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didáctica de la química Educ. quím., 22(1), 38-44, 2011.

© Universidad Nacional Autónoma de México, ISSN 0187-893-X


Publicado en línea el 6 de diciembre de 2010, ISSNE 1870-8404

La incomprendida electronegatividad (trilogía).


Parte I. El pensamiento en la electronegatividad cualitativa
Guillermo Salas-Banuet, José Ramírez-Vieyra y Ma. Eugenia Noguez-Amaya*

ABSTRACT (The misunderstood electronegativity –Trilogy. I. Thought in the qualitative electronegativity)


Electronegativity (X) is one of the important basic concepts in chemistry, and it has a centennial
history. It represents the enormous experimental and intellectual efforts of many compromised
people that derivates in qualitative scales. Presenting the essential aspects of this history allows
us to appreciate how the thought around X has evolved, and to recognize that history has a non-
linear evolution. It is possible to observe how these sufficiently understood antecedents were
used by Linus Pauling as an intellectual foundation to settle his proposal and his ingenious way
to fix a quantitative X scale.

KEYWORDS: electronegativity, electroaffinity, history, atomic properties, bonding

¿Es la electronegatividad un artificio teórico arbitrario? dad cualitativa, se presentan los avances, retrocesos, vueltas
V. P Spiridonov y V. M Tatevskii (Jensen, 1996) en círculos, intentos fallidos y coincidencias que se dieron du-
rante la conceptualización de la X; son las actividades realiza-
das —usando habilidades de observación, imaginación, argu-
Introducción mentación, intuición, reconocimiento de supuestos, inferencia
La electronegatividad (X en este trabajo; X, EN, S s χ en y deducción, obtención de conclusiones, interpretación de da-
otros) ha sido uno de los conceptos más útiles en la química tos, reconocimiento y formación de pautas, establecimiento
y también uno de sus problemas más difíciles. A tal grado lo de analogías, modelación y síntesis— durante el trabajo quí-
ha sido, que algunos científicos han llegado a cuestionar su mico experimental, que deriva en la organización de un mé-
solidez, validez y hasta su existencia. Se han publicado algu- todo ingeniosamente pensado para obtener la primera pro-
nas decenas de escalas de X atómica y ninguna ha logrado puesta de definición formal, de cuantificación y de aplicación
obtener un éxito de 100% en cualquier aplicación, por lo que para la X, la de Linus Pauling.
X se puede apreciar, todavía, como un problema-reto. La pre- En la segunda parte: La evolución de la electronegatividad
gunta planteada arriba representa la inquietud de varios cien- cuantitativa, se ofrecen, explican y comparan los principales
tíficos que han trabajado con la X y que se han decepcionado resultados de los trabajos más originales —con las diversas
por sus limitados alcances; sin embargo, para intentar contes- definiciones propuestas— realizados para tratar de mejorar y
tarla se hace necesario entender los orígenes del concepto co- universalizar la definición y la cuantificación de la X.
nocido como X, así como su desarrollo e implicaciones. De Por último, en la tercera parte, Comprendiendo a la electro-
cualquier modo, de antemano se sabe que, como todo en la negatividad, se compilan los diferentes trabajos publicados en
ciencia, no habrá respuestas verdaderas y únicas. Los autores los siglos pasado y actual que, en conjunto y a nuestro juicio,
de esta triada establecimos como foco principal el poder dar dan una visión global de lo realizado sobre la X y es posible
una interpretación a lo que se ha hecho en el campo de la X, valorar: la concepción de visiones, el planteamiento de funda-
dándole nuestro particular significado, en el ánimo de en- mentos, las diferentes definiciones, los métodos propuestos y
tenderla mejor. De allí el nombre de la presente trilogía: La los altibajos —en el tiempo— en la valoración de los concep-
incomprendida electronegatividad. tos, así como con cuál(es) escala(s) los autores decidieron
En esta primera parte, El pensamiento en la electronegativi- comparar su trabajo, por qué y su significado. Esto sirvió de
base para encontrar los puntos en los que hay desacuerdos, así
como las ideas sobresalientes, que llamamos pasaporte, por-
* Departamento de Ingeniería Metalúrgica, Facultad de Química. que nos llevaron a apreciar algunas implicaciones y a conside-
Universidad Nacional Autónoma de México. Av. Universidad rar al concepto de la X con un criterio diferente a los común-
3000, 04510 México, DF. mente usados en el contexto de la química, permitiéndonos
Teléfono: + 52(55) 5622 5243. otorgarle un significado particular.
Correos electrónicos: salasb@unam.mx; jgrv@unam.mx; Consideramos que el trabajo es válido porque las pregun-
nogueza@unam.mx tas originales siguen siendo vigentes; por ejemplo, Murphy
Fecha de recepción: 8 de febrero de 2010. et al. (2000) afirman que la X enfrenta el mismo problema
Fecha de aceptación: 3 de julio de 2010 desde hace 50 años (ahora 60): ¿puede ser útil y rigurosamente

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definida? o más esencial aún, como lo plantea Mullay (1987): cos debido a su éxito, parcialmente satisfactorio, para ex-
¿Qué es la electronegatividad? plicar resultados experimentales; que otras escalas repor-
Por otro lado, los mismos Murphy et al. afirman que los tadas, como las de Mulliken, Gordy, Allred y Rochow, y
libros de texto hacen creer, cada vez más, que la X es menos Sanderson, habían tenido un éxito parcial en la estima-
importante de lo que es realmente y que incluyen las antiguas ción del carácter iónico, la medición de las longitudes de
definiciones de Pauling y Mulliken. Sólo para corroborar esto, los enlaces químicos y la valoración de sus energías de di-
tomamos al azar 11 libros introductorios de química, nueve sociación; la de Pritchard y Skiner en su aplicación en los
de los cuales tienen por título “Química” (Brescia et al., 1980; orbitales moleculares; las de Siegbahn et al. y Carver et al.
Daub y Seese, 1996; Garritz y Chamizo, 1994; Chang, 1992; en la espectroscopía fotoelectrónica, y la de Deshmukh en
Choppin, 1990; Gillespie, 1990; Morris, 1992; Mortimer, la espectroscopia de rayos X.
1983; Moore et al., 2000; Sienko y Plane, 1982; y Whitten, 2) Leland Allen (1994) comentaba que la X era parte del
1992); encontramos que todos usan la misma definición, la patrón de pensamiento de la mayoría de los químicos
expresada por Linus Pauling hace 70 años: “Es el poder de un prácticos; que había llenado ampliamente las necesidades
átomo, en una molécula, para atraer electrones hacia sí” del estado de oxidación, y que continuaba jugando un
(1939) sólo que lo hacen cambiando palabras y frases por papel, complementario, en particular para los elementos
otras que tienen el mismo sentido: en vez de poder utilizan de la banda metaloide.
tendencia, capacidad, habilidad o fuerza, siempre referidas a 3) Keyan Li y Dongfeng Xue (2006) exponían que la de-
un átomo; mantienen la frase “atraer electrones” y, para dar la pendencia de muchas propiedades físicas y químicas de
idea de que esta acción se refiere al átomo en una molécula átomos y moléculas sobre la X había favorecido muchas
utilizan frases como: en un átomo enlazado, en un enlace cova- correlaciones y que, así, se habían propuesto algunas es-
lente, de un enlace, en una combinación química o en un enlace calas; que la X no solamente era útil para entender los
químico. Uno de los revisores sugirió añadir como referencia enlaces y explicar muchos fenómenos químicos, sino que
el libro Estructura Atómica (Cruz, Chamizo y Garritz, 1986) también tenía gran relevancia para la ciencia de los mate-
en el que se encontró un tratamiento más detallado, profundo riales, en la que se aplicaba para racionalizar las geome-
y amplio sobre la X, al presentar y comparar el trabajo de trías y propiedades de sistemas complejos; decían que se
cinco pensadores, así como una sugerencia de uso para algu- había encontrado que la diferencia de X entre los ele-
nas de las escalas presentada. mentos constituyentes, era un factor importante en la
La conveniencia de esta trilogía radica, también, en ofrecer estabilidad de aleaciones metálicas vidriadas líquidas su-
a los pensadores y maestros de la química de la región ibero- perenfriadas y que se habían sintetizado nuevos materia-
americana, la esencia de la información publicada sobre la X les, mediante fotocatálisis con luz activa visible, a través
atómica, para reflexionar sobre ella y rescatarla del reducto en de la sustitución química de iones metálicos. Concluían
que se encuentra. Así, será más fácil para los maestros estipu- que estos descubrimientos indicaban que la X había esta-
lar qué impartir y de qué manera; es decir, definir claramente do jugando un papel importante en la predicción de pro-
los conceptos que se consideren importantes y el cómo rela- piedades y en el diseño de nuevos materiales.
cionarlos entre sí para darle un sentido —o varios— a este 4) Salas y Ramírez (2010) presentaron los trabajos de los
pedazo de la realidad. Con ello, le quedaría más claro a los científicos que afirmaban que utilizar dos de las variables
alumnos el papel útil que juega esta pieza básica en el rompe- de la electronegatividad —valores, diferencias, medias
cabezas de la química y que son varios los caminos que ayu- aritméticas o geométricas— servía para: a) catalogar los
dan a resolver los problemas de la ciencia. Consideramos que compuestos por su carácter predominante como iónicos,
otro de los aspectos prácticos importantes de la X está en la metálicos o covalentes, con un éxito, en algunos casos,
educación de los alumnos de preparatoria y licenciatura, por- hasta del 96%, y b) señalar el carácter intermedio en los
que les ayuda a entender los fundamentos esenciales de la enlaces de esos compuestos.
química y lo que le interesa a los químicos —teóricos o expe-
rimentales— en su trabajo, así como a apreciar sus variadas A pesar de esos triunfos incompletos —o más bien debido a
aplicaciones y aun sus limitaciones, aspectos importantes para ellos— la X sigue siendo objeto de trabajos y discusiones. Lo
el desarrollo de nuevo conocimiento. cierto es que ésta ha sido el principal hilo conductor del pen-
samiento químico durante muchos años, que “segregó a los
Las aplicaciones de la electronegatividad químicos de los otros científicos físicos” (Mullay, 1987), que
Los textos que hablan sobre la X, sean de divulgación o de sigue siendo una herramienta importante en el trabajo de los
enseñanza, afirman que es muy importante, si bien muy pocos químicos, físicos, biólogos, científicos de materiales y otros
indican específicamente el porqué. De la literatura revisada, profesionales y que ha sido fundamental en el aprendizaje de
sólo en cuatro trabajos está explícito: los principios básicos de la química. Sin embargo, lograr un
1) Chintamani Mande et al. (1977) indicaban que la escala éxito completo en su conceptualización y aplicación parece
de Pauling había sido ampliamente usada por los quími- más un ideal.

