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Capítulos: 4779-4780
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Sin excepción, todos son demonios que matan sin pestañear, e incluso están listos para
perder la cabeza en cualquier momento y en cualquier lugar.
Sin embargo, cuando estaban a punto de enfrentarse a la muerte, todos perdieron el coraje
de dejar de lado la vida y la muerte.
Ma Kui miró el encendedor, luego a Mei Yuzhen, y regañó como un loco: "Mira mi mano,
¿todavía puedo sostener un encendedor? ¡¿Me dijiste que usara la boca?!"
Solo entonces Mei Yuzhen se dio cuenta de que las manos y los pies de Ma Kui ya habían
sido rotos por las balas.
No pudo evitar mirar a Xu Jianxi nuevamente y dijo: "Viejo Xu, ¿por qué no vienes ..."
Las personas a las que Xu Jianxi asustó estaban un poco confundidas y murmuraron: "No
me atrevo, no me atrevo ... Vamos ..."
Mei Yuzhen estaba indefensa y miró al jefe Juarez nuevamente, al ver que Juarez solo tenía
dos rodillas rotas, le entregó el encendedor frente a él y dijo: "Jefe, deberías venir".
Juárez ya estaba asustado para este momento, lloró y dijo: "No... no... no puedo... no quiero
morir... Dios Ah... por favor... por favor perdona mis pecados para que pueda morir sin dolor
y... e ir al cielo después de la muerte, amén.... .."
"¡Joder!", Ma Kui miró a Juárez y maldijo con enojo: "¿Le ruegas a Dios en este momento?
¿No me dijiste que solo crees en la fuerza y no en Dios? Matas a innumerables personas,
por favor, perdóname". en este momento, ¿estás bromeando?!”
Y Ma Kui, que siempre ha estado a su lado como un perro, ahora le grita por primera vez.
Se agarró el cabello con las manos con dolor y desesperación, y se atragantó de agravio:
“El noventa por ciento de la gente en México cree en el catolicismo y el cristianismo, ¡cómo
voy a ser una excepción!”.
Cuando Man Yingjie escuchó esto, se puso furioso de inmediato. Corrió a Juárez, lo
abofeteó y maldijo enojado: "Hijo de puta, hemos hecho tantas cosas malas contigo y
estamos a punto de morir. , maldito pido perdón a Dios, entonces ¿qué vamos a hacer?!"
Si se colocaba antes de esta noche, Man Yingjie tendría que contener su pedo frente a
Juárez y esperar hasta que estuviera lejos antes de soltarlo.
Por alguna razón, al ver el colapso de Juárez, Man Yingjie estaba aún más furioso. Pateó a
Juárez al suelo, lo pateó y lo pateó continuamente, y maldijo enojado: "Estás haciendo
tantos malditos males, ¿qué estás haciendo? ¿Puede el Dios de el pais te perdono solo
cabron aun quieres ir al cielo vete al infierno el infierno del mundo entero atormentandote a
tu vez no te alcanza para expiar tus pecados cabron ya se pedirle a dios por perdón, ¿Qué
diablos hiciste tan temprano?"
Juárez se ha derrumbado por completo, permitiendo que Man Yingjie lo golpee, pero él solo
sabe sostener la cabeza y llorar, parece que el dolor se siente desde hace mucho tiempo.
En este momento, Ma Kui de repente entró en pánico y gritó: "¡Gasolina! ¡Mucha gasolina!"
Todos miraron el prestigio y vieron que más y más gasolina comenzaba a derramarse en el
sótano.
Pronto, comenzó a verterse gasolina en la celda, y todos querían esquivar, pero no había
dónde esconderse, una gran cantidad de gasolina se acumuló en el suelo, y Juárez y Macui,
que estaban desplomados en el suelo, estaban en contacto con el suelo Ya mojándose con
gasolina.
En cuanto a Juárez al costado, estaba tan asustado por la gasolina que se agarró con
ambas manos a la barandilla de hierro como un loco, y gritó desesperado: “Déjenme salir,
no me quiero morir… Dios, por favor, por favor”. ayúdame..."
Mei Yuzhen rugió como loca: "¡Cierra la boca! ¡No quiero escucharte aquí en Huangquan
Road!"
Mei Yuzhen estaba angustiada, agarró el encendedor del suelo y soltó: "¡Deja de gritar!
¡Llámame de nuevo y comenzará el fuego!"
Mei Yuzhen miró las montañas de cadáveres detrás de ella y le preguntó: "Tu gente está
muerta, ¿quién esperas que te salve?"
Juárez soltó: "¡Mi novia! ¡Si no vuelvo, definitivamente vendrá a mí! ¡Mientras podamos vivir
y esperar a que ella venga, podemos ser rescatados!"
Mei Yuzhen dijo sarcásticamente: "Realmente no puedo entender cómo puedes ser el jefe
durante tantos años solo con tu coeficiente intelectual".
