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NARRATIVA

EL ACCIDENTE QUE CAMBIÓ MI VIDA

En el servicio de medicina interna de la clinica bienaventuranza, ingresé a mi turno de


noche sobre las 18:00 como habitualmente se recibe, me trasladé un piso hacía abajo y
alisté mis implementos de trabajo, esa noche tenia 14 pacientes, inicié mis labores como de
costumbre y sobre la 01:00 de la mañana recibí una llamada del servicio de referencia
informándome sobre un ingreso el cual acudí, solicite el ingreso a la cama 401
inmediatamente, al recibir a mi paciente aparentemente se veía una persona sana excepto
por que traía oxígeno a 3 litros, lo saludé y me dijo que se llamaba Hernando, me presenté
y el con gesto de dolor me devolvió el saludo y pude recordar que a él anteriormente ya lo
había atendido en aproximadamente un año atrás, pude observar de donde provenía su
dolor, su mano derecha no podía moverla y ni hablar de sus miembros inferiores, observé
que tenía ausencia de pierna derecha por amputación intrapoplítea y en su pie izquierdo
ausencia de 1-2 y tercer artejo, pregunté por familiar el cual por parte del personal de la
ambulancia me informa que “el paciente fue recogido en un geriátrico de un pueblo llamado
Junín debido a que el paciente presento una caida de su propia altura el día de ayer, y hoy
fue encontrado muy somnoliento con una desviación de comisura izquierda”. Don
Hernando necesitaba cambio de posición cada 2h, lubricación de piel y protección
prominencias óseas, monitorización continua, control de signos vitales, verificación de
eliminación y manejo del dolor, me acerqué a él y lo vi muy agotado, inicie tomando signos
vitales solo ví que presentaba una taquicardia, entable una conversación amena con él y a
pesar de su estado pregunte por su hija mayor la más cercana quien fue la única que se
hizo cargo de él y vi su rostro inmediatamente llenarse de tristeza, realicé llamado médico y
atendieron inmediatamente, el médico de turno realizó valoración indicando que el paciente
presentó código de ACV por caída de su propia altura, el cual indica una valoración por el
servicio de neurología, un resonancia cerebral magnética ekg y paraclínicos de urgencia y
se solicita servicio de terapia respiratoria, seguimos las indicaciones del médico internista.
En el transcurso de la madrugada al hacer cambio de posición observé que don Hernando
tenía varios hematomas en el cuerpo (rasguños y mordeduras), entable una conversación
con él y me comenta que se encuentra en un geriatrico donde es golpeado y se le vulnera
su dignidad, él sostuvo mi mano y se percató que en mi bolsillo derecho tenía un paquete,
me suplicó que se lo regalara ya que no había comido nada diferente a agua de panela con
un pan, decidí dárselo y se sintió fascinado, lo observaba en sus ojos.. Al verificar su
maleta para retirar ropa que traía puesta y colocarlo un poco más cómodo observé que
únicamente traía un cepillo de dientes viejo, medía crema dental, 3 pañales y su cc , di
aviso a jefe de servicio quien notificó el estado del paciente a servicio social para que fuera
valorado al siguiente día, pasó mi noche y me senté a realizar mis notas como de
costumbre, al realizar la nota del ingreso de don Hernando pude observar que se trataba de
un reingreso, don Hernando ya había sido atendido por la clínica y sobre todo por mí, para
ser sincera me asombré bastante porque recordé que él había ingresado anteriormente por
una infección de vías urinarias y no solo eso, tuve la oportunidad de hablar con él y era un
muy buen ciclista de alto rendimiento, que su esposa había fallecido tras la tragedia de la
pandemia del covid y que tenía 7 hijos, 4 mujeres y 3 varones los cuales no sabía de ellos
hace ciertos meses ya que habían peleado por una finca, específicamente por una herencia
que había dejado su esposa, Don Hernando era un hombre lleno de vida y pasión por el
ciclismo, tenía un espiritu aventurero que lo impulsaba a desafiarse a si mismo, era un ser
social y amigable, para él su familia era un pilar fundamental, pero después de un
acontecimiento como el que vivió todo cambio… Don Hernando no tenia fuerza mental ni
fisica y su red de apoyo era casi nula, en esta situación el era muy vulnerable.