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Desarrollo del concepto de la del siglo XVIII e inicial del XIX, el inglés Humphry Davy (1778-
electronegatividad atómica 1829) pudo sugerir, en la publicación On some Chemical
Linus Pauling (1901-1994) es, a nivel mundial, el pensador más Agencies of Electricity (1806), que la afinidad química se debía
famoso entre los estudiantes y profesores relacionados con la a las energías eléctricas de los cuerpos. Comentó que si se
química; esta fama tiene su origen en sus propuestas: a) del juntaban dos tipos de partículas con cargas muy opuestas, és-
primer método para cuantificar la X de los elementos quími- tas se adherirían tan fuerte que formarían un compuesto esta-
cos, y b) de la primera definición de X. Sin duda, este logro se ble; señaló que la afinidad entre los cuerpos se podía aumen-
debió a sus excelentes competencias, aunque también al traba- tar, reducir o invertir artificialmente, al cambiar la naturaleza
jo y pensamiento de muchas personas que pusieron los cimien- y magnitud de sus energías eléctricas —usando una pila vol-
tos, acertando y equivocándose, durante los más de 250 años taica o calentándolos— ya que había notado que durante las
anteriores. neutralizaciones química y eléctrica se producían distintas in-
Los primeros registros escritos de los antecedentes de la X tensidades de calor. Indicó, que usando experimentos eléctri-
datan de la segunda mitad del siglo XVII. Es el irlandés Robert cos de contacto (potenciales de Volta), era posible medir la
Boyle (1627-1691) quien, en 1675, en su trabajo Reflections energía eléctrica necesaria para descomponer una sustancia o
upon the Hypotesis of Alkali and Acidum con su claridad men- para establecer su energía eléctrica normal (su carácter posi-
tal y pluma representativa, interpreta y concreta las ideas y las tivo o negativo) y, como consecuencia, una escala de afinidad
labores desarrolladas por varios de los últimos alquimistas y química relativa. Apuntó la existencia de una relación entre la
primeros químicos, entre ellas las suyas, para establecer el acidez y la electricidad negativa y de la alcalinidad y la elec-
concepto de afinidad entre las sustancias —antecedente de la tricidad positiva, con la que se podría especificar el lugar de
X— al plantear tres hipótesis químicas: cada sustancia en esa escala, difícil de hacer considerando sólo
1. La existencia de dos principios salinos contrarios (la se- las propiedades químicas.
paración entre sustancias ácidas, alcalinas y neutras, al Fue el italiano Amedeo Avogadro (1776-1856) quien apli-
observar las diferencias en sus propiedades, aisladas y en có, en el campo de la química, la comparación de Davy entre
contacto); ácido-alcalino y electricidad negativa-electricidad positiva.
2. La presencia de un conflicto entre ellas (la intensidad al Partiendo de la observación de las inconsistencias existentes
juntarlas), y al aplicar la definición de acidez absoluta de Antoine Lavoi-
3. La anulación de las propiedades originales (la diferencia en sier (1743-1794) y con los puntos de vista de Claude Berthol-
propiedades entre las sustancias originales y el producto). let (1748-1822) sobre la acidez y la afi afinidad,
nidad, de 1801, Avoga-
dro sugirió (1809), en su trabajo Idées sur l’acidité et lálcalinité,
Para los primeros tres cuartos del siglo XVIII, lo comúnmente que los conceptos de acidez y alcalinidad deberían de genera-
aceptado era que las sustancias que se unían perdían algunas lizarse a todas las interacciones químicas. Postuló una acidez
de sus propiedades, mientras que los compuestos resultantes o alcalinidad relativa para cada sustancia, con lo que obtuvo
tomaban algo de esas propiedades originales; sin embargo, el la visión para ubicar todas las sustancias simples en una escala
concepto de afinidad se entendía no en el aspecto químico universal de acidez, facilitando el reconocimiento de la acidez
sino en el físico, como la preferencia de las sustancias simila- o alcalinidad de una sustancia respecto a otra. Avogadro situó
res a unirse (agua con agua). Estas ideas se encuentran en el al oxígeno a la cabeza de su escala y sugirió usar el término
Diccionario de Química, escrito en 1766 por el francés Pierre “oxigenidad”, en vez del de acidez, que se reservaría sólo para
J. Macquer (1718-1784), aunque fueron expresadas primero describir los valores de la oxigenidad relativa entre dos sus-
en francés (1749) en su Elemens de Chymie Theorique. tancias que interactuaran, entendiendo que a mayor separa-
En el último cuarto del mismo siglo, la afinidad se com- ción entre dos de las sustancias en la escala, mayor era el an-
prendía como la atracción (se le llamaba de composición) en- tagonismo entre ellas y más grande sería su afinidad química.
tre cuerpos1 de especie diferente, que sería más fuerte en No obstante, la verdadera oxigenidad de un material sólo se
cuanto los cuerpos fueran más diferentes; que, por ella, los manifestaba para ciertos estados de agregación, como lo había
cuerpos podían combinarse y formar un compuesto, y que las hecho notar Berthollet en el trabajo mencionado renglones
propiedades del compuesto resultante serían diferentes a arriba.
las de los cuerpos originales. Estas ideas fueron plasmadas en Tomando en cuenta la comparación expresada por Hum-
1789 por el médico francés Antoine Fourcroy (1755-1809), phry Davy, la escala de oxigenidad sería una manifestación de
colaborador de Antoine Lavoisier, en su libro de texto Ele- la habilidad para asumir una electrificación negativa, con lo
mens de Chymie et Histoire Natural. que la afinidad química estaría en función del grado de sepa-
Con el descubrimiento de la corriente eléctrica en 1786 y ración de las sustancias en la escala; con ello se obtenía una
el entendimiento de sus propiedades, durante las partes final escala simple de X, aunque con el nombre de oxigenidad.
El problema para obtenerla residió en la escasa cantidad de
datos recabados y en la falta de reproducibilidad experimen-
1
Boyle los definió como los que no son susceptibles de una tal, debida a la imposibilidad para controlar varios de los pa-
descomposición ulterior. rámetros del proceso: la pureza de los materiales y su oxida-

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ción superficial, entre otros. Avogadro obvió una debilidad en nante —y de allí el carácter ácido-base relativo de los compo-
su teoría: no podía explicar las uniones entre átomos iguales, nentes de los compuestos químicos— para nombrarlas y cla-
pues la repulsión entre las dos cargas iguales impediría su sificarlas, y no en la forma en que los químicos de hoy usan los
unión. Avogadro correlacionó varias cantidades obtenidas de valores de X, como una forma para asignar estados de oxida-
los calores específicos —que consideraba como medidas de la ción. El trabajo de Berzelius, menos rigorista pero más exitoso
afinidad de las sustancias por el calor— con la oxigenidad, que el de Lavoisier, opacó la contribución más fundamental
que al final resultó en una correlación de esta última con los de éste. Este párrafo está basado en un artículo escrito como
volúmenes atómicos relativos de los elementos. Esto le per- un tributo a Linus Pauling (Jensen, 1996).
mitió concluir que los elementos fuertemente oxigénicos es- Ya en 1870, según el libro Elementary Chemistry del norte-
taban caracterizados por tener volúmenes atómicos grandes, americano George F. Barker (1835-1910) —cuya décima edi-
lo que coincide con la actual relación entre la X y el tamaño ción seguía funcionando como libro de texto en 1970— los
atómico. químicos eran capaces de determinar tres diferentes propie-
Quien propuso una teoría electroquímica para la afinidad dades atómicas:
química fue el sueco Jöns Berzelius (1779-1848), contempo- 1. El peso atómico, que permitió medir la cantidad de ma-
ráneo de Avogadro. Ubicó, en su libro Lehrbuch der Chemie, a teria presente, calcular las fórmulas de composición de
las sustancias simples en una escala que llamó de electrone- los materiales y cuantificar las reacciones químicas;
gatividad, similar a la de oxigenidad, donde el antagonismo 2. La valencia atómica, que evaluó el poder de combinación
ácido-alcalino —correspondiente a las posiciones relativas de un átomo, permitiendo racionalizar la estructura quí-
ocupadas por dos reactantes cualesquiera en esta escala cuali- mica y predecir el número de isómeros posibles para una
tativa— tenía su reciprocidad en un antagonismo electrone- composición dada, y
gativo-electropositivo. La escala le permitió separar con una 3. La electronegatividad atómica, que expresó —también—
línea a las especies (los cuerpos de Boyle) predominantemen- el poder de combinación de un átomo. Existían tablas
te electronegativas de las predominantemente electropositi- publicadas para cada una de las propiedades; la tabla de
vas. Berzelius pudo incluir en su escala a los 54 elementos las electronegatividades era la misma que la publicada por
conocidos en su época, sin haber realizado mediciones calorí- Berzelius en 1836, pero con nueve elementos añadidos.
ficas cuantitativas. Lo verdaderamente novedoso de su teoría
está en haber explicado que la cantidad de calor producido o En su libro, Barker ejemplifica la forma en la que la X permi-
la cantidad de fluido eléctrico neutralizado (notadas por tía a los químicos racionalizar la reactividad de las moléculas
Humphry Davy, entre otros), podrían dar una medida de la isotípicas o isoestructurales, usando ácidos, bases y sales. En el
afinidad química entre los dos reactantes. Así, los calores de contexto de la vieja teoría dualista, los ácidos correspondían a
reacción dependían del carácter electroquímico específico los óxidos de los no metales o átomos electronegativos (SO3);
de los reactantes con lo que, a mayores diferencias de carga las bases consistían en los óxidos de los metales o átomos
iniciales en los reactantes, más grande sería su potencial para electropositivos (K2O), mientras que las sales eran vistas
reaccionar, obteniéndose menor carga remanente en el pro- como las uniones evidentes entre los óxidos básicos y los óxi-
ducto y, por ende, mayor estabilidad. dos ácidos (K2OsSO3 o K2SO4).
Posteriormente sugirió que calentar a los reactantes au- Por otro lado, la teoría de tipo había adoptado la teoría de
mentaba su carga eléctrica —lo que explicaba el aumento en acidez del hidrógeno (defendida primero por Humphry Davy
la aceleración de la reacción— y que el calor producido por la a principios del siglo); esto es, que todos los ácidos, bases y
reacción se debía a la destrucción de sus cargas durante la for- sales se derivaban sustituyendo uno o más átomos de hidróge-
mación del producto; pensó que los productos se descompo- no en la molécula de agua, con el adecuado átomo o radical
nían al ser calentados porque se restauraban las cargas inicia- monovalente (con valores de valencia idénticos para poder
les en las sustancias originales. Para racionalizar esta situación, preservar la estructura “tipo” del agua). Así, siendo la molécu-
tuvo que imaginar un modelo en el que el átomo de cada la del agua H–O–H, se le podía intercambiar uno de los áto-
elemento tenía una carga positiva y otra negativa en cada polo mos de hidrógeno por un grupo o átomo monovalente nega-
(polaridad), con una relación específica de cargas eléctricas tivo, produciendo un ácido, R––O–H; intercambiándole un
que determinaba su reactividad y que no alteraba su predo- átomo positivo se produciría una base, R+–O–H, y al rempla-
minancia positiva o negativa. Pero, si las cargas de los reactan- zarle ambos átomos de hidrógeno, por un átomo positivo y
tes se destruían al formar el producto ¿qué mantenía unidos a uno negativo, daría una sal, R––O–R+.
los átomos? Esta pregunta representaba una debilidad en la Josiah Cooke (1827-1894), al igual que Barker, marcó las
teoría de Berzelius; otra, era que su teoría no permitía expli- polaridades relativas en sus fórmulas químicas con signos ne-
car la existencia de las reacciones endotérmicas de asociación gativos y positivos; para el caso del oxígeno bivalente usó dos
y exotérmicas de descomposición. polos de valencia de signo opuesto (H––+O––K+). En su libro
Cabe señalar que el interés de Berzelius por establecer una de texto de 1874, The New Chemistry, hizo notar que la re-
escala de electronegatividad para sustancias simples tenía el ciente teoría de la estructura (tipo) no podía explicar las
objetivo de establecer la unipolaridad o la polaridad predomi- características distintivas de los ácidos, bases y sales, sin re-

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currir a la X —o carácter electroquímico— de los átomos of Electricity, de 1881. Usando la teoría dualística de la electri-
usados para obtener esos compuestos a partir del simple cidad, propuso un átomo neutro que estaba compuesto de
tipo del agua, lo que implicaba la existencia de un listado igual número de partículas eléctricas en movimiento —posi-
continuo de los derivados posibles de agua (hidratos) cuyas tivas y negativas— adheridas a un núcleo central, que podían
acideces y alcalinidades aumentaban desde el centro hacia ser desprendidas para crear iones positivos o negativos, de-
los extremos. pendiendo de su preferencia para ganarlas o perderlas, con lo
Cuando surge la teoría iónica de disociación, durante 1887, que el carácter electropositivo o electronegativo de ese átomo
fue posible una mayor precisión al definir los caracteres elec- estaría en su habilidad para atraer y retener ambos tipos de
tropositivo y electronegativo en términos de la tendencia de partículas eléctricas. Cuando se descubrió el electrón, se inci-
un átomo a formar iones positivos o negativos; un problema tó el pensamiento de los científicos y, con él, el planteamiento
era que no siempre se mantenía la distinción entre la tenden- de dos modelos. Johannes Stark (1874-1957), en su monogra-
cia o facilidad para formar un ión y las propiedades del ión fía de 1903, Die Diessoziierung und Umwandlung chemischer
resultante, en parte por referirse ambiguamente a la X usando Atome, decía que existía una tendencia de los elementos quí-
como sinónimos las palabras “elemento” o “carácter” para lo micos para llegar a saturarse con respecto a los electrones ne-
positivo y negativo. Para la década de los 80 del siglo XIX, ya gativos y que esta difería de un elemento a otro de acuerdo
existían bastantes datos sobre los pesos atómicos y las valen- con la magnitud de su energía de ionización, con lo que cuan-
cias que permitían a los químicos encontrar suficientes pautas to mayor era la fuerza con la que un átomo mantenía sus
que, al unirlas, culminaron con la propuesta de la ley periódi- electrones, mayor era la energía de ionización. Midiendo estas
ca; así, la importancia de la clasificación de las sustancias por energías, decía Stark, se podría construir una escala de X
X disminuyó respecto al nuevo orden. Ante esto, Lothar Me- cuantitativa.
yer (1830-1895) unió las dos clasificaciones al hacer notar El químico inglés Geoffrey Martin (1881-?), en su libro
que la X, como las otras propiedades atómicas, era periódica. Researches on the Affinity of the Elements (1905), planteó que
El primer quinto del siglo XX estuvo marcado por dos acciones sólo un tipo de electrón causaba el fenómeno de la valencia
precedentes: se publicó el tercer volumen de Lectures on Theo- química y que los electrones podían provocar que un átomo
retical and Physical Chemistry (1899), de Jacobus van’t Hoff, y pudiera presentarse como electropositivo o como electrone-
Joseph Thomson (1856-1940) descubrió el electrón (1897). gativo, de acuerdo con si estaban débil o firmemente reteni-
La primera acción propició la búsqueda de correlaciones dos por el átomo. Norman R. Campbell (1880-1949) escribió
entre la entalpía de reacción y la X. Al contrastar las entalpías en su monografía de 1907, Modern Electrical Theory, que la
de reacción del sodio y del cloro con cantidades equivalen- diferencia en la facilidad con la que los átomos perdían o ga-
tes de azufre, cloro, iodo, hidrógeno y sodio, van’t Hoff notó naban electrones dependía de su tamaño; que los pequeños
que la máxima generación de calor y la mayor facilidad para tendían a ganar electrones a expensas de los grandes, y que
asociarse habían ocurrido cuando la diferencia de X entre dos cuanto mayor fuera el volumen atómico de los elementos del
elementos era la máxima, es decir, entre el sodio y el cloro. Un mismo grupo, mayores serían el peso atómico y la “electropo-
trabajo similar fue reportado por Robert M. Caven (1870- sitividad” del elemento. En 1911, Walter Nernst (1864-1941)
1934) y George. D. Lander en su libro de texto de 1907, Sys- presentó un trabajo en la Conferencia Solvay, en Bruselas,
tematic Inorganic Chemistry from the Standpoint of the Periodic donde proponía que los elementos y los radicales tenían dife-
Law. Ellos indicaron que, en general, los valores térmicos de rentes afinidades químicas, debidas a los electrones positivos
reacción serían mayores cuando los elementos a unirse estu- y negativos; los que tenían la tendencia a combinarse con
vieran separados más ampliamente en su carácter electroquí- electrones positivos formaban grupos de elementos positivos,
mico. También Otto Sackur (1880-1914) informaba, en su mientras que los negativos estaban caracterizados por su afi-
A Text Book of Thermo-Chemisty and Thermodynamics, de nidad hacia los electrones negativos.
1912, que los elementos ubicados en los extremos opuestos Con estas ideas se planteaban los dos modelos menciona-
del sistema periódico se combinaban con gran generación de dos, uno dualístico y otro unitario, aunque muchos científicos
calor; que en la producción de compuestos similares (óxidos, sintieran que eran equivalentes. Para 1913, la idea de un elec-
cloruros, sulfuros, etc.) el calor de formación generalmente trón unitario en la interpretación de la electronegatividad ya
disminuía conforme el peso atómico aumentaba; que esto estaba bastante difundida por lo que Kasimir Fajans pudo es-
ocurría paralelo a la tendencia de formar iones negativos (la cribir, sin necesidad de plantear una justificación, que el ca-
electroafinidad) y que los elementos con una tendencia fuerte rácter electronegativo de un átomo estaba definido como su
a formar cationes (potasio y sodio) o aniones (cloro) daban inclinación para soltar o tomar electrones negativos. Párrafo
grandes calores de formación al unirse con elementos opues- basado en Jensen (2003).
tos a ellos en el carácter eléctrico.
Los resultados de la segunda acción tenían ya un antece- Pauling y su idea de la X cuantificada
dente: la explicación sobre la estructura del átomo ofrecida La dinámica en el trabajo sobre la X atómica cambia durante
por Hermann von Helmholtz (1821-1894), en los apuntes de el 2º tercio del siglo XX, pues se proponen las primeras escalas
su curso: On the Modern Development of Faraday’s Conception cuantitativas; la primera, la de Linus Pauling.

