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· La Edad Media; se consolida el «solidus», moneda de oro que es admitida como principal
medio de transacciones internacionales, permitiendo mediante esta medida homogénea la
registración contable.
· Edad Moderna; Nace el más grande autor de su época, Fray Lucas de Paciolo, Autor de la
obra «Tractus XI», donde no únicamente se refiere al sistema de registración por partida
doble basado en el axioma: «No hay deudor sin acreedor», sino también a las prácticas
comerciales concernientes a sociedades, ventas intereses, letras de cambio, etc. Con gran
detalle, ingresa en el aspecto contable explicando el inventario, como una lista de activos y
pasivos preparado por el propietario de la empresa antes que comience a operar.
González Blanco, Y., & Aguilar Hernández, V. (2016). Análisis de la evolución histórica de la
Contabilidad. Mendive. Revista de educación, 14(1), 73-83.
Una de las primeras actividades del comercio fue conocido como “trueque” ointercambio de
artículos entre las diferentes civilizaciones como resultado de una relación de cuantifi car el
saldo posible de intercambio. Vlaemminck, en su análisis histórico, argumenta que la práctica
contable “data de la más
remota antigüedad, puesto que se confunde con la historia de la economía” (Vlaemminck,
1961) y sugiere que los registros de aspectos elementales es una actividad tan antigua como
el propio comercio. Los primeros registros fueron fundamentales para el inicio del trueque,
pues fue la herramienta necesaria para determinar las cantidades que existían almacenadas,
qué cantidad se podía intercambiar (excedentes) y qué cantidades faltaban, lo que da lugar
al nacimiento del debe, haber y saldo.
Fue en Mesopotamia donde se encontraron los primeros registros de hace 6000 años en
tablillas de arcilla (escrito por los sumerios), como evidencia primigenia de las evoluciones
del movimiento diario, y correspondió al registro “de lo que era mío”, y “de lo que era suyo”;1
reconociendo las relaciones comerciales con otras personas, esto dio origen a lo que
actualmente conocemos como movimiento débito y crédito (Lopes De Sá, 2002, p. 12).
Por otro lado, en Lagash (2580 a 2725 a. C.) los hechos y acontecimientos se registraban en
cuentas, con títulos propios y defi nidos para identificar pagos, provisiones (Lopes De Sá,
2002, p. 13), entre otras. Las cuentas aparecían con nombres de los artículos que contaba
(la cuenta de pago en cebada se denominaba: se – ba). Esta escritura contable había
avanzado a niveles de perfección, incluso de archivo (están en el Museo de Loure, en París
en el Museo Británico) (Lopes De Sá, 2002, p. 12-13)
La edad de oro de la partida doble nace en el Renacimiento, y se extiende con la invención
de la imprenta. Al respecto, es importante fragmentar el paradigma acerca de que Luca
Pacioli es el padre o autor de la partida doble (“pruebas históricas evidencian que la cuna de
la difusión cultural, en obras, fue en el Oriente Medio y que Paciolo no fue el primer autor ni
tampoco el inventor de la partida doble”) (Lopes De Sá, 2002).
La corriente del pensamiento contable que tiene más repercusión en la actualidad: Vicencio
Massi en 1923 admitió su idea sobre el objeto científico de la contabilidad: el patrimonio; el
cual fue publicado
en la revista italiana de Contabilidade (1926) y editado en 1927 en el libro “A Contabilidade
como scienza del patrimonio”. Es considerada una corriente formada en todo el mundo y la
más vigorosa que se ha consolidado y continúa como corriente viva, avanza cada vez más,
presenta obras de
raro valor científico y filosófico en muchos países del mundo, manteniendo como objeto de
estudio “todo lo que acontece con la riqueza haciendal”.
