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Enfermedades gastrointestinales

La consulta gastroenterológica, dentro de la medicina general, es una de las más recurrentes.


Más de un 20% de las consultas tienen que ver con temas digestivos.

El doctor Patricio Ibáñez, gastroenterólogo de Clínica Las Condes, señala que, dentro de
las patologías gastrointestinales más recurrentes están, entre otras:

1) Reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico es una condición que afecta a más de un 20% de la población


chilena. Se manifiesta cuando el ácido del estómago sube a través del esófago y genera
síntomas que se describen como acidez y sensación de ardor. “Esto pasa mucho cuando se
come muy tarde en la noche o por el consumo de sustancias como el café, chocolate, tabaco,
alcohol”, explica el especialista.

Para este caso, la nutricionista del equipo de gastroenterología de Clínica Las Condes,
Giselle Muñoz, recomienda intentar llevar un régimen liviano, comer temprano y esperar un
par de horas antes de acostarse.

“Lo ideal es cenar ojalá lo más liviano posible, en base a un alimento rico en proteínas baja en
grasa, por ejemplo, pescado o pollo a la plancha o al horno con un acompañamiento rico en
carbohidratos, pero en cantidades pequeñas, idealmente no sobrepasar la porción de media
taza. Las ensaladas también se deben incluir evitando las más irritantes. Luego de la cena, un
buen consejo es salir a caminar”, sugiere la nutricionista.

2) Síndrome de Intestino Irritable o colon irritable

El doctor explica que el colon irritable es un constructo teórico propuesto por un consenso en
gastroenterología donde se definió que, si las personas cumplían determinados síntomas,
catalogaban dentro de lo que se llama médicamente como síndrome de intestino irritable.

Estos criterios incluyen si la persona tiene dolor o disconfort abdominal por más de 3 días los
últimos 90 días, asociados a cambios en la frecuencia de ir al baño (estitiquez o diarrea) y
dolor que alivie con la defecación.

 ¿Qué cosas no son colon irritable?

Si las personas tienen diarreas, diarreas nocturnas, sangre en las deposiciones, baja de peso,
etc. Esos son síntomas de alarma y deben hacer a las personas no quedarse tranquilas con el
diagnóstico de colon irritable y tratarse.

3) Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa afecta al 60 % de la población adulta y es la incapacidad de digerir


por completo el azúcar (lactosa) de los lácteos. Esto puede acarrear molestas
sintomatologías, tales como:

 Diarrea.
 Náuseas.
 Distención Abdominal.
 Flatulencia.

Se recomienda disminuir el consumo de lácteos ricos en lactosa como leche líquida, helados,
cremas, queso crema.

Por otro lado, en el mercado están disponibles productos sin lactosa que permiten a estos
pacientes a mantener el consumo de lácteos, disminuyendo los síntomas. Asimismo, también
existen fármacos que reemplazan a la enzima lactasa que pueden usarse previo al consumo
del lácteo.

4) Enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca, que afecta más o menos al 1% de la población en Chile, es una


enfermedad inmunológica gatillada por una respuesta al gluten contenido en las harinas del
trigo, centeno y la cebada.
Esta respuesta se puede manifestar de manera muy variada como diarrea, vómitos,
hinchazón, entre otros, que la pueden hacer fácilmente confundible con el colon irritable. En
los niños puede presentarse como retardo del crecimiento y desnutrición; en los adultos puede
manifestarse.

El único tratamiento efectivo es la dieta sin gluten; dieta que tiene que mantenerse
estrictamente para evitar molestias y complicaciones. Una dieta libre de gluten debe estar
asesorada por un nutricionista capacitado. Además, la educación alimentaria para el paciente
y a su familia es fundamental para el éxito del tratamiento.

5) Enfermedad inflamatoria intestinal

Una de sus características principales es el daño o la inflamación crónica del tubo digestivo.
Las más conocidas son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Se producen por una
desregularización del sistema inmune, el que sobrerreacciona frente a las bacterias.

