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RAMÓN NÚÑEZ HERNANDEZ

LET. 141

LET. 240

CAMINANDO POR LA LITERATURA UNIVERSAL


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LA LITERATURA DE LA INDIA

La India es un país creado de innumerables mitos, leyendas y tradiciones que aún conserva, y que, debido
a la dispersión de grupos humanos, los arios, arrastrando su idioma, el Sánscrito, por diversas regiones
europeas, su literatura tiene mucha trascendencia en el mundo occidental.
En ese grande y fantástico país tiene sus cimientos la creación poética que es, la manifestación más
antigua del pensamiento filosófico y humanístico. Esta expresión abarca más de 2800 años.
“Los primeros atisbos de la creación poética fueron sensoriales, miméticos, religiosos y doctrinarios,
como podrá comprobarse en los proverbios y cantares del rey Salomón y en la panorámica del paisaje
palestino. Luego deriva en histórica, poniendo de manifiesto las condiciones geográficas, las costumbres,
los sentimientos y actividades culturales de los pueblos de Oriente” (Cándido Gerón).
Los Vedas, libros sagrados escritos en Sánscrito, es la primera obra conocida. Además, aparecen algunas
colecciones de cuentos, fábulas y dramas, como el Pantchatantra, el Hitopadesa y Sakúntala, junto a otra
digna creación poética que se manifiesta como inspiración de guerra o de combate, como el poema épico.
Sobre este género se expresa así R. Lapesa en su Introducción a los Estudios Literarios:
Los creadores de este tipo de poesía épica eran poetas errantes que cantaban o recitaban sus obras en los
palacios de los nobles y en las plazas de las villas. Acompañaban el canto con instrumentos de cuerda
(entre los griegos, la cítara, y entre los germanos, el arpa). Estos poetas se llamaban en Grecia aedas y
rapsodas, scopas entre los germanos primitivos, escaidas en Escandinavia e Islandia, y en los pueblos
latinos de Europa, durante la Edad Media, juglares. No expresaban sentimientos exclusivamente suyos,
sino propios también de la colectividad, y su nombre, de ordinario, es desconocido. Hasta su labor
personal acaba muchas veces por diluirse, mezclada con la de otros en posteriores refundiciones. Sus
creaciones pasaban de unas generaciones a otras, modificándose constantemente. A veces las gentes
aprendían fragmentos de las obras y a su vez introducían variantes y suprimían o añadían versos. Otras
veces poetas geniales recogían producciones anteriores a ellos y les daban forma casi definitiva: es el caso
de la epopeya india, de Homero y de Los Nibelungos.
La epopeya tradicional india está reunida en los dos grandes poemas, Ramayana y Mahabharata, cuya
compilación se atribuye respectivamente a Valmiki y Vyasa. De la epopeya griega son muestra suprema
la Ilíada y la Odisea, atribuidas a Homero. (Ed. Cátedra, Madrid, q984. Pág.19)
En la Edad Media, con las invasiones, surgen nuevas epopeyas nacionales: la germánica agrupa sus
leyendas o sagas en torno a la figura de Atila, y su producción más importante el poema de los
Nibelungos. La Nórdica es una rama de la epopeya germánica y está constituida por las compilaciones
llamadas Edda y Sagas posteriores. La epopeya francesa celebra las empresas de Carlomagno y las
hazañas de caballeros de su época, bien en guerra contra los moros, bien en luchas contra los feudales; su
obra principal de Chamsón de Roland, cuenta la muerte de este héroe en la batalla de Roncesvalles”
(Op. Cit. Cátedra, Madrid, 1981, 13; pág. 128)

En España, la gran epopeya castellana es el Cantar del Mío Cid, y narra hazañas heroicas,
acontecimientos y hechos históricos ocurridos en la Edad Media.
El Mahabharata es la primera epopeya conocida en el mundo y narra los orígenes de los pueblos hindúes,
sus luchas, tradiciones, etc., con la intervención de los dioses y seres fantásticos.
El Mahabharata se atribuye a un poeta “recopilador” llamado Vyassa. Consta de cien mil Slokas o
estrofas breves, en forma paralelísticas, donde se contienen todos los conocimientos filosóficos indios.
Sus 200,000 versos son como una Sumna o Biblia india.
El Ramayana es otro poema épico indio, cuyo autor es Valmiki y consta de 240,000 Slokas, canta la
historia del Rey Rama (hazañas de Rama), encarnación de Vismú, y modelo de perfección humana, a
quien su enemigo, Ravana, le lleva su esposa Sita, escondiéndola en la isla de Ceilán. Rama, con ayuda de
los dioses logra conquistar Ceilán y recobrar su esposa.
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Poemas indios menores


El Panchatantra es una colección de fábulas, apólogos y cuentos, escritos en prosa, con breves versos
intercalados a modo de sentencias o moralejas, síntesis de la enseñanza, que el sabio Vishnusarman
(supuesto autor real) hace leer a los hijos de un rey para ilustrarle de la moral pública y privada.
El Panchatantra ejerció mucha influencia en la literatura de occidente, en autores de la Grecia antigua
como Esopo, de Francia como La Fontaine y algunos fabulistas españoles: Samaniego, Iriarte, entre otros.
Sakúntala es uno de los tres dramas que dejó el poeta Calidassa y ha sido traducida a todas las lenguas .
Sakúntala es un largo drama escrito en siete actos, en que se cuenta la historia de la bella hija de un asceta
indio, enamorada del rey Dusyanta. La obra mezcla la vida de los hombres en sus más cotidianas
manifestaciones con la múltiple intervención divina.
EL Hitopadezza es otro fabulario en que se han añadido nuevos relatos y corregido otros, insistiendo más
en la parte doctrinal. Su autor lo llamó Narayana: La buena enseñanza.

MAHABHARATA (Fragmento)

Nala y Damayanti

Mucho tiempo ha pasado. Nala trabaja humildemente en los establos del rey Rituparna. Limpia las
cuadras y los carros, da pienso a los caballos y doma los potros salvajes. No se avergüenza de su humilde
oficio, pero sus ojos lloran nía y noche recordando a la bella Damayanti, que abandonó en la selva.
Damayanti está ahora acogida en el palacio del rey de los Chedis, sirviendo de doncella a la princesa
Sunanda.
El magnánimo rey Bhima, desde que supo la desgracia de Nala y Damayanti, arde en deseos de volver a
verlos. Una día llamó al sabio brahamán Sudeva y le dijo:
-Mucha es tu sabiduría, Sudeva. Sólo tú puedes hallar a mis hijos Nala y Damayanti. Ve por la tierra y
busca sin descanso, día y noche. Di a Nala que no tenga reparo en venir a mis brazos; le daré mil vacas,
todas las tierras que quiera y la mayor de mis ciudades. Que los dioses te protejan, Sudeva.
Cien días habían pasado cuando Sudeva llegó al reino feliz de los Chedis. Fue a saludar a la princesa
Sunanda, y al mirar a sus doncellas su corazón saltó de gozo. A pesar del sol y del viento, ¿quién no
hubiera reconocido la voz maravillosa y la belleza de Damayanti al lado de sus hijos, en la casa de su
padre? Y Sudeva vuelve a recorrer la tierra en busca del rey Nala. A los caminantes, a los pájaros, a las
tierras, el buen brahamán preguntaba:
-¿Habéis visto cruzar por aquí a Nala, el más hermoso de los hombres?
Pero ¿quién podría reconocer a Nala en aquel feo mozo de los establos de Rituparna?
Así, al cabo de otros cien días llegó Sudeva al palacio de Rituparna. Tampoco allí sabía nadie el paradero
del gran Nala. Pero los ojos de Sudeva saben vr lo que no ven los ojos de los otros hombres. Una noche
oyó al mozo de los establos llorar, clamando por su amor perdido. Sudeva se fijó en sus manos, finas y
blancas; en la tristeza de sus ojos de dulce mirada, en su manera de domar los potros salvajes y conducir
los sonoros carros. Y en todo esto recordaba Sudeva al gran Nala; le preguntó su nombre y su patria, pero
Nala, compliendo las palabras del Naga, se negó a decirlos.
Al fin Sudeva decidió hacer una última prueba. Si aquel hombre extraño era Nala lo demostraría en las
carreras de carros, en que nadie pudo igualársele jamás. Y Sudeva habló al rey Tituparna delante de todos
sus criados:
-Sabed, ¡oh gran rey!, que la princesa Damayanti, considerándose viuda, reúne mañana nueva Asamblea
nupcial para elegir esposo. ¿No iréis vos allá, oh Rituparna?
-De buen grado iría. Pero el país de los Vidarbas está a cien leguas de aquí. ¿Quién podría recorrer en un
solo día tan enorme distancia?
Al oír esto el corazón de Nala tiembla de emoción. De un salto se coloca ante el rey:
-Yo te llevaré, ¡oh Rituparna! Mañana al amanecer tu carro estará ante el palacio de la bella Damayanti.
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Nala corre a los establos gritando y llorando de gozo. Unce al brillante carro dos potros sin domar, de
sangre picante, que se encabritan y piafan nerviosos al sentir los frenos de plata. Rituparna, con Sudeva y
su cortejo, monta en el carro. Nala, de pie, empuña las riendas, restalla su largo látigo, y envueltos en una
nube de polvo, gritos y relinchos, los caballos se lanzan a través del campo.
Damayanti se ha levantado esta mañana temprano y alegre como nunca. Su corazón ha soñado un dulce
presentimiento. Está amaneciendo: en el jardín se escucha el bramido de los elefantes; en el estanque
juegan los cisnes reales, y las flores se abren frescas al sol.
Damayanti sale a su terraza respirar el aire limpio de la mañana. Allá lejos, en el camino, divisa un
brillante carro. Se acerca, se acerca; parece que vuela. Un hombre lo guía cubierto con un manto rojo. Ya
entra al carro en la ciudad, atronando sus calles dormidas. Ya llega ante el palacio. El hombre vestido de
rojo desciende al suelo de un salto; corre a la puerta, derribando en su carrera a los centinelas, petrificados
de asombro; sube la ancha escalinata como un loco, cruza las salas, llega a la terraza. Grita sin aliento:
-¡Damayanti, Damayanti!
Y arroja al suelo el manto rojo, apareciendo de repente en todo su esplendor.
-¡Oh Nala, mi bien amado!
Y Nala y Damayanti se abrazan sin palabras.
En el jardín del rey cantan los ruiseñores.
El gran Nala recobró su reino, del que cedió generosamente la mitad a su hermano Puskara. Siempre reinó
para la justicia y el amor.
Y los hombres y los dioses fueron dichosos largos años con la dicha de Nala y Damayandi.

ANÓNIMO
PANTCHATANTRA (La olla rota)

En cierto lugar vivía un brahmán llamado Svabhakripana, que tenía una olla llena de arroz, que le habían
dado de limosna y que le había sobrado de la comida. Colgó esta olla de un clavo en la pared, puso su
cama debajo y pasó la noche mirándola sin quitarle la vista de encima, pensando así:
“Esta olla está completamente llena de harina de arroz. Si sobreviene ahora una época de hambre, podré
sacarle cien monedas de plata. Con las monedas compraré vacas. Cuando las vacas hayan parido, venderé
las terneras. Con las vacas compraré búfalas. Con las búfalas, yeguas. Cuando las yeguas hayan parido,
tendré muchos caballos. Con la venta de éstos reuniré gran cantidad de oro. Por el oro me darán una casa
con cuatro salas.
Entonces vendrá a mi casa un brahmán y me dará en matrimonio a su hija hermosa y bien dotada. Ella
dará a luz un hijo. Al hijo le llamaré Somasarmán. Cuando tenga edad para saltar sobre mis rodillas,
cogeré un libro, me iré a la caballeriza y me pondré a estudiar. Entonces me verá Somasarmán y, deseoso
de mecerse en mis rodillas, dejará el regazo materno y vendrá hacia mí, acercándose a los caballos. Yo,
enfadado, gritaré a la brahmanas: “¡Coge al niño! ¡Coge al niño!” Pero ella, ocupada en las faenas, no oirá
mis palabras. Yo me levantaré entonces y le daré un puntapié.”
Tan embargado estaba en estos pensamientos, que dio un puntapié y rompió la olla, y él quedó blanco con
la harina de arroz que había dentro, y que le cayó encima.
Por esos digo yo: El que hace sobre el porvenir proyectos irrealizables, se que blanco como el padre de
Somasarmán.

1.- Este cuento del Pantchatantra, en especial influyó en el cuento de Doña Truhana del libro El conde
Lucanor del infante Juan Manuel y en la fábula La lechera de Samaniego.

LITERATURA HEBREA
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La obra máxima de la literatura hebrea es la Biblia, que es una compilación de libros donde se contiene la
“vida” del pueblo hebreo, encargado de mantener, a través de la historia, la idea, infundida en el alma
humana, de la unidad de Dios. Como libros sacros para los hebreos, y transmisores de la revelación para
los cristianos, se han compenetrado tanto con la vida del hombre civilizado, que no se pueden analizar
fácilmente como simple obra literaria. Se impone siempre el examen de su sentido literal, bien en su
significado propio o en el metafórico; y el sentido real.
La Biblia, también llamada Sagrada Escritura, es el conjunto de libros sagrados inspirados por Dios.
Literariamente es una obra maravillosa que ha ejercido una influencia trascendental en la religión y en la
literatura, escrita en los tonos más sencillos de una poesía humana, hasta los más solemnes y arrebatados
para expresar la palabra del señor. Consta de dos partes: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento está escrito fundamentalmente en hebreo, con algunas partes en Arameo y vario
libros en griego. En cambio, el Nuevo está escrito en griego. Ambos transmiten enseñanzas de una
trascendencia religiosa muy profunda, el primero sobre toda para el judaísmo, el cristianismo, y en cierta
medida para el islam, las llamadas “religiones del libro”; el segundo, para el cristianismo.
En el Antiguo Testamento no se puede hablar de un autor sino a lo sumo de muchos autores, compiladores
y redactores, las más de las veces desconocidos. Su texto definitivo fue el resultado de un largo proceso
de formación por redacción y agrupación de escritos cuyos eslabones solo se pueden rastrear de forma
imperfecta. Intenta describir la historia del hombre desde la creación y continúa con la historia y
experiencia religiosa del pueblo hebreo. La obra comprende 45 libros que se escribieron desde el siglo
XV al siglo II a. C.

Los libros sagrados del Antiguo Testamento se clasifican así:

La ley o Torah, formada por los cinco libros (llamado también Pentateuco) de Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio.
Los profetas, integrados por los llamados “Profetas anteriores”, Josué, Jueces, Samuel, Reyes, y los
profetas posteriores, que incluyen libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel y doce profetas menores.
Escritores, entre los que figuran: Salmos, Job, proverbios, Rut, Cantar de los Cantares, Eclesiastés,
Lamentaciones, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías y Crónicas.
Los cinco primeros libros del Antiguo Testamento (Pentateuco) parecen haber sido escritos por el
legislador del pueblo, Moisés, y relata la historia de la humanidad desde la creación del mundo hasta los
antepasados de Israel (Génesis), la historia del pueblo de Israel esclavo de Egipto y su liberación (Éxodo),
prescripciones de Culto y rituales que regulan la vida de la comunidad (Levítico), los censos de las
diversas tribus al iniciar la marcha desde el Sinaí hasta la tierra prometida (Números), y los diferentes
discursos normativos de Moisés, hasta su muerte (Deuteronomio). Estos libros son de temas históricos.
Los demás tienen distintos autores: Jueces, Reyes, Ester, Judit, Tobías, Macabeos.
Los libros de carácter poéticos son: Los Salmos, una colección de 150 poesías atribuidas en su mayoría a
David, El Libro del Cantar de los Cantares, a Salomón; y Lamentaciones y los Profetas a: Isaías, Baruch,
Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Habacuc, Sofonías, Ageo,
Zacarías, Malaquías.
Esos libros están compuestos por profetas que interpretan la voluntad de Dios o prevén el porvenir del
pueblo judío, donde se avisaba la venida del Mesías.
Los libros de carácter didáctico o sapiensal: Libro de la Sabiduría, Los Proverbios, contienen una
enseñanza moral en forma breve, lapidarias, de un sentido práctico muy notable y de una elevación
filosófica muy destacada.
El Nuevo Testamento es la Biblia del Cristianismo. Comprende 27 libros y relata la vida de Jesucristo en
los Evangelios, en las cartas que dan consejos, hechos de la predicación de los Apóstoles y se profetiza el
fin del mundo en El Apocalipsis.
Jesucristo, el fundador de la nueva religión, no es autor literario de los evangelios ni de los otros escritos
del Nuevo Testamento. El Evangelio fue antes predicado que escrito. En su forma final es el resumen
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escrito de la tradición oral basada en testigos oculares cualificados sobre los dichos y hechos de Jesús,
cuyo espacio cronológico cubierto por los acontecimientos descritos es muy corto, de poco más de un
siglo, el primero de nuestra Era.
Jesús, el galileo solo se limitó a recorrer las aldeas de Palestina como profeta itinerante y carismático
predicando un mensaje de salvación y remitiendo constantemente a la Biblia judía, el Antiguo
Testamento. La historia del Nuevo Testamento es un proceso por el que libros escritos en su mayoría por
diversos motivos y para otros fines al final del siglo II d. c. llegaron a alcanzar un estatus económico de
Nuevo Testamento que relegó la Biblia judía a la condición de Antiguo Testamento.

La estructura del Nuevo Testamento es como sigue:

Los cuatro Evangelios: San Marcos, San Mateo, San Juan, San Lucas:
Los hechos de los Apóstoles, escritos por San Lucas.
Las Epístolas: San Pablo (14), San Pedro (2), San Juan (3), Santiago (1), San Judas (1).
El Apocalipsis, escrito por San Juan.

LOS SALMOS

El libro de los salmos es uno de los más estimados de la Biblia. Gran parte de ellos los compuso David.
Otros son de autor desconocido.
A los hebreos les eran familiares y los cantaban en todo momento. Contienen auténtica poesía. Son los
salmos, en su mayoría, poemas líricos de concentrado sabor poético. Caben en ellos los sentimientos:
indignación, piedad, contrición…
Los salmos tienen su ritmo: ritmo de ideas. Es un fluctuar entre pensamientos paralelo o contrarios.
He aquí dos salmos: el 1 y el X11, una versión poética traducción de Fray Luis de León.

SALMO 1

1. Bienaventurado el varón que no anda en consejo de impíos, ni camina por las sendas de los
pecadores, ni se sienta en compañía de malvados.
2. Antes tiene en la ley de Yavé su complacencia, y a ella día y noche atiende.
3. Será como árbol que se planta a la vera del arroyo, que a su tiempo da sus frutos, cuyas hojas no se
marchitan. Cuanto emprenda tendrá buen suceso.
4. No así los impíos, sino como paja que arrebata el viento.
5. No prevalecerán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.
6. Porque conoce Yavé el camino de los justos, pero la senda de los pecadores acaba ma.
(Versión de Nácar-Colunga)

SALMO X11

Dios mío, ¿hasta cuándo


ha de durar aqueste eterno olvido
que vas conmigo usando?
¿Hasta cuándo, ofendido
de mi, tu rostro mostrarás torcido?
Y entre consejo ciento
¿hasta cuándo andaré desatinado?
¡Ay duro y gran tormento!
¿Hasta cuándo hollado
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seré del enemigo crudo, airado?


Convierte ya tu cara,
aplica a mi querella tus oídos,
Dios mío, y con luz clara
alumbra mis sentidos,
no sea del mortal sueño oprimidos.
No pueda mi adversario
decir: “Prevalecíle algún día”;
que si el duro contrario
viese la muerte mía,
extremos de placer y gozo haría.
Mas tu misericordia,
en quien, Señor, confío, me asegura.
Hinchará la victoria
mi alma de dulzura;
yo cantaré, y diré que soy tu hechura.
(Traducción de Fray Luis de León)

EL CANTAR DE LOS CANTARES

CAPÍTULO 1

Título
El Canto más hermoso, de Salomón.

Preludio

La Amada
¡Que me bese ardientemente con su boca!
Porque tus amores son más deliciosos que el vino;
sí, el aroma de tus perfumes es exquisito,
tu nombre es un perfume que se derrama:
por eso las jóvenes se enamoran de ti.
Llévame contigo: ¡corramos!
El rey me introdujo en sus habitaciones:
¡gocemos y alegrémonos contigo,
celebremos tus amores más que el vino!
¡Cuánta razón tienen para amarte!

Primer canto

La hermosura de la Amada
Soy morena, pero hermosa,
hijas de Jerusalén,
como los campamentos de Quedar,
como las carpas de Salmá.
No se fijen en mi tez morena:
he sido tostada por el sol.
Los hijos de mi madre se irritaron contra mí,
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me pusieron a cuidar las viñas,


¡y a mi propia viña no la pude cuidar!

Ansiosa interpelación al Amado ausente


Dime, amado de mi alma,
dónde llevas a pastar el rebaño,
dónde lo haces descansar al mediodía,
para que yo no ande vagando
junto a los rebaños de tus compañeros.
Respuesta de los pastores

Coro
Si tú no lo sabes,
¡la más bella de las mujeres!
sigue las huellas del rebaño
y lleva a pastar tus cabritos
junto a las cabañas de los pastores.

Elogio de la Amada

El Amado
Yo te comparo, amada mía,
a una yegua uncida al carro del Faraón.
¡Qué hermosas son tus mejillas entre los aros
y tu cuello entre los collares!
Te haremos pendientes de oro,
con incrustaciones de plata.

Elogio del Amado

La Amada
Mientras el rey está en su diván,
mi nardo exhala su perfume.
Mi amado es para mí una bolsita de mirra
que descansa entre mis pechos.
Mi amado es para mí un racimo de alheña
en las viñas de Engadí.

Expresiones de amor mutuo

El Amado
¡Qué hermosa eres, amada mía, ¡qué hermosa eres!
¡Tus ojos son palomas!

La Amada
¡Qué hermoso eres, amado mío,
eres realmente encantador!
¡Qué frondoso es nuestro lecho!
Las vigas de nuestra casa son los cedros
y nuestro artesonado, los cipreses.
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LITERATURA GRIEGA

Literatura clásica, por excelencia, la griega y la latina, son consideradas madres de la cultura occidental.
Grecia es la maestra de la humanidad. Los griegos en su época de esplendor crearon el arte, la filosofía, la
literatura, la ciencia, que aún sirve de modelo en nuestros días. Por eso se le llama, “Cuna de la cultura
occidental”.
La literatura clásica griega y latina, frente al estilo exuberante, simbólico y místico de los orientales nos
ofrecen el sentido de la proporción en a la imaginación y la inteligencia, lo que produce una impresión de
equilibrio, de fuerza, de armonía y de perfección.

LA POESÍA ÉPICA

Homero fue el poeta griego cuyo nombre es el símbolo de la epopeya helénica, y muy poco sabemos de
su vida. Al parecer, se trataba de un Aedas ciego, es decir, un poeta errante que utilizó para la
composición de sus magnas obras: Ilíada y Odisea, antiguas tradiciones y cantos de otros aedas. Debió
vivir entre los siglos XIII y VII a. C., nació en Esmirna o en Chíos, aunque ya antiguamente otras muchas
ciudades jónicas pretendían haber sido su cuna.
La crítica literaria ha puesto en duda su existencia y la paternidad de sus obras. Actualmente se le
considera autor de los dos poemas mayores: La Ilíada y la odisea. Los estudiosos del mundo griego están
en general de acuerdo en datar entre finales del siglo VIII y mediados del VII a.C., las primeras obras
conservadas de la literatura griega, los poemas homéricos (Ilíada y Odisea). Los hesiódicos (Teogonía y
trabajos y días), la primera poesía elegiaca (Calino hacia 660; poco después Tireo hacia 640) y la primera
poesía yámbica (Arquiloco, hacia 650).
La Ilíada es un canto guerrero en el que se exaltan los valores e ideales de la antigua aristocracia aquea. El
poema tiene por tema uno de los episodios de la guerra de Troya, centrada en la cólera de Aquiles, uno de
los jefes del pueblo griego.
La Iliada, Su nombre proviene de Lías, Iliadas, Ilián, ciudad de Troya. Es un poema de casi 16,000
versos, dividido en 24 cantos llamados también libros o rapsodias. Cuenta la guerra que sostuvieron los
griegos contra Ileón o Troya, por haber raptado París, hijo del rey de los troyanos, a la hermosa Helena,
mujer de Menelao, rey de Esparta.
Los griegos consideraban este rapto como una ofensa nacional colectiva, y se dispusieron a la venganza
de esta. En rigor, el poema simboliza el esfuerzo de los griegos por extenderse por Asia, buscando
factorías comerciales y expansión para sus gentes activas, que vivían en un país pobre.
En la Iliada, Aquiles es el protagonista; Héctor, el antagonista. Su argumento es como sigue:
El joven Aquiles ofendido porque su rey Agamenón, jefe del ejército griego que desde hace diez años está
combatiendo a Troya para recuperar a Helena, esposa de Menelao, raptada por el Príncipe Paris, se
apodera de una esclava suya. Encolerecido se retira de la lucha. Patroclo, su amigo, ocupa su lugar, pero
muere a manos de Héctor, hermano de Paris y jefe de los troyanos. El hecho causa dolor y furia en
Aquiles, decidiendo volver a la lucha para vengar a su amigo. Combate con Héctor en memorable batalla
individual y lo mata. Príamo, padre de Héctor, acude de noche al campamento griego a pedir el cadáver
de su hijo para incinerarlo y el poema termina con los funerales del héroe troyano y de Patroclo. Afrodita
protege a los troyanos, Atenea a los griegos…

LA ODISEA

La Odisea es una novela de aventura, contrario a la Ilíada, que según la crítica puede ser considerada una
epopeya militar. Cuenta la intimidad del pueblo griego y resulta inferior en grandeza a la Ilíada, pero es
más variada y nos ofrece mayor interés a la curiosidad y a la imaginación. Su personaje central es Ulises
= Odisea: el antagonista, el que se opone a él y le crea tantos problemas. Su esposa es Penélope, la amada
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que espera al amado, es sinónimo de fidelidad y su hijo Telémaco. Ulises es la personificación del
carácter griego.
El poema abarca una extensión de 12 mil versos y nos cuenta cuarenta días de viaje, en los que también se
sintetizan diez años de aventuras de Ulises, uno de los destacados aqueos atacantes de Troya. Homero ha
puesto gran emoción en las distintas aventuras que encuentra el héroe en su peregrinación marítima. La
Odisea no sólo canta el heroísmo, sino la astucia del protagonista, del mismo modo que, en lugar de las
costumbres militares, es la vida íntima de los griegos lo que sirve de marco a la acción. He aquí su
argumento.
Su protagonista es Ulises (un griego Odiseo) uno de los reyezuelos que tomaron parte en la guerra de
Troya. Ulises logra escapar de la isla donde lo retiene, por amor, la ninfa Calipso, y llega a nado al país de
los reacios, donde lo recibe la princesa Náutica. Ante los padres de ésta, el héroe cuenta sus aventuras: la
del cíclope –de que se libra cegándole sus ojos- la de la maga Circe - que convierte en cerdos a sus
compañeros-, la de las sirenas -que con sus dulces cantos atraen a los navegantes, haciéndoles naufragar-
Ulises consigue por fin regresar a su patria chica, Itaca, donde, tras reunirse con su hijo Telémaco, que
había partido en su busca, se presenta en su palacio. Sin darse a conocer, mata a los pretendientes de su
esposa Penélope y recobra a ésta y a su reino.

LA ILIADA

AQUILES RENUNCIA A LA CÓLERA.

La Aurora, de azafranado velo, se levantaba de la corriente del Océano para llevar la luz a los dioses y a
los hombres, cuando Tetis llegó a las naves con la armadura que Vulcano le entregara. Halló al hijo
querido reclinado sobre el cadáver de Patroclo, llorando ruidosamente, y en torno suyo a muchos amigos
que derramaban lágrimas. La divina entre las diosas se puso en medio, asió la mano de Aquiles, y hablóle
de este modo:
“¡Hijo mío! Aunque estamos afligidos, dejemos que ese yasga, ya que sucumbió por la voluntad de los
dioses; y tú recibe la armadura fabricada por Vulcano, tan excelente y bella como jamás varón alguno la
haya llevado para proteger sus hombros”.
La diosa, apenas acabó de hablar, colocó en el suelo delante de Aquiles las labradas armas, y éstas
resonaron. A todos los mirmidones les sobrevino temblor; sin atreverse a mirarlas de frente, huyeron
espantados. Mas Aquiles, así que las vio, sintió que se le recrudecía la cólera; los ojos le centellearon
terriblemente, como una llama, debajo de los párpados; y el héroe se gozaba teniendo en las manos el
espléndido presente de la deidad. Y cuando hubo deleitado su ánimo con la contemplación de la labrada
armadura, dirigió a su madre estas aladas palabras.
“¡Madre mía! El dios te ha dado unas armas como es natural que sean las obras de los inmortales y como
ningún hombre mortal las hiciera. Ahora me armaré, pero temo que en el entretanto penetren las moscas
por las heridas que el bronce causó al esforzado hijo de Menetio, engendren gusanos, desfiguren el cuerpo
–pues le falta la vida- y corrompan todo el cadáver.”
Respondióle Tetis, la diosa de los argentados pies: “Hijo, no te preocupe el ánimo tal pensamiento. Yo
procuraré apartar los importunos enjambres de moscas, que se ceban en la carne de los varones muertos
en la guerra. Y aunque estuviera tendido un año entero, su cuerpo se conservaría igual o más fresco que
ahora. Tú convoca a junta a los héroes aqueos, renuncia a la cólera contra Agamenón, pastor de pueblos,
ármate en seguida para el combate y revístete de valor.”

……………………..
1. Tetis: diosa griega, madre de Aquiles. La llamaban diosa de los argentados pies (plateados)
2. Vulcano: en Mitología, Dios del fuego y de la metalurgia que hizo la armadura para Aquiles.
3. Patroclo: amigo de Aquiles.
4. Mirmidones: raza guerrera de la Mitología griega.
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5. Menetio: padre de Patroclo.

LA ODISEA

Encuentro de Ulises con Polifemo

(Ulises u Odiseo y sus compañeros llegan al país de los cíclopes. Con doce de ellos va en busca de
Polifemo).

“Pronto llegamos a la gruta; mas no dimos con él, porque estaba apacentando los pingues ovejos.
Entramos y nos pusimos a contemplar con admiración y una por una todas las cosas: había zarzos (1)
cargados de quesos; los establos rebosaban de corderos y cabritos, hallándose encerrados separadamente
los mayores, los medianos y los recentales, y goteaba el suelo de todas las vasijas, tarros y barreños de
que se servía para ordeñar.
Los compañeros empezaron a suplicarme que nos apoderásemos de algunos quesos y nos fuéramos; y
luego, sacando prestamente de los establos los cabritos y corderos, y conduciéndolos a la velera nave,
surcáramos de nuevo el salobre mar. Mas yo no me dejé persuadir –mucho mejor hubiera sido seguir su
consejo- con el propósito de ver a aquél y probar si me ofrecería los dones de la hospitalidad. pero su
venida no había de serles grata a mis compañeros.
Encendimos fuego, ofrecimos un sacrificio a los dioses, tomamos algunos quesos, comimos y le
aguardamos, sentados en la gruta, hasta que volvió con el ganado. Traía una carga de leña seca para
preparar su comida y descargóla dentro de la cueva con tal estruendo que nosotros, llenos de temor, nos
refugiamos apresuradamente en lo más hondo de la misma. Luego metió en el espacioso antro todos los
pingues ovejos que tenía que ordeñar, dejando a la puerta, dentro del recinto de altas paredes, los
carneros.
Después cerró la puerta con un pedrejón grande y pesado que llevó a pulso, y que no hubiesen podido
mover del suelo veintidós sólidos carros de cuatro ruedas. ¡Tan inmenso era el peñasco que colocó en la
entrada!
Sentóse en seguida, ordeñó las ovejas y las baladoras cabras, todo como debe hacerse, y a cada una le
puso su hijito. A la hora, haciendo cuajar la mitad de la blanca leche, la amontonó en canastillos de
mimbre, y vertió la restante en unos vasos para bebérsela, y así le serviría de cena. Acabadas con
prontitud tales faenas, encendió fuego y, al vernos, nos hizo estas preguntas:
POLIFEMO. -¡Oh, forasteros! ¿Quién sois? ¿De dónde llegasteis navegando por húmedos caminos?
¿Venís por algún negocio o andáis por el mar, a la ventura, como los piratas que divagan, exponiendo su
vida y produciendo daño a los hombres de extrañas tierras?
Así dijo. Nos quebraba el corazón el temor que nos produjo su voz grave y su aspecto monstruoso. Mas,
con todo eso, le respondí de esta manera:
ODISEO. –Somos aqueos (2) a quienes extraviaron, al salir de Troya, vientos de toda clase que nos llevan
por el gran abismo del mar; deseosos de volver a nuestra patria, llegamos aquí por otra ruta, por otros
caminos, porque de tal suerte debió ordenarlo Zeus.
Nos preciamos de ser guerreros de Agamenón Atridas, cuya gloria es inmensa debajo de los cielos -¡tan
grande ciudad ha destruido y a tantos hombres ha hecho perecer!- y venimos a abrazar tus rodillas por si
quisieras presentarnos los dones de la hospitalidad o hacernos algún otro regalo, como es costumbre entre
los huéspedes. Respeta, pues, a los dioses, varón excelente; que nosotros somos ahora tus suplicantes. Y a
suplicantes y forasteros los venga Zeus hospitalario, el cual acompaña a los venerados huéspedes.
Así le hablé; y respondióme en seguida con ánimo cruel:
POLIFEMO.- ¡Oh, forastero! Eres un simple o vienes de lejanas tierras cuando me exhortas a temer a los
dioses y a guardarme de su cólera; de que los cíclopes no se cuidan de Zeus, que llega la égida, (3) ni de
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los bienaventurados números, (4) porque aún les ganan en ser poderosos; y no te perdonaría ni a ti ni a tus
compañeros por temor a la enemistad de Zeus, si mi ánimo no me lo ordenase…
Pero dime en qué sitio, al venir, dejaste le bien construida embarcación; si fue, por ventura, en lo más
apartado de la playa o en un paraje cercano, a fin de que yo lo sepa.
“Así dijo para tentarme. Pero su intención no me pasó inadvertida a mí, que sé tanto, y de nuevo le hablé
con engañosas palabras.
ODISEO.- Poseidón, que sacude la tierra, rompió mi nave llevándosela a un promontorio y estrellándola
contra las rocas, en los confines de vuestra tierra; el viento que soplaba del ponto (5) se la llevó y pude
librarme junto con éstos de una muerte terrible.
Así le dije. El Cíclope, con ánimo cruel, no me dio respuesta; pero levantándose de súbito, echó mano a
los compañeros, agarró a dos y, cual, si fuesen cachorrillos, arrojóles a tierra con tamaña violencia que el
encéfalo fluyó al suelo y mojó el piso. De contado despedazó los miembros, se aparejó una cena y se puso
a comer como montaraz león, no dejando ni los intestinos ni la carne, ni los huesos. Nosotros
contemplábamos aquel horrible espectáculo con lágrimas en los ojos, alzando nuestras manos a Zeus,
pues la desesperación se había señoreado de nuestro ánimo.
El Cíclope, tan luego se hubo llenado su enorme vientre, devorando carne humana y bebiendo encima
leche sola, se acostó en la gruta tendiéndose en medio de las ovejas. Entonces formé en mi magnánimo
corazón el propósito de acercarme a él, y sacando la aguda espada que colgaba de mi muslo, herirle el
pecho donde las entrañas rodean el hígado, palpándolo previamente; mas otra consideración me detuvo.
Habríamos, en efecto, parecido allí de espantosa muerte, a causa de no poder apartar con nuestras manos
el grave pedrejón que el Cíclope colocó en la alta entrada. Y así, dando suspiros, aguardamos que
apareciera la divina Aurora.
Cuando se descubrió la hija de la mañana, la Aurora de rosáceos dedos, el Cíclope encendió fuego y
ordenó las gordas ovejas, todo como debe hacerse, y a cada una le puso su hijito.
Acabadas con prontitud tales faenas, echó mano de otros dos de los míos, y con ellos se aparecjó el
almuerzo.
En acabando de comer, sacó de la cueva los pingues ganados, removiendo con facilidad el enorme
pedrejón de la puerta; pero al instante lo volvió a colocar, del mismo modo que si a un carcaj le pusiera su
tapa. Mientras el Cíclope aguijaba (6) con gran estrépito sus pingues rebaños hacia el monte, yo me quedé
meditando siniestras trazas, por si de algún modo pudiese vengarme y Atenea me otorgase la victoria.
Al fin parecióme que la mejor resolución sería la siguiente. Echada en el suelo del establo veíase una gran
clava de olivo verde, que el Cíclope había cortado para llevarla cuando se secase. Nosotros, al
contemplarla, la comparábamos con el mástil de un negro y ancho bajel de transporte que tiene veinte
ramos y atraviesa el dilatado abismo del mar: tan larga y tan gruesa se nos presentó a la vista. Acerquéme
a ella y corté una estaca, como de una braza, que di a los compañeros mandándoles que la puliesen.
No bien la dejaron lisa, agucé uno de sus cabos, la endurecí, pasándola por el ardiente fuego, y la oculté
cuidadosamente debajo del abundante estiércol esparcido por la gruta. Ordené entonces que se eligieran
por suerte los que, uniéndose conmigo, deberían atreverse a levantar la estaca y clavarla en el ojo del
Cíclope, cuando el dulce sueño le rindiese. Cayóles la suerte a los cuatro que yo mismo hubiera escogido
en tal ocasión, y me junté con ellos formando el quinto.
Por la tarde volvió el Cíclope con el rebaño de hermoso vellón, que venía de pacer, e hizo entrar en la
espaciosa gruta a todos los pingues reses, sin dejar ninguna fuera del recinto; ya porque sospechase algo,
ya porque algún dios así se lo ordenara. Cerró la puerta con el pedrejón, que llevó a pulso; sentóse,
ordenó las ovejas y las baladoras cabras, todo como debe hacerse, y a cada una le puso su hijito.
Acabadas con prontitud tales cosas, agarró a otros dos de mis amigos y con ellos se aparejó la cena.
Entonces lleguéme al Cíclope y teniendo en la mano una copa de vino, le hablé de esta manera:
ODISEO.- Toma, Cíclope, bebe vino, ya que comiste carne humana, a fin de que sepas qué bebida se
guardaban en nuestro buque. Te lo traía para ofrecer una libación en el caso de que te apiadases de mí y
me enviaras a mi casa; pero tú enfureces de intolerable modo. ¡Cruel! ¿Cómo vendrá en lo sucesivo
ninguno de los hombres que existen, si no te portas como debieras?
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Así le dije. Tomó el vino y bebiólo. Y gustóle tanto el dulce licor que me pidió más.
POLIFEMO.- Dame de buen grado más vino y hazme saber inmediatamente tu nombre para que te
ofrezca un don hospitalario con el cual huelgues. Pues también a los Cíclopes la fértil tierra les produce
vino en grandes racimos, que crecen con la lluvia enviada por Zeus; mas esto se compone de ambrosia (7)
y néctar. (8)
Cuando se descubrió la hija de la mañana, la Aurora de rosáceos dedos, los machos salieron presurosos a
pacer, y las hembras, como no se las había ordeñado, balaban en el corral con las ubres retesadas. Su amo,
afligido por los dolores, palpaba el lomo a todas las reses, que estaban de pie, y el simple no advirtió que
mis compañeros iban atados a los pechos de los vedijudos animales.
El último en tomar el camino de la puerta fue mi carnero, cargado de su lana y de mi mismo, que pensaba
en muchas cosas. Y el robusto Polifemo lo palpó y así le dijo:
POLIFEMO.- ¡Carnero querido! ¿Por qué sales de la gruta el postrero del rebaño? Nunca te quedaste
detrás de las ovejas, sino que andando a buen paso, pacías el primero las tiernas flores de la hierba,
llegabas el primero a las corrientes de los ríos y eras quien primero deseaba volver al establo al caer de la
tarde; mas ahora vienes, por el contrario, el último de todos. Sin duda, echarás de menos del ojo de tu
señor, a quien cegó un hombre malvado con sus perniciosos compañeros, perturbándome las mientes con
el vino. Pero me figuro que aún no se ha librado de una terrible muerte. ¡Si tuvieras mis sentimientos y
pudieses hablar, para indicarme dónde evita mi furor! Pronto su cerebro, molido a golpes, se esparciría
aquí y acullá por el suelo de la gruta, y mi corazón se aliviaría de los daños que me ha causado este
despreciable Nadie.
Diciendo así dejó el carnero y lo echó fuera. Cuando estuvimos algo apartados de la cueva y del corral,
soltéme del carnero y desaté a los amigos. Al punto entrecogimos aquellas gordas reses de gráciles (9)
piernas y, dando muchos rodeos, llegamos por fin a la nave”.

…………………………
1. Zarzo: tejido de varas, cañas, mimbres o juncos, que forma una superficie plana. 2. Aqueo: natural de
Acaya o Grecia. 3. Égido: escudo de Zeus o Júpiter, y de Minerva; muchas veces es sinónimo de
protección, defensa. 4. Númen: divinidad. Ponto: mar. Aguijar: picar o pinchar con la aguijada o aijada. 7.
Ambrosia: alimento de los dioses. 8. Néctar: jugo azucarado de las flores; bebida de los dioses. 9. Grácil:
delgado.

EL TEATRO CLÁSICO: Esquilo, Sófocles y Eurípides.

El teatro griego es una de las formas del arte que más gloria ha dado a Grecia, considerado como el
Pueblo creador del arte dramático. De él se ha dicho que “es uno de los milagros del género humano”.
La tragedia y la comedia son dos géneros que surgieron y se desarrollaron en Atenas, de donde se
difundieron por todo el mundo helénico, a partir de finales del siglo VI. Tanto la tragedia como la
comedia están formadas de partes recitadas y partes cantadas. Las primeras por un acto, las segundas por
un coro; ambas partes difieren por el metro y por variantes dialectales; las partes recitadas lo son en
metros yámbicos y las cantadas en los metros de la lírica Coral. Así surgió el teatro, de la. evolución de
uno de los géneros de la lírica antigua y en una fiesta ateniense dedicada al dios Dioniso, que tenía lugar
en el mes de marzo. El género dramático surgió al hacer dialogar al coro –que danzaba y cantaba
conmemorando los hechos del dios-, y al director de este, con un autor. De esta forma, la ceremonia
lírico-religiosa se convirtió en representación teatral: la acción basada en asuntos tomados de la tradición
épica y por lo tanto, conocidos de todos- corría a cargo de los actores, en tanto que el coro se limitaba a
comenzar con sus cantos lo que sucedía en escena. El espectáculo se desarrollaba en teatros al aire libre,
los actores, provistos de máscaras y calzando altos coturnos ocupaban el escenario, el coro evolucionaba
en los grados en semicírculos, construidos alrededor de estas. Según estudiosos la primera tragedia
representada fue obra de Tespis y la representación tuvo lugar hacia el año 534 a.C., en época de
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Pisistratos, mientras que la comedia no fue introducida en la fiesta hasta el año 486. La primera tragedia
que se conserva es, Los Persas de Esquilo, representada en el 472, y la primera comedia que nos ha
llegado es Los Acarnienses de Aristófanes, representada en el año 425 a.C.
En fin, Tespis, es el primer gran innovador y director teatral de que se tiene noticia, pero muy poco
sabemos de este creador de escena. Solo que vivió hacia el siglo VI, introdujo nuevos cambios y formó un
coro de actores, y sobre su carro los trasladaba de pueblo en pueblo para las fiestas y ceremonias
báquicas.

ESQUILO (525).

Fue escritor fecundo, pues cuenta hasta 70 ó 90 títulos. Solo siete han llegado a nosotros. Llevó a la
escena asuntos espectaculares sacados de la edad heroica. En su época, el poeta concurría a los
certámenes de Dionisio con tres tragedias, que formaban una trilogía y un drama satírico, pieza cuyo tema
era mítico, pero cuyo desarrollo y desenlace eran más bien de tipo cómico. Se conserva íntegra la trilogía,
la Orestiada, compuesta por Agamenón, Cóeforas y Eumenides, que es de tema encadenado desde la
vuelta de Agamenón a su casa, tras la guerra de Troya, hasta la liberación de su hijo Orestes, que ha
vengado la muerte de su padre a manos de Clitemnestra y su amante. Pero esta obra es de 458, dos años
antes de la muerte del poeta. Otras tragedias son Los Persas del año 472; Las Suplicantes del 463; Los
siete contra Tebas, del 467 y Prometeo encadenado.
Los Persas es la tragedia de la vuelta a casa de Jerjes, el rey Persa, y de lo poco que quedó de su ejército,
tras la derrota sufrida en Salamina frente a la flota ateniense.
Prometeo Encadenado, es el titán que roba el fuego para dárselo a los hombres –el fuego, origen de la
civilización, fuente de la tecnología- Prometeo es castigado por Zeus a quedar atado a una roca, donde un
águila devora cotidianamente su hígado.
Esquilo es el verdadero creador de la tragedia griega. El coro sigue siendo el protagonista de sus obras. La
acción, si bien es breve, es sencilla y grandiosa. Destaca en su obra la fuerza sobrehumana, el sentimiento
y emoción trágicos. Su teatro no es psicológico, pero sí de profundo sentido moral. Recomienda la
moderación como solución universal, incluso contra la fatalidad. Se devuelve con brillantez y audacia
insuperables.

SÓFOCLES, (496 a.C.).

Nació en Colona. Hijo de un rico industrial fabricante de armas, recibió muy esperada educación. En el
480 a.C. dirigió el coro de jóvenes en las celebraciones de la victoria de Salamina. Su talento y encanto
personal le condujeron a una vida feliz y a una carrera teatral brillante. Era treinta años más joven que
Esquilo, y en el año 468 a.C., lo derrotó en un concurso de tragedias.
Fue muy amigo de Heródoto y de Pericles. Tras su muerte (Atenas, 406 a.C.) se le consideró como un
héroe. Escribió unas 123 tragedias, no en trilogías, sino aisladas, cuyo asunto –como sucedía con Esquilo-
procedía de las tradiciones y ficciones heroicas, de las que solo se conservan siete, y algunos fragmentos
del drama satírico Los Sabuesos. Sófocles es el mayor trágico griego. Los personajes de su teatro son
menos heroicos, pero más humanos que los de Esquilo. Pinta a los hombres como debieran ser: perfecto y
fieles a su deber. Según Aristóteles, Sófocles introdujo un tercer actor en la tragedia, abandonó el sistema
de trilogías y aunque elevó de doce a quince el número de comedias, disminuyó su importancia. Supo
perfeccionar la técnica teatral y reunir en su persona todas las cualidades intelectuales que caracterizan el
“Siglo de Pericles”: la nobleza, la fuerza y la belleza. Comparado con Esquilo, sin embargo, no posee
tanto inventiva ni imaginación: menos grande y sublime, si bien más humano y equilibrado. Perfeccionó
la intriga, lo que favorece la estructura de las obras, y humaniza sus personajes.

Sus obras son:


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Ayax (450 a.C.), el protagonista, burlado por Palas Atenea, decide suicidarse.
Antígona (441 a.C.), el más completo de sus personajes, síntesis genial de ternura, abnegación y energía.
Edipo Rey (460 a.C.), su obra maestra y, tal vez, de toda la dramaturgia de la antigüedad, destinada a
poner de manifiesto la fragilidad de la felicidad humana. Llevado por una fatalidad, Edipo mata a su
padre; contrae matrimonio –sin saberlo- con su madre, y desesperado se arranca los ojos y se destierra.
Edipo, rey de Tebas, busca el asesino del rey Layo para castigarlo; pero al enterarse de que es hijo del
muerto, y de que fue él mismo quien le mató sin conocerle, casándose luego con su madre, se arranca los
ojos y se destierra de su propio reino.
Las Traquinias (420-410 a.C.) que tiene como asunto la muerte de Heracles.
Electra (409 a.C.), con el mismo tema tratado por Esquilo en las Coéforas.
Filoctetes (409 a.C.), el citado personaje es engañado por el astuto Ulises, que le quita las armas de
Heracles para vencer a los Troyanos.
Edipo en Colona (401 a.C.). Edipo es desterrado y miserable, desaparece milagrosamente en un bosque
sagrado, donde la tierra se abre para acogerle en el seno; es la rehabilitación por la desgracia del culpable
de un delito involuntario.
En las tragedias de Sófocles, después de Edipo Rey, es Antígona, la obra más perfecta del teatro ateniense
y su influencia en las nuevas generaciones es de gran magnitud.
Su argumento:
Antígona. Es la segunda tragedia más importante de Sófocles. Toma el nombre de su protagonista
Antífona. Ella es hermana de Eteocles y Polinice, hijos de Edipo, rey de Tebas y a quien suceden en el
trono. Acuerdan reinar alternativamente: uno cada año. Eteocles, que era el mayor y estaba protegido por
su tío Creonte, fue quien comenzó a reinar; pero le cogió gusto al trono y, al cumplirse el año no quiso
entregarlo a Polinice. Este le declara la guerra; mueren ambos hermanos. Creonte sube al trono y prohíbe
dar sepultura a Polinice, declarado enemigo de la patria. Antígona desobedece y da sepultura a su
hermano. Sorprendida por Creonte, es condenada a ser enterrada viva. Hemón, hijo de Creonte y amante
de Antígona, al no conseguir salvarla, se suicida. Su mamá, Eurídice, al ver a su hijo muerto, también se
quita la vida. Termina la obra con el llanto de Creonte sobre los cadáveres de su esposa e hijo.

ANTÍGONA

Personajes:
Antígona, hija de Edipo.
Ismene, hija de Edipo.
Creonte, rey, tío de Antígona e Ismene
Eurídice, reina, esposa de Creonte.
Hemón. Hijo de Creonte.
Tiresias, adivino, anciano y ciego.
Un guardián.
Un mensajero.
Coro de ancianos nobles de Tebas, presididos por el Corifeo.

La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona,
para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su hermana Ismene,
a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio.

ANTÍGONA.
Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú que conoces las desgracias de la casa de Edipo, ¿sabes
de alguna de ellas que Zeus no hay a cumplido después de nacer nosotras dos? No, no hay vergüenza ni
infamia, no hay cosa insufrible ni nada que se aparte de la mala suerte, que no vea yo entre nuestras
desgracias, tuyas y mías; y hoy, encima, ¿qué sabes de este edicto que dicen que el estratego1 acaba de
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imponer a todos los ciudadanos? ¿Te has enterado ya o no sabes los males inminentes que enemigos
tramaron contra seres queridos?

