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Evolucion Historica de la Contabilidad:

Desde que las primeras civilizaciones tuvieron la necesidad de transmitir información


económica para tiempos posteriores, hasta hoy en día que existen escuelas especializadas
que enseñan esta ciencia, se pudo determinar que existieron 4 etapas marcadas en la
historia de la contabilidad como ser:

· La Edad Antigua; donde el hombre gracias a su ingenio proporcionó al principio métodos


primitivos de registración; como es la tablilla de barro. Desde entonces la evolución del
sistema contable no ha parado en desarrollar.

· La Edad Media; se consolida el «solidus», moneda de oro que es admitida como principal
medio de transacciones internacionales, permitiendo mediante esta medida homogénea la
registración contable.

· Edad Moderna; Nace el más grande autor de su época, Fray Lucas de Paciolo, Autor de la
obra «Tractus XI», donde no únicamente se refiere al sistema de registración por partida
doble basado en el axioma: «No hay deudor sin acreedor», sino también a las prácticas
comerciales concernientes a sociedades, ventas intereses, letras de cambio, etc. Con gran
detalle, ingresa en el aspecto contable explicando el inventario, como una lista de activos y
pasivos preparado por el propietario de la empresa antes que comience a operar.

· Edad Contemporánea; da lugar a la creación de Escuelas como ser: la personalista, del


valor, la abstracta, la jurídica y la positivista tendiente a solucionar problemas relacionados
con precios y la unidad de medida de valor, apareciendo conceptos referidos a
depreciaciones, amortizaciones, reservas, fondos, etc.

González Blanco, Y., & Aguilar Hernández, V. (2016). Análisis de la evolución histórica de la
Contabilidad. Mendive. Revista de educación, 14(1), 73-83.

Una de las primeras actividades del comercio fue conocido como “trueque” ointercambio de
artículos entre las diferentes civilizaciones como resultado de una relación de cuantifi car el
saldo posible de intercambio. Vlaemminck, en su análisis histórico, argumenta que la práctica
contable “data de la más
remota antigüedad, puesto que se confunde con la historia de la economía” (Vlaemminck,
1961) y sugiere que los registros de aspectos elementales es una actividad tan antigua como
el propio comercio. Los primeros registros fueron fundamentales para el inicio del trueque,
pues fue la herramienta necesaria para determinar las cantidades que existían almacenadas,
qué cantidad se podía intercambiar (excedentes) y qué cantidades faltaban, lo que da lugar
al nacimiento del debe, haber y saldo.

Fue en Mesopotamia donde se encontraron los primeros registros de hace 6000 años en
tablillas de arcilla (escrito por los sumerios), como evidencia primigenia de las evoluciones
del movimiento diario, y correspondió al registro “de lo que era mío”, y “de lo que era suyo”;1
reconociendo las relaciones comerciales con otras personas, esto dio origen a lo que
actualmente conocemos como movimiento débito y crédito (Lopes De Sá, 2002, p. 12).

La cultura egipcia contribuyó al avance de la ciencia contable, el documento


más antiguo conocido de esta civilización se escribió en la Dinastía I, proveniente de los
Abidos. El Museo del Cairo conserva un fragmento del librocontable de la corte real en Tebas
(3800 a. C.) en el cual se encuentran las entradas, salidas y saldos de los bienes, registrados
en cuadernos o libros
de papiro (Lopes De Sá, 2002, p. 14).

Por otro lado, en Lagash (2580 a 2725 a. C.) los hechos y acontecimientos se registraban en
cuentas, con títulos propios y defi nidos para identificar pagos, provisiones (Lopes De Sá,
2002, p. 13), entre otras. Las cuentas aparecían con nombres de los artículos que contaba
(la cuenta de pago en cebada se denominaba: se – ba). Esta escritura contable había
avanzado a niveles de perfección, incluso de archivo (están en el Museo de Loure, en París
en el Museo Británico) (Lopes De Sá, 2002, p. 12-13)
La edad de oro de la partida doble nace en el Renacimiento, y se extiende con la invención
de la imprenta. Al respecto, es importante fragmentar el paradigma acerca de que Luca
Pacioli es el padre o autor de la partida doble (“pruebas históricas evidencian que la cuna de
la difusión cultural, en obras, fue en el Oriente Medio y que Paciolo no fue el primer autor ni
tampoco el inventor de la partida doble”) (Lopes De Sá, 2002).

