, muchas de las cuales han sido lixiviadas, por lo que el pH tiende a la

neutralidad. El espacio poroso indica que el material tiene buen drenaje, lo que

ayuda a la lixiviación de las sales, ocasionando que las partículas compuestas por

178
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

sales que componen las capas de sedimentos sean desbastadas por la acción del

agua, lo cual provoca que aumente el espacio poroso y, en consecuencia, haya un

reordenamiento de las partículas, características que favorecieron la aparición de

hundimientos y fracturas en los pisos encontrados.

El fósforo es además la huella química de actividades humanas, puesto que

proviene principalmente de tejidos orgánicos como material óseo, heces fecales,

orina, desechos de carne y piel, entre otros, por lo que se acumula en las áreas de

ocupación humana y, en forma de fosfatos, es un compuesto químico sumamente

estable que permanece durante mucho tiempo en el sitio en el que se depositó. En

este caso, el alto contenido de fósforo se relaciona directamente con las actividades

que seguramente tenían lugar en el Edificio B, muy probablemente relacionadas con

el culto a Tlahuizcalpantecuhtli, además de que muestran que en ese sitio se

desarrollaban actividades en forma intensiva cuando los pisos analizados estuvieron

en uso para el tránsito de los habitantes del Recinto Monumental.

Con respecto a la materia orgánica presente en las muestras, los valores

obtenidos caen en el rango de los valores medios, es decir, no son muy

significativos, por lo que no influyen demasiado en las cualidades del material, si bien

la materia orgánica actúa como cementante, contribuyendo a la formación de

terrones y facilitando el drenaje, con lo que ayuda a la lixiviación de las sales; y

también influye en la resistencia a la compactación, ya que mientras el contenido de

materia orgánica sea mayor, el material tendrá menor resistencia a la compresión,

por lo que tiende a compactarse con mayor rapidez.

Se encontraron además sales como carbonatos (CO3) y fosfatos (PO4) en

niveles significativos, lo que indica que un gran número de las partículas que forman

179
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

los materiales constructivos se componen de carbonatos y fosfatos, principalmente

de calcio, por lo que no oponen mucha resistencia a la compresión, si bien la

abundancia de CaCO3 les proporciona plasticidad y adhesividad.

La evaluación de la CICT (más de 20 meq/100gr) indica que los materiales

son ricos en minerales de la arcilla muy reactivos, como la montmorilonita

principalmente, así como caolinita e ilita, lo que favorece la cohesión de los

materiales y en condiciones favorables del ambiente podría generar gran estabilidad

en el material utilizado en las estructuras.

Entonces, la evaluación de las propiedades físicas y químicas indica que el

material que compone los diferentes estratos tiene poca resistencia a la

compactación, ya que se compone principalmente de arenas, material que genera

una gran cantidad de espacio poroso en el acomodo de sus partículas (macroporos),

además de que algunos de los minerales de los que se compone esta fracción son

“suaves”, como el carbonato de calcio (CaCO3), e incluso fosfatos de calcio (CaPO4),

lo que incide directamente en su capacidad para soportar la presión ejercida por el

peso de las estructuras arquitectónicas; ya que al soportar las cargas originadas por

el peso de la estructura, el material se consolida y compacta por el reacomodo de las

partículas que tienden a ocupar el espacio poroso, con lo que su espesor disminuye

considerablemente, lo que se refleja en deformaciones o asentamientos, con la

consiguiente pérdida de estabilidad. Además, abunda en minerales suaves tales

como CaCO3, lo que lo hace susceptible a la compresión. De esto se desprende que

también tiene poca resistencia a la carga, por lo que tiende a compactarse al

soportar una gran masa, lo que provoca asentamientos diferenciales en el suelo y en

180
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

las estructuras que conforman el sitio arqueológico, por la disminución del volumen

de vacío, con la consiguiente desestabilización y deterioro de las mismas.

No obstante, la capacidad del material para resistir las cargas provocadas por

el peso de la estructura arquitectónica depende no sólo de sus cualidades, sino de

las condiciones tanto del medio ambiente como del manejo y utilización del material,

ya que con las condiciones adecuadas, la presencia de CaCO 3 asociada a los

minerales de la arcilla y a la abundancia de óxidos de hierro que actúan como

cementantes, pueden proporcionar gran estabilidad estructural a los edificios, como

ha sucedido en general en el sitio, ya que las estructuras han permanecido durante

muchos años a pesar del abandono y los diversos procesos erosivos naturales y

culturales a los que se han visto sometidas.

También hay que considerar que la loma sobre la que se desplanta el sitio se

encuentra prácticamente rodeada por el Río Tula, que en la época de ocupación del

sitio tenía un caudal más abundante y con crecidas constantes, con lo que

seguramente el nivel de humedad del suelo y de las mismas estructuras era mayor

que el actual, ya que el drenaje del subsuelo permitía un nivel constante de agua que

ocupaba el espacio poroso, lo que proporcionaba mayor estabilidad estructural al

material.

Seguramente estas cualidades de los materiales fueron observadas por los

constructores toltecas, ya que el tipo de cimentación a base de cajones es

precisamente el que permite una mejor distribución de las cargas generadas por el

peso de las estructuras arquitectónicas y con ello la presión ejercida sobre el

subsuelo en el que se desplantan es homogénea, con lo que se reducen los

asentamientos diferenciales al mínimo.

181
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Las características de la composición física y química del material, aunadas a

sus propiedades texturales y considerando la cercanía del río Tula, permiten afirmar

que los materiales utilizados para la construcción de rellenos y adobes son

sedimentos locales de origen aluvial. La semejanza de las propiedades del material a

lo largo del perfil, aún en los estratos más profundos, permite afirmar también que se

utilizaron materiales locales durante todas las etapas constructivas de las estructuras

estudiadas, lo cual seguramente permitió a los constructores conocer profundamente

las características de los diversos materiales utilizados para la construcción y, de

esta manera, aprovechar mejor sus cualidades para evitar la ocurrencia de

asentamientos diferenciales en las edificaciones posteriores a las ampliaciones de la

Plataforma Anexa que presentaron problemas estructurales reflejados en

hundimientos y fracturas en los pisos de ese periodo.

Una mención aparte merecen las características de la muestra 9x (U. E. 40)

del pozo 2 (9906-140), ya que éstas indican que en ese nivel se estaba formando un

suelo, lo que podría indicar la existencia de un periodo de abandono del sitio lo

suficientemente amplio como para permitir la formación de suelo, aunque no se

encontraron evidencias similares en los otros pozos analizados 26, por lo que no se

abundará al respecto; aunque no deja de ser significativo, pues nos muestra que aún

hay muchos fenómenos sin documentar dentro de la historia del desarrollo cultural de

Tula Grande.

26
En la secuencia estratigráfica no se reporta algún estrato con características similares, aunque para
los fines de esta investigación no se analizaron todos los niveles estratigráficos de los pozos.

182
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

VI.1.2. Núcleo, muros y revestimiento.

Como se describe en el apartado ambiental, el sitio arqueológico de Tula

Grande se asienta sobre una loma compuesta de toba, por lo que las estructuras

arquitectónicas se desplantan sobre una capa de toba intemperizada.

Para la construcción de las estructuras arquitectónicas se utilizaron rocas

propias de la zona, como basalto, andesita, riolita, toba y piedra de tepetate,

principalmente. En el Edificio B se utilizaron para el núcleo cantos rodados de gran

tamaño, principalmente de basalto, andesita y riolita. Las lajas del revestimiento son

de riolita, basalto, andesita y toba. Los bajorrelieves de los tableros están tallados en

toba. En la parte expuesta de la plataforma que desplantó al Edificio 1, que limita al

Corredor de la Plataforma Anexa por el norte, los muros de soporte se construyen a

base de lajas de tepetate (material petrocálcico), y hacia el fondo, en la parte Norte y

Este del Corredor se utilizan cantos rodados y fragmentos de roca como basalto,

andesita, riolita, toba intemperizada y tepetate. Las estructuras que conforman la

Plataforma Anexa se construyen de los mismos materiales: cantos de basalto, riolita

y andesita, fragmentos de toba y tepetate para el núcleo, los muros y el

revestimiento.

Los muros que forman los cajones de cimentación observados en la Gran

Plataforma sobre la que se desplantan tanto el Edificio B con su Plataforma Anexa

como el Palacio Quemado, se construyeron hacia el 700 – 750 d. C. y están

constituidos por rocas de basalto, mientras que el relleno se compone de rocas en un

sistema terciado de piedra grande, piedra chica y tierra; para la ampliación hacia el

Este realizada dentro del primer periodo de crecimiento de Tula Grande, los muros

183
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

de los cajones de cimentación se construyen con ladrillos de adobe rellenos sólo con

sedimentos compactados.

En general, las rocas utilizadas como material constructivo en las edificaciones

de Tula Grande se componen de cantos de río de origen volcánico y fragmentos de

coladas de lava, por lo que se trata de materiales muy resistentes al intemperismo, –

con excepción de la toba y el tepetate–, y por lo tanto, planeados para proporcionar

gran durabilidad a las estructuras arquitectónicas, lo que nos habla de una evidente

planeación para la edificación de los edificios que conforman el recinto monumental,

producto de una tradición arquitectónica plenamente consolidada y adecuada para

aprovechar los materiales del entorno.

Otro elemento importante lo constituyen los adobes, también ampliamente

utilizados para la construcción de edificios. Para los adobes se utiliza material

sedimentario o fluvial proporcionado por la cercanía con los ríos Tula –que rodea al

sitio por las partes noroeste, oeste y suroeste– y Rosas, cuya característica principal

es la riqueza de materiales finos como arcillas y limos, adicionados con materia

orgánica. Las cualidades de los adobes son proporcionadas por sus diversos

materiales componentes, por lo que son similares a las ya descritas para los

sedimentos: texturas gruesas, espacio poroso alto, drenaje rápido, gran cantidad de

materia orgánica, rico en sales como CaCo3 (carbonato de calcio), minerales de la

arcilla muy reactivos y óxidos de hierro que actúan como cementantes, lo que les

proporciona gran estabilidad estructural; aunque con menor resistencia a la carga

que la piedra, proporciona la ventaja de un menor peso y con ello menor presión

sobre el subsuelo en el que se desplantan las estructuras.

184
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

VI.2. CIMENTACIÓN DE TULA GRANDE

Las características de los materiales utilizados como elementos constructivos

por los pobladores de Tula Grande nos permiten acercarnos al funcionamiento de los

sistemas de cimentación observados en los edificios de la parte Norte del Recinto.

Como se ha recalcado, la cimentación de un edificio inicia a partir del lugar en

el que se desplanta. La ciudad prehispánica de Tula se asienta sobre una capa de

toba volcánica, lo que la hace un material muy abundante y por ello, ampliamente

utilizado como materia prima, principalmente en los revestimientos de la estructura -

como el recubrimiento a base de lajas lisas superpuestas- y en los acabados -como

las losas utilizadas para elaborar los bajorrelieves-, aunque también se le encuentra

formando parte de los muros que soportan la estructura en sus diferentes etapas de

construcción.

La toba proviene de la consolidación de los materiales arrojados por las

erupciones volcánicas, principalmente ceniza volcánica, posteriormente compactadas

y cementadas, por lo que el acomodo de las partículas da origen a muchas

cavidades o vesículas con gran espacio entre ellas; debido a lo cual tiene alta

permeabilidad, lo que implica que es fácil de alterar por la acción del agua, y que se

intemperiza27 fácilmente. Esto genera en el sitio una capa de roca intemperizada muy

grande (aproximadamente de 10 m de espesor) -erróneamente identificada como

“tepetate” por gran cantidad de arqueólogos que han trabajado en la zona-, que es la

corteza de intemperismo de la toba, por lo tanto, con características similares.

Los tipos de cimentaciones utilizados para la construcción de la Gran

27
Esto implica que sufre alteraciones físicas y químicas que inciden directamente en sus
características.

185
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Plataforma sobre la que se asientan el Palacio Quemado, el Edificio B y la

Plataforma Anexa, así como las diferentes ampliaciones estudiadas, se constituyen

con la misma técnica de cimentación a base de cajones observada en algunos sitios

del centro de México, como Teotihuacan, lo que indica que el sistema constructivo

utilizado en la parte norte del Recinto Monumental es parte de una tradición

constructiva que inicia en el Clásico y se mantiene en el Posclásico en Tula,

siguiendo parámetros similares, lo cual podría implicar aspectos tales como la

ideología, donde la orientación de los edificios se realiza mediante la observación de

los astros rectores.

Como se vio en el apartado sobre arquitectura, los cimientos conforman la

base artificial que sustenta al edificio y le ayuda a repartir las cargas o empujes

generados por su peso y tamaño sobre el terreno; e incluye al suelo y a la roca sobre

los que se asienta. Una cimentación debe tener una profundidad adecuada para

prevenir los efectos de factores ambientales sobre la construcción, tales como

heladas, la humedad, los cambios volumétricos estacionales, la erosión del suelo por

corrientes de agua y/o viento, entre otros; así como favorecer la distribución de las

cargas provocadas por el peso de la estructura arquitectónica al suelo de apoyo. En

este sentido, se ha visto que las cimentaciones a base de cajones para soportar las

estructuras son las más indicadas cuando se busca reducir los asentamientos

diferenciales a un nivel mínimo, lo que nos permite decir que los edificadores de la

antigua Tollan Xicocotitlan contaban con conocimientos arquitectónicos muy eficaces

para planear y resolver la construcción de edificios de grandes dimensiones, como

los del Centro Ceremonial de Tula Grande, contrariamente a la creencia común de

que las plataformas se realizaban con un simple aplanado de materiales acumulados

186
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

para ese fin, sin mayor sustento sobre el suelo de apoyo, sobre lo cual se basan para

calificar como “deleznable” y “de muy mala calidad” la arquitectura tolteca.

En el caso de Tula Grande, el Edificio cuyo trazo sirvió para determinar el eje

del Recinto Monumental –y de la ciudad– durante el periodo tolteca, es el Edificio B.

Por lo tanto, sería el primero en edificarse para este periodo, bajo la misma tradición

constructiva que se observa en Teotihuacan. A este respecto, cabe mencionar que

este edificio se relaciona con el culto a Quetzacóatl en su advocación como

Tlahuizcalpantecuhtli –Venus, el lucero del alba–, que es precisamente, junto con la

estrella Polaris, los astros que determinaron la orientación del edificio.

Debido a que el Edificio B es el más temprano de los que conforman el

Recinto Monumental, la Gran Plataforma sobre la que se desplanta es también la

más antigua dentro de la tradición tolteca, con lo que se observa que el sistema de

cimentación de las épocas tempranas y el de periodos más tardíos –las diferentes

remodelaciones y ampliaciones que sufrió la parte norte del Recinto– es

prácticamente el mismo, puesto que los únicos cambios significativos se dan en la

utilización de los materiales empleados para la edificación, los cuales siempre son

tomados del entorno inmediato, ya que, de acuerdo con las observaciones en campo

y con los resultados de los análisis, los materiales empleados para la cimentación y

construcción de las estructuras, así como los rellenos son de procedencia local, lo

que circunscribe la explotación de estos recursos dentro del entorno inmediato.

Considerando lo anterior, puede decirse que el cambio en los materiales

utilizados para la edificación de las estructuras mencionadas obedece, desde el

punto de vista de las características de los materiales exclusivamente, a un mayor

conocimiento de las cualidades de los materiales con los que se trabaja, puesto que,

187
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

si se considera que el sitio se asienta sobre una capa de toba, las características de

este material sobre el que se emplaza lo hacen fácilmente compresible, por lo que la

cimentación de las estructuras construida a base de piedra, aunado al peso de las

estructuras provoca el hundimiento paulatino de las mismas. Asimismo, las rocas

tienen mayor densidad28 y peso por unidad de volumen que el adobe, que se

compone de sedimentos con menor densidad y peso. La densidad de las rocas

depende de su composición mineralógica y de su conformación particular, por lo que

varía de una roca a otra. Esto implica que hay rocas que son más densas y/o

pesadas que otras, y por ende, más resistentes a la compresión.

En el caso de los cajones de cimentación construidos con muros de piedra y

relleno terciado, los muros de los cajones de cimentación se componen de bloques

de roca unidos con cementante de tierra (sedimentos), pero el tamaño y la

composición de las rocas no es homogénea, pues encontramos rocas diversas con

propiedades diferentes, tales como basalto, toba, riolita, andesita y tepetate, con lo

que la repartición de las cargas no sucede con la misma intensidad, ya que habrá

unas rocas de mayor tenacidad que soporten mejor las cargas y resistan más la

compresión que otras, menos tenaces y más susceptibles de fracturarse y/o

romperse bajo la acción de las fuerzas derivadas del peso de las estructuras que

soportan, lo que a su vez puede derivar en un reacomodo de las partículas o

fragmentos de roca que provoque inestabilidad en la estructura y derive a su vez en

asentamientos diferenciales.

