Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los pueblos de cultura náhuatl —entre los que se contaron los tex-
cocanos, los tlaxcaltecas y otros muchos más— nos dejaron como
parte de su valiosa herencia cultural numerosas creaciones suyas
que hoy se designan técnicamente como piezas de arte arqueológico.
Obviamente se les atribuye el calificativo de “artísticas”, aunque en
numerosos casos resulta difícil explicar a punto fijo el porqué.
Quien haya visitado la Sala Mexica del Museo Nacional de Antro-
pología habrá podido contemplar esculturas nahuas, tales como la
Cabeza del Caballero Águila, figuras más o menos realistas como
la del macehual (hombre del pueblo), así como algunas copas poli-
cromadas y otros objetos de piedra y cerámica, que de seguro le ha-
brán parecido no sólo artísticas, sino bellas. En cambio, ese mismo
visitante probablemente habrá encontrado también en ésa y otras
salas del museo un gran número de piezas, como por ejemplo la
colosal cabeza de Coyolxauhqui o la gran escultura de Coatlicue, que
pudieron resultarle incomprensibles y tal vez casi monstruosas.
Como si se tratara de un acertijo, nuestro visitante podrá en
terarse luego, o saber ya de antemano, que, tanto las primeras piezas
que le parecieron artísticas y bellas como las otras que le resultaron
incomprensibles, pertenecen todas a una misma cultura y tuvieron
en ella igual carácter de creaciones culturales no meramente utili
tarias, sino más bien simbólicas, poseedoras de un mensaje religio-
so en la mayoría de los casos.
Frente a estos hechos innegables, conocidos no ya sólo por los
especialistas e investigadores del arte indígena, sino también por
quienes simplemente se interesan en saber algo acerca de nuestros
antecedentes culturales prehispánicos, surge entonces una nueva
pregunta dirigida a resolver el problema planteado por el arte indí-
gena: ¿existe algún criterio que permita apreciar y sentir adecuada-
mente el valor y contenido verdadero de todas esas creaciones?
159
Representación de Xiuhcóatl o Serpiente de Fuego.
Presente también en la mixteca antigua, combina
elementos de diversos animales: cuerpo y cabeza
de serpiente, fauces de lagarto y garras de águila
o cocodrilo.
Sala Mexicana del Museo Británico. Londres,
Reino Unido.
DR © The Trustees of the British Museum.
miguel león - portilla
Numerosas han sido las respuestas dadas a esta pregunta. Unas 57. Gamio, 1916; especial-
mente pp. 69-79.
fueron tan sólo fruto de la fantasía de sus autores. Otras revelan
una clara o, al menos, velada aplicación de categorías estéticas de 58. Toscano, 1952 y Fernán-
dez, 1954.
tipo occidental a las producciones arqueológicas de los nahuas. Y,
aunque parezca exagerado, sólo en algunos de los trabajos más re-
cientes, hallamos el empeño de buscar directamente sobre la base
de un conocimiento amplio y profundo de la cultura indígena el sen-
tido particular y específico de la idea de “arte” aplicada a esos objetos
cuya comprensión se busca.
Fundamental es a este respecto el criterio metodológico del doc-
tor Manuel Gamio quien, ya en 1916, expresó la necesidad de forjar
ex profeso los moldes y categorías del arte indígena para poder apre-
ciarlo y sentirlo acertadamente.57 Aplicaciones de este criterio de Ga-
mio pueden hallarse en las obras de Salvador Toscano, así como en
el libro Coatlicue, estética del arte indígena antiguo, del doctor Justino
Fernández.58
161
el méxico antiguo en la historia universal
162
miguel león - portilla
Teocalli de la Guerra
Sagrada. Conmemorativo
de la Ceremonia del
Fuego Nuevo de 1507.
Posclásico tardío.
Proviene del centro de la
Ciudad de México.
Sala Mexica del Museo
Nacional de Antropología.
DR © Marco Antonio
Pacheco / Arqueología
Mexicana / Raíces.
163
Urna funeraria con tapa.
Posclásico tardío. Piedra
y obsidiana. Proviene
del Templo Mayor de
Tenochtitlan.
Museo del Templo Mayor,
Ciudad de México.
DR © Marco Antonio
Pacheco / Arqueología
Mexicana / Raíces.
miguel león - portilla
165
el méxico antiguo en la historia universal
59. Códice Matritense de la plumas, etcétera, vamos a presentar aquí sólo unos cuantos tradu-
Real Academia de la Historia,
1907, f. 155v.
cidos lo más apegado posible al original. Se trata de textos que, si
bien merecen un detenido análisis, son ya por sí mismos lo bastante
expresivos como para dejar ver su hondo sentido acerca del proceso
creador del artista, así como de la razón de ser y significado simbó-
lico de sus obras.
No vamos a intentar aquí un estudio de los textos, como tampo-
co podremos presentar la totalidad del material encontrado, simple-
mente, y buscando la mayor claridad en la traducción, transcribimos
a continuación cuatro de estos textos de contenido estético (los re
ferentes al artista náhuatl en general, al pintor, al alfarero y al poeta);
toca al lector valorarlos para juzgar si puede o no afirmarse que en
ellos va implícita una concepción náhuatl del arte:
Toltécatl: el artista
166
Un magnífico ejemplo del arte prehispánico. Se observa
el rostro y penacho con cabeza de un ave (águila) de una
de las diosas de jade o Tlálocs verdes.
Mural 3 (detalle), pórtico 11 (vista sudeste), Conjunto
Tetitla. Clásico. Zona arqueológica de Teotihuacan,
Estado de México.
DR © Marco Antonio Pacheco / Arqueología
Mexicana / Raíces.
el méxico antiguo en la historia universal
168
Urna funeraria con la
imagen de Tezcatlipoca
“Espejo Humeante”.
Posclásico tardío.
Cerámica. Proviene
del Templo Mayor de
Tenochtitlan.
Museo del Templo Mayor,
Ciudad de México.
DR © Marco Antonio
Pacheco / Arqueología
Mexicana / Raíces.
Diversos oficios del México prehispánico.
Pintor de libros o tlacuili.
Códice Mendoza o Mendocino,
lámina LXXI, f. 70r. Detalle.
DR © Marco Antonio Pacheco
/ Arqueología Mexicana / Raíces.
Niño en su cuna,
Chupícuaro, Guanajuato.
Preclásico tardío.
Cerámica.
Museo Regional
Alhondiga de Granaditas.
Guanajuato.
DR © Boris de Swan
/ Arqueología Mexicana
/ Raíces.
Piedra de Tizoc. Posclásico tardío. Piedra andesita.
Mide 265 cm en su diámetro máximo, 94 cm de
altura y pesa 9.5 toneladas. Presenta una oquedad
en el centro, en cuyo fondo se aprecia una cabeza
que representa a Tonatiuh. En el año de su hallazgo
(1791) ya tenía el canal de la cara superior. En el canto
aparecen 15 escenas de captura en las que el rey Tizoc
resulta vencedor. Su función ha sido muy discutida por
diversos autores.
Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología.
DR © Boris de Swan / Arqueología Mexicana / Raíces.
miguel león - portilla
El buen alfarero:
pone esmero en las cosas,
enseña al barro a mentir,
dialoga con su propio corazón,
hace vivir a las cosas, las crea,
todo lo conoce como si fuera un tolteca,
hace hábiles sus manos.
El mal alfarero:
torpe, cojo en su arte,
61
mortecino.
Cuicapicqui: el poeta
Eres un menesteroso.
Como de una pintura,
toma bien lo negro y rojo (el saber)
y así tal vez dejes de ser un indigente.62
173