La causa de estas enfermedades se desconoce, sin embargo “existen varios factores que han
sido vinculados a su desarrollo. Hay algunos genéticos y ambientales, sin embargo, no es una
enfermedad hereditaria. Entre los factores ambientales que ayudan a desencadenarlas es el
tabaquismo y el uso de antiinflamatorios”, aclara el doctor Ibáñez.

La enfermedad de Crohn o mal de Crohn es una enfermedad inflamatoria que puede


comprometer cualquier segmento del tubo digestivo, desde la boca al ano, siendo los sitios
más frecuentes el íleon distal (parte final del intestino delgado) y el colon. Sus síntomas
pueden ser muy variados y complejos de diferencias de otras patologías. Entre ellos cabe
mencionar:
Enfermedades respiratorias

Resfriado común

Casi todas las personas lo sufrimos, principalmente en invierno y en época de lluvias. Se trata de
una infección vírica que afecta a la nariz y a la garganta. Se caracteriza por producir estornudos,
mocos, tos y congestión nasal. A veces puede provocar fiebre y dolor de cabeza.

Suele ser inofensivo, aunque si no se trata podría desencadenar en otitis, asma, sinusitis o
infecciones como faringitis, laringitis, neumonía o bronquiolitis (esta última se da solo en niños
pequeños).

Faringitis

Puede ser provocada por un resfriado o por la gripe, pero también puede tener un origen
bacteriano. En este caso, produce fiebre. Esta inflamación de la faringe provoca placas de color
blanco, la hinchazón de los ganglios linfáticos del cuello y dolor de garganta.

Amigdalitis

Lo que conocemos comúnmente como anginas, es un dolor de garganta que en 8 de cada 10 casos
tiene un origen vírico. Solo el 20% está producido por una bacteria.
Rinosinusitis

Dolor en la zona de la frente, ojos y nariz, malestar general, fiebre, secreción nasal… Estos son los
signos producidos por la infección de la mucosa que recubre la nariz y los senos paranasales.
Cuando la temperatura sube de los 39 °C puede estar provocada por una bacteria, en cuyo caso
será necesario un antibiótico.

Rinitis

La inflamación de la mucosa nasal puede tener un origen alérgico, viral o bacteriano. Se


caracteriza por provocar picor de nariz, estornudos, congestión y secreción nasal.

Bronquitis

En este caso hablamos de una enfermedad de las vías respiratorias que puede llegar a ser
contagiosa, por lo que hay que extremar las precauciones. La inflamación de los bronquios
conlleva dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos incesante. A algunas personas también les
sube la fiebre.

El humo del tabaco, la contaminación ambiental y la emisión de gases industriales son algunos de
los factores que la causan.
Asma

Hablamos ahora de una enfermedad crónica causada por la inflamación de los bronquios. Según
datos de la OMS, la sufren 334 millones de personas en todo el mundo (afecta al 10% de los niños
de países industrializados). Las personas asmáticas no solo tienen dificultad para respirar, sino que
también sufren fatiga, insomnio, silbidos en el pecho y, en ocasiones, la imposibilidad de realizar
las tareas del día a día.

Su origen se encuentra en una variedad de factores que van desde el humo hasta los ácaros, el
polen o el aire frío.

Neumonía

Puede que no tenga tanta prevalencia como las enfermedades respiratorias anteriores, pero es
muy grave. De hecho, la OMS la coloca como una de las causas principales de muerte entre los
niños menores de 5 años. Los síntomas de esta infección son: dolor en el tórax, respiración rápida,
fiebre, escalofríos, tos y pérdida de apetito.

El causante principal de esta enfermedad de las vías respiratorias es una bacteria llamada
Streptococcus pneumoniae.

Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica


Unos 65 millones de personas en todo el mundo sufren EPOC y 3 millones mueren cada año por su
culpa, según datos de la OMS. Esto la sitúa en la tercera posición de las principales causas de
mortalidad a nivel global. En España, se calcula que afecta a 3 de cada 100 adultos y al 19% de los
mayores de 65 años.

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica provoca la inflamación del pulmón y la destrucción


de los alvéolos pulmonares. Las personas que la sufren tienen tos, presentan dificultad para
respirar y sibilancias. Una de las principales causas es el tabaco.

Cáncer de pulmón

Está entre los cinco tipos de cánceres que provocan mayor número de muertes en el mundo (mata
a 1,6 millones de personas cada año). El factor principal es el tabaco, pero también puede ser
provocado por sustancias químicas y la contaminación ambiental.

Apnea del sueño

Entre el 1% y el 6% de la población adulta sufre paradas de la respiración mientras duerme. Eso


provoca que no puedan descansar bien y durante el día tengan somnolencia. Algunos de los
factores relacionados con esta enfermedad respiratoria son la obesidad, tener las vegetaciones o
las amígdalas grandes o que la lengua bloquee las vías respiratorias.

Enfermedades respiratorias de origen laboral

Además de las enfermedades respiratorias mencionadas, hay que mencionar las que están
causadas por en entorno laboral. Silicosis (exposición a polvos minerales), fibrosis
pulmonar (provocada por la exposición al amianto) o neumonitis por hipersensibilidad (exposición
a antígenos orgánicos) están entre las más comunes.

Si usted contrae alguna de estas enfermedades profesionales debe saber que tiene derecho a
recibir una indemnización, igual que si sufriera un accidente de trabajo.

Del mismo modo, los seguros de accidentes le ofrecen una indemnización si usted sufre una
enfermedad que le incapacite para volver a trabajar.

Es importante tener en cuenta que esta información es solo para fines de información general. No
constituye un consejo personal o una recomendación para ninguna persona o empresa de ningún
producto o servicio.

Enfermedades infecciosas

Contacto directo

Una manera fácil de contraer la mayoría de las enfermedades infecciosas es entrar en contacto
con una persona o un animal infectado. Las enfermedades infecciosas pueden transmitirse a
través del contacto directo, por ejemplo:

De una persona a otra. Las enfermedades infecciosas normalmente se transmiten a través de la


transferencia directa de bacterias, virus u otros gérmenes de una persona a otra. Esto puede
suceder cuando una persona con la bacteria o el virus toca o besa a alguien que no está infectado,
o tose o estornuda muy cerca de este.

Estos gérmenes también pueden transmitirse a través del intercambio de fluidos corporales por
contacto sexual. La persona que transmite el germen puede no tener síntomas de la enfermedad,
pero puede ser simplemente portador.

De animal a persona. Si te muerde o araña un animal infectado (incluso una mascota), te puede
enfermar y, en circunstancias extremas, puede ser mortal. La manipulación de los desechos de los
animales también puede ser peligrosa. Por ejemplo, puedes infectarte de toxoplasmosis al recoger
la caja sanitaria de tu gato.
De la madre al feto. Una mujer embarazada puede transmitir gérmenes que causan enfermedades
infecciosas al feto. Algunos gérmenes pueden pasar a través de la placenta o de la leche materna.
Los gérmenes de la vagina también se pueden transmitir al bebé durante el parto.

Contacto indirecto

Los organismos causantes de enfermedades también se pueden transmitir por contacto indirecto.
Muchos gérmenes permanecen en objetos inanimados, como mesadas, picaportes o llaves de
grifo.

Al tocar un picaporte que tocó alguien que, por ejemplo, padecía influenza o resfrío, puedes llevar
contigo los gérmenes que dejó esa persona. Si te tocas los ojos, la boca o la nariz antes de lavarte
las manos, es posible que te infectes.