Estuve la noche pendiente de su respiración, su frecuencia cardiaca mejoraba gracias a las
intervenciones del personal especializado, hacía mis rondas, traté de hacer lo mejor de mi
trabajo como auxiliar de enfermería, realicé mi ronda de las 4 de la mañana y verifiqué su
pañal, su cambio de posición y mientras más lo observaba podía ver más golpes pero esta
vez en su cabeza y en su dedo índice una quemadura , era muy doloroso ver como una
persona que anteriormente se atendió,sacaba sonrisas y chistes malos había terminado así,
don Hernando informó que hace mucho tiempo no se sentía como en casa, hace mucho
tiempo no dormía más de 2 horas sin ser golpeado o irse sin comer, me despedí de él y con
un gesto me dice “ muchas gracias por todo y no se le olvide mi dosis diaria” recordé que
hablaba de su mecato favorito, atender a don Hernando fue muy grato, me esforcé mucho
porque lo necesitaba y me acerque a él para brindarle los cuidados como enfermera pero
además de eso para que se sintiera acompañado ya que se sentía bastante solo, finalicé
mi turno y la siguiente noche recibí nuevamente mi turno,me percate de que se encontraba
en condiciones inestables, ya sostenía una máscara de no reinhalacion a 10 litros por
minuto y su respiración estaba un poco lenta, se encontraba con un catéter central bilumen
con infusiones de morfina y vi colgando en su parte derecha de la cama una sonda vesical
donde no se percataba orina, pregunté por su estado el cual mis compañeras de entrega de
turno informan que lastimosamente su respiración era muy lenta, sus signos vitales estaban
fuera de parámetros normales y ni decir de sus riñones, tomé su mano y le hablé al oído le
dije “don Hernando tenemos una comida pendiente y apretó mi mano”, servicio social logró
comunicarse con los familiares, pasó aproximadamente una hora y vi que ingresaron 6 hijos
a visitarlo de 7 que el tenía, todos querían saber de su estado y todos preguntaban lo
mismo, pero mediante rondas y cámaras se observaba que no eran capaces de emitir ese
amor que uno brinda como hijo, una palabra de aliento o tal vez una caricia, a medida que
pasaban las horas su signos vitales no mejoraban, el médico de turno los reunió para firmar
un consentimiento de reanimación y todos decidieron realizar reanimación excepto una hija
llamada Carmen de 61 años, ella era la hija mayor quien no había tenido la oportunidad de
visitarlo, le dimos ingreso únicamente a ella quien fue la única que decidió quedarse esa
noche, se veía como brotaba ese amor y ese sentimiento por su padre, al realizar mi
trabajo de rutina y sin preguntar Carmen dice “como nos cambia la vida un día madrugas a
hacer tu deporte favorito y al otro día te falta una pierna”, tuve una buena conversación con
ella donde me indicó que había sufrido un accidente; me dijo “una mañana al realizar su
deporte vía la calera, una moto lo atropelló y no hubo sobrevivencia de su pierna derecha,
además su poco cuidado con el pie diabetico lo dejo postrado en cama en un geriatrico, en
ese momento pude entender todo, mientras seguía asistiéndolo su hija se percató de sus
golpes donde con gesto de rabia decía “siento mucha culpa, sé que en el geriátrico que esta
mi papá lo maltratan porque el ciertas veces me lo decía pero nunca hice caso ya que el fue
muy terco y no tengo el dinero suficiente para pagar otro, ni mucho menos hacerme cargo,
mis hermanos y hermanas no me colaboran como antes lo hacían”, vi que su respiración
ya era agónica, se le informó al médico de turno quien habló con ellos y les insistió que al
realizar una reanimación su edad y sus antecedentes no eran los mejores, así que Carmen
realizó firma de no reanimación ya que su cuerpo no respondía como antes, sus signos
vitales descendían cada vez más hasta ver el monitor solo con líneas y una asistolia que lo
confirmaba todo, pero su espíritu permanecía intacto, rodeado de tan poco amor de sus
seres queridos, don Hernando luchó hasta el final dejando un legado de valentía y
esperanza, su partida dejó un gran mensaje donde fue un hombre que presentó muchos
obstáculos y dificultades pero luchó hasta el final.

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