28
La Densidad se define como la relación entre el peso de un cuerpo y su volumen correspondiente
(ver apartados IV.3 y IV.4 del capítulo IV)

188
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

En los cimientos realizados a base de adobe, éste se compone, como hemos

visto, de sedimentos fluviales provenientes de la orilla del río (lecho mayor), los

cuales tienen una textura bastante homogénea, pues son sedimentos clasificados

por la acción del agua del río y depositados diferencialmente, de acuerdo con su

tamaño de partícula. Así, tenemos que en el cauce del río se depositan las partículas

mayores, tales como guijarros y cantos rodados, principalmente, aunque existen

partículas de menor tamaño en menor proporción; en el lecho menor se depositan

partículas medianas como gravas y arenas, con algo de limos y arcillas; y en el lecho

mayor los sedimentos depositados se componen principalmente de partículas

pequeñas, por lo que son ricos en arcillas, limos y arenas. Por lo tanto, los

sedimentos fluviales utilizados para fabricar los adobes y los utilizados para los

rellenos de las estructuras tienen una composición de partícula (textura) homogénea,

como se ha demostrado al analizar las muestras, lo que permite que la repartición de

las cargas sea igualmente más homogénea, lo que podría traducirse en mayor

estabilidad en la estructura.

Además, a diferencia de la piedra que para ser utilizada como elemento

constructivo requiere de la inversión de una enorme fuerza de trabajo para adecuarla

a los requerimientos de la obra que van desde desprenderla de la cantera,

transportarla y trabajarla para cortarla y adecuarla para obtener los bloques a utilizar,

además de acomodar los bloques para obtener la forma deseada logrando también

una estabilidad estructural, por lo que debe complementarse con la adición de una

argamasa o cementante que le de cohesión a la estructura, con los inconvenientes

estructurales antes mencionados, el adobe –si bien también implica la utilización de

una gran fuerza de trabajo para transportarlo y prepararlo- tiene la ventaja de poder

189
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

ser modelado de acuerdo con las necesidades de la edificación, pues puede

manufacturarse al tamaño requerido, obteniéndose bloques que son más fáciles de

acomodar para conformar la estructura, lo que de cierto modo permite tener un

mayor control sobre la conformación de la estructura edificada según las

características volumétricas requeridas.

Por todo ello, la utilización de adobe en sustitución de la piedra para construir

las estructuras arquitectónicas es muy adecuado para retrasar el proceso de

hundimiento de la estructura y evitar en lo posible la aparición de asentamientos

diferenciales, ya que al ser más ligero, la presión ejercida sobre los cimientos y sobre

el suelo en el que se desplanta es también menor, además de que optimizan la

repartición de las cargas y, con ello, la estabilidad de las estructuras desplantadas

sobre ellos, disminuyendo la aparición de hundimientos y de asentamientos

diferenciales.

En el caso concreto de las fracturas y hundimientos localizados en los pisos,

éstos suceden precisamente en el lugar donde se da el cambio de cimentación al

realizar una ampliación hacia el este de la Gran Plataforma hacia el final del periodo

Tula I, seguramente debido a que al efectuar las adecuaciones para un nuevo

proyecto arquitectónico, la primera cimentación realizada con piedra se mantiene, lo

que genera que, al concluirse las obras, las estructuras se desplanten sobre piedra

en una parte y sobre adobe en otra. Debido a la diferencia en las cualidades de los

materiales, al soportar las distintas cimentaciones las cargas derivadas del peso de

la estructura y del funcionamiento del espacio dentro del Centro Ceremonial, se

originan hundimientos diferenciales, lo que provoca la desestabilización de la

190
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

estructura en ese punto, con los consiguientes problemas estructurales que se

reflejan como fracturas y hundimientos.

En este caso, el problema estructural se origina en la parte desplantada sobre

adobes únicamente (Figura 48), lo que indica que seguramente esa zona ampliada

tuvo un carácter funcional donde se realizaron muchas actividades probablemente

vinculadas con las actividades que se realizaban en el Edificio B y en las que

participaba gran cantidad de población, lo que originó un gran desgaste en los pisos

asociados a asentamientos diferenciales provocados por la gran presión a la que se

vio sometida esa zona mientras estuvo habilitada como superficie de uso. Y

precisamente debido a este carácter funcional, los desperfectos causados por el

hundimiento en declive del piso fueron reparados en varias ocasiones, como lo

evidencian las terminaciones en cuña o chaflán de varias capas de pisos

superpuestas (Figs. 62 y 63).

Hay que considerar que estos pisos tuvieron un uso funcional como superficie

de tránsito, durante el cual se vieron expuestas al intemperismo físico y químico, y al

desgaste por el uso, por lo cual fueron reparado en varias ocasiones, debido a la

ocurrencia se asentamientos diferenciales que provocaron hundimientos y fractura de

los pisos.

Para explicar el por qué ocurrieron estos problemas estructurales, se hace

hincapié en los aspectos relacionados con las características del lugar donde se

desplanta el Recinto Monumental y las cualidades de los materiales que componen

las estructuras consideradas: Edificio 3, Edificio B, Plataformas Anexas y la Gran

Plataforma sobre la que se desplantan.

Como se concluye de los análisis realizados, el material, tanto el de desplante

191
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

como el que conforma las estructuras es, en general, fácilmente compresible, lo que

seguramente fue conocido por los edificadores toltecas, por lo que seguramente el

cambio en la utilización de materiales, de piedra a adobe, responde a una

adecuación tecnológica al sitio en el se desarrollan, donde hacen uso del material

local más abundante y fácilmente aprovechable, los sedimentos y suelos; y al mismo

tiempo, retrasan el hundimiento paulatino del sitio provocado por el peso y las cargas

derivadas de las estructuras arquitectónicas realizadas en piedra, sustituyéndola por

un material más ligero, el adobe.

Con base en la evidencia recabada, puede decirse que el problema que dio

inicio a esta investigación, el descubrimiento de asentamientos diferenciales en la

estructura ampliada hacia el este durante la primer etapa de desarrollo del Recinto,

reflejada en la aparición de desniveles y grietas en los pisos de esa etapa -y que no

aparecen en ampliaciones y remodelaciones posteriores-, ocurre debido a las

cualidades de los materiales, como se explica enseguida.

Como se ha dicho, el peso y volumen de la estructura arquitectónica, incluidos

los cimientos, generan una fuerza de presión hacia abajo de manera constante, la

cual a la larga provoca que las partículas, al ser comprimidas por dichas fuerzas,

tiendan a ocupar el espacio poroso, desplazando a los gases y el agua, y muchas de

ellas se deforman, disminuyendo con ello su volumen. Este proceso tiene lugar a lo

largo de un periodo considerable de tiempo, por lo que es paulatino y la distribución

de las cargas en la cimentación ayuda a que ocurra de manera homogénea, es decir,

que la estructura se asiente manteniendo su estabilidad estructural. Por otra parte,

los materiales tienen un nivel máximo de compresión, esto es, que cuando el espacio

poroso es ocupado en su totalidad por las partículas, el material adquiere cierta

192
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

compactación, además de la que se logra en el tendido original, con lo que se

disminuyen en gran medida los asentamientos, puesto que ya no hay espacio que se

pueda comprimir; si bien los minerales que conforman las partículas aún son

susceptibles de comprimirse, esto ocurre en menor medida.

Entonces, si consideramos que la ampliación hacia el este ocurrió varios años

después que la construcción de la Gran Plataforma y el Edificio B, el material del

subsuelo no sólo se habría reacomodado por el peso derivado del edificio, sino que

muy probablemente ya habría llegado a su límite de compresión; lo que por supuesto

no ocurría con la parte recién edificada, misma que al ser sometida a la presión

derivada de su propio peso y del funcionamiento que se le dio como parte del Centro

Ceremonial, comenzó a comprimirse provocando la aparición de hundimientos que

afectaron la superficie de los pisos que obligaron a repararlos en varias ocasiones

mientras este espacio estuvo en funciones, ya que la superficie en la que se

encontraban se desplantaba sobre cimientos de piedra en una parte y la ampliación

realizada con adobe en otra, con lo que la deformación de la parte cimentada con

adobes habría sido la más inmediata y evidente (Figuras 67 y 68).

Este proceso seguramente fue observado y estudiado por los constructores

toltecas, puesto que, en etapas posteriores y continuando con el desarrollo y

crecimiento del Recinto, sobre estos pisos se construyeron nuevos cimientos y

rellenos que sirven de base para la edificación de una nueva plaza primero y las

Plataformas Anexas después (Tula II y III), sin que haya evidencia de la ocurrencia

de asentamientos diferenciales, seguramente porque el material ya estaba

suficientemente compactado con lo que la estabilidad de las estructuras posteriores

no se vio muy afectada. Finalmente, y continuando con el proyecto constructivo de la

193
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

ciudad tolteca, en la última etapa de crecimiento urbano (Tula III) estas estructuras

se debieron rellenar para formar parte de los cimientos del Palacio de Quetzalcóatl,

que actualmente ha desaparecido.

Figura 67.- Esquema donde se ilustra la compresión de la parte cimentada en adobe.


Corte E-W.

Figura 68. Esquema que muestra en planta a la Gran Plataforma y la ampliación hacia el Este
con adobe.

194
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

CONSIDERACIONES FINALES

En Tula, las investigaciones realizadas se circunscriben casi exclusivamente al

estudio del periodo “tolteca”, es decir, a la denominada Fase Tollan, a partir del 850

d. C. aproximadamente. Consecuentemente, el conocimiento de los periodos

anteriores a esta fecha no ha sido profundizado, por lo que aunque se conoce la

existencia de subestructuras debajo de los edificios que conforman el Recinto

Monumental, hasta ahora no se habían realizado estudios específicos al respecto.

Es aquí donde radica la importancia de este trabajo, ya que se refiere

precisamente a ese periodo de tiempo, en el momento cercano a los inicios de la

conformación del Recinto Monumental de la mítica Tollan de los toltecas, alrededor

del 750 d.C., lo que nos permite un acercamiento a aspectos tales como el desarrollo

arquitectónico y el conocimiento y aprovechamiento de los recursos materiales por

parte de los grupos humanos que iniciaron el proyecto de edificación Tula Grande,

centro ceremonial de los toltecas; puesto que se ha demostrado que desde su

fundación, la disposición general de la plaza, al menos en la parte norte –la Gran

Plataforma y el Edificio B- no sufrió modificaciones sustanciales, debido a que,

aunque se observan diversas ampliaciones y remodelaciones conforme avanzaba y

se consolidaba como sede del poder de la sociedad tolteca, no se afectaron aspectos

sustanciales, tales como la orientación de esos edificios o su jerarquía dentro del

funcionamiento político-religioso. Las modificaciones que se hicieron en tales

edificios giraron siempre en torno del Edificio B, que se mantuvo desde los inicios de

la construcción del Recinto hasta el final de la ocupación como el edificio principal.

195
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Como se ha visto, el sistema de cimentación de los edificios estudiados -

Edificio 3, Edificio B y Plataforma Anexa-, que forman parte del Recinto Monumental

de Tula Grande, es un sistema a base de cajones formados por muros de piedra,

rellenos con un sistema terciado de piedra grande, piedra chica y tierra, en el que

posteriormente se sustituye la piedra de los muros con losas de adobe y el relleno

terciado con tierra compactada, actualmente conocido como cimentación de cajones.

Este tipo de cimentación –con cajones de piedra y relleno terciado– es muy similar a

la observada en Teotihuacan para el periodo Clásico, lo que indica una continuidad

en la utilización de este sistema, desde ese periodo, hasta el Posclásico en Tula,

misma que no se ve interrumpida por el cambio en la utilización de los materiales, ya

que el sistema de cimentación encontrado en Tula Grande es muy semejante

durante toda la ocupación.

El desarrollo urbano del Grupo Norte de Tula Grande muestra una continuidad

arquitectónica durante las épocas tempranas de construcción y las posteriores,

puesto que la conformación de los edificios no presenta grandes cambios en cuanto

a su distribución espacial, y se mantienen además la orientación y el sistema

constructivo. El cambio más perceptible se da en los materiales utilizados para la

construcción de las ampliaciones durante los periodos posteriores a su fundación.

Un aporte importante de este trabajo, es la caracterización de los recursos

materiales del entorno, principalmente de la composición geológica de la loma sobre

la que se desplanta el sitio, lo que nos proporciona una perspectiva diferente del

comportamiento de los materiales, ya que el basalto y la toba volcánica tienen

cualidades muy diferentes que inciden de diferente manera en el comportamiento

196
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

mecánico de las estructuras arquitectónicas y por ende, en su estabilidad estructural

y su durabilidad.

A este respecto, se ha mostrado que el sitio se desplanta sobre una capa de

toba volcánica intemperizada de unos 10 m de espesor y que los materiales

utilizados para la construcción de las estructuras arquitectónicas en los diversos

periodos de desarrollo del sitio son elementos extraídos de su entorno inmediato,

aprovechando fragmentos de rocas volcánicas como riolita, andesita y basalto, así

como el horizonte petrocálcico del suelo (tepetate, también llamada roca de tepetate)

y la capa de toba que compone la loma sobre la que se desplanta el sitio, todos ellos

–salvo la toba y el tepetate- con gran resistencia al intemperismo y evidentemente

utilizados para proporcionar gran durabilidad a las estructuras.

También se aprovecharon las diversas capas de sedimentos, principalmente

fluviales, como material de relleno para las estructuras o como materia prima para la

fabricación de adobes, ampliamente utilizados para la construcción, tanto de los

cimientos, como de los muros de los edificios, cuya caracterización muestra que son

poco resistentes a la compactación y a la carga. Estas características propiciaron la

aparición de los asentamientos diferenciales en las estructuras estudiadas, ya que al

realizarse la ampliación hacia el Este de la Gran Plataforma utilizando adobe, dado

que ésta estaba cimentada con piedra, se origina que, al concluirse las obras, los

pisos edificados se desplanten sobre piedra en una parte y sobre adobe en otra, por

lo que, debido a la deferencia en las cualidades de los materiales, al soportar las

distintas cimentaciones las cargas derivadas del peso de la estructura y del

funcionamiento del espacio dentro del Centro Ceremonial, se originan hundimientos

197
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

diferenciales, provocando el asentamiento estructural y los consiguientes problemas

que se reflejan como fracturas y hundimientos hallados en los pisos.

En el caso que nos ocupa, el hallazgo de la serie de pisos muestran que

durante ese periodo la esquina noreste del Recinto tenía una conformación espacial

muy diferente a la actualmente expuesta, y evidencia la existencia de una explanada

o plaza con pisos estucados que estuvo funcionando como tal durante un periodo

significativo, puesto que fue reparada en varias ocasiones, probablemente por la

afectación que tuvo debida a una utilización intensiva; ello permite suponer una

relación directa con las actividades que se realizaban en el Edificio B y que pudieran

también relacionarse con las realizadas en el Juego de Pelota 3 –localizado al este

del Recinto-, ya que estaría ubicada espacialmente entre ambos edificios.

Esta plaza, cuyas dimensiones y características exactas se desconocen, pues

esa parte del Recinto no ha sido explorada, estaría delimitada al oeste por el Edificio

B y al este por el Juego de Pelota 3 y no sólo sería un sitio obligado de tránsito entre

los edificios del Grupo Norte y el Juego de Pelota 3, sino que sería parte activa de las

actividades cívico-religiosas que se efectuaban tanto en el templo de

Tlahuizcalpantecuhtli como en el Juego de Pelota 3, ambos edificios con claras

connotaciones religiosas –lo que se ve reforzado por los resultados de los análisis,

principalmente el alto contenido de fosfatos–.

La construcción de una plaza cimentada sobre cajones de adobe requirió de

una gran inversión de materiales y de mano de obra, sobre todo si consideramos que

se rellenó el nivel del terreno para elevarlo hasta alcanzar la altura de la Gran

Plataforma del Edificio B en una obra que involucró no sólo esa parte, sino también la

conformada por la Plazoleta Norte, y que los trabajos implicaron además la

198
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

extracción y transporte de los sedimentos, materia orgánica y agua en grandes

cantidades para elaborar los adobes, desde las márgenes del río hasta la cima de la

loma donde se ubica el sitio; lo cual sugiere la existencia de una gran cantidad de

población que permitiera destinar una gran fuerza de trabajo para la realización de

dichas modificaciones, lo que a su vez podría relacionarse con la llegada de varios

grupos de inmigrantes que se asentaron y unieron con la población local en los

inicios de la conformación de la sociedad tolteca.