ISMENE
No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna de seres queridos, ni dulce ni dolorosa, desde que nos
vimos las dos privadas de nuestros dos hermanos, por doble, recíproco golpe fallecidos en un solo día2.
Después de partir el ejército argivo, esta misma noche, después no sé ya nada que pueda hacerme ni más
feliz ni más desgraciada.

ANTÍGONA
No me cabía duda, y por esto te traje aquí, superado el umbral de palacio, para que me escucharas, tú sola.

ISMENE
¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te ensombrece.

ANTÍGONA
Y, ¿cómo no, pues? ¿No ha juzgado Creonte digno de honores sepulcrales a uno de nuestros hermanos, y
al otro tiene en cambio deshonrado? Es lo que dicen: a Etéocles le ha parecido justo tributarle las justas,
acostumbradas honras, y le ha hecho enterrar de forma que en honor le reciban los muertos, bajo tierra. El
pobre cadáver de Polinices, en cambio, dicen que un edicto dio a los ciudadanos prohibiendo que alguien
le dé sepultura, que alguien le llore, incluso. Dejarle allí, sin duelo, insepulto, dulce tesoro a merced de las
aves que busquen donde cebarse. Y esto es, dicen, lo que el buen Creonte tiene decretado, también para ti
y para mí, sí, también para mí; y que viene hacia aquí, para anunciarlo con toda claridad a los que no lo
saben, todavía, que no es asunto de poca monta ni puede así considerarse, sino que el que transgrieda
alguna de estas órdenes será reo de muerte, públicamente lapidado en la ciudad. Estos son los términos de
la cuestión: ya no te queda sino mostrar si haces honor a tu linaje o si eres indigna de tus ilustres
antepasados.

ISMENE
No seas atrevida: Si las cosas están así, ate yo o desate en ellas, ¿qué podría ganarse?

ANTÍGONA
¿Puedo contar con tu esfuerzo, con tu ayuda? Piénsalo.

ISMENE
¿Qué ardida empresa tramas? ¿Adónde va tu pensamiento?

ANTÍGONA
Quiero saber si vas a ayudar a mi mano a alzar al muerto.

ISMENE
Pero, ¿es que piensas darle sepultura, sabiendo que se ha públicamente prohibido?

ANTÍGONA
Es mi hermano —y también tuyo, aunque tú no quieras—; cuando me prendan, nadie podrá llamarme
traidora.

ISMENE
¡Y contra lo ordenado por Creonte, ay, audacísima!
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ANTÍGONA
El no tiene potestad para apartarme de los míos. (Fragmento)

EURÍPIDES (480-406 a.C.)

Nació en la isla de Salamina, hijo del rico propietario ateniense Mnesarco y de la noble Clito, innecesario
y de la noble Clito. Desde su infancia recibió una magnífica educación, no tardando en destacar su buena
voz, sus dotes de pintor y su precoz afición a las letras, sin perjuicio de una excelente preparación atlética.
Participó en las danzas sagradas en honor a Apolo Delia, actividad reservada a los hijos de los ciudadanos
más ricos.
Era poseedor de una vastísima cultura, se hizo con una bien surtida biblioteca. Casó dos veces con Melito
y Quéride, que le fueron infieles. Tuvo una oposición a sus reformas teatrales, ya que fue atacado por
otros dramaturgos y poetas, que llegaron a acusarle de impiedad, pero al final se impuso su gesto porque
en varias ocasiones obtuvo premios en competiciones dramáticas.
Eurípides llegó a escribir noventa y dos dramas, y sólo se conservan 17 tragedias y una obra satírica,
pasiones, sentimientos e intereses genuinamente humanos llegaron con él a escena. Mientras que el coro
redujo su importancia, como consecuencia del relieve dado al individuo. Su teatro es psicológico.
Describe a los hombres como son en realidad, con todas sus grandezas y su miseria. Plantea en sus
tragedias problemas humanos, creando numerosos tipos femeninos, como Medea y Electra.
Es muy controvertido el orden cronológico de sus tragedias, ya que solo existen fechas fiables para
algunas: Alcestes (438 a.C.), Medea (431 a.C.), Hipólito (428 a. C.), Las Troyanas (415 a.C.), Helena
(412 a.C.), Orestes (408 a.C.), Higenia en Aulide y Las Bacantes fueron representadas después de su
muerte. Las otras obras son: Andrómaca, Hécuba, Electra, Hércules furioso, Los Heraclidas, Las Fenicias.
Ifigenia en Táuride, Las Suplicantes y El Cíclope, que es un drama satírico.
Argumento de Alcestes. Es una obra en la que la generosidad de una mujer se contrapone al egoísmo de
su marido, en la que Heracles, a pesar de su glotonería y amor a la bebida –un tema típico de la comedia-
opera el milagro. El dios Apolo nos cuenta al principio haber logrado que las moiras perdonen la vida a
Admito, que ha de morir, si alguien se ofrece a hacerlo por él; su mujer, Alcestes, se ofrece. Muerta, llega
Héracles como huésped y es acogido por Admito, mientras se preparan las honras de Alcestes; enterado
de la situación logra salvar a la fiel mujer de la muerte.

DIOSES DE LA MITOLOGÍA GRECOROMANA

Edipo
Labdaco, de la familia de Carmo, tuvo un hijo llamado Laio, el cual, después de la muerte de Antión y de
Zeto, usurpadores del trono cadmeio, fue rey de Tebas y se casó con Yocasta, hermana de Creón, hija de
Meneceo. Como este matrimonio era estéril, los esposos se encaminaron a consultar el oráculo de Apolo,
y les respondió la Pitia que, en caso de nacerles un hijo, éste mataría a su padre.

Al poco tiempo, Yocasta dio a luz un niño. Laio, temeroso del cumplimiento del oráculo, abandonó al
recién nacido en el monte Citerón. Agujereados los pies y atados con fuertes ligaduras, quedó pendiente
de un árbol. Pasó por allí el pastor Forbas, quien apiadándose de la criatura lo recogió, llamándole
Oidipus, a causa de la deformidad de sus pies, y lo llevó al palacio de su amo, el rey de Corinto, Polibo.

Tanto el rey como la reina Merope, quedaron encantados con el niño y resolvieron adoptarlo. Edipo
creció así bajo la tutela y amparo de los reyes y como si fuera hijo de los soberanos. Ya crecido, se dio
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cuenta de que el pueblo corintio le hacía objeto de crueles mofas, y oyó en reiteradas ocasiones que se
ponía en duda su descendencia de la regia estirpe.

En seguida se dirigió a Delfos, y el oráculo, sin revelarle el secreto de su nacimiento, le anuncia que él
será el matador de su padre y que cometerá incesto con su madre. Preso de horror y repugnancia,
persuadido como estaba de que Polibo era su padre y Merope su madre, no quiso volver a Corinto, y tomó
el camino de la Pócida.

El destino inexorable iba, sin embargo, a cumplirse, a su pesar. En el camino que conduce de Delfos a
Daulis, donde se parte en dos, y al ir a tomar Edipo el de Tebas, un carro tirado por poderosas mulas le
obstruyó el paso, y una voz injuriosa y dominante le ordenó con insolencia que dejara libre el camino.
Irritado, contestó en mala forma el joven Edipo y trabándose en lucha con los ocupantes del carro dio
muerte al dueño y a sus cinco escuderos: Edipo había dado muerte, sin saberlo, a su padre Laio.

A consecuencia de este crimen, Creón, hermano de Yocasta, ocupó el trono de Tebas. Poco tiempo
después un monstruo terrible, que tenía cabeza y seno de mujer, cuerpo de perro, garras de león, alas de
águila y una cola armada de un dardo agudo, hacía sensibles estragos en el país. Era la Esfinge, mandada
por Juno para vengarse de ofensas e impiedades de los tebanos: apostada en el monte Fikión, en las
cercanías de Tebas, proponía terribles enigmas a cuantos pasaban, y devoraba o arrojaba a las olas a
quienes no respondían satisfactoriamente.

Ya llevaba causadas numerosas víctimas, y el rey Creón, queriendo poner término al mal, ofreció su
corona y la mano de su hermana Yocasta a quien lograse vencer al monstruo. En esa época llegó a Tebas
Edipo, y se resolvió a tentar la suerte. Fue en busca de la Esfinge y oyó de sus labios estas preguntas:
¿Cuál es el animal que tiene cuatro pies por la mañana, dos al mediodía y tres por la tarde?

Edipo resolvió en seguida la cuestión que a tantos había costado la vida.

Ese animal -contestó- es el hombre, que por la mañana, es decir, en su infancia, anda con pies y manos
(gateando), al mediodía, esto es, en la plenitud de la edad, se sostiene sobre sus piernas, y en la tarde de la
vejez necesita de un bastón para apoyarse.

Apenas terminó de pronunciar estas palabras, la Esfinge se arrojó del monte a las olas que había devorado
a tantos tebanos. Vencedor, Edipo obtuvo a la vez el cetro de Creón y el lecho de Yocasta, su propia
madre, y tuvo con ella cuatro hijos, dos varones, Eteocles y Polinices, y dos mujeres, Ismene y Antígona,
con lo que las dos partes del oráculo si vieron así confirmadas.

El incesto no tardó en atraer la cólera de los dioses, los que lanzaron una espantosa epidemia que diezmó
al país. Las crías de los animales y los hijos de los humanos se deshacían en el seno de sus madres antes
de germinar. Consultado en la emergencia el oráculo, señaló como causa del azote la muerte violenta de
Laio, y como único remedio el descubrimiento y la expulsión del culpable. Edipo profiere entonces las
más atroces imprecaciones contra el desconocido criminal, mas no tarda en saber toda la horrible verdad.
El adivino Tiresias, a quien acosa a preguntas, le revela el doble secreto: el homicida es el mismo Edipo;
él también se ha casado con su madre: parricida e incestuoso, su raza será maldita.

Enloquecida Yocasta se ahorcó, colgándose de una viga de su palacio. Edipo se arrancó los ojos; sus hijos
lo expulsaron de Tebas y luego se disputaron el trono espada en mano.

Edipo abandona Tebas maldiciendo a sus hijos y solo cuenta en su peregrinaje con la ternura filial de
Antígona, que le sirve de compañía y guía. Llegan así cerca de una aldea de Atica, llamada Colona, donde
había un bosque consagrado a las Euménides. Teseo, que gobernaba a la sazón entre los atenienses, acoge
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favorablemente a los viajeros y, a poco, se oye un espantoso trueno que Edipo lo considera como augurio
de su próxima muerte y marcha sin guía al lugar donde debe expirar.

Al llegar se sienta en una piedra, se desciñe sus vestiduras de luto, y después de haberse purificado, se
pone el lienzo con que acostumbraban a cubrir a los muertos; hace alejar a su hija, y llamando aparte a
Teseo la recomienda a su favor. La tierra tiembla en ese momento y se entreabre con suavidad para recibir
a Edipo sin causarle violencia ni dolor, y Teseo, que está presente, es el único en saber el secreto de su
muerte y el lugar de su sepultura.

LOS COMEDIOGRAFOS GRIEGOS

ARISTÓFANES (445-388 a.C.).

Aristófanes es autor de 44 comedias de las cuales once se mantienen vivas. Los temas de sus obras son
siempre referencia a una realidad ciertamente imaginativa y surcada de fantasía a la que la extraordinaria
vitalidad de la poesía de su autor confiere una profundidad hecha de observación, de sabiduría tradicional,
de la conciencia del gozo de vivir y de la satisfacción del trabajo y del esfuerzo humano. Es decir, que en
sus comedias trata asuntos que apasionaban a sus conciudadanos; la paz, la libertad, la política…
Aristófanes era un escritor conservador y satírico. Pues se levantaba contra todas innovaciones que no
estimaba conveniente, ataca con libertad a los poderosos como Pericles, Cleón y a los filósofos por sus
teorías avanzadas, como Sócrates e igualmente, a los trágicos, por sus innovaciones en las normas
establecidas. Sus comedias son: Los Arcanenses (425 a.C.), Los Caballeros (424 a.C.) son sátiras contra
Cleón y Demóstenes; Las Nubes (423 a.C.) en la que ataca a Sócrates; Las Avispas, La Paz (421 a.C.),
favorece a Nicias; Las Aves (414 a.C.), en la que critica la vida pública y privada de Atenas y presenta
una utópica ciudad ideal.
Otras comedias son Lisistrata (411 a.C.), en la que las mujeres obligan a los hombres a firmar la paz, bajo
la amenaza de no cumplir sus deberes conyugales; las Tersoforias (411 a.C.), Las Ranas (405 a.C.),
arremete contra Eurípides; la Asamblea de las mujeres (392 a.C.) y Pluto (338 a.C.). Poco antes de su
muerte presentó una última obra, firmada con el nombre de su hijo Avaros. Toda una producción se ajusta
a una estructura tradicional con partes cantadas y otras dialogadas y ha influido en algunos grandes
autores de todos los tiempos.

MENANDRO (343-292 a.C.).

Es el último cómico ateniense y el más conspicuo exponente de la comedia “nueva”. De familia


Aristócrata, llevó una vida fácil y elegante, dedicado por entero a su arte. Discípulo de Teofastro y
Epicuro, compuso ciento ocho comedias, de las que conservan numerosos fragmentos, lo que ha
permitido la reconstrucción de algunas de ellas y hacerse una idea de su ingenio. De otras se tiene noticias
por las imitaciones de Plauto y Terencio, y por una compilación de Sentencias Monósticas, al placer de la
época romana.
Menandro ponía en sus obras, escenas de costumbres sociales del momento entre los ingeniosos recursos
cómicos y diálogos chispeantes. Era una época en que no había espacio para la sátira política, aunque sí,
era un derecho para la comedia de enredo con situaciones típicas y tópicas de la vida misma. En 1907 el
hallazgo de un papiro egipcio permitió conocer importantes fragmentos de cuatro de sus comedias El
Héroe, El Arbitraje, La bella de los rizos cortados y La Samiana. Otras comedias son El Adulador y El
Misántropo, descubierta casi entera y publicada en 1958.

ESCRITORES GRIEGOS
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Poesía épica
Homero (Siglo IX u VIII a.C.) es autor de: La Ilíada y La Odisea.

En la didáctica:
Hesíodo (S. VIII) escribió: La teogonía y Los trabajos y los días.
Esopo (S. VII-VI a.C.) es famoso fabulista clásico.
Demetrio de Fabra (s. IV a.C.) fabulista.
En la poesía lírica cabe distinguir tres corrientes: Jónico, Eólico o Lesbio y el dórico.
El Lirismo Jónico reviste dos formas: la elegiaca y la yámbica.
Tirteo (S. VII-VI a.C.) cantó al patriotismo y la guerra.
Mimnermo de Colofón (S.VI), fue un poeta cortesano, melancólico y tierno. Poeta erótico. Canta los
amores y la belleza de la juventud.
Solón (Atenas, año 604-588 a.C.) Estadista y poeta y uno de los “siete sabios” griegos. Caracterizado por
su patriotismo, elegancia y el sentido moralizador de sus poesías.
Teognis de Megara (S. V a.C.) era un rico terrateniente perteneciente al partido aristocrático. Sus versos
se desenvuelven en un sentido enérgico y realista, aunque llenos de pesimismo y amargura.

Poesía lírica yámbica.


Arquiloco de Paros (712-644), poeta vagabundo, hijo de un aristócrata y una esclava. Es autor de poemas
satíricos contra su amada Neboule el padre de ésta, Licambes, que lo depreciaran por su pobreza.

Poesía lírica eólica de Lesbia.


Tuvo su florecimiento en la isla de Lesbos.

ALCEO (S. VII-VII a. C.) de Mitilene (Lesbos) fue contemporáneo de la poetisa Safo y, junto a ella,
Máximo exponente de la lírica eólica. Obra: Himno de Harmodio y Aristogitán, diversas canciones
báquicas y algunos epigramas.
SAFO, originaria de Lesbos, vivió casi siempre en Mitilene, rodeada de jóvenes féminas que practicaban
con ella la poesía, la música, las danzas y el culto a afrodita. Se dice que, rechazada por su amante, el
joven Faón, se arroyó al mar. Compuso Epitalamios e Himnos. Es creadora de la estrofa sáfica.
ANACREONTE (hacia 570-485 a.C.) Natural de Teos, cantó al amor, el vino y los placeres, no desdeñó
la sátira ni la diatriba. Su poesía fue muy imitada por Catulo, Horacio y Fray Luis de León, entre otros.

TEÓCRITO DE SIRACUSA (alrededor de 305-250 a.C.). Es el máximo exponente de la poesía bucólica


de la antigüedad un fino observador de la naturaleza. De él son famosos los Idilios (Dafne, Las Talisias,
Las Magas, Las Siracusanas).

Poesía Lírica Dórica.


Es Coral. En ella, un coro cantaba al tiempo que evolucionaba la danza.
Alcmán de Sardes (en la segunda mitad del siglo VII a.C.). Vivió en Esparta y compuso canciones para
coros femeninos.

ESTESÍCORO DE HIMERA (640-555 a.C.) Nació en Sicilia, normalizó el uso de las tres estrofas
(estrofas, antiestrofa y épodo) en poesía y danza. Compuso baladas de tipo homérico, poesías de temas
pastoriles y las historias novelescas de amor.
SIMÓNIDES DE CEOS (556-468 a.C.) Destacan de él poesías funerarias dedicadas a los griegos casídos
en las luchas contra poesía y sus patéticos cantos de tristeza y muerte, entre los que destaca el Lamento a
Donae.
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PÍNDARO 518-438 a.C.). Natural de Tebas alcanzó la celebridad alcanzando con él su forma más
perfecta la lírica. Fue un autor fecundo. Sus epinicios, que han llegado hasta nosotros. Son 44 odas
triunfales, compuestos en honor a los vencedores de los juegos y en ellos hallan las olímpicas, las píticas,
y las nemeas e istmicas. Pindaro se manifiesta como un poeta religioso, muchos de sus himnos son
verdaderas plegarias a los dioses.

EL TEATRO GRIEGO: la tragedia y la comedia.

EN LA TRAGEDIA:

Esquilo, Nació en Eleusis (525 a.C.) y murió en Gela (456 a.C.). Es autor de La Orestiada, Prometeo
encadenado y Los Persas.
Sófocles, Nació en Colona (496 a.C.) y murió en Atenas (406 a.C.) Es autor de Edipo Rey, Antígona,
Electra, etc.
Eurípides (sobre 480-406 a.C.), Nació en la isla de Salamina. Escribió las obras: Alcestis, Media,
Hipólito, Aristes, etc.

EN LA COMEDIA:

Epicarno de Siracusa (S. VI-V a.C.) se inspiró con gran fantasía, humor y realismo en la vida popular. Es
autor de: El Aldeano, Las Rapiñas, La Megariense.
Cratino de Atenas (519-422 a.C.) es autor de Las Tracias.
Aristófanes (hacia 450-386 a.C.), representante de la llamada comedia “Antigua”, debutó a los veinte
años en Atenas, su patria. Con los Banqueteadotes. Otras obras son: Las Avispas, Los Acarnenses, Las
Nubes.
Menandro (342-292 a.C.), ateniense. Es el más conspicuo exponente de la comedia “nueva”. Compuso el
Adulador, El Misántropo, El Héroe, etc.
Historiadores griegos
Heródoto de Halicarnaso (hacia 485-420 a.C.) fue llamado “Padre de la Historia” por Cicerón. Es autor de
Historias.
Tucidides (sobre 460-400 a.C.) obra: Historias de las guerras del Peloponeso.
Jenofonte (hacia 435-354 a.c.), de familia noble y discípulo de Sócrates. Es autor de Anábasis o la
Expedición de los diez mil.
Polibio (210-120). Es un historiador del período grecolatino.
Plutarco (46-120) nacido de Queronea. Es autor de Vidas Paralelas, que son 46 biografías de personajes
griegos y romanos y Moralia.
Luciano de Samosata (125-192). Es autor de: Diálogos de los dioses y Los diálogos de los muertos.

FILÓSOFOS GRIEGOS

Sócrates (470-399) no dejó escritos. Sus doctrinas son recogidas por Platón en sus Diálogos.
Platón (427-347), ateniense que dedica su vida a la enseñanza filosófica. Obras: Los Diálogos, La
República, El Banquete, etc.
Aristóteles de Estagira (384-322 a.C.). Es autor de: La Retórica, La Poética, El Organón, etc.

LA LITERATURA CLÁSICA DE LA ANTIGÜEDAD


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Literaturas antiguas de Oriente Medio. De los pueblos que desde el IV milenio a. C. habitaron en Mesopotamia
(sumerios, babilonios, asirios, hititas) pervive una literatura compuesta fundamentalmente por textos e himnos
religiosos y por poemas épicos sobre los orígenes míticos del mundo.
¿Qué pueblos conforman la literatura oriental?
Presentación literatura oriental
LITERATURA ANTIGUA Mesopotámica Egipcia India China Hebrea.
Mesopotamia Sumerios, acadios, babilonios, asirios.
Escritura cuneiforme En sus inicios, desarrollaron un sistema de escritura basado en imágenes, en dibujos
simples llamados pictogramas.
Características generales de las literaturas orientales
Sus caracteres son: sustancia filosófica y religiosa, predominio de la imaginación y la fantasía e influencia
marcada sobre las literaturas occidentales tanto antiguas como modernas.
¿Cuál es la forma más antigua de la literatura?
La historia conocida más antigua de la humanidad se titula La Epopeya de Gilgamesh. Se escribió en tablillas
de arcilla utilizando la escritura cuneiforme (lenguaje sumerio) hacia los años 2500-2000 a.C.
La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh es una narración acadia en verso sobre las peripecias del
rey Gilgamesh. Los dioses atienden este reclamo creando a Enkidu, un hombre salvaje destinado a enfrentarse
a Gilgamesh.
¿Qué relevancia tiene la Epopeya de Gilgamesh?
Hace cinco mil años, un rey llamado Gilgamesh gobernó la ciudad mesopotámica de Uruk. Pronto se convirtió
en héroe y dios, y sus gestas lo hicieron protagonista de la primera epopeya de la historia, centrada en su
desesperada búsqueda de la inmortalidad. En ella aparece, por primera vez, el tema del diluvio universal.
¿Qué es el Poema de Gilgamesh quién lo escribió?
Los fragmentos más antiguos que se conservan de La epopeya de Gilgamesh son obra de un poeta
paleobabilónico que escribió hace más de tres mil setecientos años. Fue compuesta en lengua acadia, pero sus
orígenes literarios se remontan a cinco poemas sumerios.
¿Dónde se originó la Epopeya de Gilgamesh?
Gilgamesh es el rey semimítico de Uruk en Mesopotamia, mejor conocido por la Epopeya de
Gilgamesh (escrita en el periodo de años entre el 2150 y 1400 antes de Cristo), la gran obra poética sumeria
que es 1500 años anterior a la escritura de Homero y, por lo tanto, es la obra más antigua de la literatura épica
mundial.
¿Cómo era su sociedad Gilgamesh?
Silva Castillo nos dice que todo apuntaba a que el contexto de Gilgamesh se trataba de una
refinada sociedad urbana, donde el pueblo predominante era el de los sumerios, de allí que la civilización
mesopotámica debe calificarse de sumeria en estas épocas remotas, cuyo sistema de escritura es el más
antiguo.
¿Cuál es el mérito principal de la Epopeya de Gilgamesh?
Epopeya de Gilgamesh

La figura de Gilgamesh conserva su vigencia porque el anhelo que lo mueve es universal (escapar de la
muerte), y por tanto es universal la lección que recibe: que la inmortalidad es un don exclusivo de los dioses y
es locura aspirar a ella.
¿Cuál crees que fue la intención del autor cuando creo la Epopeya de Gilgamesh?
Respuesta: El núcleo sentimental del poema se encuentra en el duelo de Gilgamesh tras la muerte de su amigo.
Explicación: Es la primera obra literaria que enfatiza la mortalidad humana contra la inmortalidad de los
dioses.
¿Cuál es el origen de la epopeya?
El origen de la epopeya se da en la Antigua Grecia. La epopeya se trata de un poema largo, escrito
generalmente en verso. ... Los registros más antiguos de la epopeya se encuentran en Mesopotamia en los años
2200 a.C. con la obra titulada Poema de Gilgamesh.
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¿Cómo cambio la forma de ser de Gilgamesh?


Debido a la muerte de Enkidu, el cual fue asesinado por los dioses, Gilgamesh decide buscar la inmortalidad.
Luego de un sin número de problemas regresa a Uruk a ser el gobernante de la ciudad, pero cambiando
sus formas y haciendo muchas obras en la ciudad, lo que lo llevo a ser considerado una deidad.
¿Cómo muere Gilgamesh?
El Toro Celeste llegó a la ciudad de Uruk, mató a muchos de sus guerreros y la devastó. Gilgamesh y Enkidu
mataron al toro y este hecho aumentó aún más la furia de los dioses, ya contrariados por el orgullo
de Gilgamesh y decidieron castigar a Enkidu con una enfermedad que duró 12 días y que le ocasionó la
muerte.
¿Cuándo se dio la literatura oriental?
Literaturas antiguas de Oriente Medio. De los pueblos que desde el IV milenio a. C. habitaron en Mesopotamia
(sumerios, babilonios, asirios, hititas) pervive una literatura compuesta fundamentalmente por textos e himnos
religiosos y por poemas épicos sobre los orígenes míticos del mundo.
¿Quién eran los genios en la literatura oriental?
A continuación, se describen algunos de los genios de la literatura oriental: Jasunari Kawabata (1899-1972)
Rabindranath Tagore (1861-1941) Su Dongpo (1036-1101).
¿Qué significa clasicismo oriental?
¿Qué es el Clasicismo? Es el primer movimiento literario universal. Formado por la literatura que sirve de
modelo para los posteriores.
¿Cuáles son las obras más representativas de la literatura oriental?
Posteriores a los Vedas son las dos grandes epopeyas indias, compuestas con anterioridad al siglo V a.C. y
recogidas por escrito en el siglo II: el Mahabharata y el Ramayana. El Mahabharata es la obra más extensa de
la literatura universal.
¿Qué es la literatura?
Según la Real Academia Española (RAE), literatura es el «arte de la expresión verbal» (entendiéndose como
verbal aquello «que se refiere a la palabra, o se sirve de ella» y, por lo tanto, abarca tantos textos escritos
(literatura escrita) como hablados o cantados (literatura oral).
¿Cómo surge la literatura antigua?
Se entiende por literatura antigua el conjunto de obras literarias que fueron escritas, aproximadamente, entre el
siglo V a. de C. y el inicio de la Edad Media, cuando se comenzó a gestar la literatura como se conoce, es decir,
el arte de la expresión retórica y poética.
¿Cuándo surge la literatura?
LA LITERATURA NACE o comienza desde el mismo momento en que la raza humana es capaz de procesar
una información y transmitirla a través del lenguaje. ... Por lo tanto LA LITERATURA NACE por la necesidad
del hombre para expresarse.
¿Quién es el padre de la literatura?
Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares, España, el 29 de septiembre del año 1547, y aunque
hoy en día es recordado como el padre de la literatura española, su vida estuvo teñida de pobreza y peligro. Su
niñez transcurrió en Valladolid.
¿Qué es la literatura clásica definición?
La literatura clásica hoy en día se considera aquella escrita en griego antiguo o en latín y que forma parte del
canon occidental. ... Este autor, padre de la literatura griega, se considera el primer escritor del canon
occidental, imitado por los romanos y por los admiradores de la Época Clásica.
¿Qué es la literatura mesopotámica?
La literatura mesopotámica es la herencia artística representada en obras literarias que dejó a la humanidad la
integración de las culturas de los pueblos sumerios, acadios, asirios y babilónicos que dominaron el territorio de
la Mesopotamia antigua, hoy Irak y Siria.
¿Cuál fue la temática de los primeros escritos chinos?
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Los primeros testimonios literarios, o al menos considerados literarios en China, son las inscripciones
encontradas en los caparazones de tortuga utilizados para adivinar durante la dinastía Shang (siglo XVI a XI
a.C.) y las oraciones grabadas en los bronces sacrificiales de esa misma dinastía.
¿Sabes el origen de los genios o djinns? ... Según parece, la palabra española «genio» proviene del árabe
«djinn» cuyo significado describe a un tipo muy preciso de ser. La tradición islámica sostiene que Alá hizo a
los ángeles con luz pura, a los hombres con polvo y agua (barro), y a los Djinns con fuego sin humo.
¿Cómo era la literatura de los hebreos?
La literatura hebrea está catalogada dentro de la literatura clásica y corresponde a la compilación de obras (en
verso y prosa), escritas en hebreo por autores judíos y no judíos, cuyos orígenes datan del siglo XII a.
¿Qué es el clasicismo occidental?
El clasicismo es un movimiento cultural, estético e intelectual, que tuvo lugar en la Edad Moderna
de Occidente (del siglo XVII al XVIII) y que consistió en el deseo de recuperar o retornar a los patrones
filosóficos y artísticos de la Antigüedad clásica.
¿Cuándo se inició la literatura hebrea?
Existe desde el siglo XII a.C. La literatura hebrea clásica se halla dentro de la Biblia, que es el libro de mayor
influencia en la cultura occidental.
¿Qué es y para qué sirve la literatura?
La literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra. Por extensión, se refiere también al conjunto de
producciones literarias de una nación, de una época o incluso de un género (y al conjunto de obras que versan
sobre un arte o una ciencia.
¿Cuáles son las culturas más significativas de la literatura antigua?
Entre las civilizaciones que aportaron a la literatura tenemos:
CULTURA GRIEGA:
CULTURA HEBREA:
CULTURA ROMANA:
LA CULTURA INDIA.
CULTURA CHINA:
CULTURA EGIPCIA:
¿Dónde se originó la literatura?
Maestro sitúa el inicio de la Literatura en la Grecia arcaica (Homero y Hesíodo, siglo VIII a C., una época y un
espacio en los que la escritura no se concibe como un libro de leyes sagradas, a diferencia del mundo hebreo,
sino como una suerte de narración sobre el origen del Cosmos.
¿Cómo se divide la literatura antigua?
La literatura griega es el conjunto de obras literarias elaboradas en Grecia Antigua o Clásica, y comprendida en
el periodo de tiempo desde el año 300 a.C. hasta el siglo IV d.C., donde se observan las tradiciones,
pensamientos e historias que forjaron las bases en la cultura occidental, que a su vez se divide en tres períodos.
¿Cómo y cuándo surge la literatura latinoamericana?
ORÍGENES DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA. Se relaciona con el período de conquista y
colonización de América (siglo XVI). Durante los siglos XVI, XVII y XVIII no existía
una literatura propiamente latinoamericana, sino que era escrita por europeos acompañantes de la conquista.
¿Quién es el padre de la literatura dominicana?
El día que nació Félix María del Monte - Diario Dominicano. En Historia de la Literatura Dominicana, el
doctor Joaquín Balaguer resalta que Félix María del Monte es la primera figura literaria de la generación de la
Independencia, por lo que es considerado como el "Padre de la literatura de la República Independiente.
¿Por qué la literatura es considerada como un arte?
La literatura es considera un arte porque en relación con los demás, como la música o el teatro, todos ellos
buscan una misma finalidad, la belleza. La literatura está hecha para plasmar ideas, ideologías y principalmente
sentimientos.
¿Qué representa Grecia en la literatura?
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¿Qué es la literatura griega? La literatura griega es el compendio de obras literarias producidas por
la Grecia Antigua o Clásica, desde el año 300 a.C. hasta el siglo IV d.C. y que recoge las tradiciones, formas de
pensamiento e historias que sirvieron de influencia en la cultura occidental.
¿Cuál es la importancia de la literatura clásica?
Es la manifestación humana más sincera, desde sus inicios, la literatura ha aportado con una manera didáctica
de aprender y comprender el mundo. La renovación de temas épicos y el uso de personajes clásicos, hace que
la literatura griega se mantenga vigente y no sea olvidada.
¿Qué abarca la literatura universal?
La Literatura Universal es el estudio de las culturas y el arte de redacción de éstas. Según las civilizaciones se
han desarrollado, sus sistemas de comunicación escrita y oral han florecido. En muchos casos alcanzando
técnicas mucho más avanzadas de la simple necesidad de trasmitir información.
¿Cuándo surge la literatura mesopotámica?
La Mesopotamia (un término de origen griego que significa «entre ríos») es la zona de Oriente Próximo que se
ubica entre los ríos Tigris y Éufrates y que se extiende a las zonas fértiles aledañas. ... Por el año 3000 A.C.,
la Mesopotamia comenzó a desarrollar la escritura, primero pictográfica y luego fonética.
¿Cuál fue la obra literaria más importante de Mesopotamia?
La obra más importante de Mesopotamia fue: La epopeya de Gilgamesh.
¿Cuál es la estructura de un texto literario?
Los géneros literarios clásicos, tienen dos tipos de estructuras la interna y la externa: Género
narrativo: Estructura interna: introducción, nudo y desenlace. - Estructura externa: párrafos y capítulos.
¿Cuáles fueron los tres emperadores originarios de China?
Estos son algunos de los emperadores más importantes de China.
Qin Shi Huang (221 a.C. – 210 a.C.)
El Emperador Gaozu de Han (202 a.C. – 195 a.C.)
Emperador Wu de Han (141 a.C. – 87
Emperador Taizong (d.C. 626 – 649)
Emperatriz Wu Zetian (d.C. 690 – 705)
Kublai Khan (d.C. 1.260 – 1.294)
¿Quién es el Confucio?
Confucio fue el filósofo más conocido de China. Nacido en el año 551 a.C. le tocó vivir en una época
caracterizada por el desorden y el caos. Murió en el año 479 a.C. y hoy en día tanto el templo como el
cementerio de Confucio son Patrimonio Cultural de la Humanidad.
¿Dónde transcurre la historia de Aladdín?
Descubre los destinos que inspiraron el mundo de Aladdín de Disney. La historia original se desarrolla en la
ciudad ficticia de Agrabah, situada en el desierto de Arabia. En esta destaca la rica cultura de Medio Oriente,
así como sus coloridos mercados y el majestuoso palacio del sultán.
¿Qué es la literatura hebrea y sus características?
Es la que consiste en la recopilación de obras escritas dentro del contexto de la literatura clásica, con una
manifiesta escritura hecha tanto en prosa como en verso en idioma hebreo proveniente de autores judíos y no
judíos, su inicio se remonta desde el siglo XII a.C.
La literatura hebrea está catalogada dentro de la literatura clásica y corresponde a la compilación de obras (en
verso y prosa), escritas en hebreo por autores judíos y no judíos, cuyos orígenes datan del siglo XII a.
¿Cuáles son las principales características de la literatura hebrea?
* Escribieron la Biblia (libro divino). * Se intercalan diálogos sencillos y breves. * Usan figuras como:
repetición, metáforas, antítesis, parábolas. * Gracias a la literatura hebrea, existen 3 religiones que son las más
grandes del mundo: Islamismo, Judaísmo, Cristianismo.
¿Cuáles son los periodos de la literatura hebrea?
La literatura hebrea se puede dividir cronológicamente en doce periodos. La literatura hebrea antigua está
formada principalmente por el Antiguo Testamento y los tres primeros periodos de la literatura estuvieron
dedicados a la redacción de varias partes del Antiguo Testamento.
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¿Dónde se ubica la literatura hebrea?


La literatura hebrea nace en la Antigüedad, y durante sus orígenes es testigo de la aparición de sus mayores
ejemplos literarios. Esa literatura hebrea antigua la forma principalmente el Antiguo Testamento, en cuya lenta
y laboriosa elaboración estuvieron inmersos los autores hebreos durante cientos de años.
¿Cómo era la literatura antigua?
Se entiende por literatura antigua el conjunto de obras literarias que fueron escritas, aproximadamente, entre el
siglo V a. de C. y el inicio de la Edad Media, cuando se comenzó a gestar la literatura como se conoce, es decir,
el arte de la expresión retórica y poética.
¿Cuál es el libro más importante de la literatura hebrea?
Los principales libros de la literatura hebrea son los que componen el Tanaj, una obra judeo-hebráica en la que
se encuentran los preceptos sagrados de las religiones judías y cristianas.
¿Cuáles son los principales temas de la literatura hebrea?
-Libros históricos: Son los más antiguos, son cinco libros que juntos son llamados “Pentateuco” que significa
ley.
Respuesta certificada por un experto
Génesis: La creación del mundo es contada, la creación de los primeros seres humanos y su expulsión del
paraíso.
Éxodo: Se narra la salida del pueblo judío de Egipto.
¿Cuándo nace la literatura hebrea?
La literatura hebrea está catalogada dentro de la literatura clásica y corresponde a la compilación de obras (en
verso y prosa), escritas en hebreo por autores judíos y no judíos, cuyos orígenes datan del siglo XII a.C.
¿Qué importancia tiene el Antiguo Testamento en la literatura hebrea?
El Antiguo Testamento es el que establece la historia del pueblo judío, sus tradiciones y creencias, antes de la
llegada de Cristo. Es la tradición en la que Jesús se educó y en la que Él estaba muy versado; de ahí
su importancia, tanto para los hebreos como para los cristianos.
¿Cuál es el libro más importante de la literatura hebrea?
Los principales libros de la literatura hebrea son los que componen el Tanaj, una obra judeo-hebráica en la que
se encuentran los preceptos sagrados de las religiones judías y cristianas.
¿Qué religiones surgen de la literatura hebrea?
Legado cultural hebreo:
b) Origen de las tres grandes religiones actuales: judaísmo, cristianismo e islamismo.
¿Cuál fue la temática de los primeros escritos chinos?
Los primeros testimonios literarios, o al menos considerados literarios en China, son las inscripciones
encontradas en los caparazones de tortuga utilizados para adivinar durante la dinastía Shang (siglo XVI a XI
a.C.) y las oraciones grabadas en los bronces sacrificiales de esa misma dinastía.
¿Cuáles fueron los aportes de los hebreos?
Los hebreos desarrollaron y aportaron al mundo, aspectos fundamentales de carácter religioso, hasta hoy día
vigentes. Entre sus aportes tenemos: el monoteísmo, la biblia y el Decálogo.

LA ÉPICA GRIEGA

La épica griega. La literatura europea nace en Grecia con dos poemas épicos: la Ilíada y la Odisea. Pero estas
obras no son el inicio.
Preguntas relacionadas
¿Qué es la épica griega?
La épica. "palabra, historia, poema". Es un género narrativo en el que se presentan hechos legendarios o
ficticios relativos a las hazañas de uno o más héroes y a las luchas reales o imaginarias en las que han
participado.
¿Cómo se originó la épica griega?
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La literatura europea nace en Grecia con dos poemas épicos: la Ilíada y la Odisea. Los acontecimientos
históricos que los poetas griegos consideraron dignos de ser recordados se refieren a los ocurridos
en Grecia durante el llamado Período Micénico (1600-1200 a.C.
¿Cuáles son las obras más importantes de la épica griega?
Las dos grandes obras épicas, el Ramaiana de Valmiki (24.000 versos que narran las andanzas del rey dios
Rama) y el Majábharata (diez veces mayor que la Ilíada y la Odisea juntas) influenciaron muchos otros
trabajos, incluyendo el Kechak y numerosas obras europeas. Ilíada de Homero. Odisea de Homero.
¿Cuáles son las principales características de la épica?
La épica es un género literario en el cual el autor presenta hechos legendarios, elementos imaginarios y que
generalmente quiere hacerse pasar por verdaderos o basados en la verdad o lo cierto, o ligados en todo caso a
un elemento de la realidad, o ficticios desarrollados en un tiempo y espacio determinados.
¿Cuál es la finalidad de la épica griega?
Su principal fuente es Tito Livio. Rasgos generales de la épica. La épica es un género literario en verso de
carácter objetivo (3ª persona). Su finalidad es celebrar de forma solemne las gestas colectivas o de dioses,
reyes y héroes.
¿Qué es género épico ejemplos?
Las epopeyas son las hazañas de un héroe que representa los valores colectivos de una nación.
El poema épico también son las sagas, las novelas picarescas, los libros de caballerías, el mito, la
leyenda, el cantar de gesta, las baladas, el cuento tradicional, y otros elementos.

¿Cuáles son las obras más representativas de la etapa clásica?


Obras de arte clásico
El Arte Clásico La Acrópolis de Atenas (siglo V a.C.
El Partenón (Atenas) Arquitectura Clásica Griega (siglo V a.C.)
El Erecteion (Atenas) Arquitectura Clásica Griega (siglo V a.C.)
El Teatro de Epidauro (siglo IV a.C.
El Auriga de Delfos (Escultura griega) Período de transición (primera mitad del siglo V a.C.)
¿Cuáles son las obras más importantes de la literatura clásica?
Grandes obras de escritores de la Antigüedad Griega y Romana
HOMERO (c. S. VIII a. ...
HESIODO (Ss. VIII – VII a. C.). ...
ESOPO (c. 600 a. C.). ...
ESQUILO (525 – 456 a. C.). Fue uno de los «Maratonianos». ...
PÍNDARO (518 – 438 a. C.). ...
SÓFOCLES (495 – 405 a.C.). Poeta trágico de la Antigua Grecia. ...
EURÍPIDES (480 – 406 a. C.). ...
TUCÍDIDES (460 – 400 a. C.).
¿Cuáles son los principales representantes de la literatura griega?
Sumario
Homero.
Safo.
Píndaro.
Esquilo.
Sófocles.
Eurípides.
¿Qué son los poemas épicos y qué características tienen?
Las características principales son: ·Posee las siguientes variantes o subgéneros: epopeya, cantar de
gesta, poema épico culto, romance, cuento tradicional, mito, leyenda, relato, novela. ... Llamamos poesía épica
a la narración de hazañas de héroes históricos o legendarios. Origen: Comenzó siendo oral y cantada.
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Se entiende por característica una cualidad o rasgo distintivo que describe a una persona o a algo, sea un
objeto, un conjunto de objetos, un lugar o una situación, y lo destaca sobre un conjunto de semejantes. ...
Las características pueden ser cualidades, habilidades, rasgos físicos o rasgos psicológicos.
¿Qué motivos desencadenaron la guerra entre troyanos y aqueos Según la mitología griega?
El conflicto se desencadenó, según Homero, por el rapto de Helena de Esparta por parte de Paris, príncipe de
Troya. ... Helena era la esposa de Menelao, rey de Esparta que, a su vez, era hermano de Agamenón,
rey de Micenas.
¿Qué dioses y diosas apoyan a los troyanos ya los griegos?
La Ilíada - Personajes Los dioses Presentan reacciones humanas Poseidón y Apolo apoyan a los troyanos.
Atenea y Hera ayudan a los griegos. Zeus apoya a uno u otro bando.
¿Cuáles son las obras griegas?
Teatro griego: obras más importantes
Trilogía de Orestes de Esquilo.
Electra de Sófocles.
Edipo Rey de Sófocles.
Antígona, la mejor tragedia de Sófocles.
Medea de Eurípides.
Las Troyanas de Eurípides.
¿Cuáles fueron las obras más sobresalientes de la cultura griega?
Para terminar, según lo prometido, una lista cronológica de las obras más importantes de la
literatura griega antigua, los pilares, los indispensables:
Homero: Ilíada, Odisea.
Hesíodo: Teogonía.
Líricos arcaicos: destaco a Arquíloco, Minmerno, Alceo, Safo, Íbico, Anacreonte, Teognis y Píndaro.
¿Qué culturas comprende la literatura clásica?
El concepto engloba, por tanto, la literatura griega y la literatura latina, excluyendo las obras de la Grecia
moderna. ... Esta literatura tiene muchos rasgos en común, ya que la Antigua Roma imitaba y aprendía de los
modelos griegos y compartían una misma cosmovisión, la del helenismo.
¿Cuáles son los géneros de la literatura griega?
Los géneros literarios griegos: épica, lírica y dramática.

LITERATURA LATINA

El imperio romano inicia su influencia y esplendor a partir del siglo III a.C. hasta el siglo V d.C. Roma
era un pueblo eminentemente práctico que ponía lo útil por encima de lo bello, lo material por encima de
lo ideal, con un cuerpo militar imponente. Por eso, creó una gran obra maestra, el Derecho. También creó
su idioma, el latín, que ha sido vehículo de la cultura durante muchos siglos. Todavía en el siglo XVIII
era el latín el idioma universal de muchos universitarios.
La literatura latina nace por imitación de la griega, no obstante, presenta ciertas notas originales que la
diferencian de su modelo griego, con una evidente inclinación hacia los géneros didácticos: la oratoria, la
moral, la historia y la ciencia.
Pleyán-García, ahondan este concepto, cuando escriben “El desenvolvimiento de la literatura latina
comienza en el siglo 111 antes de Cristo, durante el cual roma se pone en contacto con Grecia y la toma
por modelo, convirtiéndose en heredera directa y fervorosa difusora de su civilización.
No obstante, la literatura latina presenta ciertas notas originales que la distinguen, a menudo, de su
modelo griego: entre ellas, una evidente inclinación hacia los géneros didácticos –moral, oratoria,
historia, ciencia…-, como corresponde a un pueblo eminentemente práctico, que ponía lo útil por encima
de lo bello, y un lenguaje sobrio y austero, que contrasta a veces con la graciosa elegancia del arte
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helénico. Roma fue en sus comienzos un pueblo de rudos campesinos y soldados, y esta circunstancia no
dejó nunca de influir en sus productos culturales”. (Paradigma, pág. 219)
Entonces, ¿cómo pasó la hegemonía de Grecia en el aspecto político y cultural a ser patrimonio de Roma?
Roma fue la heredera directa y fervorosa difusora de la cultura griega, pueblo este al que invadió y
sometió político y militarmente. Pero que, debido a la pobreza científica y cultural del mundo romano,
terminaron siendo aprendices, asimilando la elegancia del arte helénico.
En efecto, Roma logró, en el aspecto político y militar, conquistar a Grecia. Sin embargo, en lo que atañe
a la cultura al arte y la literatura, no pudo igualarla, ni mucho menos superarlo. Pero Grecia es deudora de
Roma por haberla convertido en cuna del saber científico y artístico en el mundo occidental.

EL TEATRO LATINO

TITO MARCCIO PLAUTO (254-184 a.C.)

Empezó a escribir comedias a imitación del teatro de Grecia, hasta convertirse en el cómico más genial de
la literatura latina. Este género, desde un principio, tuvo notables cultivadores y había logrado grandes
éxitos. Plauto, a causa de su tono popular y el cultivo de temas político y la sátira social, logró poner en
escena 130 comedias, de los cuales, sólo 21 han llegado a nosotros y aún fragmentadas.
Plauto, en sus obras es hábil en la creación de situaciones cómicas. Su lenguaje es chispeante y
pintoresco. Sus principales comedias son: Los Esclavos (Captivi). El soldado fanfarrón (Miles gloriosus),
El Mercader (Mercator), La Soga (Rudens), Asinaria (Los asnos), El avaro (Aulularia).
Argumento de la comedia Aulularia o Comedia de la Olla, trata del viejo avaro Euclión, que guarda con
extremo cuidado una olla llena de oro que se encontró enterrada en su casa. Liconides está enamorado de
la hija de Euclión. También la pretende el rico Megadoro. El viejo sospecha que Megadoro busca, sobre
todo, su oro. Por eso lo entierra en diversos lugares. Un esclavo de Licónides lo ve y roba la olla al avaro.
Cuando menos lo espera, Licónides devuelve la olla al avaro, consiguiendo que éste, agradecido, Se case
con su hija.

La escena que vas a leer es el momento en que Megadoro, viejo y rico, pide a Euclión le conceda su hija.
El avaro, siempre receloso, cree que se ha enterado del tesoro. Accede, pero la casará sin dote ninguna.

ACTO 11.-Escena 11. Euclión y Mégadoro.

Euclión (Aparte).- Ya me lo decía el corazón. Mi salida de casa iba a ser inútil; por eso lo hcía sin ganas.
No había nadie en la curia, ni estaba el jefe que tenía que hacer la distribución del dinero. Apresurémonos
a volver a casa, porque en ella está mi corazón, aunque mi cuerpo esté aquí.
Megadoro.- Buenos días, Euclión; la ventura te acompañe siempre.
Euclión.- Los dios te favorezcan Megadoro.
Megadoro.- ¿Qué tal te va? ¿Te encuentras bien de salud?
Euclión (Aparte).- no carece de misterio el que el rico salude con tanta afabilidad al pobre; este hombre
sabe que yo tengo ese oro, y he aquí por qué me trata con tanto cariño.
Megadoro.- ¿Qué me decías? ¿Qué te hallas bien?
Euclión.- Del bolsillo no muy bien.
Megadoro.- como estés contento de espíritu, bastante tienes para vivir.
Euclión (Aparte).- La condenada vieja le tiene que haber indicado algo acerca del oro, bien claro se ve.
En cuanto esté en casa le tengo que cortar la lengua y arrancarle los ojos.
Megador.- ¿Qué estás hablando contigo mismo?
Euclión.- Me estaba lamentando de mi pobreza: ya ves, tengo una hija moza en sazón, sin dote, difícil de
colocar, pues no puede encontrar quien la pretenda.
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Megadoro.- Cesa, Euclión, en tus quejas; anímate; lo encontrarás. Yo te ayudaré: dime, ordena lo que sea
preciso.
Euclión (Aparte).- Algo busca el que promete: se le abre la boca pensando en devorarme el oro. En una
mano lleva la piedra y en la otra enseña el pan. No me fío de ningún rico que con tanta amabilidad trate a
un pobre. Cuando le larga la mano cariños, le echa encima una carga de pesadumbre. No me engañan
estos pulpos que lo que palpan retienen fuertemente.
Megadoro.- Préstame atención un momento, quiero hablarte en posas palabras de algo que nos interesa a
los dos.
Euclión (Aparte).- ¡Mal negocio! Ya echaron el garfio a mi oro; ahora éste quiere entrar conmigo en
arreglo. Tengo que ir a casa a ver lo que hay.
Megadoro.- ¿Dónde vas?
Euclión.- Vuelvo en seguida. Necesito vr algo en mi casa. (sale).
Megadoro.- Seguro estoy de que cuando le mencione mis propósitos de casarme con su hija, se figurará
que me burlo de él, pues no se encuentra actualmente persona más pobre entre los de su clase.
Euclión (Aparte).- Los dioses me protegen: nadie ha tocado mi hacienda… ¿Nadie?... ¡Quién sabe!...
mucho temor me asaltó. Antes de llegar iba sin aliento. (En voz alta.) aquí estoy de vuelta, Megadoro;
mira a ver qué se te ofrece.
Megador.- Cracias. Te ruego respondas a lo que quiero preguntarte.
Euclión.- Te responderé con tal que no me hagas preguntas a las que no me haría gracia tener que
responder.
Megadoro.- Dime: ¿Qué opinión tienes de mi linaje?
Euclión.- Buena.
Megadoro.- ¿Y de mi palabra?
Euclión.- Segura.
Megadoro.- ¿Qué tal mi conducta?
Euclión.- Honrada, digna de aprobación.
Megadoro. ¿Sabes cuántos años tengo?
Euclión.- Sé que son muchos, como tus riquezas.
Megadoro.- por mi parte, a la verdad, siempre te he juzgado un ciudadano sin mácula. Y en este concepto
sigo teniéndote.
Euclión (Aparte).- ¿Anda al husmo del oro! (Alto) Bueno; ¿qué quieres decirme con eso?
Megadoro.- Que sabiendo yo quién eres tú y quién soy yo, para conveniencia mía, tuya y de tu hija, vengo
a pedírtela por mujer; dime que me la otorgarás.
Euclión.- ¡Por Dios, Megadoro! No es esa acción digna de ti: burlarte así de un pobre como yo, que
ningún daño te ha hecho ni a ti ni a los tuyos. Ni por mis palabras ni por mis actos he merecido que me
hicieras semejante cosa.
Megadoro.- Te juro que no he venido a burlarme de ti, ni me burlo. Eso lo considero impropio de mí.
Euclión.- Entonces, ¿porqué vienes a pretender a mi hija?
Megadoro.- Para mejorar tu situación, juntamente con la mía y la de tu familia…
Euclión.- Es que no tengo dote que darle.
Megadoro.- No se la des. Bastante bien dotada está si tiene buenas costumbres.
(Traducción de P.A. Martín Robles)

PUBLIO TERENCIO AFER (184-159).

