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La filiación es el vínculo jurídico existente entre dos personas donde ya sea por un hecho natural o
por un acto jurídico una es descendiente de la otra.
Dentro del marco jurídico de la relación filial puede darse que no toda persona tenga una filiación
o estado filial o que la filiación biológica puede perfectamente no coincidir con la filiación jurídica,
toda vez que el derecho extrae un efecto de tipo jurídico del primero que no siempre es idéntico;
por ejemplo, si alguien siendo padre biológico, pierde el juicio de reclamación por sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada.
Esta se establece entre padres e hijos y de la que se derivan una serie de derechos y obligaciones,
como por ejemplo:
Apellidos
Nacionalidad y vecindad civil
Alimentos
Guarda y custodia
Patria potestad
Derechos sucesorios
Adoptiva: Sin embargo, en la actualidad no existe ninguna diferencia legal entre hijos naturales o
adoptivos, matrimoniales o extramatrimoniales.
Ahora bien, la filiación extramatrimonial es, como su nombre lo indica, la de los hijos que no han
nacido dentro del matrimonio. El reconocimiento de estos hijos por parte del padre puede ser
voluntaria o puede ser imputada mediante sentencia judicial.
Voluntariamente un hombre reconoce como suyo a un hijo cuando comparece como su padre en
el registro civil o cuando lo reconoce como tal ante un notario o en su propio testamento, por
ejemplo. Sin embargo, para hacer el reconocimiento, el hombre debe ser mayor de edad. En caso
contrario, para hacer el reconocimiento deberá contar con la anuencia de su tutor y ser mayor que
el hijo 17 años.
En cuanto al reconocimiento judicial media un juicio iniciado ya sea por el hijo, sus descendientes,
sus herederos, legatarios, donadores y acreedores.
La filiación civil es la que se establece por la adopción.
Una vez que es establecida la filiación no hay diferencias entre unos y otros como en el pasado
existía entre hijos legítimos (nacidos dentro del matrimonio), naturales (nacidos fuera del
matrimonio pero que podrían legitimarse) y espurios, adulterinos, incestuosos, etc. Estos es, sin
importar el tipo de filiación siempre conlleva las siguientes consecuencias jurídicas:
La filiación se determina por inscripción de ésta en el Registro Civil, por sentencia judicial, por su
reconocimiento ante el encargado del Registro Civil en testamento o en otro documento público,
por posesión de estado, o por expediente de jurisdicción voluntaria según las normas del Registro
Civil.
Acciones de filiación:
La ley, que determina la filiación en base a ciertos presupuestos, por ejemplo, los hijos
nacidos dentro del matrimonio como se nombra anteriormente.
El reconocimiento voluntario que hace el padre, la madre o ambos sobre el hijo.
La sentencia judicial, esto es, cuando un tribunal declara la paternidad o maternidad
anteriormente no conocida o modifica una ya determinada.
Teniendo en cuenta que la filiación es la relación jurídica que se establece entre padres e hijos, se
entiende por acciones de filiación aquellas que tienden, mediante sentencia, a imponer una
relación paterno-filial o a destruir la presunta.
Tanto para resolver tus dudas sobre filiación, procesos de determinación de la filiación y todas las
novedades legislativas que se produzcan al respecto, es importante contar con abogados
especializados en la materia que nos guíen y asesoren, resolviendo todas las dudas legales que
puedan surgir.
LA ADOPCIÓN
Según el Artículo 61 de la Ley 1098 de 2006,-“La adopción es, principalmente y por excelencia, una
medida de protección a través de la cual, bajo la suprema vigilancia del Estado, se establece, de
manera irrevocable, la relación paterna filial entre personas que no la tienen por naturaleza”.
En otras palabras, la adopción es el establecimiento de una verdadera familia como la que existe
entre los miembros unidos por lazos de sangre, con todos los derechos y deberes que esto implica,
ya que en virtud de la adopción, el adoptante se obliga a cuidar y asistir al hijo adoptivo, a
educarlo, apoyarlo, amarlo y proveerlo de todas las condiciones necesarias para que crezca en
ambiente de bienestar, afecto y solidaridad.
Gratuidad de la Adopción
Al hijo de uno de los cónyuges o compañero (a) permanente, que podrá ser adoptado por el otro.
Podrá adoptarse al mayor de edad, cuando el adoptante hubiera tenido su cuidado personal y
hubiera convivido con él bajo el mismo techo, por lo menos dos años antes de que éste cumpliera
los 18 años. (Art. 69) Código de la Infancia y la Adolescencia Ley 1098 de 2006.
Las solicitudes de adopción son atendidas para su estudio y análisis en estricto orden cronológico
de llegada para dar la correspondiente respuesta.
El Artículo 68 del Código de la Infancia y la Adolescencia establecen que para adoptar de manera
conjunta o individual se debe:
Etapa 1 - Administrativa, que se surte ante el ICBF, en la cual se declara adoptable al niño.