En Tula, los adobes son de grandes dimensiones 29, por lo que necesariamente

se elaboraron con los sedimentos fluviales del entorno, cuyas características

principales son la riqueza de materiales finos como limo o arcilla. El manejar estos

materiales implica conocer tanto sus características como el peso y dimensiones que

tendrá la estructura, pues se relaciona directamente con su estabilidad y durabilidad,

además de cómo incidirán en ella las condiciones climáticas –que en este caso son

favorables-, lo cual evidencia el alto grado de conocimiento que, sobre estos

aspectos sustanciales para la edificación arquitectónica, alcanzaron los toltecas.

Todo ello permite inferir la existencia de gremios especializados en la

elaboración de los diferentes aspectos del trabajo constructivo -que involucran tanto

la elaboración del material requerido, como la edificación de la estructura

arquitectónica, desde los cimientos hasta los acabados-; ya que la permanencia y

transmisión de una tradición arquitectónica con sistemas de cimentación a base de

29
Se encontraron diversas medidas, tales como 48 x 22 cm, 40 x 39 x 12 cm, algunos de 75 cm x 1
m, y en la Sala 1 del Edif. 3 se encontraron muros de adobe vaciado in situ, en el impluvium uno de 40
cm de ancho y 92 cm de largo; así como en los sectores Norte y Sur, donde aparecieron dos muros
paralelos de adobe de aproximadamente 1 m de ancho, uno en cada sector, vaciados in situ,
aparentemente de una sola pieza, con dirección E-W (Equihua, 2003:27, 35 y 58; Sterpone,
comunicación personal).

199
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

cajones, que se utiliza en el Clásico en Teotihuacan y que es aplicada para diseñar y

edificar el proyecto constructivo del Recinto Monumental de Tula Grande, desde sus

inicios hasta los periodos posteriores de ocupación y que se mantiene pese a la

diversidad étnica y a la movilidad poblacional que caracterizó a ese periodo, implica

la existencia de grupos constructores especializados. También es una muestra que

los edificadores de Tula tuvieron un gran conocimiento de su entorno, puesto que

pudieron identificar las características de los suelos y de los diferentes materiales, lo

que facilitó su utilización en la construcción de los edificios, adecuando ésta a las

cualidades del ambiente.

Por todo lo anterior, se puede pensar que, pese a los cambios a lo largo del

surgimiento y desarrollo de la sociedad tolteca, los edificadores de esta ciudad

constituyeron un grupo que mantuvo una continuidad en el proyecto constructivo, ya

que esto sólo se logra cuando el conocimiento del grupo constructor y su tradición se

mantiene, acumulándose hasta identificar el problema y la solución. Como se ha

visto, el grupo constructor se sirve de una tradición constructiva plenamente

consolidada desde el Clásico, que se mantiene a lo largo de los diversos periodos de

desarrollo de la cultura tolteca, con lo que puede decirse que la tradición constructiva

de los toltecas, a pesar de sus orígenes pluriétnicos con gran tradición “norteña”, es

muy similar a la utilizada por los pueblos del Altiplano Central, en lo que a la

cimentación y técnica constructiva concierne.

Los cambios que se han observado en la arquitectura tolteca obedecen más

bien a rasgos estilísticos, que son los que le confieren su particularidad y que

seguramente se relacionan estrechamente con factores ideológicos, mismos que no

se contemplan para la realización de este estudio, que se circunscribe al análisis de

200
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

la subestructura de los edificios.

El cambio en los materiales utilizados para la ampliación hacia el este de la

Gran Plataforma del Recinto Monumental de Tula Grande obedece a una adecuación

tecnológica por parte de los constructores hacia el sitio en el que se asientan,

derivada de un conocimiento idóneo de las características de los materiales con los

que contaban y que fueron aprovechados para la construcción de los edificios,

debido a que al utilizar adobe como el elemento constructivo principal, se evitó

sobrecargar la capacidad mecánica de la cimentación, con lo que se abatieron los

problemas estructurales derivados del peso y volumen de las estructuras y se

disminuyó, en gran medida, la aparición de asentamientos diferenciales en los

edificios.

Todo esto tiene que ver con los diversos proceso de adquisición y transmisión

de conocimientos, puesto que se ha visto que los constructores de estos edificios

lograron, además de los conocimientos de los sistemas y técnicas de construcción,

conocimientos bastante precisos acerca de las cualidades y características de los

diversos materiales de su entorno, acumulados a la larga después de construir y

habitar en el sitio durante un gran periodo de tiempo. Tales procesos suceden de

forma continua y son los que posibilitan los avances en el conocimiento, así como la

transmisión y permanencia de una gran tradición constructiva.

Y son también estos procesos de acumulación y transmisión de conocimientos

lo que permite el intercambio, adaptación y utilización de los mismos, permitiendo

que los conocimientos acumulados sean transferidos de un lugar a otro y de una

población o sociedad a otra, la que a su vez los reinterpreta y apropia, de acuerdo a

sus propios parámetros y necesidades.

201
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Por ello, debemos también considerar que la sociedad tolteca estuvo

conformada por una gran diversidad de grupos humanos, muchos de ellos emigrados

del Norte y comúnmente denominados tolteca-chichimecas –si bien se desconoce

con exactitud su filiación étnica, se ha documentado ampliamente la ocurrencia de

migraciones y movimientos poblacionales de grupos del occidente y norte del país

hacia el centro durante el Epiclásico y Posclásico-. Estos grupos, debido a las

características de sus lugares de origen, poseían una amplia experiencia en el

manejo y utilización del adobe como principal elemento constructivo, tal como se

aprecia en sitios “norteños” como La Quemada, Chalchihuites o Paquimé, lo que se

refleja en sus elementos característicos y plenamente identificados con la tradición

“norteña”, como son el Coatepantli, las salas de columnas, el pórtico techado

adosado al basamento, el Chac Mool, entre otros.

Por lo tanto, es factible que al fusionarse con otros grupos ya asentados en el

lugar, las diferentes tradiciones constructivas dan lugar a la arquitectura tolteca, que

si bien mantiene una tradición constructiva desarrollada y utilizada desde el clásico,

utiliza el adobe como principal elemento constructivo, con lo que el cambio en la

utilización de los materiales constructivos pudiera estar también relacionado con el

acercamiento e intrusión de tales grupos con la clase dominante, lo cual, junto con el

aumento poblacional y la serie de remodelaciones observadas en la parte norte del

Tula Grande, podrían ser algunos de los elementos indicativos del inicio del

desarrollo del Estado Tolteca, lo que a su vez permitiría considerar que el inicio de la

conformación del periodo tolteca habría tenido lugar en fechas más tempranas a las

hasta ahora consideradas dentro de la fase Tollan.

Por supuesto, esta consideración no implica que el cambio en la utilización de

202
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

los materiales constructivos responde directamente a la llegada de estos grupos, sino

más bien podría tratarse de un sincretismo de varias tradiciones constructivas que

facilitó la adopción del adobe como principal elemento constructivo.

Lo cierto es que este cambio en la utilización de los materiales de construcción

es realmente significativo, puesto que las construcciones que se sucedieron en torno

al Edificio B a partir de ese momento y las diversas transformaciones que sufrieron y

que culminaron con un gran complejo arquitectónico que se piensa involucró al

Edificio B, el Edificio 3, el Edificio 1 y muy probablemente al Edificio 4, se realizaron

con adobes como principales elementos de construcción.

Sin embargo, los resultados de este trabajo y las consideraciones emanadas

de ellos constituyen principalmente un acercamiento a la manera en que los

constructores de la mítica Tollan-Xicocotitlan conocieron las características de los

elementos de su entorno y la manera en que adecuaron sus edificaciones para

optimizar no sólo el aprovechamiento de los recursos materiales utilizados, sino para

producir los majestuosos edificios descritos en las diversas fuentes históricas que

conformaron Tula Grande, capital del pueblo tolteca y referente obligado dentro de la

historia y mitología de los pueblos prehispánicos del posclásico en el Centro de

México.

203
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

204
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

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Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

ANEXO I: SECUENCIA ESTRATIGRÁFICA DE LOS POZOS ANALIZADOS

POZO 1 (Pz9905-13)

U. E. 01: E. H. De tierra arenosa con piedras de tepetate, raíces y fragmentos de vidrio. Es


un depósito natural. Profundidad: 0.35 m
U. E. 02: E. H. Areno- limoso, compacto con muchas raíces. Profundidad: 0.84 m
U. E. 03: E. I. V. Piso estucado que ha perdido el enlucido hacia el lado norte de la unidad
de excavación, tal vez debido a desgaste por uso.
U. E. 04: E. H. Enlucido de piso estucado destruido casi por completo. Se conserva hacia el
sur de la unidad de excavación. Tiene un grosor de 3 cm. Profundidad: 1.10 m
U. E. 05: E. H. Firme de piso estucado a base de grava y arena de basalto y tezontle molidos
y unidos con cal. Profundidad: 1.10 m
U. E. 06: E. H. Relleno de arena y piedras de basalto, riolita y tepetate blanco. La tierra se
encuentra compactada. Profundidad: 1.12 m
U. E. 07: E. H. Amontonamiento en forma circular de piedras de tepetate. El “círculo” es de
unos 20 cm de diámetro y se encuentra sobre el U. E. 09 (interfacie del enlucido de un piso
estucado). Las piedras de tepetate, de unos 3 a 5 cm de diámetro, están unidas con lodo y
no están talladas ni presentan alteración física de ningún tipo, están únicamente
amontonadas. Profundidad: 1.31 m
U. E. 08: E. I. V. Destrucción del enlucido de un piso estucado (U. E. 08). La U. E. muestra
parte del firme, el cual ha quedado descubierto al perderse el enlucido. Se ubica hacia el
oriente de la unidad de excavación.
U. E. 09: E. H. Enlucido de piso estucado muy deteriorado, se conserva una pequeña
porción de unos 50 cm hacia el oeste de la unidad de excavación y hacia el centro de la
misma, si bien ha desaparecido casi por completo. El enlucido tiene un grosor de unos 0.2
cm. Profundidad: 1.31 m
U. E. 10: E. H. Firme de piso a base de tierra con grava y arena de tepetate y cantera unidos
con cal. Profundidad: 1.31 m
U. E. 11: E. H. Capa de tierra areno-limosa quemada, con un espesor de unos 5 cm, la cual
se ubicó hacia la parte central de la unidad de excavación, al interior de la U. E. 10.
Profundidad: 1.42 m

211
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 12: E. H. Relleno de tierra de tepetate no muy compactado. El tepetate está en forma


de grava, mezclado con la tierra. Se encontró carbón y restos de pigmento de color rojo en el
interior de este estrato. Profundidad: 1.57 m
U. E. 13: E. H. Apisonado de tierra con adobe muy compactados, el adobe no es constante
sino sólo se concentra en algunas partes del estrato, siendo más abundante hacia del centro
de la unidad de excavación, hay algunos fragmentos de cantera en el interior del estrato, la
cual, aparentemente; no muestra huellas de haber estado labrada o trabajada en forma
alguna. Profundidad: 1.78 m
U. E. 14: E. I. V. Enlucido de un piso estucado. Ha quedado descubierto parte del firme por
medio de huecos en el enlucido, provocados tal vez por desgaste.
U. E. 15: E. H. Enlucido de piso estucado que presenta huellas de gotas de pigmento rojo
que cayeron sobre el piso cuando la pintura aún estaba fresca. Tiene muy poca perturbación
(interfacie) y en general está en muy buen estado de conservación. El espesor del enlucido
es de 0.3 cm. Profundidad: 2.11 m
U. E. 16: E. H. Firme de piso a base de cal, basalto y tezontle molido en forma de grava y
arena. Las partículas que conforman este estrato están muy unidas entre sí por la cal, lo cual
lo hace muy duro y compacto. Profundidad: 2.11 m
U. E. 17: E. H. Relleno de tierra areno-limosa con tepetate molido en forma de arena y grava
muy compactado, no presenta materiales arqueológicos. Profundidad: 2.15 m
U. E. 18: E. I. V. Enlucido de un piso estucado sumamente deteriorado. En donde el enlucido
se ha perdido. Ha quedado descubierto el firme del piso. El deterioro ocupa el centro y el sur
de la unidad de excavación.
U. E. 19: E. H. Enlucido de piso de estuco muy deteriorado. El enlucido se conserva
únicamente hacia al norte y el oeste del pozo. El estuco está hecho de cal. El espesor del
enlucido es de 0.1 cm. Profundidad: 2.20 m
U. E. 20: E. H. Firme de un piso a base de estuco y tepetate y tezontle molidos del tamaño
de la grava y la arena unidos con cal. Profundidad: 2.20 m
U. E. 21: E. H. Relleno de un piso a base de tierra areno- limoso y tepetate molido (arena y
grava) y compactados levemente. Presenta algunos materiales arqueológicos, aunque muy
pocos, como cerámica y obsidiana.
Profundidad: 2.20 m
U. E. 22: E. H. Relleno o apisonado a base de tepetate molido en forma de guijarros y
algunos fragmentos de adobe. Se encuentra muy compactado. Profundidad: 2.36 m

212
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 23: E. H. Relleno de tierra con tepetate molidos, presenta guijarros de tepetate hacia el
extremo norte y el centro de la unidad de excavación, por lo que se puede observar un
abultamiento en esa zona. También presenta fragmentos de estuco (firme y enlucido)
fracturados, en los cuales el firme es de grava de tepetate unida con cal. Se encontró carbón
en la parte más baja del estrato, hacia la esquina noreste. Profundidad: 2.61 m
U. E. 24: E. H. Compuesto de piedras (guijarros) de tepetate y tierra a manera de relleno de
cimientos de caja. Las piedras no están muy unidas entre si, y la tierra no está compactada,
presenta un abultamiento hacia el centro.
Profundidad: 2.61 m
U. E. 25: E. V. Muro aparentemente de caja constructiva. Está orientado de norte a sur y
tiene unos 40 cm de grosor está hecho de tepetate (lajas) y basalto, las piedras son
aproximadamente de 20 a 40 cm de diámetro y están unidas con tierra (lodo). Está al oeste
de la unidad de excavación. Las piedras no están “careadas” ni trabajadas de alguna
manera, únicamente se encuentran apiladas formando una fosa de deposición. Profundidad:
2.55 m
U. E. 26: E. V. Muro de caja constructiva con una orientación norte-sur. Se encuentra hacia
el lado este del área de excavación, está hecho de lajas de tepetate y basalto de
aproximadamente 20-40 cm de diámetro. Las piedras se encuentran unidas con lodo. El
muro se desplanta unos 20 cm a partir de un apisonado (U. E. 28). Las piedras no están
“careadas” formando un perfil, únicamente han sido alineadas. Profundidad: 2.49 m
U. E. 27: E. V. Muro de tepetate aparentemente de cimientos de caja, las piedras están
unidas con tierra y tienen unos 20 – 40 cm de diámetro. Orientación este-oeste y está al
norte del área de excavación. Las piedras no están “careadas”. Profundidad: 2.57 m
U. E. 28: E. H. De tierra muy compactada. Apisonado de tierra areno-limosa con tepetate
molido y aproximadamente un 5% de tezontle, ambos en forma de grava. Profundidad: 2.82
m
U. E. 29: E. H. Relleno de tierra con piedras de tepetate (guijarros). Las piedras tienen un
diámetro de unos 15-20 cm hacia la esquina noroeste de la unidad de excavación las piedras
son más grandes, de unos 35-50 cm de diámetro, también hay una porción del 3%,
aproximadamente, de piedra de basalto de 35-50 cm de diámetro. Profundidad: 2.90 m
U. E. 30: E. H. De lodo compactado de unos 60 cm este-oeste y unos 20 cm norte-sur de
longitud. Está hacia el centro de la unidad de excavación, entre dos estratos de relleno de
piedras de tepetate. Hay algunos restos de carbón en el interior del estrato. Tiene un espesor
aproximado de 5 cm. Profundidad: 3.60 m