Picaduras de insectos

Algunos gérmenes dependen de insectos portadores, como mosquitos, pulgas, piojos o


garrapatas, para desplazarse de un huésped a otro. Estos portadores son conocidos como
vectores. Los mosquitos pueden ser portadores del parásito de la malaria o del virus del Nilo
Occidental. Las garrapatas del venado pueden ser portadoras de la bacteria que causa la
enfermedad de Lyme.

Contaminación de alimentos

Los gérmenes que causan enfermedades también pueden infectarte a través de alimentos y agua
contaminados. Este mecanismo de transmisión permite que los gérmenes se propaguen a muchas
personas a través de una sola fuente. La Escherichia coli (E. coli), por ejemplo, es una bacteria
presente en o sobre ciertos alimentos, como las hamburguesas mal cocidas o los jugos de frutas
sin pasteurizar.

Enfermedades parasitarias

1. Malaria

A día de hoy, la malaria es la reina indiscutible de las enfermedades causadas por parásitos. Los
agentes causales de la condición pertenecen al género Plasmodium, un grupo de protistas
apicomplejos que se transmiten entre personas a través de la picadura de mosquitos hembra.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2020 se notificaron más de 240
millones de casos de malaria, de los cuales unos 627 000 se tradujeron en muerte.
Los síntomas más habituales de la malaria son fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas,
vómitos, dolor muscular, malestar abdominal, respiración rápida, fatiga, frecuencia cardiaca
acelerada y tos. Esta infección se trata con medicamentos específicos que acaban con el parásito,
como fosfato de cloroquina, terapias combinadas con artemisinina y más. Por desgracia, no todas
las personas que sufren esta enfermedad tienen acceso al abordaje clínico adecuado.

2. Leishmaniasis

La leishmaniosis (o leishmaniasis) es una enfermedad provocada por protozoos del


género Leishmania. Diversos animales son portadores del parásito asintomáticos (libres, coatíes y
más), pero en nuestra sociedad es de mayor relevancia clínica en perros y humanos. De todas
formas, cabe destacar que la infección solo se produce cuando el agente se transmite a través de
la picadura por un mosquito flebotomo. Por eso, estar en contacto con un animal infectado no es
un riesgo directo.

Esta infección está presente en 88 países e infecta a 1-2 millones de personas anualmente. Se
presenta en 2 formas; una cutánea que se circunscribe a la piel y a las membranas mucosas, y una
visceral que compromete a todo el cuerpo. Los fármacos que contienen antimonio, como el
antimoniato de meglumina, son los que más se utilizan para tratar la leishmaniasis.

3. Criptosporidiosis

La criptosporidiosis es una infección causada por protozoos del género Cryptosporidium. Entramos
en el terreno de las parasitosis intestinales, pues esta se transmite al consumir agua o alimentos
contaminados por heces humanas o animales que contienen huevos del parásito. La prevalencia
de este patógeno es admirable, pues se estima que del 1 al 3 % de las personas habitantes en
países de bajo ingreso secretan deposiciones contaminadas con él.

El síntoma más común de la criptosporidiosis es la diarrea líquida. También se pueden presentar


dolores abdominales, náuseas, vómitos, fiebre, pérdida de apetito y dolor de cabeza. Las personas
con un sistema inmunitario sano suelen recuperarse de la infección por sí solas sin tratamiento
más allá de la hidratación y el reposo, pero en pacientes oncológicos, VIH positivos o con otras
condiciones crónicas se pueden requerir abordajes clínicos específicos.

4. Amebiasis

La amebiasis es una de las enfermedades causadas por parásitos que más problemas sanitarios
reporta en todo el mundo. Esta infección está causada por Entamoeba histolytica, Entamoeba
dispar y Entamoeba moshkovskii, protozoos muy comunes en regiones cálidas y húmedas.
Constituye la tercera causa de muerte en todo el mundo, solo superada por la malaria y la
esquistosomiasis, y afecta a más de 500 millones de personas cada año.