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Pauling entendió bien lo que sus antecesores habían estado gatividad le resultó más útil, ya que la diferencia entre las
imaginando, intuyendo y haciendo, con lo que plasmó la esen- electronegatividades de los dos átomos participantes en
cia de las ideas en una experimentación que lo llevó a conso- un enlace, resultaba una medida para predecir el grado de
lidar, con el tiempo, la primera escala de X cuantitativa y una polaridad, o ionicidad, (el carácter iónico parcial) del enlace:
2
1 4X A X B 
definición. Para empezar, él y Don M. Yost (1932) presenta- (I  1 e ) con la que fijó un valor de diferencias
ron evidencias que apoyaban la hipótesis de que la energía de de electronegatividades de 1.7 —o su correspondiente
un enlace sencillo covalente normal, entre dos átomos dife- 50% de ionicidad— como un límite para separar a los com-
rentes (enlace heteronuclear), era muy cercana al promedio puestos iónicos (valores arriba de 1.7) de los covalentes (Pau-
aritmético de las energías de los enlaces entre los átomos ling, 1960). Esta idea entró en desuso al no ajustarse bien a la
iguales (enlace homonuclear); este hecho es conocido como realidad. Por otro lado, cabe mencionar que Pauling y Sher-
el postulado de la aditividad: (AB) = ½ [(AA) + (BB)], siendo man sugirieron usar un promedio geométrico (1937), en vez
(AB) la energía de un enlace covalente normal entre los áto- del aritmético, para superar el problema de las energías extras
mos A y B (v. gr: H, Cl, C). Pauling pensó que si existía la de resonancia iónica negativas de los hidruros alcalinos, que
presencia de un carácter iónico en ese enlace covalente, no fue muy utilizada; tal vez porque, como dice Derek Smith
la energía del mismo se incrementaría de tal manera que, (2002), no ayudaba mucho. Al fin (1939), Pauling propuso
cuanto más diferentes fueran A y B mayores serían la energía una definición: “la electronegatividad es el poder de un átomo, en
y el carácter iónico; al encontrar que esto era verdadero expe- una molécula, para atraer electrones hacia él”. No obstante, con
rimentalmente —midiendo calores de formación— propuso el tiempo la proposición de Pauling fue objeto de críticas; por
que la diferencia (Δ) entre esas dos energías sería (XA – XB)2; ejemplo, Sanderson (1986) expresó “la derivación errónea de
XA y XB son las electronegatividades de los átomos A y B. Esto la electronegatividad de Pauling”, comentario que provocó
quiere decir que las electronegatividades de los átomos A y B una respuesta aclaratoria defensiva (Pauling, 1988); o la cali-
están relacionadas a  , por lo que esta escala mide la raíz ficación a la primera propuesta de valores de electronegati-
cuadrada de una energía (Mullay, 1987). Pauling explicó vidad de Pauling, por parte de Allen (1990), como “…un gru-
(1932) que los valores de Δ observados sugerían la posibilidad po de valores semicuantitativos para átomos libres, cuyas
de asignar posiciones a los átomos, de manera burda, a lo largo de diferencias daban estimaciones numéricas aproximadas de
una escala que representaría el grado de electronegatividad, polaridades…”, entre otras.
suponiendo que Δ estaba en función del grado de separación A manera de corolario, deseamos señalar que —de acuerdo
lineal de los lugares geométricos de dos átomos en la escala. con la relación de hechos realizada por Jensen (1996, 2003),
Por este camino, Pauling sólo pudo definir diferencias de elec- así como por sus comentarios— podemos apreciar que nin-
tronegatividad por lo que necesitaba establecer un punto de gún investigador, antes de Pauling, tuvo la posibilidad de
referencia para construir su escala; éste fue el H, porque for- cuantificar la X, sólo de obtener escalas cualitativas que per-
ma enlaces covalentes con una gran variedad de elementos; mitían, de alguna forma, realizar predicciones durante el tra-
Pauling tomó el valor de 2.1, obtenido por Mulliken en 1934 bajo experimental; esto puede tener varias posibles explica-
(Bergmann y Hinze, 1996) y con él relativizó los valores de ciones: la primera, porque los sistemas de experimentación
los otros elementos, con lo que pudo construir una escala existentes no permitían una confiabilidad suficiente, con lo
(1939) para 10 elementos (C, N, O, Cl, F, Br, H, I, P y S) a la que, al menos, percibir la posibilidad de cuantificar, era difícil;
que se añadieron más de 50 (1960). El valor de 2.1 del H, la segunda, la cantidad de cuerpos o sustancias con las que se
cambió a 2.2 cuando Allred (1961) revisó los valores de Pau- contaba era pequeña, comparada con la de nuestro tiempo,
ling, cosa que también hizo Fung en (1965), al existir mayor por lo que una escala cualitativa daba suficiente información
disponibilidad y exactitud de los datos termodinámicos; estos para la predicción, cosa que impedía la visualización de una
se conocen como los valores de Pauling revisados, los común- cuantificación que, en algún momento, se hizo necesaria; la
mente usados. Bergmann y Hinze (1996) opinaron que, cuan- tercera, porque seguramente se intuía que las características
do Pauling tomó el valor de la X del H calculado por Mulliken de la electronegatividad impedían su medición y, la cuarta,
en 1934 y lo aplicó a su escala, esta se volvió absoluta. La es- dada la cantidad y el nivel de conocimientos químicos de la
cala de Pauling (XP) fue el resultado del desarrollo de la teo- época, entre ellos la inexistencia de un modelo atómico ade-
ría del enlace de valencia, de la que Pauling fue uno de los sus cuado para ampliar las ideas sobre su estructura y funciona-
defensores. miento, se limitaba la posibilidad de pensamiento sobre los
Basándose en los argumentos de la mecánica cuántica y de alcances e implicaciones de la X.
su propio método —que indicaban que la presencia del carác- Al tomar en cuenta los antecedentes históricos de la X, es
ter iónico (compartir electrones de manera desigual) en el decir, los diversos productos del pensamiento que apuntaban
enlace, incrementaba su energía por encima de su valor cova- al mismo concepto, pero expresado con diferentes lenguajes,
lente— Pauling dedujo que los dos tipos de enlace, el iónico y niveles y matices —origen de las escalas cualitativas— se en-
el covalente, eran en realidad casos extremos, pues consideró tiende la aceptación general que tuvieron las propuestas de
que la mayoría de los enlaces eran una combinación de am- Pauling. Estas necesitaron de una evolución paulatina; prime-
bos. Fue en este terreno donde la noción de electrone- ro, Pauling trabajó con las energías del enlace, lo que lo llevó

enero de 2011 • educación química didáctica de la química 43


a cuantificar el carácter iónico del mismo, que hábilmente Part II: Late Nineteenth- and Early Twentieth-Century
utilizó para exhibir un mapa de X, usando la Δ, “la desviación Developments, Journal of Chemical Education, 80(3), 279-
observada desde la aditividad en los enlaces, atribuida a su 287, 2003.
carácter iónico”; esto sólo le permitió relacionar las electrone- Keyan, L. and Xue, D., Estimation of Electronegativity Values
gatividades de los pares de los elementos usados, no asignar of elements in Different Valence States, Journal of Physical
sólo un valor por elemento. No fue sino hasta años después, Chemistry A, 110, 11332-11337, 2006.
cuando utilizó el valor asignado por Mulliken al hidrógeno, Mande C., Desmukh, P. and Desmukh, P., A new scale of elec-
que llegó a su propuesta de escala cuantitativa para, segura- tronegativity on the basis of calculations of effective nu-
mente después de mucho pensar, lograr su definición. No sa- clear charges from X-ray spectroscopic data, Journal of
bemos con certeza si Pauling, desde un inicio, estaba en bús- Physics B, 10 (12), 2293-2300, 1977.
queda de la cuantificación de la electronegatividad de los Moore, J. W. et al., El mundo de la química: conceptos y aplica-
elementos o si sus circunstancias le permitieron ver la oportu- ciones, México, D.F., México: Addison Wesley Longman,
nidad de hacerlo, lo que sí sabemos es que fue un proceso 380-383, 2000.
gradual. Los trabajos analizados en este artículo nos permiten Morris, H., Química, México, D.F., México: Grupo Editorial
afirmar que, dependiendo de las circunstancias, existen tiem- Iberoamericana, 272-281, 1992.
pos o momentos para la especulación, otros para realizar Mortimer, C. E., Química, México, D.F., México: Grupo Edi-
pruebas empíricas y otros, como veremos en el siguiente artí- torial Iberoamericana, 151-155, 1983.
culo, para racionalizar, establecer hipótesis, de manera más Mullay, J., Estimation of Atomic and Group Electronegativi-
fundamentada, y verificarlas para, tal vez cambiando las cir- ties. En: Sen, K. and Jørgensen, C. K. (editores), Electrone-
cunstancias, en algunos otros tiempos y momentos, reiniciar gativity, 1-26, Heidelberg, Germany: Springer-Verlag, 1987.
el ciclo a un nivel superior. Murphy, L.R. et al., Evaluation and Test of Pauling’s Electro-
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44 didáctica de la química educación química • enero de 2011


didáctica de la química Educ. quím., 22(2), 155-161, 2011. © Universidad Nacional Autónoma de México, ISSN 0187-893-X
Publicado en línea el 14 de marzo de 2011, ISSNE 1870-8404

La incomprendida electronegatividad (trilogía)


II. Evolución en la cuantificación
de la electronegatividad
Guillermo Salas-Banuet; José Ramírez-Vieyra; y Ma. Eugenia Noguez-Amaya*

ABSTRACT (The misunderstood electronegativity —Trilogy. II. Evolution in the


electronegativity quantification)
The work of Linus Pauling has inspired a great diversity of ideas, works, and proposals in order
to define a universal electronegativity (X) concept and its corresponding scales. The earlier
methods for proposing atomic X scales, which exhibit novel ideas, are introduced here. In doing
so, the development of each method and how it was intellectualized from the previous ones is
shown: This result in different X definitions having both diverse units and different physical
meaning. The differences of authors’ points of view are remarked through the contrast between
their own opinions.