Escritor de origen africano. Nació en Cartago. Vino a Roma como esclavo de un senador romano que le
concedió la libertad. En los estudios adquirió sólida cultura clásica, relacionándose con los elementos más
sobresalientes de la Roma imperial, conquistadora, guerrera y social de la administración.
31

Su teatro es menos popular que el de Plauto y va dirigido con preferencia a los hombres cultos. Fue un
imitador de Menandro.
Terencio publicó pocas obras. Se conservan de él seis comedias. Estas son: Hégira (comedia de la
suegra), Los Adelfos (contrapone la educación que reciben dos hermanos, de preferencia, una dura, otra
blanda), Eunucos (el afeminado), Andrea (el hombre), el Heautonti Nouroumenos (el atormentador de sí
mismo).

LOS GRANDES POETAS: HORACIO, VIRGILIO Y OVIDIO.

Los años de gobierno de Augusto (segunda mitad del siglo 1 antes de J.C.) con el que se inicia la época
imperial, significaron un período de paz y prosperidad, gracias a las reformas con que se fomentaron los
trabajos del campo, la vida familiar, la moralidad y la fe en los dioses y en la misión civilizadora de
Roma. La literatura, protegida por el noble Mecenas y por el propio emperador, llegó a su momento
cumbre. Una serie de escritores llevaron la poesía a su suprema perfección y clasicismo, guiados por los
admirados modelos de Grecia, cada vez mejor conocida y apreciada.

PUBLIO VIRGILIO MARÓN (71-19).

Nació en Andes, Mantría. Hijo de familia campesina acomodada y aficionada a la vida campestre. Parece
que fue algo enfermizo y de carácter tímido, suave y complaciente. A causa de la posición económica de
sus padres, le permitió estudiar en Manaría, Cremona, Milán, Nápoles y Roma. Dedicó su vida a la labor
literaria, y destacándose tanto, como poeta lírico y como poeta épico.
En la capital del imperio, Roma, el poeta fue testigo de la entrada triunfal de Julio César, tras pasar el
Rubicón, y de su muerte a manos de Brutus; y de las famosas Filípicas de Cicerón. Además, entró a
formar parte privilegiada en el círculo de escritores y poetas protegidos por el poderoso Mecenas y por el
propio emperador Octavio Augusto. Escribió tres obras:

Las Bucólicas: Diez églogas acerca de la vida pastoril. Unos pastores dialogan sobre la vida del campo
viendo en ella solamente belleza y bienestar. Sus versos cargados de emoción y dulzura nos describen a la
naturaleza como agradable refugio de paz y sosiego.

Las Geórgicas es un poema didáctico que se divide en cuatro libros: Cultivo de los campos, cultivo de los
árboles frutales, cuidado de los animales y las apiculturas. En este poema, Virgilio nos habla nuevamente
del campo, pero su intención es ahora, coincidiendo con el proyecto de Augusto de impulsar las tareas
agrícolas, mostrarnos como en la paz de la naturaleza el hombre se dignifica con el doloroso esfuerzo de
trabajo.
Desde el punto de vista literario, “el mérito de su producción se haya en la pureza del estilo y en la
exquisita delicadeza de sus descripciones del campo, llenas a menudo de una melancólica ternura”.
La Eneida, considerada como el poema nacional romano, escrito por Virgilio, con la intención de
glorificar al emperador Augusto, su protector presentándolo como descendiente del héroe troyano que dio
nombre a la obra, Eneas ¿y quién es Eneas?
En Lengua Española Estructural, Ed. Susaeta, pág. 49, dice: “Roma, que está siendo helenizada por la
cultura griega, es la resurrección de la única fuerza importante que, en los tiempos heroicos, se opuso a
los griegos. Estos arrasaron Troya, pero los mejores troyanos al furor de los griegos. Y Eneas, hijo de
Anquises y de la diosa Venus, consiguió llegar al Lacio y suceder en el trono al rey Latino. Y de Julo,
hijo de Eneas, descendería la familia Julia, a la cual pertenecía Octavio Augusto. Ascendencia, pues,
divina para el emperador: gloria para Roma, frente a los griegos”.
La Eneida es un poema épico en doce cantos, perfecta de forma y de carácter culto. Le ocupó al autor 11
años de trabajo. No tuvo tiempo de retocarla y quiso destruirla por faltarle las correcciones deseadas. Es
la epopeya del pueblo romano, considerado como el poema nacional del pueblo romano, es decir, en el
32

fondo viene a ser un monumento elevado a la grandeza de Roma y de sus ideales civiles y religiosos.
Religiosidad y patriotismo son, en efecto, sus dos elementos capitales. Porque no hay, la finalidad del
poema es enlazar los orígenes de Roma y entroncarla con héroes y dioses.

Su argumento es como sigue:


Eneas, es un fugitivo de Troya. Eneas, después de participar activamente en la guerra de Troya, abandona
su país salvando a su familia. Va a parar a Creta para fundar la nueva Troya. La peste lo obliga a marchar.
Una tempestad le hace naufragar a las costas de Cartago; allí es acogido por la reina Dido, que enamorada
de él, se suicida al verle marchar recibiendo orden de Júpiter. Se dirige luego a Sicilia, desciende a los
infiernos, en los que contempla el futuro de Roma, y llega por fin a Italia, donde, tras vencer a su rival el
rey Turno, consigue la mano de la princesa Lavinia.
En fin, Eneas, el fecundo en recursos, el fecundo en ardides, el famoso por su lanza, como le llama
Homero en la Iliada, y Virgilio: Magnanimo Gallardo, el grande, el más consumado guerrero, el más
valiente y justiciero, el gran caudillo, es el presunto fundador de Roma, no los gemelos Rómulo y Remo
de que nos cuenta la legendaria historia.

MUERTE DE LAOCOONTE

Eneas está contando a la reina Dido la destrucción de Troya, uno de cuyos pasajes es la muerte del
sacerdote Laocoonte. Este había advertido a los troyanos el peligro que podía encerrar el gigantesco
(lleno de soldados) que los griegos ofrecían. Los troyanos no escuchan sus razones. Los dioses envían un
terrible castigo al Laocoonte y sus hijas.
“Estaba sacrificando un gigantesco toro, junto a las aras solemnes de Neptuno, su sacerdote Laocoonte. Y
he aquí que (¡me horrorizó de contarlo!) se lanzan desde Ténedos, por el mar profundo
en calma, dos serpientes de inmensos espirales, que avanzan a la para hacia la ribera. Por encima de las
andas levantan su pecho, y sus sangrientas crestas superan el agua; lo bastante de su cuerpo se desarrolla
largamente a flor de ola y su enorme espinazo se desdobla en anillos sin fin.
El mar hace espuma y sonido. Y ya llegaba a la orilla; sus ojos ardientes, llenos de sangre y llama,
vibrando sus lenguas de saeta, lamiendo con ellas las sibilantes bocas. Exangües, a tal vista de horror,
huimos. Ellas, derechamente, van a Laocoonte.
Cada una de ellas abraza el pequeño cuerpo de cada uno de sus hijos y a mordiscos engullen los
miserables miembros. Atacan luego y en ingentes espirales llegan al mismo Laocoonte, que iba en su
auxilio y disparaba dardos: le han aprisionado en medio de dos vueltas y en derredor de su cuello, con
doble anillo de su escamoso cuerpo le aprisionan, y con su cabeza y sus cervices altas le superan.
El, con ambas manos, intenta romper los nudos; y sus vendas están manchados de su pus y de negro
veneno, y eleva a los astros horrendos alaridos, cual los mugidos que da el toro herido cuando huye del
altar y sacudió la segur en su cuello mal segura. Y hacia el templo sublime de la Tritónida terrible se
arrastran los dragones a la par, y se acurrucan a los pies y bajo el redondo escudo de la diosa.
A los pechos, ya transidos de miedo, se añade nuevo terror, y alguien insinúa que Laocoonte espía el
castigo merecido porque con su lanza atacó el sagrado monstruo y porque metió su sacrílego dardo en sus
entrañas. Y a voz en grito dicen que hay que entrar la efigie en la ciudad y aplacar la ofendida majestad
de la diosa.
Hacemos brecha en las murallas, y la ciudad aqueda patente. Todos se ciñen a la obra; ponen ruedas a los
pies del caballo y cuerdas de estopa a su cuello. Sube a los muros la máquina fatal, preñada de armas, y
en derredor suyo, niños y vírgenes elevan cánticos sagrados y se gozan de acercar las manos a la soga.
Entra el caballo y llega, amenazador, en medio de la ciudad. ¡Oh patria, oh, Troya, templo de dioses; oh
muros de los dardánidas que la guerra esclareció! Cuatro veces en el umbral mismo de la puerta el
monstruo fatal se detuvo y cuatro veces las armas resonaron en su vientre. Más afanosos aún, volvemos a
la obra, ciegos de delirio, y le colocamos en medio de la sagrada ciudadela.
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Y también entonces abre su boca a los futuros hados, por inspiración de Dios, Casandra, no creía jamás
por los teucros. Y nosotros, cuitados, para quienes aquel día fue el supremo día, con follaje festivo
adornamos, por toda la ciudad, los templos de los dioses.
Rueda entre tanto firmamento y la noche se precipita en el Océano, envolviendo en su gran sombra la
tierra, y el cielo y la falsía de los mirmidones; callaron los teucros todos, recogidos en sus casas; riega el
sueño los fatigados miembros. Y ya partida de Ténedos, con sus dispuestas naves, la falange argiva, por el
amigo silencio de la callada luna, iba avanzando hacia las riberas conocidas. Y cuando la nave real alzó
un fuego, simón defendido por los hados inicuos de los dioses, abre la prisión de madera a los griegos
encerrados en el vientre.
El caballo abierto los devuelve a las auras, y salen alegres del gran leño vacío deslizados por una cuerda:
Macaón antes que nadie, y los caudillos Tesandro y Estenelo, y el cruel Ulises, y Acamante y Toante, y
Neoptólemo, hijo de Peleo, y Menelao, y el mismo Eneo, fabricador del dolo.
Invaden la ciudad, sepultada en vino y en sueño; son asesinados los centinelas y, abiertas las puertas, dan
entrada a todos los compañeros y se unen ambos ejércitos conjurados.

PUBLIO OVIDIO NASÓN (43 a.C-18 d.C.)

Nació en Sulmona. Fue el poeta favorito de la sociedad mundana de los inicios del imperio, por sus
poemas ligeros y mitológicos. En su vida de ciudadano, gozó de privilegios y puestos honrosos con
Augusto, hasta que un día cayó en desgracia con el emperador y por motivos que aún se desconocen, el
poeta afeminado y vicioso, recibió orden inaplazable de destierro, para el Ponto Euxino, a las orillas de la
desembocadura del Danubio, donde murió.
Ovidio era hombre de una cultura amplia y segura en sus informaciones. Tenía una facilidad maravillosa
para la construcción de versos. Convirtiéndose en uno de los poetas más impresionantes de las letras
latinas por la perfección alcanzada en sus versos, por la facilidad con que dominó los metros y por la
influencia enorme de sus obras en las nuevas generaciones. Nos dejó una obra extensa y de calidad
incuestionable.
Ars Amandi (arte de amar) es el fruto de un poeta metido en todas las sutilezas de la Roma corrompida.
Las tristes y las pónticas: elegías escritas en el destierro, cargadas de profunda melancolía.
Las Metamorfosis, es su obra principal. Son una serie de leyendas metodológicas en la que derrocha una
imaginación extraordinaria desde la creación del mundo hasta Julio César.
Los Fasti o Fastos es un poema descriptivo de las fiestas romanas.
Heroidas son 18 fingidas epístolas de enamorados mitológicos.
Epistolae ex panto es el otro libro de un poeta llorón que va sembrando sus versos de adulaciones y
lamentos para conseguir le levanten la pena.

QUINTO HORACIO FLACO (65-8 a.C.)

Nació en Venusa, Abulia. Hijo de un liberto dedicado a las labores agrícolas, y que luego, pasó a Roma
para educar al hijo. Después fue a Atenas a completar su formación. En su estadía en la capital griega, se
alistó en las tropas de Brutus para la batalla de Filipo, pero desertó. De regreso a Roma, sufre las
confiscaciones que impuso Augusto a favor de sus veteranos. Virgilio intervino, introduciéndolo en el
círculo de Mecenas, quien lo tuvo como amigo sincero. Horacio fue un poeta lírico extenso en cantidad y
en calidad, que proporcionó a las letras latinas una poesía a la vez familiar, nacional y religiosa.
Fue el modelo de las virtudes clásicas de equilibrio y mesura para los humanistas del renacimiento por la
perfección de su estilo. Era el mejor lírico romano.
Sus obras más destacadas son:
Los Epodos, de tipo satírico, entre jocoso y alegre. Uno de ellos es el famoso Beatus Ille…
34

Sátiras, en dos libros que publica en los años 30 a.C. Las llamó Sermones o conversaciones.
Odas, son 103 composiciones de muy rica variedad de metros. Consta de cuatro libros de composiciones
publicados en los años 23 y 17 y son los más acabados que se produjo en latín en todos los tiempos.
Epístolas, están reunidas en dos libros de madurez, de asuntos variados, serios y filosóficos. La más
celebrada es la Epístola a los pisones. Ha servido de norma preceptiva, muy recordada y repetida por sus
enseñanzas breves, concisas y prácticas.
También se le llama Arte poética. En ella, da una serie de consejos literarios inspirados en el clasicismo,
imitación de los griegos, trabajo paciente, reflexión que influyeron enormemente en épocas posteriores.

BEATUS ILLE

Dichoso el que, de pleitos alejado,


cual los del tiempo antiguo,
labra sus heredades no obligado
al logrero (1) enemigo.
Ni el arma en los reales (2) le despierta,
ni tiembla en la mar brava;
huye la plaza y la soberbia puerta
de la ambición esclava.
Su gusto es, o poner la vid crecida
al álamo ayuntada,
o contemplar cuál pace desparcida (3)
el valle, su vacada.
Ya poda el ramo inútil, ya ingiere (4)
en su vez el extraño;
o castra sus colmenas (5) o, si quiere,
trasquila su rebaño.
Pues cuando el padre Otoño muestra fuera
el su frente extraño;
¡con cuánto gozo coge la alta pera,
las uvas como grana,
Y a ti, sacro Silvano (6), las presenta,
que guardas el ejido! (7)
Debajo un roble antiguo ya se sienta,
ya en el prado florido.
El agua en las acequias corre, y cantan
los pájaros son dueño;
las fuentes, al murmullo que levantan,
despiertan dulce sueño.
Y ya que el año cubre campos y cerros
con nieve y con heladas
o lanza del jabalí con muchos perros
en las redes paradas, (8)
o los golosos tordos, o con liga,
o con red engañosa,
o la extranjera grulla en lazo obliga,
que es presa deleitosa.
Con esto, ¿quién del pecho no desprende
cuando en amor se pasa? (9)
Pues qué, si la mujer honesta atiende
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los hijos y la casa)


Cual hace la sabina o calabresa, (10)
de andar al sol tostada,
y ya que viene el dueño enciende apriesa
la leña no mojada.
Y hataja (11) entre los zarzos (12) los ganados,
y los ordeña luego,
y pone mil manjares no comprados,
y el vino como fuego.
Ni me serán los rombos (13) más sabrosos,
ni las ostras, ni el mero, (14)
si algunos con levantes furiosos
nos da el invierno fiero, (15)
ni el pavo caerá en mi garganta,
Ni el francolín (16) greciano,
más dulce que la oliva, que quebranta,
la labradora mano,
la malva o la romaza (179 enamorada
del vicioso prado; (18)
la oveja en el disanto (19) degollada,
el cordero quitado
al lobo; y, mientras como, ver corriendo
cuál las ovejas vienen,
ver del arar los bueyes, que volviendo
apenas se sostienen;
ver de esclavillos el hogar cercado,
enjambre de riqueza.
Así,(20) dispuesto un cambio ya al arado
loaba(21) la pobreza. (22)
Ayer puso a sus ditas (23) todas cobro,
mas hoy ya torna al logro. (24)
(Fragmento trad. de Fray Luis de León)

…………………………….
1. Logrero: usurero. 2. Reales: campamento. El verso se refiere al toque de “el arma”, con que se
avisaba a los soldados la proximidad del enemigo. 3. Desparcida: esparcida. 4. Injiere: injerta. 5. Castra
sus colmenas: quita los panales de miel de la colmena. 6. Silvano: divinidad de los campos y bosques. 7.
Ejido: campo. 8. Paradas: preparadas. 9. El sentido es: con todos entretenimientos del campo, ¿quién no
olvida los cuidados del amor. 10. Sabina o salabresa: mujeres de ciertas regiones de Italia, famosa por su
honestidad. 11. Hatajar: distribuir el ganado en hatajos o pequeños hatos (porciones de ganado). 12.
Zarzo: pescado muy sabroso. 14. Mero: pez que llega a medio metro de largo, de carne muy delicada. 15.
El sentido es: no me serán tan sabrosos los alimentos exquisitos (ostas, etc.) como lo son los más sencillos
del campo (oliva, romazas). 16. Francolín: ave parecida a la perdiz. 17. Romazas: hierba cuyas hojas se
comen en potaje. 18. Vicioso prado: frondoso, lozano. 19. Disanto: día de fiesta. 20. Así: así. 21. Loar:
alabar. 22. El sentido es: así hablaba el avaro, dispuesto a ser labrador. Cobró, para ello, las deudas
atrasadas, pero hoy ha vuelto a sus préstamos. 23. Dita: lo que se debe cobrar. 24. Logro: usura.

ESCRITORES LATINOS.
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Livio Andrónico (275-200). Es el primer poeta romano. De él aparecen varios de sus Ludi Romani como
iniciación del teatro.
Cneo Nevio (270-200). Obra: Las guerras púnicas.
Quinto Ennio (239-169). Obra: Anales, abarca desde la fundación de Roma hasta las campañas de
Escipión en África.
Marco Porcio Catón (234-149). Fue activo cultivador de la prosa literaria. Compuso De agricultura,
primera obra en prosa.
Tito Marccio Plauto (254-184 a.C.). Autor de comedias de enredos y situaciones cómicas. Obra:
Aulularia.
Publio Terencio Afer (184-159). Dramaturgo autor de Adelfos y Andria.
Tito Lucrecio Caro (96-53 a.C.). Obra: De rerumnatura, poema de carácter filosófico científico.
Publio Virgilo Marón (71-19). Es el gran poeta nacional, autor de La Eneida y La Geórgica y La bucólica.
Horacio Flaco, Quinto (65- 8 a.c.) poeta lírico autor de Los Epodos y Epístolas a los Pisones.
Cayo Valerio Catulo (84-54 a.C.) Escribió El Rizo de Berenice, Epitalamio de Tetis.
Albio Tibulo (60-19 a.C.) Canta a sus musas Delia y Némesis, autor de elegias. Es un poeta elegíaco.
Sexto Propercio (50-15 a.C.). Es un poeta elegiaco que canta con pasión los amores de Cintia.
Publio Ovidio Nasón (43 a.C. – 18 d.C.). Escribió El Arte de Amar, Metamorfosis.

HISTORIADORES CLÁSICOS

Cornelio Nepote (99-27 a.C.) Escribió De Viris illustribus.


Crispo Salustio (86-35 a.C.). Es un famoso autor de biografías y monografía histórica. Obras: De
Comvratiore Catilanae. De bello lugurtino..
Julio César (100-44 a.C.). Escribió “Comentarios sobre la guerra de las galias (Del 43-40). Comentarios
de la guerra civil (48-45)- Con opositor Pompeyo.
Tito Livio (59 a.c.-17 d.C.). Escribió Ab urbe condita. Son 142 libros distribuidos por décadas, desde la
fundación de Roma.
Suetamio (75-160). Escribió De Vita Caesarum, que es una colección biográfica de 12 Césares.
Conelio Tácito (55-120). Escribió cuatro obras: Historias, Anales, Agrícola y Germania. Abarca de
Tiberio a Domiciano.
Marco Tulio Cicerón (106-43 a.c.). Escribió obras filosóficas, como Tusculanas y De Oratoria: De
Oratore. Des inventione, Brutus, Las Catilinarias.

AUTORES ESPAÑOLES

Séneca (Lucio Anneo Séneca): natural de Córdoba. Fue preceptor de Nerón, pero éste le obligó a darse.
Escribió varias tragedias y diversas obras filosóficas de carácter filosófico.
Lucano. (39-65): sobrino de Séneca, y nacido también en Córdoba. Al igual que Séneca tuvo que darse
muerte por orden de Nerón. Escribió un poema épico La Farsalia, en diez cantos que describe la guerra
civil sostenida entre César y Pompeyo.

Marcial (40-104): famoso por sus epigramas: es, tal vez, el mayor epigramático del mundo; compuso más
de 1500.

¿CUÁL ERA LA FUNCIÓN DE LA COMEDIA GRIEGA?


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La comedia griega era una forma de teatro popular e influyente en la Grecia antigua desde el siglo VI a.C. Se
caracterizaba por ser un medio para hacer mofa de políticos, filósofos y otros artistas. ... Aristóteles describió el
género de la comedia griega basándose en sus diferencias de la tragedia.
¿Cuáles son los orígenes de la comedia griega?
El origen de la comedia griega. La comedia más antigua que se conoce, Los acarnienses, de Aristófanes, se
representó en el año 425 a. C. procesión durante las Dionisias de Atenas que intercambiaban chirigotas con los
miembros del cortejo y con los propios espectadores.
¿Cuáles son las características de la comedia griega?
La comedia normalmente exponía y criticaba los temas que preocupa a la sociedad: las sátiras políticas,
libertinaje, etc. ... Siempre la acción recae sobre el héroe cómico, que finaliza con el éxito y la derrota de sus
oponentes.
¿Cuáles son los autores más destacados de la comedia griega?
Autores de la comedia griega: los más destacados
Aristófanes (444 a.C.-385 a.C.) Es el autor de la comedia griega más antigua que se conoce: "Los
arcanienses". ...
Menandro (342 a. C. ...
Cratinus (519 a.C.-422 a.C.)
¿Cuáles eran los temas de la comedia griega?
Una comedia griega es, como la tragedia, una presentación dramática y lírica pero su tema es cómico, y sus
personajes son generalmente inventados, aunque también aparecen personajes existentes que eran satirizados.
¿Cómo nació la comedia de la comedia?
El origen de la comedia se remonta a la antigua Grecia. En concreto la única comedia griega de la que se tiene
constancia es la Ateniense. La comedia en esta ciudad, al igual que las tragedias, se representaban bajo los
auspicios del Estado y eran tema de competición.
¿Cuáles son los periodos característicos de la comedia?
Y se pueden distinguir tres etapas:
Comedia Antigua. ...
Comedia Media. ...
Comedia Nueva. ...
Acarnienses, Caballeros, Nubes, Avispas, Paz, Aves, Lisístrata, Tesmoforias, Ranas, Asambleístas y Pluto.
La estructura es la que sigue:
La comedia, como la tragedia, tiene su origen como género en la Antigua Grecia (1200 – 146 a.C.), como una
evolución artística de los primitivos cantos de honor a Dionisos, derivado del ditirambo, una composición
griega asociada a la sátira y al mimo.
¿Qué es la tragedia y la comedia griega?
La tragedia expone sucesos de la vida real produciendo terror en cambio la comedia expone sucesos de la vida
real donde se hace reír al público.
¿Cómo se divide la comedia?
Una comedia griega tiene en su elaboración una estructura, que se divide en las siguientes partes: -Prólogo: Es
con lo que abre la comedia, en el prólogo se explica la situación de partida, (por lo general, el de la comedia es
más largo que el de una tragedia). -Párodo: Es la escena en donde entra el coro.

¿QUÉ ES LA COMEDIA LATINA?


Características de la comedia latina:

Critica los vicios y defectos de la sociedad. En la vida privada, las relaciones amorosas tienen mucha
importancia. La trama suele complicarse con raptos. El papel del coro pierde importancia, a diferencia del
teatro griego, donde era fundamental.
¿Cuáles son los principales representantes de la comedia?
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La comedia de la etapa antigua tenía como representantes a Cratino, Crates, Aristófanes y Eupolis, estos se
centraban en la crítica de personas, instituciones o problemas sustanciales para la vida de la ciudad.
¿Cuáles son los principales autores de la literatura griega?
Los principales escritores de la Antigua Grecia son los clásicos entre los clásicos, fueron: el poeta Homero, los
poetas líricos Safo y Píndaro, y los principales autores de las tragedias griegas: Esquilo, Sófocles y Eurípides.
¿Cuál es el propósito de la tragedia griega?
2° Los protagonistas de la tragedia son personas dignas de imitación, es decir, representan valores de su
sociedad. Por ejemplo, en la antigüedad clásica, eran por lo general, hombres nobles, héroes o semidioses. 3°
El objetivo de la tragedia es provocar en los espectadores dos emociones: el temor y la compasión.
¿Qué es la comedia y ejemplos?
Del latín comedia, una comedia es una obra que presenta una mayoría de escenas y situaciones humorísticas o
festivas. Las comedias buscan entretener al público y generar risas, con finales que suelen ser felices. ... El
personaje principal de una comedia suele representar un arquetipo (ser mentiroso o avaro, por ejemplo).
¿Quién es el padre de la comedia?
La Comédie-Française explica por qué el dramaturgo y actor es considerado el padre de la comedia moderna en
Francia. Jean-Baptiste Poquelin (1622–1673), más conocido por su nombre artístico, Molière, fue un poeta,
dramaturgo y actor francés. Se considera uno de los escritores más importantes de la literatura francesa.
¿Cuáles son los periodos de la comedia griega romana?
Los alejandrinos la dividieron en tres periodos: Antigua (siglo V), Media (hasta el 320) y Nueva (hasta el 250).
LA COMEDIA ANTIGUA: Aristófanes (445-386 a. ...
PRIMER PERIODO, entre el 425 y el 421. ...
SEGUNDO PERIODO: los años que van desde la reanudación de las hostilidades hasta poco antes de la derrota
final de Atenas.
¿Cuáles son las 7 tragedias griegas?
Tragedias: Áyax, Las Traquinias, Antígona, Edipo rey, Electra, Filoctetes, Edipo en Colono, Trad.
¿Qué es la comedia romana?
La comedia romana era un género que tenía como objetivo divertir al público romana, para que pasaran un buen
rato. También había diversas obras satíricas las cuales se burlaban de los cargos políticos de la época.
¿Qué caracterizo la producción de Terencio?
Sus obras, influenciadas por Menandro, se caracterizan por la utilización de un refinado humor con inclinación
a la sátira con el que configura ingeniosas y ligeras tramas. Falleció en el año 159 A. C. cuando se encontraba
viajando por Grecia.
¿Qué es la comedia moderna?
Concepto: Surgida en la época helenística con sus particularidades propias, como: número de actos, la mezcla
de lo trágico y lo cómico, presenta personajes fijos, entre otras. Comedia nueva. ... Estas obras son piezas de
costumbres que se extendieron por todo el oriente helenístico, con grandes éxitos.
¿Cómo surge la comedia en Roma?
ORIGEN: El teatro nace cuando unos jóvenes romanos quisieron imitar lo que hacían los comediantes etruscos,
substituyéndolos por la personalidad de los personajes políticos más populares de Roma. La vena satírica
quedaba clara y el carácter de crítica social que comportaba, también.
¿Cómo murió Plauto?
184 a. C.
¿Qué es la comedia nueva española de Lope de Vega?
Lope de Vega expone sus ideas literarias en el Arte Nuevo de hacer comedias (extenso poema en endecasílabos
sueltos de 1609). Las características principales de la comedia nueva son: MEZCLA LO TRÁGICO Y LO
CÓMICO, a diferencia del teatro clásico que separaba tragedia y comedia.10 jun. 2016
¿Cuándo nace el teatro en Roma?
El teatro romano es una construcción típica del Imperio Romano (27 a. C. al 427 d.C.), generalizada por todas
las provincias del imperio, y que tenía la finalidad de servir para la interpretación de actos teatrales del periodo
clásico.
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¿Dónde se originó el teatro?


La historia del teatro en occidente tiene sus raíces en Atenas, entre los siglos VI y V A. C. Allí, en un pequeño
hoyo de forma cóncava -que los protegió de los fríos vientos del Monte Parnaso y del calor del sol matinal- los
atenienses celebraban los ritos en honor Dioniso; estas primitivas ceremonias rituales irían

¿Quién fue Plauto?


Tito Maccio Plauto nació el año 254 A.C. en Sársina, Umbría. En su juventud se trasladó a Roma, en donde
trabajó en varias compañías de teatro y se empleó en un molino. En su estancia como molinero comenzó a
escribir sus famosas comedias caracterizadas por su enfoque satírico.
¿Qué influencia tuvo Plauto en la comedia griega?
Plauto añade variedad y originalidad a los temas que se iban a tratar en las obras y también a los personajes,
enfocando y entendiendo al público romano.
¿Cómo se llama la hija del protagonista de La olla de Plauto?
Argumento. Euclión es un anciano con una hija casadera, llamado Fedria. La obra comienza con un prólogo, en
el que el lar familiar cuenta cómo hizo que Euclión encontrara en su casa una olla enterrada y llena de oro,
y cómo se ha obsesionado el viejo con guardar el oro de amenazas (unas, reales; y otras, imaginarias) ...
¿Cuál es la obra inspirada en la marmita de Plauto?
La cestita, inspirada en las Synaristosai, de Menandro, es quizá la obra maestra de Plauto. En ella un pescador
saca de las aguas una valija que contiene juguetes de la hija de su amo, que ha sido raptada. Devuelta por las
aguas después de un naufragio, esta niña llega a ser, sin saberlo, cliente de su padre.
¿Quién es el personaje principal de la obra la olla?
Euclión. éste es el personaje principal de la obra. ...
Fedra. hija de Euclión. ...
Euclión. Significado: "de buena fama"
Fedra. Significado: "brillante"
Megadoro. anciano acomodado aún soltero. ...
megadoro. Significado: "generoso" o "espléndido regalo".
Licónides. joven sobrino de Megadoro. ...
Licónides.
¿Cuál es el tema principal de la obra de La Olla?
Esta obra tiene como tema central la avaricia y la codicia de Euclión por una olla de oro que heredó de su
abuelo. El primer tema y de más peso es el del sentimiento de la avaricia, sentimiento que encarna Euclión, el
protagonista de la obra.
Aulularia o La comedia de la olla es el título de una comedia del autor latino Plauto. La comedia está
ambientada en Atenas, como especifica la anotación en la parte inicial de la obra. Esta connotación, aspecto
común de las comedias de Plauto, es garante de un enlace inmediato con el modelo griego.
Trama
Euclión, un viejo avaro, encuentra una olla llena de dinero y vive con miedo de que se la roben. De hecho, es
descubierta y robada por el esclavo de Licónides, un joven enamorado de la hija del viejo; pero la muchacha es
prometida a otro viejo: el rico Megadoro, que tiene intención de desposarla, aun sin dote. Cuando el
desesperado Euclión ve recuperada su olla, consiente la boda entre el joven y su hija, hecha madre tiempo atrás
por el mismo Licónides.
El prólogo
La comedia comienza con un prólogo en forma de monólogo, ajeno a la comedia, pues el personaje de él no es
coherente con los de ella. Esto tiene una triple función que está directamente ligada al cuerpo de la obra; la
extensón de esta parte señala su finalidad introductiva.
La trama de la comedia está anunciada en el prólogo, buscando el interés y la curiosidad de los espectadores.
Son revelados los núcleos centrales, como los líos amorosos en torno a la muchacha y el interés por la olla con
el oro.
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En segundo lugar, esta primera parte sirve para presentar brevemente los personajes principales, de modo que
cuando salgan al escenario tendrán una personalidad ya delineada y el público podrá comprender y apreciar
mejor todos los efectos que cada diálogo y cada hecho generen en cada circunstancia particular.
Se resumen en el prólogo algunos hechos que durante lo que se ha conservado de la comedia no se explican o
son sólo mentados; por ejemplo, sólo en el prólogo se habla del encuentro entre los dos jóvenes durante
la vigilia en honor de Ceres (Deméter). También la historia de la olla en los años precedentes, por tener una
importancia marginal, se revela solamente en este primer monólogo con el fin principal de encuadrar el
escenario en el que se desarrollará la comedia.
Argumento
Euclión es un anciano con una hija casadera, llamado Fedria. La obra comienza con un prólogo, en el que el lar
familiar cuenta cómo hizo que Euclión encontrara en su casa una olla enterrada y llena de oro, y cómo se ha
obsesionado el viejo con guardar el oro de amenazas (unas, reales; y otras, imaginarias).
Sin que lo sepa Euclión, Fedria está embarazada de un hombre joven llamado Licónides.5
Euclión está empeñado en casar a su hija con su vecino rico, un anciano llamado Megadoro, que resulta ser el
tío de Licónides.
El esclavo de Licónides logra robar la olla. Licónides confiesa a Euclión que es padre del hijo de Fedria.
Personajes
El viejo Euclión: personaje que tiene una avaricia que, como sucede a menudo en la comedia, es exagerada para
convertirla en cómica, con los trazos de pura y total locura. El celo que tiene por su olla de dinero lo lleva a
desconfiar de cualquiera con que se topa o que le habla.
El viejo megadoro: este personaje tiene una edad avanzada, como Euclión, pero cada uno tiene una relación
distinta con el dinero. Euclión es pobre y avaro; Megadoro, en cambio, tiene mucho dinero, y no se priva de
gastarlo. Esta diferencia es subrayada en diversas situaciones, como ocurre en los preparativos para la boda.
El joven Licónides: tal vez fuera el protagonista, pero, al faltar el final de la obra, no se puede calibrar bien la
importancia de este personaje. Licónides disputa con su tío por obtener los favores de la muchacha, pero el
parentesco parece no influir en el curso de los acontecimientos. Es evidente la función que tiene Licónides
de personaje típico de la comedia plautina: aquel del joven envuelto en una aventura amorosa y en lucha con
adversarios típicos, como, en este caso, el viejo avaro. Al final se casa con la hija de Euclión, pues la ha violado
y la ha dejado embarazada, y esa es razón por la que el viejo, tío de Licónides, no se puede casar con ella.
El esclavo Estróbilo: es siervo de Licónides. Sus dotes de astucia y picardía le permiten jugársela a Euclión
robándole la olla, para así poder pedir la libertad a su amo. Conseguir este premio por parte del esclavo nos es
desconocido en cuanto ninguno de los argumentos señala este aspecto; ha estado simplemente omitido en la
síntesis o no prevería la comedia integral ese final.
Secundarios
El lar familiar del prólogo: es una figura bastante marginal. Tiene la función de introducir el espectáculo; el
discurso del personaje tiene finalidad introductoria en cuanto encuadra el ambiente: el de una familia.
La vieja Estáfila: es la vieja sierva de Euclión, curiosa, petulante, pero trabajadora y obediente.
La matrona Eunomia: hermana de Megadoro y madre de Licónides. Aun siendo un personaje bastante marginal,
Eunomia es de gran importancia en el desenlace, pues convence a Megadoro de que consiga mujer y renuncie a
la muchacha a la que ama Licónides. Primero se muestra como una afectuosa y primorosa hermana; después, se
ve que quiere

ITALIA

DANTE (1265-1321)

Dante Alighieri, nació en Florencia, tomó parte en las luchas de su tiempo. Vencido su partido, tuvo que
expatriarse muriendo en el destierro, pasa los años amargos del destierro en diversos puntos de Italia,
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maquinando proyectos para reintegrarse a su patria. Dante amó apasionadamente a una joven, Beatriz,
que murió en plena juventud (24 años). Este amor, idealizado más tarde, inspiró siempre al poeta.
Dante escribió varias obras, tanto en latín como en italiano. Su obra cumbre es La divina comedia. Es un
poema alegórico, filosófico y religioso. Está dividido en tres partes, con un total de cien cantos y en
tercetos endecasílabos, donde el poeta nos presenta una impresionante visión alegórica del mundo de
ultratumba.
En torno a este poeta, Pleyan-García, nos ofrece el siguiente comentario:
Perdido en una selva (el pecado), Dante se ve auxiliado por Virgilio (la razón humana), los condenados,
distribuidos en nueve círculos cada vez más estrechos, sufren espantosas tormentas. Prosiguiendo su
viaje, visita luego al purgatorio, montaña de nueve gradas. Al final de las cuales Virgilio desaparece para
que ocupe su puesto Beatriz (la teología). Acompañado por ésta, Dante avanza, entre coros de ángeles, a
lo largo de las nueve esferas concéntricas del paraíso, hasta que San Bernardo (la mística) le permite
gozar de la presencia de Dios.

La Divina Comedia, aunque recoge lo más importante del pensamiento religioso medieval, no es una
simple exposición alegórica de las ideas filosófica del siglo X111, sino una extraordinaria obra de arte, en
la que su autor emplea intensamente su fantasía imaginando ambientes y escenas de atroz dramatismo –
así en el infierno- de una exquisita dulzura –como el Purgatorio-, de una resplandeciente belleza –como
en el Paraíso-:
Algunas figuras son realmente impresionantes por lo que cuentan o por la forma en la que el poeta nos las
presenta: tal el arrogante Farinata en su sepulcro de fuego; el trovador provenzal Beltrán de Born,
llevando su propia cabeza en la mano a guisa de linterna; o el conde Ugolino, que suspende la horrible
tarea de roer el cráneo a su enemigo, para narrar como fue encerrado para siempre en una mazmorra con
sus hijos.
Todo ello le sirvió a Dante como pretexto para atacar implacablemente las bajas pasiones de su tiempo –
sobre todo las de sus enemigos políticos, a los que coloca en el Infierno- y al mismo tiempo para cantar
con fervoroso entusiasmo el amor a Dios y los más nobles y puros impulsos del alma, personificados por
él en la figura de Beatriz. Dante sintió ambas cosas con tanta fuerza que por ello su obra se halla llena de
una intensa emoción

LA DIVINA COMEDIA

1.- PRINCIPIO. HABLA EL POETA:


(La selva oscura)

A la mitad del curso de la vida, por haber perdido el buen camino me encontré en una oscura selva. Y
¡qué difícil es decir cuán salvaje, áspero e intrincada (1) era!; su solo recuerdo hace renacer el miedo.
Poco más es la muerte. Pero para poder contar el bien que hallé en ella, he de decir también las otras
cosas que allí vi.
No acertaría a explicar cómo entré en ella; de tal manera que el sueño del pecado oscurecía mi mente
cuando me aparté del buen camino. Pero después que hube llegado al pie de una colina que ponía término
a aquel valle que tal pavor infundió en mi corazón, miré a lo alto y vi las pendientes ya acariciadas por los
rayos del astro que es guía de los hombres en todos los caminos. Sólo entonces se aplacó (2) un poco el
miedo que se había aposentado en el fondo de mi corazón durante la noche que pasé en tan angustioso
estado. Y al igual que aquel que con respiración afanosa, huyendo del mar logra alcanzar la orilla y
vuelve la vista atrás para mirar con desconfianza las peligrosas aguas, así mi alma, aún fugitiva, se volvió
a mirar el paso del que nunca saliera gente viva.

Asalto de las fieras


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Después de dar un poco de reposo al fatigado cuerpo, reanudé mi camino por la desierta playa,
ascendiendo lentamente. Y de pronto, al empezar el repecho, (3) se me aparece una pantera (4) de
jaspeada piel, (5) ligera y veloz, que no se alejaba de mí, y de tal manera me obstaculizaba el paso que
estuve varías veces por volver atrás.
Hacía algún tiempo que había amanecido y el sol ascendía con la constelación de Aries, entre las mismas
estrellas que le acompañaban cuando el Divino Amor imprimió el primer movimiento a las cosas bellas.
La hora, el día y la dulce estación me hacían confiar en ver alejarse aquella fiera de gaya piel, (6) pero no
era tanta esta confianza que no me produjese espanto la repentina aparición de un león que parecía venir
contra mí, y que con la testa erguida y hambre rabiosa, al propio aire infundía pavor; y la de una loba, que
en su delgadez parecía cargada de todos los torpes deseos, que a muchos había causado ya grave daño. De
tal manera me atemorizó esta última, por el horror que de sí despedía, que perdí la esperanza de llegar a la
cumbre. Y como aquel que satisfecho después de haber ganado, cuando le llega el tiempo de perder, llora
y se contrista, así me sucedió con la implacable (7) bestia que, acosándome poco a poco, me empujaba
hasta el paraje a que el sol no llega (la selva).

(Aparece Virgilio)

Y mientras precipitadamente volvía hacia abajo, surgió ante mis ojos una figura que parecía haber
enmudecido a causa del largo silencio. Cuando la vi en el gran desierto:
-Ten piedad de mí –le grité- quienquiera que seas, sombra u hombre.
Respondióme:
-No soy hombre, pero lo fui, y mis padres fueron lombardos, ambos nacidos en Mantúa. Nací al final del
reinado de César y viví en Roma bajo el buen Augusto, en tiempo de los dioses falsos y mentirosos. Fui
poeta y canté al justo hijo de Anquises (alude a Eneas y a su poema La Eneida) que vino de Troya cuando
la soberbia ciudad fue quemada.
Pero tú, ¿por qué vuelves al pecado?, ¿por qué no subes al deleitoso monde que es el principio y la causa
de todo goce.
-Entonces, ¿eres tú aquel Virgilio que vierte tan rico caudal de poesía? –le contesté ruboroso-.
¡Oh, honra y lumbrera (8) de todos los poetas! Válgame el largo estudio y el gran amor que me han
impelido a buscar tus obras. Tú eres mi maestro, mi autor, y sólo de ti e aprendido el bello estilo con que
me honro. Mira esa fiera que me hace huir y ayúdame contra ella, sabio ilustre, pues ya ves el temblor que
pone en mis venas y en mi pulso.
Te conviene seguir otro camino –me contestó al verme llorar- si quieres salir de este lugar salvaje; porque
esta bestia de la que te asustas, no cede el paso a nadie y acosa hasta dar muerte. Es de naturaleza tan
malvada que jamás se aplaca su apetito insaciable, y su hambre crece cuanto más devora...

(Virgilio se convierte en guía)

… por esto, y para tu bien, he decidido que me sigas; yo seré tu guía. Te sacaré de aquí a través de un
lugar eterno, donde escucharás desesperadas lamentaciones, verás los antiguos espíritus en tormento que
claman por la segunda muerte (infierno) y verás también a aquellos que aun en el fuego están contentos
(Purgatorio), porque esperan llegar cuando quiera que sea, a morar entre los bienaventurados (Paraíso). Si
quieres subir junto a ellos, necesitarás un guía más digno que yo en cuyas manos te dejaré cuando haya de
abandonarte; porque el Emperador que en el Cielo reina, no quiere que se entre en su ciudad llevado por
mí, tal vez porque yo fui rebelde (Virgilio era pagano) a su ley.
El impera en todas partes y desde allí rige los destinos del Universo; allí está su ciudad y trono. ¡Dichoso
aquel que Dios elige!
Y yo le contesté:
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-Poeta: en nombre de aquel Dios que tú no conociste, yo te ruego que, para huir de esta mal y de otros aún
peores, me guíes hacia las regiones de que me has hablado, de modo que yo pueda ver la puerta de San
Pedro y aquellos que según tú dices, están tan afligidos.
Entonces, se puso en marcha y yo le seguí.
……………..
1. Intrincada: enmarañada, oscura. 2. Aplacar: amansar, calmar. 3. Repecho: cuesta bastante pendiente y
no larga. 4. Pantera: la pantera representa la lujuria; el león, el orgullo, y la loba, la avaricia. 5. Jaspeada:
veteada o salpicada de pintas, como el jaspe. 6. Gaya piel: con listas de diverso color. 7. Implacable: que
no se puede aplacar. 8. Lumbrera: cuerpo que despide luz.

FRANCISCO PETRARCA (1304-1374)

Nació el 20 de julio de 1304 en Arezzo (Italia). Su padre fue un desterrado del mismo grupo político
de Dante.
Poeta, considerado como la figura cumbre de la lírica medieval y un verdadero humanista italiano y la
figura cumbre de la lírica medieval italiana: gusta de los clásicos, cultiva las formas latinas y alcanzó una
perfección en verso, difícil de superar, convirtiéndose en modelo como creador de sonetos.
Petrarca es el poeta del amor platónico o idealizado. Este amor se lo inspiró una joven llamada Laura que
conoció en Avignón. A ella dedicó sus mejores versos, en vida de la joven y después de su muerte. Por
ella llegó muy hondo en la expresión de su subjetividad y el dominio del ritmo que lo ha hecho modelo a
través del tiempo.
El viernes Santo de 1327 en Avignón, vio por primera vez a Laura, la mujer idealizada por el poeta, cuyo
nombre inmortalizó a través de sus poemas líricos. Realizó viajes por toda Italia, Francia, Alemania y los
Países Bajos. En 1330 conoció al escritor Giovanni Boccaccio en Florencia, con quien ya había
mantenido correspondencia desde hacía algún tiempo. Ambos se situaron al frente de un movimiento de
redescubrimiento de la cultura de la antigüedad clásica.
Entre 1353 y 1361 reside en Milán y hasta 1374, entre Padua, Venecia y Arquà (Véneto). Le
nombraron poeta laureado por el Senado de Roma, en 1341. Escribió en latín e italiano. Entre sus obras
en latín destacan África (1338-1342) y De viris illustribus (hacia 1338), una serie de biografías de
personajes ilustres. Además en latín escribió églogas y epístolas en verso, el diálogo Secretum (1343), y el
tratado De vita solitaria (1346-1356). De sus obras, la más famosa es una colección de poemas en italiano
titulada Rime in vita e morta di Madonna Laura (posterior a 1327) y que después fue ampliada a lo largo
de su vida. Estas poesías llevan por título general de Cancionero: comprende 317 sonetos, 7 baladas, 29
canciones, 6 sextinas y 4 madrigales. Además escribió los Truinfi, seis composiones sobre el amor,
castidad, muerte, fama, tiempo y divinidad.
Las poesías de Petrarca ejercieron gran influencia en los poetas del Renacimiento. Francesco Petrarca
falleció en Provenza el 18 de julio de 1374.

CANCIÓN

Fresca agua transparente


donde posara un día
su alabastro la bella entre las bellas;

Romo del que le plugo


(Suspirando recuérdolo)
ser la firme y espléndida columna;
hierba y flor que la linda
basquiña recubrieran
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sobre el divino seno;


aire sacro, sereno;
de amor con la mirada el pecho hirióme;

prestad todos oído


a mi breve discurso dolorido.
Pues mi destierro quiere,
y el cielo lo tolera,
que amor cierre estos ojos lagrimando,
una gracia el mezquino
cuerpo en vosotros logre
y tome el alma al propio albergue, nuda.
La muerte menos triste
será, habiendo esperanza,
para el dudoso paso,
que el espíritu laso
no pudiera encontrar un mejor puerto,
ni en más dulce morada
abandonar la carne atormentada.
Y acaso vendrá tiempo
en el que aquel paraje
vuelva otra vez la fiera, bella y mansa,
y hacia el lugar do hirióme
aquel bendito día
torné los ojos vivos y anhelantes
buscándome piadosa,
y al solamente polvo
mirar, amor, le impire
tan dulcemente que merced mes impetre
y haga presión al cielo,
y sus ojos enjuaguen el lindo velo.
De las ramas caía
-¡cuan dulce este recuerdo!-
una lluvia de flores a su falda.
Reposaba tranquila.
-Humilde en tanta gloria-
y el grato torbellino la envolvía;
tal flor al pie caíale,
tal en su trenzas blondas,
-que hasta el oro y las perlas
surgieron para verlas-.
Tal la tierra besaba, tal las ondas,
tal, como un vago error,
decir quería: “Aquí reina el amor”.
Cuántas veces me dije
lleno de un grato espanto:
“¡ha nacido en el mismo paraíso!”
Y así, en completo éxtasis,
su seráfito porte.
Su rostro, su palabra y su sonrisa
45

lleváronme tan lejos


de la real imagen,
que dije suspirando:
“¿cómo aquí vine y cuándo?”
Creyendo que era el cielo donde estaba.
Tanto en el placía,
que paz en otro no tenía.
-------------
Si llegara tu encanto do el deseo,
podrías audazmente
surgir del bosque e ir hacia la gente.

SONETOS

¿Dónde cogió el amor, o de qué vena,


el oro fino de su trenza hermosa?
¿En qué espinas halló la tierna rosa
del rostro, o en qué prados, la azucena?

¿Dónde las blancas perlas con que entrena


la voz suave, honesta y amorosa?
¿Dónde la frente bella y espaciosa,
más que el primer albor pura y serena?

¿De cuál esfera en la celeste cumbre


eligió el dulce canto, que destila
el pecho ansioso regalada calma?

¿Y de qué sol tomó la ardiente lumbre


de aquellos ojos, que la paz tranquila
para siempre arrojaron de mi alma.

11

Bendito sea el año, el punto, el día,


la estación, el lugar, el mes, la hora,
y el país en el cual su encantadora
mirada encadenóse al alma mía.

Bendita la dulcísima porfía


de entregarme a ese amor que en mi alma mora,
y el arco y las saeta, de que ahora
las llamas siento abiertas todavía.

Benditas las palabras con que canto


el nombre de mi amada; y mi tormento,
mis ansias, mis suspiros y mi llanto.
46

Y benditos mis versos y mi arte


pues la ensalzan, y, en fin, mi pensamiento,
puesto que ella tan sólo lo comparte.

