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UNIVERSIDAD ESTATAL DE MILAGRO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


CARRERA: PSICOLOGÍA ONLINE

Tema: Efectos de la pornografía en la sexualidad y la percepción del cuerpo

AUTOR:
 Almeida Andrade Karla Germania

ASIGNATURA:
Psicología Infantil y Estimulación Neuropsicológica

DOCENTE:
Psi. Karla Gabriela Mora Alvarado

SEMESTRE:
Octavo Semestre Paralelo “C2”

PERÍODO:
Abril a agosto 2023

MILAGRO – ECUADOR
INTRODUCCIÓN

“La pornografía es el intento de insultar al sexo, de ensuciarlo”


D.H. Lawrence
Las relaciones sexuales, son parte de integral de los seres humanos y cuyo objetivo

primario desde el punto de vista biológico es la reproducción. Se define como el conjunto de

comportamientos eróticos en pareja y que incluye el coito. Fisiológicamente, existen varios

cambios de los efectores, diferenciadas en fases, como la de excitación, de meseta, orgásmica

y de resolución (Universidad de Chile, s.f.).

Como parte holística de los seres humanos, los grupos humanos han registrado esta

parte del comportamiento humano desde la antigüedad, como en el caso de las denominadas

“Venus de Valdivia”, cuyas figuras simulan un falo, indicando lo importante que es esta

temática para la humanidad y que su registro no es reciente.

La pornografía actual surgió con la invención de la fotografía y la cinematografía con

altos índices de consumo, en los que se caracteriza con detalle imágenes con contenidos

sexuales de parejas manteniendo relaciones íntimas, con la intención de despertar excitación

entre los usuario que consumen este género (Veschi, 2018).

Por lo tanto, se define como pornografía a la filmación, fotografías y exposición de

manera explícita y evidente de relaciones sexuales, que se ha difundido a partir del siglo XX

de la mano de las nuevas tecnologías. Debe diferenciarse del erotismo, ya que en ese caso las

relaciones sexuales sueles ser sugeridas, en cambio en la pornografía existe una exhibición de

la genitalidad (Ramos, 2014).

El presente ensayo, tiene como objetivo reconocer los efectos de la pornografía en la

sexualidad y la percepción del cuerpo en los diferentes grupos etarios mediante la revisión de

material bibliográfico.
Desarrollo

A partir del siglo XX con la aparición de la fotografía, surgió la pornografía actual,

que con los avances tecnológicos se ha tomado los espacios de internet, llegando a todo tipo

de consumidores, de diferente edad, género, nacionalidad, etc., solo con un clic y de manera

gratuita e ilimitada, resultando engañosa e irreal, afectando a la concepción de las personas

sobre las relaciones sexuales. Las estadísticas del portal pornográfico más visitado registra 3

millones de visitas por hora, superando las visitas de Facebook (SEDRA, 2022).

Se identifica que existen varias formas de hacer pornografía, como el Pornokitsch,

cuya connotación es más artística; la pospornografía que es de tipo audiovisual, el cybersexo

y el ciberporno, difundidos ampliamente en internet con la intención de llegar a diferentes

nichos de mercado, por lo que cualquier persona puede tener acceso ilimitado a este

contenido sexual expreso (Varnet Pérez & Cartes-Velásquez, 2021).

Este material audiovisual tiene la finalidad de provocar en los individuos estímulos

sexuales y de excitación en los espectadores. Estos contenidos se encuentran en diversas

plataformas, por lo que los usuarios están expuestos a estos contenidos navegando en

internet, consumiendo en un inicio el denominado softcore en donde no se observa los

genitales, seguido del mediumcore en el que se presentan algunas escenas, no obstante, al

igual que otro tipo de adicciones los usuarios requieren dosis más fuertes consumen hardcore

en las que se representan relaciones sexuales explicitas o la representación de parafilias

(Triviño Burbano & Salvador Brito, 2019).