KEYWORDS: electronegativity, electroaffinity, history, scales, definition

Introducción poner formas de entender, definir, medir y aplicar la X, lo que


La motivación para realizar esta trilogía sobre la electronega- dio lugar al planteamiento de algunas escalas cualitativas. Esto
tividad atómica (X), radicó en la existencia de opiniones, pro- motivaría un pensamiento verdaderamente integrado en las
puestas y contrapropuestas muy diversas al respecto; en los personas que posteriormente se dedicaron a definir el concep-
extremos, algunos autores confían totalmente en ella y otros to de lo que ahora designamos como electronegatividad (X).
la califican de ficticia. Nuestro foco principal fue encontrarle Como corolario de la parte I y liga para la parte II, se presentó
una interpretación al conjunto de visualizaciones individua- la evolución del trabajo de Linus Pauling, quien concretó la
les, para proporcionar un significado particular. Con la revi- primera escala de X cuantitativa, una aplicación y una defini-
sión presentada sobre los trabajos más originales de la X, se ción para ella. Los comentarios finales apuntan a entender
proporciona una visión amplia y sintetizada que puede ser que obtener una escala cuantitativa antes de Pauling, no fue
usada por los pensadores interesados en el tema y por los una cuestión de falta de pensamiento.
profesores que lo imparten, lo que deberá traducirse en un En esta parte II de la trilogía, se presentan los primeros
enriquecimiento de su labor. Durante el tratamiento de la in- métodos planteados, los más originales y divulgados, con el
formación y al evaluar sus resultados se decidió, por la conve- objetivo de universalizar la definición, cuantificación y aplica-
niencia que da la historia a nuestro objetivo, presentar crono- ción de la X; se buscaba proponer una definición, a través de
lógicamente el trabajo derivado y dividirlo en las partes que un modelo, para obtener una escala universal. Los argumen-
integran esta trilogía. Cabe señalar que este trabajo se ha res- tos usados por algunos de esos mismos pensadores para discu-
tringido al estudio de la X atómica, pues ampliarlo —con el tir el trabajo de sus colegas, esto es criticar, valorar, descalificar
material recopilado para contener a la grupal— requeriría de o aplaudir las diversas propuestas, sirven para explicar y com-
una tetra o pentalogía. Así, en la parte I (Salas, Ramírez y parar los principales resultados. También se incluye una sec-
Noguez, 2011), se fundamentó la utilidad y se estableció la ción dedicada a la electronegatividad de los elementos en di-
finalidad de nuestra empresa, al tiempo que se delimitó; se ferentes estados de oxidación, que es parte de la X, pero que
expusieron cronológicamente los esfuerzos realizados por los difiere de los modelos para los elementos en su estado basal.
pensadores de la X, a lo largo de más de tres siglos, para pro- En la parte III de la trilogía, se ofrecerá una tabla que com-
pendia al resto de las propuestas de definiciones, modelos y
escalas de X —menos divulgadas que las de la parte II— y las
* Departamento de Ingeniería Metalúrgica, Facultad de Química, características (de estructura y de propiedades) en que se fun-
Universidad Nacional Autónoma de México. damentan; se presentarán las diversas propuestas publicadas
Av. Universidad 3000, México, D.F. para evaluar o reglamentar las escalas de X, y se realizará un
Tel.: +52 (55) 5622 5243. análisis global de las propuestas relativas a la X señalando las
Correos electrónicos: salasb@unam.mx; jgrv@unam.mx; coincidencias y diferencias, éxitos y fallos, acuerdos y discre-
nogueza@unam.mx pancias, así como las ideas específicas (llamadas por nosotros
Fecha de recepción: 8 de febrero de 2010. pasaporte) pensadas por algunos autores, que nos permitirán
Fecha de aceptación: 3 de julio de 2010. establecer observaciones, comentarios y consideraciones y po-

abril de 2011 • educación química didáctica de la química 155


0187-893X /© 2017 Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Química. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND
(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
ner en tela de juicio a la X como una propiedad, para arribar a lliken igualar su escala a la de Pauling y que el interés inicial
una visión diferente, con el objeto de mejor entender la signi- de Mulliken estaba en la polaridad del enlace.
ficación de todo aquello a lo que se ha dado en llamar X. El trabajo de Mulliken tiene una base teórica mayor que el
Esto se hace, además, con varios objetivos: 1) ampliar el de Pauling, por lo que sus ideas sirvieron para sustentar mu-
conocimiento del lector respecto a la historia de las propues- chas de las propuestas e interpretaciones teóricas posteriores.
tas y sus correspondientes racionalizaciones; 2) mostrar que El uso de esta escala se vio limitado durante casi 30 años,
las propuestas de escalas, aunque diferentes, están concatena- porque existían pocos elementos con datos de A; aun en el
das; que el método favorito para validar cada una de ellas ha año 2006 se conocían sólo los de 57. Mulliken comparó su
sido la comparación de los valores obtenidos con los de Pau- escala con la de Malone y con la de Pauling, encontrándolas
ling; 3) que existen criterios diferentes —entre los químicos equivalentes; para esta última XP = 0.168 (XM – 1.23), aun-
teóricos y los prácticos— para legitimar las escalas de X; que sus valores son 2.8 veces más grandes que los de Pauling.
4) que se ha privilegiado el uso del pensamiento crítico —al Por otro lado, Allen señala (1994) “desórdenes obvios severos”
menos eso muestran las publicaciones— dejando fuera al en los valores de XM, tales como que XH > XC , XH > XS ; XCl
pensamiento creativo, como si no tuviera valor; 5) que ha sido > XO ; y XBr > XO , que ninguna otra escala de X tiene; indica
posible plantear un concepto equivocado y aceptarlo como que la principal falla de XM es que los valores de los metales
nuevo paradigma por la comunidad durante muchos años, de transición están determinados solamente sobre la base de
promoviendo gran cantidad de trabajo novedoso, sin causar los electrones s más externos, mientras que se sabe que todas
mucho conflicto y escándalo al descubrirse la equivocación, y las discusiones se centran alrededor del número y comporta-
6) que se ha seguido tratando de definir rigurosamente a la X miento de los electrones d, y critica que A e I estén conside-
y su utilidad, sin lograr un éxito total. rados al mismo nivel, cuando realmente tienen magnitudes
diferentes, lo que sobreenfatiza la contribución aniónica, pues
La X cuantificada. Después de Pauling considera que las moléculas están formadas de átomos neu-
Uno de los problemas básicos al que se han enfrentado los tros que experimentan sólo una perturbación relativamente
autores de las diferentes escalas de X atómica, es a proveer un pequeña desde su estado libre, suponiendo que ningún átomo
grupo de números, o una manera de conseguirlos, que prediga adquiere totalmente una carga negativa.
o explique la distribución de carga en una molécula (Mullay, Walter Gordy examinó (1946) la posibilidad de definir la
1987). electronegatividad de un átomo neutro, en una molécula es-
Robert Mulliken (1934) redefinió la electronegatividad de table, como el potencial: (Zeff)e/r, que es la carga nuclear efec-
Pauling (XP). Propuso un método para cuantificarla —intuiti- tiva del átomo actuando sobre un electrón de valencia, a una
vo, razonable y simple— usando el promedio aritmético entre distancia igual al radio covalente desde el núcleo (un poten-
dos cantidades atómicas: el primer o más bajo potencial de cial de superficie en los enlaces atómicos covalentes); con esa
ionización (I) y la afinidad electrónica (A) (la energía de ioni- definición, Gordy propuso una escala de electronegatividad.
zación correspondiente al ión negativo), las cuales no pueden Boeyens (2008) hace notar que, al separar la capa de valencia
ser medidas directamente, sino que tienen que ser derivadas del núcleo, se asume que su carga positiva efectiva es igual, en
restándole al valor de la energía del estado ionizado el valor magnitud, a la carga electrónica de la capa de valencia. Gordy
de la energía en estado basal, obtenidos por espectroscopía asumió que cualquier electrón de valencia está apantallado
atómica. Con ello, la electronegatividad (o electroafinidad, del núcleo —debido a los electrones de no valencia— por un
como la nombra Mulliken) del átomo B quedaría definida factor constante k (con un valor de 0.5), para cada uno de los
como XB = ½ (IB + AB); de este modo, la electronegatividad otros electrones de valencia. Por ello, Zeff = n – k(n – 1) =
de Mulliken (XM) se expresa como la energía necesaria para k(n + 1), donde n es el total de los electrones en la capa de
jalar o soltar un electrón. Comentó que su escala era “en algún valencia. Al sustituir 0.5(n + 1) por Zeff, en su propuesta de
grado empírica” y que su definición era “aproximada”, aunque definición, queda que la X = k(n + 1)/r, donde k = 0.5e. En el
la calificó de “absoluta”, porque no dependía de una escala mismo trabajo, Gordy indicó que su ecuación definía la elec-
relativa arbitraria, como la de Pauling; sus unidades son kilo- tronegatividad de un elemento en un sentido absoluto y que
joules por mol o electrón volts por átomo. Calculó los valores la electronegatividad de un átomo dado sería mayor para en-
de X de 11 elementos para los que existían datos de A: H, Li, laces dobles o triples, por tener un radio covalente menor.
B, C, N, O, F, Cl, Br, Be y I. Parr y Pearson (1983) los recalcu- Para igualar su ecuación con la escala de Pauling, obtuvo una
larían con datos más precisos y presentarían los valores de 25 gráfica que muestra una gran desviación para los valores de la
más. Mullay hace notar (1987) que con el método de Mu- plata, el oro y el cobre; Gordy puntualizó que estos elementos
lliken es posible calcular los valores de la X para los átomos en contribuían con más de un electrón al formar enlaces cova-
cualquier estado deseado: neutro, excitado, o con cualquier lentes en compuestos, por lo que supuso que las constantes de
valencia, por lo que se puede representar al átomo tal como apantallamiento eran de 1 para todos los electrones, excepto
existe en la molécula. Pearson advirtió (1990) que tanto I para el electrón de la capa final. Hacemos notar que el valor
como A no eran valores de los átomos en estado neutro, sino de la carga (Z) —en relación al radio en la ecuación de
en un estado de valencia “conveniente” que le permitió a Mu- Gordy— da como resultado un potencial, mientras que la

156 didáctica de la química educación química • abril de 2011


misma carga —en relación al cuadrado del radio— da como cálculos indicaban que podía ser posible explicar la alternan-
resultado una fuerza; creemos que esto fue distinguido y to- cia en electronegatividad hacia abajo en los grupos cercanos
mado en cuenta por Allred-Rochow (1958), en su propuesta. al centro de la Tabla Periódica en términos del empaqueta-
Gordy comparó los valores de su escala con Mulliken y con miento electrónico negativo, para los diferentes periodos. La
Pauling: XP = 0.31XG + 0.50. escala de Sanderson fue muy poco aceptada y usada, posible-
El siguiente método, para la obtención de una escala de mente por su aparente oscuridad (Mullay, 1987) o porque sus
electronegatividad (Sanderson, 1952), se basó en la idea de una argumentos no fueron considerados convincentes (Pritchard
relación de estabilidad (SR, por sus siglas en inglés). SR es y Skinner, 1955). Sanderson (1951) había presentado una
una propiedad que está en función del radio y del número idea para calcular el valor de la X de un compuesto (desde
atómicos; más específicamente, es la relación de la densidad una molécula diatómica hasta un sólido polimolecular), a la
electrónica promedio (ED, por sus siglas en inglés) —del áto- que llamó la igualación de la electronegatividad; con ella esta-
mo de un elemento activo— a la densidad electrónica de un blece que todos los átomos, inicialmente diferentes, se ajustan
átomo inerte (un gas inerte, isoelectrónico con el átomo real) a la misma electronegatividad intermedia al formar el com-
(EDi). ED = Z/4.19r3; esto es, el número electrónico entre el puesto. Para fundamentar su método, explica que los átomos,
volumen atómico, covalente o iónico. ED representa el grado antes de formar un enlace, son eléctricamente neutros; que
promedio de compactación de la esfera electrónica respecto mientras se forma el enlace, el átomo inicialmente más elec-
al núcleo atómico, mientras que SR es una medida de la com- tronegativo adquiriere más de la mitad de los electrones com-
pactación del átomo o, dicho de otra manera, de qué tan cer- partidos en él y con ello obtiene una carga parcial negativa,
canos y firmemente unidos están los electrones en el átomo. con lo que queda menos electronegativo que al principio; que
Para Sanderson, ED era sólo un número útil que tenía pro- el otro átomo, inicialmente el menos electronegativo, queda
pósitos de comparación. Fundamentó su propuesta en dos con una carga parcial positiva, haciéndose más electronegati-
ideas: la primera, que todo átomo o ión que posee electrone- vo, al final; y que estos ajustes cesan cuando la X se iguala
gatividad tiene una atracción inherente por los electrones y, la en el compuesto.; la ecualización quiere decir que al alcanzar-
segunda, que ese átomo o ión se vuelve más estable química- se el equilibrio en el enlace, ya no habrá más cambio de ener-
mente después de tomar los electrones; consideró que una gía. Según Sanderson, la prueba para este principio está en
explicación de la electronegatividad debería de considerar que la X del compuesto es la media geométrica de las Xs
ambas ideas. Así, si los átomos de todos los elementos son originales de los átomos (1988a); proporciona un ejemplo
electronegativos, en alguna medida, están en la posibilidad usando las XM: la X del CH3COCl será la raíz séptima del
teórica de atraer a los electrones de otros átomos; esto, dijo, es producto: (XC)2 * (XH)3 * (XO) * (XCl) = (2.746 * 2.5923 *
proporcional a la carga nuclear e inversamente proporcional 3.654 * 3.475)1/7 = 2.886.
al radio atómico y a la repulsión de la esfera electrónica del Este formalismo tampoco tuvo mucha aceptación durante
átomo. Entonces, si SR es una medida de la densidad electró- varios años, pese a las pruebas y argumentos que insistente-
nica promedio, puede dar una idea de la magnitud de esa mente ofreció Sanderson, hasta que Robert Parr y coautores
atracción; en otras palabras, la electronegatividad es aproxi- publicaron un trabajo (1978), comentado más abajo, donde
madamente proporcional a la densidad electrónica promedio establecieron la hipótesis de que la X era igual al negativo del
y es medida por la relación de estabilidad. potencial químico electrónico (–μ); sin embargo, cuando se
Sanderson definió el concepto de estabilidad máxima con encontró que eran similares pero no iguales (Allen, 1990),
SR = 1, que ayuda a explicar el incremento en la estabilidad perdió popularidad. Adicionalmente, Allen (1994) presentó
del átomo cuando los electrones son atraídos, ya que al adqui- cinco objeciones, severas califica él, a la hipótesis de la iguala-
rir una carga negativa parcial se obtiene una expansión de la ción de la electronegatividad y a otros postulados establecidos
esfera electrónica, lo cual es considerado como “una mejora por Sanderson, que quedan alejados de los objetivos de este
en el balance de fuerzas” dentro del átomo, lo que reduce la trabajo. No obstante, algunos autores siguen aceptando el for-
electronegatividad. Para Sanderson las aplicaciones más im- malismo de Sanderson; por ejemplo, Siamak Noorizadeh
portantes de la X estaban en la naturaleza de los enlaces y en (2008), último en proponer una escala de X, basada en los
las propiedades de sus compuestos; en 1983 propondría otra valores calculados de electrofilicidad (que está en términos
escala de electronegatividad, y en 1988b definiría a la X, “de del potencial químico, μ, y de la dureza, η), informa que su
manera menos controversial”, como la propiedad que deter- escala obedece al principio igualador de Sanderson.
mina la forma en que se distribuyen los electrones enlazantes La ampliamente reconocida y multicitada escala de Albert
entre uno y otro átomo. La comparación con la escala de Pau- L. Allred (1931– ) y Eugene G. Rochow (1909–2002), esta-
ling viene dada por la ecuación: XP = (0.2 (SR) + 0.77)2 (Mu- blecida en 1958, tiene la misma base que la de Gordy (1946).
llay, 1987), una hipérbola tan abierta que es casi una recta. Ellos consideran que la X debería de estar relacionada a la
Allred y Rochow (1958) comentaron que la escala de elec- carga experimentada por un electrón en la superficie de un
tronegatividad de Sanderson mostraba una alternancia con átomo, por lo que cuanto mayor sea la carga por unidad de
el número periódico; que esta escala y la de ellos (basada en superficie atómica, mayor será la tendencia del átomo para
la fuerza electrostática) eran acordes, en general, y que sus atraer electrones, esto expresado como una fuerza de atracción;