JUAN BOCCACCIO (1313-1375)

Es el gran creador de la prosa italiana. Nació en París y en Florencia. Dejó las ocupaciones de mercader y
se entregó a la poesía. En Nápoles se enamora de Fiammetta-María D’Aquino, a quien cantó en sus
versos.
Escribió dos otras fundamentales: El Corbaccio o Laberinto de amor que es una sátira contra las mujeres
muy aprovechada como inspiradora de muchas otras obras y el Decamerón, que es una colección de cien
cuentos o novelas cortas, contadas durante diez días (eso significa el título) por siete damas y tres
caballeros que huyen de Florencia para escapar de la peste negra de 1348. Estos cuentos son alegres,
divertidos, satíricos y aún picantes o desvergonzados. Son una pintura de la sociedad de su tiempo.

METER EL DIABLO EN EL INFIERNO

En la ciudad de Cafsa, en Berbería, hubo hace tiempo un hombre riquísimo que, entre otros hijos, tenía
una hijita hermosa y donosa cuyo nombre era Alibech; la cual, no siendo cristiana y oyendo a muchos
cristianos que en la ciudad había alabar mucho la fe cristiana y el servicio de Dios, un día preguntó a uno
de ellos en qué materia y con menos impedimentos pudiese servir a Dios. El cual le repuso que servían
mejor a Dios aquellos que más huían de las cosas del mundo, como hacían quienes en las soledades de los
desiertos de la Tebaida se habían retirado. La joven, que simplicísima era y de edad de unos catorce años,
no por consciente deseo sino por un impulso pueril, sin decir nada a nadie, a la mañana siguiente hacia el
desierto de Tebaida, ocultamente, sola, se encaminó; y con gran trabajo suyo, continuando sus deseos,
después de algunos días a aquellas soledades llegó, y vista desde lejos una casita, se fue a ella, donde a un
santo varón encontró en la puerta, el cual, maravillándose de verla allí, le preguntó qué es lo que andaba
buscando. La cual repuso que, inspirada por Dios, estaba buscando ponerse a su servicio, y también quién
le enseñara cómo se le debía servir. El honrado varón, viéndola joven y muy hermosa, temiendo que el
demonio, si la retenía, lo engañara, le alabó su buena disposición y, dándole de comer algunas raíces de
hierbas y frutas silvestres y dátiles, y agua a beber, le dijo:
-Hija mía, no muy lejos de aquí hay un santo varón que en lo que vas buscando es mucho mejor maestro
de lo que soy yo: irás a él.
Y le enseñó el camino; y ella, llegada a él y oídas de éste estas mismas palabras, yendo más adelante,
llegó a la celda de un ermitaño joven, muy devota persona y bueno, cuyo nombre era Rústico, y la
petición le hizo que a los otros les había hecho. El cual, por querer poner su firmeza a una fuerte prueba,
no como los demás la mandó irse, o seguir más adelante, sino que la retuvo en su celda; y llegada la
noche, una yacija de hojas de palmera le hizo en un lugar, y sobre ella le dijo que se acostase. Hecho esto,
no tardaron nada las tentaciones en luchar contra las fuerzas de éste, el cual, encontrándose muy
engañado sobre ellas, sin demasiados asaltos volvió las espaldas y se entregó como vencido; y dejando a
un lado los pensamientos santos y las oraciones y las disciplinas, a traerse a la memoria la juventud y la
hermosura de ésta comenzó, y además de esto, a pensar en qué vía y en qué modo debiese comportarse
con ella, para que no se apercibiese que él, como hombre disoluto, quería llegar a aquello que deseaba de
ella.
Y probando primero con ciertas preguntas que no había nunca conocido a hombre averiguó, y que tan
simple era como parecía, por lo que pensó cómo, bajo especie de servir a Dios, debía traerla a su
voluntad. Y primeramente con muchas palabras le mostró cuán enemigo de Nuestro Señor era el diablo, y
luego le dio a entender que el servicio que más grato podía ser a Dios era meter al demonio en el infierno,
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adonde Nuestro Señor lo había condenado. La jovencita le preguntó cómo se hacía aquello; Rústico le
dijo:
-Pronto lo sabrás, y para ello harás lo que a mí me veas hacer. Y empezó a desnudarse de los pocos
vestidos que tenía, y se quedó completamente desnudo, y lo mismo hizo la muchacha; y se puso de
rodillas a guisa de quien rezar quisiese y contra él la hizo ponerse a ella. Y estando así, sintiéndose
Rústico más que nunca inflamado en su deseo al verla tan hermosa, sucedió la resurrección de la carne; y
mirándola Alibech, y maravillándose, dijo:
-Rústico, ¿qué es esa cosa que te veo que así se te sale hacia afuera y yo no la tengo?
-Oh, hija mía -dijo Rústico-, es el diablo de que te he hablado; ya ves, me causa grandísima molestia,
tanto que apenas puedo soportarlo.
Entonces dijo la joven:
-Oh, alabado sea Dios, que veo que estoy mejor que tú, que no tengo yo ese diablo.
Dijo Rústico:
-Dices bien, pero tienes otra cosa que yo no tengo, y la tienes en lugar de esto.
Dijo Alibech:
-¿El qué?
Rústico le dijo:
-Tienes el infierno, y te digo que creo que Dios te haya mandado aquí para la salvación de mi alma,
porque si ese diablo me va a dar este tormento, si tú quieres tener de mí tanta piedad y sufrir que lo meta
en el infierno, me darás a mí grandísimo consuelo y darás a Dios gran placer y servicio, si para ello has
venido a estos lugares, como dices.
La joven, de buena fe, repuso:
-Oh, padre mío, puesto que yo tengo el infierno, sea como queréis.
Dijo entonces Rústico:
-Hija mía, bendita seas. Vamos y metámoslo, que luego me deje estar tranquilo.
Y dicho esto, llevada la joven encima de una de sus yacijas, le enseñó cómo debía ponerse para poder
encarcelar a aquel maldito de Dios. La joven, que nunca había puesto en el infierno a ningún diablo, la
primera vez sintió un poco de dolor, por lo que dijo a Rústico:
-Por cierto, padre mío, mala cosa debe ser este diablo, y verdaderamente enemigo de Dios, que aun en el
infierno, y no en otra parte, duele cuando se mete dentro.
Dijo Rústico:
-Hija, no sucederá siempre así.
Y para hacer que aquello no sucediese, seis veces antes de que se moviesen de la yacija lo metieron allí,
tanto que por aquella vez le arrancaron tan bien la soberbia de la cabeza que de buena gana se quedó
tranquilo. Pero volviéndole luego muchas veces en el tiempo que siguió, y disponiéndose la joven
siempre obediente a quitársela, sucedió que el juego comenzó a gustarle, y comenzó a decir a Rústico:
-Bien veo que la verdad decía aquellos sabios hombres de Cafsa, que el servir a Dios era cosa tan dulce; y
en verdad no recuerdo que nunca cosa alguna hiciera yo que tanto deleite y placer me diese como es el
meter al diablo en el infierno; y por ello me parece que cualquier persona que en otra cosa que en servir a
Dios se ocupa es un animal.
Por la cual cosa, muchas veces iba a Rústico y le decía:
-Padre mío, yo he venido aquí para servir a Dios, y no para estar ociosa; vamos a meter el diablo en el
infierno.
Haciendo lo cual, decía alguna vez:
-Rústico, no sé por qué el diablo se escapa del infierno; que si estuviera allí de tan buena gana como el
infierno lo recibe y lo tiene, no se saldría nunca.
Así, tan frecuentemente invitando la joven a Rústico y consolándolo al servicio de Dios, tanto le había
quitado la lana del jubón que en tales ocasiones sentía frío en que otro hubiera sudado; y por ello
comenzó a decir a la joven que al diablo no había que castigarlo y meterlo en el infierno más que cuando
él, por soberbia, levantase la cabeza:
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-Y nosotros, por la gracia de Dios, tanto lo hemos desganado, que ruega a Dios quedarse en paz.
Y así impuso algún silencio a la joven, la cual, después de que vio que Rústico no le pedía más meter el
diablo en el infierno, le dijo un día:
-Rústico, si tu diablo está castigado y ya no te molesta, a mí mi infierno no me deja tranquila; por lo que
bien harás si con tu diablo me ayudas a calmar la rabia de mi infierno, como yo con mi infierno te he
ayudado a quitarle la soberbia a tu diablo.
Rústico, que de raíces de hierbas y agua vivía, mal podía responder a los envites; y le dijo que muchos
diablos querrían poder tranquilizar al infierno, pero que él haría lo que pudiese; y así alguna vez la
satisfacía, pero era tan raramente que no era sino arrojar un haba en la boca de un león; de lo que la joven,
no pareciéndole servir a Dios cuanto quería, mucho rezongaba. Pero mientras que entre el diablo de
Rústico y el infierno de Alibech había, por el demasiado deseo y por el menor poder, esta cuestión,
sucedió que hubo un fuego en Cafsa en el que en la propia casa ardió el padre de Alibech con cuantos
hijos y demás familia tenía; por la cual cosa Alibech de todos sus bienes quedó heredera. Por lo que un
joven llamado Neerbale, habiendo en magnificencias gastado todos sus haberes, oyendo que ésta estaba
viva, poniéndose a buscarla y encontrándola antes de que el fisco se apropiase de los bienes que habían
sido del padre, como de hombre muerto sin herederos, con gran placer de Rústico y contra la voluntad de
ella, la volvió a llevar a Cafsa y la tomó por mujer, y con ella de su gran patrimonio fue heredero. Pero
preguntándole las mujeres que en qué servía a Dios en el desierto, no habiéndose todavía Neerbale
acostado con ella, repuso que le servía metiendo al diablo en el infierno y que Neerbale había cometido
un gran pecado con haberla arrancado a tal servicio. Las mujeres preguntaron:
-¿Cómo se mete al diablo en el infierno? La joven, entre palabras y gestos, se los mostró; de lo que tanto
se rieron que todavía se ríen, y dijeron:
-No estés triste, hija, no, que eso también se hace bien aquí, Neerbale bien servirá contigo a Dios Nuestro
Señor en eso.
Luego, diciéndoselo una a otra por toda la ciudad, hicieron famoso el dicho de que el más agradable
servicio que a Dios pudiera hacerse era meter al diablo en el infierno; el cual dicho, pasado a este lado del
mar, todavía se oye. Y por ello vosotras, jóvenes damas, que necesitáis la gracia de Dios, aprended a
meter al diablo en el infierno, porque ello es cosa muy grata a Dios y agradable para las partes, y mucho
bien puede nacer de ello y seguirse.

ALEMANIA

En Alemania existen varios poemas épicos derivados de la lucha entre semidioses guerreros que habitan
el Walhalla o paraíso germánico. El más importante es el de los Nibelungos.
Los Nibelungos es una de esas leyendas primitas que centra su relato sobre el héroe por antonomasia de
los arios germánicos: Sigfrido. Es una obra escrita en el siglo XIII, de autor desconocido y caracterizado
por su excesiva grandiosidad.
Sus héroes son gigantescos y capaces de hazañas sobrehumanas, envueltos en una barbarie de sublime
grandeza. Personajes y episodios se suceden en acciones rápidas, aventuras audaces, artificios mágicos.
Los episodios míticos se mezclan con los de fondo histórico (invasión de los hunos), se inicia con un
idilio juvenil amoroso, mezclándose con malas pasiones. Finalmente, la venganza atroz y una inevitable
fatalidad echa sobre culpables e inocentes, que mueren en la catástrofe común. Un mundo de héroes
queda reducido a cenizas.
Argumento.
Nibelungos es un poema que canta al héroe Sigfrido, sus hazañas y su muerte, y la venganza que toma su
viuda Grimalda.
Sigfrido es el héroe invulnerable por haberse bañado en la sangre de un monstruoso dragón, a quien había
vencido y matado. Es el vencedor en batallas sin cuento y también de la terrible reina norteña Brunilda.
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Su aspecto humano aparece reflejado en su amor a Crimilda y dulce doncella, hermana de su aliado el rey
Gunter. Sigfrido se casa con Crimilda.
Brunilda logra dar muerte a Sigfrido sirviéndose del traidor, Hagen. Entra en juego el rencor de Crimilda,
que se casa con Etzel (Atila), para lograr la venganza completa, Crimilda invita a un banquete a los
príncipes enemigos. El banquete acaba con la muerte de miles de Nibelungos, muerto abrasado Gunter.
Hagen es decapitado por ella misma, pero el viejo guerrero Hildebrando da muerte a la misma Crimilda.
Características.
Hay grandiosidad, pues los héroes son capaces de hazañas sobrehumanas. Los personajes se suceden en
acciones rápidas y artificios mágicos. Los episodios míticos se mezclan con la historia (invasión de los
hunos de Atila). La obra se inicia con un idilio amoroso, que se ensombrece con malas pasiones y que
termina con la venganza atroz. La fatalidad cae sobre culpables e inocentes, que mueren. “Un mundo de
héroes queda reducido a cenizas”.

LOS NEBILUNGOS

-Sigfrido y el dragón-

Cuando Sigfrido hubo muerto, volvió Siglinda al bosque, y allí, en gran dolor y soledad, dio a luz un
niño. Y en seguida muyió. Pero el niño creció, como había vivido su padre, salvaje entre los animales del
bosque.
En el bosque habitaba un nibelungo, llamado Mimir. Hacia su fragua llegó un día un niño que salía
corriendo de la espesura, y cuando Mimir lo vio exclamó lleno de alegría:
-He aquí a Sigfrido, el vástago de Sigmundo; el audaz héroe llegó a mi casa. Gran botín me prometo de
este lobezno.
Mimir educó a su lado al pequeño Sigfrido, enseñándole el oficio de la fragua; y cuando el niño hubo
crecido, incitó al joven héroe a matar al dragón Fafnir, que custodiaba en el brezal de Gnita el prodigioso
tesoro de los nibelungos: montones de oro y joyas, y el yelmo encantado, que tenía la virtud de cambiar el
rostro del que lo llevaba puesto. También formaba parte del tesoro el anillo maldito de los nibelungos,
que atraía la desgracia sobre quien lo poseyera. El fabuloso tesoro había estado mil años bajo el agua
verde del Rhin, custodiado por tres ninfas. A ellas lo había robado el rey de los nibelungos. Y a los
nibelungos se lo arrebató el gigante Fafnir, el cual, por la maldición del anillo, se transformó en un
colosal dragón, que oculto en el brezal de Gnita, (1) dormía siempre con los ojos abiertos sobre su tesoro.
El astuto Mimir, contemplando el valor indomable del joven Sigfrido, pensaba: “Este lobezno de los
Welsas es el único sobre la tierra que sería capaz de matar al dragón Fafnir. Si consigo que lo haga, yo lo
mataré a él cuando duerma, y el tesoro de los nibelungos será sólo mío.”
Pero cuando Sigfrido oía contar el cuento del tesoro, se reía; a él nada le importaba el oro, y sólo le
gustaba saltar por las rocas tocando su bocina de plata y medir su fuerza con los animales del bosque.
Luego se burlaba del enano, diciendo:
-Viejo remendón, si quieres que mate al dragón fórjame antes una espada que taje la roca y el hierro.
Mimir trabajaba afanosamente por forjar la espada deseada; pero cuando estaba concluida, Sigfrido
llegaba saltando del bosque, daba con ella un tajo en el yunque y la espada se rompía.
Un día, en el lugar del bosque donde su padre había muerto, el joven Sigfrido encontró los pedazos de una
espada rota. Conoció que eran de la materia más noble y decidió forjar con ellos una espada nueva. Se fue
a la fragua, (2) y ante el asombro del nibelungo limó todos los trozos, reduciéndolos a polvo; los fundió
luego juntos en el fuego, templó el hierro ardiente en el agua fría del Rhin, y cuando la espada estuvo
terminada dio con ella un tajo en el yunque, y el yunque se rajó en dos pedazos. Brillaba la espada como
el oro, s sus filos parecía de fuego. Sigfrido la blandió alegremente sobre su cabeza, y seguido por el
enano se internó en el bosque en busca del dragón.
Al cruzar el Rhin vio un rebaño de caballos salvajes.los espantó a gritos, persiguiéndolos hasta la orilla
del río; pero al llegar a agua todos se encabritaron y retrocedieron espantados, menos un potro. Entonces
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Sigfrido, alcanzándolo a nado, lo tomó por suyo y le puso por nombre Grani, y a caballo de Grani llegó al
amanecer del día siguiente al brezal de Gnita.
Allí estaba el dragón tumbado sobre su tesoro, a la entrada de una cueva. Era de colosales dimensiones,
parecido en la forma a un lagarto; su baba venenosa corroía la carne y los huesos, y su cola de serpiente,
al golpear las rocas, las hacía saltar como el cristal.
Al ver al joven el dragón rugió sordamente y sus ojos lanzaron fuego. Se arrastró hacia él haciendo
retemblar la tierra a su paso. Quiso derribarle de un coletazo, pero Sigfrido le hirió en la cola con su
espada. Entonces el dragón, lanzando un rugido espantoso, se abalanzó de frente contra él para aplastarle
con todo su peso. Y Sigfrido aprovechó el momento para hundirle su espada en el corazón hasta el puño.
El monstruo, al sentir la mortal herida, se estremeció y golpeó con la cabeza y la cola a su alrededor
desesperadamente, tanto, que los árboles saltaban en astillas.
El nibelungo, temblando de miedo, contemplaba la batalla escondido entre los matorrales. Cuando el
dragón hubo muerto, Sigfrido limpió la hoja de su espada en la yerba y penetró en la cueva del tesoro.
Despreció el oro y sólo tomó el casco mágico, que colgó de su cinturón, y el anillo maldito, que se puso al
dedo sin conocer la fatalidad se su poder.
Después, sintiendo hambre, arrancó el corazón del dragón y lo asó clavado en una espina. Al ir a tocarlo
para ver si estaba bien asado se quemó el dedo; llevóse el dedo ala boca, y en cuanto la sangre del dragón
tocó su lengua comprendió por arte de milagro el lenguaje de los pájaros.
Estaba sentado bajo un tilo, y desde las ramas le habló un abejaruco, descubriéndole su estirpe y su
destino:
-De la estirpe de los dioses vienes, Sigfrido, welsas (3) fueron tu padre y tu abuelo. Naciste de Siglinda,
abandonada en el bosque y del rey Sigmundo, muerto en el campo de batalla. Hs fabricado tu espada con
los trozos de la espada de tu padre, rota por el mismo Odín, dio0s de las batallas. Fatal te ha de ser el
anillo que has conquistado hoy; guárdate de la traición. Triunfo te aguarda, y tu fama será eterna como el
mundo. Pero morirás joven, al conocer el amor.
Sigfrido, sin importarle la voz que le hablaba de muerte, se llenó de gozo al conocer su estirpe y saber que
la sangre de los welsas corría por sus venas. Luego preguntó al pájaro:
-Dime, buen abejaruco, ¿dónde encontraré el amor?´
-Sígueme –respondió el pájaro-. Dormida está la doncella en altas rocas, en la peña de la Corza, rodeada
de fuego. Sólo el valiente salvará el cerco de llamas y la despertará de su sueño.
Y dicho esto, el abejaruco desplegó las alas. Sigfrido saltó sobre su fie Grani y, abandonando al
nibelungo, siguió por el bosque el vuelo del pájaro.

………………
1. Brezal: lugar poblado de brezos (arbusto de hojas pequeñas y flores rosadas). 2. Fragua: fogón en el
que forja el metal. 3. Welsas: tribu germana.

FRANCIA

Su cantar de gesta es la Chansón de Roland (La canción de Roldán). Es la más destacada de las canciones
de gesta francesas, debido a su importancia lingüística y literaria. Se supone escrita a fines del siglo XI,
basada en un episodio histórico, ocurrido a fines del siglo VII, hacia el 778. Probablemente, el copista fue
Turoldo nombre que aparece en el ejemplar.
Tema: La exaltación del héroe Roldán, valiente y obstinado en la lucha.
En el poema, el poeta describe y narra el valor y hazañas de Roldán con dimensión sobrehumana Roldán
parte de un solo tajo a una serie de moro, su olifante se oye a treinta leguas… y hay milagrosas
apariciones – un ángel recoge el alma del héroe al morir. Además, para dar mayor grandeza al relato, no
sólo los hechos históricos están falseados, sino que concretamente el héroe central aparece como símbolo
de valor, de fidelidad al monarca y de espíritu religioso.
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La Canción de Roldán reúne todos los caracteres del género épico, así como la grandiosidad y la rudeza
de los antiguos héroes. El protagonista y sus compañeros caminan aureados por la lujosa pompa de sus
armas y por la devoción del juglar, que les atribuye increíbles hazañas. Las recias virtudes de los pares de
Francia se nos imponen con el estilo solemne del narrador: el amor a la patria, la leal amistad, la
abnegación sin límites, el gallardo concepto del honor, el fiero ardor en la lucha, el estilo religioso. Sólo
le falta la verosimilitud y realismo impreso en el poema castellano, en este muy evidente, por su
desbordada fantasía.
La Canción de Roldán, es como en todos los países, la primera poesía épica que nació en Francia. El
poema es la epopeya heroico-popular o canción de gesta más famosa de la literatura francesa. Su autor es
anónimo y nos cuenta la derrota de Carlomagno y la muerte de Roldán o Rolando en Roncesvalles,
debido a la traición de Ganelón.
Carlomagno simboliza la majestad; Roldán, el valor, Canelón, la traición.
Argumento
Es una derrota que el poeta quiere justificar exaltando a un héroe que es vencido por traición.
Marsilio, rey moro de Zaragoza quiere vengarse de Carlomagno porque ha conquistado a España. Por
tanto, se ofrece como vasallo y decide hacerse cristiano. Por medio de Canelón caballero de rey Carlos,
le ofrece la llave de ciudad y ricos presentes. Pero cuando Carlomagno se retira con su ejército a Francia,
Ganelón, símbolo y ejecutor de la traición, se combina con Marsilio en Roncesvalles y emprende una
emboscada a la retaguardia del emperador Carlos. Los franceses son aniquilados y Roldán no se decide a
tocar su cuerno, su trompeta de guerra u olifonte, resiste, y ya tarde, convencido por el arzobispo Turpín,
y herido gravemente, Roldán, llama a Carlomagno, que demasiado atrasado para apoyarle. Vence a los
moros y el traidor sufre el castigo merecido.

Fragmento de La Canción de Roldán.


Roldán, peleando con los moros desde la retaguardia, pone en peligro el éxito de la lucha y su propia vida
porque no ha querido tocar el olifonte, con el que hubiera podido pedir ayuda a Carlos el Emperador.
Junto a la prudencia de Oliveros, el valor de Roldán adquiere una dimensión sobrehumana.

LA CANCIÓN ROLDAN

Los francos recomienzan la pelea. Duros son los golpes, pesada la contienda. Los cristianos se hallan en
gran cuita. ¡Qué bello contemplar a Roldán y a Oliveros dar tajos certeros con espada! El arzobispo hiere
con su lanza. De aquellos que han matado, puede calcularse el número, porque está escrito, dice la gesta,
en las cartas y en los breves: llegarán a cuatro mil. A los cuatros primeros asaltos han resistido
gallardamente; el quinto les fue muy penoso. Han muerto casi todos los caballeros franceses. Sólo quedan
sesenta, que Dios ha escatimado. Antes de morir se venderán muy caros.
El conde Roldán ve la gran derrota de los suyos, y llama a Oliveros, su par:
-Gentil señor, compañero querido: ¿qué os parece? ¡Dios mío, mirad cuántos valientes yacen en tierra!
¿Bien nos toca llorara la dulce Francia, la bella! ¡Qué desolada va a quedar, vacía de tales barones! ¿Oh,
rey amigo!, ¿por qué no estáis aquí? Hermano Oliveros, ¿qué podremos hacer? ¿Cómo enviarle estas
nuevas?
Oliveros dice:
-¿Cómo? No lo sé. ¡Antes morir que la afrenta de una huida!
-Penosa es nuestra lucha –dice Roldán-. Tañeré mi cuerno, y el rey Carlos ha de oírlos.
-Hacer tal no cumple a hombres de pro –dice Oliveros-. Cuando yo os hablé de hacerlo, compañero, vos
no os habéis dignado. Si el rey hubiese vuelto, nada hubiéramos sufrido. Los que aquí yacen, ningún
reproche han merecido. ¡Por esta mi barba, que si yo vuelvo junto a Alda, mi hermana, nunca habéis de
reposar en sus brazos.
-¿Por qué –dice Roldán- os irritáis contra mí?
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-Compañero –responde-: vuestra es la falta, porque el valor sensato no es lo mismo que locura, y es mejor
mesura que jactancia: Si murieron nuestros francos, fue por vuestra ligereza. Jamás podremos servir a
Carlos. Si me hubieseis creído, mi señor hubiera vuelto, y hubiéramos ganado la batalla. Y el rey Marsil
sería ya muerto o prisionero. Vuestra intrepidez, Roldán, nos fue asaz funesta. Carlos el grande, de quien
nunca habrá semejante hasta el día del juicio, jamás tendrá ya nuestra ayuda. Vais a morir y Francia se
verá deshonrada. Hoy fina nuestra del amistad. Antes de la noche nos separaremos para siempre, con gran
pesadumbre.
Ha escuchado la querella el arzobispo, y, espoleando el caballo, acude a ellos y les responde:-Señor
Roldán, y vos, señor Oliveros: ¡os ruego en nombre de Dios que cese esta disputa! Tañer el cuerno no
podrá ya salvarnos, pero tañerlo será siempre lo mejor. Vendrá el rey, y podrá vengarnos. Así no podrán
los de España retornar alegres. Nuestros francos, al desmontar, nos encontrarán muertos y descuartizados;
nos conducirán, llenos de piedad y de lástima. Seremos sepultados en los atrios de los monasterios; no
seremos pasto de los lobos, de cerdos y de perros.
-¡Bien decís, señor! –responde Roldán.
Roldán se lleva a la boca el olifante. Lo ajusta bien y lo tañe a pleno pulmón. Altas son las cumbres y el
sonido es prolongado. A treinta leguas se le escucha en el contorno.

INGLATERRA

Los cuentos de Canterbury es una obra del escritor inglés Geoffrey Chaucer, que presenta una estructura
semejante a El Decamerón, de Boccaccio.
Los cuentos fueron escritos a finales del siglo XIV. Es una de las obras más importantes de la literatura
inglesa, y quizás la mejor obra de la Edad Media en Inglaterra. Fue la última obra de Geoffrey Chaucer.
La versión de la obra que prevalece hoy en día procede de dos manuscritos ingleses diferentes:
el Ellesmere y los manuscritos Hengwrt.
Los cuentos, escritos en inglés medio (algunos de ellos originales, otros no, dos escritos en prosa y el
resto en verso), están contenidos en una narrativa mayor y son contados por un grupo de peregrinos que
viajan desde Southwark a Canterbury para visitar el templo de Santo Thomas Becket, en la Catedral de
Canterbury.
La obra contiene historias de todo tipo, hasta las de tipos humorístico y anticlerical.

CUENTOS DE CANTERBURY

PRÓLOGO AL CUENTO DEL COCINERO

Mientras hablaba el administrador, el cocinero de Londres estalló en carcajadas como si le hicieran


cosquillas en la espalda.
-¡Ja! ¡Ja! ¡Por la Pasión de Cristo! Los razonamientos sobre el hospedaje le han acarreado penosas
consecuencias a este molinero. Ya lo dijo Salomón: «Vigila a quien cobijas en tu casa». Es peligroso que
un forastero pernocte en casa ajena. Quien da cobija debe ser consciente de estos peligros. Que el Señor
me dé miserias y penas si, así como me llamo Hodge de Ware, escuché relato alguno con molinero más
trasquilado. Las tretas nocturnas funcionaron a la perfección. Pero Dios no permite que nos paremos aquí.
Si queréis escuchar mi cuento, os relataré lo que sucedió en mi ciudad, de la mejor forma posible.
-Tienes permiso, Roger. Procura que sea bueno. Has rebajado la salsa de muchos estofados. Has vendido
muchos Jacks de Dover doblemente recalentados y enfriados. Muchos peregrinos te han maldecido
sobremanera porque padecieron los efectos de tus perejiles cuando probaron tus viejos gansos rellenos de
rastrojos. Muchas moscas andan sueltas por tu cocina. Empieza tu relato, mi querido Roger. Te ruego no
te enfades si te tomo el pelo. De broma, se pueden decir muchas verdades.
-Por mi vida que tienes razón -dijo Roger-. Los flamencos dicen: «Una broma en serio es una mala
broma.» Por consiguiente, Harry Bailey, no des rienda suelta a tu enfado antes de que nos separemos si
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mi relato es acerca de un hospedero. Sin embargo, no tengo intención de contarlo aún. Te pagaré antes de
que nos despidamos.
A continuación, empezó a reírse y a bromear y contó lo que a renglón seguido escucharéis.

CUENTO DEL COCINERO

Una vez vivía un aprendiz en nuestra ciudad que trabajaba en un comercio de comestibles. Era más alegre
que un jilguero suelto por el bosque. Era un muchachote guapo, pero algo bajito, muy moreno y llevaba
su pelo negro elegantemente peinado.
Bailaba tan bien y tan animadamente, que le apodaban Jaranero Perkin. Toda chica que se juntaba a él
tenía suerte, pues él estaba lleno de amor y lascivia como una colmena de miel.
Bailaba y cantaba en todas las bodas y le tenía más afición a la taberna que a la tienda, pues siempre que
había una procesión por Cheapside salía disparado de la tienda tras ella y no regresaba hasta que había
bailado lo suyo y había visto todo lo que había que ver. Alrededor suyo reunió a una banda de tipos como
él, para bailar, cantar y divertirse. Se reunía en una calle o en otra para jugar a los dados; pues no había
ningún aprendiz en la ciudad que echase los dados mejor que Perkin. Además, de hurtadillas, era un
derrochador. Esto lo descubrió su amo a sus expensas, pues muchas veces se encontró con el cajón del
dinero vacío. Podéis estar seguros de que cuando un aprendiz lo pasa tan bien echando los dados, jugando
y con mujeres, es el dueño de la tienda el que lo paga con sus caudales, aunque no comparta el jolgorio.
Aunque el aprendiz sepa tocar el violín y la guitarra, sus juergas y juego los paga el robo. Pues, como
podéis ver, la honradez y la buena vida siempre andan disociados, cuando se trata de gente pobre.
Aunque le regañaban noche y día y algunas veces era llevado a bombo y platillo a la cárcel de Newgate,
el alegre aprendiz permaneció con su dueño hasta que casi terminó su aprendizaje. Pero un día, el dueño,
revisando su contrato de aprendizaje, se acordó del proverbio que reza: «Más vale arrojar la manzana
podrida que dejarla que pudra a las demás.» Lo mismo ocurre con el criado protestón: es mejor dejarle
marchar que permitirle que estropee a los demás criados de la casa. De modo que el dueño lo dejó libre y
le ordenó que se marchara, con maldiciones sobre su cabeza. Así fue cómo el alegre aprendiz consiguió
su libertad. Ahora podría hacer jarana toda la noche, si así le apetecía. Pero, como sea que no hay ladrón
que no tenga un compinche que le empuje a saquear y estafar al que ha robado o estrujado, Perkin
inmediatamente envió su cama y el resto de su ajuar a casa de un compañero inseparable que era tan
aficionado a los dados, al jolgorio y a la disipación como él. La esposa de este amigo inseparable tenía
una tienda para cubrir las apariencias, pero se ganaba la vida traficando con su cuerpo.

LA ÉPICA CASTELLANA MEDIEVAL.

LOS CANTARES DE GESTA

Los cantares de gesta. Son cantos guerreros cantados por los juglares. Suelen tener fondo histórico y
destacan extraordinariamente un héroe y sus hazañas, héroes que son colectivos como El Cid, Los
Infantes de Lara, Fernán González….
Gesta significa hazaña.
El tema fundamental de los cantares de gesta –como se le llamaba en los países de lengua romance- era la
guerra o el esfuerzo heroico, motivado por un bárbaro deseo de venganza o por otros ideales más altos, la
fidelidad al rey o la defensa del honor y de la fe espiritual.
Sus orígenes son inciertos. El cantar de gesta es un fenómeno típicamente feudal y específicamente
europeo. Es una exaltación del espíritu nacional, salvo el poema de Mío Cid Campeador, siglo XII, que ha
llegado casi íntegro hasta nosotros, de la mayor parte de los cantares no conservamos textos originales.
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Otros cantares importantes fueron: Cantar de Beowulf, siglo VII, en Inglaterra; las “Sagas” en
Escandinavia del año 930; Canción de Roldán, Francia, siglo XI; Cantares de las huestes de Igor, en
Rusia, siglo XII; Cantar de los Nebilungos, en Alemania, año 1200.
En España hubo distintos cantares de gesta. El cantar más antiguo del que se tiene noticia es el Cantar de
don Rodrigo y la pérdida de España. Luego El cantar de Roncesvalles, poema basado en la conocida
derrota de Carlomagno. De él se conservan unos cien versos. El cantar de los siete infantes de Lara. En
este poema, la cruel doña Lambra acarrea la muerte de los siete infantes de Lara y el cautiverio del padre
de éstos. El bastardo Mudarra, hermanastro de los infantes de Lara, los vengará cumplidamente pasados
los años.

EL FRUTO DE UNA TRAICIÓN

La cabeza de Martín González en brazo la tomaba


-O hijo Martín González, persona mucho honrada,
¿quién podría pensar que en vos había tan buena maña?
Tal jugador de tablas no había en toda España;
muy mesuradamente vos hablabais en plaza,
bien placía a todos los que vos escuchaban.

Pues vos sois muertos, por mí no daría nada,


que viva o que muera ya no me importa nada,
mas tengo gran dolor por vuestra madre doña Sancha:
sin hijos y sin marido quedará tan desconsolada."

Besó la cabeza llorando y a su lugar tornaba


y la de Suero González en brazos tomaba.
-Hijo Suero González, cuerpo tan leal,
de las vuestras buenas mañas un rey se debía pagar,
de muy buen cazador no había en el mundo vuestro par
en cazar muy bien con aves y a su tiempo las mudar.
¡Malas bodas os preparó el hermano de vuestra madre,
me metió a mí en prisión y a vos hizo descabezar:
los nacidos y por nacer traidor por ello le dirán!"
“Cantar de los siete infantes de Lara”

El emperador andaba mirando la mortandad;


Vio en la plaza a Oliveros donde yace
el escudo roto por medio del brazal;
no vio sano en él cuanto un dinero cabe;
yace vuelto hacia oriente, como lo puso Roldán.
El buen emperador mandó la cabeza alzar
que le limpiasen la cara del polvo y de la sangre.
Como si fuese vivo, comenzó a preguntarle:
-Digásme, don Oliveros, caballero natural,
donde dejasteis a Roldán? digásme la verdad.
Cuando os hice compañero distesme tal homenaje
de que nunca en vuestra vida no separaríais más
Decidmelo, don Oliveros, donde lo iré buscar?
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Yo preguntaba por don Roldán con una prisa tan grande.

El cantar de Roncesvalles

CANTAR DE MIO CID

Título: mío= nuestro. Mío, es un tratamiento que usaba el siervo para hablar al señor feudal. Cid= señor,
del árabe “sidi”, campeador, batallador, vencedor. Viene del latín “Campidoctor”, es decir, experto en
batallas.
El poema de Mío Cid es el primer poema épico castellano que ha llegado hasta nosotros. Se conserva casi
íntegro, gracias a una copia de 1307 (siglo XIV) realizada por Per Abbat, Pedro Abad. Faltan en él tres
hojas: una al principio, otra en medio y otra al final. Los que faltan en el poema fue restaurada por Ramón
Menéndez Pidal con ayuda de crónicas de la Edad Media.
El manuscrito, desconocido hasta 1779, fue publicado ese año por su descubridor, Tomás Antonio
Sánchez. Según Menéndez Pidal, que es el mejor investigador de la obra, quien afirma, basándose en
comparaciones lingüísticas, que la fecha de redacción original puede señalase como 1140, cuando aún
estaban muy recientes las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar. Aunque el poema es anónimo-rasgo
frecuente en la literatura de transmisión oral-, el investigador propone la hipótesis de que sus autores
fueron dos juglares, uno natural de Medinaceli (Soria) y otro de San Esteban de Gormaz (Burgos).
En su estructura, el poema consta de 3,755 versos, de los cuales faltaban páginas del códice, siendo
reconstruido modernamente basándose en la “Crónica general”.
La lengua en que está escrito el poema es Romance, castellano del siglo XII, género: poesía épica,
versificación: irregular, con predominio de versos de 14 a 16 sílabas y rima, asonantada. Sus personajes
están bien caracterizados de acuerdo con la ideología política, creencias religiosas y estatus social de la
época, la Edad Media. El profesor Abelardo Vicioso, en sus apuntes de cátedras los describe así:
Características generales del poema.
El Poema de Mío Cid narra las aventuras y desventuras del Cid Campeador, desde el destierro impuesto
por Alfonso VI hasta su triunfo final. Es una obra de los siglos XI o XII. Es un extenso poema épico,
máximo exponente del mester de juglaría (poesía hecha por los juglares), que cuenta las hazañas de
Rodrigo Díaz de Vivar, quien por dos veces pierde su honor y lo recupera con creces. Es nuestro poema
nacional, lleno de realismo humano, ya que el poeta no acudió a las fábulas para dar valor a su obra, sino
que la basó sobre la verdad histórica y humana.

Personajes:
a) El Cid Campeador: fiel vasallo, buen esposo y padre, valiente, generoso con sus vasallos y aun con
sus enemigos, buen cristiano, piadoso.
b) Jimena: modelo de esposa, fiel, buena cristiana, piadosa y honrada.
c) Doña Elvira y doña Sol: hijas, hermosas, buenas, inocentes, obedientes.
d) Alvar Fáñez (Minaya): sobrino del Cid, fiel y valiente.
e) Pero Bermúdez: otro sobrino del Cid, modelo de caballero.
f) Martín Antolínez: vasallo “Valvasor” del Cid, leal, valiente.
g) Muño Gustioz: hombre de confianza del Cid, servidor leal, valiente.
ANTI-HEROES:
a) Alfonso: rey de Castilla y León, no malo, pero sí mal aconsejado, arbitrario, excesivamente riguroso.
a) Diego y Fernán González, infantes de Carrión: yernos del Cid, soberbios, rebeldes, pero cobardes.

LA OBRA ESTÁ DIVIDIDA EN TRES CANTARES:

El destierro (Cantar primero):


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Rodrigo Díaz de Vivar es enviado por Alfonso VI a cobrar las parias (tributos) a los reyes moros de
Córdoba y Sevilla; y tiene que luchar contra el conde García Ordóñez y otros nobles castellanos que
apoyaban al rey moro de Granada contra el de Sevilla. Estos castellanos, envidiosos del Cid, le enemistan
con el rey Alfonso, quien le destierra de su reino.
El Cid hace sus preparativos para el destierro, en el que le seguirán sus vasallos incondicionales
(trescientas lanzas con sus pendones, más los hombres de a pie: vs. 417-18). Encarga la custodia de su
esposa Doña Jimena y de sus hijas a los monjes de San Pedro de Cerdeña; y sale del reino de Castilla.
Comienza sus conquistas por tierras de Aragón. Vence al conde de Barcelona.

Las bodas de las hijas del Cid.

El Cid conquista Valencia y le envía presentes al rey Alfonso, solicitándole permiso para que doña
Jimena y sus hijas, doña Elvira y doña Sol, puedan viajar a Valencia. Los infantes de Carrión, codiciosos
por las riquezas que el Cid va alcanzando, le solicitan, por medio del rey Alfonso, casarse con sus hijas.
Las bodas se celebran en Valencia.

La afrenta de Corpes

Los yernos del Cid se muestran cobardes en varias ocasiones: con el león suelto, en la batalla contra el rey
Búcar de Marruecos: y son objeto de burla en el palacio; por ello, deciden vengarse de sus mujeres, a las
que con el permiso del Cid, llevan hacia Castilla. Pero en el robledal de Corpes les caen a golpes y las
dejan abandonadas. El Cid, ante tamaña afrenta, pide justicia al rey, quien reúne su Corte en Toledo.
Acude el Cid; demanda la devolución de las espadas Tizona y Colada que un día entregara a sus yernos;
también reclama el ajuar de sus hijas y exige la reparación de su honor en buena lid. Los infantes son
vencidos. De regreso a Valencia, doña Elvira y doña Sol se casan con los infantes de Aragón y Navarra.
Muerte del Cid.
La Lengua

El castellano usado en el poema original es el propio del siglo XII; es decir, un castellano primitivo. El
trozo presente en la lectura a continuación, al estilo antiguo en comparación con la traducción moderna
del filósofo Pedro Salina, es una fuente valiosísima para conocer la evolución y desarrollo de nuestro
idioma: la lengua española.
La métrica del Poema de Mío Cid es irregular: realizado en versos cuya medida fluctúa entre 10 y 20
sílabas, aunque predominan los de 13, 14 y 15 y que se agrupan en tiradas (grupos de versos con una sola
rima asonante).

De su estilo cabe destacar:


El uso del epíteto épico, para enaltecer y magnificar al héroe ("el que en buena hora nació", "el que en
buena hora ciñó espada").
Fórmulas dirigidas al oyente, con el fin de comunicarse con él y de que participe en la narración ("Como
oiréis contar", "Bien oiréis lo que dirá"). - o elementos simbólicos (movimientos de los personajes,
elementos decorativos, etc.).
Episodios humorísticos, cuya función principal era la de divertir al auditorio e introducir un momento de
distensión en medio de sucesos dramáticos (episodio de las arcas en el cantar I; el episodio del Conde de
Barcelona al final del cantar I; el episodio del león en el cantar III).
En cuanto al personaje protagonista hay que destacar su conducta ejemplar. Se nos presenta como un
hombre de conducta intachable: es valiente, astuto, prudente, amoroso padre de familia, con gran
conciencia de su honra y un fuerte sentimiento religioso.
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EL MÍO CID ENTRA EN BURGOS

Mío Cid Ruy Díaz llega y ya por Burgos entró.


Sesenta pendones llevan de su compañía en pos.
Se asomaron para verle todos, mujer y varón,
Y la gente burgalesa a las ventanas salió
Con lágrimas en los ojos, tan grande era u dolor.
Y de las bocas de todos salió una sola razón:
“¡Dios, qué buen vasallo haría, si tuviese buen señor!”

Nadie hospeda al Cid. Una niña le ruega que se aleje.

Convidarlo haría de grado, pero ninguno lo osaba


Porque don Alfonso, el rey, le tenía muy gran saña.
Antes de llegar la noche, a Burgos mandó su carta
Con gran reserva y cuidado y fuertemente sellada,
Diciendo que a Mío Cid nadie le diese posada,
Y que aquel que se la diese supiese, por su palabra,
Que perdía los haberes y los ojos de la cara:
Que también perdía el cuerpo y que perdía hasta el alma.
Gran duelo tiene entonces todas las gentes cristianas.
Se esconden de Mío Cid, nadie osa decirle nada.
-
Ruy Díaz el Campeador a deliñó a su posada;
Tan pronto llegó a la puerta, encontróla bien cerrada.
El miedo del rey Alfonso hizo que así la topara;
Que se no la quebrantase no se la abriesen por nada.
Las gentes de mío Cid con grandes voces llamaban,
Pero las gentes de dentro no devuelven la palabra.
El Cid aguijó el caballo, a la puerta se llegaba.
Sacó el pie de la estribera y un fuerte golpe le daba,
Pero no se abre la puerta, que estaba muy bien cerrada.

Una niña de nueve años a su vista se paraba:


“Escuchadme, Campeador, que en buen ceñiste espada,
El rey así lo ha vedado, que anoche de él llegó carta
Con gran reserva y cuidado y fuertemente sellada.
No podemos atrevernos abrir la puerta por nada,
Que de hacerlo perderemos los haberes y las casas.
Y aun, además, perderemos los dos ojos de la cara.
Mío Cid, con nuestro mal, vos no habéis de ganar nada.
Id, que el Creador os valva con toda su virtud santa”.
Esto le dijo la niña y tornó para su casa.
Ya vio Ruy Díaz el Cid que del rey no había gracia.
(El Cantar de Mío Cid, versión de Camilo José Cela).

EL ASALTO A CASTEJÓN
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Rompen albores del día y se acerca la mañana.


Va saliendo el sol. ¡Dios mío, que hermoso que despuntaba!
Las gentes de Castejón ya todas se levantaban.
Las puertas de la ciudad abren y afuera se marchan,
camino de sus trabajos, de las tierras que labraban.

Todos se van y las puertas abiertas se las dejaban.


Es muy poca aquella gente que en Castejón se quedara
y la que está por los campos anda muy desparramada.
sale el Cid del escondite que le sirve de emboscada,
sin tropiezo a Castejón entero la vuelta daba.

Moros que encuentra a todos los apresaba


y a los ganados aquellos que por el contorno andan.
Mío Cid Campeador hacia la puerta cabalga:
cuando se ven asaltados los hombres que la guardaban
mucho miedo que tuvieron, déjanla desamparada.
De la ciudad por las puertas ya el Campeador se entraba.
En la mano Mío Cid desnuda lleva la espada
y a quince mató, de moros que a su paso se encontrara.
A Castejón ha ganado con todo el oro y la plata.
Ya cargados del botín sus caballeros llegaban,
déjanselo a Mío Cid, que no lo aprecian en nada.
Versión de Pedro Salinas
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EL GÉNERO TEATRAL EN EL SIGLO XV.

FERNANDO DE ROJAS
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Pocos datos conocemos de Fernando de Rojas. Nacido en Puebla de Montalbán (Toledo), probablemente
en 1476. Procedía de una familia de judíos conversos y quizás por este motivo prefiriera ocultar su
nombre en la obra. Estudio Leyes en la Universidad de Salamanca. Murió en Talavera (Toledo) el años
1541.
Fernando de Rojas es uno de los pocos autores que ha alcanzado la fama por una sola obra: La Celestina.

La fusión de la tendencia popular y la tendencia culta se efectúa con maestría en la Tragicomedia de


Calisto y Melibea, obra en la que cada personaje emplea el habla que corresponde a su nivel social.
La Celestina, obra de la autoría de Fernando de Rojas y publicada en 1499, sintetiza la crisis del
pensamiento de la Edad Media y el encuentro de dos mundos distintos: el medieval y el renacentista. Es
una especie de novela dialogada, difícilmente representable. Sus protagonistas son dos jóvenes, Calisto y
Melibea, cuyos amores acaban trágicamente.
Según los críticos, el mérito de la obra reside en el estilo y en la pintura de caracteres, además del aspecto
moral, en el que tiene escenas excesivamente crudas. El tipo más logrado es el de la vieja Celestina,
figura dotada de maravilloso realismo.

Versiones de la obra.

La Celestina presenta diversos problemas que afectan tanto al texto y al título como al autor. Hoy se
conservan dos versiones de la obra.
Las primeras ediciones constan de dieciséis actos y llevan por título Comedia de Calixto y Melibea.
Las ediciones sucesivas constan de veintiún actos, y llevan por título Tragicomedia de Calisto y Melibea.
Los cinco actos nuevos se intercambian entre los actos XIV y XV de la versión primitiva.
La tragicomedia es, por tanto, la versión definitiva.

Problemas de autoría.
En una carta de “el autor a un amigo” inserta en la segunda edición, Rojas afirma que encontró unos
papeles, sin firma de autor, con la historia de los amores de Calisto y Melibea y decidió continuarla,
dejando lo escrito por el primer autor en el acto primero. Según esta declaración, La Celestina es obra de
dos autores:
-El acto primero se debe a un autor desconocido.
-Los quince actos restantes de la Comedia y los cinco que añaden en la Tragicomedia se deben a
Fernando de Rojas.
La mayor parte de los estudios realizados sobre la obra confirman la existencia de dos autores.
También en esta carta afirma Rojas que decidió encubrir su nombre, como había hecho el primer autor.
Sin embargo, a partir de la segunda edición se incluyen once octavas escritas en versos de arte mayor. Sí
se junta la primera letra de cada verso se obtiene esta leyenda:

El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calysto y Melibea e fue nascido en la puevla de
Montalván.

De esta forma conocemos quién fue el autor de la mayor parte de la obra.

Los personajes.
La Celestina presenta la típica sociedad burguesa de la época a través de sus personajes.
-Calisto es un joven adinerado que sólo se dedica a la caza y al amor. Su único objetivo en la obra es
satisfacer su impulso amoroso. Su inseguridad hace que sea manejado por sus criados y por Celestina.
-Melibea es también una joven rica. Encarna el proceso de la pasión amorosa femenina. Al revés que
Calisto, se comporta de forma resuelta y decidida.
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-Los criados son un espejo de la riqueza de sus amos. Actúan siempre en su propio beneficio, aun a costa
de perjudicar a sus amos.
-Celestina es el personaje mejor caracterizado. Por ellos no extraña que su nombre acabara por dar
nombre a toda la obra. Rojas la presenta como una hechicera que trabaja en un oficio que ella considera
digno y honrado como cualquier otro. Su objetivo no es otro que sacar provecho personal de cualquier
situación.
Pleberio es el padre de Melibea.

Significación de la obra.
La Celestina es una obra de encrucijada. Publicada por primera vez en 1499, en el paso del siglo xv al
siglo XV1, refleja la lucha entre dos concepciones del mundo y dos maneras de vivir: la medieval,
centrada en lo religioso, y la renacentista, con su exaltación de la vida y de los sentidos. Esta exaltación
de la vida y de los sentidos parece conducir al caos. Se cumple así el propósito moral que enuncia el autor
al comienzo de la obra:
“Siguiese la comedia o tragicomedia de Calisto y Melibea, compuesta en representación de los locos
enamorados, que vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman y dicen ser su dios. Asimismo
hecha en aviso de los engaños de las alcahuetas y malos lisonjeros sirvientes”.

Su argumento.
En La Celestina se muestran los trágicos amores de Calisto y Melibea y las malas artes que emplea la
alcahueta Celestina para que se enamoren.
Calisto, un mozo inteligente y de clase alta, ha conocido en una huerta, algo alejada de la cuidad, a la
bellísima Melibea, y se ha enamorado de ella. Vuelve a encontrársela en la ciudad, cerca de la iglesia, y le
comunica sus sentimientos; ella lo despide irritada. Vuelve Calisto a su casa y confiesa su amor y su pesar
a su criado Sempronio. Éste le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria, para que
suavice la aspereza de Melibea.
Celestina logra entrar en la mansión de Melibea e intercede en favor del enamorado; consigue vencer su
esquivez y la joven corresponde a Calisto. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, de acuerdo con
Celestina, desean explotar la pasión de su amo, que había ofrecido a la vieja una cadena de oro si lograba
sus propósitos. Los criados reclaman su parte a la vieja, que se niega; la matan y huyen. Pero son
apresados y muertos por la justicia.
Calisto suele visitar a Melibea trepando a su jardín por una escalera de cuerda; estando en él, se produce
en la calle una pelea. El joven, pensando que uno de sus nuevos criados tiene problemas, desea intervenir
en ella y al bajar por la escalera cae al vacío. Calixto muere, y Melibea, al saberlo, sube a una torre y se
arroja desde lo alto.
La obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea.