Aunque el 90 % de las personas infectadas son asintomáticas, unos 50 millones de pacientes cada
año experimentan signos como cólicos abdominales, diarrea, fatiga, flatulencias excesivas, dolor
rectal al evacuar y pérdida de peso involuntaria. El tratamiento depende de la gravedad del
cuadro, pero en general se recetan antibióticos. Por desgracia, al rededor de 100 000 de los
infectados no reciben los cuidados adecuados y fallecen cada año.
5. Esquistosomiasis

La esquistosomiasis es la siguiente infección por alusión directa. Esta enfermedad es producida


por parásitos platelmintos del género Schistosoma, sobre todo 5 especies concretas. Se trata de
un cuadro prevalente en 3/4 de las regiones de bajo ingreso del mundo y más del 80 % de los
pacientes se encuentran en África. Se calcula que, a día de hoy, más de 200 millones de personas
están afectadas por esta parasitosis.

Esta enfermedad se puede presentar en forma de dermatitis aguda, fiebre aguda o cuadro crónico
(intestinal, hepatoesplénica, de presencia pulmonar o en la vejiga). Como podrás imaginar, tanto
la sintomatología como el tratamiento dependen del lugar de afectación. El prazicuantel es el
fármaco recomendado contra todas las formas de la infección.

6. Enfermedad de Chagas

También conocida como tripanosomiasis americana, la enfermedad de Chagas es una parasitosis


potencialmente mortal causada por el protozoo Trypanosoma cruzi. La OMS calcula que, en todo
el mundo, entre 6 y 7 millones de personas se ven afectadas por esta condición. En este caso, la
transmisión se produce por el contacto con las heces o la orina de insectos triatóminos, los cuales
se alimentan de sangre humana y de otros vertebrados. Cuando una persona es picada y se rasca,
existe la probabilidad de que el parásito entre a través de la lesión.

De aparecer, los síntomas durante la fase inicial de la infección son leves y comprenden fiebre,
fatiga, cefaleas, dolor corporal, pérdida de apetito, diarrea, vómitos sarpullidos y más. Si no se
trata, el parásito prolifera y se pueden experimentar arritmias severas, corazón agrandado y un
riesgo incrementado de accidente cerebrovascular. Se trata con los medicamentos benznidazol o
nifurtimox, ambos eficaces casi al 100 % si se administran al comenzar el cuadro.

7. Ascariasis

La ascariasis está causada por un nemátodo de nombre científico Ascaris lumbricoides, también
conocido como lombriz intestinal por su forma alargada y tamaño visible al ojo humano. Desde un
punto biológico este parásito es de lo más interesante, pues tiene un ciclo de vida complejo y viaja
por distintas partes del cuerpo hasta asentarse y reproducirse en los intestinos. Es una de las
parasitosis del intestino más comunes, pues se calcula que más de 800 millones de personas están
infectadas en todo el mundo.
Seguridad social
La seguridad social, también llamada previsión social, es un sistema de seguro de salud
que garantiza a la población nacional contra los costes de la asistencia sanitaria. Puede ser
administrado por el sector público, el sector privado o una combinación de ambos. Los
mecanismos de financiación varían según el programa y el país. El seguro de enfermedad
nacional o estatutario no equivale a una asistencia sanitaria gestionada o financiada por el
gobierno, sino que suele establecerse mediante una legislación nacional. En algunos países,
como el sistema Medicare de Austria, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido y el
Servicio Nacional de Seguro de Salud de Corea del Sur, las contribuciones al sistema se
realizan a través de los impuestos generales y, por tanto, no son opcionales, aunque el uso
del sistema sanitario que financia sí lo sea. En la práctica, la mayoría de las personas que
pagan por el NHI se afiliarán a él.
Se refiere principalmente a un campo de bienestar social relacionado con la protección
social o cobertura de las necesidades reconocidas socialmente, como la salud, la vejez y las
discapacidades. La Organización Internacional del Trabajo, en un documento publicado en
1991 denominado Administración de la seguridad social, definió la seguridad social como
sigue:
La seguridad social está claramente definida en los Convenios de la OIT y en los instrumentos de la
ONU como un derecho fundamental –aunque en realidad sólo una pequeña proporción de la
gente en nuestro planeta disfrute del mismo. Definida en términos generales como un sistema
basado en cotizaciones que garantiza la protección de la salud, las pensiones y el desempleo así
como las prestaciones sociales financiadas mediante impuestos, la seguridad social se ha
convertido en un reto universal en un mundo globalizado. Sólo el 20 por ciento de la población
mundial tiene una cobertura adecuada en materia de seguridad social mientras que más de la
mitad no dispone de ninguna forma de protección social. Aquellos que no están cubiertos tienden
a formar parte de la economía informal, por lo general, no están protegidos en su vejez por la
seguridad social y no están en condiciones de pagar sus gastos de salud. Además, muchas
personas tienen una cobertura insuficiente, esto es, puede que carezcan de elementos
significativos de protección (como la asistencia médica o las pensiones) o que la protección que
reciben sea escasa o presente una tendencia a la baja. La experiencia muestra que la gente está
dispuesta a cotizar a la seguridad social, siempre y cuando ésta satisfaga sus necesidades
prioritarias.
La crisis económica