abril de 2011 • educación química didáctica de la química 157


con ello plantearon que F = e 2Zeff /r2, donde r es la distancia (1978) revisaron el concepto de X desde el punto de vista de
entre un electrón y el núcleo de su átomo (el radio covalente) la teoría de la densidad funcional. Ésta viene de dos teoremas
y eZeff la carga efectiva debida al núcleo y a los electrones que de Hohenberg y Kohn; el primero establece que la densidad
lo rodean (la carga nuclear efectiva). Propusieron esta fuerza electrónica, ρ, determina todas las propiedades de un átomo o
de atracción como una medida aproximada con la que un una molécula en estado neutro no degenerado y que, además,
átomo en una molécula atraía electrones hacia él y que fuera determina la energía de un átomo para un estado neutro de-
llamada X absoluta del átomo. Explicaron que la carga nu- generado. La teoría establece que el potencial químico elec-
clear efectiva experimentada por los electrones de valencia se trónico μ = (∂E/∂N)ν, donde ν es una constante del potencial
estimaba usando las reglas de Slater y que el área superficial externo, debido a las cargas nucleares fijadas (el potencial del
del átomo en una molécula podía ser tomada como propor- núcleo); tanto la cantidad E (la energía electrónica) como la
cional al cuadrado del radio covalente, si se expresaba en N (el número de electrones) son funcionales de ρ. Parr y sus
ångströms. Hicieron notar que la habilidad de un átomo para compañeros comentaron que encontraron que la X era la mis-
atraer electrones en una molécula dependía mayormente de ma para todos los orbitales naturales en un átomo o molécula
la combinación de los orbitales usados para el enlace y que la en sus estados neutros (potencial químico); precisaron el con-
mayoría de los elementos exhibían más de un tipo de hibrida- cepto de X como el potencial químico negativo, por lo que
ción en sus compuestos, por lo que señalaron que sería más X = –μ = (∂E/∂N)ν = ½ (I + A); como la conexión con la de-
adecuado hablar de una X orbital, asignando un rango de va- finición de Mulliken era inmediata, se le calificó de absoluta.
lores a un elemento, que considerarla como una propiedad Esto significa que cuando dos átomos A y B, con un μA dife-
atómica invariante. Los autores señalaron que el uso de la rente a μB se unen químicamente, el sistema se equilibrará a
fuerza electrostática para evaluar X era completamente con- un nuevo valor común de μ, diferente a los de A y B. Con X
sistente con la definición de Pauling, porque medía la tenden- = –μ y la analogía existente entre μ y la energía libre de Gibbs,
cia a atraer electrones. En esta escala, el valor de X del Ge es se implicaba una igualdad de la X para cualquier cantidad de
mayor que la del Si, lo que difiere de la de Pauling (1947); átomos enlazados, con lo que se validó el principio igualador
esta situación ya había sido observada (Sanderson, 1952); de Sanderson, y explican: la diferencia de electronegatividad
Compararon su escala con la de Gordy, la de Pritchard y la de en los estados de valencia produce la transferencia de electro-
Pauling (XP = 0.359 XA-R + 0.744). Mullay comenta (1987) nes entre los átomos de la molécula en formación, así, los
que la comparación entre esta escala y la de Gordy es subjeti- electrones se distribuyen entre los orbitales para igualar el po-
va porque, aunque representan dos parámetros físicos intere- tencial químico de orbital a orbital.
santes, son similares en forma. Allen (1994) comenta que el trabajo de Parr et al. (1978)
Raymond Iczkowski y John Margrave (1961) usaron la había sido citado en más de 300 artículos; en algunos se cita
energía atómica —tomada como las energías de los iones po- también a Sanderson. Bartolotti (1987) subraya que con el
sitivo y negativo relativas a los átomos neutros— expresada trabajo de Parr et al. se conectó a X con la mecánica cuántica
en una serie de potencias en N (cuyos coeficientes son deter- y que μ fue introducido en la teoría de la densidad funcional
minados por potenciales de ionización sucesivos), en la forma como un multiplicador de Lagrange, para asegurar que el nú-
de N = n – Z, donde n es el número de electrones alrededor mero de partículas sería conservado al minimizarse la energía.
del núcleo en un estado de ionización dado y Z es el número En un comentario, Ralph Pearson (1990) hace notar que μ es
atómico del núcleo. Definieron la electronegatividad de una cantidad que caracteriza a cualquier sistema químico,
un átomo neutro en fase gaseosa: X = (–dE/dN)N = 0 donde dE átomo, radical, ión o molécula, que es constante en cualquier
es el cambio de energía que acompaña al cambio en la carga, parte del sistema; que mide la tendencia de los electrones a
dN, expresada en unidades de energía por electrón. Indicaron escapar, en el sistema, y que, como es una propiedad sólo de
que, con el primer potencial de ionización y la afinidad del sistemas al equilibrio, lo es de estados neutros. Señala que la
primer electrón, X = (–dE/dN)N = 0 es equivalente a la rela- XP —y las otras similares— difiere bastante de la absoluta de
ción de Mulliken; así enfatizaron la relación cercana con ese Parr, ya que, para esta última, es una propiedad de un átomo
método y asentaron que las unidades de la X deberían ser de libre en el estado neutro y no de uno en su estado de valencia
energía por electrón; compararon exitosamente su escala con excitado, adecuado para tomar parte en una molécula. Indica
la de Mulliken. X = (–dE/dN) quiere decir que después de que la aplicación de la escala de Pauling es útil para estimar
juntarse dos átomos se obtendrá una disminución en la ener- las polaridades de los enlaces y, en algún grado, las resistencias
gía, si los electrones se transfieren al átomo para el cual el de los enlaces entre átomos diferentes; mientras que la abso-
descenso de energía total (dE) excede al incremento en la luta es una medida de la reactividad química del átomo, radi-
energía total del átomo del que se remueven esos electrones; cal, ión o molécula, cuya aplicación típica está en: a) estimar
ese descenso de energía total se debe a la ganancia de una la interacción inicial entre dos de ellos; b) dar la dirección del
carga electrónica fraccional, dN, (Mortier, 1987). Allen (1994) flujo electrónico, y c) proporcionar un estimado de la canti-
subrayó que con esto se estableció a la X como un concepto dad inicial de la densidad electrónica transferida, relacionada
de transferencia de carga. a su vez a las barreras de energía para la reacción y, en algunos
En un trabajo que llegó a ser clásico, Robert Parr et al. casos, a la resistencia del enlace coordinado formado; pero

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que no es una medida confiable de la polaridad final del enla- indica que las energías del electrón pueden ser determinadas
ce. También advierte que la X absoluta no satisface la defini- directamente de datos espectroscópicos, de ahí su nombre;
ción de XP, como la propiedad de un átomo en una molécula, que esta descripción lleva a una definición mejorada de la X
pero sí en la idea esencial de atraer y mantener electrones y de grupo (o de sustituyentes), así como a la extensión y refi-
que no existe una razón que obligue a restringir su aplicación namiento en el uso de las perturbaciones de la X en la teoría
a átomos combinados. Continúa comentando que se ha mos- orbital molecular cualitativa y semicuantitativa y al entendi-
trado que las escalas pueden ser comparables y que sólo sus miento del orden de las reglas de la X orbital híbrida, tales
aplicaciones son diferentes, por lo que el asunto no es pregun- como que sp > sp2 > sp3. Establece la electronegatividad es-
tarse cuál escala es la más correcta porque cada escala es más pectroscópica Xespec como (mεp + nεs)/(m + n), para elemen-
apropiada en su propia área de uso. También apoya el princi- tos representativos, en donde εp y εs son las energías de ioniza-
pio igualador de Sanderson al decir que, aunque no está pro- ción s y p; m y n son el número de electrones de p y s. Afirma
bado por ninguna teoría, es intuitivamente interesante. que los valores de la Xespec se ajustan (comparando gráficas)
En otro comentario (1990), Allen menciona que usando la bastante a los de las “ampliamente aceptadas escalas de Pau-
Figura 6 y su texto correspondiente (Allen, 1989) —publica- ling (1960) y de Allred y Rochow” (1958), lo que para él,
ción donde Allen presenta su electronegatividad espectroscó- asevera, es de primera importancia. Precisa que la Xespec per-
pica, Xespec, mencionada más abajo— se contrastó la energía mite racionalizar: a) la separación diagonal de la Tabla Perió-
de la expresión (I + A)/2, de Mulliken, usada por Parr et al. dica entre metales y no metales, estableciendo a los elementos
(1978) para hacer la aproximación del potencial químico B, Si, Ge, As, Sb, Te, Bi y Po como los metaloides y b) la for-
electrónico (μ) con el comportamiento de la Xespec, encon- mación de moléculas a partir de los gases nobles. Para él, estos
trando que son muy diferentes. Por otro lado, calcula y pre- gases son el punto capital de la Tabla Periódica porque su X
senta los valores de las diferencias, en promedio, de las ener- presenta dos caras: tienen altos valores de X que muestran su
gías (hartree) de la capa de valencia entre los átomos libres de capacidad para retener a sus electrones, pero ningún valor para
F, O y N y el átomo de H, para los átomos relativos al H y atraer a otros. Afirma que X es la energía de activación para el
referidos a cero, obteniendo: –0.450, –0.162 y –0.630, respec- enlace y que: 1) Con la diferencia de las electronegatividades
tivamente, y los de los mismos átomos en sus hidruros relati- espectroscópicas, ΔXespec, entre dos átomos diferentes, es
vos al H en el H2 y referidos a cero, FH, OH2 y NH3, obte- posible sistematizar las propiedades de un amplio grupo de
niendo: –0.055, –0.028 y –0.010, respectivamente; Allen materiales conocidos: sólidos iónicos, moléculas covalentes,
explica que si el potencial químico, μ, fuese calculado de la metales, minerales, polímeros inorgánicos y orgánicos, semi-
misma forma, los valores obtenidos para los átomos libres se- conductores, etc. e identificar el carácter iónico (la polaridad
rían aproximadamente los mismos, mientras que los de los del enlace) de esos átomos, y 2) La X de los metales de tran-
hidruros estarían todos en un solo punto (el del H2), contra- sición no puede ser determinada de manera simple debido a
viniendo la observación empírica que indica que los átomos la naturaleza de las distribuciones radiales del orbital d y que
mantienen su identidad cuando se combinan en moléculas o esto se ve en su infrecuente uso entre los químicos de los
sólidos. Así, concluye, la igualación de la X no acontece y el metales de transición. Comparó su escala con las de Allred y
potencial químico electrónico, μ, tal como fue desarrollado Rochow, Boyd y Edgecombe, Mulliken y Pauling: XP = 1.75 ×
por Parr, Pearson, y otros, resulta una cantidad química total- 103 Xespec (Kj/mol) o XP = 0.69Xespec (eV). En su escala, el
mente diferente a la X. Sin embargo, en otro trabajo (1994), mayor valor de electronegatividad la tiene el Ne = 4.783, se-
Allen presenta la idea que con X = –μ = (∂E/∂N)ν, en la for- guido por los elementos: F = 4.193, He = 4.16, O = 3.61 y
mulación de la densidad funcional, se implica la frase “la ten- Ar = 3.242. Su método tiene la ventaja de poder estimar las
dencia de los electrones a escapar” (describiendo la XM) y electronegatividades de elementos que no pueden ser obteni-
que, más que una transferencia de carga o esa “tendencia a das por otros, como la del Fr, al que Allen asigna un valor de
escapar”, la electronegatividad es un concepto de enlazamien- 0.67.
to estático, tal como los potenciales de ionización que la defi-
nen: la energía de un electrón en un átomo o, más precisa- Escalas de X para los elementos en sus diferentes
mente, la energía promedio de los electrones de valencia en estados de valencia u oxidación
un átomo. Afirma que esta interpretación no destruye para Existen tres antecedentes: a) Mulliken determinó la X de sólo
nada la idea coloquial de la X como “atraer” o el “poder de 11 elementos en diferentes estados de valencia (1934) usan-
jalar” electrones, ya que si la energía promedio de los electro- do valores de I y A, porque no existían valores de A para el
nes en el átomo A es más baja que la energía promedio de los resto de los elementos; encontró que la electronegatividad de
electrones en el átomo B, entonces el átomo A atraerá los un átomo se incrementaba al incrementarse la valencia;
electrones del átomo B, cuando A y B se unan. b) Allred (1961) usó el método de Pauling para calcular las
Lelan Allen (1989) establece que la X es una propiedad electronegatividades en diferentes estados de oxidación, para
íntima de la Tabla Periódica y que su definición es el resultado un puñado de elementos de los que existían datos disponibles:
de esta relación: “la energía promedio de un electrón, de los de Mo, Fe, Tl, Sn y Pb, y c) Sanderson (1986) propuso un méto-
la capa de valencia, para átomos libres en su estado basal” e do para calcular la X de elementos en diferentes estados de