La estructura de La Celestina tiene dos planos:


Medieval: el propósito moralizante del autor que la escribió para reprimir a los locos enamorados y ver su
muerte como castigo de Dios.
Renacentista y pagano: el suicidio de Melibea por amor y las escenas de excitante sensualidad.
Esta mezcla de elementos medievales y renacentistas será una característica del Siglo de oro español.
Pero La Celestina desarrolla también otros dos planos:
El idealista: la exaltación del amor con tendencia al idealismo. El realista: el mundo sórdido de los
criados y de la vieja Celestina.
Esta mezcla también se repite en obras como El Quijote de la Mancha de Cervantes de Saavedra, las
comedias de Lope de Vega y de Calderón de la Barca.

Los personajes
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Dos mundos se contraponen en la obra: el ideal o renacentista, de los jóvenes enamorados que sólo viven
para su pasión; y el real o medieval de la Celestina y los criados, ruines explotadores de aquel amor. El
personaje mejor trazado en la obra es de Celestina, la vieja astuta, encarnación del mal, que con
tentadoras palabras quebranta la virtud de Melibea.

Celestina capta la voluntad de Melibea


Celestina comienza hablándole de los males de la vejez, con el fin de convencerla de que debe amar
mientras sea joven. La perversa vieja es hábil en el arte de minar las voluntades ajenas. Cuando comienza
a hablarle de Calisto, Melibea se irrita; Celestina la aplaca diciéndole que el joven sólo quiere que rece
por él y el cordón de su vestido. La muchacha le permite seguir hablando, y ella continúa con su malvado
persuasión.

He aquí unos fragmentos de la obra.


CELESTINA.- A la mi fe, la vejez no es sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos, amiga de
rencillas, congoja continua, llaga incurable, mancilla de lo pasado, pena de lo presente, cuidado triste de
lo porvenir, vecina de la muerte, choza sin rama que se llueve por cada parte, cayado de mimbre que con
poca carga se doblega.

MELIBEA.- ¿Por qué dices, madre, tanto mal de lo que todo el mundo, con tanta eficacia, gozar o ver
desea?

CELESTINA.- Desean harto mal para sí, desean harto trabajo. Desean llegar allá porque llegando viven,
y el vivir es dulce, y viviendo envejecen. Así, que el niño desea ser mozo, y el mozo viejo, y el viejo más,
aunque con dolor. Todo por vivir, porque, como dicen, "viva la gallina con su pepita". Pero ¿quién te
podría contar, señora, sus daños, sus inconvenientes, sus fatigas, sus cuidados, sus enfermedades, su frío,
su calor, su descontentamiento, su rencilla, su pesadumbre; aquel arrugar de cara, aquel mudar de cabellos
su primera y fresca color, aquel poco oír, aquel debilitado ver, puestos los ojos a la sombra, aquel
hundimiento de boca, aquel caer de dientes, aquel carecer de fuerza, aquel flaco andar, ¿aquel espacioso
comer? Pues ¡ay, señora!, si lo dicho viene acompañado de pobreza, allí verás callar todos los otros
trabajos cuando sobra la gana y falta la provisión, que jamás sentí peor ahíto que de hambre.
En Dios y en mi alma [Calisto] no tiene hiel; gracias dos mil; en franqueza, Alexandre; en esfuerzo,
Héctor; gesto de un rey, gracioso, alegre, jamás reina en él tristeza. De noble sangre, como sabes. Gran
justador; pues verlo armado: un San Jorge. fuerza y esfuerzo, no tuvo Hércules tanta. La presencia y
facciones, disposición, desenvoltura, otra lengua había menester para las contar. Todo junto semeja ángel
del cielo. Ahora, señora, le tiene derribado una sola muela que jamás cesa de quejar.

MELIBEA.- ¿Y qué tiempo ha?

CELESTINA.- Podrá ser, señora, de veintitrés años; que aquí está Celestina que lo vio nacer.

MELIBEA.- Ni te pregunto eso, ni tengo necesidad de saber su edad; sino qué tanto ha que tiene el mal.

CELESTINA.- Señora, ocho días. Que parece que ha un año en su flaqueza.

MELIBEA.- ¡Oh, cuánto me pesa con la falta de mi paciencia! Porque siendo él ignorante y tú inocente,
habéis padecido las alteraciones de mi airada lengua. En pago de tu sufrimiento, quiero cumplir tu
demanda y darte luego mi cordón. Y porque para escribir la oración no habrá tiempo sin que venga mi
madre, si esto no bastare, ven mañana por ella muy secretamente.

********
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Sempronio y Pármeno, criados de Calixto, discuten con Celestina, exigiéndole parte del pastel que éste ha
hecho a la vieja por ayudarle a conseguir el amor de Melibea.

SEMPRONIO. ¡Quién la oyó a esta vieja decir que me llevase yo todo el provecho, si quisiese, deste
negocio, pensando que sería poco! Agora que lo ve crecido, no quiere dar nada, por cumplir el refrán de
los niños, que dicen: De lo poco, poco; de lo mucho, nada”
PÁRMENO. Déte lo que prometió, o tomésmolo todo. Harto te decía yo quien era esta vieja, si tú me
creyeras.

CELESTINA. Si mucho enojo traéis con vosotros, o con vuestra ama, o armas, no lo quebréis en mí.

SEMPRONIO. Déjate conmigo de razones. A perro viejo no cuz, cuz. Danos las dos partes de cuenta de
cuanto de Calisto ha rescibido. No quieras que se descubra quién tu eres. A los otros, a los otros, con esos
halagos, viejas.

CELESTINA. ¿Quién soy yo, Sempronio? Calla tu lengua, no amengües mis canas. Que soy una vieja
cual Dios me fizo, no peor que todas. Vivo de oficio, o como cada cual oficial del suyo, muy
limpiamente. A quien no me quiera no le busco. De mi casa me vienen a sacar, en mi casa me ruegan. Si
bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón. Y no pienses con tu ira maltratarme, que justicia hay
para todos y a todos es igual; tan bien yo oída, aunque mujer, como vosotros muy peinados. Déjame en
mi casa con mi fortuna. Y tú, Pármeno, no pienses que soy tu cativa, por saber mis secretos y mi vida
pasad, y los casos que nos acaescieron a mí y a la desdichada de tu madre. Aun así me trataba ella cuando
Dios quería.

PÁRMENO. No me hinches las narices con esas memorias; si no, enviarte he con nuevas a ella, donde
mejor te puedas quejar.

CELESTINA. ¿Qué es esto? ¿Qué quieren decir tales amenazas en mi casa? ¿Con una oveja mansa tenéis
vosotros manos y braveza? ¿Con una gallina atada? ¿Con una vieja de sesenta años?

SEMPRONIO. ¡Oh, vieja avarienta, muerta de sed por dinero!

*****

En la siguiente escena, Sosía, criado de Calisto, comunica a éste la muerte de Sempronio y Pármeno, que
han sido ajusticiados por haber dado muerte, por codicia, a Celestina.

SOSÍA. ¡Señor, señor!

CALISTO. ¿Qué es eso, locos? ¿No os mandé que no me recordásedes?

SOSÍA. Recuerda y levanta, que si tú no vuelves por los tuyos, de caída vamos. Sempronio y Pármeno
quedan descabezados en la plaza como públicos malhechores, con pregones que manifestaban su delicto.

CALISTO. ¡Oh, válasme, Dios! ¿Y qué es esto que me dices? No sé si te crea tan acelerada y triste nueva.
¿Vistelos tú?

SOSÍA. Yo los vi.

CALISTO. Cata, mira qué dices, que esta noche han estado conmigo.
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SOSÍA. Pues madrugaron a morir.

CALISTO: ¡Oh, mis leales criados! ¡Oh, mis grandes servidores! ¡Oh, mis fieles secretarios y consejeros!
¿Puede ser tal cosa verdad? ¡Oh, amenguado Calisto! Deshonrado quedas para toda su vida. ¿Qué será de
ti, muertos tal par de criados? Dime, por Dios, Sosía: ¿qué fue la causa? ¿Qué decía el pregón? ¿Dónde
los mataron? ¿Qué justica lo hizo?

SOSÍA. Señor, la causa de su muerte publicaba el cruel verdugo a voces, diciendo: “Manda la justicia
mueran los violentos matadores”.

CALISTO. ¿A quién mataron tan presto? ¿Qué puede ser esto? No ha cuatro horas que de mi se
despidieron. ¿Cómo se llamaba el muerto?

SOSÍA. Señor, una mujer que se llamaba Celestina.

CALISTO. ¿Qué me dices?

SOSÍA. Esto que oyes.

CALISTO. Pues si eso es verdad, mata tú a mí, yo te perdono; que más mal hay que viste ni puedes
pensar si Celestina, la de la cuchillada, es la muerta.

SOSÍA. Ella misma es. De más de treinta estocadas la vi llagada, tendida en su casa, llorándola una su
criada.

CALISTO. ¡Oh, tristes mozos! ¿Cómo iban? ¿Viéronte? ¿Habláronte?

SOSÍA. ¡Oh, señor!, que si los vieras, quebraras el corazón de color. El uno llevaba todos los sesos de la
cabeza de fuera, sin ningún sentido; el otro, quebrados entrambos brazos y la cara magullada. Todos
llenos de sangre, que saltaron de unas ventanas muy altas por huir del alguacil; y así cuasi muertos les
cortaron las cabezas, que creo que ya no sintieron nada.

CALISTO. Pues yo bien siento mi honra. Pluguiera a Dios que fuera yo ellos y perdiera la vida, y no la
esperanza de conseguir mi comenzado propósito, que es lo que más en este caso desastrado siento. ¡Oh mi
triste nombre y fama, cómo andas al tablero de boca en boca! ¿Oh, mis secretos más secretos, cuan
públicos andaréis por las plazas y mercados! ¿Qué será de mí? ¿Adónde iré? ¿Qué salga allá?: a los
muertos no puedo ya remediar. ¿Qué me esté aquí?: parecerá cobardía? ¿Qué consejo tomaré? Dime,
Sosía, ¿qué era la causa porque la mataron?

SOSÍA. Señor, aquella su criada, dando voces, llorando su muerte, la publicaba a cuantos la querían oír,
diciendo que porque no quiso partir con ellos una cadena de oro que tú le diste.

CALISTO. ¡Oh, día de congoja! ¡Oh, fuerte tribulación! ¡Y en qué anda mi hacienda de mano en mano, y
mi nombre de lengua en lengua! Todo será público, cuanto con ella y con ellos hablaba, cuanto de mi
sabían, el negocio en que andaban. No osaré salir ante gentes. ¡Oh, pecadores de mancebos, padecer por
tan súbito desastre! ¡Oh, mi gozo, cómo te vas disminuyendo! Proverbio es antiguo, que de muy alto muy
grandes caídas se dan. Mucho había anoche alcanzado, mucho tengo hoy perdido.

**********
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Melibea muestra a Lucrecia, sirvienta suya, su impaciencia por el retraso de Calisto, quien ayudado por
Sosía y Tristán, llega al fin.

MELIBEA. Mucho se tarda aquel caballero que esperamos. ¿Qué crees tú o sospechas de su estada,
Lucrecia?

LUCRECIA. Señora, que tiene justo impedimento y que no es en su mano venir más presto.

MELIBEA. Los ángeles sean en su guarda, su persona esté sin peligro, que su tardanza no me da pena.
Mas, cuitada, pienso muchas cosas que desde su casa acá le podrían acaecer. ¿Quién sabe si él, con
voluntad de venir al prometido plazo, en la forma que los tales mancebos a tales horas suelen andar, fue
topado de los alguaciles nocturnos y, sin conocer, le han acometido; el cual, por defender, los ofendió o
es dellos ofendido? ¿O si por acaso los ladradores perros con sus crueles dientes, que ninguna diferencia
saben hacer ni acatamiento de personas, le hayan mordido? Mas, ¡oh, mezquina de mí!, que son éstos
inconvenientes que el concebido amor me pone delante, y los atribulados imaginamientos me acarrean.
No plega a Dios que ninguna destas cosas sea, antes esté cuanto le placerá sin verme. Mas oye, oye, que
pasos suenan en la calle y aun parece que fablan destotra parte del huerto.

SOSÍA. Arrima esa escala, Tristán, que éste es el mejor lugar, aunque alta.

TRISTÁN. Sube, señor, yo iré contigo, porque no sabeos quién está dentro. Hablando están.

CALISTO. Quedaos, locos, que yo entraré solo, oye a una señora oigo.

MELIBEA. Es tu sierva, es tu cativa, es la que más tu vida que la suya estima. ¡Oh, mi señor! No saltes
de tan alto, que me moriré en verlo. Baja, baja poco a poco por el escala, no vengas con tanta presura.

CALISTO. ¡Oh, angélica imagen! ¡Oh, preciosa perla, ante quien el mundo es feo! ¿Oh, mi señora y mi
gloria! En mis brazos te tengo y no lo creo. Mora en mi persona tanta turbación de placer, que me hace no
sentir todo el gozo que poseo.

ENTREVISTA ENTRE CALISTO Y MELIBEA

SOSIA.- ¡Oh Tristán, discreto mancebo, mucho más has dicho que tu edad demanda! Astuta sospecha has
remontado y creo que verdadera. Pero, porque ya llegamos al huerto y nuestro amo se nos acerca,
dejemos este cuento, que es muy largo, para otro día.

CALISTO.- Poned, mozos, la escala y callad, que me parece que está hablando mi señora de dentro.
Subiré encima de la pared y en ella estaré escuchando por ver si oiré alguna buena señal de mi amor en
ausencia.

MELIBEA.- Canta más, por mi vida, Lucrecia, que me huelgo en oírte mientras viene aquel señor, y muy
paso entre estas verduricas, que no nos oirán los que pasaren.

LUCRECIA

¡Oh quién fuese la hortelana


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de aquestas viciosas flores,


por prender cada mañana
al partir a tus amores!

Vístanse nuevas colores


los lirios y el azucena;
derramen frescos olores
cuando entre por estrena.

MELIBEA.- ¡Oh cuán dulce me es oírte! De gozo me deshago. No ceses, por mi amor.

LUCRECIA

Alegre es la fuente clara


a quien con gran sed la vea;
mas muy más dulce es la cara
de Calisto a Melibea,

pues, aunque más noche sea,


con su vista gozará.
¡Oh cuando saltar le vea,
qué de abrazos le dará!

Saltos de gozo infinitos


da el lobo viendo ganado;
con las tetas los cabritos,
Melibea con su amado.

Nunca fue más deseado


amado de su amiga,
ni huerto más visitado,
ni noche más sin fatiga.

MELIBEA.- Cuanto dices, amiga Lucrecia, se me representa delante. Todo me parece que lo veo con mis
ojos. Procede, que a muy buen son lo dices, y ayudarte he yo.

LUCRECIA y MELIBEA

Dulces árboles sombrosos,


humillaos cuando veáis
aquellos ojos graciosos
del que tanto deseáis.

Estrellas que relumbráis,


Norte y Lucero del día,
¿por qué no le despertáis
si duerme mi alegría?

MELIBEA.- Óyeme tú, por mi vida, que yo quiero cantar sola.


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Papagayos, ruiseñores,
que cantáis al alborada,
llevad nueva a mis amores
como espero aquí asentada.

La media noche es pasada


y no viene;
sabedme si hay otra amada
que lo detiene.

CALISTO.- Vencido me tiene el dulzor de tu suave canto; no puedo más sufrir tu penado esperar. ¡Oh mi
señora y mi bien todo! ¿Cuál mujer podía haber nacida, que desprivase tu gran merecimiento? ¡Oh
salteada melodía! ¡Oh gozoso rato! ¡Oh corazón mío! ¿Y cómo no pudiste más tiempo sufrir sin
interrumpir tu gozo y cumplir el deseo de entrambos?

MELIBEA.- ¡Oh sabrosa traición! ¡Oh dulce sobresalto! ¿Es mi señor de mi alma, es él? No lo puedo
creer. ¿Dónde estabas, luciente sol? ¿Dónde me tenías tu claridad escondida? ¿Había rato que
escuchabas? ¿Por qué me dejabas echar palabras sin seso al aire con mi ronca voz de cisne? Todo se goza
este huerto con tu venida. Mira la luna cuán clara se nos muestra, mira las nubes cómo huyen, oye la
corriente agua de esta fontecica, ¡cuánto más suave murmurio zurrío lleva por entre las frescas hierbas!
Escucha los altos cipreses cómo se dan paz unos ramos con otros por intercesión de un templadico viento
que los menea. Mira sus quietas sombras cuán oscuras están y aparejadas para encubrir nuestro deleite.
Lucrecia, ¿qué sientes, amiga? ¿Tórnaste loca de placer? Déjamele, no me le despedaces, no le trabajes
sus miembros con tus pesados abrazos. Déjame gozar lo que es mío, no me ocupes mi placer.

CALISTO.- Pues señora y gloria mía, si mi vida quieres, no cese tu suave canto. No sea de peor
condición mi presencia, con que te alegras, que mi ausencia, que te fatiga.

MELIBEA.- ¿Qué quieres que cante, amor mío? ¿Cómo cantaré, que tu deseo era el que regía mi son y
hacía sonar mi canto? Pues, conseguida tu venida, desapareciose el deseo, destemplose el tono de mi voz.
Y pues tú, señor, eres el dechado de cortesía y buena crianza, ¿cómo mandas a mi lengua hablar y no a tus
manos que estén quedas? ¿Por qué no olvidas estas mañas? Mándalas estar sosegadas y dejar su enojoso
uso y conversación incomportable. Cata, ángel mío, que así como me es agradable tu vista sosegada, me
es enojoso tu riguroso trato. Tus honestas burlas me dan placer, tus deshonestas manos me fatigan cuando
pasan de la razón. Deja estar mis ropas en su lugar y, si quieres ver si es el hábito de encima de seda o de
paño, ¿para qué me tocas en la camisa, pues cierto es de lienzo? Holguemos y burlemos de otros mil
modos que yo te mostraré, no me destroces ni maltrates como sueles. ¿Qué provecho te trae dañar mis
vestiduras?

CALISTO.- Señora, el que quiere comer el ave quita primero las plumas.

LUCRECIA.- Mala landre me mate si más los escucho. ¿Vida es ésta? ¡Que me esté yo deshaciendo de
dentera y ella esquivándose por que la rueguen! Ya, ya, apaciguado es el ruido, no hubieron menester
despartidores. Pero también me lo haría yo si estos necios de sus criados me hablasen entre día; ¡pero
esperan que los tengo de ir a buscar!

MELIBEA.- ¿Señor mío, quieres que mande a Lucrecia traer alguna colación?

CALISTO.- No hay otra colación para mí sino tener tu cuerpo y belleza en mi poder. Comer y beber,
dondequiera se da por dinero, en cada tiempo se puede haber y cualquiera lo puede alcanzar. Pero lo no
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vendible, lo que en toda la tierra no hay igual que en este huerto, ¿cómo mandas que se me pase ningún
momento que no goce?

LUCRECIA.- Ya me duele a mí la cabeza de escuchar, y no a ellos de hablar ni los brazos de retozar ni


las bocas de besar. ¡Andar!, ya callan, a tres me parece que va la vencida.

CALISTO.- Jamás querría, señora, que amaneciese, según la gloria y descanso que mi sentido recibe de la
noble conversación de tus delicados miembros.

MELIBEA.- Señor, yo soy la que gozo, yo la que gano; tú, señor, el que me haces con tu visitación
incomparable merced.

SOSIA.- ¿Así, bellacos, rufianes, veníais a asombrar a los que no os temen? ¡Pues yo juro que si
esperarais, que yo os hiciera ir como merecíais!

CALISTO.- Señora, Sosia es aquel que da voces. Déjame ir a valerle, no le maten, que no está sino un
pajecico con él. Dame presto mi capa, que está debajo de ti.

MELIBEA.- ¡Oh triste de mi ventura! No vayas allá sin tus corazas; tórnate a armar.

CALISTO.- Señora, lo que no hace espada y capa y corazón, no lo hacen corazas y capacete y cobardía.

SOSIA.- ¿Aún tornáis? Esperadme, quizá venís por lana.

CALISTO.- Déjame, por Dios, señora, que puesta está el escala.

MELIBEA.- ¡Oh desdichada yo!, y, ¿cómo vas tan recio y con tanta prisa y desarmado a meterte entre
quien no conoces? ¡Lucrecia, ven presto acá, que es ido Calisto a un ruido! Echémosle sus corazas por la
pared, que se quedan acá.

TRISTÁN.- Tente, señor, no bajes, que idos son; que no era sino Traso el cojo y otros bellacos que
pasaban voceando, que se torna Sosia. Tente, tente, señor, con las manos al escala.

CALISTO.- ¡Oh, válgame Santa María! ¡Muerto soy! ¡Confesión!

TRISTÁN.- Llégate presto, Sosia, que el triste de nuestro amo es caído del escala y no habla ni se bulle.

SOSIA.- ¡Señor, señor! ¡A esotra puerta! ¡Tan muerto es como mi abuelo! ¡Oh gran desventura!

LUCRECIA.- ¡Escucha, escucha! ¡Gran mal es éste!

MELIBEA.- ¿Qué es esto? ¿Qué oigo? ¡Amarga de mí!

TRISTÁN.- ¡Oh mi señor y mi bien muerto! ¡Oh mi señor despeñado! ¡Oh triste muerte sin confesión!
Coge, Sosia, esos sesos de esos cantos, júntalos con la cabeza del desdichado amo nuestro. ¡Oh día de
aciago! ¡Oh arrebatado fin!

MELIBEA.- ¡Oh desconsolada de mí! ¿Qué es esto? ¿Qué puede ser tan áspero acontecimiento como
oigo? Ayúdame a subir, Lucrecia, por estas paredes. Veré mi dolor, si no, hundiré con alaridos la casa de
mi padre. ¡Mi bien y placer, todo es ido en humo, mi alegría es perdida, consumiose mi gloria!
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LUCRECIA.- Tristán, ¿qué dices, mi amor? ¿Qué es eso que lloras tan sin mesura?

TRISTÁN.- ¡Lloro mi gran mal, lloro mis muchos dolores! Cayó mi señor Calisto del escala y es muerto.
Su cabeza está en tres partes. Sin confesión pereció. Díselo a la triste y nueva amiga que no espere más su
penado amador. Toma tú, Sosia, de esos pies; llevemos el cuerpo de nuestro querido amo donde no
padezca su honra detrimento, aunque sea muerto en este lugar. ¡Vaya con nosotros llanto, acompáñenos
soledad, síganos desconsuelo, visítenos tristeza, cúbranos luto y dolorosa jerga!

MELIBEA.- ¡Oh la más de las tristes triste! ¡Tan poco tiempo poseído el placer, tan presto venido el
dolor!

LUCRECIA.- Señora, no rasgues tu cara ni meses tus cabellos. Ahora en placer, ahora en tristeza, ¿qué
planeta hubo que tan presto contrarió su operación? ¿Qué poco corazón es éste? Levanta, por Dios, no
seas hallada de tu padre en tan sospechoso lugar, que serás sentida. Señora, señora, ¿no me oyes? No te
amortezcas, por Dios, ten esfuerzo para sufrir la pena, pues tuviste osadía para el placer.

MELIBEA.- ¿Oyes lo que aquellos mozos van hablando? ¿Oyes sus tristes cantares? Rezando llevan con
responso mi bien todo, muerta llevan mi alegría. No es tiempo de yo vivir. ¿Cómo no gocé más del gozo,
cómo tuve en tan poco la gloria que entre mis manos tuve? ¡Oh ingratos mortales, jamás conocéis
vuestros bienes sino cuando de ellos carecéis!

LUCRECIA.- ¡Avívate, aviva!, que mayor mengua será hallarte en el huerto que placer sentiste con la
venida ni pena con ver que es muerto. Entremos en la cámara. Acostarte has. Llamaré a tu padre y
fingiremos otro mal, pues éste no es para se poder encubrir.

EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA, SIGLO XVI

El Renacimiento fue un movimiento de renovación total que surge en Europa entre 1400 y 1600: se
cambia la manera de pensar, de expresarse y de vivir, y todo, queriendo resucitar los valores estéticos y
espirituales de la antigüedad clásica.
Renacimiento significa “nacer de nuevo” o “nuevo renacer”. La palabra renacimiento procede de
“renacer”, “volver a nacer”. Resurrección de la cultura grecolatina, olvidada o desatendida durante la
Edad Media, como consecuencia de las continuas guerras.
En Italia, Petrarca, Dante y Bocaccio fueron los herederos y líderes de este movimiento social y cultural.
Esta corriente de tipo político, cultural y social separa la Edad Media y la Edad Moderna, produciendo
una honda transformación en las sociedades occidentales.

El Renacimiento en España tiene varias generalidades. Es la época de mayor esplendor en las letras
españolas. Algunos los llaman: Siglo de Oro, Época Clásica, Período Clásico, Época de Oro,
Renacimiento.
El siglo XV1 es la época del gran florecimiento imperial, que se corresponde con el reinado de Carlos 1
(1517-1556) y coronado en 1519 emperador de Alemania con nombre de Carlos V, y otras regiones
europeas. Con su política imperial se consuma la hegemonía de España en el mundo, pues en sus
empresas militares, Carlos 1, además continuar la conquista de América, hizo frente al auge de los
nacionalismos, a la aparición del protestantismo y a la amenaza turca en el Mediterráneo.

El denominado Siglo de Oro de la literatura española es, en realidad, un período de ciento sesenta y
cuatro años, que abarca desde la proclamación de Carlos 1 como rey de España, en 1517, hasta la muerte
de Calderón de la Barca, en 1681.
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Tuvo dos fases bien diferenciadas:


-El Renacimiento (siglo XV1), como fase de apertura, en la que la cultura española sintoniza con la
cultura europea. Se corresponde con el reinado de los Carlos 1 y V de Alemania.
-El Barroco (siglo XV11), como fase de hermetismo, en la que España se vuelve sobre sí misma y se
cierra a toda influencia exterior. Se corresponde con el reinado de Felipe 11 y sus sucesores, Felipe 11,
Felipe 1V y Carlos 11.
España se consideraba campeón del catolicismo, y puso el tribunal de la Inquisición al servicio del trono.
En este siglo (el siglo XV1) comienza la Edad de Oro debido a diversas razones, entre ellas:
1ero. La lengua española había alcanzado una gran madurez que la convertía en un instrumento útil al
pensamiento.
2do. Introducción de la imprenta que penetró ediciones numerosas de obras, lo que facilitó su divulgación
y constituyó un poderoso estímulo a los escritores.
3ero. La cultura renacentista logró penetrar en España e influir en sus intelectuales.
4to. Como consecuencia de lo anterior se profundiza el proceso de laicización de la cultura y el acceso a
ella de los menesteres burgueses.
5to. El descubrimiento de América influye de diversos modos, aportando nuevos temas, nuevos bríos,
afanes, problemas y una nueva manera de ver la vida. Da apertura hacia nuevas tierras, que da lugar a los
descubrimientos geográficos.

EL RENACIMIENTO EN INGLATERRA

EL TEATRO EN LA EPOCA ISABELINA

El apogeo renacentista en Inglaterra llega rezagado. Es a través de Francia, Italia y España, incluyendo
además los temas greco-latinos. La literatura inglesa llenará un carácter universal sin que desaparezca el
matiz nacional. Es durante la época isabelina cuando alcanzará el teatro el máximo esplendor, pero
arrastrando los modelos de los comediógrafos latinos, Plauto y Terencio, y en las tragedias, Seneca, con
obras como Gardobuc de Norton. En esta obra tenemos la primera tragedia importante inglesa, llena de
crímenes, que anuncia ya las obras melodramáticas de Marlowe
Cristóbal Marlowe es considerado como el propulsor de Shakespeare. Escribió varias tragedias, entre las
más importantes producciones suyas son El Judío de Malta, que es la fuente de inspiración para El
mercader de Venecia, Tramerlán y La trágica historia del Dr. Fausto, en la que se mezclan el tema alemán
con la alegoría medieval: un hombre vende su alma al diablo a cambio de obtener poder y sabiduría.
Las aportaciones Marlowe fueron decisivas para el devenir de la escena inglesa. En primer lugar,
Marlowe dignificó el género de la tragedia. En segundo lugar, su dramaturgia explora la historia de
Inglaterra a la búsqueda de asuntos que lo inspiren. En tercer lugar, escribe sobre uno de los grandes
temas teatrales de todos los tiempos: el poder. Estos tres elementos -tragedia, historia y poder- confluyen
en una parte del teatro de Shakespeare.
En la comedia, después de Shakespeare, el comediógrafo más destacado de la época isabelina fue Ben
Jonson. Su arte cómico se basa en la recreación de caracteres prototípicos y en la sátira de vicios y
costumbres.
La mejor obra de Jonson es Volpone, o El Zorro. En ella dibuja el carácter de un viejo avaro quien,
ayudado por su criado Mosca, pretende burlarse de los que desean heredar bienes. Para conseguirlo,
Volpone se finge enfermo y promete su herencia a quien más generosamente se porte con él antes de
morir. Al final, se descubre el engaño, y el viejo y su criado son castigados como merecen.

William Shakespeare (1564-1616)


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La influencia de Shakespear en el teatro universal es importantísimo. Grandes escritores se han encargado


de traducir sus obras, Voltaire en Francia, Fernández de Moratín en España y otros. Es el escritor más
universal de la literatura inglesa, en fama es comparado con Homero y Sófocles, en la antigua Grecia;
Virgilio, Ovidio y Horacio en Roma; Petrarca y Dante, en Italia; en España, con Cervantes y Lope de
Vega, pero cada uno en su género y en su época. Nació en Stratford-on-Avon, en el seno una familia de
clase adinerada, es decir, ricos comerciantes. Después de casarse a los dieciocho años se marchó a
Londres en 1990, donde trabajaba como actor y realizaba arreglos de obras de otros autores y se asoció a
una compañía de teatro. Triunfó pronto hasta ser el autor más popular de su época, llamándosele el Plauto
y el Séneca de Inglaterra.
Shakespeare tiene una vida de leyenda. Se ha llegado a decir que él no llegó a ser más que un comediante
oscuro, que encubría con su nombre las creaciones de algún personaje (Francis Bacon) e incluso que
asesinó Marlowe y le robó las obras, y que con la ayuda de ricos mecenas organizó el famoso teatro
“Globum” y fue protegido el conde Soutbampton, a quien le dedicó sus primeros poemas. En 1609,
enriquecido, abandonó la profesión y se retiró a su pueblo natal.
Obras del autor:
Shakespeare, como Lope de Vega, se apartó de las direcciones marcadas por el Renacimiento y creó un
teatro nacional. Buscó su inspiración en la historia, pero más que el trasfondo real de ésta, le interesaron
sus aspectos legendarios. Su argumentos para la mayoría de sus piezas están extraídas de Leyendas
nacionales. Sus primeras obras, Ricardo 111, Enrique 1V, no son todavía perfectas. La popularidad que
alcanzó Falstaff, alegre y voluminoso bebedor, amigo de Enrique V, explica que lo hiciera protagonista
de Las alegres comadres de Windsor, tomada de una farsa o cuento medieval, una de sus comedias más
dinámicas. Tiene obras inspiradas en la historia nacional o en la leyenda, Ricardo 111, Hamlet, Macbeth o
El rey Lear. Estas obras, sombrías, están escritas con mayor dominio de facultades, y en ellas llega el
genio de Shakespeare a su plenitud. Otras están inspiradas en motivos italianos, como El mercader de
Venecia, Romeo y Julieta, Otelo. A veces se inspira en temas clásicos, como Julio César, Antonio y
Cleopatra, o cultiva la fantasía como en El sueño de una noche de verano, técnicamente la mejor de las
comedias, en la que se mezclan tres interesantes intrigas.
El mercader de Venecia, es la obra donde aparece el inolvidable retrato de Shylock, un judío usurero que
realiza un préstamo al protagonista con la condición de que, si éste no lo devuelve en la fecha señalada, le
cortará una libra de su propia carne.
El sueño de una noche de San Juan, es la comedia en la que, en un alarde de fantasía y de misterio, se
mezclan cinco historias amorosas, vinculadas entre sí por el hechizo de Obregón, rey de las hadas, quien
ha ordenado a Puck que vierta un líquido maravilloso en los ojos de los protagonistas para encantarlos y
producir extraños enamoramientos.
Sus características.
Shakespeare utiliza las más diversas fuentes: inglesas, españolas, italianas, clásicas, populares, y crea
magníficas obras. Lo que más se destaca en su teatro es la perfección de sus personajes, que se convierten
en figuras universales.
-Hamlet, representa la duda.
-Romeo y Julieta, el amor.
-Otelo, los celos.
Macbeth, la ambición y el remordimiento.
El rey Lear, la pasión filial.
Julio César, el patriotismo.

Como podríamos confirmar, Shakespeare compuso tragedias desde el mismo inicio de su trayectoria: una
de las más tempranas fue la tragedia romana de Tito Andrónico, siguiendo unos años después Romeo y
Julieta. Sin embargo, las más aclamadas fueron escritas en un período de siete años entre 1601 y
1608: Hamlet, Otelo, El Rey Lear, Macbeth, y luego Antonio y Cleopatra, junto a las menos
conocidas Timón de Atenas y Troilo y Crésida.
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A continuación se listan las tragedias completas de Shakespeare, ordenadas según la fecha aproximada de
su composición:
Tito Andrónico (1594), Romeo y Julieta (1595), Julio César (1599), Hamlet (1601), Troilo y
Crésida (1602), Otelo (1603-1604), El rey Lear (1605-1606), Macbeth (1606), Antonio y
Cleopatra (1606), Coriolano (1608), Timón de Atenas (1608).

Comedias.

Si bien el tono de la trama es con frecuencia burlesco, otras veces se encuentra latente un inquietante
elemento trágico, como en El mercader de Venecia. Cuando trata temas que pueden desencadenar un
trágico desenlace, Shakespeare trata de enseñar, a su modo habitual, sin tomar partido, proponer remedios
ni moralizar o predicar en absoluto, los riesgos del vicio, la maldad y la irracionalidad del ser humano, sin
necesidad de caer en la destrucción que aparece en sus tragedias y deja a la Naturaleza el orden
restaurador y reparador.
Los finales de las comedias son, por lo general, festivos y placenteros. Debe tenerse en cuenta que el
lenguaje vulgar y de doble sentido, así como la magnitud de diversos puntos de vista, los cambios de
suerte y el trastorno de las identidades, aportan un ingrediente infaltable que suele estar acompañado de
sorprendentes coincidencias. La parodia del sexo, el papel del disfraz y el poder mágico de la naturaleza
para reparar los daños y heridas ocasionados por una sociedad corrupta y sedienta de codicia son
elementos trascendentes en la comedia shakespeariana.
Se estima que la fecha de composición de las comedias de Shakespeare ha de girar en torno a los
años 1590 y 1612, como punto de partida y culminación de su labor como escritor. La primera y menos
elaborada fue Los dos hidalgos de Verona, seguida de El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas
nueces, Como gustéis, Cuento de invierno, La tempestad, y otras tantas que se enumeran a continuación:
La comedia de las equivocaciones (1591), Los dos hidalgos de Verona (1591-1592), Trabajos de amor
perdidos (también traducida como Penas de amor perdidas) (1592), El sueño de una noche de
verano (1595-1596), El mercader de Venecia (1596-1597), Mucho ruido y pocas nueces (también
traducida como Mucho ruido para nada) (1598), Como gustéis (traducida como A vuestro gusto), (1599-
1600), Las alegres comadres de Windsor (traducida como Las alegres casadas de Windsor, 1601), Noche
de reyes (1601-1602), A buen fin no hay mal principio (traducida como Bien está todo lo que bien acaba)
(1602-1603), Medida por medida (1604), Pericles (1607), Cimbelino (1610), Cuento de invierno (1610-
1611), La tempestad (1612), La fierecilla domada (fecha desconocida).
Es importante dejar en claro que La tempestad, Cuento de invierno, Cimbelino y Pericles son
consideradas por muchos fantasías poéticas (en inglés se emplea el término romance), dado que poseen
características que las diferencian del resto de las comedias.

Obras históricas

A continuación se ofrece una lista de estas obras ordenadas según la fecha aproximada de su
composición:
Eduardo III, compuesta entre 1590 y 1594; publicada (anónimamente) en 1596). Enrique VI; compuesta
hacia 1594. Ricardo III; compuesta hacia 1594; publicada en 1597). Ricardo II; compuesta hacia 1595;
publicada en 1597). Enrique IV; compuesta hacia 1596; publicada en 1597 ó 1598), Enrique V,
compuesta hacia 1597-1599. El rey Juan; compuesta probablemente hacia 1597, ya que hay datos de su
representación en 1598. Enrique VIII ; compuesta en 1613. Existen serias dudas sobre la autoría de la
primera de la lista, Eduardo III. De la última, Enrique VIII, se cree que fue escrita en colaboración
con John Fletcher, quien sustituyó a Shakespeare como principal dramaturgo de la compañía King's Men.
Dentro del conjunto de sus obras históricas, se suelen agrupar la decena que una obra sobre Edward III.
Este Ciclo excluye, por no seguir la secuencia histórica, a El rey Juan y a Enrique VIII.
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Ocho de estas obras están agrupadas en dos tetralogías cuyo orden de escritura no coincide con el orden
cronológico de los acontecimientos históricos reflejados. La primera de estas tetralogías está formada por
las tres dedicadas al reinado de Enrique VI (1422-1461), junto con la consagrada al ambicioso y
terrible Ricardo III (que reinó en el período 1483-1485). Todas ellas fueron compuestas con toda
probabilidad entre 1590 y 1594.
La segunda tetralogía, formada por Ricardo II, las dos partes de Enrique IV y Enrique V, retrocede en el
tiempo. Se centra en los reinados de Ricardo II (1377-1399), Enrique IV (1399-1413) y Enrique V (1413-
1422). Todas estas obras fueron compuestas en el período 1594-1597.

JULIO CÉSAR (Fragmento)

ESCENA TERTIA

El mismo lugar. — Una calle


Truenos y relámpagos. Entran por opuestas direcciones CASCA, con la espada desmida, y CICERÓN
CICERÓN. — ¡Buenas tardes, Casca! ¿Habéis conducido a César a su casa? ¿Por qué estáis sin aliento y
tan espantado?
CASCA. .— ¿No os conmovéis cuando se estremecen en masa los cimientos de la tierra como una cosa
vacilante? ¡Oh Cicerón! He visto tempestades en que los irritados vientos rajaban las nudosas encinas y
he contemplado al ambicioso océano hincharse y mugir espumoso para alzarse tan alto como las
amenazadoras nubes; pero nunca hasta esta noche, nunca hasta ahora mismo presencié una tempestad que
destila fuego. ¡De por fuerza hay empeñada en el cielo una guerra civil, o el mundo, demasiado insolente
con los dioses, los provoca a consumar la destrucción!
CICERÓN. — ¡Qué! ¿Habéis visto algo aún más que asombroso?
CASCA. — Un siervo ordinario, a quien conocéis de vista, levantó su mano izquierda, de la cual brotaron
llamas, y ardió como veinte antorchas juntas, y, no obstante, su mano, insensible al fuego, permaneció
ilesa. Aún hay más, y desde ese momento no he vuelto a envainar mi espada: frente al Capitolio hallé un
león, que me miró con ojos encendidos y se alejó encolerizado, sin hacerme mal. Y sobre un alto he
encontrado un grupo como de cien mujeres, pálidas, demudadas por el terror, que juraban haber visto
recorrer las calles arriba y abajo a hombres completamente envueltos en, llamas. Y ayer, el ave de las
tinieblas se posó en pleno día sobre la plaza del mercado, graznando y chillando. Cuando coinciden a una
semejantes prodigios, que nadie diga: «Son fenómenos naturales, y sus causas éstas», porque, a mi juicio,
son presagios siniestros para los países donde se verifican.
CICERÓN. — Es ésta una época bastante extraña por cierto; pero los hombres pueden interpretar las
cosas a su manera, contrariamente al fin de las cosas mismas. ¿Vendrá mañana César al Capitolio?
CASCA. — Sí, porque encargó a Antonio que os hiciera saber que estaría allí mañana.
CICERÓN. — Pues buenas noches, Casca. Con esta perturbación del firmamento no está el ánimo para
pasear.
CASCA. — ¡Adiós, Cicerón!
(Sale CICERÓN. Entra CASIO.)
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CASIO. — ¿Quién va?


CASCA. — Un romano.
CASIO. — Por vuestra voz, sois Casca.
CASCA. — Tenéis buen oído. ¡Qué noche, Casio!
CASIO. — Una noche muy grata para los hombres de bien.
CASCA. — ¿Quién ha visto jamás un cielo tan airado?
CASIO. — ¡Los que saben lo llena de delitos que está la tierra! Por mi parte, he vagado por las calles,
arrostrando la noche peligrosa. Y desceñido como me veis, Casca, he expuesto mi pecho a las centellas, y
cuando el azulado relámpago oblicuo parecía desgarrar el seno del cielo, yo mismo me ofrecí como su
blanco y bajo su fuerte estallido.
CASCA. — Pero ¿por qué tentáis tanto a los cielos? Es propio del hombre temblar y estremecerse cuando
los dioses de mayor potencia envían para aterrarnos estos terribles mensajeros.
CASIO. — Sois torpe, Casca , y carecéis de esos destellos de vida que deben existir en todo romano; o al
menos, no los queréis utilizar. Os veo pálido y pusilánime, lleno de temor ,y repentinamente estupefacto
ante la rara impaciencia de los cielos. Pero si consideráis la verdadera razón de todos estos fuegos, de
todos estos errantes fantasmas, de esas aves y bestias que cambian de naturaleza, de esos decrépitos, locos
y niños que reflexionan, de todas esas cosas que transforman su orden, su modo de ser y sus facultades
primitivas en cualidades monstruosas, habéis de convenir en que el cielo les ha infundido semejante
disposición, tomándolos como instrumentos de temor y alarma para algún estado de cosas fuera de las
condiciones normales. Ahora podría yo, Casca, nombraros a un hombre muy semejante a esta terrible
noche, que truena, relampaguea, abre tumbas y ruge como león del Capitolio; un hombre que en valor
personal no es más fuerte que vos y que yo, y que, sin embargo, ha crecido prodigiosamente y es tan
aterrador como esas extrañas conmociones.
CASCA. — Es a César a quien os referís, ¿no es así, Casio?
CASIO. — ¡Sea quien fuere! Porque hoy los romanos tienen músculos y nervios como sus antepasados.
Pero, ¡desdicha de los tiempos!, el alma de nuestros padres ha desaparecido, y es el espíritu de nuestras
madres el que nos gobierna. ¡Nuestro yugo y sumisión prueba que somos afeminados!
CASCA. — Se dice, efectivamente, que los senadores pretenden mañana aclamar a César como rey, y
que llevará su corona por mar y tierra en todas partes, menos aquí en Italia.
CASIO. — ¡Ya sé entonces el sitio de este puñal! ¡Casio librará a Casio de la esclavitud! Por eso, ¡oh.
dioses!, convertís a los débiles en los más fuertes. Por eso, ¡oh dioses!, sojuzgáis a los tiranos. ¡Ni las
torres de piedra, ni las murallas de bronce forjado, ni las prisiones subterráneas, ni los recios eslabones de
hierro pueden resistir el vigor del espíritu! Porque la vida, fatigada de estas, barreras mortales, nunca
pierde el poder de libertarse a sí propia. Y pues yo sé esto, que el mundo entero sepa también que de la
parte de tiranía 'que sufro puedo sacudirme cuando me plazca.
(Truenos todavía.)
75

CASCA. — ¡Igual puedo yo! ¡Cada esclavo tiene en su propia mano el poder de anular su cautividad!
CASIO. — ¿Y por qué, entonces, habría de ser César un tirano? ¡Pobre hombre! Bien se me alcanza que
no se atrevería a ser un, lobo a no ver que los romanos son unos corderos. ¡Ni sería león si no fueran
ciervos los romanos! Los que tienen prisa en encender un gran fuego lo hacen con míseras pajas... ¿Qué
estercolero, qué desecho, qué inmundicia es Roma, cuando sirve de baja materia para alumbrar una cosa
tan vil como César? Pero ¡oh dolor! ¿Adonde me conduces? Quizá hablo ante un hombre que
voluntariamente es siervo, en cuyo caso me hará responder de mis palabras; pero voy armado y el peligro
me es indiferente.
CASCA. — ¡Habláis a Casca, esto es, a un hombre incapaz de violar un secreto! ¡Tomad mi mano!
¡Alzad la voz para remediar todos estos males, e iré tan lejos en mis pasos como el más atrevido!
CASIO. — ¡Queda aceptado el trato! Sabed ahora, Casca, que he comprometido a algunos de los más
generosos y nobles romanos a acometer conmigo una empresa llena de honrosas y arriesgadas
consecuencias. En este instante me esperan en el atrio de Pompeyo, pues en noche tan terrible como ésta
no hay movimiento ni paseo en las calles y el aspecto del cielo favorece la obra que tenemos entre manos,
la más sangrienta, feroz y aterradora.
(Entra CINA.)
CASCA. — Apartad un momento, pues se acerca uno a toda prisa.
CASIO. — Es Cina; le conozco en los pasos. Un amigo. Cina, ¿dónde marcháis tan apresuradamente?
CINA. — En busca vuestra. ¿Quién es éste? ¿Metelo Címber?
CASIO. — No; es Casca, un afiliado a nuestra empresa. ¿Me aguardan, Cina?
CINA. — Me alegro de ella ¡Qué tremenda noche! Dos o tres de los nuestros han visto visiones extrañas.
CASIO. — ¿Me esperan? Decidme.
CINA. — Sí, os aguardan. ¡Oh Casio! ¡Si pudierais atraer a nuestro partido al noble Bruto!...
CASIO. — ¡Tranquilizaos, querido Cina! Tomad este papel y colocadlo en la silla del pretor, de modo
que Bruto pueda hallarlo, y arrojad éste por su ventana. Éste fijadlo con cera en la estatua del antiguo
Bruto. Y hecho todo, dirigios al atrio de Pompeyo, donde nos encontraréis. ¿Están allí Decio Bruto y
Trebonio?
CINA. — Todos, menos Metelo Címber, que fue a buscaros a vuestra casa. Bien; iré en seguida y
distribuiré estos papeles como me habéis ordenado.
CASIO. — Después encaminaros al teatro de Pompeyo.
(Sale CINA.)
Venid, Casca. Vos y yo iremos todavía antes de amanecer a ver a Bruto en su casa. Tres cuartas partes de
él son a estas horas nuestras, y al primer encuentro nos pertenecerá completamente el hombre.
76

CASCA. — ¡Oh, él ocupa un lugar elevado en todos los corazones del pueblo! Y lo que en nosotros
parecería delito, su sola presencia, como por la más rica alquimia, lo transformaría en virtud y acto
meritorio.
CASIO. — Habéis comprendido perfectamente cuánto vale y la gran necesidad que tenemos de su
persona. Vayámonos, pues es ya más de media noche [7], y antes del día debemos despertarle y
asegurarnos de él.
(Salen.) FIN DEL ACTUS PRIMUS (William Shakespeare, Inglaterra).

Ejercicios de interpretación.

1.- Auxíliate del diccionario y busca los siguientes nombres:


a) Julio César
b) Bruto
c) Marco Antonio
e) Roma
f) Casio
g) Casca
h) Lépido
i) Octavio Augusto
j) Cicerón
k) Cina
l) Cleopatra
2.- Datos biográficos sobre William Shakespeare.
3.- ¿Qué significa género teatral?
4.- Define: tragedia, drama, comedia.
5.- ¿Qué es un triunvirato? Pon ejemplos conocidos en el país y los dos en el antiguo Imperio Romano.
6.- ¿De qué trata el fragmento que acabas de leer?
7.- ¿Cuál es el tema central del fragmento?
8.- Por la forma de expresión, ¿a qué género pertenece el fragmento? ¿Cómo lo sabes?
9.- Busca información sobre la obra y expón su argumento completo.
10.- Caracteriza los personajes que intervienen en la obra.
11.- ¿Has leído alguna otra obra del autor, cuál o cuáles? Escribe sobre ella.
12.- ¿A qué se llamó época isabelina?
13.- ¿Quién era Isabel en la dinastía inglesa?
14.- ¿Cuál o cuáles son los personajes cutrales de la obra?
15.- ¿Qué otros autores contemporáneos suyos conoces en el mundo europeo?
16.- Elabora una ficha crítica y de contenido sobre la temática de las demás tragedias de Shakespeare.
17.- Nombra la dinastía de los doce césares y los antoninos. Cita el período de su reinado en orden
cronológico.
18.- ¿Cuál es el argumento de Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth y Sueños de una
noche de verano.

LA POESÍA LÍRICA BARROCA

CULTERANISMO Y CONCEPTISMO
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El Barroquismo fue el movimiento de mayor auge en el arte y la literatura, en todos los aspectos:
arquitectura, pintura, música, escultura y literatura, aunque en los políticos, social y económicos fue un
desastre, por consecuencia de la locura belicista proyectada por los gobiernos imperiales de la época. Fue
una época que estuvo marcado por el progresivo desmoronamiento del imperio español durante el siglo
XV11. Durante esta centuria reinaron en España los Austrias menores: Felipe 111, Felipe 1V y Carlos 11.

En la literatura sobresalen: Calderón de la Barca, Luis Góngora y Argote, Francisco de Quevedo,


Francisco de Rojas, Baltasar Gracián, Lope de Vega, Pedro de Alarcón, Tirso de Molina, Miguel de
Cervantes Saavedra.
En lo político, económico y social es la época de la peor crisis. Este movimiento se caracteriza por el
desengaño y el apasionamiento.
La valoración del mundo caballeresco durante la época del Barroco provocó una exaltación del honor,
que convirtió en el motivo central de muchas obras teatrales.
La profesora Sylvia Bigastones, 1975, en torno a los diversos movimientos y escuelas universales y sus
características hispánicas, dice a continuación:
“El estilo barroco es una constante histórica de la cultura tanto en Oriente como en Occidente, que surge
como reacción a lo clásico.