Una crisis económica es un periodo en el cual una economía afronta dificultades durante un
tiempo prolongado.

En otras palabras, una crisis económica es la parte de un ciclo económico en el que se produce un
decrecimiento considerable en la economía. Es decir, sería un punto intermedio entre una
recesión y una depresión económica.

A nivel productivo y de consumo, es observable que una crisis económica afecta por igual al
conjunto de los agentes económicos durante esta fase de contracción del ciclo.

Las crisis suelen ser identificadas por medio de cambios en las variables económicas, ya que la
producción de bienes y servicios de las empresas y su consumo por parte de los individuos se ven
mermados por la coyuntura económica.

Las crisis económicas cuentan además con dos características destacadas: la inestabilidad que
suponen en los mercados y las consecuencias que desatan en los sectores en los que aparece en
un inicio y en el resto del sistema después. Posteriormente, el primer efecto provocado es la
disminución o el deterioro de las actividades comerciales que existan en los mismos.

Además, es importante destacar que las crisis económicas pueden ser aisladas,
centradas en un sector, en un sistema económico nacional, o pueden extenderse a
un plano más global como se vio en la crisis subprime que afectó a la economía
mundial desde 2008.

Los principales indicadores económicos como los niveles de empleo o el producto


interior bruto (PIB) indican durante una crisis una situación desfavorable o de
desaceleración para los actores económicos de diferentes tipos.
Los derechos humanos

Los derechos humanos son los derechos que tenemos básicamente por existir como seres
humanos; no están garantizados por ningún estado. Estos derechos universales son inherentes a
todos nosotros, con independencia de la nacionalidad, género, origen étnico o nacional, color,
religión, idioma o cualquier otra condición. Varían desde los más fundamentales —el derecho a la
vida— hasta los que dan valor a nuestra vida, como los derechos a la alimentación, a la educación,
al trabajo, a la salud y a la libertad.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las


Naciones Unidas en 1948, fue el primer documento legal en establecer la protección universal de
los derechos humanos fundamentales. cumplió 70 años en 2018, sigue siendo la base de toda ley
internacional de derechos humanos. Sus 30 artículos ofrecen los principios y los bloques de las
convenciones de derechos humanos, tratados y otros instrumentos jurídicos actuales y futuros.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, junto con los dos pactos —el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales—, componen la Carta Internacional de Derechos Humanos*.

Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas sustentadas en


la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable para
el desarrollo integral de la persona. Este conjunto de prerrogativas se
encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra
Constitución Política, tratados internacionales y las leyes.

Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres


humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia,
sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra
condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin
discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles.

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