abril de 2011 • educación química didáctica de la química 159


valencia, basado en las cargas parciales y las energías de enla- Bibliografía
ce; su método estaba limitado a los metales de transición. Allen, L. C., Electronegativity Scales, Accounts of Chemical
Keyan Li y Dongfeng Xue (2006) estimaron los valores de Research, 23, 175–176, 1990.
X para proponer una escala para 82 elementos, en diferentes Allen, L. C., Chemistry and Electronegativity, International
estados de valencia y con los números de coordinación más Journal of Quantum Chemistry, 49, 253–277, 1994.
comunes. Los calcularon basándose en el potencial químico Allen, L. C., Electronegativity Is the Average One-Electron
efectivo, definido por la energía de ionización y el radio Energy of the Valence-Shell Electrons in Ground-State
iónico, es decir, en términos del potencial iónico efectivo (ϕ), Free Atoms, Journal of the American Chemical Society, 111,
ϕ = n*(Im /R)1/2/ri , donde n* es el número cuántico principal 9003–9014, 1989.
efectivo, Im es la energía de ionización última (numéricamen- Allred, A. L. and Rochow, E. G., A Scale of Electronegativity
te igual a la de la afinidad electrónica de un catión dado), Based on Electrostatic Force, Journal of Inorganic Nuclear
R = 13.6 eV (la constante. de Rydberg) y ri es el radio iónico. Chemistry, 5, 264–268, 1958.
Ellos explicaron que, para el momento de escribir su trabajo, Allred, A. L., Electronegativity Values from Thermochemical
la X era una propiedad invariante, que no dependía del am- Data, Journal of Inorganic Nuclear Chemistry, 17, 215–221,
biente químico del átomo (v.gr: el estado de la valencia y el 1961.
número de coordinación), y que, hasta donde sabían, no exis- Bartolotti, Absolute Electronegativities as Determined from
tía esta información completa, por lo que decidieron cons- Khon–Sham Theory. In: Sen, K. and Jørgensen, C. K, Elec-
truirla. Encontraron que para un catión determinado, la X se tronegativity, 27–40, Heidelberg, Germany: Springer–Ver-
incrementa de acuerdo con el aumento del estado de oxida- lag, 1987.
ción, disminuye con el aumento del número de coordinación Boeyens, J. C. A., The Periodic Electronegativity Table, Zeit-
y que existe una perfecta correlación lineal con la escala de schrift für Naturforschung, 63b, 199–209, 2008.
Luo y Pacey (1991) basada en el potencial covalente, debido Gordy, W., A New Method of Determining Electronegativity
a que el soporte teórico de ambas es el mismo: la teoría de from Other Atomic Properties, Physical Review, 69, (11
la X absoluta de Parr et al. Se compararon con Pauling: and 12), 604–607, 1946.
XP = 0.105XLX + 0.863. Li, K. and Xue, D., Estimation of Electronegativity Values of
Elements in Different Valence States, Journal of Physical
Observaciones y comentarios Chemistry A, 110, 11332–11337, 2006.
Es notorio que cada método propuesto se estructura en fun- Luo, Y. and Pacey, P. D., Theoretical support for a new electro-
ción de los anteriores; qué se hizo y en qué se pensó o qué se negativity scale, Journal of the American Chemical Society,
dejó de hacer y en qué no se pensó, esto es, cuál puede ser un 113(4), 1465–1466, 1991.
aporte novedoso es la tónica que marca la dinámica de cada Mortier, W. J., Electronegativity Equalization and its Applica-
trabajo sobre la X. Los autores de la diversas escalas de X han tions. In: Sen, K. and Jørgensen, C. K. (editors), Electroneg-
tenido una actitud contradictoria respecto al trabajo de Pau- ativity, 125–143, Heidelberg, Germany: Springer–Verlag,
ling, ya que, por un lado, desprecian el empirismo de su mé- 1987.
todo y rechazan su origen pero, por otro, la reconocen, pues la Mullay, J., Estimation of Atomic and Group Electronegativi-
mayoría de ellos compara su propia escala con la de Pauling; ties. In: Sen, K. and Jørgensen, C.K. (editors), Electronega-
en el mismo sentido los químicos prácticos reconocen su uti- tivity, 1–26, Heidelberg, Germany: Springer–Verlag, 1987.
lidad (es muy usada); los mismos autores aplauden la concep- Mulliken, R. S., A New Electroaffinity Scale; Together with
tualización teórica de la proposición de Mulliken y generan Data on Valence States and on Valence Ionization Poten-
varias propuestas de métodos basándose en su idea, a pesar de tials and Electron Affinities, Journal of Chemical Physics, 2,
los problemas que presenta (la existencia de pocos datos para 782–793, 1934.
el cálculo de los valores y algunos de ellos contradictorios) y Noorizadeh, S. and Shakerzadeh, E., A New Scale of Electro-
la falta de reconocimiento a su utilidad (es poco usada). Lla- negativity Based on Electrophilicity Index, Journal of Phys-
ma la atención que, al resultar equivocada la definición pro- ical Chemistry, 112, 3486–3491, 2008.
puesta por Parr (1978), de X = –μ —lo que provocó el desa- Parr, R. G. and Pearson, R. G., Absolute Hardness: Companion
rrollo de tantos trabajos teóricos, durante varios años— por Parameter to Absolute Electronegativity, Journal of the
ser el potencial químico una cantidad totalmente diferente a American Chemical Society, 105, 7512–7516, 1983.
la X, no haya habido mayor escándalo entre la comunidad Parr, R. G. et al., Electronegativity: The density functional
química. Por último, es evidente que no existe un acuerdo viewpoint, Journal of Chemical Physics, 68(8), 3801–3807,
sobre el significado físico de la X, lo que lleva a que cada de- 1978.
finición de X propuesta tenga diferentes unidades (de fuerza, Pauling, L., Atomic Radii and Interatomic Distances in Met-
energía, energía/electrón, etc.) o no las tenga, como la de San- als, Journal of the American Chemical Society, 69(3), 542–
derson. 553, 1947.
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abril de 2011 • educación química didáctica de la química 161


didáctica de la química Educ. quím., 22(3), 224-231, 2011. © Universidad Nacional Autónoma de México, ISSN 0187-893-X
Publicado en línea el 7 de junio de 2011, ISSNE 1870-8404

La incomprendida electronegatividad (trilogía)


III. Comprendiendo a la electronegatividad
Guillermo Salas-Banuet, José Ramírez-Vieyra y Ma. Eugenia Noguez-Amaya*

ABSTRACT (Understanding the electronegativity —Trilogy. III. The misunderstood electronegativity)


There are dozens of electronegativity (X) scales published. Excluding the ones proposing simple
correlations between properties, they are summarized here. The different intents to evaluate and
regulate the X scales are displayed. A balance was made, allowing us to appreciate: the great
diversity of ideas generated over the years; the scales tendency is not so different when comparing
with Pauling’s one; and no one is 100% successfully in a given application. This permits the
authors to suggest that X is not a property, but a behavior. To find a universal X scale at this
moment seems difficult.

KEYWORDS: electronegativity, scales, properties, applications, structure

Introducción zaron para discutir, criticar, valorar, descalificar o aplaudir las


Esta obra es la tercera de una trilogía sobre la electronegativi- diversas propuestas de sus colegas— con el objeto de explicar
dad atómica (X): La incomprendida electrongatividad. La pri- y comparar los resultados. También se incluye una sección
mera (Salas, Ramírez y Noguez, 2011a) plantea la situación dedicada a la electronegatividad de los elementos en diferen-
contradictoria y al mismo tiempo similar de la X, que permi- tes estados de oxidación, que es parte de la X, pero que difie-
te fundamentar algunas preguntas esenciales sobre su validez re de los modelos para los elementos en su estado basal.
y existencia, así como de la trilogía. Se define el foco de esta Como la información se presenta históricamente, es posi-
última en la interpretación del trabajo realizado durante si- ble apreciar que las propuestas están encadenadas, sirviendo
glos y la propuesta de un significado particular, para intentar la anterior de base a la posterior. Está incluida una sección
comprenderla mejor. Así, ofrece el panorama de la transfor- de las propuestas para evaluar y reglamentar a la X. Es posible
mación del pensamiento integral, durante la concepción del distinguir un desprecio intelectual hacia la escala empírica de
concepto llamado electronegatividad y sus resultados concre- Pauling, aunque muchos autores la usen para comparar la
tos, que son algunas escalas cualitativas de X, que ayudaban a suya, lo que entendemos como un intento de validación de su
explicar los resultados de los experimentos químicos y a pre- propia escala. Es notoria la valoración hacia las propuestas
decirlos; su síntesis se expresa en la primera proposición de que se sustentan en conceptualizaciones teóricas, aunque no
una escala cuantitativa, realizada por Linus Pauling. Como se ajusten bien la química experimental, posiblemente con la
corolario, se racionaliza sobre la imposibilidad de aterrizar las intención de perfeccionarlas. Se distingue la inexistencia de
ideas generadas sobre la X, antes de Pauling, en una escala un acuerdo sobre el significado físico de la X, lo que lleva a
cuantitativa y las circunstancias que rodearon al trabajo del que cada definición de X publicada se base en diferentes pro-
mismo. La segunda obra (Salas, Ramírez y Noguez, 2011b) piedades o estructuras y que tengan, por supuesto, diferentes
presenta los detalles de las propuestas más originales y divul- unidades (de fuerza, energía, energía/electrón, etc.) o en nin-
gadas, sobre los primeros métodos planteados después de guna, siendo adimensional. En ésta, la tercera parte de la tri-
Pauling, que buscaban proponer una definición universal de la logía, se exhibe la compilación de los trabajos publicados en
X a través de un modelo, para obtener una escala cuantitativa, los siglos pasado y actual, que dan una imagen global de las
también universal. Nos servimos de los argumentos estructu- múltiples características sobre la X. Con ello fue posible apre-
rados por algunos de esos mismos pensadores —que los utili- ciar el todo, distinguir los desacuerdos y las ideas sobresa-
lientes que nos permitieron tener acceso a una interpreta-
ción diferente, con lo que pudimos encontrar un significado
* Departamento de Ingeniería Metalúrgica, Facultad de Química, particular.
Universidad Nacional Autónoma de México. Av. Universidad 3000,
México, D.F. Las otras escalas de electronegatividad (X)
Tel.: +52 (55) 5622 5243. Desde la primera propuesta de Pauling hasta la fecha de ela-
Correos electrónicos: salasb@unam.mx; jgrv@unam.mx; boración de este trabajo (periodo de casi 80 años) hemos en-
nogueza@unam.mx contrado, entre las revistas occidentales más consultadas, múl-
Fecha de recepción: 8 de febrero de 2010. tiples trabajos enfocados a proponer una escala de X; los que
Fecha de aceptación: 3 de julio de 2010. sólo usaron relaciones de propiedades o eran poco originales