Características
-Radical desvalorización de la vida presente y de la naturaleza humana.
-Expresión de angustia, confusión y desencanto.
-Gusto por los contrastes y el claroscuro.
-Pérdida del sentido de equilibrio y mesura que predominó en el renacimiento.
-Visión esencialmente dinámica de la vida.
-Preferencia por el artificio y la complicación, tanto en las ideas como en el estilo.
-Uso de cultismos y neologismos, metáforas complicadas, imágenes sensoriales, hipérbaton.
-Tendencias o variantes: Conceptismo y Culteranismo.

El Barroquismo tiene en España dos manifestaciones: Culteranismo (máximo exponente, Góngora) y


Conceptismo (con Quevedo a la cabeza).
El Culteranismo: Culto a las metáforas vívidas. Se preocupa por la riqueza y ordenación de las palabras es
su principal fundamento y retorcimiento de la sintaxis.
El Conceptismo: culto a expresiones artificiosas. Abunda más en la prosa, buscaba hacer gala de agudeza
e ingenio. Metáforas forzadas, asociaciones anormales de ideas, contrastes violentos, utilización de los
conceptos en límites extremos. Se basa en el fondo, en las ideas, dejando las palabras reducidas a los
indispensables.
Guillermo Díaz Plaja hace la siguiente comparación entre el Culteranismo y el Conceptismo:
“Aún cuando se producen simultáneamente, culteranismo y conceptismo, no solo son dos escuelas
completamente distintas, sino que además, se combaten entre sí. El culteranismo se preocupa por la
forma; la riqueza y ordenación de las palabras es su principal fundamento, sus poetas tienden a halagar a
los sentidos.
El conceptismo se basa en el fondo, en las ideas, dejando las palabras reducidas a lo indispensable; sus
escritos tienden a la inteligencia”.

LOS TEMAS DEL BARROCO.

La literatura barroca se caracteriza por su amplitud temática. El desengaño barroco conlleva una visión
pesimista de la naturaleza humana, que se manifiesta en la obsesión por la fugacidad de las cosas, por la
brevedad de la vida y por la muerte. La indistinción entre apariencia y realidad es otra de las obsesiones
del hombre barroco.
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Otros temas dominantes son:


-temas históricos o legendarios. Inspiran buena parte del teatro barroco.
-temas filosóficos y doctrinales. Plantean asuntos como la religión, la naturaleza humana, el libre
albedrío…
-temas extraídos de la realidad social o política. Son la base de la novela picaresca y están presentes
también en otros géneros.
-temas satíricos, festivos o burlescos.

LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE (1561-1627).

Nació en Córdoba. Tenía carácter adusto y malhumorado, ya en su época, tuvo literariamente partidarios
pavorosos y acérrimos enemigos, entre ellos Lope de Vega y Quevedo. A los 50 años se ordenó sacerdote
y fue Capellán de honor de Felipe III, lo que le permite relacionarse con la corte y los círculos literarios
de la época.
Góngora estudió leyes en la Universidad de Salamanca y escribió muchas obras, divididos en grupos: los
poemas menores y los poemas mayores. A su vez, entre los poemas menores hay poemas menores
escritos en métrica tradicional y los poemas escritos en metros de origen italiano. Fue hombre culto, y es
a comienzo del siglo XVII, el creador de la lírica culterana, caracterizada por el uso interno de la
metáfora, del cultismo y de la mitología, por su afición a destacar las notas de luz, color y musicalidad.
Su producción como toda la del Barroco oscila entre dos polos; una poesía culta que trata de asuntos
graves (sonetos, escritos con una estructura perfecta y de los más bellos de castellano y unos poemas
dificilísimos y extensos: las Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea) y, por otro lado, la métrica
tradicional: las letrillas populares y romances que son los mejores del Romancero del siglo XV11.
Góngora es un innovador en la poesía de la misma manera que Lope de Vega lo es para el teatro.
Luis de Góngora revela en sus obras un ansia de perfección estilística: escribe sólo para minorías: él
mismo dice: “Deseo hacer algo, no para los muchos”. Véase como le llama al gallo: “doméstico del sol,
nuncio canoro”, y a los pájaros: “esquilas dulces de sonoras plumas”.
Su influencia ha llegado hasta los poetas de nuestro siglo, como por ejemplo: La generación del 27 en
España.

Los romances gongorinos versan sobre asuntos diversos: los hay autobiográficos, mitológicos, pastoriles,
caballerescos, moriscos… el tratamiento es a veces burlescos y a veces serio.

Las letrillas son composiciones escritas en versos de arte menor, en las que al final de cada estrofa se
repite un estribillo. Suelen tener un carácter satírico o burlesco, aunque también de temas religiosos.

La Fábula de Polifemo y Galatea, inspirado en la Metamorfosis de Ovidio. Está escrita en octava real y
trata de los amores del Fauno Acis y la ninfa Galatea y la venganza del gigante. Polifemo, quien
impulsado por los celos aplastó al fauno con una roca, quedando este convertido en un riachuelo.
En sus Soledades, Góngora hace gala de su devoción estetizante, sin interés por el fondo, con un poema
narrativo que se refiere a la soledad del campo. Es un poema narrativo de versos endecasílabos y
heptasílabos, se refiere a la vida real del siglo XVII y un apego a la belleza incierta y fugaz de la
naturaleza. El espacio geográfico y los personajes sólo existen en el cerebro del poeta.
Consta de cuatro partes: Soledad de los campos, Soledad de las riberas, Soledad de las Selvas, Soledad
del yermo. Sólo completó la primera.
En 1091 versos relata el rescate de un náufrago que arriba a una playa; es un joven que no se ha visto
correspondido por su amada; quienes lo recogen y atienden son unos cabreros; amanece donde ellos. Pasa
un grupo de serranos y serranas que van de bodas. El viejo que lo encabeza echa un largo discurso
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condenando la ambición; invita luego al joven a unirse al grupo. Llegan todos al lugar de las bodas que se
celebra al día siguiente con toda solemnidad y regocijo.

SOLEDADES

Era del año la estación florida


en que el mentido robador de Europa
(media luna las armas de su frente,
y el Sol todos los rayos de su pelo),
luciente honor del cielo,
en campos de zafiro pace estrellas,
cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida,
náufrago y desdeñado, sobre ausente,
lagrimosas de amor dulces querellas
da al mar, que condolido,
fue a las ondas, fue al viento
el mísero gemido,
segundo de Arïón dulce instrumento.
Del siempre en la montaña opuesto pino
al enemigo Noto,
piadoso miembro roto,
breve tabla, delfín no fue pequeño
al inconsiderado peregrino,
que a una Libia de ondas su camino
fió, y su vida a un leño.
Del Océano pues antes sorbido,
y luego vomitado
no lejos de un escollo coronado
de secos juncos, de calientes plumas,
alga todo y espumas,
halló hospitalidad donde halló nido
de Júpiter el ave.
Besa la arena, y de la rota nave
aquella parte poca
que le expuso en la playa dio a la roca;
que aun se dejan las peñas
lisonjear de agradecidas señas.
Desnudo el joven, cuanto ya el vestido
Océano ha bebido,
restituir le hace a las arenas;
y al Sol lo extiende luego,
que, lamiéndolo apenas
su dulce lengua de templado fuego,
lento lo embiste, y con süave estilo
la menor onda chupa al menor hilo.
(Fragmento)

LA FABULA DE POLIFEMO Y GALATEA.


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Al conde de Niebla

Estas que me dictó, rimas sonoras,


culta sí aunque bucólica Talía,
oh excelso Conde, en las purpúreas horas
que es rosas la alba y rosicler el día,
ahora que de luz tu niebla doras,
escucha, al son de la zampoña mía,
si ya los muros no te ven de Huelva
peinar el viento, fatigar la selva.

Templado pula en la maestra mano


el generoso pájaro su pluma,
o tan mudo en la alcándara, que en vano
aun desmentir el cascabel presuma;
tascando haga el freno de oro cano
del caballo andaluz la ociosa espuma;
gima el lebrel en el cordón de seda,
y al cuerno al fin la cítara suceda.

Treguas al ejercicio sean robusto,


ocio atento, silencio dulce, en cuanto
debajo escuchas de dosel augusto
del músico jayán el fiero canto.
alterna con las Musas hoy el gusto,
que si la mía puede ofrecer tanto
clarín -y de la Fama no segundo-,
Tu nombre oirán los términos del mundo.

Donde espumoso el mar siciliano


el pie argenta de plata al Lilibeo,
bóveda o de las fraguas de Vulcano
o tumba de los huesos de Tifeo,
pálidas señas cenizoso un llano,
cuando no del sacrílego deseo,
del duro oficio da. Allí una alta roca
mordaza es a una gruta de su boca.

Guarnición tosca de este escollo duro


troncos robustos son, a cuya greña
menos luz debe, menos aire puro
la caverna profunda, que a la peña;
caliginoso lecho, el seno obscuro
ser de la negra noche nos lo enseña
infame turba de nocturnas aves,
gimiendo tristes y volando graves.
(Fragmento)
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POESÍA CULTA

A CÓRDOBA

¡Oh excelso muro, oh torres coronadas


de honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles, ya que no doradas!

¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,


que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre glorïosa patria mía,
tanto por plumas cuanto por espadas!

Si entre aquellas rüinas y despojos


que enriquece Genil y Dauro baña
tu memoria no fue alimento mío,

nunca merezcan mis ausentes ojos


ver tu muro, tus torres y tu río,
tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!

DE LA BREVEDAD ENGAÑOSA DE LA VIDA

Menos solicitó veloz saeta


destinada señal, que mordió aguda;
agonal carro por la arena muda
no coronó con más silencio meta,

que presurosa corre, que secreta,


a su fin nuestra edad. A quien lo duda,
fiera que sea de razón desnuda,
cada Sol repetido es un cometa.

¿Confiésalo Cartago, y tú lo ignoras?


Peligro corres, Licio, si porfías
en seguir sombras y abrazar engaños.

Mal te perdonarán a ti las horas:


las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.

A UNA ROSA
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Ayer naciste, y morirás mañana.


Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¡Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana!

Si te engañó su hermosura vana,


bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,


ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano,


dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

POESÍA POPULAR

LLORAD, CORAZÓN

Lloraba la niña
(y tenía razón)
la prolija ausencia
de su ingrato amor.
Dejóla tan niña,
que apenas creo yo
que tenía los años
que ha que la dejó.
Llorando la ausencia
del galán traidor,
la halla la Luna
y la deja el Sol,
añadiendo siempre,
pasión a pasión,
memoria a memoria,
dolor a dolor.

Llorad, corazón,
que tenéis razón.

Dícele su padre
“Hija, por mi amor,
que se acabe el llanto,
o me acabe yo.”
Ell leresponde:
“No podrá ser, no;
las causas son muchas,
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los ojos son dos.


Satisfagan, madre,
tanta sinrazón,
y lágrimas lloren,
tantas como dellos
un tiempo tiró
flechas amorosas
el arquero dios. (2)
Ya no canto, madre,
y si canto yo,
muy triste endechas (3)
mis canciones son:
porque el que se fue;
con lo que llevó,
se dejó el silencio
y llevó la voz.”

Lorad, corazón,
Que tenéis razón.

1. Viola: violeta. 2. El arquero dios: Cupido, el dios del amor. 3.- endecha: canción triste.

ANDEME YO CALIENTE

Traten otros del gobierno


del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla


el Príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas


de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

Busque muy en buena hora


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el mercader nuevos soles;


yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

Pase a media noche el mar


y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

Pues Amor es tan cruel


que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.

ROMANCE

AMARRADO AL DURO BANCO

Amarrado al duro banco


de una galera turquesca,
ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra,
un forzado de Dragut
en la playa de Marbella
se quejaba al ronco son
del remo y de la cadena:
«¡Oh sagrado mar de España,
famosa playa serena,
teatro donde se han hecho
cien mil navales tragedias!,
“Pues eres tú el mismo mar
que con tus crecientes besas
las murallas de mi patria,
coronadas y soberbias,
“tráeme nuevas de mi esposa,
y dime si han sido ciertas
las lágrimas y suspiros
que me dice por sus letras;
“porque si es verdad que llora
mi captiverio en tu arena,
85

bien puedes al mar del Sur


vencer en lucientes perlas.
“Dame ya, sagrado mar,
a mis demandas respuesta,
que bien puedes, si es verdad
que las aguas tienen lengua,
“pero, pues no me respondes,
sin duda alguna que es muerta,
aunque no lo debe ser,
Pues que vivo yo en su ausencia.
“¡Pues he vivido diez años
sin libertad y sin ella,
siempre al remo condenado,
a nadie matarán penas!”
En esto se descubrieron
de la Religión seis velas,
y el cómitre mandó usar
al forzado de su fuerza.

FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS (1580-1645).

Nació en Madrid. Estudió con los jesuitas humanidades, lenguas clásicas y modernas, literatura, filosofía,
teología, patrística y otras disciplinas en Alcalá y Valladolid. Estando sus padres introducidos en la corte,
se relaciona con personajes reales y ocupa altos cargos políticos que le ocasionan más tarde cuatro años
en un calabozo por sus ataques a la política del Conde-Duque de Olivares.
Su producción literaria en abundantísima, tanto en prosa como en verso. Cultivó los más diversos géneros
literarios: poesía lírica, prosa doctrinal, novela picaresca, teatro.
Quevedo fue consejero del Duque de Osuna, Virrey de Nápoles y también a ser nombrado poeta
secretario de Felipe 1V. Nadie como él caracteriza el espíritu Barroco del siglo XVII, tanto como autor de
poesías y de prosa, reflejado en su personalidad contradictoria. Fue satírico y burlón, con una inclinación
especial hacia la caricatura acre y mordaz. Es el más famoso de su tiempo, aparte de su profundidad lírica.
Su producción literaria es abundantísima y encierra una crítica cruel, amarga, desengañada y violenta a la
sociedad de entonces, escribió una poesía doctrinal con cierto tono de espíritu inconformista. Sus obras en
prosas son abundantes y variadas: festivas, picarescas, satíricas, filosóficas, políticas…. Destacándose
entre ellas: los Sueños y Historia del buscón llamado don Pablos.
El Buscón, es una novela de carácter picaresco; de carácter ascético: Providencia de Dios; de carácter
político: Política de Dios, Gobierno de Cristo y Tiranía de Satanás; Satíricas: Los sueños, La hora de
todos, La cuna y la sepultura y en versos: Parnaso español, Las tres musas, publicadas después de su
muerte.
Quevedo cultivó todos los temas, satírico, político, amatorio y religioso. En la poesía amorosa Dámaso
Alonso dice: es “el más alto poeta de amor de la literatura española”. “Él ve el amor como único camino
para superar la muerte, pero al fin todo sería una esperanza vana. Centenares de sonetos, siete idilios,
varios madrigales, algunas redondillas, quintillas y romances, ilustran estas ideas, destacando también, los
dedicados a Lisi o Lisida, la mujer que nunca correspondió a sus sentimientos, como el soneto: “Cerrar
podrá mis ojos”.
Quevedo es el mejor humorista de la literatura española. La obra más famosa es El Buscón, ejemplo de
caricatura grotesca de la realidad.
Su argumento: Pablos, el Buscón, es hijo de un barbero ladrón y de una mujer aficionada a la brujería, y
oficio de celestina. Entra en Segovia al servicio de Don Diego Coronel; va a estudiar a Segovia,
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hospedándose en casa del Dómine Cabra, colérico avaro que los mata de hambre, marchan después a la
Universidad de Alcalá, donde Pablos es objeto de sucias bromas estudiantiles. Al saber Pablos que su
padre ha muerto en la horca vuelve a Segovia a recoger la herencia y se marcha a Madrid. Ingresa en una
cofradía de pícaros. Van todos a la cárcel y se salva Pablos. En Toledo actúa como cómico y como fullero
en Sevilla. De allí se dirige camino a las Indias, pero es detenido y encarcelado.

HISTORIA DEL BUSCÓN LLAMADO DON PABLOS.

LOS EFECTOS DEL HAMBRE

Entramos en casa de don Alonso y echáronnos en dos camas con mucho tiento, porque no se nos
desparramasen los huesos de puro roídos del hambre. Trajeron exploradores que nos buscasen los ojos
por toda la cara, y a mí, como había sido mi trabajo mayor y la hambre imperial, que al fin me trataban
como a criado, en buen rato no me los hallaron. Trujeron médicos y mandaron que nos limpiasen con
zorras el polvo de las bocas, como a retablos, y bien lo éramos de duelos. Ordenaron que nos diesen
sustancias y pistos. ¡Quién podrá contar, a la primera almendrada y a la primera ave, las luminarias que
pusieron las tripas de contento? Todo les hacía novedad. Mandaron los doctores que por nueve días no
hablase nadie recio en nuestro aposento, porque como estaban huecos los estómagos sonaba en ellos el
eco de cualquiera palabra.
Con estas y otras prevenciones comenzamos a volver y cobrar algún aliento, pero nunca podían las
quijadas desdoblarse, que estaban magras y alforzadas, y así se dio orden que cada día nos las ahormasen
con la mano del almirez. Levantámonos a hacer pinicos dentro de cuarenta días, y aún parecíamos
sombras de otros hombres, y en lo amarillo y flaco simiente de los Padres del yermo. Todo el día
gastábamos en dar gracias a Dios por habernos rescatado de la captividad del fierísimo Cabra, y
rogábamos al Señor que ningún cristiano cayese en sus manos crueles. Si acaso, comiendo, alguna vez
nos acordábamos de las mesas del mal pupilero, se nos aumentaba la hambre tanto que acrecentábamos la
costa aquel día. Solíamos contar a don Alonso cómo al sentarse en la mesa nos decía males de la gula (no
habiéndola él conocido en su vida), y reíase mucho cuando le contábamos que en el mandamiento de No
matarás, metía perdices y capones, gallinas y todas las cosas que no quería darnos, y, por el consiguiente,
la hambre, pues parecía que tenía por pecado el matarla, y aun el herirla, según regateaba el comer.
Pasáronsenos tres meses en esto, y, al cabo, trató don Alonso de enviar a su hijo a Alcalá a estudiar lo que
le faltaba de la Gramática. Díjome a mí si quería ir, y yo, que no deseaba otra cosa sino salir de tierra
donde se oyese el nombre de aquel malvado perseguidor de estómagos, ofrecí de servir a su hijo como
vería. Y con esto diole un criado para ayo que le gobernase la casa y tuviese cuenta del dinero del gasto,
que nos daba remitido en cédulas para un hombre que se llamaba Julián Merluza. Pusimos el hato en el
carro de un Diego Monje; era una media camita y otra de cordeles con ruedas para meterla debajo de la
otra mía y del mayordomo, que se llamaba Baranda, cinco colchones, ocho sábanas, ocho almohadas,
cuatro tapices, un cofre con ropa blanca, y las demás zarandajas de casa. Nosotros nos metimos en un
coche, salimos a la tardecica, una hora antes de anochecer, y llegamos a la media noche, poco más, a la
siempre maldita venta de Viveros.
El ventero era morisco y ladrón, que en mi vida vi perro y gato juntos con la paz que aquel día. Hízonos
gran fiesta, y como él y los ministros del carretero iban horros (que ya había llegado también con el hato
antes, porque nosotros veníamos de espacio), pegóse al coche, diome a mí la mano para salir del estribo, y
díjome si iba a estudiar. Yo le respondí que sí; metióme adentro, y estaban dos rufianes con unas
mujercillas; un cura rezando al olor; un viejo mercader y avariento procurando olvidarse de cenar andaba
esforzando sus ojos que se durmiesen en ayunas; arremedaba los bostezos, diciendo: -«Más me engorda
un poco de sueño que cuantos faisanes tiene el mundo». Dos estudiantes fregones, de los de mantellina,
panzas al trote, andaban aparecidos por la venta para engullir. Mi amo, pues, como más nuevo en la venta
y muchacho, dijo:
-Señor huésped, déme lo que hubiere para mí y mis criados. (Fragmento, Cap. 1V )
87

POESÍA CULTA

SONETO A LUIS DE GÓNGORA

Yo te untaré mis obras con tocino


porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;

apenas hombre, sacerdote indino,


que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega


siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;


aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera


sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera;

mas no es otra parte en la ribera


dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,


venas, que humor a tanto fuego han dado,
médulas, que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;


serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

TODAS LAS COSAS AVISAN DE LA MUERTE.


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Miré los muros de la patria mía


si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo, vi que el sol bebía


los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que amancillada


de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;

vencida de la edad sentí mi espada


y no hallé cosa en que poner mis ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

LA BREVEDAD DE LA HERMOSURA.

La mocedad del año, la ambiciosa


vergüenza del jardín, el encarnado
oloroso rubí, Tiro abreviado,
también del año presunción hermosa;

la ostentación lozana de la rosa,


deidad del campo, estrella del cercado;
el almendro, en su propia flor nevado,
que anticiparse a los calores osa,

reprehensiones son, ¡oh Flora!, mudas


de la hermosura y la soberbia humana,
que a las leyes de flor está sujeta.

Tu edad se pasará mientras lo dudas;


de ayer te habrás de arrepentir mañana,
y tarde y con dolor serás discreta.

POESÍA POPULAR
A UNA NARIZ

Érase un hombre a una nariz pegado,


érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.

Érase un reloj de sol mal encarado,


érase un alquitara pensativa,
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érase un elefante boca aariba,


era Ovidio Nasón mas narizado.

Érase un espolón de una galera,


érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,


muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.

PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

Madre, yo al oro me humillo,


él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
anda continuo amarillo.
que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,


donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España,
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Son sus padres principales,


y es de nobles descendiente,
porque en las venas de Oriente
todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
al rico y al pordiosero,
poderoso caballero
es don Dinero.

¿A quién no le maravilla
ver en su gloria, sin tasa,
que es lo más ruin de su casa
doña Blanca de Castilla?
mas pues que su fuerza humilla
Al cobarde y al guerrero,
poderoso caballero
es don Dinero.
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Es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,
que aun con estar hecho cuartos
no pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
al gañán y al jornalero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra


(mirad si es harto sagaz)
sus escudos en la paz
que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
y hace propio al forastero,
poderoso caballero
es don Dinero.

LA NOVELA PICARESCA: EL LAZARILLO DE TORMES.

Novela de género picaresco, narrado en tono autobiográfico, publicada por vez primera en 1554, en
Burgos, Alcalá de Henares y Amberes, con el título de La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y
adversidades, de autor anónimo.

El problema de su autoría, dada la importancia de la novela, ha interesado a la crítica. Entre los posibles
autores, tenemos a Diego Hurtado de Mendoza, poeta petrarquista, historiador y famoso diplomático de la
corte de Carlos 1, Sebastián de Horozco, dramaturgo toledano, y fray Juan de Ortega, fraile de la orden de
San Jerónimo. También algunos estudiosos han plateado la hipótesis de que el autor fuese un judío
converso, pero hasta ahora no hay pruebas concluyentes.
Lazarillo es el nombre del héroe pícaro, un mozo que va teniendo distintos señores: un ciego, un
escudero, un fraile, un bulero, un maestro pintor de pandero. Luego durante cuatro años comparte con un
capellán el beneficio que le supone estar de aguadero, ya que el referido capellán le facilita el burro y los
cántaros. Después por breve tiempo, sirve a un alguacil. Y, por fin, consigue independizarse con el oficio
de pregonero, y se casa con la sirvienta de un arcipreste.
Con el Lazarillo se inicia la novela picaresca y surgen otras, como El pícaro Guzmán de Alfarache de
Mateo Alemán, El buscón de Quevedo y El Periquillo Sarniento de José Joaquín Lizardi en América.
Argumento:
Lázaro, hijo de padre ladrón y madre poco honesta, nace en una aceña del Tormes. Entra al servicio de
varias personas en Toledo, despierta a la picardía por los trastazos de la vida: “desperté de la simpleza en
que, como niño dormido estaba”. Sirve a un ciego astuto, al clérigo avaro, al pobre escudero petulante y
al buldero sin escrúpulo. Le hace acabar como alguacil en Toledo.
El estilo es llano y coloquial. La narración es sencilla y popular. Se hace interesante por reflejarnos una
realidad vivida. Todo va contado con una gracia entre ingenua y maliciosa, con un cierto dejo de amargor.
Se hace leer sin cansancio hasta la parte final en que decae bastante el tono y se hace repetidor. Su
ambiente es Toledo. El tema es la aventura del un pícaro.
Su autor. Es la más importante el primer período. Es de autor hasta ahora desconocido. Su estilo elegante,
conciso y sobrio, parece reflejar un hombre muy cultivado en los clásicos. Se atribuye a Don Diego
Hurtado de Mendoza, ya conocido poeta ecléctico del primer renacimiento, y autor de las Guerras de
Granada, en prosa escogida y brillante. Pero continúa considerándose anónima.
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PRINCIPALES NOVELAS PICARESCAS:

La lozana andaluza, de Francisco Delicado, 1528.


El Lazarillo de Tormes, anónimo, editado en 1554.
Vida del pícaro Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, 1599.
La pícara Justina, de Francisco López de Ubeda, 1605.
Vida del escudero Marcos de Obregón, de Vicente Espinel, 1618.
Vida del Buscón don Pablos, de Francisco de Quevedo y Villegas, 1626.
El diablo cojuelo, de Luis Vélez de Guevara, 1620.
Rinconete y cortadillo, de Miguel de Cervantes de Saavedra, 1613.

EL LAZARILLO DE TORMES

Cuenta Lázaro su vida y cuyo hijo fue

Pues sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González
y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes,
por la cual causa tomé el sobrenombre; y fue de esta manera: mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de
proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero más de quince
años; y, estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí. De
manera que con verdad me puedo decir nacido en el río.
Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los
que allí a moler venían, por lo cual fue preso, y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia.
Espero en Dios que está en la gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo
cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre (que a la sazón estaba desterrado por el desastre
ya dicho), con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció
su vida.
Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos por ser uno de
ellos, y vínose a vivir a la ciudad y alquiló una casilla y metióse a guisar de comer a ciertos estudiantes, y
lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del comendador de la Magdalena, de manera que fue
frecuentando las caballerizas.
Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban vinieron en conocimiento. Éste algunas
veces se venía a nuestra casa y se iba a la mañana. Otras veces, de día llegaba a la puerta en achaque de
comprar huevos, y entrábase en casa. Yo, al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo,
viendo el color y mal gesto que tenía; mas, de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile
queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne y en el invierno leños a que nos
calentábamos.
De manera que, continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el
cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que, estando el negro de mi padrastro trebejando con
el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos y a él no, huía de él, con miedo, para mi madre,
y, señalando con el dedo, decía:
-¡Madre, coco!
Respondió él riendo:
-¡Hideputa!
Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí: «¡Cuántos debe de
haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!».
Quiso nuestra fortuna que la conversación del Zaide, que así se llamaba, llegó a oídos del mayordomo, y,
hecha pesquisa, hallóse que la mitad por medio de la cebada, que para las bestias le daban, hurtaba, y
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salvados, leña, almohazas, mandiles, y las mantas y sábanas de los caballos hacía perdidas; y, cuando otra
cosa no tenía, las bestias desherraba, y con todo esto acudía a mi madre para criar a mi hermanico. No nos
maravillemos de un clérigo ni fraile, porque el uno hurta de los pobres y el otro de casa para sus devotas y
para ayuda de otro tanto, cuando a un pobre esclavo el amor le animaba a esto.
Y probósele cuanto digo, y aún más; porque a mí con amenazas me preguntaban, y, como niño, respondía
y descubría cuanto sabía con miedo: hasta ciertas herraduras que por mandado de mi madre a un herrero
vendí.
Al triste de mi padrastro azotaron y pringaron, y a mi madre pusieron pena por justicia, sobre el
acostumbrado centenario, que en casa del sobredicho comendador no entrase ni al lastimado Zaide en la
suya acogiese.
Por no echar la soga tras el caldero, la triste se esforzó y cumplió la sentencia. Y, por evitar peligro y
quitarse de malas lenguas, se fue a servir a los que al presente vivían en el mesón de la Solana; y allí,
padeciendo mil importunidades, se acabó de criar mi hermanico hasta que supo andar, y a mí hasta ser
buen mozuelo, que iba a los huéspedes por vino y candelas y por lo demás que me mandaban.
En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo sería para adestrarle, me
pidió a mi madre, y ella me encomendó a él, diciéndole cómo era hijo de un buen hombre, el cual, por
ensalzar la fe, había muerto en la de los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que
mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano. Él respondió que así lo
haría y que me recibía, no por mozo, sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo
amo.
Como estuvimos en Salamanca algunos días, pareciéndole a mi amo que no era la ganancia a su contento,
determinó irse de allí; y cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y, ambos llorando, me dio
su bendición y dijo:
-Hijo, ya sé que no te veré más. Procura de ser bueno, y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo te he
puesto; válete por ti.
Y así me fui para mi amo, que esperándome estaba.
Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene
forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y, allí puesto, me dijo:
-Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio
la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la
cornada, y díjome:
-Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.
Y rió mucho la burla.
Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre
mí: «Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa
valer».
Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos días me mostró jerigonza. Y, como me viese de buen
ingenio, holgábase mucho y decía:
-Yo oro ni plata no te lo puedo dar; mas avisos para vivir muchos te mostraré.
Y fue así, que, después de Dios, éste me dio la vida, y, siendo ciego, me alumbró y adestró en la carrera
de vivir.
Huelgo de contar a Vuestra Merced estas niñerías, para mostrar cuánta virtud sea saber los hombres subir
siendo bajos, y dejarse bajar siendo altos cuánto vicio.
Pues, tornando al bueno de mi ciego y contando sus cosas, Vuestra Merced sepa que, desde que Dios crió
el mundo, ninguno formó más astuto ni sagaz. En su oficio era un águila: ciento y tantas oraciones sabía
de coro; un tono bajo, reposado y muy sonable, que hacía resonar la iglesia donde rezaba; un rostro
humilde y devoto, que, con muy buen continente, ponía cuando rezaba, sin hacer gestos ni visajes con
boca ni ojos, como otros suelen hacer.
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Allende de esto, tenía otras mil formas y maneras para sacar el dinero. Decía saber oraciones para muchos
y diversos efectos: para mujeres que no parían; para las que estaban de parto; para las que eran
malcasadas, que sus maridos las quisiesen bien. Echaba pronósticos a las preñadas si traían hijo o hija.
Pues en caso de medicina decía que Galeno no supo la mitad que él para muelas, desmayos, males de
madre. Finalmente, nadie le decía padecer alguna pasión, que luego no le decía:
-Haced esto, haréis esto otro, cosed tal yerba, tomad tal raíz.
Con esto andábase todo el mundo tras él, especialmente mujeres, que cuanto les decía creían. De éstas
sacaba él grandes provechos con las artes que digo, y ganaba más en un mes que cien ciegos en un año.
(Fragmento)

MATEO ALEMAN

Nace en 1547, en Sevilla. Su existencia transcurre difícil: la falta de recursos le hace emigrar a Méjico,
donde murió. Su obra más importante es la Vida del pícaro Guzmán de Alfarache (1599), refleja una
amarga visión del mundo en un estilo preciso y sobrio. Se encuentran intercalados, entre las andanzas del
pícaro, varios sermones moralizadores, una de las notas que lo diferencian de la restante producción
picaresca.
Argumento de la novela.
Su padre era un genovés con muchos ribetes de ladrón; su madre, una aventurera adúltera. Sale de Sevilla
y llega hasta Madrid, entrando al servicio de un cocinero. Marcha a Toledo y se alista para Italia, donde
busca a los parientes de su padre. Pasa a Roma, y un cardenal se apiada de sus falsas llagas. Le sirve de
paje luego. Pasa al servicio del embajador de Francia, enamoradizo. Termina mal y se escapa, pasando
por las ciudades de Italia del norte y Génova. Roba y se embarca para España. Llega a Zaragoza y
Madrid. Pasa a Alcalá a estudiar para acogerse a sagrado. Pero se enamora de una mesonera con fortuna.
Se casa y se muere su mujer. Casa nuevamente y se dedica a la venta de joyas. Pasa a Sevilla y cae en
manos de la justicia, que le condena a galeras. Intenta escaparse y se le condena a perpetuidad.

Valoración.
Señala la culminación del tipo de la novela picaresca en su segunda fase. En esta novela está concebida en
el período de decadencia del Imperio y parece reflejar ese pesimismo de los períodos de derrota. El
antihéroe se siente vencedor de los ilusos y hasta permite consolarles dándoles consejos en largas
disertaciones morales.
Su filosofía es pesimista, amarga: el amor, la bondad, la justicia, no existen; han son desbordados por las
fuerzas del materialismo; hasta encubren hipocresías contrarias a la virtud verdadera: ¿El honor, la
honra?: hasta puede comprarse ya: “¿quién les da honra a los unos que a los otros se la quita? El más o
menos tener”.
Sátira social: este pícaro nos ofrece una sátira sobre muchos tipos: médicos, eclesiásticos, escribanos.
Todos, altos y bajos, envueltos en engaños y trapisondas, se caracterizan con sangrienta burla.

EL PICARO GUZMÁN DE ALFARACHE

Capítulo 111

Era yo muchacho vicioso y regalado, criado en Sevilla sin castigo de padre, la madre viuda -como lo has
oído-, cebado a torreznos, (2) molletes (3) y mantequillas y sopas de miel rosada, mirado y adorado, más
que hijo de mercader de Toledo o tanto. Hacíaseme de mal dejar mi casa, deudos (4) y amigos; demás que
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es dulce amor el de la patria. Siéndome forzoso, no pude escusarlo. Alentábame mucho el deseo de ver
mundo, ir a reconocer en Italia mi noble parentela.
Salí, que no debiera, pude bien decir, tarde y con mal. Creyendo hallar copioso remedio, perdí el poco que
tenía. Sucedióme lo que al perro con la sombra de la carne. Apenas había salido de la puerta, cuando sin
poderlo resistir, dos Nilos reventaron de mis ojos, que regándome el rostro en abundancia, quedó todo de
lágrimas bañado. Esto y querer anochecer no me dejaban ver cielo ni palmo de tierra por donde iba.
Cuando llegué a San Lázaro, que está de la ciudad poca distancia, sentéme en la escalera o gradas por
donde suben a aquella devota ermita.
Hice allí de nuevo alarde (5) de mi vida y discursos della. Quisiera volverme, por haber salido mal
apercebido, (6) con poco acuerdo y poco dinero para viaje tan largo, que aun para corto no llevaba. Y
sobre tantas desdichas -que, cuando comienzan, vienen siempre muchas y enzarzadas unas de otras como
cerezas- era viernes en la noche y algo oscura; no había cenado ni merendado: si fuera día de carne, que a
la salida de la ciudad, aunque fuera naturalmente ciego, el olor me llevara en alguna pastelería, comprara
un pastel con que me entretuviera y enjugara el llanto, el mal fuera menos.
Entonces eché de ver cuánto se siente más el bien perdido y la diferencia que hace del hambriento el
harto. Los trabajos todos comiendo se pasan; donde la comida falta, no hay bien que llegue ni mal que no
sobre, gusto que dure ni contento que asista: todos riñen sin saber por qué, ninguno tiene culpa, unos a
otros la ponen, todos trazan y son quimeristas, todo es entonces gobierno y filosofía.
Vime con ganas de cenar y sin qué poder llegar a la boca, salvo agua fresca de una fuente que allí estaba.
No supe qué hacer ni a qué puerto echar. Lo que por una parte me daba osadía, por otra me acobardaba.
Hallábame entre miedos y esperanzas, el despeñadero a los ojos y lobos a las espaldas. Anduve vacilando;
quise ponerlo en las manos de Dios: entré en la iglesia, hice mi oración, breve, pero no sé sí devota: no
me dieron lugar (7) para más por ser hora de cerrarla y recogerse. Cerróse la noche y con ella mis
imaginaciones, mas no los manantiales y llanto. Quedéme con él dormido sobre un poyo del portal acá
fuera. (Fragmento)

1. Heredad adonde tuve mi principio: finca rural donde nací. 2. Torreznos: pedazo de tocino frito. 3.
Molletes: pan redondo, pequeño y blando. 4. Deudos: parientes. 5. Hice alarde: pasé revista. 6.
Apercibido: provisto. 7. Lugar: tiempo. 8. Poyo: banco arrimado a las puertas de las casas.

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, (1547-1616).

Nació en Alcalá de Henares en 1547. Soldado de oficio, a los veintiún años embarca para Italia y más
tarde interviene heroicamente en la batalla de Lepanto (1571), durante la cual fue herido en el pecho y en
un brazo. Como consecuencias de estas heridas, su mano izquierda quedó paralizada para siempre.
Tras otras campañas militares por el norte de África, ya de regreso a España es apresado en Argel por los
piratas barbáricos. Duró cinco años de cautiverio hasta ser rescatado por los padres trinitarios, poniendo
fin a esa etapa heroica. Su vida está llena de tormentos y disgustos que terminarán con la muerte.
Sus últimos años los pasa en Madrid, donde publica el Quijote y las Novelas Ejemplares. Muere el 23 de
abril de 1616.
La producción literaria de Cervantes es extensa, abarcando diversos géneros: narrativa, lírica y dramática.
En su agitada vida, conoció la historia de España a los largo de tres reinados: nació en los últimos años
del reinado de Carlos 1: fue testigo directo de la grandeza imperial de Felipe 11; y supo ver la decadencia
que se avecinaba en tiempos de Felipe 111. Su vida transcurrió, pues, entre dos siglos, cruciales en la
historia y en la cultura española, el XV1 en su segunda mitad y el XV11 en sus dos primeras décadas,
conocimientos que el autor supo plasmar en sus obras.
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En sus escrituras que es amplia y variada revela lo esencial del pensamiento humanístico, que conocía a
fondo las doctrinas renacentistas –son frecuentes alusiones a Aristóteles, Platón, Horacio, Ariosto, etc.-, y
que había leído a los autores italianos y españoles más importantes de su tiempo.
No fue buen versificador, pero escribió algunos poemas con matices de ironía, como el soneto “Al túmulo
de Felipe 11” y “El viaje del parnaso.” Como autor dramático fue partidario del teatro humanista con la
obra El cerco de Numancia, en la que intervienen personajes alegóricos –la guerra, el Duero, la Fama-,
que exaltan con nobles acentos el heroísmo español.
Ante el triunfo de Lope de Vega, publicó en 1615 ocho comedias, junto a ocho entremeses. Entre las
comedias tenemos: Los baños de Argel, de sabor autobiográfico, y Pedro de Urdemalas, la mejor pieza
del teatro cervantino, desarrollada en un ambiente de gitanos y pícaros. Entre los entremeses que son las
mejores muestras del género aparece en el Retablo de las maravillas, de ambiente popular y constituye
una sátira contra las hipocresías sociales. Otros son: La guerra cuidadosa, La cueva de Salamanca, etc.
En novelas escribió La Galatea (1585), una novela pastoril en la que revela la sólida formación estética y
cultural de su autor: platonismo, exaltación de la naturaleza, idealización del mundo pastoril, como
prueba de la devoción que sentía por los géneros idealistas del Renacimiento.
El Quijote de (1605) y las Novelas ejemplares (1613), con las que abre causes nuevos a la técnicas
novelísticas, poniendo el primer eslabón de la cadena que conduce a la novela moderna. También se pone
de manifiesto el eterno dualismo del arte de Cervantes: a la visión idealista y a la realista.
El Quijote, sátira política. Según los críticos, Sancho es la expresión del pensamiento burgués de la época.
El personaje que simboliza la aguda conciencia de la realidad material. Don Quijote, expresión del
pensamiento de la nobleza dominante y su acción anti-histórica, desfasada.
El mismo Cervantes dice que su objetivo fue “desacreditar los libros de caballería”. Es una lucha contra
lo fantasioso e imaginario. Dice el autor:
-Todo él es una inventiva contra los libros de caballerías.
-Esta escritura no mira más que a deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen los
libros de caballerías.
-La mira puesta a derribar la máquina mal fundada destos caballerismos libros, aborrecidos de tantos y
alabados de muchos más.
Las Novelas Ejemplares son: El amante liberal, Las dos doncellas, La gitanilla, El coloquio de los
perros, La ilustre fregona, La española inglesa, El licenciado vidriera, El curioso liberal. También
escribió una novela pastoril La Galatea; una novela idealista Los trabajos de Persiles y Segismunda;
novela bizantina de aventura, cuyos rasgos esenciales son su cuidado y elegante estilo poético; en ella los
héroes vencen y, el amor, la poesía y el misterio se convierten en elementos decisivos de un mundo
maravilloso de fantasía.

Don Quijote de la Mancha.

En El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Cervantes llega a la cumbre de su arte y nos da, no
sólo la obra más importante de la literatura española, sino la mejor novela del mundo. Consta de dos
partes, la primera publicada en 1605 y nos cuenta como el hidalgo manchego don Alonso Quijano pierde
el juicio a fuerza de leer libros de caballerías y cómo después de adoptar el nombre de Don Quijote de la
mancha y de escoger como dama a una aldeana, a la que llamará Dulcinea del Toboso, abandona el
pueblo para actuar, a la manera de los caballeros andantes, en defensa de los débiles. Su escudero será su
paisano Sancho Panza. Ambos salen en busca de aventuras. La primera salida del protagonista acaba con
una paliza que le aplican los mercaderes. El cura del pueblo lo expulsa de su librería, pero Don Quijote
escapa de nuevo, ahora acompañado de su escudero Sancho Panza, humilde paisano suyo. Varias
aventuras se suceden: la de los molinos de viento, la del yelmo de Mambrino, la de los galeotes. En todas
ellas la fantasía desbordada del caballero choca duramente con la realidad. Don Quijote, como Amadís,
desea hacer penitencia por su dama y desde Sierra Morena, le envía por manos de Sancho, una carta,
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descubriéndose así su paradero. El cura y el barbero de su pueblo consiguen volverlo a casa con su
engaño.
La segunda parte (1615) cuenta una tercera salida del héroe, que después de vencer al caballero de los
espejos –el bachiller Sansón Carrasco, paisano suyo-, de enfrentarse con los leones y de bajar a la cueva
de Montesinos, llega a la corte de los Duques, que se divierten a su costa (episodio de Cabileño, el caballo
de madera: nombramiento de Sandro para gobernador de la ínsula Barataria, etc., Don Quijote marcha
luego a Barcelona, donde es derrotado por el Caballero de la Blanca Luna, que es otra vez el mismo
Bachiller. Vuelve de nuevo a su pueblo y allí, desilusionado recobra la razón y muere con resignación
entereza y serenidad ejemplar.

Las Novelas ejemplares son una serie de novelas cortas que Miguel de Cervantes escribió
entre 1590 y 1612, y que publicaría en 1613. Son doce novelas cortas que siguen el modelo establecido
en Italia. Su denominación de ejemplares obedece al carácter didáctico y moral que incluyen en alguna
medida los relatos, dar ejemplos- decía el autor. Cervantes se jactaba en el prólogo de haber sido el
primero en escribir en castellano este tipo de novelas al estilo italiano. Se sentía satisfecho de ellas. El
autor dice: “a esto se aplicó mi ingenio, por aquí me lleva mi inclinación y más que me doy a entender”.
Continúa diciendo: “Heles dado el nombre de ejemplares, y si bien lo miras, no hay ninguna de que no se
pueda sacar un ejemplo provechoso. Una cosa me atreveré a decirte: que si por algún modo alcanzara que
la lección de estas novelas pudiera inducir a quien las leyera a algún mal deseo o pensamiento, antes me
cortara la mano con que las escribí que sacarlas en público. Mi edad no está ya para burlarse con la otra
vida. Que a los cincuenta y cinco años gano por nueve más y por la mano”
Emplea la palabra “novela”, del italiano, ya admitida entonces en el sentido de narración breve, a lo
Boccaccio, “nuestro español Boccaccio”, dice Tirso de él, en los Cigarrales.
Se suelen agrupar en dos series: las de carácter idealista y las de carácter realista. Las de carácter
idealista, que son las más próximas a la influencia italiana, se caracterizan por tratar argumentos de
enredos amorosos con gran abundancia de acontecimientos, por la presencia de personajes idealizados y
sin evolución psicológica y por el escaso reflejo de la realidad. Se agrupan aquí: El amante liberal, Las
dos doncellas, La española inglesa, La señora Cornelia y La fuerza de la sangre. Incluso, en El amante
liberal y La española inglesa, nos podríamos encontrar con novelas bizantinas, del mismo modo que,
Rinconete y cortadillo junto a El coloquio de los perros, que son relatos de inspiración picaresca. Las de
carácter realista atienden más a la descripción de ambientes y personajes realistas, con intención crítica
muchas veces. Son los relatos más conocidos: Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera, La
gitanilla, El coloquio de los perros o La ilustre fregona.

Pfandl las ha dividido en tres grupos:

-Nueve novelas de lances de amor y fortuna:


La gitanilla, La ilustre fregona, La española inglesa, La señora Cornelia, El casamiento engañoso, El
celoso extremeño, Las dos doncellas, La fuerza de la sangre, El amante liberal.
-Cuadros satíricos de costumbres:
Rinconete y Cortadillo y El coloquio de los perros.
-Una colección de proverbios o apotegmas que nos va reuniendo en su historia El licenciado vidriera, el
estudiante que se volvió loco, se creyó de vidrio y va dando sentencias que a todos maravillan.
La gitanilla es la más larga de las novelas ejemplares, y puede tener elementos autobiográficos en una
historia amorosa que tuvo un pariente lejano de Cervantes. Trata de una muchacha de origen noble
raptada por unos gitanos y educada por ellos, su nombre es Preciosa, y el galán, Andrés. Un joven noble
que se enamora y decide llevar vida gitana tras ella, hasta que al fin se descubre todo y la historia termina
felizmente, con el matrimonio de la pareja.
El amante liberal es una novela morisca donde también aparece el tema del rapto.
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En Rinconete y Cortadillo dos muchachos «se desgarran» (se fugan de la casa familiar) y emprenden una
vida picaresca con ayuda de la baraja y del hurto, hasta que van a parar a Sevilla, donde mientras trabajan
de esportilleros son captados por una asociación mafiosa de malhechores, una especie de sindicato del
crimen sevillano gobernado como una cofradía por el hermano mayor, Monipodio. Se suceden diversas
escenas de género propias de un entremés o una jácara donde se presentan alguaciles corruptos, ladrones,
matones, chulos y prostitutas; acabado este desfile de tipos, los pillos muchachos deciden regenerarse.
En La española inglesa el rapto vuelve a aparecer en la persona de una muchacha arrebatada en la
invasión inglesa de Cádiz y que se educa en Londres como dama de compañía de la reina Isabel I de
Inglaterra, que aparece descrita sin animadversión. Pierde el cabello y toda su belleza por un bebedizo
pero todo se arregla al final.
En El licenciado Vidriera el estudiante pobre Tomás Rodaja marcha a Salamanca a estudiar
acompañando a un noble y allí se licencia con honores; viaja por diversas ciudades de Italia, pero pierde
la razón a causa de un filtro de amor que le han suministrado en secreto y cree tener el cuerpo de vidrio y
ser sumamente frágil. Sin embargo, su agudeza es sorprendente y todos le consultan. Finalmente recobra
el juicio, pero ya nadie le contrata ni va a verle.
En La fuerza de la sangre se construye un relato bastante problemático en que una doncella violada por
un aristócrata es deshonrada y ocultada por su familia. Por un accidente providencial de su hijo,
concebido en el acto de la violación, termina casada con su violador y de este modo restaura su honor.
El celoso extremeño narra los celos patológicos de un viejo indiano que vuelve a España enriquecido y
encierra a su jovencísima esposa en una casa herméticamente, sin permitirle que salga ni que nada
masculino pase la puerta, en la cual ha instalado como vigilante a un esclavo negro con orden de no dejar
pasar a nadie. El seductor Loaysa lo logra engatusando al negro, al que le encanta la música, con una
vihuela, y se acuesta con la moza. El viejo, humillado, muere de pena.
En La ilustre fregona se desgarran dos mozos que pretenden cortejar a la muy bella moza de una posada.
Uno logra su propósito, el otro no y es humillado por una serie de chiquillos que le gritan por la calle y le
siguen a todas partes. El calificativo de ilustre fregona, consiste en que la joven era de la alta alcurnia y
vivía haciendo el trabajo de cenicienta.
En Las dos doncellas, Teodosia confiesa a un desconocido, que resulta ser su hermano, las relaciones y
promesa de matrimonio con Marco Antonio. En busca del marido, encuentran a Leocadia, a quien
también dio su palabra, sin tomar su honra. Marco Antonio acepta ser el marido de Teodosia, y su
hermano, Rafael, el de Leocadia. El final feliz evita un duelo.
El casamiento engañoso narra el timo que hace una señorita aparentemente honesta a un militar
casándose con él; éste ignora que ha sido una meretriz y esta lo abandona dejándole una enfermedad
venérea que debe purgar con sudores en el hospital de Atocha. El casamiento es la más corta de todas y la
de más clara ejemplaridad moral; El coloquio es la más extensa y la de mayor ejemplaridad poética.
En El coloquio de los perros, el militar, que está purgando su enfermedad en medio de fuertes fiebres,
asiste de noche a la conversación entre dos perros, Cipión y Berganza; uno cuenta al otro la historia de su
vida y sus muchos (y muy sinvergüenzas) amos y dejan para el día siguiente la relación del otro. Se trata
de una fantasía al estilo de las de Luciano de Samosata y el desfile entremesil de tipos, entre ellos unos
pastores y una bruja, recuerda al de una novela picaresca o un entremés, y una última, La fía fingida.

LA SEÑORA ORIANA A DULCINEA DEL TOBOSO

¡Oh, quién tuviera, hermosa Dulcinea,


por más comodidad y más reposo,
a Miraflores puesto en el Toboso,
y trocara sus Londres con tu aldea!

¡Oh, quién de tus deseos y librea


alma y cuerpo adornara, y del famoso
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caballero que hiciste venturoso


mirara alguna desigual pelea!

¡Oh, quién tan castamente se escapara


del señor Amadís como tú hiciste
del comedido hidalgo don Quijote!

Que así envidiada fuera, y no envidiara,


Y fuera alegre el tiempo que fue triste,
Y gozara los gustos sin escotes.

SONETO

Cuando Preciosa el panderete toca,


y hiere el dulce son los aires vanos,
perlas son que derrama con las manos;
flores son que despide de la boca.

Suspensa el alma, y la cordura loca,


queda a los dulces actos sobrehumanos,
que, de limpios, de honestos y de sanos,
su fama al cielo levantado toca.

Colgadas del menos de sus cabellos


mil alma lleva, y a sus plantas tiene
amor rendidas una y otra flecha.

Ciega y alumbra con sus soles bellos,


su imperio Amor por ellos le mantiene,
y aún más grandezas de su ser sospecha.

