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EL ALMA EN PENA

En la antigüedad en el valle de Lurín los incas ya habían


establecido una red de caminos denominados actualmente
Qhapaq Ñan, basándose en la existencia de caminos más antiguos,
los cuales fueron integrados al sistema del Imperio.
En el virreinato y la república, decayó el mantenimiento de los
mismos, pero igual fueron utilizados como caminos de herradura o
como base de nuevos caminos, como la actual carretera
Panamericana por ejemplo.
Considerando lo antes mencionado, los viajes eran tortuosos y
largos para la gran mayoría de gente. En nuestra localidad, las
distancias a los centros poblados era amplia y muchas veces
recorridas a pie por los pobladores.
Nos cuenta la leyenda que una pareja de esposos y su pequeño hijo
salieron del pueblo de Pachacámac, hacia la hacienda Tomina1
donde se encontraba el cuñado del esposo al cual iban a
sorprender con una visita.
En el camino hacia la hacienda, la pareja de esposos caminaba, ella
montada a lomo del burro acompañada con su pequeño hijo; él iba
a pie al costado de la familia. Al pasar por el camino real lleno de
árboles y las chacras sembradas de pan llevar, de pronto sintieron
como que alguien los estaba siguiendo en la oscuridad de la noche.
Ella asustada comunicó a su esposo que alguien está siguiéndolos,
él le contestó que no se preocupe y que siga avanzando. Entonces
ella recordó que le habían contado que cuando se aparece un alma
en pena, debería de pellizcar el pallar de la orejita de un niño, hasta
que llore. Así lo hizo con su niño, y al instante volvió la tranquilidad
porque desapareció la sombra que estaba persiguiéndolos.
Esta leyenda destaca un tema costumbrista de la época: en muchas
comunidades del interior del país, existe la costumbre de espantar a
las ánimas: para algunos con insultos para otros pellizcando el
lóbulo de la oreja de un niño, o mediante la proliferación de las
cruces de caminantes para tener un buen viaje encomendándose a
Dios.

1
La Hacienda Tomina, se ubicaba hacia el sur oeste del Cerro Pan de Azúcar. Actualmente el Monasterio
de monjes Benedictinos está muy cerca de lo que fue la casa hacienda.
Pablo Alejandro Chaca Gamarra, Pachacámac y su historia – Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Fondo Editorial, 2011 –Pachacámac y su entorno mitológico – p.38

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