224 didáctica de la química educación química • julio de 2011


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(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
se dejaron fuera, quedando cerca de 40 (tabla 1). En ésta es quien utilizó sólo parámetros físicos y químicos medibles y
posible valorar: la concepción de visiones, el planteamiento evitó usar la X. Concluye que todas las escalas dan gráficas
de fundamentos, las diferentes definiciones pensadas y con triangulares que segregan efectivamente a los compuestos
cuál(es) escala(s) decidieron compararse. Las diversas escalas considerados en tres regiones, por el tipo de enlace caracterís-
se fundamentan en características atómicas —principalmen- tico: metálico, covalente o iónico y que las escalas que pro-
te— y moleculares, tanto de la estructura (radios atómicos, veen la mejor segregación de los compuestos son la de Allen
longitudes de enlace, etc.) como de las propiedades (poten- (1989) y la de Nagle (1990), con un acierto superior al 96%.
ciales de ionización, carga eléctrica, etc.). Analizando las com- Esto provocó que Peter G. Nelson publicara un comentario
paraciones, es posible distinguir que cerca del 80% de los au- (1995) en el que señala, entre otros detalles, que el tipo de
tores comparan su escala con alguna otra; más del 70% lo enlace no es una propiedad medible y que en las ediciones
hace directa (62%) o indirectamente (8%) con la de Pauling; previas del texto de Wells, se da la impresión de haber utiliza-
el 20% que agrupa a las que tienen un origen en la mecánica do la X para realizar algunas de sus asignaciones. Sproul con-
cuántica, no hace comparaciones, o las hace con alguna con su testó (1995), entre otras cosas, que Wells no menciona, en el
mismo fundamento. Al ajustar los valores de una escala al ran- texto de referencia, la posibilidad de usar a la X para determi-
go de los de la de Pauling, durante las comparaciones, surge el nar tipos de enlace, sino que, para hacerlo, utilizó algunos fe-
concepto de las Unidades Pauling (UP). Aunque el empirismo nómenos subjetivos como conductividad/resistencia eléctrica,
y el fundamento de la escala de Pauling se señalan como erró- puntos de fusión y características estructurales, tales como io-
neos, la mayoría de los autores validan su propuesta al com- nes aislados, anillos, cadenas, moléculas separadas, etc.
pararla con ella (sigue siendo la más famosa y utilizada, sobre Murphy et al. (2000) —entre ellos Leland Allen— estable-
todo en la educación) y mantienen el concepto de “atraer cieron nueve reglas que, a su criterio, todas las escalas de X
electrones”, al definirla. Todos los trabajos parten del plantea- deberían de obedecer:
miento de una hipótesis, aunque sólo Pauling y Malone las
comprueban con experimentación propia; algunos autores to- 1. Las electronegatividades atómicas necesitan ser obteni-
man experimentación previa ajena y calculan la X con su mé- das de las propiedades de los átomos libres;
todo; el resto deriva su comprobación matemáticamente. Las 2. Es necesaria una precisión de tres cifras (unidad, décima
propuestas tienen dos características comunes: son conceptos y centésima);
sencillos y se usan fácilmente, esenciales en la ciencia y la 3. La X es una energía por electrón;
educación. 4. Todos los electrones de valencia deben ser incluidos en la
Mullay (1987) realiza un análisis para evaluar el desarrollo definición de X;
de las escalas de X y plantea tres etapas: la primera involucró 5. Tres requerimientos del grupo principal están interrela-
la búsqueda del método apropiado para calcular o medir las cionados: a) la identificación de la X con el poder atra-
X atómicas; en la segunda, cuando se cambió el énfasis hacia yente de un átomo por electrones es generalmente igual
el cálculo de la X de grupo y la carga atómica, se exploraron a su poder para retenerlos; b) los átomos de los gases no-
y clarificaron los efectos de la carga atómica sobre la X, y la bles sólo tienen la habilidad para retenerlos, y c) las mag-
tercera propició la profundización del concepto básico, prin- nitudes de la X deben, paralelamente, establecer limita-
cipalmente a través del uso de la teoría de la densidad funcio- ciones de oxidación;
nal (Parr, 1978). Sin embargo, de ahí en adelante se han publi- 6. Los valores de X de los ocho elementos semimetálicos
cado, indistintamente, trabajos del tipo de las tres etapas (B, Si, Ge, As, Sb, Te, Bi y Po) no deben de traslaparse con
planteadas. En otro orden de ideas, en la tabla 1 se ve que el los de los metales y no metales; se debe respetar la regla
número de trabajos publicados, por decenio, fue: tres durante del Si: todos los metales deben tener valores de X meno-
los años 30 del siglo pasado, dos en los 40, tres en los 50, seis res o iguales al del Si;
en los 60, seis en los 70, 10 en los 80, uno en los 90 y seis en 7. Para los compuestos binarios, AB, las electronegativida-
los primeros ocho años de este siglo; aun sumando a éstos los des de A y de B deben de calificar y definir los tipos de
trabajos que se dejaron fuera (menores en cantidad), el incre- enlace como iónico, covalente o metálico;
mento no es comparable con el número de químicos reali- 8. La X debe tener una definición mecánica cuántica via-
zando investigación y publicando en el mismo periodo de ble, y
tiempo. 9. La escala de X debe mostrar un incremento sistemático
de izquierda a derecha a través de los periodos.
Evaluando y reglamentando a la
electronegatividad Esta última regla no es cumplida por la escala de Allen, espe-
Gordon Sproul (1994) pensó que una manera de evaluar 15 cíficamente para los metales de transición. Los autores aplica-
de las escalas de X era usando los triángulos del enlace. Grafi- ron estas reglas a la escala de XP y dictaminaron que sólo sa-
có el promedio de la X versus la diferencia de electronegativi- tisface las reglas 4 y 5 del criterio. Además, indican algunos
dades, para 311 compuestos binarios bien identificados por su errores de Pauling que, según ellos, han influido fuertemente
tipo de enlace, obtenidos del libro de texto de A. F. Wells, en la actitud negativa de los químicos hacia la X:

julio de 2011 • educación química didáctica de la química 225


Tabla1. Compendio de los trabajos que tienen alguna originalidad, que presentan escalas de X.

Autores/Año Definición Compara con:

Malone / 1933 μb  k XA  XB ; μb: momento dipolar de una molécula en estado gaseoso; k, constante Pauling
dieléctrica; XA y XB, electronegatividades de los átomos A y B.
Gordy / 1946 Atracción de un átomo por los electrones que enlaza en una molécula estable:
 X X 
k  aN  A 2 B   b : k , constante de fuerza del enlace molecular; N, el orden del

 d  Pauling
enlace; XA y XB las electronegatividades de los átomos A y B; d, la distancia del enlace;
a y b, constantes.
Hinze y Jaffé / Propiedad de los orbitales (de enlace o semiocupados); depende de su carácter y se
1962 calcula mediante potenciales de ionización y afinidades electrónicas para el estado de Pauling
valencia del átomo.
Hinze, Poder de un átomo, en su estado de valencia, para atraer un electrón adicional en la
Whitehead y formación del enlace. La electronegatividad orbital es una propiedad de un orbital
Jaffé / 1963  
 dE 
individual en el átomo: X j    : E , energía del átomo; nj el número de electrones
dn 
en el orbital. j

Klopman / 1964 XX  BXr   s r C X2 AXrs   s r C X2 AX  1  rs  ; B, A+ y A- son constantes,


S S

r y s representan al electrón y al par electrónico correspondiente (spin).

Jørgensen / 1970   30, 000 Xop (X )  Xop (M ) :  : energía fotónica de la primera banda de transferen-
 
cia Laporte-permitida en un sistema metal de transición-ligando; Xop(M) y Xop(X), la
electronegatividad óptica del metal y del ligando.
Pauling:
St. John y Bloch / Suma de los componentes orbitales, relacionados directamente con los defectos 2

1974 2 XP  0.43 Xi  0.24 ;


cuánticos: X  a  Xi  b : Xi , componentes orbitales; a y b, constantes. i 0
i 0 Phillips
Grado de transferencia electrónica en un enlace, medido por un multiplicador orbital:
Simons, Zandler y K RA  RB  Pauling;
XA  XB  : XA y XB son las electronegatividades de los átomos A y B; Allred-Rochow;
Talaty / 1976 2RA  2RB St. John
RA y RB, sus distancias al centro del orbital.
Mande,
( ) :e
e 2 Zeff Pauling:
Deshmukh y Para los estados de valencia: XMDD =
r2
2
(Z ) carga nuclear efectiva;
eff
XP = 0.788XMDD + 0.5 ;
Deshmukh / 1977 r, radio covalente. Allred-Rochow
dE 
X    : E , energía atómica como función de: a) número de electrones de los
Politzer y  dn 

Weinstein / 1979 átomos enlazados, sus números atómicos y la separación entre los átomos, y b) además
de lo anterior, del número de electrones deslocalizados.
IA + AA
Böhm, Sen, XM = : I A , potencial de ionización más bajo; AA, afinidad electrónica, Pauling
Schmidt / 1981 2
calculados por el método del operador de transición.
 1
La orbital: X jA  U jjA  PA   AA :U jjA , energía de un electrón del orbital j; gAA,
 2 
Ponec / 1981 integral de repulsión de un electrón; PA, la densidad electrónica total asociada al átomo Pauling

A. La atómica global: A 
 p jj XA,j : p , densidades de carga orbital individuales.
 p jj jj

Boyd y Markus / La carga nuclear efectiva y el radio relativo del átomo contribuyen a la tendencia Pauling;
1981  ra  Sanderson;
kZ  
general de la electronegatividad: Xa  a 1   D(r )dr  : k , constante, Za, número Simons,
atómico; ra, radio relativo. r  
a
 0
 Allred-Rochow;
Mande

226 didáctica de la química educación química • julio de 2011


Tabla1. Compendio de los trabajos que tienen alguna originalidad, que presentan escalas de X (continúa)

Autores/Año Definición Compara con:


Para elementos en estados de valencia, la fuerza electrostática ejercida por las cargas
n * (I Z / R )
1/2
Pauling:
Zhang / nucleares efectivas sobre los electrones de valencia: XZ = ; I Z es el
2 XP = 0.241XZ + 0.775 ;
1982 r
potencial de ionización para electrones externos; R, constante de Rydberg; r, radio Allred-Rochow
covalente, y n*, el número cuántico principal.
Tendencia de los electrones a escaparse de la especie S. Su negativo es el potencial
Parr y Pearson / 1
químico de los electrones en el átomo: XS  I S  AS   μS : I S , potencial de
1983 2
ionización; AS, afinidad electrónica.
La de átomos o grupos, incorporando los efectos de hibridación y carga:
1.67Gi z 2 Pauling;
Mullay / 1984 XA = + 0.41 : Gi : constante; z: carga nuclear apantallada; ne: número cuántico
ne2 Allred-Rochow
principal.
 E 
Robles y Para un átomo: X     μ : E , energía atómica en el estado basal; n, número de
Bartolotti / 1984  n 
Z
electrones. Se deben tomar en cuenta los espines polarizados.
1 3
Para orbitales cerrados: X =  +  y para orbitales abiertos:
4 HOMO 4 LUMO
Vera y Zuluaga /
1984 X = HOMO : LUMO , energía del orbital ocupado más alto; LUMO , energía del orbital no

ocupado más bajo.


Bartolotti, Gadre y Parr;
La atómica o molecular, en términos de los multiplicadores de Lagrange Kohn-Sham: Manoli y Whitehead;
Bartolotti / 1987  E  1 E Robles y Bartolotti; Sen,
X     i  j  : v, el potencial nuclear (constante);   E y j  Schmidt y Weiss;
 n  2 i
n n j
i 0 0 Gazquez y Ortiz.
nX
VX = :VX , potencial eléctrico nuclear no apantallado (a partir de calores de
Luo y rX
Pauling
Benson / 1989 formación de derivados del hidrógeno y de metilo); nX es el número de electrones de
valencia y rX es el radio covalente.

n Pauling; Mulliken;
X= ; n, número de electrones de valencia; α polarizabilidad de dipolo eléctrico Batsanov; Huheey;
Nagle / 1990 
Allred-Rochow,
estático.
Allen; Zhang

1 
aq q 1   / rAB 
Smith / 2002 DAB  D  DAB   A B r
2 AA
; q A y q B , cargas fraccionales de A y B; Pauling
AB
rA-B, longitud del enlace; a y ρ, constantes.
1
X =a + b : R, radio atómico absoluto; a y b, constantes determinadas para cada
Ghosh / 2004 R
periodo.
1/3
1
Ghosh y Gupta / X  m    c :  es la polarizabilidad de dipolo eléctrico estático; m y c, constantes Robles y Bartolotti;
2005    Nagle
para cada periodo.
Energía en el estado basal de un electrón libre, en el estado de valencia, confinado a la
6.133 Pauling; Allred; Allred y
Boeyens / 2008 esfera de la primera ionización: XV = E g = : E g , energía de confinamiento en el
r0 Rochow; Mulliken
estado de valencia y r0, el radio atómico de ionización.
Capacidad de las especies para aceptar un número arbitrario de electrones (propensión
Noorizadeh y para adquirir carga electrónica adicional y resistencia del sistema para intercambiar Pauling;
Shakerzdeh / 2
carga electrónica con el medio). Está relacionada a la electrofilicidad:  = ;  , Allred-Rochow
2008 2
potencial químico; η, dureza atómica.

julio de 2011 • educación química didáctica de la química 227


investigación de la mecánica cuántica, usados por los
científicos profesionales para sus predicciones y explica-
ciones detalladas sobre la química contemporánea y los
problemas de la física del estado sólido.

Referente al criterio 4, Pauling (1960b) afirma: “La propiedad


de la electronegatividad de un átomo en una molécula es di-
ferente del potencial de ionización del átomo y de su afinidad
electrónica… aunque está relacionada a esas propiedades de
una manera general.”
Boeyens (2008) establece sólo una regla. Explica que la
forma moderna en la que se grafica la curva de Lothar Meyer
(figura 1), del volumen atómico V = M/ρ (la masa atómica en
gramos y la densidad de los elementos sólidos), presentado
como una función del número atómico (Z), demuestra con-
vincentemente la periodicidad elemental y expresa la X ató-
Figura 1. Gráfica moderna de la curva de Lothar Meyer. mica; Boeyens indica que si se interrumpe la curva en los
puntos donde se sabe que se completan los niveles de energía
s, p, d y f —en vez de conectar todos los puntos en la secuen-
1. Forzó a que la X tuviera unidades de (eV)1/2 en aras de cia de Z—, ésta se fragmenta en regiones formadas por dos u
ajustar mejor unos pocos enlaces más en su relación ener- ocho elementos, excepto para los de las tierras raras, pero que
gía de enlace–polaridad de enlace original, con lo que se si se toman junto con el par de elementos precedentes (Cs y
ha confundido siempre a los químicos innecesariamente; Ba) y se separa el segmento en el Sm, la curva queda dividida
2. Las electronegatividades de varios metales de transición en dos segmentos de ocho elementos cada uno. Ahora, todos
violan la regla del Si, haciendo que los químicos se cues- los segmentos son curvas que tienen, alternadamente, una
tionen si la X es realmente aplicable a esta clase de pendiente positiva y otra negativa, lo cual es la base exacta
átomos; para distinguir a los elementos tradicionalmente considerados
3. Su definición de X (1960a) “la atracción por electrones como electropositivos y electronegativos. Esta noción teórica,
de un átomo neutro en moléculas estables” ha sido mal dice Boeyens, provee una definición precisa de X y permite
interpretada por el 15-20% de los textos que discuten su afirmar que las escalas que no reflejen esta periodicidad de-
escala, cuando explican que la X es una propiedad mole- ben considerarse como inapropiadas.
cular intrínseca, aunque Pauling lo niegue implícitamen-
te en la siguiente frase de su libro, y Ideas pasaporte
4. La definición de Pauling no es viable en la mecánica En algunos de los trabajos revisados existen afirmaciones inte-
cuántica porque está construida sobre propiedades ter- resantes que nos permiten la movilidad y el ingreso a otras
modinámicas y no sobre electrónicas, lo que implica una consideraciones, ya que muestran las inconsistencias referen-
falta de capacidad para designar las electronegatividades tes a la X:
de 18 elementos. 1. La base física de la electronegatividad ha permanecido
oscura… (Mulliken, 1934).
Años después, Allen (1994) proporcionó cinco criterios para 2. La propiedad cualitativa que los químicos llaman elec-
establecer una definición coherente de X: tronegatividad (Pauling, 1960c).
3. La propiedad de la electronegatividad de un átomo en
1. La X debe ser una cantidad de un átomo libre; una molécula… está relacionada a estas propiedades (po-
2. Debe responderse al problema de por qué la X no se tencial de electrodo, A e I) de manera general (Pauling,
puede medir en el laboratorio; 1960d).
3. Una escala correcta de X debe ser cercanamente compa- 4. Después de muchas aproximaciones sigue habiendo con-
tible con los valores de X empleados por los químicos fusión acerca de la imagen física que corresponde al tér-
prácticos al racionalizar sus resultados experimentales mino electronegatividad (Izkowski y Margrave, 1961).
durante los últimos 70 años; 5. Ya que la transferencia electrónica no es directamente
4. Se cree que alguna función de las energías de ionización observable, no existe un método adecuado para usar
de los electrones de valencia atómica es el mejor candida- como base de una escala de electronegatividad (Hinze y
to para ser la propiedad física medible necesaria para de- Jaffé, 1962).
finirla; 6. El concepto de electronegatividad… nunca se ha defini-
5. Una definición correcta de la X debe ser totalmente com- do absoluta y adecuadamente (Hinze, Whitehead y Jaffé,
patible y hacer una conexión directa con los métodos de 1963).