Diciendo eso, señaló la parte superior y dijo con frialdad: "No olvides que hay más de un
millón de maestros del Salón de los Diez Mil Dragones afuera. Mientras no muramos,
definitivamente no se irán. Amigos vengan aquí sólo para morir!"
Inmediatamente, de repente volvió en sí y dijo: "Pase lo que pase, ¡mientras estemos vivos,
hay esperanza de ser rescatados! Mientras no le prendamos fuego al fuego, podemos ganar
un poco de tiempo". ¡Aunque sea solo un día más, tenemos la oportunidad de vivir! Milagros
¿Solo aparecen cuando están en una situación desesperada? Tal vez Charlie pueda
cambiar su decisión, o tal vez la policía mexicana encuentre este lugar y nos salve desde
aquí, o tal vez el apellido Wade tiene otros enemigos, en caso de que sus enemigos en este
momento, vengan a la puerta y los maten, ¿no podemos ser rescatados?"
Mientras hablaba, se emocionó cada vez más y persuadió a todos: "Incluso si solo hay una
posibilidad entre diez mil, mientras estés vivo, todavía hay esperanza, como comprar un
billete de lotería de un millón, incluso si es solo uno en un millón Con una probabilidad de
uno, alguien definitivamente ganará la lotería, es solo quien gana, siempre que compre un
boleto de lotería, puede ser el que gane la lotería, pero la premisa es que tienes que
comprarlo!”
Mientras estés vivo, existe la posibilidad de milagros. Esto no está mal. Incluso si la
posibilidad es mínima, es mejor que cien.
Pensando en esto, Mei Yuzhen apretó los dientes y soltó: "Si ese es el caso, entonces
espera pacientemente, tal vez si el cielo no me mata, ¡sucederá un milagro!"
Mei Yuzhen asintió, miró a Ma Kui y le preguntó: "Vieja mamá, ¿qué piensas?"
Ma Kui reflexionó por un momento y luego dijo: "¡Entonces espera! ¡Espera hasta el último
momento!"
"¡Espera!", Xu Jianxi apretó los dientes y dijo con frialdad: "¡Mientras Dios pueda darme a
Xu Jianxi la oportunidad de vivir, después de salir, definitivamente cambiaré mi forma de ser
y me convertiré en una nueva persona!"
Mei Yuzhen estuvo de acuerdo: "La mayoría de nosotros estamos luchando hasta la muerte
por nuestra familia, tal vez Dios piense que somos justificables y nos deje vivir".
Después de hablar, inmediatamente dijo con una cara seria: "¡Está bien! ¡Ya que todos
llegaron a un consenso, entonces esperaremos a que ocurra un milagro! La tarea más
urgente en este momento es que todos deben tener cuidado y cuidado, y no No provoque
chispas debido a la fricción entre la ropa y las cosas. ¡Encienda la gasolina!
En ese momento, Sun Huina, que no había hablado, no pudo evitar reírse de sí misma y
dijo: "¿Por qué nadie me ha preguntado?"
Mei Yuzhen dijo con frialdad: "¿Hay algún maldito punto para que hables aquí?"
Sun Huina no pudo evitar derramar dos líneas de lágrimas y se atragantó: "Aunque nunca
he matado a nadie con mis propias manos, ni he mentido o lastimado a nadie directamente,
todavía siento que he ayudado al emperador e indirectamente he matado a tantos". gente
Los pecados son tan pesados que no me atrevo a pedirle a Dios que me perdone, solo
quiero morir temprano y ser libre, ¿cómo puedes decir esas palabras?
Mei Yuzhen extendió la mano y la abofeteó en la cara, abofeteó la cara de Sun Huina con
fiereza y la regañó: "Desperdicio, si dices tonterías para arruinar la felicidad de mi madre,
¡mi madre te matará primero!"
Sun Huina recibió una bofetada y sus mejillas inmediatamente se pusieron rojas e
hinchadas.
Pero ella solo sonrió miserablemente y dijo con burla: "Tía Mei, una persona sin importancia
como yo, no te molestes en matarme tú mismo..."
Mei Yuzhen pensó que Sun Huina se había ablandado e inmediatamente resopló.
Justo cuando estaba a punto de hablar, Sun Huina de repente miró a todos, sonrió y dijo
con seriedad: "Todos, no quiero esperar más, acompáñenme en el camino".
Mei Yuzhen no esperaba que Sun Huina dijera cosas decepcionantes nuevamente, y de
repente se puso furiosa, levantó la mano para fumarla, pero descubrió que el encendedor
llegó a la mano de Sun Huina en algún momento.
Al ver que Sun Huina estaba a punto de encender el mechero, inmediatamente gritó presa
del pánico: "¡No puedes!".
Tan pronto como cayeron las palabras, Sun Huina sonrió levemente y apretó el gatillo del
encendido con ambas manos.
Encendedor para cigarros, similar a un encendedor a prueba de viento, con una llama azul
turquesa que escupe.
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