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El trastorno por consumo de alcohol, antes conocido como alcoholismo, es una condición médica
caracterizada por el uso excesivo y problemático de alcohol.
Causas
Factores biológicos: Diferencias en la respuesta al alcohol a nivel biológico, como la sensibilidad al
placer o la tolerancia al alcohol, pueden influir en la propensión al consumo excesivo.
Factores psicológicos: Ciertos trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad o el trastorno
por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), pueden aumentar el riesgo de recurrir al alcohol
como una forma de autotratamiento o escape.
Factores ambientales: El entorno en el que una persona crece y se desarrolla puede tener un
impacto significativo. Factores como el acceso fácil al alcohol, la influencia de amigos o familiares
que consumen alcohol de manera problemática.
Historia de trauma: Experiencias traumáticas, como abuso físico, sexual o emocional, pueden
aumentar el riesgo de desarrollar problemas con el alcohol como una forma de hacer frente al
estrés emocional.
Presión social: La cultura y las normas sociales que rodean el consumo de alcohol pueden influir en
el comportamiento de una persona. La presión social para beber en ciertos contextos sociales
puede contribuir al desarrollo de problemas con el alcohol.
Sintomatología
-Consumo de alcohol con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más
prolongado del previsto
- Síntomas de abstinencia
Tratamientos
Evaluación y Diagnóstico
Desintoxicación
Farmacoterapia
Sintomatología
Incremento del temblor en las manos
Sudoración excesiva
Náuseas y vómitos
Insomnio
Inquietud o agitación
Irritabilidad
Confusión mental
Hipertensión arterial
Alucinaciones
Apoyo Psicológico
Confusión mental
Vómitos
Habla incoherente
Hipotermia
Tratamiento
Supervisión Médica
Rehidratación