213
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 31: E. H. De piedras de tepetate y tierra areno-limosa. El tepetate tiene unos 40-50 cm


de diámetro. Hay algunos tepetates acomodados en líneas rectas, pero sin llegar a ser
muros. Las piedras están acomodadas en dirección norte-sur. No están careadas. Las
piedras de tepetate no están sujetas con nada, si acaso con tierra (la que hay en el mismo
estrato). También hay piedras de basalto de 45-60 cm de diámetro. Profundidad: 3.60 m
U. E. 32: E. I. V. Enlucido de un piso que se encuentra muy deteriorado. El E. I. V. se
observa, principalmente, hacia el oeste de la unidad de excavación, si bien en todo el
enlucido hay huellas de desgaste, el E. I. V ha dejado descubierto el firme.
U. E. 33: E. H. Enlucido a base de cal, tiene aproximadamente un grosor de 0.1 cm, se
encontró muy gastado y deteriorado, con un “abultamiento” hacia el centro con partes que al
golpearlo se oye hueco. En las partes en que está desgastado adquirió un color gris y se
siente rasposo al tacto. Profundidad: 4.01 m
U. E. 34: E. H. Firme de piso a base de piedras y cal. Las piedras son grava y guijarros de
tepetate unidos con cal. Es un firme con un grosor de 8 a 10 cm y presenta una apariencia
“rocosa”, estas van desde los 2 cm de diámetro hasta 8 m aproximadamente. Profundidad:
4.01 m
U. E. 35: E. H. Relleno debajo de un piso compuesto por tierra y fragmentos de tepetate no
muy compactados. Hay abundantes “terrones”. Se encuentra por debajo del firme del piso
(U. E. 34). Es de color café oscuro. Tiene muchas raíces. El relleno tiene aproximadamente
un 2% de tezontle molido (arena y grava). Profundidad: 4.09 m
U. E. 36: E. I. V. Que rompe el enlucido de un piso. El piso casi ha desaparecido por
completo, por lo que es una pérdida muy grande. Ha quedado descubierto el firme de otro
piso que va por abajo, aparentemente compuesto de cal y tepetate.
U. E. 37: E. H. Enlucido de un piso, el cual ha desaparecido casi por completo y tiene un
grosor de 0.1 cm aproximadamente. Se conserva hacia el este de la unidad de excavación y
presenta un declive hacia esa misma parte. Está compuesto por cal y tepetate molidos y
tiene un color grisáceo.
Profundidad: 4.19 m
U. E. 38: E. H. Firme de piso, a base de cal y tepetate molido. Tiene un grosor de 2 a 3 cm
aproximadamente y se conserva hacia el lado este de la unidad de excavación, lado hacia
donde presenta un declive. Se desmorona al tomarlo. Profundidad: 4.19 m
U. E. 39: E. I. V. Del enlucido de un piso. Queda descubierto el firme a base de cal y grava
de tepetate, abarca principalmente el oeste y el centro del área de excavación.

214
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 40: E. H. Enlucido de un piso, se conserva hacia el este de la unidad de excavación. En


esta parte se observa que el enlucido tuvo una buena calidad, muy pulido, ha sido raspado
en algunas partes. Esta estucado. Tiene un grosor de 0.1 cm aproximadamente, es de color
café. Presenta un hundimiento hacia el este. Profundidad: 4.23 m
U. E. 41: E. H. Apisonado de tierra gris muy compacta. Es un estrato con un grosor de 1mm
y sólo se observan unos manchones de 4 a 5 cm de diámetro hacia el noreste del cuadro y
se ubica entre el enlucido y el firme de un piso. Al parecer no estuvo debajo de todo el piso.
Se encontró hacia el noreste de la unidad de excavación. Profundidad: 4.23 m
U. E. 42: E. H. Apisonado de adobe, de un grosor de 2 a 3 cm se encuentra en el extremo
noreste del cuadro, entre un apisonado de tierra gris y el firme de un piso (U. E.40 y 42).
Esta compuesto de tierra y fragmentos de adobe. No estuvo debajo de todo el enlucido, al
parecer únicamente al noreste. Profundidad: 4.23 m
U. E. 43: E. H. Firme, a base de cal y grava de tepetate. El firme tiene distintos espesores,
desde 3 a 10 cm aproximadamente. En partes se mete en algunos huecos del relleno de
tierra que está por debajo. Es más espeso hacia el norte. Profundidad: 4.23 m
U. E. 44: E. H. Relleno de tierra con tepetate y fragmentos de adobe de color oscuro.
(probablemente tenga abundante materia orgánica). Tiene un desnivel con la parte más baja
hacia el este. No se encuentra muy compactado. En el contacto con la U. E.42 presenta
huecos por donde entra el firme de un piso (U. E. 43). Profundidad: 4.27 m
U. E. 45: E. H. Relleno de piedras de tepetate y tierra. Las piedras tienen un diámetro de 30
a 50 cm aproximadamente. La superficie del estrato es muy irregular dejando muchos
huecos, algunos han sido rellenados con piedras chicas de tepetate de 10 a 20 cm de
diámetro. Por el color y la textura de la tierra, parece que se trata de la misma del estrato que
estaba encima de la U. E.44, un relleno de tierra. La tierra no está sujetando a las piedras,
sino que parece haberse filtrado de la U. E. 44. Solo tuvo una piedra de basalto de 50 cm de
diámetro. Profundidad: 4.37 m
U. E. 46: E. H. Relleno de tierra areno-limosa con tepetate molido y aproximadamente un
1% de grava de tezontle. El tepetate esta en forma de grava y guijarros y la tierra no tiene
mucha compactación. La tierra tiene un color oscuro tal vez por ser rica en materia orgánica.
El estrato parece estar bastante bien nivelado, con poca pendiente. Profundidad: 4.58 m
U. E. 47: E. H. Tepetate. Roca madre. El tepetate tiene una pendiente, con la parte más baja
hacia el este, es de color blanco y presenta abundantes huecos. Superficie irregular.
Profundidad: 4.73

215
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 2 (Pz 9906-140)

UE 01: E. H. Depósito natural de tierra arenosa de color café claro de 40 cm de espesor,


mezclado con raíces y algunas piedras de tepetate. El estrato presenta pequeñas, capas
laminares. Profundidad: 0.37 m
U. E 02: E. I. V. Que destruyo parte de la secuencia estratigráfica. La interfacie se registra en
la parte central del área de excavación y corre de oeste a este.
U. E. 03: E. I. V. Piso de estuco asociada a la perdida del enlucido registra en casi toda el
área de excavación. Detallando el enlucido son sólo unos pequeños fragmentos quedando
expuesto el firme e inclusive este segundo estrato se perdió por el E. I. 2.
U. E. 04: E. H. Enlucido de un piso de estuco encontrando sólo algunas lentículas del
enlucido interrumpido por la U. E. 02, perdiendo gran parte del piso. El enlucido tiene 0.1 cm
de espesor con una pendiente de este a oeste.
Profundidad: 0.71 m
U. E. 05: E. H. Firme de tepetate en forma de arena y grava que sirve como base para
colocar el enlucido. El estrato tiene 3 cm De espesor y presenta la misma pendiente de la U
.E.04. El estrato se perdió en gran parte del área de excavación producto de la U .E. 02.
Profundidad: 0.72 m
U. E. 06: E. H. Relleno areno/limoso mezclado con fragmentos de piedra de tepetate. El
estrato es compacto y tiene un espesor de 6cm en el sector oeste y 12 cm en el sector este.
La pendiente es de este a oeste. Profundidad: 0.75 m
U. E. 07: E. H. Que forma parte del mismo relleno de la U. E. 6. Este estrato esta formado
por un tendido de adobe mezclado en algunas partes con tierra. El estrato tiene 4 cm de
espesor y una pendiente de oeste a este. Profundidad: 0.83 m
U. E. 08: E. I. V. Asociado a la perdida del enlucido del piso de estuco registrado en un
costado norte del área de excavación. El estrato presenta fracturas en el costado este y
oeste.
U. E. 09: E. H. De un enlucido de un piso de estuco encontrándose destruido en un costado
norte del área de excavación. El estrato presenta otras interfacies por la pedida del enlucido
y algunas fracturas en el costado este y oeste.
Profundidad: 0.88 m
U. E. 10: E. H. De un firme de tepetate en forma de arena y grava y mezclado con algunas
piedras pequeñas de río. El estrato presenta dos tipos de tepetate uno de color hueso y otro
color ocre. El estrato presenta una marcada pendiente hacia el este, producto del

216
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

asentamiento de los estratos originados por la humedad el peso de la estructura y la


composición misma de los estratos, detallando el estrato cubría la estructura, no obstante se
observa el hundimiento del piso quedando fractura justo donde se localiza, debajo un estrato
vertical de una estructura en talud. El espesor del estrato es de 3 cm cabe señalar, el piso se
encuentra entre dos estratos de adobe. Profundidad: 0.89 m
U. E. 11: E. I. H. Asociado a la destrucción del muro talud el cual a perdido parte de su
integridad en la parte superior.
La estructura ha perdido algunas de las piedras que formaban parte del sistema constructivo
U. E. 12: E. H. De un apisonado de adobe vaciado In situ, aunque se observo que hay una
área donde se deposito tierra. El espesor del estrato es de 5 a 6 cm De espesor.
U. E. 13: E. H. Relleno de nivelación, formado por tierra areno limosa café claro, mezclado
con arena de tepetate. El estrato es una delgada capa de entre 3 y 4 cm, Formando parte del
mismo sistema de relleno que viene desde el estrato 12. Profundidad: 0.92 m
U. E. 14: E. H. Del mismo sistema de relleno que se detecto desde la U. E.12. El relleno esta
formado por tierra areno- limosa mezclado con tepetate y fragmentos de adobe. Cabe
señalar que los fragmentos de adobe se encontraron de forma dispersa aunque en el
costado sur se encontró una mayor concentración. El espesor del estrato en el lado oeste es
de 94 cm y en el este es de 86 cm. Profundidad: 0.96 m
U. E. 15: E. I. V. Piso, asociado a varios desgastes del piso y algunos fisuras del enlucido. El
mismo enlucido tiene 0.2 cm de grosor y esta asociado a los pozos excavados en el mismo
corredor en el costado este donde se localizaron las huellas de pies y manchas de pintura
roja.
U. E. 16: E. H. De un enlucido de un piso de estuco de 2 mm de grosor. El enlucido esta
asociada al talud haciendo chaflán con la estructura. El enlucido presenta varios desgastes
quedando expuesto el firme. El estrato tiene una pendiente de este a oeste. La pendiente
tiene 6 cm El estrato esta asociado al piso localizado en la coordenada 0 II y x 00. Asociado
con las huellas de pies y manchas de pintura roja. Profundidad: 1.84 m
U. E. 17: E. H. firme de tepetate en forma de arena. El firme tiene de 2 a 3 cm de espesor.
El estrato a diferencia de otros firmes se encontró con una composición más fina sin
inclusiones de grava, aunque con algunas pequeñas piedras de aproximadamente 0.3 cm.
Profundidad: 1.84 m
U. E. 18: E. H. De un firme de tezontle que fue depositado debajo del firme de tepetate. El
tezontle se encontró en forma de arena y tiene un espesor de 3 cm Aunque en algunas áreas
llega a disminuir hasta 0.3 cm. Profundidad: 1.86 m

217
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 19: E. I. V. Asociado a la destrucción del primer enlucido colocada como acabado del
muro-talud. La interfacie se registra en la mayor parte del talud. Quedando la mayor parte
conservada en la superior del costado norte.
U. E. 20: E. H. De un enlucido que cubre la superficie de la estructura talud. El acabado al
último enlucido el cual tiene menos de 1 mm de espesor y se encuentra sumamente
fracturado. Detallando se puede observar que el pulido fue realizado en forma circular ya que
quedaron impresas las huellas del objeto con el que fue manufacturado. Por otra parte en el
enlucido se pueden observar huellas de pintura roja. Profundidad: 1.87 m
U. E. 21: E. I. H. Del segundo enlucido que cubre la estructura talud.
U. E. 22: E. H. Del segundo enlucido colocado en la estructura talud. El estrato sólo quedan
restos en algunas piedras y la mayor parte se encuentra en la sección noroeste. El acabado
se encuentra adosado a la piedra con 1 o 2 mm de espesor.
U. E. 23: E. H. De un firme de tepetate ubicado entre los acabados de estuco que recubren
la estructura talud. El firme se observa que en lagunas áreas se colocó más grueso para
nivelar la irregularidad de la superficie, teniendo en la parte más ancha de 2 cm y la más
angosta de 0.5 cm
U. E. 24: E. I. V. Registrado en casi toda el área de excavación corresponde a la destrucción
del enlucido del piso de estuco.
El elemento interfacial destruyó no sólo el enlucido sino también el firme tepetate quedando
expuesto el relleno de nivelación.
U. E. 25: E. H. Enlucido de estuco sólo unos pequeños fragmentos en el costado sur del área
de excavación.
El estrato se encuentra en los pozos que se abrieron en el mismo pasillo se encontró
prácticamente destruido. Profundidad: 1.90 m
U. E. 26: E. H. Firme de tepetate localizado sólo en el costado norte. El estrato se encontró
en el Pz9905-13. También sumamente deteriorado. Profundidad: 1.90 m
U. E. 27: E. H. Lentícula de arenilla depositada en la esquina sureste del área de excavación.
El estrato se localizo al mismo nivel de la U. E. 28.
Profundidad: 1.84 m
U. E. 28: E. H. De un relleno de nivelación formado de tierra areno- limosa mezclado con una
gran cantidad de fragmentos de tepetate, piso de estuco, tezontle, basalto y adobe. El
estrato tiene 30 cm de espesor y cubre de relleno de piedras de tepetate del sistema de
cajas. Profundidad: 1.90 m

218
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 29: E. H. De un deposito de tierra areno/limosa que quemada localizado en el costado


este del área de excavación. En el estrato se encontraron algunos fragmentos de hueso.
Posiblemente el estrato este asociado a alguna actividad alimenticia. Profundidad: 1.96 m
U. E. 30: E. H. De un deposito de piedras de basalto de diferentes tamaños. El estrato
corresponde a uno de los depósitos del relleno de sistema de cajas. El estrato se encontró
mezclado con poca tierra. Las piedras de basalto son de dos tipos una es de basalto lisa y la
otra de basalto “chino”.
U. E. 31: E .H. Deposito de piedras de tepetate de tamaño regular entre 20 y 40 cm
mezclado con poca tierra. En el perfil sur se puede observar un mejor acomodamiento en los
estratos del relleno posiblemente se debe a que en ese costado se localiza la destrucción del
muro talud. Profundidad: 2.24 m
U. E. 32: E. H. De tierra areno limosa que fue depositada entre los dos rellenos de piedra de
tepetate grande y tepetate chico. El estrato forma parte del relleno del sistema de cajas. El
estrato tiene 15 cm de espesor.
U. E. 33: E. H. De un deposito de piedras chicas de tepetate de aproximadamente 10 cm El
estrato forma parte del sistema de cajas. El estrato se encontró con tierra. Profundidad: 2.53
m
U. E. 34: E. H. De un deposito de piedras de tepetate de entre 15 y 50 cm aproximadamente
mezcladas con tierra. El depósito tiene un espesor de 1 m aproximadamente. El costado
oeste se observó que el relleno de piedras fue colocado de forma más cuidadosa, justo
donde se localizó la estructura talud. Profundidad: 2.74 m
U. E. 35: E. I. H. Relacionada a la destrucción del enlucido de estuco de 3 mm de espesor.
El piso presenta varios desgastes del enlucido, quedando expuesto el firme de tezontle.
U. E. 36: E. H. Enlucido de un piso de estuco, de aproximadamente 3 mm de espesor, con
una pendiente de oeste a este. El estrato presenta una ligera coloración rojiza producto del
firme de tepetate. El estrato está correlacionado con él ultimo piso localizado en el Pz9905-
13. Profundidad: 3.75 m
U. E. 37: E. H. Firme de tezontle. Profundidad: 3.82 m
U. E. 39: E. H. De un apisonado de cantera en forma de arena y fragmentos de tepetate del
mismo. El estrato se localizó debajo del firme del tezontle. El apisonado tiene 10 cm de
espesor. Profundidad: 3.82 m
U. E. 40: E. H. De un relleno de tierra limosa con pequeñas inclusiones de tepetate en forma
de arena. El estrato tiene 2 cm de espesor. Profundidad: 3.88 m

219
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 41: E. H. De un relleno de tierra areno- limosa compacta de 1.5 cm de espesor. Él


deposito no tiene inclusiones. Profundidad: 3.90 m
U. E. 42: E. H. De un relleno de tierra areno/limosa mezclado con tezontle, fragmentos de
cantera, piso de estuco y piedras de tepetate. Profundidad: 3.98 m
U. E. 43: E. H. De un relleno de tierra compacta conformada por dos tipos de tierra una de
ellas es arenosa con inclusiones de tepetate, cantera y tezontle en forma de arena. La otra
es una tierra limosa pura de una tonalidad más obscura. En el estrato. Profundidad: 4.07 m
U. E. 44: E. H. De un relleno de tierra arenosa café ocre. El estrato corresponde a un estrato
natural sin material cultural
U. E. 45: E. H. De un deposito natural de tepetate y corresponde al último estrato de la
secuencia estratigráfica. La topografía del tepetate es bastante homogénea. Profundidad:
4.15 m
U. E. 46: E. V. Muro en talud construido en piedra de basalto de 1.40 m de alto y unido con
una argamasa de lodo. El estrato tiene 1.40 m de alto un grosor de 40 cm con un ángulo de
inclinación de 30º. El espesor del muro es de 40 cm. Profundidad: 0.56 m.