Según el Profesor Pifarré Riera aproximadamente en 1494 termina el periodo empírico e


inicia el periodo clásico de la contabilidad, con la difusión de la obra de Luca Pacioli “Summa
de aritmética, geometría, proporciones y proporcionalidades” concluida en Perugia (Lopes De
Sá, 2002), lo que se constituyó en el proceso más importante de difusión del conocimiento de
la partida doble, en la edad de oro de Italia para beneficio de la ciencia contable.

La corriente del pensamiento contable que tiene más repercusión en la actualidad: Vicencio
Massi en 1923 admitió su idea sobre el objeto científico de la contabilidad: el patrimonio; el
cual fue publicado
en la revista italiana de Contabilidade (1926) y editado en 1927 en el libro “A Contabilidade
como scienza del patrimonio”. Es considerada una corriente formada en todo el mundo y la
más vigorosa que se ha consolidado y continúa como corriente viva, avanza cada vez más,
presenta obras de
raro valor científico y filosófico en muchos países del mundo, manteniendo como objeto de
estudio “todo lo que acontece con la riqueza haciendal”.

En resumen “el objeto de la contabilidad es el patrimonio hacendal, considerado en sus


aspectos estático y dinámico, cualitativo y cuantitativo… y su fin es el gobierno oportuno,
prudente, conveniente, de tal patrimonio en las empresas y en los entes de cualquier
naturaleza, sea en situación de constitución, sea en situación de gestión, sea en situación de
transformación, cesión, fusión o liquidación” (Tua, 1988. p. 19-20).

En el periodo científico contable a finales del siglo XIX, pues mientras Europa tenía un
sistema consolidado, Estados Unidos apenas iniciaba en materia contable. “En la primera
mitad del siglo XX lo que existía en aquel país era una gran variedad de métodos de registro
y demostración, y algunos pocos libros de valor que ensayaban teorías como las de Paton,
Kester y Finney.
En vez de acelerar el movimiento científico, a partir de los teorizantes, lo que prefi rió fue
organizar instituciones de gremio, a través de las cuales, a partir de los inicios del siglo XX,
se comenzaron a fi jar principios y procedimientos de registros” (Lopes De Sá, 2003, p. 79).
Brasil, “aceptando las doctrinas científicas que representaron grandes conquistas, como las
de Besta, Massi, Ceccherelli y Zapa, básicamente, parte de axiomas inspirados en la verdad
de que la riqueza no se mueve por sí misma y que las causas deben ser estudiadas bajo la
égida del interés del comportamiento de los
medios patrimoniales, en la búsqueda de la eficacia”, esto fue determinante para que “…se
construyese los fundamentos de un nuevo patrimonialismo o neopatrimonialismo” (Lopes De
Sá, 2003, p. 87).

Nossa, D. C., & Giraldo, G. C. D. (2011). Una mirada del pasado hacia el futuro de evolución
del pensamiento contable. Lúmina, (12), 11. Pag 301-309.

Evolucion historica del Derecho Empresarial:

Es necesario romper la dicotomía Empresa – Estado y la dicotomía Empresa–Sociedad. La


sociedad somos todos, pues todo ser humano, independientemente del sector en el que se
ubique, tiene obligaciones sociales. En este orden de ideas, debemos dejar de ser
sociedades individualistas, es decir dejar de pensar que el individuo lo que tiene, es porque
lo merece (Alvira, 2001, pp. 12).