CAPÍTULO PRIMERO

D. Quijote de la Mancha

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más
vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún
palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían
sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo, los días de entre semana
se honraba con su vellori de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una
sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba
la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de
carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de
Quijada o Quesada (que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben), aunque por
conjeturas verosímiles se deja entender que se llama Quijana; pero esto importa poco a nuestro cuento;
basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
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Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año) se
daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la
caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió
muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar libros de caballerías en que leer; y así llevó a su
casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos ningunos le parecían tan bien como los que compuso el
famoso Feliciano de Silva: porque la claridad de su prosa, y aquellas intrincadas razones suyas, le
parecían de perlas; y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafío, donde en muchas
partes hallaba escrito: la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece,
que con razón me quejo de la vuestra fermosura, y también cuando leía: los altos cielos que de vuestra
divinidad divinamente con las estrellas se fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece
la vuestra grandeza. Con estas y semejantes razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por
entenderlas, y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara, ni las entendiera el mismo Aristóteles, si
resucitara para sólo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianis daba y recibía, porque se
imaginaba que por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo
lleno de cicatrices y señales; pero con todo alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de
aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma, y darle fin al pie de la letra
como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos
pensamientos no se lo estorbaran.
Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar (que era hombre docto graduado en Sigüenza),
sobre cuál había sido mejor caballero, Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás,
barbero del mismo pueblo, decía que ninguno llegaba al caballero del Febo, y que si alguno se le podía
comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para
todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba
en zaga.
En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y
los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que
vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos,
como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y
asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas
invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
Decía él, que el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero; pero que no tenía que ver con el caballero
de la ardiente espada, que de sólo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes.
Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalle había muerto a Roldán el encantado,
valiéndose de la industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía
mucho bien del gigante Morgante, porque con ser de aquella generación gigantesca, que todos son
soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado; pero sobre todos estaba bien con Reinaldos de
Montalbán, y más cuando le veía salir de su castillo y robar cuantos topaba, y cuando en Allende robó
aquel ídolo de Mahoma, que era todo de oro, según dice su historia. Diera él, por dar una mano de coces
al traidor de Galalón, al ama que tenía y aun a su sobrina de añadidura.
En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el
mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra, como para el
servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a
buscar las aventuras, y a ejercitarse en todo aquello que él había leído, que los caballeros andantes se
ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros, donde
acabándolos, cobrase eterno nombre y fama.
Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo por lo menos del imperio de Trapisonda: y así
con estos tan agradables pensamientos, llevado del estraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner
en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo, fue limpiar unas armas, que habían sido de sus
bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas
en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vió que tenían una gran falta, y era que no
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tenía celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un
modo de media celada, que encajada con el morrión, hacía una apariencia de celada entera. Es verdad que
para probar si era fuerte, y podía estar al riesgo de una cuchillada, sacó su espada, y le dio dos golpes, y
con el primero y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana: y no dejó de parecerle mal la
facilidad con que la había hecho pedazos, y por asegurarse de este peligro, lo tornó a hacer de nuevo,
poniéndole unas barras de hierro por de dentro de tal manera, que él quedó satisfecho de su fortaleza; y,
sin querer hacer nueva experiencia de ella, la diputó y tuvo por celada finísima de encaje. Fue luego a ver
a su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real, y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum
pellis, et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro, ni Babieca el del Cid con él se igualaban.
Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le podría: porque, según se decía él a sí mismo, no era
razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y así
procuraba acomodársele, de manera que declarase quien había sido, antes que fuese de caballero andante,
y lo que era entones: pues estaba muy puesto en razón, que mudando su señor estado, mudase él también
el nombre; y le cobrase famoso y de estruendo, como convenía a la nueva orden y al nuevo ejercicio que
ya profesaba: y así después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer
en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar ROCINANTE, nombre a su parecer alto, sonoro y
significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de
todos los rocines del mundo. Puesto nombre y tan a su gusto a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y
en este pensamiento, duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar DON QUIJOTE, de donde como
queda dicho, tomaron ocasión los autores de esta tan verdadera historia, que sin duda se debía llamar
Quijada, y no Quesada como otros quisieron decir. Pero acordándose que el valeroso Amadís, no sólo se
había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla
famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya,
y llamarse DON QUIJOTE DE LA MANCHA, con que a su parecer declaraba muy al vivo su linaje y
patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della.
Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín, y confirmándose a sí
mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa, sino buscar una dama de quien enamorarse, porque
el caballero andante sin amores, era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma. Decíase él: si yo por
malos de mis pecados, por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario
les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o
finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quién enviarle presentado, y que entre y se hinque de
rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendida: yo señora, soy el gigante Caraculiambro,
señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado
caballero D. Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante la vuestra merced, para que
la vuestra grandeza disponga de mí a su talante? ¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero, cuando hubo
hecho este discurso, y más cuando halló a quién dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en
un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo
enamorado, aunque según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cata de ello. Llamábase Aldonza
Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que
no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla
DULCINEA DEL TOBOSO, porque era natural del Toboso, nombre a su parecer músico y peregrino y
significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.

LOPE DE VEGA Y CARPIO, (1562-1635).

Es el creador del Teatro Nacional. Vivió a lo largo de los reinados de Felipe 11 (1556-1598), Felipe 111
(1598-1621) y Felipe 1V (1621-1665), época de decadencia del imperio español. Su vida fue agitada, dio
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categoría literaria a las manifestaciones teatrales populares y su producción dramática es increíble: unas
1800 comedias y unos 400 autos, según su biógrafo Juan Pérez Montalbán. Pero hasta nosotros sólo han
llegado 500 comedias y 42 autos, además de una inmensidad de poesías sueltas y algunas novelas.
Lope de Vega es un hombre de fama extraordinaria. Su temperamento sano, pasional, era capaz de
grandes caídas y de grandes arrepentimientos. Su juvenil optimismo es totalmente opuesto a la altivez de
Góngora o al pesimismo de Quevedo.
Como poeta lírico debe colocarse junto a Góngora y Quevedo con sus romances, sonetos, églogas y
canciones. Como épico cultivó todos los géneros de la poesía narrativa, el tema histórico, en La Jerusalén
conquista y La Dragontea, sobre la muerte el pirata inglés Drake; el tema mitológico en La Circe y La
Filomena; el tema burlesco en La Gatomaquia. Entre las novelas en prosa sobresale La Arcadia, novela
pastoril, cuyo principal personaje es el duque de Alba, y La Dorotea, mezclado de novela y comedia, de
técnica semejante a la de La Celestina, con carácter autobiográfico.
Su vida personal es turbulenta, característico del movimiento Barroco: apasionamiento y contradicción.
Lope estuvo presente con su pueblo, su monarquía y su iglesia, en bodas, canonizaciones o lutos. Su vida
es pasión y acción. Entre las mujeres que amó se mencionan: Elena de Ozorio, mujer de teatro (Filis en
sus versos juveniles y de algunos de los melancólicos sonetos de sus Rimas e idealizado después en la
Dorotea; Isabel de Urbina, quien es la Belisa de algunos romances y de parte de La Arcadia; Micaela
Luján, la Camila Lucinda de sus primeros éxitos literarios; Juana Guardo, quien ocupa poco lugar en sus
poesías; pero la muerte de Juan y su hijo Carlos Félix, son motivos de inspiración de sus Rimas Sacras,
poemas enternecedores que nos ofrecerán una concepción completamente afectiva de la religión. Se
ordena sacerdote, pero así se enamora de Marta de Nevares, mujer casada, con quien procreó a Antonia
Clara. Marta es Amarilis, Marcia Leonarda, la cual inspiró novelas cortas, que aparecieron en La
Filomena y La Circe.
Lope de Vega fue llamado por sus contemporáneo “Fenix de los ingenios”, “Monstruos de la naturaleza”,
dos calificativos que definen su increíble capacidad de creación artística. Cultivo todos los géneros, en
prosa: la novela pastoril (La Arcadia y Los pastores de Belén); la bizantina (El peregrino en su patria);
novela histórica y dialogada (La Dorotea), mas cuatro novelas cortas, A Marcia Leonarda.
La Dorotea, novela que Lope llama “acción en prosa”, es una novela dialogada en cinco actos, recoge el
abandono de “Filis” para casarse con un galán rico llamado Don Bela. Files aquí Dorotea, es llevada hacia
el rico pretendiente con regalos promesas. Fernando (Lope) sufre este duro y humillante abandono. Se
duele, pero no zahiere al galán Don Bela. El elemento poético juega gran papel en este relato
autobiográfico, que rememora sus relaciones con Elena Osorio (Filis). Lope hace gala de una prosa suelta,
ágil y elegante en esta obra.
En este soneto, Lope recoge su actitud ante Don Bela y lamenta el hondo sentir del poeta:

Suelta mi manso, mayoral extraño,


pues otro tienes de tu igual decoro,
deja la prenda que en el alma adoro,
perdida por tu bien y por mi daño.

Ponle su esquila de labrado estaño


y no le engañen tus collares de oro;
toma en albricias este blanco toro
que a las primeras hierbas cumple un año.

Si pides señas, tiene el vellocino


pardo, encrespado, y los ojuelos tiene
como durmiendo en regalado sueño.

Si piensas que no soy su dueño, Alcino,


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suelta y verásle si a mi choza viene,


que aún tienen sal las manos de su dueño.

En la lírica recorrió todos los géneros: églogas, epístolas, sonetos, canciones, poemas amorosos,
religiosos y burlescos, patético y cómico; elegías, romances, villancicos, etc., en los que revela las
contracciones de su espíritu, en los aspectos formales dominaba las métricas españolas e italiana. Poesía
didáctica: Arte nuevo y Laurel de Apolo. En el arte nuevo de hacer comedias en este tiempo es que el
autor plantea sus opiniones sobre la dramaturgia, un extenso poema formado por endecasílabos sueltos,
escrito en 1609 versos para ser leído en la academia de Madrid, sin otro objetivo que producir placer al
pueblo, para lo que creyó necesario prescindir de los preceptos retóricos: unidad de acción, unidad de
tiempo y unidad de espacio. La revolución teatral iniciada por Lope de Vega significa la consolodización
de la nueva función, eminentemente popular, del teatro del Siglo de Oro: mezcla de lo trágico con lo
cómico, de lo popular con lo aristocrático, lo lírico con lo épico y de personas elevadas con vulgares (rey)
vasallos, dama, galán, gracioso, creando así la tragicomedia. También libertad en la elección del tema,
aunque el tema del honor es el más conmovedor. Dice: “Los casos de la honra son mejores/ porque
mueven con fuerza a toda la gente…”
El teatro de Lope aparece agrupado de la siguiente manera:
El sentimiento del honor aparece a veces ligado, en las comedia de Lope, a las luchas del pueblo español
por su independencia y libertad durante la Edad Media. Lope de Vega no duda en considerar el honor del
pueblo superior al de los nobles. Fuenteovejuna, cuyo tema es sacado de una historia real, cual fue el
levantamiento armado de este pueblo cordobés alegando que el sentimiento de honra no es privativo de
las clases altas. Para componerla, el autor se basó en la crónica de los tres Órdenes de Caballería: de
Santiago, de Calatrava y de Alcántara, de Redes y Andrada, escrita en Toledo en 1572. El ámbito
geográfico es el pueblo de Fuenteovejuna, donde aparecen enfrentados: el señor feudal y los labradores.
Otras obras del mismo tema son: El mejor alcalde el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña. Basada
en leyenda medievales de Ocaña, en donde se destacará la defensa del honor realizada por un labriego
“Peribáñez”; leyendas locales, junto a la gestión del juego del amor y de la muerte El caballero de
Olmedo; de ambiente ciudadano El acero de Madrid; campesino El villano en su rincón; comedia de
amor, también llamada de enredo, de capa y espada; pero el motor es el amor que siempre termina
triunfando: La dama boba, El perro hortelano, El anzuelo de Fenisa. Además escribió comedias de temas
religiosos. Lope de Vega trazó las líneas maestras que le debe seguir la obra dramática: métrica,
personajes, estructura, etc.
Ramón Menéndez Pelayo la clasifica de la siguiente manera:
Comedias históricas y de leyendas españolas: El mejor alcalde el rey, Peribánez y el Comendador de
Ocaña, Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, El casamiento de la muerte, El bastardo Mudarra, etc.
Comedias novelescas y de ajunto extranjero: El castigo sin venganza, Las mocedades de Roldán, etc.
Comedias de costumbres: Santiago el verde. La boda, El acero de Madrid, El villano en su rincón.
Comedias mitológicas y pastoriles: El marido más firme, Bilardo el furioso.
Comedias religiosas: La guarda cuidadoso, San Isidro Labrador.
Autos y piezas cortas: La siega, El pastor bobo, El hijo pródigo, etc.

ARGUMENTO DE ALGUNAS COMEDIAS DE LOPE DE VEGA:

FUENTE OVEJUNA.

La obra se basa en un episodio histórico que ocurrió en Fuente Ovejuna, un pueblo cordobés en 1476. Es
la época de la reconquista y de la sociedad feudal tardía.
Este pueblo es sometido no a la monarquía sino a la Orden de Calatrava. El Comendador del pueblo,
Fernán Gómez de Guzmán, no respeta las leyes y abusa de su poder, traicionando los principios feudales
y comportándose como un tirano. No sólo traiciona al pueblo, sino también a los Reyes Católicos, cuando
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decide atacar Ciudad Real. Tras una dura batalla, conquista dicho pueblo para el bando de Juana la
Beltraneja. Mientras tanto, Laurencia, la hija del alcalde, le dice a una amiga que el Comendador, que ya
tenía fama de aprovecharse de las mujeres del pueblo, le había propuesto a Laurencia ser amantes, pero
ella lo rechazó.
Los Reyes Católicos se enteran de que la Ciudad Real ha sido conquistada por las tropas del Maestre de
Calatrava y de Fernán Gómez y deciden enviar sus tropas a Ciudad Real para derrotar a los de Calatrava y
retomar la ciudad. El Comendador se encuentra por casualidad con Laurencia y trata de llevarla a su
palacio a la fuerza. En ese momento llega Frondoso, que está enamorado de Laurencia, y la rescata,
apuntándole su ballesta al Comendador.
Tras este suceso, el Comendador está furioso por el rechazo de Laurencia y quiere detener a Frondoso por
haberlo amenazado con la ballesta. Además, recibe la noticia de que los Reyes Católicos han retomado
Ciudad Real. Frondoso le pide la mano a Laurencia y ella lo acepta, pero en medio de la celebración de la
boda, llega el Comendador y detiene a los novios. El pueblo, ya harto de los robos, atropellos y
crueldades del Comendador, decide unirse y tomar la justicia por su mano. Una noche llegan al palacio,
invaden su casa y lo matan en nombre de Fuente Ovejuna y de los Reyes Católicos.
En el juicio, cuando el juez les pregunta quién mató al Comendador, todo el pueblo responde: “Fuente
Ovejuna, señor”. El pueblo pide el perdón real y los Reyes Católicos absuelven el pueblo, porque es
imposible determinar la identidad de los culpables, y además, incorporan la villa a la corona.
Comentario crítico sobre el acontecimiento.
La tesis elemental es que el pueblo no se propone cambiar el sistema social, tan solo quiere justicia y
dado el panorama decide tomarse la justicia por su mano, confiando en que la autoridad real avale su
acción. La clave de su triunfo final es la unidad de todo el pueblo. No hay ningún vecino que, aun siendo
sometido a tortura, delate al autor directo de las muertes. Ante la pregunta repetida del juez, la respuesta
siempre será la misma:
"-¿Quién mató al Comendador?
-Fuenteovejuna, Señor.
-¿Quién es Fuenteovejuna?
-Todo el pueblo, a una."
El amor cristiano de Frondoso por Laurencia frente al deseo lascivo del Comendador, es el argumento de
peso que permite a Lope hacer creíble su interpretación del hecho histórico, con la llegada de los católicos
reyes, que restablecen el orden y reconocen la justicia popular. La comedia se cierra con un apoteósico
final feliz entre vítores a los reyes y gritos contra la tiranía.

PERIBÁÑEZ O EL COMENDADOR DE OCAÑA.

Las bodas del rico labrador Peribáñez con Casilda son interrumpidas por la llegada a su casa del
Comendador de Ocaña, gravemente herido en un caso de toros. Restablecido el Comendador, se prenda
de Casilda, a quien en vano solicita durante algún tiempo. Para lograr sus malos propósitos, hace que uno
de sus criados entre como segador al servicio de Peribáñez. Este sigue ocupado en Toledo. Casilda vive
en la heredad, cuidando su hacienda (Lope pinta sus quehaceres poéticos y campesinos a la vez), y allí va
el Comendador, que se introduce en la casa y ve cerrado el dormitorio de Casilda: repite sus
proposiciones y la dama finge no conocerle, contestándole honradamente, unas veces en serio, otras en
burla, hasta que llama a los segadores.
Peribáñez ha visto en Toledo un retrato de su mujer, que se hace por orden del Comendador, sin que ella
lo sepa, y empieza a sospechar. El Comendador le nombra capitán de una tropa que va a pelear con los
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moros, tratando de alejarle. Peribáñez sale con gene, pero vuelve de incógnito y se esconde en su casa: y
poco después al Comendador, que podido penetrar también allí. Peribáñez se detiene un momento para
ver claro en tan terrible situación, se convence de la inocencia de su esposa y mata al execrado
Comendador. El Rey manda que se castigue severamente a Peribáñez; éste cuenta al Rey lo sucedido, y
don Enrique el Doliente, presentado aquí, una vez más, con el carácter de justiciero, aprueba lo que hizo
Peribáñez en defensa de su honor, confirmando su nombramiento de capitán.

El caballero del Olmedo


Trata de un hecho histórico ocurrido en el siglo XV, y en una canción popular, bellísima y anónima, que
el propio Lope aprovecha en su obra. Dice:

Que de noche le mataron y le aconsejaron


al caballero, que no se fuese
la gala de Medina, el caballeo,
la flor de Olmedo. la gala de Medina,
Sombras le avisaron la flor de Olmedo.
que no saliese.

Argumento:
El caballero de Olmedo, don Alonso, se enamora de doña Inés en la feria de Medina. Se vale de una
especie de Celestina, llamada Fabia, para declararle su amor a Inés. También se enamora de Inés el noble
don Rodrigo. Inés, para evitarlo, finge querer ser monja. Al llegar el rey Don Juan 11 a Medina, se
organiza en su honor una corrida de toros. Don Alvaro salva de la muerte a don Rodrigo, el cual, lleno de
rencor, decide matarlo. Don Alvaro se despide de Inés para volver a su lugar, Olmedo. En el camino oye a
un labrador cantar la canción anteriormente citada. Don Alvaro presiente la muerte. Los criados de don
Rodrigo hieren a don Alonso. Tello (criado de don Alonso) lo lleva a Olmedo, donde muere. Tello pide
justicia al rey, quien condena a los traidores y son decapitados.

EL CABALLERO DEL OLMEDO

Acto 111.

Escóndense y salga don ALONSO

ALONSO: Lo que jamás he tenido,


que es algún recelo o miedo,
llevo caminando a Olmedo.
Pero tristezas han sido.
Del agua el manso rüido
y el ligero movimiento
de estas ramas con el viento,
mi tristeza aumentan más.
Yo camino, y vuelve atrás
mi confuso pensamiento.
De mis padres el amor
y la obediencia me lleva,
aunque ésta es pequeña prueba
del alma de mi valor.
Conozco que fue rigor
105

el dejar tan presto a Inés...


¡Qué escuridad! Todo es
horror, hasta que el aurora
en las alfombras de Flora
ponga los dorados pies.
Allí cantan. ¿Quién será?
Mas será algún labrador
que camina a su labor.
Lejos parece que está.
Pero acercándose va.
Pues, ¡cómo! ¡Lleva instrumento,
y no es rústico el acento,
sino sonoro y süave!
¡Qué mal la música sabe,
si está triste el pensamiento!

Canten desde lejos en el vestuario y véngase


acercando la voz como que camina

VOZ: "Que de noche le mataron


al caballero,
la gala de Medina,
la flor de Olmedo."

ALONSO: ¡Cielos! ¿Qué estoy escuchando?


Si es que avisos vuestros son,
ya que estoy en la ocasión,
¿de qué me estás informando?
Volver atrás, ¿cómo puedo?
Invención de Fabia es,
que quiere, a ruego de Inés,
hacer que no vaya a Olmedo.

VOZ: "Sombras le avisaron


que no saliese,
y le aconsejaron
que no se fuese
el caballero
la gala de Medina,
la flor de Olmedo."

Sale un LABRADOR

ALONSO: ¡Hola, buen hombre, el que canta!

LABRADOR: ¿Quién me llama?

ALONSO: Un hombre soy


que va perdido.
106

LABRADOR: Ya voy.

ALONSO: [Agora] todo me espanta.) Aparte


¿Dónde vas?

LABRADOR: A mi labor.

ALONSO: ¿Quién esa canción te ha dado,


que tristemente has cantado?

LABRADOR: Allá en Medina, señor.

ALONSO: A mí me suelen llamar


el caballero de Olmedo,
y yo estoy vivo.

LABRADOR: No puedo
deciros de este cantar
más historia ni ocasión,
de que a una Fabia la oí.
Si os importa, ya cumplí
con deciros la canción.
Volved atrás. No paséis
de este arroyo.

ALONSO: En mi nobleza,
fuera ese temor bajeza.

LABRADOR: Muy necio valor tenéis.


Volved, volved a Medina.

ALONSO: Ven tú conmigo.

LABRADOR: No puedo.

Vase

ALONSO: ¡Qué de sombras finge el miedo!


¡Qué de engaños imagina!
Oye, escucha. ¿Dónde fue,
que apenas sus pasos siento?
¡Ah, labrador! Oye, aguarda.
"Aguarda," responde el eco.
¡Muerto yo! Pero es canción
que por algún hombre hicieron
de Olmedo, y los de Medina
en este camino han muerto.
A la mitad dél estoy.
¿Qué han de decir si me vuelvo?
Gente viene... No me pesa;
107

si allá van, iré con ellos.

Salgan don RODRIGO y don FERNANDO y su


gente

RODRIGO: ¿Quién va?


ALONSO: Un hombre. ¿No me ves?

FERNANDO: Deténgase.

ALONSO: Caballeros,
si acaso necesidad
los fuerza a pasos como éstos,
desde aquí a mi casa hay poco;
no habré menester dineros
que de día y en la calle
se los doy a cuantos veo
que me hacen honra en pedirlos.

RODRIGO: Quítase las armas luego.

ALONSO: ¿Para qué?

RODRIGO: Para rendillas.

ALONSO: ¿Saben quién soy?

FERNANDO: El de Olmedo,
el matador de los toros,
que viene arrogante y necio
a afrentar los de Medina,
el que deshonra a don Pedro
con alcahuetes infames.

ALONSO: Si fuérades a lo menos


nobles vosotros, allá,
pues tuvistes tanto tiempo,
me hablárades, y no agora,
que solo a mi casa vuelvo.
Allá en las rejas adonde
dejastes la capa huyendo,
fuera bien, y no en cuadrilla
a media noche, soberbios.
Pero confieso, villanos,
que la estimación os debo,
que aun siendo tantos, sois pocos.

Riñan

RODRIGO: Yo vengo a matar, no vengo


108

a desafíos; que entonces


te matara cuerpo a cuerpo.

A MENDO
Tírale.

Disparen dentro

ALONSO: Traidores sois;


pero sin armas de fuego
no pudiérades matarme.
¡Jesús!

Cae
FERNANDO: ¡Bien lo has hecho, Mendo!

Vanse don RODRIGO, don FERNANDO y su


gente

ALONSO: ¡Qué poco crédito di


a los avisos del cielo!
Valor propio me ha engañado,
y muerto envidias y celos.
¡Ay de mí! ¿Qué haré en un campo
tan solo? (Fragmento)

POESÍAS

PASTOR QUE CON TUS SILBOS AMOROSOS

Pastor que con tus silbos amorosos


me despertaste del profundo sueño;
Tú, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,


pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,


no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados;


¿pero cómo te digo que me esperes,
si estás, para esperar, los pies clavados?
109

¿QUE TENGO YO, QUE MI AMISTAD PROCURAS?

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?


¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,


pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:


"Alma, asómate agora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía!"

¡Y cuántas, hermosura soberana,


"Mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana!

UN SONETO ME MANDA HACER VIOLANTE

Un soneto me manda hacer Violante


que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,


y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,


y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho


que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

POESÍAS POPULARES

DEJA LAS AVELLANICAS, MORO.

Deja las avellanicas, moro,


que yo me la varearé.
110

Tres y cuatro en un pimpollo,


que yo me las varearé.

Al agua de Dinadámar,
que yo me las varearé,
allí estaba una cristiana,
que yo me la varearé.
Cogiendo estaba avellanas,
que yo me las varearé.
El moro llegó a ayudarla,
que yo me las varearé,
respondióle enojada,
que yo me las varearé.

Deja las avellanicas, moro,


que yo melas varearé.
Tres y cuatro en un pimpollo,
que yo me las varearé…

MAYA

En las mañanicas
del mes de mayo
cantan los ruiseñores,
retumba el campo.
En las mañanicas,
como son frescas,
cubren ruiseñores
las alamedas.
Riense las fuentes
tirando perlas
a las florecillas
que están más cerca.
Vístense las plantas
de varias sedas,
que sacar colores
poco les cuesta.
Los campos alegran
tapetes varios,
cantan los ruiseñores,
retumba el campo.

SUS SEGUIDORES SON:

Guillén de Castro 1569-1631), perteneciente al grupo valenciano, autor de Las necedades del Cid, Las
hazañas del Cid, Don quijote de la Mancha.
111

Juan Ruiz de Alarcón (1581-1639), con La verdad sospechosa, Las paredes oyen y Los pechos
privilegiados.

Tirso de Molina (1584-1648), con El burlador de Sevilla y Convidado de piedra. Tirso de Molina es
después de Lope de Vega y Calderón de la Barca la figura más importante del teatro español del siglo
XV11.

Antonio Mira de Amescua (1574-1644), hombre de fecunda imaginación. Fue canónigo en la catedral de
su ciudad natal. Hombre de carácter difícil, estrafalario, arrogante e inquieto. Autor de: El clavo del Jahel,
el esclavo de demonio, La desdichada Raquel, Galán, valiente y discreto, etc.

Luis Vélez de Guevara (1579-1644), creador de piezas sobresalientes. , muy apasionado, impetuoso y
arrebatado, autor de Reinar después de morir, Atila, azote de Dios, Más pesa el rey que la sangre.

Juan Pérez de Montalbán (1602-1638), autor de Los amantes de Teruel.

TIRSO DE MOLINA (1584-1648)

Fray Gabriel Téllez, mejor conocido como Tirso de Molina, nació en Madrid, España, el 24 de marzo del
año 1579. Fue un religioso mercenario español que se destacó como dramaturgo, poeta y escritor de la
época barroca, considerado actualmente como uno de los más grandes escritores del Siglo de Oro
español.
Tirso de Molina se destaca sobre todo como autor teatral, en temática abarca la comedia de enredo,
como Don Gil de las calzas verdes, y obras hagiográficas como la trilogía de La Santa Juana o La dama
del olivar. Se le atribuye la creación del mito de Don Juan en El burlador de Sevilla. En la citada obra,
Don Juan, un noble sevillano, altera el orden social deshonrando a cuantas mujeres se le ponen delante y
finalmente es castigado por la estatua funeraria de una de sus víctimas, el padre de una de las damas
burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos. También se encuentra en discusión la autoría de El
condenado por desconfiado, comedia de bandoleros a lo divino. Tirso fue el primer autor que dio
profundidad psicológica a los personajes femeninos, que llegaron a ser protagonistas de sus obras
literarias.
En 1600 ingresó en la Orden de la Merced y tras pasar favorablemente el noviciado tomó los hábitos en
1601. Se ordenó sacerdote en 1606 en Toledo, donde estudió Artes y Teología y empezó a escribir, y
desde allí hizo viajes a Galicia, Salamanca y a Lisboa.
Entre 1616 y 1618 estuvo en Santo Domingo, en cuya universidad fue profesor de teología durante tres
años y donde además intervino en asuntos de su Orden.
De vuelta ya en 1618, se instaló en Madrid, donde entre 1624 y 1633 aparecieron las cinco Partes de sus
comedias; estas «profanas comedias» que causaron un gran escándalo, de forma que el 6 de marzo de
1625 se reunió una de las Juntas con que el Conde-Duque de Olivares pretendía reformar las costumbres
con el siguiente orden del día:
“El escándalo que causa un frayle merçenario que se llama el Maestro Téllez, por otro nombre Tirso, con
Comedias que hace profanas y de malos incentivos y exemplos. Y por ser caso notorio se acordó que se
consulte a S. M. de que el Confessor diga al Nuncio le eche de aquí a uno de los monasterios más remotos
de su Religión y le imponga excomunión mayor latæ sententiæ para que no haga comedias ni otro género
de versos profanos.” Fue desterrado por la iglesia hacia Sevilla.
De ahí en adelante, a pesar de sus fuertes convicciones religiosas y sus impecables predicaciones, sus
obras de teatro, llenas de sarcasmo y humor, le causaron bastantes problemas al escritor, razón por la cual
se retiró hacia el monasterio de Estercuel, en Aragón.
112

Su obra dramática se caracterizaron por contar con argumentos realmente muy complejos. De él
conservan unas sesenta piezas dramáticas. Sin embargo, según su propio testimonio en el prólogo a
la Tercera Parte, sin duda algo exagerado, habría escrito en 1634, cantidad que lo convertiría en uno de
los dramaturgos más prolíficos del Siglo de Oro.
Sus personajes poseen una profundidad psicológica mayor que en otros dramaturgos de la época, y sus
caracteres femeninos destacan a menudo en sus obras, como por ejemplo la reina María de Molina en La
prudencia en la mujer. Tirso destacó sobre todo en la comedia, con piezas como Marta la Piadosa, Por el
sótano y el torno, Don Gil de las calzas verdes, La villana de Vallecas y, dentro de la comedia
palatina, El castigo del penseque, El amor médico y sobre todo El vergonzoso en palacio. Cultivó
también las obras religiosas, como los autos sacramentales: El colmenero divino, Los hermanos
parecidos, No le arriendo la ganancia; los dramas hagiográficos: Santo y sastre, la trilogía de La santa
Juana, y bíblicos; La mejor espigadora, sobre la historia de Ruth, y La vida y muerte de Herodes.
Escribió además dos misceláneas, Los cigarrales de Toledo (1621) y Deleitar aprovechando (1635),
donde tienen cabida la novela cortesana, las piezas dramáticas y los poemas de distinta temática. Otras
obras son: El colmenero divino, No le arriendo la ganancia. Escribió varios libros, como Los cigarrales
de Toledo, Historia de la Orden de la Merced, Deleitar aprovechando, La villana de La Sagra, La santa
Juana. El estilo de sus obras es abiertamente conceptista, muy jugador con los vocablos, y en sus últimas
obras con algo culterano, pero siempre sobre un fondo conceptista.
El 12 de marzo de 1648, luego de varios años de brindarle al pueblo fabulosas comedias y poesías, Tirso
de Molina murió en Almazán.
Argumento de: El burlador de Sevilla. Comedia de caracteres.
Don Juan Tenorio escapa de Nápoles por haber burlado a la duquesa Isabela, penetrando furtivamente en
su habitación con el nombre de su prometido, el duque Octavio. Naufraga en las playas de Tarragona y le
llevan a la cabaña de una pescadora, a quien rinde baja la palabra de casamiento, y luego huye. En Sevilla
penetra en la mansión de doña Ana de Ulloa, hija del comendador don Gonzalo, gracias a una carta de
ésta, interceptada, citando a su prometido, el Marqués de la Mota. Cuando doña Ana se da cuenta del
engaño, grita y acude su padre; don Juan le mata y huye; la justicia prende al Marqué de la Mota. Tenorio
llega Dos Hermanas, donde en aquel momento se está celebrando una boda de campesinos. Engaña al
marido, retrayéndole de su novia con imposturas, y al padre de la novia, deslumbrándole con sus riquezas
y palabra de casamiento. Logrado su mal propósito, huye, dejando burlada a la infeliz labrador. Vuelve
Don Juan a Sevilla, y en una iglesia ve la estatua de piedra del Comendador, a quien mató, convidándole
a cenar; éste acude, cena e invita a don Juan a la sepultura de Ulloa. Tenorio se presenta; la estatua le da
la mano, por la cual le comunica un fuego infernal; pide confesión, pero ella le contesta: “Es tarde”, y don
Juan muere.
Argumento de: Don Gil de las Calzas Verdes. Comedia de intriga.
Don Martín, amante favorecido de doña Juana, viene a Madrid, desde Valladolid. Con el nombre fingido
de Don Gil de Albornoz, a casarse con doña Inés de Mendoza. Doña Juna le sigue en traje de varón y con
el mismo nombre de don Gil. Hace el amor de doña Inés y logra que el padre de ésta le considere a ella
como el verdadero novio de su hija. Cierta noche se junta a la puerta de doña Inés cuatro galanes, todos
los cuales se dan el nombre de Don Gil y todos visten calzas verdes. Doña Juana hace que las desgracias
de aquel encuentro caigan sobre don Martín, que no ve otro medio de salir del atolladero que casarse con
su antigua amante, doña Juana.

EL BURLADOR DE SEVILLA

Fragmento de la Jornada 1.

Salen don JUAN Tenorio e ISABELA,


duquesa
113

ISABELA: Duque Octavio, por aquí


podrás salir más seguro.

JUAN: Duquesa, de nuevo os juro


de cumplir el dulce sí.

ISABELA: Mis glorias serán verdades


promesas y ofrecimientos,
regalos y cumplimientos,
voluntades y amistades.

JUAN: Sí, mi bien.

ISABELA: Quiero sacar


una luz.

JUAN: ¿Pues, para qué?

ISABELA: Para que el alma dé fe


del bien que llego a gozar.

JUAN: Mataréte la luz yo.

ISABELA: ¡Ah, cielo! ¿Quién eres, hombre?

JUAN: ¿Quién soy? Un hombre sin nombre.

ISABELA: ¿Que no eres el duque?

JUAN: No.

ISABELA: ¡Ah de palacio!

JUAN: Detente.
Dame, duquesa, la mano.

ISABELA: No me detengas, villano.


¡Ah del rey! ¡Soldados, gente!

Sale el REY de Nápoles, con una vela en un


Candelero

REY: ¿Qué es esto?

ISABELA: El rey! ¡Ay, triste,

REY: ¿Quién eres?

JUAN: ¿Quién ha de ser?


Un hombre y una mujer.
114

REY: (Esto en prudencia consiste.) Aparte


¡Ah de mi guarda! Prendé
a este hombre.

ISABELA: ¡Ay, perdido honor!

Vase ISABELA. Sale don PEDRO Tenorio, embajador de


España, y GUARDA

PEDRO: ¿En tu cuarto, gran señor


voces? ¿Quién la causa fue?

REY: Don Pedro Tenorio, a vos


esta prisión os encargo,
siendo corto, andad vos largo.
Mirad quién son estos dos.
Y con secreto ha de ser,
que algún mal suceso creo;
porque si yo aquí los veo,
no me queda más que ver.

Vase el REY

PEDRO: Prendedle.

JUAN: ¿Quién ha de osar?


Bien puedo perder la vida;
mas ha de ir tan bien vendida
que a alguno le ha de pesar.

PEDRO: Matadle.

JUAN: ¿Quién os engaña?


Resuelto en morir estoy,
porque caballero soy,
del embajador de España.
Llegue; que, solo, ha de ser
él quien me rinda.

PEDRO: Apartad;
a ese cuarto os retirad
todos con esa mujer.

Vanse los otros


Ya estamos solos los dos;
muestra aquí tu esfuerzo y brío.

JUAN: Aunque tengo esfuerzo, tío,


no le tengo para vos.
115

PEDRO: Di quién eres.

JUAN: Ya lo digo.
Tu sobrino.

PEDRO: ¡Ay, corazón,


que temo alguna traición!
¿Qué es lo que has hecho, enemigo?
¿Cómo estás de aquesta suerte?
Dime presto lo que ha sido.
¡Desobediente, atrevido!
Estoy por darte la muerte.
Acaba.

JUAN: Tío y señor,


mozo soy y mozo fuiste;
y pues que de amor supiste,
tenga disculpa mi amor.
Y pues a decir me obligas
la verdad, oye y diréla.
Yo engañé y gocé a Isabela
la duquesa.

PEDRO: No prosigas.
Tente. ¿Cómo la engañaste?
Habla quedo, y cierra el labio.

JUAN: Fingí ser el duque Octavio.

PEDRO: No digas más. ¡Calla! ¡Baste!


(Perdido soy si el rey sabe Aparte
este caso. ¿Qué he de hacer?
Industria me ha de valer
en un negocio tan grave.)
Di, vil, ¿no bastó emprender
con ira y fiereza extraña
tan gran traición en España
con otra noble mujer,
sino en Nápoles también,
y en el palacio real
con mujer tan principal?
¡Castíguete el cielo, amén!
Tu padre desde Castilla
a Nápoles te envió,
y en sus márgenes te dio
tierra la espumosa orilla
del mar de Italia, atendiendo
que el haberte recibido
pagaras agradecido,
116

y estás su honor ofendiendo.


¡Y en tan principal mujer!
Pero en aquesta ocasión
nos daña la dilación.
Mira qué quieres hacer.

JUAN: No quiero daros disculpa,


que la habré de dar siniestra.
Mi sangre es, señor, la vuestra;
sacadla, y pague la culpa.
A esos pies estoy rendido,
y ésta es mi espada, señor.
(Fragmento)

PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA, 1600-1681.

Nació en Madrid, de familia noble. Estudió en el Colegio Imperial de los jesuitas y después en Alcalá y
Salamanca. Adquirió una profunda formación teológica. A los 50 se ordena sacerdote. Contrario a Lope
de Vega que llevó una vida agitada, en él fue tranquila, precedida por la meditación y el estudio. Su
criterio político es monárquico-absolutista; su estilo de vida, cortesano y aristocrático; su religiosidad,
contra-reformista, y su nacionalismo, militar e imperialista: siempre estuvo ligado a los intelectuales más
prestigiosos de España, llegando a ser nombrado en 1663 capellán de honor del rey.
Es portavoz de su época en las ideas sobre el honor y respeto al rey, que antepone a la propia vida, pero
en la interpretación de la naturaleza y de la Historia, se muestra heredero de una etapa anterior. Para él, la
vida es un teatro y el hombre un personaje de la representación.
El teatro del Calderón es mucho más profundo que el de Lope de Vega, y perfecciona las técnicas
lopistas de la escenografía: basta comparar el Alcalde de Zalamea de suyo, con el que escribió Lope de
Vega sobre el mismo tema. Calderón vivió en el siglo XV11, siglo de barroquismo artístico y asimiló las
características del barroquismo español, en sus dos tendencias: culteranismo gongorismo y el
conceptismo quevedesco, sin caer en ninguno de los extremismos de ambos.
Sus juegos de palabras, metáforas brillantes, lenguaje apasionado, métrica cuidadosa, caracteres bien
delineados de sus principales personajes, los cuales sirven de modelos en la literatura universal, permiten
considerar a Calderón de la Barca, como el más grande dramaturgo de la literatura española.
Sus grandes temas son: la lealtad a la monarquía como freno a los desafueros de la nobleza; la defensa del
honor, los celos, como motor principal de las pasiones humanas; la virtud; la defensa de los dogmas
religiosos, y la meditación acerca de la brevedad de la vida La vida es sueño.
Hasta 1635, su producción continúa la técnica de Lope, pero después los personajes se hacen cada vez
más estilizados y van perdiendo su entidad humana para convertirse en símbolo de valor universal. La
realidad es más abstracta y en ella los personajes sostienen una lucha íntima, agonista, entre su razón y su
sentimiento. Calderón es el mejor representante del teatro de esa época. En sus obras están bien presentes
las características del Barroco.
-Culteranismo y conceptismo en el lenguaje de los personajes principales.
-Escenografía complicada, en comparación con la usada en tiempo de Lope de Vega. Se le da importancia
a los cambios de luz y a la música.
Calderón escribió 120 comedias, 80 autos, 20 entremeses y loas, dotado de gran temperamento poético;
pero también el dramaturgo europeo que experimentó en mayor grado la influencia de la ideología
cristiana y las concepciones espiritualistas. Escribió comedias de capa y espada: La dama duende;
filosófica: La vida es sueño; religiosa: El mágico prodigioso; fantásticas y mitológicas: La hija del aire;
117

de honor y celos: El médico de su honra; de historia y leyenda española: El alcalde de Zalamea; obra que
gira en torno al honor popular amparado por el monarca. Su argumento es como sigue:
El capitán don Álvaro atenta contra el honor de Isabel, hija de Pedro Crespo, villano de fortuna, luego
nombrado alcalde de Zalamea, y este, después de haberle rogado sin éxito que repare la afrenta,
casándose con ella, lo manda a ahorcar. El rey Felipe 11 que viajaba hacia Portugal, al momento del
juicio, supo lo sucedido aprobó la conducta de Pedro Crespo y lo nombra alcalde perpetuo.
Comedias religiosas: El médico prodigioso; fantásticas y mitológicas: La hija del aire, La estatua de
Prometeo. Comedias filosóficas: La vida es sueño. Obra que posee un valor excepcional como drama de
ideas, pues es una verdadera encrucijada de problemas filosóficos: el poder de la voluntad frente al
destino, simbolizado este en el influjo de los astros. El escepticismo ante las apariencias sensibles, el
escaso valor de la conciencia humana, considerada como un simple sueño. La comedia, en sí, encierra un
intenso pesimismo al afirmar que, “la mayor desgracia del hombre es haber nacido”.
En Calderón la vida humana está formada tres partes: la material, que debe ponerse al servicio del rey,
equivalente a la patria. La espiritual, que es el alma, que es de Dios. El honor, es patrimonio espiritual del
alma, que poseen todos los hombres. El alcalde de Zalamea desarrolla y agota este tema muy bien. Está
basada en un hecho histórico comprobado y que tuvo lugar en el Siglo XV1, cuando Felipe 11, rey de
España se dirigía a Portugal para proclamarse rey de la nación.
La obra deja un ejemplo en el lector: la importancia de los valores honor y honra, temas típicos en
aquellos tiempos y uno de los elementos básicos del Siglo de Oro de la literatura española.
Tanto en Lope de Vega como en el teatro calderoniano, hay una exaltación del honor y del ideal religioso
y el monárquico, en todo lo cual coincidía con la ideas de su tiempo. Es decir, su criterio político es
monárquico absolutista; su estilo de vida, cortesano y aristocrático; su religiosidad, contrareformista, y su
nacionalismo, militar e imperialista.
Es portavoz de su época en las ideas sobre el honor y el respeto al rey, que antepone a la propia vida.

Su argumento:
Don Lope de Figueroa, general de las atropas españolas que van a ocupar Portugal, para asegurar la
autoridad del rey Felipe 11, se detiene para descansar cerca de la frontera hispano-portuguesa en el pueblo
extremeño de Zalamea de la Serena. Al aposentar a soldados y oficiales en las casas de la Villa, a él le
toca dormir en la de Pedro Crespo, labrador rico, muy considerado, y padre de Isabel.
Don Ávaro de Atalde, capitán a las órdenes de D. Lope, se enamora de la hija de Crespo, Isabel, pero sin
ánimo de compromiso serio. Con ayuda de algunos subalternos se la lleva al monde y la viola. Esto que
sería en otros casos, un engaño y un abuso, se convierte en un conflicto de clases y de choque de
jurisdicciones, pues al ser elegido en esos momentos Pedro Crespo Alcalde de Zalamea, además de padre
ofendido, es la autoridad civil y judicial más importante del pueblo.
Se enfrentan pues los representantes de la milicia y la aristocracia, D. Lope y D. Alvaro, el ofensor, contra
Pedro Crespo, máxima autoridad representante del rey (monarquía). Crespo hace preso a D. Alvaro, y le
pide que se case con su hija Isabel para así reparar e honor de su familia, que representa ya a la nueva
clase social de la pequeña y gran burguesía, aliada del centralismo del rey, contra el poder decadente de la
nobleza.
El capitán no accede a unirse con una tosca campesina, aunque Pedro Crespo le ofrece su fortuna,
bastante apetecible, pues es el más rico de Zalamea. Ataide no cede, y D. Lope, su superior jerárquico,
reclama su derecho a juzgarlo. Crespo entonces, de acuerdo con la ley y la costumbre, ordena darle
muerte. Al llegar el rey, Felipe 11, de paso para Portugal, y en el momento crítico, después de enterarse
de los hechos, y pese a la rapidez y drasticidad dl Alcalde-Juez Pedro Crespo, aprueba la actitud del
alcalde y lo nombra Alcalde perpetuo de Zalamea.

Pedro Crespo ante el deshonor de su hija y el ejercicio de su autoridad, expresa:

“Al rey la hacienda y la vida,


118

se han de dar; pero el honor


es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios.”

LA VIDA ES SUEÑO.

Clasificación: filosófica; tema fundamental: la duda.


Los personajes principales son: Segismundo; su padre Basilio, rey de Polonia; Clotaldo, preceptor de
Segismundo; Rosaura hija de Clotaldo, Estrella y Astalfo.

El argumento es como sigue: los astrólogos reales de Basilio, rey de Polonia, han vaticinado que su hijo
que acaba de nacer, lo destronará y lo matará. Ante esa perspectiva, Basilio decide encerrar a su hijo
Segismundo en un castillo, amarrado con cadenas, dándole como maestro a un miembro de la nobleza de
palacio, para que lo eduque, y el cual se llama Clotaldo.
Al crecer como un joven fuerte, inteligente y tranquilo, Basilio quiere hacer una prueba, ya que es único
hijo, y quiere saber si en una sociedad humana su comportamiento será bueno y justo, o por lo contrario
se despertarán sus instintos primitivos y la vida de él, Basilio, y su trono, estarán en peligro.
Se le da a Segismundo un narcótico en la comida, y lo despiertan en la corte, vestido como príncipe y
rodeado de halagos cortesanos. Sus dudas comienzan a surgir, acerca de si aquel cambio es cierto o es un
sueño, y su corazón y voluntad entran a prueba. En una pequeña discusión con un criado, lo lanza por una
ventana, y persigue a las damas de la corte.
Basilio lo hace narcotizar de nuevo; y lo llegan al castillo. Al despertar más tarde Segismundo, empiezan
de nuevo sus dudas: ¿vive? ¿Murió y está en otro mundo? ¿Es un sueño? De ahí vendrá la interrogante de
vida-sueño, sueño-vida. ¿Es cierto lo que nos dicen nuestros sentidos? ¿La vida es un sueño y el despertar
será la muerte?
Solamente la profunda religiosidad de Calderón y su sólida formación teológica, le hará decir a
Segismundo, arrepentido por su anterior experiencia, que “aunque sea en sueños, el bien debe hacerse”.
Esta conclusión de profunda determinación ética, es la que salva la amargura vital de Segismundo, y el
pesimismo que encierra la otra conocida sentencia de “que la mayor desgracia del hombre es haber
nacido”.
Basilio será destronado y los soldados sublevados reclamarán la proclamación de Segismundo. Este
después de todo, perdona a su padre la reclusión en la caverna del castillo, con la cual el oráculo se
cumple a medias, y Segismundo con cautela, dándose cuenta de cuan mudable es el destino humano, se
deja proclamar rey.

LA VIDA ES SUEÑO.

Segismundo se rebela contra la injusticia y la falta de libertad, equivalente a falta de vida. De entre todos
los animales destaca los que simbolizan los tres elementos, para concluir con el fuego, cuya fuerza y
pasión le domina en ese instante.
Segismundo:
¡Ay mísero de mí! ¡Ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo:
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido:
bastante causa ha tenido
119

vuestra justicia y rigor,


pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.

Sólo quisiera saber


para apurar mis desvelos
(dejando a una parte, cielos,
el delito de nacer),
¿qué más os pude ofender,
para castigarme más?
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
que yo no gocé jamás?
Nace el ave, y con sus galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma:
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?

Nace el bruto, y con la piel


que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas
(gracias al docto pincel),
cuando, atrevido y cruel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto:
¿y yo con mejor instinto
tengo menos libertad?
Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
y apenas bajel de escamas
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío
¿y yo con más albedrío
120

tengo menos libertad?


Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas, sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad,
que le da la majestad
del campo abierto a su huida:
¿y teniendo yo más vida
tengo menos libertad?
En llegando a esta pasión,
un volcán, un Etna hecho,
quisiera arrancar del pecho
pedazos del corazón;
¿qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan süave,
excepción tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?

El fragmento corresponde al momento en que Segismundo se ve nuevamente encarcelado en la torre tras


su breve estancia en el palacio del rey Basilio.

Segismundo:

Es verdad; pues reprimamos


esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
121

en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

…………………………
Este apólogo procede de la tradición medieval oriental. Tiene gran relación con el “Exemplo X” de Don
Juan Manuel: “De lo que aconteció a un omne que por pobreza et mengua de otra vianda comía
atramuces” (El conde Lucanor). Rosaura pone un ejemplo (apólogo) para explicar que las penas de ella,
resultan poco graves, poca cosa, en comparación con las de Segismundo.

Rosaura:
Con asombro de mirarte,
con admiración de oírte,
ni sé que pueda decirte,
ni qué pueda preguntarte.
Sólo diré que a esta parte
hoy el cielo me ha guiado
para haberme consolado, ver
si consuelo puede ser,
del que es desdichado, ver
a otro que es más desdichado.
Cuentan de un sabio, que un día
un pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que comía.
¿Habrá otro –entre sí decía-
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.
Quejoso de la fortuna
122

yo en este mundo vivía,


y cuando entre mi decía:
¿Habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?,
piadoso me has respondido;
pues volviendo en mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.
Y por si acaso mis penas
pueden aliviarte en parte,
óyelas atento, y toma
las que dellas me sobraren
yo soy…

LOS AUTOS SACRAMENTALES

Calderón fue el mejor y el más fecundo. Casi treinta años de su vida le dedicó a escribirlos. El auto es la
representación escénica y simbólica en defensa de los misterios teológicos, en especial de la Eucaristía, en
forma tal que lleguen fácilmente a los analfabetos de la época.
Calderón de la Barca organizó una compañía de actores que se trasladaban en seis o siete carretas a las
plazas de los pueblos, después de juntarlos de frente, utilizaba sus plataformas como un escenario.
Calderón fue un gran director de escena, creador de numerosos trucos escénicos, y de los que ahora
llaman en el cinematógrafo, efectos especiales; sorprendía al público y le hacía llegar así su mensaje
religioso. En este género es donde el tema mitológico abarca con mayor extensión. Entre sus mejores
autos figuran: El gran teatro del mundo, La cena del rey Baltasar, El mágico prodigioso, La divina
Filotea y El divino Orfeo.