220
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 3 (Pz 9902-10)

U. E. 01: E. H. Cemento con grava, de 16 cm de espesor. Evidencia de la preparación de la


mezcla utilizada en trabajos de restauración del edificio 1. Profundidad 1.10 m
U. E. 02: E. H. Depósito de tierra, con textura areno-limoso mezclado con materia orgánica
(raíces). Profundidad 1.16 m
U. E. 04: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco.
U. E. 05: E. H. Enlucido de un piso de estuco, como máximo 0.2 cm de grosor. Se halló en
mal estado de conservación, siendo el costado oriental el mejor conservado. Profundidad
1.13 m
U. E. 06: E. H. Firme de un piso de gravilla y arena de tepetate., de 3mm de grosor.
Profundidad 1.13 m
U. E. 07: E. H. Depósito de tierra compactada areno-limosa de color café oscuro. Este
depósito se encontró entre dos pisos. Profundidad 1.17 m
U. E. 08: E. I. V. Pérdida de la integridad de un piso de estuco. Fracturas que van en
dirección de norte-sur.
U. E. 09: E. H. Enlucido de un piso de estuco de 2 mm de grosor. Se encontró incrustado un
tiesto. El estrato presentó una pendiente de oeste a este. Profundidad 1.32 m
U. E. 10: E. H. Firme de un piso de arena de tepetate mezclado con grava, de 0.3 cm de
grosor. Profundidad 1.32 m
U. E. 11: E. H. Depósito de arena fina que se halló por debajo del firme de 0.8 cm de grosor.
El estrato forma parte del sistema constructivo de los pisos de tradición tolteca. Profundidad
1.34 m
U. E. 12: E. H. Relleno de nivelación areno-limoso, mezclado con fragmentos de piedra de
tepetate, basalto y adobe. Profundidad 1.34 m
U. E. 13: E. I. H. Destrucción parcial de la U. E.14.
U. E. 14: E. V. Muro de adobe del sistema de cajas de relleno; orientado norte-sur, de 3 m de
largo por 57 cm de ancho y 31 cm de grosor. No se observan las juntas. Profundidad 1.92 m
U. E. 15: E. H. Depósito de piedras localizadas en el cuadrante suroeste y parte del
noroeste. Profundidad 2.10 m
U. E. 16: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco. Fracturas registradas en
dirección norte-sur y centro del área de excavación. El deterioro se ubicó en la esquina
noroeste.

221
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 17: E. H. Enlucido de un piso de estuco. Dos residuos: en el cuadrante suroeste-


noroeste, de 0.6 cm de grosor y de 0.3 cm. en la porción sureste-noroeste. Se halló en
relativo buen estado de conservación con excepción de las fisuras registradas en la parte
central. Presentó una pendiente declinante en dirección oeste-este. Profundidad: 2.17 m
U. E. 18: E. H. Firme de grava y arena de tepetate. El grosor oscilaba de 1.2 cm en el
cuadrante suroeste-noroeste, a 3.8 cm en el cuadrante sureste-noreste. Profundidad: 2.17 m
U. E. 19: E. H. Firme de tezontle de 0.5 cm promedio de espesor.
Profundidad: 2.19 m
U. E. 20: E. H. Relleno de nivelación. De 0.2 cm de espesor, en el extremo noroeste; 3 cm en
el costado noreste y 4.5 cm en la porción sureste.
Profundidad: 2.26 m
U. E. 21 y 22: E. H. Resane circular de estuco de 14 cm de diámetro.
Profundidad: 2.51 m
U. E. 25: E. I. V. Pérdida de integridad del enlucido de un piso de estuco.
U. E. 26: E. H. Enlucido de un piso de estuco. Presentó una pendiente oeste-este de menor
a mayor profundidad. Se halló en mal estado de conservación registrando varias fracturas.
Profundidad 2.54 m
U. E. 27: E. H. Firme de un piso de grava y arena de tepetate. Profundidad: 2.55 m
U. E. 28: E. H. Firme de tezontle. Profundidad: 2.55
U. E. 29: E. H. Relleno de nivelación. Profundidad: 2.58 m
U. E. 30: E. H. Fragmento de apisonado de tepetate. Localizado en la esquina noreste.
Profundidad: 2.67 m
U. E. 32: E. V. Muro de adobe orientado este-oeste, que forma parte del sistema de cajas de
relleno. Las dimensiones de éste eran de 0.50 m. de ancho por 1.50 m. de largo.
Profundidad: 2.70 m
U. E. 34: E. H. Lentícula de un apisonado de tepetate, ubicado únicamente en el extremo
noroeste del perfil. Profundidad: 2.65 m
U. E. 35: E. H. Relleno arcillo-arenoso muy compacto con abundante materia orgánica,
mezclado con fragmentos de adobe de forma irregular. De1.10 m promedio, de espesor.
Forma parte de uno de los depósitos del sistema de rellenos de la caja que fue empleada
para cubrir la estructura en talud. Sobre el relleno desplantó una superficie para colocar un
piso. Este estrato esta correlacionado con la U. E. 37, ya que el muro de adobe condicionó la
formación de cuencas de disposición separadas. Resultó nula la presencia de material
cerámico. Profundidad: 2.65 m

222
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 36: E. H. Relleno arcillo-arenoso, poco compacto, mezclado con tepetate, fragmentos


de pisos de estuco, tezontle y arena. Presentó un espesor promedio de 40 cm. Este estrato
se asocia a un evento de deposición que alteró parte del muro de adobe originando un
elemento interfacial. Por las características de la composición, es probable que este estrato
se relacione parcialmente con una deposición de arrastre por lluvia. El estrato es muy
irregular, y que tiene un incrementado desnivel tendiente hacia el norte y el este.
Profundidad: 3.25 m.
U. E. 37:E. H. Depósito arcillo arenoso, de alta compactación y color gris oscuro, con
evidencia de fragmentos de adobe, y escasos de tepetate. En promedio de 58 cm de
espesor. Representa un relleno del interior de la caja, que tuvo por fin cubrir la estructura de
talud, además de dar volumen y crear una superficie de nivelación. Este relleno fue
depositado para salvar las irregularidades de la disposición de la U. E. 36 y poder nivelar la
superficie de las cajas de relleno y desplante del piso. El estrato se asocia a la U. E. 35
donde funcionó como relleno de caja. Profundidad: 2.65 m
U. E. 38:E. H. Depósito areno-arcilloso, compactado de color café grisáceo muy oscuro;
mezclado con tepetate y algunos fragmentos de adobe. Su espesor era de aproximadamente
32 cm. Mismas características de las U. E. 36 y 37. Profundidad: 3.40 m
U. E. 39: E. I. H. Pérdida parcial de la U. E. 32. Se ubica al pie del muro de adobe y está
formado por fragmentos de adobe irregulares. En el mismo sitio, en la cara sur que forma
parte del sistema de caja, fue recuperado partes de estos adobes que debieron formar el
muro, y que debido a procesos de erosión causa del derrumbe en algún momento.
Profundidad: 3.85 m
U. E. 40: E. I. H. Pérdida parcial de la superficie de la plataforma. Debido a que carece de
evidencia de una superficie horizontal, tal como restos de piso y por el acabado superior de
la estructura, suponemos, que se deba a que parte de la estructura fuera nivelada para
colocar el relleno. Otra posibilidad es que la U. E. 34 funcionara como piso y acabado
superior de la plataforma.
U. E. 41: E. H. Relleno de la U. E. 42 de tierra limosa color café claro. Profundidad: 2.32 m
U. E. 42: E. I. V. Alineamiento de piedras ubicadas en la parte superior de la plataforma, las
cuales forman un semicírculo de 40 cm de diámetro y una profundidad de 6 cm. La oquedad
fue rellenada con la U. E. 41.
U. E. 43: E. H. Revestimiento de la plataforma, conformado principalmente por piedras de
tepetate, así como de basalto, de tamaño medio y pequeño (entre 5 y 20 cm). Entre los
intersticios había tierra arcillo-arenosa poco compacta. Profundidad: 3.97 m

223
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 44: E. V. Muro en talud de plataforma, integrado por piedras, básicamente de tepetate y


por lajas de basalto. Muchas de las piedras están careadas y su tamaño varía de 5 a 20 cm
de ancho. El promedio del largo es de 20 cm. Es importante de hacer notar que no se
recuperó enlucido sobre el talud, únicamente algunas piedras se hallaron encaladas.
Profundidad: 3.25 m
U. E. 45: E. H. Depósito areno-arcilloso mezclado con abundante arena de tepetate,
cerámica molida y fragmentos de tezontle. Sedimento altamente compactado, el cual al
parecer, funcionó como apisonado. Sobre este estrato desplanta el talud. Profundidad: 3.95
m
U. E. 46: E. H. Depósito de arena fina, de baja compactación y color café grisáceo. Este
estrato se localizó únicamente al suroeste del área de excavación. Profundidad: 4.01 m.
U. E. 47: E. H. Pigmento de color rojo asociado a la U. E. 46. Únicamente se localizaron
unos pequeños fragmentos depositados sobre la arena en la esquina sureste. Profundidad:
4.06 m
U. E. 48: E. H. Depósito arcillo-arenoso con abundante tepetate molido y carbón, así como
fragmentos de adobe. También se recuperaron fragmentos de pisos de estuco, semejantes
al piso U. E. 18 recuperados en el Pz9901-00. Cabe mencionar que la presencia de material
resultó escasa, casi nula.
Profundidad: 4.02 m
U. E. 49: E. H. Alineamiento de piedras basálticas en dirección norte-sur, las cuales
funcionaron para dar soporte al desplante de la plataforma. En conjunto tienen una extensión
de 1.40 m, y cada piedra de tamaño regular, entre 20 y 30 cm de largo. Profundidad: 4.11 m
U. E. 50: E. H. Depósito arcillo-arenoso con abundante presencia de fragmentos de piso de
estuco. Profundidad: 4.15 m
U. E. 51: E. H. Depósito arcillo-arenoso, con una composición de tepetate molido y en
abundancia, lajas pequeñas de tepetate. De alta compactación y humedad. Continuó la
presencia de fragmentos de piso de estuco. Este estrato debió funcionar como relleno.
Profundidad: 4.25 m
U. E. 52: E. H. Depósito arcillo arenoso poco compacto, mezclado con abundantes
fragmentos de adobes, de estuco y tepetate. Correspondió a un relleno que fue colocado al
sur de las U. E. 53 y 54. Podemos definirlo como un contexto secundario debido a la
presencia de materiales heterogéneos y fragmentados, especialmente materiales de
construcción. Profundidad: 4.45 m

224
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 54: E. H. Empedrado de tepetate de un espesor aproximado de 9 cm. Éste se


componía de pequeñas piedras de tepetate de 7 y 11 cm de largo. Profundidad: 4.33 m
U. E. 55: E. H. Depósito de arcilla compactada, mezclada con fragmentos de adobe y
tepetate, el cual sirvió de relleno y firme al empedrado U. E.54. Este relleno cubrió la
interfacie dejada por las U. E. 59 y 66 y es un evento posterior a estas deposiciones y que
además las alteró. Profundidad: 4.48 m
U. E. 57: E. H. Depósito arcilloso de 1 a 2 cm de espesor, de alta compactación. Este estrato
funcionó como piso de ocupación asociada a lo que parece ser un muro doble. El piso se
ubicó al sur de dicho muro. El estrato forma chaflán en uno de los muros, siendo parte del
acabado de la U. E. 63. Profundidad: 4.53 m
U. E 58: E. I. H. Pérdida parcial de la U. E. 57, debido a la colocación del empedrado, U. E.
54.
U. E. 59: E. H. Depósito arcilloso de 1 a 2 cm de espesor, de alta compactación. Este estrato
funcionó como piso de ocupación o apisonado al norte de la U. E. 32. El estrato al igual que
el piso localizado al sur de la U. E. 57 formaba chaflán con el muro. El piso está fragmentado
al norte debido a la colocación del empedrado. Profundidad: 4.55 m
U. E. 60: E. H. Depósito arcilloso de 1 a 2 cm de espesor. Contenía partículas de carbón.
Este estrato sirvió como base al piso de ocupación. Profundidad: 4.54 m
U. E. 61: E. H. Depósito arcilloso con un espesor de 2 cm. Contenía partículas de carbón.
Este estrato sirvió como firme al piso de ocupación. Profundidad: 4.56 m
U. E. 62: E. I. H. Pérdida parcial de un muro o banqueta baja de arcilla.
U. E. 63: E. V. Muro o banqueta baja de consistencia arcillosa.
Profundidad: 4.37 m
U. E. 64: E. I. H. Pérdida del enlucido de un piso de estuco, producto de la deposición de un
empedrado que alteró la superficie y características de la U. E.65.
U. E. 65: E. H. Enlucido de arena de tepetate mezclado con cal. Presentó de 0.3 a 0.6 cm de
grosor. Se halló fragmentado al norte del área de excavación a causa de la deposición del
empedrado. Profundidad: 4.55 m
U. E. 66: E. H. Enlucido de arena de tepetate mezclado con cal, de 0.3-0.6 cm de grosor. Al
norte limitaba con la U. E 63. Esta limitado por el muro de tierra. Profundidad: 4.54 m
U. E. 67: E. H. Depósito de arcilla color café rojiza oscuro mezclado con pequeños
fragmentos de adobe; de alta compactación y humedad. Este estrato funcionó de firme al
enlucido de tepetate y cal (U. E. 65). Se ubicó al sur de la U. E. 32. Profundidad: 4.65 m

225
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 68: E. H. Depósito de arcilla color café rojizo oscuro que se encontró compuesto por
pequeños fragmentos de adobe, de alta compactación y humedad. Este estrato funcionó
como firme al enlucido de cal y tepetate (U. E. 66). Se registró al norte del muro de adobe.
Profundidad: 4.59 m
U. E. 69: E. H. Depósito limoso, de alta humedad y compactación media. Se observó de una
coloración grisácea tendiente al oscuro. Contenía gran cantidad de fragmentos de cantera
molida. Debió funcionar como relleno de nivelación. En este estrato desplanta el muro de
adobe (U. E. 63). Profundidad: 4.65 m
U. E. 70: E. H. Depósito arcillo-arenoso con abundantes fragmentos de tepetate. Su
composición daba la apariencia de un empedrado, salvo que la compactación no era buena.
Por esta razón consideramos un relleno compuesto por gran cantidad de piedras y tepetate
molido. Profundidad: 4.69 m
U. E. 71: E. H. Depósito de arcilla quemada con abundante carbón. De alta compactación y
tonalidad oscura. Profundidad: 4.69 m
U. E. 72: E. H. Depósito de arena de textura media mezclada con tepetate molido y baja
humedad. Debido a la gran compactación, este estrato debió funcionar como piso de
ocupación o apisonado. Profundidad: 4.70 m
U. E. 73: E. V. Muro de piedra de basalto que funcionó de cimiento al muro de adobe (U. E.
63). La presencia de este alineamiento provocó la creación de dos cuencas de deposición
diferenciadas al norte y al sur del mismo.
Profundidad: 4.65 m
U. E. 74: E. H. Depósito arcillo-arenoso, de 1 cm de espesor; de alta compactación y color
café oscuro. Por las características del estrato, debió funcionar como un apisonado.
Profundidad: 4.74 m
U. E. 75: E. H. Depósito de arcilla, en presencia de algunos fragmentos pequeños de
tepetate y basalto. Sedimento de baja compactación. Este estrato debió funcionar de firme al
apisonado (U. E. 74). Profundidad: 4.75 m
U. E. 76: E. H. Relleno de tierra arcillo-arenoso mezclado con fragmentos de tamaño
pequeño de piedra de basalto. Sedimento compactado de tonalidad gris muy oscuro. Este
depósito debió funcionar como relleno. Profundidad: 4.74 m
U. E. 77: E. H. Depósito areno-arcilloso, de baja compactación y humedad. En este estrato
desplanta la U. E. 73. Funcionó como relleno de nivelación y como primer depósito cultural
sobre el tepetate. Profundidad: 4.75 m
U. E. 78: E. H. Roca madre o estrato estéril de tepetate. Profundidad: 4.90 m