Para comenzar a adentrarse en el tema de responsabilidad social empresarial, como tal, es


importante ubicarse en la evolución histórica del concepto para entender e identificar, qué
sucede frente al tema en la actualidad. Se parte, entonces, de un análisis evolutivo, integrado
en fases, a saber:
- Fase inicial
Ocurrió durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX; en este periodo no existe la
Responsabilidad Social Empresarial como tal, ya que las distintas instituciones y
organizaciones eran las que proporcionaban soluciones a los problemas sociales que
pudieran plantearse.

- Fase primera
Se cristaliza en la primera mitad del siglo XX; en ella surge espontáneamente la participación
voluntaria por parte de las organizaciones en la comunidad, y por ello éstas comienzan a
aceptar la existencia de la responsabilidad de participar en el bienestar de la sociedad, a
partir de la realización de actividades filantrópicas puntuales.

- Fase segunda
Se ubica en la segunda mitad del siglo XX, ya que la comunidad en general comienza a
tomar conciencia sobre la capacidad del sector privado para influir y solucionar los problemas
sociales, al reconocer los daños y riesgos que con su actividad ocasionaba en el entorno.
Esto generó una presión para que el Estado interviniese imponiendo normas con el fin de
gestar protección a los intereses públicos y a los recursos naturales.

- Fase tercera
En la década de 1960, muchas organizaciones, instituciones y el Gobierno intentan encontrar
un método para hacer frente al cambio social y se caracteriza por una mezcla de
obligaciones que emanan de las normas del Gobierno y de la sensibilidad de las empresas.

En este sentido, la empresa, el Gobierno y la sociedad se han ido interrelacionando, de tal


forma que han ido cambiando sus papeles originales hacia actuaciones en las que las
decisiones de los distintos participantes no son independientes sino que suelen estar
influenciadas, o incluso impuestas, por otros grupos sociales.

Adicionalmente a las estructuras de las fases citadas anteriormente, se hace importante


considerar la dinámica del cambio. Para confirmar lo expresado anteriormente, el profesor
Austin (Dinero, 2000, pp. 65) de Harvard Business School, afirma:

Hemos pasado de una filantropía tradicional, en la que se hacía un cheque para quien venía
a «pedir», a una relación en la cual las empresas y las organizaciones no gubernamentales
empiezan a pensar en cómo pueden interactuar para generar un valor agregado y un impacto
social en el país o la comunidad. Las empresas tienen que evolucionar en el concepto de
responsabilidad social empresarial y migrar hacia nuevos tipos de relaciones que van mucho
más allá de la pura filantropía y que más bien se centran en interacciones y alianzas entre
diferentes sectores de la sociedad.

Correa Jaramillo, J. G. (2007). Evolución histórica de los conceptos de responsabilidad social


empresarial y balance social. Semestre económico, 10(20), 87-102.

Algunos autores ubican el surgimiento de la responsabilidad social empresarial en los años


cincuenta, ligada fundamentalmente a la confrontación no declarada entre la Unión soviética
y los Estados
Unidos, denominada como “guerra fría” y a la expansión del sistema capitalista, mediante el
crecimiento en tamaño y poder de las empresas transnacionales a nivel mundial y, al rol que
estas protagonizaban en cuanto a su desempeño en una sociedad que estaba afrontando
problemas sociales y económicos como efectos de la segunda guerra mundial, tales como la
pobreza, el desempleo, los conflictos raciales, la degradación urbana.
Posteriormente en las décadas del sesenta y setenta, los problemas se asocian con la
depredación de los recursos naturales, la degradación del medio ambiente, las
consecuencias sociales generadas por la guerra de Vietnam y las reivindicaciones de los
movimientos y grupos de liberación nacional antimperialistas de los países de América
Latina, Asia y África.
Al respecto, Friedman plantea la teoría instrumentalista, según la cual, la única
responsabilidad social de las empresas consiste en maximizar la rentabilidad para los
accionistas, mediante la utilización eficiente de sus recursos económicos, dentro del conjunto
de leyes y normas establecidas para el desarrollo de las actividades mercantiles, ya que
desde su punto de vista, los problemas y necesidades sociales de la población, deben ser
atendidos por el estado o por organizaciones que se hayan creado para atender tales
demandas.
En estos escenarios, la responsabilidad social empresarial se convirtió en un clamor
compartido por los distintos grupos sociales que cuestionan las actuaciones de las empresas
multinacionales en la explotación de los recursos naturales en los países pobres, y se exigen
cambios que vayan más allá de los intereses individuales de los propietarios y directivos,
bajo el supuesto de que existe un contrato social implícito entre la sociedad y la empresa, y
ésta tiene la obligación de implementar políticas y estrategias que respondan a los
requerimientos y necesidades de las diferentes partes o grupos interesados con los cuales la
empresa se relaciona), atendiendo así la relación existente entre crecimiento económico y
desarrollo humano.

