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Los montoneros del barrio. By Javier Salcedo.

Caseros, Argentina: Editorial de la Universidad Nacional de Tres de


Febrero. Centro de Estudios sobre Genocidio, 2011. Photographs. Figures. Notes. Bibliography. Index. 327 pp.

El libro de Javier Salcedo demuestra que a pesar de la abundancia de trabajos sobre la violencia política en Argentina
durante los años setenta en general, y sobre Montoneros en particular, aún queda mucho por decir sobre el tema.

La imagen de Montoneros que emerge a partir de esta investigación sobre la militancia de Moreno es muy diferente a la
que se desprende de la literatura existente: los montoneros del barrio no son intelectuales revolucionarios de clase
media, sino obreros y peronistas. Este contraste entre el caso estudiado y las características generalmente atribuidas a
Montoneros es el punto de partida de los interrogantes que guían la investigación.

En primer lugar, el autor indaga los motivos que llevan a la incorporación a Montoneros de diversos grupos sindicales y
juveniles de Moreno en 1971, cuando aquella no era, aún, la organización dominante en la izquierda peronista y
competía con otras organizaciones, como las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) o las Fuerzas Armadas Revolucionarias
(FAR), por el apoyo y la simpatía de la población. ¿Qué es lo que hizo, en ese entonces, diferentes a los Montoneros?
Salcedo demuestra cómo el asesinato de Aramburu abrió las puertas del barrio a los Montoneros. La propaganda
armada montonera habría interpelado con éxito las experiencias de humillación y deseos de reivindicación acumulados
a lo largo de los años de proscripción, generando una adhesión espontánea e inmediata.

En segundo lugar, el libro aborda los motivos de la ruptura - también temprana, en febrero de 1974- del grupo de
Moreno con Montoneros. En este punto, la riqueza documental y la solidez metodológica permiten al autor evitar la
repetición de un lugar común en los relatos autobiográficos o testimoniales: explicar la fuerte conflictividad que
atraviesa a Montoneros a partir de 1973 como fruto de la influencia de las FAR a partir de la fusión entre ambas
organizaciones. El análisis de los documentos escritos le permite discutir esta interpretación identificando una fuerte
continuidad discursiva, antes y después de dicha fusión. Los documentos muestran que, a diferencia de los militantes de
Moreno, los Montoneros eran socialistas antes que peronistas, y que la lucha armada no era un solo una táctica
excepcional en la lucha por el regreso Perón, sino una pieza clave en su estrategia revolucionaria. Por ende, si las
contradicciones ideológicas estaban presentes desde el inicio de la relación, la verdadera pregunta es “por qué no vieron
antes estas diferencias” (p. 248). Salcedo enumera varias explicaciones posibles: los militantes de base no tuvieron
acceso a los documentos y los discursos de los dirigentes no explicitaban estas cuestiones, la coyuntura de lucha contra
la dictadura ocluía las diferencias o llevaba a los militantes a negarlas. De la misma forma, la decisión final de romper
con Montoneros podría atribuirse a múltiples factores: “ambiciones personales” frustradas por la nueva conducción
local ligada a las FAR y “oportunismo político” ante el enfrentamiento entre Perón y Montoneros, entre otros. En
definitiva, el autor opta por un final abierto: “Las razones de la ruptura (…) son variadas y posiblemente no se hayan
enumerado todas.” (p. 282).

Fruto de su investigación doctoral de más de una década, y luego de una minuciosa recopilación de testimonios y
fuentes escritas, en algunos casos inéditas, el libro reconstruye una experiencia local hasta ahora desconocida, y plantea
un abordaje original a una problemática clásica de la historiografía: la relación entre Montoneros y el peronismo.

Desde otra perspectiva, el diálogo que el autor construye entre los relatos de conocidos dirigentes de Montoneros
(Miguel Bonasso, Mario Eduardo Firmenich, Juan Gasparini, Roberto Cirilo Perdía) y las voces de los militantes de
Moreno, puede resultar interesante y novedoso para un público no académico. Asimismo posee especial interés para
aquellos lectores de generaciones más jóvenes o para quienes, durante aquellos años, estuvieron ajenos al mundo
militante de la época, por la forma en que el autor plasma, con gran detalle, el habla popular, esforzándose por
contextualizar y dar sentido a las expresiones utilizadas por la militancia de la época: “paracaidistas” de clase media
llegan al barrio para buscar “experiencias” locales de acción política y/o social, reclutan “bronces” (dirigentes o
referentes políticos de larga trayectoria) y generan “hechos” (acciones armadas) para lograr el apoyo de la militancia
local, “bajan” información parcial a los militantes de base para “fogonearlos” (impulsarlos a actuar), acusan y son
acusados de “fierreros” (de abocarse exclusivamente a las acciones armadas)...
En síntesis, desde diversas perspectivas, Javier Salcedo propone una “memoria de los ‘sin poder’”, no sólo por su lugar
en la sociedad argentina de la época, en que tanto obreros y peronistas, también sino por su derrotero al interior de
Montoneros, donde, para Salcedo, fueron sometidos a “una dictadura de clase que no fue, paradójicamente, la del
proletariado” (p. 19).

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