226
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 4 (Pz 9902-13)

U. E. 01: E. H. Depósito uniforme de tierra areno-arcilloso contiene materia orgánica como


raíz de pasto y elementos pétreos de pequeño tamaño de color blanco de baja
compactación. Profundidad: 1.28 m
U. E. 02: E. H. Relleno de la U. E. 3 de tierra areno-limosa de baja compactación, mezclado
con gran cantidad de piedras de pequeño y mediano tamaño. En porción mas superficial se
compone básicamente de gravilla, contuvo material actual como plásticos (varios) y
fragmentos de vidrio, así como materia orgánica, raíces de césped y algunos fragmentos de
metal. Profundidad: 1.20 m
U. E. 03: E. I. V. Corresponde a una intervención arqueológica que afectó todas las U. E.
registradas en este pozo. Dicha intervención se practicó de manera irregular la cual comenzó
por abarcar gran parte de esta unidad de excavación para finalizar en una extensión de 1 X 1
m, hasta llegar a tepetate.
U. E. 04: E. H. Relleno de la U. E. 5. Se trata de sedimento arenoso con baja cantidad de
limo, mezclado con abundante piedra pómez. En este relleno se halló material actual como
aluminio, similar al que rellena la U. E. 02.
Profundidad: 1.26 m
U. E. 05: E. I. V. Intrusión practicado desde la superficie hasta el segundo piso (con
referencia a su remoción). Ubicado en la esquina suroeste del pozo, cuyas dimensiones son
40 X 21 cm en sus puntos mayores, sin embargo se detectó al remover el firme de piso.
U. E. 06: E. H. Depósito de cemento con restos de tepetate molido. Al parecer corresponde
con el área donde recientemente se preparaba la mezcla para la consolidación de las
estructuras. Únicamente se halló una porción irregular en el extremo oeste. Profundidad:
1.19 m
U. E. 07: E. H. Relleno de tierra arenosa con baja cantidad de arcilla con piedra menuda y
materia orgánica como son raíces de pasto, presento una pendiente suave hacia el este.
Profundidad: 1.26 m
U. E. 08: E. I. V. Pérdida de integridad del enlucido de un piso de estuco evidenciado más en
el sector este.
U. E. 09: E. H. Enlucido de un piso de estuco, el cual se encontró en muy mal estado de
conservación, muy deteriorado, casi ausente en la esquina suroeste del pozo y mejor
preservado en el oeste. Profundidad: 1.41 m

227
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 10: E. H. Firme de piso de cal y tepetate molido. Presentó una superficie


medianamente regular, mezclado también con baja cantidad de arena, piedra calcárea y
escaso basalto. Profundidad: 1.42 m
U. E. 11: E. H. Relleno de nivelación compuesto básicamente por tepetate molido y baja
cantidad de cal; en menor proporción: tepetate en piedra, cantera, tezontle, mezclado con
arena. Presentó baja compactación. Profundidad: 1.43 m
U. E. 12: E. I. V. Pérdida del enlucido de piso. Evidenciado mayormente en el extremo este.
U. E. 13: E. H. Enlucido de un piso de estuco de 1 cm de espesor. Se encontró en mal
estado de conservación, ausente en la porción este en el límite con la U. E. 03. Presentaba
una ligera pendiente hacia el este. Profundidad: 1.64 m
U. E. 14: E. H. Firme de piso de 4 cm promedio de grosor. Presentó una superficie irregular,
compuesto por arena y limo en baja proporción, mezclada con abundante tierra de tepetate,
y en menor cantidad tezontle y fragmentos de cantera y basalto aunque resultó significativa
la cantidad de fragmentos de piso de estuco. Profundidad: 1.64 m
U. E. 15: E. H. Relleno de nivelación, consiste en tierra areno-limosa de baja compactación y
alta humedad, mezclada con piedra calcárea, tepetate y algunos guijarros. En esta U. E. se
registraron una serie de vaciados de adobe de tamaño medio dispuestos de manera errática,
aunque en menor cantidad que la U. E.16. Profundidad: 1.65 m
U. E. 16: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno-limosa de baja compactación y alta
humedad, mezclado con piedras de tamaño medio y pequeño como tepetate, tezontle y
algunas calcáreas. Resultó característica la mezcla de este material con bloques de adobe
de forma irregular y distintos tamaños, de 60 cm como máximo y de 5 a 20 cm de espesor; e
igualmente dispuestos de manera errática. Esta U. E. y la 15 corresponden al mismo
depósito. Profundidad: 1.68 m
U. E. 17: E. V. Muro del sistema de cajas de cimentación en dirección este-oeste, orientado a
287° azimutales. Conformado por cinco hileras de bloques irregulares de adobe de 48 cm,
máximo ancho, por 22 cm de largo. En el extremo este solamente se registró 10 cm debido a
la afectación causada por la U. E 3. Profundidad: 1.80 m
U. E. 18: E. I. V. Pérdida de la integridad del enlucido de un piso de estuco, evidenciado por
una grieta que se registró en la porción oeste en dirección norte-sur, ramificándose en
dirección al oeste, la cual cubría gran parte del pozo.
U. E. 19: E. H. Resane que se aplicó al piso de estuco, U. E. 21, ubicado al sur del pozo de
22 X 6 cm de diámetro. Profundidad: 2.51 m

228
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 20: E. H. Resane a la U. E. 21. Fue registrado en la esquina suroeste de 14X6 cm de


diámetro. Profundidad: 2.46 m
U. E. 21: E. H. Enlucido de un piso de estuco de 0.5 cm promedio de espesor. Se encontró
en buen estado de conservación sólo por algunos desgastes manifiestos en pequeñas
cavidades producto del uso. Presentó una suave pendiente hacia el este, pronunciándose al
suroeste. Cabe hacer notar que se observó que a partir de este evento la pendiente mengua
en dirección noreste-este, con una diferencia de aproximadamente 5 cm. Profundidad: 2.5 m
U. E. 22: E. H. Firme de un piso de cal y tepetate molido y en fragmentos pequeños,
mezclado con baja cantidad de piedra blanca, de 7 cm promedio de grosor. Se encontró en
buen estado de conservación. Profundidad: 2.515 m
U. E. 23: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco al parecer por el uso. Se detectó
predominantemente en extremo noreste.
U. E. 24: E. H. Enlucido de un piso de estuco. Se encontró en mal estado de conservación
preservado en la esquina noreste del pozo, evidencia la presencia de un piso previo al
estrato 27 determinado por su profundidad y su consistencia. Es posible que el resto halla
sido destruido, conservándose esta parte sobre la que se colocó el firme en menor cantidad,
que en la porción Oeste ya que implicaba menor cantidad del mismo, el grosor de éste fue
0.5 cm. Cabe señalar que esta no es su extensión total, sino lo que pudo conservarse,
debido a lo determinado del resto, a causa de la humedad y lo endeble. Profundidad: 2.55 m
U. E.25: E. H. Corresponde a los restos de un firme de piso de tezontle, mezclado con baja
cantidad de basalto en fragmentos pequeños, un grosor de 3 cm. Profundidad: 2.55 m
U. E. 26: E. I. V. pérdida de integridad de un enlucido, el cual se presentaba como cavidad,
ubicado en la parte septentrional del mismo, 10X5 cm.
U. E. 27: E. H. se trata del enlucido de los restos de un piso de estuco, localizado en la
esquina Sureste, el cual se encontraba en mal estado de conservación, evidencia un evento
previo a la unidad estratigráfica 31, y que se coloco poca cantidad de firme, para conformar
la unidad 22. Profundidad: 2.475 m
U. E. 28: E. H. Se trata de restos de u firme de un piso compuesto de arena de tepetate, es
clara la diferencia en la composición de este firme con respecto al del estrato 25. Así como
también la diferencia en la profundidad encontrándose éste más superficial. Profundidad:
2.47 m
U. E. 29: E. I. V. Se trata de 2 grandes áreas, y una pequeña de pérdida del enlucido,
ubicadas en la porción Norte y en el Sur respectivamente, la primera de 1.06X0.60 m., y la
segunda abarcando casi toda la parte del sur de 2.50X1.38 m., en su parte más ancha, y un

229
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

pequeño desgaste o pérdida en la porción este de 30X14 cm. Es muy probable que este
desgaste haya sido causado por la humedad de la que padecía en toda esta área.
U. E. 30: E. H. se trata del enlucido de un piso de estuco, el cual se halló en pésimo estado
de conservación, con un grosor de 0.3 cm. Así mismo era de una condición frágil endeble
difícil de conservar en el momento de limpieza. Igualmente resultó notorio la marcada
pendiente declinante hacia el Noreste de 6cm., de diferencia con el Oeste, resultando más
suave hacia el Este. Profundidad: 2.55 m
U. E. 31: E. H. Corresponde a un fragmento de enlucido de un piso de estuco, que se
encontraba por debajo del enlucido estrato 30, lo cual denota que fue remodelado por este
último, se halló en la esquina Noreste siendo de 39X18 cm. Profundidad: 2.55 m
U. E. 32: E. H. Se trata del firme de un piso de tezontle, mezclado con escaso basalto y
tepetate, con pendiente al Noreste, presento un grosor de 4 cm. promedio. Profundidad: 2.5
m
U. E. 33: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno-limosa, de baja compactación y alta
humedad de 3.5 cm de espesor. Se encontraba mezclado con pequeños fragmentos de
tepetate y piedra blanca. Se registró una suave pendiente de 2 cm. Profundidad: 2.61 m
U. E. 34: E. I. V. Pérdida de integridad de la U. E. 36. La pérdida mayor se registró en el
extremo y en el este manifiesto en pequeñas cavidades.
U. E. 35: E. H. Resane de la U. E. 36 localizado al sureste con 16 cm de diámetro.
Profundidad: 2.64 m
U. E. 36: E. H. Enlucido de un piso de estuco, remodelación de la U. E. 37, sin la destrucción
del anterior, mas bien rellenado a manera de nivelación. Se encontró en mal estado de
conservación, aunque de mayor solidez que la U. E. mencionada. Cubría la porción este y
parte de la noreste. Al norte se registraron restos de pintura roja. Así mismo fue observable
la técnica de “cepillado” para obtener el acabado final del enlucido. Profundidad: 2.64 m
U. E. 37: E. H. Enlucido de un piso de estuco, previo a la U. E. 36 se ubicó en la porción
oeste, extendiéndose a casi la mitad del pozo en aproximadamente 1.60 m. Se encontró en
pésimo estado de conservación, de hecho es el área donde se registra mayor deterioro del
enlucido, casi desprendido del firme, lo que hizo fácil su remoción. Profundidad: 2.64 m
U. E. 38: E. H. Firme de tezontle de la U. E. 37. Profundidad: 2.655 m
U. E. 42: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno-limoso de baja compactación y alta
humedad, de 12.5 cm de espesor. Se encontraba mezclado con abundante piedra de
mediano tamaño como tepetate tipo cantera y tepetate blanco, así como arena de tepetate a
manera de cascajo. Profundidad: 2.66 m

230
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 43: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco preservándose únicamente


fragmentos de éste.
U. E. 44: E. H. Enlucido de un piso de estuco. Sólo fueron localizados fragmentos de la U. E.
en la esquina noroeste. Las dimensiones de estos oscilaban entre 5 y 10 cm, sin embargo
pudo apreciarse, a juzgar por la tonalidad del sedimento, huella de éste en una extensión de
55 x 50 cm. Se encontró en un estado muy deteriorado afectado por la humedad permeada
en el firme. Profundidad: 2.67 m
U. E. 46: E. H. Firme de un piso de tierra areno-limoso, de baja compactación y alta
humedad; mezclado con abundante piedra de tamaño mediano y pequeño como tepetate,
cantera anaranjada y en menor proporción basalto. De 4 cm promedio de grosor. Mantiene la
pendiente hacia el noreste-este.
Profundidad: 2.78 m
U. E. 47: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno-limoso, mezclado con barro y abundante
cantidad de adobe, básicamente en pequeños y medianos bloques dispuestos de manera
errática. Se observaron características distintas en la composición del adobe; mayor cantidad
de materia orgánica, la cual le confería una tonalidad, grisácea y aquellos con menor
proporción, pero mayor concentración de arena por lo que se observaban de una tonalidad
amarilla
La cantidad y dimensión de los bloques fue ligeramente menor con respecto al estrato 48.
Profundidad: 2.81 m
U. E. 48: E. H. Relleno de nivelación. Corresponde al sedimento que cubre la caja de
cimentación, U. E. 50, en la porción norte. Presentó las mismas características de la U. E.
47, adobe básicamente. Se halló en condiciones de humedad y de compactación media.
Esta U. E. no fue removida como parte de la preservación de la caja de cimentación.
Profundidad: 2.80 m
U. E. 51: E. H. Enlucido de un piso de estuco, de arena de tepetate, mezclado con piedra
calcárea de mediano tamaño, de 3 cm de grosor. Corresponde a la U. E. 36.
U. E. 52: E. H. Relleno de nivelación de características muy similares a las U. E. 47 y 48 esto
es: arena, limo barro y adobe, pero en menor cantidad y en escasos bloques de este último
material. Se diferenciaba por la mezcla abundante de piedra en fragmentos, básicamente de
tepetate, poca cantera, basalto y fragmentos de piso de estuco, algunos de ellos con restos
de pigmento rojo.
Mantenía la pendiente declinante hacia el este con una diferencia de 6 cm promedio.
Profundidad: 3.23 m

231
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 53: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno-limosa de baja compactación y alta


humedad. Se encontraba mezclado con gran cantidad de piedra básicamente de tamaño
medio y pequeño de tepetate, cantera y en baja proporción basalto. Resultaron muy
abundantes restos de piso de estuco. Cabe hacer notar la relativa abundancia de material
cerámico como del tipo Blanco levantado. Profundidad: 3.38 m
U. E. 54: E. H. Depósito de arena de color café amarillo. Únicamente se registró en el
costado oeste, en una longitud máxima de 1.40 m abarcando casi el ancho total del cuadro,
ausente en el norte. Profundidad: 4.04 m
U. E. 55: E. H. Relleno de nivelación compuesto básicamente de tierra areno-limosa
mezclado con abundante cantidad de piedra de tepetate de tamaño medio y pequeño y
desechos de piso de estuco, a manera de cascajo.
Profundidad: 4.035 m
U. E. 56: E. H. Depósito de tepetate molido, sobre el que se encontraba directamente
desplantado el muro de caja. Se trataba de una fina capa de 01. cm de espesor.
Profundidad: 2.53 m
U. E. 58: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno-limosa de alta humedad y compactación.
Se caracterizó por la abundante cantidad de fragmentos del acabado de las U. E. 65, 66, 68
y 69, de estuco y repellado, observables como motas de color gris claro. Corresponde al
mismo relleno y evento de la U. E. 59. Para el desplante de la caja de cimentación (U. E. 50).
Profundidad: 4.245 m
U. E. 59: E. H. Relleno de nivelación. Básicamente adobe, caracterizado por la alta humedad
y compactación y escasamente piedra de tepetate de tamaño medio. Depósito con material
reutilizado puesto que fue aprovechado con la destrucción de las U. E. 67 y 70 con la
finalidad de lograr el nivel deseado.
Profundidad: 4.28 m
U. E. 62: E. I. H. Pérdida de la superficie de la U. E. 67, debido a la destrucción intencional
por razones especificadas en la U. E. 59. En el extremo este se conserva 46 cm como
máximo.
U. E. 63: E. I. H. Pérdida de la superficie de la U. E. 70, debido a la mismas causas
mencionadas en la U. E. 62. Solamente se preserva 27 cm promedio de altitud. Al igual que
la U. E. 62, fue destruido en 0.80 m. en el extremo norte debido a la intervención
arqueológica anteriormente referida.
U. E. 64: E. H. Relleno de piedra mediana básicamente de tepetate, escasa cantera y
basalto con una matriz de tierra areno-limosa; localizado en lo que se denominó fosa norte.