228 didáctica de la química educación química • julio de 2011


7. Se ha hecho un esfuerzo considerable en tratar de derivar asigna uno; y la evolución del concepto, ya que se han plan-
valores universales cuantitativos de electronegatividad teado muchas hipótesis, argumentos, visiones, racionalizacio-
(sin resultados) (Wells, 1968). nes, críticas y aplicaciones que han facilitado un avance en la
8. La última meta de la química teórica es… entender a los conceptualización teórica de la X, en aras de concretar una
átomos y su comportamiento completo… (Sanderson, definición viable y proveer una escala cuantitativa y univer-
1976). salmente aplicable y explicable. Pero esto depende del pará-
9. De entre todos los conceptos químicos cualitativos, la metro estructural, de la propiedad o de la relación de propie-
electronegatividad es uno de más útiles (Simons, Zandler dades que se esté considerando, ya que cada una de ellas
y Talaty, 1976). significa una interpretación diferente de la X, con lo que se
10. …pocos conceptos son tan ampliamente usados o tan tienen diferentes conceptos de electronegatividad. Por otro
ambiguos… (Boyd y Markus, 1981). lado, se ha asignado un número, o un rango de ellos, a cada
11. Desafortunadamente, a diferencia del número atómico, átomo, a través de una escala o un esquema de cálculo, que es
la masa, la energía de ionización o la afinidad electrónica, la finalidad de la propuesta. Podemos notar que a lo largo del
la electronegatividad no es una propiedad de un átomo tiempo, se ha argüido para apoyar a la igualación total o a la
aislado, experimentalmente medible (Nagle, 1990). igualación parcial de la X; sostener algunas escalas en detri-
12. La electronegatividad…. es también uno de los paráme- mento de otras; aplaudir unas ideas o señalar los errores de
tros atómicos menos satisfactorios, debido a la dificultad otras, o favorecer su conceptualización teórica o el éxito en su
para producir una escala cuantitativa (Alcock, 1990). aplicación, que muestran la orientación y las preocupaciones
13. A pesar de los considerables esfuerzos para establecer más importantes de cada autor. Entre tanta diferencia, es po-
una definición clara y una escala común aceptable, no sible distinguir dos acuerdos generales: a) la X indica la capa-
hay acuerdo sobre qué escala provee la mejor descripción cidad de atraer y conservar electrones, y b) en un enlace ató-
de la electronegatividad, que ha permanecido como una mico los electrones se comparten en forma desigual.
guía cualitativa práctica (Ghosh, 2004). El balance de los resultados obtenidos no ha sido total-
14. La existencia de muchos y diferentes juegos de valores mente satisfactorio, por lo que algunos de sus adeptos se han
(de X)… ha llevado a una infortunada, pero ampliamen- desencantando, mientras otros aprecian la utilidad de la X;
te compartida visión contemporánea de que la X es un entre los últimos existen dos posiciones, los que piensan
concepto inherentemente confuso y con bajo contenido que será posible encontrar una escala universal y los que
de información por lo que, algunos químicos piensan, es están convencidos de que es una propiedad o un concepto
indefinible (Allen, 1994). cualitativo.
15. La electronegatividad no es observable y por tanto no Lo que se puede establecer es que:
tiene un valor experimental (Ghosh y Gupta, 2005).
16. El concepto y la escala (de X) aún permanecen y perma- 1. Las propuestas se fundamentan en las diversas caracterís-
necerán como una entidad científica cualitativa (Ghosh y ticas atómicas (muy pocos en las moleculares): a) en pa-
Gupta, 2005). rámetros de la estructura (muchas en el radio covalente o
17. Para determinar la electronegatividad se miden propieda- iónico), o b) en propiedades atómicas (la más utilizada es
des dependientes de la distribución electrónica (Nooriza- el potencial de ionización) y sus diversas correlaciones.
deh y Shakerzdeh, 2008). 2. No existe una escala de X que acierte en un 100% en al-
18. Lo que los químicos llaman electronegatividad es una guno de los usos propuestos.
propiedad cualitativa (Boeyens, 2008). 3. Cada una de las escalas, o grupos de ellas con orígenes
comunes, se relaciona mejor a una aplicación específica.
Observaciones, comentarios y consideraciones 4. Al correlacionarse, las diferentes escalas se ajustan a una
Como en todo cuerpo del conocimiento que crece, existe línea recta, presentando pocas diferencias en lo general;
mucha controversia alrededor de la X y casi nadie está de se observa que cuanto más común sea el origen de ambas
acuerdo con planteamientos diferentes a los suyos. De cual- menor será la desviación y mayor la correlación; las dife-
quier modo, el conocimiento generado sirve para poder traba- rencias notorias se deben a las particularidades de la(s)
jar más y explicar mejor; no estar de acuerdo o, lo que es lo propiedad(es) medida(s) a un conjunto de elementos pa-
mismo, no aceptar algo como verdadero es el fundamento de recidos entre sí; el que las correlaciones ajusten a una
la ciencia. Sin embargo, enseñar química significa poder en- recta no debería de causar admiración, pues las caracte-
contrar explicaciones simples y razonables a los conceptos rísticas atómicas utilizadas para fundamentarlas están
químicos desarrollados y a sus interrelaciones, así como méto- relacionadas por la misma tendencia, la periodicidad.
dos para incrementar el entendimiento de los alumnos a tra- 5. Cada escala de X presenta un porcentaje de éxito dife-
vés de visualizaciones. La trilogía presentada debe aportar en rente (ninguno del 100%), en alguna aplicación específi-
ambas actividades; cómo se haga dependerá de los intereses y ca; esto seguramente depende de la relación más o menos
capacidades de cada actor. También permite estimar el amplio directa que tengan las características usadas para su fun-
rango de significados atribuidos a la X, ya que cada autor le damentación con esa aplicación; si ninguna es totalmente

julio de 2011 • educación química didáctica de la química 229


exitosa en un solo campo, es difícil concebir una que lo dida directamente, se debe a que no es una P sino un C, de-
sea en todos. terminado por una P o relación entre ellas. Es erróneo verla
6. Si las escalas de X son relativamente exitosas en diferen- como una propiedad. Como es un comportamiento, lo más
tes aplicaciones específicas, se debe a la relación cercana que se podrá obtener es una tabla comparativa de X (escala
que esa aplicación tiene con la(s) característica(s) medi- relativa cualitativa) que indicará cuál elemento será más elec-
da(s); por lo tanto, es importante definir bien cuál pro- tronegativo o electropositivo que otro, sin poder precisar qué
piedad, o relación entre ellas, corresponde mejor a cada tanto más. Si se le asigna a un elemento un valor de referen-
aplicación, explicación o uso determinado; por ejemplo, cia, como lo hizo Pauling, por extensión se les podrán asignar
comúnmente se relaciona el punto de fusión con la resis- valores a los demás, pero éstos estarán representando los valo-
tencia del enlace y, aunque está relacionado, depende res de la P medida originalmente, no los del C. En apoyo a lo
más de la estructura molecular; esto indica que se deben anterior, si no ha sido posible encontrar una escala de X de
ponderar bien en una relación. aplicación universal, sino sólo escalas que tienen el mayor éxi-
7. No se ha podido dar un significado absoluto a la X, por- to en una sola aplicación específica, se tendría que aceptar
que los autores las han relacionado a diferentes propieda- que es cada característica (propiedad o estructura o alguna
des —o relación de ellas—, con lo que se han obtenido relación entre ellas) la que mejor se relaciona a una determi-
tantos significados como propuestas existen. nada aplicación; verlo así optimizaría su uso.
8. No ha sido posible definir apropiadamente a la X como Un ejemplo de la relación entre P y C, lo encontramos en
propiedad. Algunos autores han considerado que la X es el pH. Al medir el pH de una sustancia en disolución acuosa
un concepto o una entidad no observable y, por ende, no se está midiendo la concentración de iones H3O+, en mol/L;
medible, lo que explica la falta de valores experimentales las concentraciones se traducen a una escala logarítmica con
directos; entonces, se ha tratado de hacerla depender de valores del cero al 14 (generalmente); el valor del pH (la P),
diferentes propiedades y parámetros estructurales atómi- indica si la sustancia será ácida, básica o neutra (el C), con lo
cos y, al tiempo, seguir considerándola como una pro- que se puede construir una escala cualitativa que indique si
piedad; esto nos parece inadecuado y cabe señalar que, en una sustancia es, relativamente, más ácida o básica que otra.
las ideas pasaporte, cuando la establecen como propie- Al respecto, la X no es tan simple, se le exige mucho más,
dad la califican como cualitativa o bien, como término o tanto, como la amplitud cuantitativa y cualitativa de las expli-
concepto. caciones y aplicaciones a las que se le ha sujetado.
Consideramos que la prueba principal que debe superar
Los parámetros estructurales (la estructura atómica, en gene- una escala de X está en su ajuste a la realidad —la práctica de
ral), las propiedades y los comportamientos, características de la química—; esto le permitirá predecir y explicar caracterís-
las especies, pueden distinguirse en tres niveles: 1º el eléctri- ticas de las sustancias, aunque sea de manera acotada; si no
co; 2º el molecular, y 3º el macroscópico (bulk) (Jensen, 1998); cumple con esta condición, los demás requisitos o reglas que
en realidad Jensen no menciona los comportamientos ya se quieran establecer sobrarán. Encontrar una propiedad, o
que en el área de la química no suele distinguírseles específi- una relación entre ellas, que pueda ofrecer tanto una defini-
camente. Estructura (E), propiedad (P) y comportamiento ción como una aplicación universales para la X parece impo-
(C) están relacionados entre sí, para cada nivel; aunque tam- sible desde nuestra interpretación, ya que la experiencia
bién se considera que la E del nivel eléctrico, puede influir en apunta a que la X es un comportamiento; los éxitos en órde-
la E molecular y en la macroscópica cuando, por ejemplo, los nes de relativo corto alcance apoyan esta visión. Aunque, nun-
átomos se unen para formar una molécula y varias de éstas se ca se sabe, la búsqueda se incita con los horizontes nunca vis-
unen en cadenas; también se considera que las E de un nivel tos, pero imaginados.
pueden impactar a las P, de los otros niveles; no obstante,
deseamos señalar que encontrar relaciones bien definidas en- Bibliografía
tre los parámetros de la E, las P y los C —para un solo nivel— Alcock, N. W., Bonding and Structure, Chichester, England: Ellis Horwood
tiene sus problemas; enfrentar los que surgen al mezclar las Limited, 17, 1990.
Allen, L.C., Chemistry and Electronegativity, International Journal of
características en los diferentes niveles es un asunto mucho Quantum Chemistry, 49, 253-277, 1994.
más complicado, que puede llevar a malentendidos. En gene- Allen, L.C., Electronegativity Is the Average One-Electron Energy of the
ral, se acepta que la E determina las P, para cada nivel y, en el Valence-Shell Electrons in Ground-State Free Atoms, Journal of the
mismo sentido, las P permiten determinar los C. Por otro lado, American Chemical Society, 111, 9003-9014, 1989.
una P es medible, tiene valores y unidades, mientras que un C Bartolotti, Absolute Electronegativities as Determined from Khon-Sham
Theory. In: Sen, K. and Jørgensen, C. K, Electronegativity, 27-40,
no los tiene, porque representa una cualidad que indica cómo Heidelberg, Germany: Springer-Verlag, 1987.
se comportará el átomo, ión, molécula o sustancia en un de- Boeyens, J. C. A., The Periodic Electronegativity Table, Zeitschrift für
terminado ambiente; el C está en función de la P, depende de Naturforschung, 63b, 199-209, 2008.
ella o de un conjunto de ellas, es valorable y definible sólo al Böhm, M. C., Sen, K. D. and Schmidt, P. C., Molecular Orbital Electrone-
comparar relativamente los valores de la P. gativity, Chemical Physics Letters, 78(2), 357-360, 1981.
Boyd, R. J. and Markus, G. E., Electronegativity of the elements from a
Para nosotros, si la X no es observable y no puede ser me-

230 didáctica de la química educación química • julio de 2011


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julio de 2011 • educación química didáctica de la química 231

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