Algunos estudios demuestran que el acceso a la pornografía se da a temprana edad,

antes de los 15 años, mediante medios digitales, algunos de manera involuntaria ya que el

10% del contenido online contiene material pornográfico y otros con la intención de aprender

o movidos por el deseo erótico (SEDRA, 2022).


A su vez, se presenta en los adolescentes otros fénomenos perjudiciales como el

cyber-acoso que se define como el asedio de carácter sexual y el sexting, este último donde el

contenido sexual que puede ser enviado desde cualquier Smartphone o Tablet, lo que

conlleva a una tergiversación de la propia percepción y degradación personal, derivando en

sexualidad precoz y la pérdida de la privacidad (Varnet Pérez & Cartes-Velásquez, 2021).

No obstante, la pornografía expone a las personas a un modelo de sexualidad

tecnificado e universal, ya que los usuarios no la conciben como irreal, como cualquier otro

género cinematográfico, considerando que es basado en la sexualidad real en la que asigna

roles estereotipados de género, en el que ellas tienen un papel pasivo, mientras que los

hombres son dominantes (SEDRA, 2022).

En la pornografía aparecen actores sexuales ideales, para todo aquel que lo consuma

es por eso que su exposición forja falsas expectativas del físico de una mujer u hombre,

además de un gran rendimiento sexual de los mismos durante el coito causando problemas de

autoestima a la imagen corporal y una percepción sexista de la mujer indicando que son un

artefacto con el único propósito de generar placer de un hombre, e incluso normalizando las

conductas violentas y degradantes pornográficas (Nebot García, et al., 2020)

El consumo de la pornografía no es considerado una enfermedad, pero en algunos

casos puede generar adicción en las personas por lo que esto afecta negativamente en la vida

personal, social, laboral y la sexualidad de las personas porque forja conductas sexuales de

riesgo y falsa apreciación de la sexualidad (Coli Fiallo, 2023).

Por lo tanto, el consumo de pornografía induce a la práctica de conductas de riesgo

como el sexo sin preservativo, con una prevalencia del 55,6% en hombres y del 24,4% en

mujeres, el sexo en grupo con el 18,5% en hombres y el 6,7% de mujeres y grabar videos

íntimos en el 13% de los hombres (SEDRA, 2022).


Un estudio realizado por Save the Children revela que el 54,1% de los adolescentes

expuestos al contenido pornográfico de internet, considera poner en prácticas las conductas

observadas en la pornografía para sus propias experiencias sexuales, lo que puede conllevar a

replicar modelos violentos y de desigualdad, como de prácticas de riesgo (SEDRA, 2022).

En el mismo estudio de Save the Children, citado por Coli Fiallo (2023), indica que el

70% de los adolescentes acceden de manera habitual a páginas que difunden este contenido y

accedieron a estos en los últimos 30 días. Este acercamiento al contenido se da por iniciación

de sus pares, a través del envío de videos, fotos u otra imagen digital remitida por redes

sociales, no obstante, el 51,20% de los varones accedieron de manera activa, mientras que el

17,40% de las mujeres tuvieron contacto con la pornografía de manera casual.

En el país, un reporte realizado por el Universo en el año 2018, indica que la

pornografía es una de las temáticas con mayor número de visitas por los usuarios de internet

y que su consumo, se agravó en la época del confinamiento por la pandemia del SARS-Cov 2

(Coli Fiallo, 2023).

Desde lo emocional, la pornografía influye de forma negativa en las relaciones de

pareja y sexual, en todos los grupos etarios, independiente al género y cultura, ya que muchos

de los usuarios han accedido al porno mucho antes que a sus propias experiencias sexuales,

pudiendo incidir en el miedo a las propias relaciones eróticas, por los cánones inalcanzables

relacionados con el cuerpo y de la actividad sexual (SEDRA, 2022).

Con lo expuesto anteriormente, la persona puede llegar a aislarse de sus familiares por

lo que su interacción con la sociedad se reduce y provoca sentimientos de culpa, vergüenza y

soledad, que son indicios de otros conflictos emocionales y generar distorsiones cognitivas

de las relaciones sexuales y de pareja (Coli Fiallo, 2023).