232
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

Se trata de una plancha de cimentación para desplantar la caja de relleno; por lo que
únicamente fue ubicado en este sector. Profundidad: 4.22 m
U. E. 65: E. V. Encalado de 23 cm, de espesor. Superficie rugosa carente de afinado. Se
halló en pésimo estado de conservación. Cabe mencionar que este muro conservó
mayormente el encalado, sobre todo en el perfil norte en la parte superior del extremo oeste
haciendo chaflán. Éste únicamente se preservó en el extremo este del perfil mencionado;
mientras que en el perfil sur resultó casi nula la conservación de este acabado. Profundidad:
4.18 m
U. E. 66: E. V. Repellado de barro mezclado con abundante cantidad de gravilla procedente
de hormiguero de escasos 0.2 cm de espesor. Sedimento de alta humedad y tonalidad
grisácea. Material que recubre el muro, U. E. 67 para lograr la adhesión del encalado.
Profundidad: 4.18 m
U. E. 67: E. V. Muro orientado este-oeste a 269 grados de azimut Se compone de adobe
mezclado con arena. Se localizó en el centro del pozo destruido casi en su totalidad,
solamente se preservó 1.48 m de altura: 24cm en el extremo norte y 44 cm en el sur, en con
una extensión total de 42 cm. Finalmente hay que mencionar que la U. E. 3 rompió la unión
entre los muros (U. E. 67 y U. E. 70). Profundidad: 4.20 m
U. E. 68: E. V. Encalado de 0.35 cm de espesor. Material que da el acabado final a la U. E.
70, de superficie rugosa. Se halló en pésimo estado de conservación, al igual que la U. E.
65, a causa de la destrucción intencional de los muros así como al periodo de abandono en
el que estuvieron, aunque resulta difícil evaluar el grado de afectación por una y otros
factores. Se preservó sólo un fragmento de 32 cm en la cara oeste. Profundidad: 4.18 m
U. E. 69: E. V. Repellado de barro mezclado con gran cantidad de gravilla del que se obtenía
un material de gran firmeza. Se trata de un aplanado fino de tan sólo 0.2 cm., de espesor,
que cubre la U. E. 70. Solamente se conservó muy poco de este material por las mismas
razones referidas en la U. E. 68. Profundidad: 4.18 m
U. E. 70: E. V. Muro de un interior orientado de norte a sur a 172° azimutales. Manufacturado
con adobe. Se encontró en pésimo estado de conservación, por las mismas razones
referidas en la U. E. 67, preservado 0.94 m de longitud y 20 cm promedio de largo. Tiene un
ancho de 42 cm promedio. Este muro junto con el de la U. E. 67 define un espacio
ocupacional. Profundidad: 4.35 m
U. E. 71: E. H. Depósito de sedimento limo-arenoso de una tonalidad grisácea; alta
humedad. Contenía cierta cantidad de materia orgánica, básicamente raíces. El sedimento
se depositó de manera irregular registrando una ligera pendiente de 4 cm en dirección al

233
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

noreste. Localizado en la fosa denominada suroeste. Al parecer este estrato corresponde a


una deposición natural producto del abandono de este espacio. Profundidad: 4.52 m
U. E. 72: E. H. Relleno de nivelación de tierra arenosa mezclada con gran cantidad de
adobe; de alta humedad y compactación. Se localizó en la fosa denominada norte y
correspondió al del mismo relleno de las U. E. 73 y 75. Se diferencia del depósito anterior por
el agregado de piedra de tepetate y riolita de tamaño medio. Profundidad: 4.45 m
U. E. 73: E. H. Relleno de nivelación localizado en la fosa denominada sureste de sedimento
arenoso mezclado con gran cantidad de adobe, de alta humedad y compactación. Mismo
relleno de las U. E. 72 y 75. Profundidad: 4.31 m
U. E. 74: E. I. H. Depósito de sedimento limo-arenoso de tonalidad grisácea, de alta
humedad y compactación media, registrado en la fosa denominada sureste. De 2 cm de
espesor. Al parecer fue un depósito natural, de acarreo producto del abandono de este
espacio; evidenciado también por el contenido de materia orgánica como raíces, en el
sedimento antes ausente en los depósitos.
U. E. 75: E. H. Relleno de nivelación de tierra areno- limosa, mezclado con baja cantidad de
piedra de tamaño medio y pequeño, de tepetate y escaso basalto y riolita. De compactación
y humedad media. Registrado en la fosa norte. Corresponde al mismo depósito de las U. E.
72 y 73. Profundidad: 4.52 m
U. E. 76: E. H. Depósito de sedimento areno-limoso de color gris, alta humedad y
compactación media; registrado en la fosa sureste. Al parecer este estrato corresponde a
una deposición natural por las mismas razones ya mencionadas. Aunque mantiene la
pendiente hacia el noreste podría decirse que era una superficie relativamente regular, sin
una aparente salida del material de arrastre.
Cabe hacer notar que en la parte central de esta fosa en el extremo este, se observó el suelo
lixiviado donde se originó una pequeña concavidad por lo que la pérdida del estuco fue casi
total. Profundidad: 4.635 m
U. E. 77: E. H. Depósito de sedimento areno-limoso de tonalidad grisáceo; alta humedad y
compactación media, de 3 cm de espesor. Se localizó en la fosa norte.
Mismas características y depósito de las U. E. 74 Y 76. Profundidad: 4.615 m
U. E. 78: E. I. V. Pérdida del encalado tanto en el perfil norte y sur de la U. E. 67.
La mayor parte del muro no la presentaba debido en gran medida por la destrucción de éste,
pero también se estima el deterioro por razones de humedad. Profundidad: 4.18 m.
U. E. 79: E. I. V. Pérdida del encalado registrado en los perfiles este y oeste de la U. E. 70:
Solamente se preservó un fragmento de tamaño medio en el perfil oeste, mientras que en

234
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

este apenas era visible un manchón de escasos 8 cm, por las mismas razones ya
enunciadas.
U. E. 80: E. I. V. Pérdida de integridad de un piso de estuco registrado en la fosa norte.
U. E. 81: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco registrado en la fosa suroeste.
Esta fue la fosa más afectada por los agentes hídricos que incluso, en el extremo sur se
desgastó hasta el firme.
U. E. 82: E. I. V. Pérdida de integridad de un piso de estuco registrado en la fosa sureste del
área de excavación. En esta fosa se conservó un poco más el estuco aunque la pérdida
resulta significativa.
Las mismas causas afectaron a las U. E. 80 y 81, la exposición prolongada de este espacio a
la intemperie el deterioro fue inminente, en este momento sobre todo en pisos. Con la
intervención del hombre en la modificación del espacio, terminó por afectar muros y piso.
U. E. 83: E. H. Enlucido de un piso de estuco registrado en la fosa norte.
Se halló en pésimo estado de conservación preservado sólo una porción en el extremo
sureste de 0.46 m de largo por 0.14 m de ancho y pequeños fragmentos dispersos. Así
mismo se preservó el chaflán que únicamente se halló en la cara norte de la U. E. 62. Este
estrato no fue removido. Profundidad: 4.625 m
U. E. 84: E. H. Enlucido de un piso de estuco, se registró en la fosa suroeste. Se encontró en
pésimo estado de conservación, hallándose únicamente, en el costado sur, un fragmento de
0.64 m y restos dispersos en esta fosa.
En el extremo sur se observó una destrucción intencional de todo el piso donde se hallaba
depósito de las U. E. 73 y 75. No fue excavado. Profundidad: 4.585 m
U. E. 85: E. H. Enlucido de un piso de estuco localizado en la fosa sureste.
Se encontró en pésimo estado de conservación, muy deteriorado. Fue en esta fosa donde
más se preservó el estuco, básicamente en el extremo norte, extendiéndose hasta 1.40 m y
0.20 m en el costado este. Este estrato no fue removido. Profundidad: 4.56 m
U. E. 86: E. H. Enlucido de un piso de estuco registrado en la fosa sureste. Remodelación de
la U. E. 85, preservado sólo en el extremo sur de 0.64 m por 0.58 m de ancho. De mejor
calidad y grosor que el anterior. Profundidad: 4.655 m
U. E. 87: E. H. Firme de un piso de arena de tepetate molido mezclado con piedra de
tezontle. Se registró en la fosa norte. Este estrato no fue removido con la finalidad de
preservar el primer nivel de ocupación, pero por el E. I. V. pudo apreciarse que se compone
de arena y piedra menuda de tepetate mezclado con tezontle igualmente en piedra.
Profundidad: 4.69 m

235
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 88: E. H. Firme de un piso registrado en la fosa sureste, de arena y piedra pequeña de


tepetate mezclado con baja cantidad de tezontle. Esta unidad no fue excavada. Profundidad:
4.69 m
U. E. 89: E. H. Firme de un piso. Presentó una pendiente declinante en dirección noreste así
como un ligero hundimiento en la parte central, afectado por la presencia de agua. No se
excavó. Profundidad: 4.70 m
U. E. 90: E. V. Bloque de adobe, de 34 cm de ancho, 50 cm de largo y 50 cm de alto. Se
encontró asociado, de manera transversal a la U. E. 67. De forma irregular y sin acabado.
Por su ubicación y características es probable que haya tenido una función estructural, a
manera de retícula para contener el relleno U. E. 64 con la finalidad de cimentar la U. E. 50.
Profundidad: 4.14 m

236
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 5 (Pz9901-02)

U. E. 01: E. H. formado por una concentración de cemento para la elaboración de los


trabajos de restauración. Este estrato cubría toda el área de excavación.
Profundidad: 0.91 m
U. E. 02: E. H. de suelo arenoso bastante removible de color café claro que se encontraba
depositado en una cala realizada en una intervención anterior. La ubicación de esta cala se
encuentra en la parte central extendiéndose hacia el oeste del área de excavación.
Profundidad: 0.95 m
U. E. 03: E. I. V. de una intervención anterior en donde la interfacie se presenta en el recorte
de un piso de estuco (estrato 5, 6 y 7), siendo una área de aproximadamente 1.38 X 97 m. y
una profundidad de 84 cm que terminaba en otro piso de estuco (U. E.15, 16 y 17). Para
poder realizar nuestra investigación en esta área de excavación la ampliamos a 1.50 X1.50
m. Profundidad: 1.23 m
U. E. 04: E. H. de suelo poco compactado areno/limoso con presencia de abundantes
raicillas, en donde de una manera muy dispersa, teníamos la evidencia de materiales de
relleno como son: fragmentos pequeños de adobe con pintura amarilla en la esquina
noroeste, un fragmento grande de riolita en la esquina suroeste y dos lajas de basalto
(material de construcción) en la parte norte del cuadro. El material arqueológico que se
encontró fue escaso: 10 tiestos de los cuales sobresalen 2 blanco levantado (fase Tollan) y
un fragmento de navajilla prismática de obsidiana color gris. Profundidad: 0.97 m
U. E. 05: E. I. H. del enlucido de un piso de estuco que ha perdido su integridad y
conservación en casi toda el área de excavación debido al recorte (U. E. 3), que se presenta
en el piso y la desintegración del enlucido que únicamente se conserva en las esquinas
noreste y sureste. Profundidad: 1.18 m.
U. E. 06: E. H. que corresponde al enlucido del piso de estuco, esta hecho a base de una
ligera capa de cal. Profundidad: 1.18 m
U. E. 07: E. H. formado por un firme de tepetate triturado mezclado con polvo de tepetate.
Profundidad: 1.19 m
U. E. 08: E. H. formado por suelo arcillo-areno-limoso con escasos fragmentos de adobe sin
pintura, en donde estaban presentes abundantes raicillas. A partir del nivel 1.24 y
posteriormente en el nivel 1.27 empezó a mezclarse el suelo arcillo-areno-limoso con tierra
color negro esto fue únicamente en la esquina suroeste del cuadro (esto se considero dentro

237
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

de la misma U. E. 8 por ser algo muy superficial). Únicamente se encontró material cerámico
(7 tiestos). Profundidad: 1.22 m
U. E. 09: E. H. compuesto por un relleno de adobes de diferentes tamaños (23 X 12 cm, 19 X
9 cm, 17 X 12 cm, 17 X 6 cm, 14 X 10 cm, 13 X 9 cm) que estaban acomodados de una
forma irregular mezclándose con fragmentos grandes de piso de estuco, lentículas de
carbón, tezontle así como abundantes raicillas. En la esquina sureste del área de excavación
a una profundidad de 1.36 m, detectamos que entre este relleno había un adobe con pintura
roja que media aproximadamente 34 X 12 cm. Este estrato se extendía sobre una área de
aproximadamente 1.10 X 55 m, teniendo un grosor de 56 cm y se encontraba encima de un
piso de estuco. Profundidad: 1.41 m
U. E. 10: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco. Profundidad: 1.89 m
U. E. 11: E. H. que esta formado por una ligera capa de cal (enlucido) de aproximadamente
0.1 cm. de espesor. Profundidad: 1.89 m
U. E. 12: E. H. donde el firme del piso de estuco estaba elaborado en algunas partes con
tezontle molido (aprox. 2 cm.) y en otras partes se observa tepetate triturado (muy escaso)
con tepetate molido, color amarillo. Profundidad: 1.89 m
U. E. 13: E. H. compuesto por un relleno de suelo areno-limoso color café oscuro con
escasos fragmentos pequeños de tepetate. No hubo nada de material arqueológico.
Profundidad: 1.92 m
U. E. 14: E. H. formado por un relleno de tepetate blanco molido, mezclado con cal. No se
encontró cerámica ni lítica, únicamente se encontró un hueso de animal de
aproximadamente 30 cm. de distancia de una mancha de tierra quemada (ver dibujo), que se
encontraba asociada a este estrato. Profundidad: 1.95 m
U. E. 15: E. I. H. Pérdida de integridad de un piso de estuco
U. E. 16: E. H. que lo conforma una ligera capa hecha a base de cal, teniendo un espesor
que varía de 1 a 2 cm. Profundidad: 2.03m.
U. E. 17: E. H. donde tenemos un firme de aproximadamente 7 cm de grosor, estaba
elaborado de tezontle molido y granzón. De una manera muy compactada sobre la superficie
de este firme se observaba una ligera capa de tezontle molido sobre la cual llevó el acabado
del piso (enlucido de cal). Profundidad: 2.03 m
U. E. 18: E. H. que esta formado por un relleno de suelo arcilloso, tiene un grosor que va de
14 a 17 cm aproximadamente. Únicamente se encontraron 7 tiestos de los cuales 2 están
quemados en la superficie exterior estos estaban en la esquina noreste del cuadro, encima
de un piso de estuco que presenta quemaduras. Profundidad: 2.10 m

238
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 19: E. I. V. que corresponde a la destrucción de la U. E. 20.