A partir de los año noventa, cuando surgen organismos locales, regionales y principalmente
internacionales de máxima representación institucional como la Comisión de las
Comunidades Europeas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por intermedio del
Global Compact, El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE, entre otros.
Estas organizaciones se han convertido en los grandes promotores e impulsores de la
responsabilidad social de las empresas en los diferentes países del mundo, mediante
diversas iniciativas tales como: normas y guías de referencia, informes sociales, códigos de
conducta, principios y códigos de buen gobierno, etiquetas sociales, instrumentos
internacionales de derechos humanos, índices, programas, inversiones y premios sobre
RSE.

La sostenibilidad de la empresa en su entorno, se ha constituido hoy día en la preocupación


prioritaria de los empresarios y directivos. Solano afirma que “está demostrado que la
sostenibilidad de los negocios está directamente relacionada con un buen manejo del
entorno, ya que los mercados de capitales en el mundo premian o castigan el manejo del
medio en que se desarrolla la empresa”.

Tinoco Cantillo, U. A., Arango Buelvas, L. J., & Benavides, O. (2012). Evolución,
aproximación al concepto y teorías de responsabilidad social empresarial. Panorama
Económico, 20, 189-220.
La evolución histórica de la Contabilidad y el Derecho Empresarial, así como su interrelación
a lo largo del tiempo, se pueden identificar varios hallazgos importantes que tienen
repercusiones significativas para la actualidad y los días futuros:

Interdependencia creciente: La contabilidad y el derecho empresarial han evolucionado de


manera interdependiente, cada uno influenciando y siendo influenciado por el otro. Esta
interrelación se ha vuelto aún más relevante en la actualidad, con regulaciones contables y
legales que inciden directamente en la gestión y operación de las empresas.

Globalización y complejidad: Con la globalización de los mercados y la diversificación de las


actividades empresariales, tanto la contabilidad como el derecho empresarial se han vuelto
más complejos y sofisticados. Las empresas operan en entornos reguladores cada vez más
exigentes y deben cumplir con normativas contables y legales tanto locales como
internacionales.

Tecnología y transformación digital: La tecnología ha revolucionado tanto la contabilidad


como el derecho empresarial, con la automatización de procesos contables y la digitalización
de documentos legales. En el futuro, se espera que la inteligencia artificial y la analítica de
datos jueguen un papel aún mayor en ambas disciplinas, mejorando la eficiencia y la
precisión en la toma de decisiones.

Énfasis en la transparencia y la responsabilidad: La evolución de la contabilidad y el derecho


empresarial ha estado marcada por un creciente énfasis en la transparencia y la
responsabilidad. En un mundo donde la confianza del público y los inversores es
fundamental, las empresas están bajo una mayor presión para revelar información financiera
y operativa precisa y fiable, así como para cumplir con estándares éticos y legales rigurosos.

Desafíos futuros y oportunidades: A medida que avanza el panorama empresarial, se


vislumbran desafíos y oportunidades significativos para la contabilidad y el derecho
empresarial. Entre los desafíos se encuentran la adaptación a los cambios regulatorios y
tecnológicos, la gestión de riesgos emergentes como la ciberseguridad y la sostenibilidad, y
la garantía de la integridad y la ética en la práctica contable y legal.

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