Conclusiones

La sexualidad es una parte importante en la vida de los seres humanos por lo que las

representaciones sexuales de manera gráfica se evidencian en varias culturas desde la

antigüedad, no obstante, la pornografía como la conocemos actualmente, se difunde a partir

de los medios digitales y representa una industria millonaria, que supera en número a las

visitas de los usuarios de Facebook.

Con el avance de las tecnologías, en la era digital, este material se encuentra

difundido en toda la red, de manera gratuita e ilimitada para todos los usuarios, independiente

a su edad, género, cultura, por lo que todas las personas se encuentran expuestas a este

contenido sexual explícito, de manera casual o intencional, que puede conllevar a otros

fenómenos como el cyberacoso y el sexting.

Muchos de los consumidores de este material, indican que desearían replicar en sus

relaciones íntimas lo que observan en este material, debido a que la casi o nula educación

sexual de manera formal o en el ambiente familiar, lo que ha conllevado que muchas

personas vean en la pornografía como un medio de conocimiento o exploración, replicando

este modelo estereotipado e irreal a sus relaciones de pareja, afectando la concepción de la

sexualidad y de su autopercepción, por los cánones inalcanzables relacionados con el cuerpo

y la experiencia sexual.

Finalmente, la pornografía también permite difundir entre los usuarios las

denominadas conductas sexuales de riesgo, como no utilizar preservativos o las relaciones

sexuales en grupo, así como replicar modelos de violencia y degradación en la pareja,

embarazos no deseados, ETS y otras conductas sexuales anómalas como los abusos sexuales

y las parafilias, por lo que es necesario normar legalmente esta industria y restringir el acceso

ilimitado a todo tipo de público.


Referencias

Caldera Fajardo, M. I., Gordillo Hernández, M., & Regalado Cuenca, A. B. (2013). Sexting:

nuevos usos de la tecnología y la sexualidad en adolescentes. International Journal of

Developmental and Educational Psychology, 1(1), 521-533.

Coli Fiallo, D. A. (2023). Consumo adictivo de pornografía en estudiantes del Colegio

Cervantes, ubicado en la ciudad de Quito, periodo 2022-2023 [Universidad Central

del Ecuador].

http://www.dspace.uce.edu.ec/handle/25000/28838#:~:text=Los%20hallazgos%20má

s%20significativos%20señalan,con%20un%2010%2C2%25.

Nebot García, J. E., Elipe Miravet, M., García Barba, M., Antelo García, A., & Ballester

Arnal, R. (2020). Consumo de pornografía y malestar asociado: diferencias entre

hombres y mujeres. ÀGORA DE SALUT, 240-241.

Ramos, G. (2014, diciembre). Definición de pornografía.

https://enciclopedia.net/pornografia/

SEDRA. (febrero de 2022). Instituto Mujer Castilla la Mancha.

https://institutomujer.castillalamancha.es/sites/institutomujer.castillalamancha.es/files/

documentos/paginas/archivos/1_impacto_de_la_pornografria_en_personas_jovnes.pd

f.

Souza y Machorro, M. (2022). Educación en salud mental: erotismo y pornografía.

Neurología, neurocirugía y psiquiatría, 50(1), 16-26.

Triviño Burbano, M. V., & Salvador Brito, J. P. (2019). La pornografía y su incidencia en el

desarrollo psicosexual de adolescentes. Uniandes EPISTEME. Revista digital de

Ciencia, Tecnología e Innovación, 6(2), 246-260.


Universidad de Chile. (s.f.). Programa de Educación Sexual on line de autoaprendizaje.

https://educacionsexual.uchile.cl/index.php/hablando-de-sexo/sexualidad-

humana/caracteristicas-de-la-relacion-sexual-humana

Varnet Pérez, T., & Cartes-Velásquez, R. (2021). Tránsito histórico de la pornografía: de

transformaciones hasta la era del internet. Civilizar: Ciencias Sociales y Humanas,

21(41), 81-92.

Veschi, B. (2018, diciembre). Etimología de pornografía. https://etimologia.com/pornografia/

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