SOLILOQUIO: SUEÑA EL REY QUE ES REY

Sueña el rey que es rey, y vive


con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,


que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
123

todos sueñan lo que son,


aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí


destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(De: La vida es sueño)

RAMÓN NÚÑEZ HERNÁNDEZ

PRÁCTICAS DE: LET- 141

PRÁCTICA No. 1a.- CONOCIMIENTOS GENERALES

CUESTIONARIO

1.- Escribe una lista, enumerando en el mapamundi, el nombre de los países en los cuales se habla
español.
2.- Colorea en el mapa No. 1 las regiones ocupadas por el imperio romano.
3.- Escribe una lista, señalando con números a continuación: península ibérica, Mar Mediterráneo,
Canadá, Estados Unidos, Golfo de México, Brasil, Cabo de Horno, Golfo Pérsico, La India, Oceanía,
Gran Bretaña, Asia, Canal de Panamá, Mar Rojo, Alaska, Europa, Antillas Mayores: Las Bermudas y Las
Bahamas, Canal de Suez, Isla Groenlandia, Rusia, China, Océano Atlántico, Océano Pacífico, África,
Alemania, Islas Malvinas, Egipto, Grecia, Mar Mediterráneo, Desierto de Sahara, Filipina, Japón, China,
Península Itálica, Océano Pacífico, Océano Indico, Península de California, Noruega, desierto de Sahara.
4.- Nombra los diez ríos más grandes del mundo y su ubicación.
5.- Nombra las cinco cordilleras más altas del mundo y su ubicación.
6.- Nombra los cinco lagos más grandes del mundo.
7.- Nombra los diez países más grandes del mundo.
8.- Nombra las cinco ciudades más pobladas del mundo.
9.- Nombra los cinco continentes en orden de tamaño de mayor a menor.
10.- El libertador de cinco países en América del Sur y cítalos.
11.- Escribe una lista, ubicando en el mapa No. 2, los nombres de las provincias de la República
Dominicana.
12.- Conocimientos geográficos: Península de Samaná, Océano Atlántico, Canal de la Mona, Isla
Catalina, Isla Saona, Isla Beata, Mar Caribe, Bahía de Samaná, Bahía Escocesa, Lago Enriquillo, Isla
Cabritos, Haití, Cabo de Samaná, Cabo Cabrón.
124

13.- Nombra los protagonistas del ajusticiamiento del Tirano Trujillo el 30 de mayo de 1961,
denominados héroes nacionales.

Mapamundi. Imagen No. I.

Mapa de la República Dominicana. Imagen No. 2.


125

b) Datos Generales de República Dominicana.

1.- Posición geográfica.


2.- Superficie.
3.- Población
4.- Las principales cinco ciudades
5.- División territorial.
6.- La Orografía
7.- Valles
8.- Hidrografía: a) Ríos, b) Lagos y c) Presas hidroeléctricas.
9.- Recursos naturales.
10.- Monumentos importantes de la zona colonial.
11.- Nombra tres personajes importantes de tu pueblo.
12.- Nombra cinco universidades del país.
13.- Escribe los nombres de cinco medios de comunicación escrita (periódicos).
14.- Escribe los nombres cinco canales de televisión.
15.- Escribe los nombres de cinco héroes dominicanos.
16.- Menciona cinco lugares de interés turísticos.
17.- Escribe los nombres de cinco bancos comerciales.
18.- Escribe los nombres de cinco instituciones públicas o privadas.
19.- Escribe los nombres de tres asociaciones culturales y recreativas.
20.- Escribe los nombres de cinco parques nacionales y su lugar.
21.- Escribe los nombres de cinco instituciones espirituales (iglesias).
22.- Escribe los nombres de cinco centros educativos públicos o privados de tu pueblo.
23.- Escribe los nombres y períodos de gobiernos de los últimos cinco presidentes dominicanos.
24.- Escribe los nombres de cinco animales endémicos.
25.- Escribe los nombres de cinco plantas endémicas.
24.- Escribe el nombre de cinco dominicanos que se hayan destacado en cada una de las siguientes
disciplinas:

a) Política.
a) Arte plástico.
b) Música típica.
c) Deportes.
d) Poetas.
e) Novelistas y cuentistas.
f) Música.

PRÁCTICA No. 2
CUENTO DE EL INFANTE DON JUAN MANUEL

LO QUE SUCEDIÓ A UN MANCEBO QUE CASÓ CON UNA MUCHACHA MUY REBELDE

Otra vez hablaba el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, y le decía:


126

-Patronio, un pariente mío me ha contado que lo quieren casar con una mujer muy rica y más ilustre que
él, por lo que esta boda le sería muy provechosa si no fuera porque, según le han dicho algunos amigos, se
trata de una doncella muy violenta y colérica. Por eso os ruego que me digáis si le debo aconsejar que se
case con ella, sabiendo cómo es, o si le debo aconsejar que no lo haga.
-Señor conde -dijo Patronio-, si vuestro pariente tiene el carácter de un joven cuyo padre era un honrado
moro, aconsejadle que se case con ella; pero si no es así, no se lo aconsejéis.
El conde le rogó que le contase lo sucedido.
Patronio le dijo que en una ciudad vivían un padre y su hijo, que era excelente persona, pero no tan rico
que pudiese realizar cuantos proyectos tenía para salir adelante. Por eso el mancebo estaba siempre muy
preocupado, pues siendo tan emprendedor no tenía medios ni dinero.
En aquella misma ciudad vivía otro hombre mucho más distinguido y rico que el primero, que sólo tenía
una hija, de carácter muy distinto al del mancebo, pues cuanto en él había de bueno, lo tenía ella de malo,
por lo cual nadie en el mundo querría casarse con aquel diablo de mujer.
Aquel mancebo tan bueno fue un día a su padre y le dijo que, pues no era tan rico que pudiera darle
cuanto necesitaba para vivir, se vería en la necesidad de pasar miseria y pobreza o irse de allí, por lo cual,
si él daba su consentimiento, le parecía más juicioso buscar un matrimonio conveniente, con el que
pudiera encontrar un medio de llevar a cabo sus proyectos. El padre le contestó que le gustaría mucho
poder encontrarle un matrimonio ventajoso.
Dijo el mancebo a su padre que, si él quería, podía intentar que aquel hombre bueno, cuya hija era tan
mala, se la diese por esposa. El padre, al oír decir esto a su hijo, se asombró mucho y le preguntó cómo
había pensado aquello, pues no había nadie en el mundo que la conociese que, aunque fuera muy pobre,
quisiera casarse con ella. El hijo le contestó que hiciese el favor de concertarle aquel matrimonio. Tanto le
insistió que, aunque al padre le pareció algo muy extraño, le dijo que lo haría.
Marchó luego a casa de aquel buen hombre, del que era muy amigo, y le contó cuanto había hablado con
su hijo, diciéndole que, como el mancebo estaba dispuesto a casarse con su hija, consintiera en su
matrimonio. Cuando el buen hombre oyó hablar así a su amigo, le contestó:
-Por Dios, amigo, si yo autorizara esa boda sería vuestro peor amigo, pues tratándose de vuestro hijo, que
es muy bueno, yo pensaría que le hacía grave daño al consentir su perjuicio o su muerte, porque estoy
seguro de que, si se casa con mi hija, morirá, o su vida con ella será peor que la misma muerte. Mas no
penséis que os digo esto por no aceptar vuestra petición, pues, si la queréis como esposa de vuestro hijo, a
mí mucho me contentará entregarla a él o a cualquiera que se la lleve de esta casa.
Su amigo le respondió que le agradecía mucho su advertencia, pero, como su hijo insistía en casarse con
ella, le volvía a pedir su consentimiento.
Celebrada la boda, llevaron a la novia a casa de su marido y, como eran moros, siguiendo sus costumbres
les prepararon la cena, les pusieron la mesa y los dejaron solos hasta la mañana siguiente. Pero los padres
y parientes del novio y de la novia estaban con mucho miedo, pues pensaban que al día siguiente
encontrarían al joven muerto o muy mal herido.
Al quedarse los novios solos en su casa, se sentaron a la mesa y, antes de que ella pudiese decir nada,
miró el novio a una y otra parte y, al ver a un perro, le dijo ya bastante airado:
-¡Perro, danos agua para las manos!
El perro no lo hizo. El mancebo comenzó a enfadarse y le ordenó con más ira que les trajese agua para las
manos. Pero el perro seguía sin obedecerle. Viendo que el perro no lo hacía, el joven se levantó muy
enfadado de la mesa y, cogiendo la espada, se lanzó contra el perro, que, al verlo venir así, emprendió una
veloz huida, perseguido por el mancebo, saltando ambos por entre la ropa, la mesa y el fuego; tanto lo
persiguió que, al fin, el mancebo le dio alcance, lo sujetó y le cortó la cabeza, las patas y las manos,
haciéndolo pedazos y ensangrentando toda la casa, la mesa y la ropa.
Después, muy enojado y lleno de sangre, volvió a sentarse a la mesa y miró en derredor. Vio un gato, al
que mandó que trajese agua para las manos; como el gato no lo hacía, le gritó:
127

-¡Cómo, falso traidor! ¿No has visto lo que he hecho con el perro por no obedecerme? Juro por Dios que,
si tardas en hacer lo que mando, tendrás la misma muerte que el perro.
El gato siguió sin moverse, pues tampoco es costumbre suya llevar el agua para las manos. Como no lo
hacía, se levantó el mancebo, lo cogió por las patas y lo estrelló contra una pared, haciendo de él más de
cien pedazos y demostrando con él mayor ensañamiento que con el perro.
Así, indignado, colérico y haciendo gestos de ira, volvió a la mesa y miró a todas partes. La mujer, al
verle hacer todo esto, pensó que se había vuelto loco y no decía nada.
Después de mirar por todas partes, vio a su caballo, que estaba en la cámara y, aunque era el único que
tenía, le mandó muy enfadado que les trajese agua para las manos; pero el caballo no le obedeció. Al ver
que no lo hacía, le gritó:
-¡Cómo, don caballo! ¿Pensáis que, porque no tengo otro caballo, os respetaré la vida si no hacéis lo que
yo mando? Estáis muy confundido, pues si, para desgracia vuestra, no cumplís mis órdenes, juro ante
Dios daros tan mala muerte como a los otros, porque no hay nadie en el mundo que me desobedezca que
no corra la misma suerte.
El caballo siguió sin moverse. Cuando el mancebo vio que el caballo no lo obedecía, se acercó a él, le
cortó la cabeza con mucha rabia y luego lo hizo pedazos.
Al ver su mujer que mataba al caballo, aunque no tenía otro, y que decía que haría lo mismo con quien no
le obedeciese, pensó que no se trataba de una broma y le entró tantísimo miedo que no sabía si estaba viva
o muerta.
Él, así, furioso, ensangrentado y colérico, volvió a la mesa, jurando que, si mil caballos, hombres o
mujeres hubiera en su casa que no le hicieran caso, los mataría a todos. Se sentó y miró a un lado y a otro,
con la espada llena de sangre en el regazo; cuando hubo mirado muy bien, al no ver a ningún ser vivo
sino a su mujer, volvió la mirada hacia ella con mucha ira y le dijo con muchísima furia, mostrándole la
espada:
-Levantaos y dadme agua para las manos.
La mujer, que no esperaba otra cosa, sino que la despedazaría, se levantó a toda prisa y le trajo el agua
que pedía. Él le dijo:
- ¡Ah! ¡Cuántas gracias doy a Dios porque habéis hecho lo que os mandé! Pues de lo contrario, y con el
disgusto que estos estúpidos me han dado, habría hecho con vos lo mismo que con ellos.
Después le ordenó que le sirviese la comida y ella le obedeció. Cada vez que le mandaba alguna cosa, tan
violentamente se lo decía y con tal voz que ella creía que su cabeza rodaría por el suelo.
Así ocurrió entre los dos aquella noche, que nunca hablaba ella sino que se limitaba a obedecer a su
marido. Cuando ya habían dormido un rato, le dijo él:
-Con tanta ira como he tenido esta noche, no he podido dormir bien. Procurad que mañana no me
despierte nadie y preparadme un buen desayuno.
Cuando aún era muy de mañana, los padres, madres y parientes se acercaron a la puerta y, como no se oía
a nadie, pensaron que el novio estaba muerto o gravemente herido. Viendo por entre las puertas a la novia
y no al novio, su temor se hizo muy grande.
Ella, al verlos junto a la puerta, se les acercó muy despacio y, llena de temor, comenzó a increparles:
-¡Locos, insensatos! ¿Qué hacéis ahí? ¿Cómo os atrevéis a llegar a esta puerta? ¿No os da miedo hablar?
¡Callaos, si no, todos moriremos, vosotros y yo!
Al oírla decir esto, quedaron muy sorprendidos. Cuando supieron lo ocurrido entre ellos aquella noche,
sintieron gran estima por el mancebo porque había sabido imponer su autoridad y hacerse él con el
gobierno de su casa. Desde aquel día en adelante, fue su mujer muy obediente y llevaron muy buena vida.
Pasados unos días, quiso su suegro hacer lo mismo que su yerno, para lo cual mató un gallo; pero su
mujer le dijo:
-En verdad, don Fulano, que os decidís muy tarde, porque de nada os valdría aunque mataseis cien
caballos: antes tendríais que haberlo hecho, que ahora nos conocemos de sobra.
Y concluyó Patronio:
128

-Vos, señor conde, si vuestro pariente quiere casarse con esa mujer y vuestro familiar tiene el carácter de
aquel mancebo, aconsejadle que lo haga, pues sabrá mandar en su casa; pero si no es así y no puede hacer
todo lo necesario para imponerse a su futura esposa, debe dejar pasar esa oportunidad. También os
aconsejo a vos que, cuando hayáis de tratar con los demás hombres, les deis a entender desde el principio
cómo han de portarse con vos.
El conde vio que este era un buen consejo, obró según él y le fue muy bien.
Como don Juan comprobó que el cuento era bueno, lo mandó escribir en este libro e hizo estos versos que
dicen así:

Si desde un principio no muestras quién eres,


nunca podrás después, cuando quisieres.

Actividades
1.- Palabras desconocidas.
2.- Dibuja a la joven en su estado asombro
3.- Descomposición de la obra en sus tres partes:
a) Introducción (Cómo inicia)
b) Nudo (Conflicto o intriga)
c) Desenlace (Cómo termina)
4.- Punto de vista del narrador.
5.- ¿Conoces alguna historia parecida a la del cuento? Cuéntala.
6.- ¿Cuál es la intención del autor?
7.- Época y ambiente en que ocurren los hechos.
8.- ¿Cuáles personajes actúan en el cuento? Caracterízalos.
9.- Argumento del relato?
10.- Nombra otros cuentos famosos que conozca. Cita país de origen y sus autores.
11.- ¿Cuáles aspectos del cuento te llamaron la atención? ¿Por qué?
12.- Punto de vista del narrador
13.- ¿Qué relación existe entre el título y el asunto del cuento?
14.- Tu comentario crítico y de contenido sobre el cuento en dos párrafos bien estructurado.

PRÁCTICA NO. 3.- LECTURA DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente


hidalgo don Quijote de la Mancha

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más
vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún
palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían
sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de
entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los
cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín
como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión
recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el
sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso
escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba «Quijano». Pero esto importa
poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
129

Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran los más del año
—, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio
de la caza y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que
vendió muchas fanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y, así,
llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y, de todos, ningunos le parecían tan bien como los que
compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entricadas razones suyas
le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en
muchas partes hallaba escrito: «La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón
enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura». Y también cuando leía: «Los altos cielos
que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del
merecimiento que merece la vuestra grandeza...»
Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el
sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para solo ello. No estaba
muy bien con las heridas que don Belianís daba y recebía, porque se imaginaba que, por grandes maestros
que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales. Pero,
con todo, alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y
muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y dalle fin al pie de la letra como allí se promete; y sin
duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo
estorbaran. Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar —que era hombre docto, graduado en
Cigüenza— sobre cuál había sido mejor caballero: Palmerín de Ingalaterra o Amadís de Gaula; mas
maese Nicolás, barbero del mesmo pueblo, decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si
alguno se le podía comparar era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada
condición para todo, que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la
valentía no le iba en zaga.
En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro,
y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que
vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos
como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y
asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas
invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. Decía él que el Cid Ruy
Díaz había sido muy buen caballero, pero que no tenía que ver con el Caballero de la Ardiente Espada,
que de solo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes.
Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalles había muerto a Roldán, el encantado,
valiéndose de la industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía
mucho bien del gigante Morgante, porque, con ser de aquella generación gigantea, que todos son
soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado. Pero, sobre todos, estaba bien con Reinaldo de
Montalbán, y más cuando le veía salir de su castillo y robar cuantos topaba, y cuando en allende robó
aquel ídolo de Mahoma que era todo de oro, según dice su historia. Diera él, por dar una mano de coces al
traidor de Galoán, al ama que tenía, y aun a su sobrina de añadidura. (Fragmento)

a) Actividades.
1.- Breve datos biográficos sobre Miguel de Cervantes Saavedra.
2.- ¿Cuál es la intención del autor? Compara el título con las ideas contenidas en el texto.
3.- ¿En qué ambiente y época ocurrieron los hechos?
4.- ¿A qué se llamó Renacimiento y Barroquismo en España? Sus características.
5.- ¿A qué te parece la historia evocada en el fragmento?
6.- ¿Quiénes son los personajes mencionados en el texto? ¿Cómo los caracteriza el autor?
130

7.- ¿Quién es don Quijote? ¿Quién es Sancho Panza? ¿Y qué es el quijotismo? Investiga.
8.- Explica ¿a qué conclusiones llega el autor?
9.- ¿Qué otros poetas y escritores son contemporáneos suyos?
10.- ¿Para qué sirve la lectura y en qué consiste la importancia de leer el Quijote?
11.- ¿Qué otras novelas crees tú que todo estudiante debe conocer y leerlas? Cítalas y comenta una a tus
compañeros de aula.
12.- Establece una clasificación de las novelas ejemplares en idealistas y realistas.
13- Elabora un cuadro sinóptico sobre los poetas y escritores del renacimiento y el barroquismo: autor,
obras, género y juicio temático.
14.- Punto de vista del narrador.
15.- ¿Cuáles hechos o acontecimientos te llamaron más a la atención? ¿Por qué?
16.- Comentario de crítico y de contenido sobre el fragmento.
17.- ¿Cuál es el propósito del escritor?
a) Presentarnos la aventura del Quijote.
b) Presentarnos los personajes de la novela.
c) Contarnos la historia de la vida del Quijote.

PRÁCTICA No: 4

LEE TEXTO DE LA PARÁBOLA, EL HIJO PRÓDIGO Y, LUEGO, REALIZA LAS


ACTIVIDADES SIGUIENTES.

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús todos los publicanos y los pecadores para oírle. Y los fariseos y los
escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la
parte de la herencia que me corresponde." Y él les repartió la herencia. Pocos días después el hijo menor
lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su herencia viviendo como un libertino.
«Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que les envió a sus fincas a apacentar
puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que
yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros." Y, levantándose, partió
hacia su padre.
Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre
dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas
sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este
hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado". Y comenzaron la fiesta.
Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y
llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre
ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y no quería entrar. Salió su padre,
y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una
orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido
ese hijo tuyo, que ha devorado tu herencia con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"
131

Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y
alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido
hallado."
Lucas, 15, 1-3.11-32.
ACTIVIDADES:

1.- Enumera los párrafos y determina la cantidad de oraciones del texto.


2.- Expresa en tres líneas la idea central.
3.- ¿Qué hechos o acontecimientos te narra el autor?
4.- ¿Qué es una parábola?
5.- Explica ¿por qué crees que Jesús utilizó como medio de enseñanza entre sus discípulos la parábola?
6.- Investiga, ¿quiénes eran los fariseos, los gentiles, los publicanos, los escribas y los saduceos,
samaritanos, esenios? Cita nombres.
7.- Explica, ¿qué significados tienen las palabras evangelio y apóstol en el cristianismo antiguo?
8.- ¿Cuál es el mensaje del texto y qué intenta demostrar el autor con este texto?
9.- ¿Cuáles son los personajes y cómo los caracteriza?
10.- ¿Por qué el padre recibió al hijo con alegría? ¿Por qué sale a su encuentro?
11.- ¿Conoces algún hecho o acontecimiento parecido al texto que acaba de leer? Cita con ejemplos.
12.- ¿Cuál fue la reacción del hijo mayor con respecto al recibimiento del padre? ¿Qué le responde el
padre al hijo mayor?
13.- Investiga y escribe los nombres de los doce apóstoles.
14.- Elabora un juicio crítico y temático sobre el autor.
15.- Expón un juicio crítico y de contenido en torno al texto.
16.- ¿Qué significa hijo pródigo?
17.- Explica, ¿por qué el maestro hablaba en parábolas a sus seguidores?
18.- Expón en un párrafo de no menos cinco oraciones el mensaje del texto.
19.- Cita otras parábolas contadas por el maestro.

PRACTICA No: 5

ESCRIBA SOBRE LA RAYA EL NÚMERO DE LA PALABRA QUE SE DEFINE.

1.- Prioridad --- Se dice de lo que sirve para separar una cosa de otra menos importante.
2.- Criba --- Integridad y honradez en la actuación.
3.- Ineficaz --- Se dice de lo que puede manifestarse o mostrarse.
4.- Ostensible --- Hacer perder la fuerza o el vigor.
5.- Senil --- Se refiere a los envejecientes.
6.- Hosanna --- Alegría, alegría.
7.- Grafía --- Prefijo que significa correcto, recto, como debe ser
8.- ¡Aleluya! --- Saludo, saludo.
9.- Alfabeto --- Conjunto de letras usadas para transcribir los fonemas.
10.- Paremiología --- Maestro, guía.
11.- Rabino --- Que estudia las manifestaciones populares
12.- Sonido --- Pérdida del habla a consecuencia de desorden cerebral.
13.- Amén --- Palabras que indican las acciones que realizan las personas.
14.- Verbos --- Profeta, enviado, salvador.
15.- Epónimo --- Que da su nombre a un pueblo.
16.- Letras --- La realización gráfica de los fonemas.
17.- Fonología --- Estudio de los fonemas de una lengua.
18.- Afasia ----Es la realización fonética de los fonemas.
132

19.- Displasia ---- Es una lección precancerosa de la célula del cuello uterino.
20.- Orto ---- Letras o signos que se emplean para poder representar los sonidos.
21.- Apóstol ---- Alabado sea.

PRÁCTICA No. 6.- LECTURA DE APRENDIZAJE Y REFLEXIÓN. VALOR 10 PUNTOS

El árbol confundido

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un
hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No
sabía quién era."
"Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas
manzanas. ¿Ve que fácil es?"
- No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?"
Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía
cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación
del árbol, exclamó:
- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la
solución.
No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo, conócete, y para lograrlo, escucha
tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.
- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol desesperado, cuando de
pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior
diciéndole:
- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal.
Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso.
Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión "Cúmplela".
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Y tú... ¿dejas crecer el roble que hay en ti?
En la vida, todos tienen un destino que cumplir, un espacio que llenar.
No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser.
(Sacado de la Internet, Anónimo)

Actividades
1.- Busca las palabras desconocidas en el diccionario.
2.- ¿De qué trata el texto?
3.- ¿Cuál es la intención del autor?
4.- ¿Qué hechos o acontecimientos se narran en el texto?
5.- ¿A qué tipo de público va dirigido el texto?
6.- ¿Cuáles modalidades de expresión hay en esta lectura?
7.- ¿Cuál es el tema o idea central del texto?
8.- ¿Conoces alguna persona con problemas similares a los del árbol? Exponlo por escrito.
9.- ¿Cuáles árboles y aves participan en el cuento?
10.- ¿En qué época y lugar se desarrolla el cuento? ¿Cómo es el ambiente en el jardín?
11.- ¿Quién es la principal víctima? ¿Por qué?
133

12.- ¿Está el texto expresado objetiva o subjetivamente?


13.- Nivel de lengua predominante: literario, técnico o científico.
14.- ¿Aparece en el texto alguna conclusión y recomendación? ¿Cuáles?
15.- Según tu opinión, ¿cuáles eran los principales problemas que amenazaban al árbol y que no lo dejaban
desarrollar?
16.- ¿Qué le recomendó el búho al verlo desesperado?
17.- En tu cuaderno, haz un dibujo de un árbol que represente esas características.
18.- ¿Qué significado e importancia tiene para el ser humano conocerse así mismo?
19.- ¿En qué tiempo y persona gramatical está narrado el cuento? ¿Cómo lo sabes?
20.- Elabora en dos párrafos un juicio crítico y de contenido valorando el texto leído.

PRACTICA No. 8

WILLIAM SHAKESPERE, INGLATERRA. TEATRO ISABELINO. VALOR 10 PUNTOS

JULIO CÉSAR (Fragmento)

ESCENA TERTIA

El mismo lugar. — Una calle


Truenos y relámpagos. Entran por opuestas direcciones CASCA, con la espada desmida, y CICERÓN
CICERÓN. — ¡Buenas tardes, Casca! ¿Habéis conducido a César a su casa? ¿Por qué estáis sin aliento y tan
espantado?
CASCA. — ¿No os conmovéis cuando se estremecen en masa los cimientos de la tierra como una cosa
vacilante? ¡Oh Cicerón! He visto tempestades en que los irritados vientos rajaban las nudosas encinas y he
contemplado al ambicioso océano hincharse y mugir espumoso para alzarse tan alto como las amenazadoras
nubes; pero nunca hasta esta noche, nunca hasta ahora mismo presencié una tempestad que destila fuego.
¡De por fuerza hay empeñada en el cielo una guerra civil, o el mundo, demasiado insolente con los dioses,
los provoca a consumar la destrucción!
CICERÓN. — ¡Qué! ¿Habéis visto algo aún más que asombroso?
CASCA. — Un siervo ordinario, a quien conocéis de vista, levantó su mano izquierda, de la cual brotaron
llamas, y ardió como veinte antorchas juntas, y, no obstante, su mano, insensible al fuego, permaneció ilesa.
Aún hay más, y desde ese momento no he vuelto a envainar mi espada: frente al Capitolio hallé un león, que
me miró con ojos encendidos y se alejó encolerizado, sin hacerme mal. Y sobre un alto he encontrado un
grupo como de cien mujeres, pálidas, demudadas por el terror, que juraban haber visto recorrer las calles
arriba y abajo a hombres completamente envueltos en, llamas. Y ayer, el ave de las tinieblas se posó en
pleno día sobre la plaza del mercado, graznando y chillando. Cuando coinciden a unas semejantes prodigios,
que nadie diga: «Son fenómenos naturales, y sus causas éstas», porque, a mi juicio, son presagios siniestros
para los países donde se verifican.
CICERÓN. — Es ésta una época bastante extraña, por cierto; pero los hombres pueden interpretar las cosas
a su manera, contrariamente al fin de las cosas mismas. ¿Vendrá mañana César al Capitolio?
134

CASCA. — Sí, porque encargó a Antonio que os hiciera saber que estaría allí mañana.
CICERÓN. — Pues buenas noches, Casca. Con esta perturbación del firmamento no está el ánimo para
pasear.
CASCA. — ¡Adiós, Cicerón!
(Sale CICERÓN. Entra CASIO.)
CASIO. — ¿Quién va?
CASCA. — Un romano.
CASIO. — Por vuestra voz, sois Casca.
CASCA. — Tenéis buen oído. ¡Qué noche, Casio!
CASIO. — Una noche muy grata para los hombres de bien.
CASCA. — ¿Quién ha visto jamás un cielo tan airado?
CASIO. — ¡Los que saben lo llena de delitos que está la tierra! Por mi parte, he vagado por las calles,
arrostrando la noche peligrosa. Y desceñido como me veis, Casca, he expuesto mi pecho a las centellas, y
cuando el azulado relámpago oblicuo parecía desgarrar el seno del cielo, yo mismo me ofrecí como su
blanco y bajo su fuerte estallido.
CASCA. — Pero ¿por qué tentáis tanto a los cielos? Es propio del hombre temblar y estremecerse cuando
los dioses de mayor potencia envían para aterrarnos estos terribles mensajeros.
CASIO. — Sois torpe, Casca, y carecéis de esos destellos de vida que deben existir en todo romano; o al
menos, no los queréis utilizar. Os veo pálido y pusilánime, lleno de temor, y repentinamente estupefacto ante
la rara impaciencia de los cielos. Pero si consideráis la verdadera razón de todos estos fuegos, de todos estos
errantes fantasmas, de esas aves y bestias que cambian de naturaleza, de esos decrépitos, locos y niños que
reflexionan, de todas esas cosas que transforman su orden, su modo de ser y sus facultades primitivas en
cualidades monstruosas, habéis de convenir en que el cielo les ha infundido semejante disposición,
tomándolos como instrumentos de temor y alarma para algún estado de cosas fuera de las condiciones
normales. Ahora podría yo, Casca, nombraros a un hombre muy semejante a esta terrible noche, que truena,
relampaguea, abre tumbas y ruge como león del Capitolio; un hombre que en valor personal no es más fuerte
que vos y que yo, y que, sin embargo, ha crecido prodigiosamente y es tan aterrador como esas extrañas
conmociones.
CASCA. — Es a César a quien os referís, ¿no es así, Casio?
CASIO. — ¡Sea quien fuere! Porque hoy los romanos tienen músculos y nervios como sus antepasados. Pero
¡desdicha de los tiempos!, el alma de nuestros padres ha desaparecido, y es el espíritu de nuestras madres el
que nos gobierna. ¡Nuestro yugo y sumisión prueba que somos afeminados!
CASCA. — Se dice, efectivamente, que los senadores pretenden mañana aclamar a César como rey, y que
llevará su corona por mar y tierra en todas partes, menos aquí en Italia.
135

CASIO. — ¡Ya sé entonces el sitio de este puñal! ¡Casio librará a Casio de la esclavitud! Por eso, ¡oh.
dioses!, convertís a los débiles en los más fuertes. Por eso, ¡oh dioses!, sojuzgáis a los tiranos. ¡Ni las torres
de piedra, ni las murallas de bronce forjado, ni las prisiones subterráneas, ni los recios eslabones de hierro
pueden resistir el vigor del espíritu! Porque la vida, fatigada de estas, barreras mortales, nunca pierde el
poder de libertarse a sí propia. Y pues yo sé esto, que el mundo entero sepa también que de la parte de tiranía
'que sufro puedo sacudirme cuando me plazca.
(Truenos todavía.)
CASCA. — ¡Igual puedo yo! ¡Cada esclavo tiene en su propia mano el poder de anular su cautividad!
CASIO. — ¿Y por qué, entonces, habría de ser César un tirano? ¡Pobre hombre! Bien se me alcanza que no
se atrevería a ser un, lobo a no ver que los romanos son unos corderos. ¡Ni sería león si no fueran ciervos los
romanos! Los que tienen prisa en encender un gran fuego lo hacen con míseras pajas... ¿Qué estercolero, qué
desecho, qué inmundicia es Roma, cuando sirve de baja materia para alumbrar una cosa tan vil como César?
Pero ¡oh dolor! ¿Adónde me conduces? Quizá hablo ante un hombre que voluntariamente es siervo, en cuyo
caso me hará responder de mis palabras; pero voy armado y el peligro me es indiferente.
CASCA. — ¡Habláis a Casca, esto es, a un hombre incapaz de violar un secreto! ¡Tomad mi mano! ¡Alzad la
voz para remediar todos estos males, e iré tan lejos en mis pasos como el más atrevido!
CASIO. — ¡Queda aceptado el trato! Sabed ahora, Casca, que he comprometido a algunos de los más
generosos y nobles romanos a acometer conmigo una empresa llena de honrosas y arriesgadas
consecuencias. En este instante me esperan en el atrio de Pompeyo, pues en noche tan terrible como ésta no
hay movimiento ni paseo en las calles y el aspecto del cielo favorece la obra que tenemos entre manos, la
más sangrienta, feroz y aterradora.
(Entra CINA.)
CASCA. — Apartad un momento, pues se acerca uno a toda prisa.
CASIO. — Es Cina; le conozco en los pasos. Un amigo. Cina, ¿dónde marcháis tan apresuradamente?
CINA. — En busca vuestra. ¿Quién es éste? ¿Metelo Címber?
CASIO. — No; es Casca, un afiliado a nuestra empresa. ¿Me aguardan, Cina?
CINA. — Me alegro de ella ¡Qué tremenda noche! Dos o tres de los nuestros han visto visiones extrañas.
CASIO. — ¿Me esperan? Decidme.
CINA. — Sí, os aguardan. ¡Oh, Casio! ¡Si pudierais atraer a nuestro partido al noble Bruto!...
CASIO. — ¡Tranquilizaos, querido Cina! Tomad este papel y colocadlo en la silla del pretor, de modo que
Bruto pueda hallarlo, y arrojad éste por su ventana. Éste fijadlo con cera en la estatua del antiguo Bruto. Y
hecho todo, dirigios al atrio de Pompeyo, donde nos encontraréis. ¿Están allí Decio Bruto y Trebonio?
CINA. — Todos, menos Metelo Címber, que fue a buscaros a vuestra casa. Bien; iré en seguida y distribuiré
estos papeles como me habéis ordenado.
CASIO. — Después encaminaros al teatro de Pompeyo.
136

(Sale CINA.)
Venid, Casca. Vos y yo iremos todavía antes de amanecer a ver a Bruto en su casa. Tres cuartas partes de él
son a estas horas nuestras, y al primer encuentro nos pertenecerá completamente el hombre.
CASCA. — ¡Oh, él ocupa un lugar elevado en todos los corazones del pueblo! Y lo que en nosotros
parecería delito, su sola presencia, como por la más rica alquimia, lo transformaría en virtud y acto
meritorio.
CASIO. — Habéis comprendido perfectamente cuánto vale y la gran necesidad que tenemos de su persona.
Vayámonos, pues es ya más de medianoche [7], y antes del día debemos despertarle y asegurarnos de él.
(Salen.) FIN DEL ACTUS PRIMUS (William Shakespeare, Inglaterra).

Ejercicios de interpretación.

1.- Auxíliate del diccionario y busca los siguientes nombres:


a) Julio César
b) Bruto
c) Marco Antonio
e) Roma
f) Casio
g) Casca
h) Lépido
i) Octavio Augusto
j) Cicerón
k) Cina
l) Cleopatra
2.- Datos biográficos sobre William Shakespeare.
3.- ¿Qué significa género teatral?
4.- Define: tragedia, drama, comedia.
5.- ¿Qué es un triunvirato? Pon ejemplos conocidos en el país y los dos en el antiguo Imperio Romano.
6.- ¿De qué trata el fragmento que acabas de leer?
7.- ¿Cuál es el tema central del fragmento?
8.- Por la forma de expresión, ¿a qué género pertenece el fragmento? ¿Cómo lo sabes?
9.- Busca información sobre la obra y expón su argumento completo.
10.- Caracteriza los personajes que intervienen en la obra.
11.- ¿Has leído alguna otra obra del autor, ¿cuál o cuáles? Escribe sobre ella.
12.- ¿A qué se llamó época isabelina?
13.- ¿Quién era Isabel en la dinastía inglesa?
14.- ¿Cuál o cuáles son los personajes cutrales de la obra?
15.- ¿Qué otros autores contemporáneos suyos conoces en el mundo europeo?
16.- Elabora una ficha crítica y de contenido sobre la temática de las demás tragedias de Shakespeare.
17.- Nombra la dinastía de los doce césares y los antoninos. Cita el período de su reinado en orden
cronológico.
18.- ¿Cuál es el argumento de Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth y Sueños de una noche
de verano?

EL MITO DE PROMETEO
137

Cuenta la mitología griega que Prometeo, osado Titán al que gustaba provocar la ira de Zeus, llevó a éste a
tal punto de cólera que terminó por quitar el fuego a los hombres. Esperaba así castigar indirectamente
a Prometeo, el cual se consideraba benefactor de la humanidad. Pero Prometeo, al que gustaba presumir de
astuto, entró sigilosamente en el Olimpo, robó tan preciado tesoro del carro del dios Sol y, sin perder tiempo
alguno, lo devolvió a los desamparados mortales.
Historia de Prometeo
Zeus, convencido de que debía castigar tanta burla, mandó llamar a Hefesto y le ordenó que creara una
mujer hecha de arcilla. Una vez que estuvo terminada, le dio vida y la envió con Hermes, dios de los
viajeros, ante Epimeteo, hermano de Prometeo. Esta mujer, llamada Pandora, y llevaba con ella una caja
llena de terribles males que jamás debía de ser abierta. Prometeo intentó en vano que su hermano se alejara
de cualquier cosa que proviniera de los dioses, pero Epimeteo se había enamorado perdidamente y quiso
desposarla.
Pandora, que había sido creada con virtudes y también con grandes defectos, abrió la caja prohibida y los
males se extendieron por el mundo. Ya Zeus había conseguido vengarse de los hombres.
En cuanto a Prometeo, lo mandó Zeus capturar para ser encadenado por Hefesto, dios del fuego y de los
metales forjados, a una alta montaña donde, cada jornada, un águila hambrienta le devoraría el hígado.
Como era inmortal, el órgano le crecía de nuevo, así que cada noche volvía tan cruel depredador a
comérselo, con lo cual el sufrimiento era inimaginable y eterno.

He aquí que Heracles, que pasaba por allí rumbo al Jardín de las Hespérides, lo liberó derribando al águila
con una poderosa flecha. Esta vez a Zeus le pudo más el orgullo por la hazaña de su hijo Heracles que el
rencor que anidaba en su pecho, así que no persiguió más a Prometeo.
Eso sí, le obligó a llevar, durante toda la eternidad, un anillo en el que se erigía un trozo de la roca a la que
tan terriblemente estuvo encadenado.

LA CAJA DE PANDORA

Autor: anónimo
138

Los dioses encargaron a los hermanos Prometeo y Epimeteo que crearan a los animales y al hombre y que
les dieran los recursos necesarios para sobrevivir. Epimeteo creó a todos los animales. Prometeo modeló
cuidadosamente a los hombres con una mezcla de tierra y agua, procurando que se parecieran a los dioses.
Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese distribuir las cualidades de los animales:
- Una vez que yo haya hecho la distribución -le dijo- tú la revisas.
Epimeteo, con el permiso de Prometeo, comenzó el reparto. A unos les daba fuerza, pero no con la rapidez
que se la daba a los más débiles, a otras armas, a los que proporcionaba un cuerpo pequeño les daba alas
para volar, a otros un cuerpo grande para que pudieran defenderse. Así, de forma equitativa, fue
distribuyendo todas las facultades para que todas las especies pudieran sobrevivir. Después los cubrió de
pelo espeso y piel gruesa para protegerlos del frío del invierno y del calor del verano. Para que pudieran
moverse con comodidad a algunos les puso en los pies cascos y a otros una piel gruesa. Para que se
alimentaran a unos les dio hierbas de la tierra; a otros frutos de los árboles y a otras raíces y hubo especies
a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. A los animales que eran comidos por otros
animales les concedió una gran fecundidad para evitar que su especie desapareciera.

Epimeteo, que no era muy listo, gastó, sin darse cuenta, todas las cualidades en los animales más brutos y
dejó a la especie humana sin facultades.

Cuando llegó Prometeo para revisar el trabajo de Epimeteo vio a todos los animales armoniosamente
equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo y sin armas para defenderse.
Se acercaba el día en el que los hombres debían vivir en la tierra y Prometeo que amaba a los hombres les
concedió el fuego para que pudieran sobrevivir y les enseñó a respetar a los dioses. Los hombres, como
estaban hechos a semejanza de los dioses, adquirieron la capacidad de articular sonidos, vocales, palabras
y nombres, inventaron viviendas, vestidos, calzado y aprendieron a obtener alimentos de la tierra.
Un día Prometeo sacrificó un gran toro a los dioses e intentó, como siempre, favorecer a los hombres,
aunque tuvo que engañar a los dioses. Para conseguirlo hizo dos partes con el asado. En un montón
escondió la carne bajo una capa de huesos y tendones, en el otro montón puso el resto de los huesos y los
cubrió con apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió el
plato de huesos y Prometeo se quedó con el plato de carne para los hombres.
Zeus, enfadado por el engaño, quitó a los hombres el fuego.
Prometeo, apenado por los hombres, trepó al monte Olimpo y robó a Atenea la sabiduría de las artes y a
Hefesto el fuego de su forja. De este modo recibieron los hombres los conocimientos y los recursos
necesarios para conservar la vida.
139

Para vengarse de Prometeo por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que creara la primera mujer de
la tierra.
Hefesto modeló con arcilla una bellísima mujer que se llamó Pandora. Cuando Zeus le infundió vida la
belleza de Pandora impresionó a todos los dioses del Olimpo y cada dios le fue concediendo una cosa.
Atenea la dotó de sabiduría, Hermes de elocuencia y Apolo de dotes para la música. El regalo de Zeus
consistió en una hermosa caja, que se suponía contenía tesoros para Prometeo, pero le dijo a Pandora que
la caja no podía abrirse bajo ningún concepto, lo que Pandora prometió a pesar de su curiosidad.
Pandora y su caja fueron ofrecidos a Prometeo, pero este no se fiaba de Zeus y no quiso aceptar los
regalos. Para que Zeus no se ofendiera Prometeo entregó ambos regalos a su hermano Epimeteo y le dijo
que guardara bien la llave de la caja para que nadie pudiera abrirla. Cuando Epimeteo conoció a Pandora
se enamoró locamente y se casó con ella, aceptando la caja como dote.

Un día Pandora, que era muy curiosa, no pudo aguantar más, le quitó la llave a Epimeteo y abrió la caja, de
la que salieron cosas horribles para los seres humanos como enfermedades, guerras, terremotos, dolor,
hambre y otras muchas calamidades.
Al darse cuenta de lo que había hecho, Pandora intentó cerrar la caja, pero sólo consiguió retener dentro la
esperanza que, desde entonces, ayuda a todos los hombres a soportar los males que se extendieron por toda
la tierra.

El castigo de Prometeo fue horrible. Zeus ordenó a Hefesto que lo encadenara a una roca del monte
Cáucaso, donde todos los días enviaba a un águila, hija de los monstruos Tifón y Equidna, para que se
comiera el hígado de Prometeo. Como Prometeo era inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche, y el
águila volvía a comérselo cada día. Este castigo debía de durar toda la eternidad, pero cuando habían
transcurrido treinta años, Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las
Hespérides y mató con una flecha al águila. Zeus perdonó a Prometeo, aunque le condenó a llevar las
cadenas y la roca durante toda la eternidad.

TEMA 2. INVESTIGA Y ESCRIBE AL LADO DE LA OBRA SU AUTOR. DIGA, ADEMÁS, PAÍS DE


ORIGEN Y FECHA DE NACIMIENTO.

La Ilíada
La Odisea
La Orestiada
Edipo Rey
Edipo en Colona
Las nubes
Medea y Electra
Las avispas
Las ranas
Prometeo encadenado
Retirada de los diez mil
Historia de la guerra del Peloponeso
El Mahabharata
Panchatantra
Hitopadesa
Ramayana
Cantar de los cantares
Los salmos
140

El apocalipsis
Hechos de los apóstoles
Miles gloriosus
Aulularia
Los trabajos y los días
Los esclavos
Los adelfos y Hécira
Bucólicas
La Eneida
Las geórgicas
Epístolas a los Pisones
La Celestina
Fuenteovejuna
La vida es sueño
El alcalde de Zalamea
El buscón
Polifemo y Galatea
Don Juan Tenorio
Nuestra señora de París
Los miserables
Arte de amar
Las tristes y Las pónticas
Las metamorfosis
La teogonía
La guerra de la Galia y La guerra civil
Décadas
Los nibelungos
La catilinaria
Cantar del mío cid
Milagros de nuestra señora
Libro de buen amor
Decamerón
Sonetos y Canciones
La divina comedia
Odas y Sátiras
El conde Lucanor
Las mil y unas noches
Ana Karenina
La madre
Crimen y castigos
Ulises
Madame Bobary
La divina comedia
El Decamerón
El quijote de la Mancha
La metamorfosis
Casa de muñeca
La Celestina
Ulises
El cantar del mío Cid
141

La dama de las camelias


La Ilíada
La Eneida
La cabaña del tío Ton
La vida es sueño
Eloísa
Fuente Ovejuna
Hamlet
El principito
El príncipe
La utopía
Elogio de la locura
La Orestiada
Edipo rey
Prometeo encadenado
Antígona

PRACTICA No. 9a. Define:

Poesía épica
Poesía lírica
Poesía dramática
Poesía didáctica
Poesía dramática
Cantar de gesta
¿Cuáles son las dos obras didácticas de la India y qué contienen?
Nombra los fabulistas de la antigua Grecia y Roma
¿Qué es la epístola?
¿Qué es literatura?
¿Qué es soneto?

9b) Actividades de comprensión y análisis.

LA LIEBRE Y LA TORTUGA

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente
se reía de la lenta tortuga.
-¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! –decía la libre riéndose de la tortuga.
-Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.
-¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre.
-Pues sí, a ti. Pongamos nuestra apuesta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera -decía la liebre riéndose de la tortuga.
Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre.
La liebre, muy divertida, aceptó.
Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo,
comenzó la carrera entre grandes aplausos.
Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan
lerda criatura!
Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero, eso sí, sin parar. Enseguida, la liebre se
adelantó muchísimo. Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar.
142

Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovechó para burlarse de ella una vez más. Le dejó ventaja y nuevamente emprendió
su veloz marcha.
Varias veces repitió lo mismo, pero, a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la
liebre se tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida.
Mientras tanto, pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se
despertó, corrió con todas sus fuerzas, pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.
Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás: No hay que burlarse jamás de los demás.
También de esto debemos aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos.
(Fábula de Esopo, Grecia)

Actividades:
1.- Busca en el diccionario las palabras:
Liebre
Tortuga
Parca
Trémulo
Balbuciente.
Fábula
2.- Datos biográficos sobre el autor.
3.- ¿Cuál es el tema de la fábula?
4.- ¿Qué relación tiene el título con el tema?
5.- ¿Cuál es la finalidad del autor al escribir dicho texto?
6.- ¿Cuál es el esquema estructural seguido en el relato? Represéntalo en un esquema narrativo: inicio, nudo, desenlace.
7.- ¿A qué género literario pertenece la fábula? ¿Por qué?
8.- ¿Qué otros fabulistas de la literatura clásica conoces?
9.- ¿Quién es considerado como el primer fabulista dominicano? Copia una fábula de ese autor.
10.- ¿A qué aspecto del relato te parece que el autor le presta más atención? ¿Por qué?
11.- ¿Cómo se inicia, ¿cómo se desarrolla o se teje el conflicto y cómo termina? Explica tu respuesta.
12.- ¿Qué hechos o acontecimientos nos narra el autor?
13.- ¿En qué persona verbal está narrado el texto?
16.- Piensa y reflexiona, ¿cuál es la moraleja del texto? Un párrafo.

CUESTIONARIO DE LET- 141

TEMA 1. RESONDE

Nombra los doce apóstoles


Nombre de los autores de los cuatro Evangelios
Orador por excelencia de Roma, de estilo rico, elegante y matizado
Son llamados padre de la medicina, padre de la historia y padre de la oratoria
Son tres autores españoles de la edad de oro de la literatura latina en la época de Julio César y Augusto
Se le conoce como obra maestra de la Roma antigua.
Se consideran las dos obras más perfectas del teatro griego.
Son los tres filósofos más representativos de la Grecia clásica.
Cita los filósofos conocidos como filósofos de la naturaleza o presocráticos.
Poeta griego llamado padre la poesía didáctica
Cita los dos grandes historiadores latinos y una obra de cada uno
Cita los dos más grandes comediantes de la Grecia antigua y de la Roma antigua
Son los tres grandes líricos romanos y una obra de cada uno
Son los tres grandes trágicos y comediantes griegos. Cita tres obras de cada uno.
Cita los tres grandes historiadores de la Grecia antigua y una obra de cada uno
143

Cita los tres poetas más destacados de la lírica griega y una obra de cada uno.
Cita los cinco libros del Pentateuco y diga de qué tratan. Su autor.
Nombra los libros que componen el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento. Sus autores
¿Quién fue Mecana?
¿Quién fue Tespis?
¿Cuáles son las obras más importantes de la épica griega y la épica de la India?
¿Cuáles son las principales características de la épica?
¿Cuál es la finalidad de la épica griega?
¿Cuáles son las obras más importantes de la literatura clásica?
Grandes obras de escritores de la Antigüedad Griega y Romana
¿Cuáles son los principales representantes de la literatura griega y latina?
¿Qué motivos desencadenaron la guerra entre troyanos y aqueos según la mitología griega?
¿Qué dioses y diosas apoyan a los troyanos ya los griegos?
¿Cuáles son las obras griegas más importantes, tanto en la épica, en el teatro y en la lírica?
¿Cuáles fueron las obras más sobresalientes de la cultura griega?
¿Qué culturas comprende la literatura clásica?
¿Cuáles son los géneros de la literatura griega?
¿Cuáles son las obras más representativas de la literatura oriental?
¿Cómo surge la literatura antigua?
¿Cuándo surge la literatura?
¿Cómo era la literatura de los hebreos?
¿Qué es el clasicismo occidental?
¿Cuándo se inició la literatura hebrea?
¿Qué es y para qué sirve la literatura?
¿Cuáles son las culturas más significativas de la literatura antigua?
¿Dónde se originó la literatura?
¿Cómo se divide la literatura antigua?
¿Por qué la literatura es considerada como un arte?
¿Qué representa Grecia en la literatura?
¿Qué es la literatura griega?
¿Cuál es la importancia de la literatura clásica?
¿Qué abarca la literatura universal?
¿Cuál es la forma más antigua de la literatura?
¿Qué relevancia tiene la Epopeya de Gilgamesh?
¿Qué es el Poema de Gilgamesh quién lo escribió?
¿Dónde se originó la Epopeya de Gilgamesh?
¿Cómo era su sociedad Gilgamesh?
¿Cuál es el mérito principal de la Epopeya de Gilgamesh?
¿Cuál crees que fue la intención del autor cuando creo la Epopeya de Gilgamesh?
¿Cuál es el origen de la epopeya?
¿Cómo cambio la forma de ser de Gilgamesh?
¿Cómo muere Gilgamesh?

11. DESARROLLA
Elabora un breve comentario de contenido (argumento) de las siguientes obras.

La Odisea, La Ilíada, La Eneida, Edipo Rey, La Orestiada, Prometeo encadenado, Aulularia, Cantar de los
cantares, Las bucólicas, La geórgica, El Mahabharata, Los Salmos, La Biblia, El Ramayana, El Hitopadesa, El
Decamerón, La Eneida, La divina comedia, Cancionero, La Celestina, La canción del Roldán, Los Vedas. Las
troyanas, Antígona
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