Los lineamientos técnicos se constituyen en una herramienta a través de la cual el ICBF, tiene la
posibilidad de seleccionar las familias que garanticen un hogar estable y seguro que garantice el
desarrollo armónico del niño. Si la solicitud es para niños con características y necesidades
especiales.
Estas solicitudes tendrán total prelación. Una vez recibida, y confirmada la idoneidad, el proceso
tomará 3 meses hasta la asignación.
Para este tipo de adopciones se considerará la regla básica de que el adoptante deberá tener más
de 25 años y 15 años de diferencia entre adoptante y adoptado. NO se someterá a los turnos de
las listas de adoptantes.
La adopción es irrevocable
El adoptivo llevará los apellidos de los adoptantes
Por la adopción el adoptivo deja de pertenecer a su familia biológica y se extingue todo parentesco
de consanguinidad
Los trámites que se adelanten en el ICBF en relación con las adopciones son totalmente gratuitos.
(ART. 68) - Código de la Infancia y la Adolescencia, Ley 1098 de 2006 - Sentencia C-683/15 del 4 de
noviembre de 2015 de la Corte Constitucional
“La Corte condiciona la exequibilidad de las normas sobre adopción consentida o complementaria,
en el entendido que dentro de su ámbito de aplicación también están comprendidas las parejas del
mismo sexo cuando la solicitud de adopción recaiga en el hijo biológico de su compañero o
compañera permanente. Que lo anterior no implica la existencia de un imperativo constitucional
de reconocer en forma inexorable y automática este vínculo de filiación, porque ello deberá ser
decidido a partir de una valoración caso a caso de acuerdo con las circunstancias que rodean a un
menor y su familia. Tampoco cabe incluir en el condicionamiento la adopción consecutiva o
sucesiva, esto es, la que se da en relación con el hijo(a) adoptivo(a) del compañero(a) permanente,
por cuanto esta modalidad de adopción reviste unas particularidades que exigen un análisis
independiente, del cual no se ocupa la corporación en esta oportunidad en la medida en que
desborda el alcance de la demanda y de la sentencia.
El Código de la Infancia y la Adolescencia fijó los requisitos generales para adoptar y señaló
quiénes pueden hacerlo, fue en principio neutro respecto del sexo y la orientación sexual de los
aspirantes, aun cuando sí tuvo en cuenta el origen y la modalidad bajo la cual está conformada la
familia, así como la capacidad de la estructura familiar para restablecer los vínculos de filiación, en
especial a partir de la presencia de los referentes paterno y materno. El primero de los requisitos
generales es el de capacidad, presupuesto indispensable para asumir responsablemente la crianza
de un hijo. Como segundo requisito, la ley no solo impone que la persona sea capaz sino que haya
alcanzado una edad mínima de 25 años. El tercer requisito consiste en que el adoptante tenga por
lo menos quince (15) años más que la persona a ser adoptada, con lo cual se pretende que no
exista una brecha generacional tan amplia con implicaciones negativas en el desarrollo
psicomotriz, emocional y social del menor. Finalmente, el cuarto requisito tiene que ver con la
idoneidad física, mental, moral y social del adoptante, suficiente para suministrar al niño, niña o
adolescente un entorno adecuado y estable para su desarrollo integral.
La importancia del derecho a tener una familia y a no ser separados de ella, ha explicado la
jurisprudencia constitucional, radica en que su garantía es “condición de posibilidad para la
materialización de varios otros derechos fundamentales protegidos por la Carta”. De manera que,
siendo obligación del Estado asegurar el derecho de los niños, en particular de aquellos que se
encuentran en situación de abandono, “impedir o dificultar la conformación de un núcleo familiar
equivale a originar una situación de desarraigo que puede afectar, de manera significativa, no sólo
el derecho a construir la propia identidad sino otros, que le son conexos, como el de gozar de la
libertad para optar entre distintos modelos vitales”.
En lo relativo a la adopción complementaria o por consentimiento (núm. 5º del artículo 64, artículo
66 y núm. 5º del artículo 68 de la Ley 1098 de 2006), la Sala en principio tampoco observa defectos
de constitucionalidad por el hecho de que el Legislador haya autorizado que una persona pueda
adoptar el hijo biológico de su compañero o compañera permanente. Sin embargo, la Corte sí
considera indispensable hacer algunas precisiones hermenéuticas con el fin de evitar
interpretaciones incompatibles con la Constitución que puedan afectar los derechos de los
integrantes de un hogar que se encuentran en un contexto afianzado de familia homoparental.
Como ya fue explicado, la adopción complementaria o por consentimiento tiene lugar cuando se
adopta el hijo o hija biológica del compañero o compañera permanente contando con para ello
con la anuencia del progenitor biológico. En estos casos, a diferencia de lo que ocurre con la
adopción conjunta, donde el menor carece de vínculos filiales, estos lazos ya existen con el
consanguíneo directo y a menudo también se han construido vínculos de crianza entre el menor y
el compañero o compañera permanente del padre o madre biológico.”