U. E. 20: E. H. que corresponde al enlucido de un piso de estuco, esta elaborado por una
ligera capa de cal que tiene aproximadamente 1 cm de espesor. Profundidad: 2.24 m
U. E. 21: E. H. que esta formado por un firme de tezontle que tiene un espesor de
aproximadamente 5 cm y presenta la misma técnica de construcción de la U. E. 17. En la
esquina suroeste del cuadro, el firme se encontraba quemado siendo de esta área donde se
localizaron 4 tiestos (1 esta quemado) asociados a 1 fragmento de navajilla prismática de
obsidiana color gris y restos de carbón. Profundidad: 2.24 m
U. E. 22: E. H. formado por un relleno de suelo areno-arcilloso. En donde se encontraron 5
tiestos y un hueso de animal. Profundidad: 2.30 m
U. E. 23: E. H. que estaba formado por un tendido de piedras muy pequeñas de tepetate que
cubrían piedras más grandes de tepetate y basalto (U. E.24), su grosor varía
aproximadamente entre 2 y 3 cm. El estado de integridad y conservación que presenta este
estrato era bueno. El material arqueológico estaba ausente. Profundidad: 2.38 m
U. E. 24: E. H. constituido por un relleno de bloques grandes y medianos: basalto, tepetate y
piedra china (conocida así localmente la piedra de cerro). Las dimensiones de algunos
bloques eran las siguientes: a) 48 X 42 cm, b) 54 X 34 cm, c) 44 X 30 cm, d) 34 X 22 cm, e)
32 X 22 cm, su grosor era aproximadamente de 14 y 20 cm. En el inicio de este relleno
predominan las piedras de tepetate pero como se fue bajando de nivel fueron más
predominantes las de basalto, siendo las que mostraban un apilamiento irregular, donde se
observaban algunos espacios que iban sellados con piedra chica de tepetate, para dar más
estabilidad a este relleno se empleo una cantidad muy escasa de tierra suelta areno-limosa
color café 7.5 YR 4/2. Formaban parte del relleno 2 fragmentos de cantera rosa que fueron
reutilizados ya que su forma de bloques careados nos indican que son materiales para
construcción. El grosor del estrato varía entre 61 y 68 cm. Profundidad: 2.40 m
U. E. 25: E. H. que lo conforma un suelo suelto color café, de textura areno-limosa, donde se
concentraba gran cantidad de fragmentos muy pequeños de tepetate en forma de cascajo,
principalmente en la esquina noreste del cuadro. El grosor de este estrato varía entre 4 y 5
cm, mostrando una ligera pendiente hacia el este aproximadamente 10 cm, más abajo en
relación a la topografía de la U. E. 27 del Pz9901-00. El material que se localizó fueron dos
tiestos: 1 Alicia Calado y 1 de olla, éste se encuentra erosionado. Profundidad: 3.10 m
U. E. 26: E. H. formado por una capa de piedras chicas de basalto y piedra china (localmente
se le conoce así a la piedra de cerro, que es basalto poroso) en lo general estas piedras
median a) 15 X 15 cm, b) 15 X 13 cm, c) 14 X 10 cm, d) 15 X 7 cm, e) 9 X 6 cm. La capa de

239
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

piedras pequeñas cubría piedras más grandes de basalto (U. E. 27). Este estrato tenia un
grosor aproximadamente de 15 cm, en donde encontramos una asa de olla grande, tres
fragmentos pequeños de estuco y un fragmento pequeño de cantera rosa que se encuentra
careado (material de construcción).
En este mismo nivel se empezó a observar en el lado oeste del área que se excava en la
parte superior de un estrato vertical que se refiere a un muro de caja constructiva con
orientación norte-sur siendo este alineamiento a base de piedras grandes de basalto y
tepetate. Profundidad: 3.15 m
U. E. 27: E. H. conformado por un relleno de piedras grandes y forma irregular de basalto, se
encuentran acomodadas en el, interior de la caja constructiva. Se descubrió solamente el
inicio de este estrato suspendiendo la excavación de esta área en el nivel 3.30 m.
Profundidad: 3.30 m
U. E. 28: E. V. que se refiere a un muro de caja constructiva que fue encontrado en la parte
oeste del cuadro, desplantándose encima de un depósito de suelo areno-limoso (U. E.29)
que no fue excavado. Su orientación es de norte a sur y sus dimensiones que presenta son:
una altura promedio de 70 cm, un ancho que varia entre 40 y 60 cm, y de largo 1.74 m,
aunque podría medir más ya que se prolonga hacia el norte y sur del área de la excavación.
Se encuentra elaborado con piedras de basalto y tepetate de forma irregular. Siendo de un
tamaño mediano y grande sobresaliendo las piedras de basalto y tepetate de forma irregular.
Este estrato asociado a la U. E. 30 del Pz9901-00 nos muestra parte del sistema de cajas
constructivas. Profundidad: 3.12 m
U. E. 29: E. H. Tierra quemada
U. E. 30: E. I. V. Pérdida del enlucido de un piso de estuco, evidenciado también en el
Pz9901-00. El deterioro se registró en gran parte del área de excavación, principalmente en
el cuadrante centro-sur.
U. E. 31: E. H. Enlucido de un piso de estuco. Se halló en mal estado de conservación
preservado únicamente la porción centro-norte.
U. E. 32: E. H. Firme de piso de tepetate y cal. Registrado en el sector centro-norte del área
de excavación.

240
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

POZO 6 (PZ9901-00)

U. E. 01: E. H. Cemento de arena y cal originado para la preparación de mezcla en los


trabajos de restauración de los edificios aledaños. Profundidad: 0.89 m
U. E. 02: E. I. V Pérdida de integridad del enlucido de un piso de estuco. El deterioro fue
notorio en toda el área donde se registró la U. E.03.
U. E. 03: E. H. Enlucido de un piso de estuco. Se halló en mal estado de conservación,
debido al proceso de erosión natural que sufrió. Profundidad: 0.87 m
U. E. 04: E. H. Firme de grava de tepetate y cal. Únicamente se registró en la esquina
suroeste extendiéndose hacia el norte y la parte central del área de excavación. Profundidad:
0.87 m
U. E. 05: E. H. Depósito poco compactado con algunas raíces y escasa piedra. En donde
había poco material cerámico (12 tiestos) y lítico (una lasca de obsidiana color gris). Debajo
del área que corresponde al piso de estuco se encontraron 5 fragmentos pequeños de
estuco con pintura roja, así como cerámica de la fase Tollan y una lasca de obsidiana color
gris. En la esquina noreste del cuadro se halló un fragmento de bracero Abra Café burdo
mostrando en la superficie exterior la técnica decorativa “pastillaje”, al igual que una ligera
capa de cal. Profundidad: 0.90 m
U. E. 06: E. H. Relleno de tierra color café mezclado con fragmentos de adobe, y algunas
raíces. El material cerámico colectado fue escaso (11 tiestos) dentro de los cuales sobresale
un Alicia Calado (fase Tollan). En cuanto a lítica sólo contamos con una lasca de obsidiana
color gris. Como parte del relleno en la esquina suroeste del cuadro, había un fragmento
pequeño de cantera con restos de estuco, en una de sus caras éste se encontraba asociado
a tres fragmentos de estuco.
En la mitad oeste casi al centro del cuadro, aproximadamente a 2 cm del nivel de la U. E. 07,
se encontró la mitad de un malacate que lleva en su parte superior el diseño de una rana.
Finalmente en la esquina sureste del área de excavación, encima de la U. E. 07 se localizó
un tepalcate que se hallaba quemado en la superficie exterior. Profundidad: 0.99 m
U. E. 07: E. I. V Pérdida del enlucido de un piso de estuco. Al parecer fue causado por el uso
que se le dio a este piso. La destrucción se registró principalmente en las cuatro esquinas
del área de excavación.
U. E. 08: E. H. Enlucido de un piso de estuco de aproximadamente 2 cm de espesor.
Presentó una consistencia poco frágil y una topografía más o menos regular pero con una
ligera pendiente hacia el este del área de excavación. Profundidad = 1.15 m

241
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 09: E. H. Firme, cuya manufactura es de granzón con tepetate molido, su grosor es de


aproximadamente de 2 cm. Profundidad: 1.15 m
U. E. 10: E. H. Relleno de suelo arcillo- areno- limoso con escasos fragmentos de adobe, su
espesor es de aproximadamente 7.5 cm en el inicio de este estrato entre el nivel 1.17 y 1.43
se concentraban los diferentes materiales arqueológicos: cerámica, lítica, concha y huesos
de animal. Así como lentículas de carbón disperso. La cantidad de cerámica fue moderada
(88 tiestos) entre los cuales sobresalen: 5 tiestos Mazapa rojo/café de la fase Corral
Terminal, 7 tiestos de la fase Tollan: 4 tiestos soltura, 1 tiesto blanco levantado, 1 tiesto
Alicia Calado y 1 tiesto Macana rojo/café. También hay varios tiestos de olla quemados y
algunos pocos con restos de cal, el material lítico fue escaso solamente se encontraron 7
fragmentos de navajillas prismáticas color gris. Profundidad: 1.17 m
U. E. 11: E. H. Mancha de forma más o menos triangular de estuco que aparece en la
esquina sureste del área de excavación como un resane del estrato 13. Profundidad: 1.90 m
U. E. 12: E. I. V de la U. E.11; esta interfacie mostraba una cavidad de aproximadamente
1mm
U. E. 13: E. H. Ligera capa de cal (enlucido), de aproximadamente 1mm, de grosor. En
general la consistencia del enlucido presentaba un buen estado de conservación.
Profundidad: 1.91 m
U. E. 14: E. H. Firme, con un espesor que varia entre 3 y 4 cm siendo por lo general de
granzón de tepetate aunque en algunas áreas presentaba granzón de tezontle todo esto se
compactaba con polvo de los mismos materiales. Profundidad: 1.91 m
U. E. 15: E. H. Relleno de suelo areno- limoso, color café oscuro, su grosor es de
aproximadamente 7.5 cm los materiales encontrados son huesos de animal, un fragmento
de cantera trabajada, 8 tiestos Blanco Levantado, 4 tiestos Alicia Calado, 1 tiesto Soltura,1
tiesto Suárez y 21 tiestos de ollas erosionadas. Profundidad: 1.95 m
U. E. 16: E. H. Relleno de tepetate blanco molido mezclado con cal, tiene un grosor
aproximadamente de 4 cm no se encontró nada de material en este estrato. La localización
del estrato fue únicamente en el lado este, en el resto del área de excavación no se
encontró. Profundidad: 2.00 m
U. E. 17: E. I. V Enlucido del piso de estuco (estrato 18). En casi toda el área de excavación
se presentaban las interfacies en una cantidad mínima y superficial.
U. E. 18: E. H. Construido por una ligera capa de cal, cuyo espesor es de aproximadamente
1mm, mostrando una consistencia compacta en la conservación del enlucido. Profundidad:
2.03 m

242
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 19: E. H. Capa de aproximadamente 5mm de grosor de arena gruesa. Este estrato se


encontró entre el enlucido y el firme de tezontle del piso de estuco. Profundidad: 2.03 m
U. E. 20: E. H. Firme con un grosor que varia entre 5 y 6 cm aproximadamente. Este se
encuentra elaborado con material de tezontle siendo granzón bastante grueso que va
compactado con polvo de tezontle. Sobre la superficie de este firme se observó una ligera
capa apisonada del tezontle molido. Profundidad: 2.03 m
U. E. 21: E. H. Relleno de suelo arcilloso, teniendo un grosor que va de 14 a 17 cm
aproximadamente. Sé encontraron 3 tiestos de olla que en su interior se encuentran
quemados, 2 tepalcates Coyotlatelco y un hueso de animal. Profundidad: 2.11 m
U. E. 22: E. I. V. Enlucido del piso de estuco (U. E. 23). En toda el área de excavación había
una gran presencia de interfacies originadas posiblemente por desgaste de uso.
U. E. 23: E. H. Capa de cal (enlucido) que tiene un grosor aproximadamente de 2mm la
consistencia del enlucido era muy frágil además de que en algunas partes de la mitad este
del área de excavación, el enlucido se encuentra quemado. Profundidad: 2.24 m
U. E. 24: E. H. Firme de tezontle elaborado con granzón y polvo del mismo material para
compactar, el grosor de este estrato varia entre 4 y 7 cm , en el inicio de este firme se
observaba de una forma bastante compactada, una ligera capa de tezontle molido (polvo).
Su integridad y conservación del firme en toda el área del cuadro es bastante buena, así
como su calidad constructiva. Profundidad: 2.24 m
U. E. 25: E. H. Suelo poco compactado de textura areno- arcillosa en donde se mezclan
algunos materiales de desecho como son: 10 fragmentos pequeños de piso de estuco, 3
fragmentos pequeños de cantera, 4 fragmentos pequeños de riolita y un poco de tezontle
junto a la esquina suroeste del cuadro. Los materiales encontrados fueron 19 tiestos entre
los cuales identificamos 2 blanco levantado y 13 tiestos de olla (algunos están erosionados),
el grosor de este estrato varia entre 9 y 25 cm aproximadamente, presentando un buen
estado en su integridad y conservación. Profundidad: 2.32 m
U. E. 26: E. H. Relleno compuesto por bloques muy grandes de basalto, tepetate y piedra
china, como ejemplo las dimensiones de algunos de estos son: a) 57x33 cm, b) 32x25 cm,
c) 68x20 cm, d) 46x36 cm, e) 32x21cm, f) 34x20 cm, teniendo estos bloques un grosor
aproximadamente de 20 cm entre este relleno que se presentaba de una manera irregular
había algunos huecos que iban sellados con piedra chica de tepetate, conforme se fueron
retirando las piedras también fue notorio la presencia de tierra suelta color café, siendo esta
escasa, el grosor de este estrato varia entre 32 y 52 cm. Dentro de este relleno únicamente

243
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

se localizó un fragmento de cantera rosa que se encuentra trabajada como material de


construcción. Profundidad: 2.39 m
U. E. 27: E. H. Suelo muy removible color café de textura areno- limosa con escasos
fragmentos pequeños de tepetate, su grosor varia aproximadamente entre 9 y 12 cm en este
estrato se encontraron 8 tiestos. Profundidad: 2.98 m
U. E. 28: E. H. Piedras de tepetate cuyas dimensiones en lo general son a) 16x12 b)
16x11 c) 14x12 d) 14x18 e) 10x8. Teniendo estas piedras un espesor que varia entre 8 y
11 cm dentro de este acomodamiento de piedras chicas que estaban sellando la parte
superior de un gran relleno de piedras más grandes (U. E. 29), teníamos en una cantidad
muy escasa la presencia de suelo gris oscuro. (2.5 y 4/1) de textura areno- limosa. El grosor
de este estrato varia aproximadamente entre 5 y 15 cm, únicamente se encontró un tiesto
Blanco Levantado.
Como parte de este estrato también detectamos que a partir de este nivel se comenzó
apreciar la parte superior de un estrato vertical que consiste en un muro de caja constructiva
con dirección norte - sur el cual esta construido con piedras grandes de tepetate. Este
alineamiento de piedras se encuentra junto al perfil oeste del cuadro. Profundidad: 3.05 m
U. E. 29: E. H. Piedras de forma irregular de tepetate blanco las cuales generalmente miden
a) 36x18 b) 32x24 c) 26x20, con un espesor entre 11 y 14 cm las piedras que tenían un
tamaño promedio de 15x10 cm, sellaban los huecos que quedaban entre el acomodamiento
a manera de capas de piedras mas grandes. Mientras que para consolidar más este relleno
se utilizó un poco de tierra areno- limosa color café oscuro grisáceo (10 YR 4/2), sin
presentar alguna compactación.
Formaban parte de este relleno algunos desechos de material de construcción (8 fragmentos
de canteras careadas de color rosa con una composición de piedra poma). Este estrato
presenta un grosor que oscila entre 65 y 80 cm, no se encontró material arqueológico.
Profundidad: 3.10 m
U. E. 30: E. V. Muro de caja constructiva localizado en el lado oeste del cuadro, este
desplanta sobre un deposito de suelo areno- limoso (U. E. 31). Esta orientado de norte a sur
con una técnica de construcción a base de piedras de tepetate de forma irregular y de
tamaño grande, su altura promedio es de 80 cm, mientras que el largo y el ancho no se
definió en su totalidad debido a que este muro se extendía hacia el norte, sur y oeste del
área de excavación, pero en relación a lo expuesto tiene de largo 1.65 m, y su ancho oscila
entre 20 y 40 cm la asociación de este estrato con el estrato 28 de la coordenada 0.0/0,2
nos permite conocer el sistema de cajas para relleno de piedra. Profundidad: 2.90 m

244
Construyendo Tollan. Tamara Cruz y Cruz

U. E. 31: E. H. Deposito de suelo húmedo areno- limoso de color café muy oscuro en el cual
a partir del nivel 3.80 m, se empezó a descubrir una capa de piedras basálticas de forma
más o menos plana y de grandes dimensiones, para dar una idea tomamos como ejemplo
algunas medidas de estas piedras
a) 60x36 cm, b) 47x39 cm, c) 50x41 cm, 4) 44x36 cm, con un espesor que va de 15 a 30
cm también había una escasa presencia de piedras más pequeñas de forma irregular con
medidas como: a) 29x28 cm b) 28x10 cm, c) 13x10 cm, y un espesor de 13 cm este estrato
presentaba un grosor promedio de 70 cm, en donde el material cerámico se encontró en una
cantidad moderada siendo 43 tiestos, entre los cuales hay 18 quemados y 7 que pertenecen
a ollas bastante gruesas.
Junto a la esquina suroeste del cuadro en el nivel 4.02 m, se detectó en una área
aproximadamente de 28x21 cm, un suelo con restos de material orgánico en donde se podía
apreciar los residuos de paja, tomándose de aquí la muestra para flotación esta evidencia
desapareció en el nivel 4.05 m en esta misma área de excavación pero a una profundidad de
4.15 m, se encontró un trozo de arcilla quemada. Mientras en la esquina noroeste del cuadro
en el nivel 4.19 m, se localizó un fragmento de cráneo que esta algo pulido, en esta área
teníamos una escasa presencia de tierra negra. Profundidad: 3.76 m
U. E. 32: E. H. Deposito de origen natural formado por tepetate color blanco que presentaba
una topografía muy irregular en toda el área de excavación así como una gran
compactación. Sobre este estrato es donde se da inicio a los diferentes rellenos de
nivelación antes descritos que podían estar relacionados al interior de alguna estructura.
Profundidad: 4.45 m

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