En el periodo científico contable a finales del siglo XIX, pues mientras Europa tenía un
sistema consolidado, Estados Unidos apenas iniciaba en materia contable. “En la primera
mitad del siglo XX lo que existía en aquel país era una gran variedad de métodos de registro
y demostración, y algunos pocos libros de valor que ensayaban teorías como las de Paton,
Kester y Finney.
En vez de acelerar el movimiento científico, a partir de los teorizantes, lo que prefi rió fue
organizar instituciones de gremio, a través de las cuales, a partir de los inicios del siglo XX,
se comenzaron a fi jar principios y procedimientos de registros” (Lopes De Sá, 2003, p. 79).
Brasil, “aceptando las doctrinas científicas que representaron grandes conquistas, como las
de Besta, Massi, Ceccherelli y Zapa, básicamente, parte de axiomas inspirados en la verdad
de que la riqueza no se mueve por sí misma y que las causas deben ser estudiadas bajo la
égida del interés del comportamiento de los
medios patrimoniales, en la búsqueda de la eficacia”, esto fue determinante para que “…se
construyese los fundamentos de un nuevo patrimonialismo o neopatrimonialismo” (Lopes De
Sá, 2003, p. 87).
Nossa, D. C., & Giraldo, G. C. D. (2011). Una mirada del pasado hacia el futuro de evolución
del pensamiento contable. Lúmina, (12), 11. Pag 301-309.
- Fase primera
Se cristaliza en la primera mitad del siglo XX; en ella surge espontáneamente la participación
voluntaria por parte de las organizaciones en la comunidad, y por ello éstas comienzan a
aceptar la existencia de la responsabilidad de participar en el bienestar de la sociedad, a
partir de la realización de actividades filantrópicas puntuales.
- Fase segunda
Se ubica en la segunda mitad del siglo XX, ya que la comunidad en general comienza a
tomar conciencia sobre la capacidad del sector privado para influir y solucionar los problemas
sociales, al reconocer los daños y riesgos que con su actividad ocasionaba en el entorno.
Esto generó una presión para que el Estado interviniese imponiendo normas con el fin de
gestar protección a los intereses públicos y a los recursos naturales.
- Fase tercera
En la década de 1960, muchas organizaciones, instituciones y el Gobierno intentan encontrar
un método para hacer frente al cambio social y se caracteriza por una mezcla de
obligaciones que emanan de las normas del Gobierno y de la sensibilidad de las empresas.
Hemos pasado de una filantropía tradicional, en la que se hacía un cheque para quien venía
a «pedir», a una relación en la cual las empresas y las organizaciones no gubernamentales
empiezan a pensar en cómo pueden interactuar para generar un valor agregado y un impacto
social en el país o la comunidad. Las empresas tienen que evolucionar en el concepto de
responsabilidad social empresarial y migrar hacia nuevos tipos de relaciones que van mucho
más allá de la pura filantropía y que más bien se centran en interacciones y alianzas entre
diferentes sectores de la sociedad.
A partir de los año noventa, cuando surgen organismos locales, regionales y principalmente
internacionales de máxima representación institucional como la Comisión de las
Comunidades Europeas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por intermedio del
Global Compact, El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE, entre otros.
Estas organizaciones se han convertido en los grandes promotores e impulsores de la
responsabilidad social de las empresas en los diferentes países del mundo, mediante
diversas iniciativas tales como: normas y guías de referencia, informes sociales, códigos de
conducta, principios y códigos de buen gobierno, etiquetas sociales, instrumentos
internacionales de derechos humanos, índices, programas, inversiones y premios sobre
RSE.
Tinoco Cantillo, U. A., Arango Buelvas, L. J., & Benavides, O. (2012). Evolución,
aproximación al concepto y teorías de responsabilidad social empresarial. Panorama
Económico, 20, 189-220.
La evolución histórica de la Contabilidad y el Derecho Empresarial, así como su interrelación
a lo largo del tiempo, se pueden identificar varios hallazgos importantes que tienen
repercusiones significativas para la actualidad y los días futuros: